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Antecedentes de la creaci�n del condado
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Siglos IX a XI: de Wifredo El Velloso a Ram�n Borrell
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Siglos XI y XII: de Berenguer Ram�n I a Ram�n Berenguer III
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Siglo XII: Ram�n Berenguer IV �Princeps d�Arag�n�
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Siglos XII y XIII: de Alfonso II a Pedro II
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Siglo XIII: Jaime I El Conquistador
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Siglos XIII y XIV: de Pedro III a Jaime II
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Siglos XIV y XV: de Alfonso IV a Mart�n I
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Siglo XV hasta la actualidad: perduraci�n del t�tulo de Conde
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Factores pol�ticos generales
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Factores religiosos
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La religi�n como �herramienta para la conquista�
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Casa de Barcelona
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Para la sede del Ayuntamiento de Barcelona, v�ase Casa de la Ciudad de Barcelona.
La Casa de Barcelona (en catal�n: Casal de Barcelona), 1?2? fue la dinast�a fundada
por Wifredo el Velloso,3? conde de Barcelona.4? La historiograf�a tradicional fecha
la extinci�n de la dinast�a en la muerte sin descendencia masculina leg�tima de
Mart�n el Humano en el a�o 1410.5?6?
Factores decisivos
El Concilio de Troyes de 878
Art�culo principal: Wifredo el Velloso
En junio de 870, en la asamblea de Attigny, Wifredo recibi� los honores por parte
de Carlos el Calvo, como conde de Urgel y Cerda�a y de su hermano Mir� para el
cargo condal de Conflent, mientras que Del� y Su�er II, hijos de Su�er I de
Ampurias y Rosell�n, eran nombrados condes de Ampurias.
En agosto, en el concilio de Troyes, presidido por el papa Juan VIII y por el rey
Luis el Tartamudo y en el que estar�an presentes los condes Wifredo el Velloso de
Urgel y Cerda�a, Mir� de Conflent, Su�er II de Ampurias y Oliba II de Carcasona, se
tomaron importantes decisiones religiosas y pol�ticas. El 11 de septiembre de 878
Bernardo fue declarado despose�do de sus honores, los cuales ser�an repartidos. En
este reparto, Wifredo el Velloso fue investido conde de Barcelona, Osona, Gerona y
Besal�, Narbona, Beziers y Agde. Su hermano Mir� recibi� el condado de Rosell�n.
Wifredo cedi� la administraci�n de Besal� a su hermano Radulfo (878-920). Sunifredo
ser� abad de Arl�s y Riculfo obispo de Elna.
Transmisi�n patrimonial
En el caso de Barcelona, y a diferencia de otros dominios como Carcasona, tras la
muerte de Wifredo (897) el concepto de c�mo deb�a de realizarse la sucesi�n no
hab�a quedado lo suficientemente claro. Por esto, en un primer momento, sus hijos -
Wifredo II Borrell, Mir�, Sunifredo y Su�er- optaron por gobernar conjuntamente
todos los dominios de su padre y administrarlos bajo presidencia del primog�nito,
Wifredo Borrell, primus inter pares. Pero pronto, cuando cada uno de los condes
cogobernantes tuvo descendencia, hizo falta abandonar la idea de herencia conjunta
y, entonces, cada hijo transmiti� individualmente a sus herederos la parte del
conjunto condal que gobernaba: Wifredo Borrell, junto con Su�er: Barcelona, Gerona
y Osona; Sunifredo: Urgel; y Mir�: Cerda�a, Conflent y Berga. Esta apropiaci�n
patrimonial del territorio que gobernaban los condes (formalmente sometidos a�n al
rey de los francos) no qued� resuelta jur�dicamente hasta el siglo xiii, momento en
que Jaime I de Arag�n firm� con el rey de Francia el Tratado de Corbeil (1258), por
el cual quedaron establecidos los derechos sucesorios de cada rey (Francia y
Arag�n) en los territorios respectivos.
�rbol geneal�gico de los condes de Barcelona (en verde), reyes de Arag�n (en
amarillo) y reyes de Mallorca (en rosa) de la casa de Barcelona. Se incluye los
sucesi�n del primer rey Trast�mara de la Corona de Arag�n.
Wifredo el Velloso (�-897)
Wifredo II (874-911 )
Su�er I (870-950)
Borrell II (946-992)
Ram�n Borrell (972-1017),
Acontecimientos
Leyenda sobre el origen de las cuatro barras
Art�culo principal: Se�al Real de Arag�n
Ateni�ndonos a los hechos constatados (Concilio de Troyes de 878), se puede afirmar
que Wifredo el Velloso es el progenitor de lo que ser� la futura Casa de Barcelona.
Por este motivo, teor�a (y personaje) muchas veces usados (a menudo con
exageraci�n) por escritores e historiadores, son el punto de referencia que marcar�
la estirpe. La idea de que Wifredo el Velloso fue el art�fice, no ya de la
independencia de los condados catalanes sino del nacimiento de Catalu�a, fue entre
otros popularizada (durante la Renaixen�a) por el dramaturgo Seraf� Pitarra, con su
frase Fills de Guifr� el Pil�s, aix� vol dir catalans (Hijos de Wifredo el Velloso,
esto quiere decir catalanes). A Wifredo se le atribuye el origen de la bandera de
las cuatro barras:
...pidi� el conde Iofre Valeroso al emperador Lo�s que le diesse armas que pudiesse
traher en el escudo, que llevava dorado sin ninguna divisa. Y el emperador, viendo
que hav�a sido en aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que
recibiera, hiziera maravillas en armas, lleg�se a �l, y moj�se la mano derecha de
la sangre que le sal�a al conde, y pass� los quatro dedos ans� ensangrentados
encima del escudo dorado, de alto a baxo, haziendo quatro rayas de sangre, y dixo:
"�stas ser�n vuestras armas, conde." Y de all� tom� las quatro rayas, o bandas, de
sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathalu�a, que agora dezimos de
Arag�n.12?
Esta leyenda tiene su origen, seg�n Mart�n de Riquer, en el historiador valenciano
Pere Antoni Beuter, quien la incluy� en 1550 en su obra Cr�nica general de Espa�a,
inspir�ndose en una cr�nica castellana de 1492.12? Posteriormente fue revivida,
entre otros, por el escritor catal�n Pablo Piferrer (1818-1848) reconocido como el
gran recopilador de las leyendas catalanas tradicionales. No obstante, conviene
se�alar que el escudo de las cuatro barras data de 1150, cuando aparece en un sello
de Ram�n Berenguer IV, y se convierte en armas din�sticas despu�s de la uni�n con
Arag�n, siendo ya el emblema del linaje, con el rey Alfonso II de Arag�n.
Wifredo fue considerado por Pedro IV de Arag�n en su Cr�nica como el primer miembro
de la Casa de Barcelona.14?
Matrimonios y descendencia
Wifredo el Velloso. Cas� con Guinidilda (Winilda). Tuvo a Radulfo (� 940), Obispo
de Urgel y abad de Ripoll, Wifredo II Borrell (� 911), conde de Barcelona, Gerona y
Osona, Su�er I (� 950), conde de Barcelona, Gerona y Osona, casado Richilde de
Tolosa, hija de Armengol, conde de Rouergue (Condes de Toulouse), Mir� II de
Cerda�a, conde de Besal� y Cerda�a, Sunifredo II de Urgel (� 948), conde de Urgel,
casado Adelaida de Tolosa, hija de Armengol, conde de Rouergue (Condes de
Toulouse), Emmon (� 942), abad de San Juan de Ripoll, Riquilla, Ermessenda (�
despu�s de 925), Cixilona (� 945), monja y ?Guinidilda, esposa de Ram�n II de
Tolosa (� 923).
Wifredo II (�-911). Muri� sin dejar descendencia. Los condados pasaron a su hermano
Su�er.
Su�er I (870-950). Cas� en segundas nupcias con Riquilda de Tolosa, hija del conde
de Roergue. Tuvo a Armengol (925), Mir� (926), Borrell (927), Adelaida (928) y
Guillermo (929).
Borrell II (927-992). Cas� con Letgarda de Tolosa, hija de Raimundo III de
Aquitania. Tuvo a Ram�n Borrell, Ermengol, Ermengarda y Riquilda. Tras la muerte de
Letgarda se volvi� a casar, esta vez con Eimeruda de Auvernia.
Ram�n Borrell (972-1017). En 993 se cas� con Ermesenda de Carcasona con la que tuvo
un hijo: Berenguer Ram�n.
Siglos XI y XII: de Berenguer Ram�n I a Ram�n Berenguer III
Berenguer Ram�n I el Curvo. (1005-1035)
Ram�n Berenguer I el Viejo. (1023-1076)
Ram�n Berenguer II Cabeza de Estopa. (1053-1082)
Berenguer Ram�n II el Fratricida. (1053-1097)
Ram�n Berenguer III el Grande. (1082-1131)
Despu�s de la revoluci�n feudal de 1020-1060, la supremac�a de la Casa de Barcelona
respecto al resto de condados va a comenzar a acentuarse. Tras la revuelta de los
barones, Ram�n Berenguer I recibe el homenaje y el juramento de fidelidad de los
condes de Besal�, Cerda�a, Ampurias y Rosell�n, adem�s de que los condes de Urgel
continuaron la pol�tica de fidelidad a Barcelona, iniciada con el homenaje de
Ermengol II de Urgel a Berenguer Ram�n I, recibido en 1018 y en 1026.
Acontecimientos
La Espa�a de la Gesta
Las primeras se�ales de lo que pronto va a ser el comienzo de la desintegraci�n del
imperio almohade, son evidentes para los reyes cristianos. La aparici�n de los
nuevos y peque�os reinos llamados de taifas en al-�ndalus va a permitir un
imparable ascenso de las tropas catalanas y aragonesas, primero por el Ebro y mucho
m�s tarde, con las conquistas de Valencia y Murcia, en toda la ribera mediterr�nea.
Tras este pactado consenso, Ram�n Berenguer IV obtiene por el rey el t�tulo de
Princeps Aragonesus pero no el de rey,15?16? que s� obtendr� su hijo Alfonso por
herencia de su madre Petronila, momento en que formalmente inicia el per�odo de la
dinast�a de la Casa de Barcelona en la Corona de Arag�n hasta su extinci�n con la
muerte sin descendencia del rey Mart�n I de Arag�n.
Matrimonios y descendencia
Hec autem omnia superius scripta ego prephatus rex Rammirus taliter facio tibi,
Raimunde, barchinonensium comes et marchio, ut, si filia mea mortua fuerit prehata,
te superstite, donationem prephati regni libere et immutabiliter habeas absque
alicuius impedimento post mortem meam. Interim vero, si quid augmentationis vel
traditionis de honoribus vel municionibus prephati regni, me vivente, facere tibi
voluero, sub prephata hominum fidelitate firmum et immobile permaneat; et ego
prephatus rex Rammirus sim rex, dominus et pater in prephato regno et in totis
comitatibus tuis, dum mihi placuerit.
Sin embargo, es un hecho que los barones del Reino de Arag�n y del Reino de
Pamplona (pues los dos reinos estaban incluidos en el testamento de Alfonso I el
Batallador) juraron fidelidad respectivamente a Ramiro II el Monje y a Garc�a el
Restaurador. No se puso en discusi�n que las �rdenes militares tuvieran que
negociar con el rey de Navarra la herencia de Alfonso I el Batallador. Tambi�n es
un hecho que Ram�n Berenguer IV hab�a pactado en los documentos de esponsales de
1137 con Ramiro II de Arag�n su condici�n de princeps en Arag�n, y ven�a ejerciendo
la potestad real en el reino aragon�s como dominator, antes de las negociaciones
con las �rdenes militares de 1140 en adelante. La historiograf�a actual conviene
mayoritariamente en aceptar que, sencillamente, el testamento de Alfonso I el
Batallador no fue respetado25? y, as�, Ramiro II de Arag�n no solo ejerci� la
potestad regia entre 1134 y 1137, sino que se reserv� la dignidad de rey hasta su
muerte en 1157, circunstancia que no consta que fuera cuestionada durante el
gobierno de Ram�n Berenguer IV. Una interpretaci�n distinta de los pactos con las
�rdenes militares la hace Antonio Ubieto Arteta, que considera que, en un periodo
en que ten�an problemas econ�micos, y urgidas por el Papado seis a�os despu�s de
que hubiera sido promulgado el testamento, vieron la ocasi�n de obtener ciertas
prebendas y establecimientos en los territorios de Arag�n y Catalu�a a cambio de
zanjar la cuesti�n testamentaria de Alfonso I.26?
Esta alternancia en los nombres indica la voluntad, por parte de los miembros de
esta dinast�a, de adaptarse a aquellos dominios que les han sido atribuidos por
herencia. As�, el primog�nito recibi� en el bautismo el nombre de su padre, Ram�n
Berenguer, pero utiliz� el nombre de Alfonso para reinar a fin de congraciarse con
sus s�bditos aragoneses y, a la vez, conectar con la memoria y legitimidad del rey
Alfonso el Batallador. Por su parte, el segundo hijo de Ram�n Berenguer IV y
Petronila fue bautizado como Pedro, nombre tradicional de la Casa de Arag�n, pero
alrededor de 1170 asumi� el nombre barcelon�s de Ram�n Berenguer, que su hermano
hab�a dejado disponible, para facilitar su instalaci�n al frente de Provenza.33?
Sin embargo, la interpretaci�n de que Alfonso II adopt� el nombre de Alfonso para
reinar es rechazada por Antonio Ubieto Arteta aportando documentaci�n medieval de
la �poca, quien se�ala:34?
desde el mismo momento del nacimiento fue designado indistintamente por ambas
denominaciones: Alfonso y Ram�n.
Adem�s, en la abdicaci�n de la reina Petronila del 18 de julio de 1164, llama a su
heredero Alfonso y se�ala que en su testamento (en una fecha tan tard�a como agosto
de 1162) su marido lo llamaba Ram�n.35?36?
E tota la renda que nostre pare hauia en Catalunya e en Arag� era empenyorada tro
als jueus e als serrains� E no hauien un dia quan nos entram en Monts� que menjar.
As� era la terra empenyorada e destroida.
Jaime I, El Llibre des Feits, fol. 5�.40?
Las Navas de Tolosa
Art�culo principal: Batalla de Las Navas de Tolosa
La batalla de Muret
Art�culo principal: Batalla de Muret
Para la Casa de Arag�n-Barcelona, la batalla de Muret signific� la p�rdida de los
dominios occitanos que, desde su conquista a principios del siglo IX en adelante,
hab�an pertenecido a dinast�as de la Casa de Barcelona. Posesiones hist�ricas como
Carcasona y Rasez pasaron a Sim�n IV de Montfort, tras las matanzas posteriores a
la bula de Inocencio III concedida en contra del catarismo.
Tras un primer pacto inicial en que se propone el casamiento del joven Jaime con la
hija de Sim�n de Montfort, Pedro II entrega a su hijo Jaime como reh�n del pacto e
intentando que la batalla final no se produzca. A la vista de Roma, este casamiento
no solucionar�a el problema c�taro, por lo que Montfort procede a conquistar cada
una de las plazas. El rey de Arag�n se planta en Muret con un ej�rcito compuesto
principalmente por aragoneses, catalanes y tolosanos, que se desvanece tras conocer
la noticia del asesinato del rey.
E aqu� mori nostre pare car axi ho ha fat me linatge totstemps que en les batalles
que ells han fetes, he nos farem, deuem vencre o morir.
Jaime I, El Llibre des Feits40?
Matrimonios y descendencia
Alfonso II El Casto. Pedro, rey de Arag�n y conde de Barcelona (1196-1213) y
Alfonso II de Provenza, conde de Provenza, Milhau (1196-1209).
Pedro II El Cat�lico. Cas� con Mar�a de Montpellier y tuvo un �nico hijo: Jaime I
de Arag�n.
Siglo XIII: Jaime I El Conquistador
A�os m�s tarde abandonar�a Monz�n y ser�a proclamado oficialmente como Rey de
Arag�n. En septiembre de 1218 se celebran en L�rida unas Cortes Generales de
aragoneses y catalanes, en las cuales fue declarado mayor de edad, con nueve a�os y
proclamado rey.
La conquista de Mallorca
El 6 de septiembre de 1229, la escuadra catalana parti� de Tarragona, Salou y
Cambrils, y conquist� Mallorca a Ab� Yahya, el gobernador almohade semi-
independiente de la isla. Esta fue la primera gran victoria del monarca.
La conquista de Valencia
La Conquista de la Balenciya musulmana, junto con las dem�s villas al norte del
J�car, se va a decidir en la reuni�n de Alca�iz, como nos cuenta el Llibre dels
fets:
Estando nosotros all�, charlando y divirti�ndonos, comenz� a hablar el maestre del
Hospital y dijo: ��Se�or! Como que Dios os ha guiado tan bien en los hechos de
Mallorca y aquellas islas �no comenzar�ais vos y nosotros all�, en aquel Reino de
Valencia, que siempre os ha estado enfrentado y ha hecho de frontera a vuestro
linaje, y del que siempre han intentado apoderarse y nunca lo han podido conseguir?
� Y don Blasco se volvi� hacia Nos y dijo: ��Y es la mejor tierra y la m�s bella
del mundo!, �que yo, Se�or, he estado en Valencia, y no hay hoy, por debajo de
Dios, un lugar tan delicioso como la ciudad de Valencia y todo aquel reino!�
Jaime I, El Llibre del Fets (traducci�n del original)
Antecedentes de la conquista: Jaime I viene de conquistar Mallorca y el hecho hab�a
causado un gran impacto social, en ambos bandos. El virrey almohade Zait al-
Mutamid, que desconoc�a las desconfianzas que la nobleza ten�a con Jaime I al
principio de su reinado, le propone un pacto de no agresi�n. Esto provoca una
revuelta interior en Valencia, liderada por Zay�n, que destronar� a los almohades,
pasando Valencia a convertirse en un reino taifa.
Matrimonios y descendencia
Leg�timos
De su primera mujer, Leonor, tuvo a don Alfonso (1229-1260). Se cas� con Constanza
de Montcada. De la segunda, Violante de Hungr�a, tuvo a:
Don Pedro (futuro Pedro III el Grande), que le sucedi� en los reinos de Arag�n,
Valencia y en los condados catalanes.
Don Jaime (futuro Jaime II de Mallorca), que hered� el reino de Mallorca, que
comprend�a las islas Baleares �Mallorca, Menorca (todav�a bajo el poder de un
soberano musulm�n aunque tributaria desde 1231), Ibiza y Formentera�, los condados
del Rosell�n y la Cerda�a y los territorios que el Conquistador conservaba en
Occitania (el se�or�o de Montpellier, el vizcondado de Carlad�s, en Auvernia, y la
baron�a de Omelad�s, contigua a Montpellier).
Don Fernando (1245-1250), que muri� ni�o.
Don Sancho de Arag�n (1250-1275), arcediano de Belchite, abad de Valladolid y
arzobispo de Toledo, falleci� prisionero de los moros granadinos.
Do�a Violante de Arag�n (1236-1301), mujer de Alfonso X el Sabio.
Do�a Constanza (1239-1269), esposa del infante castellano Don Manuel, hermano de
Alfonso X el Sabio.
Do�a Sancha, que se hizo monja y muri� en Jerusal�n.
Do�a Mar�a (1248-1267), religiosa tambi�n.
Do�a Isabel (1247-1271), esposa de Felipe III el Atrevido, hijo de San Luis de
Francia.
Ileg�timos
Tras la muerte de Violante (1253) el rey se lanz� a una carrera de amor�os,
teniendo m�ltiples hijos. De Teresa Gil de Vidaure tuvo a Jaime, se�or de J�rica, y
a Pedro, se�or de Ayerbe. De sus relaciones amorosas con Guillerma de Cabrera naci�
Fern�n S�nchez, a quien dio la Baron�a de Castro; Con Berenguela Fern�ndez tuvo a
Pedro Fern�ndez, se�or de la Baron�a de H�jar, mientras que con Berenguela Alfonso,
hija del infante Alfonso de Molina, no tuvo descendencia. Estos bastardos reales
fueron el origen de algunas de las m�s importantes casas nobiliarias de Arag�n y
Valencia.
Pedro III de Arag�n, hijo de Jaime I llega a Sicilia en las famosas V�speras
Sicilianas.
Pol�tica territorial
Tras heredar el Reino de Sicilia, Pedro III de Arag�n cancel� el vasallaje que le
hab�a unido con la iglesia y fue excomulgado por el Papa. Durante su reinado se
dedic� m�s a las pol�ticas del nuevo reino que a las peninsulares (ver art�culo
"V�speras Sicilianas"). Alfonso III de Arag�n, tambi�n mantuvo disputas con la
nobleza europea, consiguiendo que el Papa levantara la excomuni�n contra los reyes
de Arag�n. Jaime II de Arag�n se destacar�a anexionando para Arag�n las provincias
de Alicante y Murcia.
Matrimonios y descendencia
Pedro III El Grande. De su matrimonio con Constanza nacieron los hijos Alfonso III
de Arag�n (1261-1291), rey de Arag�n, Valencia, Mallorca y conde de Barcelona;
Jaime II de Arag�n (1267-1327), rey de Arag�n, Valencia, Mallorca, conde de
Barcelona, rey de Cerde�a y de Sicilia; La infanta Isabel de Arag�n (1271-1336),
Santa Isabel de Portugal, reina consorte de Portugal por el matrimonio en 1288 con
Dionisio I de Portugal; Federico II de Sicilia (1272-1337), rey de Sicilia; La
infanta Violante (1273-1302), casada en 1297 con el infante Roberto de N�poles,
futuro Roberto I; El infante Pedro de Arag�n (1275-1291);
Alfonso III El Liberal. No tuvo descendencia. Los condados pasaron a su hermano
Jaime II.
Jaime II El Justo. Tuvo a Jaime de Arag�n (1296-1334), que renunci� a sus derechos
reales y a casarse con Leonor de Castilla; Infante Alfonso IV de Arag�n (1299-
1336), conde de Barcelona y rey de Arag�n; Infanta Mar�a de Arag�n y de Anjou
(1299-1311), casada con Pedro de Castilla, hijo de Sancho IV de Castilla; Infanta
Constanza de Arag�n (1300-1327), casada con Don Juan Manuel; Infanta Isabel de
Arag�n y de Anjou (1302-1330), que cas� en 1315 con Federico I de Austria; Infante
Juan de Arag�n (1304-1334), arzobispo de Toledo, de Tarragona y patriarca de
Alejandr�a; Infante Pedro de Arag�n (1305-1381), conde de Ribagorza de Ampurias y
de Prades; Infanta Blanca de Arag�n (1307-1348), religiosa; Infante Ram�n Berenguer
(1308-1364), conde de Prades y Se�or de la Villa de Elche; Infanta Violante de
Arag�n (1310-1353), casada con Felipe, d�spota de Rumania e hijo de Felipe I de
Tarento.
Siglos XIV y XV: de Alfonso IV a Mart�n I
Alfonso IV de Arag�n (1299-1336)
Pedro IV de Arag�n (1319-1387)
Juan I de Arag�n (1350-1396)
Mart�n I de Arag�n (1356-1410)
Delimitaci�n pol�tica de los territorios de la Corona
En el siglo xiv, los reyes de Arag�n y condes de Barcelona siguieron con el proceso
de delimitaci�n pol�tica de Catalu�a, Arag�n y Valencia, que, en lo tocante a la
actual Catalu�a, dio un paso decisivo en 1314 con el rey Alfonso el Benigno al
casarse con Teresa de Entenza, heredera del condado de Urgel, aunque quedaba como
formalmente independiente de la Corona de Arag�n hasta 1412, en que el primer rey
Trast�mara acaba con la �ltima dinast�a de Condes de Urgel.
El avance del comercio por mar
La etapa de estos reyes se va a caracterizar por el surgimiento de las grandes
metr�polis comerciales, debido a la expansi�n del comercio mar�timo en el
Mediterr�neo. Los puertos de Sicilia, N�poles, Barcelona y Valencia van a ser
puntos fuertes para la econom�a de aquellos reinos. Aunque, por otro lado, la
llegada de enfermedades como la peste, contagiada en todas las ciudades a trav�s de
estas nuevas rutas marinas, van a mermar profundamente a esta sociedad, que
atravesar�a uno de sus momentos m�s duros.
Matrimonios y descendencia
Alfonso IV de Arag�n Se cas� dos veces: en 1314, con Teresa de Entenza, con quien
tuvo al infante Alfonso (1315�1317); Pedro IV, el Ceremonioso (1319�1387); Jaime I
de Urgel, conde de Urgel, qui�n tambi�n hered� Entenza y Antill�n (1320�1347);
Constanza, qui�n se cas� con Jaime III de Mallorca (1322�1346); la infanta Isabel
(1323�1327); el infante Fadrique qui�n muri� muy joven (1325��?) y el infante
Sancho (1326�1327). Con Leonor de Castilla tuvo al infante Fernando, Marqu�s de
Tortosa y el infante Juan.
Pedro IV El Ceremonioso Cas� con Leonor de Portugal. Al enviudar, contrajo nuevo
matrimonio con Leonor de Sicilia con la que tuvo tres hijos: Juan, Mart�n y Leonor,
esposa de Juan I de Castilla.
Juan I El Cazador. No tuvo hijos varones
Martin I El Humano. Todos sus hijos fallecieron antes que �l, entre ellos su
heredero Mart�n I de Sicilia, rey de Sicilia.
Siglo XV hasta la actualidad: perduraci�n del t�tulo de Conde
Aunque la dinast�a de sangre por l�nea masculina se extinguiese, el t�tulo de Conde
de Barcelona era uno de los que ostentaba el Rey de Arag�n y sigui� siendo heredado
por los sucesivos reyes de Arag�n. Cuando las Coronas de Arag�n y de Castilla se
unieron por el matrimonio de Fernando II de Arag�n con Isabel I de Castilla, el
t�tulo de Conde de Barcelona fue heredado por su hija Juana I de Castilla, y m�s
tarde por Carlos I de Espa�a, quien ostent� ambas coronas y fue reconocido como Rey
de las Espa�as. El t�tulo de Conde ha sido heredado sucesivamente por todos los
Reyes de Espa�a.
Esta tradici�n se mantuvo hasta 1977, cuando Juan de Borb�n y Battenberg cedi� a su
hijo Juan Carlos I el t�tulo de Rey de Espa�a, pero se reserv� para s� mismo el
t�tulo de Conde de Barcelona. A su muerte, en 1993, el t�tulo fue finalmente
heredado por su hijo Juan Carlos I, que lo transmiti� a su hijo Felipe VI al
abdicar en junio de 2014.
Dinast�as
Casa de Trast�mara, desde Fernando I de Arag�n (1406) hasta Juana I de Castilla
(1555).
Casa de Austria, desde Carlos I de Espa�a (1516, compartiendo el t�tulo con su
madre Juana) hasta Carlos II de Espa�a (1700).
Casa de Borb�n, desde Felipe V de Espa�a (1700) hasta Felipe VI (rey en la
actualidad).
Factores pol�ticos generales
Las conquistas
Guerras y matrimonios
El factor m�s destacable de los integrantes de la Casa de Barcelona es la faceta de
conquistadores. Unas veces mediante la batalla y otras, a trav�s de enlaces
matrimoniales, consiguieron lograr la hegemon�a de un gran reino (que hoy
llamar�amos internacional) partiendo de un peque�o condado y durante m�s de seis
siglos (siguiendo la l�nea paternal directa).
Jaime I aplic� los Fueros (Furs) de Valencia, una legislaci�n basada en el derecho
romano que chocaba en modernidad con los valores tradicionales del antiguo
feudalismo de la �poca.
Repobladores
Desde Ram�n Borrell hasta Jaime II las repoblaciones de las villas y aldeas de las
zonas mediterr�neas (incluidas las islas principales: Mallorca, Sicilia, etc.)
fueron una de las tareas que m�s preocuparon a estos reyes. Ayudados por los
poderes f�cticos (iglesia, �rdenes militares y se�ores feudales) trajeron a los
pueblos mediterr�neos una moderna legislaci�n, una nueva fe (cristianismo) y unas
costumbres culturales (fiestas y tradiciones) que cambiaron por completo la Espa�a
andalus�.
Documentos que hoy se conservan como el Llibre del Repartiment de Valencia, ofrecen
una muestra detallada de c�mo se fue repoblando la ribera mediterr�nea. En la
administraci�n local, la f�rmula m�s utilizada fue la concesi�n de las denominadas
�Cartas Puebla�, documentos de car�cter real que serv�an como escritura legal de la
donaci�n.
Factores religiosos
Las �rdenes religiosas
El descontento general de la poblaci�n de la Europa del Medievo debido a los
impuestos que hab�a que pagar (diezmo) para cubrir los desorbitados gastos de los
miembros eclesi�sticos45? (sentimiento que m�s tarde desembocar�a en la Reforma
Protestante de Lutero) fue apaciguado moment�neamente por la aparici�n en escena de
un personaje: Bernardo de Claraval y un movimiento: el C�ster. La nueva
congregaci�n, con unos duros votos de pobreza, pronto se gan� la confianza de las
gentes de los pueblos, primero, y de reyes y clero, despu�s, estableciendo un nuevo
modelo de sociedad basada en los votos de pobreza y castidad. El C�ster ser�a el
germen del que nacer�an las nuevas �rdenes religiosas, que copiar�an su �regla�46?
Advocaci�n
Conquerir per a la Gloria de D�u
El santo oficial de la Casa de Barcelona es San Jaime (Santiago). Destacan las
devociones a la Virgen Mar�a, a Mar�a Magdalena, San Juan y San Sebasti�n, con la
construcci�n de iglesias y monasterios dedicados a estos santos. Es obligado
mencionar la especial devoci�n a la Virgen de Montserrat, conocida en Catalu�a como
la "Moreneta�.
V�ase tambi�n
Historia de Barcelona
Lista de condes de Barcelona
Anexo:Monarcas de Arag�n
Tabla cronol�gica de monarcas de la Corona de Arag�n
Notas
Denominada en "Lo Rat Penat" en el escudo de armas de Valencia de Luis Tramoyeres
Blasco como Casa de Catalu�a
Escudo de Andorra, p�g. 8 (en catal�n)
Martinsson, �rjan (2002). �Kings of Aragon�. Suecia. Consultado el 2 de enero de
2008.
Gran Enciclopedia Catalana, {{|1=[1]
|2=http://www.enciclopedia.cat/cgi-bin/CercaGEC3.exe?
APP=CERCAPAR&PAG=0001&PAR=casal+de+barcelona |bot=InternetArchiveBot }} �Definici�n
de Casal de Barcelona�
Esta postura tradicional encuentra apoyo en la existencia de una conciencia
din�stica de continuidad en la Casa de Barcelona tras el matrimonio con Petronila
de Arag�n, consistentemente reflejada en las cr�nicas catalanas y aragonesas
posteriores. En particular, Stefano Maria Cingolani, en su art�culo "Seguir les
vest�gies dels antecessors. Llinatge, reialesa i historiograf�a a Catalunya des de
Ramon Berenguer IV a Pere II (1131-1285)" (Anuario de Estudios Medievales, Vol 36,
N� 1, 2006, ISSN 0066-5061), incluye diversas referencias a c�mo se forja la idea
de la continuidad en el linaje de la Casa de Barcelona tras la uni�n din�stica, a
partir de la Cr�nica de Bernat Desclot (finales del siglo XIII), y comenta
(traducido del catal�n):
Desclot quiere subrayar las grandes ampliaciones territoriales de la corona que son
exactamente las conquistas de Mallorca, de Valencia, de Murcia y de Sicilia, todas
hechas por la casa de Barcelona cuando ya eran reyes de Arag�n, y no s�lo condes de
Barcelona, puesto que las adquisiciones de Ram�n Berenguer IV son casi silenciadas,
pese a que es justamente en este conde, el Sarracenorum triumphator, en quien
coinciden en una misma figura la conciencia del linaje, la adquisici�n de la corona
real y las primeras grandes ampliaciones territoriales.
Cingolani, p�g. 208
En la web del AEM puede consultarse el texto del art�culo completo.
El uso del t�rmino Casa de Barcelona en la Genealog�a hisp�nica est� documentado
ya desde el mismo Luis de Salazar y Castro. Por ejemplo en su c�lebre Historia
geneal�gica de la Casa de Lara (1697), tomo cuarto, puede encontrarse el t�rmino
Cafa de Barcelona aplicado con posterioridad a la uni�n din�stica entre Catalu�a y
Arag�n, v.g. p�gs. 133, 147, 178. (Cf. ibidem p�g. 291: "de la Cafa Real de Aragon
de la linea de Barcelona".)
�Jaume I: el rei dels valencians�, documental audiovisual emitido por
RTVVMontesinos, Jos� V. (2008). �Jaume I: el rei dels valencians�. Valencia,
Espa�a: RTVV.
Josep M� Salrach, Catalunya a la fi del primer mil�leni, Pag�s Editors, L�rida,
2004, p�g. 120.
Abadal, Els Primers Comtes Catalans, p�g. 19, bas�ndose en un texto del autor
franc�s P. Tastu de 1851.
Los primeros en avanzar la hip�tesis de la descendencia de Borrell de Osona fueron
P. Tastu y otros historiadores del Languedoc, bas�ndose en un documento imperial de
Luis el Piadoso de 829, que conced�a a un "fiel Sunifredo" la propiedad de una
villa en el condado de Narbona, tal como ya se hab�a concedido a su padre, el
"difunto Borrell". Esta hip�tesis est� avalada por otros historiadores, como Auzias
(L'Aquitaine carolingienne, Toulouse, 1937, p�g. 189) y A. Lewis (The Development
of Southern French and Catalan Society, 718-1050, Cap. 6, nota 9).
M. Aurell, Les noces del comte: matrimoni i poder a Catalunya (785-1213, p�gs. 28-
29.
Beuter, Segunda Parte de la Cr�nica General de Espa�a (1550), citado por A.
Alcoberro, "Mites i llegendes", en Barcelona Quaderns d'Hist�ria, n�9, 2003, p�g.
144.
(La fam�lia catalana dels comtes de Carcassona. Genealog�a de Guifr� el Pil�s dins
d�Els primers comtes catalans. Barcelona, Ediciones Vicens Vives, 1958 p�gs 13-29)
El rey Pedro el Ceremonioso dej� claro en su cr�nica que los reyes de su linaje
descend�an de los condes "por descendencia masculina directa" (denominado
"agnaticia") desde Wifredo. p�gina 98 Sobre la Casa de Barcelona
(p�ginas 21 a 23) (enlace roto disponible en Internet Archive; v�ase el historial,
la primera versi�n y la �ltima).
Urusarag�n, ed. (2001). http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?
voz_id=10637&voz_id_origen=4285 |urlcap�tulo= sin t�tulo (ayuda). Ram�n Berenguer
IV, conde de Barcelona y pr�ncipe de Arag�n. Zaragoza: Gran Enciclopedia Aragonesa.
ISBN 8460568113.
La historiograf�a humanista en los albores del siglo XVI: la Cr�nica d�Arag�n de
Lucio Marineo S�culo, traducida al castellano por el bachiller Juan de Molina
(Valencia, Joan Jofr�, 1524)
Petronila, reina de Arag�n y condesa de Barcelona �aragonensis regina et
barchinonensis comitissa� dona a su hijo Alfonso y a toda su descendencia �a quien
en su testamento su marido llamaba Ram�n� todo el reino �ntegro �dono [...] tibi,
dilecto filio meo Ildefonso, regi aragonensi et comiti barchinonensi, qui in
testamento eiusdem viri mei vocaris Raimundus, et omni posteriotati tue omne regnum
integriter�, en documento fechado en Barcelona, a 18 de junio de 1164. Archivo de
la Corona de Arag�n. Barcelona. Cancelleria reial. Liber Feudorum Maior, ff. 10c-
11a. Apud Miguel Rosell, 1945, n� 17. Texto digitalizado por la Universidad Jaime
I, doc. 3�, 1164, juny 18. Barcelona.
Agust� Galbis, �Historia d�un destarifo: de Corona d�Arag�, a Regne de Catalunya�,
Val�ncia hui, 15-6-08. Consulta: 2-8-2008.
En l�articul II, hem vist com en 1137, �Ranimirus Dei gratia rex Aragonensis�, es
reunix en �Raymunde Barchinonensium comes�. Acorden que Ramon Berenguer es case en
Peronella, la filla d�un any de Ramir. Ramir li diu a Ramon Berenguer que ell,
Ramir, ser� ��rei, senyor i pare en el regne d�Arago i en tots els teus contats
mentres a mi em plaga�. En 1152, Peronella, reina d�Arago, previament al part, dona
al seu fill �nasciturus�, qui seria Alfons II d�Arago tot el regne d�Arag� i si
moria, li�l donava al seu marit Ramon Berenguer: ��ego Peronella, regina
aragonensis jacens et in partu�dono et firmiter laudo infanti meo qui est ex
utero�totum regnum aragonense cum omnibus comitatibus�. Pero el fill no va morir i
Ramon Berenguer falt� primer. El 18 de juny de 1164, �Petronilla, Dei gratia
aragonensis regina et Barchinonensis comitissa�, muller del difunt Ramon Berenguer
IV, �uxor que fui venerabilis Raimundi Berengarii, comitis barchinonensis et
principis aragonensis��, dona al seu fill Alfons II d�Arag�, les possessions i
pertinences �que ad prephatum regnum Aragonum pertinet, et quocumque modo pertinere
debet�. De lo expost es desprenen varies coses. En primer lloc, no s�acaba
d�entendre el per qu� en les llistes del reis dels catalans no apareix Ramir, que
va mantindre el seu titul de rei sobre els comtats de Ramon Berenguer. Tampoc no
s�explica, la rao per la qual des de que falt� Ramon Berenguer en 1162 fins a que
en 1173 comen�� la regencia d�Alfons II d�Arago, en les llistes de comtes de
Barcelona no es veu a �Petronilla� Barchinonensis comitissa�. I continuem sense
vore �Catalunya� per molt que furguem. Tambe seria interessant estudiar com del
titul de Ramon Berenguer �principis aragonensis�, es dir princep dels aragonesos,
passa al �Principat de Catalunya�
Agust� Galbis, Val�ncia hui, 15-6-08
Alfonso II, �el Casto�, Gran Enciclopedia Aragonesa
V�ase Joseph F. O'Callaghan, A history of medieval Spain, Londres, Cornell
University Press, 1975, p�gs. 224-26.
Xavier Eritja, "Estructuraci� feudal d'un nou territori al segle XII: l'exemple de
Lleida", en VV.AA., El feudalisme comtat i debatut: Formaci� i expansi� del
feudalisme catal�, Universidad de Valencia, 2003, p�g. 294.
V�ase {{cita libro - | apellidos = Pujades - | nombre = Ger�nimo - | t�tulo = - |
editorial = Barcelona: Imprenta de Jos� Torner - }} - Tomo VIII, Libro XVIII,
Cap�tulo VI, p�gs. 363-368.[2]
V�anse los textos en lat�n de la concesi�n de los caballeros del Santo Sepulcro y
los Hospitalarios, as� como la bula de aprobaci�n de Adriano IV (1158), en el
Archivo Virtual Jaume I de la Universidad Jaume I de Castell�n.
V�ase Luis Garc�a de Valdeavellano, Historia de Espa�a I. De los or�genes a la
baja Edad Media. Segunda parte, Madrid, Revista de Occidente, 19633, p�g. 439. D.
L.: M. 15.535-63 (11), iushistoriador de la Edad Media, quien afirma que Alfonso I
el Batallador no pod�a dejar la herencia del reino patrimonial (tal como lo hab�a
heredado de sus antepasados) a otro que no fuera Ramiro II, a quien correspond�a
por derecho, sino solo los acapetos, es decir, sus propias conquistas personales:
Ramiro II era indudablemente el leg�timo heredero del Reino; conforme al derecho
navarro-aragon�s, a �l correspond�a heredar los territorios tradicionales de
Arag�n, y Alfonso I s�lo pod�a, en realidad, haber dispuesto libremente de las
tierras ganadas, o sea de los "acapetos" o conquistas, constituidas por el "Regnum
Caesaraugustanum" (Zaragoza, Calatayud, Daroca, etc.), sobre el cual se atribu�a
derechos Alfonso VII, y por el que Ramiro II hab�a prestado vasallaje al Emperador.
Valdeavellano, op. cit, p�g. 439.
Antonio Ubieto Arteta, �Las negociaciones con las �rdenes militares�, Creaci�n y
desarrollo de la Corona de Arag�n, Zaragoza, Anubar, 1987, p�gs. 160 y ss.
Antonio Ubieto Arteta, Creaci�n y desarrollo de la Corona de Arag�n, Zaragoza,
Anubar, 1987, p�gs. 184-186. ISBN 84-7013-227-X
Antonio Ubieto Arteta desarrolla esta cuesti�n en La creaci�n de la Corona de
Arag�n, Zaragoza, Anubar (Alcorces, 2), 1977; Historia de Arag�n: La formaci�n
territorial, Zaragoza, Anubar, 1981; Los esponsales de la reina Petronila y la
creaci�n de la Corona de Arag�n, Zaragoza, Diputaci�n General de Arag�n, 1987;
Historia de Arag�n: Creaci�n y desarrollo de la Corona de Arag�n, Zaragoza, Anubar,
1987.
Como se�alan Guillermo Fat�s y Guillermo Redondo, en Blas�n de Arag�n: El escudo y
la bandera, Zaragoza, Diputaci�n General de Arag�n, 1995, p�g. 59:
Ram�n Berenguer, pues, al aceptar estas condiciones y s�lo por aceptarlas [tratados
de esponsales con Ramiro II de Arag�n], lo que sucedi� el once de agosto de 1137,
pasaba a ser un miembro m�s de la Casa de Arag�n y de su linaje, a todos los
efectos.
Fat�s y Redondo, op. cit., p�g. 59
Por otro lado, se puede ver un buen resumen de la cuesti�n en Alberto Montaner
Frutos, El se�al del rey de Arag�n: Historia y significado, Zaragoza, Instituci�n
�Fernando el Cat�lico�, 1995, p�gs. 23-27. ISBN 84-7820-283-8
Las implicaciones del enlace han sido aceptadas por genealogistas de la talla de
Faustino Men�ndez Pidal de Navascu�s, en la obra S�mbolos de Espa�a, Madrid, Centro
de Estudios Pol�ticos y Constitucionales, 2000, p�gs. 95-138, ISBN 978-84-259-1110-
1
[Ram�n Berenguer IV] era miembro de pleno derecho de la Casa Real de Arag�n, seg�n
la f�rmula jur�dica tradicional del �casamiento en casa�.
Faustino Men�ndez Pidal de Navascu�s, loc. cit., 2000, p�g. 99.
Este autor repetir� esta misma frase en El Escudo de Espa�a, Real Academia
Matritense de Her�ldica y Genealog�a, Madrid, 2004, p�gs. 104-105, ISBN 84-88833-
02-4, si bien en ibidem, p�g. 99, se�ala la existencia de un cambio de dinast�a
tras la uni�n din�stica con el condado de Barcelona:
La cuesti�n de sus or�genes [del emblema de los reyes de Arag�n] ha interesado
desde tiempos antiguos, sobre todo porque coinciden con el cambio de dinast�a en el
preciso momento de la aparici�n de los emblemas her�ldicos.
Faustino Men�ndez Pidal de Navascu�s, loc. cit., 2004, p�g. 99.
El iushistoriador Josep Serrano Daura, en su art�culo �La donaci� de Ramir II
d'Arag� a Ramon Berenguer IV de Barcelona de 1137 i la instituci� del "casamiento
en casa"�, Estudis hist�rics i documents dels arxius de protocols, 15, Barcelona,
1997, pags. 7-14 (traducci�n al castellano: �La donaci�n de Ramiro II de Arag�n a
Ram�n Berenguer IV de Barcelona, de 1137, y la instituci�n del "casamiento en
casa"�, publicado en Hidalgu�a, 270, Madrid, 1998, p�gs. 709-719), sostiene que no
existe ning�n rastro documental de la instituci�n del casamiento en casa en el
siglo XII, que su existencia habr�a sido incompatible con las diferentes
compilaciones de los fueros de Jaca hasta finales del siglo XIV y con los fueros de
Arag�n de 1247, as� como que los juristas aragoneses que m�s han estudiado la
instituci�n s�lo la remontan al siglo XVIII.
M. Aurell, Les noces del comte: Matrimoni i poder a Catalunya (785-1213),
Ediciones Omega, Barcelona, 1998, p�gs. 363-67.
Ubieto (1987), p�gs. 184-186
Antonio Ubieto Arteta, Creaci�n y desarrollo de la Corona de Arag�n , 1987, p�gs.
197 y ss.
Cfr. �Alfonso II "el Casto"� Archivado el 25 de septiembre de 2019 en Wayback
Machine., en Gran Enciclopedia Aragonesa.
Alfonso II ten�a poco m�s de cinco a�os cuando sucedi� a su padre, que en su
testamento oral hab�a dispuesto que fuese tutor Enrique II de Inglaterra (1154-
1189). Esta disposici�n plante� problemas, pues Fernando II de Le�n (1157-1188) se
atribuy� tal tutela. Y las fuentes tard�as catalanas presentan como tutor a Ram�n
Berenguer III, conde de Provenza (1162-1166). La cuesti�n, sin embargo, es
compleja, y se resolvi� mediante la transmisi�n del reino y la potestad hecha por
la reina Petronila el 18 de junio de 1164, y la anterior constituci�n de una
especie de consejo de regencia, donde alternaron algunos obispos, nobles y
posiblemente representantes de las ciudades, que ya ten�an conciencia de su propia
personalidad.
�Alfonso II "el Casto"�, GEA.
Como dice Ram�n Muntaner en su Cr�nica, "E si ben catalans e aragoneses s�n d'un
senyor, la llengua no �s una ans de molt departida", citado por Luis Rubio Garc�a,
�Catal�n-Catalu�a�, Revista de Estudios Rom�nicos, ISSN 0210-4911, N�. 1, 1978,
p�g. 261.
Cr�nica de Alfonso XI, citada por Luis Rubio Garc�a como �Cr�nica de Alfonso VI
[sic], BAE LXVI, p�g. 200� (La Biblioteca de Autores Espa�oles, tomo LXVI, p�gs.
173-392 corresponde a la Cr�nica de Alfonso XI, cfr. por ejemplo Joseph F.
O'Callaghan, The library of iberian resources online. The Cortes of Castile-Le�n.)
en Rubio Garc�a, art. cit., p�g. 258, nota 39. Puede verse el lugar citado tambi�n
en Cr�nica de Alfonso el Onceno, Madrid, Antonio Sancha, 1787, p�g. 146.
Bonnassie, Catalu�a mil a�os atr�s (Siglos X-XI), Ediciones Pen�nsula, Barcelona,
1988, p�g. 432.
El Llibre des Feits, folio n� 5
El Libre des Feyts
Urusarag�n, ed. (2001).
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/monograficos/historia/corona_de_aragon2/
introduccion.asp |urlcap�tulo= sin t�tulo (ayuda). El final de la Casa de
Barcelona. Zaragoza: Gran Enciclopedia Aragonesa. ISBN 8460568113.
Guerrero Navarrete, Yolanda (2006). Los primeros Trast�mara castellanos y su
�poca. Madrid: Liceus. ISBN 84-9822-512-4.
El genealogista y heraldista catal�n Armand de Fluvi�, en su art�culo El senyal
dels Quatre Pals �s dels comtes de Barcelona i, per tant, catal�, no aragon�s,
Revista de Catalunya, 96, Barcelona, 1995, critica con severidad la posici�n de
Guillermo Fat�s sobre este tema, as� como expresa sus dudas acerca de la teor�a de
Ubieto del casamiento en casa (a la que califica de �atrevida suposici�n�).
Ver apartado: Inicios de la Reforma Protestante
Pernoud, R�gine (1994). �Los or�genes del Temple, p. 12�. Elogio de la nueva
milicia templaria. Madrid: Siruela. 84-7844-183-2.
Se conservan infinidad de documentos de estas donaciones en el Archivo Hist�rico
de la Corona de Arag�n.
Referencias bibliogr�ficas
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84-674-2415-X.
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Zaragoza, Diputaci�n General de Arag�n, 1995. ISBN 978-84-7753-543-0
Alberto Montaner Frutos, El se�al del rey de Arag�n: Historia y significado,
Zaragoza, Instituci�n �Fernando el Cat�lico�, 1995, p�gs. 23-27. ISBN 84-7820-283-8
Faustino Men�ndez Pidal de Navascu�s, en S�mbolos de Espa�a, Madrid, Centro de
Estudios Pol�ticos y Constitucionales, 2000, p�gs. 95-138, ISBN 978-84-259-1110-1
Aurell, Mart� (1998). Les noces del comte: Matrimoni i poder a Catalunya (785-
1213). Ediciones Omega. ISBN 84-282-1091-8.
Enlaces externos
Documentos relativos al enlace entre Ram�n Berenguer IV y Petronila de Arag�n
(par�grafos 150 y 151)
Relato de la uni�n entre Berenguer y Petronila en la Cr�nica de Arag�n Archivado el
20 de julio de 2011 en Wayback Machine. (p�gs. 21 a 23), escrita por Lucio Marineo
S�culo.
Transcripciones de los documentos relacionados con la uni�n Petronila-Berenguer en
el Liber Feudorum Maior incluye n�mero de pergamino del Archivo de la Corona de
Arag�n. Sin traducir.
Control de autoridades
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