Lebesgue Integral

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HU

Teorı́a de la medida

/E
e
integral de Lebesgue PV
-U
A
RI´
EG
AL
RO
D
PE

Conjunto de Cantor tridimensional

Pedro Alegrı́a
UPV/EHU
HU
/E
PV
-U
A
RI´

Apuntes elaborados para el curso de Maestrı́a en Matemáticas de la Universidad


EG

Nacional de Asunción (Paraguay), en agosto de 2007.


AL

Adaptación posterior para el curso “Medida e integración” del Grado en Matemáti-


cas de la UPV/EHU.
D RO
PE

Pedro Alegrı́a
[email protected]
Departamento de Matemáticas
Euskal Herriko Unibertsitatea
Universidad del Paı́s Vasco
Bilbao - España
Índice general

HU
/E
Prólogo
PV 5
-U
1. Evolución del concepto de integral 7
A

1.1. Desde el problema de la cuadratura ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7


RI´

1.2. ... hasta la integral de Lebesgue ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12


1.3. ... y más allá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
EG

1.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
AL

2. Integral de Lebesgue en R 17
2.1. Motivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.1.1. Deficiencias de la integral de Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
RO

2.1.2. Nueva forma de medir rectángulos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20


2.2. Álgebras y σ-álgebras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
D

2.3. Tres principios de Littlewood . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23


PE

2.3.1. Todo conjunto medible es casi unión finita de intervalos . . . . . . . . 24


2.3.2. Toda función medible es casi continua . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
2.3.3. Toda sucesión convergente de funciones medibles es casi uniforme-
mente convergente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.4. Integral de Lebesgue . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.4.1. Definiciones y primeros resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.4.2. Teoremas de convergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
2.4.3. El espacio L1 de funciones integrables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
2.4.4. Convergencia en medida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

3
4 ÍNDICE GENERAL

2.5. Derivación e integración de funciones integrables . . . . . . . . . . . . . . . . 57


2.6. Cálculo integral de funciones integrables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
2.6.1. Fórmulas de integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
2.6.2. Integrales dependientes de un parámetro . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
2.7. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65

HU
3. Teorı́a de la medida abstracta 71
3.1. Espacios de medida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

/E
3.2. Funciones medibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

PV
3.3. Integración de funciones medibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
3.4. Construcción de medidas abstractas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
-U 80
3.4.1. Medida exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
3.4.2. Teorema de extensión de Carathéodory . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
3.5. Medidas producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
A

3.6. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
RI´

4. Espacios Lp 97
EG

4.1. Espacios normados. Definición y ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97


4.2. Desigualdades de Hölder y Minkowski . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
AL

4.3. Espacios Lp . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104


4.4. Propiedades de los espacios normados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
RO

4.5. Funcionales lineales acotados en Lp . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110


4.6. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
D

Apéndice I: la teorı́a de la medida en sus personajes 121


PE

Apéndice II: soluciones de algunos ejercicios 129


Prólogo

HU
/E
PV
A lo largo de la historia de las matemáticas podemos encontrar diferentes conceptos de
-U
integración, motivados por muy diversos problemas. Ya en la época griega encontramos
ejemplos de cuadratura, llamada ası́ por el problema de identificar el área de una figura
geométrica con el área de un cuadrado, término empleado en la actualidad como sinónimo
A

del cálculo de áreas mediante integración. La siguiente evolución, debida a Isaac Newton
y Gottfried Leibniz, consistió en convertir el cálculo de áreas como una aplicación de la
RI´

operación inversa de la derivada, idea que fue el punto de partida del cálculo infinitesimal.
Esto permite definir nuestro primer concepto de integral, la llamada integral de Newton:
EG

dada una función f : [a, b] → R, si F es una primitiva de f, es decir tal que F′ = f, se define
Rb
a f = F(b) − F(a).
AL

Es evidente la cantidad de limitaciones que ofrece esta definición. A partir de entonces,


muchas variantes, refinamientos, adaptaciones o modificaciones de este concepto han sido
desarrollados hasta nuestros dı́as. La que supuso el cambio de orientación a la vez que
RO

la introducción del rigor matemático —la integral vista como suma infinita en vez de ser
la operación inversa de la derivada— fue la definición dada por Augustin Cauchy para
funciones continuas a principios del siglo XIX, y precursora de la más conocida integral de
D

Riemann, presente en los programas de todos los estudios superiores de matemáticas.


PE

La teorı́a de la integral de Riemann presenta algunas limitaciones pues muchas funciones


importantes del análisis no son integrables. Tampoco existen teoremas de convergencia
satisfactorios. De hecho no necesariamente el lı́mite puntual de una sucesión de funciones
integrables es integrable. Se precisaba, pues, un nuevo concepto de integral que solventara
estas dificultades.
Una de las teorı́as más fructı́feras en este sentido fue la desarrollada a principios del siglo
XX por Henry Lebesgue. Con su definición, funciones discontinuas en todo su dominio son
integrables y el teorema fundamental de la integral es válido para toda función derivable
con derivada acotada. Además, son ciertos los teoremas fundamentales de convergencia de
integrales. Por el contrario, su definición es significativamente más complicada que la de

5
6 ÍNDICE GENERAL

Riemann. Además, la integral impropia de Riemann no está contenida estrictamente en la


integral de Lebesgue.
Durante el siglo XX se han desarrollado otros enfoques de la integral, aún más generales
que el de Lebesgue. Dos de los primeros fueron los desarrollados por Denjoy (1912) y
Perron (1914), tratando de resolver el problema de la derivación de integrales. Uno de los
enfoques más modernos y útiles, de hecho con formulación más sencilla que las de Denjoy

HU
y Perron, fue propuesto de forma independiente por Jaroslav Kurzweil (1957) y Ralph
Henstock (1961). Su definición, basada en la integral de Riemann, hace que toda función
integrable Lebesgue sea también integrable según Henstock y Kurzweil, que toda derivada

/E
sea integrable según Henstock y Kurzweil y que el teorema fundamental y los teoremas de
convergencia de la integral sean más generales que los que se demuestran con la integral

PV
de Lebesgue.
Se conocen en la literatura más de 100 nombres para la integral: algunos tienen sólo interés
-U
histórico y su alcance ha sido superado por otros conceptos más modernos (la integral
de Riemann es un caso particular de la integral de Riemann-Stieltjes); algunos son equi-
valentes, como las integrales de Denjoy, Perron y Henstock-Kurzweil en R; algunos están
A

definidos de forma exclusiva en espacios concretos, como la integral de Bochner para fun-
RI´

ciones con valores en espacios de Banach. Incluso si pudiéramos definir una integral que
englobe a todas las demás, serı́a demasiado difı́cil de manejar en casos concretos. Por eso,
EG

es todavı́a útil la integral de Riemann a nivel elemental y la integral de Lebesgue como


estándar en el análisis real y funcional.
AL
D RO
PE
1

HU
Capı́tulo

/E
Evolución del concepto de integral

PV
-U
Si Newton y Leibniz hubieran llegado a imaginarse que las funciones continuas no
tienen por qué tener derivada (y esto es lo que ocurre en general), nunca se habrı́a
creado el cálculo diferencial. Charles Émile Picard
A
RI´

En este capı́tulo introductorio repasamos las diferentes definiciones de integral desde su


perspectiva histórica, en donde se plantea la necesidad de la evolución de dicho concepto
EG

y su desarrollo actual. Un estudio minucioso de la historia de la integral, plagado de citas


y fuentes originales, puede encontrarse en [Pi], mientras que [Bu] y [Go] son textos de
AL

referencia con detalles de las demostraciones de los resultados clásicos y modernos de la


teorı́a de integración.
RO

1.1. Desde el problema de la cuadratura ...


D

Desde tiempos remotos, el matemático se ha planteado el problema del cálculo de áreas


PE

con más o menos éxito. Algunos de los ejemplos más antiguos que han trascendido hasta
nuestros dı́as se basaban en relacionar las figuras dadas con cuadrados de lado conoci-
do. Ası́, Hipócrates pudo hallar el área de la lúnula (figura comprendida entre dos arcos
circulares). Más adelante, Eudoxo justificó el método de exhaución mediante el cual cier-
tas regiones curvas pueden aproximarse por figuras poligonales. Con ello se probarı́a que
el área de un cı́rculo es proporcional al cuadrado de su diámetro, lo cual era obvio para
polı́gonos regulares. El propio Eudoxo calculó de esta manera el volumen del prisma y el
cono.
Posteriormente, Arquı́medes dio muestras de su genialidad probando, por el método de
exhaución, que el área de un segmento parabólico es igual a 4/3 del área del triángulo
inscrito. Ya en su época era conocido que el área de una figura plana es aditiva e invariante

7
8 1.1. Desde el problema de la cuadratura ...

por movimientos, pero quedaba pendiente la cuestión de saber si toda figura geométrica
tiene área.
No fue hasta el siglo XVII que el cálculo de áreas se convirtió en una aplicación del concepto
de integral y el problema de cuadratura se resolvió mediante la relación entre derivada e
integral, dada por el teorema fundamental del cálculo, establecido por Isaac Newton y
Gottfried Leibniz.

U
Esta búsqueda de soluciones de una ecuación diferencial origina el primer concepto de

/E H
integral, la llamada integral de Newton, definida como operación inversa de la derivada, de
modo que, si F es una primitiva de f, es decir tal que F′ = f, entonces
Zb

PV
(N) f = F(b) − F(a).
a

Este resultado, conocido hoy en dı́a como teorema fundamental del cálculo integral, ha
-U
sido generalizado de diferentes maneras y motivado los diferentes enfoques de la integral,
como los que mostramos a continuación.
El siguiente paso adelante lo dio Augustin Cauchy, considerado como el fundador de la
RI´A

teorı́a de integración, al definir (en 1823) de forma constructiva la integral de una función
continua.
Definición. Dada una función continua f : [a, b] → R, sea P = {x0 , x1 , . . . , xn } una partición
EG

de [a, b], y llamamos diám(P) = máx{xk − xk−1 : k = 1, . . . , n}. Para cada k ∈ {1, . . . , n}, sea
ck ∈ [xk−1 , xk ] un punto arbitrario. Entonces existe una constante L tal que
AL

X
n

∀ε > 0, ∃δ > 0 : f(ck ) · (xk − xk−1 ) − L < ε,


k=1
O

Zb
DR

para toda P partición de [a, b] con diám(P) < δ. En tal caso, escribimos L = (C) f(x) dx.
a
Con la definición de Cauchy y utilizando la continuidad uniforme, podemos demostrar el
teorema fundamental para funciones de clase C(1) (aunque también es cierto para funciones
PE

continuas que tienen derivada en todos los puntos salvo un conjunto finito).

Teorema 1.1.1 (fundamental del cálculo para la integral de Cauchy).


Zx
a) Si F ∈ C(1) [a, b], entonces (C) F′ (t) dt = F(x) − F(a), ∀x ∈ [a, b].
a
Zx
b) Si f ∈ C[a, b] y F(x) = (C) f(t) dt, entonces F ∈ C(1) [a, b], F′ = f en [a, b] y F es absoluta-
a
mente continua en [a, b].

También son importantes los criterios de convergencia de las integrales de sucesiones de


funciones. En este caso, un resultado básico es el siguiente.
Capı́tulo 1. Evolución del concepto de integral 9

Teorema 1.1.2 (convergencia de funciones integrables). Si (fn )n∈N es una sucesión de fun-
Zb
ciones continuas en [a, b] que converge uniformemente a f en [a, b], entonces (C) f(x) dx =
Zb a

lı́m (C) fn (x) dx.


n→∞ a

También era posible calcular la integral, por el método de Cauchy, de funciones con un

HU
número finito de discontinuidades de “salto finito”. Sin embargo, no estaba claro lo que
ocurrı́a con funciones con una cantidad numerable, o incluso densa, de discontinuidades

/E
de salto.
Johann Peter Gustav Lejeune Dirichlet, en su estudio sobre la convergencia de series tri-

PV
gonométricas, consideró funciones continuas salvo un conjunto finito y con un número
finito de máximos y mı́nimos en el intervalo [−π, π]. Pensaba que se podı́a eliminar alguna
restricción con una definición más general para la integral. Como respuesta a las cuestio-
-U
nes de Dirichlet sobre el tipo de discontinuidad que puede tener una función para tener
una integral, su alumno Bernhard Riemann planteó la definición de integral que lleva su
X {nx}
nombre. Propuso el ejemplo f(x) = , donde {t} representa la distancia de t al en-
A

n2
n∈N
RI´

tero más próximo (o cero si t está a la misma distancia de los dos más próximos), función
que es discontinua en los puntos x = (2k + 1)/(2n) (fracción irreducible), que forman un
EG

subconjunto denso en R. De hecho, en los puntos de discontinuidad se tiene que

1 X 1 π2
f(x ± 0) = f(x) ± = f(x) ± .
AL

2n2 (2i + 1)2 16n2


i∈N

Riemann afirmó que como el número de variaciones bruscas superiores a una cantidad dada es
RO

finito y la longitud de los intervalos que contienen esas variaciones es tan pequeña como se quiera,
la función f es integrable.
Rx
Con dicha función f, Darboux definió F(x) = a f, la cual es continua pero sus derivadas
D

laterales en x = (2k + 1)/2n son diferentes, ası́ que no es derivable en un conjunto denso.
PE

Posteriormente, propuso las siguiente función, continua en todo punto pero no derivable
en ninguno:
X sen((n + 1)!x)
f(x) = .
n!
n∈N

Por otra parte, como los coeficientes de una serie de Fourier se expresan mediante una
integral, en el trabajo titulado “On the representability of a function by means of trigonometric
series”, Riemann consideró el significado de la integral definida mediante sumas.
Definición. Dada una función acotada f : [a, b] → R, consideremos una partición P =
{x0 , x1 , . . . , xn } del intervalo [a, b] y sea ck ∈ [xk−1 , xk ] (k = 1, . . . , n) un punto arbitrario. El
P
valor n k=1 f(ck )(xk − xk−1 ) recibe el nombre de suma de Riemann de f respecto a la partición
10 1.1. Desde el problema de la cuadratura ...

P y decimos que f es integrable (según Riemann) en [a, b] cuando existe y es finito

X
n
lı́m f(ck )(xk − xk−1 ).
diám(P)→0
k=1

Dicho lı́mite recibe el nombre de integral de Riemann de f en [a, b] y lo denotamos por


Zb

U
(R) f(x) dx.
a

/E H
Con esta definición, se prueba que todas las funciones continuas son integrables Riemann,
y que la integral de Riemann coincide con la integral de Cauchy.

PV
Algunas caracterizaciones para la integral de Riemann, cuya demostración puede encon-
trarse en la mayorı́a de textos universitarios, son las siguientes:
-U
Teorema 1.1.3. Sea f : [a, b] → R una función acotada. Son equivalentes:
RI´A

a) f es integrable Riemann en [a, b].

b) (Criterio de Cauchy) ∀ε > 0, existe una partición P = {x0 , x1 , . . . , xn } de [a, b] tal que
EG

X
n

sup f(x) − ı́nf f(x) · (xk − xk−1 ) < ε.
x∈[xk−1 ,xk ]
k=1 x∈[xk−1 ,xk ]
AL

c) Para cualesquiera ω, ℓ > 0, existe δ > 0 tal que, para cualquier partición de [a, b] de diámetro
menor que δ, la suma de las longitudes de los subintervalos [xk−1 , xk ] con
O

supx∈[xk−1 ,xk ] f(x) − ı́nfx∈[xk−1 ,xk ] f(x) > ω es menor que ℓ.


DR

d) (Condición de Darboux) Si llamamos

X
n
PE

U(f, P) = sup f(x) · (xk − xk−1 ),


k=1 x∈[xk−1 ,xk ]
Xn
L(f, P) = ı́nf f(x) · (xk − xk−1 ),
x∈[xk−1 ,xk ]
k=1

entonces sup L(f, P) = ı́nf U(f, P).


P P

e) (Criterio de Lebesgue) El conjunto de discontinuidades de f tiene medida cero.

El proceso de integración, una vez establecida la clase de funciones integrables Riemann,


descansa en los siguientes resultados (cuyas demostraciones pueden encontrarse, por ejem-
plo, en [Bu]).
Capı́tulo 1. Evolución del concepto de integral 11

Teorema 1.1.4 (primer teorema fundamental de la integral de Riemann). Zx Sea F derivable en


[a, b], con F′ acotada y continua en casi todo punto de [a, b]. Entonces (R) F′ (t) dt = F(x) − F(a),
a
para todo x ∈ [a, b].

Teorema 1.1.5 (segundo teorema fundamental


Z de la integral). Sea f acotada y continua en casi
x
todo punto x ∈ [a, b] y llamemos F(x) = (R) f(t) dt. Entonces

HU
a

a) F es continua en [a, b].

/E
b) Si f es continua en x0 ∈ [a, b], entonces F es derivable en x0 y F′ (x0 ) = f(x0 ).

c) F′ (x) = f(x) en casi todo punto x ∈ [a, b].

PV
Con respecto a la convergencia de la sucesión de integrales, el resultado fundamental es el
siguiente.
-U
Teorema 1.1.6 (convergencia de funciones integrables Riemann). Sea (fk )k∈N una sucesión de
funciones integrables Riemann que converge uniformemente a f en [a, b]. Entonces f es integrable
Zb Zb
A

Riemann en [a, b] y (R) f(x) dx = lı́m (R) fk (x) dx.


RI´

a a

Tal como hemos enunciado en el teorema 1.1.3, a principios del siglo XX, Henri Lebesgue
EG

probó que una condición necesaria y suficiente para que exista la integral de Riemann de
una función acotada es que el conjunto de sus puntos de discontinuidad tenga medida cero.
Previamente, Riemann habı́a construido un ejemplo de función integrable cuyos puntos de
AL

discontinuidad formaban un subconjunto denso. Incluso es válido el teorema fundamental


de la integral para funciones con derivada continua en casi todo punto.
RO

Estudiando el modelo matemático de la distribución de masas en la recta real, Thomas


Stieltjes extendió, en 1894, las sumas de Riemann a sumas con funciones peso, las lla-
D

Xn
madas sumas de Riemann-Stieltjes, que tienen la forma f(ck )[φ(xk ) − φ(xk−1 )], donde
PE

k=1
{x0 , x1 , . . . , xn } es cualquier partición del intervalo [a, b] y ck es un punto arbitrario de
[xk−1 , xk ], k = 1, . . . , n, siendo φ : [a, b] → R una función creciente. De forma más general,
podemos establecer la siguiente definición.
Definición. Sean f, φ : [a, b] → R dos funciones acotadas. Decimos que f es integrable
Riemann-Stieltjes con respecto a φ en el intervalo [a, b] cuando existe una constante L tal que
X
n

∀ε > 0, ∃δ > 0 : f(ck )[φ(xk ) − φ(xk−1 )] − L < ε,


k=1

para cualquier partición P = {x0 , x1 , . . . , xn } de diámetro menor que δ, donde ck ∈ [xk−1 , xk ]


es arbitrario (k = 1, . . . , n).
12 1.2. ... hasta la integral de Lebesgue ...

En este caso, definimos la integral de Riemann-Stieltjes de f respecto a φ como


Zb
(R-S) f(x) dφ(x) = L.
a

La relación entre ambas integrales es sencilla, como se deduce del siguiente resultado.

Teorema 1.1.7. Si f es continua y φ′ es integrable Riemann en [a, b], entonces f es integrable

HU
Riemann-Stieltjes respecto a φ en [a, b] y
Zb Zb
f(x) dφ(x) = (R) f(x)φ′ (x) dx.

/E
(R-S)
a a

También es válido el teorema fundamental de la integral de Riemann-Stieltjes en el caso de

PV
que φ sea una función creciente. -U
1.2. ... hasta la integral de Lebesgue ...
A

La pregunta natural que surge a continuación es la siguiente: ¿La clase de funciones inte-
grables es ya suficientemente amplia? En 1881, Vito Volterra encontró un ejemplo (basado
RI´

en el conjunto de Cantor) de una función derivable en la recta real, cuya derivada es aco-
tada pero discontinua en un conjunto de medida positiva, es decir no integrable Riemann.
EG

Con el objetivo de incluir esta clase de funciones en el conjunto de funciones integra-


bles, Henry Lebesgue desarrolló su famoso concepto de integral en 1903. Utilizando su
AL

definición, probó que el teorema fundamental de la integral era válido para toda función
derivable con derivada acotada.
Es destacable la originalidad del enfoque de Lebesgue en contraposición con las ideas de
RO

Riemann y sus predecesores. Mostramos una idea general de la construcción de Lebesgue


en su definición de integral.
D

Dada f : [a, b] → R, supongamos que α < f(x) < β, ∀x ∈ [a, b]. Sea {y0 , y1 , . . . , yn } una
partición de [α, β] y llamamos f−1 ([yk−1 , yk )) = {x ∈ [a, b] : yk−1 ⩽ f(x) < yk }, para
PE

k = 1, . . . , n. Eligiendo arbitrariamente ck ∈ f−1 ([yk−1 , yk )), la integral de Lebesgue de f en


[a, b] se define como el lı́mite, caso de existir, de las sumas

f(c1 ) · long f−1 ([y0 , y1 )) + · · · + f(cn ) · long f−1 ([yn−1 , yn ))

cuando n → ∞.
La simple idea de establecer una partición de la imagen de la función en vez de su dominio,
le permitió, por ejemplo, calcular la integral de la función de Dirichlet

0 si x es racional
f(x) =
1 si x es irracional,
Capı́tulo 1. Evolución del concepto de integral 13

la cual es discontinua en todo su dominio.


La necesidad de medir adecuadamente las longitudes de las imágenes inversas de interva-
los en la nueva integral obligaba a desarrollar una teorı́a de la medida que fuera lógica y
consistente. Muchos esfuerzos, entre los que destacaremos los de Émile Borel, Constantin
Carathéodory, Camille Jordan y el propio Lebesgue, se dedicaron hasta construir la medida
de Lebesgue, válida para casi todos los subconjuntos de R. El siguiente paso fue definir las

HU
funciones medibles y establecer los teoremas de convergencia para la integral de Lebesgue,
los cuales la convirtieron en una herramienta básica del análisis y permitieron ampliar
significativamente la clase de funciones integrables.

/E
Las cuestiones básicas son las siguientes: dada una sucesión (fn ) de funciones integrables
Lebesgue en [a, b], tal que fn converge puntualmente a f c.s. en [a, b], ¿es f integrable

PV
Lebesgue en [a, b]? En caso afirmativo, ¿es cierto que el lı́mite de la integral es igual a la
integral del lı́mite?
-U
Los resultados siguientes proporcionan las respuestas a estas cuestiones.
Teorema 1.2.1 (convergencia acotada). Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles en [a, b].
Supongamos que existe M ∈ R tal que |fn (x)| ⩽ M, para todos n y x. Si f(x) = lı́m fn (x),
A

Zb Zb
RI´

∀x ∈ [a, b], entonces (L) f(x) dx = lı́m (L) fn (x) dx.


a a
Teorema 1.2.2 (convergencia monótona). Sean (fn ) una sucesión creciente de funciones medibles
EG

no negativas y f = lı́m fn . Entonces


Zb Zb
f(x) dx = lı́m (L) fn (x) dx.
AL

(L)
a a
Teorema 1.2.3 (convergencia dominada de Lebesgue). Sean g una función integrable en [a, b]
y (fn ) una sucesión de funciones medibles tales que |fn | ⩽ g en [a, b] y f(x) = lı́m fn (x) c.s. en
RO

[a, b]. Entonces


Zb Zb
(L) f(x) dx = lı́m (L) fn (x) dx.
a a
D

Hay que apuntar que la integral de Lebesgue tampoco es una generalización directa de la
PE

integral de Riemann. El propio Lebesgue definió la función


 
d 2 1
f(x) = x sen 2 si x ̸= 0, f(0) = 0,
dx x
la cual no es integrable Lebesgue en [0, 1], pero sı́ es continua en [ε, 1], para todo ε ∈ (0, 1),
R1
y es integrable Riemann (como integral impropia) pues existe lı́mε→0 ε f(x) dx.

1.3. ... y más allá

Una posterior adaptación de la integral de Lebesgue, necesaria en la teorı́a de probabilidad,


consistió en modificar la medida de un conjunto utilizando funciones peso. Ası́, la medida de
14 1.3. ... y más allá

Lebesgue-Stieltjes de un intervalo (a, b] es φ(b) − φ(a), donde φ es una función continua por
la derecha en R, creciente y no negativa, tal que lı́mx→−∞ φ(x) = 0 y lı́mx→+∞ φ(x) = 1.
Definida de esta manera la medida se construye la integral de Lebesgue-Stieljes de forma
similar a la de Riemann-Stieltjes.
Durante el siglo XX se han desarrollado otros enfoques de la integral, aún más generales
que el de Lebesgue. Entre los más significativos destacaremos el planteamiento de Arnaud

HU
Denjoy [De], quien abordó en 1912 el problema de la relación entre una función y la in-
tegral de su derivada. Era sabido que la integral de Riemann tiene sentido para todas las
funciones continuas o aquellas cuyos puntos de discontinuidad forman un conjunto de

/E
medida nula, mientras que la integral de Lebesgue se calcula sobre toda función medible
acotada. En ambos casos, la integral indefinida es continua y su derivada coincide con la

PV
función dada salvo en un conjunto de medida nula. Como, por el contrario, la derivada
de una función no es necesariamente integrable, Denjoy desarrolló una teorı́a que permite
-U
recuperar una función continua a partir de su derivada. Posteriormente, y con este mismo
objetivo de que toda derivada es integrable, Oskar Perron construyó un nuevo concepto de
integral, el cual resultó ser equivalente al de Denjoy.
A

Uno de los nuevos enfoques más estudiados es el que propusieron de forma independiente
RI´

Ralph Henstock (1957) y Jaroslav Kurzweil (1961), tratando simplemente de generalizar la


integral de Riemann. El punto de partida de este enfoque es la solución de la ecuación
EG

integral, planteada por Hilbert y Fredholm,


Zx
y(x) = y0 + f(t, y(t)) dt.
AL

Al sustituir dicha integral por sumas de Riemann, se llega a la aproximación

X
RO

m
y(x) ≃ y0 + [F(aj , y(tj )) − F(aj−1 , y(tj−1 ))],
j=1
Zx
D

donde F(x, y) = f(t, y(t)) dt y {([aj−1 , aj ], tj ), j = 1, . . . , m} es una, ası́ llamada, partición


PE

a
etiquetada del intervalo [a, x].
La novedad de su planteamiento se basa en elegir la partición del intervalo [a, b] donde está
definida la función de modo que el tamaño de cada subintervalo dependa de la oscilación
de la función. Si en las sumas de Riemann existe una constante δ tal que máx1⩽k⩽n (xk −
xk−1 ) < δ, en el caso de la integral de Henstock y Kurzweil (que abreviaremos por H-K)
dicho δ será una función que vendrá definida por la condición

ck − δ(ck ) < xk−1 < ck < xk < ck + δ(ck ).

Este hecho permitirá que toda función integrable Lebesgue sea integrable H-K, que toda
derivada sea integrable H-K y que el teorema fundamental y los teoremas de convergencia
Capı́tulo 1. Evolución del concepto de integral 15

sean más generales, todo ello sin necesidad de construir una teorı́a de la medida, como en
el caso de la integral de Lebesgue.
Esta nueva definición tiene importantes consecuencias y aplicaciones. A pesar de que no
es válido el lema de Riemann-Lebesgue para esta integral, en Análisis Armónico se han
obtenido interesantes resultados utilizando la integral de H-K.

U
1.4. Ejercicios

/E H
R2π 1
Ejercicio 1.1. Encontrar el error en el siguiente cálculo de la integral 0 5+3 cos x dx.
Buscamos primero una primitiva mediante el cambio de variable t = tg x/2. Resulta entonces que

PV
2
cos x = 1−t
1+t2
2
y dx = 1+t 2 dt de modo que

Z Z  
-U
1 1 1 1 1
dx = 2
dt = arc tg(t/2) = arc tg tg(x/2) .
5 + 3 cos x 4+t 2 2 2

Por último, la integral definida vale


RI´A

Z 2π  
1 1 1 2π
dx = arc tg tg(x/2) = 0.
0 5 + 3 cos x 2 2 0
EG

Ejercicio 1.2. Dada la función f(x) = 1 + 1


2n si x ∈ (1/2n+1 , 1/2n ], n ∈ N ∪ {0}, estudiar si f es
continua, derivable y/o integrable en [0, 1].
AL

Ejercicio 1.3. Demostrar que la función de Thomae (1875) dada por




 si x ∈ R \ Q,
0
O

f(x) = 1/q si x = p/q (fracción irreducible),





DR

1 si x = 0.

es continua en R \ Q e integrable Riemann en [0, 1] pero no es derivable en ningún punto.


PE


e−1/x si x > 0,
Ejercicio 1.4. Se considera la función f(x) =
0 si x ⩽ 0.

a) Probar que, si x > 0, f(n) (x) = pn (x)f(x)


x2n
, donde pn es un polinomio de grado n − 1 que verifica
2 ′
p1 (x) = 1, pn+1 (x) = x · pn (x) − (2nx − 1) · pn (x), n ∈ N.

b) Probar que la serie de Taylor asociada a f en el origen es absolutamente convergente en R.

c) Concluir que f no es analı́tica.


P∞ cos(an πx)
Ejercicio 1.5. Probar que la función f(x) = n=0 2n , donde a es un entero impar con
a > 2 + 3π, es continua pero no derivable.
16 1.4. Ejercicios

Ejercicio 1.6. Probar que las siguientes funciones son de clase C(∞) pero no son analı́ticas (sus
series asociadas no convergen a la función).
P∞ cos(ak x)
a) f(x) = k=0 k! , con a > 1 impar (función de Lerch, 1888).
P √
b) f(x) = k∈A e− k cos(kx), con A = {2n , n ∈ N} (función de Merryfield).

HU
/E
PV
-U
A
RI´
EG
AL
D RO
PE
2

HU
Capı́tulo

/E
Integral de Lebesgue en R

PV
-U
Lo que el análisis te da con una mano te lo quita con la otra. Retrocedo con pánico frente
a esta lamentable plaga de funciones continuas que no tienen derivada.
Charles Hermite
A
RI´

2.1. Motivación
EG

La teorı́a de integración de Riemann presentada en 1854 es una adaptación de la teorı́a


de Cauchy debilitando las hipótesis necesarias para que una función sea integrable. Mien-
AL

tras Cauchy restringı́a la integrabilidad a funciones continuas, Riemann dio una condición
necesaria y suficiente para la integrabilidad de una función: una función acotada f(x) es
integrable en [a, b] si y sólo si la suma de Cauchy
RO

X
n
Sn = f(tk )(xk − xk−1 ),
D

k=1

donde a = x0 < x1 < . . . < xn = b y tk ∈ [xk−1 , xk ], se aproxima a un único valor lı́mite


PE

cuando el tamaño de la partición del intervalo se aproxima a 0. Este único valor lı́mite es
Zb
por definición f(x) dx. Aunque lo que Riemann hizo nos pueda parecer ahora un paso
a
casi trivial a partir de la integral de Cauchy, históricamente representó un gran salto, ya
que involucraba un concepto radicalmente diferente de función. De hecho, en su tiempo, la
teorı́a de Riemann parecı́a la más general posible: su condición de integrabilidad era la más
débil usando la definición tradicional de Cauchy; de hecho, permitı́a extender el concepto
de integral a funciones cuyos puntos de discontinuidad forman un conjunto denso, funcio-
nes cuya existencia ni siquiera habı́a sido sospechada por la mayorı́a de los matemáticos de
la época. Una nueva generalización parecı́a por lo tanto impensable. Impensable siempre
y cuando la suma de Cauchy fuese tomada como punto de partida para la definición de

17
18 2.1. Motivación

integral. Es en este sentido que la idea de medida se hace fundamental para sentar las bases
de una nueva definición de integral, la cual se hacı́a cada vez más necesaria después de los
trabajos de Fourier y Dirichlet para admitir funciones cada vez más discontinuas.

2.1.1. Deficiencias de la integral de Riemann

U
El nuevo concepto de integral que desarrollamos en este curso tratará de solventar las defi-
ciencias que presentaba la integral de Riemann y que se hicieron patentes a partir de 1890.

/E H
Básicamente, deseamos que la integral de Lebesgue resuelva alguna de las limitaciones que
enumeramos a continuación.

PV
1. La clase de funciones integrables Riemann es relativamente pequeña. Sólo alcanza las
funciones con una cantidad numerable de puntos de discontinuidad finita.
-U
2. La integral de Riemann no tiene propiedades de lı́mite satisfactorias. Sin hipótesis
adicionales, no se puede pasar al lı́mite bajo el signo integral.

3. En muchos casos, la primitiva de una función integrable no es derivable. En muchos


RI´A

otros, la derivada de una función no es integrable Riemann.

4. Los espacios Lp (p < ∞) no son completos bajo la integral de Riemann.


EG

Ejemplo 2.1. La función f : [0, 1] → R definida por



1 si x ∈ Q
AL

f(x) =
0 en el resto,

es la llamada función de Dirichlet, la cual es discontinua en todo [0, 1] y, por lo tanto, no es


O

integrable Riemann.
DR

Ejemplo 2.2. Sin embargo, la función de Thomae f : [0, 1] → R definida por





1/q si x = p/q, p, q ∈ N, mcd(p, q) = 1
PE

f(x) = 0 si x ̸∈ Q



1 si x = 0,
es continua en los irracionales y discontinua en los racionales, es integrable Riemann en [0, 1] y
R1
además 0 f = 0.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 19

Para demostrar que es integrable Riemann, observemos en primer lugar que L(f, P) = 0 para cual-
quier partición P del intervalo [0, 1] ya que todo intervalo [xi−1 , xi ] contiene algún número irracio-
nal.
Por otra parte, dado cualquier ε > 0, sabemos que sólo existe un conjunto finito de racionales
{x1 , . . . , xn } ⊂ [0, 1] tales que f(xi ) > ε/2 (i = 1, . . . , n). Elegimos entonces una partición P de [0, 1]
de modo que {x1 , . . . , xn } sean los puntos medios de subintervalos de P cuya longitud total sea ε/2.

U
De este modo, podemos dividir U(f, P) en dos sumandos: los correspondientes a los subintervalos
citados suman como máximo 1 · ε/2 y los restantes están acotados por el área del rectángulo de base

/E H
1 y altura ε/2 (ver figura adjunta).

PV
-U
RI´A
EG

En definitiva, U(f, P) ⩽ ε, de modo que f es integrable.


Ejemplo 2.3. La función f : [0, 1] → R definida por f(x) = 1 + 1/2n , si x ∈ (1/2n+1 , 1/2n ]
AL

(n ⩾ 0), tiene infinitas discontinuidades (en los puntos xn = 1/2n , n ∈ N) pero es integrable
R1
Riemann y 0 f(x) dx = 5/3 (ver ejercicio 1.2).
O

Ejemplo 2.4. Si definimos la sucesión fn : [0, 1] → R por



2n si 1/2n ⩽ x ⩽ 1/2n−1
DR

fn (x) =
0 en el resto,
Z1 Z1
PE

entonces 1 = lı́m fn (x) dx ̸= lı́m fn (x) dx = 0.


0 0
Ejemplo 2.5. Si definimos la sucesión fn : [0, 1] → R por

1 si x ∈ {r , . . . , r }
1 n
fn (x) =
0 en el resto,

donde rn es el n-ésimo número racional en [0, 1], entonces fn son integrables Riemann (porque
tienen una cantidad finita de puntos de discontinuidad) pero lı́m fn (x), la función de Dirichlet, no
es integrable Riemann.
Este ejemplo pone de manifiesto que los teoremas de la convergencia monótona y convergencia domi-
nada (ver sección 2.4.2) no son ciertos para la integral de Riemann.
20 2.1. Motivación

Ejemplo 2.6. La función F : [0, 1] → R definida por



x2 cos(1/x2 ) si 0 < x ⩽ 1
F(x) =
0 si x = 0,

es derivable en [0, 1] y su derivada vale

HU

2x cos(1/x2 ) + 2
sen(1/x2 ) si 0 < x ⩽ 1
F′ (x) = x
0 si x = 0.

/E
Sin embargo, F′ no es acotada, por lo que no es integrable Riemann.

2.1.2. Nueva forma de medir rectángulos


PV
-U
Los Geómetras del siglo XVII consideraban la integral de f(x) - el término integral no se
habı́a inventado aún, pero esto no tiene ninguna importancia - como la suma de una in-
A

finidad de indivisibles cada uno de ellos siendo la ordenada, positiva o negativa, de f(x).
Y bien, nosotros simplemente hemos agrupado los indivisibles de tamaño comparable;
RI´

hemos hecho, como se dice en álgebra, la reunión, la reducción de los términos semejan-
tes. Se puede decir que, con el método de Riemann, se intentaba sumar los indivisibles
EG

tomándolos en el orden suministrado por la variación de x, se procedı́a como lo harı́a un


comerciante desorganizado que contara monedas y billetes según fueran cayendo estos
AL

en sus manos; en cambio nosotros procedemos como el comerciante metódico que dice:
Tengo m(E1 ) monedas de 1 corona lo que hace 1 × m(E1 ), tengo m(E2 ) monedas de
2 coronas lo que hace 2 × m(E2 ), tengo m(E3 ) monedas de 5 coronas lo que hace 5 ×
RO

m(E3 ), etc. Ası́ tengo en total: S = 1 × m(E1 ) + 2 × m(E2 ) + 5 × m(E3 ) + . . . .


Ambos procedimientos conducirán al comerciante, sin ninguna duda, al mismo resulta-
D

do ya que, por muy rico que sea, no hay más que un número finito de billetes que contar;
pero para nosotros que tenemos que sumar una infinidad de indivisibles, la diferencia
PE

entre los dos métodos es capital.


“Sobre el desarrollo de la noción de integral”
Henri Lebesgue, conferencia en Copenhague 1926.

La integral de Riemann se define mediante particiones del dominio de la función y calcu-


lando el valor de la función en los puntos de cada intervalo de la partición. Sin embargo,
para definir la integral de Lebesgue se realiza una partición de la imagen de la función y
se mide el tamaño del dominio para los cuales la imagen de la función está comprendida
entre dichos valores. Para medir los conjuntos {x ∈ D(f) : yj−1 ⩽ y ⩽ yj } es necesario
desarrollar la teorı́a de la medida.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 21

A grandes rasgos, se pretende generalizar la noción de longitud en R, área en R2 o volumen


en R3 . Más concretamente, buscamos una función no negativa m definida en todos los
subconjuntos de R, que pueda tomar el valor +∞. Intuitivamente se necesita que verifique:

i) m([a, b]) = b − a (la medida de un intervalo es su longitud).

HU
ii) m(A ∪ B) = m(A) + m(B), si A y B son disjuntos.
En realidad, los argumentos de lı́mite que se aplican en la teorı́a hacen necesaria la
condición

/E
S P
ii’) m( i∈N Ai ) = i∈N m(Ai ), con Ai disjuntos dos a dos.

PV
iii) m(A + h) = m(A) (la medida es invariante bajo traslaciones).
-U
Un resultado importante de la teorı́a es la existencia y unicidad de tal medida, que llama-
remos medida de Lebesgue, cuando nos referimos a una clase razonable de conjuntos, los
llamados conjuntos medibles. Esta clase de conjuntos contiene en particular a los abiertos y
A

será cerrada bajo uniones numerables, intersecciones y complementos. Ahora bien, la idea
previa de poder asignar una medida a todos los subconjuntos de R no es posible. Demos-
RI´

traremos que existen conjuntos que no son medibles cuando pedimos las condiciones i) a
iii) anteriores. Esta situación contraria a la intuición está relacionada con la famosa parado-
EG

ja de Banach-Tarski: se puede descomponer la bola unidad de R3 en cinco piezas, las cuales


pueden recomponerse mediante traslaciones y rotaciones para formar dos bolas unitarias
AL

disjuntas (lo que vioları́a nuestra idea de conservación del volumen).


Ası́, el nacimiento de medida puede ser atribuido a Émile Borel. Antes de que, en 1904,
Lebesgue publicara sus trabajos, Borel publicó en 1898 el libro “Leçons sur la théorie des
RO

fonctions”, donde investigaba sobre ciertos conjuntos del intervalo [0, 1]. Pretendı́a asignar
medidas a subconjuntos más generales que los subintervalos, especialmente a aquellos
engendrados mediante uniones numerables o paso al complementario de intervalos. De
D

forma paralela pedı́a que estos subconjuntos cumplieran la propiedad de que la medida
PE

de la unión de cualquier familia finita o numerable de tales conjuntos disjuntos dos a dos
es igual a la suma de sus medidas; y por otra parte, todos los subintervalos tienen como
medida su longitud. Como podemos observar, esta definición de Borel es la definición de
premedida, nombre que más adelante asignarı́a Lebesgue. Borel no probó la existencia y
unicidad de dicha definición. Afirma que “el lema fundamental demostrado [...] nos asegura
que estas definiciones nunca serán contradictorias entre sı́”, y anotó en el pie de página de ese
mismo libro que “He omitido toda demostración ya que la redacción me pareció tener que ser larga
y fastidiosa [...]”. Por otra parte, Borel no hace absolutamente ninguna referencia o insinua-
ción sobre una posible conexión entre su concepto de medida y la teorı́a de integración.
Aunque Borel no fue capaz de probar dicho resultado, gracias a las aportaciones de Le-
besgue el resultado de Borel queda incluido en la construcción de la integral de Lebesgue.
22 2.2. Álgebras y σ-álgebras

Más adelante, a esos conjuntos a los que se referı́a Borel, Lebesgue los llamó borelianos por
deferencia a su amigo.

2.2. Álgebras y σ-álgebras

HU
Un conjunto A ⊂ R es abierto si

∀x ∈ A, ∃r > 0 : (x − r, x + r) ⊂ A.

/E
Un conjunto F ⊂ R es cerrado si su complementario Fc es abierto.
Una propiedad elemental de estos conjuntos es la siguiente:

PV
La unión arbitraria y la intersección finita de abiertos es abierto.
Un conjunto E ⊂ R es acotado si existe r > 0 tal que E ⊂ (−r, r). Si además es cerrado,
-U
entonces es compacto y cumple la propiedad de Heine-Borel:
S
Si E es compacto y E ⊂ α∈I Aα , con Aα abierto para todo α ∈ I, entonces existe una familia
finita {Aα1 , . . . , Aαn } tal que E ⊂ Aα1 ∪ · · · ∪ Aαn .
A

Definición. Se dice que F ∈ Fσ cuando F es unión numerable de cerrados. El sı́mbolo


RI´

Fσ tiene su origen en las palabras francesas Fermé, que significa cerrado, y Somme, que
significa suma o unión.
EG

Análogamente, se dice que G ∈ Gδ cuando G es intersección numerable de abiertos. El


nombre dado proviene de las palabras alemanas Gebiet, que significa área o entorno, y
AL

Durchschnitt, que significa intersección.


Definición. Una colección A de conjuntos es un álgebra si
i) ∅ ∈ A.
RO

ii) A, B ∈ A =⇒ A ∪ B ∈ A.
iii) A ∈ A =⇒ Ac ∈ A.
D

Un álgebra A de conjuntos se dice que es una σ-álgebra cuando


PE

iv) (Ai )i∈N ⊂ A =⇒ i∈N Ai ∈ A.


S

Ejemplo 2.7. 1) P(R) es la mayor σ-álgebra de R.

2) {∅, R} es la menor σ-álgebra de R.

3) Si A = {A ⊂ R : A ó Ac es finito}, entonces A es un álgebra pero no una σ-álgebra.

Definición. La colección B de conjuntos de Borel es la menor σ-álgebra que contiene todos


los conjuntos abiertos. Llamaremos borelianos a los elementos de la σ-álgebra B.
Veremos a continuación (proposición 2.2.1) que dicho conjunto existe. Además es también
la mı́nima σ-álgebra que contiene todos los conjuntos cerrados y la mı́nima σ-álgebra que
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 23

contiene los intervalos abiertos ası́ como la mı́nima σ-álgebra que contiene los intervalos
semiabiertos.
Son también borelianos los conjuntos Fσ y Gδ .

Proposición 2.2.1. Dada cualquier colección de conjuntos C, existe la mı́nima σ-álgebra que con-
tiene a C, la cual recibe el nombre de σ-álgebra generada por C.

HU
Demostración. Llamamos F a la familia de todas las σ-álgebras que contienen a C y defi-
nimos A = {B : B ∈ F}. Por definición, C ⊂ B, para todo B ∈ F, de modo que C ⊂ A.
T

/E
Además A es una σ-álgebra (por serlo B, para todo B ∈ F).
Por último, si B es una σ-álgebra que contiene a C, entonces B ⊃ A.

PV
Proposición 2.2.2. Sea A un álgebra
[ de conjuntos
[ y (Ai )i∈N ⊂ A. Entonces existe (Bi )i∈N ⊂ A
tal que Bi ∩ Bj = ∅, para i ̸= j, y Bi = Ai .
-U
i∈N i∈N

Demostración. Definimos
A

B1 = A1
Bn = An \ (A1 ∪ · · · ∪ An−1 ) = An ∩ Ac1 ∩ . . . Acn−1 .
RI´

Es evidente que Bn ∈ A y que Bn ⊂ An para todo n. Por tanto, Bi ⊂ Ai .


S S
EG

Además, si suponemos m < n,

Bm ∩ Bn ⊂ Am ∩ Bn = Am ∩ An ∩ Ac1 ∩ · · · ∩ Acn−1 = ∅.
AL

S
Por último, si x ∈ Ai , supongamos que n0 es el menor valor de i ∈ N tal que x ∈ Ai . Ası́
S
pues, x ∈ Bn0 y x ∈ Bi .
RO

2.3. Tres principios de Littlewood


D
PE

La cantidad de conocimientos necesarios en la teorı́a de funciones de una variable real


no es tan grande como se puede suponer. Hay tres principios, que se expresan a grandes
rasgos de la siguiente manera:

Todo conjunto medible es casi una unión finita de intervalos;


Toda función medible es casi continua;
Toda sucesión convergente de funciones medibles es casi uniformemente conver-
gente.

La mayorı́a de los resultados de la teorı́a consiste en aplicaciones intuitivas de estas


ideas.
John Littlewood
24 2.3. Tres principios de Littlewood

Realizaremos en este apartado el proceso de construcción de conjuntos medibles y funcio-


nes integrables en la recta real con el objetivo de cumplir los tres principios establecidos
por Littlewood.

2.3.1. Todo conjunto medible es casi unión finita de intervalos

U
El primer resultado en esta dirección no necesita ningún concepto especial de medida.

/E H
Teorema 2.3.1. Todo conjunto abierto A ⊂ R se puede escribir como unión numerable de intervalos
h i i + 1
disjuntos del tipo Ii,m = m , m , i ∈ Z, m ∈ N ∪ {0} (llamados intervalos diádicos).
2 2
Demostración. Para cada m, es evidente que R ⊂ i∈Z Ii,m . Llamamos I0 a la unión de

PV
S

los intervalos Ii,0 contenidos en A, I1 a la unión de los intervalos Ii,1 contenidos en A


pero no contenidos en los anteriores y ası́ sucesivamente. Entonces m⩾0 Im es una unión
-U S

numerable de intervalos disjuntos contenida en A.


Falta sólo comprobar que A = m⩾0 Im :
S
RI´A

Si x ∈ A, existe un intervalo (x − ε, x + ε) ⊂ A. Como además existe m ∈ N tal que Ii,m


tiene diámetro menor que ε, entonces x ∈ Ii,m para algún i donde Ii,m ⊂ A. Entonces, o
bien Ii,m ⊂ Is , con s < m, o bien Ii,m ⊂ Im . En cualquier caso, x ∈ m⩾0 Im .
S
EG

El primer concepto que nos permitirá el desarrollo de la teorı́a de la medida es el de medida


exterior. Su definición obedece a ideas intuitivas pero carece de la propiedad de aditividad
AL

numerable.
Definición. Dado un conjunto E ⊂ R, se define la medida exterior de E como
X
O

m∗ (E) = ı́nf
S l(In ),
E⊂ In
n∈N
DR

donde In son intervalos abiertos y l(I) representa la longitud del intervalo I.


De la definición se deduce inmediatamente que
PE

m∗ (∅) = 0;

m∗ (A) ⩽ m∗ (B), si A ⊂ B;

m∗ ({x}) = 0;

m∗ (A + h) = m∗ (A), ∀h ∈ R.

Observemos además que la medida exterior puede tomar el valor +∞.


La definición intenta describir la medida de un conjunto aproximándolo desde el exterior
(de ahı́ su nombre). Cuanto más fino sea el cubrimiento del conjunto, más próxima está su
medida a la suma de las longitudes de los intervalos.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 25

Una definición completamente análoga se puede dar en Rk .

Proposición 2.3.2. La medida exterior de un intervalo coincide con su longitud.

Demostración. Caso 1. Dado el intervalo [a, b], para cualquier ε > 0, [a, b] ⊂ (a − ε, b + ε).
Entonces m∗ ([a, b]) ⩽ b − a + 2ε, de modo que m∗ ([a, b]) ⩽ b − a.

HU
Falta ver que m∗ ([a, b]) ⩾ b − a lo cual equivale a probar que, si (In )n∈N es una sucesión
P
de intervalos que cubren a [a, b], entonces n∈N l(In ) ⩾ b − a.

/E
Por la compacidad de [a, b], podemos aplicar el teorema de Heine-Borel. Ası́ pues, basta
X
N
probar que l(In ) ⩾ b − a, donde {I1 , . . . , IN } es un cubrimiento finito de [a, b].

PV
n=1
Podemos suponer que a ∈ I1 = (a1 , b1 ). Si b1 ⩽ b, como b1 ∈ [a, b], debe existir I2 = (a2 , b2 )
tal que b1 ∈ I2 .
-U
Siguiendo este proceso, obtenemos una familia (a1 , b1 ), . . . , (ak , bk ) contenida en (Ii )N
i=1 tal
que ai < bi−1 < bi (i = 2, . . . , k), hasta que bk > b.
A

Como el conjunto (Ii )N


i=1 cubre al intervalo [a, b], necesariamente b ∈ (ak , bk ). Entonces
RI´

X
N X
k
l(In ) ⩾ l(ai , bi ) = bk − ak + bk−1 − ak−1 + · · · + b1 − a1 > bk − a1 > b − a
EG

n=1 i=1

porque ai < bi−1 , bk > b y a1 < a.


AL

Caso 2. Si I es un intervalo finito, dado ε > 0, existe J intervalo cerrado tal que J ⊂ I y
l(J) > l(I) − ε. Entonces
RO

l(I) − ε < l(J) = m∗ (J) ⩽ m∗ (I) ⩽ m∗ ( I) = l( I) = l(I),

con lo que m∗ (I) = l(I).


D

Caso 3. Si I es un intervalo infinito, dado cualquier M ∈ R, existe J intervalo cerrado tal


PE

que J ⊂ I y l(J) = M. Entonces

m∗ (I) ⩾ m∗ (J) = l(J) = M.

Por tanto, m∗ (I) = ∞ = l(I).

Proposición 2.3.3. Si (An )n∈N es una sucesión de conjuntos en R, entonces


[ X
m∗ ( An ) ⩽ m∗ (An ).
n∈N n∈N

Demostración. Si algún An tiene medida exterior infinita, la desigualdad es evidente.


26 2.3. Tres principios de Littlewood

Si m∗ (An ) < ∞, para todo n, dado ε > 0, existe una sucesión (In,i )i∈N de intervalos
P
abiertos tal que An ⊂ i∈N In,i y i∈N l(In,i ) < m∗ (An ) + 2−n · ε. La sucesión doble
S
S
(In,i )n,i∈N cubre a n∈N An y
[ XX X X
m∗ ( An ) ⩽ l(In,i ) < (m∗ (An ) + 2−n · ε) = m∗ (An ) + ε.
n∈N n∈N i∈N n∈N n∈N
P
m∗ ( m∗ (A
S
En definitiva, n∈N An ) ⩽ n ).

U
n∈N

Corolario 2.3.4. Si A es numerable, m∗ (A) = 0.

/E H
Demostración. Basta escribir
X

PV
[
A = {xk : k ∈ N} ⊂ (xk − εk , xk + εk ), con εk < ε/2.
k∈N k∈N
X
Ası́, m∗ (A) ⩽
-U
l(xk − εk , xk + εk ) < ε.
k∈N

Corolario 2.3.5. El conjunto [0, 1] no es numerable.


RI´A

Ejemplo 2.8. El conjunto de Cantor juega un importante papel en la teorı́a de conjuntos y es un


ejemplo de conjunto con medida exterior cero.
EG

Para construirlo, empezamos con el intervalo cerrado

C0 = [0, 1].
AL

Si dividimos el intervalo en tres partes iguales y eliminamos la central, obtenemos

C1 = [0, 1/3] ∪ [2/3, 1].


O

Repitiendo el proceso con los dos intervalos resultantes, tenemos (ver figura adjunta)
DR

C2 = [0, 1/32 ] ∪ [2/32 , 1/3] ∪ [2/3, 7/32 ] ∪ [8/32 , 1].


PE

C0
0 1
C1 1 2
0 €€€€ €€€€ 1
3 3
C2
0 1 2 1 2 7 8 1
€€€€ €€€€ €€€€ €€€€ €€€€ €€€€
9 9 3 3 9 9

Con este procedimiento, obtenemos una sucesión (Ck )k⩾0 de conjuntos cerrados tales que Ck+1 ⊂
Ck (k ⩾ 0).
T
Por definición, el conjunto de Cantor es C = k⩾0 Ck .
Sus propiedades más importantes son las siguientes:
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 27

Es compacto.
Basta observar que es cerrado y está contenido en [0, 1].

Es perfecto (todo punto de C es de acumulación).


Cada Ck es unión de 2k intervalos cerrados disjuntos cuyos extremos están en C (pues un
extremo de cualquier intervalo de Ck es extremo de algún intervalo de Ck+1 . Ası́ pues, si

HU
x ∈ C, para cualquier k ∈ N, x ∈ Ck . Por tanto x está contenido en alguno de los 2k
intervalos de longitud 3−k . Basta elegir xk ̸= x como uno de los extremos de dicho intervalo
para que |x − xk | ⩽ 3−k .

/E
Es denso en ninguna parte (int C = ∅).

PV
Esto es consecuencia de que m∗ (C) = 0 pues, si existe (a, b) ⊂ C, entonces b − a ⩽ m∗ (C) =
0.
-U
Es totalmente disconexo (∀x, y ∈ C, x < y, ∃z ∈ (x, y) con z ̸∈ C).
Se deduce de la propia construcción.
A

Es no numerable.
RI´

Supongamos, por el contrario, que C fuera numerable. Entonces podemos escribir C = {xn :
n ∈ N}. Como C1 es unión disjunta de dos intervalos, existe I1 ⊂ C1 tal que x1 ̸∈ I1 . De
EG

la misma forma, existe I2 ⊂ I1 ∩ C2 tal que x2 ̸∈ I2 . Repitiendo el proceso, conseguimos


T
una sucesión de intervalos encajados I1 ⊃ I2 ⊃ · · · ⊃ In ⊃ . . . tal que n∈N In ̸= ∅.
AL

T T
Como n∈N In ⊂ C, existe y ∈ n∈N In tal que y ̸= xn para todo n, lo que contradice la
suposición inicial.

Tiene medida exterior cero.


RO

Por construcción, C ⊂ Ck , donde Ck es unión disjunta de 2k intervalos cerrados, de longitud


3−k . Por tanto, m∗ (C) ⩽ (2/3)k , ∀k, con lo que m∗ (C) = 0.
D
PE

Lema 2.3.6. Dado un conjunto E,

a) para cualquier ε > 0, existe un abierto A tal que E ⊂ A y m∗ (A) ⩽ m∗ (E) + ε;

b) existe G ∈ Gδ tal que E ⊂ G y m∗ (E) = m∗ (G);

c) m∗ (E) = ı́nf{m∗ (A) : A abierto, E ⊂ A}.

Demostración. a) Dado ε > 0, existe una sucesión (In )n∈N de intervalos abiertos tal que
P
E ⊂ n∈N In y m∗ (E) + ε ⩾ n∈N l(In ). Si llamamos A = n∈N In , entonces
S S

X
m∗ (A) ⩽ l(In ) ⩽ m∗ (E) + ε.
n∈N
28 2.3. Tres principios de Littlewood

b) Por el apartado a), dado n ∈ N, existe An un abierto tal que m∗ (E) + 1/n ⩾ m∗ (An ),
con E ⊂ An . Si llamamos G = n∈N An , entonces G ∈ Gδ , E ⊂ G y m∗ (G) ⩽ m∗ (An ) ⩽
T

m∗ (E) + 1/n. Además m∗ (E) ⩽ m∗ (G).


c) Si E ⊂ A, m∗ (E) ⩽ m∗ (A), de donde m∗ (E) ⩽ ı́nf m∗ (A).
Por otro lado, según el apartado a), m∗ (A) ⩽ m∗ (E) + ε. Entonces ı́nf m∗ (A) ⩽ m∗ (E).

HU
Proposición 2.3.7. Si E = E1 ∪ E2 y d(E1 , E2 ) > 0, entonces m∗ (E1 ∪ E2 ) = m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ).

Demostración. Sea δ > 0 tal que d(E1 , E2 ) > δ > 0.

/E
S
Dado ε > 0 arbitrario, sea (In )n∈N una sucesión de intervalos abiertos tal que E ⊂ n∈N In
P
y n∈N l(In ) ⩽ m∗ (E) + ε.

PV
Además elegimos la sucesión para que la longitud de cada intervalo sea menor que δ. De
este modo, cada intervalo sólo puede cortar a uno de los conjuntos E1 ó E2 . Simbólicamente,
-U
podemos escribir [ [
E1 ⊂ Ij , E2 ⊂ Ij ,
j∈J1 j∈J2
A

donde J1 ∩ J2 = ∅. Entonces
RI´

X X X
m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ) ⩽ l(Ij ) + l(Ij ) ⩽ l(Ij ) ⩽ m∗ (E) + ε.
j∈J1 j∈J2 j∈N
EG

Esto implica que m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ) ⩽ m∗ (E). La otra desigualdad es evidente.


AL

S
Se puedeXprobar también que, si E = n∈N In , con In intervalos disjuntos, entonces
m∗ (E) = l(In ). A pesar de ello, no podemos concluir que, si E = E1 ∪ E2 , con E1 ∩ E2 =
n∈N
∅, entonces m∗ (E) = m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ). Hará falta que dichos conjuntos sean medibles.
RO

Definición. Un conjunto E es medible si, para todo conjunto A,


D

m∗ (A) = m∗ (A ∩ E) + m∗ (A ∩ Ec ).
PE

Lema 2.3.8. Si m∗ (E) = 0, entonces E es medible. En particular, si F ⊂ E y m∗ (E) = 0, entonces


F es medible.

Demostración. Dado un conjunto A, como A ∩ E ⊂ E, entonces m∗ (A ∩ E) ⩽ m∗ (E) = 0. Por


otra parte, como A ∩ Ec ⊂ A, entonces

m∗ (A) ⩾ m∗ (A ∩ Ec ) = m∗ (A ∩ Ec ) + m∗ (A ∩ E).

La otra desigualdad es evidente.

De esta propiedad deducimos en particular que el conjunto de Cantor es medible.


Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 29

Proposición 2.3.9. La familia M = {E : E es medible} es un álgebra de conjuntos.

Demostración. Hay que demostrar, en primer lugar, que, si E1 y E2 son medibles, entonces
E1 ∪ E2 es medible.
Por una parte, como E2 es medible,

HU
m∗ (A ∩ Ec1 ) = m∗ (A ∩ Ec1 ∩ E2 ) + m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )c ).

Por otra parte, como E1 es medible,

/E
m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) = m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 ) ∩ E1 ) + m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 ) ∩ Ec1 )
= m∗ (A ∩ E1 ) + m∗ (A ∩ Ec1 ∩ E2 ).

PV
Por tanto, m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) + m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )c ) = m∗ (A ∩ E1 ) + m∗ (A ∩ Ec1 ) = m∗ (A).
Para que M sea un álgebra de conjuntos, falta probar que, si E es medible, entonces Ec es
-U
medible, pero esto es consecuencia de la propia definición.

Veremos a continuación que la familia M es además una σ-álgebra.


A
RI´

Lema 2.3.10. Si A es un conjunto y {E1 , . . . , En } una colección disjunta de conjuntos medibles,


entonces
n  X n
EG

 [

m A∩( Ei ) = m∗ (A ∩ Ei ).
i=1 i=1
AL

Demostración. (Por inducción) El caso n = 1 es evidente.


Si suponemos cierta la propiedad para n − 1, teniendo en cuenta que
n n n−1
RO

[ [ [
A∩( Ei ) ∩ En = A ∩ En y A ∩ ( Ei ) ∩ Ecn = A ∩ ( Ei ),
i=1 i=1 i=1

resulta
D

n n−1  Xn
PE

 [   [
∗ ∗ ∗
m A∩( Ei ) = m (A ∩ En ) + m A ∩ ( Ei ) = m∗ (A ∩ Ei ).
i=1 i=1 i=1

Proposición 2.3.11. La familia M es una σ-álgebra de conjuntos.

con Ei ∈ M, entonces E ∈ M.
S
Demostración. Basta ver que, si E = i∈N Ei ,

Por la proposición 2.2.2, podemos suponer Ei ∩ Ej = ∅, si i ̸= j.


Dado cualquier conjunto A, si llamamos Fn = n i=1 Ei , entonces Fn ∈ M y E ⊂ Fn . Por
c c
S

tanto,
m∗ (A) = m∗ (A ∩ Fn ) + m∗ (A ∩ Fcn ) ⩾ m∗ (A ∩ Fn ) + m∗ (A ∩ Ec ).
30 2.3. Tres principios de Littlewood

Por el lema 2.3.10,


X
n

m (A ∩ Fn ) = m∗ (A ∩ Ei ),
i=1

de modo que
X
n

m (A) ⩾ m∗ (A ∩ Ei ) + m∗ (A ∩ Ec ).

HU
i=1

Como la desigualdad es cierta para todo n,


X
m∗ (A) ⩾ m∗ (A ∩ Ei ) + m∗ (A ∩ Ec ) ⩾ m∗ (A ∩ E) + m∗ (A ∩ Ec )

/E
i∈N

por la subaditividad numerable de m∗ .

PV
Veamos a continuación que la clase de conjuntos medibles contiene a la clase de conjuntos
-U
de Borel en R.

Lema 2.3.12. El intervalo (a, ∞) es medible.


A

Demostración. Dado A, sean A1 = A ∩ (a, ∞) y A2 = A ∩ (−∞, a].


RI´

Si m∗ (A) = ∞, es evidente que m∗ (A1 ) + m∗ (A2 ) ⩽ m∗ (A).


Si m∗ (A) < ∞, dado ε > 0, existe una sucesión de intervalos abiertos (In )n∈N tal que
EG

P
A ⊂ n∈N In y n∈N l(In ) ⩽ m∗ (A) + ε.
S

Llamamos In,1 = In ∩ (a, ∞) e In,2 = In ∩ (−∞, a]. Entonces


AL

l(In ) = l(In,1 ) + l(In,2 ) = m∗ (In,1 ) + m∗ (In,2 ).


RO

S
Como A1 ⊂ n∈N In,1 , tenemos:
[ X
m∗ (A1 ) ⩽ m∗ ( In,1 ) ⩽ m∗ (In,1 )
D

n∈N n∈N
S
PE

y, como A2 ⊂ n∈N In,2 , tenemos


[ X
m∗ (A2 ) ⩽ m∗ ( In,2 ) ⩽ m∗ (In,2 ).
n∈N n∈N

Ası́ pues,
X  X
m∗ (A1 ) + m∗ (A2 ) ⩽ m∗ (In,1 ) + m∗ (In,2 ) ⩽ l(In ) ⩽ m∗ (A) + ε.
n∈N n∈N

Al ser ε arbitario, m∗ (A1 ) + m∗ (A2 ) ⩽ m∗ (A).

Proposición 2.3.13. Todo conjunto de Borel es medible. En particular todos los conjuntos abiertos
y cerrados son medibles.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 31

Demostración. Como (a, ∞) ∈ M, entonces (−∞, a] ∈ M.


Además, como (−∞, b) = n∈N (−∞, b − 1/n], entonces (−∞, b) ∈ M.
S

Como (a, b) = (−∞, b) ∩ (a, ∞), entonces (a, b) ∈ M.


Si A es abierto, A = n∈N In , con In intervalos abiertos. Entonces A ∈ M.
S

Como B es la menor σ-álgebra que contiene los conjuntos abiertos, B ⊂ M.

HU
Observación. No todos los conjuntos medibles son de Borel (una demostración constructi-
va puede verse en [AB]).

/E
Definición. Dado un conjunto medible E, se define la medida de Lebesgue de E como
m(E) = m∗ (E). De este modo, m es la restricción de m∗ a la familia M.

PV
Proposición 2.3.14. Si (En )n∈N es una sucesión de conjuntos medibles, entonces
[ X
-U
m( En ) ⩽ m(En ).
n∈N n∈N

Si Ei ∩ Ej = ∅, para i ̸= j, entonces
X
A

[
m( En ) = m(En ).
RI´

n∈N n∈N

Demostración. La primera parte consiste precisamente en la subaditividad de la medida


EG

exterior (proposición 2.3.3).


Si (E1 , . . . , Ek ) es una familia finita de conjuntos medibles disjuntos, por el lema 2.3.10 con
AL

A = R, resulta que
[k Xk
m( En ) = m(En ).
n=1 n=1
RO

Por último, si (Ei )i∈N es una sucesión infinita de conjuntos medibles disjuntos, entonces
[ n
[
Ei ⊃ Ei , de modo que
D

i∈N i=1

X
PE

[ n
[ n
m( Ei ) ⩾ m( Ei ) = m(Ei ).
i∈N i=1 i=1

Como la desigualdad es cierta para todo n,


[ X
m( En ) ⩾ m(Ei ).
i∈N i∈N

Proposición 2.3.15. Si (Ei )i∈N es una sucesión de conjuntos medibles y Ek ⊂ Ek+1 , para todo
k ∈ N, entonces [
m( Ei ) = lı́m m(En ).
n→∞
i∈N
32 2.3. Tres principios de Littlewood

Demostración. Construimos los conjuntos F1 = E1 , Fk = Ek \ Ek−1 , k ⩾ 2. Ası́, (Fk )k∈N es


S S
una sucesión de conjuntos medibles disjuntos y Fk = Ek . Por tanto,

[ X X
n n
[
m( Ek ) = m(Fk ) = lı́m m(Fk ) = lı́m m( Fk ) = lı́m m(En ).
n→∞ n→∞ n→∞
k∈N k∈N k=1 k=1

U
Proposición 2.3.16. Si (En )n∈N es una sucesión infinita de conjuntos medibles, tal que Ek+1 ⊂ Ek ,

/E H
para todo k, y m(E1 ) es finita, entonces
\
m( Ei ) = lı́m m(En ).
n→∞

PV
i∈N

y Fi = Ei \ Ei+1 . Entonces
T
Demostración. Llamamos E = i∈N Ei
-U
[
E1 \ E = Fi ,
i∈N
RI´A

y los conjuntos Fi son disjuntos dos a dos. Por tanto,


X X
m(E1 \ E) = m(Fi ) = m(Ei \ Ei+1 ).
i∈N i∈N
EG

Ahora bien,
AL

m(E1 ) = m(E) + m(E1 \ E) y m(Ei ) = m(Ei+1 ) + m(Ei \ Ei+1 ),

debido a que E ⊂ E1 y Ei+1 ⊂ Ei .


O

Teniendo en cuenta que m(Ei ) ⩽ m(E1 ) < ∞, resulta que


DR

m(E1 \ E) = m(E1 ) − m(E) y m(Ei \ Ei+1 ) = m(Ei ) − m(Ei+1 ).


PE

Ası́ pues,

X X
n
m(E1 ) − m(E) = [m(Ei ) − m(Ei+1 )] = lı́m [m(Ei ) − m(Ei+1 )]
n→∞
i∈N i=1

= lı́m[m(E1 ) − m(En )] = m(E1 ) − lı́m m(En ).

Como m(E1 ) < ∞, resulta que m(E) = lı́m m(En ).

Observemos que el resultado puede ser falso si m(E1 ) = ∞. Basta considerar los conjuntos
En = (n, ∞).
Veremos a continuación lo establecido por el primer principio de Littlewood, que todo
conjunto medible es casi unión finita de intervalos.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 33

Proposición 2.3.17. Dado un conjunto E ⊂ R, son equivalentes:

a) E es medible.

b) Dado ε > 0, existe un abierto A ⊃ E tal que m∗ (A \ E) < ε.

c) Dado ε > 0, existe un cerrado F ⊂ E tal que m∗ (E \ F) < ε.

HU
d) Existe G ∈ Gδ , con E ⊂ G, tal que m∗ (G \ E) = 0.

e) Existe F ∈ Fσ , con F ⊂ E, tal que m∗ (E \ F) = 0.

/E
Si además m∗ (E) es finita, las proposiciones anteriores son equivalentes a

PV
f) Dado ε > 0, existe U unión finita de intervalos abiertos tal que m∗ (U∆E) < ε.

Demostración. a) =⇒ b): Si m(E) < ∞, por el lema 2.3.6, dado ε > 0, existe un abierto A tal
-U
que E ⊂ A y m∗ (A) ⩽ m∗ (E) + ε. Como E es medible,

m∗ (A) = m∗ (A ∩ E) + m∗ (A ∩ Ec ) = m∗ (E) + m∗ (A \ E)
A

=⇒ m∗ (A \ E) = m∗ (A) − m∗ (E) ⩽ ε.
RI´

Si m(E) = ∞, sea En = E ∩ {x : n − 1 ⩽ |x| < n}. Dado ε > 0, como m(En ) < ∞, para cada n
EG

existe un abierto An ⊃ En tal que m∗ (An \ En ) < ε/2n . Ahora el conjunto


S
X A = n∈N An es
∗ ∗
abierto y E ⊂ A. Como A \ E ⊂ n∈N (An \ En ), entonces m (A \ E) ⩽ m (An \ En ) < ε.
S
n∈N
AL

b) =⇒ d): Para cada n ∈ N, existe An abierto, con E ⊂ An , tal que m∗ (A n \ E) < 1/n. Si
G = n∈N An , entonces G ∈ Gδ , E ⊂ G y
T
RO

m∗ (G \ E) ⩽ m∗ (An \ E) < 1/n, ∀n ∈ N.

Por tanto, m∗ (G \ E) = 0.
D

d) =⇒ a): Si m∗ (G \ E) = 0, entonces G \ E es medible. Como G es medible y E = (G \ E)c ∩


PE

G, entonces E es medible.
a) =⇒ c): Como Ec es medible, existe A abierto tal que Ec ⊂ A y m∗ (A \ Ec ) < ε. Entonces
Ac es cerrado y Ac ⊂ E. Además

m∗ (E \ Ac ) = m∗ (E ∩ A) < ε.

c) =⇒ e): Para cada n ∈ N, existe Fn cerrado, con E ⊃ Fn , tal que m∗ (E \ Fn ) < 1/n. Si
F = n∈N Fn , entonces F ∈ Fσ , F ⊂ E y
S

m∗ (E \ F) ⩽ m∗ (E \ Fn ) < 1/n, ∀n ∈ N.

Por tanto, m∗ (E \ F) = 0.
34 2.3. Tres principios de Littlewood

e) =⇒ a): Como m∗ (E \ F) = 0, entonces E \ F es medible. Escribiendo E = (E \ F) ∪ F,


deducimos que E es medible.
a) =⇒ f): Sea (Ij )j∈N una sucesión de intervalos abiertos tal que E ⊂ j∈N Ij y m∗ (E) + ε/2 ⩾
S
P
j∈N l(Ij ).
P
Como m∗ (E) < ∞, la serie es convergente y existe n0 ∈ N tal que ∞ j=n0 +1 l(Ij ) < ε/2.

HU
Sn0
Si llamamos U = j=1 Ij , entonces

[ ∞
[
m∗ (U∆E) = m∗ (U \ E) + m∗ (E \ U) ⩽ m∗ ( Ij \ E) + m∗ ( Ij )

/E
j∈N j=n0 +1
X ∞
X

PV
⩽ l(Ij ) − m (E) + l(Ij ) < ε.
j∈N j=n0 +1 -U
Corolario 2.3.18. Todo conjunto medible con medida positiva contiene un conjunto cerrado con
medida positiva.
A
RI´

Demostración. Si E es medible, dado ε > 0, existe F cerrado tal que F ⊂ E y m∗ (E \ F) < ε.


Entonces
EG

m(F) = m(E) − m(E \ F) > m(E) − ε.


AL

Basta elegir ε < m(E)/2 para que m(F) > 0.

Otras propiedades deseables de la medida se refieren a la invariancia, como indicamos a


RO

continuación.

Proposición 2.3.19. Sea E un conjunto medible. Entonces:


D

a) Para todo k ∈ R, el conjunto Ek = E + k = {x + k : x ∈ E} es medible y m(Ek ) = m(E).


PE

b) Para todo λ > 0, el conjunto λE = {λ · x : x ∈ E} es medible y m(λE) = λ · m(E).

c) El conjunto −E = {−x : x ∈ E} es medible y m(−E) = m(E).

Demostración. Veamos el apartado a) (el resto es similar).


Dado A ⊂ R, llamamos A′ = A − k = {u ∈ R : u + k ∈ A}. Entonces

m∗ (A ∩ Ek ) + m∗ (A ∩ Eck ) = m∗ (A′ ∩ E) + m∗ (A′ ∩ Ec ) = m∗ (A′ ) = m∗ (A).


Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 35

Para terminar la sección, hagamos la construcción de un conjunto no medible, lo que de-


muestra que no puede extenderse la noción de longitud a cualquier subconjunto de R si se
quiere que se cumpla la propiedad m∗ (A ∪ B) = m∗ (A) + m∗ (B), con A y B disjuntos. Este
resultado fue probado por Vitali en el trabajo “Sul problema della misura dei gruppi di punti
di una retta” publicado en 1905.
En primer lugar, establecemos la siguiente relación de equivalencia en [0, 1]:

U
x ∼ y cuando x − y ∈ Q.

/E H
α Eα ,
S
Esta relación permite escribir [0, 1] = unión disjunta de clases de equivalencia.
A continuación, definimos N = {xα : xα ∈ Eα } (llamado conjunto de Vitali) eligiendo

PV
exactamente un elemento de cada clase Eα (por el axioma de elección). Veamos que N no
es medible.
-U
Si numeramos los racionales en [0, 1] como {rk : k ∈ N}, consideramos los conjuntos trasla-
dados Nk = N + rk . Probaremos que estos conjuntos son disjuntos:
Si Nk ∩ Np ̸= ∅, existen rk , rp racionales distintos, y existen α, β tales que xα + rk = xβ + rp ,
RI´A

o bien xα − xβ = rp − rk ∈ Q. Esto significa que xα ∼ xβ , luego xα = xβ pues N tiene un


solo elemento de cada clase. Por tanto, rp = rk , lo que es absurdo.
EG

También es fácil probar que


[
[0, 1] ⊂ Nk ⊂ [0, 2].
k∈N
AL

En efecto, si x ∈ [0, 1], x ∼ xα para algún α, de donde x − xα = rk para algún k. Ası́ x ∈ Nk .


La segunda inclusión es evidente.
O

Por último, supongamos que N es medible. Entonces, para todo k, Nk también lo es. Como
(Nk ) son disjuntos, las inclusiones anteriores implican
DR

X X
1⩽ m(Nk ) ⩽ 2 =⇒ 1 ⩽ m(N) ⩽ 2.
PE

k∈N k∈N

Esto es una contradicción, porque, si m(N) = 0, entonces tendrı́amos 1 ⩽ 0 ⩽ 2 y, si


m(N) > 0, entonces 1 ⩽ ∞ ⩽ 2.
Observación. La construcción anterior de un conjunto no medible utiliza el axioma de
elección. De hecho, R. Solovay, en Notices Am. Math. Society, 12 (1965), demuestra que no es
posible construir conjuntos no medibles sin utilizar el axioma de elección.

2.3.2. Toda función medible es casi continua

Una vez establecida la noción de conjunto medible, vamos a utilizarla para definir las
funciones medibles. En primer lugar, estableceremos algunas propiedades equivalentes.
36 2.3. Tres principios de Littlewood

Proposición 2.3.20. Sea f : R → R una función cuyo dominio D es medible. Son equivalentes:
i) ∀α ∈ R : f−1 (α, ∞] := {x : f(x) > α} es medible.
ii) ∀α ∈ R : f−1 [α, ∞] := {x : f(x) ⩾ α} es medible.
iii) ∀α ∈ R : f−1 [−∞, α) := {x : f(x) < α} es medible.
iv) ∀α ∈ R : f−1 [−∞, α] := {x : f(x) ⩽ α} es medible.

HU
Todas estas proposiciones implican
v) ∀α ∈ R : f−1 {α} := {x : f(x) = α} es medible.

/E
Demostración. i) =⇒ ii) porque {x : f(x) ⩾ α} = n∈N {x
T
: f(x) > α − 1/n}.

PV
ii) =⇒ iii) porque {x : f(x) < α} = D \ {x : f(x) ⩾ α}.
iii) =⇒ iv) porque {x : f(x) ⩽ α} = n∈N {x : f(x) < α + 1/n}.
T -U
iv) =⇒ i) porque {x : f(x) < α} = D \ {x : f(x) ⩾ α}.
Por último, si α ∈ R, {x : f(x) = α} = {x : f(x) ⩽ α} ∩ {x : f(x) ⩾ α} de modo que, en este
caso, ii) y iv) implican v).
A

Además, {x : f(x) = ∞} = n∈N {x : f(x) ⩾ n} con lo que ii) implica v) si α = ∞ (análoga-


T
RI´

mente con α = −∞).


EG

Observación. En el caso de que la función sólo tome valores reales, las propiedades ante-
riores son equivalentes a que la imagen inversa de cualquier abierto sea medible y a que la
AL

imagen inversa de cualquier cerrado sea medible.

Definición. Una función f : D ⊂ R → R se dice que es medible Lebesgue cuando su


RO

dominio D es medible y verifica una cualquiera de las cuatro afirmaciones equivalentes de


la proposición anterior.
D

La definición involucra ası́ a los conjuntos más importantes relacionados con una función
como son las imágenes inversas de intervalos.
PE

De la definición se deduce que:

toda función continua es medible (pues la imagen inversa de un abierto es un abierto);

toda función escalonada es medible;

la restricción de una función medible a un subconjunto medible del dominio es tam-


bién medible (basta observar que, si g = f|A , entonces {x : g(x) > a} = {x : f(x) >
a} ∩ A).

Una caracterización interesante se demuestra en el siguiente resultado.


Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 37

Proposición 2.3.21. Sea D ⊂ R un conjunto medible y f : D → R. Entonces f es medible si y sólo


si f−1 (B) es medible, para todo B de Borel en R.

Demostración. Si f es medible, definimos

A = {A ⊂ R : f−1 (A) es medible}.

HU
Es claro que ∅ ∈ A. Además, f−1 (Ac ) = f−1 (R) \ f−1 (A) = D \ f−1 (A). Por tanto, si A ∈ A,
entonces Ac ∈ A.
Por último, si (An )n∈N ⊂ A, entonces

/E
[  [
f−1 An = f−1 (An ) es medible.

PV
n∈N n∈N

Ası́ pues, A es una σ-álgebra. Como además -U


f−1 (a, b) = f−1 (a, ∞) ∩ f−1 (−∞, b),

entonces (a, b) ∈ A.
A

Por tanto, A contiene todos los conjuntos abiertos, con lo que contiene también a todos los
RI´

conjuntos de Borel.
El recı́proco es trivial.
EG

Proposición 2.3.22. Si c ∈ R y f, g : D ⊂ R → R son funciones medibles, entonces f + g, c · f y


f · g son medibles. En consecuencia, fk es medible para todo k ∈ N.
AL

Demostración. a) Dado α ∈ R, sea x ∈ D tal que f(x) + g(x) < α. Entonces f(x) < α − g(x)
y, como consecuencia de la propiedad arquimediana de los números reales, existe r ∈ Q tal
RO

que f(x) < r < α − g(x). Por tanto,


[
{x : f(x) + g(x) < α} = {x : f(x) < r} ∩ {x : g(x) < α − r}.
D

r∈Q
PE

Como Q es numerable, este conjunto es medible.


b) Si c > 0, {x : c · f(x) < α} = {x : f(x) < α/c}, y, si c < 0, {x : c · f(x) < α} = {x : f(x) > α/c}.
En ambos casos se deduce que c · f es medible.
c) Si α ⩾ 0, entonces
√ √
{x : f2 (x) > α} = {x : f(x) > α} ∪ {x : f(x) < − α}

y, si α < 0, entonces
{x : f2 (x) > α} = D.
En ambos casos, se deduce que f2 es medible.
Como f · g = 12 (f + g)2 − (f2 + g2 ) , entonces f · g es medible.
 
38 2.3. Tres principios de Littlewood

Teorema 2.3.23. Para cada n ∈ N, sea fn : D → R medible. Entonces supn∈N fn , ı́nfn∈N fn ,


lı́m sup fn y lı́m inf fn son medibles.

Demostración. Si llamamos g(x) = supn∈N fn (x), entonces


[
{x : g(x) > α} = {x : fn (x) > α},

HU
n∈N

de modo que g es medible (análogamente con el ı́nfimo pues ı́nf fn = − sup(−fn )).
Como lı́m sup fn = ı́nfk∈N supn⩾k fn , entonces es una función medible (análogamente con

/E
el lı́mite inferior).

PV
Corolario 2.3.24. Si (fn )n∈N es una sucesión de funciones medibles y f(x) = lı́m fn (x), entonces
f es medible. -U
Ejemplo 2.9. Para  probar que la función de Dirichlet f = χQ es medible en [0, 1], consideramos la
1 si x ∈ {r , . . . , r }
1 n
sucesión fn (x) = donde {r1 , . . . , rn , . . . } es una ordenación de los raciona-
0 en el resto,
A

les en [0, 1]. Es fácil comprobar que cada fn es medible (basta determinar el conjunto {x : fn (x) > r}
RI´

en los casos r ⩾ 1, 0 ⩽ r < 1 y r < 0). Como lı́m fn (x) = f(x), ∀x ∈ [0, 1], entonces f es medible.
EG

Definición. Decimos que una propiedad se cumple en casi todo punto (o casi seguramente,
abreviadamente c.s.) cuando el conjunto donde no es cierta tiene medida cero.
AL

En particular se dice que f = g c.s. cuando ambas funciones tienen el mismo dominio y
m({x : f(x) ̸= g(x)}) = 0. Del mismo modo, decimos que fn → f c.s. cuando existe un
conjunto E de medida cero tal que fn (x) → g(x), para todo x ̸∈ E.
RO

Proposición 2.3.25. Si f es medible y f = g c.s., entonces g es medible.

Demostración. Sean A = {x : f(x) > α} y B = {x : g(x) > α}. Por hipótesis, A es medible y
D

m(A \ B) = m(B \ A) = 0. Entonces


PE

B = (B \ A) ∪ (B ∩ A) = (B \ A) ∪ (A \ (A \ B))

es medible.

Los ejemplos básicos de funciones medibles son las funciones escalonadas y las funciones
simples: las primeras son los elementos básicos en la teorı́a de integración de Riemann
mientras las segundas lo serán en la teorı́a de integración de Lebesgue.

Definición. Recordemos que una función escalonada es la que se puede escribir como
combinación lineal de funciones caracterı́sticas de intervalos en R. Ası́, si f es escalonada,
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 39

existen constantes {a1 , . . . , , aN } e intervalos {I1 , . . . , IN } tales que

X
N
f(x) = ai χIi (x).
i=1

Por otra parte, diremos que φ es una función simple si

HU
X
N
φ(x) = ai χEi (x),
i=1

/E
donde Ei son medibles y de medida finita.
Esta representación no es única pero una función es simple si y sólo si es medible y toma

PV
sólo un número finito de valores.
X
n
Si φ es simple y su conjunto de valores no nulos es {a1 , . . . , an }, entonces φ = ai χAi ,
-U
i=1
con Ai = {x : φ(x) = ai }. Esta es la llamada representación canónica de φ y se caracteriza
porque Ai son disjuntos y ai son distintos y no nulos.
Veamos que las funciones medibles pueden aproximarse por funciones simples.
A
RI´

Proposición 2.3.26. Sea f : D → R medible.


a) Existe una sucesión de funciones simples que converge puntualmente a f.
EG

b) Si f es acotada, se puede elegir la sucesión para que converja uniformemente a f.

Demostración. Supondremos que f ⩾ 0 (en el caso general se descompone f como diferencia


AL

de funciones no negativas a las que se aplica el razonamiento siguiente).


a) Para cada n ∈ N y cada i con 1 ⩽ i ⩽ n · 2n , sea

RO

i−1 i
Eni = x ∈ D : n ⩽ f(x) < n .
2 2
D

Ası́, Eni ∩ Enj = ∅, si 1 ⩽ i, j ⩽ n · 2n , i ̸= j, y


n
PE

n·2
[
En = Eni = {x ∈ D : f(x) < n}.
i=1

Definimos
X
n·2n
i−1
φn (x) = · χEni (x) + n · χEcn (x), n ⩾ 1,
2n
i=1
la cual es una función simple. Veamos que lı́m φn (x) = f(x), ∀x ∈ D:
Dado x ∈ D, si f(x) < ∞, para cualquier ε > 0, existe n0 ∈ N tal que 1/2n0 < ε y f(x) < n0 .
Por tanto, x ∈ En , para todo n ⩾ n0 , con lo que existe i ∈ {1, . . . , n · 2n } tal que x ∈ Eni .
Entonces
i−1 i i−1
n
⩽ f(x) < n y φn (x) = n .
2 2 2
40 2.3. Tres principios de Littlewood

Ası́ pues, 0 ⩽ f(x) − φn (x) < 1/2n < ε, ∀n ⩾ n0 .


En el caso de que f(x) = ∞, entonces f(x) ⩾ n, ∀n ∈ N, es decir x ∈ Ecn , ∀n ∈ N. Por tanto,
φn (x) = n con lo que lı́m φn (x) = ∞ = f(x).
b) Si f es acotada, existe M tal que f(x) < M, ∀x ∈ D. En este caso, D = En , ∀n ⩾ M, con lo
que, dado ε > 0, podemos elegir n0 ∈ N tal que 1/2n0 < ε. Entonces 0 ⩽ f(x) − φn (x) < ε,

U
∀x ∈ D, ∀n ⩾ n0 , con lo que la convergencia es uniforme.

/EH
Observación. También es posible aproximar una función medible por una sucesión de
funciones escalonadas. En este caso, sin embargo, la convergencia sólo será en casi todo
punto. El caso particular de las funciones continuas en un intervalo cerrado sı́ permite la

PV
convergencia uniforme mediante funciones escalonadas como veremos a continuación.
Si f es continua en [a, b], entonces es uniformemente continua. Por tanto, para cada m ∈ N,
existe δ > 0 tal que, ∀x, y ∈ [a, b],
-U
|x − y| < δ =⇒ |f(x) − f(y)| < 1/m.

Dado n ∈ N tal que δ > (b − a)/n, sea ai = a + i(b−a) , 0 ⩽ i ⩽ n. Entonces, si x ∈


A

n
[ai−1 , ai ), |x − ai−1 | ⩽ (b − a)/n < δ.
RI´

P
Definimos gm (x) = n i=1 f(ai−1 ) · χ[ai−1 ,ai ) (x), ∀x ∈ [a, b), gm (b) = f(b). Entonces (gm ) es
una sucesión de funciones escalonadas que converge uniformemente a f.
EG

A continuación enunciamos el segundo principio de Littlewood, mediante el que aproxi-


AL

mamos cualquier función medible por funciones continuas.


Proposición 2.3.27. Sea f : [a, b] → R una función medible tal que {x : f(x) = ±∞} tiene medida
cero. Entonces, dado ε > 0, existe una función escalonada g y una función continua h tales que
O

|f − g| < ε y |f − h| < ε, excepto en un conjunto de medida menor que ε.


DR

Si, además, m ⩽ f ⩽ M, entonces podemos elegir g y h de modo que m ⩽ g ⩽ M y m ⩽ h ⩽ M.

Esquema de la prueba.
PE

Paso 1. Sea f : [a, b] → R una función medible tal que {x : f(x) = ±∞} tiene medida cero.
Entonces, dado ε > 0, existe M ∈ R tal que |f| ⩽ M excepto en un conjunto de medida
menor que ε/3.
Paso 2. Sea f : [a, b] → R una función medible. Dados ε > 0 y M ∈ R, existe una función
P
simple φ = n i=1 αi χAi , con Ai = {x : φ(x) = αi }, tal que |f(x) − φ(x)| < ε excepto donde
|f(x)| ⩾ M.
Si m ⩽ f ⩽ M, podemos elegir φ de modo que m ⩽ φ ⩽ M.
Paso 3. Dada una función simple φ en [a, b], existe una función escalonada g en [a, b] tal
que φ(x) = g(x), excepto en un conjunto de medida menor que ε/3 (usar la proposición
2.3.17).
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 41

Si m ⩽ φ ⩽ M, podemos elegir g de modo que m ⩽ g ⩽ M.


Paso 4. Dada una función escalonada g en [a, b], existe una función continua h tal que
g(x) = h(x), excepto en un conjunto de medida menor que ε/3.
Si m ⩽ g ⩽ M, podemos elegir h de modo que m ⩽ h ⩽ M.

HU
2.3.3. Toda sucesión convergente de funciones medibles es casi uniformemente
convergente

/E
El tercer principio de Littlewood establece la casi convergencia uniforme de las sucesiones
convergentes de funciones medibles. Su formulación exacta es la siguiente.

PV
Proposición 2.3.28 (teorema de Egorov). Sea E un conjunto medible con m(E) < ∞ y, para cada
n ∈ N, fn : E → R una función medible. Sea f : R → R una función tal que fn (x) → f(x), para
-U
casi todo x ∈ E. Entonces, dados ε > 0 y δ > 0, existe un conjunto medible A ⊂ E, con m(A) < δ,
y N ∈ N tales que |fn (x) − f(x)| < ε, ∀x ̸∈ A y n ⩾ N.

Demostración. Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que fn (x) → f(x) para todo
A

x ∈ E. Esto asegura que la función f es medible.


RI´

Sea Gn = {x ∈ E : |fn (x) − f(x)| ⩾ ε} y, para cada k ∈ N, llamamos



EG

[
Ek = Gn = {x ∈ E : |fn (x) − f(x)| ⩾ ε, para algún n ⩾ k}.
n=k
AL

Ası́, Ek+1 ⊂ Ek y, si x ∈ E, existe n0 tal que x ̸∈ En0 (debido a que fn (x) → f(x)). Esto
T
quiere decir que k∈N Ek = ∅, de donde lı́mk→∞ m(Ek ) = 0 (por la proposición 2.3.16).
De este modo, dado δ > 0, existe N tal que m(EN ) < δ, o bien
RO

m({x ∈ E : |fn (x) − f(x)| ⩾ ε, para algún n ⩾ N}) < δ.

Si llamamos A a dicho conjunto EN , entonces m(A) < δ y


D

E \ A = {x ∈ E : |fn (x) − f(x)| < ε, ∀n ⩾ N}.


PE

Por tanto, la sucesión (fn ) converge uniformemente a f en E \ A.

Observaciones.

1) El teorema no asegura que puede obtenerse la convergencia uniforme en todo el con-


junto.



2 si x ∈ [0, 1/n]
n x
Si consideramos, por ejemplo, la sucesión fn (x) = −n2 x + 2n si x ∈ [1/n, 2/n] en-



0 en el resto,
tonces fn → 0 en [0, 1] pero la convergencia no es uniforme en todo [0, 1].
42 2.4. Integral de Lebesgue

2) Ni siquiera puede asegurarse la convergencia uniforme salvo en un conjunto de medida


cero. Para comprobarlo, sea gn = χ(0,1/n) , n ∈ N. La sucesión (gn )n∈N converge pun-
tualmente a cero en [0, 1] y, por el teorema de Egorov, la convergencia es casi uniforme.
Sin embargo, dicha sucesión no converge uniformemente salvo un conjunto de medida
nula.

3) La hipótesis m(E) < ∞ es esencial. Un ejemplo que lo prueba es la sucesión (χ[n,n+1) )

U
definida en E = [0, ∞).

/E H
2.4. Integral de Lebesgue

PV
Los conjuntos medibles y las funciones medibles serán los elementos básicos en la defini-
ción de la integral de Lebesgue. Dicha integral será una generalización de la integral de
-U
Riemann, manteniendo las propiedades básicas de linealidad pero aplicable a familias más
amplias de funciones. En particular, su interpretación como área de figuras planas también
es válida en los casos usuales.
RI´A

Definiremos el concepto de integral de Lebesgue progresivamente para familias de fun-


ciones cada vez mayores. En cada paso estableceremos las propiedades básicas, como la
linealidad, aditividad y monotonı́a, las cuales deberán mantenerse en las sucesivas exten-
EG

siones.
El primer paso será establecer la integral de funciones simples, para luego extenderla a
AL

funciones medibles acotadas y medibles no negativas.


O

2.4.1. Definiciones y primeros resultados


DR

Definición. Si φ es una función simple que se anula fuera de un conjunto de medida finita,
se define su integral de Lebesgue como
PE

Z Z X
n
φ = φ(x) dx = ai · m(Ai )
i=1

X
n
si φ = ai · χAi es la representación canónica de φ.
i=1
Si E es un conjunto medible, definimos
Z Z
φ = φ · χE .
E

Veamos en primer lugar que la definición de integral no depende de la representación de


la función.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 43

X
n
Lema 2.4.1. Sea φ = ai · χEi , con Ei ∩ Ej = ∅, para i ̸= j. Si cada Ei es un conjunto medible
i=1
con medida finita, entonces
Z X
n
φ= ai · m(Ei ).
i=1

HU
Demostración. Llamamos [
Ea = {x : φ(x) = a} = Ei .
ai =a
X

/E
Entonces los conjuntos Ea son disjuntos y a · m(Ea ) = ai · m(Ei ) por la aditividad de
P a i =a
m. Además, φ = a a · χEa , de donde

PV
Z X X
φ= a · m(Ea ) = ai · m(Ei ).
-U
Proposición 2.4.2. Sean φ, ψ funciones simples que se anulan fuera de un conjunto de medida
A

finita. Entonces
Z Z Z
RI´

a) (a · φ + b · ψ) = a · φ + b · ψ.
Z Z
EG

b) Si φ ⩾ ψ c.s., entonces φ ⩾ ψ.
Z Z Z
c) Si A ∩ B = ∅, entonces φ= φ + φ.
AL

A∪B A
Z BZ
d) |φ| es también una función simple y φ ⩽ |φ|.

RO

Demostración. a) Sean {Ai } y {Bj } los conjuntos correspondientes a las representaciones


canónicas de φ y ψ, y A0 y B0 los conjuntos donde sea anulan φ y ψ, respectivamente.
D

Entonces los conjuntos Ek = Ai ∩ Bj forman una familia disjunta de conjuntos medibles y


podemos escribir
PE

X N X
N
φ= ak · χ E k , ψ = b k · χEk
k=1 k=1
de modo que
X
N
aφ + bψ = (a · ak + b · bk ) · χEk .
k=1
Z Z Z
Por el lema anterior, (aφ + bψ) = a φ + b ψ.

b) Como la integral de una función simple no negativa c.s. es no negativa, entonces


Z Z Z
φ − ψ = (φ − ψ) ⩾ 0.
44 2.4. Integral de Lebesgue

c) Teniendo en cuenta que, si A y B son disjuntos, χA∪B = χA + χB , de modo que


Z Z Z Z Z Z
φ = φ · χA∪B = φ · χA + φ · χB = φ + φ.
A∪B A B

X
N X
N
d) Si φ(x) = ak · χEk (x) es la representación canónica de φ, |φ(x)| = |ak | · χEk (x).

HU
k=1 k=1
Z X X
Z
N N
Por tanto, φ = ak · m(Ek ) ⩽ |ak | · m(Ek ) = |φ|.


k=1 k=1

/E
El siguiente paso del proceso consiste en definir la integral para funciones acotadas. Para
ello, necesitaremos el siguiente resultado previo.

PV
Proposición 2.4.3. Sea f : E → R acotada con m(E) finita. Son equivalentes:
Z Z
 
-U
a) ı́nf ψ : ψ es una función simple con f ⩽ ψ = sup φ : φ es una función simple con φ ⩽ f .
E E
b) f es medible.
A

Demostración. Supongamos que |f(x)| ⩽ M, ∀x ∈ E y que f es medible. Para cada n ∈ N


RI´

definimos los conjuntos



(k − 1)M kM
EG

Ek = x ∈ E : < f(x) ⩽ , −n ⩽ k ⩽ n.
n n

Es evidente que estos conjuntos son medibles y disjuntos y que n


S
k=−n Ek = E. Entonces
AL

Pn
m(E) = k=−n m(Ek ).
Si definimos las funciones simples
RO

M X
n
ψn (x) = k · χEk (x)
n
k=−n
D

M Xn
φn (x) = (k − 1) · χEk (x)
PE

n
k=−n

entonces φn (x) ⩽ f(x) ⩽ ψn (x), de donde


Z Z
M X
n
ı́nf ψ ⩽ ψn = k · m(Ek )
ψ⩾f E E n
k=−n
Z Z
M X
n
sup φ ⩾ φn = (k − 1) · m(Ek ).
φ⩽f E E n
k=−n

Por tanto,
Z Z
M X
n
M
0 ⩽ ı́nf ψ − sup φ⩽ m(Ek ) = m(E).
ψ⩾f E φ⩽f E n n
k=−n
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 45

Z Z
Como n es arbitrario, ı́nf ψ = sup φ.
ψ⩾f E φ⩽f E
Z Z
Recı́procamente, supongamos que ı́nf ψ = sup φ. Dado n ∈ N, existen φn y ψn ,
ψ⩾f E φ⩽f Z
E
Z
funciones simples, tales que φn (x) ⩽ f(x) ⩽ ψn (x) y ψn − φn < 1/n.
E E

HU
Entonces las funciones ψ∗ = ı́nf ψn y φ∗ = sup φn son medibles y φ∗ (x) ⩽ f(x) ⩽ ψ∗ (x).
Por otra parte, el conjunto ∆ = {x : φ∗ (x) < ψ∗ (x)} es unión de los conjuntos ∆ν = {x :
φ∗ (x) ⩽ ψ∗ (x) − 1/ν}. Si llamamos Fν = {x : φn (x) ⩽ ψn (x) − 1/ν}, entonces

/E
Z Z Z
ν
m(Fν ) = 1⩽ ν(ψn − ϕn ) ⩽ ν(ψn − ϕn ) < .
n

PV
Fν Fν E

Como ∆ν ⊂ Fν , entonces m(∆ν ) = 0.


En consecuencia, m(∆) = 0, lo que significa que φ∗ = ψ∗ excepto en un conjunto de medida
-U
cero, y φ∗ = f excepto en un conjunto de medida cero, con lo que f es también medible.

Definición. Si f : E → R, con m(E) < ∞, es medible y acotada, se define la integral de


A

Lebesgue de f sobre E como


RI´

Z Z
f = ı́nf ψ : ψ es una función simple con ψ ⩾ f .
EG

E E

Proposición 2.4.4. Sea f : [a, b] → R acotada. Si f es integrable Riemann en [a, b], entonces es
Zb Z Zb
AL

medible y (R) f = f (donde indicamos por (R) f a la integral de Riemann de f).


a [a,b] a

Demostración. Como toda función escalonada es simple,


RO

Zb Z Z Zb
(R) f ⩽ sup φ ⩽ ı́nf ψ ⩽ (R) f.
φ⩽f [a,b] ψ⩾f [a,b] a
a
D

Como f es integrable Riemann, todas las desigualdades son igualdades y f es medible.


PE

Proposición 2.4.5. Si f, g : E → R, con m(E) < ∞, son medibles y acotadas, entonces


Z Z Z
i) (af + bg) = a f + b g.
E
Z E Z E

ii) Si f = g c.s., f = g.
E E
Z Z Z Z
iii) Si f ⩽ g, c.s., f ⩽ g. En consecuencia, f ⩽ |f|.

E E E E
Z
iv) Si α ⩽ f(x) ⩽ β, α · m(E) ⩽ f ⩽ β · m(E).
E
Z Z Z
v) Si A y B son conjuntos medibles disjuntos de medida finita, f= f + f.
A∪B A B
46 2.4. Integral de Lebesgue

Demostración. i) Si ψ es simple, aψ también. Entonces:


Z Z Z Z
- Si a > 0, a · f = ı́nf aψ = a · ı́nf ψ = a f.
E aψ⩾af E ψ⩾f E E
Z Z Z Z Z
- Si a < 0, a · f = ı́nf aψ = ı́nf a ψ = a · sup ψ = a f.
E aψ⩾af E ψ⩽f E ψ⩽f E E

Si ψ1 y ψ2 son funciones simples mayores o iguales que f y g, respectivamente, entonces

HU
ψ1 + ψ2 es una función simple mayor o igual que f + g. Ası́ pues,
Z Z Z Z
(f + g) ⩽ (ψ1 + ψ2 ) = ψ1 + ψ2 .

/E
E E E E

Tomando ı́nfimos en el miembro de la derecha, resulta


Z Z Z

PV
(f + g) ⩽ f + g.
E E E
-U
Análogamente, si φ1 ⩽ f y φ2 ⩽ g, entonces φ1 + φ2 ⩽ f + g, de donde
Z Z Z Z
(f + g) ⩾ (φ1 + φ2 ) = φ1 + φ2 .
A

E E E E
RI´

Tomando supremos sobre las funciones simples φ1 y φ2 , resulta


Z Z Z
(f + g) ⩾ f + g.
EG

E E E

ii) Como f − g = 0 c.s., si ψ ⩾ f − g, entonces ψ ⩾ 0 c.s., de donde


AL

Z Z
ψ ⩾ 0 =⇒ (f − g) ⩾ 0.
E E
R
RO

Análogamente se prueba que E (f − g) ⩽ 0.


iii) Visto en ii).
R
D

iv) Basta observar que E1 = m(E).


v) Basta observar que χA∪B = χA + χB y aplicar i).
PE

ZProposición 2.4.6. Si f ⩾ 0 es medible y acotada, definida en un conjunto E de medida finita y


f = 0, entonces f = 0 c.s.
E

Demostración. Para cada k ∈ N, sea Ek = {x ∈ E : f(x) ⩾ 1/k}. Entonces


Z
1 1
· χEk (x) ⩽ f(x) =⇒ · m(Ek ) ⩽ f.
k k
Z [
Por hipótesis, f = 0, de donde m(Ek ) = 0 para todo k. Como {x : f(x) > 0} = Ek ,
E k∈N
entonces f = 0 c.s.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 47

El siguiente paso en la construcción de la integral de Lebesgue es el de las funciones


medibles no negativas pero no necesariamente acotadas.
Definición. Si f : E → R es una función medible no negativa definida en un conjunto
medible E, definimos la integral de Lebesgue de f como
Z Z
f = sup h : h es una función medible acotada con h ⩽ f y m({x : h(x) ̸= 0}) es finita .

HU
E E
Z
En el caso de que f < ∞, diremos que f es integrable Lebesgue sobre E.
E

/E
|x|−α si |x| ⩽ 1,
Ejemplo 2.10. 1) La función fα (x) = es integrable en R si y sólo si α < 1.
0 si |x| > 1,

PV
1
2) La función gα (x) = es integrable en R si y sólo si α > 1.
1 + |x|α
-U
Proposición 2.4.7. Si f, g son funciones medibles no negativas,
Z Z
i) c · f = c f, c > 0.
A

ZE E
Z Z
RI´

ii) (f + g) = f + g.
E E E
Z Z
EG

iii) Si f ⩽ g c.s., f ⩽ g.
E E
Z Z Z
iv) Si A y B son conjuntos medibles disjuntos de medida finita, f= f + f.
AL

Z A∪B Z A Z B
v) Si g es integrable y 0 ⩽ f ⩽ g, entonces f es integrable y (g − f) = g − f.
E E E
vi) Si f es integrable, entonces f < ∞ c.s.
RO

Z
vii) Si f = 0, entonces f = 0 c.s.
D

Demostración. i) y iii) son consecuencia de la proposición 2.4.5.


Z Z Z
PE

Para probar ii), sean h(x) ⩽ f(x) y k(x) ⩽ g(x). Entonces h + k ⩽ (f + g). Tomando
Z Z Z E E E
supremos, f + g ⩽ (f + g).
E E E
Por otro lado, sea ℓ una función acotada y medible que se anula fuera de un conjunto de
medida finita y que es menor o igual que f + g. Definimos entonces h(x) = mı́n{f(x), ℓ(x)},
k(x) = ℓ(x) − h(x). De este modo, h(x) ⩽ f(x) y, como h + g = mı́n{f + g, ℓ + g} ⩾ mı́n{ℓ, ℓ +
g}, entonces h + g ⩾ ℓ, de donde ℓ − h ⩽ g, es decir k(x) ⩽ g(x). Además, h y k están
acotadas (por la misma cota de ℓ) y se anulan donde ℓ se anula.
Entonces Z Z Z Z Z
ℓ= h+ k⩽ f+ g,
E E E E E
48 2.4. Integral de Lebesgue

de donde Z Z Z
f+ g⩾ (f + g).
E E E

El apartado iv) es consecuencia de ii) observando que χA∪B = χA + χB .


Z Z Z
Para probar v), aplicamos ii) para concluir que g = (g − f) + f. Como el lado iz-
E E E
quierdo es finito, también lo será el lado derecho, con lo que f es integrable.

U
Veamos ahora el apartado vi). Sean Ek = {x : f(x) ⩾ k} y E∞ = {x : f(x) = ∞}. Entonces

/E H
Z Z
∞ > f ⩾ χEk · f ⩾ k · m(Ek ).
E

PV
Por tanto, lı́mk→∞ m(Ek ) = 0. Como (Ek )k∈N es una sucesión decreciente que converge a
E∞ , entonces m(E∞ ) = 0. -U
Por último, el apartado vii) es similar a la proposición 2.4.6.

El último paso en la construcción de funciones integrables consiste en eliminar la restricción


de ser no negativas.
RI´A

Definición. Dada una función f, su parte positiva es la función f+ (x) = máx{f(x), 0} y su


parte negativa es la función f− (x) = máx{−f(x), 0}. Se tiene que f = f+ − f− y |f| = f+ + f− .
Es evidente que, si f es medible, también lo son f+ y f− .
EG

Diremos que una función medible f es integrable sobre E si lo son f+ y f− . En este caso
definimos Z Z Z
AL

f = f − f− .
+
E E E

Observación. De la definición se deduce que, si tenemos dos descomposiciones f = f1 −


O

f2 = g1 − g2 , donde f1 , f2 , g1 , g2 ⩾ 0 son integrables, entonces


DR

Z Z Z Z
f1 − f2 = g1 − g2 .
E E E E
PE

Para comprobarlo, basta observar que, si f1 − f2 = g1 − g2 , entonces f1 + g2 = g1 + f2 , y


ambos lados de la igualdad consisten en funciones medibles no negativas. Por tanto,
Z Z Z Z Z Z Z Z
f1 + g2 = g1 + f2 =⇒ f1 − f2 = g1 − g2 .
E E E E E E E E

Por otra parte, teniendo en cuenta el apartado vi) de la proposición 2.4.7, dos funciones
integrables no negativas f y g sólo toman el valor +∞ en un conjunto de medida nula, de
modo que está definida f − g en casi todo punto.

Proposición 2.4.8. Sean f y g integrables sobre E. Entonces


Z Z
i) c · f es integrable sobre E y c · f = c f.
E E
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 49

Z Z Z
ii) f + g es integrable sobre E y (f + g) = f+ g.
E E E
Z Z
iii) Si f ⩽ g c.s., f ⩽ g.
E E
Z Z Z
iv) Si A y B son conjuntos medibles disjuntos contenidos en E, f= f+ f.
A∪B A B

HU
Demostración. i) Es consecuencia de la definición y de la proposición 2.4.7.
ii) Si f y g son integrables, también lo son f+ + g+ y f− + g− . Como f + g = (f+ + g+ ) −
(f− + g− ), por la observación previa tenemos:

/E
Z Z Z Z Z Z Z Z Z
+ + − − + + − −
(f + g) = (f + g ) − (f + g ) = f + g − f − g = f + g.

PV
iii) Es consecuencia de ii) y de que la integral de una función integrable no negativa es no
-U
negativa.
Z Z Z Z Z Z
iv) f = f · χA∪B = f · χA + f · χB = f + f.
A∪B A B
A

2.4.2. Teoremas de convergencia


RI´

Llegados a este punto, ya estamos en condiciones de probar los resultados de convergencia


EG

que convierten a la integral de Lebesgue en una herramienta básica del análisis y a la que
no puede llegar la integral de Riemann.
AL

Las cuestiones básicas son las siguientes:

dada una sucesión (fn ) de funciones integrables Lebesgue en [a, b], tal que fn converge pun-
RO

tualmente a f c.s. en [a, b], ¿es f integrable Lebesgue en [a, b]?

En caso afirmativo, ¿es cierto que el lı́mite de la integral es igual a la integral del lı́mite?
D

Veamos un par de ejemplos que responden negativamente a estas preguntas.



PE

x−1 si 1/n ⩽ x ⩽ 1
Ejemplo 2.11. Si, para cada n ∈ N, fn (x) = entonces fn converge
0 en el resto,

x−1 si 0 < x ⩽ 1
puntualmente a f(x) = Sin embargo, fn es integrable Lebesgue en [0, 1], para
0 si x = 0.
todo n, pero f no lo es.

n si 0 < x < 1/n
Ejemplo 2.12. Si gn (x) = entonces gn converge puntualmente a g(x) = 0
0 en el resto,
Z1 Z1
en [0, 1]. En este caso, g es integrable Lebesgue en [0, 1], pero g = 0 ̸= 1 = lı́m gn .
0 n→∞ 0
50 2.4. Integral de Lebesgue

Los siguientes resultados proporcionan condiciones para responder afirmativamente a las


cuestiones citadas.

Teorema 2.4.9 (convergencia acotada). Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles definidas
en un conjunto E de medida finita. Supongamos Z M ∈ R tal que |fn (x)| ⩽ M, para todos
Z que existe
n y x. Si f(x) = lı́m fn (x), ∀x ∈ E, entonces f = lı́m fn .

HU
E E

Demostración. Como |fn (x)| ⩽ M y f(x) = lı́m fn (x), entonces |f(x)| ⩽ M.


Por el teorema de Egorov (proposición 2.3.28), dado ε > 0, existen N ∈ N y A ⊂ E medible,

/E
ε ε
con m(A) < , tales que |fn (x) − f(x)| < , ∀x ∈ E \ A, n ⩾ N.
4M 2m(E)

PV
Entonces
Z Z Z Z Z Z
fn − f = (fn − f) ⩽ |fn − f| = |f |fn − f| < ε/2 + ε/2 = ε,

n − f| +
-U

E E E E E\A A

lo que demuestra el teorema.


A

Observación. Veamos que la hipótesis m(E) < ∞ es esencial. Para ello, supongamos que
RI´

1
E = R y fn = · χ[n,∞) . Entonces |fn (x)| ⩽ 1 y fn → 0 uniformemente. Sin embargo,
n
Z Z
EG

0 = f ̸= lı́m fn = ∞.
R R

Z1
AL

nx sen x
Ejemplo 2.13. Para probar que lı́m α
dx = 0, siendo α > 1, basta observar que la
0 1 + (nx)
nx sen x
sucesión fn (x) = verifica que
1 + (nx)α
RO

nx
|fn (x)| ⩽ .
1 + (nx)α
D

1 1/α
Ahora bien, como la función h(t) = t/(1 + tα ) (t > 0) tiene un máximo en t0 =
PE

,
α−1
entonces h(nx) ⩽ h(t0 ), lo que significa que la sucesión fn está acotada en (0, 1).
Por el teorema anterior,
Z1 Z1
lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx = 0.
0 0

Veamos
Z a continuaci
Z ón un importante resultado que no permite asegurar en general que
lı́m fn = lı́m fn pero proporciona una desigualdad muy útil en diversas ocasiones.

Teorema 2.4.10 (lema de Fatou). ZSi (fn )n∈N esZuna sucesión de funciones medibles no negativas
y fn (x) → f(x) c.s. en E, entonces f ⩽ lı́m inf fn .
E E
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 51

Demostración. Podemos suponer que la convergencia es en todo punto, pues las integrales
sobre conjuntos de medida cero son nulas.
Sea h una función medible acotada tal que h ⩽ f y h(x) = 0 cuando x ̸∈ E′ , con m(E′ ) < ∞.
Definimos hn (x) = mı́n{h(x), fn (x)}. Entonces hn es medible y acotada (con la misma cota
que h) y hn (x) = 0, ∀x ̸∈ E′ . Veamos que, además, hn (x) → h(x), ∀x ∈ E′ :
Dado ε > 0, como h ⩽ f, existe n0 ∈ N tal que h(x) − ε < fn (x), ∀n ⩾ n0 . Ası́,

U
h(x) − ε = mı́n{h(x), h(x) − ε} ⩽ mı́n{h(x), fn (x)} = hn (x) ⩽ h(x),

/E H
es decir |h(x) − hn (x)| ⩽ ε.
Por el teorema de la convergencia acotada 2.4.9,
Z Z Z Z

PV
h= h = lı́m hn ⩽ lı́m inf fn .
E E′ E′ E
-U
Tomando supremos sobre h, resulta
Z Z
f ⩽ lı́m inf fn .
E E
RI´A

Observaciones.
EG

1) El lema de Fatou no es válido en el caso de funciones


Z no positivas. Por
Z ejemplo, si
1
fn = − · χ[0,n] , entonces lı́m fn = 0 y además fn = −1. Sin embargo, lı́m inf fn =
AL

n Z
0 > lı́m inf fn .
O

Una variante del lema de Fatou, válida para funciones negativas, es la siguiente: Si h ⩾ 0
R
Z medible con h < ∞
es Z y (fn ) es una sucesión de funciones medibles con −h ⩽ fn , entonces
DR

lı́m inf fn ⩽ lı́m inf fn .

2) La desigualdad en el lema de Fatou puede ser estricta como vemos en el siguiente


PE

ejemplo.

χ si n es impar,
E
Sea E un conjunto medible y fn = Como 1 − χE = χEc , resulta
1 − χE si n es par.

Z m(E) Z
si n es impar,
que fn = Entonces lı́m inf fn = mı́n{m(E), m(Ec )}. Además
m(Ec ) si n es par.
Z
lı́m inf fn = 0, con lo que lı́m inf fn = 0.

Si elegimos E para que m(E) ̸= 0 y m(Ec ) ̸= 0, entonces


Z Z
lı́m inf fn < lı́m inf fn .
52 2.4. Integral de Lebesgue

Teorema 2.4.11 (convergencia monótona). Sean (fn ) una sucesión creciente de funciones medi-
bles no negativas y f = lı́m fn . Entonces
Z Z
f = lı́m fn .

Z Z
Demostración. Por el lema de Fatou, sabemos que f ⩽ lı́m inf fn . Pero como fn ⩽ f,

U
Z Z Z Z Z Z
entonces fn ⩽ f, de donde lı́m sup fn ⩽ f. En definitiva, f = lı́m fn .

/E H
Z  x n −πx
Ejemplo 2.14. Para calcular lı́m 1+ ·e dx, expresaremos el lı́mite como
[0,n] n

PV
Z  x n −πx
L = lı́m 1+ ·e · χ[0,n] (x) dx.
n
[0,∞)
-U
Si llamamos fn (x) = (1 + x/n)n · e−πx · χ[0,n] (x), se puede comprobar que
RI´A

0 ⩽ f1 (x) ⩽ f2 (x) ⩽ · · · ⩽ fn (x) ⩽ . . .

y que cada fn es medible. Por el teorema anterior,


Z Z
EG

 x n −πx 1
L= lı́m 1 + ·e · χ[0,n] (x) dx = e(1−π)x dx = .
[0,∞) n [0,∞) π−1
AL

Observaciones.

1) El teorema de la convergencia monótona no es cierto Z si la sucesiónZes decreciente.


Z ∞ Por
O

1 1
ejemplo, si fn = · χ[n,∞) , entonces fn → 0 y f = 0 pero lı́m fn = lı́m =
DR

n n n
1
lı́m · m[[n, ∞)] = ∞.
n
PE

Sı́ será cierto el teorema para sucesiones decrecientes si añadimos la hipótesis adicional
de que f1 sea integrable, ya que podemos definir la sucesi Z ón gn = f1 Z− fn , que es
creciente y verifica que gn ⩾ 0 y lı́m gn = f1 − f. Por tanto, lı́m gn = lı́m gn , es decir
Z Z Z Z
f1 − f = f1 − lı́m fn . Simplificando, se obtiene el resultado deseado.

2) Como ya hemos indicado en el ejemplo 2.5, el teorema de la convergencia monótona no


es cierto en el caso de la integral de Riemann.

Corolario 2.4.12 (teorema de Beppo Levi). Sea (un ) una sucesión de funciones medibles no
Z ∞ Z
X
P∞
negativas y f = n=1 un . Entonces f = un .
n=1
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 53

X
n
Basta aplicar el teorema anterior a la sucesión de sumas parciales fn = uk .
k=1

Proposición 2.4.13. Sea f ⩾ 0 una función medible y (En )n∈N una sucesión de conjuntos medibles
S
disjuntos dos a dos. Si E = n∈N En , entonces
Z XZ
f= f.

U
E n∈N En

/E H
P
Demostración. Llamamos un = f · χEn . Entonces f · χE = n∈N un , de modo que basta
aplicar el corolario anterior.

|x|−2 si x ̸= 0

PV
Ejemplo 2.15. Consideramos la función f(x) = Veamos que f es integrable en
0 si x = 0. -U
cualquier conjunto {x : |x| ⩾ ε}.

X 1
Definimos Ak = {x : ⩽ |x| <
2k · ε 2k+1 · ε} y g(x)
= ak (x), donde ak (x) = k · χAk (x).
(2 · ε)2
Z Z k=0
RI´A

De esta manera, f ⩽ g, de donde f ⩽ g. Como m(Ak ) = 2 · 2k · ε, por el teorema de Levi,

Z ∞
X m(Ak ) 4
EG

g= = .
(2k ε)2 ε
k=0
Z
4
En consecuencia, f es integrable en {x : |x| ⩾ ε} y
AL

f⩽ .
|x|⩾ε ε

Z ón 2.4.14. Sea f una función no negativa integrable sobre E. Dado ε > 0, existe δ > 0
Proposici
O

tal que f < ε, ∀A ⊂ E con m(A) < δ.


A
DR

Demostración. La proposición es trivial si f es acotada. Sea pues fn (x) = mı́n{n, f(x)}. Ası́
fn es acotada
Z y Zfn (x) → f(x). Por el
Z teorema de la convergencia monótona, existe N ∈ N
PE

tal que fN > f − ε/2, es decir (f − fN ) < ε/2. Elegimos δ < ε/2N, de modo que, si
E E E
m(A) < δ, entonces
Z Z Z Z
f = (f − fN ) + fN < (f − fN ) + N · m(A) < ε/2 + ε/2 = ε.
A A A A

Observación. Es fácil comprobar que el resultado anterior también es cierto eliminando la


hipótesis de que f sea no negativa.
Z
Corolario 2.4.15. Si f es una función no negativa e integrable sobre R, la función F(t) = f
(−∞,t]
es uniformemente continua en R.
54 2.4. Integral de Lebesgue

Una consecuencia directa de la proposición 2.4.4 es el siguiente resultado sobre integrales


impropias.
Zb
Proposición 2.4.16. Sea f : [0, ∞) → R una función continua y no negativa. Entonces lı́m (R) f =
Z b→∞ 0

f.
[0,∞)

HU
Demostración. Como [0, ∞) = ∞
S
n=1 [0, n] y la sucesión de intervalos es creciente, entonces
m([0, ∞)) = lı́m m([0, n]). Basta aplicar la proposición anterior para obtener

/E
n→∞
Z Z Zb
f = lı́m f = lı́m (R) f.

PV
[0,∞) b→∞ [0,b] b→∞ 0
-U
Teorema 2.4.17 (convergencia dominada de Lebesgue). Sean g una función integrable sobre E
y (fn ) una sucesión de funciones medibles tales que |fn | ⩽ g en E y f(x) = lı́m fn (x) c.s. en E.
A

Entonces Z Z
RI´

f = lı́m fn .
E E
EG

Demostración. La función g − fn es no negativa y, por el lema de Fatou,


Z Z
(g − f) ⩽ lı́m inf (g − fn ).
AL

E E

Como |f| ⩽ g, f es integrable y


Z Z Z Z
RO

g− f⩽ g − lı́m sup fn ,
E E E E
Z Z
de donde f ⩾ lı́m sup fn .
D

E E
Z Z
PE

Análogamente, con g + fn llegamos a f ⩽ lı́m inf fn .


E E
Z π/2 p
Ejemplo 2.16. Si queremos calcular lı́m n · sen(x/n) dx, basta observar que las funciones
0
fn (x) = n · sen(x/n) son medibles (por ser continuas), que |n · sen(x/n)| ⩽ x y que la función
p

g(x) = x es integrable en [0, π/2]. Aplicando el teorema anterior,
Z π/2 p Z π/2 Z π/2

r
p π π
lı́m n · sen(x/n) dx = lı́m n · sen(x/n) dx = x dx = .
0 0 0 3 2

El teorema anterior puede generalizarse debido a que la demostración no necesita condi-


ciones tan fuertes. En concreto, el siguiente resultado también es válido.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 55

Teorema 2.4.18. Sea (gn )n∈N una sucesión de funciones integrables que converge c.s. a una función
integrable
Z g. Sea Z(fn )n∈N una sucesión
Z deZ funciones medibles tal que |fn | ⩽ gn y fn converge a f
c.s. Si g = lı́m gn , entonces f = lı́m fn .

Demostración. Supongamos, para simplificar la notación, que fn (x) ⩾ 0, para todo n. En-
tonces, como (g − fn )+ ⩽ g, por el teorema de la convergencia dominada,

HU
Z Z
lı́m (g − fn )+ = (g − f)+ .

/E
Por otra parte, como gn − fn ⩾ 0,
Z Z Z
0 ⩽ (g − fn )− = (g − gn + gn − fn )− ⩽ (g − gn )− .

PV
Z
Como además lı́m (g − gn )− = 0, resulta que
-U
Z Z Z
lı́m (g − fn ) = (g − f)+ = (g − f),
A

ya que f(x) ⩽ g(x).


RI´

Observación. Entre los teoremas de convergencia, el lema de Fatou tiene las hipótesis
EG

más
Z débiles,Zfn acotadas inferiormente por cero, de modo que la conclusión es más débil:
f ⩽ lı́m inf fn .
AL

El teorema de convergencia dominada requiere que fn estén acotadas superior Z e inferior-


Z
mente por funciones integrables fijas, ası́ que su conclusión es más fuerte: f = lı́m fn .

El teorema de la convergencia monótona es un hı́brido, necesita que fn estén acotadas in-


RO

feriormente por cero y superiormente por la propia función lı́mite f. Si f es integrable, se


trata de un caso especial del teorema de la convergencia dominada. Sin embargo, junto con
D

el lema de Fatou, se puede aplicar sin necesidad de que f sea integrable.


PE

2.4.3. El espacio L1 de funciones integrables

La construcción dada en las secciones anteriores nos permite concluir que la familia de
funciones integrables en un conjunto medible E es un espacio vectorial. Por otra parte, si
identificamos las funciones que son iguales en casi todo punto, obtenemos el espacio L1 (E)
de las clases de equivalencia de funciones integrables en E. También es fácil comprobar que
se trata de un espacio normado1 si definimos la norma
Z
∥f∥ = ∥f∥1 = |f|.
E
1 Un estudio más detallado de los espacios normados se realiza en el capı́tulo 4.
56 2.4. Integral de Lebesgue

Como una aplicación directa de los teoremas de convergencia demostraremos que dicho
espacio es completo, es decir que toda sucesión de Cauchy de funciones en L1 (E) es con-
vergente.
Para ello, sea (fn )n∈N ⊂ L1 (E) una sucesión de Cauchy. Entonces, dado cualquier k ∈ N,
existe nk tal que
∥fnk+1 − fnk ∥ ⩽ 2−k .

U
Definimos ahora

/E H

X ∞
X
f(x) = fn1 (x) + (fnk+1 (x) − fnk (x)) y g(x) = |fn1 (x)| + |fnk+1 (x) − fnk (x)|.
k=1 k=1

PV
Teniendo en cuenta que
Z ∞ Z
X Z ∞
X
-U
|fn1 | + |fnk+1 − fnk | ⩽ |fn1 | + 2−k < ∞,
k=1 k=1

por el teorema de la convergencia monótona, g es integrable. Como además |f| ⩽ g, también


RI´A

f es integrable. En particular, la serie que define f converge en casi todo punto y, como las
sumas parciales son precisamente fnk , resulta que fnk (x) → f(x) c.s.
Además, observando que |f − fnk | ⩽ g, por el teorema de la convergencia dominada dedu-
EG

cimos que ∥fnk − f∥1 → 0.


Por último, sea ε > 0 arbitrario. Entonces, por hipótesis, existe N ∈ N tal que ∥fn − fm ∥1 <
AL

ε/2 ∀n, m > N. También podemos elegir nk > N tal que ∥fnk − f∥1 < ε/2. En definitiva,

∥fn − f∥1 ⩽ ∥fn − fnk ∥1 + ∥fnk − f∥1 < ε, ∀n > N,


O

lo que significa que fn → f.


DR

De la propia demostración deducimos que toda sucesión convergente en L1 posee alguna


subsucesión que converge c.s.
PE

2.4.4. Convergencia en medida


R
Supongamos que (fn ) es una sucesión de funciones medibles tal que |fn | → 0. Queremos
saber qué se puede decir de la sucesión (fn ).
La propiedad más importante serı́a que la medida del conjunto {x : |fn (x)| > η} tiende a
cero cuando η → 0.
Definición. Se dice que una sucesión (fn ) de funciones medibles converge a f en medida
si, dado ε > 0 existe N ∈ N tal que

m({x : |f(x) − fn (x)| ⩾ ε}) < ε, ∀n ⩾ N.


Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 57


1 si x ∈ [k · 2−ν , (k + 1)2−ν ]
Ejemplo 2.17. Si n = k + 2ν , 0 ⩽ k < 2ν , definimos fn (x) = ,
0 en el resto
x ∈ [0, 1]. Entonces m({x : |fn (x)| > ε}) ⩽ 2/n, con lo que fn → 0 en medida pero, para cualquier
x ∈ [0, 1], la sucesión (fn ) toma el valor 1 para valores arbitrariamente grandes de n, con lo que no
converge a cero puntualmente.
Proposición 2.4.19. Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles que converge en medida a f.

U
Entonces existe una subsucesión (fnk )k∈N que converge a f c.s.

/E H
Demostración. Dado ν > 0, existe nν ∈ N tal que

m({x : |fn (x) − f(x)| ⩾ 2−ν }) < 2−ν , ∀n ⩾ nν .

PV

[
Sea Eν = {x : |fnν (x) − f(x)| ⩾ 2−ν }. Entonces, si x ̸∈
-U Eν , |fnν (x) − f(x)| < 2−ν para
ν=k
∞ [
\ ∞
ν ⩾ k y ası́ fnν (x) → f(x). Por tanto, fnν → f(x), para todo x ̸∈ A = Eν .
k=1 ν=k
∞ ∞
X
RI´A

[
Como m(A) ⩽ m( Eν ) ⩽ m(Eν ) = 2−k+1 , entonces m(A) = 0.
ν=k ν=k

Proposición 2.4.20. El lema de Fatou y los teoremas de convergencia monótona y convergencia


EG

dominada de Lebesgue son ciertos sustituyendo convergencia c.s. por convergencia en medida.
AL

2.5. Derivación e integración de funciones integrables


O

Las dos cuestiones principales que queremos responder son:


DR

¿Bajo qué condiciones existe la derivada de una función f (al menos c.s.) y cuándo
Zb
f′ (x) dx = f(b) − f(a)?
PE

¿Bajo qué condiciones la integral de una función integrable f es derivable y cuándo


Z
d x
f(t) dt = f(x)?
dx a

La primera igualdad es cierta sólo para una cierta clase de funciones (por ejemplo, la
2
función f(x) = x2 · sen(x · e1/x ), si x ̸= 0, y f(0) = 0, es derivable pero f′ no es integrable en
un entorno que contiene al cero) pero la segunda será cierta en casi todo punto.
Zx
Dada una función f integrable en [a, b], la función F(x) = f, x ∈ [a, b], recibe el nombre
a
de integral indefinida de f. Veremos en este apartado que la derivada de F es igual a f en
casi todo punto de [a, b].
58 2.5. Derivación e integración de funciones integrables

Zx
Proposición 2.5.1. Si f es integrable en [a, b], la función F(x) = f(t) dt es continua en [a, b].
a
Además, si f es continua en x0 ∈ [a, b], entonces F es derivable en x0 y F′ (x0 ) = f(x0 ).

Demostración. La continuidad es consecuencia de la proposición 2.4.14.


Sea ahora x0 ∈ (a, b) y supongamos que f es continua en x0 . Dado cualquier ε > 0, sea

HU
δ > 0 tal que |f(t) − f(x0 )| < ε para t ∈ (x0 − δ, x0 + δ). Si elegimos h de modo que 0 < h < δ,
resulta
Z x0 +h Z x0 +h
F(x0 + h) − F(x0 ) 1 1

/E
− f(x ) = f(t) dt − f(x ) dt

0 0

h h h x0

x0
Z x0 +h
1
|f(t) − f(x0 | dt < ε.

PV

h x0
Por tanto, F′+ (x0 ) = f(x0 ).
-U
Análogamente, se prueba que F′− (x0 ) = f(x0 ) y un razonamiento similar permite probar la
derivabilidad de F en los extremos del intervalo.
Zx
n(n + 1)
A

Ejemplo 2.18. Si f(x) = [x] y F(x) = f, entonces F(x) = nx − , para todo x ∈


0 2
RI´

[n, n + 1). Es evidente que F es continua y F′ (x) = f(x) para todo x ̸∈ Z.


Zb
EG

Observación. En las condiciones de la proposición anterior, si G(x) = f, entonces G(x) =


Zb x

f − F(x), de modo que es también continua en [a, b] y, si f es continua en x0 ∈ (a, b),


AL

a
entonces G es derivable en x0 y G′ (x0 ) = −f(x0 ).

Zx
RO

Lema 2.5.2. Si f es integrable en [a, b] y f(t) dt = 0, ∀x ∈ [a, b], entonces f(t) = 0 c.s. en
a
[a, b].
D

Demostración. Supongamos que f(x) > 0 en un conjunto E de medida positiva.Z Por la


PE

proposición 2.3.17, existe F ⊂ E cerrado con m(F) > 0. Por la proposición 2.4.7(vii), f > 0.
F
Zb Z Z Z Z
Si llamamos A = (a, b) \ F, entonces 0 = f= f+ f, con lo que f=− f ̸= 0.
a F A A F
Como A es unión disjunta de una familia numerable {(an , bn )}n∈N de intervalos abiertos,
Z X Z bn Z bn
por la proposición 2.4.13, f= f. Por tanto, para algún n, f ̸= 0 con lo que
A n∈N an an
Z an Z bn
f ̸= 0 ó f ̸= 0.
a a
En cualquier caso, vemos que, Z x si f es positiva en un conjunto de medida positiva, para
algún x ∈ [a, b] se tiene que f ̸= 0.
a
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 59

Análogamente se prueba que f no puede ser negativa en un conjunto de medida positiva,


ası́ que debe ser nula.

Veamos a continuación una adaptación de la regla de Barrow para la integral de Lebesgue


a partir del siguiente lema previo.

HU
Zb
Lema 2.5.3. Sean a, b, c ∈ R, con a < b, y f : [a + c, b + c] → R continua. Entonces f(x +
Z b+c a

/E
c) dx = f(x) dx.
a+c

PV
Demostración. Dividiremos la prueba según los diferentes casos.
Z b+c
-U
a) Si f = χA , con A ⊂ [a + c, b + c] medible, como m(A) = χA (x) dx y m(A − c) =
Zb Zb a+c

χA−c (x) dx = χA (x + c) dx, se trata de probar que m(A) = m(A − c), lo cual es cierto
A

a a
porque la medida de Lebesgue es invariante por traslaciones.
RI´

Xn
b) Si f es simple y medible, f(x) = ai χAi (x), con Ai medibles, basta probar que
Pn Pn i=1
EG

i=1 ai m(Ai ) = i=1 ai m(Ai − c), lo cual también es cierto.

c) Si f es continua, es medible y acotada con lo que f = lı́m φn , con φn simples y medibles.


AL

Basta aplicar el teorema de la convergencia acotada 2.4.9 para deducir el resultado en este
caso.
RO

Teorema 2.5.4 (Regla de Barrow). Sean a, b ∈ R, con a < b, y f : (a, b) → R integrable y


acotada en (a, b). Si F : [a, b] → R es continua en [a, b] y F′ (x) = f(x), ∀x ∈ (a, b), entonces
Zb
D

f = F(b) − F(a).
a
PE

Demostración. Sea ε > 0 arbitrario y (hn )n∈N una sucesión tal que 0 < hn < ε y hn → 0.
Z b−ε Z b−ε
F(x + hn ) − F(x)
Entonces f= lı́m dx.
a+ε a+ε n→∞ hn
Por ser f acotada, existe M > 0 tal que |f(x)| ⩽ M, x ∈ (a, b). Por el teorema del valor
medio, existe t ∈ (x, x + hn ) tal que

F(x + hn ) − F(x)
= |F′ (t)| = |f(t)| ⩽ M.
hn

Podemos aplicar entonces el teorema de la convergencia acotada 2.4.9 y el lema anterior, y


60 2.6. Cálculo integral de funciones integrables

resulta
Z b−ε Z b−ε
F(x + hn ) − F(x)
f = lı́m dx
a+ε n→∞ a+ε hn
"Z Z b−ε #
b−ε
1
= lı́m F(x + hn ) dx − F(x) dx
n→∞ hn a+ε a+ε
"Z Z b−ε #
b−ε+hn
1

U
= lı́m F(x) dx − F(x) dx
n→∞ hn a+ε+hn a+ε

/E H
"Z Z a+ε+hn #
b−ε+hn
1
= lı́m F(x) dx − F(x) dx .
n→∞ hn b−ε a+ε
Zx

PV
Como F es continua, por la proposición 2.5.1, la función G(x) = F es derivable y G′ (x) =
a
F(x). Ası́ pues,
-U
Z b−ε  
G(b − ε + hn ) − G(b − ε) G(a + ε + hn ) − G(a + ε)
f = lı́m − = F(b − ε) − F(a + ε).
a+ε n→∞ hn hn
RI´A

Basta hacer ε → 0 para obtener el resultado.


EG

2.6. Cálculo integral de funciones integrables

En este apartado estudiaremos diferentes propiedades relativas al cálculo integral de fun-


AL

ciones integrables Lebesgue. Veremos que las fórmulas del cambio de variable y de la
integración por partes son válidas también en la integral de Lebesgue.
O

2.6.1. Fórmulas de integración


DR

Proposición 2.6.1 (cambio de variables). Sean g : [c, d] → R una función derivable con derivada
acotada y f : g([c, d]) → R una función continua. Si llamamos a = g(c), b = g(d), entonces
PE

Zb Zd
f= (f ◦ g) · g′ .
a c

Zx Zb
Demostración. Sea F(x) = f. Entonces f = F(b) − F(a).
a a
La función G(t) = F(g(t)) es derivable en [c, d] y G′ (t) = F′ (g(t)) · g′ (t) = f(g(t)) · g′ (t).
Como G′ es acotada, por la regla de Barrow (teorema 2.5.4), tenemos
Zd
f(g(t)) · g′ (t) dt = G(d) − G(c) = F(b) − F(a).
c
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 61

Proposición 2.6.2 (integración por partes). Sean F, G : [a, b] → R continuas en [a, b] y deriva-
bles en (a, b), con derivadas acotadas. Si F′ = f, G′ = g en (a, b), entonces
Zb Zb
F · g = (F · G)(b) − (F · G)(a) − G · f.
a a

Zx

HU
Demostración. Las funciones F, G, f, g son acotadas y (F · G)(x) = F · g + G · f. Por la regla
a
de Barrow,
Zb

/E
(F · G)(b) − (F · G)(a) = (F · g + G · f).
a

Z∞ Zb
PV
Proposición 2.6.3 (integrales impropias). Sea f : (a, ∞) → R una función medible. Si f es
-U
integrable, entonces f = lı́m f.
a b→∞ a

Demostración. Definimos la sucesión fn (x) = f(x) · χ[a,a+n] (x). Entonces lı́m fn (x) = f(x),
A

∀x > a y |fn (x)| ⩽ |f(x)|. Por el teorema de la convergencia dominada,


RI´

Z∞ Z∞ Z a+n Z∞
lı́m fn = f =⇒ lı́m f= f.
EG

n→∞ a a n→∞ a a
AL

De este resultado deducimos Z ∞ que, si F es primitiva de f, continua en [a, ∞) y f es acotada


en [a, b], ∀b > a, entonces f = lı́m (F(b) − F(a)).
RO

a b→∞

 Dado a > 0, sea f : [a, ∞) → R la función definida por f(x) = 1/x . Entonces
Ejemplo 2.19. α
Zb ln b − ln a
D

1 si α = 1,
dx = Ası́, f es integrable en (a, ∞) si y sólo si α > 1. La
a x
α  1 (b1−α − a1−α ) si α ̸= 1.
PE

1−α
a1−α
integral vale .
α−1

Recı́procamente, en el caso de que f sea integrable en (a, b), ∀b > a, f será medible en
(a, ∞) porque f = lı́mn→∞ f · χ(a,a+n) .
Zb
a) Si f ⩾ 0 y existe lı́m f < ∞, entonces f es integrable en (a, ∞) (basta aplicar el
b→∞ a
teorema de la convergencia monótona a la sucesión fn = f · χ(a,a+n) ).
Zb
b) Si f tiene signo variable y existe lı́m |f| < ∞, entonces f es integrable en (a, ∞) (por
b→∞ a
serlo |f|).
62 2.6. Cálculo integral de funciones integrables

Zb
Observación. Si f tiene signo variable, puede existir lı́m f y no ser integrable. Por
b→∞ a
Zb
sen x
ejemplo, la función f(x) = sen x/x no es integrable en (0, ∞) pero existe lı́m dx <
b→∞ 0 x
∞.
sen x
En efecto, como lı́m+ = 1, entonces f es integrable en (0, b), para todo b > 0. Sin
x→0 x
embargo,

U
Z nπ X Z (k+1)π sen x X Z (k+1)π
2 X 1
n−1 n−1 n−1

/E H
sen x 1

dx = dx ⩾ | sen x| dx = .
x x (k + 1)π kπ π k+1

π k=1 kπ k=1 k=1
Z∞
sen x

PV
Esto implica que dx = ∞, de modo que f no es integrable en (0, ∞).
x

π
Por otro lado, mediante integración por partes, -U
Zb Zb
sen x cos b 1 cos x
dx = − − − dx.
π x b π π x2
RI´A

cos x 1 cos x
Como 2 ⩽ 2 y 1/x2 es integrable en (π, b), también lo es . Entonces existe

Zb x x Z∞ x2
sen x 1 cos x
lı́m dx = − − dx < ∞.
b→∞ π x π π x2
EG

Zb
sen x
Como f es integrable en (0, π), existe lı́m dx < ∞.
b→∞ 0 x
AL

Proposición 2.6.4 (criterio de comparación). Sean f, g : (a, ∞) → [0, ∞) funciones medibles y


f(x)
g > 0. Si f, g son integrables en (a, b), ∀b > a y existe lı́m = λ, entonces:
x→∞ g(x)
O

a) Si λ ∈ (0, ∞), f es integrable si y sólo si g es integrable.


DR

b) Si λ = 0, g integrable =⇒ f integrable.
c) Si λ = ∞, f integrable =⇒ g integrable.
PE

Demostración. a) Si λ ∈ (0, ∞),



f(x) λ λ 3λ
g(x) − λ < 2 , ∀x ⩾ M ⩾ b ⇐⇒ 2 · g(x) < f(x) < 2 · g(x).

b) Si λ = 0,
f(x)
g(x) < ε ⇐⇒ |f(x)| < ε|g(x)|.

c) Si λ = ∞,
f(x)
g(x) > k ⇐⇒ |f(x)| > k|g(x)|.

Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 63

x2 + 5
Ejemplo 2.20. La función f(x) = · sen x es integrable en (1, ∞).
3x4 + 7x
x2 + 5 x2 + 5 1
Basta observar que |f(x)| ⩽ 4 y que lı́m / = 1/3.
3x + 7x x→∞ 3x4 + 7x x2

2.6.2. Integrales dependientes de un parámetro

HU
En los siguientes resultados, supondremos que f : R × I → R es una Zfunción tal que, para
cada t ∈ I, la función f(·, t) es integrable. Esto permite definir F(t) = f(x, t) dx.

/E
R

Teorema 2.6.5. Sea t0 punto de acumulación de I. Si existe lı́mt→t0 f(x, t) para casi todo x ∈ R
y existe un función integrable g tal que |f(x, t)| ⩽ g(x), ∀t ∈ I, t ̸= t0 , y para casi todo x ∈ R,

PV
entonces Z
lı́m F(t) = lı́m f(x, t) dx.
-U
t→t0 R t→t0

En particular, si además t0 ∈ I y f(x, ·) es continua en t0 para casi todo x ∈ R, entonces F es


continua en t0 .
A

Demostración. Sea (tn )n∈N ⊂ I una sucesión convergente a t0 , tn ̸= t0 . Si definimos fn (x) =


RI´

f(x, tn ), por hipótesis lı́mn→∞ fn (x) = lı́mt→t0 f(x, t) en casi todo x ∈ R.


EG

Por el teorema de la convergencia dominada,


Z Z Z
lı́m F(tn ) = lı́m fn = lı́m fn = lı́m f(x, t) dx.
AL

n→∞ n→∞ R R n→∞ R t→t0


RO

∂f
Teorema 2.6.6 (fórmula de Leibniz). Si existe (x, t), ∀t ∈ I y casi todo x ∈ R, y existe g
∂t
∂f
integrable en R tal que (x, t) ⩽ g(x), ∀t ∈ I y casi todo x ∈ R, entonces F es derivable en I y
D

Z ∂t
∂f
F′ (t) = (x, t) dx.
PE

R ∂t

Demostración. Por definición,


Z
′ F(t) − F(t0 ) f(x, t) − f(x, t0 )
F (t0 ) = lı́m = lı́m dx.
t→t0 t − t0 t→t0 R t − t0

Por otra parte,

f(x, t) − f(x, t0 ) ∂f
∃E1 ⊂ R, m(E1 ) = 0 : ∀x ̸∈ E1 , lı́m = (x, t0 );
t→t0 t − t0 ∂t

∂f
∃E2 ⊂ R, m(E2 ) = 0 : ∀x ̸∈ E2 , (x, s) ⩽ g(x), ∀s ∈ I.
∂t
64 2.6. Cálculo integral de funciones integrables

Por tanto, ∀x ̸∈ E1 ∪ E2 , existe s comprendido entre t0 y t, tal que



f(x, t) − f(x, t0 ) ∂f
= (x, s) ⩽ g(x).
t − t0 ∂t

Z Z
′ f(x, t) − f(x, t0 ) ∂f
Por el teorema anterior, F (t0 ) = lı́m dx = (x, t0 ) dx.
R t→t 0 t − t0 R ∂t

U
Z

/E H
2 /2
Ejemplo 2.21. Probar que la función F(t) = cos(tx)e−x dx es derivable y F′ (t) = −tF(t),
R Z
2 /2 2 /2
∀t ∈ R. Deducir de lo anterior que F(t) = C · e−t , con C = e−x dx.
R

PV
2 ∂f 2
Como f(x, t) = cos(tx)e−x /2 es continua en R × R, existe (t, x) = −x sen(tx)e−x /2 y
∂t
∂f
(t, x) ⩽ |x| · e−x2 /2 , siendo la función g(x) = |x| · e−x2 /2 integrable en R, por la fórmula

-U
∂t
de Leibniz deducimos que
Z
′ 2
F (t) = −x sen(tx) · e−x /2 dx.
RI´A

Integrando por partes se llega a que F′ (t) = −tF(t) cuya solución es la indicada.
EG

Observación. Debido a que las propiedades de lı́mite, continuidad y derivabilidad son


locales, las hipótesis de los teoremas anteriores pueden debilitarse. Ası́ pues, es suficiente
AL

que las acotaciones de |f| y |∂f/∂t| por funciones integrables sean ciertas para todo t en la
intersección de I con un entorno reducido de t0 y casi todo x ∈ R.
Z1
O

Ejemplo 2.22. Si definimos F(x) = ln(x2 + y2 ) dy, con x > 0, es evidente que F es continua
DR

0
porque la función f(x, y) = ln(x2 + y2 ) es integrable respecto a y (de hecho es continua para
cualquier x > 0).
PE

Para comprobar que F es derivable, veamos que existe |∂f/∂x|, para todo x ∈ (0, ∞) y casi todo
y ∈ (0, 1), y que existe g integrable en (0, 1) tal que |∂f/∂x| ⩽ g(y), para todo x > 0 y casi todo
y ∈ (0, 1). Por una parte,

∂f 2x ∂f 2x 2
= 2 2
=⇒ (x, y) ⩽
2
= .
∂x x +y ∂x x x

∂f 2
Ahora bien, dado x > 0, podemos elegir ε > 0 tal que ε < x. De este modo, (x, y) ⩽ y la
∂x ε
función g(y) = 2/ε es integrable en (0, 1). En definitiva, por el teorema de Leibniz, F es derivable y
Z1 Z1
∂f 2x
F′ (x) = (x, y) dy = dy = 2 arc tg(1/x).
0 ∂x 0 x2 + y2
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 65

2.7. Ejercicios

Sobre álgebras y σ-álgebras



Ejercicio 2.1. Si X = {a, b, c, d}, ¿cuál es la σ-álgebra generada por A = {a}, {b} ?

Ejercicio 2.2. Dada una aplicación F : X → X′ , demostrar que:

U
/E H
(a) Si A es una σ-álgebra en X, entonces A′ = {B ⊂ X′ : F−1 (B) ∈ A} es una σ-álgebra en X′ .

(b) Si A′ es una σ-álgebra en X′ , entonces A = F−1 (A′ ) = {F−1 (B) ⊂ X : B ∈ A′ } es una σ-álgebra

PV
en X.

(c) Si C ⊂ P(X′ ), entonces σ[F−1 (C)] = F−1 [σ(C)] (donde σ(C) representa la σ-álgebra generada
-U
por C).

Ejercicio 2.3. Sea A un álgebra en X. Probar que A es una σ-álgebra si y sólo ∈ A para
S
n∈N En
RI´A

toda sucesión {En }n∈N ⊂ A tal que E1 ⊂ E2 ⊂ . . . ⊂ En ⊂ . . .

Ejercicio 2.4. Si {Ai }i∈I es una colección arbitraria de σ-álgebras, probar que i∈I Ai
T
es una
EG

σ-álgebra.

Ejercicio 2.5. Dado un conjunto X, sea A ⊂ X y HA = {B ⊂ X : B ⊂ A ó Bc ⊂ A}.


AL

(a) Probar que HA es una σ-álgebra en X.


O

S
(b) Si X = R y An = [−n, n], probar que n∈N HAn no es una σ-álgebra.
DR

Ejercicio 2.6. Consideremos las siguientes extensiones de una familia C de subconjuntos de Ω:


PE

C1 ={A ⊂ Ω : A ∈ C ó Ac ∈ C};
C2 ={A1 ∩ · · · ∩ An : Ai ∈ C1 , n ∈ N};
C3 ={A1 ∪ · · · ∪ An : Ai ∈ C2 , n ∈ N}.

Demostrar que C3 es el álgebra generada por C.

Ejercicio 2.7. Sea X un conjunto no numerable.

(a) Si definimos A = {E ⊂ X : E ó Ec es numerable}, demostrar que A es σ-álgebra.

(b) Determinar la σ-álgebra generada por la colección de los subconjuntos finitos de X.


66 2.7. Ejercicios

Sobre conjuntos y funciones medibles

Ejercicio 2.8. Si λ > 0 y E ⊂ R, definimos λE = {λx : x ∈ E}.

(a) Probar que m∗ (λE) = λm∗ (E).

(b) Si E es medible, probar que λE es medible y m(λE) = λm(E).

U
Ejercicio 2.9. Sean E, F conjuntos medibles. Probar que m(E) + m(F) = m(E ∪ F) + m(E ∩ F).

/E H
Ejercicio 2.10. a) Sea A un conjunto tal que m∗ (A) < ∞ y m(int(A)) = m( A). Probar que A
es medible.

PV
b) ¿Es cierto que, si A es medible y m(A) = 0, entonces m( A) = 0?

Ejercicio 2.11. Sea A ⊂ [0, 1] tal que m(A) > 0. Probar que existen x, y ∈ A tal que |x − y| es un
-U
número irracional.

Ejercicio 2.12. Sea (En )n∈N una sucesión de conjuntos medibles. Si definimos lı́m inf En =
RI´A

k∈N n>k En , y suponemos que m( En ) < ∞, probar que:


S T T S S
k∈N n>k En y lı́m sup En =

(a) m(lı́m inf En ) ⩽ lı́m inf m(En ).


EG

(b) m(lı́m sup En ) ⩾ lı́m sup m(En ).

Ejercicio 2.13. Sea {Bn } una sucesión de conjuntos medibles en R, con medida finita. Probar que
AL

las siguientes proposiciones son equivalentes.


S P
a) m( n∈N Bn ) = si Bi ∩ Bj = ∅, ∀i ̸= j.
n∈N m(Bn ),
O

S
b) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊂ B2 ⊂ . . . y A = n∈N Bn .
DR

T
c) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊃ B2 ⊃ . . . y A = n∈N Bn .
PE

Ejercicio 2.14. Sean A, B ⊂ R, con B medible. Demostrar:

(a) Existe G ∈ Gδ tal que A ⊂ G y m(G) = m∗ (A).

(b) Si m∗ (A) < ∞, B ⊂ A y m(B) = m∗ (A), entonces A es medible.

(c) Si m(B) < ∞ y A ⊂ B, entonces A es medible si y sólo si m(B) = m∗ (A) + m∗ (B \ A).

Ejercicio 2.15. Sea f : R → R medible. Probar que 1/f es medible.

Ejercicio 2.16. Si f|E1 y f|E2 son medibles, probar que f|E1 ∪E2 es medible.

Ejercicio 2.17. Sea f : R → R y sean A = {x ∈ R : f(x) = ∞} y B = {x ∈ R : f(x) = −∞}.


Probar que las siguientes proposiciones son equivalentes.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 67

a) f es medible.

b) A, B y f|(A∪B)c son medibles.

Ejercicio 2.18. Sean D ⊂ R un conjunto medible con medida finita y f : D → R. ¿Es cierto que, si
{x ∈ D : f(x) = α} es medible para todo α ∈ R, entonces f es medible?

Ejercicio 2.19. Sean h y g funciones medibles. Demostrar que los conjuntos

U
/E H
{x : h(x) < g(x)}, {x : h(x) ⩽ g(x)}, {x : h(x) = g(x)}

son medibles.

PV
Ejercicio 2.20. Sea E ⊂ R un conjunto medible. Si f : E → R es continua en casi todo punto,
probar que f es medible. -U
Ejercicio 2.21. Si f : R → R tiene derivada en todo punto, demostrar que f′ es medible.

Ejercicio 2.22. Decidir la veracidad o falsedad de las siguientes proposiciones:


RI´A

(a) Si f es medible, f+ y f− son medibles.

(b) Si f y |f| son medibles, f+ y f− son medibles.


EG

(c) Si f no es medible, ni f+ ni f− son medibles.


AL

(d) Si |f| es medible, f es medible.


O

Sobre la integral de Lebesgue


DR

Ejercicio 2.23. Sean E un conjunto medible, con m(E) < ∞, y f una función medible en E.
f
Demostrar que es integrable en E.
1 + |f|
PE

Ejercicio 2.24. SeaZf ⩾ Z0 integrable. Demostrar que, para todo ε > 0, existe A medible, con
m(A) < ∞, tal que f < f + ε.
A
R
Ejercicio 2.25. Sea f una función integrable y tal que Ef = 0 para todo conjunto medible E.
Probar que f = 0 en casi todo punto.

Ejercicio 2.26. Sean f, g dos funciones integrables. Probar que la función mı́n(f, g) es integrable,
y que
Z Z Z 
mı́n(f, g) ⩽ mı́n f, g .

Estudiar el caso donde se cumple la igualdad.


68 2.7. Ejercicios

R
Ejercicio 2.27. Sean E ⊂ R un conjunto medible y f : E → R integrable tal que E |f| = 0. Probar
que f = 0 c.s. en E.

Ejercicio 2.28. Sean f, fn ⩾ 0 integrables y tales que fn → f c.s. Probar que


Z Z Z
fn → f ⇐⇒ |fn − f| → 0.

U
1 + [1/x]
Ejercicio 2.29. Calcular la integral de la función f(x) = en el conjunto [0, 1].
[1/x]

/E H
Ejercicio 2.30. Probar que las siguientes proposiciones son falsas:
Z1
(a) Si f : (0, 1] → R es una función continua tal que lı́m f existe y es finito, entonces f es

PV
a→0 a
integrable Lebesgue en (0, 1].

(b) Si f es una función integrable en R, dado ε > 0, existe M > 0 tal que |f(x)| < ε para casi todo
-U
x con |x| ⩾ M.

(c) Si K ⊂ R es compacto, la medida de su frontera es nula.


RI´A

Sobre los teoremas de convergencia


EG

Ejercicio 2.31. Sean f, fn integrables y tales que fn → f c.s. Probar que


Z Z Z
|fn − f| → 0 ⇐⇒ |fn | → |f|.
AL

√ 
Ejercicio 2.32. Probar que ln z = lı́mn→∞ n n z − 1 , ∀z > 0.
Z Z
O

1 1
Ejercicio 2.33. Calcular 2
· χ [0,1] (x) dx y √ · χ[0,1] (x) dx.
x x
DR

Z1
1 + nx2
Ejercicio 2.34. Calcular lı́m dx.
n→∞ 0 (1 + x2 )n
Zn 
PE

x n ax
Ejercicio 2.35. Calcular lı́m 1+ e dx, con a < −1.
n→∞ 0 n
Ejercicio 2.36. Demostrar que
Zn  Z∞
t n

(a) lı́m 1− ln t dt = e−t ln t dt.
n→∞ 1 n 1
Z1  Z1
t n

(b) lı́m 1− ln t dt = e−t ln t dt.
n→∞ 0 n 0
Z∞ 2 2
n2 xe−n x
Ejercicio 2.37. Demostrar que, si A = lı́m dx, entonces A = 0 si a > 0 y
n→∞ a 1 + x2
A ⩾ 1/4 si a = 0.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 69

Z
Ejercicio 2.38. Sea f ⩾ 0 una función integrable, con 0 < f = c < ∞, y sea α > 0 una constante.


Z   f(x) α  ∞ si 0 < α < 1

Demostrar que lı́m n · ln 1 + dx = c si α = 1
n→∞ n 


0 si 1 < α.

0

U
si x ∈ Q
Ejercicio 2.39. Sea f(x) = Probar que f es integrable en (0, 1) y
1/[1/x] en caso contrario.

/E H
Z1
calcular f.
0
Z1  ∞
X

PV
2
ln x 1
Ejercicio 2.40. Calcular dx, sabiendo que nxn−1 = .
0 1−x (1 − x)2
n=1
-U
Ejercicio 2.41. Para cada n ∈ N se considera la función fn (x) = e−nx − 2e−2nx .

a) Probar que fn es integrable en (0, ∞).


RI´A

P
b) Probar que la serie n∈N fn (x) converge para todo x > 0 a una función f integrable en (0, ∞).
Z∞ X Z∞
c) Comprobar que f ̸= fn e interpretar el resultado.
EG

0 n∈N 0
Zn 
x n x
Ejercicio 2.42. Calcular lı́m 1− · e dx.
AL

n→∞ 0 2n
Ejercicio 2.43. Calcular
Z∞
O

(a) lı́m (1 + (x/n))−n · sen(x/n) dx.


n→∞ 0
DR

Z∞
(b) lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 dx.
n→∞ 0
PE

Z∞
(c) lı́m n(1 + n2 x2 )−1 dx según los valores de a.
n→∞ a
Zn 
x n −x
Ejercicio 2.44. Calcular lı́m 1− e dx.
n→∞ 0 n
Z ∞ −x(3+n−2 sen x)
e
Ejercicio 2.45. Calcular lı́m dx.
n→∞ 0 1 + n−2 x2
Z∞
1
Ejercicio 2.46. Calcular lı́m x n 1/n
 dx.
n→∞ 0 1+ n x
Z1
nx sen x
Ejercicio 2.47. Calcular lı́m dx, con 1 < p < 2.
n→∞ 0 1 + (nx)p
70 2.7. Ejercicios

Ejercicio 2.48. Determinar los valores de α para los cuales


Z1 Z1
α n
lı́m n (1 − x)x dx = lı́m nα (1 − x)xn dx.
n→∞ 0 0 n→∞
Z1
ln(n + x) −x
Ejercicio 2.49. Calcular lı́m · e cos x dx.
n→∞ 0 n
Z∞
2
e−x cos(xt) dx es continua y derivable en

HU
Ejercicio 2.50. Demostrar que la función F(t) =
√ 0
π −t2 /4
(0, ∞) y deducir que F(t) = 2 e .
Z∞
sen x

/E
Ejercicio 2.51. Dada la función F(t) = e−xt dx, t ⩾ 0, probar que lı́m F(t) = 0 y
0 x t→∞
calcular, en caso de existir, F′ (t).
Z∞

PV
2
e−tx
Ejercicio 2.52. Estudiar la continuidad y derivabilidad de la función F(t) = 2
dx.
√ 0 1+x
π π √
-U
Deducir la relación F′ (t) − F(t) = − √ y la expresión explı́cita F(t) = et (1 − θ( t)), donde
2 t 2
Z
2 t −u2
θ(t) = √ e du es la función de Gauss.
π 0
A

Ejercicio 2.53. Dadas las funciones


RI´

Z x 2 Z 1 −x2 (t2 +1)


−t2 e
f(x) = e dt , g(x) = dt,
t2 + 1
EG

0 0
probar:
AL

(a) f(x) + g(x) = π/4.


Z∞
2 √
(b) e−x dx = π/2.
0
RO

Ejercicio 2.54. Demostrar:


Z∞ √
2 (2n)! π
(a) x2n e−x dx = , para todo n ∈ N ∪ {0}.
4n · n!
D

−∞
Z∞

PE

2 2
(b) Si a ⩾ 0, e−x cos ax dx = π · e−a /4 .
−∞
Z1 ∞
X
1
(c) Si p > 0, xp−1 (x − 1)−1 ln x dx = .
0 (p + n)2
n=0
Z∞
Ejercicio 2.55. Demostrar que la función Γ (y) = e−x · xy−1 dx es de clase C(∞) en (0, ∞) y
0
verifica
i) Γ (y + 1) = y · Γ (y), y > 0.
ii) Γ (n + 1) = n!, n ⩾ 0.

iii) Γ (1/2) = π.
3

HU
Capı́tulo

/E
Teorı́a de la medida abstracta

PV
-U
L a teorı́a de la medida e integración de Lebesgue desarrollada en el capı́tulo anterior fue
generalizada por Carathéodory a un contexto abstracto, en el cual la mayorı́a de propie-
dades que son ciertas en el caso real siguen valiendo en el caso general. En este capı́tulo
A

desarrollamos dicha teorı́a.


RI´
EG

3.1. Espacios de medida


AL

Fue Fréchet en 1915 el primero en observar que los conjuntos medibles Lebesgue no ju-
gaban un papel esencial en la definición de integral. Lo importante es que la familia de
dichos conjuntos forme una σ-álgebra.
RO

Recordamos que una σ-álgebra definida en un conjunto X es una familia Ω de subconjun-


tos de X que verifica
i) ∅ ∈ Ω.
D

ii) A ∈ Ω =⇒ Ac ∈ Ω.
PE

[
iii) (Ai )i∈N ⊂ Ω =⇒ Ai ∈ Ω.
i∈N
Definición. Un espacio medible es un par (X, Ω) formado por un conjunto X y una σ-
álgebra Ω de subconjuntos de X. Un subconjunto A ⊂ X es medible si A ∈ Ω.
Definición. Dado un espacio medible (X, Ω), una medida µ es una función µ : Ω → R tal
que
i) µ(A) ⩾ 0, ∀A ∈ Ω.
ii) µ(∅) = 0.
[ X
iii) µ( Ai ) = µ(Ai ), si Ai ∈ Ω, Ai ∩ Aj = ∅ (i ̸= j).
i∈N i∈N

71
72 3.1. Espacios de medida

Un espacio de medida es una terna (X, Ω, µ) formada por un espacio medible (X, Ω) y una
medida definida en él.
Ejemplos.

1) (R, M, m) es un espacio de medida si M son los conjuntos medibles


Z y m la medida de
Lebesgue. También es un espacio de medida (R, M, µ) si µ(E) = f, donde f es una

U
E
función medible no negativa.

/E H
2) Si B es la clase de los conjuntos de Borel en R y m la medida de Lebesgue, (R, B, m) es
un espacio de medida.

PV
3) Si m es el cardinal de un conjunto (llamada medida de contar), (R, P(R), m) es un espacio
de medida. -U
4) Si X es un conjunto no numerable,
 Ω la familia de subconjuntos A ⊂ X tales que A ó Ac
0 si A es numerable,
es numerable, y µ(A) = entonces (X, Ω, µ) es un espacio
1 si X \ A es numerable,
RI´A

de medida.

5) Sea F : R → R una función no decreciente y continua por la izquierda. Definimos


EG

m[a, b) = F(b) − F(a), m(a, b) = F(b) − F(a+ ), m(a, b] = F(b+ ) − F(a+ ), m[a, b] =
F(b+ ) − F(a). Si extendemos esta función a las uniones e intersecciones de estos con-
juntos, ası́ como a los abiertos y cerrados, obtenemos la llamada medida de Lebesgue-
AL

Stieltjes.

6) Otro ejemplo usual es la medida de Dirac: dado un conjunto arbitrario X y un elemento


O

x ∈ X, se define la medida de Dirac en x, δx : P(X) → R como δx (A) = 1 si x ∈ A, y


DR

δx (A) = 0 si x ̸∈ A.

Proposición 3.1.1. Sea (X, Ω, µ) un espacio de medida. Si A, B ∈ Ω y A ⊂ B, entonces µ(A) ⩽


PE

µ(B).

Demostración. Basta escribir B = A ∪ (B \ A), con lo que µ(B) = µ(A) + µ(B \ A) ⩾ µ(A).
S P
Proposición 3.1.2. Si (Ai )i∈N ⊂ Ω, µ( i∈N Ai ) ⩽ i∈N µ(Ai ).

Demostración. Sean E1 = A1 y En = An \ n−1


S
i=1 Ai , n ⩾ 2. Entonces En ⊂ An y Ei ∩ Ej = ∅
(i ̸= j).
S S P P
Por tanto, µ(En ) ⩽ µ(An ) y µ( i∈N Ai ) = µ( i∈N Ei ) = i∈N µ(Ei ) ⩽ i∈N µ(Ai ).

Proposición 3.1.3. Sea (Ai )i∈N ⊂ Ω.


[
a) Si Ai ⊂ Ai+1 (i ∈ N), entonces µ( Ai ) = lı́m µ(An ).
n→∞
i∈N
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 73

\
b) Si µ(A1 ) < ∞ y Ai ⊃ Ai+1 (i ∈ N), entonces µ( Ai ) = lı́m µ(An ).
n→∞
i∈N

Demostración. a) Si definimos B1 = A1 , Bn = An \ An−1 (n > 1), entonces los conjuntos Bn


son disjuntos dos a dos y, para cada n ∈ N, An = B1 ∪ · · · ∪ Bn . Por tanto,
[ [ X
µ( Ai ) = µ( Bi ) = µ(Bi )

HU
i∈N i∈N i∈N
X
n n
[
= lı́m µ(Bi ) = lı́m µ( Bi ) = lı́m µ(An ).
n→∞ n→∞ n→∞
i=1 i=1

/E
T
b) Llamamos A = i∈N Ai . Ası́

PV
[
A1 = A ∪ (Ai \ Ai+1 )
i∈N -U
es una unión disjunta de modo que
X
µ(A1 ) = µ(A) + µ(Ai \ Ai+1 )
i∈N
A

X  X
n−1

= µ(A) + µ(Ai ) − µ(Ai+1 ) = µ(A) + lı́m µ(Ai ) − µ(Ai+1 )
RI´

n→∞
i∈N i=1

= µ(A) + µ(A1 ) − lı́m µ(An ).


EG
AL

Definición. Una medida µ es finita si µ(X) < ∞ y es σ-finita si existe (Xn )n∈N ⊂ Ω tal
que X = n∈N Xn y µ(Xn ) < ∞, ∀n. Una medida de probabilidad es aquella que verifica
S

µ(X) = 1.
RO

Por ejemplo, la medida de Lebesgue en [0, 1] es finita pero la medida de Lebesgue en R es


σ-finita. La medida de contar en un conjunto no numerable no es σ-finita.
D

Un conjunto A tiene medida finita si A ∈ Ω y µ(A) < ∞ y tiene medida σ-finita si existe
(An )n∈N ⊂ Ω tal que µ(An ) < ∞ y A = n∈N An .
S
PE

Si µ es una medida σ-finita, todo conjunto medible tiene medida σ-finita.


Definición. Un espacio de medida (X, Ω, µ) es completo si Ω contiene todos los subcon-
juntos de conjuntos de medida cero. Por ejemplo, la medida de Lebesgue es completa pero
su restricción a la σ-álgebra de los conjuntos de Borel no es completa.
Proposición 3.1.4 (compleción). Si (X, Ω, µ) es un espacio de medida, existe un espacio completo
(X, Ω0 , µ0 ) tal que
i) Ω ⊂ Ω0 .
ii) A ∈ Ω =⇒ µ(A) = µ0 (A).
iii) A ∈ Ω0 ⇐⇒ A = U ∪ V, con V ∈ Ω y U ⊂ C, C ∈ Ω, µ(C) = 0.
74 3.2. Funciones medibles

Esquema de la prueba.

La familia Ω0 definida en iii) es σ-álgebra.

Si A ∈ Ω0 , µ(V) es la misma para cualquier conjunto V ∈ Ω tal que A = U ∪ V, con


U ⊂ C, C ∈ Ω, µ(C) = 0.

HU
Se define µ0 (A) = µ(V) y se prueba que (X, Ω0 , µ0 ) es un espacio completo.

/E
3.2. Funciones medibles

PV
A lo largo de esta sección, (X, Ω, µ) será un espacio de medida.
-U
Proposición 3.2.1. Sea f : X → R. Son equivalentes:
i) {x : f(x) < α} ∈ Ω, ∀α.
ii) {x : f(x) ⩽ α} ∈ Ω, ∀α.
A

iii) {x : f(x) > α} ∈ Ω, ∀α.


RI´

iv) {x : f(x) ⩾ α} ∈ Ω, ∀α.


EG

Demostración. Idéntica al caso real.


AL

Definición. Si una cualesquiera de las proposiciones anteriores se cumple, decimos que f


es una función medible.
RO

Teorema 3.2.2. Si f, g son medibles, f + g, c · f y f · g son medibles.


Además, si (fn ) es una sucesión de funciones medibles, sup fn , ı́nf fn , lı́m sup fn y lı́m inf fn son
D

medibles.
PE

Demostración. Análoga al caso real.

Definición. Toda combinación lineal de funciones caracterı́sticas de conjuntos medibles


P
f(x) = n i=1 ci · χEi (x) es una función simple.

Es fácil probar que las funciones simples forman un álgebra. Basta comprobar que χA +
χB = χA\B + 2χA∩B + χB\A y que χA · χB = χA∩B .

Proposición 3.2.3. Sea f ⩾ 0 medible. Entonces existe una sucesión (φn )n∈N creciente de funcio-
nes simples no negativas tal que f(x) = lı́mn→∞ φn (x), ∀x ∈ X. Si f está definida en un espacio
de medida σ-finito, podemos elegir φn para que se anule fuera de un conjunto de medida finita.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 75

Demostración. Sea n ∈ N. Definimos los conjuntos medibles



k k+1
Enk = x ∈ X : n ⩽ f(x) < n , k = 0, 1, . . . , n · 2n − 1,
2 2
E∞ = {x ∈ X : f(x) ⩾ n}.

k/2n si x ∈ Enk , k = 0, 1, . . . , n · 2n − 1

HU
Definimos a continuación φn (x) =
n si x ∈ E∞ .
Ası́ definida, φn es simple no negativa y la sucesión (φn )n∈N es creciente. También es

/E
sencillo comprobar que lı́mn→∞ φn (x) = f(x).

Corolario 3.2.4. Si f es una función medible real, entonces es lı́mite de una sucesión de funciones

PV
simples. -U
Basta considerar la sucesión φn − ψn , donde φn → f+ y ψn → f− .

Proposición 3.2.5. Si µ es una medida completa y f es una función medible tal que f = g c.s.,
entonces g es medible.
A
RI´

3.3. Integración de funciones medibles


EG

También supondremos a lo largo de esta sección que (X, Ω, µ) es un espacio de medida.


X
n
AL

Definición. Si φ(x) = ci · χEi (x) una función simple no negativa, definimos


i=1
Z X
n
φ dµ = ci · µ(Ei ),
RO

i=1

donde convenimos que 0 · ∞ = 0 cuando µ(Ei ) = ∞ y ci = 0.


D

Si E es un conjunto medible, definimos


PE

Z Z X
n
φ dµ = φ · χE dµ = ci · µ(Ei ∩ E).
E i=1

Es fácil ver que el resultado es independiente de la representación de φ (primero se prueba


que pueden elegirse Ei disjuntos y luego que pueden hacerse ci distintos).
Si a, b ⩾ 0 y φ, ψ son funciones simples no negativas, de la definición se deduce que
Z Z Z
(aφ + bψ) dµ = a φ dµ + b ψ dµ;
Z Z
φ ⩽ ψ =⇒ φ dµ ⩽ ψ dµ.
76 3.3. Integración de funciones medibles

Definición. Si f : X → R es una función medible no negativa en (X, Ω, µ), se define


Z Z
f dµ = sup{ φ dµ : φ es una función simple con 0 ⩽ φ ⩽ f}.

Z Z
Del mismo modo, se define f dµ = f · χE dµ si E ∈ Ω.
E

HU
Proposición 3.3.1. Sean f, g : X → [0, ∞] medibles y A, B ∈ Ω. Entonces
Z Z
i) f ⩽ g c.s =⇒ f dµ ⩽ g dµ.

/E
Z Z
ii) A ⊂ B =⇒ f dµ ⩽ f dµ.
A B
Z

PV
iii) f(x) = 0 para casi todo x ∈ A =⇒ f dµ = 0.
A
Z
-U
iv) µ(A) = 0 =⇒ f dµ = 0.
A

Demostración. La primera parte es evidente. Para probar ii), basta observar que f · χA ⩽
A

f · χB y aplicar i).
RI´

El apartado iii) esZ evidente porque, si φ es una función simple tal que 0 ⩽ φ ⩽ f, entonces
φ = 0, de donde φ dµ = 0.
EG

A
P
Por último, si φ = k∈N ck · χEk es una función simple tal que 0 ⩽ φ ⩽ f, entonces
Z X
AL

φ dµ = ck · µ(Ek ∩ A) = 0
A k∈N

ya que Ek ∩ A ⊂ A y µ(A) = 0.
RO

Proposición 3.3.2. Sea f : X → [0, ∞] medible.


Z
1
a) Para todo α > 0, µ({x : f(x) ⩾ α}) ⩽ f dµ.
D

α
Z
PE

b) Si E es medible, f dµ = 0 =⇒ f = 0 c.s. en E.
ZE
c) Si E es medible, f dµ < ∞ =⇒ f < ∞ c.s. en E.
E

Demostración. a) Si llamamos E = {x : f(x) ⩾ α}, entonces


Z Z Z
α · µ(E) = α · χE dµ ⩽ f dµ ⩽ f dµ.
E X

b) Para cualquier n ∈ N,
Z Z
µ({x : f · χE ⩾ 1/n}) ⩽ n f · χE dµ = n f dµ = 0.
E
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 77

Como [
{x : f · χE > 0} = {x : f · χE ⩾ 1/n},
n∈N

entonces µ({x : f > 0} ∩ E) = µ({x : f · χE > 0}) = 0.


Z
1
c) Por el apartado a), para todo k ∈ N, µ({x : f · χE ⩾ k}) ⩽ f dµ < ∞.
k E

HU
Como \
{x : f · χE = ∞} = {x : f · χE ⩾ k},
k∈N

/E
entonces µ({x : f · χE = ∞}) = lı́m µ({x : f · χE ⩾ k}) = 0.

Proposición 3.3.3. Sea (X, Ω, µ) es un espacio de medida completo.

PV
a) Si f = g c.s. y f es medible, entonces g es medible.
b) Si, ∀k ∈ N, fk son reales y medibles y fk → f c.s., entonces f es medible.
-U
Demostración. a) Sean α ∈ R, B ∈ Ω con µ(B) = 0 tal que f(x) = g(x), si x ∈ Bc . Entonces
A

{x : g(x) < α} = ({x : g(x) < α} ∩ Bc ) ∪ ({x : g(x) < α} ∩ B)


RI´

= ({x : f(x) < α} ∩ Bc ) ∪ ({x : g(x) < α} ∩ B).

El primero de estos conjuntos es medible por serlo f y el segundo también es medible por
EG

estar contenido en B y por ser el espacio completo.


b) Sea B ∈ Ω con µ(B) = 0 y fk (x) → f(x), ∀x ∈ Bc .
AL

Si gk = fk · χBc , entonces gk es medible y gk → f · χBc . Entonces f · χBc es medible. Como


f · χBc = f c.s., entonces f es también medible.
RO

La aditividad de la integral ya no es evidente y se prueba utilizando los teoremas de


convergencia.
D

Teorema 3.3.4 (lema de Fatou). Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles no negativas
que converge a f c.s. en E. Entonces
PE

Z Z
f dµ ⩽ lı́m inf fn dµ.
E E

Demostración. Supongamos (por simplicidad en la notación) que fn (x) → f(x), ∀x ∈ E.


Probaremos que
Z Z
φ dµ ⩽ lı́m inf fn dµ, ∀φ función simple con 0 ⩽ φ ⩽ f.
E E
Z
Si φ dµ = ∞, entonces existe A medible, con A ⊂ E y µ(A) = ∞, tal que φ > M > 0
E
en A, ∀M > 0.
78 3.3. Integración de funciones medibles

\
Llamamos An = {x ∈ E : fk (x) > M}. Ası́, (An )n∈N es una sucesión creciente de
k⩾n S
conjuntos medibles tal que A ⊂ n∈N An (pues φ ⩽ lı́m fn ) y, si x ∈ A, φ(x) > M.
Entonces lı́m µ(An ) ⩾ µ(A) = ∞.
Z Z Z Z
Como fn dµ ⩾ fn dµ > M · µ(An ), entonces lı́m inf fn dµ = ∞ = φ dµ.
E An E E
Z

U
Si φ dµ < ∞, existe un conjunto medible A ⊂ E con µ(A) < ∞, tal que φ se anula
E

/E H
en E \ A. Si M = máx φ, dado ε > 0, definimos
\
An = {x ∈ A : fk (x) ⩾ (1 − ε)φ(x)}.
k⩾n

PV
S
Ası́ (An )n∈N es una sucesión creciente de conjuntos medibles tal que A ⊂ n∈N An
de modo que (A \ An )n∈N es una sucesión decreciente con n∈N (A \ An ) = ∅.
T
-U
Como µ( n∈N A \ An ) = lı́m µ(A \ An ) = 0, existe n0 ∈ N tal que µ(A \ Ak ) < ε,
T

∀k ⩾ n0 . Por tanto,
Z Z Z Z Z
RI´A

fk dµ ⩾ fk dµ ⩾ (1 − ε) φ dµ = (1 − ε) φ dµ − (1 − ε) φ dµ
E Ak Ak E A\Ak
Z Z Z Z 
⩾ (1 − ε) φ dµ − φ dµ ⩾ φ dµ − ε φ dµ + M ,
E A\Ak E E
EG

Z Z Z
de donde lı́m inf fn dµ ⩾ φ dµ − ε( φ dµ + M).
E
ZE Z E
AL

Com ε es arbitrario, lı́m inf fn dµ ⩾ φ dµ.


E E
O
DR

Teorema 3.3.5 (convergencia monótona). Sea (fn )n∈N una sucesión creciente de funciones me-
dibles no negativas que converge c.s. a f. Entonces
Z Z
PE

f dµ = lı́m fn dµ.

Z Z Z 
Demostración. Como fn ⩽ fn+1 , fn dµ ⩽ fn+1 dµ. Por tanto, la sucesión fn dµ
n∈N
tiene lı́mite (finito o infinito).
Z Z Z Z
Como fn dµ ⩽ f dµ, entonces lı́m sup fn dµ ⩽ f dµ.

Por el lema de Fatou,


Z Z Z Z
f dµ ⩽ lı́m inf fn dµ ⩽ lı́m sup fn dµ ⩽ f dµ.

Combinando ambas desigualdades se obtiene el resultado.


Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 79

Z
Proposición 3.3.6. Sean f, g ⩾ 0 funciones medibles y a, b ⩾ 0. Entonces (af + bg) dµ =
Z Z
a f dµ + b g dµ.

Demostración. Sean (φn )n∈N y (ψn )n∈N sucesiones crecientes de funciones simples no ne-
gativas que convergen a f y g, respectivamente. Entonces (aφn + bψn )n∈N es una sucesión

HU
creciente de funciones simples no negativas que converge a af + bg. Por el teorema anterior,
Z Z  Z Z  Z Z
(af + bg) dµ = lı́m (aφn + bψn ) dµ = lı́m a φn dµ + b ψn dµ = a f dµ + b g dµ.

/E
PV
ZX
Corolario 3.3.7. Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles no negativas. Entonces fn dµ =
XZ
-U
n∈N

fn dµ.
n∈N
A

S
Corolario 3.3.8. Si A = n∈N An , donde (AZn )n∈N es una sucesión de conjuntos medibles disjun-
XZ
RI´

tos, y f ⩾ 0 es una función medible, entonces f dµ = f dµ.


A n∈N An
EG

Definición.Z Una función f ⩾ 0 se dice integrable sobre un conjunto medible E si es


medible y f dµ < ∞.
AL

E
Z Z Z
+
Sea f : X → R una función medible. Se define f dµ = f dµ − f− dµ si alguna de las
E E E
integrales de la derecha es finita. Decimos que f es integrable cuando ambas son finitas. Si
RO

E ∈ Ω, f es integrable en E cuando f · χE es integrable.

Proposición 3.3.9. Sean E un conjunto medible y f una Z función


real
Z y medible. Entonces f es
D

integrable en E si y sólo si |f| es integrable en E. Además f dµ ⩽ |f| dµ.



PE

E E

Corolario 3.3.10. Sean E un conjunto medible y f una función real y medible. Entonces f es
integrable en E si y sólo si existe h integrable, con |f| ⩽ h c.s.

Proposición 3.3.11. Sean f, g funciones reales y medibles y E un conjunto medible. Entonces


Z Z
i) Si f, g son integrables y f ⩽ g, entonces f dµ ⩽ g dµ.

ii) Si f = g c.s, entonces f integrable ⇐⇒ g integrable.


Z
iii) Si f = 0 para casi todo x ∈ E, entonces f dµ = 0.
E
Z
iv) Si µ(E) = 0, entonces f dµ = 0.
E
80 3.4. Construcción de medidas abstractas

Demostración. i) Si f ⩽ g, entonces f+ ⩽ g+ y f− ⩾ g− . Por tanto,


Z Z
(f − f ) dµ ⩽ (g+ − g− ) dµ.
+ −

ii) Basta observar que |f| = |g| c.s.

HU
El resto es evidente.
Z
Proposición 3.3.12. i) Si f, g son integrables y a, b ∈ R, entonces af + bg es integrable y (af +
Z Z E

/E
bg) dµ = a f dµ + b g dµ.
E E
Z

PV
[
ii) Si f es integrable en un conjunto medible E, con E = Ak (unión disjunta), entonces f dµ =
E
XZ
k∈N -U
f dµ.
k∈N Ak
Z
iii) Si f dµ = 0, para todo E ∈ Ω, entonces f = 0 en casi todo x ∈ X.
A

Z Z
RI´

Demostración. iii) Como f+ dµ = f dµ = 0, entonces f+ = 0 c.s. Análogamente


{x:f(x)⩾0}
EG

se prueba que f− = 0 c.s.


AL

Teorema 3.3.13 (convergencia dominada de Lebesgue). Sea g real e integrable sobre E y


Z de funcionesZmedibles reales tal que |fn (x)| ⩽ |g(x)|, ∀x ∈ E, y fn (x) → f(x)
(fn )n∈N una sucesión
c.s. en E. Entonces f dµ = lı́m fn dµ.
RO

E n∈N E

Demostración. Basta aplicar el lema de Fatou a g + fn y g − fn .


D
PE

3.4. Construcción de medidas abstractas

Es frecuente que una medida esté definida únicamente en una clase reducida de conjun-
tos (por ejemplo, si F : R → R es una función creciente y continua por la derecha, la
función µ(a, b] = F(b) − F(a) es una medida sobre la clase de los intervalos semiabiertos
por la izquierda). En esta sección estudiaremos la forma de extender estas medidas a la
σ-álgebra generada por la clase inicial de conjuntos. El método utilizado generaliza el de
construcción de la medida de Lebesgue a partir de una medida exterior definida sobre
los conjuntos abiertos. Por último aplicaremos este procedimiento en la construcción de
medidas producto.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 81

3.4.1. Medida exterior

Definición. Dado un conjunto X, una aplicación µ∗ : P(X) → [0, ∞] es una medida exterior
si verifica

i) µ∗ (∅) = 0.

HU
ii) Monotonı́a: A ⊂ B =⇒ µ∗ (A) ⩽ µ∗ (B).

[ ∞
X
Ei =⇒ µ∗ (E) ⩽ µ∗ (Ei ).

/E
iii) Subaditividad numerable: E ⊂
i=1 i=1

PV

[ ∞
X
De ii) y iii) se deduce que µ∗ ( Ei ) ⩽ µ∗ (Ei ) si (Ei ) es una familia de conjuntos
i=1 i=1
-U
disjuntos.
Decimos que µ∗ es finita si µ∗ (X) < ∞.
Ejemplos. 1) La función µ∗ (∅) = 0, µ∗ (A) = 1, en cualquier otro caso, define una medida
A

exterior en P(X).
RI´

2) Si X es un conjunto infinito, la función µ∗ (A) = 0 si A es numerable, y µ∗ (A) = 1 si A no


es numerable, también es una medida exterior en P(X).
EG

En el apartado 3.4.2 veremos un método general de construcción de medidas exteriores.


AL

Definición. Un conjunto E ⊂ X es medible (según Carathéodory) con respecto a µ∗ (o


µ∗ -medible) si
µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ E) + µ∗ (A ∩ Ec ), ∀A ⊂ X,
RO

lo cual equivale simplemente a

µ∗ (A) ⩾ µ∗ (A ∩ E) + µ∗ (A ∩ Ec ), ∀A ⊂ X,
D
PE

ya que la desigualdad contraria es consecuencia de la definición de medida exterior.


De la definición se deduce inmediatamente que conjuntos de medida exterior cero son
µ∗ -medibles.

Teorema 3.4.1. La clase B de conjuntos µ∗ -medibles es una σ-álgebra. Si µ = µ∗ |B , entonces µ es


una medida completa en B.

Demostración. Es evidente que ∅ ∈ B y que E ∈ B =⇒ Ec ∈ B.


Sean E1 , E2 ∈ B. Por un lado,

∀A ⊂ X, µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ E2 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 )
82 3.4. Construcción de medidas abstractas

y, por otro,
µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ E2 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 ∩ E1 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 ∩ Ec1 ).

Ahora bien, como A ∩ (E1 ∪ E2 ) = (A ∩ E2 ) ∪ (A ∩ E1 ∩ Ec2 ),

µ∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) ⩽ µ∗ (A ∩ E2 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 ∩ E1 ),

HU
de donde
µ∗ (A) ⩾ µ∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) + µ∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )c ).

/E
Esto indica que E1 ∪ E2 ∈ B.
Por recurrencia se prueba que la unión finita de conjuntos µ∗ -medibles es µ∗ -medible.

PV
Por último, sea E = ∞
Sn
i=1 Ei , (Ei )i∈N ⊂ B disjuntos. Si llamamos Gn =
S
i=1 Ei , entonces
Gn ∈ B y ∀A ⊂ X,
-U
µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ Gn ) + µ∗ (A ∩ Gcn ) ⩾ µ∗ (A ∩ Gn ) + µ∗ (A ∩ Ec ).

Como Gn ∩ En = En y Gn ∩ Ecn = Gn−1 , tenemos que


A
RI´

µ∗ (A ∩ Gn ) = µ∗ (A ∩ En ) + µ∗ (A ∩ Gn−1 ).
EG

Procediendo de forma recurrente,

X
n

µ (A ∩ Gn ) = µ∗ (A ∩ Ei ),
AL

i=1

con lo que
X
n
RO

∗ ∗
µ (A) ⩾ µ (A ∩ E ) + c
µ∗ (A ∩ Ei ), ∀n,
i=1
D

de donde

X
∗ ∗
µ (A) ⩾ µ (A ∩ E ) + c
µ∗ (A ∩ Ei ) ⩾ µ∗ (A ∩ Ec ) + µ∗ (A ∩ E)
PE

i=1

[
pues A ∩ E ⊂ (A ∩ Ei ).
i=1
Veamos a continuación la aditividad finita de µ.
Sean E1 , E2 ∈ B disjuntos. Entonces

µ(E1 ∪ E2 ) = µ∗ (E1 ∪ E2 ) = µ∗ ((E1 ∪ E2 ) ∩ E2 ) + µ∗ ((E1 ∪ E2 ) ∩ Ec2 )


= µ∗ (E2 ) + µ∗ (E1 ) = µ(E2 ) + µ(E1 ).

El caso finito se prueba por recurrencia.


Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 83


[
Si E = Ei , con (Ei )i∈N ⊂ B disjuntos, entonces
i=1
n
[ X
n
µ(E) ⩾ µ( Ei ) = µ(Ei ),
i=1 i=1

X

U
de donde µ(E) ⩾ µ(Ei ).
i=1

/E H

X
Pero, por la subaditividad numerable de µ∗ , µ(E) ⩽ µ(Ei ). Ası́, µ es una medida pues
i=1
es no negativa y µ(∅) = 0.

PV
Para ver que µ es completa, B debe contener todos los subconjuntos de conjuntos de
medida nula.
-U
Sea pues E ∈ B, con µ∗ (E) = 0 y F ⊂ E. Entonces, ∀A ⊂ X,

µ∗ (A ∩ F) + µ∗ (A ∩ Fc ) ⩽ µ∗ (A ∩ E) + µ∗ (A ∩ Fc ) ⩽ µ∗ (E) + µ∗ (A) = µ∗ (A)


RI´A

con lo que F ∈ B.

3.4.2. Teorema de extensión de Carathéodory


EG

En el apartado anterior hemos visto cómo caracterizar conjuntos medibles a partir de una
AL

medida exterior. Sin embargo, la medida exterior se define a su vez mediante una idea más
primitiva de medida en una clase más amplia de funciones. Esto es lo que desarrollaremos
a continuación partiendo de medidas sobre un álgebra de conjuntos.
O

Definición. Dada un álgebra de conjuntos A, una función µ : A → [0, ∞] es una medida


DR

sobre el álgebra A si
i) µ(∅) = 0.
P∞
ii) µ( ∞ i=1 µ(Ai ), si (Ai )i∈N ⊂ A es una sucesión disjunta tal que i∈N Ai ∈ A.
PE

S S
i=1 Ai ) =

Ası́ pues, una medida sobre un álgebra es medida si y sólo si A es σ-álgebra.


Queremos demostrar que toda medida µ sobre un álgebra A puede extenderse a una me-
dida definida en una σ-álgebra B con A ⊂ B. El procedimiento será construir una medida
exterior µ∗ y ver que la medida inducida µ (según el teorema 3.4.1) es la extensión deseada.
La construcción será análoga a la construcción de la medida exterior de Lebesgue a partir
de las longitudes de intervalos. Definimos

X
µ∗ (E) = ı́nf µ(Ai )
i=1
S∞
donde (Ai )i∈N ⊂ A es una sucesión tal que E ⊂ i=1 Ai .
84 3.4. Construcción de medidas abstractas

Lema 3.4.2. Sea µ una medida sobre el álgebra A. Si A ∈ A y (Ai )i∈N ⊂ A es una sucesión tal
X∞
S∞
que A ⊂ i=1 Ai , entonces µ(A) ⩽ µ(Ai ).
i=1

Demostración. Llamamos Bn = A ∩ An ∩ Ac1 ∩ · · · ∩ Acn−1 . Ası́ Bn ∈ A, son disjuntos, Bn ⊂


An y A = ∞
S
n=1 Bn . Por la aditividad numerable de µ,

HU

X ∞
X
µ(A) = µ(Bn ) ⩽ µ(An ).
n=1 n=1

/E
Corolario 3.4.3. Si A ∈ A, µ∗ (A) = µ(A).

PV

X
Demostración. Por definición, µ ∗ (A) ⩽ µ(A). Por el lema anterior, como µ(A) ⩽ µ(Ai ),
-U
i=1
con A ⊂ ∞ ∗
S
i=1 Ai , entonces µ(A) ⩽ µ (A).

Lema 3.4.4. µ∗ es una medida exterior.


A
RI´

Demostración. Por la propia definición, µ∗ es monótona y µ∗ (∅) = 0.


P ∗
Sea E ⊂ ∞ i=1 Ei . Si µ (Ei ) = ∞ para algún i, µ (E) ⩽
∗ ∗ µ (Ei ) = ∞.
S
EG

S∞
Si µ∗ (Ei ) < ∞ para todo i, dado ε > 0, existe (Aij )∞
j=1 ⊂ A tal que Ei ⊂ j=1 Aij y
P∞ ∗ (E ) + ε/2i . Entonces
j=1 µ(A ij ) < µ i
AL

X ∞
X

µ (E) ⩽ µ(Aij ) < µ∗ (Ei ) + ε.
i,j i=1
P∞
RO

Como ε es arbitrario, µ∗ (E) ⩽ i=1 µ


∗ (E ).
i

Lema 3.4.5. Si A ∈ A, entonces A es µ∗ -medible.


D

Demostración. Sea E ⊂ X con µ∗ (E) < ∞ y sea ε > 0 arbitrario. Existe una sucesión
PE

(Ai )i∈N ⊂ A tal que E ⊂ i∈N Ai y


S

X
µ(Ai ) < µ∗ (E) + ε.
i∈N

Por la aditividad de µ en A,

µ(Ai ) = µ(Ai ∩ A) + µ(Ai ∩ Ac ),

de donde

X ∞
X
µ∗ (E) + ε > µ(Ai ∩ A) + µ(Ai ∩ Ac ) > µ∗ (E ∩ A) + µ∗ (E ∩ Ac )
i=1 i=1
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 85

∩ A) y E ∩ Ac ⊂ ∩ Ac ).
S S
debido a que E ∩ A ⊂ i∈N (Ai i∈N (Ai

Como ε es arbitrario, µ∗ (E) ⩾ µ∗ (E ∩ A) + µ∗ (E ∩ Ac ), con lo que A es medible.

La medida exterior µ∗ definida antes se llama medida exterior inducida por µ. Dado
un álgebra A, denotaremos por Aσ a la clase de conjuntos que son unión numerable de
conjuntos de A y por Aσδ los conjuntos que son intersección numerable de conjuntos de

HU
Aσ .

Proposición 3.4.6. Sea µ una medida sobre un álgebra A, µ∗ la medida exterior inducida por µ y

/E
E ⊂ X arbitrario. Entonces

PV
∀ε > 0, ∃A ∈ Aσ : E ⊂ A, µ∗ (A) ⩽ µ∗ (E) + ε.

Además, existe B ∈ Aσδ tal que E ⊂ B y µ∗ (E) = µ∗ (B).


-U
Demostración. Por la definición de µ∗ , existe (Ai )i∈N ⊂ A tal que E ⊂
S
i∈N Ai y
A


X
µ(Ai ) ⩽ µ∗ (E) + ε.
RI´

i=1
P P
EG

µ∗ (A) ⩽ ∗ (A ⩽ µ∗ (E) + ε.
S
Si A = i∈N Ai , i∈N µ i) = i∈N µ(Ai )

Para demostrar la segunda parte, sabemos que, para cada n ∈ N existe An ∈ Aσ tal que
E ⊂ An y µ∗ (An ) < µ∗ (E) + 1/n.
AL

Si B = n∈N An , B ∈ Aσδ y E ⊂ B.
T

Como B ⊂ An , µ∗ (B) ⩽ µ∗ (An ) < µ∗ (E) + 1/n.


RO

Como n es arbitrario, µ∗ (B) ⩽ µ∗ (E). Pero E ⊂ B, de donde µ∗ (E) ⩽ µ∗ (B).

Si aplicamos esta proposición a un conjunto µ∗ -medible E de medida finita, resulta que


D

E es diferencia de un conjunto de Aσδ y un conjunto de medida exterior cero. Esto nos


PE

da la estructura de los conjuntos µ∗ -medibles de medida finita. Veamos a continuación la


extensión de este resultado a medidas σ-finitas.

Proposición 3.4.7. Sea µ una medida σ-finita sobre un álgebra A y µ∗ la medida exterior inducida
por µ. Un conjunto E es µ∗ -medible si y sólo si E = A \ B, con A ∈ Aσδ y µ∗ (B) = 0. Además,
dado B, con µ∗ (B) = 0, entonces existe C ∈ Aσδ , con B ⊂ C y µ∗ (C) = 0.

Demostración. Como los conjuntos medibles forman una σ-álgebra, todo conjunto A ∈ Aσδ
es medible; como además µ es completo (por el teorema 3.4.1), los conjuntos con µ∗ -medida
cero son medibles. Con todo ello, si E = A \ B, con A ∈ Aσδ y µ∗ (B) = 0, entonces E es
µ∗ -medible.
86 3.4. Construcción de medidas abstractas

Recı́procamente, sea (Xi )i∈N ⊂ A una sucesión de conjuntos disjuntos con µ(Xi ) < ∞
S S
y X = i∈N Xi . Si E es medible y llamamos Ei = E ∩ Xi , entonces E = i∈N Ei (unión
disjunta). Por la proposición anterior, para cada n ∈ N, existe Ani ∈ Aσ tal que Ei ⊂ Ani y

1
.
µ(Ani ) ⩽ µ(Ei ) +
n · 2i

HU
Hacemos An = ∞
S∞
i=1 Ani , con lo que E ⊂ An y An \ E ⊂ i=1 (Ani \ Ei ). Por tanto,
S


X ∞
X 1 1
µ(An \ E) ⩽ µ(Ani \ Ei ) ⩽ = .

/E
n·2 i n
i=1 i=1
T∞
Como An ∈ Aσ , el conjunto A = n=1 An ∈ Aσδ y, para cada n, A \ E ⊂ An \ E, de donde

PV
µ(A \ E) ⩽ µ(An \ E) ⩽ 1/n.
-U
Como es cierto para todo n, µ(A \ E) = 0.
La segunda parte es consecuencia directa de la proposición anterior.
A

Teorema 3.4.8 (Carathéodory). Sea µ una medida sobre un álgebra A y µ∗ la medida exterior
RI´

inducida por µ. Entonces la restricción µ de µ∗ a los conjuntos µ∗ -medibles es una extensión de µ


a una σ-álgebra que contiene a A. Si µ es finita (o σ-finita), también lo es µ. Si µ es σ-finita, µ es
EG

la única medida sobre la mı́nima σ-álgebra que contiene a A que extiende a µ.


AL

Demostración. Sólo queda probar la unicidad de µ cuando µ es σ-finita.


Sea S la mı́nima σ-álgebra que contiene a A y µ
e alguna medida en S que coincide con µ en
A. Como los conjuntos de Aσ son unión numerable disjunta de conjuntos de A, µ e = µ en
RO

Aσ .
Sea B ∈ S con µ∗ (B) < ∞. Por la proposición 3.4.6, existe A ∈ Aσ tal que B ⊂ A y
D

µ∗ (A) ⩽ µ∗ (B) + ε.
PE

Pero
e (A) = µ∗ (A) ⩽ µ∗ (B) + ε =⇒ µ
e (B) ⩽ µ
µ e (B) ⩽ µ∗ (B).

Como la clase de conjuntos µ∗ -medibles es una σ-álgebra que contiene a A, los conjuntos
B ∈ S son µ∗ -medibles. Ası́ pues, si B es µ∗ -medible y A ∈ Aσ , con B ⊂ A y µ∗ (A) ⩽
µ∗ (B) + ε, entonces
µ∗ (A) = µ∗ (B) + µ∗ (A \ B),

de donde µ∗ (A \ B) ⩽ ε, si µ∗ (B) < ∞.


Por tanto,
µ∗ (B) ⩽ µ∗ (A) = µ
e (A) = µ e (A \ B) ⩽ µ
e (B) + µ e (B) + ε.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 87

Esto implica que µ∗ (B) ⩽ µ


e (B), con lo que µ∗ (B) = µ
e (B).
Si µ es una medida σ-finita, sea (Xi )i∈N ⊂ A una sucesión disjunta tal que X = i∈N Xi y
S

µ(Xi ) < ∞. Si B ∈ S, entonces B = i∈N (B ∩ Xi ) (unión disjunta), con B ∩ Xi ∈ S, de modo


S

que X X
µ
e (B) = e (B ∩ Xi ) y µ(B) =
µ µ(B ∩ Xi ).
i∈N i∈N

HU
Como µ∗ (B ∩ Xi ) < ∞, µ(B ∩ Xi ) = µ
e (B ∩ Xi ), de donde µ
e (B) = µ(B).

Observaciones. El método anterior no sólo extiende µ a una medida en la mı́nima σ-

/E
álgebra B que contiene a A, sino que completa la medida. Si µ es σ-finita, la extensión a los
conjuntos µ∗ -medibles es simplemente la compleción de µ.

PV
Si µ no es σ-finita, la extensión de µ a B no tiene que ser única aunque cualquier otra
extensión µe coincide con µ en los conjuntos B ∈ B tales que µ(B) < ∞ y siempre será
-U

e (B) ⩽ µ (B).
µ
A menudo conviene empezar con una función µ0 : C → R, donde C ⊂ P(X) es una se-
miálgebra, es decir que cumple las propiedades:
A
RI´

i) A, B ∈ C =⇒ A ∩ B ∈ C.
Sn
ii) A ∈ C =⇒ existen Ai ∈ C disjuntos tales que Ac = i=1 Ai .
EG

Si C es una semiálgebra, la familia A que contiene el conjunto vacı́o y todas las uniones
finitas disjuntas de conjuntos de C es un álgebra, llamada álgebra generada por C. Si µ0
AL

P
está definido en C, se define µ en A por µ(A) = n
Sn
i=1 µ0 (Ei ), si A = i=1 Ei , con Ei ∈ C
disjuntos.
RO

Para que esta medida esté bien definida sobre A hacen falta algunas condiciones como las
indicadas a continuación.
D

Proposición 3.4.9. Sea C una semiálgebra de conjuntos y µ : C → R, con µ ⩾ 0 y µ(∅) = 0 (si


∅ ∈ C). Entonces µ tiene una única extensión a una medida sobre el álgebra A generada por C si se
PE

cumplen:
Pn
i) C ∈ C, C = n i=1 Ci , Ci ∈ C disjuntos =⇒ µ(C) =
S
i=1 µ(Ci ).
S∞ P∞
ii) C ∈ C, C = i=1 Ci , Ci ∈ C disjuntos =⇒ µ(C) ⩽ i=1 µ(Ci ).

Ejemplo (medida exterior de Lebesgue). Dada la familia C = {(a, b] : a, b ∈ R, a ⩽ b}, la


función
 ∞ ∞

X [
m∗ (A) = ı́nf (bn − an ) : an , bn ∈ R, an ⩽ bn , A ⊂ (an , bn ]
n=1 n=1

es una medida exterior.


88 3.5. Medidas producto

3.5. Medidas producto

Recordemos que una familia C ⊂ P(X) es una semiálgebra cuando cumple las propiedades:

i) A, B ∈ C =⇒ A ∩ B ∈ C.
Sn
ii) A ∈ C =⇒ existen Ai ∈ C disjuntos tales que Ac = i=1 Ai .

HU
Sean (X, A, µ) e (Y, B, ν) dos espacios de medida completos. Si A ⊂ X y B ⊂ Y, el conjunto
A × B se llama rectángulo. Si A ∈ A y B ∈ B, el conjunto A × B es un rectángulo medible.

/E
La colección R de rectángulos medibles es una semiálgebra pues

PV
(A × B) ∩ (C × D) = (A ∩ C) × (B ∩ D)

y
-U
(A × B)c = (Ac × B) ∪ (A × Bc ) ∪ (Ac × Bc ).
Si A × B es un rectángulo medible, definimos
A

λ(A × B) = µ(A) · ν(B).


RI´

Lema 3.5.1. Sea (Ai × Bi )i∈N una sucesión de rectángulos medibles disjuntos cuya unión es un
EG

rectángulo medible A × B. Entonces


X
λ(A × B) = λ(Ai × Bi ).
AL

i∈N

Demostración. Fijado x ∈ A, para cada y ∈ B, el par (x, y) pertenece exactamente a un


rectángulo Ai × Bi . Por tanto B es la unión disjunta de los Bi para los que x está en el
RO

correspondiente Ai . Ası́, X
ν(Bi ) · χAi (x) = ν(B) · χA (x)
D

i∈N

pues ν es numerablemente aditiva. Por el teorema de Beppo Levi,


PE

XZ Z
ν(Bi ) · χAi dµ = ν(B) · χA dµ
i∈N

o bien X
ν(Bi ) · µ(Ai ) = ν(B) · µ(A).
i∈N

Este lema implica que λ cumple las condiciones de la proposición 3.4.9 de modo que tiene
una única extensión a una medida sobre el álgebra R′ de las uniones finitas disjuntas de
conjuntos de R.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 89

Por el teorema de Carathéodory, λ puede extenderse a una medida completa en una σ-


álgebra S que contiene a R. Esta medida es la llamada medida producto de µ y ν, que se
denota por µ × ν.
Si µ y ν son finitas (o σ-finitas), también lo es µ × ν.
Si X = Y = R y µ = ν es la medida de Lebesgue, µ × ν es la llamada medida de Lebesgue

HU
bidimensional en el plano.

Veamos a continuación la estructura de los conjuntos medibles respecto a la medida pro-

/E
ducto pero reduciremos el estudio al espacio Rp . En lo sucesivo, escribiremos Rp = Rk ×
Rn , con k, n ∈ Z+ , y todo z ∈ Rp como z = (x, y), con x ∈ Rk , y ∈ Rn .

PV
Definición. Si A ⊂ Rp y x ∈ Rk , y ∈ Rn , definimos las secciones

Ay = {x ∈ Rk : (x, y) ∈ A}, Ax = {y ∈ Rn : (x, y) ∈ A}.


-U
Todas las propiedades relativas a la sección Ay son aplicables a la sección Ax de modo que
A

enunciaremos únicamente las relativas a la primera de ellas.


RI´

Las siguientes propiedades se deducen fácilmente de la definición:


EG

S S
i) ( i∈I Ai )y = i∈I (Ai )y , para cualquier familia (Ai ).
T T
ii) ( i∈I Ai )y = i∈I (Ai )y , para cualquier familia (Ai ).
AL

iii) (A \ B)y = Ay \ By .
RO

iv) χAy (x) = χA (x, y).

El siguiente resultado, basado en el correspondiente a la integrales múltiples, afirma que


D

las secciones de un conjunto medible son medibles y que su medida se calcula integrando
PE

las medidas de sus secciones.

Proposición 3.5.2 (principio de Cavalieri). Sea A ⊂ Rp medible. Entonces

i) El conjunto Ay es medible en Rk , para casi todo y ∈ Rn .

ii) La función f(y) = mk (Ay ) es medible y no negativa.


Z
iii) mp (A) = mk (Ay ) dy.
Rn

Demostración. Veamos la demostración en distintas etapas.


90 3.5. Medidas producto


I si y ∈ I2
1
a) Si I ⊂ Rp es un intervalo, I = I1 × I2 , entonces Iy = es medible. Además,
∅ si y ̸∈ I2

m (I ) si y ∈ I2
k 1
mk (Iy ) = = mk (I1 ) · χI2 (y). Por lo tanto, la función g(y) = mk (Iy )
0 si y ̸∈ I2
es medible.

HU
Por último, Z
mk (Iy ) dy = mk (I1 ) · mn (I2 ) = mp (I).
Rn

/E
b) Si A = G ⊂ Rp es abierto, G = j∈N Ij , con Ij intervalos disjuntos.
S
S
Entonces Gy = j∈N (Ij )y es abierto, por tanto medible y

PV
X
mk (Gy ) = mk ((Ij )y ).
-U
j∈N

Nuevamente, la función g(y) = mk (Gy ) es medible. Por último,


Z XZ X
A

mk (Gy ) dy = mk ((Ij )y ) dy = mp (Ij ) = mp (G).


Rn j∈N R
n
RI´

j∈N

c) Si A ⊂ Rp es medible y acotado, entonces existe una sucesión (Kj ) de compactos y una


EG

sucesión (Gj ) de abiertos tales que Kj ⊂ A ⊂ Gj y lı́m mp (Gj \ Kj ) = 0.


Supondremos que Gj son acotados, que la sucesión (Gj ) es decreciente y que la sucesión
AL

(Kj ) es creciente. Si llamamos


[ \
B= Kj , C = Gj ,
RO

T S
entonces B ⊂ A ⊂ C y mp (A) = mp (C). Además Cy = (Gj )y y By = (Kj )y son
medibles.
Por el apartado anterior,
D

Z
PE

mk ((Gj \ Kj )y ) dy = mp (Gj \ Kj ) → 0.
Rn

Como C \ B ⊂ Gj \ Kj para todo j, entonces

mk ((C \ B)y ) ⩽ mk ((Gj \ Kj )y ), ∀j,

de modo que Z
mk ((C \ B)y ) dy = 0.
Rn
Ası́, Cy \ By tiene medida cero en casi todo punto y ∈ Rn . Como By ⊂ Ay ⊂ Cy ,
entonces Ay = By ∪ F, con mk (F) = 0, de modo que Ay es medible en casi todo punto
y ∈ Rn .
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 91

Como mk (Ay ) = lı́mj→∞ mk ((Gj )y ), entonces la función f(y) = mk (Ay ) es medible


(por ser lı́mite c.s. de funciones medibles). Como G1 es abierto y acotado,
Z
mk ((G1 )y ) dy = mp (G1 ) < ∞.
Rn

Pero mk ((Gj )y ) ⩽ mk ((G1 )y) y, por el teorema de la convergencia dominada,


Z

HU
mp (A) = mp (C) = lı́m mp (Gj ) = lı́m mk ((Gj )y ) dy
Z Z Rn

lı́m mk ((Gj )y ) dy =

/E
= mk (Ay ) dy.
Rn Rn

d) Si A ⊂ Rp es medible, A = j∈N Aj , unión creciente de conjuntos Aj que son medibles


S

PV
y acotados (por ejemplo, Aj = A ∩ B(0, j)).
Entonces la función fj (y) = mk ((Aj )y ) es medible.
-U
Pero mk (Ay ) = lı́m mk ((Aj )y ), c.s. y ∈ Rn , con lo que f(y) = mk (Ay ) es medible. Por
el teorema de la convergencia monótona,
Z Z
A

mk (Ay ) dy = lı́m mk ((Aj )y ) dy = lı́m mp (Aj ) = mp (A).


RI´

Rn Rn
EG

Ejemplos.
AL

1) Si A = {(x, y) : x2 /a2 + y2 /b2 ⩽ 1}, entonces


h
 −(a/b) b2 − y2 , (a/b) b2 − y2
p p i
si −b ⩽ y ⩽ b
Ay = {x ∈ R : x2 /a2 + y2 /b2 ⩽ 1} =
RO

∅ en el resto,

de modo que 
D

(2a/b) b2 − y2
p
si −b ⩽ y ⩽ b
m1 (Ay ) =
PE

0 en el resto.
En definitiva, Z
m2 (A) = m1 (Ay ) dy = πab.
R2

2) Si B = {(x, y, z) : x ⩾ 0, y ⩾ 0, z ⩾ 0, x + 2y + 3z ⩽ 4}, entonces

Bz = {(x, y) ∈ R2 : x ⩾ 0, y ⩾ 0, z ⩾ 0, x + 2y ⩽ 4 − 3z}.

En este caso, si 0 ⩽ z ⩽ 4/3, Bz es un triángulo de área m2 (Bz ) = (4 − 3z)2 /4 y B es un


tetraedro de volumen Z 4/3
m3 (B) = m2 (Bz ) dz = 16/9.
0
92 3.5. Medidas producto

Consecuencias.

a) Si A ⊂ Rp tiene medida cero, para casi todo y ∈ Rn , Ay tiene medida cero pues
Z
0 = mp (A) = mk (Ay ) dy =⇒ mk (Ay ) = 0 c.s. y ∈ Rn .
Rn
Z

HU
b) De forma análoga se prueba que mp (A) = mn (Ax ) dx.
Rk

Notación. Para expresar la dependencia


Z Z Zde las variables en la integral correspondiente al

/E
espacio producto, escribiremos f= f(x, y) dxdy.
Rp Rk ×Rn

PV
Definición. Si f : Rp
→ R, y ∈ Rn es
fijo, la sección de f determinada por y es la función
k
fy : R → R definida por fy (x) = f(x, y). -U
Ejemplo. Veamos cómo el teorema de Cavalieri se puede expresar en términos de secciones
de funciones caracterı́sticas de conjuntos medibles. Dado A ∈ Rp , la función caracterı́stica
de A verifica
 
A

1 si (x, y) ∈ A 1 si x ∈ A
y
RI´

(χA )y (x) = = = χAy (x).


0 si (x, y) ̸∈ A 0 si x ̸∈ Ay
EG

Ası́ pues, si A es medible, (χA )y es medible para casi todo y ∈ Rn . Además


ZZ
mp (A) = χA (x, y) dxdy
AL

Rk ×Rn
Z
y mk (Ay ) = (χA )y (x) dx, de donde, por el principio de Cavalieri,
Rk
RO

ZZ Z Z 
χA (x, y) dxdy = χA (x, y) dx dy.
Rk ×Rn Rn Rk
D

Teorema 3.5.3 (Fubini para funciones medibles). Sea f : Rp → [0, ∞] una función medible.
PE

Entonces

i) fy es medible para casi todo y ∈ Rn ,


Z
ii) la función g : Rn → [0, ∞], definida por g(y) = fy (x) dx es medible y
Rk
Z Z
iii) g(y) dy = f(z) dz.
Rn Rp

Demostración. Veamos los distintos casos de funciones medibles.

Si f = χA , con A medible, la tesis corresponde al teorema de Cavalieri.


Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 93

P
Si f = ai χAi (Ai medibles, ai > 0), el resultado se obtiene por linealidad.

Si f ⩾ 0 es medible, entonces f = lı́m φj , donde {φj } es una sucesión creciente de


funciones simples, medibles, tales que 0 ⩽ φj ⩽ f. De este modo, la sucesión {(φj )y }
es creciente y converge a fy . Como (φj )y es medible, fy es medible para casi todo
y ∈ Rn . Por el teorema de la convergencia monótona,
Z Z

U
g(y) = fy (x) dx = lı́m (φj )y (x) dx = lı́m gj (y).
Rk Rk

/E H
Como gj son medibles, g es medible.
Por ser {gj } una sucesión creciente, podemos aplicar el teorema de la convergencia

PV
monótona y deducir
Z Z Z 
f = lı́m
-U
(φj )y (x) dx dy
Rp Rn Rk
Z Z Z Z 
= lı́m gj (y) dy = g(y) dy = f(x, y) dx dy.
Rn Rn Rn Rk
RI´A
EG

Teorema 3.5.4 (Fubini para funciones integrables). Sea f : Rp → R una función integrable.
Entonces
AL

i) fy es integrable para casi todo y ∈ Rn ,


Z
ii) la función g : Rn → R, definida por g(y) = fy (x) dx es integrable en Rn y
O

Rk
Z Z
DR

iii) g(y) dy = f(z) dz.


Rn Rp
Z
PE

Demostración. Como f+ (x, y) dx < ∞, entonces


Rk
Z Z Z 
+
f (z) dz = f (x, y) dx dy < ∞,
+
Rp Rn Rk

de modo que (f+ )y es integrable para casi todo y ∈ Rn .


Análogamente se prueba que (f− )y es integrable para casi todo y ∈ Rn , con lo que fy
también es integrable para casi todo y ∈ Rn y, además,
Z Z Z
fy (x) dx = +
(f )y (x) dx − (f− )y (x) dx < ∞.
Rk Rk Rk
94 3.5. Medidas producto

ZZ
Ejemplo 3.1. Supongamos que queremos calcular f(x, y) dxdy, donde D = [0, 2] × [0, 1] y
D
xy(x2 − y2 )
f(x, y) = cuando (x, y) ̸= (0, 0) y f(0, 0) = 0.
(x2 + y2 )3
Z1
Si calculamos en primer lugar A(x) = f(x, y) dy, al realizar la sustitución u = x2 + y2 , obtene-
0
mos
Z x2 +1
x(2x2 − u)

U
x
A(x) = 3
du = 2 + 1)2
.
x 2 2u 2(x

/E H
Por último,
Z2 Z2
xdx 1
A(x) dx = 2 2
dx = .
0 0 2(x + 1) 5

PV
Z2
Si hubiéramos empezado calculando B(y) = f(x, y) dx, la misma sustitución u = x2 + y2 con-
0
-U
duce a
Z y2 +4
y(u − 2y2 ) −2y
B(y) = 3
du = 2 .
y2 2u (y + 4)2
RI´A

Por tanto,
Z1 Z1
−2ydx 11
B(y) dy = 2 2
dy = .
0 0 (y + 4) 20
EG

La razón de este resultado es que la función no cumple las condiciones del teorema de Fubini pues no
es integrable en D (ni siquiera está acotada). Cerca del origen, la función toma valores arbitrariamen-
AL

te grandes, tanto positivos como negativos (por ejemplo, f(2t, t) = 6/125t2 y f(t, 2t) = −6/125t2 ).

Observemos que, para aplicar el teorema de Fubini, hay que verificar primero que f es
O

integrable, lo cual no siempre es fácil. El siguiente resultado proporciona condiciones sufi-


cientes para que una función sea integrable.
DR

Teorema 3.5.5 (Tonelli). Si f : Rp → R es medible y alguna de las integrales


Z Z Z Z
PE

 
|f(x, y)| dx dy o |f(x, y)| dy dx
Rn Rk Rk Rn

es finita, entonces f es integrable.


Z
Demostración. Es evidente porque |f| es medible y no negativa, con lo que |f| coincide
Rp
con alguna de las integrales anteriores.
2 2
Ejemplo 3.2. Para comprobar si la función f(x, y) = y · e−(1+x )y es integrable en A = (0, ∞) ×
(0, ∞), observamos en primer lugar que f es medible y, mediante cálculo directo, que existen
Z∞ Z∞
1 1 π
I1 (x) = |f(x, y)| dy = · 2
, I = I1 (x) dx = .
0 2 1 + x 0 4
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 95

Por el teorema de Tonelli, f es integrable en A. Por el teorema de Fubini, se deduce además que
Z∞ Z∞ Z ∞ 2
π −y2 −x2 y2 −y2
= e dy ye dx = e dy .
4 0 0 0

Corolario 3.5.6. Dadas f ∈ L1 (Rk ) y g ∈ L1 (Rn ), la función h(x, y) = f(x) · g(y) es integrable
en Rk × Rn y Z Z  Z

U

h= f · g .
Rk ×Rn Rk Rn

/E H
3.6. Ejercicios

PV
Ejercicio 3.1. Sea F : [0, 1] × [0, 1] → R la función definida por

1 si x ∈ Q ∩ [0, 1], y ∈ [0, 1],
-U
f(x, y) =
0 en el resto.
ZZ
RI´A

Probar que f es medible Lebesgue y calcular f.


[0,1]×[0,1]
ZZ
Ejercicio 3.2. Calcular f, donde f(x, y) = x[1 + x + y].
EG

[0,1]×[0,1]

sen x
Ejercicio 3.3. Probar que f(x, y) = es integrable en (0, ∞) × R.
x3/2 (1 + x2 + y2 )
AL


 x2 −y2
si (x, y) ̸= (0, 0),
(x2 +y2 )2
Ejercicio 3.4. Sea f(x, y) = Probar que
0 si (x, y) = (0, 0).
O

Z1 Z1 Z1 Z1
DR

π π
= f(x, y) dydx ̸= f(x, y) dxdy = − .
4 0 0 0 0 4

 xy
PE

(x2 +y2 )2
si (x, y) ∈ [−1, 1] × [−1, 1],
Ejercicio 3.5. Sea f(x, y) = Probar que
0 si (x, y) = (0, 0).
Z1 Z1 Z1 Z1
f(x, y) dydx = f(x, y) dxdy,
−1 −1 −1 −1

pero f no es integrable en [−1, 1] × [−1, 1].


Z1 Z1 ! Z1 Z1 !
Ejercicio 3.6. Para las siguientes funciones, calcular f(x, y) dx dy, f(x, y) dy dx,
0 0 0 0
Z Z
1 1
! Z Z 1 1
!
|f(x, y)| dx dy y |f(x, y)| dy dx y deducir de lo anterior si f es o no integrable en
0 0 0 0
[0, 1] × [0, 1].
96 3.6. Ejercicios


(x − 1/2)−3 si 0 < y < |x − 1/2|
a) f : [0, 1] × [0, 1] → R definida por f(x, y) =
0 en el resto.

x−y
b) f(x, y) = .
(x2 + y2 )3/2
x−y

HU
c) f(x, y) = .
(x + y)3
Ejercicio 3.7. Comprobar que la función f(x, y) = e−y sen(2xy) es integrable en R = [0, 1] ×
Z∞
sen2 y 1

/E
[0, ∞]. Deducir de lo anterior que e−y dy = ln 5.
0 y 4
Ejercicio 3.8. Averiguar si la función dada es integrable en la región D.

a) f(x, y) = sen(x2 + y2 ), D = R2 .
PV
-U
b) f(x, y) = e−xy − 2e−2xy , D = [0, 1] × [1, ∞).
Z∞
arc tg(πx) − arc tg x
Ejercicio 3.9. Calcular dx.
A

0 x

RI´

1 si x · y ∈ Q
Ejercicio 3.10. Se considera la función F : [0, 1] × [0, 1] → R definida por f(x, y) =
0 en caso contrario.
EG

Probar que f es medible Lebesgue en R2 y calcular la integral de f en el cuadrado [0, 1] × [0, 1].

Ejercicio 3.11. Dado un conjunto medible E ⊂ [0, 1] × [0, 1], probar que, si m1 (Ex ) ⩽ 1/2 para
AL

casi todo x ∈ [0, 1], entonces m1 ({y ∈ [0, 1] : m1 (Ey ) = 1}) ⩽ 1/2.

Ejercicio 3.12. Si X = Y = N y µ(A) = card(A), para cualquier A ⊂ N, comprobar si es integrable


RO

la función



−x si x = y,
2 − 2
D

f(x, y) = −2 + 2−y si x = y − 1,



0 en el resto.
PE
4

HU
Capı́tulo

/E
Espacios Lp

PV
-U
El espacio de funciones integrables respecto de una medida arbitraria es un caso par-
ticular de una familia de espacios de funciones integrables, los llamados espacios Lp que
A

estudiaremos en este capı́tulo. Como dichos espacios poseen una estructura algebraica pre-
cisa, repasaremos en primer lugar los conceptos necesarios para entender las propiedades
RI´

de tales espacios.
EG

4.1. Espacios normados. Definición y ejemplos


AL

En esta sección consideraremos métricas definidas en espacios dotados de alguna estructu-


ra algebraica, más concretamente en espacios vectoriales, ya que las funciones integrables
RO

poseen dicha estructura.


En un espacio vectorial X son de particular importancia las métricas que verifican
D

i) d(x + a, y + a) = d(x, y), es decir, d es invariante por traslaciones,


PE

ii) d(αx, αy) = |α| · d(x, y), es decir, d aumenta proporcionalmente a la dilatación,

pues basta conocer d(x, 0), ∀x ∈ X para determinar completamente la distancia entre dos
elementos cualesquiera, ya que d(x, y) = d(x − y, 0). Definimos entonces la longitud o
norma de un vector x por ∥x∥ = d(x, 0). Esto sugiere, en un contexto abstracto, la siguiente
definición axiomática.
Definición. Un espacio normado es un par (X, ∥ · ∥) formado por un espacio vectorial X y
una aplicación ∥ · ∥ : X → R, llamada norma, con las siguientes propiedades:
(i) ∥x∥ ⩾ 0, ∀x ∈ X.
(ii) ∥x∥ = 0 ⇐⇒ x = 0.

97
98 4.1. Espacios normados. Definición y ejemplos

(iii) ∥αx∥ = |α| · ∥x∥, ∀x ∈ X, α ∈ C.


(iv) ∥x + y∥ ⩽ ∥x∥ + ∥y∥, ∀x, y ∈ X (desigualdad triangular).
Si no se exige la condición (ii), la aplicación ∥ · ∥ se llama seminorma.

Observaciones.

HU
1) Todo espacio normado es a su vez un espacio métrico, pues basta, dado (X, ∥ · ∥), definir
d(x, y) = ∥x − y∥. Ası́ todas las nociones de espacios métricos están definidas tam-

/E
bién para los espacios normados. En particular, los conjuntos B(0, 1) = {x ∈ X : ∥x∥ <
1}, B(0, 1) = {x ∈ X : ∥x∥ ⩽ 1} son las bolas unitarias abierta y cerrada de X, respectiva-
mente. Además, B(x, r) = x + r · B(0, 1).

PV
2) El recı́proco de lo anterior no es cierto, es decir, no todo espacio métrico es normado.
Por ejemplo, X = {(a1 , . . . an , . . . ) : an ∈ C} sobre el cuerpo C es espacio vectorial; si
-U
X∞
1 |ai − bi |
definimos d(x, y) = · , se puede ver que es espacio métrico, pero,
2 1 + |ai − bi |
i
i=1
dado λ ∈ C, d(λx, λy) ̸= |λ| d(x, y) con lo que, si definiéramos la “norma” a partir de la
A

distancia, obtendrı́amos ∥λx − λy∥ = ̸ |λ| · ∥x − y∥ y X no serı́a espacio normado de esa


RI´

forma.
Otro ejemplo sencillo es la métrica discreta pues ∥2x∥ = d(2x, 0) = 1 pero |2| · ∥x∥ =
EG

2 · d(x, 0) = 2.
Sin embargo, la motivación dada al principio permite probar lo siguiente.
AL

Proposición 4.1.1. Si (X, ∥ · ∥) es un espacio normado, la aplicación d : X × X → R definida por


d(x, y) = ∥x − y∥, ∀x, y ∈ X verifica
RO

i) d(x + z, y + z) = d(x, y);


ii) d(λx, λy) = |λ| · d(x, y).
D

Recı́procamente, si X es un espacio vectorial y (X, d) es un espacio métrico en el que se verifican i)


y ii), entonces (X, ∥ · ∥) es un espacio normado, donde ∥x∥ = d(x, 0).
PE

La demostración es evidente.
Definición. Sea X un espacio vectorial normado, en el que se define la métrica d(x, y) =
∥x − y∥. Si (X, d) es completo, X se dice espacio de Banach.
Ejemplos.

1) X = R ó C con la norma del valor absoluto son espacios de Banach.


P p 1/p ( p ⩾ 1) es de Banach. Los axiomas i),
2) X = Rn ó Cn con la norma ∥x∥ = ( n i=1 |xi | )
ii) y iii) de norma son evidentes y la desigualdad triangular se deduce de la desigualdad
de Minkowski (ver sección 4.2). Veamos que es completo:
Capı́tulo 4. Espacios Lp 99

Sea {xk = (xk1 , . . . , xkn ), k ∈ N} una sucesión de Cauchy en Rn . Entonces

∥xp − xq ∥ < ε, ∀p, q > N =⇒ |xpi − xqi | < ε, ∀p, q > N, 1 ⩽ i ⩽ n.

Esto implica que ∃xi ∈ R : |xki − xi | < ε, 1 ⩽ i ⩽ n.


P
Si llamamos x = (x1 , . . . , xn ), resulta que ∥xk − x∥p = n i=1 |xki − xi | < nε .
p p

P∞

HU
3) Sea ℓp = {x = (xn )n∈N : xn ∈ C, n=1 |xn |
p < ∞} (p ⩾ 1), y definimos ∥x∥
p =
P∞ 1/p
n=1 |xn |
p

.
Al igual que en el ejemplo 2, la desigualdad de Minkowski (para sumas infinitas) per-

/E
mite probar que es una norma. La completitud de este espacio será consecuencia de la
completitud del espacio Lp (ver sección 4.3).

PV
4) Sea ℓ∞ = {x = (xn )n∈N : xn ∈ C, {xn }n∈N acotada}, y definimos ∥x∥∞ = supn |xn |. Ası́
definido, (X, ∥ · ∥∞ ) es un espacio de Banach, como veremos en la sección 4.3. También
-U
son de Banach los subespacios c = {x = (xn )n∈N ∈ ℓ∞ : xn es convergente} y c0 = {x =
(xn )n∈N ∈ c : lı́m xn = 0}.

5) X = C[a, b] (funciones continuas en [a, b]), con la norma ∥f∥∞ = máx |f(x)| es de
A

x∈[a,b]
RI´

Banach.
Para probarlo, sea {fn }n∈N una sucesión de Cauchy en C[a, b].
EG

Por definición, máx |fn (x) − fm (x)| < ε, para n, m > N. Entonces |fn (x) − fm (x)| <
x∈[a,b]
ε, ∀x ∈ [a, b]. Por tanto, por el criterio de convergencia de Cauchy, {fn }n∈N converge
AL

uniformemente en [a, b] y, como fn son continuas, la función lı́mite también lo será.


R 1/p
b
6) El mismo espacio anterior C[a, b] con la norma ∥f∥p = a |f(x)|p dx no es comple-
RO

to.
Si hacemos por ejemplo a = −1, b = 1, la sucesión {fn }n∈N definida por

D



0 si − 1 ⩽ x ⩽ 0
PE

fn (x) = nx si 0 < x ⩽ 1/n,





1 si 1/n < x ⩽ 1

 de Cauchy en C[−1, 1] con respecto a ∥ · ∥p , para todo p ⩾ 1, pero el lı́mite f(x) =


es
0 si − 1 ⩽ x ⩽ 0
no es continua en x = 0.
1 si 0 < x ⩽ 1,

Sin embargo, este espacio puede completarse y su compleción es precisamente el espacio


Lp [a, b].

7) Si X = B(A) es el espacio de las funciones acotadas en A, la norma ∥f∥ = sup |f(x)|


x∈A
también da lugar a un espacio de Banach.
100 4.2. Desigualdades de Hölder y Minkowski

4.2. Desigualdades de Hölder y Minkowski

En algunos ejemplos de espacios normados la desigualdad triangular se deduce de la des-


igualdad de Minkowski que probaremos en este apartado como consecuencia de la des-
igualdad de Hölder. En el siguiente apartado utilizaremos estas desigualdades para definir
normas en otros ejemplos de espacios de funciones, que han sido fundamentales en el

HU
desarrollo del Análisis Funcional.

Lema 4.2.1 (desigualdad de Young). Sean α, β > 0, 0 < λ < 1. Entonces αλ β1−λ ⩽ λα + (1 −

/E
λ)β. Además la igualdad es cierta si y sólo si α = β.

PV
Demostración. Se define φ(t) = (1 − λ) + λt − tλ para t ⩾ 0.
Ası́ φ′ (t) = λ − λtλ−1 que será negativo si t < 1 y positivo si t > 1. Por tanto, el punto t = 1
corresponde a un mı́nimo.
-U
Como φ(t) ⩾ φ(1) = 0, entonces 1 − λ + λt ⩾ tλ .
Haciendo t = α/β se deduce el resultado (para β ̸= 0).
A

Si β = 0, el resultado es trivial.
RI´

Observaciones. 1) El lema anterior expresa que la media geométrica es menor o igual a la


EG

media aritmética, porque si hacemos λ = k/n, 1 − λ = (n − k)/n, tenemos αk/n · βn−k/n ⩽


kα/n + (n − k)β/n de donde
AL

α+ (k)
. . . +α + β+ (n−k)
q
n . . . +β
α (k)
. . . α · β (n−k)
... β ⩽ .
n

2) Si α = ex1 , β = ex2 , el lema indica que


RO

eλx1 +(1−λ)x2 = eλx1 e(1−λ)x2 ⩽ λex1 + (1 − λ)ex2 ,


D

es decir que la función exponencial es convexa.


PE

Teorema 4.2.2. Sean (X, S, µ) un espacio de medida, f, g : X → [0, ∞] funciones medibles, 1 <
p < ∞ y 1/p + 1/q = 1. Entonces:
a) (desigualdad de Hölder)
Z Z 1/p Z 1/q
p q
(fg) dµ ⩽ f dµ · g dµ .
X X X

b) (desigualdad de Minkowski)
Z 1/p Z 1/p Z 1/p
p p p
(f + g) dµ ⩽ f dµ + g dµ .
X X X
Capı́tulo 4. Espacios Lp 101

Z 1/p Z 1/q
p q
Demostración. a) Llamamos A = f dµ ,B = g dµ y distinguimos tres
X X
casos:

♢ A p
Z = 0 (ó B = 0). Como f ⩾ 0, f = 0 c.s. =⇒ f = 0 c.s. =⇒ f · g = 0 c.s. Ası́ pues
fg dµ = 0.
X

HU
Z
♢ A = ∞ (ó B = ∞). Es evidente que fg dµ ⩽ ∞.
X
Z Z

/E
f g
♢ 0 < A, B < ∞. Debemos probar que · dµ ⩽ 1.
fg dµ ⩽ A · B, o bien
X X A B
Si aplicamos el lema anterior a α = fp /Ap , β = gq /Bq , λ = 1/p, 1 − λ = 1/q, resulta:

PV
f g 1 fp 1 gq
· ⩽ · p + · q,
A B p A q B
-U
desigualdad válida ∀x ∈ X. Integrando miembro a miembro,
Z
f g 1 1
· dµ ⩽ · Ap + · Bq = 1, c.q.d.
A

A B p · A p q · Bq
X
RI´

b) Debido a que (f + g)p = (f + g)(f + g)p−1 = f(f + g)p−1 + g(f + g)p−1 , aplicando la
desigualdad de Hölder a cada uno de los sumandos, tenemos:
EG

Z Z 1/p Z 1/q
p−1 p q(p−1)
f(f + g) dµ ⩽ f dµ (f + g) dµ ,
X X X
AL

Z Z 1/p Z 1/q
p−1 p q(p−1)
g(f + g) dµ ⩽ g dµdµ , (f + g)
X X X
Z "Z 1/p Z 1/p # Z 1/q
RO

p p p
=⇒ (f + g) dµ ⩽ f dµ + g dµ · (f + g)p dµ ,
X X X X

Z 1/q
D

p
debido a que q(p − 1) = p. Si llamamos ahora C = (f + g) dµ , caben los siguientes
X
PE

casos:
Z
C = 0 =⇒ (f + g)p dµ = 0 y la desigualdad es evidente.
X
Z  f(x) g(x) p
C = ∞ =⇒ (f + g)p dµ = ∞. Como la función y = xp es convexa, + ⩽
X 2 2
f(x)p g(x)p
+ , de donde:
2 2
Z Z Z 
1 p 1 p p 1 p 1 p p
(f + g) ⩽ (f + g ) =⇒ p (f + g) dµ ⩽ f dµ + g dµ .
2p 2 2 X 2 X X
Z Z Z
Como (f + g)p dµ = ∞, debe ser fp dµ = ∞ ó gp dµ = ∞.
X X X
102 4.2. Desigualdades de Hölder y Minkowski

Z 1−1/q Z 1/p Z 1/p


0 < C < ∞ =⇒ (f + g) dµ p
⩽ p
f dµ + p
g dµ , lo que da
X X X
lugar al resultado deseado.

El teorema anterior tiene las siguientes consecuencias.

U
Corolario 4.2.3. Si f, g : X → [0, ∞] son medibles y 0 < p < 1, 1/p + 1/q = 1, entonces
Z Z 1/p Z

/E H
1/q
p q
a) fg dµ ⩾ f dµ g dµ .
X X X
Z 1/p Z 1/p Z 1/p
p p p

PV
b) (f + g) dµ ⩾ f dµ + g dµ ,
X X X
Z 1/q
q
donde suponemos que las integrales involucradas son finitas y g dµ ̸= 0.
-U
X

′ ′
Demostración. a) Sea p′ = 1/p y llamamos ψ = (fg)p = (fg)1/p , φ = g−p = g−1/p . De este
modo, 1 < p′ < ∞, fp = ψφ y ψ, φ son medibles. Entonces
RI´A

Z Z Z 1/p′ Z 1/q′
p p′ q′
f dµ = ψφ dµ ⩽ ψ dµ φ dµ ,
X X X X
EG

donde 1/p′ + 1/q′ = 1. Debido a que φ = gq y ψ = fg, obtenemos: q′ p′

Z Z 1/p′ Z 1/q′
p q
AL

f dµ ⩽ fg dµ g dµ .
X X X

De las relaciones anteriores se deduce que pp′ =1y


O

1 1 1 1 1 1 1

= 1 − ′ = 1 − p =⇒ ′
= − ′ = −1 = − ,
q p pq p pp p q
DR

de donde pq′ = −q. Por tanto,


Z 1/p Z 1/q Z 
p q
PE

f dµ · g dµ ⩽ fg dµ , c.q.d.
X X X

b) De la igualdad (f + g)p = f(f + g)p−1 + g(f + g)p−1 , se deduce:


Z Z Z
(f + g)p dµ = f(f + g)p−1 dµ + g(f + g)p−1 dµ
X X X
Z 1/p Z 1/q
⩾ fp dµ · (f + g)q(p−1) dµ
X X
Z 1/p Z 1/q
p q(p−1)
+ g dµ · (f + g) dµ
X X
"Z Z # Z
 1/p  1/p 1/q
p p q(p−1)
= f dµ + g dµ · (f + g) dµ .
X X X
Capı́tulo 4. Espacios Lp 103

R
Suponiendo que X (f + g)
p dµ < ∞, se deduce el resultado.

Corolario 4.2.4. En las condiciones del teorema 4.2.2, la desigualdad de Hölder se convierte en
igualdad si y sólo si existen λ1 , λ2 constantes no nulas a la vez tales que λ1 fp = λ2 gq c.s.

Demostración. Al igual que en el lema 4.2.1, la igualdad es cierta si y sólo si

HU
Z Z
fp gq
R = R , es decir fp · q
g dµ = g · q
fp dµ,
fp dµ g q dµ
X X X X

/E
Z Z
con λ1 = gq dµ y λ2 = fp dµ no nulas ambas.

PV
X X
Podemos suponer además λ1 = 0, λ2 ̸= 0 pues entonces 0 = λ2 gq c.s. =⇒ gq = 0 c.s.
=⇒ g = 0 c.s. y se verifica la igualdad.
-U
Observaciones. 1) Si X es un conjunto numerable, digamos por comodidad X = N, P(N)
la σ-álgebra formada por los subconjuntos de N, µ : P(N) → [0, ∞] la medida de contar,
A

definida por µ(A) = card A, toda aplicación f : N → C es medible pues ∀V abierto, f−1 (V) ⊂
RI´

N =⇒ f−1 (V) ∈ P(N). Ası́ pues, si f : N → [0, ∞] es medible, f(n) = |xn |,


Z Z XZ X X
EG

p
f dµ = p
f dµ = fp dµ = f(n)p = |xn |p .
n∈N {n} n∈N {n}
S
N n∈N n∈N
AL

Esto permite escribir las desigualdades de Hölder y Minkowski para sumas finitas o series
numéricas. Estas serı́an:

∞ ∞
!1/p ∞
!1/q
X X X
RO

|xi yi | ⩽ |xi |p · |yi |q ,


i=1 i=1 i=1
D


!1/p ∞
!1/p ∞
!1/p
X X X
PE

|xi + yi |p ⩽ |xi |p + |yi |p .


i=1 i=1 i=1

2) En el caso de p = 1 ó p = ∞ se prueban también desigualdades análogas que quedan de


la forma
X X
|xi yi | ⩽ |xi | · sup |yi |,
i∈N i∈N i∈N

sup |xi + yi | ⩽ sup |xi | + sup |yi |.


i∈N i∈N i∈N

3) En el caso particular de que p = q = 2, la desigualdad de Hölder se llama desigualdad


de Cauchy-Schwarz, de importancia en espacios dotados de una estructura geométrica.
104 4.3. Espacios Lp

4.3. Espacios Lp

Los ejemplos más útiles de espacios normados corresponden a los llamados espacios Lp .
Fueron además los que dieron impulso al desarrollo de la teorı́a de espacios de Hilbert y
espacios normados.
Supondremos en esta sección que (X, Ω, µ) es un espacio de medida. Es conocido el espacio

U
de funciones de módulo integrable, representado por
Z

/E H
L (µ) = {f : X → C : f medible y
1
|f| dµ < ∞}.
X
Si ahora hacemos 1 ⩽ p < ∞, definimos análogamente el espacio de funciones de potencia

PV
p-ésima integrable, como
Z
L (µ) = {f : X → C : f medible y
p
|f|p dµ < ∞}.
-U X
R 1/p
Si definimos la aplicación ∥ · ∥p : Lp (µ) → R por ∥f∥p = X |f| dµ
p , es evidente que
Lp (µ) = {f : X → C : f medible y ∥f∥p < ∞}.
RI´A

En el caso de p = ∞ procedemos de una forma algo diferente:


Si f : X → C es una función medible, también es medible |f|; sabemos, por definición, que
∀α ∈ R, {x ∈ X : |f(x)| > α} es medible y podemos definir el conjunto
EG

S = {α ∈ R : µ(|f|−1 (α, ∞]) = 0}.


AL

Definición. Una función f : X → C es esencialmente acotada si es medible y S = ̸ ∅.


Cualquier valor α ∈ S se llama cota esencial de f y se define el supremo esencial de f por
∥f∥∞ = ı́nf S, cuando S ̸= ∅, y ∥f∥∞ = ∞, cuando S = ∅.
O

Por definición, una función medible f es esencialmente acotada cuando existe α ⩾ 0 tal que
DR

|f(x)| ⩽ α para casi todo x ∈ X, de modo que también se puede definir

∥f∥∞ = ı́nf{α ⩾ 0 : |f(x)| ⩽ α c.s. x ∈ X}.


PE

Probemos en primer lugar la existencia de dicho ı́nfimo; para ello basta probar que 0 es
una cota inferior de S:
En efecto, si existiera α ∈ S tal que α < 0, entonces de la inclusión [0, ∞] ⊂ (α, ∞] se deduce
que

|f|−1 [0, ∞] ⊂ |f|−1 (α, ∞] =⇒ µ(X) = µ(|f|−1 [0, ∞]) ⩽ µ(|f|−1 (α, ∞]) = 0 =⇒ µ(X) = 0,

lo cual es absurdo.
Lo anterior permite definir el espacio de las funciones medibles esencialmente acotadas

L∞ (µ) = {f : X → C : f medible y ∥f∥∞ < ∞}.

Aplicando las desigualdades de Hölder y Minkowski, se prueban los siguientes resultados.


Capı́tulo 4. Espacios Lp 105

Proposición 4.3.1. Sean p, q exponentes conjugados, es decir 1/p + 1/q = 1, con 1 ⩽ p ⩽ ∞. Si


f ∈ Lp (µ) y g ∈ Lq (µ), entonces fg ∈ L1 (µ) y ∥fg∥1 ⩽ ∥f∥p ∥g∥q .

Demostración. Si 1 < p < ∞, por la desigualdad de Hölder, tenemos:


Z Z Z 1/p Z 1/q
|fg| dµ = |f| · |g| dµ ⩽ |f|p dµ |g|q dµ = ∥f∥p ∥g∥q < ∞.

HU
X X X X

Si p = ∞, q = 1, entonces |f(x)| ⩽ ∥f∥∞ c.s., con lo que existe A de medida nula tal que
|f(x)| ⩽ ∥f∥∞ , ∀x ∈ Ac . De este modo,

/E
Z Z Z Z
|fg| dµ = |f| · |g| dµ = |f| · |g| dµ ⩽ ∥f∥∞ |g| dµ

PV
X X Z Ac Z Ac

= ∥f∥∞ |g| dµ ⩽ ∥f∥∞ |g| dµ = ∥f∥∞ ∥g∥1 < ∞,


Ac X
-U
con lo que la desigualdad también es cierta.

Corolario 4.3.2. Supongamos que 1 ⩽ p, q, r ⩽ ∞ con 1/p + 1/q = 1/r. Si f ∈ Lp (µ) y


g ∈ Lq (µ), entonces fg ∈ Lr (µ) y ∥fg∥r ⩽ ∥f∥p ∥g∥q .
A
RI´

Demostración. Basta aplicar la proposición anterior a las funciones fr y gr y los exponentes


conjugados p/r y q/r.
EG

Proposición 4.3.3. Si 1 ⩽ p ⩽ ∞, entonces Lp (µ) es un espacio vectorial sobre C y ∥ · ∥p es una


seminorma.
AL

Demostración. Estudiaremos por separado los siguientes casos:


a) Si 1 ⩽ p < ∞ y f, g ∈ Lp (µ), de la desigualdad de Minkowski deducimos que f + g ∈
RO

Lp (µ) y ∥f + g∥p ⩽ ∥f∥p + ∥g∥p . Además


Z 1/p Z 1/p
|αf| dµ
p
|α| |f| dµ
p p
= |α| · ∥f∥p =⇒ αf ∈ Lp (µ).
D

∥αf∥p = =
X X
PE

b) Si p = ∞, debido a que |f| ⩽ ∥f∥∞ y |g| ⩽ ∥g∥∞ c.s., entonces también |f + g| ⩽ |f| + |g| ⩽
∥f∥∞ + ∥g∥∞ c.s. Esto implica que ∥f∥∞ + ∥g∥∞ es cota superior esencial de |f + g|. Al ser
∥f + g∥∞ la mı́nima, se deduce que ∥f + g∥∞ ⩽ ∥f∥∞ + ∥g∥∞ .
Por otro lado, si suponemos α ̸= 0:

∥αf∥∞ = ı́nf{β ∈ R : µ(|αf|−1 (β, ∞]) = 0} = ı́nf S1

supuesto S1 ̸= ∅. Ahora bien,

x ∈ |αf|−1 (β, ∞] ⇐⇒ |αf|(x) > β ⇐⇒ |αf(x)| > β ⇐⇒ |α| · |f(x)| > β


⇐⇒ |f(x)| > β/|α| ⇐⇒ x ∈ |f|−1 (β/|α|, ∞]
106 4.3. Espacios Lp

con lo que

ı́nf S1 = ı́nf{β ∈ R : µ(|f|−1 (β/|α|, ∞]) = 0}


= ı́nf{|α|β/|α| ∈ R : µ(|f|−1 (β/|α|, ∞]) = 0}
= ı́nf{|α|β1 ∈ R : µ(|f|−1 (β1 , ∞]) = 0}
= |α| · ı́nf{β1 ∈ R : µ(|f|−1 (β1 , ∞]) = 0} = |α| · ı́nf S2 = |α| · ∥f∥∞ .

HU
De este modo, si f ∈ L∞ (µ), ∥αf∥∞ = ı́nf S1 = |α| · ∥f∥∞ .

/E
Observación. En general, ∥ · ∥p no es norma pues no se verifica la implicación ∥f∥p = 0 =⇒
f(x) = 0, ∀x ∈ X. Sin embargo, en el caso de las funciones reales continuas en un intervalo
Rb
[a, b], X = C[a, b], ∥f∥1 = a |f(x)| dx = 0 =⇒ f = 0. También, en los espacios ℓp , ∥ · ∥p es

PV
una norma.
Para obtener espacios normados de las seminormas anteriores, definimos la relación de
-U
equivalencia
∀f, g ∈ Lp (µ), f ∼ g ⇐⇒ f = g c.s., o bien ∥f − g∥p = 0.
A

El espacio cociente, que seguiremos denotando por Lp (µ), es ahora un espacio normado si
definimos ∥f∥
e p = ∥f∥p , donde f es un representante de la clase de equivalencia f.
RI´

e
EG

Probaremos por último la completitud de los espacios recién definidos, resultado obtenido
de forma simultánea e independiente por F. Riesz y E. Fischer en 1907. Para ello, utilizamos
el siguiente lema previo.
AL

Lema 4.3.4 (Lema de Chebyshev). Si f ∈ Lp (µ) (1 ⩽ p < ∞), entonces µ({x ∈ X : |f(x)| ⩾
λ}) ⩽ λ−p ∥f∥p
p , para todo λ > 0.
RO

Demostración. Si llamamos Aλ = {x ∈ X : |f(x)| ⩾ λ}, entonces


Z Z Z
p
∥f∥p = |f(x)| dx +
p
|f(x)| dx ⩾
p
|f(x)|p dx ⩾ λp µ(Aλ ),
D

Aλ Acλ Aλ
PE

con lo que µ(Aλ ) ⩽ λ−p ∥f∥p .

Teorema 4.3.5 (Riesz-Fischer). Si 1 ⩽ p ⩽ ∞, entonces (Lp (µ), ∥ · ∥p ) es de Banach.

Demostración. a) Veamos primero el caso 1 ⩽ p < ∞.


Sea (fn )n∈N una sucesión de Cauchy en Lp (µ). Tomando ε = 1/4i , sabemos que ∃ni tal
que ∥fn − fm ∥p < 1/4i , ∀n, m ⩾ ni . Podemos suponer que ni < ni+1 , ∀i ∈ N, con lo que
conseguimos una subsucesión (fni )i⩾1 tal que ∥fni+1 − fni ∥p < 1/4i , ∀i.
Si llamamos Ai = {x ∈ X : |fni+1 (x) − fni (x)| ⩾ 1/2i }, por el lema anterior deducimos que

µ(Ai ) ⩽ 2ip ∥fni+1 − fni ∥p ip


p ⩽ 1/2 .
Capı́tulo 4. Espacios Lp 107

P P
Llamamos ahora Bn = i⩾n Ai . Entonces µ(Bn ) ⩽ i⩾n µ(Ai ) ⩽ i⩾n 1/2ip ⩽ 1/2p(n−1) .
S

Como, además, (Bn ) es una sucesión decreciente de conjuntos medibles, si llamamos


T
B = n∈N Bn , entonces µ(B) = lı́m µ(Bn ) = 0.
Por otra parte, si x ̸∈ B, entonces existe nx ∈ N tal que x ̸∈ Bn , ∀n ⩾ nx , es decir |fni+1 (x) −
fni (x)| < 1/2i , ∀i ⩾ nx . Por tanto, si i > j ⩾ nx ,

HU
|fni (x) − fnj (x)| ⩽ |fni (x) − fni−1 (x)| + |fni−1 (x) − fni−2 (x)| + · · · + |fnj+1 (x) − fnj (x)| < 1/2j−1 .

Esto significa que la subsucesi


 ón (fni (x))i∈N es de Cauchy en C si x ̸∈ B. Definimos enton-

/E
lı́m si x ̸∈ B
i→∞ fni (x)
ces la función g(x) = , la cual es medible.
0 si x ∈ B

PV
Veamos por último que fn → g en Lp (µ). Dado ε > 0, sabemos que ∃N tal que ∥fn − fm ∥p <
ε, ∀n, m ⩾ N. Tomando m, ni ⩾ N y aplicando la desigualdad de Fatou, tenemos:
-U
Z Z Z
p
∥g − fm ∥p = |g − fm | dµ =
p
| lı́m inf fni − fm | dµ =
p
lı́m inf |fni − fm |p dµ
i i
X Z X X
A

⩽ lı́m inf |fni − fm |p dµ = lı́m inf ∥fni − fm ∥pp ⩽ε .


p
i X i
RI´

Esto implica que g − fm ∈ Lp (µ) y en consecuencia g ∈ Lp (µ) debido a que g = (g − fm ) +


fm . Por otra parte, al ser ∥g − fm ∥p ⩽ ε, ∀m ⩾ N, la sucesión original converge a g.
EG

b) Si p = ∞, tomamos nuevamente una sucesión (fn )n∈N de Cauchy en L∞ (µ). De este


modo, ∥fn − fm ∥∞ < ε, ∀n, m > N(ε).
AL

Si Am,n = {x : |fn (x) − fm (x)| ⩾ ∥fn − fm ∥∞ + ε}, resulta que µ(Am,n ) = 0, con lo que, si
S
A = m,n Am,n , entonces µ(A) = 0. Esto prueba que (fn (x))n∈N converge uniformemente
en Ac .
RO


lı́m f (x) si x ∈ Ac
n n
Si definimos f(x) = , se ve fácilmente que lı́mm ∥f − fm ∥∞ = 0,
0 si x ∈ A
D

pues
PE

|f(x) − fm (x)| = | lı́m fn (x) − fm (x)|


n
c.s.
= lı́m |fn (x) − fm (x)| ⩽ lı́m ∥fn − fm ∥∞ + ε < 2ε, ∀m, n ⩾ N.
n n

Entonces 2ε es cota superior esencial de f − fm , de modo que ∥f − fm ∥∞ < 2ε, ∀m ⩾ N =⇒


f − fm ∈ L∞ (µ) =⇒ f ∈ L∞ (µ) y fm → f en L∞ (µ).

Observaciones.

1) A partir de la definición son inmediatas las inclusiones ℓ1 ⊂ ℓp ⊂ ℓq ⊂ ℓ∞ , 1 < p < q <


∞.
108 4.4. Propiedades de los espacios normados

2) Análogamente, en el espacio (X, S, µ), si µ(X) < ∞, entonces L∞ ⊂ Lq ⊂ Lp ⊂ L1 , para


1 < p < q < ∞.
En efecto, si llamamos r = q/p > 1,
Z Z 1/r

|f| dµ ⩽ |f| r · ∥1∥r′ =
p
|f| dµ · µ(X)1/r .
p q

X

HU
Esto implica que ∥f∥p ⩽ ∥f∥q · µ(X)1/p−1/q .
De la misma forma, ∥f∥q ⩽ µ(X)1/q · ∥f∥∞ .

/E
3) En general, Lp ̸⊂ Lq y Lq ̸⊂ Lp (por ejemplo, si f(x) = (1 + |x|)−1 , entonces f ∈ L2 (R)
pero f ̸∈ L1 (R)); ahora bien, si f ∈ Lp ∩ Lq , entonces f ∈ Lr con p < r < q:

PV
Z Z Z
|f| dµ =
r
|f| dµ +
r
|f|r dµ
X |f|⩽1 |f|>1
Z Z
-U
⩽ |f| dµ +
p
|f|q dµ ⩽ ∥f∥p
p + ∥f∥q < ∞.
q
|f|⩽1 |f|>1

Se verifica también, como consecuencia del corolario 4.3.2, la desigualdad de interpola-


A

ción
RI´

1−α 1 α 1−α
∥f∥r ⩽ ∥f∥α
p · ∥f∥q , donde = + (0 ⩽ α ⩽ 1).
r p q
EG

1
Ejemplo. Sea f(x) = . Veamos que f es integrable en (0, ∞):
x(1 + | ln x|)2
Z∞ Z∞ Z0 Z∞
AL

1 1 1 1
dx = dt = dt + dt = 2.
0 x(1 + | ln x|) 2
−∞ (1 + |t|)
2
−∞ (1 − t)
2
0 (1 + t)
2

Si llamamos g(x) = f(x)1/p , entonces g ∈ Lp (0, ∞). Sin embargo, g ̸∈ Lq (0, ∞) si q ̸= p


RO

porque
Z∞ Z1 Z∞
1 1 1
D

dx = dx + dx.
0 x
q/p (1 + | ln x|) 2q/p
0 x
q/p (1 + | ln x|) 2q/p
1 x
q/p (1 + | ln x|)2q/p
PE

La primera integral diverge si q > p y la segunda diverge si q < p.

4.4. Propiedades de los espacios normados

Probaremos en esta sección las propiedades fundamentales de los espacios normados.

Teorema 4.4.1. Sea X un espacio vectorial normado. Son equivalentes:


i) X es de Banach.
P P
ii) Si {an }n∈N ⊂ X y n∈N ∥an ∥ < ∞ =⇒ n∈N an converge en X.
Esto indica que en los espacios de Banach la convergencia absoluta implica la convergencia.
Capı́tulo 4. Espacios Lp 109

P
Demostración. i) =⇒ ii). Sea Sn = nk=1 ak . Si m > n,
X X ∞
X

m m
∥Sm − Sn ∥ = ak ⩽ ∥ak ∥ ⩽ ∥ak ∥ < ε.


k=n+1 k=n+1 k=n+1

Esto implica que {Sm }m∈N es de Cauchy en X y por tanto converge.


ii) =⇒ i). Sea {an }n∈N de Cauchy en X. Hacemos an0 = 0 y elegimos

U
n1 ∈ N : ∥an1 − am ∥ < 1/2, ∀m > n1 ,

/E H
n2 > n1 : ∥an2 − am ∥ < 1/22 , ∀m > n2 ,
..
.

PV
nk > nk−1 : ∥ank − am ∥ < 1/2k , ∀m > nk .
P P∞
Ası́ ∞k=1 ∥ank − ank−1 ∥ ⩽ ∥an1 ∥ + k=1 1/2 < ∞.
k
P
-U
Por hipótesis, k∈N (ank − ank−1 ) es convergente. Entonces

X X
h
a= (ank − ank−1 ) = lı́m (ank − ank−1 ) = lı́m anh ,
RI´A

h→∞ h→∞
k=1 k=1

y esto implica que {anh }h∈N es convergente.


Como {an }n∈N es de Cauchy y tiene una subsucesión convergente, ella misma es conver-
EG

gente y X es completo.

Proposición 4.4.2. Sea X un espacio vectorial normado sobre el cuerpo E. Si definimos en X × X


AL

ó E × X la norma producto ∥(u, v)∥ = ∥u∥ + ∥v∥, entonces las aplicaciones (x, y) 7→ x + y y
(α, x) 7→ αx, definidas en X × X y E × X, respectivamente, son continuas. Además, la norma
∥ · ∥ : X → R es uniformemente continua.
O
DR

Demostración. Es fácil comprobar que la norma producto verifica los axiomas de norma.
Por una parte, como ∥x + y − (x0 + y0 )∥ ⩽ ∥x − x0 ∥ + ∥y − y0 ∥, la primera es continua.
PE

Para demostrar que la aplicación (α, x) 7→ αx es continua en (α0 , x0 ), elegimos α, x tales


que |α − α0 | < mı́n{1, 2(1+∥x
ε
0 ∥)
} y ∥x − x0 ∥ < 2(1+|α
ε
0 |)
. Entonces

|α| − |α0 | ⩽ |α − α0 | < 1 =⇒ |α| < 1 + |α0 |.

Además,

∥αx − α0 x0 ∥ ⩽ |α| · ∥x − x0 ∥ + ∥x0 ∥ · |α − α0 |


ε ε
< |α| · + ∥x0 ∥ · < ε.
2(1 + 1 + |α0 |) 2(1 + 1 + ∥x0 ∥)

Por último, para probar que la norma es uniformemente continua, dado ε > 0, debemos

encontrar δ > 0 tal que ∥x∥ − ∥x0 ∥ < ε si ∥x − x0 ∥ < δ. Ahora bien, como ∥x∥ − ∥x0 ∥ ⩽
∥x − x0 ∥, basta elegir δ = ε.
110 4.5. Funcionales lineales acotados en Lp

Corolario 4.4.3. Si (X, ∥ · ∥) es un espacio normado, x0 ∈ X, λ0 ∈ E, λ0 ̸= 0, entonces las aplicacio-


nes x 7→ x + x0 (traslación de vector x0 ) y x 7→ λ0 x (homotecia de razón λ0 ) son homeomorfismos.

Demostración. Basta probar que son bicontinuas. La primera de ellas es composición de


f : X → X × X, dada por f(x) = (x, x0 ), y g : X × X → X, dada por g(x, x0 ) = x + x0 . Por el
teorema anterior, g es continua; es fácil probar que f es también continua, de modo que g ◦ f

HU
es continua. Además, el mismo argumento prueba que la inversa x 7→ x − x0 es continua.
Análogamente se prueba que la segunda es continua.

/E
Proposición 4.4.4. Un subespacio M de un espacio de Banach X es completo si y sólo si M es
cerrado en X.

PV
Demostración. Sea M completo. Entonces, ∀x ∈ M, ∃{xn }n∈N con xn ∈ M, ∀n tal que
xn → x. Pero como {xn }n∈N converge, es de Cauchy; por tanto converge en M, lo que
-U
prueba que x ∈ M.
Recı́procamente, sea M cerrado y {xn }n∈N de Cauchy en M. Por ser X completo, xn → x ∈
X =⇒ x ∈ M =⇒ x ∈ M.
A
RI´

Ejemplo. El espacio c = {x = (xn )n∈N ∈ ℓ∞ : (xn )n∈N converge en C} es completo con la


métrica inducida por ℓ∞ .
EG

En efecto, sea x = (xn )n∈N ∈ c. Entonces

n )n∈N ∈ c : yk → x =⇒ |yn − xn | ⩽ d(yk , x) < ε/3, ∀k ⩾ N.


∃yk = (yk k
AL

Como {yN
n }n∈N es convergente, es de Cauchy y |yp − yq | < ε/3, ∀p, q ⩾ N1 . Entonces
N N

|xp − xq | ⩽ |xp − yN
p | + |yp − yq | + |yq − xq | < ε.
N N N
RO

Esto implica que (xn )n∈N es de Cauchy y, en consecuencia, x ∈ c.


D

4.5. Funcionales lineales acotados en Lp


PE

Definición. Dado un espacio normado X, un funcional lineal es una aplicación f : X → R


tal que f(αx + βy) = αf(x) + βf(y), ∀x, y ∈ X.
Decimos que un funcional lineal es acotado cuando existe K > 0 tal que |f(x)| ⩽ K · ∥x∥,
∀x ∈ X.
Llamamos norma de un funcional lineal acotado a
|f(x)|
∥f∥ = sup .
x̸=0 ∥x∥

Ejemplos.
Capı́tulo 4. Espacios Lp 111

1) ∥ · ∥ : X → R es un funcional no lineal.

2) Para cada a ∈ Rn , fa : Rn → R definido por fa (x) = a · x = a1 x1 + · · · + an xn (producto


escalar por un vector fijo) es un funcional lineal y acotado:

|fa (x)| = |x · a| ⩽ ∥x∥ · ∥a∥ =⇒ ∥f∥ ⩽ ∥a∥.

HU
|fa (x)| ∥a∥2
Pero además, si hacemos x = a, resulta ∥fa ∥ ⩾ ∥x∥ = ∥a∥ =⇒ ∥fa ∥ ⩾ ∥a∥. De lo que
se deduce que ∥fa ∥ = ∥a∥.
P

/E
3) La aplicación f : ℓ2 → R, definida por f(x) = i∈N ai xi donde (ai )i∈N ∈ ℓ2 es fijo, es
también un funcional lineal y acotado pues, por la desigualdad de Cauchy-Schwarz,
|f(x)| ⩽ ∥x∥2 · ∥a∥2 . Del mismo modo, el operador f : ℓp → R definido por f(x) = a · x,

PV
con a ∈ ℓq fijo, es también lineal y acotado.
Rb
-U
4) El funcional f : C[a, b] → R definido por f(x) = a x(t) dt (integral definida) es lineal y
acotado:
Zb
|f(x)| = x(t) dt ⩽ (b − a) · máx |x(t)| = (b − a) · ∥x∥ =⇒ ∥f∥ ⩽ b − a.
A


a a⩽t⩽b
RI´

Rb
|f(x0 )| dt
Si elegimos en particular x0 = 1, ∥f∥ ⩾ ∥x0 ∥ = a
1 = b − a. De aquı́ se deduce que
EG

∥f∥ = b − a.

5) El funcional f : C(1) ([a, b]) → R definido por f(x) = x′ (t0 ), para cualquier t0 ∈ (a, b), no
AL

es acotado.

Proposición 4.5.1. Sea X un espacio normado y f un funcional lineal en X. Entonces son equiva-
lentes:
RO

a) f es acotado.
D

b) f es continua.
PE

c) El núcleo de f es cerrado.

Observación. Por ser f lineal, la continuidad de f en x = 0 implica la continuidad de f en


cualquier punto x0 .

Demostración. a) =⇒ b): Si f es acotado y xn → x, entonces |f(xn ) − f(x))| = |f(xn − x)| ⩽


k∥xn − x∥ → 0, con lo que f es continua en x.
b) =⇒ c): Si f es continua y (xn ) ⊂ ker(f) una sucesión tal que xn → x, entonces f(xn ) →
f(x). Como f(xn ) = 0 para todo n ∈ N, deducimos que f(x) = 0.
c) =⇒ a): Supongamos que N = ker(f) es cerrado. Si N = X, entonces f = 0 y es continuo.
112 4.5. Funcionales lineales acotados en Lp

Si N ̸= X, existe x1 ∈ X : f(x1 ) ̸= 0. Sea x0 = x1 /f(x1 ). Como f(x0 ) = 1 y N es cerrado,


d(x0 , N) = d > 0.
Por otra parte, ∀x ∈ X, x = x − f(x) · x0 + f(x) · x0 , donde x − f(x) · x0 ∈ N. Esto indica que
X = N ⊕ {λx0 : λ ∈ E}. Si escribimos entonces x = n + λx0 , con n ∈ N, λ ∈ E, resulta:

∥x∥ = |λ| · ∥x0 + n/λ∥ ⩾ |λ| · d = |f(λx0 + n)| · d = |f(x)| · d.

HU
Esto implica que |f(x)| ⩽ (1/d) · ∥x∥ y f es acotado.

/E
Corolario 4.5.2. Si f es lineal pero no continuo, ker(f) es denso en X.

Demostración. Si llamamos N = ker(f) y suponemos que N ̸= X, por el teorema anterior, f

PV
es continua.
-U
Nos centraremos a continuación en la caracterización de los funcionales lineales acotados
en Lp . En primer lugar estudiaremos el caso de la medida de Lebesgue en [0, 1].
Z
q p
A

Proposición 4.5.3. Si g ∈ L [0, 1], el funcional F : L [0, 1] → R definido por F(f) = fg es lineal,
RI´

acotado y ∥F∥ = ∥g∥q .

Demostración. Por la desigualdad de Hölder, F es acotado y ∥F∥ ⩽ ∥g∥q . Además dada


EG

f = |g|q/p · sign(g), es evidente que |f|p = |g|q = f · g. Por tanto, f ∈ Lp y ∥f∥p = (∥g∥q )q/p .
Ahora bien, Z Z
AL

F(f) = fg = |g|q = ∥g∥q


q = ∥g∥q · ∥f∥p

(porque q = 1 + q/p), con lo que ∥F∥ ⩾ ∥g∥q .


RO

Observación. Los casos p = 1 y p = ∞ se dejan como ejercicio.


El resultado fundamental de esta sección será el recı́proco de la proposición anterior, cono-
D

cido como el teorema de representación de Riesz. Un resultado previo es el lema siguiente.


PE

Z

Lema 4.5.4. Sea g una función integrable en [0, 1] y supongamos que existe M > 0 tal que fg ⩽
M · ∥f∥p , para toda f medible y acotada. Entonces g ∈ Lq y ∥g∥q ⩽ M.

Demostración. Distinguiremos dos casos:



g(x) si |g(x)| ⩽ n
Caso 1 < p < ∞. Definimos la sucesión de funciones medibles y acotadas gn (x) =
0 si |g(x)| > n
q/p
y llamamos fn = |gn |q/p · sign(gn ). Entonces ∥fn ∥p = y |gn |q = fn · gn = fn · g
∥gn ∥q
de donde Z
q/p
∥gn ∥qq = fn · g ⩽ M∥fn ∥p = M · ∥gn ∥q .
Capı́tulo 4. Espacios Lp 113

R
Como q − q/p = 1, resulta que ∥gn ∥q ⩽ M y |gn |q ⩽ Mq .
Como |gn |q converge a |g|q c.s., tenemos (por el lema de Fatou):
Z Z
|g| ⩽ lı́m |gn |q ⩽ Mq .
q

Ası́, g ∈ Lq y ∥g∥q ⩽ M.

HU
Caso p = 1. Sea E = {x : |g(x)| ⩾ M + ε} y llamamos f = (sign g) · χE . Entonces ∥f∥1 = m(E)
y Z

/E

M · m(E) = M · ∥f∥1 ⩾ fg ⩾ (M + ε) · m(E).

Por tanto, m(E) = 0 y ∥g∥∞ ⩽ M.

PV
Teorema 4.5.5 (representación de Riesz). Sea F un funcional lineal acotado en Lp (1 ⩽ p < ∞).
R
-U
Entonces existe g ∈ Lq tal que F(f) = fg. Además ∥F∥ = ∥g∥q .

La demostración puede consultarse en algún texto especializado de Análisis Funcional.


A
RI´

En espacios vectoriales de dimensión finita es conocido el hecho de que si {e1 , . . . , en } es


una base de X, entonces el espacio X∗ , llamado dual algebraico de X, definido por X∗ = {f :
EG

X → R : f lineal}, tiene dimensión n y el conjunto {f1 , . . . , fn }, donde fi (ek ) = δik , es una


base de X∗ . Un resultado análogo puede demostrarse en dimensión infinita, utilizando el
concepto de base de Schauder1 .
AL

Este hecho es el punto de partida para definir el concepto de espacio dual en espacios
normados arbitrarios.
RO

Definición. Sea X un espacio normado; llamamos espacio dual de X a

X′ = {f : X → R : f es lineal y acotado}.
D

Si dim X < ∞, este concepto coincide con el de dual algebraico.


PE

|f(x)|
Proposición 4.5.6. El espacio X′ con la norma ∥f∥ = supx̸=0 ∥x∥ es de Banach.

Demostración. Debemos ver que toda sucesión de Cauchy en X′ converge en el mismo


espacio.
Consideramos para ello una sucesión {fn }n∈N de Cauchy en X′ , es decir, tal que ∥fn − fm ∥ <
ε, si n, m > N(ε). Entonces

∀x ∈ X, |fn (x) − fm (x)| ⩽ ∥fn − fm ∥ · ∥x∥ < ε∥x∥.


1 Una sucesión {vn }n∈N ⊂ X es base de Schauder si, para todo x ∈ X, existe {αn }n∈N ⊂ C tal que
P
lı́mm→∞ ∥x − m n=1 αn vn ∥ = 0.
114 4.5. Funcionales lineales acotados en Lp

Esto implica que {fn (x)}n∈N es de Cauchy en R, de donde ∃y ∈ R : fn (x) → y, porque R es


completo.
Definimos f : X → R como f(x) = y. Entonces

f es lineal (evidente).

HU
f es acotado: Si n > N,

|fn (x) − f(x)| = |fn (x) − lı́m fm (x)| = lı́m |fn (x) − fm (x)| ⩽ ε · ∥x∥.
m

/E
Entonces fn − f es acotado para n > N. Como fn también es acotado, f = fn − (fn − f)
es acotado.

PV
fn → f : Como |fn (x) − f(x)| ⩽ ε · ∥x∥, entonces ∥fn − f∥ ⩽ ε.-U
Es a menudo conveniente estudiar el espacio dual de un espacio normado para obtener
A

propiedades del mismo espacio, por lo que estudiaremos su estructura en algunos ejemplos
RI´

clásicos.
Ejemplos.
EG

1) El dual de Rn con la norma euclı́dea es Rn (en realidad es un espacio isométrico a Rn ).


Como dim Rn = n, todo f lineal es acotado.
AL

P Pn
Si x = ni=1 αi ei , f(x) = i=1 αi f(ei ). Por la desigualdad de Cauchy-Schwarz,
!1/2 !1/2 !1/2
X
n X
n X
n X
n
RO

|f(x)| ⩽ |αi f(ei )| ⩽ |αi |2 |f(ei )|2 = ∥x∥ · |f(ei )|2 ,


i=1 i=1 i=1 i=1

Pn 2 1/2 .
D

i=1 |f(ei )|

de donde ∥f∥ ⩽
Pn 2 1/2
PE

i=1 |f(ei )|

Tomando en particular x = (f(e1 ), . . . , f(en )), se obtiene la igualdad. Ası́, ∥f∥ =
coincide con la norma euclı́dea y la aplicación definida por f 7→ (f(e1 ), . . . , f(en )) es un
isomorfismo isométrico de (Rn )′ en Rn .

2) El dual de ℓ1 es ℓ∞ .
P∞ ∞
∀x ∈ ℓ1 , podemos escribir x = k=1 αk ek , donde ek = (δkj )j=1 forma una base de
P
Schauder de ℓ1 , porque x − n (n)
k=1 αk ek = (0, . . . , 0, αn+1 , . . . ) y

X X
n


x − αk ek = αk ek → 0


k=1 k=n+1

por ser el resto de una serie convergente.


Capı́tulo 4. Espacios Lp 115

P
Definimos la aplicación T f = (f(ek ))k∈N , ∀f ∈ (ℓ1 )′ . Como f(x) = αk f(ek ), entonces
k∈N
|f(ek )| ⩽ ∥f∥ · ∥ek ∥ = ∥f∥, pues ∥ek ∥ = 1. En consecuencia, supk |f(ek )| ⩽ ∥f∥ de donde
(f(ek ))k∈N ∈ ℓ∞ .
P
⋆ T es sobre: ∀b = (βk )k∈N ∈ ℓ∞ , definimos g : ℓ1 → E como g(x) = k∈N αk βk si
x = (αk )k∈N ∈ ℓ1 .

HU
El funcional g es lineal y acotado, pues
X X
|g(x)| ⩽ |αk βk | ⩽ sup |βk | · |αk | = ∥x∥1 · sup |βk | =⇒ g ∈ (ℓ1 )′ .

/E
k∈N k k∈N k

P
Además, como g(ek ) = = βk , T g = (g(ek ))k∈N = (βk )k∈N = b.
j∈N δkj βj

PV
P
⋆ T es inyectiva: Si T f1 = T f2 , entonces f1 (ek ) = f2 (ek ), ∀k. Como f1 (x) = k∈N xk f1 (ek )
P
y f2 (x) = k∈N xk f2 (ek ), entonces f1 = f2 .
-U
⋆ T es isometrı́a:
Por una parte, ∥T f∥∞ = supk |f(ek )| ⩽ ∥f∥ y de
X X
A

|f(x)| = | αk f(ek )| ⩽ sup |f(ek )| · |αk | = ∥x∥ · sup |f(ek )|


RI´

k∈N k k∈N k

(para probar la desigualdad se toman sumas parciales y, debido a la convergencia de


EG

la serie, calcular el lı́mite), tenemos que ∥f∥ ⩽ supk |f(ek )| = ∥T f∥.

Ası́ los espacios (ℓ1 )′ y ℓ∞ son isométricos.


AL

3) El dual de ℓp es ℓq si 1
p + 1
q = 1, (1 < p < ∞).
Una base de Schauder de ℓp es ek = (δkj )∞ j=1 .
RO

P p ′
P
∀x ∈ ℓp , x = k∈N αk ek . Si f ∈ (ℓ ) , f(x) = k∈N αk f(ek ). Definimos como antes
T f = (f(ek ))k∈N .
D

Para probar que la imagen


 de T está en ℓq , definimos para cada n, la sucesión x(n) =
PE

 |f(ek )|q si k ⩽ n y f(e ) ̸= 0,


(n) ∞ (n) f(ek ) k
(ξk )k=1 con ξk =
0 si k > n ó f(ek ) = 0.
P (n) P
Entonces f(x(n) ) = k∈N ξk f(ek ) = n k=1 |f(ek )| .
q

Como además,
!1/p
X
n
(n)
f(x(n) ) ⩽ ∥f∥ · ∥x(n) ∥p = ∥f∥ |ξk |p
k=1
!1/p !1/p
X
n X
n
= ∥f∥ |f(ek )|pq−p = ∥f∥ |f(ek )|q ,
k=1 k=1
116 4.5. Funcionales lineales acotados en Lp

1− p1
P P
 n
 n
1/q
resulta que |f(ek )|q = |f(ek )|q ⩽ ∥f∥.
k=1 k=1

P
 ∞
1/q
Haciendo n → ∞, |f(ek )|q ⩽ ∥f∥ de donde (f(ek ))k∈N ∈ ℓq .
k=1
T es sobre: Dado b = (βk )k∈N ∈ ℓq , podemos asociarle un funcional lineal y acotado g
P
en ℓp , mediante g(x) = ∞

HU
p
k=1 αk βk con x = (αk )k∈N ∈ ℓ (la acotación se deduce de la
desigualdad de Hölder). Entonces g ∈ (ℓp )′ .
Se ve fácilmente que T es también inyectiva.

/E
Por último veamos que la norma de f es la norma en ℓq de T f:

PV
!1/p !1/q
X X X


|f(x)| = αk f(ek ) ⩽ |αk |p |f(ek )|q


k∈N k∈N k∈N
-U
!1/q
X
= ∥x∥ |f(ek )|q .
k∈N
A

P q 1/q .
k∈N |f(ek )|

Tomando el supremo sobre los x de norma 1, sale que ∥f∥ ⩽
RI´

P q 1/q ,
k∈N |f(ek )|

Como la otra desigualdad también es cierta, se deduce la igualdad ∥f∥ =
EG

con lo que se establece el isomorfismo f 7→ (f(ek ))k∈N deseado.

4) El dual de c0 = {a = (an )n∈N : an ∈ C, an → 0} es ℓ1 .


e = P fn xn , ∀x ∈ c0 .
AL

Definimos F : ℓ1 → (c0 )′ por Ff = f,


e donde f(x)
n⩾1

• Eligiendo x = (x1 , . . . , xN , 0, . . . ),
RO

X
N X
N
|f(x)|
e ⩽ |fn xn | ⩽ máx |xn | · |fn |.
D

n=1 n=1
PE

Haciendo N → ∞, |f(x)|
e ⩽ ∥x∥∞ · ∥f∥1 =⇒ ∥f∥
e ⩽ ∥f∥1 =⇒ ∥F∥ ⩽ 1.

• F es isometrı́a: Dado fe ∈ (c0 )′ , llamamos fn = f(e e n ).


P N iφn · |f |, definimos
Ası́, si x = (x1 . . . , xN , 0, . . . ), f(x)
e
= n=1 fn xn . Como fn = e n
e−iφn si 0 < n ⩽ N
(N) (N)
g(N) = (gn )n∈N , donde gn = Entonces:
0 si n > N.

X
N
|f(g
e (N) )| = |fn | ⩽ ∥f∥ e < ∞.
e · ∥g(N) ∥∞ = ∥f∥
n=1

Esto implica que f = (fn )n∈N ∈ ℓ1 y ∥f∥1 ⩽ ∥f∥


e =⇒ ∥F∥ = 1.
Capı́tulo 4. Espacios Lp 117

P
• F es sobre: Dado fe ∈ (c0 )′ , ∀x ∈ c0 , escribimos x = n∈N xn en con lo que f(x) e =
P P
n∈N |f(en )| < ∞. Para ello
1
n∈N xn f(en ). Basta probar que (f(en ))n∈N ∈ ℓ , es decir
e e e
P N f(e )
tomamos: x(N) = n=1 e n · en ∈ c0 , de donde
e
|f(en )|

X
N X
N e
f(en ) e
|f(e
e n )| = e (N) ) ⩽ ∥f∥.
· f(en ) = f(x e
|f(e

HU
e n )|
n=1 n=1

P∞
Si hacemos N → ∞, n=1 |f(en )|
e < ∞.

/E
Observaciones. 1) Otros ejemplos se pueden obtener debido al hecho de que si X0 es sub-
espacio denso de X e Y es completo, entonces X′0 = X′ .

PV
2) Los resultados anteriores prueban también que los espacios ℓp (p ⩾ 1) son completos.
Basta observar que ℓp es isomorfo a (ℓq )′ y, por la proposición 4.5.6, el dual de un espacio
-U
normado es completo.
3) El teorema 4.5.5 de representación de Riesz demuestra que el dual de Lp (con 1 < p < ∞)
es isométricamente isomorfo a Lq (si 1/p + 1/q = 1). Una demostración similar prueba que
A

∼ L∞ . Sin embargo, no es cierto que (L∞ )′ sea equivalente a L1 .


(L1 )′ =
RI´
EG

4.6. Ejercicios

Ejercicio 4.1. Sean p, q ⩾ 1.


AL

a) Si p ⩽ q, probar que ℓp ⊂ ℓq .
RO

b) Si p < q, probar que ℓp ̸= ℓq y que (ℓp , ∥ · ∥q ) es denso en (ℓq , ∥ · ∥q ).

Ejercicio 4.2. Supongamos


Z que Z = 1 ysean f y g funciones medibles no negativas, con
 µ(X)
D

f · g ⩾ 1. Probar que f dµ · g dµ ⩾ 1.
X X
PE

Ejercicio 4.3. Demostrar que, si 0 < r < p < s < ∞, entonces Lr ∩ Ls ⊂ Lp ⊂ Lr + Ls .

Ejercicio 4.4. Supongamos que 0 < r < s < ∞ y f ∈ Lr ∩ Ls . Probar:

a) f ∈ Lp para todo p ∈ [r, s].


R
b) La función ϕ(p) = ln |f|p es convexa en [r, s].

c) ∥f∥p ⩽ máx{∥f∥r , ∥f∥s }.

Ejercicio 4.5. Si f es una función medible en [0, 1], probar que la función g(p) = ∥f∥p es
creciente en [1, ∞).
118 4.6. Ejercicios

R R R
Ejercicio 4.6. Si f es una función medible y no negativa en [0, 1], con f2 = f3 = f4 < ∞,
probar que f = f2 c.s.

Ejercicio 4.7. Demostrar que, si f, g ∈ Lp , con 0 < p < 1, entonces


1
∥f + g∥p ⩽ 2 p −1 (∥f∥p + ∥g∥p ).

HU
Ejercicio 4.8. Demostrar que, si µ(Ω) < ∞ y 0 < r < s < ∞, entonces Ls ⊂ Lr y que para
f ∈ Ls ,
1 1
∥f∥r ⩽ ∥f∥s · µ(Ω) r − s .

/E
Ejercicio 4.9. Comprobar si es cierta alguna de las siguientes proposiciones:

PV
a) Si f ∈ Lp [0, 1], ∀p ∈ (1, ∞), entonces f ∈ L∞ [0, 1].

b) Si 1 ⩽ p < q < ∞, entonces Lq [1, ∞) ⊂ Lp [1, ∞).


-U
c) Si fn ∈ L1 (0, 1) ∩ L2 (0, 1), entonces ∥fn ∥1 → 0 ⇐⇒ ∥fn ∥2 → 0.
Z1
A

Ejercicio 4.10. Si {fn } es una sucesión de funciones medibles en [0, 1] y lı́m |fn (x)|3 dx =
n→∞
RI´

Z1 0
fn (x)
0, probar que lı́m √ dx = 0.
n→∞ 0 x
EG

Z π/2
√ π
Ejercicio 4.11. Probar que x · sen x dx < √ .
0 2 2
AL

Z∞ 3√

1+x 3
Ejercicio 4.12. Probar que 2
dx ⩽ 6.
1 x
RO

1
Ejercicio 4.13. Si f(x) = p
6
, probar que f ∈ Lp (0, 1), 1 ⩽ p < 6, pero f ̸∈ L6 (0, 1).
x(1 − x)
1
D

Ejercicio 4.14. Si f(x) = √ 3


, comprobar si f ∈ L3 (R) y f ∈ L1 (R).
1+x 2
PE


Ejercicio 4.15. Si f ∈ Lp (0, 1), con 2 < p, probar que f/ x ∈ L1 (0, 1).
1
Ejercicio 4.16. Si g(x) = , probar que g ∈ Lp (R), 1 ⩽ p ⩽ ∞.
1 + x2
Ejercicio 4.17. Si f ∈ L5 (R) y g ∈ L5/4 (R), probar que f · g ∈ L1 (R).

Ejercicio 4.18. Si f ∈ Lp (1 ⩽ p < ∞), g ∈ L∞ , probar que f · g ∈ Lp .

Ejercicio 4.19. Resolver la siguiente ecuación en L3 (0, 1):


Z1 !3 Z1
4
xg(x) dx = g3 (x) dx.
0 25 0
Capı́tulo 4. Espacios Lp 119

P
Ejercicio 4.20. Sea ϕ : ℓ2 → R el funcional definido por ϕ(x) = n∈N xn /2
n−1 .

a) Probar que ϕ ∈ (ℓ2 )′ .

b) Encontrar un elemento y ∈ ℓ2 tal que ϕ(x) = ⟨x, y⟩ para todo x ∈ ℓ2 .

c) Calcular ∥ϕ∥.

HU
/E
PV
-U
A
RI´
EG
AL
D RO
PE
PE
D RO
AL
EG
RI´
A
-U
PV
/E
HU
Apéndice I:

HU
La teorı́a de la medida en sus

/E
personajes
PV
-U
A

Cronologı́a
RI´

1872 ... Construcción de Weierstrass de una función diferenciable en ningún punto.


EG

1881 ... Definición de Jordan de las funciones de variación acotada.

1883 ... Definición de Cantor de medida de un conjunto acotado de Rn .


AL

1890 ... Construcción de Peano de la curva que llena el espacio.


RO

1898 ... Definición de los conjuntos medibles Borel.

1902 ... Presentación de la teorı́a de la medida e integración de Lebesgue.


D

1905 ... Construcción de Vitali de conjuntos no medibles.


PE

Georg Riemann (1826–1866)

Nació el 17 de septiembre de 1826, en Breselenz, Hannover (aho-


ra Alemania) y falleció el 20 de julio de 1866, en Selasca, Italia.
Ingresó en el liceo de Hannover, donde estudió hebreo y trató
de probar la certeza del libro del Génesis por medio de razona-
mientos matemáticos.
En 1846 ingresó en la Universidad de Göttingen, que abandonó
un año después para trasladarse a la de Berlı́n y estudiar bajo la
tutela de insignes matemáticos, como Steiner, Jacobi y Dirichlet.

121
122 La teorı́a de la medida en sus personajes

En Göttingen asistió a las clases que Dirichlet impartı́a sobre teorı́a de números, teorı́a de
la integral definida y ecuaciones en derivadas parciales. Dirichlet rápidamente desarrolló
un especial interés por el joven Riemann, quien a su vez consideraba a Dirichlet como el
mejor matemático vivo después de Gauss. Su carrera se interrumpió por la revolución de
1848, durante la cual sirvió al rey de Prusia.
Dos años después, Riemann volvió a Göttingen y en 1851 presentó su tesis doctoral “Grund-

HU
lagen für eine allgemeine Theorie der Functionen einer veränderlichen complexen Grösse” (Funda-
mentos para una teorı́a general de funciones de variables complejas), la cual fue muy
elogiada por Gauss. El punto de partida es una definición bastante diferente del término

/E
de función cuando la variable considerada es real o compleja, lo cual fue imprescindible
para el posterior desarrollo de su integral. Tres años más tarde, en su “Habilitationsschrigt”,

PV
decidió retomar el estudio de la representación de funciones mediante series trigonométri-
cas. La pregunta inicial de su investigación fue: ¿en qué casos es una función integrable?
-U
Fue entonces cuando creó la integral que hoy conocemos.
En su corta vida contribuyó a muchı́simas ramas de las matemáticas: integrales de Rie-
mann, aproximación de Riemann, método de Riemann para series trigonométricas, matri-
A

ces de Riemann de la teorı́a de funciones abelianas, funciones zeta de Riemann, hipótesis de


RI´

Riemann, teorema de Riemann-Roch, lema de Riemann-Lebesgue, integrales de Riemann-


Liouville de orden fraccional, etc., aunque tal vez su más conocida aportación fue la de la
EG

geometrı́a no euclidiana, basada en una axiomática distinta de la propuesta por Euclides, y


expuesta detalladamente en su célebre memoria “Sobre las hipótesis que sirven de fundamen-
to a la geometrı́a”. Esta geometrı́a se sigue si se considera la superficie de una esfera y se
AL

restringen las figuras a esa superficie.


Medio siglo más tarde, Einstein demostró, en virtud de su modelo de espacio-tiempo re-
lativista, que la geometrı́a de Riemann ofrece una representación más exacta del universo
RO

que la de Euclides.
Murió de tuberculosis antes de cumplir los cuarenta años.
D
PE

Camille Jordan (1838–1922)

Nació en Lyon en 1838 y murió en Parı́s en 1922.


Fue un matemático conocido tanto por su trabajo sobre la teorı́a
de grupos como por su influyente texto “Cours d≪analyse”. Jor-
dan estudió en la Escuela Politécnica (promoción 1855).
Fue ingeniero de minas y más tarde ejerció como examinador
en la misma escuela. En 1876 entró como profesor en el Colegio
de Francia, sustituyendo a Joseph Liouville.
Su nombre se asocia a un determinado número de resultados fundamentales, como son:
Apéndice I 123

El teorema de la curva de Jordan: un resultado topológico recogido en análisis com-


plejo.

La forma normal de Jordan en álgebra lineal.

El teorema de Jordan-Hölder, que es el resultado básico de unas series de composi-


ciones.

HU
El trabajo de Jordan incidió de manera sustancial en la introducción de la teorı́a de Galois
en la corriente del pensamiento mayoritario. Investigó también los grupos de Mathieu, los

/E
primeros ejemplos de grupos esporádicos. Su “Traité des substitutions” sobre las permuta-
ciones de grupos fue publicado en 1870.

PV
El 4 de abril de 1881 fue elegido miembro de la Academia de la Ciencia.
De 1885 a 1921 dirige la revista “Journal de mathématiques pures et apliqués”, fundada por
-U
Liouville.

Georg Cantor (1845–1918)


A
RI´

Nació el 3 de marzo de 1845 en San Petersburgo y murió el 6


EG

de enero de 1918 en Halle (Alemania).


Georg heredó los considerables talentos musicales y artı́sticos
de sus padres ya que fue un destacado violinista. Fue educado
AL

en el Protestantismo, religión de su padre, mientras su madre


era Católica.
El joven Cantor permaneció en Rusia junto a su familia durante
RO

once años, hasta que la delicada salud de su padre les obligó a


trasladarse a Alemania.
D

Después de asistir a la Escuela de Ingenierı́a de Darmstadt a partir de 1860, ingresó al


Politécnico de Zurich en 1862. Tras la muerte de su padre, un año después, se trasladó
PE

a la Universidad de Berlı́n, donde estudió matemáticas, fı́sica y filosofı́a. Allı́ fue alumno
de Weierstrass, Kummer y Kronecker y compañero de estudios de Hermann Schwarz. Se
doctoró en 1867 con la disertación “De aequationibus secundi gradus indeterminatis” (Sobre las
ecuaciones indeterminadas de segundo grado) y empezó a trabajar como profesor adjunto
en la Universidad de Halle.
Cantor probó la unicidad de la representación de una función como una serie trigonométri-
ca en 1870. Cantor publicó un artı́culo sobre series trigonométricas en 1872, en el que
definió a los números irracionales en términos de sucesiones convergentes de números
racionales.
En 1873 Cantor probó que los números racionales son numerables, es decir, que pueden
124 La teorı́a de la medida en sus personajes

colocarse en correspondencia uno-a-uno con los números naturales. También mostró que
los números algebraicos, es decir, los números que son raı́ces de ecuaciones polinomiales
con coeficientes enteros, son numerables.
Entre 1874 y 1897, demostró que el conjunto de los números enteros tenı́a el mismo núme-
ro de elementos que el conjunto de los números pares, y que el número de puntos en
un segmento es igual al número de puntos de una lı́nea infinita, de un plano y de cual-

HU
quier espacio. Consideró los conjuntos infinitos como entidades completas con un número
de elementos infinitos completos. Llamó a estos números infinitos completos ?números
transfinitos? y articuló una aritmética transfinita completa. Por este trabajo fue ascendido a

/E
profesor en 1879. Sin embargo, el concepto de infinito en matemáticas habı́a sido tabú hasta
entonces, y por ello se granjeó algunos enemigos, especialmente Leopold Kronecker, que

PV
hizo lo imposible por arruinar su carrera. Estancado en una institución docente de tercera
clase, privado del reconocimiento por su trabajo y constantemente atacado por Kronecker,
-U
sufrió su primera crisis nerviosa en 1884. Sus teorı́as sólo fueron reconocidas a principios
del siglo XX, y en 1904 fue galardonado con una medalla de la Sociedad Real de Londres
y admitido tanto en la Sociedad Matemática de Londres como en la Sociedad de Ciencias
A

de Gotinga.
RI´

En la actualidad se le considera como el padre de la teorı́a de conjuntos, punto de partida


de excepcional importancia en el desarrollo de la matemática moderna. Murió en una
EG

institución mental, en la que estuvo ingresado desde 1917.


AL

Émile Borel (1871–1956)

Nació el 7 de enero de 1871 en Saint-Affrique (Provenza) y mu-


RO

rió el 3 de febrero de 1956 en Parı́s.


Su carrera de estudiante fue brillante. Se graduó en 1892 y su
D

tesis, Sur quelques points de la théorie de fonctions, fue publicada


en los Annales de l’École Normale en 1895. Fue profesor de la
PE

Universidad de Lille, pasando de ésta a Parı́s en cuya Facultad


de Ciencias fue profesor de Cálculo de probabilidades.
Fue director de la Escuela Normal (1911) y del Instituto Henri Poincaré (1927), y perte-
neció a la Academia de Ciencias. Como polı́tico, llegó a desempeñar la cartera de Marina
con Painlevé (1925). Su ideologı́a polı́tica radical-socialista le habı́a llevado en 1924 a su
nominación de diputado. En 1934 era presidente de la Academia de Ciencias y en 1941 fue
arrestado por las autoridades alemanas de ocupación.
Realizó notables trabajos sobre Teorı́a de funciones y Probabilidades, con tı́tulos como Le
hasard, Principes et méthodes de la théorie des fonctions, Léspace et le temps, etc.
Se le puede considerar creador de la primera teorı́a de la medida de conjuntos de puntos.
Apéndice I 125

Comparte con Baire, Poincaré y Lebesgue el inicio de una nueva era en el estudio de las
funciones de variable real.
En su libro Leçons sur la théorie des fonctions (1898) da la primera definición útil de medida de
un conjunto. Cantor probó que todo abierto de la recta real es unión de intervalos abiertos
disjuntos. Apoyándose en este resultado, define la medida de un abierto acotado como la
suma de las longitudes de sus componentes (los intervalos abiertos disjuntos cuya unión

HU
es el abierto dado). Además, caracteriza los conjuntos que se pueden obtener a partir de
abiertos por medio de las operaciones unión numerable y diferencia, comprobando que
para ellos se puede definir una medida completamente aditiva (es decir, dado un conjunto

/E
de conjuntos de este tipo, disjuntos dos a dos, su medida es la suma de las medidas de
sus componentes). Estos conjuntos reciben hoy dı́a el nombre de borelianos en honor a

PV
su creador y han servido de base para la medida exterior definida por Lebesgue para la
construcción de la integral que lleva su nombre.
-U
Otros temas de trabajo de Borel, en los que ha obtenido también brillantes resultados, son
las funciones enteras, las funciones meromorfas y las series divergentes.
En 1913, Émile Borel enunciaba este teorema:
A
RI´

Dada la propia naturaleza del infinito, un mono tecleando al azar ante una máquina
de escribir terminará casi seguramente escribiendo cualquier libro que se halle en la
EG

Biblioteca Nacional Francesa.


AL

Constantin Carathéodory (1873–1950)

Nació el 13 de Septiembre de 1873 en Berlı́n y falleció el 2 de


Febrero de 1950 en Munich.
RO

Constantin Carathéodory ingresó en la Universidad de Berlı́n


en mayo de 1900, donde Frobenius y Schwarz eran profesores.
D

Asistió a las conferencias de Frobenius, pero sacó más prove-


cho de una serie de coloquios a los que acudı́a dos veces al mes
PE

y que corrı́an a cargo de Schwarz, quien ofrecı́a discursos so-


bre sus trabajos completos. Llegó a ser amigo ı́ntimo de Féjer
durante su estancia en Berlı́n.
Carathéodory recibió su Doctorado en Filosofı́a en 1904 por la Universidad de Göttingen,
donde trabajó bajo la supervisión de Hermann Minkowski. Después de las conferencias que
realizó en Hannover, Breslau, Göttingen y Berlı́n, a petición del gobierno griego, accedió a
un puesto en la Universidad de Smyrna (ahora Izmir, en Turquı́a).
En 1922 los turcos respondieron a la invasión de los griegos atacando Smyrna. En esta
acción, Carathéodory fue capaz de salvar la biblioteca de la Universidad, trasladándola a
Atenas. A partir de entonces, impartió docencia en la Universidad y en la Escuela Técnica
126 La teorı́a de la medida en sus personajes

de la capital griega hasta 1924, cuando se trasladó a Munich, lugar de residencia el resto
de su carrera académica.
Carathéodory hizo importantes contribuciones al cálculo de variaciones, la teorı́a de la
medida del punto fijo y la teorı́a de funciones de variable real. Agregó significativos resul-
tados a la relación entre las ecuaciones diferenciales parciales de primer orden y el cálculo
de variaciones.

HU
Contribuyó en trascendentes resultados en la teorı́a de funciones de varias variables. Exa-
minó las representaciones conformes (que preservan los ángulos) de regiones simplemente

/E
conexas y desarrolló la teorı́a de la correspondencia de la frontera. Escribió muchos libros
excelentes, incluyendo “Funktionentheorie”, un trabajo de dos volúmenes publicado en
1950.

PV
Aportó contribuciones en termodinámica, teorı́a espacial de la relatividad y óptica geométri-
ca.
-U
Henri Lebesgue (1875–1941)
A

Nació en Beauvais el 28 de Junio de 1875 y murió en Parı́s el 26


RI´

de julio de 1941. Estudió en la École Normale Supérieure de Parı́s


entre 1894 y 1897. En el periodo 1899-1902 impartió clases en el
EG

Lycée Centrale de Nancy.


Inspirado en el trabajo de otros matemáticos, como Émile Borel
AL

y Camille Jordan, Lebesgue formuló la teorı́a de la medida en


1901. Al año siguiente definió la integral de Lebesgue, la cual
generaliza la noción de la integral de Riemann al extender el
RO

concepto de área bajo una curva para incluir funciones discon-


tinuas.
Este es uno de los logros del análisis moderno que tiene aplicaciones a diversas ramas de la
D

matemática, como por ejemplo el análisis de Fourier. Lebesgue dio a conocer este desarrollo
PE

en su tesis doctoral titulada Intégrale, longueur, aire presentada en la Universidad de Nancy


en 1902, y publicada en los Annali di Matematica de ese mismo año. En el primer capı́tulo
desarrolla la teorı́a de la medida de una forma más general que la de Borel, asignando a
cada subconjunto una medida interior y una medida exterior. En el segundo capı́tulo define
la integral, primero geométricamente, para una función positiva f(x), como la medida en
el plano del conjunto de puntos (x, y) tales que 0 ⩽ y ⩽ f(x), moviéndose x en el rango
de integración; después la define analı́ticamente, subdividiendo el rango de variación de
f(x) en lugar del de x, como se hace en la integral de Riemann. Demuestra las propiedades
fundamentales de la integral, salvo la derivación de la misma, que probó posteriormente en
un artı́culo publicado en la revista Comptes Rendus. Los siguientes capı́tulos tratan sobre
la longitud y área de superficies, estando dedicado el último al problema de Plateau, de
Apéndice I 127

encontrar una superficie de área mı́nima y contorno dado.


Después de ser profesor en las facultades de Rennes y Poitiers, entró en la Facultad de
Ciencias de Parı́s en 1910. A partir de 1921 fue profesor en el Colegio de Francia. Fue ele-
gido miembro de la Royal Society de Londres el 3 de mayo de 1934. Era miembro también
(desde 1922) de la Academia de Ciencias de Parı́s, en la sección de Geometrı́a. Además
de aproximadamente 50 artı́culos, escribió varios libros entre los que destacan: Leçons sur

HU
l’intégration et la recherché des fonctions primitives (1904) y Leçons sur les séries trigonométriques
(1906).

/E
A su vez, contribuyó en otras áreas de matemáticas como topologı́a, teorı́a del potencial y
análisis de Fourier. En 1905 presentó una discusión sobre las condiciones que Lipschitz y
Jordan habı́an utilizado para asegurar que f(x) es la suma de su serie de Fourier. En Parı́s

PV
no se concentró en el área de estudio que él mismo habı́a iniciado, ya que su trabajo era
una generalización, mientras que Lebesgue era temeroso de las mismas. En sus palabras
-U
“reducida a teorı́as generales, las matemáticas serı́an una forma hermosa sin contenido. Morirı́an
rápidamente.” A pesar de que desarrollos posteriores demostraron que su temor no tenı́a
fundamentos, éste nos permite entender el curso que siguió su trabajo.
A
RI´

Guido Fubini (1879–1943)


EG

Guido Fubini nació en Venecia en 1879. Su padre fue maestro


de matemáticas en la Escuela de Venecia, lo que influyó en su
gusto por las matemáticas.
AL

En 1900 realizó su doctorado en Pisa sobre “paralelismo de Clif-


ford en espacios elı́pticos”. Un año más tarde se convirtió en
profesor en la Universidad de Catania.
RO

En 1939 se vio obligado a abandonar Italia yéndose a EEUU,


por la persecución sufrida durante el Régimen de Mussolini.
D

Impartió clases en la Universidad de Princeton.


En 1943 falleció en Nueva York a causa de problemas cardı́acos. Es célebre por el famo-
PE

so teorema de Fubini sobre el cambio en el orden de integración de funciones de varias


variables. También realizó importantes contribuciones en los campos de geometrı́a diferen-
cial, ecuaciones diferenciales, funciones analı́ticas y funciones de varias variables comple-
jas, además de trabajos de precisión en artillerı́a, acústica y electricidad. Algunos de sus
discı́pulos lo calificaron como un hombre muy culto, honesto, amable y con un inigualable
talento pedagógico.
PE
D RO
AL
EG
RI´
A
-U
PV
/E
HU
Apéndice II:

U
Soluciones de algunos ejercicios

/E H
PV
-U
Capı́tulo 1
R2π
RI´A

Ejercicio 1.1. Encontrar el error en el siguiente cálculo de la integral 0 5+31cos x dx.


Buscamos primero una primitiva mediante el cambio de variable t = tg(x/2). Resulta entonces que
2
cos x = 1−t
1+t2
2
y dx = 1+t 2 dt de modo que
EG

Z Z  
1 1 1 1 1
dx = 2
dt = arc tg(t/2) = arc tg tg(x/2) .
5 + 3 cos x 4+t 2 2 2
AL

Por último, la integral definida vale


Z 2π
O

 
1 1 1 2π
dx = arc tg tg(x/2) = 0.
0 5 + 3 cos x 2 2 0
DR

Solución. El cambio de variable no corresponde a una función invertible.


PE

Ejercicio 1.2. Dada la función f(x) = 1 + 1


2n si x ∈ (1/2n+1 , 1/2n ], n ∈ N ∪ {0}, estudiar si f es
continua, derivable y/o integrable en [0, 1].

Solución. La función es constante en cada intervalo (1/2n+1 , 1/2n ] y tiene discontinuidades


finitas en los puntos xn = 1/2n , para todo n ∈ N. Por tanto, es continua y derivable en
cada intervalo abierto (1/2n+1 , 1/2n ), n ⩾ 0.
Además,
Z1 X  X 1 X 1
1 1 5
f= 1 + n · n+1 = n+1
+ 2n+1
= .
0 2 2 2 2 3
n⩾0 n⩾0 n⩾0

129
130 Soluciones de algunos ejercicios

Ejercicio 1.3. Demostrar que la función de Thomae (1875) dada por




 si x ∈ R \ Q,
0
f(x) = 1/q si x = p/q (fracción irreducible),



1 si x = 0.

es continua en R \ Q e integrable Riemann en [0, 1] pero no es derivable en ningún punto.

U
Solución. Es fácil probar que f es discontinua en Q pues, dado r = p/q, para cualquier

/E H
entero positivo k, xk = r + k√1
2
es irracional, |xk − r| = k√
1
2
y f(xk ) = 0.
1 1
Dado ε = 2q , para cualquier δ > 0 se puede elegir un valor de k para el cual xk = r + √
k 2

PV
verifica |xk − r| < δ pero |f(xk ) − f(r)| = 1/q > 1/2q = ε.
Veamos que es continua en R \ Q. Dado r ∈ R \ Q, para cada m ∈ Z+ , r está en el único
intervalo del tipo (k/m, (k + 1)/m) y llamamos dk = mı́n{|r − k/m|, |r − (k + 1)/m|}. Si
-U
definimos δm = mı́n{d1 , . . . , dm }, es evidente que δm < 1/m.
Dado cualquier ε > 0, elegimos m tal que 1/m < ε y δ = δm .
RI´A

Ası́ pues, si x ∈ Q y |x − r| < δ, entonces x = p/q con mcd(p, q) = 1 y q > m. Entonces


0 < f(x) = 1/q < 1/m < ε.
Ahora bien, si x ∈ R \ Q y |x − r| < δ, entonces |f(x) − f(r)| = 0 < ε.
EG

Solución alternativa: basta probar que, si a ∈ (0, 1), entonces lı́mx→a f(x) = 0. ¿Por qué?
Para ello, dado ε > 0, elegimos n0 ∈ N para que ε > 1/n0 . Como sólo hay una cantidad
AL

finita de números racionales con denominador menor o igual que n0 , existe δ > 0 tal que
(a − δ, a + δ) ∩ (0, 1) no contiene ninguna de estas fracciones, excepto quizás el propio a.
Ası́ pues, si x ∈ Q y 0 < |x − a| < δ, entonces f(x) = 1/q < 1/n0 < ε.
O

El estudio de la integrabilidad está desarrollado en el ejemplo 2.2.


DR

Con respecto a la derivabilidad, es evidente que f no es derivable en Q. Para ver que


tampoco lo es en R \ Q, sea r ∈ R \ Q. Dado cualquier n ∈ N, existe kn ∈ Z tal que
PE

|f(kn /n) − f(r)|


|kn /n − r| ⩽ 1/n. Como f(kn /n) ⩾ 1/n y f(r) = 0, entonces ⩾ 1, con lo
|kn /n − r|
que, caso de existir, debe ser f′ (r) ̸= 0.
Análogamente, mediante aproximaciones irracionales de r se obtiene que, caso de existir,
debe ser f′ (r) = 0. En conclusión, f no es derivable en r.


e−1/x si x > 0,
Ejercicio 1.4. Se considera la función f(x) =
0 si x ⩽ 0.

a) Probar que, si x > 0, f(n) (x) = pn (x)f(x)


x2n
, donde pn es un polinomio de grado n − 1 que verifica
p1 (x) = 1, pn+1 (x) = x2 · p′n (x) − (2nx − 1) · pn (x), n ∈ N.
Apéndice II 131

b) Probar que la serie de Taylor asociada a f en el origen es absolutamente convergente en R.

c) Concluir que f no es analı́tica.

Solución. a) Probaremos este resultado por inducción. Para n = 1,

1 −1/x p1 (x)f(x)
f′ (x) =

HU
e = .
x2 x2
pn (x)f(x)
Si suponemos ahora que f(n) (x) = x2n
para cierto valor de n, tenemos que

/E
x2n (p′n (x)f(x) + pn (x)f′ (x)) − 2nx2n−1 pn (x)f(x)
f(n+1) (x) =
x4n

PV
(x2 p′n (x) + x2 pn (x) · 1/x2 − 2nxpn (x))f(x)
= ,
x2n+2 -U
que es la identidad buscada.
b) Se puede comprobar que f(n) (0) = 0 para todo n ∈ N. Por ejemplo,

f(x) 1/x −1/x2


A

f′ (0) = lı́m = lı́m 1/x = lı́m = 0.


x→0 x x→0 e x→0 (−1/x2 )e1/x
RI´

Esto significa que la serie de Taylor es idénticamente nula, por lo que es absolutamente
EG

convergente en R.
c) En consecuencia, f no es analı́tica porque no coincide con su serie de Taylor.
AL

P∞ cos(an πx)
Ejercicio 1.5. Probar que la función f(x) = n=0 2n , donde a es un entero impar con
a > 2 + 3π, es continua pero no derivable.
RO

Solución. Por el criterio de Weierstrass, la serie converge uniformemente y su lı́mite es una


función continua.
D

Como
PE

∞ ∞
f(x + h) − f(x) X 1 cos(an π(x + h)) − cos(an πx) X X
m−1
= · = + = Sm (h) + Rm (h).
h 2n h n=m
n=0 n=0

Por el teorema del valor medio,

| cos(an π(x + h)) − cos(an πx)| ⩽ an π|h|,

de modo que, si |h| < 1,

X
m−1
an π (a/2)m − 1 π(a/2)m
|Sm (h)| ⩽ = π < .
2n a/2 − 1 a/2 − 1
n=0
132 Soluciones de algunos ejercicios

Por otra parte, escribimos am x = αm + βm , con αm ∈ Z, −1/2 < βm < 1/2 y hacemos
h = 1−β m 3
am . De este modo, 0 < h < 2am .
Si n ⩾ m:
an π(x + h) = an−m am π(x + h) = an−m π(αm + 1),

con lo que, al ser a impar,

HU
cos(an πx) = cos(an−m π(αm + βm ))
= cos(an−m παm ) · cos(an−m πβm ) = (−1)αm cos(an−m πβm ),

/E
n−m (α +1)
ası́ como cos(an π(x + h)) = · · · = (−1)a m = (−1)αm +1 .

PV
Con estos datos,

(−1)αm +1 X 1 + cos(an−m πβm )
Rm (h) =
-U
h n=m
2n

y |Rm (h)| > 1


|h|2m > 32 (a/2)m .
A

En definitiva,
RI´

 
⩾ |Rm (h)| − |Sm (h)| > 2 − π
f(x + h) − f(x)
(a/2)m → ∞
h 3 ab − 1
EG

pues m → ∞ cuando h → 0.
AL

Ejercicio 1.6. Probar que las siguientes funciones son de clase C(∞) pero no son analı́ticas (sus
series asociadas no convergen a la función).
RO

P∞ cos(ak x)
a) f(x) = k=0 k! , con a > 1 impar (función de Lerch, 1888).
D

P √
b) f(x) = k∈A e
− k cos(kx), con A = {2n , n ∈ N} (función de Merryfield).
PE

Solución. a) Al derivar término a término la serie dada, se obtienen series que convergen
uniformemente. Deducimos entonces que f ∈ C(∞) . La serie de McLaurin asociada a la
P a4kn a4n , resulta que
función diverge cuando x ̸= 0 porque, como f(4n) (0) = k⩾0 k! = e
q
(n)
lı́m sup f n!(0) = ∞.
n

Como un crecimiento similar de las derivadas en cualquier punto x = bπ/am , con b impar
y m ∈ N, se puede concluir que f no es analı́tica.
Más detalles en el trabajo fin de grado de Juan Jesús Dóniz, Funciones Raras en Análisis
Real.
Apéndice II 133

Capı́tulo 2

Ejercicio 2.1. Si X = {a, b, c, d}, ¿cuál es la σ-álgebra generada por A = {a}, {b} ?

Solución. Por definición,



σ(A) = ∅, {a}, {b}, {a, b}, {c, d}, {b, c, d}, {a, c, d}, X .

HU
/E
Ejercicio 2.2. Dada una aplicación F : X → X′ , demostrar que:

(a) Si A es una σ-álgebra en X, entonces A′ = {B ⊂ X′ : F−1 (B) ∈ A} es una σ-álgebra en X′ .

PV
(b) Si A′ es una σ-álgebra en X′ , entonces A = F−1 (A′ ) = {F−1 (B) ⊂ X : B ∈ A′ } es una σ-álgebra
-U
en X.

(c) Si C ⊂ P(X′ ), entonces σ[F−1 (C)] = F−1 [σ(C)] (donde σ(C) representa la σ-álgebra generada
por C).
A
RI´

Solución.

(a) Como F−1 (∅) = ∅ ∈ A, entonces ∅ ∈ A′ .


EG

Si (Bn ) ⊂ A′ , entonces F−1 (Bn ) ∈ A, de donde F−1 (Bn ) ∈ A. Como F−1 (


S S
Bn ) =
F (Bn ), entonces Bn ∈ A′ .
S −1 S
AL

Si B ∈ A′ , entonces F−1 (B) ∈ A, de donde (F−1 (B))c ∈ A. Como F−1 (Bc ) = (F−1 (B))c ,
entonces Bc ∈ A′ .
RO

(b) Como ∅ ∈ A′ y F−1 (∅) = ∅, entonces ∅ ∈ A.


Si (An ) ⊂ A, entonces An = F−1 (Bn ) con Bn ∈ A′ . Como F−1 ( F−1 (Bn ) ∈ A′ ,
S S
Bn ) =
entonces An ∈ A.
S
D

Si A ∈ A, entonces A = F−1 (B), con B ∈ A′ . Como F−1 (Bc ) = (F−1 (B))c , entonces
PE

Ac ∈ A.

(c) Como C ⊂ σ(C), entonces F−1 (C) ⊂ F−1 [σ(C)]. Por el apartado (b), F−1 [σ(C)] es σ-álgebra
y, como σ[F−1 (C)] es la menor σ-álgebra que contiene a F−1 (C), entonces σ[F−1 (C)] ⊂
F−1 [σ(C)].
Recı́procamente, si definimos la familia C0 = {B ∈ X′ : F−1 (B) ∈ σ(F−1 (C))}, por el
apartado a), C0 es una σ-álgebra en X′ . Ahora bien, como C ⊂ C0 , entonces σ(C) ⊂ C0 .
Por tanto, F−1 (σ(C)) ⊂ F−1 (C0 ) ⊂ σ(F−1 (C)) (esta última inclusión se debe a que, si
A ∈ F−1 (C0 ), entonces F(A) ∈ C0 , de donde A ∈ σ(F−1 (C))).
134 Soluciones de algunos ejercicios

Ejercicio 2.3. Sea A un álgebra en X. Probar que A es una σ-álgebra si y sólo ∈ A para
S
n∈N En
toda sucesión {En }n∈N ⊂ A tal que E1 ⊂ E2 ⊂ . . . ⊂ En ⊂ . . .

Solución. Por una parte, si A es una σ-álgebra, es evidente que n∈N En ∈ A si E1 ⊂ E2 ⊂


S

. . . ⊂ En ⊂ . . . , pues es cerrada para uniones numerables.


Por otra parte, si (Bn ) ⊂ A, llamamos En = n i=1 Bi ∈ A. Entonces En ⊂ En+1 para todo n
S

y An = En , de modo que An ∈ A.
S S S

U
/E H
Ejercicio 2.4. Si {Ai }i∈I es una colección arbitraria de σ-álgebras, probar que i∈I Ai
T
es una
σ-álgebra.

PV
Solución. Por un lado, ∅ ∈ Ai para todo i ∈ I, con lo que ∅ ∈ Ai .
T

Si E ∈ Ai , entonces E ∈ Ai para todo i, con lo que Ec ∈ Ai para todo i. Ası́ pues,


T -U
Ec ∈ Ai .
T

Por último, si (En ) ⊂ Ai , entonces En ∈ Ai para todo n y todo i ∈ I. Ası́ pues, En ∈ Ai


T S
S T
para todo i ∈ I, es decir En ∈ Ai .
RI´A

Ejercicio 2.5. Dado un conjunto X, sea A ⊂ X y HA = {B ⊂ X : B ⊂ A ó Bc ⊂ A}.


EG

(a) Probar que HA es una σ-álgebra en X.


S
(b) Si X = R y An = [−n, n], probar que n∈N HAn no es una σ-álgebra.
AL

Solución.
O

(a) En primer lugar, ∅ ∈ HA pues ∅ ⊂ A.


Sea B ∈ HA . Si B ⊂ A, entonces (Bc )c ⊂ A, de donde Bc ∈ HA ; pero si Bc ⊂ A,
DR

entonces Bc ∈ HA .
S
Sea, por último, (Bn ) ⊂ HA . Si Bn ⊂ A para todo n, entonces Bn ⊂ A, de donde
PE

Bn ∈ HA ; pero si existe k ∈ N tal que Bck ⊂ A, entonces ( Bn )c = Bcn ⊂ Bk ⊂ A,


S S T
S
de donde Bn ∈ HA .

(b) Para cada m ∈ N, es claro que [0, m] ∈ HAm (porque [0, m] ⊂ [−m, m]). Por tanto,
[0, m] ∈ HAn pero m [0, m] = [0, ∞) ̸∈ HAn porque [0, ∞) ̸⊂ An y (−∞, 0) ̸⊂ An .
S S S

Ejercicio 2.6. Consideremos las siguientes extensiones de una familia C de subconjuntos de X:

C1 = {A ⊂ X : A ∈ C ó Ac ∈ C};
C2 = {A1 ∩ · · · ∩ An : Ai ∈ C1 , n ∈ N};
C3 = {A1 ∪ · · · ∪ An : Ai ∈ C2 , n ∈ N}.
Apéndice II 135

Demostrar que C3 es el álgebra generada por C.

Solución. Si llamamos α(C) al álgebra generada por C, tenemos que C ⊂ C1 ⊂ C2 ⊂ C3 ⊂


α(C). Por tanto, basta demostrar que C3 es álgebra.
Es evidente que ∅, X ∈ C3 . Además, si A = A1 ∪ · · · ∪ An ∈ C3 , con Ai = m
j=1 Bij ∈ C2 ,
T i

entonces

HU
m
[1 m
[n m
[1 m
[n n
\
c
A = Ac1 ∩ · · · ∩ Acn =( Bc1j ) ∩ · · · ∩ ( Bcnj ) = ··· ( Bciji ) ∈ C3 ,
j=1 j=1 j1 =1 jn =1 i=1

/E
donde Bij ∈ C1 .
Por último, por su propia definición es evidente que C3 es cerrado para uniones finitas.

PV
-U
Ejercicio 2.7. Sea X un conjunto no numerable.

(a) Si definimos A = {E ⊂ X : E ó Ec es numerable}, demostrar que A es σ-álgebra.


A

(b) Determinar la σ-álgebra generada por la colección de los subconjuntos finitos de X.


RI´

Solución.
EG

(a) Como ∅ es numerable, entonces ∅ ∈ A.


Si E ∈ A, está claro que Ec ∈ A (alguno de los dos es numerable).
AL

Si (En ) ⊂ A, puede ser que todos sean numerables, en cuyo caso En es numerable y
S

En ∈ A, o bien existe Ek tal que Eck es numerable, en cuyo caso ( En )c = Ecn ⊂ Eck
S S T

es numerable y también En ∈ A.
RO

(b) Si C = {A ⊂ X : A es finito}, entonces A ⊂ σ(C). Como la otra inclusión es evidente, se


deduce que A = σ(C).
D
PE

Ejercicio 2.8. Si λ > 0 y E ⊂ R, definimos λE = {λx : x ∈ E}.

(a) Probar que m∗ (λE) = λm∗ (E).

(b) Si E es medible, probar que λE es medible y m(λE) = λm(E).


S
Solución. (a) Sea (In )n∈N una sucesión de intervalos abiertos tal que E ⊂ In . Entonces
S
λE ⊂ λIn . Por tanto,
X X X
m∗ (λE) = ı́nf S l(Jn ) ⩽ ı́nf
S l(λIn ) = λ ı́nf
S l(In ) = λm∗ (E).
λE⊂ Jn E⊂ In E⊂ In
n n n
136 Soluciones de algunos ejercicios

S
Recı́procamente, si (Jn )n∈N es una sucesión de intervalos abiertos tal que λE ⊂ Jn , en-
S
tonces E ⊂ Jn /λ. Por tanto,
X X 1 X 1
m∗ (E) = ı́nf l(In ) ⩽ ı́nf l(Jn /λ) = ı́nf l(Jn ) = m∗ (λE).
λ λE⊂ Jn n λ
S S S
E⊂ In λE⊂ Jn
n n

U
(b) Sea A un conjunto arbitrario. Entonces
X X

/EH
m∗ (A ∩ λE) + m∗ (A ∩ (λE)c ) = ı́nf S l(In ) + ı́nf S l(Jn )
A∩λE⊂ In A∩(λE)c ⊂ Jn
X X
=λ ı́nfS l(In /λ) + λ ı́nfS l(Jn /λ)
A/λ∩E⊂ In /λ A/λ∩Ec ⊂ Jn /λ

PV
= λ (m∗ ((A/λ) ∩ E) + m∗ ((A/λ) ∩ Ec )) = λm∗ (A/λ) = m∗ (A).

-U
Ejercicio 2.9. Sean E, F conjuntos medibles. Probar que m(E) + m(F) = m(E ∪ F) + m(E ∩ F).
A

Solución. Basta tener en cuenta que E = (E \ F) ∪ (E ∩ F), F = (F \ E) ∪ (F ∩ E) y E ∪ F =


RI´

(E \ F) ∪ (F \ E) ∪ (E ∩ F) (uniones disjuntas).
Entonces m(E) + m(F) = m(E \ F) + m(E ∩ F) + m(F \ E) + m(F ∩ E) = m(E ∪ F) + m(E ∩ F).
EG

Ejercicio 2.10. a) Sea A un conjunto tal que m∗ (A) < ∞ y m(int(A)) = m( A). Probar que A
AL

es medible.

b) ¿Es cierto que, si A es medible y m(A) = 0, entonces m( A) = 0?


O

Solución.
DR

a) Como fr(A) = A \ int(A), m(fr(A)) = m( A) − m(int(A)) = 0.


Ası́ pues, A es medible porque A = int(A) ∪ (A \ int(A)) y A \ int(A) ⊂ fr(A).
PE

b) Si A = Q, entonces m(A) = 0 pero m( A) ̸= 0.

Ejercicio 2.11. Sea A ⊂ [0, 1] tal que m(A) > 0. Probar que existen x, y ∈ A tal que |x − y| es un
número irracional.

Solución. Si |x − y| ∈ Q para cualesquiera x, y ∈ A, entonces A ⊂ y + Q, ∀y ∈ A. Como


m(y + Q) = m(Q) = 0, entonces m(A) = 0.
Apéndice II 137

Ejercicio 2.12. Sea (En )n∈N una sucesión de conjuntos medibles. Si definimos lı́m inf En =
k∈N n>k En , y suponemos que m( En ) < ∞, probar que:
S T T S S
k∈N n>k En y lı́m sup En =

(a) m(lı́m inf En ) ⩽ lı́m inf m(En ).

(b) m(lı́m sup En ) ⩾ lı́m sup m(En ).

U
/E H
T
Solución. (a) Si llamamos Ak = n>k En , entonces A1 ⊂ A2 ⊂ . . . , con lo que
[
m(lı́m inf En ) = m( Ak ) = lı́m m(Ak ) ⩽ lı́m inf m(En ),

PV
k

ya que m(Ak ) ⩽ m(Ek ). -U


(b) Definimos Bk = n⩾k En , de modo que B1 ⊃ B2 ⊃ . . . y, como m(B1 ) < ∞, resulta
S

\
m(lı́m sup En ) = m( Bk ) = lı́m m(Bn ) ⩾ lı́m sup m(En ).
RI´A

Ejercicio 2.13. Sea {Bn } una sucesión de conjuntos medibles en R, con medida finita. Probar que
EG

las siguientes proposiciones son equivalentes.


P
AL

S
a) m( n∈N Bn ) = n∈N m(Bn ), si Bi ∩ Bj = ∅, ∀i ̸= j.
S
b) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊂ B2 ⊂ . . . y A = n∈N Bn .
O

T
c) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊃ B2 ⊃ . . . y A = n∈N Bn .
DR

Solución. Veamos la equivalencia entre a) y b) que será análoga a la equivalencia entre a)


y c).
PE

a) =⇒ b): Dada la sucesión {Bn } con B1 ⊂ B2 ⊂ . . . y A = n∈N Bn , podemos escribir


S

A = B1 ∪ ∞ i=2 (Bi \ Bi−1 ) y la unión es disjunta. Por tanto, como los conjuntos Bi tienen
S

medida finita,

X
m(A) = m(B1 ) + m(Bi \ Bi−1 )
i=2
X
n X
n
= m(B1 ) + lı́m m(Bi \ Bi−1 ) = m(B1 ) + lı́m (m(Bi ) − m(Bi−1 )) = lı́m m(Bn ).
i=2 i=2

b) =⇒ a): Sea ahora {Bn } una sucesión de conjuntos medibles disjuntos. Si definimos Cn =
Sn
i=1 Bi , entonces Cn es medible y Cn ⊂ Cn+1 para todo n ∈ N.
138 Soluciones de algunos ejercicios

S S
Como n∈N Cn = n∈N Bn , por hipótesis y teniendo en cuenta que la medida exterior es
finitamente aditiva,

[ [ n
[ X
n ∞
X
m( Bn ) = m( Cn ) = lı́m m(Cn ) = lı́m m( Bi ) = lı́m m(Bi ) = m(Bi ).
n∈N n∈N i=1 i=1 i=1

HU
Ejercicio 2.14. Sean A, B ⊂ R, con B medible. Demostrar:

/E
(a) Existe G ∈ Gδ tal que A ⊂ G y m(G) = m∗ (A).

(b) Si m∗ (A) < ∞, B ⊂ A y m(B) = m∗ (A), entonces A es medible.

PV
(c) Si m(B) < ∞ y A ⊂ B, entonces A es medible si y sólo si m(B) = m∗ (A) + m∗ (B \ A).
-U
Solución. a) Si m∗ (A) = ∞, basta elegir G = R.
Si m∗ (A) < ∞, para ∗
\cada n ∈ N existe An abierto tal que A ⊂ An y m(An ) < m (A) + 1/n.
A

Si definimos G = An , entonces G ∈ Gδ , A ⊂ G y m∗ (A) = m(G).


RI´

n∈N
b) Como B es medible, m∗ (A) = m∗ (A ∩ B) + m∗ (A ∩ Bc ) = m(B) + m∗ (A \ B).
Como m(B) = m∗ (A), m∗ (A \ B) = 0 de donde A \ B es medible. En definitiva, A =
EG

B ∪ (A \ B) es medible.
c) Si A es medible, m(B) = m∗ (B) = m∗ (B ∩ A) + m∗ (B ∩ Ac ) = m∗ (A) + m∗ (B \ A).
AL

Recı́procamente, si m(B) = m∗ (A) + m∗ (B \ A), por el apartado a), existe G medible tal que
A ⊂ G y m(G) = m∗ (A).
RO

Si llamamos E = G ∩ B, entonces E es medible, A ⊂ E, B \ E ⊂ B \ A y m(E) = m∗ (A).


Como E es medible, m∗ (A) + m∗ (B \ A) = m(B) = m(B ∩ E) + m(B \ E) = m(E) + m(B \ E).
D

Por tanto, m∗ (B \ A) = m(B \ E). Por el apartado b), B \ A es medible y A = B \ (B \ A) es


medible.
PE

Ejercicio 2.15. Sea f : R → R medible. Probar que 1/f es medible.

Solución. Basta observar que




{x : 1/c < f(x) < 0} si c < 0

{x : (1/f)(x) > c} = {x : −∞ < f(x) < 0} si c = 0



{x : −∞ ⩽ f(x) < 0} ∪ {x : f(x) > 1/c} si c > 0.
Apéndice II 139

Ejercicio 2.16. Sea f : R → R y sean E1 y E2 conjuntos medibles. Si f|E1 y f|E2 son medibles,
probar que f|E1 ∪E2 es medible.

Solución. Basta observar que

{x ∈ E1 ∪ E2 : f(x) > α} = {x ∈ E1 : f(x) > α} ∪ {x ∈ E2 : f(x) > α}.

U
Ejercicio 2.17. Sea f : R → R y sean A = {x ∈ R : f(x) = ∞} y B = {x ∈ R : f(x) = −∞}.

/E H
Probar que las siguientes proposiciones son equivalentes.

a) f es medible.

PV
b) A, B y f|(A∪B)c son medibles.

Solución. Para ver que A es medible, basta escribir


-U
\
A= {x : f(x) > n}.
n∈N
RI´A

El resto es similar.

Ejercicio 2.18. Sean D ⊂ R un conjunto medible con medida finita y f : D → R. ¿Es cierto que, si
EG

{x ∈ D : f(x) = α} es medible para todo α ∈ R, entonces f es medible?

Solución. Es falso porque, si consideramos la función f : [0, 1] → R dada por


AL


x si x ∈ A
f(x) =
−x si x ∈ Ac ,
O

siendo A un conjunto no medible, entonces {x ∈ [0, 1] : f(x) = α} es vacı́o o tiene un solo


DR

elemento pero f−1 ([0, 1]) = A.


PE

Ejercicio 2.19. Sean h y g funciones medibles. Demostrar que los conjuntos

{x : h(x) < g(x)}, {x : h(x) ⩽ g(x)}, {x : h(x) = g(x)}

son medibles.

Solución. Basta observar que


[
{x : h(x) < g(x)} = ({h(x) < r} ∩ {r < g(x)}).
r∈Q

El segundo conjunto es el complementario del primero (intercambiando g con h) y el ter-


cero es la diferencia entre los dos primeros.
140 Soluciones de algunos ejercicios

Ejercicio 2.20. Sea E ⊂ R un conjunto medible. Si f : E → R es continua en casi todo punto,


probar que f es medible.

Solución. Sea D el conjunto de discontinuidades de f. Como m(D) = 0, cualquier subcon-


junto de D es medible.
Dado r ∈ R, es claro que

U
{x ∈ E : f(x) > r} = {x ∈ E \ D : f(x) > r} ∪ {x ∈ D : f(x) > r}.

/E H
Basta pues probar que C = {x ∈ E \ D : f(x) > r} es medible.
Como f es continua en C, para cada x ∈ C, existe δx > 0 tal que f(t) > r, ∀t ∈ (x − δx , x +
δx ) ∩ E.

PV
Como U = x∈C (x − δx , x + δx ) es abierto, es medible. Por tanto, C = U ∩ (E \ D) es
S

medible.
-U
Otra forma: si f es continua, es lı́mite uniforme de polinomios; por tanto, es medible. Si f
es continua c.s., entonces f = g c.s., donde g es continua; por tanto, f es medible.
RI´A

Ejercicio 2.21. Si f : R → R tiene derivada en todo punto, demostrar que f′ es medible.


EG

Solución. Por ser derivable, f es continua y, por tanto, medible. También son medibles las
funciones fn (x) = n[f(x + 1/n) − f(x)]. Como fn → f′ , f′ es medible.
AL

Ejercicio 2.22. Decidir la veracidad o falsedad de las siguientes proposiciones:


O

(a) Si f es medible, f+ y f− son medibles.


DR

(b) Si f y |f| son medibles, f+ y f− son medibles.

(c) Si f no es medible, ni f+ ni f− son medibles.


PE

(d) Si |f| es medible, f es medible.

Solución. a) Como f+ = máx{f, 0} y f− = máx{−f, 0}, ambas funciones son medibles.


b) Consecuencia de a).
c) Falso. Sean A y B conjuntos disjuntos, A medible y B no medible. La función f = χA − χB
no es medible pero f+ = χA es medible.

1 si x ∈ A
d) Falso. Sea A ⊂ R un conjunto no medible. La función f(x) = no es
−1 si x ∈ Ac ,
medible. Sin embargo, |f(x)| = 1, ∀x ∈ R, de modo que |f| es medible.
Apéndice II 141

Ejercicio 2.23. Sean E un conjunto medible, con m(E) < ∞, y f una función medible en E.
f
Demostrar que es integrable en E.
1 + |f|

|f|
Solución. Basta observar que < 1, de modo que la función está acotada en E.
1 + |f|

U
Ejercicio 2.24. SeaZf ⩾ Z0 integrable. Demostrar que, para todo ε > 0, existe A medible, con

/E H
m(A) < ∞, tal que f < f + ε.
A

Solución. Sea An = {x : f(x)


Z ⩾ 1/n}. Entonces
Z An →Z A = {xZ : f(x) Z> 0}. Además m(An ) <

PV
∞ (porque (1/n)m(An ) = 1/n ⩽ f < ∞) y f→ f = f.
An An An A

R
-U
Ejercicio 2.25. Sea f una función integrable y tal que Ef = 0 para todo conjunto medible E.
Probar que f = 0 en casi todo punto.
RI´A

Solución. Sea E+ = {x : f(x) > 0}. Entonces E+ = n∈N En , con En = {x : f(x) ⩾ 1/n}.
S
R
Además, 0 = En f ⩾ (1/n) · m(En ). Por tanto, m(En ) = 0 y, en consecuencia, m(E+ ) = 0.
Análogamente se procede con el conjunto E− = {x : f(x) < 0}.
EG

Ejercicio 2.26. Sean f, g dos funciones integrables. Probar que la función mı́n(f, g) es integrable,
AL

y que Z Z Z 
mı́n(f, g) ⩽ mı́n f, g .
O

Estudiar el caso donde se cumple la igualdad.


DR

Solución. Observemos en primer lugar que mı́n(f, g) = f − (f − g)+ . Como f y g son inte-
grables, f − g es integrable, y también lo es (f − g)+ . En definitiva, mı́n(f, g) es integrable.
PE

R
Por último, como (f − g)+ ⩾ 0, entonces (f − g)+ ⩾ 0 y
Z Z Z Z
mı́n(f, g) = f − (f − g)+ ⩽ f.

Del mismo modo se prueba que Z Z


mı́n(f, g) ⩽ g,

con lo que Z Z Z 
mı́n(f, g) ⩽ mı́n f, g .
Z Z  Z Z Z Z
Si fuera mı́n f , g = f y mı́n(f, g) = f, entonces (f − g)+ = 0.
142 Soluciones de algunos ejercicios

Pero como (f − g)+ ⩾ 0, entonces (f − g)+ = 0 c.s. Por tanto, f(x) ⩽ g(x) c.s.

R
Ejercicio 2.27. Sean E ⊂ R un conjunto medible y f : E → R integrable tal que E |f| = 0. Probar
que f = 0 c.s. en E.

Solución. Si llamamos En = {x ∈ E : |f(x)| ⩾ 1/n}, entonces

HU
Z Z Z
1 1
· m(En ) = ⩽ |f| ⩽ |f| = 0,
n En n En E

/E
con lo que m(En ) = 0.
Como {x ∈ E : |f(x)| > 0} = ∪n∈N En , deducimos que m({x ∈ E : |f(x)| > 0}) = 0.

PV
-U
Ejercicio 2.28. Sean f, fn ⩾ 0 integrables y tales que fn → f c.s. Probar que
Z Z Z
fn → f ⇐⇒ |fn − f| → 0.
A

Solución. Para la primera parte, basta observar que


RI´

Z Z Z
fn − f ⩽ |fn − f|.

EG

Recı́procamente, como (f − fn )+ ⩽ f y (f − fn )+ → 0 c.s., entonces


Z
AL

|fn − f| = (fn − f)+ + (fn − f)− = fn − f + 2(f − fn )+ =⇒ |fn − f| → 0.


RO

1 + [1/x]
Ejercicio 2.29. Calcular la integral de la función f(x) = en el conjunto [0, 1].
[1/x]
D

Solución. Basta observar que, si x ∈ (1/(n + 1), 1/n), entonces f(x) = (1 + n)/n. Ası́ pues,
Z1 X Z 1/n
PE

1+n X 1 π2
f(x) dx = dx = = .
0 1/(n+1) n n2 6
n⩾1 n⩾1

Ejercicio 2.30. Probar que las siguientes proposiciones son falsas:


Z1
(a) Si f : (0, 1] → R es una función continua tal que lı́m+ f existe y es finito, entonces f es
a→0 a
integrable Lebesgue en (0, 1].

(b) Si f es una función integrable en R, dado ε > 0, existe M > 0 tal que |f(x)| < ε para casi todo
x con |x| ⩾ M.
Apéndice II 143

(c) Si K ⊂ R es compacto, la medida de su frontera es nula.

Solución.
Z 1/n
(a) Definimos la función f : (0, 1] → R de manera que f = (−1)n+1 /n (n ∈ N). Ası́
1/(n+1)
Z1 X Z X
lı́m+ f = (−1) n+1
/n < ∞ y, sin embargo, |f| = 1/n = ∞ con lo que f no

U
a→0 a (0,1]
n∈N n∈N
es integrable Lebesgue.

/E H



n si x ∈ [n − 1/2n , n]
2 (x − n) + 1
(b) Definimos la función f(x) = −2n (x + n) + 1 si x ∈ [n, n + 1/2n ] para n ∈ N. De este

PV



0 en el resto,
R P
modo, f = n∈N 1/2n = 1, con lo que f es integrable. Sin embargo, dado ε ∈ (0, 1),
-U
el conjunto {x : |f(x)| ⩾ ε} = n∈N In y para todo M > 0, m({x : |f(x)| ⩾ ε} ∩ {x : |x| ⩾
S

M}) > 0.

(c) Sean Q ∩ [0, 1] = {x1 , x2 , . . . } y ε ∈ (0, 1/4). Si llamamos An = (xn − ε/2n , xn + ε/2n ), en-
RI´A

tonces Fn = [0, 1] \ An es cerrado y compacto. Además F = n∈N Fn = [0, 1] \ n∈N An


T S

es compacto. Como F no contiene números racionales, int F = ∅. Por tanto, fr F = F y


m(fr F) > 1 − 2ε > 0.
EG
AL

Ejercicio 2.31. Sean f, fn integrables y tales que fn → f c.s. Probar que


Z Z Z
|fn − f| → 0 ⇐⇒ |fn | → |f|.
O
DR

Solución. Construimos la sucesión gn = |fn | − |fn − f|. Ası́, |gn | ⩽ |f| y gn → |f|. Por el
teorema de la convergencia dominada
PE

Z Z Z Z
|fn | − |fn − f| = gn → |f|.

√ 
Ejercicio 2.32. Probar que ln z = lı́mn→∞ n n
z − 1 , ∀z > 0.

Solución. Sea fn (x) = n
x/x, n ∈ N. Entonces lı́mn→∞ fn (x) = 1/x, ∀x > 0.
Para x > 1 la sucesión (fn ) es decreciente. Ası́ pues, fijado z > 1, por el teorema de la
convergencia monótona,
Zz Zz
1 √ 
− ln z = − dx = lı́m −fn (x) dx = − lı́m n n z − 1 .
1 x n→∞ 1 n→∞
144 Soluciones de algunos ejercicios

Análogamente, como la sucesión (fn ) es creciente si 0 < x < 1, se llega al mismo resultado
cuando 0 < z < 1.

Z Z
1 1
Ejercicio 2.33. Calcular · χ (x) dx y √ · χ[0,1] (x) dx.
x2 [0,1] x

HU
Solución. Sea ε ∈ (0, 1) arbitrario. La función fε (x) = x12 · χ[ε,1] (x) es lı́mite de una sucesión
(sn ) de funciones simples, donde sn se define como la suma inferior de Riemann con
respecto a una partición de [ε, 1] con n subintervalos iguales.

/E
Por el teorema de la convergencia monótona,
Z

PV
1 1
2
· χ[ε,1] (x) dx = − 1.
x ε -U
Basta por tanto elegir una sucesión fn (x) = x12 · χ[εn ,1] (x), donde 0 < εn < 1 y εn → 0 y
aplicar el teorema de la convergencia monótona para obtener
Z Z  
1 1 1
A

· χ (x) dx = lı́m ·χ (x) dx = lı́m − 1 = ∞.


x2 [0,1] x2 [0,εn ] ε→0 ε
RI´

La segunda integral se resuelve de forma similar.


EG

Ejercicio 2.34. Calcular


Z1
AL

1 + nx2
lı́m dx.
n→∞ 0 (1 + x2 )n
RO

Solución. Se comprueba fácilmente que (fn ) es una sucesión decreciente de funciones no


negativas

1 + nx2 1 + (n + 1)x2 1 + (n + 1)x2 x2


D

2
⩾ ⇐⇒ 1 + x ⩾ = 1 +
(1 + x2 )n (1 + x2 )n+1 1 + nx2 1 + nx2
PE

y tiene lı́mite cero


1 + nx2 1 + nx2
⩽ → 0.
(1 + x2 )n 1 + nx2 + n(n − 1)x4 /2
Por el teorema de la convergencia acotada, el lı́mite de la integral es cero.

Zn 
x n ax
Ejercicio 2.35. Calcular lı́m 1+ e dx, con a < −1.
n→∞ 0 n
 x n ax
Solución. Consideramos la sucesión fn (x) = 1 + e · χ[0,n] (x) de funciones medibles
n
no negativas en (0, ∞).
Apéndice II 145

Además fn (x) ⩽ fn+1 (x), ∀x > 0, y lı́m fn (x) = e(a+1)x :


La segunda afirmación es evidente y, para probar la primera, basta saber que la función
(n+x)n
f(x) = (n+1+x) n+1 tiene un máximo en x = 0. En consecuencia, f(0) ⩾ f(x), es decir

n n (n+x)n n+1+x n+1


n
⩾ n+x

(n+1)n+1
⩾ (n+1+x) n+1 , es decir n+1 n .
Podemos aplicar el teorema de la convergencia monótona:

HU
Z∞ Z∞
lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx.
n→∞ 0 0

/E
Por tanto, Zn Z∞
1
lı́m fn (x) dx = e(a+1)x dx = − .
n→∞ 0 0 a+1

Ejercicio 2.36. Demostrar que PV


-U
Zn  Z∞
t n

(a) lı́m 1− ln t dt = e−t ln t dt.
n→∞ 1 n 1
A

Z1  Z1
t n

RI´

(b) lı́m 1− ln t dt = e−t ln t dt.


n→∞ 0 n 0
EG

t n
 
Solución. Veamos primero que la sucesión fn (t) = 1 − es creciente, es decir que
n
AL

t n
n+1
(n − t)n nn
  
t
1− ⩽ 1− ⇐⇒ ⩽ .
n n+1 (n + 1 − t)n+1 (n + 1)n+1

(n − x)n
RO

Para verlo, consideramos la función f(x) = . Teniendo en cuenta que f(0) =


(n + 1 − x)n+1
nn
, lo único que necesitamos es probar que f(x) ⩽ f(0), para 0 ⩽ x ⩽ n, es decir
(n + 1)n+1
D

que f es decreciente en [0, n]. Se puede comprobar por cálculo directo que f′ (x) ⩽ 0, si
x ∈ [0, n].
PE

Ası́ pues, 0 ⩽ χ(1,n) (t) · fn (t) · ln t y, por el teorema de la convergencia monótona,


Zn  Z∞ Z∞
t n t n
  
lı́m 1− ln t dt = lı́m 1 − ln t dt = e−t ln t dt.
n→∞ 1 n 1 n→∞ n 1

La segunda parte es similar. En este caso se trata de una sucesión decreciente de funciones
negativas.

Z∞ 2 2
n2 xe−n x
Ejercicio 2.37. Demostrar que, si A = lı́m dx, entonces A = 0 si a > 0 y
n→∞ a 1 + x2
A ⩾ 1/4 si a = 0.
146 Soluciones de algunos ejercicios

2 x2
n2 xe−n
Solución. Si llamamos fn (x) = 1+x2
, es claro que fn ⩾ 0 y lı́mn→∞ fn (x) = 0. Además,
2 2 −1 −1
2 ) ⩽ x3 , que es integrable en (a, ∞) para
e e
como n2 x2 e−n x ⩽ e−1 ,
entonces fn (x) ⩽ x(1+x
cualquier a > 0. Entonces, cuando a > 0, por el teorema de la convergencia dominada,
Z∞ 2 2 Z∞ 2 2
n2 xe−n x n2 xe−n x
lı́m dx = lı́m dx = 0.
n→∞ a 1 + x2 a n→∞ 1 + x2

HU
R∞ R1 R∞
Por otra parte, 0 fn = 0 fn + 1 fn . El lı́mite de la segunda integral es cero y, si 0 ⩽ x ⩽ 1,
1/(1 + x2 ) ⩾ 1/2. Por tanto,

/E
Z1 Z1 Z −n2 2
1 2 −n2 x2 1 1 e−n
fn (x) dx ⩾ · n xe dx = − et dt = − .
2 4 4 4

PV
0 0 0

Z
-U
Ejercicio 2.38. Sea f ⩾ 0 integrable, con 0 < f = c < ∞ y sea 0 < α < ∞. Demostrar que


Z ∞ si 0 < α < 1

A

lı́m n · ln (1 + (f/n)α ) = c si α = 1
n→∞ 


RI´

0 si 1 < α < ∞.
EG

Solución. Consideramos la sucesión fn = n · ln (1 + (f/n)α ). Tenemos ası́ que fn ⩾ 0.


Si α ⩽ 1, la sucesión (fn ) es creciente. Además,

AL


1
(n/f)α ·n·(f/n)α f si α = 1
lı́m fn = lı́m ln 1 + = lı́m n1−α · fα =
(n/f)α ∞ si α < 1,
RO

de modo que podemos aplicar el teorema de la convergencia monótona.


Si α > 1, como 1 + xα ⩽ (1 + x)α , entonces
D

fn ⩽ n · ln (1 + (f/n))α = α · n · ln(1 + f/n) ⩽ α · f


PE

y se puede aplicar el teorema de la convergencia dominada. Por tanto,


Z Z Z
lı́m n · ln (1 + (f/n) ) = lı́m n · ln (1 + (f/n) ) = lı́m n1−α · fα = 0.
α α


0 si x ∈ Q
Ejercicio 2.39. Sea f(x) = Probar que f es integrable en (0, 1) y
1/[1/x] en caso contrario.
Z1
calcular f.
0
Apéndice II 147

Solución. Como Q tiene medida nula, basta considerar la función f(x) = 1/[1/x] definida
en (0, 1). Esta función se puede expresar también como f(x) = 1/n si 1/(n + 1) < x ⩽ 1/n,
para cualquier n ∈ N.
P
Si, para cada n ∈ N, definimos la función fn (x) = n 1
k=1 k · χ(1/(k+1),1/k] (x), obtenemos
una sucesión {fn } creciente de funciones simples, con lı́m fn = f. Por tanto, f es medible.
R1 R1

HU
Por el teorema de la convergencia monótona, lı́m 0 fn = 0 f. Ası́ pues, como
Z1 X
n   Xn  
1 1 1 1 1
fn = · − = − ,
k k k+1 k2 k(k + 1)

/E
0 k=1 k=1

deducimos que
Z1

PV
∞ 
X π2

1 1
lı́m fn = − = − 1.
0 k2 k(k + 1) 6
k=1
-U
[Para calcular la suma de la segunda serie, se descompone 1/(k2 + k) = 1/k − 1/(k + 1) con
lo que se obtiene una serie telescópica.]
A

Z1  2 ∞
X
ln x 1
RI´

Ejercicio 2.40. Calcular dx, sabiendo que nxn−1 = .


0 1−x (1 − x)2
n=1
EG

P 
ln x
2
Solución. Definimos fn (x) = nxn−1 (ln x)2 , x ∈ (0, 1). Entonces fn ⩾ 0 y fn = 1−x .
Por el teorema de Beppo Levi,
AL

Z1 X X Z1 X
fn (x) dx = fn (x) dx = 2/n2 = π2 /3.
0 0
RO

Ejercicio 2.41. Para cada n ∈ N se considera la función fn (x) = e−nx − 2e−2nx .


D
PE

a) Probar que fn es integrable en (0, ∞).


P
b) Probar que la serie n∈N fn (x) converge para todo x > 0 a una función f integrable en (0, ∞).
Z∞ X Z∞
c) Comprobar que f ̸= fn e interpretar el resultado.
0 n∈N 0

Solución.

a) Por integración directa, si hacemos el cambio de variable e−nx = t, resulta


Z∞ Z∞ Z1
1 1
|fn (x)| dx = e−nx |1 − 2e−nx | dx = |1 − 2t| dt = .
0 0 n 0 2n
148 Soluciones de algunos ejercicios

P P
b) Como n∈N e−nx y n∈N e−2nx son series geométricas absolutamente convergentes
X
P e−x P −2nx = e−2x , obtenemos que
en (0, ∞) y n∈N e−nx = 1−e −x y n∈N e 1−e−2x
fn (x) =
n∈N
e−x
.
1 + e−x
e−x
Además la función f(x) = 1+e−x es integrable porque

HU
Z∞
e−x
dx = ln 2.
0 1 + e−x

/E
c) Se obtiene fácilmente que Z∞
fn (x) dx = 0,

PV
0
P R∞ R∞
con lo que n∈N 0 fn = 0 ̸= ln 2 = 0 f. -U
El teorema de Beppo Levi no se aplica porque las funciones fn no son no negativas.

Zn 
A

x n x
Ejercicio 2.42. Calcular lı́m 1− · e dx.
n→∞ 0 2n
RI´

 x n x
Solución. La sucesión fn (x) = 1 − · e · χ[0,n] (x) de funciones medibles no negativas
EG

2n
x/2
tiene lı́mite puntual lı́m fn (x) = e .
Por el lema de Fatou,
AL

Zn Z∞ Z∞
lı́m inf fn (x) dx ⩾ lı́m inf fn (x) dx = ex/2 dx = ∞.
0 0 0
Zn
RO

Por tanto, lı́m fn (x) dx = ∞.


n→∞ 0
D

Ejercicio 2.43. Calcular


PE

Z∞
(a) lı́m (1 + (x/n))−n · sen(x/n) dx.
n→∞ 0
Z∞
(b) lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 dx.
n→∞ 0
Z∞
(c) lı́m n(1 + n2 x2 )−1 dx según los valores de a.
n→∞ a

Solución. a) La sucesión (1 + x/n)−n es decreciente y converge a e−x . Por tanto,


 −n  x   −2

1+ x ⩽ 1+ x
sen , n⩾2
n n 2
Apéndice II 149

 x −2
y g(x) = 1 + es integrable.
2
Por el teorema de la convergencia dominada,
Z Z Z∞
−n −n
lı́m (1 + (x/n)) · sen(x/n) dx = lı́m (1 + (x/n)) · sen(x/n) dx = e−x · 0 dx = 0.
0

b) Si x > 0,

U
|n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 | ⩽ n · (x/n) · (x(1 + x2 ))−1 = (1 + x2 )−1 .

/E H
Además g(x) = (1 + x2 )−1 es integrable en (0, ∞).
Por el teorema de la convergencia dominada,

PV
Z Z
lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x )) dx = lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 dx
2 −1 -U
Z∞
= (1 + x2 )−1 dx = π/2.
0
RI´A

c) Si hacemos el cambio t = nx, resulta:


Z∞
(1 + t2 )−1 dt = π/2 − arc tg an.
an
EG

Z∞ Z∞
2 2 −1
Por tanto, lı́m n(1 + n x ) dx = 0 si a > 0 y lı́m n(1 + n2 x2 )−1 dx = π/2 si a = 0.
a a
AL

Zn 
x n −x
Ejercicio 2.44. Calcular lı́m 1− e dx.
n→∞ 0 n
O

 x n −x
Solución. Consideramos la sucesión fn (x) = 1 − e · χ[0,n] (x) de funciones medibles
DR

n
en (0, ∞). Entonces lı́m fn (x) = e −2x .
Como |fn (x)| ⩽ e−x y la función g(x) = e−x es medible e integrable en (0, ∞), se puede
PE

aplicar el teorema de la convergencia dominada. Ası́ pues,


Zn Z∞ Z∞ Z∞
1
lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx = e−2x dx = .
n→∞ 0 n→∞ 0 0 0 2

Z∞ −2
e−x(3+n sen x)
Ejercicio 2.45. Calcular lı́m dx.
n→∞ 0 1 + n−2 x2
−2
e−x(3+n sen x)
Solución. La sucesión fn (x) = verifica:
1 + n−2 x2

lı́m fn (x) = e−3x .


150 Soluciones de algunos ejercicios

|fn (x)| ⩽ e−2x porque 1 + n−2 x2 ⩾ 1 y 3 + n−2 sen x ⩾ 2.


Z∞ Z∞
Por el teorema de la convergencia dominada, lı́m fn (x) dx = lı́m fn m(x) dx =
Z∞ n→∞ 0 0 n→∞

e−3x dx = 1/3.
0

Z∞
1

U
Ejercicio 2.46. Calcular lı́m x n 1/n
 dx.
n→∞ 0 1+ n x

/E H
1
Solución. Para cada n ∈ N, la función fn (x) = x n 1/n
 es positiva y continua. Por
1+ n x
tanto es medible e integrable en (0, ∞).

PV
Queremos encontrar una función g medible e integrable en (0, ∞) tal que fn (x) ⩽ g(x),
∀x > 0 y ası́ aplicar el teorema de la convergencia dominada.
-U
Sabemos que, para todo n ⩾ 2,
1 1
fn (x) = fn (x) · χ(0,1] (x) + fn (x) · χ[1,∞) (x) ⩽ · χ(0,1] (x) + ·χ (x)
x1/2 (1 + x/2)2 [1,∞)
RI´A

1 1
y la función g(x) = · χ(0,1] (x) + ·χ (x) es medible porque las funciones
x1/2 (1 + x/2)2 [1,∞)
1 1
EG

g1 (x) = y g2 (x) = son continuas en (0, ∞).


x1/2 (1 + x/2)2
R1 R∞
Además, 0 g1 (x) dx = 2 y 1 g2 (x) dx = 4/3 con lo que g1 y g2 son integrables.
AL

Por el teorema de la convergencia dominada,


Z∞ Z∞ Z∞
lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx = e−x dx = 1.
O

n→∞ 0 0 n→∞ 0
DR

Z1
nx sen x
Ejercicio 2.47. Calcular lı́m dx, con 1 < p < 2.
n→∞ 0 1 + (nx)p
PE

Solución. Como 0 < x < 1,



nx sen x nx 1 1
1 + (nx)p ⩽ 1 + (nx)p ⩽ (nx)p−1 ⩽ xp−1 .

Z1
1
La función g(x) = es continua y, por tanto, medible. Además, como g < ∞, g es
xp−1 0
integrable.
Podemos aplicar el teorema de la convergencia dominada, con lo que
Z1 Z1 Z1
nx sen x nx sen x sen x
lı́m dx = lı́m dx = lı́m 1 dx = 0.
n→∞ 0 1 + (nx)p 1 + (nx) p p−1
nx + (nx)
0 n→∞ 0 n→∞
Apéndice II 151

Ejercicio 2.48. Determinar los valores de α para los cuales


Z1 Z1
α n
lı́m n (1 − x)x dx = lı́m nα (1 − x)xn dx.
n→∞ 0 0 n→∞

Solución. Si llamamos fn (x) = nα (1 − x)xn , resulta que lı́m fn (x) = 0 si 0 < x < 1, para
cualquier valor de α.

U
Por otra parte,

/E H
Z1

 
α n α 1 1
n (1 − x)x dx = n − =
0 n+1 n+2 (n + 1)(n + 2)

PV
Z1
y lı́m nα (1 − x)xn dx = 0 si α < 2.
n→∞ 0
-U
Z1
ln(n + x) −x
Ejercicio 2.49. Calcular lı́m · e cos x dx.
n→∞ 0 n
RI´A

ln(n + x) −x
Solución. Si llamamos fn (x) = · e cos x, como 0 < x < 1,
n
EG

ln(n + 1) n + 1 −x
|fn (x)| ⩽ · · e ⩽ 1 + 1/n ⩽ 2.
n+1 n
AL

Basta pues definir g(x) = 2, que es medible e integrable, y aplicar el teorema de la conver-
gencia dominada. Ası́,
Z1 Z1 Z1
O

lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx = 0 dx = 0.


n→∞ 0
DR

0 0

Z∞
PE

2
Ejercicio 2.50. Demostrar que la función F(t) = e−x cos(xt) dx es continua y derivable en
√ 0
π −t2 /4
(0, ∞) y deducir que F(t) = 2 e .

Solución. Veamos si se cumplen las hipótesis del teorema de Leibniz.

2 2
La función f(x, t) = e−x cos(xt) es integrable respecto a x porque |f(x, t)| ⩽ e−x y
R∞ −x2 √
0 e dx = π/2.
2 R∞ 2
La función g(x) = xe−x es integrable en (0, ∞) porque 0 xe−x dx = 1/2 y

∂f
(x, t) = −xe−x2 sen(xt) ⩽ g(x).

∂t
152 Soluciones de algunos ejercicios

Ası́ pues
Z∞ ∞ Z ∞ 1
′ ∂f 1 −x2 2 1
F (t) = (x, t) dx = e sen(xt) − e−x t cos(xt) dx = − t · F(t).

0 ∂t 2 0 0 2 2
2 /4 R∞ 2
Esta ecuación diferencial tiene como solución F(t) = k · e−x , con k = F(0) = 0 e−x dx =

π/2.

HU
Z∞
sen x
Ejercicio 2.51. Dada la función F(t) = e−xt dx, t ⩾ 0, probar que lı́m F(t) = 0 y

/E
0 x t→∞
calcular, en caso de existir, F′ (t).

PV
Solución. Las condiciones para la existencia del lı́mite son:

sen x
La función f(x, t) = e−xt debe ser integrable en (0, ∞) como función de x.
-U
x
Debe existir lı́m f(x, t).
t→∞
A

Debe existir una función g integrable en (0, ∞) tal que |f(x, t)| ⩽ g(x). Ahora bien,
|f(x, t)| ⩽ e−xt ⩽ e−x si t > 1, y la función g(x) = e−x es integrable en (0, ∞).
RI´

Z∞
sen x
lı́m e−xt
EG

Ası́ pues, lı́m F(t) = dx = 0.


t→∞ 0 t→∞ x
Además, como
= −xe−xt sen x ⩽ e−xt ⩽ e−εx ,
∂f
AL

∂t x
para cualquier ε > 0 tal que ε < t, y la función h(x) = e−εx es integrable en (0, ∞), por el
teorema de Leibniz deducimos que
RO

Z∞
′ ∂f 1
F (t) = (x, t) dx = ,
0 ∂t 1 + t2
D

si t > 0 pero la función no es integrable Lebesgue si t = 0.


PE

Z ∞ −tx2
e
Ejercicio 2.52. Estudiar la continuidad y derivabilidad de la función F(t) = dx. Deducir
√ 0 1 + x2
π π √
la relación F′ (t) − F(t) = − √ y la expresión explı́cita F(t) = et (1 − θ( t)), donde θ(t) =
2 t 2
Z
2 t −u2
√ e du es la función de Gauss.
π 0
2
e−tx
Solución. Si llamamos f(x, t) = , como f es continua y, para t ⩾ 0, |f(x, t)| ⩽ g(x),
1 + x2
2 es integrable en (0, ∞), deducimos que lı́m F(t) = F(0) = π/2.
1
donde g(x) = 1+x + t→0
Apéndice II 153

Por otra parte, como


2
∂ −x2 e−tx
f(x, t) = ,
∂t 1 + x2

∂ 2
si t ⩾ τ > 0, entonces f(x, t) ⩽ h(x), siendo h(x) = e−τx integrable en (0, ∞). Por el


∂t
teorema de Leibniz,
Z∞ Z∞ 2
′ ∂ −x2 e−tx

U
F (t) = f(x, t) dx = dx.
0 ∂t 0 1 + x2
Z∞

/E H
′ 2 √
Ası́ pues, F (t) − F(t) = −e−tx dx. Haciendo el cambio de variable x t = u, deducimos
0
que Z∞ √
′ 1 −u2 1 π
F (t) − F(t) = −√ e du = − √ · .

PV
0 t t 2
Por último, si resolvemos esta ecuación diferencial lineal de primer orden por el método
-U
de variación de √constantes, podemos escribir F(t) = C(t)et , de donde F′ (t) = C′ (t)et +
C(t)et = F(t) − 2√πt , con C(0) = F(0) = π/2.
√ Z t −s Z √t
π e π √ π
RI´A

2
De aquı́ resulta que C(t) = − √ ds + = − π e−u du + , con lo que F(t) =
2 0 s 2 0 2
Z √t
π  2 2

C(t)et = et 1 − √ e−u du .
2 π 0
EG

Ejercicio 2.53. Dadas las funciones


AL

Z x 2 Z1 2 2
2 e−x (t +1)
f(x) = e−t dt , g(x) = dt,
0 0 t2 + 1
O

probar:
DR

(a) f(x) + g(x) = π/4.


Z∞
2 √
(b) e−x dx = π/2.
PE

Solución. a) Veamos que f′ (x) + g′ (x) = 0:


Zx Z1 Z1
′ −x2 −t2 ′ −x2 (t2 +1) −x2 2 2
f (x) = 2e e dt, g (x) = −2x · e dt = −2x · e e−x t dt = f′ (x),
0 0 0

al hacer en la última integral el cambio de variable tx = u.


Además, f(0) = 0 y g(0) = π/4.
b) Basta observar que lı́mx→∞ g(x) = 0 y aplicar a).

Ejercicio 2.54. Demostrar:


154 Soluciones de algunos ejercicios

Z∞ √
2n −x2 (2n)! π
(a) x e dx = n .
−∞ 4 · n!
Z∞
2 √ 2
(b) Si a ⩾ 0, e−x cos ax dx = π · e−a /4 .
−∞
Z1 ∞
X 1
(c) Si p > 0, xp−1 (x − 1)−1 ln x dx = .
0 (p + n)2

U
n=0

/E H
Solución. Probaremos la primera parte por inducción.
El caso n = 0 está resuelto en el ejercicio anterior.
Si suponemos la igualdad cierta para n, entonces, integrando por partes:

PV
Z∞ Z∞
x2n+1 −x2 ∞
2n −x2 x2n+1 −x2
x e dx = ·e + 2x · e dx
−∞ 2n + 1 −∞ −∞ 2n + 1
Z∞
-U
2 2
= x2(n+1) e−x dx.
2n + 1 −∞
Z∞ √
RI´A

2(n+1) −x2 (2n + 2)! π


Por tanto, x e dx = n+1 .
−∞ 4 · (n + 1)!
X∞
(−1)n (ax)2n
b) Utilizamos el desarrollo en serie cos ax = y aplicamos el apartado a).
EG

(2n)!
n=0
Entonces,
Z∞ Z∞ X ∞
AL

2 (−1)n a2n −x2 2n


e−x cos ax dx = e · x dx
−∞ −∞ n=0 (2n)!
X∞ √
(−1)n a2n (2n)! π √ 2
O

= · n = π · e−a /4 .
(2n)! 4 · n!
n=0
DR


X
1
c) En este caso, utilizamos el desarrollo = xn , con lo que:
1−x
PE

n=0

Z1 ∞ Z1
X
p−1 −1
x (x − 1) ln x dx = − xn+p−1 · ln n dx.
0 n=0 0

Integrando por partes, con u = ln x, dv = xn+p−1 dx, obtenemos:


∞ Z1
X ∞ Z1
X 1 h n+p i
− xn+p−1 · ln x dx = − (x · ln x)′ − xn+p−1 dx
n+p
n=0 0 n=0 0

X ∞
1 xn+p 1 X 1
= · = .
n+p n+p 0 (p + n)2

n=0 n=0
Apéndice II 155

Z∞
Ejercicio 2.55. Demostrar que la función Γ (y) = e−x · xy−1 dx es de clase C(∞) en (0, ∞) y
0
verifica
i) Γ (y + 1) = y · Γ (y), y > 0.
ii) Γ (n + 1) = n!, n ⩾ 0.

iii) Γ (1/2) = π.

HU
Solución. Para poder aplicar el teorema de Leibniz, veamos que f(x, y) = e−x · xy−1 y sus
∂k f
derivadas parciales = e−x · xy−1 · (ln x)k están acotadas por una función integrable,
∂yk

/E
para todo y ∈ (a, b), con 0 < a < b < ∞.
Si 0 < x < 1, y = xr es decreciente en r y, si x > 1, la función y = xr es creciente en r. Por

PV
tanto, para todo y ∈ (a, b):

xa−1 si 0 < x ⩽ 1
-U
f(x, y) = e−x · xy−1 ⩽ g(x) =
M · e −x/2 si 1 ⩽ x

(pues e−x/2 · xy−1 ⩽ M < ∞ cuando x ⩾ 1 ya que lı́mx→∞ e−x/2 · xb−1 = 0).
A

Además la función g es integrable.


RI´

Al ser f(x, y) continua, también lo es Γ (y).


EG

Análogamente, como


∂f xa−1 · | ln x| si 0 < x ⩽ 1
= e−x · xy−1 · | ln x| ⩽ h(x) =
AL

∂y N · e−x/2 si 1 ⩽ x
Z∞

(pues lı́mx→∞ e−x · xb−1 · | ln x| = 0) y h es integrable, entonces Γ (y) = e−x · xy−1 ·
RO

0
ln x dx, con lo que Γ ′ es continua.
El mismo procedimiento permite demostrar que las demás derivadas son continuas.
D

Las demás propiedades se demuestran por integración y utilizando los ejercicios anteriores.
PE

Capı́tulo 3

Ejercicio 3.1. Sea F : [0, 1] × [0, 1] → R la función definida por



1 si x ∈ Q ∩ [0, 1], y ∈ [0, 1],
f(x, y) =
0 en el resto.
ZZ
Probar que f es medible Lebesgue y calcular f.
[0,1]×[0,1]
156 Soluciones de algunos ejercicios

Solución. Para la primera parte, basta observar que f = χE , donde E = (Q ∩ [0, 1]) × [0, 1] y
las secciones de E son medibles Lebesgue.
ZZ
Por otra parte, f = m2 (E) = m1 (Q ∩ [0, 1]) · m1 ([0, 1]) = 0.
[0,1]×[0,1]

ZZ

HU
Ejercicio 3.2. Calcular f, donde f(x, y) = x[1 + x + y]..
[0,1]×[0,1]

Solución. En el cuadrado [0, 1] × [0, 1] se verifica que 1 ⩽ f(x, y) ⩽ 3.

/E
Debemos por tanto dividir el cuadrado en dos triángulos y descomponer la integral en dos
sumandos. Como

PV
Z 1 Z 1
! Z Z ! Z
1 Z 1−x
!
1 1
dx |f(x, y)| dy = dx x dy + dx 2x dy
-U
0 0 0 0 0 1−x
Z1 Z1
2 5
= (x − x ) dx + 2x2 dx = .
0 0 6
A
RI´

sen x
Ejercicio 3.3. Probar que f(x, y) = es integrable en (0, ∞) × R.
x3/2 (1 + x2 + y2 )
EG

Solución. En primer lugar, la función es medible y, para ver que es integrable, veamos que
existe y es finita una de las integrales iteradas de |f|:
AL

Z∞ Z Z∞
| sen x|dx 1 | sen x|dx
dy = π .
0 x3/2 R 1 + x2 + y2 0 x3/2 (1 + x2 )1/2
RO

Para ver que esta integral es convergente, hacemos


Z∞ Z1 Z∞
D

| sen x| dx | sen x| dx | sen x| dx


= +
x (1 + x2 )1/2
3/2
0 x
3/2 2
(1 + x ) 1/2
1 x
3/2 (1 + x2 )1/2
PE

0
Z1 Z∞
dx dx
⩽ 1/2
+ 1/2
<∞
0 x 1 x (1 + x2 )1/2

(donde hemos utilizado la desigualdad | sen x/x| ⩽ 1).


 x2 −y2
si (x, y) ̸= (0, 0),
(x2 +y2 )2
Ejercicio 3.4. Sea f(x, y) = Probar que
0 si (x, y) = (0, 0).

Z1 Z1 Z1 Z1
π π
= f(x, y) dydx ̸= f(x, y) dxdy = − .
4 0 0 0 0 4
Apéndice II 157

x2 − y2
 
∂ −x
Solución. Si observamos que = y que
∂x x2 + y2 (x2 + y2 )2
x2 − y2
 
∂ y
= , entonces
∂y x2 + y2 (x2 + y2 )2
Z1 Z1 Z1
x2 − y2 −1 π
dy dx = dy = − ,
0 0 (x2 + y2 )2 0 1+y 2 4
Z1 Z1 Z1

U
x2 − y2 1 π
dx dy = dx = .
(x2 + y2 )2 x2 +1 4

/E H
0 0 0

Deducimos entonces que la función no es integrable en el cuadrado [0, 1] × [0, 1].

PV

 xy
si (x, y) ̸= (0, 0),
(x2 +y2 )2
Ejercicio 3.5. Sea f(x, y) = Probar que
0
-U
si (x, y) = (0, 0).

Z1 Z1 Z1 Z1
f(x, y) dydx = f(x, y) dxdy,
RI´A

−1 −1 −1 −1

pero f no es integrable en [−1, 1] × [−1, 1].


EG

 
∂ −y/2 xy
Solución. Teniendo en cuenta que = y que
  ∂x x2 + y2 (x2 + y2 ) 2
∂ −x/2 xy
AL

= 2 , resulta
∂y x2 + y2 (x + y2 )2
Z1 Z1 Z1
xy
dy dx = 0 dy = 0,
O

−1 −1 (x + y2 )2
2
−1
Z1 Z1 Z1
DR

xy
dx dy = 0 dx = 0.
−1 −1 (x2 + y2 ) 2 0
PE

Para comprobar que f no es integrable en el cuadrado R = [−1, 1] × [−1, 1], hacemos un


cambio de variables a coordenadas polares (teniendo en cuenta que B(0, 1) ⊂ R) y tenemos
que
ZZ ZZ Z 1 Z 2π Z1
| sen ϑ cos ϑ| dr
|f| ⩾ |f| = dr 2
dϑ = 2 2
= ∞.
R B(0,1) 0 0 r 0 r

Z1 Z1 ! Z1 Z1 !
Ejercicio 3.6. Para las siguientes funciones, calcular f(x, y) dx dy, f(x, y) dy dx,
0 0 0 0
Z Z
1 1
! Z Z 1 1
!
|f(x, y)| dx dy y |f(x, y)| dy dx y deducir de lo anterior si f es o no integrable en
0 0 0 0
[0, 1] × [0, 1].
158 Soluciones de algunos ejercicios

a) f : [0, 1] × [0, 1] → R definida por



(x − 1/2)−3 si 0 < y < |x − 1/2|
f(x, y) =
0 en el resto.

x−y
b) f(x, y) = .

HU
(x2 + y2 )3/2
x−y
c) f(x, y) = .
(x + y)3

/E
Solución.
R1

PV
a) Calculemos en primer lugar la función g(y) = 0 f(x, y) dx:
-U
1
A

1
€€€€
2
RI´
EG

1 1
€€€€
2
AL

Si y < 1/2, entonces


Z −y+1/2 Z1
RO

−3
g(y) = (x − 1/2) dx + (x − 1/2)−3 dx
0 y+1/2
(x − 1/2)−2 −y+1/2 (x − 1/2)−2 1
D

= + = 0.

−2 −2

0 y+1/2
PE

Si y > 1/2, entonces g(y) = 0.


R1
De lo anterior se deduce que 0 g(y) dy = 0.
R1
Veamos ahora el cálculo de h(x) = 0 f(x, y) dy:
Si x < 1/2, entonces
Z −x+1/2
h(x) = (x − 1/2)−3 dy = −(x − 1/2)−2 .
0

Si x > 1/2, entonces


Z x−1/2
h(x) = (x − 1/2)−3 dy = (x − 1/2)−2 .
0
Apéndice II 159

De lo anterior se deduce que


Z1 Z 1/2 Z1
−2
h(x) dx = −(x − 1/2) dx + (x − 1/2)−2 dx.
0 0 1/2

Ambas integrales son divergentes de modo que no existe esta integral.


Z1 Z1 ! Z1 Z1 !

HU
Análogamente, se comprueba que |f(x, y)| dx dy = ∞ y |f(x, y)| dy dx =
0 0 0 0
∞.

/E
Por el teorema de Fubini, la función no es integrable.

b) Como

PV
x−y ∂  −(x + y) ∂  x+y
= = ,
(x2 + y2 )3/2 ∂x y(x2 + y2 )1/2 ∂y x(x2 + y2 )1/2
Z1 Z1 Z1 Z1
-U
! !
deducimos que f(x, y) dx dy = − ln 2 y f(x, y) dy dx = ln 2.
0 0 0 0
A

c) Por una parte,


Z1 Z1 Z1 Zx Z1 Zy
RI´


x−y x−y y−x
dxdy = dx dy + dy dx,
(x + y)3 (x + y) 3 (x + y)3
0 0 0 0 0 0
EG

Zx Z1
x −x x 3 3
la cual no existe porque = 2+ 2 = y dx no existe.
0 (x + y)3 8x 2x 8x 0 8x
AL

Ahora bien, las integrales iteradas existen (aunque son distintas). Calculemos una de
ellas:
Z1 Z1 Z1 Z1  Z1
RO


1 2y −1 −1
dy f(x, y) dx = dy 2
− 3
dx = 2
dy = .
0 0 0 0 (x + y) (x + y) 0 (y + 1) 2
D
PE

Ejercicio 3.7. Comprobar que la función f(x, y) = e−y sen(2xy) es integrable en R = [0, 1] ×
Z∞
sen2 y 1
[0, ∞]. Deducir de lo anterior que e−y dy = ln 5.
0 y 4

Solución. Para ver que es integrable en R, basta observar que


ZZ Z1 Z∞ Z∞
|f| ⩽ e−y dxdy ⩽ e−y dy < ∞.
R 0 0 0

Si aplicamos el teorema de Fubini, tenemos que


Z∞ Z1 Z1 Z∞
dy e−y sen(2xy) dx = dx e−y sen(2xy) dy.
0 0 0 0
160 Soluciones de algunos ejercicios

Por una parte,


Z Z
e−y sen(2xy) dy = −e−y sen(2xy) + 2x e−y cos(2xy) dy
Z
= −e−y sen(2xy) + 2x(−e−y cos(2xy) − 2x e−y sen(2xy) dy)
Z
−e−y

HU
=⇒ e−y sen(2xy) dy = [sen(2xy) + 2x cos(2xy)].
1 + 4x2
Z∞
2x
Por tanto, e−y sen(2xy) dy = y

/E
0 1 + 4x2
Z1 Z∞
1 1 ln 5

PV
dx e−y sen(2xy) dy = ln(1 + 4x2 ) 0 = .
0 0 4 -U 4

Por otra parte,


Z Z1
e−y (1 − cos 2y)
e−y sen(2xy) dx = −e−y cos(2xy)/2y =⇒ e−y sen(2xy) dx = .
2y
A

0
RI´

Ası́ pues, como (1 − cos 2y)/2 = sen2 y, resulta


Z∞ Z1 Z∞
EG

e−y sen2 y ln 5
dy e−y sen(2xy) dx = dy = .
0 0 0 y 4
AL

Ejercicio 3.8. Averiguar si la función dada es integrable en la región D.


RO

a) f(x, y) = sen(x2 + y2 ), D = R2 .

b) f(x, y) = e−xy − 2e−2xy , D = [0, 1] × [1, ∞).


D
PE

Solución.

a) En primer lugar, es evidente que |f| es medible.


Por otra parte, si llamamos Dn al disco de centro el origen y radio n, la sucesión
fn (x, y) = f(x, y) · χDn (x, y) es creciente y 0 ⩽ fn ⩽ f.
Como
ZZ ZZ Z 2π Zn Z n2
fn = f= dv u| sen u2 | du = π | sen t| dt = ∞,
R2 Dn 0 0 0
ZZ
entonces lı́m fn = ∞, de modo que f no es integrable.
R2
Apéndice II 161

b) Por un lado,
Z1
e−y (1 − e−y )
f(x, y) dx = − ,
0 y
Z∞
e−y (1 − e−y )
de modo que − dy < 0.
1 y
Por otro lado, Z∞

HU
e−x (1 − e−x )
f(x, y) dy =
1 x
Z1
e−x (1 − e−x )

/E
y dx > 0.
0 x
Como las integrales iteradas existen y son distintas, la función no es integrable.

Z∞
PV
-U
arc tg(πx) − arc tg x
Ejercicio 3.9. Calcular dx.
0 x

1 arc tg(πx) − arc tg x
A

Solución. Basta observar que dy = y aplicar el teorema


1 1 + (xy)2 x
RI´

de Fubini.


EG

1 si x · y ∈ Q
Ejercicio 3.10. Se considera la función f : [0, 1] × [0, 1] → R definida por f(x, y) =
0 en caso contrario.
AL

Probar que f es medible Lebesgue y calcular la integral de f en el cuadrado [0, 1] × [0, 1].

Solución. Si llamamos (rk )k∈N a la sucesión de números racionales en [0, 1] y definimos


RO

[
Ek = {(x, y) ∈ [0, 1] × [0, 1] : x · y = rk }, E = Ek ,
k∈N
D

entonces f = χE .
PE

Como la función g(x, y) = x · y es continua en [0, 1] × [0, 1] y Ek = g−1 ({rk }), entonces Ek es
cerrado y, en consecuencia, es medible. En definitiva, E también es medible con lo que f es
medible.
Por último, como χEk es no negativa y medible, se puede aplicar el teorema de Fubini. Ası́,
ZZ Z1
m(Ek ) = χEk (x, y) dxdy = m1 ((Ek )x ) dx.
[0,1]×[0,1] 0

Pero (Ek )x = {y ∈ [0, 1] : (x, y) ∈ Ek } = {rk /x}, es decir m1 ((Ek )x ) = 0. En definitiva,


m(Ek ) = 0.
162 Soluciones de algunos ejercicios

Ejercicio 3.11. Dado un conjunto medible E ⊂ [0, 1] × [0, 1], probar que, si m1 (Ex ) ⩽ 1/2 para
casi todo x ∈ [0, 1], entonces m1 ({y ∈ [0, 1] : m1 (Ey ) = 1}) ⩽ 1/2.

Solución. Como la función f = χE es medible, se puede aplicar el teorema de Fubini.


Tenemos entonces
ZZ Z1 Z1

HU
m(E) = f = m1 (Ex ) = m1 (Ey ).
[0,1]×[0,1] 0 0

Por hipótesis, m(E) ⩽ 1/2 y, si A = {y ∈ [0, 1] : m1 (Ey ) = 1}, entonces

/E
Z Z Z1
m1 (A) = 1= m1 (Ey ) ⩽ m1 (Ey ) ⩽ 1/2.
A A 0

PV
Ejercicio 3.12. Si X = Y = N y µ(A) = card(A), para cualquier A ⊂ N, comprobar si es integrable
-U
la función



−x si x = y,
2 − 2
A

f(x, y) = −2 + 2 −y si x = y − 1,



RI´

0 en el resto.

Solución. Si la función fuera integrable, por el teorema de Fubini se deberı́a cumplir que
EG

XX XX
f(i, j) = f(i, j).
AL

i j j i

Ahora bien, como


X X X
f(1, j) = 2 − 2−1 − 2 + 2−1 = 0, f(2, j) = 2 − 2−2 − 2 + 2−2 = 0, f(i, j) = 0, i > 2,
RO

j j j
P P
resulta que i j f(i, j) = 0.
D

Por otra parte, como


PE

X X
f(i, 1) = 2 − 2−1 = 3/2, f(i, j) = −2 + 2−j+1 + 2 − 2−j = 1/2j , j ⩾ 2,
i i
P P
resulta que j i f(i, j) = 2.
En consecuencia, f no es integrable.

Capı́tulo 4

Ejercicio 4.1. Sean p, q ⩾ 1.


Apéndice II 163

a) Si p ⩽ q, probar que ℓp ⊂ ℓq .

b) Si p < q, probar que ℓp ̸= ℓq y que (ℓp , ∥ · ∥q ) es denso en (ℓq , ∥ · ∥q ).


P
Solución. Si x ∈ ℓp , por definición n |xn |p < ∞. En particular xn → 0, de modo que, a
partir de algún n0 ∈ N, |xn | < 1. Como p ⩽ q, entonces |xn |p ⩾ |xn |q y, en consecuencia,
P
n |xn | < ∞.
q

HU
Por otra parte, si llamamos X = {x = {xn } : sop x < ∞}, donde sop x = {n ∈ N : xn ̸= 0},
P
para cualquier x ∈ X podemos desarrollar x = N i=1 xi ei , con {ei } la base canónica.

/E
Ahora bien, dado x ∈ ℓp (para cualquier p ⩾ 1),

X
n X

PV
∥x − xk ek ∥p = |xi |p → 0
k=1 i>n
-U
por ser el resto de una serie convergente.
P
Como n p q p q
k=1 xk ek ∈ X y X ⊂ ℓ ⊂ ℓ , deducimos que X = ℓ = ℓ .
A

Ejercicio 4.2. Supongamos que Z = 1 y sean f y g funciones medibles no negativas, con


 µ(X)
RI´

Z
f · g ⩾ 1. Probar que f dµ · g dµ ⩾ 1.
X X
EG

Solución. Basta aplicar la desigualdad de Jensen a la función convexa φ(t) = 1/t. Ası́ pues,
Z Z  Z
AL

1 1
ϕ(f) ⩾ φ f =⇒ ⩾R .
f f
R R R R
Como 1/f ⩽ g, entonces 1/f ⩽ g, de donde f · g ⩾ 1.
RO

Ejercicio 4.3. Demostrar que, si 0 < r < p < s < ∞, entonces Lr ∩ Ls ⊂ Lp ⊂ Lr + Ls .


D

Solución. Sea A = {x : |f| ⩽ 1}. Si f ∈ Lr ∩ Ls ,


PE

Z Z Z Z Z Z Z
|f| =
p
|f| +
p
|f| ⩽
p
|f| +
r
|f| ⩽ |f| + |f|s < ∞.
s r
A Ac A Ac

Por otra parte, si f ∈ Lp ,

f = f · χA + f · χAc con f · χA ∈ Ls , f · χAc ∈ Lr .

Ejercicio 4.4. Supongamos que 0 < r < s < ∞ y f ∈ Lr ∩ Ls . Probar:

a) f ∈ Lp para todo p ∈ [r, s].


164 Soluciones de algunos ejercicios

R
b) La función ϕ(p) = ln |f|p es convexa en [r, s].

c) ∥f∥p ⩽ máx{∥f∥r , ∥f∥s }.

Solución. El apartado a) está resuelto en el ejercicio anterior.


Para que ϕ sea convexa, debemos probar que, si t ∈ [0, 1] y r ⩽ a < b ⩽ s, entonces

U
eϕ[ta+(1−t)b] ⩽ etϕ(a)+(1−t)ϕ(b) ,

/E H
es decir Z Z t Z 1−t
|f| ⩽
c
|f|
a
|f| b
,

PV
donde c = ta + (1 − t)b.
1 1
Si llamamos p = 1/t y q = 1/(1 − t), entonces + = 1. Como además g = |f|a/p ∈ Lp y
p q
-U
h = |f|b/q ∈ Lq , por el teorema de Hölder,
Z Z Z 1/p Z 1/q Z t Z 1−t
|f| = g · h ⩽
c
|g| p
· |h|q
= |f|a
· |f|b
.
RI´A

Por último,
EG

b(1−t) at/c b(1−t)/c


∥f∥cc ⩽ ∥f∥at
a · ∥f∥b =⇒ ∥f∥c ⩽ ∥f∥a · ∥f∥b ⩽ máx{∥f∥a , ∥f∥b }.
AL

Ejercicio 4.5. Si f es una función medible en [0, 1], probar que la función g(p) = ∥f∥p es creciente
en [1, ∞).
O

Solución. Sean p, q ∈ [1, ∞) con p < q. Entonces, por la desigualdad de Hölder aplicada al
DR

par (p′ , q′ ), con p′ = q/p y 1/p′ + 1/q′ = 1, resulta


Z1 Z1 !q/p Z1 !1/q′
PE

q′
(∥f∥p )p = |f|p ⩽ (|f|p )q/p · 1 = (∥f∥q )p ,
0 0 0

es decir g(p) ⩽ g(q).

R R R
Ejercicio 4.6. Si f es una función medible y no negativa en [0, 1], con f2 = f3 = f4 < ∞,
probar que f = f2 c.s.

Solución. Si aplicamos la desigualdad de Cauchy-Schwarz a las funciones f y f2 , obtenemos


Z1 Z1 !1/2 Z1 !1/2 Z1
2 2 4
f·f ⩽ f · f = f2 .
0 0 0 0
Apéndice II 165

Como la igualdad se da si y sólo si f y f2 son proporcionales, existe λ ∈ R tal que f = λf2


R R
c.s. Debido a la igualdad f2 = f4 , se deduce que λ = 1, con lo que f = f2 c.s. A su vez,
esto implica que f = χA para algún conjunto medible A ⊂ [0, 1].

Ejercicio 4.7. Demostrar que, si f, g ∈ Lp , con 0 < p < 1, entonces

HU
1
∥f + g∥p ⩽ 2 p −1 (∥f∥p + ∥g∥p ).

Solución. Teniendo en cuenta la desigualdad (a + b)k < ak + bk cuando a, b > 0 y 0 <

/E
k < 1 (lo que equivale a la desigualdad (1 + x)k < 1 + xk la cual se prueba por métodos de
cálculo diferencial), resulta:

PV
R R p R p R p
∥f + g∥pp |f + g|p (|f| + |g|p ) |f| + |g|
= ⩽ = .
2 2 2 2
-U
Ahora, por la concavidad de la función y = xp , resulta:
R R !p
∥f + g∥pp ( |f|p )1/p + ( |g|p )1/p
⩽ .
2 2
A
RI´

Ejercicio 4.8. Demostrar que, si µ(Ω) < ∞ y 0 < r < s < ∞, entonces Ls ⊂ Lr y que para
EG

f ∈ Ls ,
1 1
∥f∥r ⩽ ∥f∥s · µ(Ω) r − s .
Z
AL

Solución. Si f ∈ L , llamamos p = s/r > 1 y q el conjugado de p. Por hipótesis, |f|pr < ∞.


s

Por la desigualdad de Hölder,


Z Z 1/p Z 1/q
RO

|f| · 1 ⩽
r
|f|pr
· 1q = ∥f∥rs · (µ(Ω))1/q .
D
PE

Ejercicio 4.9. Comprobar si es cierta alguna de las siguientes proposiciones:

a) Si f ∈ Lp [0, 1], ∀p ∈ (1, ∞), entonces f ∈ L∞ [0, 1].

b) Si 1 ⩽ p < q < ∞, entonces Lq [1, ∞) ⊂ Lp [1, ∞).

c) Si fn ∈ L1 (0, 1) ∩ L2 (0, 1), entonces ∥fn ∥1 → 0 ⇐⇒ ∥fn ∥2 → 0.

Solución.

a) Falso. Por ejemplo, si f(x) = ln x, entonces f ∈ Lp [0, 1], ∀p ∈ (1, ∞), porque, al ser
R1 R1
lı́mx→0+ (ln x)p /x−1/2 = 0 y 0 x−1/2 dx < ∞, también 0 (ln x)p dx < ∞. Sin embargo,
f ̸∈ L∞ [0, 1] porque lı́mx→0+ ln x = −∞.
166 Soluciones de algunos ejercicios

b) Falso. Por ejemplo, si elegimos cualquier r comprendido entre 1/q y 1/p y definimos
R∞
la función f(x) = 1/xr , entonces f ∈ Lq [1, ∞) porque 1 1/xrq dx < ∞ (rq > 1) pero
R∞
f ̸∈ Lp [1, ∞) pues 1 1/xrp dx = ∞ (rp < 1).

c) La implicación ∥fn ∥2 → 0 =⇒ ∥fn ∥1 → 0 es cierta y se puede demostrar aplicando la


desigualdad de Cauchy-Schwarz:

HU
Z1 Z1 !1/2 Z1 !1/2
∥fn ∥1 = |fn | · 1 ⩽ |fn |2 · 12 = ∥fn ∥2 .
0 0 0

/E
Sin embargo, la implicación ∥fn ∥1 → 0 =⇒ ∥fn ∥2 → 0 es falsa. Por ejemplo, si fn =
n · χ[0,1/n2 ] , es evidente que ∥fn ∥2 = 1 y ∥fn ∥1 = 1/n → 0.

PV
-U
Z1
Ejercicio 4.10. Si {fn } es una sucesión de funciones medibles en [0, 1] y lı́m |fn (x)|3 dx =
n→∞
Z1 0
fn (x)
0, probar que lı́m √ dx = 0.
A

n→∞ 0 x
RI´

Solución. Aplicar la desigualdad de Hölder.


EG

Z π/2
√ π
Ejercicio 4.11. Probar que x · sen x dx < √ .
AL

0 2 2

Solución. Aplicar la desigualdad de Cauchy-Schwarz. Observar que no puede darse la


igualdad ya que x y sen x no son proporcionales.
RO

Z∞ √
3 √
1+x 3
Ejercicio 4.12. Probar que dx ⩽ 6.
D

x2
1
PE


3
Solución. Aplicar la desigualdad de Hölder a las funciones f(x) = 1 + x/x y g(x) = 1/x.

1
Ejercicio 4.13. Si f(x) = p
6
, probar que f ∈ Lp (0, 1), 1 ⩽ p < 6, pero f ̸∈ L6 (0, 1).
x(1 − x)
R1/2 R1
Solución. Basta observar que, si p < 6, 0 1/xp/6 dx < ∞ y que 1/2 1/(1 − x)p/6 dx < ∞
pero la función f6 no es integrable en (0, 1).

1
Ejercicio 4.14. Si f(x) = √
3
, comprobar si f ∈ L3 (R) y f ∈ L1 (R).
1+x2
Apéndice II 167

R 3 (x) dx
Solución. Como Rf = π, entonces f ∈ L3 (R). Sin embargo, f no es integrable en R.


Ejercicio 4.15. Si f ∈ Lp (0, 1), con 2 < p, probar que f/ x ∈ L1 (0, 1).

Solución. Basta aplicar la desigualdad de Hölder.

HU
1
Ejercicio 4.16. Si g(x) = , probar que g ∈ Lp (R), 1 ⩽ p ⩽ ∞.
1 + x2

/E
R
Solución. Es evidente que R gp < ∞ por tratarse de una integral impropia convergente.
Además, g ∈ L∞ ya que está acotada.

PV
-U
Ejercicio 4.17. Si f ∈ L5 (R) y g ∈ L5/4 (R), probar que f · g ∈ L1 (R).

Solución. Basta aplicar la desigualdad de Hölder con los valores p = 5, q = 5/4.


A
RI´

Ejercicio 4.18. Si f ∈ Lp (1 ⩽ p < ∞), g ∈ L∞ , probar que f · g ∈ Lp .


EG

Solución. Por hipótesis, existe M = supes |g| < ∞. Entonces


Z Z Z
AL

|f · g|p = |f|p · |g|p ⩽ Mp |f|p < ∞.


RO

Ejercicio 4.19. Resolver la siguiente ecuación en L3 (0, 1):

Z1 !3 Z1
D

4
xg(x) dx = g3 (x) dx.
0 25 0
PE

Solución. La desigualdad de Hölder se convierte en igualdad. Esto significa que g(x) = k · x


y la constante se calcula por integración directa.

Ejercicio 4.20. Si f y g son dos funciones medibles no negativas sobre un conjunto medible
E, con m(E) < ∞, probar que
Z Z
f · g ⩾ a · (m(E))2 ,
E E

donde a es una constante positiva.


168 Soluciones de algunos ejercicios

√ √
Solución. Si aplicamos la desigualdad de Cauchy-Schwarz a las funciones f y g, tene-
mos que
Z p Z 1/2 Z 1/2
f·g ⩽ f · g .
E E E

Si definimos A = {x ∈ E : f · g ⩾ a}, de lo anterior se deduce que
Z Z Z 2 Z 2 Z 2

HU
p p
f· g⩾ f·g ⩾ f·g ⩾ a = a · (m(A))2 .
E E E A E

Falta ver que m(A) = m(E) eligiendo a adecuadamente (¿lema de Chebysev?).

/E
PV
-U
A
RI´
EG
AL
D RO
PE
Bibliografı́a

HU
/E
PV
[AB] Charalambos Aliprantis y Owen Burkinshaw, Principles of real analysis. Academic
-U
Press, 1990.

[Bu] Frank Burk, A garden of integrals. Dolciani Mathematical Expositions 31 (MAA), 2007.
A

[De] A. Denjoy, Une extension de l‘integrale de M. Lebesgue. C.R. Acad. Sci. Paris 154 (1912),
859-862.
RI´

[FF] José A. Facenda y Francisco J. Freniche, Integración de funciones de varias variables.


EG

Pirámide, 2002.

[Ge] Jean Genet, Measure et intégration: théorie élémentaire. Vuibert, 1976.


AL

[Go] Russell Gordon, The integrals of Lebesgue, Denjoy, Perron and Henstock. American
Mathematical Society, 1994.
RO

[GR] Miguel de Guzmán y Baldomero Rubio, Integración: teorı́a y técnicas. Alhambra,


1979.
D

[HS] Norman Haaser y Joseph Sullivan, Real Analysis. Van Nostrand, 1971.
PE

[KF] Andrei Kolmogorov y Sergei Fomin, Elementos de la teorı́a de funciones y del análisis
funcional. Mir, 1978.

[Pi] Jean-Paul Pier, Histoire de l‘intégration, Masson, 1996.

[Ro] Halsey Royden, Real Analysis, 3rd. ed. McMillan, 1988.

[SS] Elias Stein y Rami Shakarchi, Real Analysis, III. Princeton University Press.

169
PE
D RO
AL
EG
RI´
A
-U
PV
/E
HU
Índice alfabético

HU
/E
Aσ , 85 espacio medible, 71

PV
Aσδ , 85 espacio normado, 97
σ-álgebra, 71
función escalonada, 38
σ-álgebra de Borel, 22
-U
función integrable sobre un conjunto medi-
σ-álgebra de conjuntos, 22
ble, 79
σ-álgebra generada, 23
función medible, 74
Fσ , 22
A

función medible Lebesgue, 36


Gδ , 22
RI´

función simple, 39, 74


álgebra de conjuntos, 22
funcional lineal, 110
álgebra generada por una semiálgebra, 87
EG

funcional lineal acotado, 110


c.s., 38 fórmula de Leibniz, 63
conjunto abierto, 22
AL

integral
conjunto acotado, 22
de funciones medibles no negativas, 76
conjunto cerrado, 22
de funciones simples, 75
conjunto compacto, 22
RO

integral de Lebesgue
conjunto de Cantor, 26
de funciones medibles, 48
conjunto de Vitali, 35
de funciones medibles no negativas, 47
D

conjunto medible, 28
de funciones medibles y acotadas, 45
conjunto medible (Carathéodory), 81
PE

de funciones simples, 42
convergencia en medida, 56
lema de Fatou, 50, 77
desigualdad de Cauchy-Schwarz, 103
desigualdad de Hölder, 100 medida σ-finita, 73
desigualdad de Minkowski, 100 medida abstracta, 71
medida de contar, 72
espacio Lp , 104 medida de Dirac, 72
espacio de Banach, 98 medida de Lebesgue, 31
espacio de medida, 71 medida de Lebesgue bidimensional, 89
espacio de medida completo, 73 medida de probabilidad, 73
espacio dual, 113 medida exterior, 24, 81

171
172 Índice alfabético

medida exterior inducida por una medida,


85
medida finita, 73
medida producto, 88
medida sobre un álgebra, 83

HU
norma de un funcional lineal acotado, 110

parte negativa de una función, 48


parte positiva de una función, 48

/E
principio de Cavalieri, 89
propiedad de Heine-Borel, 22

PV
rectángulo medible, 88 -U
semiálgebra de conjuntos, 87
seminorma, 98
A

teorema de compleción de una medida, 73


teorema de Egorov, 41
RI´

teorema de extensión de Carathéodory, 86


teorema de Fubini, 92, 93
EG

teorema de la convergencia acotada, 50


teorema de la convergencia dominada, 54, 80
AL

teorema de la convergencia monótona, 52, 78


teorema de Levi, 52
teorema de representación de Riesz, 113
RO

teorema de Riesz-Fischer, 106


teorema de Tonelli, 94
D
PE

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