Lebesgue Integral
Lebesgue Integral
Lebesgue Integral
Teorı́a de la medida
/E
e
integral de Lebesgue PV
-U
A
RI´
EG
AL
RO
D
PE
Pedro Alegrı́a
UPV/EHU
HU
/E
PV
-U
A
RI´
Pedro Alegrı́a
[email protected]
Departamento de Matemáticas
Euskal Herriko Unibertsitatea
Universidad del Paı́s Vasco
Bilbao - España
Índice general
HU
/E
Prólogo
PV 5
-U
1. Evolución del concepto de integral 7
A
1.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
AL
2. Integral de Lebesgue en R 17
2.1. Motivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.1.1. Deficiencias de la integral de Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
RO
3
4 ÍNDICE GENERAL
HU
3. Teorı́a de la medida abstracta 71
3.1. Espacios de medida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
/E
3.2. Funciones medibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
PV
3.3. Integración de funciones medibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
3.4. Construcción de medidas abstractas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
-U 80
3.4.1. Medida exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
3.4.2. Teorema de extensión de Carathéodory . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
3.5. Medidas producto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
A
3.6. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
RI´
4. Espacios Lp 97
EG
HU
/E
PV
A lo largo de la historia de las matemáticas podemos encontrar diferentes conceptos de
-U
integración, motivados por muy diversos problemas. Ya en la época griega encontramos
ejemplos de cuadratura, llamada ası́ por el problema de identificar el área de una figura
geométrica con el área de un cuadrado, término empleado en la actualidad como sinónimo
A
del cálculo de áreas mediante integración. La siguiente evolución, debida a Isaac Newton
y Gottfried Leibniz, consistió en convertir el cálculo de áreas como una aplicación de la
RI´
operación inversa de la derivada, idea que fue el punto de partida del cálculo infinitesimal.
Esto permite definir nuestro primer concepto de integral, la llamada integral de Newton:
EG
dada una función f : [a, b] → R, si F es una primitiva de f, es decir tal que F′ = f, se define
Rb
a f = F(b) − F(a).
AL
la introducción del rigor matemático —la integral vista como suma infinita en vez de ser
la operación inversa de la derivada— fue la definición dada por Augustin Cauchy para
funciones continuas a principios del siglo XIX, y precursora de la más conocida integral de
D
5
6 ÍNDICE GENERAL
HU
y Perron, fue propuesto de forma independiente por Jaroslav Kurzweil (1957) y Ralph
Henstock (1961). Su definición, basada en la integral de Riemann, hace que toda función
integrable Lebesgue sea también integrable según Henstock y Kurzweil, que toda derivada
/E
sea integrable según Henstock y Kurzweil y que el teorema fundamental y los teoremas de
convergencia de la integral sean más generales que los que se demuestran con la integral
PV
de Lebesgue.
Se conocen en la literatura más de 100 nombres para la integral: algunos tienen sólo interés
-U
histórico y su alcance ha sido superado por otros conceptos más modernos (la integral
de Riemann es un caso particular de la integral de Riemann-Stieltjes); algunos son equi-
valentes, como las integrales de Denjoy, Perron y Henstock-Kurzweil en R; algunos están
A
definidos de forma exclusiva en espacios concretos, como la integral de Bochner para fun-
RI´
ciones con valores en espacios de Banach. Incluso si pudiéramos definir una integral que
englobe a todas las demás, serı́a demasiado difı́cil de manejar en casos concretos. Por eso,
EG
HU
Capı́tulo
/E
Evolución del concepto de integral
PV
-U
Si Newton y Leibniz hubieran llegado a imaginarse que las funciones continuas no
tienen por qué tener derivada (y esto es lo que ocurre en general), nunca se habrı́a
creado el cálculo diferencial. Charles Émile Picard
A
RI´
con más o menos éxito. Algunos de los ejemplos más antiguos que han trascendido hasta
nuestros dı́as se basaban en relacionar las figuras dadas con cuadrados de lado conoci-
do. Ası́, Hipócrates pudo hallar el área de la lúnula (figura comprendida entre dos arcos
circulares). Más adelante, Eudoxo justificó el método de exhaución mediante el cual cier-
tas regiones curvas pueden aproximarse por figuras poligonales. Con ello se probarı́a que
el área de un cı́rculo es proporcional al cuadrado de su diámetro, lo cual era obvio para
polı́gonos regulares. El propio Eudoxo calculó de esta manera el volumen del prisma y el
cono.
Posteriormente, Arquı́medes dio muestras de su genialidad probando, por el método de
exhaución, que el área de un segmento parabólico es igual a 4/3 del área del triángulo
inscrito. Ya en su época era conocido que el área de una figura plana es aditiva e invariante
7
8 1.1. Desde el problema de la cuadratura ...
por movimientos, pero quedaba pendiente la cuestión de saber si toda figura geométrica
tiene área.
No fue hasta el siglo XVII que el cálculo de áreas se convirtió en una aplicación del concepto
de integral y el problema de cuadratura se resolvió mediante la relación entre derivada e
integral, dada por el teorema fundamental del cálculo, establecido por Isaac Newton y
Gottfried Leibniz.
U
Esta búsqueda de soluciones de una ecuación diferencial origina el primer concepto de
/E H
integral, la llamada integral de Newton, definida como operación inversa de la derivada, de
modo que, si F es una primitiva de f, es decir tal que F′ = f, entonces
Zb
PV
(N) f = F(b) − F(a).
a
Este resultado, conocido hoy en dı́a como teorema fundamental del cálculo integral, ha
-U
sido generalizado de diferentes maneras y motivado los diferentes enfoques de la integral,
como los que mostramos a continuación.
El siguiente paso adelante lo dio Augustin Cauchy, considerado como el fundador de la
RI´A
teorı́a de integración, al definir (en 1823) de forma constructiva la integral de una función
continua.
Definición. Dada una función continua f : [a, b] → R, sea P = {x0 , x1 , . . . , xn } una partición
EG
de [a, b], y llamamos diám(P) = máx{xk − xk−1 : k = 1, . . . , n}. Para cada k ∈ {1, . . . , n}, sea
ck ∈ [xk−1 , xk ] un punto arbitrario. Entonces existe una constante L tal que
AL
X
n
∀ε > 0, ∃δ > 0 : f(ck ) · (xk − xk−1 ) − L < ε,
k=1
O
Zb
DR
para toda P partición de [a, b] con diám(P) < δ. En tal caso, escribimos L = (C) f(x) dx.
a
Con la definición de Cauchy y utilizando la continuidad uniforme, podemos demostrar el
teorema fundamental para funciones de clase C(1) (aunque también es cierto para funciones
PE
continuas que tienen derivada en todos los puntos salvo un conjunto finito).
Teorema 1.1.2 (convergencia de funciones integrables). Si (fn )n∈N es una sucesión de fun-
Zb
ciones continuas en [a, b] que converge uniformemente a f en [a, b], entonces (C) f(x) dx =
Zb a
También era posible calcular la integral, por el método de Cauchy, de funciones con un
HU
número finito de discontinuidades de “salto finito”. Sin embargo, no estaba claro lo que
ocurrı́a con funciones con una cantidad numerable, o incluso densa, de discontinuidades
/E
de salto.
Johann Peter Gustav Lejeune Dirichlet, en su estudio sobre la convergencia de series tri-
PV
gonométricas, consideró funciones continuas salvo un conjunto finito y con un número
finito de máximos y mı́nimos en el intervalo [−π, π]. Pensaba que se podı́a eliminar alguna
restricción con una definición más general para la integral. Como respuesta a las cuestio-
-U
nes de Dirichlet sobre el tipo de discontinuidad que puede tener una función para tener
una integral, su alumno Bernhard Riemann planteó la definición de integral que lleva su
X {nx}
nombre. Propuso el ejemplo f(x) = , donde {t} representa la distancia de t al en-
A
n2
n∈N
RI´
tero más próximo (o cero si t está a la misma distancia de los dos más próximos), función
que es discontinua en los puntos x = (2k + 1)/(2n) (fracción irreducible), que forman un
EG
1 X 1 π2
f(x ± 0) = f(x) ± = f(x) ± .
AL
Riemann afirmó que como el número de variaciones bruscas superiores a una cantidad dada es
RO
finito y la longitud de los intervalos que contienen esas variaciones es tan pequeña como se quiera,
la función f es integrable.
Rx
Con dicha función f, Darboux definió F(x) = a f, la cual es continua pero sus derivadas
D
laterales en x = (2k + 1)/2n son diferentes, ası́ que no es derivable en un conjunto denso.
PE
Posteriormente, propuso las siguiente función, continua en todo punto pero no derivable
en ninguno:
X sen((n + 1)!x)
f(x) = .
n!
n∈N
Por otra parte, como los coeficientes de una serie de Fourier se expresan mediante una
integral, en el trabajo titulado “On the representability of a function by means of trigonometric
series”, Riemann consideró el significado de la integral definida mediante sumas.
Definición. Dada una función acotada f : [a, b] → R, consideremos una partición P =
{x0 , x1 , . . . , xn } del intervalo [a, b] y sea ck ∈ [xk−1 , xk ] (k = 1, . . . , n) un punto arbitrario. El
P
valor n k=1 f(ck )(xk − xk−1 ) recibe el nombre de suma de Riemann de f respecto a la partición
10 1.1. Desde el problema de la cuadratura ...
X
n
lı́m f(ck )(xk − xk−1 ).
diám(P)→0
k=1
U
(R) f(x) dx.
a
/E H
Con esta definición, se prueba que todas las funciones continuas son integrables Riemann,
y que la integral de Riemann coincide con la integral de Cauchy.
PV
Algunas caracterizaciones para la integral de Riemann, cuya demostración puede encon-
trarse en la mayorı́a de textos universitarios, son las siguientes:
-U
Teorema 1.1.3. Sea f : [a, b] → R una función acotada. Son equivalentes:
RI´A
b) (Criterio de Cauchy) ∀ε > 0, existe una partición P = {x0 , x1 , . . . , xn } de [a, b] tal que
EG
X
n
sup f(x) − ı́nf f(x) · (xk − xk−1 ) < ε.
x∈[xk−1 ,xk ]
k=1 x∈[xk−1 ,xk ]
AL
c) Para cualesquiera ω, ℓ > 0, existe δ > 0 tal que, para cualquier partición de [a, b] de diámetro
menor que δ, la suma de las longitudes de los subintervalos [xk−1 , xk ] con
O
X
n
PE
HU
a
/E
b) Si f es continua en x0 ∈ [a, b], entonces F es derivable en x0 y F′ (x0 ) = f(x0 ).
PV
Con respecto a la convergencia de la sucesión de integrales, el resultado fundamental es el
siguiente.
-U
Teorema 1.1.6 (convergencia de funciones integrables Riemann). Sea (fk )k∈N una sucesión de
funciones integrables Riemann que converge uniformemente a f en [a, b]. Entonces f es integrable
Zb Zb
A
a a
Tal como hemos enunciado en el teorema 1.1.3, a principios del siglo XX, Henri Lebesgue
EG
probó que una condición necesaria y suficiente para que exista la integral de Riemann de
una función acotada es que el conjunto de sus puntos de discontinuidad tenga medida cero.
Previamente, Riemann habı́a construido un ejemplo de función integrable cuyos puntos de
AL
Xn
madas sumas de Riemann-Stieltjes, que tienen la forma f(ck )[φ(xk ) − φ(xk−1 )], donde
PE
k=1
{x0 , x1 , . . . , xn } es cualquier partición del intervalo [a, b] y ck es un punto arbitrario de
[xk−1 , xk ], k = 1, . . . , n, siendo φ : [a, b] → R una función creciente. De forma más general,
podemos establecer la siguiente definición.
Definición. Sean f, φ : [a, b] → R dos funciones acotadas. Decimos que f es integrable
Riemann-Stieltjes con respecto a φ en el intervalo [a, b] cuando existe una constante L tal que
X
n
∀ε > 0, ∃δ > 0 : f(ck )[φ(xk ) − φ(xk−1 )] − L < ε,
k=1
La relación entre ambas integrales es sencilla, como se deduce del siguiente resultado.
HU
Riemann-Stieltjes respecto a φ en [a, b] y
Zb Zb
f(x) dφ(x) = (R) f(x)φ′ (x) dx.
/E
(R-S)
a a
PV
que φ sea una función creciente. -U
1.2. ... hasta la integral de Lebesgue ...
A
La pregunta natural que surge a continuación es la siguiente: ¿La clase de funciones inte-
grables es ya suficientemente amplia? En 1881, Vito Volterra encontró un ejemplo (basado
RI´
en el conjunto de Cantor) de una función derivable en la recta real, cuya derivada es aco-
tada pero discontinua en un conjunto de medida positiva, es decir no integrable Riemann.
EG
definición, probó que el teorema fundamental de la integral era válido para toda función
derivable con derivada acotada.
Es destacable la originalidad del enfoque de Lebesgue en contraposición con las ideas de
RO
Dada f : [a, b] → R, supongamos que α < f(x) < β, ∀x ∈ [a, b]. Sea {y0 , y1 , . . . , yn } una
partición de [α, β] y llamamos f−1 ([yk−1 , yk )) = {x ∈ [a, b] : yk−1 ⩽ f(x) < yk }, para
PE
cuando n → ∞.
La simple idea de establecer una partición de la imagen de la función en vez de su dominio,
le permitió, por ejemplo, calcular la integral de la función de Dirichlet
0 si x es racional
f(x) =
1 si x es irracional,
Capı́tulo 1. Evolución del concepto de integral 13
HU
funciones medibles y establecer los teoremas de convergencia para la integral de Lebesgue,
los cuales la convirtieron en una herramienta básica del análisis y permitieron ampliar
significativamente la clase de funciones integrables.
/E
Las cuestiones básicas son las siguientes: dada una sucesión (fn ) de funciones integrables
Lebesgue en [a, b], tal que fn converge puntualmente a f c.s. en [a, b], ¿es f integrable
PV
Lebesgue en [a, b]? En caso afirmativo, ¿es cierto que el lı́mite de la integral es igual a la
integral del lı́mite?
-U
Los resultados siguientes proporcionan las respuestas a estas cuestiones.
Teorema 1.2.1 (convergencia acotada). Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles en [a, b].
Supongamos que existe M ∈ R tal que |fn (x)| ⩽ M, para todos n y x. Si f(x) = lı́m fn (x),
A
Zb Zb
RI´
(L)
a a
Teorema 1.2.3 (convergencia dominada de Lebesgue). Sean g una función integrable en [a, b]
y (fn ) una sucesión de funciones medibles tales que |fn | ⩽ g en [a, b] y f(x) = lı́m fn (x) c.s. en
RO
Hay que apuntar que la integral de Lebesgue tampoco es una generalización directa de la
PE
Lebesgue-Stieltjes de un intervalo (a, b] es φ(b) − φ(a), donde φ es una función continua por
la derecha en R, creciente y no negativa, tal que lı́mx→−∞ φ(x) = 0 y lı́mx→+∞ φ(x) = 1.
Definida de esta manera la medida se construye la integral de Lebesgue-Stieljes de forma
similar a la de Riemann-Stieltjes.
Durante el siglo XX se han desarrollado otros enfoques de la integral, aún más generales
que el de Lebesgue. Entre los más significativos destacaremos el planteamiento de Arnaud
HU
Denjoy [De], quien abordó en 1912 el problema de la relación entre una función y la in-
tegral de su derivada. Era sabido que la integral de Riemann tiene sentido para todas las
funciones continuas o aquellas cuyos puntos de discontinuidad forman un conjunto de
/E
medida nula, mientras que la integral de Lebesgue se calcula sobre toda función medible
acotada. En ambos casos, la integral indefinida es continua y su derivada coincide con la
PV
función dada salvo en un conjunto de medida nula. Como, por el contrario, la derivada
de una función no es necesariamente integrable, Denjoy desarrolló una teorı́a que permite
-U
recuperar una función continua a partir de su derivada. Posteriormente, y con este mismo
objetivo de que toda derivada es integrable, Oskar Perron construyó un nuevo concepto de
integral, el cual resultó ser equivalente al de Denjoy.
A
Uno de los nuevos enfoques más estudiados es el que propusieron de forma independiente
RI´
X
RO
m
y(x) ≃ y0 + [F(aj , y(tj )) − F(aj−1 , y(tj−1 ))],
j=1
Zx
D
a
etiquetada del intervalo [a, x].
La novedad de su planteamiento se basa en elegir la partición del intervalo [a, b] donde está
definida la función de modo que el tamaño de cada subintervalo dependa de la oscilación
de la función. Si en las sumas de Riemann existe una constante δ tal que máx1⩽k⩽n (xk −
xk−1 ) < δ, en el caso de la integral de Henstock y Kurzweil (que abreviaremos por H-K)
dicho δ será una función que vendrá definida por la condición
Este hecho permitirá que toda función integrable Lebesgue sea integrable H-K, que toda
derivada sea integrable H-K y que el teorema fundamental y los teoremas de convergencia
Capı́tulo 1. Evolución del concepto de integral 15
sean más generales, todo ello sin necesidad de construir una teorı́a de la medida, como en
el caso de la integral de Lebesgue.
Esta nueva definición tiene importantes consecuencias y aplicaciones. A pesar de que no
es válido el lema de Riemann-Lebesgue para esta integral, en Análisis Armónico se han
obtenido interesantes resultados utilizando la integral de H-K.
U
1.4. Ejercicios
/E H
R2π 1
Ejercicio 1.1. Encontrar el error en el siguiente cálculo de la integral 0 5+3 cos x dx.
Buscamos primero una primitiva mediante el cambio de variable t = tg x/2. Resulta entonces que
PV
2
cos x = 1−t
1+t2
2
y dx = 1+t 2 dt de modo que
Z Z
-U
1 1 1 1 1
dx = 2
dt = arc tg(t/2) = arc tg tg(x/2) .
5 + 3 cos x 4+t 2 2 2
Z 2π
1 1 1 2π
dx = arc tg tg(x/2) = 0.
0 5 + 3 cos x 2 2 0
EG
1 si x = 0.
e−1/x si x > 0,
Ejercicio 1.4. Se considera la función f(x) =
0 si x ⩽ 0.
Ejercicio 1.6. Probar que las siguientes funciones son de clase C(∞) pero no son analı́ticas (sus
series asociadas no convergen a la función).
P∞ cos(ak x)
a) f(x) = k=0 k! , con a > 1 impar (función de Lerch, 1888).
P √
b) f(x) = k∈A e− k cos(kx), con A = {2n , n ∈ N} (función de Merryfield).
HU
/E
PV
-U
A
RI´
EG
AL
D RO
PE
2
HU
Capı́tulo
/E
Integral de Lebesgue en R
PV
-U
Lo que el análisis te da con una mano te lo quita con la otra. Retrocedo con pánico frente
a esta lamentable plaga de funciones continuas que no tienen derivada.
Charles Hermite
A
RI´
2.1. Motivación
EG
tras Cauchy restringı́a la integrabilidad a funciones continuas, Riemann dio una condición
necesaria y suficiente para la integrabilidad de una función: una función acotada f(x) es
integrable en [a, b] si y sólo si la suma de Cauchy
RO
X
n
Sn = f(tk )(xk − xk−1 ),
D
k=1
cuando el tamaño de la partición del intervalo se aproxima a 0. Este único valor lı́mite es
Zb
por definición f(x) dx. Aunque lo que Riemann hizo nos pueda parecer ahora un paso
a
casi trivial a partir de la integral de Cauchy, históricamente representó un gran salto, ya
que involucraba un concepto radicalmente diferente de función. De hecho, en su tiempo, la
teorı́a de Riemann parecı́a la más general posible: su condición de integrabilidad era la más
débil usando la definición tradicional de Cauchy; de hecho, permitı́a extender el concepto
de integral a funciones cuyos puntos de discontinuidad forman un conjunto denso, funcio-
nes cuya existencia ni siquiera habı́a sido sospechada por la mayorı́a de los matemáticos de
la época. Una nueva generalización parecı́a por lo tanto impensable. Impensable siempre
y cuando la suma de Cauchy fuese tomada como punto de partida para la definición de
17
18 2.1. Motivación
integral. Es en este sentido que la idea de medida se hace fundamental para sentar las bases
de una nueva definición de integral, la cual se hacı́a cada vez más necesaria después de los
trabajos de Fourier y Dirichlet para admitir funciones cada vez más discontinuas.
U
El nuevo concepto de integral que desarrollamos en este curso tratará de solventar las defi-
ciencias que presentaba la integral de Riemann y que se hicieron patentes a partir de 1890.
/E H
Básicamente, deseamos que la integral de Lebesgue resuelva alguna de las limitaciones que
enumeramos a continuación.
PV
1. La clase de funciones integrables Riemann es relativamente pequeña. Sólo alcanza las
funciones con una cantidad numerable de puntos de discontinuidad finita.
-U
2. La integral de Riemann no tiene propiedades de lı́mite satisfactorias. Sin hipótesis
adicionales, no se puede pasar al lı́mite bajo el signo integral.
f(x) =
0 en el resto,
integrable Riemann.
DR
f(x) = 0 si x ̸∈ Q
1 si x = 0,
es continua en los irracionales y discontinua en los racionales, es integrable Riemann en [0, 1] y
R1
además 0 f = 0.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 19
Para demostrar que es integrable Riemann, observemos en primer lugar que L(f, P) = 0 para cual-
quier partición P del intervalo [0, 1] ya que todo intervalo [xi−1 , xi ] contiene algún número irracio-
nal.
Por otra parte, dado cualquier ε > 0, sabemos que sólo existe un conjunto finito de racionales
{x1 , . . . , xn } ⊂ [0, 1] tales que f(xi ) > ε/2 (i = 1, . . . , n). Elegimos entonces una partición P de [0, 1]
de modo que {x1 , . . . , xn } sean los puntos medios de subintervalos de P cuya longitud total sea ε/2.
U
De este modo, podemos dividir U(f, P) en dos sumandos: los correspondientes a los subintervalos
citados suman como máximo 1 · ε/2 y los restantes están acotados por el área del rectángulo de base
/E H
1 y altura ε/2 (ver figura adjunta).
PV
-U
RI´A
EG
(n ⩾ 0), tiene infinitas discontinuidades (en los puntos xn = 1/2n , n ∈ N) pero es integrable
R1
Riemann y 0 f(x) dx = 5/3 (ver ejercicio 1.2).
O
fn (x) =
0 en el resto,
Z1 Z1
PE
donde rn es el n-ésimo número racional en [0, 1], entonces fn son integrables Riemann (porque
tienen una cantidad finita de puntos de discontinuidad) pero lı́m fn (x), la función de Dirichlet, no
es integrable Riemann.
Este ejemplo pone de manifiesto que los teoremas de la convergencia monótona y convergencia domi-
nada (ver sección 2.4.2) no son ciertos para la integral de Riemann.
20 2.1. Motivación
HU
2x cos(1/x2 ) + 2
sen(1/x2 ) si 0 < x ⩽ 1
F′ (x) = x
0 si x = 0.
/E
Sin embargo, F′ no es acotada, por lo que no es integrable Riemann.
finidad de indivisibles cada uno de ellos siendo la ordenada, positiva o negativa, de f(x).
Y bien, nosotros simplemente hemos agrupado los indivisibles de tamaño comparable;
RI´
hemos hecho, como se dice en álgebra, la reunión, la reducción de los términos semejan-
tes. Se puede decir que, con el método de Riemann, se intentaba sumar los indivisibles
EG
en sus manos; en cambio nosotros procedemos como el comerciante metódico que dice:
Tengo m(E1 ) monedas de 1 corona lo que hace 1 × m(E1 ), tengo m(E2 ) monedas de
2 coronas lo que hace 2 × m(E2 ), tengo m(E3 ) monedas de 5 coronas lo que hace 5 ×
RO
do ya que, por muy rico que sea, no hay más que un número finito de billetes que contar;
pero para nosotros que tenemos que sumar una infinidad de indivisibles, la diferencia
PE
HU
ii) m(A ∪ B) = m(A) + m(B), si A y B son disjuntos.
En realidad, los argumentos de lı́mite que se aplican en la teorı́a hacen necesaria la
condición
/E
S P
ii’) m( i∈N Ai ) = i∈N m(Ai ), con Ai disjuntos dos a dos.
PV
iii) m(A + h) = m(A) (la medida es invariante bajo traslaciones).
-U
Un resultado importante de la teorı́a es la existencia y unicidad de tal medida, que llama-
remos medida de Lebesgue, cuando nos referimos a una clase razonable de conjuntos, los
llamados conjuntos medibles. Esta clase de conjuntos contiene en particular a los abiertos y
A
será cerrada bajo uniones numerables, intersecciones y complementos. Ahora bien, la idea
previa de poder asignar una medida a todos los subconjuntos de R no es posible. Demos-
RI´
traremos que existen conjuntos que no son medibles cuando pedimos las condiciones i) a
iii) anteriores. Esta situación contraria a la intuición está relacionada con la famosa parado-
EG
fonctions”, donde investigaba sobre ciertos conjuntos del intervalo [0, 1]. Pretendı́a asignar
medidas a subconjuntos más generales que los subintervalos, especialmente a aquellos
engendrados mediante uniones numerables o paso al complementario de intervalos. De
D
forma paralela pedı́a que estos subconjuntos cumplieran la propiedad de que la medida
PE
de la unión de cualquier familia finita o numerable de tales conjuntos disjuntos dos a dos
es igual a la suma de sus medidas; y por otra parte, todos los subintervalos tienen como
medida su longitud. Como podemos observar, esta definición de Borel es la definición de
premedida, nombre que más adelante asignarı́a Lebesgue. Borel no probó la existencia y
unicidad de dicha definición. Afirma que “el lema fundamental demostrado [...] nos asegura
que estas definiciones nunca serán contradictorias entre sı́”, y anotó en el pie de página de ese
mismo libro que “He omitido toda demostración ya que la redacción me pareció tener que ser larga
y fastidiosa [...]”. Por otra parte, Borel no hace absolutamente ninguna referencia o insinua-
ción sobre una posible conexión entre su concepto de medida y la teorı́a de integración.
Aunque Borel no fue capaz de probar dicho resultado, gracias a las aportaciones de Le-
besgue el resultado de Borel queda incluido en la construcción de la integral de Lebesgue.
22 2.2. Álgebras y σ-álgebras
Más adelante, a esos conjuntos a los que se referı́a Borel, Lebesgue los llamó borelianos por
deferencia a su amigo.
HU
Un conjunto A ⊂ R es abierto si
∀x ∈ A, ∃r > 0 : (x − r, x + r) ⊂ A.
/E
Un conjunto F ⊂ R es cerrado si su complementario Fc es abierto.
Una propiedad elemental de estos conjuntos es la siguiente:
PV
La unión arbitraria y la intersección finita de abiertos es abierto.
Un conjunto E ⊂ R es acotado si existe r > 0 tal que E ⊂ (−r, r). Si además es cerrado,
-U
entonces es compacto y cumple la propiedad de Heine-Borel:
S
Si E es compacto y E ⊂ α∈I Aα , con Aα abierto para todo α ∈ I, entonces existe una familia
finita {Aα1 , . . . , Aαn } tal que E ⊂ Aα1 ∪ · · · ∪ Aαn .
A
Fσ tiene su origen en las palabras francesas Fermé, que significa cerrado, y Somme, que
significa suma o unión.
EG
ii) A, B ∈ A =⇒ A ∪ B ∈ A.
iii) A ∈ A =⇒ Ac ∈ A.
D
contiene los intervalos abiertos ası́ como la mı́nima σ-álgebra que contiene los intervalos
semiabiertos.
Son también borelianos los conjuntos Fσ y Gδ .
Proposición 2.2.1. Dada cualquier colección de conjuntos C, existe la mı́nima σ-álgebra que con-
tiene a C, la cual recibe el nombre de σ-álgebra generada por C.
HU
Demostración. Llamamos F a la familia de todas las σ-álgebras que contienen a C y defi-
nimos A = {B : B ∈ F}. Por definición, C ⊂ B, para todo B ∈ F, de modo que C ⊂ A.
T
/E
Además A es una σ-álgebra (por serlo B, para todo B ∈ F).
Por último, si B es una σ-álgebra que contiene a C, entonces B ⊃ A.
PV
Proposición 2.2.2. Sea A un álgebra
[ de conjuntos
[ y (Ai )i∈N ⊂ A. Entonces existe (Bi )i∈N ⊂ A
tal que Bi ∩ Bj = ∅, para i ̸= j, y Bi = Ai .
-U
i∈N i∈N
Demostración. Definimos
A
B1 = A1
Bn = An \ (A1 ∪ · · · ∪ An−1 ) = An ∩ Ac1 ∩ . . . Acn−1 .
RI´
Bm ∩ Bn ⊂ Am ∩ Bn = Am ∩ An ∩ Ac1 ∩ · · · ∩ Acn−1 = ∅.
AL
S
Por último, si x ∈ Ai , supongamos que n0 es el menor valor de i ∈ N tal que x ∈ Ai . Ası́
S
pues, x ∈ Bn0 y x ∈ Bi .
RO
U
El primer resultado en esta dirección no necesita ningún concepto especial de medida.
/E H
Teorema 2.3.1. Todo conjunto abierto A ⊂ R se puede escribir como unión numerable de intervalos
h i i + 1
disjuntos del tipo Ii,m = m , m , i ∈ Z, m ∈ N ∪ {0} (llamados intervalos diádicos).
2 2
Demostración. Para cada m, es evidente que R ⊂ i∈Z Ii,m . Llamamos I0 a la unión de
PV
S
numerable.
Definición. Dado un conjunto E ⊂ R, se define la medida exterior de E como
X
O
m∗ (E) = ı́nf
S l(In ),
E⊂ In
n∈N
DR
m∗ (∅) = 0;
m∗ (A) ⩽ m∗ (B), si A ⊂ B;
m∗ ({x}) = 0;
m∗ (A + h) = m∗ (A), ∀h ∈ R.
Demostración. Caso 1. Dado el intervalo [a, b], para cualquier ε > 0, [a, b] ⊂ (a − ε, b + ε).
Entonces m∗ ([a, b]) ⩽ b − a + 2ε, de modo que m∗ ([a, b]) ⩽ b − a.
HU
Falta ver que m∗ ([a, b]) ⩾ b − a lo cual equivale a probar que, si (In )n∈N es una sucesión
P
de intervalos que cubren a [a, b], entonces n∈N l(In ) ⩾ b − a.
/E
Por la compacidad de [a, b], podemos aplicar el teorema de Heine-Borel. Ası́ pues, basta
X
N
probar que l(In ) ⩾ b − a, donde {I1 , . . . , IN } es un cubrimiento finito de [a, b].
PV
n=1
Podemos suponer que a ∈ I1 = (a1 , b1 ). Si b1 ⩽ b, como b1 ∈ [a, b], debe existir I2 = (a2 , b2 )
tal que b1 ∈ I2 .
-U
Siguiendo este proceso, obtenemos una familia (a1 , b1 ), . . . , (ak , bk ) contenida en (Ii )N
i=1 tal
que ai < bi−1 < bi (i = 2, . . . , k), hasta que bk > b.
A
X
N X
k
l(In ) ⩾ l(ai , bi ) = bk − ak + bk−1 − ak−1 + · · · + b1 − a1 > bk − a1 > b − a
EG
n=1 i=1
Caso 2. Si I es un intervalo finito, dado ε > 0, existe J intervalo cerrado tal que J ⊂ I y
l(J) > l(I) − ε. Entonces
RO
Si m∗ (An ) < ∞, para todo n, dado ε > 0, existe una sucesión (In,i )i∈N de intervalos
P
abiertos tal que An ⊂ i∈N In,i y i∈N l(In,i ) < m∗ (An ) + 2−n · ε. La sucesión doble
S
S
(In,i )n,i∈N cubre a n∈N An y
[ XX X X
m∗ ( An ) ⩽ l(In,i ) < (m∗ (An ) + 2−n · ε) = m∗ (An ) + ε.
n∈N n∈N i∈N n∈N n∈N
P
m∗ ( m∗ (A
S
En definitiva, n∈N An ) ⩽ n ).
U
n∈N
/E H
Demostración. Basta escribir
X
PV
[
A = {xk : k ∈ N} ⊂ (xk − εk , xk + εk ), con εk < ε/2.
k∈N k∈N
X
Ası́, m∗ (A) ⩽
-U
l(xk − εk , xk + εk ) < ε.
k∈N
C0 = [0, 1].
AL
Repitiendo el proceso con los dos intervalos resultantes, tenemos (ver figura adjunta)
DR
C0
0 1
C1 1 2
0 1
3 3
C2
0 1 2 1 2 7 8 1
9 9 3 3 9 9
Con este procedimiento, obtenemos una sucesión (Ck )k⩾0 de conjuntos cerrados tales que Ck+1 ⊂
Ck (k ⩾ 0).
T
Por definición, el conjunto de Cantor es C = k⩾0 Ck .
Sus propiedades más importantes son las siguientes:
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 27
Es compacto.
Basta observar que es cerrado y está contenido en [0, 1].
HU
x ∈ C, para cualquier k ∈ N, x ∈ Ck . Por tanto x está contenido en alguno de los 2k
intervalos de longitud 3−k . Basta elegir xk ̸= x como uno de los extremos de dicho intervalo
para que |x − xk | ⩽ 3−k .
/E
Es denso en ninguna parte (int C = ∅).
PV
Esto es consecuencia de que m∗ (C) = 0 pues, si existe (a, b) ⊂ C, entonces b − a ⩽ m∗ (C) =
0.
-U
Es totalmente disconexo (∀x, y ∈ C, x < y, ∃z ∈ (x, y) con z ̸∈ C).
Se deduce de la propia construcción.
A
Es no numerable.
RI´
Supongamos, por el contrario, que C fuera numerable. Entonces podemos escribir C = {xn :
n ∈ N}. Como C1 es unión disjunta de dos intervalos, existe I1 ⊂ C1 tal que x1 ̸∈ I1 . De
EG
T T
Como n∈N In ⊂ C, existe y ∈ n∈N In tal que y ̸= xn para todo n, lo que contradice la
suposición inicial.
Demostración. a) Dado ε > 0, existe una sucesión (In )n∈N de intervalos abiertos tal que
P
E ⊂ n∈N In y m∗ (E) + ε ⩾ n∈N l(In ). Si llamamos A = n∈N In , entonces
S S
X
m∗ (A) ⩽ l(In ) ⩽ m∗ (E) + ε.
n∈N
28 2.3. Tres principios de Littlewood
b) Por el apartado a), dado n ∈ N, existe An un abierto tal que m∗ (E) + 1/n ⩾ m∗ (An ),
con E ⊂ An . Si llamamos G = n∈N An , entonces G ∈ Gδ , E ⊂ G y m∗ (G) ⩽ m∗ (An ) ⩽
T
HU
Proposición 2.3.7. Si E = E1 ∪ E2 y d(E1 , E2 ) > 0, entonces m∗ (E1 ∪ E2 ) = m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ).
/E
S
Dado ε > 0 arbitrario, sea (In )n∈N una sucesión de intervalos abiertos tal que E ⊂ n∈N In
P
y n∈N l(In ) ⩽ m∗ (E) + ε.
PV
Además elegimos la sucesión para que la longitud de cada intervalo sea menor que δ. De
este modo, cada intervalo sólo puede cortar a uno de los conjuntos E1 ó E2 . Simbólicamente,
-U
podemos escribir [ [
E1 ⊂ Ij , E2 ⊂ Ij ,
j∈J1 j∈J2
A
donde J1 ∩ J2 = ∅. Entonces
RI´
X X X
m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ) ⩽ l(Ij ) + l(Ij ) ⩽ l(Ij ) ⩽ m∗ (E) + ε.
j∈J1 j∈J2 j∈N
EG
S
Se puedeXprobar también que, si E = n∈N In , con In intervalos disjuntos, entonces
m∗ (E) = l(In ). A pesar de ello, no podemos concluir que, si E = E1 ∪ E2 , con E1 ∩ E2 =
n∈N
∅, entonces m∗ (E) = m∗ (E1 ) + m∗ (E2 ). Hará falta que dichos conjuntos sean medibles.
RO
m∗ (A) = m∗ (A ∩ E) + m∗ (A ∩ Ec ).
PE
m∗ (A) ⩾ m∗ (A ∩ Ec ) = m∗ (A ∩ Ec ) + m∗ (A ∩ E).
Demostración. Hay que demostrar, en primer lugar, que, si E1 y E2 son medibles, entonces
E1 ∪ E2 es medible.
Por una parte, como E2 es medible,
HU
m∗ (A ∩ Ec1 ) = m∗ (A ∩ Ec1 ∩ E2 ) + m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )c ).
/E
m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) = m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 ) ∩ E1 ) + m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 ) ∩ Ec1 )
= m∗ (A ∩ E1 ) + m∗ (A ∩ Ec1 ∩ E2 ).
PV
Por tanto, m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) + m∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )c ) = m∗ (A ∩ E1 ) + m∗ (A ∩ Ec1 ) = m∗ (A).
Para que M sea un álgebra de conjuntos, falta probar que, si E es medible, entonces Ec es
-U
medible, pero esto es consecuencia de la propia definición.
[
∗
m A∩( Ei ) = m∗ (A ∩ Ei ).
i=1 i=1
AL
[ [ [
A∩( Ei ) ∩ En = A ∩ En y A ∩ ( Ei ) ∩ Ecn = A ∩ ( Ei ),
i=1 i=1 i=1
resulta
D
n n−1 Xn
PE
[ [
∗ ∗ ∗
m A∩( Ei ) = m (A ∩ En ) + m A ∩ ( Ei ) = m∗ (A ∩ Ei ).
i=1 i=1 i=1
con Ei ∈ M, entonces E ∈ M.
S
Demostración. Basta ver que, si E = i∈N Ei ,
tanto,
m∗ (A) = m∗ (A ∩ Fn ) + m∗ (A ∩ Fcn ) ⩾ m∗ (A ∩ Fn ) + m∗ (A ∩ Ec ).
30 2.3. Tres principios de Littlewood
de modo que
X
n
∗
m (A) ⩾ m∗ (A ∩ Ei ) + m∗ (A ∩ Ec ).
HU
i=1
/E
i∈N
PV
Veamos a continuación que la clase de conjuntos medibles contiene a la clase de conjuntos
-U
de Borel en R.
P
A ⊂ n∈N In y n∈N l(In ) ⩽ m∗ (A) + ε.
S
S
Como A1 ⊂ n∈N In,1 , tenemos:
[ X
m∗ (A1 ) ⩽ m∗ ( In,1 ) ⩽ m∗ (In,1 )
D
n∈N n∈N
S
PE
Ası́ pues,
X X
m∗ (A1 ) + m∗ (A2 ) ⩽ m∗ (In,1 ) + m∗ (In,2 ) ⩽ l(In ) ⩽ m∗ (A) + ε.
n∈N n∈N
Proposición 2.3.13. Todo conjunto de Borel es medible. En particular todos los conjuntos abiertos
y cerrados son medibles.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 31
HU
Observación. No todos los conjuntos medibles son de Borel (una demostración constructi-
va puede verse en [AB]).
/E
Definición. Dado un conjunto medible E, se define la medida de Lebesgue de E como
m(E) = m∗ (E). De este modo, m es la restricción de m∗ a la familia M.
PV
Proposición 2.3.14. Si (En )n∈N es una sucesión de conjuntos medibles, entonces
[ X
-U
m( En ) ⩽ m(En ).
n∈N n∈N
Si Ei ∩ Ej = ∅, para i ̸= j, entonces
X
A
[
m( En ) = m(En ).
RI´
n∈N n∈N
A = R, resulta que
[k Xk
m( En ) = m(En ).
n=1 n=1
RO
Por último, si (Ei )i∈N es una sucesión infinita de conjuntos medibles disjuntos, entonces
[ n
[
Ei ⊃ Ei , de modo que
D
i∈N i=1
X
PE
[ n
[ n
m( Ei ) ⩾ m( Ei ) = m(Ei ).
i∈N i=1 i=1
Proposición 2.3.15. Si (Ei )i∈N es una sucesión de conjuntos medibles y Ek ⊂ Ek+1 , para todo
k ∈ N, entonces [
m( Ei ) = lı́m m(En ).
n→∞
i∈N
32 2.3. Tres principios de Littlewood
[ X X
n n
[
m( Ek ) = m(Fk ) = lı́m m(Fk ) = lı́m m( Fk ) = lı́m m(En ).
n→∞ n→∞ n→∞
k∈N k∈N k=1 k=1
U
Proposición 2.3.16. Si (En )n∈N es una sucesión infinita de conjuntos medibles, tal que Ek+1 ⊂ Ek ,
/E H
para todo k, y m(E1 ) es finita, entonces
\
m( Ei ) = lı́m m(En ).
n→∞
PV
i∈N
y Fi = Ei \ Ei+1 . Entonces
T
Demostración. Llamamos E = i∈N Ei
-U
[
E1 \ E = Fi ,
i∈N
RI´A
Ahora bien,
AL
Ası́ pues,
X X
n
m(E1 ) − m(E) = [m(Ei ) − m(Ei+1 )] = lı́m [m(Ei ) − m(Ei+1 )]
n→∞
i∈N i=1
Observemos que el resultado puede ser falso si m(E1 ) = ∞. Basta considerar los conjuntos
En = (n, ∞).
Veremos a continuación lo establecido por el primer principio de Littlewood, que todo
conjunto medible es casi unión finita de intervalos.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 33
a) E es medible.
HU
d) Existe G ∈ Gδ , con E ⊂ G, tal que m∗ (G \ E) = 0.
/E
Si además m∗ (E) es finita, las proposiciones anteriores son equivalentes a
PV
f) Dado ε > 0, existe U unión finita de intervalos abiertos tal que m∗ (U∆E) < ε.
Demostración. a) =⇒ b): Si m(E) < ∞, por el lema 2.3.6, dado ε > 0, existe un abierto A tal
-U
que E ⊂ A y m∗ (A) ⩽ m∗ (E) + ε. Como E es medible,
m∗ (A) = m∗ (A ∩ E) + m∗ (A ∩ Ec ) = m∗ (E) + m∗ (A \ E)
A
=⇒ m∗ (A \ E) = m∗ (A) − m∗ (E) ⩽ ε.
RI´
Si m(E) = ∞, sea En = E ∩ {x : n − 1 ⩽ |x| < n}. Dado ε > 0, como m(En ) < ∞, para cada n
EG
b) =⇒ d): Para cada n ∈ N, existe An abierto, con E ⊂ An , tal que m∗ (A n \ E) < 1/n. Si
G = n∈N An , entonces G ∈ Gδ , E ⊂ G y
T
RO
Por tanto, m∗ (G \ E) = 0.
D
G, entonces E es medible.
a) =⇒ c): Como Ec es medible, existe A abierto tal que Ec ⊂ A y m∗ (A \ Ec ) < ε. Entonces
Ac es cerrado y Ac ⊂ E. Además
m∗ (E \ Ac ) = m∗ (E ∩ A) < ε.
c) =⇒ e): Para cada n ∈ N, existe Fn cerrado, con E ⊃ Fn , tal que m∗ (E \ Fn ) < 1/n. Si
F = n∈N Fn , entonces F ∈ Fσ , F ⊂ E y
S
m∗ (E \ F) ⩽ m∗ (E \ Fn ) < 1/n, ∀n ∈ N.
Por tanto, m∗ (E \ F) = 0.
34 2.3. Tres principios de Littlewood
HU
Sn0
Si llamamos U = j=1 Ij , entonces
[ ∞
[
m∗ (U∆E) = m∗ (U \ E) + m∗ (E \ U) ⩽ m∗ ( Ij \ E) + m∗ ( Ij )
/E
j∈N j=n0 +1
X ∞
X
∗
PV
⩽ l(Ij ) − m (E) + l(Ij ) < ε.
j∈N j=n0 +1 -U
Corolario 2.3.18. Todo conjunto medible con medida positiva contiene un conjunto cerrado con
medida positiva.
A
RI´
continuación.
U
x ∼ y cuando x − y ∈ Q.
/E H
α Eα ,
S
Esta relación permite escribir [0, 1] = unión disjunta de clases de equivalencia.
A continuación, definimos N = {xα : xα ∈ Eα } (llamado conjunto de Vitali) eligiendo
PV
exactamente un elemento de cada clase Eα (por el axioma de elección). Veamos que N no
es medible.
-U
Si numeramos los racionales en [0, 1] como {rk : k ∈ N}, consideramos los conjuntos trasla-
dados Nk = N + rk . Probaremos que estos conjuntos son disjuntos:
Si Nk ∩ Np ̸= ∅, existen rk , rp racionales distintos, y existen α, β tales que xα + rk = xβ + rp ,
RI´A
Por último, supongamos que N es medible. Entonces, para todo k, Nk también lo es. Como
(Nk ) son disjuntos, las inclusiones anteriores implican
DR
X X
1⩽ m(Nk ) ⩽ 2 =⇒ 1 ⩽ m(N) ⩽ 2.
PE
k∈N k∈N
Una vez establecida la noción de conjunto medible, vamos a utilizarla para definir las
funciones medibles. En primer lugar, estableceremos algunas propiedades equivalentes.
36 2.3. Tres principios de Littlewood
Proposición 2.3.20. Sea f : R → R una función cuyo dominio D es medible. Son equivalentes:
i) ∀α ∈ R : f−1 (α, ∞] := {x : f(x) > α} es medible.
ii) ∀α ∈ R : f−1 [α, ∞] := {x : f(x) ⩾ α} es medible.
iii) ∀α ∈ R : f−1 [−∞, α) := {x : f(x) < α} es medible.
iv) ∀α ∈ R : f−1 [−∞, α] := {x : f(x) ⩽ α} es medible.
HU
Todas estas proposiciones implican
v) ∀α ∈ R : f−1 {α} := {x : f(x) = α} es medible.
/E
Demostración. i) =⇒ ii) porque {x : f(x) ⩾ α} = n∈N {x
T
: f(x) > α − 1/n}.
PV
ii) =⇒ iii) porque {x : f(x) < α} = D \ {x : f(x) ⩾ α}.
iii) =⇒ iv) porque {x : f(x) ⩽ α} = n∈N {x : f(x) < α + 1/n}.
T -U
iv) =⇒ i) porque {x : f(x) < α} = D \ {x : f(x) ⩾ α}.
Por último, si α ∈ R, {x : f(x) = α} = {x : f(x) ⩽ α} ∩ {x : f(x) ⩾ α} de modo que, en este
caso, ii) y iv) implican v).
A
Observación. En el caso de que la función sólo tome valores reales, las propiedades ante-
riores son equivalentes a que la imagen inversa de cualquier abierto sea medible y a que la
AL
La definición involucra ası́ a los conjuntos más importantes relacionados con una función
como son las imágenes inversas de intervalos.
PE
HU
Es claro que ∅ ∈ A. Además, f−1 (Ac ) = f−1 (R) \ f−1 (A) = D \ f−1 (A). Por tanto, si A ∈ A,
entonces Ac ∈ A.
Por último, si (An )n∈N ⊂ A, entonces
/E
[ [
f−1 An = f−1 (An ) es medible.
PV
n∈N n∈N
entonces (a, b) ∈ A.
A
Por tanto, A contiene todos los conjuntos abiertos, con lo que contiene también a todos los
RI´
conjuntos de Borel.
El recı́proco es trivial.
EG
Demostración. a) Dado α ∈ R, sea x ∈ D tal que f(x) + g(x) < α. Entonces f(x) < α − g(x)
y, como consecuencia de la propiedad arquimediana de los números reales, existe r ∈ Q tal
RO
r∈Q
PE
y, si α < 0, entonces
{x : f2 (x) > α} = D.
En ambos casos, se deduce que f2 es medible.
Como f · g = 12 (f + g)2 − (f2 + g2 ) , entonces f · g es medible.
38 2.3. Tres principios de Littlewood
HU
n∈N
de modo que g es medible (análogamente con el ı́nfimo pues ı́nf fn = − sup(−fn )).
Como lı́m sup fn = ı́nfk∈N supn⩾k fn , entonces es una función medible (análogamente con
/E
el lı́mite inferior).
PV
Corolario 2.3.24. Si (fn )n∈N es una sucesión de funciones medibles y f(x) = lı́m fn (x), entonces
f es medible. -U
Ejemplo 2.9. Para probar que la función de Dirichlet f = χQ es medible en [0, 1], consideramos la
1 si x ∈ {r , . . . , r }
1 n
sucesión fn (x) = donde {r1 , . . . , rn , . . . } es una ordenación de los raciona-
0 en el resto,
A
les en [0, 1]. Es fácil comprobar que cada fn es medible (basta determinar el conjunto {x : fn (x) > r}
RI´
en los casos r ⩾ 1, 0 ⩽ r < 1 y r < 0). Como lı́m fn (x) = f(x), ∀x ∈ [0, 1], entonces f es medible.
EG
Definición. Decimos que una propiedad se cumple en casi todo punto (o casi seguramente,
abreviadamente c.s.) cuando el conjunto donde no es cierta tiene medida cero.
AL
En particular se dice que f = g c.s. cuando ambas funciones tienen el mismo dominio y
m({x : f(x) ̸= g(x)}) = 0. Del mismo modo, decimos que fn → f c.s. cuando existe un
conjunto E de medida cero tal que fn (x) → g(x), para todo x ̸∈ E.
RO
Demostración. Sean A = {x : f(x) > α} y B = {x : g(x) > α}. Por hipótesis, A es medible y
D
B = (B \ A) ∪ (B ∩ A) = (B \ A) ∪ (A \ (A \ B))
es medible.
Los ejemplos básicos de funciones medibles son las funciones escalonadas y las funciones
simples: las primeras son los elementos básicos en la teorı́a de integración de Riemann
mientras las segundas lo serán en la teorı́a de integración de Lebesgue.
Definición. Recordemos que una función escalonada es la que se puede escribir como
combinación lineal de funciones caracterı́sticas de intervalos en R. Ası́, si f es escalonada,
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 39
X
N
f(x) = ai χIi (x).
i=1
HU
X
N
φ(x) = ai χEi (x),
i=1
/E
donde Ei son medibles y de medida finita.
Esta representación no es única pero una función es simple si y sólo si es medible y toma
PV
sólo un número finito de valores.
X
n
Si φ es simple y su conjunto de valores no nulos es {a1 , . . . , an }, entonces φ = ai χAi ,
-U
i=1
con Ai = {x : φ(x) = ai }. Esta es la llamada representación canónica de φ y se caracteriza
porque Ai son disjuntos y ai son distintos y no nulos.
Veamos que las funciones medibles pueden aproximarse por funciones simples.
A
RI´
i−1 i
Eni = x ∈ D : n ⩽ f(x) < n .
2 2
D
n·2
[
En = Eni = {x ∈ D : f(x) < n}.
i=1
Definimos
X
n·2n
i−1
φn (x) = · χEni (x) + n · χEcn (x), n ⩾ 1,
2n
i=1
la cual es una función simple. Veamos que lı́m φn (x) = f(x), ∀x ∈ D:
Dado x ∈ D, si f(x) < ∞, para cualquier ε > 0, existe n0 ∈ N tal que 1/2n0 < ε y f(x) < n0 .
Por tanto, x ∈ En , para todo n ⩾ n0 , con lo que existe i ∈ {1, . . . , n · 2n } tal que x ∈ Eni .
Entonces
i−1 i i−1
n
⩽ f(x) < n y φn (x) = n .
2 2 2
40 2.3. Tres principios de Littlewood
U
∀x ∈ D, ∀n ⩾ n0 , con lo que la convergencia es uniforme.
/EH
Observación. También es posible aproximar una función medible por una sucesión de
funciones escalonadas. En este caso, sin embargo, la convergencia sólo será en casi todo
punto. El caso particular de las funciones continuas en un intervalo cerrado sı́ permite la
PV
convergencia uniforme mediante funciones escalonadas como veremos a continuación.
Si f es continua en [a, b], entonces es uniformemente continua. Por tanto, para cada m ∈ N,
existe δ > 0 tal que, ∀x, y ∈ [a, b],
-U
|x − y| < δ =⇒ |f(x) − f(y)| < 1/m.
n
[ai−1 , ai ), |x − ai−1 | ⩽ (b − a)/n < δ.
RI´
P
Definimos gm (x) = n i=1 f(ai−1 ) · χ[ai−1 ,ai ) (x), ∀x ∈ [a, b), gm (b) = f(b). Entonces (gm ) es
una sucesión de funciones escalonadas que converge uniformemente a f.
EG
Esquema de la prueba.
PE
Paso 1. Sea f : [a, b] → R una función medible tal que {x : f(x) = ±∞} tiene medida cero.
Entonces, dado ε > 0, existe M ∈ R tal que |f| ⩽ M excepto en un conjunto de medida
menor que ε/3.
Paso 2. Sea f : [a, b] → R una función medible. Dados ε > 0 y M ∈ R, existe una función
P
simple φ = n i=1 αi χAi , con Ai = {x : φ(x) = αi }, tal que |f(x) − φ(x)| < ε excepto donde
|f(x)| ⩾ M.
Si m ⩽ f ⩽ M, podemos elegir φ de modo que m ⩽ φ ⩽ M.
Paso 3. Dada una función simple φ en [a, b], existe una función escalonada g en [a, b] tal
que φ(x) = g(x), excepto en un conjunto de medida menor que ε/3 (usar la proposición
2.3.17).
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 41
HU
2.3.3. Toda sucesión convergente de funciones medibles es casi uniformemente
convergente
/E
El tercer principio de Littlewood establece la casi convergencia uniforme de las sucesiones
convergentes de funciones medibles. Su formulación exacta es la siguiente.
PV
Proposición 2.3.28 (teorema de Egorov). Sea E un conjunto medible con m(E) < ∞ y, para cada
n ∈ N, fn : E → R una función medible. Sea f : R → R una función tal que fn (x) → f(x), para
-U
casi todo x ∈ E. Entonces, dados ε > 0 y δ > 0, existe un conjunto medible A ⊂ E, con m(A) < δ,
y N ∈ N tales que |fn (x) − f(x)| < ε, ∀x ̸∈ A y n ⩾ N.
Demostración. Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que fn (x) → f(x) para todo
A
[
Ek = Gn = {x ∈ E : |fn (x) − f(x)| ⩾ ε, para algún n ⩾ k}.
n=k
AL
Ası́, Ek+1 ⊂ Ek y, si x ∈ E, existe n0 tal que x ̸∈ En0 (debido a que fn (x) → f(x)). Esto
T
quiere decir que k∈N Ek = ∅, de donde lı́mk→∞ m(Ek ) = 0 (por la proposición 2.3.16).
De este modo, dado δ > 0, existe N tal que m(EN ) < δ, o bien
RO
Observaciones.
U
definida en E = [0, ∞).
/E H
2.4. Integral de Lebesgue
PV
Los conjuntos medibles y las funciones medibles serán los elementos básicos en la defini-
ción de la integral de Lebesgue. Dicha integral será una generalización de la integral de
-U
Riemann, manteniendo las propiedades básicas de linealidad pero aplicable a familias más
amplias de funciones. En particular, su interpretación como área de figuras planas también
es válida en los casos usuales.
RI´A
siones.
El primer paso será establecer la integral de funciones simples, para luego extenderla a
AL
Definición. Si φ es una función simple que se anula fuera de un conjunto de medida finita,
se define su integral de Lebesgue como
PE
Z Z X
n
φ = φ(x) dx = ai · m(Ai )
i=1
X
n
si φ = ai · χAi es la representación canónica de φ.
i=1
Si E es un conjunto medible, definimos
Z Z
φ = φ · χE .
E
X
n
Lema 2.4.1. Sea φ = ai · χEi , con Ei ∩ Ej = ∅, para i ̸= j. Si cada Ei es un conjunto medible
i=1
con medida finita, entonces
Z X
n
φ= ai · m(Ei ).
i=1
HU
Demostración. Llamamos [
Ea = {x : φ(x) = a} = Ei .
ai =a
X
/E
Entonces los conjuntos Ea son disjuntos y a · m(Ea ) = ai · m(Ei ) por la aditividad de
P a i =a
m. Además, φ = a a · χEa , de donde
PV
Z X X
φ= a · m(Ea ) = ai · m(Ei ).
-U
Proposición 2.4.2. Sean φ, ψ funciones simples que se anulan fuera de un conjunto de medida
A
finita. Entonces
Z Z Z
RI´
a) (a · φ + b · ψ) = a · φ + b · ψ.
Z Z
EG
b) Si φ ⩾ ψ c.s., entonces φ ⩾ ψ.
Z Z Z
c) Si A ∩ B = ∅, entonces φ= φ + φ.
AL
A∪B A
Z BZ
d) |φ| es también una función simple y φ ⩽ |φ|.
RO
X N X
N
φ= ak · χ E k , ψ = b k · χEk
k=1 k=1
de modo que
X
N
aφ + bψ = (a · ak + b · bk ) · χEk .
k=1
Z Z Z
Por el lema anterior, (aφ + bψ) = a φ + b ψ.
X
N X
N
d) Si φ(x) = ak · χEk (x) es la representación canónica de φ, |φ(x)| = |ak | · χEk (x).
HU
k=1 k=1
Z X X
Z
N N
Por tanto, φ = ak · m(Ek ) ⩽ |ak | · m(Ek ) = |φ|.
k=1 k=1
/E
El siguiente paso del proceso consiste en definir la integral para funciones acotadas. Para
ello, necesitaremos el siguiente resultado previo.
PV
Proposición 2.4.3. Sea f : E → R acotada con m(E) finita. Son equivalentes:
Z Z
-U
a) ı́nf ψ : ψ es una función simple con f ⩽ ψ = sup φ : φ es una función simple con φ ⩽ f .
E E
b) f es medible.
A
Ek = x ∈ E : < f(x) ⩽ , −n ⩽ k ⩽ n.
n n
Pn
m(E) = k=−n m(Ek ).
Si definimos las funciones simples
RO
M X
n
ψn (x) = k · χEk (x)
n
k=−n
D
M Xn
φn (x) = (k − 1) · χEk (x)
PE
n
k=−n
Por tanto,
Z Z
M X
n
M
0 ⩽ ı́nf ψ − sup φ⩽ m(Ek ) = m(E).
ψ⩾f E φ⩽f E n n
k=−n
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 45
Z Z
Como n es arbitrario, ı́nf ψ = sup φ.
ψ⩾f E φ⩽f E
Z Z
Recı́procamente, supongamos que ı́nf ψ = sup φ. Dado n ∈ N, existen φn y ψn ,
ψ⩾f E φ⩽f Z
E
Z
funciones simples, tales que φn (x) ⩽ f(x) ⩽ ψn (x) y ψn − φn < 1/n.
E E
HU
Entonces las funciones ψ∗ = ı́nf ψn y φ∗ = sup φn son medibles y φ∗ (x) ⩽ f(x) ⩽ ψ∗ (x).
Por otra parte, el conjunto ∆ = {x : φ∗ (x) < ψ∗ (x)} es unión de los conjuntos ∆ν = {x :
φ∗ (x) ⩽ ψ∗ (x) − 1/ν}. Si llamamos Fν = {x : φn (x) ⩽ ψn (x) − 1/ν}, entonces
/E
Z Z Z
ν
m(Fν ) = 1⩽ ν(ψn − ϕn ) ⩽ ν(ψn − ϕn ) < .
n
PV
Fν Fν E
Z Z
f = ı́nf ψ : ψ es una función simple con ψ ⩾ f .
EG
E E
Proposición 2.4.4. Sea f : [a, b] → R acotada. Si f es integrable Riemann en [a, b], entonces es
Zb Z Zb
AL
Zb Z Z Zb
(R) f ⩽ sup φ ⩽ ı́nf ψ ⩽ (R) f.
φ⩽f [a,b] ψ⩾f [a,b] a
a
D
ii) Si f = g c.s., f = g.
E E
Z Z Z Z
iii) Si f ⩽ g, c.s., f ⩽ g. En consecuencia, f ⩽ |f|.
E E E E
Z
iv) Si α ⩽ f(x) ⩽ β, α · m(E) ⩽ f ⩽ β · m(E).
E
Z Z Z
v) Si A y B son conjuntos medibles disjuntos de medida finita, f= f + f.
A∪B A B
46 2.4. Integral de Lebesgue
HU
ψ1 + ψ2 es una función simple mayor o igual que f + g. Ası́ pues,
Z Z Z Z
(f + g) ⩽ (ψ1 + ψ2 ) = ψ1 + ψ2 .
/E
E E E E
PV
(f + g) ⩽ f + g.
E E E
-U
Análogamente, si φ1 ⩽ f y φ2 ⩽ g, entonces φ1 + φ2 ⩽ f + g, de donde
Z Z Z Z
(f + g) ⩾ (φ1 + φ2 ) = φ1 + φ2 .
A
E E E E
RI´
E E E
Z Z
ψ ⩾ 0 =⇒ (f − g) ⩾ 0.
E E
R
RO
HU
E E
Z
En el caso de que f < ∞, diremos que f es integrable Lebesgue sobre E.
E
/E
|x|−α si |x| ⩽ 1,
Ejemplo 2.10. 1) La función fα (x) = es integrable en R si y sólo si α < 1.
0 si |x| > 1,
PV
1
2) La función gα (x) = es integrable en R si y sólo si α > 1.
1 + |x|α
-U
Proposición 2.4.7. Si f, g son funciones medibles no negativas,
Z Z
i) c · f = c f, c > 0.
A
ZE E
Z Z
RI´
ii) (f + g) = f + g.
E E E
Z Z
EG
iii) Si f ⩽ g c.s., f ⩽ g.
E E
Z Z Z
iv) Si A y B son conjuntos medibles disjuntos de medida finita, f= f + f.
AL
Z A∪B Z A Z B
v) Si g es integrable y 0 ⩽ f ⩽ g, entonces f es integrable y (g − f) = g − f.
E E E
vi) Si f es integrable, entonces f < ∞ c.s.
RO
Z
vii) Si f = 0, entonces f = 0 c.s.
D
Para probar ii), sean h(x) ⩽ f(x) y k(x) ⩽ g(x). Entonces h + k ⩽ (f + g). Tomando
Z Z Z E E E
supremos, f + g ⩽ (f + g).
E E E
Por otro lado, sea ℓ una función acotada y medible que se anula fuera de un conjunto de
medida finita y que es menor o igual que f + g. Definimos entonces h(x) = mı́n{f(x), ℓ(x)},
k(x) = ℓ(x) − h(x). De este modo, h(x) ⩽ f(x) y, como h + g = mı́n{f + g, ℓ + g} ⩾ mı́n{ℓ, ℓ +
g}, entonces h + g ⩾ ℓ, de donde ℓ − h ⩽ g, es decir k(x) ⩽ g(x). Además, h y k están
acotadas (por la misma cota de ℓ) y se anulan donde ℓ se anula.
Entonces Z Z Z Z Z
ℓ= h+ k⩽ f+ g,
E E E E E
48 2.4. Integral de Lebesgue
de donde Z Z Z
f+ g⩾ (f + g).
E E E
U
Veamos ahora el apartado vi). Sean Ek = {x : f(x) ⩾ k} y E∞ = {x : f(x) = ∞}. Entonces
/E H
Z Z
∞ > f ⩾ χEk · f ⩾ k · m(Ek ).
E
PV
Por tanto, lı́mk→∞ m(Ek ) = 0. Como (Ek )k∈N es una sucesión decreciente que converge a
E∞ , entonces m(E∞ ) = 0. -U
Por último, el apartado vii) es similar a la proposición 2.4.6.
Diremos que una función medible f es integrable sobre E si lo son f+ y f− . En este caso
definimos Z Z Z
AL
f = f − f− .
+
E E E
Z Z Z Z
f1 − f2 = g1 − g2 .
E E E E
PE
Por otra parte, teniendo en cuenta el apartado vi) de la proposición 2.4.7, dos funciones
integrables no negativas f y g sólo toman el valor +∞ en un conjunto de medida nula, de
modo que está definida f − g en casi todo punto.
Z Z Z
ii) f + g es integrable sobre E y (f + g) = f+ g.
E E E
Z Z
iii) Si f ⩽ g c.s., f ⩽ g.
E E
Z Z Z
iv) Si A y B son conjuntos medibles disjuntos contenidos en E, f= f+ f.
A∪B A B
HU
Demostración. i) Es consecuencia de la definición y de la proposición 2.4.7.
ii) Si f y g son integrables, también lo son f+ + g+ y f− + g− . Como f + g = (f+ + g+ ) −
(f− + g− ), por la observación previa tenemos:
/E
Z Z Z Z Z Z Z Z Z
+ + − − + + − −
(f + g) = (f + g ) − (f + g ) = f + g − f − g = f + g.
PV
iii) Es consecuencia de ii) y de que la integral de una función integrable no negativa es no
-U
negativa.
Z Z Z Z Z Z
iv) f = f · χA∪B = f · χA + f · χB = f + f.
A∪B A B
A
que convierten a la integral de Lebesgue en una herramienta básica del análisis y a la que
no puede llegar la integral de Riemann.
AL
dada una sucesión (fn ) de funciones integrables Lebesgue en [a, b], tal que fn converge pun-
RO
En caso afirmativo, ¿es cierto que el lı́mite de la integral es igual a la integral del lı́mite?
D
x−1 si 1/n ⩽ x ⩽ 1
Ejemplo 2.11. Si, para cada n ∈ N, fn (x) = entonces fn converge
0 en el resto,
x−1 si 0 < x ⩽ 1
puntualmente a f(x) = Sin embargo, fn es integrable Lebesgue en [0, 1], para
0 si x = 0.
todo n, pero f no lo es.
n si 0 < x < 1/n
Ejemplo 2.12. Si gn (x) = entonces gn converge puntualmente a g(x) = 0
0 en el resto,
Z1 Z1
en [0, 1]. En este caso, g es integrable Lebesgue en [0, 1], pero g = 0 ̸= 1 = lı́m gn .
0 n→∞ 0
50 2.4. Integral de Lebesgue
Teorema 2.4.9 (convergencia acotada). Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles definidas
en un conjunto E de medida finita. Supongamos Z M ∈ R tal que |fn (x)| ⩽ M, para todos
Z que existe
n y x. Si f(x) = lı́m fn (x), ∀x ∈ E, entonces f = lı́m fn .
HU
E E
/E
ε ε
con m(A) < , tales que |fn (x) − f(x)| < , ∀x ∈ E \ A, n ⩾ N.
4M 2m(E)
PV
Entonces
Z Z Z Z Z Z
fn − f = (fn − f) ⩽ |fn − f| = |f |fn − f| < ε/2 + ε/2 = ε,
n − f| +
-U
E E E E E\A A
Observación. Veamos que la hipótesis m(E) < ∞ es esencial. Para ello, supongamos que
RI´
1
E = R y fn = · χ[n,∞) . Entonces |fn (x)| ⩽ 1 y fn → 0 uniformemente. Sin embargo,
n
Z Z
EG
0 = f ̸= lı́m fn = ∞.
R R
Z1
AL
nx sen x
Ejemplo 2.13. Para probar que lı́m α
dx = 0, siendo α > 1, basta observar que la
0 1 + (nx)
nx sen x
sucesión fn (x) = verifica que
1 + (nx)α
RO
nx
|fn (x)| ⩽ .
1 + (nx)α
D
1 1/α
Ahora bien, como la función h(t) = t/(1 + tα ) (t > 0) tiene un máximo en t0 =
PE
,
α−1
entonces h(nx) ⩽ h(t0 ), lo que significa que la sucesión fn está acotada en (0, 1).
Por el teorema anterior,
Z1 Z1
lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx = 0.
0 0
Veamos
Z a continuaci
Z ón un importante resultado que no permite asegurar en general que
lı́m fn = lı́m fn pero proporciona una desigualdad muy útil en diversas ocasiones.
Teorema 2.4.10 (lema de Fatou). ZSi (fn )n∈N esZuna sucesión de funciones medibles no negativas
y fn (x) → f(x) c.s. en E, entonces f ⩽ lı́m inf fn .
E E
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 51
Demostración. Podemos suponer que la convergencia es en todo punto, pues las integrales
sobre conjuntos de medida cero son nulas.
Sea h una función medible acotada tal que h ⩽ f y h(x) = 0 cuando x ̸∈ E′ , con m(E′ ) < ∞.
Definimos hn (x) = mı́n{h(x), fn (x)}. Entonces hn es medible y acotada (con la misma cota
que h) y hn (x) = 0, ∀x ̸∈ E′ . Veamos que, además, hn (x) → h(x), ∀x ∈ E′ :
Dado ε > 0, como h ⩽ f, existe n0 ∈ N tal que h(x) − ε < fn (x), ∀n ⩾ n0 . Ası́,
U
h(x) − ε = mı́n{h(x), h(x) − ε} ⩽ mı́n{h(x), fn (x)} = hn (x) ⩽ h(x),
/E H
es decir |h(x) − hn (x)| ⩽ ε.
Por el teorema de la convergencia acotada 2.4.9,
Z Z Z Z
PV
h= h = lı́m hn ⩽ lı́m inf fn .
E E′ E′ E
-U
Tomando supremos sobre h, resulta
Z Z
f ⩽ lı́m inf fn .
E E
RI´A
Observaciones.
EG
n Z
0 > lı́m inf fn .
O
Una variante del lema de Fatou, válida para funciones negativas, es la siguiente: Si h ⩾ 0
R
Z medible con h < ∞
es Z y (fn ) es una sucesión de funciones medibles con −h ⩽ fn , entonces
DR
ejemplo.
χ si n es impar,
E
Sea E un conjunto medible y fn = Como 1 − χE = χEc , resulta
1 − χE si n es par.
Z m(E) Z
si n es impar,
que fn = Entonces lı́m inf fn = mı́n{m(E), m(Ec )}. Además
m(Ec ) si n es par.
Z
lı́m inf fn = 0, con lo que lı́m inf fn = 0.
Teorema 2.4.11 (convergencia monótona). Sean (fn ) una sucesión creciente de funciones medi-
bles no negativas y f = lı́m fn . Entonces
Z Z
f = lı́m fn .
Z Z
Demostración. Por el lema de Fatou, sabemos que f ⩽ lı́m inf fn . Pero como fn ⩽ f,
U
Z Z Z Z Z Z
entonces fn ⩽ f, de donde lı́m sup fn ⩽ f. En definitiva, f = lı́m fn .
/E H
Z x n −πx
Ejemplo 2.14. Para calcular lı́m 1+ ·e dx, expresaremos el lı́mite como
[0,n] n
PV
Z x n −πx
L = lı́m 1+ ·e · χ[0,n] (x) dx.
n
[0,∞)
-U
Si llamamos fn (x) = (1 + x/n)n · e−πx · χ[0,n] (x), se puede comprobar que
RI´A
x n −πx 1
L= lı́m 1 + ·e · χ[0,n] (x) dx = e(1−π)x dx = .
[0,∞) n [0,∞) π−1
AL
Observaciones.
1 1
ejemplo, si fn = · χ[n,∞) , entonces fn → 0 y f = 0 pero lı́m fn = lı́m =
DR
n n n
1
lı́m · m[[n, ∞)] = ∞.
n
PE
Sı́ será cierto el teorema para sucesiones decrecientes si añadimos la hipótesis adicional
de que f1 sea integrable, ya que podemos definir la sucesi Z ón gn = f1 Z− fn , que es
creciente y verifica que gn ⩾ 0 y lı́m gn = f1 − f. Por tanto, lı́m gn = lı́m gn , es decir
Z Z Z Z
f1 − f = f1 − lı́m fn . Simplificando, se obtiene el resultado deseado.
Corolario 2.4.12 (teorema de Beppo Levi). Sea (un ) una sucesión de funciones medibles no
Z ∞ Z
X
P∞
negativas y f = n=1 un . Entonces f = un .
n=1
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 53
X
n
Basta aplicar el teorema anterior a la sucesión de sumas parciales fn = uk .
k=1
Proposición 2.4.13. Sea f ⩾ 0 una función medible y (En )n∈N una sucesión de conjuntos medibles
S
disjuntos dos a dos. Si E = n∈N En , entonces
Z XZ
f= f.
U
E n∈N En
/E H
P
Demostración. Llamamos un = f · χEn . Entonces f · χE = n∈N un , de modo que basta
aplicar el corolario anterior.
|x|−2 si x ̸= 0
PV
Ejemplo 2.15. Consideramos la función f(x) = Veamos que f es integrable en
0 si x = 0. -U
cualquier conjunto {x : |x| ⩾ ε}.
∞
X 1
Definimos Ak = {x : ⩽ |x| <
2k · ε 2k+1 · ε} y g(x)
= ak (x), donde ak (x) = k · χAk (x).
(2 · ε)2
Z Z k=0
RI´A
Z ∞
X m(Ak ) 4
EG
g= = .
(2k ε)2 ε
k=0
Z
4
En consecuencia, f es integrable en {x : |x| ⩾ ε} y
AL
f⩽ .
|x|⩾ε ε
Z ón 2.4.14. Sea f una función no negativa integrable sobre E. Dado ε > 0, existe δ > 0
Proposici
O
Demostración. La proposición es trivial si f es acotada. Sea pues fn (x) = mı́n{n, f(x)}. Ası́
fn es acotada
Z y Zfn (x) → f(x). Por el
Z teorema de la convergencia monótona, existe N ∈ N
PE
tal que fN > f − ε/2, es decir (f − fN ) < ε/2. Elegimos δ < ε/2N, de modo que, si
E E E
m(A) < δ, entonces
Z Z Z Z
f = (f − fN ) + fN < (f − fN ) + N · m(A) < ε/2 + ε/2 = ε.
A A A A
f.
[0,∞)
HU
Demostración. Como [0, ∞) = ∞
S
n=1 [0, n] y la sucesión de intervalos es creciente, entonces
m([0, ∞)) = lı́m m([0, n]). Basta aplicar la proposición anterior para obtener
/E
n→∞
Z Z Zb
f = lı́m f = lı́m (R) f.
PV
[0,∞) b→∞ [0,b] b→∞ 0
-U
Teorema 2.4.17 (convergencia dominada de Lebesgue). Sean g una función integrable sobre E
y (fn ) una sucesión de funciones medibles tales que |fn | ⩽ g en E y f(x) = lı́m fn (x) c.s. en E.
A
Entonces Z Z
RI´
f = lı́m fn .
E E
EG
E E
g− f⩽ g − lı́m sup fn ,
E E E E
Z Z
de donde f ⩾ lı́m sup fn .
D
E E
Z Z
PE
Teorema 2.4.18. Sea (gn )n∈N una sucesión de funciones integrables que converge c.s. a una función
integrable
Z g. Sea Z(fn )n∈N una sucesión
Z deZ funciones medibles tal que |fn | ⩽ gn y fn converge a f
c.s. Si g = lı́m gn , entonces f = lı́m fn .
Demostración. Supongamos, para simplificar la notación, que fn (x) ⩾ 0, para todo n. En-
tonces, como (g − fn )+ ⩽ g, por el teorema de la convergencia dominada,
HU
Z Z
lı́m (g − fn )+ = (g − f)+ .
/E
Por otra parte, como gn − fn ⩾ 0,
Z Z Z
0 ⩽ (g − fn )− = (g − gn + gn − fn )− ⩽ (g − gn )− .
PV
Z
Como además lı́m (g − gn )− = 0, resulta que
-U
Z Z Z
lı́m (g − fn ) = (g − f)+ = (g − f),
A
Observación. Entre los teoremas de convergencia, el lema de Fatou tiene las hipótesis
EG
más
Z débiles,Zfn acotadas inferiormente por cero, de modo que la conclusión es más débil:
f ⩽ lı́m inf fn .
AL
La construcción dada en las secciones anteriores nos permite concluir que la familia de
funciones integrables en un conjunto medible E es un espacio vectorial. Por otra parte, si
identificamos las funciones que son iguales en casi todo punto, obtenemos el espacio L1 (E)
de las clases de equivalencia de funciones integrables en E. También es fácil comprobar que
se trata de un espacio normado1 si definimos la norma
Z
∥f∥ = ∥f∥1 = |f|.
E
1 Un estudio más detallado de los espacios normados se realiza en el capı́tulo 4.
56 2.4. Integral de Lebesgue
Como una aplicación directa de los teoremas de convergencia demostraremos que dicho
espacio es completo, es decir que toda sucesión de Cauchy de funciones en L1 (E) es con-
vergente.
Para ello, sea (fn )n∈N ⊂ L1 (E) una sucesión de Cauchy. Entonces, dado cualquier k ∈ N,
existe nk tal que
∥fnk+1 − fnk ∥ ⩽ 2−k .
U
Definimos ahora
/E H
∞
X ∞
X
f(x) = fn1 (x) + (fnk+1 (x) − fnk (x)) y g(x) = |fn1 (x)| + |fnk+1 (x) − fnk (x)|.
k=1 k=1
PV
Teniendo en cuenta que
Z ∞ Z
X Z ∞
X
-U
|fn1 | + |fnk+1 − fnk | ⩽ |fn1 | + 2−k < ∞,
k=1 k=1
f es integrable. En particular, la serie que define f converge en casi todo punto y, como las
sumas parciales son precisamente fnk , resulta que fnk (x) → f(x) c.s.
Además, observando que |f − fnk | ⩽ g, por el teorema de la convergencia dominada dedu-
EG
ε/2 ∀n, m > N. También podemos elegir nk > N tal que ∥fnk − f∥1 < ε/2. En definitiva,
1 si x ∈ [k · 2−ν , (k + 1)2−ν ]
Ejemplo 2.17. Si n = k + 2ν , 0 ⩽ k < 2ν , definimos fn (x) = ,
0 en el resto
x ∈ [0, 1]. Entonces m({x : |fn (x)| > ε}) ⩽ 2/n, con lo que fn → 0 en medida pero, para cualquier
x ∈ [0, 1], la sucesión (fn ) toma el valor 1 para valores arbitrariamente grandes de n, con lo que no
converge a cero puntualmente.
Proposición 2.4.19. Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles que converge en medida a f.
U
Entonces existe una subsucesión (fnk )k∈N que converge a f c.s.
/E H
Demostración. Dado ν > 0, existe nν ∈ N tal que
PV
∞
[
Sea Eν = {x : |fnν (x) − f(x)| ⩾ 2−ν }. Entonces, si x ̸∈
-U Eν , |fnν (x) − f(x)| < 2−ν para
ν=k
∞ [
\ ∞
ν ⩾ k y ası́ fnν (x) → f(x). Por tanto, fnν → f(x), para todo x ̸∈ A = Eν .
k=1 ν=k
∞ ∞
X
RI´A
[
Como m(A) ⩽ m( Eν ) ⩽ m(Eν ) = 2−k+1 , entonces m(A) = 0.
ν=k ν=k
dominada de Lebesgue son ciertos sustituyendo convergencia c.s. por convergencia en medida.
AL
¿Bajo qué condiciones existe la derivada de una función f (al menos c.s.) y cuándo
Zb
f′ (x) dx = f(b) − f(a)?
PE
La primera igualdad es cierta sólo para una cierta clase de funciones (por ejemplo, la
2
función f(x) = x2 · sen(x · e1/x ), si x ̸= 0, y f(0) = 0, es derivable pero f′ no es integrable en
un entorno que contiene al cero) pero la segunda será cierta en casi todo punto.
Zx
Dada una función f integrable en [a, b], la función F(x) = f, x ∈ [a, b], recibe el nombre
a
de integral indefinida de f. Veremos en este apartado que la derivada de F es igual a f en
casi todo punto de [a, b].
58 2.5. Derivación e integración de funciones integrables
Zx
Proposición 2.5.1. Si f es integrable en [a, b], la función F(x) = f(t) dt es continua en [a, b].
a
Además, si f es continua en x0 ∈ [a, b], entonces F es derivable en x0 y F′ (x0 ) = f(x0 ).
HU
δ > 0 tal que |f(t) − f(x0 )| < ε para t ∈ (x0 − δ, x0 + δ). Si elegimos h de modo que 0 < h < δ,
resulta
Z x0 +h Z x0 +h
F(x0 + h) − F(x0 ) 1 1
/E
− f(x ) = f(t) dt − f(x ) dt
0 0
h h h x0
x0
Z x0 +h
1
|f(t) − f(x0 | dt < ε.
PV
⩽
h x0
Por tanto, F′+ (x0 ) = f(x0 ).
-U
Análogamente, se prueba que F′− (x0 ) = f(x0 ) y un razonamiento similar permite probar la
derivabilidad de F en los extremos del intervalo.
Zx
n(n + 1)
A
a
entonces G es derivable en x0 y G′ (x0 ) = −f(x0 ).
Zx
RO
Lema 2.5.2. Si f es integrable en [a, b] y f(t) dt = 0, ∀x ∈ [a, b], entonces f(t) = 0 c.s. en
a
[a, b].
D
proposición 2.3.17, existe F ⊂ E cerrado con m(F) > 0. Por la proposición 2.4.7(vii), f > 0.
F
Zb Z Z Z Z
Si llamamos A = (a, b) \ F, entonces 0 = f= f+ f, con lo que f=− f ̸= 0.
a F A A F
Como A es unión disjunta de una familia numerable {(an , bn )}n∈N de intervalos abiertos,
Z X Z bn Z bn
por la proposición 2.4.13, f= f. Por tanto, para algún n, f ̸= 0 con lo que
A n∈N an an
Z an Z bn
f ̸= 0 ó f ̸= 0.
a a
En cualquier caso, vemos que, Z x si f es positiva en un conjunto de medida positiva, para
algún x ∈ [a, b] se tiene que f ̸= 0.
a
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 59
HU
Zb
Lema 2.5.3. Sean a, b, c ∈ R, con a < b, y f : [a + c, b + c] → R continua. Entonces f(x +
Z b+c a
/E
c) dx = f(x) dx.
a+c
PV
Demostración. Dividiremos la prueba según los diferentes casos.
Z b+c
-U
a) Si f = χA , con A ⊂ [a + c, b + c] medible, como m(A) = χA (x) dx y m(A − c) =
Zb Zb a+c
χA−c (x) dx = χA (x + c) dx, se trata de probar que m(A) = m(A − c), lo cual es cierto
A
a a
porque la medida de Lebesgue es invariante por traslaciones.
RI´
Xn
b) Si f es simple y medible, f(x) = ai χAi (x), con Ai medibles, basta probar que
Pn Pn i=1
EG
Basta aplicar el teorema de la convergencia acotada 2.4.9 para deducir el resultado en este
caso.
RO
f = F(b) − F(a).
a
PE
Demostración. Sea ε > 0 arbitrario y (hn )n∈N una sucesión tal que 0 < hn < ε y hn → 0.
Z b−ε Z b−ε
F(x + hn ) − F(x)
Entonces f= lı́m dx.
a+ε a+ε n→∞ hn
Por ser f acotada, existe M > 0 tal que |f(x)| ⩽ M, x ∈ (a, b). Por el teorema del valor
medio, existe t ∈ (x, x + hn ) tal que
F(x + hn ) − F(x)
= |F′ (t)| = |f(t)| ⩽ M.
hn
resulta
Z b−ε Z b−ε
F(x + hn ) − F(x)
f = lı́m dx
a+ε n→∞ a+ε hn
"Z Z b−ε #
b−ε
1
= lı́m F(x + hn ) dx − F(x) dx
n→∞ hn a+ε a+ε
"Z Z b−ε #
b−ε+hn
1
U
= lı́m F(x) dx − F(x) dx
n→∞ hn a+ε+hn a+ε
/E H
"Z Z a+ε+hn #
b−ε+hn
1
= lı́m F(x) dx − F(x) dx .
n→∞ hn b−ε a+ε
Zx
PV
Como F es continua, por la proposición 2.5.1, la función G(x) = F es derivable y G′ (x) =
a
F(x). Ası́ pues,
-U
Z b−ε
G(b − ε + hn ) − G(b − ε) G(a + ε + hn ) − G(a + ε)
f = lı́m − = F(b − ε) − F(a + ε).
a+ε n→∞ hn hn
RI´A
ciones integrables Lebesgue. Veremos que las fórmulas del cambio de variable y de la
integración por partes son válidas también en la integral de Lebesgue.
O
Proposición 2.6.1 (cambio de variables). Sean g : [c, d] → R una función derivable con derivada
acotada y f : g([c, d]) → R una función continua. Si llamamos a = g(c), b = g(d), entonces
PE
Zb Zd
f= (f ◦ g) · g′ .
a c
Zx Zb
Demostración. Sea F(x) = f. Entonces f = F(b) − F(a).
a a
La función G(t) = F(g(t)) es derivable en [c, d] y G′ (t) = F′ (g(t)) · g′ (t) = f(g(t)) · g′ (t).
Como G′ es acotada, por la regla de Barrow (teorema 2.5.4), tenemos
Zd
f(g(t)) · g′ (t) dt = G(d) − G(c) = F(b) − F(a).
c
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 61
Proposición 2.6.2 (integración por partes). Sean F, G : [a, b] → R continuas en [a, b] y deriva-
bles en (a, b), con derivadas acotadas. Si F′ = f, G′ = g en (a, b), entonces
Zb Zb
F · g = (F · G)(b) − (F · G)(a) − G · f.
a a
Zx
HU
Demostración. Las funciones F, G, f, g son acotadas y (F · G)(x) = F · g + G · f. Por la regla
a
de Barrow,
Zb
/E
(F · G)(b) − (F · G)(a) = (F · g + G · f).
a
Z∞ Zb
PV
Proposición 2.6.3 (integrales impropias). Sea f : (a, ∞) → R una función medible. Si f es
-U
integrable, entonces f = lı́m f.
a b→∞ a
Demostración. Definimos la sucesión fn (x) = f(x) · χ[a,a+n] (x). Entonces lı́m fn (x) = f(x),
A
Z∞ Z∞ Z a+n Z∞
lı́m fn = f =⇒ lı́m f= f.
EG
n→∞ a a n→∞ a a
AL
a b→∞
Dado a > 0, sea f : [a, ∞) → R la función definida por f(x) = 1/x . Entonces
Ejemplo 2.19. α
Zb ln b − ln a
D
1 si α = 1,
dx = Ası́, f es integrable en (a, ∞) si y sólo si α > 1. La
a x
α 1 (b1−α − a1−α ) si α ̸= 1.
PE
1−α
a1−α
integral vale .
α−1
Recı́procamente, en el caso de que f sea integrable en (a, b), ∀b > a, f será medible en
(a, ∞) porque f = lı́mn→∞ f · χ(a,a+n) .
Zb
a) Si f ⩾ 0 y existe lı́m f < ∞, entonces f es integrable en (a, ∞) (basta aplicar el
b→∞ a
teorema de la convergencia monótona a la sucesión fn = f · χ(a,a+n) ).
Zb
b) Si f tiene signo variable y existe lı́m |f| < ∞, entonces f es integrable en (a, ∞) (por
b→∞ a
serlo |f|).
62 2.6. Cálculo integral de funciones integrables
Zb
Observación. Si f tiene signo variable, puede existir lı́m f y no ser integrable. Por
b→∞ a
Zb
sen x
ejemplo, la función f(x) = sen x/x no es integrable en (0, ∞) pero existe lı́m dx <
b→∞ 0 x
∞.
sen x
En efecto, como lı́m+ = 1, entonces f es integrable en (0, b), para todo b > 0. Sin
x→0 x
embargo,
U
Z nπ X Z (k+1)π sen x X Z (k+1)π
2 X 1
n−1 n−1 n−1
/E H
sen x 1
dx = dx ⩾ | sen x| dx = .
x x (k + 1)π kπ π k+1
π k=1 kπ k=1 k=1
Z∞
sen x
PV
Esto implica que dx = ∞, de modo que f no es integrable en (0, ∞).
x
π
Por otro lado, mediante integración por partes, -U
Zb Zb
sen x cos b 1 cos x
dx = − − − dx.
π x b π π x2
RI´A
cos x 1 cos x
Como 2 ⩽ 2 y 1/x2 es integrable en (π, b), también lo es . Entonces existe
Zb x x Z∞ x2
sen x 1 cos x
lı́m dx = − − dx < ∞.
b→∞ π x π π x2
EG
Zb
sen x
Como f es integrable en (0, π), existe lı́m dx < ∞.
b→∞ 0 x
AL
b) Si λ = 0, g integrable =⇒ f integrable.
c) Si λ = ∞, f integrable =⇒ g integrable.
PE
b) Si λ = 0,
f(x)
g(x) < ε ⇐⇒ |f(x)| < ε|g(x)|.
c) Si λ = ∞,
f(x)
g(x) > k ⇐⇒ |f(x)| > k|g(x)|.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 63
x2 + 5
Ejemplo 2.20. La función f(x) = · sen x es integrable en (1, ∞).
3x4 + 7x
x2 + 5 x2 + 5 1
Basta observar que |f(x)| ⩽ 4 y que lı́m / = 1/3.
3x + 7x x→∞ 3x4 + 7x x2
HU
En los siguientes resultados, supondremos que f : R × I → R es una Zfunción tal que, para
cada t ∈ I, la función f(·, t) es integrable. Esto permite definir F(t) = f(x, t) dx.
/E
R
Teorema 2.6.5. Sea t0 punto de acumulación de I. Si existe lı́mt→t0 f(x, t) para casi todo x ∈ R
y existe un función integrable g tal que |f(x, t)| ⩽ g(x), ∀t ∈ I, t ̸= t0 , y para casi todo x ∈ R,
PV
entonces Z
lı́m F(t) = lı́m f(x, t) dx.
-U
t→t0 R t→t0
∂f
Teorema 2.6.6 (fórmula de Leibniz). Si existe (x, t), ∀t ∈ I y casi todo x ∈ R, y existe g
∂t
∂f
integrable en R tal que (x, t) ⩽ g(x), ∀t ∈ I y casi todo x ∈ R, entonces F es derivable en I y
D
Z ∂t
∂f
F′ (t) = (x, t) dx.
PE
R ∂t
f(x, t) − f(x, t0 ) ∂f
∃E1 ⊂ R, m(E1 ) = 0 : ∀x ̸∈ E1 , lı́m = (x, t0 );
t→t0 t − t0 ∂t
∂f
∃E2 ⊂ R, m(E2 ) = 0 : ∀x ̸∈ E2 , (x, s) ⩽ g(x), ∀s ∈ I.
∂t
64 2.6. Cálculo integral de funciones integrables
Z Z
′ f(x, t) − f(x, t0 ) ∂f
Por el teorema anterior, F (t0 ) = lı́m dx = (x, t0 ) dx.
R t→t 0 t − t0 R ∂t
U
Z
/E H
2 /2
Ejemplo 2.21. Probar que la función F(t) = cos(tx)e−x dx es derivable y F′ (t) = −tF(t),
R Z
2 /2 2 /2
∀t ∈ R. Deducir de lo anterior que F(t) = C · e−t , con C = e−x dx.
R
PV
2 ∂f 2
Como f(x, t) = cos(tx)e−x /2 es continua en R × R, existe (t, x) = −x sen(tx)e−x /2 y
∂t
∂f
(t, x) ⩽ |x| · e−x2 /2 , siendo la función g(x) = |x| · e−x2 /2 integrable en R, por la fórmula
-U
∂t
de Leibniz deducimos que
Z
′ 2
F (t) = −x sen(tx) · e−x /2 dx.
RI´A
Integrando por partes se llega a que F′ (t) = −tF(t) cuya solución es la indicada.
EG
que las acotaciones de |f| y |∂f/∂t| por funciones integrables sean ciertas para todo t en la
intersección de I con un entorno reducido de t0 y casi todo x ∈ R.
Z1
O
Ejemplo 2.22. Si definimos F(x) = ln(x2 + y2 ) dy, con x > 0, es evidente que F es continua
DR
0
porque la función f(x, y) = ln(x2 + y2 ) es integrable respecto a y (de hecho es continua para
cualquier x > 0).
PE
Para comprobar que F es derivable, veamos que existe |∂f/∂x|, para todo x ∈ (0, ∞) y casi todo
y ∈ (0, 1), y que existe g integrable en (0, 1) tal que |∂f/∂x| ⩽ g(y), para todo x > 0 y casi todo
y ∈ (0, 1). Por una parte,
∂f 2x ∂f 2x 2
= 2 2
=⇒ (x, y) ⩽
2
= .
∂x x +y ∂x x x
∂f 2
Ahora bien, dado x > 0, podemos elegir ε > 0 tal que ε < x. De este modo, (x, y) ⩽ y la
∂x ε
función g(y) = 2/ε es integrable en (0, 1). En definitiva, por el teorema de Leibniz, F es derivable y
Z1 Z1
∂f 2x
F′ (x) = (x, y) dy = dy = 2 arc tg(1/x).
0 ∂x 0 x2 + y2
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 65
2.7. Ejercicios
U
/E H
(a) Si A es una σ-álgebra en X, entonces A′ = {B ⊂ X′ : F−1 (B) ∈ A} es una σ-álgebra en X′ .
(b) Si A′ es una σ-álgebra en X′ , entonces A = F−1 (A′ ) = {F−1 (B) ⊂ X : B ∈ A′ } es una σ-álgebra
PV
en X.
(c) Si C ⊂ P(X′ ), entonces σ[F−1 (C)] = F−1 [σ(C)] (donde σ(C) representa la σ-álgebra generada
-U
por C).
Ejercicio 2.3. Sea A un álgebra en X. Probar que A es una σ-álgebra si y sólo ∈ A para
S
n∈N En
RI´A
Ejercicio 2.4. Si {Ai }i∈I es una colección arbitraria de σ-álgebras, probar que i∈I Ai
T
es una
EG
σ-álgebra.
S
(b) Si X = R y An = [−n, n], probar que n∈N HAn no es una σ-álgebra.
DR
C1 ={A ⊂ Ω : A ∈ C ó Ac ∈ C};
C2 ={A1 ∩ · · · ∩ An : Ai ∈ C1 , n ∈ N};
C3 ={A1 ∪ · · · ∪ An : Ai ∈ C2 , n ∈ N}.
U
Ejercicio 2.9. Sean E, F conjuntos medibles. Probar que m(E) + m(F) = m(E ∪ F) + m(E ∩ F).
/E H
Ejercicio 2.10. a) Sea A un conjunto tal que m∗ (A) < ∞ y m(int(A)) = m( A). Probar que A
es medible.
PV
b) ¿Es cierto que, si A es medible y m(A) = 0, entonces m( A) = 0?
Ejercicio 2.11. Sea A ⊂ [0, 1] tal que m(A) > 0. Probar que existen x, y ∈ A tal que |x − y| es un
-U
número irracional.
Ejercicio 2.12. Sea (En )n∈N una sucesión de conjuntos medibles. Si definimos lı́m inf En =
RI´A
Ejercicio 2.13. Sea {Bn } una sucesión de conjuntos medibles en R, con medida finita. Probar que
AL
S
b) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊂ B2 ⊂ . . . y A = n∈N Bn .
DR
T
c) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊃ B2 ⊃ . . . y A = n∈N Bn .
PE
Ejercicio 2.16. Si f|E1 y f|E2 son medibles, probar que f|E1 ∪E2 es medible.
a) f es medible.
Ejercicio 2.18. Sean D ⊂ R un conjunto medible con medida finita y f : D → R. ¿Es cierto que, si
{x ∈ D : f(x) = α} es medible para todo α ∈ R, entonces f es medible?
U
/E H
{x : h(x) < g(x)}, {x : h(x) ⩽ g(x)}, {x : h(x) = g(x)}
son medibles.
PV
Ejercicio 2.20. Sea E ⊂ R un conjunto medible. Si f : E → R es continua en casi todo punto,
probar que f es medible. -U
Ejercicio 2.21. Si f : R → R tiene derivada en todo punto, demostrar que f′ es medible.
Ejercicio 2.23. Sean E un conjunto medible, con m(E) < ∞, y f una función medible en E.
f
Demostrar que es integrable en E.
1 + |f|
PE
Ejercicio 2.24. SeaZf ⩾ Z0 integrable. Demostrar que, para todo ε > 0, existe A medible, con
m(A) < ∞, tal que f < f + ε.
A
R
Ejercicio 2.25. Sea f una función integrable y tal que Ef = 0 para todo conjunto medible E.
Probar que f = 0 en casi todo punto.
Ejercicio 2.26. Sean f, g dos funciones integrables. Probar que la función mı́n(f, g) es integrable,
y que
Z Z Z
mı́n(f, g) ⩽ mı́n f, g .
R
Ejercicio 2.27. Sean E ⊂ R un conjunto medible y f : E → R integrable tal que E |f| = 0. Probar
que f = 0 c.s. en E.
U
1 + [1/x]
Ejercicio 2.29. Calcular la integral de la función f(x) = en el conjunto [0, 1].
[1/x]
/E H
Ejercicio 2.30. Probar que las siguientes proposiciones son falsas:
Z1
(a) Si f : (0, 1] → R es una función continua tal que lı́m f existe y es finito, entonces f es
PV
a→0 a
integrable Lebesgue en (0, 1].
(b) Si f es una función integrable en R, dado ε > 0, existe M > 0 tal que |f(x)| < ε para casi todo
-U
x con |x| ⩾ M.
√
Ejercicio 2.32. Probar que ln z = lı́mn→∞ n n z − 1 , ∀z > 0.
Z Z
O
1 1
Ejercicio 2.33. Calcular 2
· χ [0,1] (x) dx y √ · χ[0,1] (x) dx.
x x
DR
Z1
1 + nx2
Ejercicio 2.34. Calcular lı́m dx.
n→∞ 0 (1 + x2 )n
Zn
PE
x n ax
Ejercicio 2.35. Calcular lı́m 1+ e dx, con a < −1.
n→∞ 0 n
Ejercicio 2.36. Demostrar que
Zn Z∞
t n
(a) lı́m 1− ln t dt = e−t ln t dt.
n→∞ 1 n 1
Z1 Z1
t n
(b) lı́m 1− ln t dt = e−t ln t dt.
n→∞ 0 n 0
Z∞ 2 2
n2 xe−n x
Ejercicio 2.37. Demostrar que, si A = lı́m dx, entonces A = 0 si a > 0 y
n→∞ a 1 + x2
A ⩾ 1/4 si a = 0.
Capı́tulo 2. Integral de Lebesgue en R 69
Z
Ejercicio 2.38. Sea f ⩾ 0 una función integrable, con 0 < f = c < ∞, y sea α > 0 una constante.
Z f(x) α ∞ si 0 < α < 1
Demostrar que lı́m n · ln 1 + dx = c si α = 1
n→∞ n
0 si 1 < α.
0
U
si x ∈ Q
Ejercicio 2.39. Sea f(x) = Probar que f es integrable en (0, 1) y
1/[1/x] en caso contrario.
/E H
Z1
calcular f.
0
Z1 ∞
X
PV
2
ln x 1
Ejercicio 2.40. Calcular dx, sabiendo que nxn−1 = .
0 1−x (1 − x)2
n=1
-U
Ejercicio 2.41. Para cada n ∈ N se considera la función fn (x) = e−nx − 2e−2nx .
P
b) Probar que la serie n∈N fn (x) converge para todo x > 0 a una función f integrable en (0, ∞).
Z∞ X Z∞
c) Comprobar que f ̸= fn e interpretar el resultado.
EG
0 n∈N 0
Zn
x n x
Ejercicio 2.42. Calcular lı́m 1− · e dx.
AL
n→∞ 0 2n
Ejercicio 2.43. Calcular
Z∞
O
Z∞
(b) lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 dx.
n→∞ 0
PE
Z∞
(c) lı́m n(1 + n2 x2 )−1 dx según los valores de a.
n→∞ a
Zn
x n −x
Ejercicio 2.44. Calcular lı́m 1− e dx.
n→∞ 0 n
Z ∞ −x(3+n−2 sen x)
e
Ejercicio 2.45. Calcular lı́m dx.
n→∞ 0 1 + n−2 x2
Z∞
1
Ejercicio 2.46. Calcular lı́m x n 1/n
dx.
n→∞ 0 1+ n x
Z1
nx sen x
Ejercicio 2.47. Calcular lı́m dx, con 1 < p < 2.
n→∞ 0 1 + (nx)p
70 2.7. Ejercicios
HU
Ejercicio 2.50. Demostrar que la función F(t) =
√ 0
π −t2 /4
(0, ∞) y deducir que F(t) = 2 e .
Z∞
sen x
/E
Ejercicio 2.51. Dada la función F(t) = e−xt dx, t ⩾ 0, probar que lı́m F(t) = 0 y
0 x t→∞
calcular, en caso de existir, F′ (t).
Z∞
PV
2
e−tx
Ejercicio 2.52. Estudiar la continuidad y derivabilidad de la función F(t) = 2
dx.
√ 0 1+x
π π √
-U
Deducir la relación F′ (t) − F(t) = − √ y la expresión explı́cita F(t) = et (1 − θ( t)), donde
2 t 2
Z
2 t −u2
θ(t) = √ e du es la función de Gauss.
π 0
A
0 0
probar:
AL
−∞
Z∞
√
PE
2 2
(b) Si a ⩾ 0, e−x cos ax dx = π · e−a /4 .
−∞
Z1 ∞
X
1
(c) Si p > 0, xp−1 (x − 1)−1 ln x dx = .
0 (p + n)2
n=0
Z∞
Ejercicio 2.55. Demostrar que la función Γ (y) = e−x · xy−1 dx es de clase C(∞) en (0, ∞) y
0
verifica
i) Γ (y + 1) = y · Γ (y), y > 0.
ii) Γ (n + 1) = n!, n ⩾ 0.
√
iii) Γ (1/2) = π.
3
HU
Capı́tulo
/E
Teorı́a de la medida abstracta
PV
-U
L a teorı́a de la medida e integración de Lebesgue desarrollada en el capı́tulo anterior fue
generalizada por Carathéodory a un contexto abstracto, en el cual la mayorı́a de propie-
dades que son ciertas en el caso real siguen valiendo en el caso general. En este capı́tulo
A
Fue Fréchet en 1915 el primero en observar que los conjuntos medibles Lebesgue no ju-
gaban un papel esencial en la definición de integral. Lo importante es que la familia de
dichos conjuntos forme una σ-álgebra.
RO
ii) A ∈ Ω =⇒ Ac ∈ Ω.
PE
[
iii) (Ai )i∈N ⊂ Ω =⇒ Ai ∈ Ω.
i∈N
Definición. Un espacio medible es un par (X, Ω) formado por un conjunto X y una σ-
álgebra Ω de subconjuntos de X. Un subconjunto A ⊂ X es medible si A ∈ Ω.
Definición. Dado un espacio medible (X, Ω), una medida µ es una función µ : Ω → R tal
que
i) µ(A) ⩾ 0, ∀A ∈ Ω.
ii) µ(∅) = 0.
[ X
iii) µ( Ai ) = µ(Ai ), si Ai ∈ Ω, Ai ∩ Aj = ∅ (i ̸= j).
i∈N i∈N
71
72 3.1. Espacios de medida
Un espacio de medida es una terna (X, Ω, µ) formada por un espacio medible (X, Ω) y una
medida definida en él.
Ejemplos.
U
E
función medible no negativa.
/E H
2) Si B es la clase de los conjuntos de Borel en R y m la medida de Lebesgue, (R, B, m) es
un espacio de medida.
PV
3) Si m es el cardinal de un conjunto (llamada medida de contar), (R, P(R), m) es un espacio
de medida. -U
4) Si X es un conjunto no numerable,
Ω la familia de subconjuntos A ⊂ X tales que A ó Ac
0 si A es numerable,
es numerable, y µ(A) = entonces (X, Ω, µ) es un espacio
1 si X \ A es numerable,
RI´A
de medida.
m[a, b) = F(b) − F(a), m(a, b) = F(b) − F(a+ ), m(a, b] = F(b+ ) − F(a+ ), m[a, b] =
F(b+ ) − F(a). Si extendemos esta función a las uniones e intersecciones de estos con-
juntos, ası́ como a los abiertos y cerrados, obtenemos la llamada medida de Lebesgue-
AL
Stieltjes.
δx (A) = 0 si x ̸∈ A.
µ(B).
Demostración. Basta escribir B = A ∪ (B \ A), con lo que µ(B) = µ(A) + µ(B \ A) ⩾ µ(A).
S P
Proposición 3.1.2. Si (Ai )i∈N ⊂ Ω, µ( i∈N Ai ) ⩽ i∈N µ(Ai ).
\
b) Si µ(A1 ) < ∞ y Ai ⊃ Ai+1 (i ∈ N), entonces µ( Ai ) = lı́m µ(An ).
n→∞
i∈N
HU
i∈N i∈N i∈N
X
n n
[
= lı́m µ(Bi ) = lı́m µ( Bi ) = lı́m µ(An ).
n→∞ n→∞ n→∞
i=1 i=1
/E
T
b) Llamamos A = i∈N Ai . Ası́
PV
[
A1 = A ∪ (Ai \ Ai+1 )
i∈N -U
es una unión disjunta de modo que
X
µ(A1 ) = µ(A) + µ(Ai \ Ai+1 )
i∈N
A
X X
n−1
= µ(A) + µ(Ai ) − µ(Ai+1 ) = µ(A) + lı́m µ(Ai ) − µ(Ai+1 )
RI´
n→∞
i∈N i=1
Definición. Una medida µ es finita si µ(X) < ∞ y es σ-finita si existe (Xn )n∈N ⊂ Ω tal
que X = n∈N Xn y µ(Xn ) < ∞, ∀n. Una medida de probabilidad es aquella que verifica
S
µ(X) = 1.
RO
Un conjunto A tiene medida finita si A ∈ Ω y µ(A) < ∞ y tiene medida σ-finita si existe
(An )n∈N ⊂ Ω tal que µ(An ) < ∞ y A = n∈N An .
S
PE
Esquema de la prueba.
HU
Se define µ0 (A) = µ(V) y se prueba que (X, Ω0 , µ0 ) es un espacio completo.
/E
3.2. Funciones medibles
PV
A lo largo de esta sección, (X, Ω, µ) será un espacio de medida.
-U
Proposición 3.2.1. Sea f : X → R. Son equivalentes:
i) {x : f(x) < α} ∈ Ω, ∀α.
ii) {x : f(x) ⩽ α} ∈ Ω, ∀α.
A
medibles.
PE
Es fácil probar que las funciones simples forman un álgebra. Basta comprobar que χA +
χB = χA\B + 2χA∩B + χB\A y que χA · χB = χA∩B .
Proposición 3.2.3. Sea f ⩾ 0 medible. Entonces existe una sucesión (φn )n∈N creciente de funcio-
nes simples no negativas tal que f(x) = lı́mn→∞ φn (x), ∀x ∈ X. Si f está definida en un espacio
de medida σ-finito, podemos elegir φn para que se anule fuera de un conjunto de medida finita.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 75
HU
Definimos a continuación φn (x) =
n si x ∈ E∞ .
Ası́ definida, φn es simple no negativa y la sucesión (φn )n∈N es creciente. También es
/E
sencillo comprobar que lı́mn→∞ φn (x) = f(x).
Corolario 3.2.4. Si f es una función medible real, entonces es lı́mite de una sucesión de funciones
PV
simples. -U
Basta considerar la sucesión φn − ψn , donde φn → f+ y ψn → f− .
Proposición 3.2.5. Si µ es una medida completa y f es una función medible tal que f = g c.s.,
entonces g es medible.
A
RI´
i=1
Z Z X
n
φ dµ = φ · χE dµ = ci · µ(Ei ∩ E).
E i=1
Z Z
Del mismo modo, se define f dµ = f · χE dµ si E ∈ Ω.
E
HU
Proposición 3.3.1. Sean f, g : X → [0, ∞] medibles y A, B ∈ Ω. Entonces
Z Z
i) f ⩽ g c.s =⇒ f dµ ⩽ g dµ.
/E
Z Z
ii) A ⊂ B =⇒ f dµ ⩽ f dµ.
A B
Z
PV
iii) f(x) = 0 para casi todo x ∈ A =⇒ f dµ = 0.
A
Z
-U
iv) µ(A) = 0 =⇒ f dµ = 0.
A
Demostración. La primera parte es evidente. Para probar ii), basta observar que f · χA ⩽
A
f · χB y aplicar i).
RI´
El apartado iii) esZ evidente porque, si φ es una función simple tal que 0 ⩽ φ ⩽ f, entonces
φ = 0, de donde φ dµ = 0.
EG
A
P
Por último, si φ = k∈N ck · χEk es una función simple tal que 0 ⩽ φ ⩽ f, entonces
Z X
AL
φ dµ = ck · µ(Ek ∩ A) = 0
A k∈N
ya que Ek ∩ A ⊂ A y µ(A) = 0.
RO
α
Z
PE
b) Si E es medible, f dµ = 0 =⇒ f = 0 c.s. en E.
ZE
c) Si E es medible, f dµ < ∞ =⇒ f < ∞ c.s. en E.
E
b) Para cualquier n ∈ N,
Z Z
µ({x : f · χE ⩾ 1/n}) ⩽ n f · χE dµ = n f dµ = 0.
E
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 77
Como [
{x : f · χE > 0} = {x : f · χE ⩾ 1/n},
n∈N
HU
Como \
{x : f · χE = ∞} = {x : f · χE ⩾ k},
k∈N
/E
entonces µ({x : f · χE = ∞}) = lı́m µ({x : f · χE ⩾ k}) = 0.
PV
a) Si f = g c.s. y f es medible, entonces g es medible.
b) Si, ∀k ∈ N, fk son reales y medibles y fk → f c.s., entonces f es medible.
-U
Demostración. a) Sean α ∈ R, B ∈ Ω con µ(B) = 0 tal que f(x) = g(x), si x ∈ Bc . Entonces
A
El primero de estos conjuntos es medible por serlo f y el segundo también es medible por
EG
Teorema 3.3.4 (lema de Fatou). Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles no negativas
que converge a f c.s. en E. Entonces
PE
Z Z
f dµ ⩽ lı́m inf fn dµ.
E E
\
Llamamos An = {x ∈ E : fk (x) > M}. Ası́, (An )n∈N es una sucesión creciente de
k⩾n S
conjuntos medibles tal que A ⊂ n∈N An (pues φ ⩽ lı́m fn ) y, si x ∈ A, φ(x) > M.
Entonces lı́m µ(An ) ⩾ µ(A) = ∞.
Z Z Z Z
Como fn dµ ⩾ fn dµ > M · µ(An ), entonces lı́m inf fn dµ = ∞ = φ dµ.
E An E E
Z
U
Si φ dµ < ∞, existe un conjunto medible A ⊂ E con µ(A) < ∞, tal que φ se anula
E
/E H
en E \ A. Si M = máx φ, dado ε > 0, definimos
\
An = {x ∈ A : fk (x) ⩾ (1 − ε)φ(x)}.
k⩾n
PV
S
Ası́ (An )n∈N es una sucesión creciente de conjuntos medibles tal que A ⊂ n∈N An
de modo que (A \ An )n∈N es una sucesión decreciente con n∈N (A \ An ) = ∅.
T
-U
Como µ( n∈N A \ An ) = lı́m µ(A \ An ) = 0, existe n0 ∈ N tal que µ(A \ Ak ) < ε,
T
∀k ⩾ n0 . Por tanto,
Z Z Z Z Z
RI´A
fk dµ ⩾ fk dµ ⩾ (1 − ε) φ dµ = (1 − ε) φ dµ − (1 − ε) φ dµ
E Ak Ak E A\Ak
Z Z Z Z
⩾ (1 − ε) φ dµ − φ dµ ⩾ φ dµ − ε φ dµ + M ,
E A\Ak E E
EG
Z Z Z
de donde lı́m inf fn dµ ⩾ φ dµ − ε( φ dµ + M).
E
ZE Z E
AL
Teorema 3.3.5 (convergencia monótona). Sea (fn )n∈N una sucesión creciente de funciones me-
dibles no negativas que converge c.s. a f. Entonces
Z Z
PE
f dµ = lı́m fn dµ.
Z Z Z
Demostración. Como fn ⩽ fn+1 , fn dµ ⩽ fn+1 dµ. Por tanto, la sucesión fn dµ
n∈N
tiene lı́mite (finito o infinito).
Z Z Z Z
Como fn dµ ⩽ f dµ, entonces lı́m sup fn dµ ⩽ f dµ.
Z
Proposición 3.3.6. Sean f, g ⩾ 0 funciones medibles y a, b ⩾ 0. Entonces (af + bg) dµ =
Z Z
a f dµ + b g dµ.
Demostración. Sean (φn )n∈N y (ψn )n∈N sucesiones crecientes de funciones simples no ne-
gativas que convergen a f y g, respectivamente. Entonces (aφn + bψn )n∈N es una sucesión
HU
creciente de funciones simples no negativas que converge a af + bg. Por el teorema anterior,
Z Z Z Z Z Z
(af + bg) dµ = lı́m (aφn + bψn ) dµ = lı́m a φn dµ + b ψn dµ = a f dµ + b g dµ.
/E
PV
ZX
Corolario 3.3.7. Sea (fn )n∈N una sucesión de funciones medibles no negativas. Entonces fn dµ =
XZ
-U
n∈N
fn dµ.
n∈N
A
S
Corolario 3.3.8. Si A = n∈N An , donde (AZn )n∈N es una sucesión de conjuntos medibles disjun-
XZ
RI´
E
Z Z Z
+
Sea f : X → R una función medible. Se define f dµ = f dµ − f− dµ si alguna de las
E E E
integrales de la derecha es finita. Decimos que f es integrable cuando ambas son finitas. Si
RO
E E
Corolario 3.3.10. Sean E un conjunto medible y f una función real y medible. Entonces f es
integrable en E si y sólo si existe h integrable, con |f| ⩽ h c.s.
HU
El resto es evidente.
Z
Proposición 3.3.12. i) Si f, g son integrables y a, b ∈ R, entonces af + bg es integrable y (af +
Z Z E
/E
bg) dµ = a f dµ + b g dµ.
E E
Z
PV
[
ii) Si f es integrable en un conjunto medible E, con E = Ak (unión disjunta), entonces f dµ =
E
XZ
k∈N -U
f dµ.
k∈N Ak
Z
iii) Si f dµ = 0, para todo E ∈ Ω, entonces f = 0 en casi todo x ∈ X.
A
Z Z
RI´
E n∈N E
Es frecuente que una medida esté definida únicamente en una clase reducida de conjun-
tos (por ejemplo, si F : R → R es una función creciente y continua por la derecha, la
función µ(a, b] = F(b) − F(a) es una medida sobre la clase de los intervalos semiabiertos
por la izquierda). En esta sección estudiaremos la forma de extender estas medidas a la
σ-álgebra generada por la clase inicial de conjuntos. El método utilizado generaliza el de
construcción de la medida de Lebesgue a partir de una medida exterior definida sobre
los conjuntos abiertos. Por último aplicaremos este procedimiento en la construcción de
medidas producto.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 81
Definición. Dado un conjunto X, una aplicación µ∗ : P(X) → [0, ∞] es una medida exterior
si verifica
i) µ∗ (∅) = 0.
HU
ii) Monotonı́a: A ⊂ B =⇒ µ∗ (A) ⩽ µ∗ (B).
∞
[ ∞
X
Ei =⇒ µ∗ (E) ⩽ µ∗ (Ei ).
/E
iii) Subaditividad numerable: E ⊂
i=1 i=1
PV
∞
[ ∞
X
De ii) y iii) se deduce que µ∗ ( Ei ) ⩽ µ∗ (Ei ) si (Ei ) es una familia de conjuntos
i=1 i=1
-U
disjuntos.
Decimos que µ∗ es finita si µ∗ (X) < ∞.
Ejemplos. 1) La función µ∗ (∅) = 0, µ∗ (A) = 1, en cualquier otro caso, define una medida
A
exterior en P(X).
RI´
µ∗ (A) ⩾ µ∗ (A ∩ E) + µ∗ (A ∩ Ec ), ∀A ⊂ X,
D
PE
∀A ⊂ X, µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ E2 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 )
82 3.4. Construcción de medidas abstractas
y, por otro,
µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ E2 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 ∩ E1 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 ∩ Ec1 ).
µ∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) ⩽ µ∗ (A ∩ E2 ) + µ∗ (A ∩ Ec2 ∩ E1 ),
HU
de donde
µ∗ (A) ⩾ µ∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )) + µ∗ (A ∩ (E1 ∪ E2 )c ).
/E
Esto indica que E1 ∪ E2 ∈ B.
Por recurrencia se prueba que la unión finita de conjuntos µ∗ -medibles es µ∗ -medible.
PV
Por último, sea E = ∞
Sn
i=1 Ei , (Ei )i∈N ⊂ B disjuntos. Si llamamos Gn =
S
i=1 Ei , entonces
Gn ∈ B y ∀A ⊂ X,
-U
µ∗ (A) = µ∗ (A ∩ Gn ) + µ∗ (A ∩ Gcn ) ⩾ µ∗ (A ∩ Gn ) + µ∗ (A ∩ Ec ).
µ∗ (A ∩ Gn ) = µ∗ (A ∩ En ) + µ∗ (A ∩ Gn−1 ).
EG
X
n
∗
µ (A ∩ Gn ) = µ∗ (A ∩ Ei ),
AL
i=1
con lo que
X
n
RO
∗ ∗
µ (A) ⩾ µ (A ∩ E ) + c
µ∗ (A ∩ Ei ), ∀n,
i=1
D
de donde
∞
X
∗ ∗
µ (A) ⩾ µ (A ∩ E ) + c
µ∗ (A ∩ Ei ) ⩾ µ∗ (A ∩ Ec ) + µ∗ (A ∩ E)
PE
i=1
∞
[
pues A ∩ E ⊂ (A ∩ Ei ).
i=1
Veamos a continuación la aditividad finita de µ.
Sean E1 , E2 ∈ B disjuntos. Entonces
∞
[
Si E = Ei , con (Ei )i∈N ⊂ B disjuntos, entonces
i=1
n
[ X
n
µ(E) ⩾ µ( Ei ) = µ(Ei ),
i=1 i=1
∞
X
U
de donde µ(E) ⩾ µ(Ei ).
i=1
/E H
∞
X
Pero, por la subaditividad numerable de µ∗ , µ(E) ⩽ µ(Ei ). Ası́, µ es una medida pues
i=1
es no negativa y µ(∅) = 0.
PV
Para ver que µ es completa, B debe contener todos los subconjuntos de conjuntos de
medida nula.
-U
Sea pues E ∈ B, con µ∗ (E) = 0 y F ⊂ E. Entonces, ∀A ⊂ X,
con lo que F ∈ B.
En el apartado anterior hemos visto cómo caracterizar conjuntos medibles a partir de una
AL
medida exterior. Sin embargo, la medida exterior se define a su vez mediante una idea más
primitiva de medida en una clase más amplia de funciones. Esto es lo que desarrollaremos
a continuación partiendo de medidas sobre un álgebra de conjuntos.
O
sobre el álgebra A si
i) µ(∅) = 0.
P∞
ii) µ( ∞ i=1 µ(Ai ), si (Ai )i∈N ⊂ A es una sucesión disjunta tal que i∈N Ai ∈ A.
PE
S S
i=1 Ai ) =
Lema 3.4.2. Sea µ una medida sobre el álgebra A. Si A ∈ A y (Ai )i∈N ⊂ A es una sucesión tal
X∞
S∞
que A ⊂ i=1 Ai , entonces µ(A) ⩽ µ(Ai ).
i=1
HU
∞
X ∞
X
µ(A) = µ(Bn ) ⩽ µ(An ).
n=1 n=1
/E
Corolario 3.4.3. Si A ∈ A, µ∗ (A) = µ(A).
PV
∞
X
Demostración. Por definición, µ ∗ (A) ⩽ µ(A). Por el lema anterior, como µ(A) ⩽ µ(Ai ),
-U
i=1
con A ⊂ ∞ ∗
S
i=1 Ai , entonces µ(A) ⩽ µ (A).
S∞
Si µ∗ (Ei ) < ∞ para todo i, dado ε > 0, existe (Aij )∞
j=1 ⊂ A tal que Ei ⊂ j=1 Aij y
P∞ ∗ (E ) + ε/2i . Entonces
j=1 µ(A ij ) < µ i
AL
X ∞
X
∗
µ (E) ⩽ µ(Aij ) < µ∗ (Ei ) + ε.
i,j i=1
P∞
RO
Demostración. Sea E ⊂ X con µ∗ (E) < ∞ y sea ε > 0 arbitrario. Existe una sucesión
PE
X
µ(Ai ) < µ∗ (E) + ε.
i∈N
Por la aditividad de µ en A,
de donde
∞
X ∞
X
µ∗ (E) + ε > µ(Ai ∩ A) + µ(Ai ∩ Ac ) > µ∗ (E ∩ A) + µ∗ (E ∩ Ac )
i=1 i=1
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 85
∩ A) y E ∩ Ac ⊂ ∩ Ac ).
S S
debido a que E ∩ A ⊂ i∈N (Ai i∈N (Ai
La medida exterior µ∗ definida antes se llama medida exterior inducida por µ. Dado
un álgebra A, denotaremos por Aσ a la clase de conjuntos que son unión numerable de
conjuntos de A y por Aσδ los conjuntos que son intersección numerable de conjuntos de
HU
Aσ .
Proposición 3.4.6. Sea µ una medida sobre un álgebra A, µ∗ la medida exterior inducida por µ y
/E
E ⊂ X arbitrario. Entonces
PV
∀ε > 0, ∃A ∈ Aσ : E ⊂ A, µ∗ (A) ⩽ µ∗ (E) + ε.
∞
X
µ(Ai ) ⩽ µ∗ (E) + ε.
RI´
i=1
P P
EG
µ∗ (A) ⩽ ∗ (A ⩽ µ∗ (E) + ε.
S
Si A = i∈N Ai , i∈N µ i) = i∈N µ(Ai )
Para demostrar la segunda parte, sabemos que, para cada n ∈ N existe An ∈ Aσ tal que
E ⊂ An y µ∗ (An ) < µ∗ (E) + 1/n.
AL
Si B = n∈N An , B ∈ Aσδ y E ⊂ B.
T
Proposición 3.4.7. Sea µ una medida σ-finita sobre un álgebra A y µ∗ la medida exterior inducida
por µ. Un conjunto E es µ∗ -medible si y sólo si E = A \ B, con A ∈ Aσδ y µ∗ (B) = 0. Además,
dado B, con µ∗ (B) = 0, entonces existe C ∈ Aσδ , con B ⊂ C y µ∗ (C) = 0.
Demostración. Como los conjuntos medibles forman una σ-álgebra, todo conjunto A ∈ Aσδ
es medible; como además µ es completo (por el teorema 3.4.1), los conjuntos con µ∗ -medida
cero son medibles. Con todo ello, si E = A \ B, con A ∈ Aσδ y µ∗ (B) = 0, entonces E es
µ∗ -medible.
86 3.4. Construcción de medidas abstractas
Recı́procamente, sea (Xi )i∈N ⊂ A una sucesión de conjuntos disjuntos con µ(Xi ) < ∞
S S
y X = i∈N Xi . Si E es medible y llamamos Ei = E ∩ Xi , entonces E = i∈N Ei (unión
disjunta). Por la proposición anterior, para cada n ∈ N, existe Ani ∈ Aσ tal que Ei ⊂ Ani y
1
.
µ(Ani ) ⩽ µ(Ei ) +
n · 2i
HU
Hacemos An = ∞
S∞
i=1 Ani , con lo que E ⊂ An y An \ E ⊂ i=1 (Ani \ Ei ). Por tanto,
S
∞
X ∞
X 1 1
µ(An \ E) ⩽ µ(Ani \ Ei ) ⩽ = .
/E
n·2 i n
i=1 i=1
T∞
Como An ∈ Aσ , el conjunto A = n=1 An ∈ Aσδ y, para cada n, A \ E ⊂ An \ E, de donde
PV
µ(A \ E) ⩽ µ(An \ E) ⩽ 1/n.
-U
Como es cierto para todo n, µ(A \ E) = 0.
La segunda parte es consecuencia directa de la proposición anterior.
A
Teorema 3.4.8 (Carathéodory). Sea µ una medida sobre un álgebra A y µ∗ la medida exterior
RI´
Aσ .
Sea B ∈ S con µ∗ (B) < ∞. Por la proposición 3.4.6, existe A ∈ Aσ tal que B ⊂ A y
D
µ∗ (A) ⩽ µ∗ (B) + ε.
PE
Pero
e (A) = µ∗ (A) ⩽ µ∗ (B) + ε =⇒ µ
e (B) ⩽ µ
µ e (B) ⩽ µ∗ (B).
Como la clase de conjuntos µ∗ -medibles es una σ-álgebra que contiene a A, los conjuntos
B ∈ S son µ∗ -medibles. Ası́ pues, si B es µ∗ -medible y A ∈ Aσ , con B ⊂ A y µ∗ (A) ⩽
µ∗ (B) + ε, entonces
µ∗ (A) = µ∗ (B) + µ∗ (A \ B),
que X X
µ
e (B) = e (B ∩ Xi ) y µ(B) =
µ µ(B ∩ Xi ).
i∈N i∈N
HU
Como µ∗ (B ∩ Xi ) < ∞, µ(B ∩ Xi ) = µ
e (B ∩ Xi ), de donde µ
e (B) = µ(B).
/E
álgebra B que contiene a A, sino que completa la medida. Si µ es σ-finita, la extensión a los
conjuntos µ∗ -medibles es simplemente la compleción de µ.
PV
Si µ no es σ-finita, la extensión de µ a B no tiene que ser única aunque cualquier otra
extensión µe coincide con µ en los conjuntos B ∈ B tales que µ(B) < ∞ y siempre será
-U
∗
e (B) ⩽ µ (B).
µ
A menudo conviene empezar con una función µ0 : C → R, donde C ⊂ P(X) es una se-
miálgebra, es decir que cumple las propiedades:
A
RI´
i) A, B ∈ C =⇒ A ∩ B ∈ C.
Sn
ii) A ∈ C =⇒ existen Ai ∈ C disjuntos tales que Ac = i=1 Ai .
EG
Si C es una semiálgebra, la familia A que contiene el conjunto vacı́o y todas las uniones
finitas disjuntas de conjuntos de C es un álgebra, llamada álgebra generada por C. Si µ0
AL
P
está definido en C, se define µ en A por µ(A) = n
Sn
i=1 µ0 (Ei ), si A = i=1 Ei , con Ei ∈ C
disjuntos.
RO
Para que esta medida esté bien definida sobre A hacen falta algunas condiciones como las
indicadas a continuación.
D
cumplen:
Pn
i) C ∈ C, C = n i=1 Ci , Ci ∈ C disjuntos =⇒ µ(C) =
S
i=1 µ(Ci ).
S∞ P∞
ii) C ∈ C, C = i=1 Ci , Ci ∈ C disjuntos =⇒ µ(C) ⩽ i=1 µ(Ci ).
Recordemos que una familia C ⊂ P(X) es una semiálgebra cuando cumple las propiedades:
i) A, B ∈ C =⇒ A ∩ B ∈ C.
Sn
ii) A ∈ C =⇒ existen Ai ∈ C disjuntos tales que Ac = i=1 Ai .
HU
Sean (X, A, µ) e (Y, B, ν) dos espacios de medida completos. Si A ⊂ X y B ⊂ Y, el conjunto
A × B se llama rectángulo. Si A ∈ A y B ∈ B, el conjunto A × B es un rectángulo medible.
/E
La colección R de rectángulos medibles es una semiálgebra pues
PV
(A × B) ∩ (C × D) = (A ∩ C) × (B ∩ D)
y
-U
(A × B)c = (Ac × B) ∪ (A × Bc ) ∪ (Ac × Bc ).
Si A × B es un rectángulo medible, definimos
A
Lema 3.5.1. Sea (Ai × Bi )i∈N una sucesión de rectángulos medibles disjuntos cuya unión es un
EG
i∈N
correspondiente Ai . Ası́, X
ν(Bi ) · χAi (x) = ν(B) · χA (x)
D
i∈N
XZ Z
ν(Bi ) · χAi dµ = ν(B) · χA dµ
i∈N
o bien X
ν(Bi ) · µ(Ai ) = ν(B) · µ(A).
i∈N
Este lema implica que λ cumple las condiciones de la proposición 3.4.9 de modo que tiene
una única extensión a una medida sobre el álgebra R′ de las uniones finitas disjuntas de
conjuntos de R.
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 89
HU
bidimensional en el plano.
/E
ducto pero reduciremos el estudio al espacio Rp . En lo sucesivo, escribiremos Rp = Rk ×
Rn , con k, n ∈ Z+ , y todo z ∈ Rp como z = (x, y), con x ∈ Rk , y ∈ Rn .
PV
Definición. Si A ⊂ Rp y x ∈ Rk , y ∈ Rn , definimos las secciones
S S
i) ( i∈I Ai )y = i∈I (Ai )y , para cualquier familia (Ai ).
T T
ii) ( i∈I Ai )y = i∈I (Ai )y , para cualquier familia (Ai ).
AL
iii) (A \ B)y = Ay \ By .
RO
las secciones de un conjunto medible son medibles y que su medida se calcula integrando
PE
I si y ∈ I2
1
a) Si I ⊂ Rp es un intervalo, I = I1 × I2 , entonces Iy = es medible. Además,
∅ si y ̸∈ I2
m (I ) si y ∈ I2
k 1
mk (Iy ) = = mk (I1 ) · χI2 (y). Por lo tanto, la función g(y) = mk (Iy )
0 si y ̸∈ I2
es medible.
HU
Por último, Z
mk (Iy ) dy = mk (I1 ) · mn (I2 ) = mp (I).
Rn
/E
b) Si A = G ⊂ Rp es abierto, G = j∈N Ij , con Ij intervalos disjuntos.
S
S
Entonces Gy = j∈N (Ij )y es abierto, por tanto medible y
PV
X
mk (Gy ) = mk ((Ij )y ).
-U
j∈N
j∈N
T S
entonces B ⊂ A ⊂ C y mp (A) = mp (C). Además Cy = (Gj )y y By = (Kj )y son
medibles.
Por el apartado anterior,
D
Z
PE
mk ((Gj \ Kj )y ) dy = mp (Gj \ Kj ) → 0.
Rn
de modo que Z
mk ((C \ B)y ) dy = 0.
Rn
Ası́, Cy \ By tiene medida cero en casi todo punto y ∈ Rn . Como By ⊂ Ay ⊂ Cy ,
entonces Ay = By ∪ F, con mk (F) = 0, de modo que Ay es medible en casi todo punto
y ∈ Rn .
Capı́tulo 3. Teorı́a de la medida abstracta 91
HU
mp (A) = mp (C) = lı́m mp (Gj ) = lı́m mk ((Gj )y ) dy
Z Z Rn
lı́m mk ((Gj )y ) dy =
/E
= mk (Ay ) dy.
Rn Rn
PV
y acotados (por ejemplo, Aj = A ∩ B(0, j)).
Entonces la función fj (y) = mk ((Aj )y ) es medible.
-U
Pero mk (Ay ) = lı́m mk ((Aj )y ), c.s. y ∈ Rn , con lo que f(y) = mk (Ay ) es medible. Por
el teorema de la convergencia monótona,
Z Z
A
Rn Rn
EG
Ejemplos.
AL
∅ en el resto,
de modo que
D
(2a/b) b2 − y2
p
si −b ⩽ y ⩽ b
m1 (Ay ) =
PE
0 en el resto.
En definitiva, Z
m2 (A) = m1 (Ay ) dy = πab.
R2
Bz = {(x, y) ∈ R2 : x ⩾ 0, y ⩾ 0, z ⩾ 0, x + 2y ⩽ 4 − 3z}.
Consecuencias.
a) Si A ⊂ Rp tiene medida cero, para casi todo y ∈ Rn , Ay tiene medida cero pues
Z
0 = mp (A) = mk (Ay ) dy =⇒ mk (Ay ) = 0 c.s. y ∈ Rn .
Rn
Z
HU
b) De forma análoga se prueba que mp (A) = mn (Ax ) dx.
Rk
/E
espacio producto, escribiremos f= f(x, y) dxdy.
Rp Rk ×Rn
PV
Definición. Si f : Rp
→ R, y ∈ Rn es
fijo, la sección de f determinada por y es la función
k
fy : R → R definida por fy (x) = f(x, y). -U
Ejemplo. Veamos cómo el teorema de Cavalieri se puede expresar en términos de secciones
de funciones caracterı́sticas de conjuntos medibles. Dado A ∈ Rp , la función caracterı́stica
de A verifica
A
1 si (x, y) ∈ A 1 si x ∈ A
y
RI´
Rk ×Rn
Z
y mk (Ay ) = (χA )y (x) dx, de donde, por el principio de Cavalieri,
Rk
RO
ZZ Z Z
χA (x, y) dxdy = χA (x, y) dx dy.
Rk ×Rn Rn Rk
D
Teorema 3.5.3 (Fubini para funciones medibles). Sea f : Rp → [0, ∞] una función medible.
PE
Entonces
P
Si f = ai χAi (Ai medibles, ai > 0), el resultado se obtiene por linealidad.
U
g(y) = fy (x) dx = lı́m (φj )y (x) dx = lı́m gj (y).
Rk Rk
/E H
Como gj son medibles, g es medible.
Por ser {gj } una sucesión creciente, podemos aplicar el teorema de la convergencia
PV
monótona y deducir
Z Z Z
f = lı́m
-U
(φj )y (x) dx dy
Rp Rn Rk
Z Z Z Z
= lı́m gj (y) dy = g(y) dy = f(x, y) dx dy.
Rn Rn Rn Rk
RI´A
EG
Teorema 3.5.4 (Fubini para funciones integrables). Sea f : Rp → R una función integrable.
Entonces
AL
Rk
Z Z
DR
ZZ
Ejemplo 3.1. Supongamos que queremos calcular f(x, y) dxdy, donde D = [0, 2] × [0, 1] y
D
xy(x2 − y2 )
f(x, y) = cuando (x, y) ̸= (0, 0) y f(0, 0) = 0.
(x2 + y2 )3
Z1
Si calculamos en primer lugar A(x) = f(x, y) dy, al realizar la sustitución u = x2 + y2 , obtene-
0
mos
Z x2 +1
x(2x2 − u)
U
x
A(x) = 3
du = 2 + 1)2
.
x 2 2u 2(x
/E H
Por último,
Z2 Z2
xdx 1
A(x) dx = 2 2
dx = .
0 0 2(x + 1) 5
PV
Z2
Si hubiéramos empezado calculando B(y) = f(x, y) dx, la misma sustitución u = x2 + y2 con-
0
-U
duce a
Z y2 +4
y(u − 2y2 ) −2y
B(y) = 3
du = 2 .
y2 2u (y + 4)2
RI´A
Por tanto,
Z1 Z1
−2ydx 11
B(y) dy = 2 2
dy = .
0 0 (y + 4) 20
EG
La razón de este resultado es que la función no cumple las condiciones del teorema de Fubini pues no
es integrable en D (ni siquiera está acotada). Cerca del origen, la función toma valores arbitrariamen-
AL
te grandes, tanto positivos como negativos (por ejemplo, f(2t, t) = 6/125t2 y f(t, 2t) = −6/125t2 ).
Observemos que, para aplicar el teorema de Fubini, hay que verificar primero que f es
O
|f(x, y)| dx dy o |f(x, y)| dy dx
Rn Rk Rk Rn
Por el teorema de Tonelli, f es integrable en A. Por el teorema de Fubini, se deduce además que
Z∞ Z∞ Z ∞ 2
π −y2 −x2 y2 −y2
= e dy ye dx = e dy .
4 0 0 0
Corolario 3.5.6. Dadas f ∈ L1 (Rk ) y g ∈ L1 (Rn ), la función h(x, y) = f(x) · g(y) es integrable
en Rk × Rn y Z Z Z
U
h= f · g .
Rk ×Rn Rk Rn
/E H
3.6. Ejercicios
PV
Ejercicio 3.1. Sea F : [0, 1] × [0, 1] → R la función definida por
1 si x ∈ Q ∩ [0, 1], y ∈ [0, 1],
-U
f(x, y) =
0 en el resto.
ZZ
RI´A
[0,1]×[0,1]
sen x
Ejercicio 3.3. Probar que f(x, y) = es integrable en (0, ∞) × R.
x3/2 (1 + x2 + y2 )
AL
x2 −y2
si (x, y) ̸= (0, 0),
(x2 +y2 )2
Ejercicio 3.4. Sea f(x, y) = Probar que
0 si (x, y) = (0, 0).
O
Z1 Z1 Z1 Z1
DR
π π
= f(x, y) dydx ̸= f(x, y) dxdy = − .
4 0 0 0 0 4
xy
PE
(x2 +y2 )2
si (x, y) ∈ [−1, 1] × [−1, 1],
Ejercicio 3.5. Sea f(x, y) = Probar que
0 si (x, y) = (0, 0).
Z1 Z1 Z1 Z1
f(x, y) dydx = f(x, y) dxdy,
−1 −1 −1 −1
(x − 1/2)−3 si 0 < y < |x − 1/2|
a) f : [0, 1] × [0, 1] → R definida por f(x, y) =
0 en el resto.
x−y
b) f(x, y) = .
(x2 + y2 )3/2
x−y
HU
c) f(x, y) = .
(x + y)3
Ejercicio 3.7. Comprobar que la función f(x, y) = e−y sen(2xy) es integrable en R = [0, 1] ×
Z∞
sen2 y 1
/E
[0, ∞]. Deducir de lo anterior que e−y dy = ln 5.
0 y 4
Ejercicio 3.8. Averiguar si la función dada es integrable en la región D.
a) f(x, y) = sen(x2 + y2 ), D = R2 .
PV
-U
b) f(x, y) = e−xy − 2e−2xy , D = [0, 1] × [1, ∞).
Z∞
arc tg(πx) − arc tg x
Ejercicio 3.9. Calcular dx.
A
0 x
RI´
1 si x · y ∈ Q
Ejercicio 3.10. Se considera la función F : [0, 1] × [0, 1] → R definida por f(x, y) =
0 en caso contrario.
EG
Probar que f es medible Lebesgue en R2 y calcular la integral de f en el cuadrado [0, 1] × [0, 1].
Ejercicio 3.11. Dado un conjunto medible E ⊂ [0, 1] × [0, 1], probar que, si m1 (Ex ) ⩽ 1/2 para
AL
casi todo x ∈ [0, 1], entonces m1 ({y ∈ [0, 1] : m1 (Ey ) = 1}) ⩽ 1/2.
la función
−x si x = y,
2 − 2
D
f(x, y) = −2 + 2−y si x = y − 1,
0 en el resto.
PE
4
HU
Capı́tulo
/E
Espacios Lp
PV
-U
El espacio de funciones integrables respecto de una medida arbitraria es un caso par-
ticular de una familia de espacios de funciones integrables, los llamados espacios Lp que
A
estudiaremos en este capı́tulo. Como dichos espacios poseen una estructura algebraica pre-
cisa, repasaremos en primer lugar los conceptos necesarios para entender las propiedades
RI´
de tales espacios.
EG
ii) d(αx, αy) = |α| · d(x, y), es decir, d aumenta proporcionalmente a la dilatación,
pues basta conocer d(x, 0), ∀x ∈ X para determinar completamente la distancia entre dos
elementos cualesquiera, ya que d(x, y) = d(x − y, 0). Definimos entonces la longitud o
norma de un vector x por ∥x∥ = d(x, 0). Esto sugiere, en un contexto abstracto, la siguiente
definición axiomática.
Definición. Un espacio normado es un par (X, ∥ · ∥) formado por un espacio vectorial X y
una aplicación ∥ · ∥ : X → R, llamada norma, con las siguientes propiedades:
(i) ∥x∥ ⩾ 0, ∀x ∈ X.
(ii) ∥x∥ = 0 ⇐⇒ x = 0.
97
98 4.1. Espacios normados. Definición y ejemplos
Observaciones.
HU
1) Todo espacio normado es a su vez un espacio métrico, pues basta, dado (X, ∥ · ∥), definir
d(x, y) = ∥x − y∥. Ası́ todas las nociones de espacios métricos están definidas tam-
/E
bién para los espacios normados. En particular, los conjuntos B(0, 1) = {x ∈ X : ∥x∥ <
1}, B(0, 1) = {x ∈ X : ∥x∥ ⩽ 1} son las bolas unitarias abierta y cerrada de X, respectiva-
mente. Además, B(x, r) = x + r · B(0, 1).
PV
2) El recı́proco de lo anterior no es cierto, es decir, no todo espacio métrico es normado.
Por ejemplo, X = {(a1 , . . . an , . . . ) : an ∈ C} sobre el cuerpo C es espacio vectorial; si
-U
X∞
1 |ai − bi |
definimos d(x, y) = · , se puede ver que es espacio métrico, pero,
2 1 + |ai − bi |
i
i=1
dado λ ∈ C, d(λx, λy) ̸= |λ| d(x, y) con lo que, si definiéramos la “norma” a partir de la
A
forma.
Otro ejemplo sencillo es la métrica discreta pues ∥2x∥ = d(2x, 0) = 1 pero |2| · ∥x∥ =
EG
2 · d(x, 0) = 2.
Sin embargo, la motivación dada al principio permite probar lo siguiente.
AL
La demostración es evidente.
Definición. Sea X un espacio vectorial normado, en el que se define la métrica d(x, y) =
∥x − y∥. Si (X, d) es completo, X se dice espacio de Banach.
Ejemplos.
P∞
HU
3) Sea ℓp = {x = (xn )n∈N : xn ∈ C, n=1 |xn |
p < ∞} (p ⩾ 1), y definimos ∥x∥
p =
P∞ 1/p
n=1 |xn |
p
.
Al igual que en el ejemplo 2, la desigualdad de Minkowski (para sumas infinitas) per-
/E
mite probar que es una norma. La completitud de este espacio será consecuencia de la
completitud del espacio Lp (ver sección 4.3).
PV
4) Sea ℓ∞ = {x = (xn )n∈N : xn ∈ C, {xn }n∈N acotada}, y definimos ∥x∥∞ = supn |xn |. Ası́
definido, (X, ∥ · ∥∞ ) es un espacio de Banach, como veremos en la sección 4.3. También
-U
son de Banach los subespacios c = {x = (xn )n∈N ∈ ℓ∞ : xn es convergente} y c0 = {x =
(xn )n∈N ∈ c : lı́m xn = 0}.
5) X = C[a, b] (funciones continuas en [a, b]), con la norma ∥f∥∞ = máx |f(x)| es de
A
x∈[a,b]
RI´
Banach.
Para probarlo, sea {fn }n∈N una sucesión de Cauchy en C[a, b].
EG
Por definición, máx |fn (x) − fm (x)| < ε, para n, m > N. Entonces |fn (x) − fm (x)| <
x∈[a,b]
ε, ∀x ∈ [a, b]. Por tanto, por el criterio de convergencia de Cauchy, {fn }n∈N converge
AL
to.
Si hacemos por ejemplo a = −1, b = 1, la sucesión {fn }n∈N definida por
D
0 si − 1 ⩽ x ⩽ 0
PE
HU
desarrollo del Análisis Funcional.
Lema 4.2.1 (desigualdad de Young). Sean α, β > 0, 0 < λ < 1. Entonces αλ β1−λ ⩽ λα + (1 −
/E
λ)β. Además la igualdad es cierta si y sólo si α = β.
PV
Demostración. Se define φ(t) = (1 − λ) + λt − tλ para t ⩾ 0.
Ası́ φ′ (t) = λ − λtλ−1 que será negativo si t < 1 y positivo si t > 1. Por tanto, el punto t = 1
corresponde a un mı́nimo.
-U
Como φ(t) ⩾ φ(1) = 0, entonces 1 − λ + λt ⩾ tλ .
Haciendo t = α/β se deduce el resultado (para β ̸= 0).
A
Si β = 0, el resultado es trivial.
RI´
α+ (k)
. . . +α + β+ (n−k)
q
n . . . +β
α (k)
. . . α · β (n−k)
... β ⩽ .
n
Teorema 4.2.2. Sean (X, S, µ) un espacio de medida, f, g : X → [0, ∞] funciones medibles, 1 <
p < ∞ y 1/p + 1/q = 1. Entonces:
a) (desigualdad de Hölder)
Z Z 1/p Z 1/q
p q
(fg) dµ ⩽ f dµ · g dµ .
X X X
b) (desigualdad de Minkowski)
Z 1/p Z 1/p Z 1/p
p p p
(f + g) dµ ⩽ f dµ + g dµ .
X X X
Capı́tulo 4. Espacios Lp 101
Z 1/p Z 1/q
p q
Demostración. a) Llamamos A = f dµ ,B = g dµ y distinguimos tres
X X
casos:
♢ A p
Z = 0 (ó B = 0). Como f ⩾ 0, f = 0 c.s. =⇒ f = 0 c.s. =⇒ f · g = 0 c.s. Ası́ pues
fg dµ = 0.
X
HU
Z
♢ A = ∞ (ó B = ∞). Es evidente que fg dµ ⩽ ∞.
X
Z Z
/E
f g
♢ 0 < A, B < ∞. Debemos probar que · dµ ⩽ 1.
fg dµ ⩽ A · B, o bien
X X A B
Si aplicamos el lema anterior a α = fp /Ap , β = gq /Bq , λ = 1/p, 1 − λ = 1/q, resulta:
PV
f g 1 fp 1 gq
· ⩽ · p + · q,
A B p A q B
-U
desigualdad válida ∀x ∈ X. Integrando miembro a miembro,
Z
f g 1 1
· dµ ⩽ · Ap + · Bq = 1, c.q.d.
A
A B p · A p q · Bq
X
RI´
b) Debido a que (f + g)p = (f + g)(f + g)p−1 = f(f + g)p−1 + g(f + g)p−1 , aplicando la
desigualdad de Hölder a cada uno de los sumandos, tenemos:
EG
Z Z 1/p Z 1/q
p−1 p q(p−1)
f(f + g) dµ ⩽ f dµ (f + g) dµ ,
X X X
AL
Z Z 1/p Z 1/q
p−1 p q(p−1)
g(f + g) dµ ⩽ g dµdµ , (f + g)
X X X
Z "Z 1/p Z 1/p # Z 1/q
RO
p p p
=⇒ (f + g) dµ ⩽ f dµ + g dµ · (f + g)p dµ ,
X X X X
Z 1/q
D
p
debido a que q(p − 1) = p. Si llamamos ahora C = (f + g) dµ , caben los siguientes
X
PE
casos:
Z
C = 0 =⇒ (f + g)p dµ = 0 y la desigualdad es evidente.
X
Z f(x) g(x) p
C = ∞ =⇒ (f + g)p dµ = ∞. Como la función y = xp es convexa, + ⩽
X 2 2
f(x)p g(x)p
+ , de donde:
2 2
Z Z Z
1 p 1 p p 1 p 1 p p
(f + g) ⩽ (f + g ) =⇒ p (f + g) dµ ⩽ f dµ + g dµ .
2p 2 2 X 2 X X
Z Z Z
Como (f + g)p dµ = ∞, debe ser fp dµ = ∞ ó gp dµ = ∞.
X X X
102 4.2. Desigualdades de Hölder y Minkowski
U
Corolario 4.2.3. Si f, g : X → [0, ∞] son medibles y 0 < p < 1, 1/p + 1/q = 1, entonces
Z Z 1/p Z
/E H
1/q
p q
a) fg dµ ⩾ f dµ g dµ .
X X X
Z 1/p Z 1/p Z 1/p
p p p
PV
b) (f + g) dµ ⩾ f dµ + g dµ ,
X X X
Z 1/q
q
donde suponemos que las integrales involucradas son finitas y g dµ ̸= 0.
-U
X
′ ′
Demostración. a) Sea p′ = 1/p y llamamos ψ = (fg)p = (fg)1/p , φ = g−p = g−1/p . De este
modo, 1 < p′ < ∞, fp = ψφ y ψ, φ son medibles. Entonces
RI´A
Z Z Z 1/p′ Z 1/q′
p p′ q′
f dµ = ψφ dµ ⩽ ψ dµ φ dµ ,
X X X X
EG
Z Z 1/p′ Z 1/q′
p q
AL
f dµ ⩽ fg dµ g dµ .
X X X
1 1 1 1 1 1 1
′
= 1 − ′ = 1 − p =⇒ ′
= − ′ = −1 = − ,
q p pq p pp p q
DR
f dµ · g dµ ⩽ fg dµ , c.q.d.
X X X
R
Suponiendo que X (f + g)
p dµ < ∞, se deduce el resultado.
Corolario 4.2.4. En las condiciones del teorema 4.2.2, la desigualdad de Hölder se convierte en
igualdad si y sólo si existen λ1 , λ2 constantes no nulas a la vez tales que λ1 fp = λ2 gq c.s.
HU
Z Z
fp gq
R = R , es decir fp · q
g dµ = g · q
fp dµ,
fp dµ g q dµ
X X X X
/E
Z Z
con λ1 = gq dµ y λ2 = fp dµ no nulas ambas.
PV
X X
Podemos suponer además λ1 = 0, λ2 ̸= 0 pues entonces 0 = λ2 gq c.s. =⇒ gq = 0 c.s.
=⇒ g = 0 c.s. y se verifica la igualdad.
-U
Observaciones. 1) Si X es un conjunto numerable, digamos por comodidad X = N, P(N)
la σ-álgebra formada por los subconjuntos de N, µ : P(N) → [0, ∞] la medida de contar,
A
definida por µ(A) = card A, toda aplicación f : N → C es medible pues ∀V abierto, f−1 (V) ⊂
RI´
p
f dµ = p
f dµ = fp dµ = f(n)p = |xn |p .
n∈N {n} n∈N {n}
S
N n∈N n∈N
AL
Esto permite escribir las desigualdades de Hölder y Minkowski para sumas finitas o series
numéricas. Estas serı́an:
∞ ∞
!1/p ∞
!1/q
X X X
RO
∞
!1/p ∞
!1/p ∞
!1/p
X X X
PE
4.3. Espacios Lp
Los ejemplos más útiles de espacios normados corresponden a los llamados espacios Lp .
Fueron además los que dieron impulso al desarrollo de la teorı́a de espacios de Hilbert y
espacios normados.
Supondremos en esta sección que (X, Ω, µ) es un espacio de medida. Es conocido el espacio
U
de funciones de módulo integrable, representado por
Z
/E H
L (µ) = {f : X → C : f medible y
1
|f| dµ < ∞}.
X
Si ahora hacemos 1 ⩽ p < ∞, definimos análogamente el espacio de funciones de potencia
PV
p-ésima integrable, como
Z
L (µ) = {f : X → C : f medible y
p
|f|p dµ < ∞}.
-U X
R 1/p
Si definimos la aplicación ∥ · ∥p : Lp (µ) → R por ∥f∥p = X |f| dµ
p , es evidente que
Lp (µ) = {f : X → C : f medible y ∥f∥p < ∞}.
RI´A
Por definición, una función medible f es esencialmente acotada cuando existe α ⩾ 0 tal que
DR
Probemos en primer lugar la existencia de dicho ı́nfimo; para ello basta probar que 0 es
una cota inferior de S:
En efecto, si existiera α ∈ S tal que α < 0, entonces de la inclusión [0, ∞] ⊂ (α, ∞] se deduce
que
|f|−1 [0, ∞] ⊂ |f|−1 (α, ∞] =⇒ µ(X) = µ(|f|−1 [0, ∞]) ⩽ µ(|f|−1 (α, ∞]) = 0 =⇒ µ(X) = 0,
lo cual es absurdo.
Lo anterior permite definir el espacio de las funciones medibles esencialmente acotadas
HU
X X X X
Si p = ∞, q = 1, entonces |f(x)| ⩽ ∥f∥∞ c.s., con lo que existe A de medida nula tal que
|f(x)| ⩽ ∥f∥∞ , ∀x ∈ Ac . De este modo,
/E
Z Z Z Z
|fg| dµ = |f| · |g| dµ = |f| · |g| dµ ⩽ ∥f∥∞ |g| dµ
PV
X X Z Ac Z Ac
∥αf∥p = =
X X
PE
b) Si p = ∞, debido a que |f| ⩽ ∥f∥∞ y |g| ⩽ ∥g∥∞ c.s., entonces también |f + g| ⩽ |f| + |g| ⩽
∥f∥∞ + ∥g∥∞ c.s. Esto implica que ∥f∥∞ + ∥g∥∞ es cota superior esencial de |f + g|. Al ser
∥f + g∥∞ la mı́nima, se deduce que ∥f + g∥∞ ⩽ ∥f∥∞ + ∥g∥∞ .
Por otro lado, si suponemos α ̸= 0:
con lo que
HU
De este modo, si f ∈ L∞ (µ), ∥αf∥∞ = ı́nf S1 = |α| · ∥f∥∞ .
/E
Observación. En general, ∥ · ∥p no es norma pues no se verifica la implicación ∥f∥p = 0 =⇒
f(x) = 0, ∀x ∈ X. Sin embargo, en el caso de las funciones reales continuas en un intervalo
Rb
[a, b], X = C[a, b], ∥f∥1 = a |f(x)| dx = 0 =⇒ f = 0. También, en los espacios ℓp , ∥ · ∥p es
PV
una norma.
Para obtener espacios normados de las seminormas anteriores, definimos la relación de
-U
equivalencia
∀f, g ∈ Lp (µ), f ∼ g ⇐⇒ f = g c.s., o bien ∥f − g∥p = 0.
A
El espacio cociente, que seguiremos denotando por Lp (µ), es ahora un espacio normado si
definimos ∥f∥
e p = ∥f∥p , donde f es un representante de la clase de equivalencia f.
RI´
e
EG
Probaremos por último la completitud de los espacios recién definidos, resultado obtenido
de forma simultánea e independiente por F. Riesz y E. Fischer en 1907. Para ello, utilizamos
el siguiente lema previo.
AL
Lema 4.3.4 (Lema de Chebyshev). Si f ∈ Lp (µ) (1 ⩽ p < ∞), entonces µ({x ∈ X : |f(x)| ⩾
λ}) ⩽ λ−p ∥f∥p
p , para todo λ > 0.
RO
Aλ Acλ Aλ
PE
P P
Llamamos ahora Bn = i⩾n Ai . Entonces µ(Bn ) ⩽ i⩾n µ(Ai ) ⩽ i⩾n 1/2ip ⩽ 1/2p(n−1) .
S
HU
|fni (x) − fnj (x)| ⩽ |fni (x) − fni−1 (x)| + |fni−1 (x) − fni−2 (x)| + · · · + |fnj+1 (x) − fnj (x)| < 1/2j−1 .
/E
lı́m si x ̸∈ B
i→∞ fni (x)
ces la función g(x) = , la cual es medible.
0 si x ∈ B
PV
Veamos por último que fn → g en Lp (µ). Dado ε > 0, sabemos que ∃N tal que ∥fn − fm ∥p <
ε, ∀n, m ⩾ N. Tomando m, ni ⩾ N y aplicando la desigualdad de Fatou, tenemos:
-U
Z Z Z
p
∥g − fm ∥p = |g − fm | dµ =
p
| lı́m inf fni − fm | dµ =
p
lı́m inf |fni − fm |p dµ
i i
X Z X X
A
Si Am,n = {x : |fn (x) − fm (x)| ⩾ ∥fn − fm ∥∞ + ε}, resulta que µ(Am,n ) = 0, con lo que, si
S
A = m,n Am,n , entonces µ(A) = 0. Esto prueba que (fn (x))n∈N converge uniformemente
en Ac .
RO
lı́m f (x) si x ∈ Ac
n n
Si definimos f(x) = , se ve fácilmente que lı́mm ∥f − fm ∥∞ = 0,
0 si x ∈ A
D
pues
PE
Observaciones.
HU
Esto implica que ∥f∥p ⩽ ∥f∥q · µ(X)1/p−1/q .
De la misma forma, ∥f∥q ⩽ µ(X)1/q · ∥f∥∞ .
/E
3) En general, Lp ̸⊂ Lq y Lq ̸⊂ Lp (por ejemplo, si f(x) = (1 + |x|)−1 , entonces f ∈ L2 (R)
pero f ̸∈ L1 (R)); ahora bien, si f ∈ Lp ∩ Lq , entonces f ∈ Lr con p < r < q:
PV
Z Z Z
|f| dµ =
r
|f| dµ +
r
|f|r dµ
X |f|⩽1 |f|>1
Z Z
-U
⩽ |f| dµ +
p
|f|q dµ ⩽ ∥f∥p
p + ∥f∥q < ∞.
q
|f|⩽1 |f|>1
ción
RI´
1−α 1 α 1−α
∥f∥r ⩽ ∥f∥α
p · ∥f∥q , donde = + (0 ⩽ α ⩽ 1).
r p q
EG
1
Ejemplo. Sea f(x) = . Veamos que f es integrable en (0, ∞):
x(1 + | ln x|)2
Z∞ Z∞ Z0 Z∞
AL
1 1 1 1
dx = dt = dt + dt = 2.
0 x(1 + | ln x|) 2
−∞ (1 + |t|)
2
−∞ (1 − t)
2
0 (1 + t)
2
porque
Z∞ Z1 Z∞
1 1 1
D
dx = dx + dx.
0 x
q/p (1 + | ln x|) 2q/p
0 x
q/p (1 + | ln x|) 2q/p
1 x
q/p (1 + | ln x|)2q/p
PE
P
Demostración. i) =⇒ ii). Sea Sn = nk=1 ak . Si m > n,
X X ∞
X
m
m
∥Sm − Sn ∥ =
ak
⩽ ∥ak ∥ ⩽ ∥ak ∥ < ε.
k=n+1 k=n+1 k=n+1
U
n1 ∈ N : ∥an1 − am ∥ < 1/2, ∀m > n1 ,
/E H
n2 > n1 : ∥an2 − am ∥ < 1/22 , ∀m > n2 ,
..
.
PV
nk > nk−1 : ∥ank − am ∥ < 1/2k , ∀m > nk .
P P∞
Ası́ ∞k=1 ∥ank − ank−1 ∥ ⩽ ∥an1 ∥ + k=1 1/2 < ∞.
k
P
-U
Por hipótesis, k∈N (ank − ank−1 ) es convergente. Entonces
∞
X X
h
a= (ank − ank−1 ) = lı́m (ank − ank−1 ) = lı́m anh ,
RI´A
h→∞ h→∞
k=1 k=1
gente y X es completo.
ó E × X la norma producto ∥(u, v)∥ = ∥u∥ + ∥v∥, entonces las aplicaciones (x, y) 7→ x + y y
(α, x) 7→ αx, definidas en X × X y E × X, respectivamente, son continuas. Además, la norma
∥ · ∥ : X → R es uniformemente continua.
O
DR
Demostración. Es fácil comprobar que la norma producto verifica los axiomas de norma.
Por una parte, como ∥x + y − (x0 + y0 )∥ ⩽ ∥x − x0 ∥ + ∥y − y0 ∥, la primera es continua.
PE
Además,
Por último, para probar que la norma es uniformemente continua, dado ε > 0, debemos
encontrar δ > 0 tal que ∥x∥ − ∥x0 ∥ < ε si ∥x − x0 ∥ < δ. Ahora bien, como ∥x∥ − ∥x0 ∥ ⩽
∥x − x0 ∥, basta elegir δ = ε.
110 4.5. Funcionales lineales acotados en Lp
HU
es continua. Además, el mismo argumento prueba que la inversa x 7→ x − x0 es continua.
Análogamente se prueba que la segunda es continua.
/E
Proposición 4.4.4. Un subespacio M de un espacio de Banach X es completo si y sólo si M es
cerrado en X.
PV
Demostración. Sea M completo. Entonces, ∀x ∈ M, ∃{xn }n∈N con xn ∈ M, ∀n tal que
xn → x. Pero como {xn }n∈N converge, es de Cauchy; por tanto converge en M, lo que
-U
prueba que x ∈ M.
Recı́procamente, sea M cerrado y {xn }n∈N de Cauchy en M. Por ser X completo, xn → x ∈
X =⇒ x ∈ M =⇒ x ∈ M.
A
RI´
Como {yN
n }n∈N es convergente, es de Cauchy y |yp − yq | < ε/3, ∀p, q ⩾ N1 . Entonces
N N
|xp − xq | ⩽ |xp − yN
p | + |yp − yq | + |yq − xq | < ε.
N N N
RO
Ejemplos.
Capı́tulo 4. Espacios Lp 111
1) ∥ · ∥ : X → R es un funcional no lineal.
HU
|fa (x)| ∥a∥2
Pero además, si hacemos x = a, resulta ∥fa ∥ ⩾ ∥x∥ = ∥a∥ =⇒ ∥fa ∥ ⩾ ∥a∥. De lo que
se deduce que ∥fa ∥ = ∥a∥.
P
/E
3) La aplicación f : ℓ2 → R, definida por f(x) = i∈N ai xi donde (ai )i∈N ∈ ℓ2 es fijo, es
también un funcional lineal y acotado pues, por la desigualdad de Cauchy-Schwarz,
|f(x)| ⩽ ∥x∥2 · ∥a∥2 . Del mismo modo, el operador f : ℓp → R definido por f(x) = a · x,
PV
con a ∈ ℓq fijo, es también lineal y acotado.
Rb
-U
4) El funcional f : C[a, b] → R definido por f(x) = a x(t) dt (integral definida) es lineal y
acotado:
Zb
|f(x)| = x(t) dt ⩽ (b − a) · máx |x(t)| = (b − a) · ∥x∥ =⇒ ∥f∥ ⩽ b − a.
A
a a⩽t⩽b
RI´
Rb
|f(x0 )| dt
Si elegimos en particular x0 = 1, ∥f∥ ⩾ ∥x0 ∥ = a
1 = b − a. De aquı́ se deduce que
EG
∥f∥ = b − a.
5) El funcional f : C(1) ([a, b]) → R definido por f(x) = x′ (t0 ), para cualquier t0 ∈ (a, b), no
AL
es acotado.
Proposición 4.5.1. Sea X un espacio normado y f un funcional lineal en X. Entonces son equiva-
lentes:
RO
a) f es acotado.
D
b) f es continua.
PE
c) El núcleo de f es cerrado.
HU
Esto implica que |f(x)| ⩽ (1/d) · ∥x∥ y f es acotado.
/E
Corolario 4.5.2. Si f es lineal pero no continuo, ker(f) es denso en X.
PV
es continua.
-U
Nos centraremos a continuación en la caracterización de los funcionales lineales acotados
en Lp . En primer lugar estudiaremos el caso de la medida de Lebesgue en [0, 1].
Z
q p
A
Proposición 4.5.3. Si g ∈ L [0, 1], el funcional F : L [0, 1] → R definido por F(f) = fg es lineal,
RI´
f = |g|q/p · sign(g), es evidente que |f|p = |g|q = f · g. Por tanto, f ∈ Lp y ∥f∥p = (∥g∥q )q/p .
Ahora bien, Z Z
AL
Z
Lema 4.5.4. Sea g una función integrable en [0, 1] y supongamos que existe M > 0 tal que fg ⩽
M · ∥f∥p , para toda f medible y acotada. Entonces g ∈ Lq y ∥g∥q ⩽ M.
R
Como q − q/p = 1, resulta que ∥gn ∥q ⩽ M y |gn |q ⩽ Mq .
Como |gn |q converge a |g|q c.s., tenemos (por el lema de Fatou):
Z Z
|g| ⩽ lı́m |gn |q ⩽ Mq .
q
Ası́, g ∈ Lq y ∥g∥q ⩽ M.
HU
Caso p = 1. Sea E = {x : |g(x)| ⩾ M + ε} y llamamos f = (sign g) · χE . Entonces ∥f∥1 = m(E)
y Z
/E
M · m(E) = M · ∥f∥1 ⩾ fg ⩾ (M + ε) · m(E).
PV
Teorema 4.5.5 (representación de Riesz). Sea F un funcional lineal acotado en Lp (1 ⩽ p < ∞).
R
-U
Entonces existe g ∈ Lq tal que F(f) = fg. Además ∥F∥ = ∥g∥q .
Este hecho es el punto de partida para definir el concepto de espacio dual en espacios
normados arbitrarios.
RO
X′ = {f : X → R : f es lineal y acotado}.
D
|f(x)|
Proposición 4.5.6. El espacio X′ con la norma ∥f∥ = supx̸=0 ∥x∥ es de Banach.
f es lineal (evidente).
HU
f es acotado: Si n > N,
|fn (x) − f(x)| = |fn (x) − lı́m fm (x)| = lı́m |fn (x) − fm (x)| ⩽ ε · ∥x∥.
m
/E
Entonces fn − f es acotado para n > N. Como fn también es acotado, f = fn − (fn − f)
es acotado.
PV
fn → f : Como |fn (x) − f(x)| ⩽ ε · ∥x∥, entonces ∥fn − f∥ ⩽ ε.-U
Es a menudo conveniente estudiar el espacio dual de un espacio normado para obtener
A
propiedades del mismo espacio, por lo que estudiaremos su estructura en algunos ejemplos
RI´
clásicos.
Ejemplos.
EG
P Pn
Si x = ni=1 αi ei , f(x) = i=1 αi f(ei ). Por la desigualdad de Cauchy-Schwarz,
!1/2 !1/2 !1/2
X
n X
n X
n X
n
RO
Pn 2 1/2 .
D
i=1 |f(ei )|
de donde ∥f∥ ⩽
Pn 2 1/2
PE
i=1 |f(ei )|
Tomando en particular x = (f(e1 ), . . . , f(en )), se obtiene la igualdad. Ası́, ∥f∥ =
coincide con la norma euclı́dea y la aplicación definida por f 7→ (f(e1 ), . . . , f(en )) es un
isomorfismo isométrico de (Rn )′ en Rn .
2) El dual de ℓ1 es ℓ∞ .
P∞ ∞
∀x ∈ ℓ1 , podemos escribir x = k=1 αk ek , donde ek = (δkj )j=1 forma una base de
P
Schauder de ℓ1 , porque x − n (n)
k=1 αk ek = (0, . . . , 0, αn+1 , . . . ) y
∞
X
X
n
x − αk ek
=
αk ek
→ 0
k=1 k=n+1
P
Definimos la aplicación T f = (f(ek ))k∈N , ∀f ∈ (ℓ1 )′ . Como f(x) = αk f(ek ), entonces
k∈N
|f(ek )| ⩽ ∥f∥ · ∥ek ∥ = ∥f∥, pues ∥ek ∥ = 1. En consecuencia, supk |f(ek )| ⩽ ∥f∥ de donde
(f(ek ))k∈N ∈ ℓ∞ .
P
⋆ T es sobre: ∀b = (βk )k∈N ∈ ℓ∞ , definimos g : ℓ1 → E como g(x) = k∈N αk βk si
x = (αk )k∈N ∈ ℓ1 .
HU
El funcional g es lineal y acotado, pues
X X
|g(x)| ⩽ |αk βk | ⩽ sup |βk | · |αk | = ∥x∥1 · sup |βk | =⇒ g ∈ (ℓ1 )′ .
/E
k∈N k k∈N k
P
Además, como g(ek ) = = βk , T g = (g(ek ))k∈N = (βk )k∈N = b.
j∈N δkj βj
PV
P
⋆ T es inyectiva: Si T f1 = T f2 , entonces f1 (ek ) = f2 (ek ), ∀k. Como f1 (x) = k∈N xk f1 (ek )
P
y f2 (x) = k∈N xk f2 (ek ), entonces f1 = f2 .
-U
⋆ T es isometrı́a:
Por una parte, ∥T f∥∞ = supk |f(ek )| ⩽ ∥f∥ y de
X X
A
k∈N k k∈N k
3) El dual de ℓp es ℓq si 1
p + 1
q = 1, (1 < p < ∞).
Una base de Schauder de ℓp es ek = (δkj )∞ j=1 .
RO
P p ′
P
∀x ∈ ℓp , x = k∈N αk ek . Si f ∈ (ℓ ) , f(x) = k∈N αk f(ek ). Definimos como antes
T f = (f(ek ))k∈N .
D
Como además,
!1/p
X
n
(n)
f(x(n) ) ⩽ ∥f∥ · ∥x(n) ∥p = ∥f∥ |ξk |p
k=1
!1/p !1/p
X
n X
n
= ∥f∥ |f(ek )|pq−p = ∥f∥ |f(ek )|q ,
k=1 k=1
116 4.5. Funcionales lineales acotados en Lp
1− p1
P P
n
n
1/q
resulta que |f(ek )|q = |f(ek )|q ⩽ ∥f∥.
k=1 k=1
P
∞
1/q
Haciendo n → ∞, |f(ek )|q ⩽ ∥f∥ de donde (f(ek ))k∈N ∈ ℓq .
k=1
T es sobre: Dado b = (βk )k∈N ∈ ℓq , podemos asociarle un funcional lineal y acotado g
P
en ℓp , mediante g(x) = ∞
HU
p
k=1 αk βk con x = (αk )k∈N ∈ ℓ (la acotación se deduce de la
desigualdad de Hölder). Entonces g ∈ (ℓp )′ .
Se ve fácilmente que T es también inyectiva.
/E
Por último veamos que la norma de f es la norma en ℓq de T f:
PV
!1/p !1/q
X X X
|f(x)| = αk f(ek ) ⩽ |αk |p |f(ek )|q
k∈N k∈N k∈N
-U
!1/q
X
= ∥x∥ |f(ek )|q .
k∈N
A
P q 1/q .
k∈N |f(ek )|
Tomando el supremo sobre los x de norma 1, sale que ∥f∥ ⩽
RI´
P q 1/q ,
k∈N |f(ek )|
Como la otra desigualdad también es cierta, se deduce la igualdad ∥f∥ =
EG
• Eligiendo x = (x1 , . . . , xN , 0, . . . ),
RO
X
N X
N
|f(x)|
e ⩽ |fn xn | ⩽ máx |xn | · |fn |.
D
n=1 n=1
PE
Haciendo N → ∞, |f(x)|
e ⩽ ∥x∥∞ · ∥f∥1 =⇒ ∥f∥
e ⩽ ∥f∥1 =⇒ ∥F∥ ⩽ 1.
X
N
|f(g
e (N) )| = |fn | ⩽ ∥f∥ e < ∞.
e · ∥g(N) ∥∞ = ∥f∥
n=1
P
• F es sobre: Dado fe ∈ (c0 )′ , ∀x ∈ c0 , escribimos x = n∈N xn en con lo que f(x) e =
P P
n∈N |f(en )| < ∞. Para ello
1
n∈N xn f(en ). Basta probar que (f(en ))n∈N ∈ ℓ , es decir
e e e
P N f(e )
tomamos: x(N) = n=1 e n · en ∈ c0 , de donde
e
|f(en )|
X
N X
N e
f(en ) e
|f(e
e n )| = e (N) ) ⩽ ∥f∥.
· f(en ) = f(x e
|f(e
HU
e n )|
n=1 n=1
P∞
Si hacemos N → ∞, n=1 |f(en )|
e < ∞.
/E
Observaciones. 1) Otros ejemplos se pueden obtener debido al hecho de que si X0 es sub-
espacio denso de X e Y es completo, entonces X′0 = X′ .
PV
2) Los resultados anteriores prueban también que los espacios ℓp (p ⩾ 1) son completos.
Basta observar que ℓp es isomorfo a (ℓq )′ y, por la proposición 4.5.6, el dual de un espacio
-U
normado es completo.
3) El teorema 4.5.5 de representación de Riesz demuestra que el dual de Lp (con 1 < p < ∞)
es isométricamente isomorfo a Lq (si 1/p + 1/q = 1). Una demostración similar prueba que
A
4.6. Ejercicios
a) Si p ⩽ q, probar que ℓp ⊂ ℓq .
RO
f · g ⩾ 1. Probar que f dµ · g dµ ⩾ 1.
X X
PE
Ejercicio 4.5. Si f es una función medible en [0, 1], probar que la función g(p) = ∥f∥p es
creciente en [1, ∞).
118 4.6. Ejercicios
R R R
Ejercicio 4.6. Si f es una función medible y no negativa en [0, 1], con f2 = f3 = f4 < ∞,
probar que f = f2 c.s.
HU
Ejercicio 4.8. Demostrar que, si µ(Ω) < ∞ y 0 < r < s < ∞, entonces Ls ⊂ Lr y que para
f ∈ Ls ,
1 1
∥f∥r ⩽ ∥f∥s · µ(Ω) r − s .
/E
Ejercicio 4.9. Comprobar si es cierta alguna de las siguientes proposiciones:
PV
a) Si f ∈ Lp [0, 1], ∀p ∈ (1, ∞), entonces f ∈ L∞ [0, 1].
Ejercicio 4.10. Si {fn } es una sucesión de funciones medibles en [0, 1] y lı́m |fn (x)|3 dx =
n→∞
RI´
Z1 0
fn (x)
0, probar que lı́m √ dx = 0.
n→∞ 0 x
EG
Z π/2
√ π
Ejercicio 4.11. Probar que x · sen x dx < √ .
0 2 2
AL
Z∞ 3√
√
1+x 3
Ejercicio 4.12. Probar que 2
dx ⩽ 6.
1 x
RO
1
Ejercicio 4.13. Si f(x) = p
6
, probar que f ∈ Lp (0, 1), 1 ⩽ p < 6, pero f ̸∈ L6 (0, 1).
x(1 − x)
1
D
√
Ejercicio 4.15. Si f ∈ Lp (0, 1), con 2 < p, probar que f/ x ∈ L1 (0, 1).
1
Ejercicio 4.16. Si g(x) = , probar que g ∈ Lp (R), 1 ⩽ p ⩽ ∞.
1 + x2
Ejercicio 4.17. Si f ∈ L5 (R) y g ∈ L5/4 (R), probar que f · g ∈ L1 (R).
P
Ejercicio 4.20. Sea ϕ : ℓ2 → R el funcional definido por ϕ(x) = n∈N xn /2
n−1 .
c) Calcular ∥ϕ∥.
HU
/E
PV
-U
A
RI´
EG
AL
D RO
PE
PE
D RO
AL
EG
RI´
A
-U
PV
/E
HU
Apéndice I:
HU
La teorı́a de la medida en sus
/E
personajes
PV
-U
A
Cronologı́a
RI´
121
122 La teorı́a de la medida en sus personajes
En Göttingen asistió a las clases que Dirichlet impartı́a sobre teorı́a de números, teorı́a de
la integral definida y ecuaciones en derivadas parciales. Dirichlet rápidamente desarrolló
un especial interés por el joven Riemann, quien a su vez consideraba a Dirichlet como el
mejor matemático vivo después de Gauss. Su carrera se interrumpió por la revolución de
1848, durante la cual sirvió al rey de Prusia.
Dos años después, Riemann volvió a Göttingen y en 1851 presentó su tesis doctoral “Grund-
HU
lagen für eine allgemeine Theorie der Functionen einer veränderlichen complexen Grösse” (Funda-
mentos para una teorı́a general de funciones de variables complejas), la cual fue muy
elogiada por Gauss. El punto de partida es una definición bastante diferente del término
/E
de función cuando la variable considerada es real o compleja, lo cual fue imprescindible
para el posterior desarrollo de su integral. Tres años más tarde, en su “Habilitationsschrigt”,
PV
decidió retomar el estudio de la representación de funciones mediante series trigonométri-
cas. La pregunta inicial de su investigación fue: ¿en qué casos es una función integrable?
-U
Fue entonces cuando creó la integral que hoy conocemos.
En su corta vida contribuyó a muchı́simas ramas de las matemáticas: integrales de Rie-
mann, aproximación de Riemann, método de Riemann para series trigonométricas, matri-
A
que la de Euclides.
Murió de tuberculosis antes de cumplir los cuarenta años.
D
PE
HU
El trabajo de Jordan incidió de manera sustancial en la introducción de la teorı́a de Galois
en la corriente del pensamiento mayoritario. Investigó también los grupos de Mathieu, los
/E
primeros ejemplos de grupos esporádicos. Su “Traité des substitutions” sobre las permuta-
ciones de grupos fue publicado en 1870.
PV
El 4 de abril de 1881 fue elegido miembro de la Academia de la Ciencia.
De 1885 a 1921 dirige la revista “Journal de mathématiques pures et apliqués”, fundada por
-U
Liouville.
a la Universidad de Berlı́n, donde estudió matemáticas, fı́sica y filosofı́a. Allı́ fue alumno
de Weierstrass, Kummer y Kronecker y compañero de estudios de Hermann Schwarz. Se
doctoró en 1867 con la disertación “De aequationibus secundi gradus indeterminatis” (Sobre las
ecuaciones indeterminadas de segundo grado) y empezó a trabajar como profesor adjunto
en la Universidad de Halle.
Cantor probó la unicidad de la representación de una función como una serie trigonométri-
ca en 1870. Cantor publicó un artı́culo sobre series trigonométricas en 1872, en el que
definió a los números irracionales en términos de sucesiones convergentes de números
racionales.
En 1873 Cantor probó que los números racionales son numerables, es decir, que pueden
124 La teorı́a de la medida en sus personajes
colocarse en correspondencia uno-a-uno con los números naturales. También mostró que
los números algebraicos, es decir, los números que son raı́ces de ecuaciones polinomiales
con coeficientes enteros, son numerables.
Entre 1874 y 1897, demostró que el conjunto de los números enteros tenı́a el mismo núme-
ro de elementos que el conjunto de los números pares, y que el número de puntos en
un segmento es igual al número de puntos de una lı́nea infinita, de un plano y de cual-
HU
quier espacio. Consideró los conjuntos infinitos como entidades completas con un número
de elementos infinitos completos. Llamó a estos números infinitos completos ?números
transfinitos? y articuló una aritmética transfinita completa. Por este trabajo fue ascendido a
/E
profesor en 1879. Sin embargo, el concepto de infinito en matemáticas habı́a sido tabú hasta
entonces, y por ello se granjeó algunos enemigos, especialmente Leopold Kronecker, que
PV
hizo lo imposible por arruinar su carrera. Estancado en una institución docente de tercera
clase, privado del reconocimiento por su trabajo y constantemente atacado por Kronecker,
-U
sufrió su primera crisis nerviosa en 1884. Sus teorı́as sólo fueron reconocidas a principios
del siglo XX, y en 1904 fue galardonado con una medalla de la Sociedad Real de Londres
y admitido tanto en la Sociedad Matemática de Londres como en la Sociedad de Ciencias
A
de Gotinga.
RI´
Comparte con Baire, Poincaré y Lebesgue el inicio de una nueva era en el estudio de las
funciones de variable real.
En su libro Leçons sur la théorie des fonctions (1898) da la primera definición útil de medida de
un conjunto. Cantor probó que todo abierto de la recta real es unión de intervalos abiertos
disjuntos. Apoyándose en este resultado, define la medida de un abierto acotado como la
suma de las longitudes de sus componentes (los intervalos abiertos disjuntos cuya unión
HU
es el abierto dado). Además, caracteriza los conjuntos que se pueden obtener a partir de
abiertos por medio de las operaciones unión numerable y diferencia, comprobando que
para ellos se puede definir una medida completamente aditiva (es decir, dado un conjunto
/E
de conjuntos de este tipo, disjuntos dos a dos, su medida es la suma de las medidas de
sus componentes). Estos conjuntos reciben hoy dı́a el nombre de borelianos en honor a
PV
su creador y han servido de base para la medida exterior definida por Lebesgue para la
construcción de la integral que lleva su nombre.
-U
Otros temas de trabajo de Borel, en los que ha obtenido también brillantes resultados, son
las funciones enteras, las funciones meromorfas y las series divergentes.
En 1913, Émile Borel enunciaba este teorema:
A
RI´
Dada la propia naturaleza del infinito, un mono tecleando al azar ante una máquina
de escribir terminará casi seguramente escribiendo cualquier libro que se halle en la
EG
de la capital griega hasta 1924, cuando se trasladó a Munich, lugar de residencia el resto
de su carrera académica.
Carathéodory hizo importantes contribuciones al cálculo de variaciones, la teorı́a de la
medida del punto fijo y la teorı́a de funciones de variable real. Agregó significativos resul-
tados a la relación entre las ecuaciones diferenciales parciales de primer orden y el cálculo
de variaciones.
HU
Contribuyó en trascendentes resultados en la teorı́a de funciones de varias variables. Exa-
minó las representaciones conformes (que preservan los ángulos) de regiones simplemente
/E
conexas y desarrolló la teorı́a de la correspondencia de la frontera. Escribió muchos libros
excelentes, incluyendo “Funktionentheorie”, un trabajo de dos volúmenes publicado en
1950.
PV
Aportó contribuciones en termodinámica, teorı́a espacial de la relatividad y óptica geométri-
ca.
-U
Henri Lebesgue (1875–1941)
A
matemática, como por ejemplo el análisis de Fourier. Lebesgue dio a conocer este desarrollo
PE
HU
l’intégration et la recherché des fonctions primitives (1904) y Leçons sur les séries trigonométriques
(1906).
/E
A su vez, contribuyó en otras áreas de matemáticas como topologı́a, teorı́a del potencial y
análisis de Fourier. En 1905 presentó una discusión sobre las condiciones que Lipschitz y
Jordan habı́an utilizado para asegurar que f(x) es la suma de su serie de Fourier. En Parı́s
PV
no se concentró en el área de estudio que él mismo habı́a iniciado, ya que su trabajo era
una generalización, mientras que Lebesgue era temeroso de las mismas. En sus palabras
-U
“reducida a teorı́as generales, las matemáticas serı́an una forma hermosa sin contenido. Morirı́an
rápidamente.” A pesar de que desarrollos posteriores demostraron que su temor no tenı́a
fundamentos, éste nos permite entender el curso que siguió su trabajo.
A
RI´
U
Soluciones de algunos ejercicios
/E H
PV
-U
Capı́tulo 1
R2π
RI´A
Z Z
1 1 1 1 1
dx = 2
dt = arc tg(t/2) = arc tg tg(x/2) .
5 + 3 cos x 4+t 2 2 2
AL
1 1 1 2π
dx = arc tg tg(x/2) = 0.
0 5 + 3 cos x 2 2 0
DR
129
130 Soluciones de algunos ejercicios
U
Solución. Es fácil probar que f es discontinua en Q pues, dado r = p/q, para cualquier
/E H
entero positivo k, xk = r + k√1
2
es irracional, |xk − r| = k√
1
2
y f(xk ) = 0.
1 1
Dado ε = 2q , para cualquier δ > 0 se puede elegir un valor de k para el cual xk = r + √
k 2
PV
verifica |xk − r| < δ pero |f(xk ) − f(r)| = 1/q > 1/2q = ε.
Veamos que es continua en R \ Q. Dado r ∈ R \ Q, para cada m ∈ Z+ , r está en el único
intervalo del tipo (k/m, (k + 1)/m) y llamamos dk = mı́n{|r − k/m|, |r − (k + 1)/m|}. Si
-U
definimos δm = mı́n{d1 , . . . , dm }, es evidente que δm < 1/m.
Dado cualquier ε > 0, elegimos m tal que 1/m < ε y δ = δm .
RI´A
Solución alternativa: basta probar que, si a ∈ (0, 1), entonces lı́mx→a f(x) = 0. ¿Por qué?
Para ello, dado ε > 0, elegimos n0 ∈ N para que ε > 1/n0 . Como sólo hay una cantidad
AL
finita de números racionales con denominador menor o igual que n0 , existe δ > 0 tal que
(a − δ, a + δ) ∩ (0, 1) no contiene ninguna de estas fracciones, excepto quizás el propio a.
Ası́ pues, si x ∈ Q y 0 < |x − a| < δ, entonces f(x) = 1/q < 1/n0 < ε.
O
e−1/x si x > 0,
Ejercicio 1.4. Se considera la función f(x) =
0 si x ⩽ 0.
1 −1/x p1 (x)f(x)
f′ (x) =
HU
e = .
x2 x2
pn (x)f(x)
Si suponemos ahora que f(n) (x) = x2n
para cierto valor de n, tenemos que
/E
x2n (p′n (x)f(x) + pn (x)f′ (x)) − 2nx2n−1 pn (x)f(x)
f(n+1) (x) =
x4n
PV
(x2 p′n (x) + x2 pn (x) · 1/x2 − 2nxpn (x))f(x)
= ,
x2n+2 -U
que es la identidad buscada.
b) Se puede comprobar que f(n) (0) = 0 para todo n ∈ N. Por ejemplo,
Esto significa que la serie de Taylor es idénticamente nula, por lo que es absolutamente
EG
convergente en R.
c) En consecuencia, f no es analı́tica porque no coincide con su serie de Taylor.
AL
P∞ cos(an πx)
Ejercicio 1.5. Probar que la función f(x) = n=0 2n , donde a es un entero impar con
a > 2 + 3π, es continua pero no derivable.
RO
Como
PE
∞ ∞
f(x + h) − f(x) X 1 cos(an π(x + h)) − cos(an πx) X X
m−1
= · = + = Sm (h) + Rm (h).
h 2n h n=m
n=0 n=0
X
m−1
an π (a/2)m − 1 π(a/2)m
|Sm (h)| ⩽ = π < .
2n a/2 − 1 a/2 − 1
n=0
132 Soluciones de algunos ejercicios
Por otra parte, escribimos am x = αm + βm , con αm ∈ Z, −1/2 < βm < 1/2 y hacemos
h = 1−β m 3
am . De este modo, 0 < h < 2am .
Si n ⩾ m:
an π(x + h) = an−m am π(x + h) = an−m π(αm + 1),
HU
cos(an πx) = cos(an−m π(αm + βm ))
= cos(an−m παm ) · cos(an−m πβm ) = (−1)αm cos(an−m πβm ),
/E
n−m (α +1)
ası́ como cos(an π(x + h)) = · · · = (−1)a m = (−1)αm +1 .
PV
Con estos datos,
∞
(−1)αm +1 X 1 + cos(an−m πβm )
Rm (h) =
-U
h n=m
2n
En definitiva,
RI´
⩾ |Rm (h)| − |Sm (h)| > 2 − π
f(x + h) − f(x)
(a/2)m → ∞
h 3 ab − 1
EG
pues m → ∞ cuando h → 0.
AL
Ejercicio 1.6. Probar que las siguientes funciones son de clase C(∞) pero no son analı́ticas (sus
series asociadas no convergen a la función).
RO
P∞ cos(ak x)
a) f(x) = k=0 k! , con a > 1 impar (función de Lerch, 1888).
D
P √
b) f(x) = k∈A e
− k cos(kx), con A = {2n , n ∈ N} (función de Merryfield).
PE
Solución. a) Al derivar término a término la serie dada, se obtienen series que convergen
uniformemente. Deducimos entonces que f ∈ C(∞) . La serie de McLaurin asociada a la
P a4kn a4n , resulta que
función diverge cuando x ̸= 0 porque, como f(4n) (0) = k⩾0 k! = e
q
(n)
lı́m sup f n!(0) = ∞.
n
Como un crecimiento similar de las derivadas en cualquier punto x = bπ/am , con b impar
y m ∈ N, se puede concluir que f no es analı́tica.
Más detalles en el trabajo fin de grado de Juan Jesús Dóniz, Funciones Raras en Análisis
Real.
Apéndice II 133
Capı́tulo 2
Ejercicio 2.1. Si X = {a, b, c, d}, ¿cuál es la σ-álgebra generada por A = {a}, {b} ?
HU
/E
Ejercicio 2.2. Dada una aplicación F : X → X′ , demostrar que:
PV
(b) Si A′ es una σ-álgebra en X′ , entonces A = F−1 (A′ ) = {F−1 (B) ⊂ X : B ∈ A′ } es una σ-álgebra
-U
en X.
(c) Si C ⊂ P(X′ ), entonces σ[F−1 (C)] = F−1 [σ(C)] (donde σ(C) representa la σ-álgebra generada
por C).
A
RI´
Solución.
Si B ∈ A′ , entonces F−1 (B) ∈ A, de donde (F−1 (B))c ∈ A. Como F−1 (Bc ) = (F−1 (B))c ,
entonces Bc ∈ A′ .
RO
Si A ∈ A, entonces A = F−1 (B), con B ∈ A′ . Como F−1 (Bc ) = (F−1 (B))c , entonces
PE
Ac ∈ A.
(c) Como C ⊂ σ(C), entonces F−1 (C) ⊂ F−1 [σ(C)]. Por el apartado (b), F−1 [σ(C)] es σ-álgebra
y, como σ[F−1 (C)] es la menor σ-álgebra que contiene a F−1 (C), entonces σ[F−1 (C)] ⊂
F−1 [σ(C)].
Recı́procamente, si definimos la familia C0 = {B ∈ X′ : F−1 (B) ∈ σ(F−1 (C))}, por el
apartado a), C0 es una σ-álgebra en X′ . Ahora bien, como C ⊂ C0 , entonces σ(C) ⊂ C0 .
Por tanto, F−1 (σ(C)) ⊂ F−1 (C0 ) ⊂ σ(F−1 (C)) (esta última inclusión se debe a que, si
A ∈ F−1 (C0 ), entonces F(A) ∈ C0 , de donde A ∈ σ(F−1 (C))).
134 Soluciones de algunos ejercicios
Ejercicio 2.3. Sea A un álgebra en X. Probar que A es una σ-álgebra si y sólo ∈ A para
S
n∈N En
toda sucesión {En }n∈N ⊂ A tal que E1 ⊂ E2 ⊂ . . . ⊂ En ⊂ . . .
y An = En , de modo que An ∈ A.
S S S
U
/E H
Ejercicio 2.4. Si {Ai }i∈I es una colección arbitraria de σ-álgebras, probar que i∈I Ai
T
es una
σ-álgebra.
PV
Solución. Por un lado, ∅ ∈ Ai para todo i ∈ I, con lo que ∅ ∈ Ai .
T
Solución.
O
entonces Bc ∈ HA .
S
Sea, por último, (Bn ) ⊂ HA . Si Bn ⊂ A para todo n, entonces Bn ⊂ A, de donde
PE
(b) Para cada m ∈ N, es claro que [0, m] ∈ HAm (porque [0, m] ⊂ [−m, m]). Por tanto,
[0, m] ∈ HAn pero m [0, m] = [0, ∞) ̸∈ HAn porque [0, ∞) ̸⊂ An y (−∞, 0) ̸⊂ An .
S S S
C1 = {A ⊂ X : A ∈ C ó Ac ∈ C};
C2 = {A1 ∩ · · · ∩ An : Ai ∈ C1 , n ∈ N};
C3 = {A1 ∪ · · · ∪ An : Ai ∈ C2 , n ∈ N}.
Apéndice II 135
entonces
HU
m
[1 m
[n m
[1 m
[n n
\
c
A = Ac1 ∩ · · · ∩ Acn =( Bc1j ) ∩ · · · ∩ ( Bcnj ) = ··· ( Bciji ) ∈ C3 ,
j=1 j=1 j1 =1 jn =1 i=1
/E
donde Bij ∈ C1 .
Por último, por su propia definición es evidente que C3 es cerrado para uniones finitas.
PV
-U
Ejercicio 2.7. Sea X un conjunto no numerable.
Solución.
EG
Si (En ) ⊂ A, puede ser que todos sean numerables, en cuyo caso En es numerable y
S
En ∈ A, o bien existe Ek tal que Eck es numerable, en cuyo caso ( En )c = Ecn ⊂ Eck
S S T
es numerable y también En ∈ A.
RO
S
Recı́procamente, si (Jn )n∈N es una sucesión de intervalos abiertos tal que λE ⊂ Jn , en-
S
tonces E ⊂ Jn /λ. Por tanto,
X X 1 X 1
m∗ (E) = ı́nf l(In ) ⩽ ı́nf l(Jn /λ) = ı́nf l(Jn ) = m∗ (λE).
λ λE⊂ Jn n λ
S S S
E⊂ In λE⊂ Jn
n n
U
(b) Sea A un conjunto arbitrario. Entonces
X X
/EH
m∗ (A ∩ λE) + m∗ (A ∩ (λE)c ) = ı́nf S l(In ) + ı́nf S l(Jn )
A∩λE⊂ In A∩(λE)c ⊂ Jn
X X
=λ ı́nfS l(In /λ) + λ ı́nfS l(Jn /λ)
A/λ∩E⊂ In /λ A/λ∩Ec ⊂ Jn /λ
PV
= λ (m∗ ((A/λ) ∩ E) + m∗ ((A/λ) ∩ Ec )) = λm∗ (A/λ) = m∗ (A).
-U
Ejercicio 2.9. Sean E, F conjuntos medibles. Probar que m(E) + m(F) = m(E ∪ F) + m(E ∩ F).
A
(E \ F) ∪ (F \ E) ∪ (E ∩ F) (uniones disjuntas).
Entonces m(E) + m(F) = m(E \ F) + m(E ∩ F) + m(F \ E) + m(F ∩ E) = m(E ∪ F) + m(E ∩ F).
EG
Ejercicio 2.10. a) Sea A un conjunto tal que m∗ (A) < ∞ y m(int(A)) = m( A). Probar que A
AL
es medible.
Solución.
DR
Ejercicio 2.11. Sea A ⊂ [0, 1] tal que m(A) > 0. Probar que existen x, y ∈ A tal que |x − y| es un
número irracional.
Ejercicio 2.12. Sea (En )n∈N una sucesión de conjuntos medibles. Si definimos lı́m inf En =
k∈N n>k En , y suponemos que m( En ) < ∞, probar que:
S T T S S
k∈N n>k En y lı́m sup En =
U
/E H
T
Solución. (a) Si llamamos Ak = n>k En , entonces A1 ⊂ A2 ⊂ . . . , con lo que
[
m(lı́m inf En ) = m( Ak ) = lı́m m(Ak ) ⩽ lı́m inf m(En ),
PV
k
\
m(lı́m sup En ) = m( Bk ) = lı́m m(Bn ) ⩾ lı́m sup m(En ).
RI´A
Ejercicio 2.13. Sea {Bn } una sucesión de conjuntos medibles en R, con medida finita. Probar que
EG
S
a) m( n∈N Bn ) = n∈N m(Bn ), si Bi ∩ Bj = ∅, ∀i ̸= j.
S
b) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊂ B2 ⊂ . . . y A = n∈N Bn .
O
T
c) lı́m m(Bn ) = m(A) si B1 ⊃ B2 ⊃ . . . y A = n∈N Bn .
DR
A = B1 ∪ ∞ i=2 (Bi \ Bi−1 ) y la unión es disjunta. Por tanto, como los conjuntos Bi tienen
S
medida finita,
∞
X
m(A) = m(B1 ) + m(Bi \ Bi−1 )
i=2
X
n X
n
= m(B1 ) + lı́m m(Bi \ Bi−1 ) = m(B1 ) + lı́m (m(Bi ) − m(Bi−1 )) = lı́m m(Bn ).
i=2 i=2
b) =⇒ a): Sea ahora {Bn } una sucesión de conjuntos medibles disjuntos. Si definimos Cn =
Sn
i=1 Bi , entonces Cn es medible y Cn ⊂ Cn+1 para todo n ∈ N.
138 Soluciones de algunos ejercicios
S S
Como n∈N Cn = n∈N Bn , por hipótesis y teniendo en cuenta que la medida exterior es
finitamente aditiva,
[ [ n
[ X
n ∞
X
m( Bn ) = m( Cn ) = lı́m m(Cn ) = lı́m m( Bi ) = lı́m m(Bi ) = m(Bi ).
n∈N n∈N i=1 i=1 i=1
HU
Ejercicio 2.14. Sean A, B ⊂ R, con B medible. Demostrar:
/E
(a) Existe G ∈ Gδ tal que A ⊂ G y m(G) = m∗ (A).
PV
(c) Si m(B) < ∞ y A ⊂ B, entonces A es medible si y sólo si m(B) = m∗ (A) + m∗ (B \ A).
-U
Solución. a) Si m∗ (A) = ∞, basta elegir G = R.
Si m∗ (A) < ∞, para ∗
\cada n ∈ N existe An abierto tal que A ⊂ An y m(An ) < m (A) + 1/n.
A
n∈N
b) Como B es medible, m∗ (A) = m∗ (A ∩ B) + m∗ (A ∩ Bc ) = m(B) + m∗ (A \ B).
Como m(B) = m∗ (A), m∗ (A \ B) = 0 de donde A \ B es medible. En definitiva, A =
EG
B ∪ (A \ B) es medible.
c) Si A es medible, m(B) = m∗ (B) = m∗ (B ∩ A) + m∗ (B ∩ Ac ) = m∗ (A) + m∗ (B \ A).
AL
Recı́procamente, si m(B) = m∗ (A) + m∗ (B \ A), por el apartado a), existe G medible tal que
A ⊂ G y m(G) = m∗ (A).
RO
Ejercicio 2.16. Sea f : R → R y sean E1 y E2 conjuntos medibles. Si f|E1 y f|E2 son medibles,
probar que f|E1 ∪E2 es medible.
U
Ejercicio 2.17. Sea f : R → R y sean A = {x ∈ R : f(x) = ∞} y B = {x ∈ R : f(x) = −∞}.
/E H
Probar que las siguientes proposiciones son equivalentes.
a) f es medible.
PV
b) A, B y f|(A∪B)c son medibles.
El resto es similar.
Ejercicio 2.18. Sean D ⊂ R un conjunto medible con medida finita y f : D → R. ¿Es cierto que, si
EG
x si x ∈ A
f(x) =
−x si x ∈ Ac ,
O
son medibles.
U
{x ∈ E : f(x) > r} = {x ∈ E \ D : f(x) > r} ∪ {x ∈ D : f(x) > r}.
/E H
Basta pues probar que C = {x ∈ E \ D : f(x) > r} es medible.
Como f es continua en C, para cada x ∈ C, existe δx > 0 tal que f(t) > r, ∀t ∈ (x − δx , x +
δx ) ∩ E.
PV
Como U = x∈C (x − δx , x + δx ) es abierto, es medible. Por tanto, C = U ∩ (E \ D) es
S
medible.
-U
Otra forma: si f es continua, es lı́mite uniforme de polinomios; por tanto, es medible. Si f
es continua c.s., entonces f = g c.s., donde g es continua; por tanto, f es medible.
RI´A
Solución. Por ser derivable, f es continua y, por tanto, medible. También son medibles las
funciones fn (x) = n[f(x + 1/n) − f(x)]. Como fn → f′ , f′ es medible.
AL
Ejercicio 2.23. Sean E un conjunto medible, con m(E) < ∞, y f una función medible en E.
f
Demostrar que es integrable en E.
1 + |f|
|f|
Solución. Basta observar que < 1, de modo que la función está acotada en E.
1 + |f|
U
Ejercicio 2.24. SeaZf ⩾ Z0 integrable. Demostrar que, para todo ε > 0, existe A medible, con
/E H
m(A) < ∞, tal que f < f + ε.
A
PV
∞ (porque (1/n)m(An ) = 1/n ⩽ f < ∞) y f→ f = f.
An An An A
R
-U
Ejercicio 2.25. Sea f una función integrable y tal que Ef = 0 para todo conjunto medible E.
Probar que f = 0 en casi todo punto.
RI´A
Solución. Sea E+ = {x : f(x) > 0}. Entonces E+ = n∈N En , con En = {x : f(x) ⩾ 1/n}.
S
R
Además, 0 = En f ⩾ (1/n) · m(En ). Por tanto, m(En ) = 0 y, en consecuencia, m(E+ ) = 0.
Análogamente se procede con el conjunto E− = {x : f(x) < 0}.
EG
Ejercicio 2.26. Sean f, g dos funciones integrables. Probar que la función mı́n(f, g) es integrable,
AL
y que Z Z Z
mı́n(f, g) ⩽ mı́n f, g .
O
Solución. Observemos en primer lugar que mı́n(f, g) = f − (f − g)+ . Como f y g son inte-
grables, f − g es integrable, y también lo es (f − g)+ . En definitiva, mı́n(f, g) es integrable.
PE
R
Por último, como (f − g)+ ⩾ 0, entonces (f − g)+ ⩾ 0 y
Z Z Z Z
mı́n(f, g) = f − (f − g)+ ⩽ f.
con lo que Z Z Z
mı́n(f, g) ⩽ mı́n f, g .
Z Z Z Z Z Z
Si fuera mı́n f , g = f y mı́n(f, g) = f, entonces (f − g)+ = 0.
142 Soluciones de algunos ejercicios
Pero como (f − g)+ ⩾ 0, entonces (f − g)+ = 0 c.s. Por tanto, f(x) ⩽ g(x) c.s.
R
Ejercicio 2.27. Sean E ⊂ R un conjunto medible y f : E → R integrable tal que E |f| = 0. Probar
que f = 0 c.s. en E.
HU
Z Z Z
1 1
· m(En ) = ⩽ |f| ⩽ |f| = 0,
n En n En E
/E
con lo que m(En ) = 0.
Como {x ∈ E : |f(x)| > 0} = ∪n∈N En , deducimos que m({x ∈ E : |f(x)| > 0}) = 0.
PV
-U
Ejercicio 2.28. Sean f, fn ⩾ 0 integrables y tales que fn → f c.s. Probar que
Z Z Z
fn → f ⇐⇒ |fn − f| → 0.
A
Z Z Z
fn − f ⩽ |fn − f|.
EG
1 + [1/x]
Ejercicio 2.29. Calcular la integral de la función f(x) = en el conjunto [0, 1].
[1/x]
D
Solución. Basta observar que, si x ∈ (1/(n + 1), 1/n), entonces f(x) = (1 + n)/n. Ası́ pues,
Z1 X Z 1/n
PE
1+n X 1 π2
f(x) dx = dx = = .
0 1/(n+1) n n2 6
n⩾1 n⩾1
(b) Si f es una función integrable en R, dado ε > 0, existe M > 0 tal que |f(x)| < ε para casi todo
x con |x| ⩾ M.
Apéndice II 143
Solución.
Z 1/n
(a) Definimos la función f : (0, 1] → R de manera que f = (−1)n+1 /n (n ∈ N). Ası́
1/(n+1)
Z1 X Z X
lı́m+ f = (−1) n+1
/n < ∞ y, sin embargo, |f| = 1/n = ∞ con lo que f no
U
a→0 a (0,1]
n∈N n∈N
es integrable Lebesgue.
/E H
n si x ∈ [n − 1/2n , n]
2 (x − n) + 1
(b) Definimos la función f(x) = −2n (x + n) + 1 si x ∈ [n, n + 1/2n ] para n ∈ N. De este
PV
0 en el resto,
R P
modo, f = n∈N 1/2n = 1, con lo que f es integrable. Sin embargo, dado ε ∈ (0, 1),
-U
el conjunto {x : |f(x)| ⩾ ε} = n∈N In y para todo M > 0, m({x : |f(x)| ⩾ ε} ∩ {x : |x| ⩾
S
M}) > 0.
(c) Sean Q ∩ [0, 1] = {x1 , x2 , . . . } y ε ∈ (0, 1/4). Si llamamos An = (xn − ε/2n , xn + ε/2n ), en-
RI´A
Solución. Construimos la sucesión gn = |fn | − |fn − f|. Ası́, |gn | ⩽ |f| y gn → |f|. Por el
teorema de la convergencia dominada
PE
Z Z Z Z
|fn | − |fn − f| = gn → |f|.
√
Ejercicio 2.32. Probar que ln z = lı́mn→∞ n n
z − 1 , ∀z > 0.
√
Solución. Sea fn (x) = n
x/x, n ∈ N. Entonces lı́mn→∞ fn (x) = 1/x, ∀x > 0.
Para x > 1 la sucesión (fn ) es decreciente. Ası́ pues, fijado z > 1, por el teorema de la
convergencia monótona,
Zz Zz
1 √
− ln z = − dx = lı́m −fn (x) dx = − lı́m n n z − 1 .
1 x n→∞ 1 n→∞
144 Soluciones de algunos ejercicios
Análogamente, como la sucesión (fn ) es creciente si 0 < x < 1, se llega al mismo resultado
cuando 0 < z < 1.
Z Z
1 1
Ejercicio 2.33. Calcular · χ (x) dx y √ · χ[0,1] (x) dx.
x2 [0,1] x
HU
Solución. Sea ε ∈ (0, 1) arbitrario. La función fε (x) = x12 · χ[ε,1] (x) es lı́mite de una sucesión
(sn ) de funciones simples, donde sn se define como la suma inferior de Riemann con
respecto a una partición de [ε, 1] con n subintervalos iguales.
/E
Por el teorema de la convergencia monótona,
Z
PV
1 1
2
· χ[ε,1] (x) dx = − 1.
x ε -U
Basta por tanto elegir una sucesión fn (x) = x12 · χ[εn ,1] (x), donde 0 < εn < 1 y εn → 0 y
aplicar el teorema de la convergencia monótona para obtener
Z Z
1 1 1
A
1 + nx2
lı́m dx.
n→∞ 0 (1 + x2 )n
RO
2
⩾ ⇐⇒ 1 + x ⩾ = 1 +
(1 + x2 )n (1 + x2 )n+1 1 + nx2 1 + nx2
PE
Zn
x n ax
Ejercicio 2.35. Calcular lı́m 1+ e dx, con a < −1.
n→∞ 0 n
x n ax
Solución. Consideramos la sucesión fn (x) = 1 + e · χ[0,n] (x) de funciones medibles
n
no negativas en (0, ∞).
Apéndice II 145
HU
Z∞ Z∞
lı́m fn (x) dx = lı́m fn (x) dx.
n→∞ 0 0
/E
Por tanto, Zn Z∞
1
lı́m fn (x) dx = e(a+1)x dx = − .
n→∞ 0 0 a+1
Z1 Z1
t n
RI´
t n
Solución. Veamos primero que la sucesión fn (t) = 1 − es creciente, es decir que
n
AL
t n
n+1
(n − t)n nn
t
1− ⩽ 1− ⇐⇒ ⩽ .
n n+1 (n + 1 − t)n+1 (n + 1)n+1
(n − x)n
RO
que f es decreciente en [0, n]. Se puede comprobar por cálculo directo que f′ (x) ⩽ 0, si
x ∈ [0, n].
PE
La segunda parte es similar. En este caso se trata de una sucesión decreciente de funciones
negativas.
Z∞ 2 2
n2 xe−n x
Ejercicio 2.37. Demostrar que, si A = lı́m dx, entonces A = 0 si a > 0 y
n→∞ a 1 + x2
A ⩾ 1/4 si a = 0.
146 Soluciones de algunos ejercicios
2 x2
n2 xe−n
Solución. Si llamamos fn (x) = 1+x2
, es claro que fn ⩾ 0 y lı́mn→∞ fn (x) = 0. Además,
2 2 −1 −1
2 ) ⩽ x3 , que es integrable en (a, ∞) para
e e
como n2 x2 e−n x ⩽ e−1 ,
entonces fn (x) ⩽ x(1+x
cualquier a > 0. Entonces, cuando a > 0, por el teorema de la convergencia dominada,
Z∞ 2 2 Z∞ 2 2
n2 xe−n x n2 xe−n x
lı́m dx = lı́m dx = 0.
n→∞ a 1 + x2 a n→∞ 1 + x2
HU
R∞ R1 R∞
Por otra parte, 0 fn = 0 fn + 1 fn . El lı́mite de la segunda integral es cero y, si 0 ⩽ x ⩽ 1,
1/(1 + x2 ) ⩾ 1/2. Por tanto,
/E
Z1 Z1 Z −n2 2
1 2 −n2 x2 1 1 e−n
fn (x) dx ⩾ · n xe dx = − et dt = − .
2 4 4 4
PV
0 0 0
Z
-U
Ejercicio 2.38. Sea f ⩾ 0 integrable, con 0 < f = c < ∞ y sea 0 < α < ∞. Demostrar que
Z ∞ si 0 < α < 1
A
lı́m n · ln (1 + (f/n)α ) = c si α = 1
n→∞
RI´
0 si 1 < α < ∞.
EG
1
(n/f)α ·n·(f/n)α f si α = 1
lı́m fn = lı́m ln 1 + = lı́m n1−α · fα =
(n/f)α ∞ si α < 1,
RO
0 si x ∈ Q
Ejercicio 2.39. Sea f(x) = Probar que f es integrable en (0, 1) y
1/[1/x] en caso contrario.
Z1
calcular f.
0
Apéndice II 147
Solución. Como Q tiene medida nula, basta considerar la función f(x) = 1/[1/x] definida
en (0, 1). Esta función se puede expresar también como f(x) = 1/n si 1/(n + 1) < x ⩽ 1/n,
para cualquier n ∈ N.
P
Si, para cada n ∈ N, definimos la función fn (x) = n 1
k=1 k · χ(1/(k+1),1/k] (x), obtenemos
una sucesión {fn } creciente de funciones simples, con lı́m fn = f. Por tanto, f es medible.
R1 R1
HU
Por el teorema de la convergencia monótona, lı́m 0 fn = 0 f. Ası́ pues, como
Z1 X
n Xn
1 1 1 1 1
fn = · − = − ,
k k k+1 k2 k(k + 1)
/E
0 k=1 k=1
deducimos que
Z1
PV
∞
X π2
1 1
lı́m fn = − = − 1.
0 k2 k(k + 1) 6
k=1
-U
[Para calcular la suma de la segunda serie, se descompone 1/(k2 + k) = 1/k − 1/(k + 1) con
lo que se obtiene una serie telescópica.]
A
Z1 2 ∞
X
ln x 1
RI´
P
ln x
2
Solución. Definimos fn (x) = nxn−1 (ln x)2 , x ∈ (0, 1). Entonces fn ⩾ 0 y fn = 1−x .
Por el teorema de Beppo Levi,
AL
Z1 X X Z1 X
fn (x) dx = fn (x) dx = 2/n2 = π2 /3.
0 0
RO
Solución.
P P
b) Como n∈N e−nx y n∈N e−2nx son series geométricas absolutamente convergentes
X
P e−x P −2nx = e−2x , obtenemos que
en (0, ∞) y n∈N e−nx = 1−e −x y n∈N e 1−e−2x
fn (x) =
n∈N
e−x
.
1 + e−x
e−x
Además la función f(x) = 1+e−x es integrable porque
HU
Z∞
e−x
dx = ln 2.
0 1 + e−x
/E
c) Se obtiene fácilmente que Z∞
fn (x) dx = 0,
PV
0
P R∞ R∞
con lo que n∈N 0 fn = 0 ̸= ln 2 = 0 f. -U
El teorema de Beppo Levi no se aplica porque las funciones fn no son no negativas.
Zn
A
x n x
Ejercicio 2.42. Calcular lı́m 1− · e dx.
n→∞ 0 2n
RI´
x n x
Solución. La sucesión fn (x) = 1 − · e · χ[0,n] (x) de funciones medibles no negativas
EG
2n
x/2
tiene lı́mite puntual lı́m fn (x) = e .
Por el lema de Fatou,
AL
Zn Z∞ Z∞
lı́m inf fn (x) dx ⩾ lı́m inf fn (x) dx = ex/2 dx = ∞.
0 0 0
Zn
RO
Z∞
(a) lı́m (1 + (x/n))−n · sen(x/n) dx.
n→∞ 0
Z∞
(b) lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 dx.
n→∞ 0
Z∞
(c) lı́m n(1 + n2 x2 )−1 dx según los valores de a.
n→∞ a
x −2
y g(x) = 1 + es integrable.
2
Por el teorema de la convergencia dominada,
Z Z Z∞
−n −n
lı́m (1 + (x/n)) · sen(x/n) dx = lı́m (1 + (x/n)) · sen(x/n) dx = e−x · 0 dx = 0.
0
b) Si x > 0,
U
|n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 | ⩽ n · (x/n) · (x(1 + x2 ))−1 = (1 + x2 )−1 .
/E H
Además g(x) = (1 + x2 )−1 es integrable en (0, ∞).
Por el teorema de la convergencia dominada,
PV
Z Z
lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x )) dx = lı́m n · sen(x/n) · (x(1 + x2 ))−1 dx
2 −1 -U
Z∞
= (1 + x2 )−1 dx = π/2.
0
RI´A
Z∞ Z∞
2 2 −1
Por tanto, lı́m n(1 + n x ) dx = 0 si a > 0 y lı́m n(1 + n2 x2 )−1 dx = π/2 si a = 0.
a a
AL
Zn
x n −x
Ejercicio 2.44. Calcular lı́m 1− e dx.
n→∞ 0 n
O
x n −x
Solución. Consideramos la sucesión fn (x) = 1 − e · χ[0,n] (x) de funciones medibles
DR
n
en (0, ∞). Entonces lı́m fn (x) = e −2x .
Como |fn (x)| ⩽ e−x y la función g(x) = e−x es medible e integrable en (0, ∞), se puede
PE
Z∞ −2
e−x(3+n sen x)
Ejercicio 2.45. Calcular lı́m dx.
n→∞ 0 1 + n−2 x2
−2
e−x(3+n sen x)
Solución. La sucesión fn (x) = verifica:
1 + n−2 x2
e−3x dx = 1/3.
0
Z∞
1
U
Ejercicio 2.46. Calcular lı́m x n 1/n
dx.
n→∞ 0 1+ n x
/E H
1
Solución. Para cada n ∈ N, la función fn (x) = x n 1/n
es positiva y continua. Por
1+ n x
tanto es medible e integrable en (0, ∞).
PV
Queremos encontrar una función g medible e integrable en (0, ∞) tal que fn (x) ⩽ g(x),
∀x > 0 y ası́ aplicar el teorema de la convergencia dominada.
-U
Sabemos que, para todo n ⩾ 2,
1 1
fn (x) = fn (x) · χ(0,1] (x) + fn (x) · χ[1,∞) (x) ⩽ · χ(0,1] (x) + ·χ (x)
x1/2 (1 + x/2)2 [1,∞)
RI´A
1 1
y la función g(x) = · χ(0,1] (x) + ·χ (x) es medible porque las funciones
x1/2 (1 + x/2)2 [1,∞)
1 1
EG
n→∞ 0 0 n→∞ 0
DR
Z1
nx sen x
Ejercicio 2.47. Calcular lı́m dx, con 1 < p < 2.
n→∞ 0 1 + (nx)p
PE
Z1
1
La función g(x) = es continua y, por tanto, medible. Además, como g < ∞, g es
xp−1 0
integrable.
Podemos aplicar el teorema de la convergencia dominada, con lo que
Z1 Z1 Z1
nx sen x nx sen x sen x
lı́m dx = lı́m dx = lı́m 1 dx = 0.
n→∞ 0 1 + (nx)p 1 + (nx) p p−1
nx + (nx)
0 n→∞ 0 n→∞
Apéndice II 151
Solución. Si llamamos fn (x) = nα (1 − x)xn , resulta que lı́m fn (x) = 0 si 0 < x < 1, para
cualquier valor de α.
U
Por otra parte,
/E H
Z1
nα
α n α 1 1
n (1 − x)x dx = n − =
0 n+1 n+2 (n + 1)(n + 2)
PV
Z1
y lı́m nα (1 − x)xn dx = 0 si α < 2.
n→∞ 0
-U
Z1
ln(n + x) −x
Ejercicio 2.49. Calcular lı́m · e cos x dx.
n→∞ 0 n
RI´A
ln(n + x) −x
Solución. Si llamamos fn (x) = · e cos x, como 0 < x < 1,
n
EG
ln(n + 1) n + 1 −x
|fn (x)| ⩽ · · e ⩽ 1 + 1/n ⩽ 2.
n+1 n
AL
Basta pues definir g(x) = 2, que es medible e integrable, y aplicar el teorema de la conver-
gencia dominada. Ası́,
Z1 Z1 Z1
O
0 0
Z∞
PE
2
Ejercicio 2.50. Demostrar que la función F(t) = e−x cos(xt) dx es continua y derivable en
√ 0
π −t2 /4
(0, ∞) y deducir que F(t) = 2 e .
2 2
La función f(x, t) = e−x cos(xt) es integrable respecto a x porque |f(x, t)| ⩽ e−x y
R∞ −x2 √
0 e dx = π/2.
2 R∞ 2
La función g(x) = xe−x es integrable en (0, ∞) porque 0 xe−x dx = 1/2 y
∂f
(x, t) = −xe−x2 sen(xt) ⩽ g(x).
∂t
152 Soluciones de algunos ejercicios
Ası́ pues
Z∞ ∞ Z ∞ 1
′ ∂f 1 −x2 2 1
F (t) = (x, t) dx = e sen(xt) − e−x t cos(xt) dx = − t · F(t).
0 ∂t 2 0 0 2 2
2 /4 R∞ 2
Esta ecuación diferencial tiene como solución F(t) = k · e−x , con k = F(0) = 0 e−x dx =
√
π/2.
HU
Z∞
sen x
Ejercicio 2.51. Dada la función F(t) = e−xt dx, t ⩾ 0, probar que lı́m F(t) = 0 y
/E
0 x t→∞
calcular, en caso de existir, F′ (t).
PV
Solución. Las condiciones para la existencia del lı́mite son:
sen x
La función f(x, t) = e−xt debe ser integrable en (0, ∞) como función de x.
-U
x
Debe existir lı́m f(x, t).
t→∞
A
Debe existir una función g integrable en (0, ∞) tal que |f(x, t)| ⩽ g(x). Ahora bien,
|f(x, t)| ⩽ e−xt ⩽ e−x si t > 1, y la función g(x) = e−x es integrable en (0, ∞).
RI´
Z∞
sen x
lı́m e−xt
EG
∂t x
para cualquier ε > 0 tal que ε < t, y la función h(x) = e−εx es integrable en (0, ∞), por el
teorema de Leibniz deducimos que
RO
Z∞
′ ∂f 1
F (t) = (x, t) dx = ,
0 ∂t 1 + t2
D
Z ∞ −tx2
e
Ejercicio 2.52. Estudiar la continuidad y derivabilidad de la función F(t) = dx. Deducir
√ 0 1 + x2
π π √
la relación F′ (t) − F(t) = − √ y la expresión explı́cita F(t) = et (1 − θ( t)), donde θ(t) =
2 t 2
Z
2 t −u2
√ e du es la función de Gauss.
π 0
2
e−tx
Solución. Si llamamos f(x, t) = , como f es continua y, para t ⩾ 0, |f(x, t)| ⩽ g(x),
1 + x2
2 es integrable en (0, ∞), deducimos que lı́m F(t) = F(0) = π/2.
1
donde g(x) = 1+x + t→0
Apéndice II 153
U
F (t) = f(x, t) dx = dx.
0 ∂t 0 1 + x2
Z∞
/E H
′ 2 √
Ası́ pues, F (t) − F(t) = −e−tx dx. Haciendo el cambio de variable x t = u, deducimos
0
que Z∞ √
′ 1 −u2 1 π
F (t) − F(t) = −√ e du = − √ · .
PV
0 t t 2
Por último, si resolvemos esta ecuación diferencial lineal de primer orden por el método
-U
de variación de √constantes, podemos escribir F(t) = C(t)et , de donde F′ (t) = C′ (t)et +
C(t)et = F(t) − 2√πt , con C(0) = F(0) = π/2.
√ Z t −s Z √t
π e π √ π
RI´A
2
De aquı́ resulta que C(t) = − √ ds + = − π e−u du + , con lo que F(t) =
2 0 s 2 0 2
Z √t
π 2 2
C(t)et = et 1 − √ e−u du .
2 π 0
EG
Z x 2 Z1 2 2
2 e−x (t +1)
f(x) = e−t dt , g(x) = dt,
0 0 t2 + 1
O
probar:
DR
Z∞ √
2n −x2 (2n)! π
(a) x e dx = n .
−∞ 4 · n!
Z∞
2 √ 2
(b) Si a ⩾ 0, e−x cos ax dx = π · e−a /4 .
−∞
Z1 ∞
X 1
(c) Si p > 0, xp−1 (x − 1)−1 ln x dx = .
0 (p + n)2
U
n=0
/E H
Solución. Probaremos la primera parte por inducción.
El caso n = 0 está resuelto en el ejercicio anterior.
Si suponemos la igualdad cierta para n, entonces, integrando por partes:
PV
Z∞ Z∞
x2n+1 −x2 ∞
2n −x2 x2n+1 −x2
x e dx = ·e + 2x · e dx
−∞ 2n + 1 −∞ −∞ 2n + 1
Z∞
-U
2 2
= x2(n+1) e−x dx.
2n + 1 −∞
Z∞ √
RI´A
(2n)!
n=0
Entonces,
Z∞ Z∞ X ∞
AL
= · n = π · e−a /4 .
(2n)! 4 · n!
n=0
DR
∞
X
1
c) En este caso, utilizamos el desarrollo = xn , con lo que:
1−x
PE
n=0
Z1 ∞ Z1
X
p−1 −1
x (x − 1) ln x dx = − xn+p−1 · ln n dx.
0 n=0 0
Z∞
Ejercicio 2.55. Demostrar que la función Γ (y) = e−x · xy−1 dx es de clase C(∞) en (0, ∞) y
0
verifica
i) Γ (y + 1) = y · Γ (y), y > 0.
ii) Γ (n + 1) = n!, n ⩾ 0.
√
iii) Γ (1/2) = π.
HU
Solución. Para poder aplicar el teorema de Leibniz, veamos que f(x, y) = e−x · xy−1 y sus
∂k f
derivadas parciales = e−x · xy−1 · (ln x)k están acotadas por una función integrable,
∂yk
/E
para todo y ∈ (a, b), con 0 < a < b < ∞.
Si 0 < x < 1, y = xr es decreciente en r y, si x > 1, la función y = xr es creciente en r. Por
PV
tanto, para todo y ∈ (a, b):
xa−1 si 0 < x ⩽ 1
-U
f(x, y) = e−x · xy−1 ⩽ g(x) =
M · e −x/2 si 1 ⩽ x
(pues e−x/2 · xy−1 ⩽ M < ∞ cuando x ⩾ 1 ya que lı́mx→∞ e−x/2 · xb−1 = 0).
A
Análogamente, como
∂f xa−1 · | ln x| si 0 < x ⩽ 1
= e−x · xy−1 · | ln x| ⩽ h(x) =
AL
∂y N · e−x/2 si 1 ⩽ x
Z∞
′
(pues lı́mx→∞ e−x · xb−1 · | ln x| = 0) y h es integrable, entonces Γ (y) = e−x · xy−1 ·
RO
0
ln x dx, con lo que Γ ′ es continua.
El mismo procedimiento permite demostrar que las demás derivadas son continuas.
D
Las demás propiedades se demuestran por integración y utilizando los ejercicios anteriores.
PE
Capı́tulo 3
Solución. Para la primera parte, basta observar que f = χE , donde E = (Q ∩ [0, 1]) × [0, 1] y
las secciones de E son medibles Lebesgue.
ZZ
Por otra parte, f = m2 (E) = m1 (Q ∩ [0, 1]) · m1 ([0, 1]) = 0.
[0,1]×[0,1]
ZZ
HU
Ejercicio 3.2. Calcular f, donde f(x, y) = x[1 + x + y]..
[0,1]×[0,1]
/E
Debemos por tanto dividir el cuadrado en dos triángulos y descomponer la integral en dos
sumandos. Como
PV
Z 1 Z 1
! Z Z ! Z
1 Z 1−x
!
1 1
dx |f(x, y)| dy = dx x dy + dx 2x dy
-U
0 0 0 0 0 1−x
Z1 Z1
2 5
= (x − x ) dx + 2x2 dx = .
0 0 6
A
RI´
sen x
Ejercicio 3.3. Probar que f(x, y) = es integrable en (0, ∞) × R.
x3/2 (1 + x2 + y2 )
EG
Solución. En primer lugar, la función es medible y, para ver que es integrable, veamos que
existe y es finita una de las integrales iteradas de |f|:
AL
Z∞ Z Z∞
| sen x|dx 1 | sen x|dx
dy = π .
0 x3/2 R 1 + x2 + y2 0 x3/2 (1 + x2 )1/2
RO
0
Z1 Z∞
dx dx
⩽ 1/2
+ 1/2
<∞
0 x 1 x (1 + x2 )1/2
x2 −y2
si (x, y) ̸= (0, 0),
(x2 +y2 )2
Ejercicio 3.4. Sea f(x, y) = Probar que
0 si (x, y) = (0, 0).
Z1 Z1 Z1 Z1
π π
= f(x, y) dydx ̸= f(x, y) dxdy = − .
4 0 0 0 0 4
Apéndice II 157
x2 − y2
∂ −x
Solución. Si observamos que = y que
∂x x2 + y2 (x2 + y2 )2
x2 − y2
∂ y
= , entonces
∂y x2 + y2 (x2 + y2 )2
Z1 Z1 Z1
x2 − y2 −1 π
dy dx = dy = − ,
0 0 (x2 + y2 )2 0 1+y 2 4
Z1 Z1 Z1
U
x2 − y2 1 π
dx dy = dx = .
(x2 + y2 )2 x2 +1 4
/E H
0 0 0
PV
xy
si (x, y) ̸= (0, 0),
(x2 +y2 )2
Ejercicio 3.5. Sea f(x, y) = Probar que
0
-U
si (x, y) = (0, 0).
Z1 Z1 Z1 Z1
f(x, y) dydx = f(x, y) dxdy,
RI´A
−1 −1 −1 −1
∂ −y/2 xy
Solución. Teniendo en cuenta que = y que
∂x x2 + y2 (x2 + y2 ) 2
∂ −x/2 xy
AL
= 2 , resulta
∂y x2 + y2 (x + y2 )2
Z1 Z1 Z1
xy
dy dx = 0 dy = 0,
O
−1 −1 (x + y2 )2
2
−1
Z1 Z1 Z1
DR
xy
dx dy = 0 dx = 0.
−1 −1 (x2 + y2 ) 2 0
PE
Z1 Z1 ! Z1 Z1 !
Ejercicio 3.6. Para las siguientes funciones, calcular f(x, y) dx dy, f(x, y) dy dx,
0 0 0 0
Z Z
1 1
! Z Z 1 1
!
|f(x, y)| dx dy y |f(x, y)| dy dx y deducir de lo anterior si f es o no integrable en
0 0 0 0
[0, 1] × [0, 1].
158 Soluciones de algunos ejercicios
x−y
b) f(x, y) = .
HU
(x2 + y2 )3/2
x−y
c) f(x, y) = .
(x + y)3
/E
Solución.
R1
PV
a) Calculemos en primer lugar la función g(y) = 0 f(x, y) dx:
-U
1
A
1
2
RI´
EG
1 1
2
AL
−3
g(y) = (x − 1/2) dx + (x − 1/2)−3 dx
0 y+1/2
(x − 1/2)−2 −y+1/2 (x − 1/2)−2 1
D
= + = 0.
−2 −2
0 y+1/2
PE
HU
Análogamente, se comprueba que |f(x, y)| dx dy = ∞ y |f(x, y)| dy dx =
0 0 0 0
∞.
/E
Por el teorema de Fubini, la función no es integrable.
b) Como
PV
x−y ∂ −(x + y) ∂ x+y
= = ,
(x2 + y2 )3/2 ∂x y(x2 + y2 )1/2 ∂y x(x2 + y2 )1/2
Z1 Z1 Z1 Z1
-U
! !
deducimos que f(x, y) dx dy = − ln 2 y f(x, y) dy dx = ln 2.
0 0 0 0
A
x−y x−y y−x
dxdy = dx dy + dy dx,
(x + y)3 (x + y) 3 (x + y)3
0 0 0 0 0 0
EG
Zx Z1
x −x x 3 3
la cual no existe porque = 2+ 2 = y dx no existe.
0 (x + y)3 8x 2x 8x 0 8x
AL
Ahora bien, las integrales iteradas existen (aunque son distintas). Calculemos una de
ellas:
Z1 Z1 Z1 Z1 Z1
RO
1 2y −1 −1
dy f(x, y) dx = dy 2
− 3
dx = 2
dy = .
0 0 0 0 (x + y) (x + y) 0 (y + 1) 2
D
PE
Ejercicio 3.7. Comprobar que la función f(x, y) = e−y sen(2xy) es integrable en R = [0, 1] ×
Z∞
sen2 y 1
[0, ∞]. Deducir de lo anterior que e−y dy = ln 5.
0 y 4
HU
=⇒ e−y sen(2xy) dy = [sen(2xy) + 2x cos(2xy)].
1 + 4x2
Z∞
2x
Por tanto, e−y sen(2xy) dy = y
/E
0 1 + 4x2
Z1 Z∞
1 1 ln 5
PV
dx e−y sen(2xy) dy = ln(1 + 4x2 )0 = .
0 0 4 -U 4
0
RI´
e−y sen2 y ln 5
dy e−y sen(2xy) dx = dy = .
0 0 0 y 4
AL
a) f(x, y) = sen(x2 + y2 ), D = R2 .
Solución.
b) Por un lado,
Z1
e−y (1 − e−y )
f(x, y) dx = − ,
0 y
Z∞
e−y (1 − e−y )
de modo que − dy < 0.
1 y
Por otro lado, Z∞
HU
e−x (1 − e−x )
f(x, y) dy =
1 x
Z1
e−x (1 − e−x )
/E
y dx > 0.
0 x
Como las integrales iteradas existen y son distintas, la función no es integrable.
Z∞
PV
-U
arc tg(πx) − arc tg x
Ejercicio 3.9. Calcular dx.
0 x
Zπ
1 arc tg(πx) − arc tg x
A
de Fubini.
EG
1 si x · y ∈ Q
Ejercicio 3.10. Se considera la función f : [0, 1] × [0, 1] → R definida por f(x, y) =
0 en caso contrario.
AL
Probar que f es medible Lebesgue y calcular la integral de f en el cuadrado [0, 1] × [0, 1].
[
Ek = {(x, y) ∈ [0, 1] × [0, 1] : x · y = rk }, E = Ek ,
k∈N
D
entonces f = χE .
PE
Como la función g(x, y) = x · y es continua en [0, 1] × [0, 1] y Ek = g−1 ({rk }), entonces Ek es
cerrado y, en consecuencia, es medible. En definitiva, E también es medible con lo que f es
medible.
Por último, como χEk es no negativa y medible, se puede aplicar el teorema de Fubini. Ası́,
ZZ Z1
m(Ek ) = χEk (x, y) dxdy = m1 ((Ek )x ) dx.
[0,1]×[0,1] 0
Ejercicio 3.11. Dado un conjunto medible E ⊂ [0, 1] × [0, 1], probar que, si m1 (Ex ) ⩽ 1/2 para
casi todo x ∈ [0, 1], entonces m1 ({y ∈ [0, 1] : m1 (Ey ) = 1}) ⩽ 1/2.
HU
m(E) = f = m1 (Ex ) = m1 (Ey ).
[0,1]×[0,1] 0 0
/E
Z Z Z1
m1 (A) = 1= m1 (Ey ) ⩽ m1 (Ey ) ⩽ 1/2.
A A 0
PV
Ejercicio 3.12. Si X = Y = N y µ(A) = card(A), para cualquier A ⊂ N, comprobar si es integrable
-U
la función
−x si x = y,
2 − 2
A
f(x, y) = −2 + 2 −y si x = y − 1,
RI´
0 en el resto.
Solución. Si la función fuera integrable, por el teorema de Fubini se deberı́a cumplir que
EG
XX XX
f(i, j) = f(i, j).
AL
i j j i
j j j
P P
resulta que i j f(i, j) = 0.
D
X X
f(i, 1) = 2 − 2−1 = 3/2, f(i, j) = −2 + 2−j+1 + 2 − 2−j = 1/2j , j ⩾ 2,
i i
P P
resulta que j i f(i, j) = 2.
En consecuencia, f no es integrable.
Capı́tulo 4
a) Si p ⩽ q, probar que ℓp ⊂ ℓq .
HU
Por otra parte, si llamamos X = {x = {xn } : sop x < ∞}, donde sop x = {n ∈ N : xn ̸= 0},
P
para cualquier x ∈ X podemos desarrollar x = N i=1 xi ei , con {ei } la base canónica.
/E
Ahora bien, dado x ∈ ℓp (para cualquier p ⩾ 1),
X
n X
PV
∥x − xk ek ∥p = |xi |p → 0
k=1 i>n
-U
por ser el resto de una serie convergente.
P
Como n p q p q
k=1 xk ek ∈ X y X ⊂ ℓ ⊂ ℓ , deducimos que X = ℓ = ℓ .
A
Z
f · g ⩾ 1. Probar que f dµ · g dµ ⩾ 1.
X X
EG
Solución. Basta aplicar la desigualdad de Jensen a la función convexa φ(t) = 1/t. Ası́ pues,
Z Z Z
AL
1 1
ϕ(f) ⩾ φ f =⇒ ⩾R .
f f
R R R R
Como 1/f ⩽ g, entonces 1/f ⩽ g, de donde f · g ⩾ 1.
RO
Z Z Z Z Z Z Z
|f| =
p
|f| +
p
|f| ⩽
p
|f| +
r
|f| ⩽ |f| + |f|s < ∞.
s r
A Ac A Ac
R
b) La función ϕ(p) = ln |f|p es convexa en [r, s].
U
eϕ[ta+(1−t)b] ⩽ etϕ(a)+(1−t)ϕ(b) ,
/E H
es decir Z Z t Z 1−t
|f| ⩽
c
|f|
a
|f| b
,
PV
donde c = ta + (1 − t)b.
1 1
Si llamamos p = 1/t y q = 1/(1 − t), entonces + = 1. Como además g = |f|a/p ∈ Lp y
p q
-U
h = |f|b/q ∈ Lq , por el teorema de Hölder,
Z Z Z 1/p Z 1/q Z t Z 1−t
|f| = g · h ⩽
c
|g| p
· |h|q
= |f|a
· |f|b
.
RI´A
Por último,
EG
Ejercicio 4.5. Si f es una función medible en [0, 1], probar que la función g(p) = ∥f∥p es creciente
en [1, ∞).
O
Solución. Sean p, q ∈ [1, ∞) con p < q. Entonces, por la desigualdad de Hölder aplicada al
DR
q′
(∥f∥p )p = |f|p ⩽ (|f|p )q/p · 1 = (∥f∥q )p ,
0 0 0
R R R
Ejercicio 4.6. Si f es una función medible y no negativa en [0, 1], con f2 = f3 = f4 < ∞,
probar que f = f2 c.s.
HU
1
∥f + g∥p ⩽ 2 p −1 (∥f∥p + ∥g∥p ).
/E
k < 1 (lo que equivale a la desigualdad (1 + x)k < 1 + xk la cual se prueba por métodos de
cálculo diferencial), resulta:
PV
R R p R p R p
∥f + g∥pp |f + g|p (|f| + |g|p ) |f| + |g|
= ⩽ = .
2 2 2 2
-U
Ahora, por la concavidad de la función y = xp , resulta:
R R !p
∥f + g∥pp ( |f|p )1/p + ( |g|p )1/p
⩽ .
2 2
A
RI´
Ejercicio 4.8. Demostrar que, si µ(Ω) < ∞ y 0 < r < s < ∞, entonces Ls ⊂ Lr y que para
EG
f ∈ Ls ,
1 1
∥f∥r ⩽ ∥f∥s · µ(Ω) r − s .
Z
AL
|f| · 1 ⩽
r
|f|pr
· 1q = ∥f∥rs · (µ(Ω))1/q .
D
PE
Solución.
a) Falso. Por ejemplo, si f(x) = ln x, entonces f ∈ Lp [0, 1], ∀p ∈ (1, ∞), porque, al ser
R1 R1
lı́mx→0+ (ln x)p /x−1/2 = 0 y 0 x−1/2 dx < ∞, también 0 (ln x)p dx < ∞. Sin embargo,
f ̸∈ L∞ [0, 1] porque lı́mx→0+ ln x = −∞.
166 Soluciones de algunos ejercicios
b) Falso. Por ejemplo, si elegimos cualquier r comprendido entre 1/q y 1/p y definimos
R∞
la función f(x) = 1/xr , entonces f ∈ Lq [1, ∞) porque 1 1/xrq dx < ∞ (rq > 1) pero
R∞
f ̸∈ Lp [1, ∞) pues 1 1/xrp dx = ∞ (rp < 1).
HU
Z1 Z1 !1/2 Z1 !1/2
∥fn ∥1 = |fn | · 1 ⩽ |fn |2 · 12 = ∥fn ∥2 .
0 0 0
/E
Sin embargo, la implicación ∥fn ∥1 → 0 =⇒ ∥fn ∥2 → 0 es falsa. Por ejemplo, si fn =
n · χ[0,1/n2 ] , es evidente que ∥fn ∥2 = 1 y ∥fn ∥1 = 1/n → 0.
PV
-U
Z1
Ejercicio 4.10. Si {fn } es una sucesión de funciones medibles en [0, 1] y lı́m |fn (x)|3 dx =
n→∞
Z1 0
fn (x)
0, probar que lı́m √ dx = 0.
A
n→∞ 0 x
RI´
Z π/2
√ π
Ejercicio 4.11. Probar que x · sen x dx < √ .
AL
0 2 2
Z∞ √
3 √
1+x 3
Ejercicio 4.12. Probar que dx ⩽ 6.
D
x2
1
PE
√
3
Solución. Aplicar la desigualdad de Hölder a las funciones f(x) = 1 + x/x y g(x) = 1/x.
1
Ejercicio 4.13. Si f(x) = p
6
, probar que f ∈ Lp (0, 1), 1 ⩽ p < 6, pero f ̸∈ L6 (0, 1).
x(1 − x)
R1/2 R1
Solución. Basta observar que, si p < 6, 0 1/xp/6 dx < ∞ y que 1/2 1/(1 − x)p/6 dx < ∞
pero la función f6 no es integrable en (0, 1).
1
Ejercicio 4.14. Si f(x) = √
3
, comprobar si f ∈ L3 (R) y f ∈ L1 (R).
1+x2
Apéndice II 167
R 3 (x) dx
Solución. Como Rf = π, entonces f ∈ L3 (R). Sin embargo, f no es integrable en R.
√
Ejercicio 4.15. Si f ∈ Lp (0, 1), con 2 < p, probar que f/ x ∈ L1 (0, 1).
HU
1
Ejercicio 4.16. Si g(x) = , probar que g ∈ Lp (R), 1 ⩽ p ⩽ ∞.
1 + x2
/E
R
Solución. Es evidente que R gp < ∞ por tratarse de una integral impropia convergente.
Además, g ∈ L∞ ya que está acotada.
PV
-U
Ejercicio 4.17. Si f ∈ L5 (R) y g ∈ L5/4 (R), probar que f · g ∈ L1 (R).
Z1 !3 Z1
D
4
xg(x) dx = g3 (x) dx.
0 25 0
PE
Ejercicio 4.20. Si f y g son dos funciones medibles no negativas sobre un conjunto medible
E, con m(E) < ∞, probar que
Z Z
f · g ⩾ a · (m(E))2 ,
E E
√ √
Solución. Si aplicamos la desigualdad de Cauchy-Schwarz a las funciones f y g, tene-
mos que
Z p Z 1/2 Z 1/2
f·g ⩽ f · g .
E E E
√
Si definimos A = {x ∈ E : f · g ⩾ a}, de lo anterior se deduce que
Z Z Z 2 Z 2 Z 2
HU
p p
f· g⩾ f·g ⩾ f·g ⩾ a = a · (m(A))2 .
E E E A E
/E
PV
-U
A
RI´
EG
AL
D RO
PE
Bibliografı́a
HU
/E
PV
[AB] Charalambos Aliprantis y Owen Burkinshaw, Principles of real analysis. Academic
-U
Press, 1990.
[Bu] Frank Burk, A garden of integrals. Dolciani Mathematical Expositions 31 (MAA), 2007.
A
[De] A. Denjoy, Une extension de l‘integrale de M. Lebesgue. C.R. Acad. Sci. Paris 154 (1912),
859-862.
RI´
Pirámide, 2002.
[Go] Russell Gordon, The integrals of Lebesgue, Denjoy, Perron and Henstock. American
Mathematical Society, 1994.
RO
[HS] Norman Haaser y Joseph Sullivan, Real Analysis. Van Nostrand, 1971.
PE
[KF] Andrei Kolmogorov y Sergei Fomin, Elementos de la teorı́a de funciones y del análisis
funcional. Mir, 1978.
[SS] Elias Stein y Rami Shakarchi, Real Analysis, III. Princeton University Press.
169
PE
D RO
AL
EG
RI´
A
-U
PV
/E
HU
Índice alfabético
HU
/E
Aσ , 85 espacio medible, 71
PV
Aσδ , 85 espacio normado, 97
σ-álgebra, 71
función escalonada, 38
σ-álgebra de Borel, 22
-U
función integrable sobre un conjunto medi-
σ-álgebra de conjuntos, 22
ble, 79
σ-álgebra generada, 23
función medible, 74
Fσ , 22
A
integral
conjunto acotado, 22
de funciones medibles no negativas, 76
conjunto cerrado, 22
de funciones simples, 75
conjunto compacto, 22
RO
integral de Lebesgue
conjunto de Cantor, 26
de funciones medibles, 48
conjunto de Vitali, 35
de funciones medibles no negativas, 47
D
conjunto medible, 28
de funciones medibles y acotadas, 45
conjunto medible (Carathéodory), 81
PE
de funciones simples, 42
convergencia en medida, 56
lema de Fatou, 50, 77
desigualdad de Cauchy-Schwarz, 103
desigualdad de Hölder, 100 medida σ-finita, 73
desigualdad de Minkowski, 100 medida abstracta, 71
medida de contar, 72
espacio Lp , 104 medida de Dirac, 72
espacio de Banach, 98 medida de Lebesgue, 31
espacio de medida, 71 medida de Lebesgue bidimensional, 89
espacio de medida completo, 73 medida de probabilidad, 73
espacio dual, 113 medida exterior, 24, 81
171
172 Índice alfabético
HU
norma de un funcional lineal acotado, 110
/E
principio de Cavalieri, 89
propiedad de Heine-Borel, 22
PV
rectángulo medible, 88 -U
semiálgebra de conjuntos, 87
seminorma, 98
A