Domingo de Ramos Misal Principal 2022 Ciclo C
Domingo de Ramos Misal Principal 2022 Ciclo C
Domingo de Ramos Misal Principal 2022 Ciclo C
Misal principal
Arquidiócesis de Monterrey
10 de ABRIL del Año de 2022
tercero de la pandemia
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CONMEMORACIÓN DE LA ENTRADA
DEL SEÑOR EN JERUSALÉN
ANTÍFONA Mt 21, 9
Queridos hermanos:
Después de habernos preparado desde el principio de la Cuaresma con nuestra
penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos reunimos para iniciar, unidos
con toda la Iglesia, la celebración anual de los misterios de la pasión y
resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios que empezaron con la
entrada de Jesús en Jerusalén. Acompañemos con fe y devoción a nuestro
salvador en su entrada triunfal a la ciudad santa, para que, participando ahora
de su cruz, podamos participar un día, de su gloriosa resurrección y de su vida.
Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras desataban
el burro, los dueños les preguntaron: "¿Por qué lo desamarran?" Ellos
contestaron: "El Señor lo necesita". Se llevaron, pues, el burro, le echaron
encima los mantos e hicieron que Jesús montara en él.
Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando
ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos,
entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que
habían visto, diciendo:
"¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las
alturas!"
Algunos fariseos que iban entre la gente le dijeron: "Maestro, reprende a tus
discípulos". Él les replicó: "Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las
piedras".
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como
discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto
resistencia ni me he echado para atrás.
Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endureció mi
rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado”.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis
pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio
mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R.
SEGUNDA LECTURA
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso
la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo,
en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
EVANGELIO
CICLO “C”
PASION
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
SEGÚN SAN LUCAS
22, 14- 23, 56
L legada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:
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C Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias
y dijo:
+ “Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré
a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios”.
+ “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.
+ “Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por
ustedes”.
C Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que lo
iba a traicionar.
C Después los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser
considerado como el más importante. Jesús les dijo:
+ “Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen
llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el
mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si
fuera un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve?
¿Verdad que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como
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el que sirve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a
dar el Reino, como mi Padre me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa
en el Reino, y se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de
Israel”.
C Luego añadió:
+ “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para zarandearlos como
trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez
convertido, confirma a tus hermanos”.
C Él le contestó:
C Jesús le replicó:
+ “Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres veces
que me conoces”.
+ “Cuando los envié sin provisiones, sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó
algo?”
C Ellos contestaron:
S “Nada”.
C El añadió:
+ “Ahora, en cambio, el que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que
no tenga espada, que venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene
que se cumpla esto que está escrito de mí: Fue contado entre los malhechores,
porque se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a mí”.
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C Ellos le dijeron:
C El les contestó:
+ “¡Basta ya!”
C Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por Judas, uno
de los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo:
C Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con él dijeron:
C Y uno de ellos hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.
Jesús intervino, diciendo:
+ “¡Dejen! ¡Basta!”
C Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del templo y a
los ancianos que habían venido a arrestarlo:
C Pedro replicó:
S “¡Hombre, no lo soy!”
S “Sin duda que éste también estaba con él, porque es galileo”.
C Pedro contestó:
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C El les contestó:
C Dijeron todos:
C El les contestó:
C Él le contesto:
S “Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí”.
C Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo
que quería verlo, pues había oído hablar mucho de él y esperaba presenciar
algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas, pero él no le contestó ni una
palabra. Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar.
Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él, y le
mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió a Pilato. Aquel mismo
día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes eran enemigos.
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S “Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he
interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ninguna de las culpas
de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven
que ningún delito digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un
escarmiento y lo soltaré”.
C Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos
vociferaron en masa, diciendo:
S “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
C Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo
el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al
que había sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a
su arbitrio.
+ “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque
van a venir días en que se dirá: ‘¡Dichosas las estériles y los vientres que no han
dado a luz y los pechos que no han criado!’ Entonces dirán a los montes:
‘Desplómense sobre nosotros’, y a las colinas: ‘Sepúltennos’, porque si así
tratan al árbol verde, ¿qué pasará con el seco?”
C Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía:
“Este es el rey de los judíos”.
C Y le decía a Jesús:
C Jesús le respondió:
C Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, que
no había estado de acuerdo con la decisión de los judíos ni con sus actos, que
era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba el Reino de Dios, se
presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo
envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde
no habían puesto a nadie todavía. Era el día de la Pascua y ya iba a empezar el
sábado. Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea acompañaron a
José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Al regresar a su casa,
prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron reposo, conforme al
mandamiento.
Palabra del Señor.
HOMILÍA
PROFESIÓN DE FE
➢ Se acerca el Misal.
❖ Para que nos conceda el coraje y la valentía de poder disculpar como Él, a
los hermanos que nos ofenden, oremos. R.
❖ Para que respetemos la sangre que Jesús derramó por nosotros en la cruz y
nos esforcemos por dar vida a los que conviven con nosotros, oremos. R.
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❖ Para que siguiendo el ejemplo de Cristo que abrió las puertas del cielo al
ladrón arrepentido, nosotros jamás le cerremos las puertas al necesitado,
oremos. R.
❖ Para que nuestra Iglesia de Monterrey que hoy reconoce a Cristo como a su
Señor, jamás le de la espalda en este tiempo de pandemia, oremos. R.
❖ Para que nuestras parroquias a la luz del camino sinodal se renueven a la luz
del Evangelio, oremos. R.
LITURGIA EUCARISTICA
Oren, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Quemerecemos
la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo
por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo
recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
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El cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue injustamente
condenado por salvar a los culpables; con su muerte borró nuestros delitos y,
resucitando, conquistó nuestra justificación.
Por eso, te alabamos con todos los ángeles y te aclamamos con voces de júbilo,
diciendo:
PLEGARIA EUCARISTICA I
C1 Acuérdate, Señor, de tus hijos (N. N.), y de todos los aquí reunidos, cuya
fe y entrega bien conoces; por ellos y todos los suyos, por el perdón de sus
pecados y la salvación que esperan, te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen,
este sacrificio de alabanza, a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y
venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
CC Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo, al celebrar
este memorial de la muerte gloriosa de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor; de su
santa resurrección del lugar de los muertos y de su admirable ascensión a los
cielos, te ofrecemos, Dios de gloria y majestad, de los mismos bienes que nos
has dado, el sacrificio puro, inmaculado y santo: pan de vida eterna y cáliz de
eterna salvación.
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Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala, como aceptaste los dones del
justo Abel, el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe, y la oblación pura
de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Inclinado, con las manos juntas, prosigue:
C3 Acuérdate también, Señor, de tus hijos (N.N.) que nos han precedido con
el signo de la fe y duermen ya el sueño de la paz.
CP Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes, los
santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.
RITO DE LA COMUNION
PADRE NUESTRO
P adre nuestro...
EMBOLISMO
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para
que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y
protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
R. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
RITO DE LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R. Amén.
CORDERO DE DIOS
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando
el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la
recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe
de ti.
El que preside hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado
sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los
invitados a la cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
T ú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte
de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete,
concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras
esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
BENDICIÓN FINAL
Ediciones SAPAL
Monterrey, N.L., México
Abril de 2022