Rinofaringitis
Rinofaringitis
Rinofaringitis
que sirve para reducir o eliminar los efectos de las alergias, que actúa bloqueando la acción de la
histamina en las reacciones alérgicas, a través del bloqueo de sus receptores. • Caso sospechoso
de IRAG: Persona con infección respiratoria aguda con antecedentes de fiebre y tos no mayor a 10
días de evolución, que requiera manejo intrahospitalario. • Caso confirmado para ESI– IRAG por
laboratorio: Persona que cumple la definición de caso y al cual se le confirma agente etiológico
mediante alguna de las siguientes pruebas: - RT-PCR en tiempo real: para los subtipos de influenza
A e influenza B y otros virus respiratorios (VSR, ADV, h MPV, CoV entre otros). - Técnica de
inmunofluorescencia indirecta (VSR, Adenovirus, Parainfluenza 1, 2 y 3, entre otros). - Detección
por Inmunohistoquímica de antígenos virales de influenza u otro virus respiratorio (VSR,
adenovirus, Parainfluenza) en casos fatales. - Aislamiento bacteriano (Haemophilus influenzae,
Streptococcus pneumoniae u otra bacteria) en todos los casos de IRAG. • Enfermedad similar a
influenza (ESI): Manifestaciones leves de influenza en pacientes ambulatorios - Caso sospechoso de
ESI: Persona que presenta Infección Respiratoria Aguda, con fiebre ≥ 38˚C y tos de no más de siete
días de evolución, que requiera manejo ambulatorio. • Infección respiratoria aguda (IRA):
Constituye un grupo de enfermedades que afectan el aparato respiratorio alto y bajo; pueden ser
causadas por diferentes microorganismos como virus y bacterias, entre otros, con evolución menor
a 15 días; puede causar desde un resfriado común hasta complicaciones más severas como
neumonía e incluso puede ocasionar la muerte • Infección respiratoria aguda grave (IRAG):
Enfermedad respiratoria más grave que han sido admitidas a un hospital. • Fómites: Objetos de
uso personal del enfermo o portador, que pueden estar contaminados y transmitir agentes
infecciosos. • Resfriado común o rinofaringitis aguda (RFA): Es una inflamación de la mucosa nasal
y faríngea, causada por virus, autolimitada, transmisible, llamada también «catarro común»,
«resfrío», «infección de la vía respiratoria superior (que es el sinónimo más comúnmente usado en
inglés “upper respiratory tract infection”)», «rinofaringitis» o «nasofaringitis». Comúnmente y mal
llamada “gripa”, constituye el 50% de las infecciones de las vías respiratorias superiores. Es una
causa frecuente de consulta de primer nivel. En Colombia representa 20 millones de días laborales
perdidos por año y 26 millones de días con inasistencia escolar. PROCESO BIENESTAR ESTUDIANTIL
SUBPROCESO ATENCIÓN EN SALUD Código: GBE.15 GUÍA DE ATENCIÓN MÉDICA DE RESFRIADO
COMÚN (RINOFARINGITIS AGUDA) Versión: 05 Página 2 de 9 4. CONTENIDO DE LA GUÍA 4.1.
INDICACIONES Comunidad estudiantil 4.2. ETIOLOGÍA La RFA tiene como causa absoluta la viral,
siendo el rhinovirus el agente etiológico más frecuentemente encontrado (30 – 50% de los casos),
seguido en algunas series del coronavirus (7– 18%). Otros virus aislados, pero con menor
frecuencia son: Adenovirus, Parainfluenza Virus, Virus Sincitial Respiratorio, Influenza A y
enterovirus (como el echovirus Coxsackie A). Los períodos de incubación y las características de la
infección (así como sus factores de riesgo) dependen de cada agente. Tabla N°1. Características
generales de los virus respiratorios Aspecto Descripción Agente etiológico Los principales agentes
causales de infección respiratoria aguda son: influenza virus tipos A, B y C, parainfluenza tipos 1, 2,
3 y 4, virussincitial respiratorio, coronavirus, adenovirus, rhinovirus, metapneumovirus, bocavirus,
Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae Modo de transmisión El principal
mecanismo de transmisión de todos los agentes etiológicos de infección respiratoria es por vía
aérea mediante gotas o aerosoles y por contacto con superficies contaminadas. Período de
incubación • Influenza: usualmente de 2 días, pero puede variar de 1 a 5 días aproximadamente. •
Parainfluenza: de 2 a 6 días. • Virus sincitial respiratorio: de 3 a 6 días, pero puede variar en 2 u 8
días • Coronavirus: de 2 a 14 días. • Adenovirus: de 2 a 14 días • Rhinovirus: de 1 a 4 días •
Metapneumovirus: de 4 a 6 días • Bocavirus: de 5 a 14 días • Streptococcus pneumoniae: de 1 a 3
días • Haemophilus influenzae: de 2 a 4 días Susceptibilidad • Influenza: puede producir
complicaciones graves e incluso la muerte, principalmente en ancianos, niños y personas con
enfermedad crónica o inmunodepresión (por ejemplo, cardiopatías, hemoglobinopatías,
enfermedades metabólicas, pulmonares y renales, SIDA y enfermedades respiratorias, entre ellas
asma). Las embarazadas tienden más a presentar formas graves de la enfermedad. • Parainfluenza:
las infecciones por parainfluenza pueden exacerbar los síntomas de enfermedades pulmonares
crónicas tanto en niños como en adultos. En ocasiones, las infecciones son de particular gravedad y
persistencia en los niños con inmunodeficiencia y se asocian la mayoría de las veces con el virus de
tipo 3. • Virus sincitial respiratorio: produce infecciones en las vías respiratorias altas, simulando
un resfrío en el caso de adultos y jóvenes, pero en los lactantes o menores de cuatro años puede
producir graves complicaciones que desencadenan en bronquiolitis o neumonía. • Coronavirus:
ocasionalmente se ha asociado con neumonías en recién nacidos, niños mayores, personas
inmunocomprometidas y reclutas de las Fuerzas Armadas. La enfermedad es más leve en niños
que en adultos. PROCESO BIENESTAR ESTUDIANTIL SUBPROCESO ATENCIÓN EN SALUD Código:
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Página 3 de 9 • Adenovirus: las infecciones son más frecuentes en los niños entre los seis meses y
cinco años, pueden causar enfermedad más severa e incluso la muerte en pacientes
inmunocomprometidos, trasplantados y prematuros. • Rhinovirus: afecta a niños y adultos y es
causa de catarro común. Protocolo de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (IRA) 6 de 19 •
Metapneumovirus: puede afectar a todas las edades, sin embargo, las poblaciones más afectadas
son los niños menores de cinco años, los adultos mayores de 65 años y los pacientes
inmunocomprometidos. • Bocavirus: los niños afectados son de mayor edad que en el caso de
infecciones por VRS. Las infecciones por bocavirus se asocian a cuadros de gastroenteritis y
afecciones en pacientes inmunocomprometidos como quienes han tenido trasplante de médula
ósea. • Streptococcus pneumoniae: el riesgo de contraer estas infecciones es mayor en lactantes
menores de 24 meses de edad, en personas mayores de 60-65 años y en individuos con factores de
riesgo como inmunodeficiencias primarias (hereditarias)inmunodeficiencias
secundarias(adquiridas) como el VIH/sida. También las neoplasias como el mieloma múltiple y la
leucemia linfocítica crónica pueden afectar la inmunidad humoral y aumentan la probabilidad de
que se presente. • Haemophilusinfluenzae: las manifestaciones más importantes de la infección
por Hib a saber, neumonía, meningitis y otras enfermedades invasivas se producen
fundamentalmente en los niños menores de dos años, en particular en los lactantes de 4 a 18
meses, pero ocasionalmente se observan en lactantes menores de 3 meses y en niños mayores de
cinco años. Fuente: Procedimiento para el diagnóstico y vigilancia por el laboratorio de Influenza y
otros virus respiratorios, Instituto Nacional de Salud, Colombia, 2013. La RFA es una enfermedad
que se presenta durante todo el año, con claros incrementos en la frecuencia en las estaciones de
otoño e invierno en los países del hemisferio norte, mientras que en áreas tropicales la variación
suele tener menor intensidad, aunque con un aumento significativo en épocas de lluvia. Afecta a
toda la población, en especial la población infantil; trasmitida por medio de gotas de saliva
inhaladas al toser y/o estornudar y por medio de las manos o fómites contaminados, por lo cual el
principal factor de riesgo es la presencia de un familiar o compañero cercano con similar
sintomatología en especial en comunidades cerradas como son los colegios y universidades. 4.3.
PRESENTACIÓN CLÍNICA Después de un periodo de incubación variable, dependiendo del agente
específico, el cual puede durar desde 10 horas hasta 7 días, con un promedio de entre 2 a 5 días, se
inicia un proceso inflamatorio del tracto respiratorio superior, lo cual genera un cuadro clínico
caracterizado por dolor de garganta con odinofagia asociada, malestar general y fiebre de baja
intensidad o febrícula durante las primeras 24 a 48 horas, tiempo en el cual aparecen otras
manifestaciones como congestión nasal, rinorrea y tos. Los síntomas alcanzan su mayor intensidad
comúnmente al tercer o cuarto día desde el inicio de la sintomatología y comienzan a resolverse al
séptimo día, para una duración total de 7 a 10 días generalmente, aunque puede variar desde 3
días, hasta persistencia de algunos síntomas por tres semanas. Aproximadamente en el 25% de los
casos la enfermedad tiene una duración de 2 semanas, especialmente en fumadores. Otros
síntomas que pueden presentarse son: cefalea, hiporexia, vómito, mialgias, escalofríos, diarrea e
inyección conjuntival. Estos dos últimos síntomas están más relacionados con infección por
Adenovirus. PROCESO BIENESTAR ESTUDIANTIL SUBPROCESO ATENCIÓN EN SALUD Código: GBE.15
GUÍA DE ATENCIÓN MÉDICA DE RESFRIADO COMÚN (RINOFARINGITIS AGUDA) Versión: 05 Página
4 de 9 La tos es un reflejo desencadenado por la estimulación de receptores localizados en todo el
tracto respiratorio superior e inferior y estos son estimulados principalmente por escurrimiento
nasal posterior o simplemente secundario a hiperreactividad bronquial. Comúnmente aparece
después del inicio de los síntomas nasales y suele persistir por mayor tiempo al resto de síntomas.
En los días de máxima sintomatología (tercer a cuarto día), frecuentemente las secreciones nasales
se vuelven espesas y de aspecto mucopurulento, debido a la presencia de epitelio descamado y de
leucocitos polimorfonucleares. Esto no indica sobreinfección bacteriana. En el examen físico se
evidencia congestión o edema de la mucosa nasal y eritema faríngeo y en algunos pacientes se
puede observar hiperemia en la membrana timpánica; las adenopatías no son frecuentes son muy
pequeñas. La presencia de exudado purulento y de adenopatías cervicales puede indicar la
presencia de infección bacteriana, sin embargo, no son signos claros de ésta y se deben
correlacionar con la historia clínica del paciente. En general es una enfermedad de buen
pronóstico, autolimitada virtualmente en todos los casos y con baja tendencia a las
complicaciones. 4.4. DIAGNÓSTICO El diagnóstico es esencialmente clínico y la presencia de un
contacto epidemiológico soporta con mayor seguridad el diagnóstico. En cuanto a la determinación
del agente etiológico no se hace rutinariamente, aunque desde el punto de vista clínico y
epidemiológico tiene relevancia identificar los casos compatibles con infección por influenza, que
se sospecha cuando hay fiebre (especialmente si es alta), la cual es infrecuente en adultos con RFA
de otras etiologías, cefalea y mialgias, asociados con síntomas nasales, tos y dolor faríngeo. En los
casos de ESI–IRAG (ver definición de casos), se debe realizar la recolección de muestras
respiratorias al 100 % de los casos. Para la obtención de un diagnóstico virológico acertado, es
indispensable la recolección adecuada de la muestra (dentro de los 7 a 10 primeros días de inicio
de síntomas), de lo contrario muestras con más días después de inicio de síntomas, no serán
procesadas por el Laboratorio de Virología del INS. Los hisopados faríngeos deben ser recolectados
en medio de transporte de viral (MTV) y los aspirados nasofaríngeos en solución salina. Dentro del
diagnóstico diferencial hay que tener en cuenta que algunas enfermedades pueden manifestarse
inicialmente como una RFA; entre ellas sarampión, varicela, tos ferina y mononucleosis infecciosa,
patologías que inician con un cuadro similar al que le siguen los hallazgos propios de cada una de
ellas; por ello es muy importante dar al paciente recomendaciones generales y signos de alarma
para volver a la consulta. 4.5. EVALUACIÓN Y EXÁMENES La realización de pruebas de laboratorio
para identificación del virus es innecesaria y se hacen útiles solamente en situaciones
epidemiológicas específicas ya que pueden ayudar al control y prevención de la enfermedad.
Tampoco se consideran pertinentes los cultivos de la cavidad nasal, ni la radiografía de tórax en
ausencia de signos o síntomas que sugieran enfermedad pulmonar. 4.6. MANEJO Y TRATAMIENTO
Actualmente no se encuentra un tratamiento específico antiviral para la RFA por lo cual el
tratamiento es basado específicamente en los síntomas. Es importante recordar que la RFA es una
enfermedad autolimitada de muy buen pronóstico, por lo cual más que prescribir un medicamento
se debe explicar adecuadamente al paciente la historia natural de la enfermedad, los PROCESO
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MÉDICA DE RESFRIADO COMÚN (RINOFARINGITIS AGUDA) Versión: 05 Página 5 de 9 tratamientos
disponibles en la actualidad para aliviar los síntomas; así como enseñar y dar las recomendaciones
generales y los signos de alarma para detectar posibles complicaciones. A continuación, se indican
una serie de recomendaciones generales con respecto al tratamiento de la RFA viral. a) Indicar
lavados con solución salina normal. Es de mencionar que la mayoría de estudios que han evaluado
esta medida para la RFA tienen alto riesgo de sesgos y en aquellos en que el riesgo es bajo no ha
sido posible elaborar conclusiones firmes por usar poblaciones y desenlaces heterogéneos y
resultados discordantes (superioridad sobre el placebo sin alcanzar diferencia estadísticamente
significativa, superioridad estadísticamente significativa pero sin diferencias clínicamente
relevantes y no superioridad, ni clínica ni estadística, sobre placebo); el principal argumento para
su uso es el bajo riesgo de efectos adversos y se usa principalmente en niños por el riesgo de usar
otras intervenciones. b) Continuar una alimentación e hidratación normal. Es frecuente
recomendar un aumento del consumo de fluidos, sin embargo, se debe ser cuidadoso al dar esta
recomendación, especialmente sobre población pediátrica, porque se puede desarrollar
hiponatremia. c) El uso de analgésicos y antipiréticos está indicado. Se recomienda el uso de
Acetaminofén de 500 mg a 1 g cada 4 a 6 horas mientras el paciente permanezca sintomático.
También se recomiendan los AINEs, como el naproxeno o ibuprofeno, ya que han demostrado
mejorar la cefalea, osteomialgias, dolor de garganta y malestar general; aunque existe evidencia de
que el naproxeno también puede disminuir la tos, un metaanálisis concluyó lo contrario. El ácido
acetilsalicílico no se recomienda debido a la relación existente de este con el síndrome de Reye
asociado al virus de la Influenza, especialmente en niños. d) Para la obstrucción nasal se puede
hacer uso de descongestionantes sistémicos (orales) (que se prefieren sobre los tópicos) como la
pseudoefedrina, para la cual un estudio no demostró beneficio, mientras que otro ensayo clínico
evidenció una mejoría clínicamente significativa leve a moderada con dosis de 60 mg cada seis
horas durante tres días. En contraparte, la fenilefrina (evaluada en dosis de 10 mg) no es más
efectiva que el placebo. También están indicados, los descongestionantes tópicos o locales como la
oximetazolina, para la cual se recomienda que se use por menos de 72 horas (y como máximo por
5 días), ya que después de este tiempo se puede desencadenar una rinitis medicamentosa; esto
ocurre debido al efecto de rebote sobre la congestión nasal que causan estos medicamentos
cuando su efecto desaparece y que lleva al uso crónico y dependiente del medicamento. También
puede ocurrir epistaxis, agitación, insomnio e hipertensión con el uso tópico. En un meta-análisis
de descongestionantes orales y tópicos se determinó que una dosis única alivia los síntomas en un
6% y que su uso repetido produce un efecto favorable de un 4% (leve o probablemente no
significativo clínicamente). El uso de estos medicamentos no está indicado en población < 12 años.
e) El bromuro de ipratropio inhalado (spray nasal) disminuye la rinorrea y los estornudos; además
algunas guías de manejo también lo indican para el tratamiento de la tos. Por el contrario, no hay
evidencia de que reduzca la congestión nasal. Su uso está limitado para adultos y niños > 6 años,
en esta última población usualmente después de que las medidas no farmacológicas (gotas, spray
o irrigación con solución salina y succión con jeringa de bulbo) son inefectivas. Algunos efectos
adversos asociados son la epistaxis, moco con mancha de sangre y resequedad nasal. f) Existe gran
controversia respecto a la necesidad de tratar la tos y en caso de hacerlo el medicamento indicado;
algunos autores contraindican los antitusígenos en general, otras guías no recomiendan el uso de
antitusígenos de acción central (codeína, dextrometorfano), mientras que algunos estudios
demuestran la efectividad de PROCESO BIENESTAR ESTUDIANTIL SUBPROCESO ATENCIÓN EN
SALUD Código: GBE.15 GUÍA DE ATENCIÓN MÉDICA DE RESFRIADO COMÚN (RINOFARINGITIS
AGUDA) Versión: 05 Página 6 de 9 algunos medicamentos. Por ejemplo, en un meta-análisis, se
evidenció una reducción en la frecuencia e intensidad de la tos en pacientes >18 años con el uso
de dextrometorfano sin reacciones adversas significativas; la codeína, en contraparte, no ha
demostrado ser superior al placebo en niños o adultos para el tratamiento de la tos por RFA; la
hidrocodona no cuenta con ensayos clínicos que evalúen su utilidad en la RFA, aunque se haya
demostrado su efectividad en otras condiciones, por lo que no se recomienda. Para la población
pediátrica la Asociación Americana de Pediatría se opone al uso de antitusígenos basado en
reportes de caso de reacciones adversas graves y errores de dosificación, aunque los ensayos
clínicos reportan una baja frecuencia de efectos adversos menores. Debido a que uno de los
mecanismos fisiopatogénicos propuestos para la tos en la RFA es el escurrimiento posterior se ha
evaluado la combinación de antihistamínicos de primera generación (AH1G) con
descongestionantes, demostrándose una mejoría modesta en la sintomatología a expensas de un
aumento del riesgo de efectos adversos, especialmente (pero no únicamente) asociados a los
AH1G (AH1G: sedación, xerostomía, xeroftalmía, retención urinaria, agitación paradójica, visión
borrosa, mareo, arritmias cardíacas; descongestionantes orales: agitación, irritabilidad, insomnio,
palpitaciones, hipertensión, anorexia, convulsiones, distonía, taquicardia y disrritmias); de acuerdo
a lo anterior el médico debe poner en juicio los riesgos y beneficios de usar esta combinación. Los
antihistamínicos de segunda generación (AH2G), por otra parte, no son efectivos para tratar la tos.
g) En general no se recomiendan los AH1G ni los AH2G como monoterapia, puesto que ambos
ofrecen una mejoría leve de síntomas, que parece no ser clínicamente significativa (para ninguno
de los dos), a expensas de un aumento considerable del riesgo de efectos adversos; entre los dos
tipos, son los AH1G los que tienen alguna probabilidad de aliviar la rinorrea y los estornudos, pero
a su vez son los que conllevan mayor frecuencia de efectos problemáticos. Además, en una
revisión sistemática se evidenció que el efecto benéfico modesto solo fue observado durante los
primeros dos días de terapia, sin superioridad frente al placebo en los días subsiguientes. La falta
de efectividad puede explicarse porque los síntomas nasales de la RFA se deben a un mecanismo
diferente al mediado por histamina de la rinitis alérgica. Por otra parte, la combinación de
descongestionante y AH1G parece tener mayor impacto (efecto pequeño a moderado) para aliviar
los síntomas de congestión nasal, rinorrea y estornudos en adultos, aunque podría ser una
diferencia poco significativa clínicamente. Respecto a la adición de un analgésico a esta
combinación, así como el uso de AH y analgésico sin descongestionante, existen dos y cuatro
ensayos clínicos, respectivamente, que han descrito una mejoría en la sintomatología global. Estas
combinaciones, así como la monoterapia con antihistamínicos no se recomiendan para niños. h)
No se puede recomendar a favor o en contra del uso de medicamentos mucolíticos (bromhexina,
acetilcisteína) o expectorantes (guaifenesina) en adultos, ya que no existe suficiente evidencia
sobre su eficacia clínica comparada con el no uso de estos en cuanto a intensidad y duración de la
sintomatología. Aunque una revisión sistemática concluyó que la acetilcisteína disminuyó la tos
después de seis días de tratamiento en niños > 2 años, las guías de manejo de referencia,
definitivamente no recomiendan el uso de ninguno de estos medicamentos sobre población
pediátrica. i) Se encuentra contraindicado el uso de antibióticos ya que no previenen las
complicaciones, causan efectos adversos y pueden aumentar la resistencia bacteriana en la
nasofaringe. 4.7. MEDIDAS PREVENTIVAS Y RECOMENDACIONES a) Enseñar un adecuado lavado de
manos y la importancia del uso de tapabocas. b) Evitar el contacto con secreciones (uso de
tapabocas) y fómites de familiares y amigos enfermos. PROCESO BIENESTAR ESTUDIANTIL
SUBPROCESO ATENCIÓN EN SALUD Código: GBE.15 GUÍA DE ATENCIÓN MÉDICA DE RESFRIADO
COMÚN (RINOFARINGITIS AGUDA) Versión: 05 Página 7 de 9 c) Evitar el contacto con pacientes
vulnerables (niños menores de 3 meses, embarazadas, ancianos e inmunosuprimidos). d) La
utilización de vacunas se utiliza en casos de epidemia asociada a Influenza (por ejemplo, gripe
porcina) y en población de riesgo. Sin embargo, es un error considerar que existen vacunas para los
resfríos; con la vacuna para la influenza se evitarían a lo sumo el 30% de los episodios de RFA. No
obstante, continúa siendo una importante medida de salud pública por ser las infecciones por
Influenza las que más frecuentemente pueden provocar complicaciones. e) Las medidas caseras
como: las bebidas con miel, limón y agua caliente no presentan evidencia científica, pero pueden
aliviar la tos e irritación y no causan eventos adversos en el paciente. f) Mantener una ventilación
adecuada y evitar el uso y/o contacto con el humo del cigarrillo. g) Enseñar signos de alarma:
dificultad respiratoria, fiebre alta o la persistencia de esta por más de 72 horas a pesar del uso de
antipiréticos, descarga nasal purulenta por más de 10 días, tos persistente por más de 15 días,
otalgia y petequias. 4.8. CONTROL Y SEGUIMIENTO La RFA debe ser manejada en el servicio o
dentro del primer nivel de atención. En los adultos el desarrollo de nuevos síntomas y/o la no
mejoría después de 14 días son una indicación de nueva consulta (signos de alarma descritos en el
párrafo anterior). En ningún caso se remitirá un paciente con síntomas de RFA a menos que
presente complicaciones que no puedan ser manejadas en el servicio o dentro del primer nivel de
atención. 4.9. DERIVACIÓN AL ESPECIALISTA Frente a un paciente con rinofaringitis es
indispensable determinar la severidad de los síntomas y signos, de acuerdo a la edad, patologías
crónicas concomitantes, estado fisiológico y síntomas de alarma que se presenten después de 14
días, o se empeoren después de 3 a 5 días. Serán remitidos entonces: a) Los mayores de 70 años y
menores de 2 años con estado gripal. b) Pacientes con patologías crónicas como asma, diabetes,
EPOC, inmunosuprimidos y enfermos renales. c) Síntomas de alarma (descritos anteriormente) y
enfermos con hospitalización reciente.