Derecho Financiero 2

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Universidad Politécnica Y Artística

Alumna: Andrea Pereira

Profesora: Abg. Tatiana Elizabeth Zalazar Espinoza

Carrera: Ciencias Contables

Sede: Villa Hayes

Año: 2023
Introducción

El derecho financiero e impositivo se refiere a un conjunto de normas que regulan el


ámbito de las finanzas públicas y la recaudación de impuestos. Este campo del derecho
es crucial para el funcionamiento de un Estado, ya que proporciona los recursos
necesarios para llevar a cabo sus funciones y servicios.

En esta monografía, se abordarán los principales aspectos del derecho financiero e


impositivo, su relación con otros campos del derecho, su evolución histórica y los
desafíos que enfrenta en la actualidad.
Evolución histórica del derecho financiero e impositivo

El derecho financiero e impositivo ha evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a


las necesidades y circunstancias de cada época. En la antigüedad, las finanzas públicas
se basaban en tributos, impuestos y otros gravámenes que se cobraban a la población
para financiar las actividades del Estado.

Durante la Edad Media y la época moderna, se desarrollaron sistemas fiscales más


complejos, como el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor agregado. En este
período, también surgieron las primeras leyes y normas que regulaban el ámbito de las
finanzas públicas y la recaudación de impuestos.

En la actualidad, el derecho financiero e impositivo es un campo complejo y en


constante evolución, que aborda temas como la fiscalidad internacional, la tributación
digital y la regulación de los mercados financieros.

Principales aspectos del derecho financiero e impositivo

El derecho financiero e impositivo abarca una amplia gama de temas y áreas de interés.
Entre los aspectos más relevantes de este campo del derecho, se incluyen los siguientes:

Impuestos y tributos: El derecho financiero e impositivo regula la recaudación de


impuestos y otros tributos por parte del Estado. Esto incluye la fijación de tasas
impositivas, la definición de los sujetos obligados a pagar impuestos y la regulación de
los procedimientos para la recaudación y el control de impuestos.

Finanzas públicas: El derecho financiero e impositivo regula el manejo y la gestión de


los recursos financieros del Estado. Esto incluye la planificación presupuestaria, la
elaboración y aprobación de los presupuestos públicos, y la gestión de la deuda pública.

Fiscalidad internacional: El derecho financiero e impositivo aborda la tributación de


empresas y personas que operan en distintos países y jurisdicciones. Esto incluye la
regulación de los acuerdos de doble imposición, la prevención de la evasión fiscal y la
coordinación de la política fiscal a nivel internacional.

Regulación de los mercados financieros: El derecho financiero e impositivo regula la


actividad de los mercados financieros, incluyendo la banca, los seguros y los mercados
de valores. Esto incluye la regulación de la actividad bancaria y financiera, la protección
de los consumidores financieros y la prevención de abusos y fraudes financieros.
La actividad financiera y los métodos políticos: estado antiguo, feudal, absoluto,
representativo, socialista. Estado antiguo: en la antigüedad, las

finanzas fueron parasitarias. Descansaban directamente en la imposición de


contribuciones a los vencidos en las conquistas de las guerras, y también, de los
esclavos mediante sus servicios.

Otra peculiar actividad, se daba por medio de los monopolios estatales y las rentas
patrimoniales de los bienes públicos, habiendo, por otra parte, un neto predominio de
los ingresos patrimoniales provenientes de los bienes del dominio particular impuesta
por el monarca.

En esta época, no se distinguía el patrimonio del Estado del patrimonio del monarca, ya
que el rey era el soberano que por su carácter de gobierno totalitario, no diferenciaba
tales bienes entre si.

Estado feudal: en este tiempo seguía confundido el patrimonio del Estado con el
patrimonio del soberano, que era la principal fuente de recursos. Cabe recordar los
principios de la época medieval, sostenida sobre la base de: Sin un respeto a los
Derechos naturales del individuo, donde las finanzas se basaban en la renta obtenida del
suelo, siendo el señor feudal (el amo) a quien debía pagar los vasallos, mientras que los
nobles tenían a su cargo la defensa por que aportaban sus brazos (integridad física) y sus
patrimonios.

Estado absoluto: La frase de Luis XIV, El Estado soy Yo, constituye una gráfica
representación de esa época. En ellas surgen los privilegios que beneficiarían a toda
clase de gobernante, a la nobleza y al clero, con el sistema de regalías, que eran
contribuciones que los señores feudales pagaban al rey por concesiones como la
acuñación de moneda, uso del agua, compuesta a su vez, por los tributos de los vasallos
a fin de ejercer profesiones, transitar por las tierras, usar puentes, etc. Se ve que son
prestaciones no estrictamente tributarias, sino que, en ciertas formas, son productos
derivados de la propiedad territorial.

Estado representativo: En el nacen las finanzas tributarias y el poder de imposición. Con


posterioridad a la revolución francesa, surgieron las ideas liberales que repudiaban la
discrecionalidad, el autoritarismo, y que querían encontrar justificativos éticos en el
impuesto, considerándolo como un precio que se pagaba al Estado por los servicios
generales que este presta. Es el pueblo, por medio de sus representantes, el que impone
los tributos que han de satisfacer las exigencias de la actividad financiera estatal.

Estado socialista: Es un sistema de organización autoritario, impuesto por un poder o


una

autoridad central, y que lleva consigo, una mancomunidad más o menos extensa de los
bienes. En este sistema, advertimos que las finanzas exhiben un perfil social; se orientan
a una distribución del gasto público, de la riqueza y de la renta nacional, siguiendo para
ello, las directivas de una planificación. El impuesto cumple así, una función política y
social de extraordinaria importancia, en cuanto tiene consecuencias económicas
orientadas hacia los fines sociales del Estado. La actividad financiera responde
entonces, a satisfacer un interés social y no particular, siendo aquel el interés del Estado.

Tendencia actual. Debido a los caracteres antagónicos del liberalismo y socialismo, no


se puede hacer una síntesis, razón por la cual, se abre paso a una solución que es la
nueva doctrina conocida como neoliberalismo. La humanidad ha ido perdiendo su fe en
las bondades del socialismo como ideal o método de solución de sus dificultades, de tal
modo que, los economistas de todos los países, opinaron que había llegado el momento
de imponer un liberalismo renovado y mejorado.

Sintéticamente se puede reseñar los principales lineamientos de esta corriente: Vigencia


indiscutible del mecanismo de precios.

Libre elección de los precios por los individuos. Competencia de las empresas.

Reparto individual de la propiedad sobre los beneficios materiales de los factores de la


producción, en correspondencia con los repartos de los distintos servicios de consumo
en la economía así considerada.

Organización proporcionada por el Estado en forma de marco institucional, vale decir,


orden legal.

La fisionomía del Estado Neoliberal, es distinta al del antiguo Estado Liberal, mero
celador y arbitro, tampoco es tiránico y extremado como el sistema absolutista del siglo
XIX; la formula característica es: Un Estado fuerte con funciones múltiples e
intervenciones repetidas, respetuoso del individuo libre y al servicio del mismo. Se paso
de la neutralidad e inacción estatal al intervencionismo del Estado moderno durante
aproximadamente 40 años (del 40 al 80), prácticamente, todos los gobiernos
occidentales compartieron una ideología más o menos similar, inspirada en la teoría
Keynesiana, que pretendió justificar de manera científica las intervenciones del Estado
como garantía de empleo y crecimiento. El Ideal común era atractivo por que intentaba
armonizar la prosperidad económica con la justicia social, donde los medios para
lograrlo, era necesario implementarse la centralización estatal, la fiscalidad progresiva y
la redistribución social. No obstante, surgieron una serie de fenómenos económicos y
sociales (principalmente la crisis cíclicas y la desocupación), que debilitaron en los
hechos, los esquemas individualistas clásicos así como los neoliberales, requiriendo por
ende, una mayor intervención del ente público a los efectos de apuntalar la economía y
obrar como factor de equilibrio, a pesar que por este medio tampoco fue alcanzado el
ideal, sin embargo, debe reconocerse su mejoramiento, que después de cierto periodo de
bonanza, volvieron a acentuarse la crisis, el sub desarrollo y el cáncer de la inflación,
provocando nuevamente la desestabilización. Se operó entonces, el retorno a las ideas
liberales, pero aggiornadas y pragmatizadas mediante el reconocimiento de que es
necesario un cierto grado de intervencionismo estatal y la debida satisfacción de
necesidades públicas relativas, principalmente educación y salud.

Esta nueva concepción del liberalismo, llamado pragmático se inició en 1.979, cuando
los conservadores accedieron al poder de Gran Bretaña, continuó en 1.980, en EE.UU.,
en el 82, en Alemania, en el 83, en Francia y España, todos con gobiernos en manos de
socialistas, por lo que surgió la Perestroika de la era Gorbachov, así como el paulatino
abandono del Socialismo en los países de Europa del Este, sus bases son las

SIGUIENTES

– Economía de Mercado: con intervención del Estado en ciertas variables,


preferentemente

indicativa.

– Desestabilización: Disminución del sector Público con la privatización de las


empresas públicas para evitar una carga presupuestaria insostenible.

– Incentivo a la iniciativa individual: atrayendo a los capitales extranjeros y nacionales


en oportunidades de inversión en la satisfacción de las necesidades públicas relativas.

– Reducción del déficit presupuestario: con una reducción del gasto público en todos
sus órdenes y una mayor eficiencia en la recaudación.
Estas nuevas teorías no renuncian a la intervención estatal, pero la aceptan solo
mediante la persuasión y el estímulo, impulsando a los individuos a reactivar la
economía general, persiguiendo sus propios intereses y conciliando el interés general de
la nación con el interés particular de los individuos aislados mediante la solidaridad.
Cualquiera que sea la posibilidad de aplicación de esta teoría, la humanidad ha
advertido, los frecuentes errores a que nos han conducido la socialización y el
intervencionismo de Estado.

Los nuevos intentos de crear un mundo de hombres libres, descansan en un principio


rector que afirma no existir otra política realmente progresiva que la fundada en la
libertad del individuo, pero no existe un régimen de LAISSEZ FAIRE, absoluto, ni
nadie podría pretenderlo puesto que, lo importante es saber hasta qué punto el Estado
llega a la limitación de la libertad individual de acción.

6. Caracteres de la actividad

financiera.

a) Instrumentalización: Una característica fundamental de la actividad financiera es su

instrumentalidad.

Se diferencia de todas las otras actividades realizadas por el Estado, porque no es un fin en sí
misma, o sea que, no atiende directamente a la satisfacción de una necesidad de la colectividad,
sino cumple una función instrumental, porque su desenvolvimiento, es condición indispensable
para el desarrollo de otras actividades. Esto es así porque ninguna actuación del Estado sería
posible si no hubiera obtenido previamente los fondos necesarios para solventar su actividad en
procura de satisfacer las necesidades públicas.

b) El estado es el único y exclusivo sujeto de la actividad financiera, por que dirige esta, hacia la
provisión de recursos necesarios para el logro de sus fines propios que son los fines de los
individuos constituidos en unidad, tanto los intereses colectivos como los individuales para la
obtención de fines superiores.

c) La actividad financiera está integrada por tres actividades parciales diferenciadas: la previsión
de gastos, la obtención de ingresos y la aplicación de los mismos.

Necesidades Públicas y actividad financiera.

Morsetti, llama necesidades públicas, a las exigencias que nacen de la vida colectiva pública, es
decir, ordenada y disciplinada por el Estado y por las Entidades sometidas a él. Al congregarse
el individuo en colectividad, advierte la necesidad de resguardar el grupo constituido contra las

agresiones (armadas, económicas o sicológicas) de otros grupos, o sea, la defensa exterior. Y es


el Estado, representado por el gobierno, quien resguardaba la soberanía; es el Estado quien dicta
los preceptos normativos para regular la conducta social y limitar la propia acción
gubernamental mediante las leyes constitucionales; y sabido es que, él es quien organiza la
administración de justicia para que resuelva las contiendas y aplique las penas debido a las
consecuencias de la violación de las normas de convivencia. Todas estas necesidades reciben el
nombre de necesidades públicas absolutas y constituyen la razón de ser del

Estado.

Sin embargo, no son estas las únicas necesidades que nacen de la comunidad organizada, y es
por ello que se habla también de otros tipos de necesidades, que son las denominadas
necesidades públicas relativas, cuya satisfacción se considera cada vez más en mayor medida de
incumbencia estatal por cuanto atañen a la adecuación de la vida comunitaria a los progresos
emergentes de la civilización (instrucción, salubridad, asistencia social, transporte,
comunicaciones, etc.)

Las necesidades pueden ser de dos formas: Absolutas: son aquellas necesidades de ineludible

satisfacción, porque de lo contrario, no se concebiría la comunidad organizada dentro de una

nación, cuya constitución es imprescindible por ser imposible lograr una satisfacción de los
individuos aisladamente considerada, ya que los mismos constituyen la razón de ser del Estado
mismo. Así, el mantenimiento del orden interno, la administración de justicia y la defensa
externa, son esenciales y constantes, cuya creación y satisfacción hacia la sociedad,
ineludiblemente es responsabilidad del Estado.

Relativas: son las necesidades vinculadas al progreso y al bienestar social, metas por las cuales
el Estado debe velar en la medida que sus posibilidades materiales sean viables, como ser, la
creación del Servicio de salud pública, fundación de escuela, construcción de caminos, entre
otros, los cuales son contingentes, mudables y no vinculados a la existencia misma del Estado.

La actividad Financiera: debe ser dirigida al servicio de las necesidades públicas y no a


satisfacer caprichos de omnipresentes o de obsecuentes políticos, de los que, en estos casos,
indudablemente constituirá una aberración, ello ha ocurrido con frecuencia en etapas pasadas de
nuestra historia financiera.

Características y distinciones de los servicios públicos, servicios públicos generales y


especiales. Los servicios públicos, son las actividades que el Estado, representado por el
gobierno, realiza en procura de la satisfacción de las necesidades públicas.

Los organismos e instituciones administrativas, mantenidos por las entidades públicas con el fin
de satisfacer las necesidades generales, se llaman servicios públicos, los que se distinguen entre
si en generales y especiales.

Por otro lado se habla de servicios públicos esenciales (absolutas) que son los vinculados
necesariamente a la soberanía del Estado, puesto que solo pueden ser prestados por el mismo
Estado en forma exclusiva e indelegable, haciendo uso de todas las prerrogativas emanadas del
poder de su imperio. No obstante, los servicios públicos no esenciales, tienden a satisfacer
necesidades públicas vinculadas solo al progreso y bienestar social, las que no son consideradas
necesarias o inherentes al ejercicio soberano del Estado.

Son servicios públicos Generales, aquellos cuyas ventajas o beneficios esta orientada hacia la
colectividad considerada unitariamente. Ellos se organizan y mantienen por las entidades
públicas para la vida unitaria e indistinta del grupo social y político, por lo tanto, exhiben la
característica económico administrativa de ser indivisible; ejemplo: los caminos ordinarios, la
seguridad interna y externa, etc.

Son servicios públicos especiales: los organizados y administrados por las entidades públicas
sobre la base de una demanda controlada que los individuos va haciendo a medida que lo
necesita, de donde al menos, se puede medir aproximadamente la porción del servicio
consumida o cotizada por el ciudadano, lo que implica la prescindencia de una demanda en
forma permanente y unitaria como el anterior, son por lo tanto, divisibles los servicios
especiales, ejemplos, instrucción pública, media y la superior, la justicia civil, etc.

Suele hacerse una distinción entre servicio público divisible e indivisibles. Son divisibles:
aquellos, que, aun siendo útiles a toda la comunidad, se conciben de tal forma que las
actividades pueden ser determinadas y concretadas en relación a los particulares a quienes el
servicio atañe, ejemplo: Administración de justicia, educación, servicios postales, emisión de
documentos de identidad, etc.

Son indivisibles los servicios cuya naturaleza es tal, que, favoreciendo a numerosos
componentes de la comunidad, existe la imposibilidad práctica de efectuar su
particularización con respecto a personas determinadas. En la defensa exterior, por
ejemplo, se observa tal condición.

Momentos constitutivos de la actividad financiera. Primer momento. Adquisición de los


medios: la cual implica el estudio y el análisis de las condiciones en que el Estado
puede detraer del patrimonio de los particulares (actividad fiscal) la parte de riqueza
que, conjuntamente con sus ingresos originarios, patrimoniales o domínales y el crédito
público, forman el cuadro de sus recursos.

Segundo momento la Administración de estos recursos: tarea propia de la


Administración Pública, que se cumple por intermedio de los funcionarios del Estado,
conforme a los principios financieros de la Constitución Nacional y las leyes dictadas en
su consecuencia.

Tercer momento Inversión de los Recursos o el Gasto Publico: ello responde al


programa formulado por el Estado, según su prospecto financiero, vale decir, conforme,
procura la formación de un patrimonio financiero y su transformación en patrimonio
económico.

Cuarto momento de la Actividad Financiera: el cual es externo a los tres primero,


constituye el denominado Control.

Ingresos y recursos. Primeramente, se hace una aclaración terminológica. Suele


diferenciarse la palabra recurso que sería toda suma devengada (o sea, en potencia) de la
palabra ingreso refiriéndose este, específicamente, a aquellas sumas que efectivamente
entran en la tesorería, pese a esto, ambos términos, en general, se utilizan
indistintamente y hasta con sentido equivalente por algunos autores.
CIENCIAS DE LAS FINANZAS

Concepto

El Prof. Sosa Centurión dice que, el Derecho financiero, es el conjunto de disposiciones


jurídicas que regulan los derechos y las obligaciones relativos a las finanzas.

La existencia del recurso, exige del Estado la facultad de regular el medio para
obtenerlo.

La ciencia de las Finanzas estudia los principios abstractos, los objetivos políticos y las
normas que rigen a la adquisición, la administración y la inversión de las riquezas
requeridas por los entes políticos para la satisfacción de las necesidades públicas.

El sujeto activo de las finanzas públicas lo constituye el Estado, cualquiera sea su


estructura nacional, provincial o municipal. La acción del Estado a través de sus
órganos descentralizados o autónomos, cualquiera sea su estructura, en el campo de las
finanzas, deben estar integradas armónicamente, sin perjuicio de sus funciones
esenciales

Antecedentes históricos, evolución

En primer término debemos destacar el hecho de que la preocupación sobre materias


hacendísticas, apareció en todas las agrupaciones humanas, que alcanzaron en la historia
cierta entidad, y que aun en las obras más remotas encontramos referencias llenas de
significado sobre la trascendencia de esta actividad del Estado, aunque no pueda
señalarse, sino muchos siglos después, una obra que ya sea un tratado específico sobre
el tema y que pueda considerarse como antecedente de los conceptos actuales.

En otros términos, primeramente, se debe destacar, que la preocupación del hombre en


materia hacendística desde antiguamente apareció en las agrupaciones humanas,
logrando alcanzar en el curso de la historia, su propia identidad. Incluso en las obras
más remotas se llegó a encontrar importantes referencias sobre el punto, llenas ya de
significados propios de las finanzas, hechos que paulatinamente ha venido
inscribiéndose en el campo de esta actividad del Estado, a pesar de que recién después
de muchos siglos, se ha señalado en las obras tratados con caracteres específicos
relativos al tema, los que hoy día, indudablemente sirven de antecedentes a los
conceptos actuales de las finanzas.
En Egipto, 3400 A.C., ya se encuentran prácticas y experiencias financieras y lo mismo
puede decirse de Babilonia y Persia, e incluso en la Biblia se constata que la dispersión
de las tribus de Israel y la ruina de la monarquía hebrea, a la muerte de Salomón, no es
ajena a fenómenos tributarios. Para todos estos Estados ya fueron familiares los
impuestos relativos a las tierras y las transacciones comerciales, y se atribuye – en parte
– su ruina y decadencia, a la prodigalidad con que los soberanos destinaron los recursos
públicos, lo que se obtenían de manera demasiado onerosa de sus súbditos.

El mundo antiguo vivió constantemente en guerra de conquista, donde uno de sus


principales objetivos, era establecer un tipo de hacienda conocido hasta hoy como
parasitaria, en la que se trataba de desplazar la incidencia o peso de los impuestos sobre
las economías más débiles.

Grecia vivió de los impuestos provenientes del comercio internacional y de las tierras de
modo que, en muchos de los discursos de la época se encuentran referencias financieras.

La Republica de Platón y La Política de

Aristóteles ofrecen algunos importantes aportes, aunque es la crematística la más


importante concepción Aristotélica de la Economía Política.

Se resalta el carácter predominante financiero o tributario de las guerras de conquista de


Roma, que tuvo también su sistema impositivo interior. Sin embargo, prefirió mantener
la organización de los países conquistados y una sumisión hasta cierto punto nominal, a
cambio del tributo imperial. A la caída del Imperio Romano, el mundo Occidental entró
en la Edad Media, que fue más bien desarrollado por el Gobierno Feudal, quienes
redujeron el panorama financiero y sus perspectivas, implicando ser un pequeño
problema para los señores feudales. Este sistema llegó a desintegrar el concepto y
finalidad de los impuestos. En efecto, los últimos emperadores romanos vieron surgir a
los hombres poderosos que obtuvieron de ellos inmunidad fiscal, este privilegio se
extendió a cada provincia, y los grandes señores feudales, trataron de obtener iguales
exenciones, a lo que se agrega, que las tierras del fisco, que se otorgaban por concesión
gozaban también de inmunidad. Este privilegio se fue generalizando y extendiendo en
las provincias al grado que la primitiva obligación impositiva – signo de señorío y poder
– cedió al paso al sentimiento y realidad del que estar obligado, al pago de los tributos
que era símbolo de servilismo. El antiguo concepto del impuesto – deber cívico,
igualitario y señorial – habría sufrido su primera crisis. Esto se agravó con el nacimiento
de otro irritante privilegio; el Honor, que era el Derecho de hacerse dueño de los
impuestos que pagaba determinado territorio.

Se había producido con ello, la segunda crisis del comercio de un deber superior para

con el Estado, se transformó en un derecho patrimonial en manos de particulares.

La Iglesia Católica alcanzó una poderosa fuerza social y política, y a influjo de su


ascendiente, obtuvo para ella como para sus bienes, la inmunidad fiscal y el derecho de
cobrar el Diezmo, con la obligación que tomaba de hacerse cargo de la asistencia social
y de la educación.

El Impuesto como derecho superior del Estado ya no existía; su primitivo y autentico


sentido cayó en el olvido al extremo que, en el año 877, los Carolingios consagraron su
propia disposición del derecho de dictar normas impositivas.

Durante los últimos años del Imperio

Romano, la inmunidad se conoció como privilegio personal y real, pues, se refería a


exenciones territoriales a cuyos recintos el Iudex, (cobrador de impuestos) no tenía
acceso, ya que gobernaba un señor que creo el Estado centro del Estado: el Feudo o
Señorío, y ahí alojo a cuantos quisieron obtener seguridad o una garantía fiscal a cambio
del vasallaje o servilismo. O sea que, la inmunidad territorial, aun cuando pudiera
importar una contraprestación al Rey, autorizaba al propio señor a cobrar impuestos a su
propio beneficio, dándole la oportunidad de obtener ciervos y vasallos con que cultivar
sus tierras.

Solo cuando el antiguo colono se fue transformando en siervo y este en hombre que
vivía de su trabajo, y cuando se le permitió hacerse dueño de las tierras que trabajaba y,
posteriormente, con el advenimiento del verdadero poder real (rey) y el renacimiento
del concepto de Estado, vuelve a surgir el impuesto en su antigua concepción.

Felipe el Hermoso convocó a asamblea para dar origen a los Estados Generales, y en
Inglaterra se produce el otorgamiento de la Carta Magna, que, si bien otorga a los
señores garantías fiscales, importa el

reconocimiento explícito de estos al Derecho del Rey, a imponer Tributos dentro del
Territorio Nacional. Después de 6 o 7 siglos, el Impuesto había recuperado su
naturaleza original, una prestación de beneficio del Estado para satisfacer con su
producto necesidades económicas de este.

4. Naturaleza y finalidad de la ciencia financiera

la ciencia financiera es una rama de la economía que se encarga de estudiar los


fenómenos financieros relacionados con la administración de los recursos económicos.
Su finalidad es proporcionar conocimientos y herramientas para la toma de decisiones
financieras de manera efectiva y eficiente, tanto en el ámbito personal como
empresarial.

La ciencia financiera se enfoca en el estudio de los mercados financieros, los


instrumentos financieros y los aspectos legales y fiscales que afectan a la gestión de los
recursos económicos. También se encarga de analizar la rentabilidad y el riesgo de las
inversiones, así como de la gestión del presupuesto y la planificación financiera.

5.La actividad financiera del Estado

Es la acción que el Estado desarrolla a los efectos de procurarse los medios necesarios
que requieren los gastos públicos para atender las necesidades colectivas, y en general,
para la satisfacción de su propio fin.

Tanto cuando el Estado efectúa gastos públicos como cuando obtiene ingresos públicos
– sea por cualquier procedimiento – desarrolla un tipo especial de actividad que se
denomina actividad financiera, la cual consiste en la utilización de los bienes que se
hallan a disposición del Estado como en la distribución de las cargas públicas a los
contribuyentes, conforme a su capacidad contributiva.

6. El Derecho Financiero. Concepto

El Derecho Financiero es la rama del derecho que se ocupa de regular la actividad


financiera del Estado y las relaciones jurídicas derivadas de la obtención, gestión y uso de los
recursos públicos. Su finalidad es establecer las normas y principios que permiten el adecuado
funcionamiento del sistema financiero del Estado y garantizar la eficacia, eficiencia y
transparencia en la gestión de los recursos públicos.

7. Los gastos públicos


Son gastos públicos las erogaciones dinerarias (pecuniarias) realizadas por el Estado en
virtud de una ley para cumplir con sus fines, consistentes en la satisfacción de las
necesidades públicas.

Mediante el gasto público, el Estado de moviliza para obtener los recursos para cubrir
las necesidades de la población. Esto significa que la decisión sobre el gasto estatal,
presupone las valoraciones importantes como:

La Selección de las necesidades de la colectividad que se consideran públicas y

La comparación entre la intensidad y urgencia de tales necesidades, lógicamente, con la


posibilidad material de satisfacerlas.

Ello es así, porque los recursos deben obtenerse proporcionalmente a lo que se debe
gastar, sabiendo que los gastos, solo se entenderán razonablemente calculados si se
tienen en cuanta los recursos posibles.

Es la Ciencia financiera la que debe investigar sin disociar medios de fines, cuales
gastos deben hacerse y, especialmente, los procedimientos por los que se pueden
efectuar los gastos públicos con las mejores condiciones posibles.

8. Clasificaciones de los ingresos públicos según la Constitución Nacional.

La Constitución Nacional de un país establece las clasificaciones de los ingresos


públicos que pueden ser obtenidos por el Estado para financiar sus gastos y cumplir con
sus funciones. En el caso de la Constitución Nacional de algunos países de habla
hispana, se pueden distinguir varias clasificaciones de los ingresos públicos. A
continuación, se detallan algunas de las principales: Ingresos corrientes: son aquellos
ingresos que se generan de manera regular y periódica, como los impuestos, tasas y
contribuciones especiales. Estos ingresos se utilizan para financiar los gastos corrientes
del Estado, como el pago de salarios y servicios.

Ingresos de capital: son aquellos ingresos que se generan por la venta de bienes del
Estado, como edificios, terrenos, maquinarias, entre otros. También pueden ser
generados por la obtención de préstamos o emisión de bonos. Estos ingresos se utilizan
para financiar gastos de inversión, como obras públicas.
Ingresos tributarios: son aquellos ingresos que se generan por la aplicación de
impuestos, tasas y contribuciones especiales a los ciudadanos y empresas. Estos
ingresos son utilizados para financiar gastos públicos en general.

Ingresos no tributarios: son aquellos ingresos que no se generan por la aplicación de


impuestos, sino por la venta de bienes y servicios del Estado, como la venta de boletos
de lotería, el alquiler de propiedades del Estado, entre otros.

Ingresos extraordinarios: son aquellos ingresos que se generan de manera excepcional,


como, por ejemplo, por la venta de recursos naturales o la obtención de fondos
provenientes de acuerdos internacionales.

17. Contenido esencial de las finanzas funciones

El contenido esencial de las finanzas se refiere a las funciones que realizan en una
organización o en una economía en general. Las principales funciones de las finanzas
son las siguientes Obtención de recursos financieros: esta función se refiere a la
identificación de las fuentes de financiación disponibles para la organización, ya sea
mediante la obtención de préstamos, emisión de bonos o venta de acciones, entre otros.
Es fundamental para el crecimiento y desarrollo de la empresa.

Gestión del riesgo financiero: las finanzas también tienen la función de identificar,
medir y gestionar los riesgos financieros a los que se enfrenta la organización, como por
ejemplo el riesgo de tipos de cambio, riesgo de crédito o riesgo operativo.

Administración de los recursos financieros: se refiere a la gestión eficiente y efectiva de


los recursos financieros de la organización, incluyendo el control de los flujos de caja, la
gestión de los inventarios, la toma de decisiones de inversión y financiamiento, entre
otros.

Control financiero: las finanzas también tienen la función de supervisar y controlar la


gestión financiera de la organización, asegurándose de que se cumplan los objetivos y se
mantengan las buenas prácticas financieras.

Análisis financiero: esta función se refiere a la realización de análisis financieros para


evaluar la situación financiera de la organización, identificar fortalezas y debilidades, y
determinar áreas de mejora.
18. La Obligación Tributaria

La obligación tributaria es la obligación legal que tienen los ciudadanos, empresas y


otras entidades de pagar impuestos al Estado. Esta obligación se establece a través de la
legislación tributaria y tiene como objetivo financiar los gastos públicos del Estado y
garantizar el bienestar y desarrollo del país.

19. El Impuesto

El impuesto, es la obligación pecuniaria que pesa sobre las personas en su calidad de


integrantes de un Estado, por tener bienes o rentas en el mismo, exigida legalmente

según su capacidad contributiva; en base a las normas fundamentales del país y de los
principios de igualdad, generalidad y uniformidad, cuya recaudación debe destinarse a
satisfacer las necesidades y servicios públicos indivisibles o el déficit de los

divisibles.

20. Elementos de impuesto

sujeto activo: El acreedor de la obligación impositiva es el Estado o las

municipalidades o todo ente público, entendiendo por tales, toda clase de gobierno o
autoridad de jurisdicción territorial, que ejerza la función gubernativa en ejercicio de su
poder de imposición o soberanía fiscal

sujeto pasivo, es siempre un sujeto de derecho. Es la persona obligada al pago de un


tributo por la ley fiscal, en cuanto a los fines de tal obligación, no interesa, en definitiva,
que esa persona sea el que pague el gravamen, según haya habido traslación o no.
– Responsabilidad sustitutiva: Sustituir quiere decir reemplazar a otro, el caso más
frecuente se observa a los llamados agentes de retención, que se da por medio de las
leyes sociales, con la retención de aportes de los

obreros por los patrones.

21. Momentos de la imposición

Distinción, El impuesto, al afectar la riqueza, ya sea en forma

inmediata o mediata, directa o indirecta, da lugar a una serie de fenómenos y


consecuencias, que difieren según las circunstancias en que tal afectación se produce. Se
hace así necesario discriminar, cuáles son los momentos de la imposición, y cuál es la
naturaleza e importancia de cada uno momento de la traslación o repercusión del
impuesto, Se entiende por la traslación o repercusión del impuesto, la transferencia
económica que el contribuyente hace del impuesto.
Momento de la percusión del tributo, Percusión es el acto formal por el cual el impuesto
recae sobre el contribuyente de derecho, esto es, el contribuyente, que por designación o
expresión legislativa debe pagar el impuesto. Se afirma entonces, que el contribuyente
es percutido, cuando se le obliga por el estado al pago del impuesto, o sea, cuando
recibe el impacto del mandato legal de contribuir con el estado. La percusión es el punto
de partida para la aplicación de las cargas fiscales.
22. Clasificación de los impuestos

Impuestos directos e indirectos. Esta es una de las clasificaciones que ha dado origen a
las mayores controversias en los estudios financieros; van desde lo que le niegan todo
valor, hasta los que creen que es una de las clasificaciones básicas en el estudio de los
impuestos. Tres criterios se han formulados para fundamentar esta

clasificación:

a) El Criterio Administrativo: según este punto de vista, lo que diferencia los impuestos
directos de los indirectos, es la circunstancia de que los primeros, se cobran en
conformidad a roles o registros nominativos, en que se conoce la persona del
contribuyente y ente afectado por los impuestos directos; mientras que los indirectos, se
perciben en ocasión de ciertos actos de vida económica, y en los que el Estado ignora la
individualización del contribuyente y, aun mas, no le interesa conocerla. Impuestos
reales y personales. Esta clasificación se hace atendiendo a la forma en que el estado
considera la renta o riqueza de los impuestos. En los impuestos reales, el Estado solo
constata la renta de los individuos o sus riquezas, sin entrar a considerar la situación
individual de cada contribuyente.

23. Tasas

1. definición

Se define a las "tasa" como la prestación pecuniaria que el estado exige a quien hace uso
actual de ciertos servicios públicos.

En esta definición resaltan tres elementos: El uso actual de un servicio público.


Un pago del particular al Estado de una suma de dinero por este uso, y La idea de que
solamente en ciertos servicios públicos se cobran tasas.
Distinción entre Ciencias de las Finanzas pura y ciencia de la aplicación de los
principios financieros.

La Ciencia pura de las finanzas o Teoría financiera, podría definirse, según Griziotti,
como la "ciencia abstracta que estudia la construcción lógica y sistemática del
presupuesto público, las leyes y los principios de los ordenamientos, tanto concretos
como ideales de la repartición de las cargas públicas, desde el especial punto de vista
que consiste en establecer, si tales ordenamientos son idóneos para satisfacer una
determinada necesidad, mediante una distribución establecida, previamente propuesta".

Es decir, que estudia los fenómenos concretos para conseguir un fin determinado, el
cual es satisfacer una necesidad efectiva mediante una determinada distribución de las
cargas públicas.

El objeto de la ciencia financiera En el sentido más amplio o empírico, es la economía


financiera pública o la economía que busca satisfacer las necesidades, la adquisición o
suministro de recursos, caracteriza a la economía

financiera pública convirtiéndola en una economía especial.

El objeto propiamente dicho o epistemológico de la Ciencia Financiera es la obtención y


posible

disposición económico-pública de los recursos que necesita una economía pública para

realizar sus objetivos. Por ejemplo, la actividad económico-financiera para la


construcción de

caminos públicos, no consiste en el suministro de piedras transporte, etc., sino en la


obtención y posible disposición de los medios monetarios que la administración vial
necesita para las prestaciones materiales y ejecución de los trabajos.

La tarea de la Ciencia Financiera, En principio, la tarea de la Ciencia Financiera, está


determinada, en un sentido, por el tipo y el volumen de la vida económica de las
economías colectivas obligatorias y, desde luego, del Estado, en otro, por la
organización de la economía nacional que sostiene esas economías colectivas.
La ciencia financiera se interesa exclusivamente, por la manera con que pueden
conseguirse los recursos económicos a aplicarse para que transformen en servicios y
prestaciones públicas, vale decir, que ella debe investigar los medios que pueden
aplicarse para el cumplimiento de los fines estatales, conforme a las condiciones de cada
país.

Está relacionada estrechamente con la Ciencia Administrativa y la Política económica,


de manera que los límites entre las tres disciplinas, Economía Política, Ciencia
Financiera y Ciencia Administrativa parecen confundirse por las necesidades de la
práctica que ensanchan cada día las tareas de las ciencias con ella relacionadas, razón
por la cual, se ensancha el

ámbito de la su propia misión, que debe ser continuamente delimitada. Teoría de los
fenómenos de la economía financiera publica La naturaleza de los fenómenos
económicos financieros públicos, está concebida por la antigua teoría como un caso
particular de cambio o de circulación, por lo cual, los tributos vienen a resultar
retribuciones a los servicios públicos.

El proceso económico financiero público, es considerado como de consumo o de


producción de bienes económicos, o como intercambio entre el Estado y los individuos.

El objetivo de esta interpretación del proceso económico-financiero, fue antes que una
explicación teórica, obtención de normas prácticas para la política financiera.

Se tiene las siguientes teorías.

Teoría del Consumo: la Actividad financiera, es un acto de consumo colectivo y


público, la

economía pública consume bienes materiales y lo transforma en prestaciones de


servicios, pero no crea nuevos valores, puesto que, según ella, solo los bienes materiales
son bienes económicos reales, por lo que los gastos públicos se consideran consumos
improductivos de riqueza.

Representantes: Adam Smith, Juan Bautista Say.

Teoría de la Productividad: considera la actividad económico-financiera pública, como


producción de bienes inmateriales: protección jurídica, orden público, seguridad, salud
y
educación, etc., explicando solo la economía pública de los gastos. Representantes:
Adolfo Wagner,

F. List., etc.

Teoría del Cambio: pretende apreciar ambos lados de la economía financiera pública: la

de los ingresos y la de los gastos, interpretando el proceso económico – financiero como


circulación económica de bienes, conocida como Teoría del Liberalismo
Manchesteriano. Representantes: Francisco Bastiat, Montesquieu y Mira Beau.

Teoría de la Distribución: Para esta, los fenómenos de la economía financiera, son solo
problemas distributivos en los que el proceso económico-financiero, consiste en el
reparto de los gravámenes públicos entre los individuos. El reparto de los gravámenes
es importante, pero de ningún modo comprende a la totalidad del proceso económico
financiero.

Teoría de la Transferencia: Ve la naturaleza de las finanzas, en la transferencia del poder


adquisitivo, según el principio de la máxima utilidad social. Considera el proceso
económico –

financiero, no en su carácter de proceso, sino observando el resultado de la distribución,


transformándose en teoría de redistribución cuando se atribuye a las finanzas, no
solamente la tarea de satisfacer las necesidades financieras, sino, además, la de cambiar
la distribución de los ingresos y patrimonio. Representantes:

H. Dalton, Wagner.

Teoría Cooperativa: Ve en la economía pública, una acción cooperativa de producción y


consumo que produce bienes públicos, y los traspasa a sus miembros, según principios
cooperativos determinados por el bien común. Representantes: De

Vitti De Marco.

Teoría de la lucha de clases: Según estos, los fenómenos económicos financieros, no son
más que expresión de relaciones de poder económico y políticas; considera el proceso
cíclico del cambio en el poder político como una circulación de las elites. Estos,
llegados al poder, no tendrían intención de administrar con equidad, sino de conservar el
poder empleando varios medios; entre ellos, una distribución de los impuestos que
corresponda a los intereses egoístas de su circulo. La historia política de todos los
tiempos, ofrece ejemplos en apoyo de esta teoría, pero entonces, la circulación de las
mejoras, tendría que llamarse Circulación de Bandidos. El proceso económico-
financiero bajo el poder, sería un mal disimulado robo. Representantes: Loria,
Conigliani, etc.

Se debe resaltar que son erróneas todas las teorías del proceso económico-financiero
público, cuando se fundan fuera de la economía financiera, sea en la Ciencia del Estado,
en la ética o en las teorías económicamente puras. Las insuficientes interpretaciones de
estas teorías, se explican además, por que se confundió la economía financiera pública
con la economía pública, y, también por que nuestra ciencia, es considerada parte
integrante de la economía nacional de igual naturaleza que las economías privadas, y
nuestra economía financiera no lo es.

La circulación de Bienes en la economía financiera publica

La circulación de bienes en la economía financiera pública, debe ser considerada desde


un doble punto de vista: como proceso económico especial y autónomo, que es una
parte de la economía pública, y luego, como un sector de la economía nacional. Cada
proceso económico, es obtención, disposición o distribución y empleo de bienes; esta
circulación de bienes, en la economía financiera pública, se desarrolla según
valoraciones basadas en el interés público y conforme a estipulaciones unilateral y
obligatoriamente fijada por el derecho público.

La actividad económica financiera, persigue el fin de conseguir y poner a su disposición


medios para satisfacer las necesidades públicas. Exige la obtención, adquisición o
producción de bienes, que son los tres momentos de la actividad financiera.

La economía financiera pública, como parte de la economía nacional, tiene especial


importancia en la circulación de bienes, y su función esencial, no es determinar la
distribución del rendimiento de toda la economía del producto social, sino realizar esa
distribución en la proporción que le es fijada. Es evidente que la circulación de bienes,
en la economía financiera pública, influye en la distribución del producto social y, por
ende, en la distribución de los ingresos y patrimonios, la que interviene también en el
consumo, controlando ahorros y gastos.

La circulación de bienes en la economía financiera, no quiere decir otra cosa que,


transferir medios monetarios de la economía privada a la pública, sirviéndose de la
imposición y del crédito público para fines sociales y para fines de una política
ordenada, logrando este nuevo rasgo típico desde el cuarto decenio de este siglo, que ha
reforzado su carácter de proceso económico completo de producción, distribución y
consumo, efectuando por conducto de la circulación monetaria.

Las relaciones de la ciencia financiera con otras ciencias La ciencia financiera es una
parte de las ciencias sociales. En algunas de ellas encuentra su complemento y, en otras,
su fundamento. Tres círculos concéntricos rodean a la ciencia financiera con la
importancia de ciencias afines auxiliares. El primer círculo está integrado por las
ciencias que, como las Ciencias Financieras mismas, se ocupan de la Economía
Financiera pública: Historia, estadística, derecho público, etc. El segundo, por otras
ciencias sociales, particularmente, las Ciencias del Estado. El Tercero, por otras ciencias
culturales y naturales.

– Ciencias Económicas: la relación es tan estrecha como la que existe entre padre e
hijos, ya que, salvo contadas excepciones, todas las medidas financieras están
relacionadas con hechos

económicos.

– Ciencias Jurídicas: Toda la vida financiera debe ceñirse a formas jurídicas las medidas
de tipo financiero, aparecen normalmente bajo formas de leyes, y se refiere a hechos
jurídicos. Las finanzas tienen especial vinculación con el Derecho Administrativo que
fijas las normas, dentro de los cuales, el Estado desenvuelve las actividades para cubrir
servicios públicos. Existe un estrecho contacto entre el Derecho Constitucional, el
Político y las Finanzas, porque depende de la estructuración del Estado el
desenvolvimiento y alcance de las actividades financieras.

– La Historia: Porque la actividad financiera del Estado, se ha ido modificando a lo


largo del tiempo, y el examen de la historia de la actividad y pensamiento financiero,
tiene singular importancia para comprender el estado actual de los estudios en las
materias. La historia financiera muestra la evolución y en cada fase las condiciones de
tiempo y lugar de la economía de la financiera pública, enseñando la justa apreciación
del Estado actual y de la problemática del futuro.
– Con la Estadística: es un valioso auxiliar de la Ciencia Financiera, puesto que registra
sistemáticamente los datos cuantitativos de ciertos fenómenos, y establece las relaciones
posibles entre los datos referidos a un mismo fenómeno, desde luego, sin la

correcta información estadística, la política financiera se convertiría en un simple acto


de presagio.

Los hechos naturales y culturales que dominan la existencia del hombre en el Estado y
en la economía, determinan fundamentalmente a la economía financiera pública, las
extensiones o espacios de una economía y las propiedades culturales y naturales de la
población de un territorio, son factores básicos imprescindibles en el desarrollo de cada
economía. Estos factores no son revelados por la geografía física, política y por otras
ciencias naturales. Lo mismo puede decirse de los hechos demográficos evidenciados
por la antropología, la etnología, etc., que determinan la capacidad financiera de cada
entidad pública. Más estrechas son las relaciones con las demás Ciencias Sociales, es
decir, las Ciencias Económicas, Jurídicas, estatales, demográficas y la sociología.

Con la mención de la sociología financiera, ya entramos en las ciencias afines que


circundan directamente a la Ciencia Financiera, le ofrece los hechos para su
consideración teórica y para la política financiera.

La estadística financiera se ocupa de los fenómenos económicos financieros públicos en

cuanto sean numéricamente accesibles. La descripción financiera investiga


detalladamente, la economía financiera pública, individual o institucional con el
propósito de llegar a conclusiones generales.

Tendencia y métodos de investigación de la Ciencia Financiera, Como toda la economía


política,

también las Ciencias financieras no partió de un interés teórico o científico orientado


hacia la explicación de las cosas, sino de tareas prácticas. Tenía la tarea de demostrar
con que recurso el Estado podía obtener todo cuanto le hiciera falta para la realización
plena de su objetivo, es decir, pagar las necesidades que resulten de ellos. La
determinación de las tareas muestra tres periodos de la evolución doctrinaria
estrechamente vinculadas con la metodología de la ciencia financiera; va desde el
examen desde lo moralmente permitido (escolástica), pasando luego a lo jurídicamente
permitido y llega a lo que es útil: La tendencia puramente económica: Atribuye a la
Ciencia Financiera un carácter exclusivamente teórico, su tarea es solo el conocimiento
e interpretación de la organización económica y política de la sociedad y de las leyes, de
su duración y de su evolución. Su objetivo es establecer mediante una investigación, las
leyes determinadas de los cambios de ese equilibrio.

La tendencia orgánica-social: Tiene al Estado Social y jurídico como elemento esencial,


del que

cada investigación económico financiero debe partir y al que debe volver.

El Método genético de la Escuela Histórica: su objetivo es la explicación causal de los


fenómenos económico financiero público en sus relaciones con toda la evolución
económica, social, jurídica y política, y aclarar sus efectos y tendencias evolutivas.
Depende de los materiales que las Ciencias auxiliares ponen a su disposición.

La Tendencia ética o político

Social: surge como herencia de los cameralitas. En su concepto, la ciencia financiera


debe establecer las ideas directivas de las instituciones económicas – financieras, y
mostrar los mejores medios para realizar los fines de una política impositiva social.

El Método Sociológico: considera a los fenómenos de la economía financiera como


productos o factores de la situación social, estudia sus relaciones reciprocas con otros
fenómenos sociales, sobre todo, con los hechos fundamentales de la vida social. Sus
dominios, propiamente dichos, son los problemas relativos a las condiciones sociales de
los fenómenos económicos-financieros públicos.

El concepto económico estatal: de los fenómenos económico-financieros, es el


denominador común de varias nuevas teorías de la Ciencia Financiera. Es un Sistema
económico basado en un principio particular de organización que debe ser entendido en
todas sus partes por sus propios supuestos.

El Método Teleológico: el suministro de recursos, es el objetivo tradicional de la


economía financiera. Esta puede ser entendida solamente sobre la base de toda la
economía del Estado, incorpora la Ciencia Financiera en la Ciencia de la economía
estatal, cuya tarea sería comprender el conjunto de actos que conforman la economía
estatal, y dentro de él, encontrar el orden en que se basan.
Teoría Universalista de la economía estatal: según ella, la economía financiera no
conforma parte de la economía estatal, sino la verdadera Ciencia de la economía estatal
misma, cuyas tareas deberían ser considerada resueltas desde el punto de vista de la
totalidad.

Tendencia Econométrica o matemático-estadística: Método especial, propio, expuesto


para el estudio de problemas de la Ciencia Financiera.

La metodología en la Ciencia Financiera, No existe aún una metodología autónoma de


la Ciencia Financiera. Probablemente los teóricos de la Ciencia Financiera, aceptan y
emplean los métodos de las ciencias sociales, particularmente, los de la ciencia
económica y, además, los de la historia y estadística.

Es casi una regla que los tratados de las finanzas, cuando toca la cuestión del método, se
remiten simplemente a la metodología de las ciencias sociales, no es para que sea
bastante la simple referencia.

La cuestión de la metodología de nuestra ciencia, nos lleva, en primer lugar, a saber, a


que categoría de ciencia pertenece: la Ciencia Financiera es Ciencia teórica de leyes que
tiene la tarea de construir nociones generales, y es Ciencia descriptiva de realidades
limitadas por el tiempo y el espacio. Por este doble carácter metodológico se desprende
que la Ciencia financiera, debe emplear desde un principio métodos de deducción e
inducción.

El Método Deductivo debe ser usado para explicar los fenómenos del proceso financiero
público, pero debemos recordar siempre su calidez hipotética y abstracta que se basa
únicamente en el análisis especulativo de su alejamiento de la realidad debe ser
advertido.
LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA

1. Consideraciones previas.

Los recursos derivados traducen en sustancias la satisfacción por el contribuyente de la


obligación fiscal, que pesa sobre el, en beneficio del Estado. Dicha obligación fiscal,
existe tanto en el impuesto como en las tasas, o en las contribuciones de mejoras, o en
los recursos parafiscales, que integran las distintas categorías de la clasificación de los
recursos derivados.
No resultará correcto pues, prescindir del estudio, en primer plano, de la obligación
fiscal, o

considerar antes que aquella obligación impositiva, que es solo una especie de este
género, error a nuestro juicio que se advierte con frecuencia en la doctrina.

2. Naturaleza jurídica de la obligación

tributaria. Su estudio frente a la teoría general de las obligaciones:

La relación jurídica Tributaria, es una relación de derecho, con esto se quiere significar
que el Estado no vinculado con el particular en razón de su poderío, supremacía o
fuerza, porque el tributo no es una creación de la fuerza de la autoridad estatal, sino que
corresponde a una obligación nacida, pura, única y exclusivamente de la ley. Además, la
obligación de dar, es el contenido personal, aun en los impuestos llamados reales en la
Ciencia Financiera. El Estado no tiene derecho de propiedad sobre la cosa que ha
tomado en cuenta simplemente como base de un hecho imponible. (Mersan).

Los principios del Derecho Tributario, no escapan a la Teoría General del Derecho.
Como rama general del Derecho Público, difieren, en lo particular de los estatuidos para
el Derecho Privado, pero ambos quedan sujetos a normas generales y postulados
comunes, cuya aplicación no puede ni debe vulnerarse al invocar las instituciones
específicas de cada una de estas ramas jurídicas; por ello, si vamos a considerar la
naturaleza jurídica de la obligación fiscal, debemos recordar, en primer término, cual es
la que atañe a las obligaciones en general.

a) Teoría general de las obligaciones, Concepto de obligación en Roma: La obligación


es un vínculo jurídico por el que somos constreñidos a la necesidad de pagar alguna
cosa, según el derecho de nuestra ciudad. En Roma, la obligación en los primeros
tiempos era de carácter personal, debido a la vinculación directa que existía entre ambas
partes, lo que implicaba,

que en caso de incumplimiento de la obligación por parte del sujeto pasivo, el sujeto
activo tenía la facultad de privarle a aquel su persona, podía disponer de él hasta tanto
alguien se haga responsable de la obligación, pudiendo, incluso, hasta disponer del
obligado haciéndole su esclavo.

No obstante, el rigor primitivo de la dependencia personal, suscitada en los obligados,


iba atemperándose con el correr del tiempo, y que gracias a la actividad
interpretativa de los pretores, finalmente, se reconoció el derecho de la personalidad
humana.

En el derecho moderno, el concepto ha variado en el sentido de que la obligación ya no


es considerada de vínculo personal, sino una relación patrimonial en la que se debe
satisfacer, una prestación determinada.

Según la Teoría general, los derechos del hombre en su vida de relación, se dividen en
dos grandes categorías: Derechos Personales y derechos de Crédito u obligaciones. El
Primero, son los que crean compromiso con relación a determinadas personas: son de
carácter relativo por que se dirigen a personas individualizadas que, en caso de su
incumplimiento, el sujeto activo lo compelerá hasta tanto cumpla con la prestación
generada.

b) Elementos de las obligaciones: sujetos, objetos y causas.

En toda obligación, según Manuel de Juano, existen tres elementos_

– Las personas entre quienes se forman (sujeto activo y pasivo).

– El objeto de la obligación (prestación comprometida).

–El hecho que le da nacimiento, llamado causa o fuente

de la obligación.

Sujetos: el sujeto activo es el acreedor a cuyo

favor la prestación se establece. El sujeto pasivo es el deudor que es la persona que debe
la

prestación.

Considerada con respecto al acreedor, la obligación figura en su activo, y respecto al


deudor la

obligación figura en su pasivo. Los sujetos pueden ser personas físicas o jurídicas.

Objeto: la obligación constriñe al deudor a hacer una cosa. Esa prestación


comprometida es el objeto de la obligación. En realidad, el objeto de la obligación
consiste siempre en un hecho (dar una cosa), una acción (hacer una cosa), o en una
abstención (no hacer), que debe cumplir el deudor, (esto es, dar, hacer o no hacer). O sea
el objeto puede ser positivo, lo que se da cuando conlleva una acción, y negativo al
contrario. Causa o Hecho generador: todo derecho tiene su origen en un hecho. Las
obligaciones, como todos los derechos, derivan de los hechos.

Se entiende por causa o fuente de las obligaciones, los diversos hechos que le dan
nacimiento.

Las cinco fuentes clásicas de las obligaciones son: los contratos, cuasicontratos, delitos,
cuasidelitos y la ley. La doctrina moderna agrega, el enriquecimiento sin causa, y otra,
la obligación derivada de la declaración unilateral de voluntad.

Resumiendo: se puede decir que no hay obligación sin causa, aunque si la causa no esté
expresada en la obligación, se presume su existencia mientras el deudor no pruebe lo
contrario.

3. Concepto de la obligación

tributaria.

La obligación Tributaria, es aquella que vincula al contribuyente con el Estado, tiene.


Su basamento en la teoría general de las obligaciones, pese a las características de su
especificidad. La obligación tributaria o simplemente el tributo, constituye en su
esencia, una prestación pecuniaria, coactiva, que pesa sobre el contribuyente a favor del
Estado u otra entidad pública que tenga derecho a ese ingreso como consecuencia de su
poder de imposición.

La relación se da entre dos personas; estamos pues frente a una relación personal y no
ante un derecho real ya que el Estado ejerce su acreencia (crédito) contra el
contribuyente, que es al que en definitiva corresponde satisfacer la prestación.

Elementos de la Obligación Tributaria.

Enunciación.

El mismo concepto de la obligación general prevalece en el Derecho Tributario a igual


que las otras ramas jurídicas. Y, establecido que la obligación fiscal entraña una relación
personal excluyente de toda confusión con los derechos reales, corresponde analizar sus
elementos de similar modo al que fueron considerados en la teoría general de las
obligaciones, visto
recientemente.

5 a) Sujeto activo. El estado. Entes gubernamentales, su poder de imposición, Se dijo


que la obligación tributaria cae patrimonialmente sobre la persona, que según la ley,
debe satisfacerla. Tanto el sujeto pasivo como el activo de esta obligación, se mantiene
en una situación de

compensación de prestaciones, es decir, que el Estado debe ir satisfaciendo las


necesidades públicas valoradas económicamente a través de los gastos públicos,
mientras que el contribuyente, debe ir aportando, parte de su riqueza al tesoro público
para que el Estado cuente con los recursos que, conforme a su administración, empleará
en la satisfacción de los gastos.

En la obligación tributaria, el sujeto activo o acreedor de la obligación, siempre es el


Estado en ejercicio de su poder de imposición o soberanía fiscal. En nuestro sistema
unitario, solamente el estado puede ser sujeto activo, ya que solo el puede establecer
tributos por si mismo, a excepción de los municipios que tributan dentro de su
competencia, pero siempre de conformidad a las leyes que gobiernan su funcionamiento
en base a la Constitución Nacional, es decir, que las municipalidades no tienen sino
delegación de facultades tributarias que le obligan a enmarcar su actuación dentro del
contenido de las leyes, no pueden cobrar sino las contribuciones y las tasas incluidas en
la ley de organización municipal o en la que establece su propio régimen Tributario.

Por último, no debe confundirse al Estado como sujeto activo con las reparticiones
recaudadoras que actúan como órganos de aquel. Tal facultad que permite el Estado
detraer riquezas particulares para formar el Tesoro Público, en derecho Financiero se
denomina, soberanía fiscal o poder de imposición.

b) Sujeto pasivo. El contribuyente. Personas físicas y de existencia ideal. Sujeto de


derecho y sujeto de hechos. Sujeto percutido y sujeto incidido. El sujeto pasivo de la
obligación fiscal, es

siempre un sujeto de derecho, es la persona a quien la ley obliga al pago del gravamen,
y es llamada contribuyente. No interesa a los fines de esta obligación que este sujeto
sea, en definitiva, el que pague o no el Tributo, según se opere o no, uno de los
momentos de la tributación, cual es conocido como la traslación.
El art. 3 de la ley 125/91 establece: Se denomina contribuyente al sujeto pasivo de la
obligación

tributaria. Contribuyente según Mersan, es el sujeto sobre quien recae la obligación del
pago del tributo. Ambos sujetos pueden ser personas físicas o jurídicas, dentro de los
cuales se distinguen lo siguiente: Sujeto de derecho y sujeto de hechos Sujeto percutido
y sujeto incidido.

Se llama sujeto percutido, a la persona que señala la ley a los efectos del pago tributario,
es decir, aquella persona que la ley determina al sujeto de derecho. Puede ocurrir que
por efecto de la traslación o incidencia del impuesto, corresponda el pago a otra
persona, en este caso, la otra persona viene a ser el sujeto incidido, pues sobre el incide
el impacto de la ley tributaria primeramente dirigido contra otro, y que, en definitiva, es
la persona que realmente y económicamente solventa el tributo.

6. Otros sujetos, pasivos. Existen otros grupos de personas que son también
considerados sujetos pasivos y que se hallan obligados a pagar una suma de dinero sin
ser denominados por la ley, contribuyentes. A estas personas se les reserva la
denominación de responsables.

Varios autores, como el proyecto de Código

Tributario OEA, presentan en este campo, tres categorías de responsables: a) Con


responsabilidad sustitutiva; b) don responsabilidad solidaria y c) con responsabilidad
objetiva.

Ejemplos de la Ley 125/91

a) Sustituir quiere decir reemplazar a otro, los ejemplos más frecuentes en estos casos
son los llamados agentes de retención; los que se dan por medio de las leyes sociales, la
retención de aportes de los obreros por los patrones.

b) La Responsabilidad Solidaria: con la persona del deudor, se establece por numerosas


leyes fiscales como una forma de asegurar el cobro del crédito fiscal y sus obligaciones
accesorias. Ejemplo: Los representantes serán solidariamente responsables por las
sanciones pecuniarias aplicadas a sus representados por infracciones en las cuales
hubieran tenido activa participación. Los agentes de retención son los obligados ante el
sujeto activo por el importe respectivo, si no lo efectúan, responderán solidariamente
con el contribuyente.
c) La Responsabilidad Subsidiaria: de los representantes legales y voluntarios, que no
proceden con la debida diligencia respecto de normas tributarias de las obligaciones por
concepto de tributo que correspondan a sus representados. A las personas, sean de
existencia visible o ideal que el derecho fiscal acuerda personería, se suman otros
sujetos pasivos de impuesto que revisten igual calidad, por llenarse determinados
requisitos que la ley señala sobre vinculación o ligamento económico derivado del
amalgamiento de sus capitales, dirección unitaria de negocios o actividades, reparto de
utilidades, etc. Entran en esta categoría los llamados conjuntos económicos, sucesiones
indivisas, sociedades de familia, sociedad conyugal y vinculaciones económicas.

7. Conjunto económico y vinculación económica entre entidades privadas.

Se entiende por conjunto económico, el integrado por aquellas entidades sociales o


personas vinculadas entre si, las que pudiendo considerarse jurídicamente
independientes, tienen entre ellas tan estrechos lazos de unión en cuanto a sus capitales,
dirección y distribución de utilidades, que permiten unificarlas fiscalmente frente al
hecho imponible y asignarles el tratamiento que corresponde a un solo sujeto pasivo del
tributo.

8. Vinculación económica entre entidades privadas.

Se da cuando el responsable del impuesto efectúa sus ventas, sea por intermedio de
personas o sociedades que económicamente puedan considerarse vinculadas, con aquel,
en razón del origen de sus capitales o de la dirección efectiva del negocio, o del reparto
de utilidades, etc.

Su fundamento responde al propósito de evitar, que merced al desdoblamiento de un


responsable del impuesto en dos entidades comerciales aparentemente desvinculadas
entre

sí, pero no responden a una misma realidad

económica, se disminuya arbitrariamente el tributo.

9. Sociedades de familia.

Se consideran sociedades de familia, principalmente en la imposición a las herencias,


gravándose ciertas enajenaciones patrimoniales realizadas a favor de colectividades
mercantiles o civiles, consideradas de familia. La tributación se opera para evitar la
evasión herencial, y se estructura como un gravamen sustitutivo o subrogante del
impuesto a las sucesiones. Esta particular modalidad tributaria, está asentada en la
presunción legal de que ciertas organizaciones societarias comerciales, sirven de
vehículo a la evasión de la herencia; se considera que mediante la constitución de las
sociedades comerciales de familia y siguientes traslaciones a favor de las mismas, por
parte de sus integrantes o los familiares de dichos integrantes, se transmiten bienes
dentro de la familia y al margen de la tributación correspondiente.

10. Sociedad conyugal.

Tiene en el Derecho Fiscal, un tratamiento propio, que por lo común difiere del derecho
privado. Interesando al Fisco la realidad económica y el desplazamiento de la riqueza,
antes que otros atributos que prevalecen en las instituciones del derecho común, se
advierte en materia tributaria una preponderancia, en la observación de los bienes
obtenidos por cada uno de los socios, y también, sobre el ejercicio de la administración
de la sociedad.

Las leyes fiscales pueden señalar la responsabilidad tributaria de la sociedad conyugal


como sujeto pasivo de impuestos, de acuerdo a sus propias exigencias, y acordar
tratamientos diferentes de los del Derecho Civil.

11. Sucesión indivisa.

El fallecimiento de un contribuyente irroga consecuencia de orden patrimonial que


alcanzan tanto al Derecho común como al Derecho Público.

Nuestra legislación civil, orientada en la concepción de la continuidad jurídica de la


persona del causante en sus sucesores, no interrumpe el curso patrimonial por el
fallecimiento, ya que al dictarse la declaratoria de herederos, la línea de permanencia en
la titularidad de los bienes, emerge de la ley civil.

No obstante ello, impositivamente se advierte, que mientras dura el Estado de indivisión


de los bienes sucesorios, mientras no exista declaratoria de herederos, o no se haya
declarado válido el testamento que cumpla la misma finalidad hasta que no se opere la
partición de la herencia, y cada heredero reciba los bienes que la ley o la voluntad del
causante la ha asignado, resulta impostergable el cumplimiento de las obligaciones
fiscales. Es por eso que determinadas disposiciones reglan esa situación especial,
asignando a la sucesión indivisa, una personalidad o calidad de sujeto pasivo de
impuesto, lo que debe respetarse y acatarse.

12. Patrimonio de afectación.

En la doctrina se distinguen dos clases de patrimonio: aquellos que pertenecen a una


persona determinada o patrimonio de personas, y, aquellos que no pertenecen a ninguna
persona son atribuidos a un fin ideal o a un destino cualquiera, son los llamados
patrimonios de afectación.

Se plantea el caso de si los bienes o patrimonios destinados a un fin determinado,


pueden adquirir personalidad como sujeto pasivo del tributo con prescindencia de los
titulares a quienes pertenecen. Hay coincidencia en admitir que en todo orden de
derecho, el sujeto es el hombre, pero ello no es óbice (obstar) para que pueda
considerarse la existencia de bienes que no sirven a intereses individuales, sino a fines
comunes: ya sea una asociación, ya sea por un particular que los fijó desde un principio
como en las fundaciones, y que el orden jurídico, reconoció justificados permitiéndose a
los titulares de tales bienes, el trato de sujetos de derecho ejercido a través de sus
órganos.

La teoría de la afectación de patrimonios, en nuestra opinión, solo puede aceptarse


verdaderamente en cuanto tal afectación este respondiendo a la titularidad de un sujeto
de derecho: persona física o persona jurídica, quienes serán en definitiva, los verdaderos
sujetos pasivos de la obligación fiscal. Prescindir de las personas como sujetos para
entender con abstracción de aquellas, que los patrimonios de afectación, son unidades
económicas pasivas del tributo, o como entes distintos y separados de los titulares de
tales bienes; resulta para nosotros un contrasentido inadmisible (el sentido de las
relaciones financieras es personal) y una confusión entre sujeto y objeto de la obligación
que no puede acogerse jurídicamente. Pues, la obligación tributaria es personal por lo
que puede darse solo entre personas sujetos de derecho y no entre Estado y los bienes.

La ley 125/91en su Art. 28º. Inc." b" establece que

son Contribuyentes. b) Las sociedades con o sin

personería jurídica.

El Art. 193. Personas Obligadas: Los deberes


formales deben ser cumplidos:

1) Por las mismas personas

físicas.

2) En el caso de personas jurídicas, por sus

representantes legales o convencionales.

3) En el caso de entidades sin personería

jurídica, por la persona que administre los

bienes.

4) En el caso de sociedades conyugales,

núcleos familiares, sucesiones y fideicomisos, por sus

representantes, administradores, albaceas, fiduciarios o personas

que designen los componentes del grupo y en su defecto por

cualquiera de los interesados.

13. Responsabilidad frente al tributo, capacidad,

domicilio, solidaridad:

Es la ley fiscal que señala quienes son

responsables del tributo. Esta responsabilidad puede asumirse por

derecho propio (deuda propia) si es que la obligación

fiscal pesa directamente sobre el responsable, o en forma refleja

(por deuda ajena) si, no obstante, por la determinación

del sujeto pasivo del gravamen, el responsable directo de su

situación jurídica ante la ley, dada la

disposición o administración de los bienes que

ejerce, resulta se la persona indicada para atender


idóneamente a las exigencias que son inherentes a la

satisfacción de las necesidades tributarias; tal es el

caso de los administradores de patrimonios, síndicos y

liquidadores de las quiebras, de los padres, tutores o curadores

de los incapaces.

A veces el Derecho Tributario, asigna responsabilidad a

determinadas personas por la intervención que les toca en

la realización del acto jurídico generador del

hecho imponible, como es el caso de los agentes de

retención, que retienen el tributo y lo ingresan al

fisco.

La capacidad tributaria consiste en la posibilidad de

hecho de ser titular o agente principal de las relaciones

económicas que constituyen los hechos imponibles;

está dada por la ley específica que señala

quienes la poseen o no, con independencia de la

legislación común.

Del mismo modo, la ley tributaria fija el concepto del

domicilio que ella interesa como institución del Derecho

Público, vale decir, que el domicilio de la ley civil,

puede diferir del domicilio fiscal.

La ley tributaria puede imponer la solidaridad entre los

participantes del hecho imponible. Así lo hace con

frecuencia tanto frente a la obligación fiscal como ante


su incumplimiento, involucrando a todos los intervinientes en los

hechos. La Ley señala así, responsabilidad

solidaria por deuda ajena como el caso del Art. 184 de la Ley

125/91. Responsabilidad de representados y representantes

de materia de infracciones: Cuando un mandatario,

representante, administrador o encargado incurriese

infracción, respecto de normas tributarias los

representados serán solidariamente responsables por las

sanciones pecuniarias.

Las personas o entidades y los empleadores en

general serán solidariamente responsables por las

sanciones pecuniarias aplicadas a sus dependientes, por su

actuación como tales.

Los representantes serán solidariamente

responsables por las sanciones pecuniarias aplicadas a sus

representados por infracciones en las cuales hubieren tenido

activa participación.

14. Objeto. El elemento material de la

obligación tributaria: manifestación de

riqueza.

En la Teoría general de las obligaciones, se

entiende por objeto, la prestación comprometida que puede

consistir en un dar, hacer, o no hacer alguna cosa,

prestación que debe tener un valor


económico.

En la obligación Tributaria, así como el

sujeto es un elemento personal, el objeto lo constituye su

elemento material exteriorizado por la manifestación de la

riqueza. La obligación fiscal, se genera pues, por mandato

legal contra aquellas personas que exhiben riqueza o están

capacitadas para adquirirla o hacen un empleo de la misma. La

medida de esa riqueza que da lugar a la exigibilidad del tributo,

será entonces el objeto de esa obligación

fiscal.

Sentado ese concepto podemos esbozar la siguiente

definición: Se entiende por objeto de la obligación

fiscal, la riqueza o su manifestación en cuanto ella sirve

de base o medida para la aplicación del

Tributo.

La posesión, la capacidad de adquisición y

el gasto, o sea el capital, la renta y el consumo, son las tres

formas de esenciales que pueden asumir el objeto del tributo. La

posesión de la riqueza, se exterioriza a través del

patrimonio o del incremento patrimonial de los

contribuyentes.

La capacidad para adquirir riqueza, se traduce en la

generación de rentas, súper rentas o beneficios

extraordinarios.
El gasto, como manifestación de riqueza, tiene a

la vez su equivalencia en el consumo de bienes. Estas tres formas

esenciales del objeto de la obligación fiscal, aparecen

ante la ley como hechos de contenido económico, vale

decir, hechos que interesan a la norma impositiva.

15. El hecho imponible. Concepto y naturaleza

jurídica.

El axioma fundamental, que en el Estado moderno es

propio de los tributos lo constituye el principio Nullum

Tributum sine lege, esto es, que sin ley que lo establezca,

no puede haber tributo valedero. Es entonces, consecuencia de

este principio que no puede surgir ninguna pretensión del

Fisco al tributo y, consecuentemente, la correspondiente

obligación al contribuyente sin una ley que establezca con

anterioridad, la exigencia por el Fisco, a cuya existencia, debe

haber hecho un hecho jurídico que le da nacimiento. Por

eso es que el principio Nullum Tributum sine lege,

significa la existencia de un cuerpo de normas jurídicas

destinadas a prever los hechos que dan lugar al nacimiento de las

obligaciones tributarias como el monto de estas y los sujetos a

los cuales la obligación corresponde.

Definición; en base a estas consideraciones, se

puede definirse al Hecho imponible como: el presupuesto

sustancial determinado por el legislador para dar nacimiento a la


obligación impositiva. La Ley 125/91 en su Art. 2

establece como. HECHO GENERADOR. Estarán gravadas las

rentas que provengan de la realización de actividades

comerciales, industriales o de servicios que no sean de

carácter personal.

16. El hecho imponible y la autonomía

dogmática del derecho tributario

substantivo.

Ya se ha dicho que toda obligación impositiva

emana de la ley, conforme a la observancia de la forma que

determina que hechos y circunstancias han de tener como

consecuencia el nacimiento de aquella, y como deben servir de

unidad de medida para fijar la magnitud de la prestación

impositiva. Para proceder en esta forma la ley tributaria debe

elegir como presupuesto de la obligación correlativa

determinados estados o movimientos de la riqueza, que pueden ser:

la adquisición de una renta, la obtención de una

ganancia, la realización de una venta, etc., que aquella

considera de acuerdo a su estimación, basada en superiores

principios financieros como indicios o síntomas de

capacidad tributaria.

El Derecho Tributario en base a su autonomía

dogmática, vale decir, en base a su facultad para

establecer sus propios principios e instituciones, puede


determinar como considera esos hechos, operaciones o situaciones

económicas, prescindiendo de la calificación o

consideración que les dispensa el Derecho Privado,

valorando su substancia y fijando su trascendencia frente al

tributo. Por ejemplo, la ley impositiva sobre las ventas,

entenderá que hay venta cuando aparezca una transferencia

onerosa de bienes, sea civil o comercialmente se exteriorice como

una compraventa, cesión, donación con cargo,

locación de obra, expropiación, etc. En todos estos

supuestos, habrá hecho imponible ante esa ley tributaria,

en cuanto el bien de transfiera onerosamente del patrimonio del

adquirente.

17. La realidad económica.

De lo dicho se infiere, que la realidad

económica, es la expresión material que

tributariamente interesa. En materia fiscal, ha de tenerse

presente que la ley impositiva puede prescindir de las formas

jurídicas escogidas para valorar el contenido

económico de los contratos, puede investigar la

efectividad de la disposición o permanencia de una renta

prescindiendo de quien exhiba su titularidad, y puede relacionar

o analizar la real vinculación entre una o varias

entidades jurídicas coexistentes (conjuntos

económicos) o sucesivas (continuidad económica) si


la formalidad aparente, difiere de aquella. Con esto la ley no

hace sino dar los medios para desentrañar el

desplazamiento, efecto de la riqueza, la que naturalmente

constituye la fuente, el objeto o el fin de la imposición.

18. Diferencia entre el objeto de la

obligación tributaria (hecho imponible) y el objeto de los

negocios jurídicos (bienes cosas).

La manifestación de la riqueza que constituye la

medida de la obligación tributaria y que se aprecia a

través del hecho imponible, es la materia u objeto de la

obligación fiscal. Tal objeto no debe confundirse con los

bienes o cosas que constituyen el objeto de los negocios

jurídicos.

Para mejor aclaración nos bastará

señalar, que si frente la ley del impuesto a las ventas,

la transferencia onerosa es el hecho imponible del caso, o si

para la ley de impuestos internos lo es el expendio, ambos hechos

son el objeto de la obligación fiscal, determinados por

esos tributos. Ellos evidentemente, difieren de los bienes y cosas, que a su vez, son el
objeto de los negocios

jurídicos que interesan al Derecho Civil y

Comercial. Los bienes y cosas que se refieren a las contratos del Derecho Privado:
Compraventa, donación, locación, sociedad, etc., forman el elemento material de la
prestación comprometida, siempre en su carácter de dar, hacer o no hacer, mientras que
en la tributación, el objeto es la prestación pecuniaria coactiva, que pesa sobre el
contribuyente y que debe satisfacer al Estado a consecuencia de su poder de imposición,
el que se ejerce a través de las leyes tributarias, cuyo fin consiste en llegar recursos al
erario, conforme a las diferentes formas de capacidad contributiva existentes en la
realidad, lo que se constata, según cierto genero de actos o situaciones económicas, que
sirven de presupuesto y unidad de medida de la imposición, vale decir, de los hechos
imponibles que constituyen el objeto de la obligación fiscal.

19. La causa de la obligación tributaria, teoría de la causa jurídica del hecho imponible.

Se entiende por causa o fuente de las obligaciones, dentro de la Teoría General, los
diversos hechos que le dan nacimiento; contratos, cuasicontratos, delitos y cuasidelitos
y la ley, cuyos actos pueden resumirse en la voluntad, los hechos ilícitos y la ley.

Eb materia tributaria, la causa presenta una naturaleza diferente a la civil, en esta, como
se ha visto, se mide la causa por la contraprestación. En materia fiscal, ella no sería
posible cuando se sabe que el servicio público que satisface el tributo en su función de
recurso estatal, no resulta divisible entre los individuos.

Algunas opiniones han negado la existencia de la causa para la obligación tributaria. No


es valedera la negativa, ya que, al Principio General, según el cual no hay obligación sin
causa, también debe aplicarse al Derecho Público. Se agrega que, mientras en el
Derecho Privado, la causa reside en el interés económico o moral, que mueve a las
partes a concretar el vínculo obligatorio, en materia tributaria, la causa debe entenderse
que radica en el interés universal de los ciudadanos de sustentar la armonía jurídico –
político del Estado.

La causa jurídica: la causa resulta tan importante en la relación impositiva como la


validez de una contribución se determina, en primer término, por su constitucionalidad.
La causa de la obligación esta ínsita en los principios impositivos de la Carta
Fundamental y en todo sistema Tributario. La existencia de algunos preceptos
constitucionales, tales como los que establecen la igualdad, la proporcionalidad y la
equidad de los tributos, y los relativos al sistema jurisdiccional creado por toda
organización jurídica, confieren a la causa, una extraordinaria influencia. Sin embargo,
la doctrina fiscal se ha detenido a considerar otras bases de justificación de las causas de
la tributación. La causa de la obligación tributaria es la capacidad contributiva, o sea, la
capacidad económica del individuo sometido a la soberanía de un Estado, para
contribuir al pago de los gastos públicos.
En esta capacidad contributiva, es donde debe verse la causa jurídica del hecho
imponible, y no en el goce que los individuos obtengan de los servicios públicos que
presta el Estado.

20. La capacidad tributaria.

La carga de la tributación debe distribuirse entre los individuos, teniendo en cuenta su


capacidad económica, para satisfacer la obligación fiscal. Esta capacidad de prestación
económica, es lo que comúnmente se llama capacidad contributiva, que consiste en la
aptitud económica personal para soportar las cargas públicas en mayor o menor grado.
El patrimonio, el producto, el consumo y la renta, representan, en ese orden, los grados
o etapas por los que han ido pasando al objeto del impuesto en la historia financiera de
los pueblos, con el correr del tiempo, se ha advertido, que el mejor índice de la
capacidad contributiva, está constituido por la riqueza que se gana o se obtiene, de ahí
que la renta sea la base de la tributación.

Pero ha de tenerse presente, que no solo la renta nos da la expresión de la capacidad


contributiva, el consumo y el patrimonio, no pueden ser olvidados a tal efecto y es por
eso que en los presupuestos modernos figuran al lado del impuesto a los réditos, los
impuestos indirectos (impuestos internos, impuestos a las ventas) y los gravámenes
sobre el capital.

También se ve, la capacidad contributiva, en los beneficios que se obtiene de los


servicios públicos, y de ellos se desprenden las contribuciones especiales y las tasas.

La manifiesta superioridad que ofrece la renta como exponemos de la capacidad


contributiva de los hombres, no equivale ni significa que su imposición sea o deba ser el
hecho universal excluyente de los otros índices. Y se hace la salvedad de que la igualdad
de la renta, no quiere decir igualdad de capacidad contributiva y que, por lo tanto, deben
tenerse en cuenta de las condiciones particulares de cada uno de los individuos. Se hace
forzoso entonces, entrar en la consideración especial de las distintas rentas, y acordarles
un tratamiento que no cree desigualdad, porque no es lo mismo, por ejemplo, una renta
proveniente del capital que otra del trabajo, que se obtiene llena los riesgos y sacrificios.
Ante esto, ha surgido la tendencia de marcar referencia sobre el impuesto a la renta y la
capacidad contributiva, en vez de hacerlo, sobre la objetiva representada por el
patrimonio y el producto.
21. Carácter subjetivo de la capacidad contributiva; a) Teoría del beneficio, b) Teoría de
las facultades,

a) Teoría del beneficio: sus dos exponentes

máximos son Griziotti y Tangorra. Las manifestaciones de la capacidad contributiva, en


relación a los beneficios producidos a los contribuyentes por la actividad del Estado y
de la sociedad, consisten en la riqueza que se gana como en la riqueza que se gasta, y en
los beneficios que derivan al además de la riqueza poseída, las condiciones personales
del sujeto y las ventajas que ha obtenido de los servicios públicos.

Critica: se ha dicho con criterio, que si su fundamento pudo o podría tener razón dentro
del régimen de un Estado primitivo, donde la pena que ocasiona el pago del tributo,
guardaría relación con los beneficios recibidos, ello no puede sostenerse en el Estado
Moderno. Si hubiera de seguirse el planeo de Griziotti, habría que concluir
reconociendo, que cuando mayor fuera la renta de un contribuyente, mayor será el
beneficio derivado de la protección que el Estado le acuerda. Los tributos, por tanto, no
pueden relacionarse ni proporcionarse con los beneficios recibidos por los
contribuyentes, para ahí, medir el margen de su contribución (los de rentas altas,

ocasionan menores gastos al Estado que los de rentas bajas, que obtienen mayor
beneficio de los servicios públicos).

b) Teoría de las facultades: es la teoría más generalizada en materia tributaria. Los


súbditos de todo estado, deben contribuir de acuerdo a su capacidad, es decir, en
proporción a la renta que respectivamente disfruten.

En resumen, la teoría de las facultades procura al pagarse el tributo, que el sacrificio sea
igual a las personas que lo han realizado. A tal fin, se mantendrá una relación entre el
sacrificio y los bienes o capacidad con que cuenta cada persona. Su ideal reside en una
base científica: equiparar el sacrificio impositivo, tanto para el económicamente más
pudiente, como para el que no lo sea. Para ello, no toma de base la igualdad de rentas,
porque esta puede obtenerse de distintas fuentes: ser rentas del capital o del trabajo, o
tener el contribuyente distintas cargas de familia a otro contribuyente que presente la
misma cantidad de renta, pero cuyo sacrificio por el pago del impuesto es, por lo tanto,
distinta.

22. Definición de la capacidad contributiva. Sus elementos objetivos y subjetivos.


La capacidad contributiva está representada por la potencialidad económica que tienen
los individuos, sometidos a la soberanía fiscal, para contribuir a los gastos públicos. Su
elemento objetivo: esta dado por la riqueza que exhiben los contribuyentes, sea la renta,
el consumo o el patrimonio.

Su elemento subjetivo: ha de encontrarse en la aptitud individual para contribuir. Si falta


la aptitud, debe acordarse la exención impositiva.

23. Capacidad contributiva general o parcial.

El tributo puede exigirse teniendo en cuenta, la aptitud económica que en general posea
un individuo, ya sea considerando todas las riquezas o rentas que el mismo disfrute
(tributación global), o bien, atendiéndose exclusivamente a una actividad o aspecto
especial, limitados de tales rentas o riquezas (tributación cedular).

El gravamen se exige en cada caso, según se tenga en cuenta la capacidad general o


parcial de contribuyente.

24. Capacidad contributiva propia y por representación. Se ha dicho que el sujeto


imponible, es siempre un sujeto de derecho en cuanto lo establezca la ley. El sujeto de
derecho no puede alterarse frente al fisco. No obstante, ello, la ley establece la
distinción entre los contribuyentes directos y los responsables por deuda ajena. Si, por
ejemplo, una persona está autorizada para ejercer la administración de todos los bienes
de otra, esta debe responder por la deuda impositiva derivada de aquel que no cumplió,
puesto que el representante o mandatario, tenía a su alcance todos los beneficios y
bienes para pagar los tributos.

25. Carácter subjetivo de la capacidad contributiva.

La capacidad contributiva tiene un carácter

prevaleciente subjetivo. La riqueza de que dispone un contribuyente, debe atribuirse


ordinariamente a un sacrificio

personal de su salario. Ello basta para reconocer la calidad subjetiva de esa capacidad o
potencialidad económica para

contribuir. Las manifestaciones complementarias de la capacidad contributiva, deben


verse en la riqueza ganada. La riqueza gastada y los beneficios obtenidos de las obras
del Estado.
Ocurre con frecuencia, que un individuo pueda obtener una renta de la misma naturaleza
que otro, pero en mayor volumen que la de aquel, no afectando tanto la imposición
proporcional que pesa sobre tales rentas, vale decir, que la

imposición se aplica manteniendo el quantum del impuesto. En esos casos sería


necesario aplicar la progresividad del tributo (aumento del quantum del impuesto), toda
vez que ambos contribuyentes, se encontraren en las mismas condiciones sociales y
familiares, a fin de mantener la igualdad del sacrificio que impone la carga fiscal.

26. Identificación del principio de la capacidad contributiva con el concepto de la causa


jurídica del impuesto.

El tributo al tener en cuenta las manifestaciones de la riqueza, que presentan el hecho


imponible, lo hace en base a la

magnitud de esa riqueza, tomando como unidad de medida la tasa que la ley señala para
la obligación tributaria,

con la capacidad contributiva indicada por el hecho imponible. Podría pensarse


entonces, que la causa jurídica del tributo, estuviera dada por la mera verificación del
presupuesto de hecho que la había previsto. Sin embargo,

anota Jarach, ninguna de esas consideraciones nos puede llevar a la causa técnico
jurídica del tributo. Esta debe

buscarse como inmanente en el mismo hecho jurídico de la relación tributaria y explicar


su naturaleza o características.

Se dijo que la causa es la circunstancia o el criterio que la ley asume como razón
necesaria y suficiente para justificar, que se verifica un determinado presupuesto de
hecho, previsto por la norma fiscal, de ahí derive la obligación tributaria.

En la relación impositiva, el criterio justificativo, la razón por la cual la ley toma un


hecho de la vida como presupuesto de una obligación tributaria,

es la capacidad contributiva, es la única razón que explica la graduación del impuesto


según la

magnitud económica del presupuesto de hecho. La identificación del concepto de causa


de la
obligación fiscal con el de la capacidad contributiva ya ha tomado estado dentro de la
doctrina y la jurisprudencia

tributaria; y Griziotti, para seguir la doctrina, definió a la causa, como la capacidad


contributiva en cuanto es

síntoma de la participación del contribuyente en las ventajas generales y particulares


derivadas de la activada y

de la existencia del Estado.

27. Fuente de la obligación tributaria.

Concepto jurídico y financiero.

Diferenciación.

En el Derecho privado, se identifican los conceptos de causa y fuente de las


obligaciones, con los diversos hechos que les dan nacimiento, concretándose así, las
cinco fuentes clásicas de las obligaciones en los contratos, los cuasicontratos, los
delitos, los cuasidelitos y la ley.

En materia fiscal, es conocido el principio de legitimidad, según el cual, no puede


aplicarse un tributo sin una ley que previamente establezca – Nullum tributum sine lege.

De ahí entonces es que debe inferirse, desde el punto de vista jurídico, que la fuente de
la obligación tributaria, sea necesariamente la ley, la cual es de carácter universal.

No obstante, ello no implica desconocer la presencia de situaciones especiales que


pudieran inducir a la idea de buscar otra fuente jurídica tributaria distinta a la de la ley
misma.

Ahora bien, desde el punto de vista financiero, la fuente de la obligación tributaria es la


misma riqueza a la que se le aplica el impuesto, o de donde se saca su producido, en
algunos casos, el objeto puede ser la fuente, y en otros, un valor o riqueza distintos. Por
ejemplo, así ocurre que la renta sea objeto de imposición, y el gravamen respectivo, se
paga con parte de esa misma renta.

un Estado, para contribuir al pago de los gastos

públicos.
En esta capacidad contributiva, es donde debe verse la

causa jurídica del hecho imponible, y no en el goce que

los individuos obtengan de los servicios públicos que

presta el Estado.

20. La capacidad tributaria.

La carga de la tributación debe distribuirse

entre los individuos, teniendo en cuenta su capacidad

económica, para satisfacer la obligación fiscal.

Esta capacidad de prestación económica, es lo que

comúnmente se llama capacidad contributiva, que consiste

en la aptitud económica personal para soportar las cargas

públicas en mayor o menor grado.

El patrimonio, el producto, el consumo y la renta,

representan, en ese orden, los grados o etapas por los que han

ido pasando al objeto del impuesto en la historia financiera de

los pueblos, con el correr del tiempo, se ha advertido, que el

mejor índice de la capacidad contributiva, está

constituido por la riqueza que se gana o se obtiene, de

ahí que la renta sea la base de la

tributación.

Pero ha de tenerse presente, que no solo la renta nos da

la expresión de la capacidad contributiva, el consumo y el

patrimonio, no pueden ser olvidados a tal efecto y es por eso que

en los presupuestos modernos figuran al lado del impuesto a los


réditos, los impuestos indirectos (impuestos internos,

impuestos a las ventas) y los gravámenes sobre el

capital.

También se ve, la capacidad contributiva, en los

beneficios que se obtiene de los servicios públicos, y de

ellos se desprenden las contribuciones especiales y las

tasas.

La manifiesta superioridad que ofrece la renta como

exponemos de la capacidad contributiva de los hombres, no

equivale ni significa que su imposición sea o deba ser el

hecho universal excluyente de los otros índices. Y se hace

la salvedad de que la igualdad de la renta, no quiere decir

igualdad de capacidad contributiva y que, por lo tanto, deben

tenerse en cuenta de las condiciones particulares de cada uno de

los individuos. Se hace forzoso entonces, entrar en la

consideración especial de las distintas rentas, y

acordarles un tratamiento que no cree desigualdad, porque no es

lo mismo por ejemplo, una renta proveniente del capital que otra

del trabajo, que se obtiene llena los riesgos y sacrificios. Ante

esto, ha surgido la tendencia de marcar referencia sobre el

impuesto a la renta y la capacidad contributiva, en vez de

hacerlo, sobre la objetiva representada por el patrimonio y el

producto.

21. Carácter subjetivo de la capacidad


contributiva; a) Teoría del beneficio, b) Teoría de

las facultades,

a) Teoría del beneficio: sus dos exponentes

máximos son Griziotti y Tangorra. Las

manifestaciones de la capacidad contributiva, en relación

a los beneficios producidos a los contribuyentes por la actividad

del Estado y de la sociedad, consisten en la riqueza que se gana

como en la riqueza que se gasta, y en los beneficios que derivan

al además de la riqueza poseída, las condiciones

personales del sujeto y las ventajas que ha obtenido de los

servicios públicos.

Critica: se ha dicho con criterio, que si su fundamento

pudo o podría tener razón dentro del régimen

de un Estado primitivo, donde la pena que ocasiona el pago del

tributo, guardaría relación con los beneficios

recibidos, ello no puede sostenerse en el Estado Moderno. Si

hubiera de seguirse el planeo de Griziotti, habría que

concluir reconociendo, que cuando mayor fuera la renta de un

contribuyente, mayor será el beneficio derivado de la

protección que el Estado le acuerda. Los tributos, por

tanto, no pueden relacionarse ni proporcionarse con los

beneficios recibidos por los contribuyentes, para ahí,

medir el margen de su contribución (los de rentas altas,

ocasionan menores gastos al Estado que los de rentas bajas, que


obtienen mayor beneficio de los servicios

públicos).

b) Teoría de las facultades: es la teoría

más generalizada en materia tributaria. Los

súbditos de todo estado, deben contribuir de acuerdo a su

capacidad, es decir, en proporción a la renta que

respectivamente disfruten.

En resumen, la teoría de las facultades procura

al pagarse el tributo, que el sacrificio sea igual a las personas

que lo han realizado. A tal fin, se mantendrá una

relación entre el sacrificio y los bienes o capacidad con

que cuenta cada persona. Su ideal reside en una base

científica: equiparar el sacrificio impositivo, tanto para

el económicamente más pudiente, como para el que no

lo sea. Para ello, no toma de base la igualdad de rentas, porque

esta pueden obtenerse de distintas fuentes: ser rentas del

capital o del trabajo, o tener el contribuyente distintas cargas

de familia a otro contribuyente que presente la misma cantidad de

renta, pero cuyo sacrificio por el pago del impuesto es, por lo

tanto, distinta.

22. Definición de la capacidad contributiva.

Sus elementos objetivos y subjetivos.

La capacidad contributiva está representada por

la potencialidad económica que tienen los individuos,


sometidos a la soberanía fiscal, para contribuir a los

gastos públicos.

Su elemento objetivo: esta dado por la riqueza que

exhiben los contribuyentes, sea la renta, el consumo o el

patrimonio.

Su elemento subjetivo: ha de encontrarse en la aptitud

individual para contribuir. Si falta la aptitud, debe acordarse

la exención impositiva.

23. Capacidad contributiva general o

parcial.

El tributo puede exigirse teniendo en cuenta, la aptitud

económica que en general posea un individuo, ya sea

considerando todas las riquezas o rentas que el mismo disfrute

(tributación global), o bien, atendiéndose

exclusivamente a una actividad o aspecto especial, limitados de

tales rentas o riquezas (tributación cedular).

El gravamen se exige en cada caso, según se tenga

en cuenta la capacidad general o parcial de contribuyente.

24. Capacidad contributiva propia y por

representación.

Se ha dicho que el sujeto imponible, es siempre un

sujeto de derecho en cuanto lo establezca la ley. El sujeto de

derecho no puede alterarse frente al fisco. No obstante ello, la

ley establece la distinción entre los contribuyentes


directos y los responsables por deuda ajena. Si por ejemplo, una

persona esta autorizada para ejercer la administración de

todos los bienes de otra, esta debe responder por la deuda

impositiva derivada de aquel que no cumplió, puesto que el

representante o mandatario, tenía a su alcance todos los

beneficios y bienes para pagar los tributos.

25. Carácter subjetivo de la capacidad

contributiva.

La capacidad contributiva tiene un carácter

prevaleciente subjetivo. La riqueza de que dispone un

contribuyente, debe atribuirse ordinariamente a un sacrificio

personal de su salario. Ello basta para reconocer la calidad

subjetiva de esa capacidad o potencialidad económica para

contribuir.

Las manifestaciones complementarias de la capacidad

contributiva, deben verse en la riqueza ganada. La riqueza

gastada y los beneficios obtenidos de las obras del

Estado.

Ocurre con frecuencia, que un individuo pueda obtener

una renta de la misma naturaleza que otro, pero en mayor volumen

que la de aquel, no afectando tanto la imposición

proporcional que pesa sobre tales rentas, vale decir, que la

imposición se aplica manteniendo el quantum del impuesto.

En esos casos sería necesario aplicar la progresividad del


tributo (aumento del quantum del impuesto), toda vez que ambos

contribuyentes, se encontraren en las mismas condiciones sociales

y familiares, a fin de mantener la igualdad del sacrificio que

impone la carga fiscal.

26. Identificación del principio de la

capacidad contributiva con el concepto de la causa

jurídica del impuesto.

El tributo al tener en cuenta las manifestaciones de la

riqueza, que presentan el hecho imponible, lo hace en base a la

magnitud de esa riqueza, tomando como unidad de medida la tasa

que la ley señala para la obligación tributaria,

con la capacidad contributiva indicada por el hecho imponible.

Podría pensarse entonces, que la causa jurídica del

tributo, estuviera dada por la mera verificación del

presupuesto de hecho que la había previsto. Sin embargo,

anota Jarach, ninguna de esas consideraciones nos puede llevar a

la causa técnico jurídica del tributo. Esta debe

buscarse como inmanente en el mismo hecho jurídico de la

relación tributaria y explicar su naturaleza o

características.

Se dijo que la causa es la circunstancia o el criterio

que la ley asume como razón necesaria y suficiente para

justificar, que se verifica un determinado presupuesto de hecho,

previsto por la norma fiscal, de ahí derive la


obligación tributaria.

En la relación impositiva, el criterio

justificativo, la razón por la cual la ley toma un hecho

de la vida como presupuesto de una obligación tributaria,

es la capacidad contributiva, es la única razón que

explica la graduación del impuesto según la

magnitud económica del presupuesto de hecho. La

identificación del concepto de causa de la

obligación fiscal con el de la capacidad contributiva ya

ha tomado estado dentro de la doctrina y la jurisprudencia

tributaria; y Griziotti, para seguir la doctrina, definió

a la causa, como la capacidad contributiva en cuanto es

síntoma de la participación del contribuyente en

las ventajas generales y particulares derivadas de la activada y

de la existencia del Estado.

27. Fuente de la obligación tributaria.

Concepto jurídico y financiero.

Diferenciación.

En el Derecho privado, se identifican los conceptos de

causa y fuente de las obligaciones, con los diversos hechos que

les dan nacimiento, concretándose así, las cinco

fuentes clásicas de las obligaciones en los contratos, los

cuasicontratos, los delitos, los cuasidelitos y la

ley.
En materia fiscal, es conocido el principio de

legitimidad, según el cual, no puede aplicarse un tributo

sin una ley que previamente establezca – Nullum tributum sine

lege.

De ahí entonces es que debe inferirse, desde el

punto de vista jurídico, que la fuente de la

obligación tributaria, sea necesariamente la ley, la cual

es de carácter universal.

No obstante, ello no implica desconocer la presencia de

situaciones especiales que pudieran inducir a la idea de buscar

otra fuente jurídica tributaria distinta a la de la ley

misma.

Ahora bien, desde el punto de vista financiero, la

fuente de la obligación tributaria es la misma riqueza a

la que se le aplica el impuesto, o de donde se saca su producido,

en algunos casos, el objeto puede ser la fuente, y en otros, un

valor o riqueza distintos. Por ejemplo, así ocurre que la

renta sea objeto de imposición, y el gravamen respectivo,

se paga con parte de esa misma renta. En otros en cambio, una

parte, una de los productos o materias, sirve para fijar el

tributo, pero se paga con la renta del contribuyente, es el caso

del alcohol o el tabaco que serán el objeto del impuesto,

pero la fuente del tributo, será la renta o la riqueza de

la cual se detrae la parte pertinente para pagar el gravamen


sobre aquellos, igualmente, en el impuesto inmobiliario, el

objeto es el capital o tierra, y la fuente es la renta que

produce esa tierra, ya que si la fuente fuera el capital,

llegaría un momento en que el impuesto aniquilaría

el capital o fuente en detrimento de la economía general,

donde el capital constituye un elemento esencial de la

producción.

EL IMPUESTO

1. Concepto. Naturaleza

jurídica.

Montesquieu decía; el impuesto es la

proporción de los bienes que cada ciudadano da al estado

para tener seguridad sobre los que quedan y para gozar de estos

placenteramente.

Afirma Manuel de Juano, asociando a los distintos

elementos y características de este tributo, que no debe

ser confundido con los otros recursos derivados, da la siguiente

definición genérica.

El impuesto, es la obligación pecuniaria que pesa sobre las personas en su calidad de


integrantes de un Estado, por tener bienes o rentas en el mismo, exigida legalmente
según su capacidad contributiva; en base a las normas fundamentales del país y de los
principios de igualdad, generalidad y uniformidad, cuya recaudación debe destinarse a
satisfacer las necesidades y servicios públicos indivisibles o el déficit de los divisibles.

En esta definición se distinguen los siguientes

elementos:

– Obligación pecuniaria, vale decir en dinero.


– Que pesa sobre las personas físicas o jurídicas, que integran el Estado y que están

obligados a contribuir a la formación del tesoro estatal, en cuanto poseen bienes o rentas
en su jurisdicción, y es protegido por su régimen jurídico.

– La exigibilidad responde coactivamente al imperio de la ley.

– El gravamen debe respetar la capacidad contributiva de tales personas, que es la causa


más justa de toda tributación.

– La obligación legal ha de ajustarse a las normas constitucionales del Estado, entre


ellas, la de anualidad o periodicidad, y a los principios de igualdad, generalidad y
uniformidad.

– Lo recaudado debe satisfacer necesidades y servicios públicos indivisibles,


característica que

diferencia al impuesto de las tasas, pudiendo responder también a cubrir el pasivo del
Estado (déficits divisibles)

El análisis de este concepto, nos permite desentrañar la naturaleza jurídica de este


recurso que impide su confusión con la tasa, en cuanto esta traduce una ventaja
individual y la existencia de un servicio público divisible en contraprestación del dinero
con que se paga. Lo mismo ocurre frente a la contribución de mejoras, que implica
ventaja diferencial provocada por la plusvalía de una obra pública a favor de los
propietarios de los inmuebles mejorados por ella. Existe, sin embargo, una diferencia de
los impuestos según su naturaleza financiera

distinguiéndose:

– Impuesto General, es el obtenido de la generalidad de los contribuyentes que se


designa a la satisfacción de las necesidades públicas de la colectividad entera. Impuesto
al Consumo, a las rentas, etc.

– Impuesto especial: es el obtenido sobre un grupo determinado de individuos, que


satisface un objeto especial inherente al grupo mismo de los contribuyentes, o un tributo
empleado en el solo interés de aquellos que lo pagan, ejemplo; impuesto al turismo, etc.
Lo que caracteriza al "Impuesto" es que se trata de una prestación pecuniaria debida por
el particular sin ninguna clase de obligación por parte del Estado en forma directa e
inmediata.

2. Fundamento del impuesto: existen varias teorías que explican los fundamentos del
impuesto.

a) Teoría del precio de cambio; según esta concepción de inspiración contractual, el


impuesto es una compensación o remuneración que pagan los contribuyentes por los
servicios que el Estado les presta. Mirabeau, en su teoría del Impuesto (1766) decía "El
Impuesto es el precio de las ventajas que la sociedad procura a los individuos". Estuvo
en auge durante la Revolución Francesa.

Todas las opiniones convergían en la tesis de que el impuesto debía establecerse, de


suerte que la contribución de cada uno lo fuera en relación con las ventajas personales
que obtiene de la organización pública, o en proporción a los servicios que el Estado le
procura. Vale decir que si un individuo no recibe del Estado más servicios que otro,
aquel no deberá pagar más impuestos que este, aunque fuere más rico.

b) Teoría de la prima de seguro; según esta corriente doctrinaria, los individuos pagan
en mérito de la seguridad que les presta el Estado sobre sus personas y bienes. Por ello
afirmaba Bodin, que el impuesto es el precio necesario de la protección acordada por el
soberano a los particulares. El precio de este seguro requerido por el Estado, consiste en
una parte de la renta de la propiedad funciaria, y permite al asegurado, la libertad de
fijar el mismo por declaración de objeto que le asegura. Si los bienes asegurados de esta
manera fueron destruidos en la guerra, el Estado debe indemnizar los siniestros tomando
como base la valuación, el valor del bien declarado al momento del seguro.

La teoría ofrece grandes reparos, en primer lugar, no coincide con la configuración


actual del Estado, pues ella implica, la ideación del llamado del Estado-gendarme, que
pertenece al pasado como concepción financiera y que no armoniza con el Estado
socialmente organizado sobre una base jurídica y económica de justicia.

Finalmente, no debe olvidarse que el seguro se contrata para indemnizar perdidas


sobrevinientes, y que el Estado no debe asegurar sino proteger procurando prevenir el
mal antes que repararlo cuando ya se ha producido.
c) Teoría de la Concepción histórico-orgánica del Estado; en el curso del siglo XIX,
aparece la concepción histórico – orgánica del Estado. Según decía, el Estado es la
forma más elevada e imprescindible de vida colectiva, por lo que el fundamento jurídico
del impuesto radicaría; en la necesidad absoluta del Estado y en la justificación de su
existencia y del sometimiento de sus miembros a su soberanía. El Estado beneficia a
todos con sus instituciones, consecuentemente, todos deben participar en su
sostenimiento. La gran variedad de fines estatales explica el porqué de la necesidad de
procurar coactivamente los tributos generales. La transformación de estos tributos en
servicios y bienes, capaces de satisfacer las necesidades comunes, explica también
porque se someten a tal sacrificio los ciudadanos, ya que ellos carecen en forma
absoluta o relativa de posibilidades de producir tales servicios.

El Estado ya no puede considerarse como solo la organización de defensa; pero


adviértase al mismo tiempo, que esta concepción, al anular en su totalidad los derechos
individuales, implica la negación del hombre como sujeto de derecho en cuanto a su
patrimonio, expuesto de este modo a la confiscación estatal. Esta teoría otorga al Estado
la facultad de obrar con toda omnipotencia, eclipsando al individuo en vez de coordinar
los derechos inherentes a la convivencia social sobre justas bases.

d) Teoría de la distribución de la carga pública. En el Estado moderno el individuo debe


pagar impuestos desde el mismo momento que forma parte del Estado, ya que el ser
miembro de la comunidad por esta sola razón queda sometido al deber fiscal.

El fundamento de la obligación es la solidaridad existente entre los que componen los


cuales la comunidad no podría subsistir.

En la actualidad, la doctrina no se orienta hacia la numeración de los servicios, se tiende


a definir objetiva y descriptivamente al impulso como una participación de las cargas
públicas, obligación a la que están sometidos todos los que tienen medios para
satisfacerla. El impuesto – afirma Stourm – es la contribución exigida a cada ciudadano
por su participación en los gastos públicos.

En el estado moderno, el impuesto traduce un procedimiento de repartición o


distribución de las cargas públicas entre los individuos. Esta

distribución descansa sobre dos premisas:

– El Estado presta a la comunidad en base a conceptos de solidaridad social económica.


– Los servicios se prestan teniendo en cuenta la capacidad contributiva del sujeto, al
grado de sacrificio realizado para obtener la riqueza de que dispone, y la relación
existente entre sus recursos y sus necesidades. De este concepto del impuesto, fluyen
tres

características:

– Corresponde al Estado decidir quienes deben satisfacerlo, en que medida y bajo que
condiciones en un régimen legal, y reglamentario.

– Están obligados a contribuir todos los que forman parte de la comunidad imperando el
principio de la generalidad.

– La obligación individual, no se mide por las ventajas que obtiene del Estado, sino en
base a la capacidad personal para contribuir en los gastos de la comunidad, base de la
concepción moderna en materia impositiva. protección social; y fue Napoleón quien
mas tarde, las restableció.

5. La unidad de consumo como base para determinar la tasa.

En relación a la forma de distribución el costo de un servicio público entre los


consumidores a que se atiende por tasas, se plantea el problema de determinar lo que se
llama unidad de consumo, que seria para cada servicio el que se presta a un consumidor
o usuario. Esta unidad de consumo al que el servicio publico es capaz de atender, se
determinaría en su valor matemático, dividiendo el costo del servicio por el numero de
unidades de consumo, y conocido este valor, estaría a modificarse para determinar la
tasa en relación al criterio que predominara sobre si en el uso del servicio publico,
predomina el interés publico o el interés particular.

6. Sistema de tarifas de la unidad de consumo.

Se llama "tarifa al sistema de tasas", establecida por relación al número de unidades


consumidas de un determinado servicio, que podrían ser uniformes, progresivas o
regresivas. Desde otro punto de vista, en el servicio en que la unidad de consumo, o
tiene varios elementos para su determinación, como seria el caso de traslado de carga de
movilización de pasajeros, en que pueden jugar factores como peso, volumen y
distancia, que pueden considerarse todos ellos, o estandarizarse la unidad de servicio,
determinando su valor por el elemento que predomina en el costo de producción de
utilidades, y así se habla de:
– Tarifas unitarias, en que se combinan diversos elementos para fijarse el valor.

– Tarifas únicas, en que se considera un solo factor predominante.

7. Sistema de recaudación de las tasas.

En la recaudación de estos ingresos se emplean diversos procedimientos, según sea la


naturaleza del servicio de que se trata;

– En algunos se exige el pago de la tasa en forma directa e inmediata de quien


recurre a el;

– En otros, son los propios funcionarios encargados de estos servicios, los que
recauden del publico el valor de las tasas en el momento en que prestan sus servicios, y

– Finalmente, en ciertas oportunidades se usa un sistema indirecto de estampillas,


timbres, o papeles con el sello del Estado, que deben ser inutilizados en el momento en
el que se presta el servicio.

8. Los servicios públicos costeados por tasas en el Paraguay.

El Prof. Carlos A. Mersán, ofrece una reseña de las tasas encontradas en la legislación
positiva.

A continuación un pequeño resumen de las mismas:

En la Ley 125/91, las tasas por certificados, informes o testimonios de documentos, Gs.
500, y las copias autenticadas de leyes, Gs. 300.

Tasas portuarias a ser percibidas por la A.N.N.P., establecida por la Ley 303 del 31 de
octubre de 1955, y su modificación del año 96, entre los que se cuenta las:

– Tasas de muelle, por la utilización del lugar de atraque.

– Eslingajes: para mercadería de exportación, importación y removidos. –


Manipuleo: por mercaderías desembarcadas sobre camiones o embarcadas desde
camiones, o por operaciones de removidos.

– Almacenaje de mercadería: de importación por periodo de 10 días hábiles; por


mercadería peligrosa, por periodo de 8 días, así, por la inflamable y oxidante, y las
sustancias peligrosas diversas.

Régimen de pacotilla: abonaran una tasa de


2% sobre el valor de la mercadería introducida. Prevé tasas para contenedores de
diferentes medidas e igualmente, para servicios accesorias.

– Tasas municipales. Entre las que destacamos las establecidas por la Ley 881/81:
de recolección de basuras y barrido de vía pública, limpieza de cementerio, contratación
e inspección de pesas y medidas, por provisión de chapas, por ocupación de corralones
municipales, por servicio de salubridad, por servicio de desinfección, y de la
"conservación de pavimento" llamada indebidamente como "contribución".

– Tasas de alumbrados: establecida de la Ley

966/64: por servicio de alumbrado publico a cargo de la ANDE, que será pagado por los
propietarios beneficiados o por el ocupante por cuenta del propietario, en proporción del
frente de sus respectivas propiedades, tomando el cuenta la potencia de luz existente en
las calles iluminadas. Estas alcanzan hasta los propietarios de inmuebles situados dentro
de los 60 metros a partir de la última lámpara de

alumbrado. El pago es mensual o bimestral, y la mora da derecho a la ANDE al corte de


la energía eléctrica. Debe recordarse que además de esta tasa, la ANDE percibe un
precio por el suministro de energía eléctrica a los propietarios que lo soliciten.

– Tasas del Ministerio de Relaciones Exteriores:

determinadas actuaciones realizadas en el Ministerio de Relaciones Exteriores originan


el pago de tasas, como la expedición, renovación, prorroga de pasaportes oficiales y
diplomáticos.

– Tasas sanitarias: aranceles de los servicios

del Ministerio de Salud Publica y Bienestar Social, por diversos conceptos, tales como
registro sanitarios, importación de productos farmacéuticos, expedición de

certificados, fijación de precios de medicamentos, registro de plaguicidas, fertilizantes,


tabacos, bebidas alcohólicas importadas, empresas, análisis laboratoriales de aguas,
desinfección de vehículos, etc.

– Tasas de Peajes: La última modificación data del año 1990; establece nuevas
tarifas y modalidades de percepción de tasas de transito (peajes) por el uso de rutas
camineras y cruce de puentes, dentro del territorio nacional, quedando facultado el
Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones, a recaudarlas.
– Tasas en el Aeropuerto Silvio Pettirossi: y en el Aeropuerto internacional
Guaraní, por servicios, aeronáuticos y tarifas, a cargo de la dirección de Aeronáuticas
Civil.

9. La obligatoriedad de las tasas.

Tasa es la cantidad de dinero que percibe el Estado o entidad autárquica, en virtud y con
motivos de la prestación de un determinado servicio público, y por la ventaja prestada
por ese servicio.

Dice el Prof. Mersán, que "desde un estricto punto de vista jurídico, la tasa es una
prestación pecuniaria, debida en base a una norma legal, en la medida establecida por
ésta, exigida por acto de autoridad del Poder Publico, integrada con una actividad del
Estado, divisible e inherentes a su soberanía (como en las tasas judiciales), hallándose a
esa actividad relacionada directamente con el contribuyente, o sea que, es una
prestación exigida por el Estado por usufructuar un servicio otorgado por el mismo.

La actuación estatal vinculante es quizás

el elemento caracterizador mas importante para saber si nos enfrentamos a un impuesto


o a una tasa; y se ha sostenido que es de la naturaleza de la tasa que su cobro
corresponde siempre a la concreta, efectividad e individualizada prestación de un
servicio al contribuyente. La diferencia más relevante con el impuesto, es la vinculación
de la tasa con una actividad estatal, por lo que ellas se clasifican, generalmente en
doctrina, en tasas judiciales y tasas administrativas, controles, fiscalización, legalización
de documentos, licencias, etc.

La diferencia fundamental con el precio, es que esta deja un margen de utilidad, y las
tasas, sólo cubren el costo del servicio, por lo que algunos autores la llaman precio
público.

El Prof. Caballero Giret, en clase y sobre el punto, expresó, que la diferencia entre la
tasa cobrada por el Estado y la tasa por servicio publico, es que ésta ultima se denomina
Precio Publico, porque existe en el pago una voluntariedad, es decir, no hay
coercibilidad en la contraprestación, y se formaliza e través de un contrato llamado de
adhesión, en donde una de las partes, acepta las condiciones de la otra: precio por los
servicios de ANDE, CORPOSANA, ANTELCO, entre otros.
Asimismo expreso, que la diferencia entre el precio público y el precio del sector
privado, reside, en que el primero, busca la perfección del servicio y no la utilidad,
mientras que el segundo, busca el beneficio o utilidad, siendo el fin de todo sector
privado.

Por otra parte, la Constitución Nacional en su Art, 176, al hacer referencia a los recursos
del Estado, establece como uno de ellos a las tasas; y la ley 14/68, considera que las
tasas no son recursos tributarios, contrariamente, a lo considerado por la doctrina.

10. La historia de las tasas.

En la antigüedad no existieron tasas, pues, el Estado primitivo no prestaba ningún


servicio público a los súbditos y, por el contrario, estos debían o estaban obligados a
servir gratuitamente a sus señores. Durante la Edad Media llegaron a difundirse las tasas
en donde los súbditos debían pagar a los señores feudales por determinados "servicios"
que estos les prestaban, como por ejemplo, para que les permitieran ejercer profesión o
empleos, transitar por las rutas o cruzar los puentes, por utilizar las tierras del señor
feudal, etc., que, posteriormente, se convirtieron en el concepto antiguo de peajes para
el transito y tasas cobradas directamente por el Rey. Estaban vinculados a la idea de
propiedad del dominio territorial; no eran estrictamente tributarias.

Con el correr del tiempo se fueron desarrollando hasta llegar a su moderna concepción
actual.
11. La política de tasas.

Las evoluciones de la ideas, ha llevado el pensamiento a otras formas de concebir la


convivencia social, en que se ve y se aprecia más la sociedad como un todo, y las
relaciones entre los hombres regidas, no solo por principios económicos, sino por ideas
y sentimientos y por realidades espirituales tan poderosas como la de solidaridad social,
porque la existencia de servicios públicos a disposición permanente de la colectividad,
aunque no se los use, presenta una ventaja para los consumidores eventuales. Es por ello
que esta distinción, e incluso, la coexistencia de estos ingresos, van cediendo terreno, y
se advierte un desplazamiento de los servicios públicos financiados por tasas, hacia los
financiados
Conclusión

El derecho financiero es una rama del derecho que se enfoca en la regulación de las
actividades financieras y económicas. Esta disciplina abarca diversos temas como la
regulación bancaria, el mercado de valores, la fiscalidad, la contabilidad, la gestión de
los recursos financieros públicos y privados, entre otros.

El derecho financiero es importante porque garantiza la estabilidad del sistema


financiero y protege a los inversores y consumidores. Además, contribuye al desarrollo
económico al fomentar la inversión y el ahorro.

En conclusión, el derecho financiero es una disciplina esencial en el mundo actual y su


estudio y aplicación son fundamentales para garantizar un adecuado funcionamiento del
sistema financiero y económico, así como para promover la justicia y el bienestar
económico de la sociedad.

Los impuestos son una herramienta fundamental que utilizan los gobiernos para
financiar sus gastos y programas sociales. Los impuestos son una forma de recaudar
fondos de la población y se utilizan para financiar la infraestructura, los servicios
públicos y otras iniciativas gubernamentales.

Los impuestos pueden ser directos o indirectos, y pueden aplicarse a diferentes tipos de
bienes y servicios. Además, los impuestos pueden tener distintas finalidades, como la
redistribución de la riqueza, el fomento de determinadas actividades económicas o la
protección del medio ambiente.

La obligación tributaria es la relación jurídica que surge entre el contribuyente y el


Estado en virtud de la cual el primero debe cumplir con el pago de los impuestos que le
corresponden y el segundo está obligado a garantizar el cumplimiento de dicha
obligación.

La obligación tributaria es una obligación legal que tiene carácter coercitivo y puede ser
exigida por el Estado a través de diferentes medios, como sanciones, embargos, entre
otros. Además, la obligación tributaria no solo implica el pago de impuestos, sino
también el cumplimiento de otras obligaciones fiscales, como la presentación de
declaraciones y la llevanza de registros contables.
Es importante destacar que el incumplimiento de la obligación tributaria puede tener
graves consecuencias para el contribuyente, como sanciones económicas, embargos y
hasta penas de prisión en casos extremos.

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