Monografia de Soja
Monografia de Soja
Monografia de Soja
ORIGEN Y DIFUSIÓN
De origen asiático, la soja cultivada es nativa del este asiático, probablemente originaria del norte y
centro de China. Hacia el año 3000 AC los chinos ya consideraban a la soja como una de las cinco
semillas sagradas. Su producción estuvo localizada en esa zona hasta después de la guerra chino-
japonesa (1894-1895), época en que los japoneses comenzaron a importar tortas de aceite de soja
para usarlas como fertilizantes. Es el alimento fuerte de los pueblos del oriente. En la India se la
promocionó a partir de 1935. Las primeras semillas plantadas en Europa provenían de China y su
siembra se realizó en el Jardín des Plantes de París en1740. Años más tarde (1765) se introdujo en
América (Georgia, EE.UU.) desde China, vía Londres. Sin embargo, no fue hasta la década del 40
donde se produce la gran expansión del cultivo en ese país, liderando la producción mundial de
soja a partir de 1954 hasta la actualidad. Ha servido de alimento a los paracaidistas alemanes, en
forma de tabletas durante la segunda guerra mundial y su uso está generalizado en Estados
Unidos y en Brasil. Actualmente Estados Unidos es el primer productor mundial de soja. En Brasil
fue introducida en 1882, pero su difusión se inició a principios del siglo XX y la producción
comercial comenzó también en la década del 40, constituyéndose en la actualidad en el segundo
productor mundial de grano de soja. Estados Unidos, Brasil, Argentina e India son los países que
lideran dicha producción en la actualidad.
La soja es una planta conocida con el nombre taxonómico: "Glycine Max", introducido por
Linnaeus en un libro llamado "Genera Platarum" en 1937 La palabra "Glycine" deriva del vocablo
griego "glykys" (dulce) y probablemente se hace referencia al sabor dulce de sus tubérculos.
La soja pertenece a la familia de las leguminosas, pero con características propias que la diferencia
del resto de integrantes, destacada por su alto contenido de proteína y por su calidad nutritiva.
Ocupa una posición intermedia entre las legumbres y los granos oleaginosos, conteniendo más
proteínas que la mayoría de las legumbres, pero menos grasa que la mayor parte de las
oleaginosas.
Dicha planta se cultiva durante la estación cálida (noviembre, diciembre, enero), luego se cosecha
(marzo, abril, mayo) y posteriormente se comercializa.
Exigencias en clima.
Las temperaturas óptimas para el desarrollo de la soja están comprendidas entre los 20 y 30º C,
siendo las temperaturas próximas a 30º C las ideales para su desarrollo. El crecimiento vegetativo
de la soja es pequeño o casi nulo en presencia de temperaturas próximas o inferiores a 10º C,
quedando frenado por debajo de los 4º C. Sin embargo, es capaz de resistir heladas de -2 a -4º C
sin morir. Temperaturas superiores a los 40º C provocan un efecto no deseado sobre la velocidad
de crecimiento, causando daños en la floración y disminuyendo la capacidad de retención de
legumbres. Las temperaturas óptimas oscilan entre los 15 y los 18º C para la siembra y los 25º C
para la floración. Sin embargo, la floración de la soja puede comenzar con temperaturas próximas a
los 13º C. Las diferencias de fechas de floración, entre años, que puede presentar una variedad,
sembrada en la misma época, son debidas a variaciones de temperatura. La soja es una planta
sensible a la duración del día, es una planta de día corto. Es decir, que para la floración de una
variedad determinada, se hacen indispensables unas determinadas horas de luz, mientras que para
otra, no. Respecto a la humedad, durante su cultivo, la soja necesita al menos 300 mm de agua,
que pueden ser en forma de riego cuando se trata de regadío, o bien en forma de lluvia en aquellas
zonas templadas húmedas donde las precipitaciones son suficientes.
Exigencias en suelo.
La soja no es muy exigente en suelos muy ricos en nutrientes, por lo que a menudo es un cultivo
que se emplea como alternativa para aquellos terrenos poco fertilizados que no son aptos para
otros cultivos. Se desarrolla en suelos neutros o ligeramente ácidos. Con un ph de 6 hasta la
neutralidad se consiguen buenos rendimientos. Es especialmente sensible a los encharcamientos
del terreno, por lo que en los de textura arcillosa con tendencia a encharcarse no es recomendable
su cultivo. Si el terreno es llano, debe estar bien nivelado, para que el agua no se estanque en los
rodales. Sin embargo, es una planta que requiere mucha agua, por lo que en los terrenos arenosos
deberá regarse con frecuencia. La soja es algo resistente a la salinidad
Inoculación de la semilla.
Como norma general es recomendable realizar una inoculación de las semillas con las bacterias
fijadoras de nitrógeno atmosférico específicas de esta planta. Para ello existen preparados
comerciales que pueden utilizarse con garantía y que se entregan al cultivador con la semilla.
Estos productos se presentan generalmente en polvo negruzco y se utilizan de la
siguiente manera: Se humedece con una pequeña cantidad de agua la semilla necesaria para la
siembre y, una vez escurrida, se mezcla con la cantidad de polvos indicada por el fabricante,
removiendo bien la mezcla para que sea homogénea. Se mejora la adherencia del inoculante a la
semilla si se ha añadido previamente al agua un poco de azúcar, melaza o goma arábica. Las
bacterias son muy sensibles a la luz solar, por lo que conviene realizar la mezcla a la sombra y
sembrar inmediatamente después de la inoculación.
Siembra.
Alternativas de cultivo.
Cultivo en primera o en segunda cosecha. Debido a que la soja es una leguminosa, y es una planta
fijadora de nitrógeno gracias a la simbiosis que tiene con las bacterias del género Rhizobium en sus
raíces, se considera como un cultivo mejorante del suelo. Por ello la soja puede sembrarse como
segunda cosecha después de un cereal de invierno. El nitrógeno proporcionado por la leguminosa
es excelente para la germinación y posterior desarrollo de los trigos sembrados en otoño.
En 1925 el ministro de agricultura Le Bretón introdujo semillas de Europa y años más tarde se
hicieron ensayos con grupos de distintas variedades, pero hasta 1965 no se intensificó la
investigación acerca del tema. Los resultados eran satisfactorios, pero no obtuvieron la difusión
requerida entre los productores.
Además, se registraron cuatro intentos de introducir esta especie con fines comerciales en la
historia agrícola de nuestro país: se creó el Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico en 1919,
Gabecia S.A. en 1935, Bunge-Born en 1941-1943 y el cuarto intento se inició en 1956 cuando
Brandt Laboratorios, fundo la filial Agrosoja. Se realizó un convenio de investigación agrícola con
la Dirección General de Investigaciones Agrícolas (dependiente del Ministerio de Agricultura de
la Nación), organismo precursor del INTA. Este convenio asocia el esfuerzo privado y público para
emprender un plan de investigación agrícola destinado a una especie todavía no cultivada en el
país. También, el convenio establecía que el organismo oficial pondría a disposición el campo
experimental y Agrosoja contribuirá con la designación y el costo de los ingenieros investigadores.
Los mismos ensayos se realizaron en EEA Pergamino, desde 1956 hasta 1960, fueron de trabajos de
manejo del cultivo y maquinaria. La colección de cultivares se inició con 96 introducciones
provenientes de Asia, Europa y EEUU, importados por Agrosoja. Dentro de los cultivares el que
se destacó fue el cultivar Lee.
Gracias al gran esfuerzo dedicado a dicho cultivo, Argentina pudo exportar por primera vez grano
de soja el 5 de julio de 1962 a través del buque "Alabama" llevando 6000 toneladas con destino a
Hamburgo.(Alemania) Su Producción se incrementó notoriamente en los años 70 hasta alcanzar en
la actualidad más de 6.000.000 de hectáreas cosechadas con una producción de más de
11.000.000 de toneladas, convirtiendo a la Argentina en el cuarto productor mundial de grano, el
primer exportador mundial de aceite de soja y el segundo de harina de soja. No debe sorprender,
entonces, que la soja represente en la actualidad el rubro de exportación de mayor incidencia en
el Producto Bruto Agropecuario del país, y el mayor generador de divisas. Actualmente el cultivo
de soja ocupa una amplia zona ecológica que se extiende desde los 23º (en el extremo norte del
país) a los 39º de latitud sur, concentrándose principalmente en la Región Pampeana, con cerca del
94% de la superficie sembrada y el 95% de la producción total del país.
Se probaron diferentes cultivares entre 59 localidades desde Viedma hasta General Güemes y así
lograr determinar la adaptación, los grupos de madurez más adecuados para cada zona y la época
de siembra y también se logró el primer mapa de localización de variedades en la Argentina.
Dichos trabajos fueron financiados por INTA.
Otro aporte fue la clasificación de los tipos agroclimáticos para el cultivo de la soja, que permitió
disponer de una regionalización del territorio argentino para cultivar esta oleaginosa con mayor
éxito. El sector público también hizo su aporte para arraigar este cultivo mediante diferentes
medidas:
En 1966 se dictó una Resolución que determinaba un precio sostén para la adquisición de este
grano.
En síntesis, es posible decir que hacia 1956 no se conocían aún los aspectos básicos del cultivo,
además los fracasos en la implantación hicieron que fuese considerado para esa época como
"tabú". Es decir, era pérdida de tiempo investigar sobre la soja, pero la perseverancia y el esfuerzo
de investigación y promoción del cultivo realizado por unos pocos permitió su implantación
definitiva a partir de la década del 60.
Región Pampeana.
La región pampeana está delimitada al este por el océano Atlántico, el Río de la Plata y el Paraná; al
norte por una línea imaginaria que atraviesa la ciudad de Santa Fe, al oeste por las Sierras
Pampeanas y al sur por el río Colorado. Comprende la provincia de Buenos Aires, el noreste de La
Pampa, el este de Córdoba y el sur y centro de la provincia de Santa Fe, parte de Río Negro,
Mendoza y San Luis.
En la región pampeana se encuentran las principales ciudades del país: Buenos Aires, Rosario,
La Plata, Santa Fe Mar del Plata y Bahía Blanca. Desde el punto de vista económico es la región más
importante del territorio argentino por sus características de clima y suelo que la transforman en
una zona agrícola y ganadera por excelencia.
Esta región produce las principales cosechas de grano (trigo, maíz, soja y girasol).
Aproximadamente el 15 por ciento de las explotaciones en la Pampa húmeda son mixtas, el 28 por
ciento agrícolas y el 28 por ciento exclusivamente ganaderas. En los últimos años hubo un
aumento en las explotaciones puramente agrícolas a expensas de las exclusivamente dedicadas a
la ganadería. En 1992 las explotaciones agrícolas representaban alrededor de un tercio,
aumentando al 44 por ciento en 1999. La población de ganado cayó en el mismo período desde 32
a 27 millones de cabezas.
En términos de área cultivada, los principales cultivos son soja, trigo, maíz y girasol en ese orden.
Los cultivos secundarios son sorgo, cebada, maní y lino.
Los cambios tecnológicos más importantes de los años 90 fueron el aumento en el uso de
fertilizantes y la adopción de la siembra directa.
Actualmente, una de cada tres ha sembradas en la Pampa húmeda es hoy con el sistema de
siembra directa. Este desarrollo se explica por el aumento en el costo de los combustibles, la
disponibilidad de herbicidas baratos y eficientes y el potencial de producción de variedades de
sojas resistentes al herbicida más popular: glifosato. Con la mejora de las tecnologías de uso de
fertilizantes, la siembra directa también se utiliza cada vez más en los cultivos de cereales.
Subregiones y Características.
La planicie posee una suave pendiente hacia el Este-Sudeste y su horizontalidad sólo está
interrumpida por los relieves incluidos de los sistemas de Ventania y Tandilia en la Pampa oriental
o húmeda y el de Mahuides en la occidental o seca.
La Pampa Argentina y sus subdivisiones 1 = Pampa Ondulada, 2=Pampa Arenosa, 3=Pampa
Deprimida, 4=Sistema de Sierras y Llanuras Inter montaña.
El paisaje de la Pampa oriental presenta distintos aspectos que permiten dividirla en tres
subregiones: ondulada, deprimida y alta. La pampa ondulada es una angosta franja que se
extiende desde el río Carcarañá en Santa Fe hasta Punta Indio en Buenos Aires. Debe su nombre a
las ondulaciones del suelo en el que los ríos tributarios del Paraná y de la Plata, han
excavado valles amplios y poco profundos por los que se deslizan describiendo meandros. El frente
fluvial sobre los grandes colectores está caracterizado por una barranca casi continua, de gran
importancia antropo geográfica.
La Pampa alta se extiende desde el borde oriental de las sierras pampeanas en Córdoba, hasta
el frente marítimo de la provincia de Buenos Aires comprendido entre Mar del Plata y Bahía
Blanca. En este sector, el clima presenta la variedad con influencia oceánica, de lluvias suficientes,
escasas amplitudes térmicas y la acción de los vientos del mar. En el Sudeste de la provincia de
Buenos Aires, limitada por los cordones de Tandilia y Ventania, se encuentra otro sector
deprimido que constituye la pampa interserrana; su red de drenaje está dirigida hacia todos los
rumbos, aunque sólo los ríos y arroyos de la pendiente atlántica alcanzan el mar, como Quequén
Grande, Claromecó, Sauce Grande, etc. Los recursos de que dispone esta área son múltiples: a la
ganadería (ovinos y vacunos) y agricultura (cereales, oleaginosas y en Balcarce papas en gran
escala), se suma la minería con la explotación de canteras de granito y piedra caliza. La variedad y
belleza de los valles y formaciones serranas atraen al turismo que origina una intensa actividad
hotelera en Tandil, Azul, Olavarría y otras ciudades. El litoral de esta zona posee los mayores
centros balnearios de la Argentina, donde sobresalen Mar del Plata, Miramar y Necochea. El
primero es además puerto pesquero y base de submarinos. Bahía Blanca, en la zona austral, es
el gran puerto de embarque de la región, punto terminal de caminos y ferrocarriles, contando con
poderosos elevadores de granos; siendo asiento de la Base Naval General Belgrano, la más
importante de la Armada Argentina.
La soja es hoy la oleaginosa más difundida del país y, con sus derivados, el principal producto de
exportación argentina. Argentina figura como el principal exportador de aceite de soja y como
segundo proveedor de los subproductos proteicos del cultivo.
Argentina tiene una larga trayectoria en la producción de oleaginosos, iniciada con los cultivos de
maní y lino. En 1970, en la Argentina, la industrialización de la soja no tenía mayor importancia,
las fábricas de aceite trabajaban al 50 % de su capacidad productiva y no aumentaba la producción
de soja por falta de porotos de soja.
El auge exportador del complejo soja tubo comienzo a mediados de los años 70. La expansión
productiva se vio acompañada por la modernización de la molienda y fue estimulado por
la demanda mundial de soja.
De manera similar, la harina de soja pasa de 2.5 % en 1979, a 22 % en 1989, pasando a ocupar de
esa manera el segundo lugar en el ámbito internacional de este subproducto.
En 1875 y en años subsiguientes, Frederick Haberbant, de Viena, trato de difundir el cultivo, pero
no logro el éxito debido problemas de manejo y condiciones climáticas.
A partir de 1908, a través de embarques de grano y de productos de esta especie, logró la atención
de todo el mundo.
Con respecto a nuestro continente, se cree que viaja por primera vez a principios del siglo XVII en
un barco chino. Un marinero llamado Samuel Bowen, trajo la semilla a Georgia (EEUU).
Mientras tanto hacia fines de ese mismo siglo, los europeos comenzaron a analizar el contenido
del Tofú, introducidos por los mercaderes y por misioneros que
viajaban a Asia.
En EUU, la gran explosión del cultivo se logró en 1940 y comenzó a liderar la producción mundial
de soja y continúa haciéndolo.
En Brasil, fue introducida en 1882 pero su difusión se logra en el siglo XX y su producción comenzó
a ser comercial en 1940. A partir de 1970, se intensificó y se obtuvieron grandes aumentos. Hoy es
el segundo productor mundial de esta especie
El análisis de las tres primeras décadas (40/50/60) de expansión del cultivo en Argentina,
muestra experiencia incipiente en las provincias de Corrientes, Buenos Aires, Chaco, La Rioja, Salta,
Santa Fe, Santiago del Estero y Misiones.
En la década del 40 se logró una producción de 3.224 t, con un área sembrada de 5.568 hectáreas.
En la década siguiente la producción tuvo un marcado retroceso ya que se lograron 1.730 tns. y el
área sembrada fue de 2640 has. Con respecto a los rendimientos, en ambas décadas se lograron
1.013 kg/ha., el cual fue similar al promedio mundial para el período.
La década del 60 marcó el arraigo del cultivo. Los ensayos se convirtieron en siembras de
rutina, en provincias como: Tucumán, Buenos Aires, Santa Fe y Misiones. En esta última, se detectó
un récord de área cosechada para ese período y fue la provincia que tuvo mayor cantidad de soja
sembrada en ese período. Argentina obtuvo una producción que alcanzó las 26.800 tns. con una
superficie cosechada de 25.970 has. Y un rendimiento de 1.031,96 kg/ha., muy importante
para esa época. Estas cifras de producción, superficie y rendimiento fueron muy importantes en
relación con los 20 años anteriores.
La década del 70 marcó el despegue y puede considerarse como el inicio del verdadero
incremento, lográndose 13.211.800 tns de producción, 7.156.110 has cosechadas y un rendimiento
promedio que alcanzó 1.520,05 kg/ha.
En la década del 80, se lograron grandes cifras en todos los aspectos. En cuanto a la
producción, se lograron 66.320.000 tns. que fueron 5,5 veces mayor que la década pasada. La
superficie cosechada obtuvo 26.165.550 has, es decir, 3,82 veces mayor que la
década pasada. En cuanto al rendimiento, éste osciló entre 2.035,45 kg/ha, siendo mayor que el de
la década anterior.
En la década del 90, debido a los grandes avances y condiciones, se lograron excelentes resultados.
Nuevamente, la superficie creció un 216,52%, la producción aumenta un 179,81%, el rendimiento
obtuvo un incremento en promedio de 175.9 kg/ha.
Desde el 2000 al 2002, los resultados continuaron siendo positivos, pero con algunos problemas.
La superficie cosechada ronda las 21.806.025 has., mientras que la producción alcanza 35.000.000
tns. y el rendimiento muy satisfactorio en promedio fue de 2.609 kg/ha.
En relación con los rendimientos, aumentaron de aproximadamente 1000 kg/ha a 2000 kg/ha,
alcanzando para el periodo 1977/1997 un promedio de 2063,90 kg/ha. Siendo Córdoba, Santa Fe y
Buenos Aires las provincias en donde se dieron los rendimientos más satisfactorios, debido a sus
condiciones climáticas y de suelo favorable para el cultivo.
A partir de 100 Kg. de porotos de soja se pueden obtener 65 Kg. de harina y 17,8 Kg. de aceite
crudo. Del procesamiento de la harina se pueden extraer finalmente alrededor de 33 Kg. de
proteína concentrada.
El siguiente esquema representa los componentes que aporta una semilla típica de soja:
La importancia de la proteína de
soja en alimentación animal y humana radica en la alta calidad de la proteína representada en su
contenido en aminoácidos esenciales (que solo se pueden obtener mediante la alimentación). Si
una proteína es deficiente en uno o más aminoácidos esenciales, su calidad es más baja. Además,
el aceite se destaca por una alta proporción en ácidos grasos poliinsaturados, como el linolénico y
linoleico, que aportan beneficios para la salud.
Desde el punto de vista nutritivo, la soja es una excelente fuente de proteínas muy digeribles y de
calidad comparable a las proteínas de origen animal. También es una buena fuente de calcio,
hierro, zinc, fosfato, magnesio, vitaminas B y folato. También aporta ácidos grasos poliinsaturados
(más saludables), y lecitinas y fitoesteroles, que ayudan en la prevención de enfermedades
cardíacas. Dado que la soja en su estado “crudo" contiene sustancias ("anti-nutrientes") que
pueden interferir con la digestión y aprovechamiento de los nutrientes, todos los alimentos
derivados de la soja deben ser consumidos luego de procesarlos a alta temperatura para destruir
los antinutrientes. Así, todas las industrias que elaboran alimento a partir de soja previamente
procesan la materia prima.
En el siguiente esquema se resumen las principales aplicaciones que tienen actualmente los
derivados de la soja:
DERIVADOS DEL POROTO DE SOJA
Después de extraer el aceite de soja, el resto de los copos se puede procesar en una serie de
productos comestibles, o bien se puede emplear como alimento rico en proteínas para animales.
Las harinas y sémolas de soja se utilizan en la industria repostera y ayudan a acondicionar y
blanquear la masa. Sus excelentes cualidades para retener la humedad ayudan a mantener la masa
elevada. La lecitina, que se extrae de la semilla de soja, se aplica a una gran variedad de productos
que van desde medicamentos a coberturas protectoras. Es un emulsionante y lubricante natural.
Se emplea, por ejemplo, para evitar que el chocolate y la manteca de cacao se separen en la
tableta.
La leche de soja se utiliza en bebidas lácteas de origen vegetal, en la producción de tofu y otros
quesos y productos lácteos fermentados de origen vegetal. Se la puede utilizar para cremas,
batidos, helados, etc. Tiene alto contenido de calcio, magnesio y otros minerales.
Dado que la soja en su estado "crudo" contiene sustancias "anti-nutrientes", que pueden interferir
con la digestión y aprovechamiento de los nutrientes, todos los alimentos derivados de la soja
deben ser consumidos luego de procesarlos a alta temperatura para destruir los antinutrientes.
Así, todas las industrias que elaboran alimento a partir de soja, previamente procesan la materia
prima.
Los productos a base de soja, o el poroto propiamente dicho, se pueden presentar de diferentes
formas:
• Porotos de soja
Son porotos frescos y enteros, similares a las habas. Se los suele consumir como producto seco,
pero con la exigencia de ser hidratados y cocidos antes de su consumo. Esto contribuye a inactivar
los factores antinutricionales y aumenta la digestibilidad de la soja. La forma necesaria y
conveniente de preparación de los porotos de soja es dejarlos 12 horas en remojo, desechar las
pieles que se desprenden, y cocinarlos durante una hora aproximadamente.
• Harina de soja
Se prepara a partir del poroto sin cáscara y tratado por calor. Es un producto libre de gluten y
generalmente es desgrasado. En las recetas tradicionales puede reemplazar hasta una tercera
parte de la harina de trigo. Este producto es empleado en panificación y fabricación de galletitas.
Se obtienen a partir de harina de soja sin grasa. El producto se comprime hasta cambiar
la estructura de la fibra proteica, y se vende en forma granulada deshidratada. Se deben hidratar
con agua hirviendo o bien se las puede hervir. Pueden integrarse a la carne picada en proporciones
del 20 al 30%. Debido a que no presentan sabor, no modifican el gusto ni la textura de las
preparaciones.
• Bebida de soja
• Milanesa de soja
Este producto es de consumo popular. Son elaboradas con distintas combinaciones según
procedencia, de poroto o harina de soja, combinada con cereales y saborizantes, con o sin
conservantes.
• Aceite de soja
Este aceite es de un color amarillo claro. Se obtiene a partir de la semilla en plena maduración por
extracción o disolución. Durante la fabricación del aceite, pasa por diferentes procesos:
neutralizado, lavado, blanqueado y desodorizado. Estos aceites contienen lecitina y es importante
protegerlos contra la oxidación producida por el oxígeno y favorecida por la luz y el calor.
• Tofu
Se lo emplea de forma semejante al queso blanco untable (variedad blanda) y a los quesos
artesanales de cabra (variedad firme). Se produce a partir de bebible de soja.
USOS INDUSTRIALES DE LA SOJA
Procesamiento de la semilla.
La semilla de soja consiste en un embrión protegido por una fina cobertura seminal o tegumento
(cáscara). El embrión está compuesto por dos cotiledones y un eje embrionario. Los
cotiledones están constituidos por células alargadas llenas de "cuerpos proteicos" esféricos y
numerosas "esferosomas" de aceite. La semilla contiene entre un 40 a 45% de proteínas y un 18 a
20% de lipidos. Tanto las proteínas como el aceite que se obtienen de la semilla de soja tienen gran
demanda debido a sus diversos usos potenciales, ya sea a nivel industrial como para la
alimentación animal y humana. Tal es así, que actualmente representa el grano del cual el
hombre obtiene la mayor cantidad de productos, con múltiples aplicaciones para su vida y el
medio donde se desenvuelve.
El esquema general del procesamiento del grano de soja se muestra en la siguiente figura
que resume los productos y subproductos que se obtienen tras el procesamiento de esta
oleaginosa.
Esquema general del procesamiento del grano de soja.
Desde 1980 la región agrícola más fértil del territorio nacional, la denominada
pampa húmeda, presenta una fuerte erosión del suelo. Según el INTA, alrededor de la mitad de los
5 millones de hectáreas es afectada por el influjo de un notable proceso de erosión que ocasiona la
caída de los rendimientos de estas tierras en, por lo menos, un tercio. Para tratar de solucionar
este problema, los agricultores empezaron a experimentar con el sistema de "labranza cero"
consistente en la siembra directa de semillas en la tierra, sin necesidad de practicar ninguna otra
forma de labranza, encontrándose con el inconveniente de no poder controlar las malas hierbas.
En este escenario la soja RR irrumpe como una solución caída del cielo, ya que esta semilla
permitía la puesta en ejercicio del sistema de "labranza cero" eludiendo la acostumbrada de
realizar las cinco o seis aplicaciones de herbicidas, porque ahora el control de las malas hierbas es
reducido a sólo dos aplicaciones de glifosato.
La nueva tecnología también se presentaba como una alternativa de bajo costo. De esta manera,
mientras los agricultores de Estados Unidos pagaban un sobreprecio de al menos el 35% para
cultivar variedades GM, Argentina, al no haber firmado todavía un acuerdo internacional sobre
patentes se limitaba a contribuirle a Monsanto un cargo reducido.
Estos elementos condujeron a que, impulsados por la aparentemente insaciable demanda externa
de soja, los agricultores argentinos se volcarán masivamente a su cultivo mediante la aplicación de
esta nueva tecnología.
A mediados de los 90 tuvieron lugar dos factores determinantes: por un lado, la fuerte baja en los
precios internacionales de los productos argentinos, y por otro, una serie de cambios significativos
en las condiciones internas, generadas por la convertibilidad, las privatizaciones y la desregulación
total del sector. En tal contexto, los actores económicos más fuertes se valieron del apoyo del
Estado y de la ayuda de un eficaz dispositivo comunicacional para marcar el camino hacia el
aumento de la producción agropecuaria con especialización en oleaginosas y la exportación de sus
derivados.
Este proceso fue privando a los agricultores de semillas de germoplasma nacional estabilizados
por las condiciones ecológicas de nuestras regiones, llegándose al extremo actual donde han
desaparecido cultivares y variedades de trigo pan, trigo candeal, maíz, arveja, lenteja, tomate,
sorgo, lino, girasol, papa, batata, etc., sembradas durante décadas y desarrolladas en el país por el
INTA o la Secretaría de Agricultura en otros tiempos, transformando al antiguo granero del mundo
en una peligrosa republiqueta sojera.
Con respecto a la soja tradicional (no transgénica) la que venía expandiéndose en forma
continuada desde mediados de los sesenta, es a partir de 1994, con la autorización de
la autoridad agropecuaria para el cultivo de la Soja RR (soja transgénica con agregado de genes
para Resistencia al herbicida Round-up), que el cultivo de soja crece exponencialmente llegando a
ocupar más de la mitad de la producción total de granos argentinos.
Mientras la soja avanza en casi todas las provincias donde se la está cultivando, las cabezas de
ganado disminuyen y los demás cultivos se "achican". La diversidad de producciones (algodón,
lentejas, caña de azúcar, leche, carne, arroz, etc.) que abastecían al país se redujeron frente a la
uniformidad de la soja de exportación, generando un "inexplicable" desabastecimiento y aumento
de la canasta básica argentina. Desde la devaluación del año 2002, la canasta básica alimentaria
(CBA) aumentó un 73%, siendo que sólo 4 de los 23 productos que la constituyen explican casi la
totalidad del aumento: la leche, la carne, el queso y el pan.
La asociación entre soja RR y siembra directa que facilitó la ampliación de la frontera agrícola,
avanzando sobre zonas marginales y montes nativos, explica en gran medida el avance de dicho
cultivo en la región extra pampeana. Un trabajo elaborado por la Dirección de Agricultura de la
SAGPyA sostiene en sus conclusiones: "A partir del comportamiento del cultivo en ambas regiones
(pampeana y extra pampeana), se concluye que la soja ha desplazado a otros cultivos (efecto
sustitución) y, a su vez se ha difundido a zonas antaño consideradas marginales desde el punto de
vista agroecológico con buenos resultados gracias, justamente a la asociación soja transgénica +
siembra directa."
Los árboles están siendo desalojados para la sobreexplotación de la tierra y las consecuencias son
devastadoras. Debido a la combinación del uso de la siembra directa, más las inmensas cantidades
de agroquímicos, con los que la tierra es impregnada -algo así como 80 millones de litros de
herbicidas anuales en los 10 millones de hectáreas que se cultivan- el suelo se torna incapaz de
absorber más agua.
Áreas enteras se están inundando, sin precedente histórico. Algunas de estas causas se encuentran
en el norte de Argentina, más precisamente en las provincias de Salta y Jujuy cerca de la frontera
con Bolivia, donde las Yungas están siendo deforestados para plantar aún más soja. Los árboles
en la cuenca del Salado también han sido talados con el fin de sembrar más soja, lo que ha dado
resultado a la catastrófica inundación de Santa Fe.
La soja está descomponiendo, no solo la esencia misma de la tierra, sino también la de la sociedad.
Las villas miserias están estallando en las afueras de las grandes ciudades con los campesinos
desplazados por aeroplanos cargados de glifosato, mientras los gigantes de la agroindustria se
apoderan de la tierra. Es que la soja no genera trabajo, es una agricultura sin gente, sin cultura. El
éxodo rural en los últimos años ascendió a un ritmo alarmante: 300.000 campesinos abandonaron
el campo y casi 500 pueblos han quedado abandonados.
Las razones del crecimiento espectacular de la superficie sembrada con soja en Argentina son
variadas:
Argentina exporto 9,47 millones de toneladas de la oleaginosa entre enero y agosto del 2008,
frente a 7,07 millones del mismo periodo del año previo. El principal comprador del grano
sudamericano entre enero y marzo del 2009 fue China, que adquirió 693.682 toneladas, por
encima de las 479.579 toneladas del mismo período del año anterior.
El principal importador de aceite de soja de Argentina también fue China, que compró 544.773
toneladas entre enero y marzo del 2009, frente a las 490.796 toneladas del año previo.