ANTOLOGIA
ANTOLOGIA
ANTOLOGIA
Antología
1
Trabalenguas
2
Y para recuperar el tubo que tuvo,
Tuvo que comprar un tubo
Igual al tubo que tuvo y rompió
3
¡Qué cojines!
¿Qué cajones!
¿En qué cajonera van?
El claro no no aclara
4
La cara del loro
Con aro de oro,
Pero el claro aclara
El aro del oro
En la cara del loro
7
RIMAS
El pato Honorato,
Descansa un rato,
Cuando se quita el zapato.
8
La traviesa banana
se escapó
9
por la ventana.
Todos cuentan
Hasta cuatro
En la casa de
10
Renato
Uno, dos, tres y
Cuatro.
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tengo mucho frío.
14
Cuentos
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Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena
temporada compartiendo habitación. Al principio no se
dirigían la palabra, pero un día, cansados del silencio,
comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo
amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del
incidente del papel. Entonces se dieron cuenta de que todo
había sido una coincidencia, y de que, si la primera vez
hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas
intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo
había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa
en pie.
Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron
siendo amigos, lo que les fue de gran ayuda para recuperarse
de sus heridas y reconstruir sus maltrechas casas.
EL PAJARITO PEREZOSO
Había una vez un pajarito simpático, pero muy, muy perezoso.
Todos los días, a la hora de levantarse, había que estar
llamándole mil veces hasta que por fin se levantaba; y cuando
había que hacer alguna tarea, lo retrasaba todo hasta que ya
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casi no quedaba tiempo para hacerlo. Todos le advertían
constantemente:
¡Eres un perezoso! No se puede estar siempre dejando todo
para última hora...
Bah, pero si no pasa nada - respondía el pajarito - Solo tardo un
poquito más que los demás en hacer las cosas.
Los pajarillos pasaron todo el verano volando y jugando, y
cuando comenzó el otoño y empezó a sentirse el frío, todos
comenzaron los preparativos para el gran viaje a un país más
cálido. Pero nuestro pajarito, siempre perezoso, lo iba dejando
todo para más adelante, seguro de que le daría tiempo a
preparar el viaje. Hasta que un día, cuando se levantó, ya no
quedaba nadie.
Como todos los días, varios amigos habían tratado de
despertarle, pero él había respondido medio dormido que ya se
levantaría más tarde, y había seguido descansando durante
mucho tiempo. Ese día tocaba comenzar el gran viaje, y las
normas eran claras y conocidas por todos: todo debía estar
preparado, porque eran miles de pájaros y no se podía esperar a
nadie. Entonces el pajarillo, que no sabría hacer solo aquel
larguísimo viaje, comprendió que por ser tan perezoso le tocaría
pasar solo aquel largo y frío invierno.
Al principio estuvo llorando muchísimo rato, pero luego pensó
que, igual que había hecho las cosas muy mal, también podría
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hacerlas muy bien, y sin dejar tiempo a la pereza, se puso a
preparar todo a conciencia para poder aguantar solito el frío del
invierno.
Primero buscó durante días el lugar más protegido del frío, y
allí, entre unas rocas, construyó su nuevo nido, que reforzó con
ramas, piedras y hojas; luego trabajó sin descanso para llenarlo
de frutas y bayas, de forma que no le faltase comida para
aguantar todo el invierno, y finalmente hasta creó una pequeña
piscina dentro del nido para poder almacenar agua. Y cuando
vio que el nido estaba perfectamente preparado, él mismo se
entrenó para aguantar sin apenas comer ni beber agua, para
poder permanecer en su nido sin salir durante todo el tiempo
que durasen las nieves más severas.
Y aunque parezca increíble, todos aquellos preparativos
permitieron al pajarito sobrevivir al invierno. Eso sí, tuvo que
sufrir muchísimo y no dejó ni un día de arrepentirse por haber
sido tan perezoso.
Así que, cuando al llegar la primavera sus antiguos amigos
regresaron de su gran viaje, todos se alegraron sorprendidos
de encontrar al pajarito vivo, y les parecía mentira que aquel
pajarito holgazán y perezoso hubiera podido preparar aquel
magnífico nido y resistir él solito. Y cuando comprobaron que
ya no quedaba ni un poquitín de pereza en su pequeño cuerpo,
y que se había convertido en el más previsor y trabajador de la
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colonia, todos estuvieron de acuerdo en encargarle la
organización del gran viaje para el siguiente año.
Y todo estuvo tan bien hecho y tan bien preparado, que hasta
tuvieron tiempo para inventar un despertador especial, y ya
nunca más ningún pajarito, por muy perezoso que fuera, tuvo
que volver a pasar solo el invierno.
EL CONEJITO SOÑADOR
Había una vez un conejito soñador que vivía en una casita
en medio del bosque, rodeado de libros y fantasía, pero no
tenía amigos. Todos le habían dado de lado porque se
pasaba el día contando historias imaginarias sobre hazañas
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caballerescas, aventuras submarinas y expediciones
extraterrestres. Siempre estaba inventando aventuras
como si las hubiera vivido de verdad, hasta que sus amigos
se cansaron de escucharle y acabó quedándose solo.
Al principio el conejito se sintió muy triste y empezó a
pensar que sus historias eran muy aburridas y por eso
nadie las quería escuchar. Pero pese a eso continuó
escribiendo.
Las historias del conejito eran increíbles y le permitían vivir
todo tipo de aventuras. Se imaginaba vestido de caballero
salvando a inocentes princesas o sintiendo el frío del mar
sobre su traje de buzo mientras exploraba las
profundidades del océano.
Se pasaba el día escribiendo historias y dibujando los
lugares que imaginaba. De vez en cuando, salía al bosque a
leer en voz alta, por si alguien estaba interesado en
compartir sus relatos.
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Los conejitos se hicieron muy amigos y compartieron
juegos y escribieron cientos de libros que leyeron a niños
de todo el mundo. Sus historias jamás contadas y
peripecias se hicieron muy famosas y el conejito no volvió
jamás a sentirse solo ni tampoco a dudar de sus historias.
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En el bosque de Rolán vivía un ciervo muy presumido que se
llamaba Boni. Estaba todo el día atusándose el pelo, con
detenimiento y mimo. Se paraba en cada lugar en el que se
pudiese ver reflejado. En los ríos, en las charcas…. Estaba tan
centrado en su propia imagen, en su ego, que no prestaba
atención a nada más.
Los ciervos son animales herbívoros y a Boni en concreto le
encantaban las hojas, las raíces y los tallos. Pero como era tan
presumido y solo dedicaba tiempo a acicalarse, prefería que
fueran los demás los que les buscasen el alimento. Siempre
ponía alguna excusa. Decía que estaba enfermo, muy
cansado o que tenía que cuidar de sus ancianos padres. Ni
siquiera él mismo sabía cómo lo lograba, pero siempre se las
apañaba para tener comida en la puerta de su casa. Un día,
justo antes de la hora de la comida, Boni echó mano de una
de sus excusas de siempre para intentar que uno de sus
vecinos, un ágil conejo, te trajese unas hojas frescas del
bosque.Tengo un dolor horrible en esta pata- le dijo con tono
lastimero. No te preocupes Boni, yo te lo traeré- dijo el
inocente conejo.El conejo se afanó en recoger hojas tanto
para él y su familia como para el presuntuoso ciervo. Era
nuevo en el bosque, así que no conocía de las artimañas de
Boni. Todos los demás
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animales del bosque ya conocían su caradura y evitaban
hacerle favores. Pero el conejo no sabía nada de aquello y,
servicial, se prestó a traerle la comida al ciervo. Pero, de la
que volvía cargado de hojas, se encontró a Boni en plena
sesión de gimnasia.
¿Pero no decías que te dolía la pata? ¿Cómo tienes tanta
cara? le dijo enfadado. Boni, el ciervo presumido Bueno eh yo
es que empezó a balbucear Boni. Ese día, de una vez por
todas, todos los animales del bosque conocieron la verdadera
cara de aquel presumido ciervo. Todos dejaron de hacerle
favores y, como Boni nunca había buscado alimento por sí
mismo, no sabía cómo hacerlo. Empezó a pasar mucha
hambre y no le quedó más remedio que aprender a valerse
por sí mismo. Arrepentido, no solo empezó a buscar alimento
para él, sino también para todos los vecinos a los que había
mantenido engañados durante tanto tiempo.
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ALBERTO NO QUIERE IR A LA DUCHA
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Vale cariño, pero entonces tienes que acabar de comer,
hacer los deberes y ducharte. Yo te planchare el pantalón
corto y te lo dejo en la habitación hoy hace mucho calor.
Noooo, tengo bastantes deberes. Si tengo que hacerlos no
me va a dar tiempo a ducharme. Estoy bien así. ¿Cómo no
te vas a duchar? Si además vienes de hacer gimnasia.
Eso fue hace ya dos horas, no estoy nada sudado- Protesto
Alberto-. No quiero.
Su madre insistió, pero Alberto se acabó encerrando en el
baño y solo consiguió que este dejara correr el agua y que
mintiera diciendo que ya se había duchado. Cuando salió
Alberto se puso la ropa y se fue sin peinarse. Cuando llegó
a la fiesta todos sus compañeros le saludaron y este se
sentía muy bien.
La madre de Luis sacó la merienda, unos jugosos bollos
rellenos de jamón y queso, una empanada, unos
sándwiches vegetales y un montón de donuts caseros. Se
puso a coger la comida y a hablar con una de sus
compañeras de cole, cuando se dio cuenta de que la niña
solo le contestaba con monosílabos y que cortaba la
conversación para irse a otro sitio.
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Alberto se dijo que esa niña era una tonta y que pasaría de
ella, fue al grupo de Marcos y Antonio, dos niños con los
que jugaba en el recreo y cuando se dio cuenta a los dos
minutos de llegar él a la conversación ambos se fueron
diciendo que iban a coger unos bollos a la mesa. ¿Qué
sucedía? El otro día cuando su cumpleaños todo estaba
bien y la gente parecía estar a gusto con él.
Alberto no quiere ir a la ducha Alberto algo más triste
camino a la mesa y cuando se dio cuenta notó que la
madre de Luis, el cumpleañero estaba cerca de él. Esta se
agachó y le dijo bajito en la oreja:
Alberto, cielo. Mira, es la primera vez que lo noto, pero me
gustaría que supieras que hoy hueles muy raro. Como si
tuvieras la ropa manchada, o quizá no te dio tiempo a
pasar por la ducha. No pasa nada, pero quizá notas que el
resto de los chicos se separan por eso.
Alberto se puso rojo, no supo que contestar, ¡Qué
vergüenza! Al final su madre tenía razón, la higiene era
muy importante para uno mismo y para los demás, había
aprendido la lección.
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Retahílas
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Cro-cro cantaba la rana,
cro-cro debajo del agua,
cro-cro pasó un caballero,
cro-cro con capa y sombrero,
cro-cro pasó una criada
cro-cro vendiendo ensalada.
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El elefante
Paso pausado
siempre pesado
ahí viene el elefante.
Pesa la trompa
pesa la panza
y la colita no pesa nada.
Abran el paso
si no, no pasa.
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A los dones, dones
A los dones, dones, dones
que lo mandan los ratones
que vayan y vengan
y no se detengan.
A dar un besito a Mariela
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Éste fue a por leña,
éste le ayudó,
éste encontró un huevo,
éste lo frío,
y este gordito,
se lo comió.
35
¡Me cepillo los dientes!
Con pasta y cepillo
quedan relucientes
de limpios mis dientes
lo debes de hacer
después de comer
después de cenar
o desayunar
fíjate si… ¡mola!
Que ya me los cepillo
De… ¡carambola!
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Fábulas
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LA HORMIGA Y EL GRILLO
Durante el verano, una hormiga recolectaba siduamente
alimento para cuando llegara el invierno tuviera algo para
alimento para cuando llegara el invierno tuviera algo para
comer. Había un grillo que veía pasar a la hormiga,
mientras el disfrutaba del sol y cantaba, diciendo: “Amiga,
deja ya de trabajar, falta mucho para que el verano
termine, cuando venga el invierno, entonces preocúpate”.
La hormiga le respondió: “Nada tengo en contra tuya, que
alegre que disfrutes el verano, pero también invierte tu
tiempo en recolectar alimento para el invierno”. Pero el
grillo ignoro los consejos de la hormiga y se dedicó a cantar
y danzar. Pronto llego el invierno, la vegetación se cubrió
de nieve y el alimento se hizo escaso. El grillo llego con la
hormiga y le pidió trigo, pero la hormiga le pregunto:
“¿Qué hiciste en verano? Pues haz lo mismo en invierno,
ahora yo canto y bailo, pero con alimento.
Moraleja: Distribuye tu tiempo entre el trabajo y la
diversión.
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EL ELEFANTE Y EL RATÓN
Un día como tantos en la sabana, un gran
elefante dormía la siesta. Unos ratoncitos jugaban a las
escondidas a su alrededor, y a uno de ellos, que siempre
perdía porque sus amigos lo encontraban enseguida, se le
ocurrió esconderse en las orejas del elefante. Se dijo:
A nadie se le ocurrirá buscarme allí, ¡por fin ganaré!
Entonces se escondió, pero sus movimientos despertaron al
elefante, que muy molesto pues habían perturbado su sueño,
pisó la cola del ratoncito con su enorme pata y le dijo:
¿Qué haces ratón impertinente? Te voy a aplastar con mi
enorme pata para que aprendas a no molestarme mientras
duermo.
El ratoncito, asustado, le suplicó llorando:
Por favor elefante, no me pises. Si me perdonas la vida yo te
deberé un favor.
El elefante soltó una carcajada y le respondió:
Te soltaré solo porque me das lástima, pero no para que me
debas un favor. ¿Qué podría hacer un insignificante ratón por
mí?
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Entonces el elefante soltó al ratón. Sucedió que semanas más
tarde, mientras el ratoncito jugaba con sus amigos, se
encontró con el elefante atrapado bajo las redes de un
cazador. Estaba muy débil porque había luchado mucho para
liberarse, y ya no tenía fuerzas para nada más. El ratoncito se
puso a roer las cuerdas y después de un rato, logró liberarlo.
El elefante le quedó sinceramente agradecido, y nunca más
volvió a juzgar a nadie por las apariencias.
moraleja:
Nunca hay que juzgar a nadie por su apariencia, sin
conocerla. Las cualidades que no se ven a primera vista son
las que definen a una persona.
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LAS MULAS Y LOS LADRONES
Dos mulas caminaban cargadas por un camino. Las dos
llevaban cargas muy pesadas, una en sus alforjas cargaba
grano, y la otra moneda de oro. Pero mientras que la
mula que cargaba el grano iba caminando tranquila por
el camino, la que llevaba el oro caminaba con la cabeza
erguida y la mirada altiva, moviendo su lomo para hacer
tintinear las monedas de oro. Estaba orgullosa de haber
sido escogida para llevar una carga preciosa, ¡no ese
grano tan ordinario!
Pero de repente, desde atrás de unos arbustos en donde
se habían escondido, dos ladrones le salieron al camino.
Con unos bastones le pegaron a la mula de las monedas de
oro hasta dejarla tirada en el suelo, le arrebataron los
sacos de monedas y escaparon a toda velocidad, sin hacer
ni caso de la otra mula.
La mula que llevaba el grano ayudó como pudo a la otra a
levantarse, y juntas siguieron su camino. ¡La mula del
grano estaba muy contenta con su carga ordinaria!
Moraleja:
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La ostentación exagerada de la riqueza solo trae
desaventuras.
LA LIEBRE Y LA TORTUGA
Una liebre presumida se burla de una tortuga por ser tan
lenta. La tortuga trababa de no hacerle caso, pero un día
se cansó y la retó a correr una carrera para ver cuál de las
dos era la más rápida. La liebre, muerta de risa, aceptó el
reto.
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Al día siguiente la liebre y la tortuga se presentaron en la
línea de largada, ante los ojos de los demás animales.
Cuando el búho dio la señal, la liebre salió corriendo como
un rayo, levantando una nube de polvo. La tortuga
comenzó a caminar despacito, tosiendo por el polvo, y
cuando pudo ver la liebre ya se había perdido de vista.
Pero no se desanimó y siguió con su paso lento pero
seguro.
Al ver la enorme ventaja que había sacado, la liebre
presumida decidió echarse a descansar a la sombra de un
árbol, tan segura estaba de su victoria. Pero se quedó
dormida, y la tortuga, pasito a pasito, la superó. La liebre
se despertó y vio a la tortuga a dos pasos de la línea de
meta: desesperada salió corriendo, pero no pudo
alcanzarla, ¡y la tortuga ganó la carrera!
Moraleja:
Jamás hay que burlarse de los demás, porque todos
tenemos capacidades diferentes y nadie es mejor que otro.
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Además, la vanidad y el exceso de confianza pueden
llevarnos a fracasar en nuestros objetivos.
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EL GUSANO DE SEDA Y LA ARAÑA
Trabajando un gusano su capullo,
la araña, que tejía a toda prisa,
de esta suerte le habló con falsa risa,
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muy propia de su orgullo:
¿Qué dice de mi tela el señor gusano?
Esta mañana la empecé temprano,
y ya estará acabada a mediodía.
¡Mire qué sutil es, mire qué bella!
El gusano, con sorna, respondía:
¡Usted tiene razón; así sale ella!
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Poemas
LA BANDERA
Yo tengo una Bandera
Bandera bicolor,
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Que indica que sigamos
la senda del honor.
Mi Bandera y mi Escudo
con su bello quetzal
simbolizan la patria,
Guatemala inmortal.
LA CEIBA
Erguida con gallardía
la ceiba, árbol nacional,
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a primeras horas del nuevo día
eleva al cielo su verde canto
y por eso mi espíritu levanto
para dedicarle mis versos
y mis acentos tersos
50
Bella Monja Blanca
Tu hermosura cautiva a propios y extraños
Tu rareza te viste con traje de gala
51
Para ser admirada por adultos y niños.
52
La Marimba
Cimbra, Marimba tu canto
melodías de cristal
y tiembla la cordillera
cuando vibra tu madera
53
de sonoro instrumental.
54
El Quetzal
Quetzal, bella y encantadora ave
símbolo Nacional de nuestra libertad
luz de mi patria, de plumaje suave
llevas en tu pecho el lema de verdad.
55
Pájaro Quetzal emblema de mi país
signo de leal y rotunda amistad
pues en el pecho del hombre morís
expresando tu profunda hermandad.
56
para resaltar tu grandeza en la nación
57
Adivinanzas
58
Soy redonda pero no soy pelota,
soy verde pero no soy hierba,
soy roja pero no soy fuego,
aunque tengo semillas
negras como el carbón.
La sandía
59
Siempre tan fresquito
en el cucurucho.
¡Qué rico y qué frío!
Y nos gusta mucho.
El helado
60
En mí se mueren los ríos,
y por mí los barcos van,
muy breve es el nombre mío,
tres letras tienen, no más.
El mar
61
Haciendo ruido ya vienen,
haciendo ruido se van;
y cuando mañana vuelvan,
de igual manera se irán.
Las olas
62
Soy verde,
Me gusta saltar,
Jugar en el charco
Y también se croar.
¿Quién soy…?
La rana
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Tiene dos patitas
y no tiene pies;
plumas de colores
y pico también.
64
Cantos
infantiles
65
UN ELEFANTE
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña,
como veía que resistía
fue a llamar a otro elefante.
Dos elefantes se balanceaban
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Tres elefantes se balanceaban,
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
66
La mané
Que lo baile,
que lo baile,
que lo baile,
que lo baile,
que lo baile,
que lo baile, doña Pepa y don Manuel.
Que lo baile,
que lo baile
que lo baile todo el mundo,
con el perro de Facundo,
con el gato de la Inès.
Una mané,
una mané,
en la orejé,
en la orejé,
y la otra mané,
y la otra mané,
en la otra orejé,
en la otra orejé.
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Que lo baile,
que lo baile,
que lo baile,
que lo baile,
que lo baile, doña Pepa y don Manuel.
Que lo baile,
que lo baile,
que lo baile todo el mundo,
con el perro de Facundo,
con el gato de la Inès.
Una mané,
una mané,
en la naricé,
en la naricé,
y la otra mané,
y la otra mané,
en la naricé de tu parejé.
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SOY UNA TAZA
Soy un salero,
Azucarero,
La batidora,
Una olla exprés.
Soy una taza,
Una tetera,
Una cuchara,
Un cucharón.
Un plato hondo,
Un plato llano,
Un cuchillito,
Un tenedor.
Soy un salero,
Azucarero,
La batidora,
Una olla exprés.
69
Chuchuwa
huchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa.
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa.
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa.
Compañía, brazo extendido,
puño cerrado,
dedo hacia arriba.
70
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa.
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa.
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa
Chuchuwa, Chuchuwa
Chuchuwa, wa, wa.
71
Un millón de amigos
72
Yo quiero creer la paz del futuro
Quiero tener un hogar sin muro
Quiero a mi hijo pisando fuerte
Cantando alto, sonriendo libre
74
Refranes
75
No hay mal
que por bien
no venga
Significado:
Nos invitan a ver el lado positivo de las cosas,
especialmente cuando nos suceden cosas que
consideramos negativas. Según este refrán, siempre
podemos sacar algo bueno de una mala situación.
76
De tal palo tal
astilla
Significado:
Nos enseña que cada una tiene cosas de donde viene, es
decir, de nuestros padres. Los comportamientos, los
gustos, las afinidades, los talentos o los vicios también se
pueden heredar.
77
No hay peor
ciego que el
que no quiere
ver
Significado:
Muchas veces tenemos la verdad delante de los ojos y
aun así no la vemos porque preferimos evitarla.
78
No hay mal que
dure cien años,
ni cuerpo que
lo resista.
Significado.
Nos invitan a no desistir por duras que sean las situaciones,
pues tarde o temprano los momentos malos terminan.
79
Al mal tiempo
buena cara.
Significado.
Nuestras abuelas siempre han buscado mostrarnos
el lado positivo de las cosas como este.
Para no perder la sonrisa a pesar de las
circunstancias.
80
Aunque la mona
se vista de
seda, mona se
queda
Significado:
Explica que, aunque tratemos de aparentar otra cosa,
seguimos siendo lo que somos en nuestra esencia.
81
A caballo
regalado no se
le mira el
diente
Significado:
Para las personas que no les gusta lo que les regalan y
critican todo lo que les dan, la lección de este refrán es la
gratitud.
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Bibliografía
https://estilonext.com/frases-y-reflexiones/refranes-cortos
Creatividad por:
Glenda Esmeralda Zelada Ruiz
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