Discipulado
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Clase Nº1
Un verdadero discípulo de Jesucristo
¿Cómo saber si soy un verdadero discípulo de Jesucristo?
Para comprobar si realmente soy un discípulo de Cristo debo considerar y aplicar a mi
vida las características del maestro en este caso de Jesús.
Un seguidor de Cristo tiene dos comuniones una con Dios y el otro con el hermano.
Texto principal: 1 Pedro 2:21
Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por
vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas,
1. La obediencia:
Juan 8:31
Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Otra versión dice: Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: «Si
ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son mis discípulos;
Juan 14:23
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Lucas 9:23
Dirigiéndose a todos, declaró: —Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a
sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.
2. Mateo 11:29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;
y hallaréis descanso para vuestras almas;
Otra versión dice: Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso
y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas.
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El yugo de cristo según la biblia:
en algunos textos antiguos significaba el trabajo entendido como vocación. En este
sentido, el yugo-trabajo a pesar del cansancio es liviano porque responde a nuestras
opciones. Sin embargo, en Él, el término es sinónimo de sometimiento y esclavitud.
Ser manso exige forjar un ambiente de paz ahí donde estamos. Quien sigue a
Cristo comunica paz, no anda sembrando conflictos, no busca peleas, no hace un
mal ambiente.
Y ser humilde exige reconocer nuestra verdad, es decir reconocer nuestras
virtudes y nuestros defectos.
1 Corintios 13:1
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como
metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Juan 13:35
Jesús nos da un mandamiento nuevo: “Que os améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis
discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”
Juan 15:12-17
12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos,
porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 16 No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que
vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al
Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Lucas 14:25 “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, y mujer e
hijos, y hermanos y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi
discípulo.”
Jesús demostró amor extraordinario por todas las personas, y vino a enseñarnos
como hacer lo mismo. Él vino a derribar las barreras que nos separan. Estamos
destinados a ser una luz para el mundo, demostrando el corazón del Padre para que
todos puedan reconciliarse con Él.
Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros como
yo os he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. En esto
conocerán todos que son mis discípulos.”
3. El Corazón de un Siervo
La verdadera grandeza comienza con la humildad. La Biblia nos dice que para ser
grandes hay que servir a los demás. Y la humildad es el centro del corazón de un
siervo. Debemos decrecer para que el carácter de Cristo pueda aumentar en
nosotros.
Cuanto más conectado está al Espíritu Santo más conectado está con Dios. Él es la
presencia, el poder y la unción de Dios. Cuando usted recibe a Jesús como su Señor,
Su Espíritu viene a vivir dentro de usted, para limpiarlo de su pasado y darle una
nueva vida.
Juan 14:16-17 “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre. El Espíritu de verdad a quién el mundo no puede aceptar,
porque no lo ve ni lo conoce, pero vosotros le conocéis porque mora con vosotros y
estará en vosotros.”
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5. Gobernado por la Autoridad de la Palabra de Dios
La palabra de Dios es verdad. Los discípulos han decidido que deben elevar la
Palabra por encima de sus sentimientos, incluso cuando sea difícil. Actuando según
sus instrucciones libera la unción sobre nuestras vidas y nos lleva a otra dimensión
en nuestra relación con Él.
Juan 8:31-32 “Entonces Jesús les dijo a los judíos que habían creído en Él: si se
mantienen fieles a Mi Palabra serán realmente mis discípulos, y conocerán la
verdad, y la verdad os hará libres.”
Debido a que Dios es un buen Padre, Él nos invita a compartir su carácter. Como
seguidores de Jesús, hemos sido perdonados y santificados. Pero debido a que Dios
es Santo y estamos hechos a su imagen, también estamos llamados a vivir como Él.
1 Pedro 1:15-16 Sino como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en todo lo que hagan; porque está escrito: “Sed santos, porque yo soy Santo.”
7. Anuncia el evangelio
Marcos 16:15 Él les dijo, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda la
creación.”
Dios dijo que no es bueno que el hombre esté solo. Él nos programó para funcionar
mejor en el contexto de la comunidad bíblica. Somos la familia de Dios a través de
la fe en Jesús, así que no tenemos que correr la carrera solos.
9. Justo y Generoso
En lo que ponemos nuestra esperanza y confianza guía nuestros pensamientos y
decisiones. Cuando el dinero nos gobierna, roba nuestros corazones y afectos y nos
distancia del Padre. Dios no está interesado en lo que adquirimos para nosotros mismos.
Lo que le importa a Él es lo que hacemos que tiene significado eterno.
Mateo 6:24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas
Efesios 1:11-12 que es en Cristo que descubrimos quienes somos, y para que vivimos.
Mucho antes de oír hablar por primera vez de Cristo y abrigamos nuestras esperanzas,
Él había puesto sus ojos sobre nosotros, nos había diseñado para una vida gloriosa, parte
del propósito general que está trabajando en todo y en todos.