El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero
El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero
El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero
Es un libro de casos clínicos neurológicos, narra alrededor de veinte historiales médicos a los
que pone voz y solución, de la forma más humana que he visto. Los casos tratan de ser
entendibles para todo el mundo. No es un libro técnico como tal, sino que habla de la historia
del paciente, de lo que le ocurre al paciente y de cómo la enfermedad influye en su vida Ya que
todas las enfermedades tienen una dimensión humana. Habla sobre comportamientos, de
capacidades, de trastornos para comunicarse, para moverse…
El libro está dividido en dos partes; en la primera parte, se habla sobre la agnosia adquirida y
desarrollada, mientras que en la segunda se habla sobre todo de casos patológicos, ya sea por
déficit o por exceso de algunas capacidades.
El nombre tan curioso que da nombre al libro es justamente el caso que lo abre, es uno de los
casos más reconocidos y podría decirse que el más relevante, aunque personalmente creo que
no es de los más sorprendentes; pero ya que es uno de los más importantes me gustaría
comentarlo:
Se nos presenta el doctor P, un músico que empieza a presentar problemas como los
siguientes: Sus alumnos se le presentaban y no los reconocía por sus caras, pero en el
momento que hablaban sí los reconocía por su voz.
El profesor P fue a una revisión al oculista tras diagnosticársele diabetes, el oftalmólogo le dijo
que no presentaba ningún problema en los ojos y que veía perfectamente, pero que debía
visitar a un neurólogo ya que presentaba problemas en las áreas visuales del cerebro. Veía sin
problemas, pero no podía percibir en ningún caso la escena en conjunto. No era capaz de ver
la imagen en su totalidad. Le era imposible captar un paisaje, un todo, no podía captar su
fisonomía en general.
Al final, Oliver Sacks llega a la conclusión de que tiene un problema de percepción denominado
agnosia, es un trastorno muy poco frecuente que se caracteriza porque la persona puede ver y
sentir los objetos, pero no los puede asociar con el papel que habitualmente desempeñan ni
con su función. En su caso, tiene dos tipos diferentes: prosopagnosia (no consigue identificar
rostros conocidos) y el segundo, llamado simultagnosia (tiene dificultades para percibir las
cosas en su conjunto), finaliza diciendo que puede haber estado causado por algún
traumatismo.
Aparte de este curioso primer caso, también voy a explicar algunos de los que más me han
llamado la atención de esta primera parte:
CAPÍTULO 2: EL MARINERO PERDIDO
Este capítulo habla sobre un paciente de unos sesenta años que solamente recordaba su vida
hasta la época en la que se unió a la Marina, creía que tenía veinte años y contaba su historia
como si estuviese sucediente en el presente, pero cuando el doctor Sacks le preguntó el año
en el que estaban viviendo, él le dijo que estaban en 1945.
El doctor se puso en contacto con su hermano, del que el paciente le había dicho que estaba
estudiando contabilidad y que quedaba con una chica de Oregón, pues bien, el señor estaba
casado con esa chica y llevaba treinta años de contable, y le contó que su hermano empezó a
beber mucho cuando termino la Marina y que no se habían visto desde entonces.
El Dr. Sacks estaba convencido de que el anciano padecía el síndrome de Korsakov, demencia
que se contrae con grandes cantidades de alcohol y que daña, entre otras cosas, a los cuerpos
mamilares.
Tras pedirle ayuda a Luria, un neuropsicólogo y médico muy recurrente para ayuda, le contestó
lo siguiente: “Un hombre no es sólo memoria; también tiene sentimiento, voluntad,
sensibilidad, moral… son cosas que la neuropsicología no puede hablar y es ahí, más allá del
campo de una psicología impersonal donde usted puede hallar medios de conmoverlo y de
cambiarlo” esta frase realmente me ha conmovido y es que, en casos como estos en los que ya
no hay nada que hacer, un médico también debe tratar de ayudar a buscar la paz al paciente,
para ayudarlo en su bienestar el mayor tiempo posible, en este caso el anciano se encontró a si
mismo en el jardín del hospital y en la Capilla a la que iba de vez en cuando, tras esto, dejó de
sentirse inquieto, agitado, y encontró finalmente la paz.
Este capítulo, que me sorprendió y emocionó a partes iguales, trata de un paciente ingresado
por un adormecimiento de una de sus piernas, era un paciente muy alegre y simpático, pero
cuando se durmió se cayó de la cama y empezó a gritar sin permitir a nadie que lo volviesen a
acostar. Llamaron al Dr.Sacks , en ese momento residente y habló con él. Es muy llamativo
todo lo que consigue con simplemente hablar con el paciente y escuchar su punto de vista, su
historia, y cómo se siente. El paciente le contó que alguien le había puesto en su cama una
pierna falsa para gastarle una broma, el médico le explicó que esa pierna era suya, pero él no
lo lograba entender ya que no la percibía como suya, la percibía como algo extraño y ajeno a
su cuerpo y decía que su pierna la había perdido, lo que esta persona tenía era una pérdida
completa de conciencia de una extremidad hemipléjica.
CAPÍTULO 5: MANOS
Otro de mis casos favoritos, narra la historia de Madelaine, una señora mayor con ceguera
congénita y parálisis cerebral y a la que siempre había cuidado su familia, ella definía sus
manos como unas masas de pasta y que no las sentía suyas. Sacks empezó buscando pequeños
movimientos de sus manos como cuando hizo que pasara un poco de hambre para que
intentará coger la comida con sus manos; para sorpresa tanto de ella como de Sacks, todos los
retos que Sacks le iba proponiendo a la anciana los iba superando con creces, finalmente se
superó a sí misma y fue cada vez más potenciando sus cualidades artísticas y llegó a hacer
bustos con sus propias manos, por lo que Sacks pasó de esperar encontrarla en un estado de
regresión y retraso y encontró a una mujer culta y con una inteligencia excepcional a la que se
le había privado del uso de sus manos toda la vida, por lo que no pudo desarrollar su don
propiamente.
CAPÍTULO 6: FANTASMAS.
En este capítulo se habla sobre varios miembros fantasmas y como tenerlos, nos puede ayudar
en un momento determinado para ponernos prótesis… pero también puede ser
extremadamente traumático y doloroso. Cuenta por ejemplo la historia de un marinero que
perdió un dedo y le persiguió muchos años hasta que se le diagnosticó una neuropatía
diabética y perdió la sensación de tener dedos, incluido el dedo fantasma. Otro paciente se
caía muy a menudo porque sentía su pierna y se dejaba guiar por ella, por lo que se caía.
Reflexiona sobre los fantasmas y comenta que podemos llegar a sentir dolor, a sentir que
realmente están ahí y es realmente doloroso hacernos a la idea de que ya no tenemos ese
miembro y de ahí la creación de estos miembros, pueden ser beneficiosos pero también muy
perjudiciales como en estas historias, que causan problemas realmente serios.
CAPÍTULO 7: A NIVEL
Este es uno de los capítulos más breves, pero me gustaría explicarlo porque tiene una solución
muy curiosa. El paciente se inclinaba inconscientemente hacia el lado derecho al caminar, sin
embargo, él creía que andaba recto y que la gente que le decía eso estaba equivocada, cabe
señalar que el paciente tenía Parkinson y por lo tanto le afecta particularmente a una zona de
nivel que hay en el cerebro. Se dieron cuenta de que al mirarse en el espejo esta inclinación
desaparecía y se erguía, la solución se le ocurrió a el mismo paciente, colocó un nivel a las
gafas para que cuando notara inclinación a través de las gafas corregirlo. Esto funcionó y le fue
aplicado a otros pacientes.
SEGUNDA PARTE:
En este caso describe el síndrome de Tourette, que se caracteriza por un exceso de energía y
de movimientos extraños (tics, muecas, gestos, espasmos…). En este caso se representa en sus
niveles más inferiores y afecta sólo a la impulsividad y movimientos poco comunes. A los
pacientes tourétticos se les tenía que reducir su exceso de dopamina mediante el Haldol, un
fármaco que reduce las conexiones nerviosas de dopamina y por tanto ralentiza y controla sus
movimientos.
Sin embargo, Ray volvió a la consulta con un ojo morado y la nariz rota, el Haldol lo había
desequilibrado por completo, ralentizándolo; sus tics no se habían ido, simplemente se habían
vuelto más “lentos” y pesados, llegándose a quedar a veces en medio de un tic. Ray le
comentó que el síndrome de Tourette y él eran uno sólo, que estaba formado por tics, y que
no se imaginaba su vida sin ellos, Ray no estaba preparado así. No concebía la vida sin
tourettismo. Sacks le propuso que en los meses siguientes se fuera haciendo a la idea de cómo
sería la vida sin tourettismo, y cómo podría intentar arreglárselas sin él, tras esto, volvieron a
probar el Haldol y Ray se vio libre de tics y sin efectos secundarios.
Los años siguientes Ray disfrutó de una libertad que nunca habría podido imaginar sin tics y
una estabilidad en todos los ámbitos de su vida impresionante. Ray comenta que ahora era
otra persona distinta, menos jocoso, travieso, competitivo… y que ahora era más lento y
parsimonioso, pausado, sobrio… como reflexión el propio Ray comenta que las personas con
este síndrome no son libres, que cuando lo padeces es como si fueras borracho a todas horas
y cuando te tomas el Haldol es como estar sobrio todo el tiempo, y que es difícil para ellos
acostumbrarse a esa nueva vida “equilibrada” después de haber estado tanto tiempo viviendo
como otra persona.
Este capítulo tiene como protagonista a un señor llamado William, el cual tenía un trastorno
en la memoria con dificultades para identificar a la gente, en un lapso de cinco minutos podía
identificar a una persona como diez distintas, confundía a unas personas con otras todo el
tiempo. Se trata de otro caso de síndrome de Korsakov como el del capítulo dos, pero con aún
más confabulaciones; este tipo de trastorno esta caracterizado por invenciones continuas
como resultado de la falta de memoria, este paciente experimentaba un sinfín de situaciones,
imágenes y personas en continuo cambio; esto le ayudaba a hacerse a sí mismo a cada
instante, porque los demás, tenemos una biografía, que es nuestra vida, nuestra identidad, su
continuidad nos representa como personas; en cambio, él tenía que construir una nueva
historia a cada instante porque no recordaba la anterior, lo necesitaba para mantener su yo.
En este capítulo se nos presenta a la señora B, la cual, según sus compañeros y amigos, había
sufrido un cambio de personalidad total y que ahora todo le daba igual, volviéndose así una
persona impulsiva y superficial. Esto estaba causado por un carcinoma muy grande en el sector
orbitofrontal de los lóbulos frontales. No miraba al doctor Sacks en sí si no a partes concretas
de él, por lo que no podía distinguir si se trataba de un padre(cura), una hermana(monja) o un
médico por el estetoscopio, pero lo peor, es que le daba igual. Conocía las diferencias entre
padre-médico-hermana, pero no significaban nada para ella, y como ya he dicho, esto no le
molestaba. Su mundo estaba vacío de sentido, no reflejaba ninguna expresión en su cara, todo
era insignificante para ella, ella se mostraba despreocupada ante la vida mientras que sus
amigas no sabían que le estaba sucediendo.
La historia gira alrededor de la señora O´C, a la que una noche le pasó una cosa muy extraña,
soñó con su infancia en Irlanda y sonaba música típica de allí, cuando despertó seguía sonando
la música y creía que alguien tenía una radio puesta; al inspeccionar toda la casa, se dio cuenta
de que no había ninguna radio encendida y que la música estaba en su cabeza.
Cuando visitó a Sacks, la conversación no fue fácil porque la música no le dejaba escuchar lo
que decía el doctor, solo cuando sonaban las más débiles, el doctor sospechaba que la música
era neurológica; Sacks creía que era un problema del lóbulo temporal “musical” por una
trombosis que había afectado a esta área trayendo recuerdos pasados de nuevo, creídos
olvidados. Cita a Esther Salaman y dice que todos somos “exiliados de nuestro pasado”, y por
tanto necesitamos recuperarlo. Cuando la enfermedad iba mejorando, sus recuerdos se iban
perdiendo otra vez. Este capítulo muestra la importancia de la reminiscencia, ya que favorece
la evocación de recuerdos y sucesos del pasado de la persona conectándolos con el presente.
Este ha sido uno de mis capítulos favoritos.
Este capítulo narra la historia de una mujer india de unos veinte años, a los que a los siete años
se le encontró un tumor no maligno que fue removido fácilmente y la paciente pudo hacer
vida normal. A los años, el tumor volvió a aparecer más maligno y peor delimitado, por lo que
no era posible extirparlo. Los primeros síntomas fueron convulsiones y luego perdía la
conciencia y “soñaba”, soñaba que era como volver a su país, a su casa, a India. Cada vez
soñaba más frecuentemente y cada vez que soñaba lo hacía con una sonrisa dulce y
misteriosa. Pasaron los días y ella dejó de reaccionar a los estímulos externos y se encerró en
su propio mundo aun con esa sonrisa serena que mostraba paz. Todo el personal creyó que
estaba haciendo su viaje de regreso a su ciudad natal, murió y regresó a donde su alma estaba,
a India.
Este capítulo trata sobre un chico de veintidós años, estudiante de medicina y que consume
drogas como cocaína, anfetaminas…; un día, soñó que era un perro y que se sumergía en un
mundo rico en olores. Al despertar, se encontró con que estas cualidades olfatorias seguían y
comentó que era como si hasta ahora hubiera estado ciego y ahora se encontraba en un
mundo lleno de posibilidades, de colores… Pero lo que realmente se le había aumentado fue el
olfato, era capaz de distinguir a sus amistades y a los pacientes por su olor; olfateaba como los
perros todo lo que veía y fuera a donde fuera, tenía un impulso sobrehumano de oler todo,
tocarlo todo e identificar todo lo posible por el olor, por lo que a la gente le parecía
inapropiado e impropio de él.
Después de tres semanas, cesó ese incremento en su capacidad olfatoria y sus sentidos
volvieron a la normalidad, el estudiante se alegró, pero a la vez lo echó de menos.
Cita a Freud para comentar que el sentido del olfato en los humanos y reprimido en el
desarrollo y la civilización, a lo que Sacks constata que es un sentido inhibido, como todo lo
elemental y primordial: reflexiona sobre que quizás deberíamos ser más humanos e inhibir
menos nuestras capacidades.
Empieza contando que el protagonista de esta historia mató a su novia estando bajo la
influencia de drogas, lo sorprendente fue que no había ni un recuerdo del acto, y fue
encerrado en un centro psiquiátrico porque se le consideró “loco”, y no asesino.
Tras cinco años empezó a salir bajo palabra, se compró una bici, con la mala suerte de que se
chocó con un coche al intentar evitarlo ya que éste iba en dirección contraria, dándose un
golpe violento en la cabeza. Sufrió una grave herida y contusión en ambos lóbulos frontales y
también una hemorragia subdural. Cuando empezó a recuperarse empezó a tener pesadillas y
no paraba de recordar el terrible hecho que sucedió el día que asesinó a su novia. Si bien antes
no lo recordaba, ahora no paraba de revivirlo una y otra vez, haciéndosele tan insoportable
que pensó en suicidarse tres veces. Con los electroencefalogramas se comprobó que tenía una
epilepsia incesante, en ambos lóbulos temporales. Con el paso del tiempo, las funciones del
lóbulo frontal volvieron a ser casi normales y Donald recuperó su paz mental con la jardinería.
CUARTA PARTE:
Rebeca era una chica de diecinueve años que vivía con su abuela, según esta, aunque era casi
una adulta seguía siendo una niña en muchos sentidos, no era capaz de abrir la puerta con
llave, de vestirse, se mostraba torpe y descoordinada en sus movimientos y no podía mantener
una conversación normal como las demás personas de su edad; por todo esto, fueron a ver al
doctor Sacks.
“Superficialmente era una masa de deficiencias e incapacidades, pero a nivel más profundo no
había ningún sentimiento deficiencia discapacidad sino una sensación de calma y plenitud de
ser Y de tener un alma profunda y elevada igual a todas las demás.” Contó Sacks, ella
necesitaba que le representasen el mundo en imágenes verbales. Tras todas las apraxias,
agnosias y limitaciones que tenía, era una niña con una capacidad poética excepcional
inesperadamente. En estos casos, cuando la medicina en un sentido clínico no puede hacer
mucho para ayudar al paciente, cuando otras habilidades pueden ayudar:
Se comprueba por el poder de la música para organizar cuando fallan las formas abstractas o
esquemáticas. Esto también pasa con el teatro la capacidad de representar, de ser parece ser
un don de la vida humana en un sentido que nada tiene que ver con deficiencias intelectuales.
Rebeca se unió a un club de teatro y fue muy feliz, muy lejos de la visión ridícula que ella tenía
de sí misma.
CAPÍTULO 24: “EL ARTISTA AUTISTA”
Este capítulo trata de un joven llamado José al que todo el mundo le descalificaba con insultos
como subnormal, inútil, retrasado mental… pero simplemente era autista. Un día, en la
consulta del doctor Sacks le pide que dibuje su reloj de mano, José lo dibujo con todos los
rasgos, incluso los más minuciosos detalles y las manecillas.
Cada vez que iba a la consulta, el doctor le hacía dibujar diferentes cosas, por lo que este
capítulo esta lleno de dibujos, algunos de ellos muy sorprendentes. Todo esto sorprendía
muchísimo a Sacks y se quedaba asombrado ante la minuciosa exactitud y a que solamente
miraba el objeto una vez antes de empezar a dibujarlo, por lo que se lo quedaba retenido en la
mente; también es cierto que los dibujos no los calcaba, sino que los representaba de acuerdo
con su estado de ánimo actual.
Lo trasladaron a un centro más tranquilo y cuando Sacks fue a visitarlo lo describió como en
paz, con un don para lo concreto, para dibujar objetos con una fidelidad increíble.
Este capítulo lo que nos quiere representar es, como en el capítulo que he descrito
anteriormente, aunque a veces se tache a las personas como “retrasados mentales”, muchas
de ellas tienen dones especiales para algo concreto y pueden realizarse de esta forma, en este
caso en un jardín del pabellón al que fue trasladado, en paz y en silencio.
“La clínica, el laboratorio ,el pabellón hospitalario están concebidos para reprimir y centrar la
conducta y hasta para excluirla totalmente”: esta frase la dijo en uno de los capítulos pero
considero que es aplicable a todos, muchas veces, la consulta del médico es el sitio en que más
se reprime la conducta, por lo que es muy conveniente, como hace el Doctor Sacks en casi
todo el libro, tratarlos en sitios distintos, allá donde se sientan cómodos para poder expresarse
con libertad y sin represiones de cuatro paredes.
C) Comentario personal
Es innegable la calidad literaria del libro, que, mezclada con su brillante calidad como
neurólogo hacen que el libro sea muy rápido de leer y ameno, para mi esto fue una total
sorpresa ya que cuando me dispuse a leerlo y vi que era de casos clínicos temía que no
estuviera a mi alcance todavía, sin embargo, se lee tan fácil que puedo decir que se ha
convertido en uno de mis libros favoritos.
En este libro Oliver Sacks se convierte en la voz de las realidades que los médicos, y, sobre
todo los pacientes anónimos atraviesan.
Creo que es un libro increíble para aquellas personas que tengan algún tipo de trastorno
neurológico particular porque el autor es capaz de verbalizar con palabras lo que muchos no
pueden, les podría ayudar a sentirse identificados con alguien.
Los trastornos que describe no son comunes, son muy curiosos e interesantes de leer, de
hecho, algunos casos son tan impresionantes que no parecen reales, sin embargo, aunque son
trastornos extremadamente raros, todos ellos logran salir adelante
Lo encuentro con muchísima calidad literaria y al mismo tiempo mucho rigor científico y está
escrito para que todo el mundo lo podamos entender.
A lo largo de todo el libro hay cientos de notas aclaratorios, completa su trabajo con artículos
científicos, con las aportaciones de otros neurólogos.
Olivar Sacks escucha a todos sus pacientes y se hace su voz, y a través de él podemos vivir las
historias de estas personas. Tiene un talento enorme para describir los problemas de estas
personas que algunos calificarían como indescriptibles, Sacks encontró las palabras exactas
para que ellos mismos y los demás pudiéramos entenderlo. Da la sensación de que es la parte
humana y no la médica de Oliver Sacks la que habla la mayor parte del tiempo.
Me quedo con esta frase: “Mi trabajo, mi vida, giran en torno a los enfermos…pero el enfermo
y su enfermedad me hacen pensar cosas que de otro modo quizás no pensaría”
Me hace también reflexionar acerca de la fragilidad del cuerpo humano, es una máquina
excepcional, y el cerebro cuando funciona bien puede llegar a hacer maravillas, pero a veces
puede jugar malas pasadas y eso me asusta bastante. El simple hecho de acostarte sin ningún
problema un día y al día siguiente levantarte con alguna deficiencia … es simplemente
aterrador. Por lo que este libro te hace acercarte muchísimo a todas estas personas, de una
forma inexplicablemente familiar.
Me ha parecido un libro diferente y fascinante que nos acerca a los misterios de nuestra
mente.
“La clínica, el laboratorio ,el pabellón hospitalario están concebidos para reprimir y centrar la
conducta y hasta para excluirla totalmente “