Su087-22 Estabilidad Labaoral Reforzada
Su087-22 Estabilidad Labaoral Reforzada
Su087-22 Estabilidad Labaoral Reforzada
Magistrado ponente:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Hechos1
3
Audiencia de segunda instancia, minuto 14:50 a 15:20. Se indicó que pueden consultarse las sentencias T-
597 del 2014, T-351 del 2015, T-149 del 2016 y SU-049 del 2017.
2
6. El 18 de mayo de 2021 el señor Néstor Raúl Álvarez presentó acción de
tutela en contra de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de
Justicia por considerar vulnerados sus derechos fundamentales de acceso a la
administración de justicia, a la igualdad, a la protección social, al mínimo
vital, al trabajo y al debido proceso.
4
Según indica, dicha sentencia señala: “1) La enfermedad presenta síntomas que la hacen notoria. 2) El
empleador tramita incapacidades médicas del funcionario, quien después del periodo de incapacidad solicita
permisos para asistir a citas médicas, y debe cumplir recomendaciones de medicina laboral. 3) El accionante
es despedido durante un periodo de incapacidad médica de varios días, por una enfermedad que generó la
necesidad de asistir a diferentes citas médicas durante la relación laboral. 4) El accionante prueba que tuvo
un accidente de trabajo durante los últimos meses de la relación, que le generó una serie de incapacidades y
la calificación de un porcentaje de PCL antes de la terminación del contrato. 5) El empleador decide
contratar a una persona con el conocimiento de que tiene una enfermedad diagnosticada, que al momento de
la terminación del contrato estaba en tratamiento médico y estuvo incapacitada un mes antes del despido
(…)”.
3
9. Solicitó que se revoque la sentencia proferida por la Sala de Casación
Laboral de la Corte Suprema de Justicia y que se profiera una decisión que
proteja sus derechos fundamentales y respete las sentencias de primera y
segunda instancia.
Trámite procesal
10. Mediante auto del 7 de abril de 2021 la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia avocó conocimiento de la acción y corrió traslado a la
accionada.
12. El Juzgado Décimo Laboral del Circuito de Medellín realizó una síntesis
de las actuaciones llevadas a cabo dentro del proceso ordinario laboral con
radicado 2013-01537. Sostuvo que la decisión de primera instancia, con apoyo
en las reglas de la sana crítica y la autonomía judicial, se tomó con base en la
jurisprudencia y las normas aplicables para la fecha de los hechos.
14. A pesar de ser vinculada por el juez de primera instancia, la empresa Aire
Ambiente S.A., empleadora del accionante, guardó silencio.
5
La siguiente síntesis se realiza con base en lo expuesto por jueces de primera y segunda instancia en el
proceso de tutela.
4
interpretación del juez fue razonable dado que con base en las pruebas
obrantes en el expediente no resultó posible determinar que para la fecha de la
terminación de la relación laboral la disminución de su capacidad laboral fuera
de, al menos, el 15%.
II. CONSIDERACIONES
Competencia
6
Mediante auto del 29 de noviembre de 2021 la Sala Plena avocó conocimiento del asunto de acuerdo con lo
decidido en la Sala Plena del 18 de noviembre de 2021 y de conformidad con el artículo 61 del Reglamento
Interno de la Corporación.
6
4. Corresponde a la Sala Plena verificar la procedencia de la acción de tutela y
posteriormente resolver el siguiente problema jurídico:
5. Para resolver esto, la Sala Plena (i) reiterará los requisitos de procedencia
de la acción de tutela contra providencia judicial haciendo énfasis en las
causales por desconocimiento del precedente y violación directa de la
Constitución; (ii) estudiará el precedente de la Corte Constitucional sobre la
garantía de estabilidad laboral reforzada; y (iii) resolverá el caso concreto.
7
sentido específico que tiene la expresión “precedente” y el modo de identificar
su existencia; y (iii) a las reglas relativas a la posibilidad de apartarse del
mismo , en particular, las exigencias argumentativas diferenciadas según la
autoridad que lo ha establecido.
11. Este punto de partida, que sería objeto de diversas precisiones, exigió a la
Corte delimitar las categorías que hacen posible definir en qué sentido y con
qué alcance la jurisprudencia constitucional podría considerarse vinculante.
Con ese propósito, ha precisado el alcance de la expresión “precedente”
indicando que corresponde a “aquel antecedente del conjunto de sentencias
previas al caso que se habrá de resolver que por su pertinencia para la
resolución de un problema jurídico constitucional, debe considerar
necesariamente un juez o una autoridad determinada, al momento de dictar
sentencia”9. Igualmente, ha considerado que este es “el mecanismo que le da
facultades a los funcionarios judiciales para resolver los casos con
fundamento en decisiones anteriores, puesto que existen similitudes entre los
hechos, los temas constitucionales, las normas y los problemas jurídicos
planteados”10.
13. La Corte ha entendido que “en sentido técnico, lo que tiene valor de
precedente es la ratio decidendi de la(s) sentencia(s) pertinente(s)”12. Al
respecto, ha indicado que el precedente se identifica con “la regla que de ella
se desprende, aquella decisión judicial que se erige, no como una aplicación
del acervo normativo existente, sino como la consolidación de una regla
desprendida de aquel y extensible a casos futuros, con identidad jurídica y
8
Sentencia C-836 de 2001.
9
Sentencia T-292 de 2006, reiterando lo establecido en las sentencias C-104 de 1993 y SU-047 de 1999.
10
Sentencia SU-069 de 2018. Posteriormente, se indica que este también se ha definido como “la sentencia o
el conjunto de ellas, anteriores a un caso determinado, que por su pertinencia y semejanza en los problemas
jurídicos resueltos, debe necesariamente considerarse por las autoridades judiciales al momento de emitir un
fallo”.
11
Sentencia SU-169 de 2021, reiterando las sentencias T-292 de 2006 y T-093 de 2019.
12
Sentencia T-292 de 2006.
8
fáctica”13. Es, dicho de modo más preciso, “la formulación general, más allá
de las particularidades irrelevantes del caso, del principio, regla o razón
general que constituyen la base de la decisión judicial específica”14 o, en otras
palabras, “el fundamento normativo directo de la parte resolutiva”15. Este
planteamiento excluye, entonces, el carácter vinculante de los obiter dicta o
dichos de paso, esto es, “toda aquella reflexión adelantada por el juez al
motivar su fallo, pero que no es necesaria a la decisión, por lo cual son
opiniones más o menos incidentales en la argumentación del funcionario”16.
9
identificado, tiene a su cargo el deber de exponer de manera precisa y
detallada (a) en qué consiste, (b) las providencias que lo han desarrollado y (c)
el modo en que ha tenido lugar su aplicación. Las personas tienen el derecho a
exigir una descripción precisa de la regla judicial vigente y relevante en el
momento en que su caso será decidido. El desconocimiento de este deber
implica la infracción del mandato de actuación de buena fe. Es posible afirmar
que el cumplimiento de esta exigencia se integra a la obligación de todos los
jueces de motivar adecuadamente las providencias.
21
Sentencia SU-149 de 2021, reiterando la sentencia SU-267 de 2019.
22
Sentencia C-836 de 2001. Precisó la Corte: “Sin embargo, ello no significa que los jueces puedan cambiar
arbitrariamente su jurisprudencia aduciendo, sin más, que sus decisiones anteriores fueron tomadas bajo
una situación social, económica o política diferente. Es necesario que tal transformación tenga injerencia
sobre la manera como se había formulado inicialmente el principio jurídico que fundamentó cada aspecto de
la decisión, y que el cambio en la jurisprudencia esté razonablemente justificado conforme a una
ponderación de los bienes jurídicos involucrados en el caso particular”.
23
Sentencia C-836 de 2001. Indicó: “Puede ocurrir que haya sentencias en las cuales frente a unos mismos
supuestos de hecho relevantes, la Corte haya adoptado decisiones contradictorias o que el fundamento de
una decisión no pueda extractarse con precisión. En estos casos, por supuesto, compete a la Corte Suprema
unificar y precisar su propia jurisprudencia. Ante falta de unidad en la jurisprudencia, los jueces deben
hacer explícita la diversidad de criterios, y optar por las decisiones que interpreten de mejor manera el
imperio de la ley, a partir de una adecuada determinación de los hechos materialmente relevantes en el
caso. De la misma forma, ante la imprecisión de los fundamentos, pueden los jueces interpretar el sentido
que se le debe dar a la doctrina judicial de la Corte Suprema”.
10
17.2 Sobre la fuente de la regla de decisión cuyo abandono se pretende, se
torna relevante la distinción fijada en la jurisprudencia entre el precedente
horizontal y el vertical24. El primero se predica de las providencias originadas
en el mismo juez o en autoridades judiciales de la misma jerarquía. El vertical
implica el respeto por las decisiones emitidas por el superior jerárquico o por
el órgano de cierre. Esa distinción tiene como efecto la fijación de
requerimientos argumentativos de diferente fuerza o potencia.
“Con todo, como se dijo antes, la fuerza normativa de la doctrina probable proviene
(1) de la autoridad otorgada constitucionalmente al órgano encargado de
establecerla, unificando la jurisprudencia ordinaria nacional; (2) del carácter
decantado de la interpretación que dicha autoridad viene haciendo del ordenamiento
positivo, mediante una continua confrontación y adecuación a la realidad social y;
(3) del deber de los jueces respecto de a) la igualdad frente a la ley y b) la igualdad
de trato por parte de las autoridades y; (4) del principio de buena fe que obliga
también a la rama jurisdiccional, prohibiéndole actuar contra sus propios actos.
Por otra parte, la autoridad de la Corte Suprema para unificar la jurisprudencia
tiene su fundamento en la necesidad de garantizar los derechos fundamentales de las
personas y esta atribución implica que la Constitución le da un valor normativo
mayor o un “plus” a la doctrina de esa alta Corporación que a la del resto de los
jueces de la jurisdicción ordinaria. Ello supone que la carga argumentativa que
corresponde a los jueces inferiores para apartarse de la jurisprudencia decantada
por la Corte Suprema es mayor que la que corresponde a este órgano para
apartarse de sus propias decisiones por considerarlas erróneas”25 (Negrillas no
hacen parte del texto).
11
sentencia SU-354 de 2017, al establecer la importancia prevalente de la
jurisprudencia constitucional, indicó que “[l]o dicho previamente no conlleva
necesariamente a que en todos los casos los jueces deban acogerse al
precedente judicial [constitucional]”. Según allí se indicó “[e]xisten ciertos
eventos en los que la autoridad puede desligarse del mismo, siempre que
argumente de manera rigurosa y clara las razones por las cuales procede de
ese modo”.
12
la interpretación de la Constitución en materia de derechos fundamentales,
tienen prevalencia respecto de la interpretación que sobre la misma realicen
los demás órganos judiciales, al habérsele encargado la guarda de la
supremacía de la Constitución” (subrayado no original).
24. A juicio de la Sala Plena cuando una autoridad judicial decida apartarse
del precedente de la Corte Constitucional debe ser particularmente cuidadosa
y rigurosa. En esa dirección requiere cumplir con especial detenimiento la
doble carga antes referida. (1) La carga de transparencia, que exige exponer de
manera clara, precisa y detallada (a) en qué consiste el precedente del que
pretende separarse, (b) las providencias que lo han desarrollado y (c) el modo
en que ha tenido lugar su aplicación. (2) La carga de argumentación, que
impone el deber de presentar razones especialmente poderosas -no simples
desacuerdos- por las cuales se separa del precedente y, en ese contexto, exige
explicar por qué tales razones justifican afectar los principios de seguridad
jurídica, igualdad, buena fe y coherencia.
31. Para cumplir con esta exigencia y las emanadas del principio de
solidaridad social y de la cláusula de Estado Social33, se ha establecido una
garantía para los trabajadores que se encuentran en condiciones de debilidad
manifiesta por situaciones de salud. La estabilidad laboral reforzada protege
“a aquellas personas susceptibles de ser discriminadas en el ámbito laboral y
que se concreta en gozar de la posibilidad de permanecer en su empleo, a
menos que exista una justificación no relacionada con su condición”34.
14
trabajo por motivo de enfermedad o lesión no deberá constituir una causa
justificada de terminación de la relación de trabajo”.
35
Es importante indicar que, si bien en dicha ocasión se establecieron las reglas para la estabilidad
ocupacional reforzada en virtud de un contrato de prestación de servicios, a partir de la sentencia SU-380 de
2021 se incluyeron estas reglas en el marco de las relaciones laborales, como se precisará más adelante.
36
SU-049 de 2017. Fundamento 5.12.
37
Esta aclaración se deriva de que originalmente la ley incluía el término “ limitación” en lugar de
discapacidad. La Corte indicó que de todos modos se aplicaba la garantía de manera favorable a todas las
personas en situación de discapacidad, con independencia del grado de su “limitación”.
38
La Corte sostuvo en la sentencia C-824 de 2011 que la calificación de “severas y profundas” para ciertos
grados de discapacidad era inclusiva y no excluyente, por lo que personas con otros grados de discapacidad
podían ser beneficiadas por la garantía.
39
Esta determinación se estableció indicando que el carné es útil en cuando facilita la identificación de una
persona en situación de discapacidad, pero que no es un requisito necesario. Al respecto se indicó que “el
carné solo sirve como una garantía y una medida de acción positiva de los derechos contenidos en la Ley
361 de 1997 y no se puede convertir en una limitación, restricción o barrera de los derechos o prerrogativas
de que son portadoras las personas en situación de discapacidad”.
15
iv) “No es la Ley expedida en democracia la que determina cuándo una
pérdida de capacidad es moderada, severa o profunda, pues esta es
una regulación reglamentaria”40.
16
diferentes incapacidades, y recomendaciones laborales.
Cuando, además, el accionante informe al empleador, antes
del despido, que su bajo rendimiento se debe a la condición
de salud, y que después de la terminación de la vinculación
continúe la enfermedad48.
(c) El estrés laboral cause quebrantos de salud física y mental
y, además, se cuente con un porcentaje de PCL49.
(a) No se demuestra la relación entre el despido y las
Inexistencia de una
afecciones en salud, y la PCL es de un 0%50.
condición de salud que
impida
(b) El accionante no presenta incapacidad médica durante el
significativamente el
último año de trabajo, y solo debe asistir a controles por un
normal desempeño
antecedente médico, pero no a un tratamiento médico en
laboral
sentido estricto51.
48
T-494 de 2018.
49
T-041 de 2019.
50
T-116 de 2013.
51
T-703 de 2016.
52
T-434 de 2020. Reiterando las sentencias: T-383 de 2014, T-419 de 2016, T-589 de 2017, T-118 de 2019,
T-284 de 2019, T-144 de 2017 y T-040 de 2016.
17
Por el contrario, este conocimiento no se acredita cuando (i) ninguna de las
partes prueba su argumentación; (ii) la enfermedad se presenta en una fecha
posterior a la terminación del contrato; (iii) el diagnóstico médico se da
después del despido; y (iv) pese a la asistencia a citas médicas durante la
vigencia de la relación, no se presentó incapacidad o recomendaciones
laborales como consecuencia de dichas citas médicas53.
53
T-434 de 2020. Reiterando las sentencias: T-453 de 2014, T-664 de 2017 y T-118 de 2019.
54
T-453 de 2014, reiterado en la sentencia T-434 de 2020.
55
“Abducción dolorosa de hombro, Bursitis de hombro, Epicondilitis lateral bilateral, Epicondilitis medial
bilateral, Síndrome del manguito rotador, Síndrome del túnel carpiano bilateral, Tendinitis de
flexoextensores bilateral, Tenosinovitis de flexoextensores de carpo bilateral y Tenosinovitis de estiloides
radial de Quervain”.
18
40. En la sentencia T-386 de 2020 la Sala Primera de Revisión conoció el caso
de un accionante que se desempeñaba como cocinero y tras presentar dolores
en el trabajo fue diagnosticado con “Glioma difuso, al menos grado II de la
OMS”. El accionante tuvo episodios convulsivos en el trabajo y tuvo que ser
reubicado, mientras que la EPS prescribió “quimioterapia y radioterapia
como tratamiento paliativo, no curativo, dado el pronóstico del tumor que le
fue extraído parcialmente”. Igualmente, se evidenció en el expediente que el
accionante estuvo incapacitado 99 días en los 5 meses anteriores al despido.
La Corte concedió el amparo indicando que el actor padecía una enfermedad
catastrófica que el empleador conocía y que no lo desvinculó con fundamento
en una causal objetiva.
56
Sentencia del 7 de febrero de 2006 rad. 25130 y SL2841-2020, así como la propia sentencia atacada, la
SL3937-2020.
19
notorio, evidente y perceptible, precedido de elementos que constaten la
necesidad de la protección, como cuando el trabajador viene regularmente
incapacitado, se encuentra en tratamiento médico especializado, tiene
restricciones o limitaciones para desempeñar su trabajo, cuenta con concepto
desfavorable de rehabilitación o cualquier otra circunstancia que demuestre
su grave estado de salud o la severidad de la lesión”.
20
48. Entiende la Corte, que el abordaje de la Sala Laboral supone además una
divergencia con la forma de comprensión de la discapacidad. La Sala Plena de
esta Corte ha identificado al menos dos modelos: el médico-rehabilitador y el
social. El primero de estos modelos consiste en considerar que las “causas de
la discapacidad ya no eran religiosas, sino científicas y podían ser tratadas a
través de procedimientos médicos”57 y así mismo, “reconoció derechos a las
personas con discapacidad, pero a través del lente del diagnóstico médico y
su posible rehabilitación”58. A su vez el modelo social entiende que “el origen
de la discapacidad no atiende a factores religiosos o médicos, sino sociales”
de modo que “la discapacidad no es del sujeto, sino que surge de las barreras
externas asociadas a la comunidad en general”59. Así, esta perspectiva “exige,
necesariamente, analizar ‘la interacción entre las personas con deficiencias y
las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación
plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones que los demás’”60.
49. Bajo esta perspectiva, es claro que la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema de Justicia parece acoger un modelo médico-rehabilitador de la
discapacidad que la define a partir de un criterio científico que fija
determinado porcentaje de pérdida de capacidad. Desde la otra perspectiva,
esta Corte adopta un modelo social por ser el compatible con la Constitución
al valorar el contexto y la forma en la cual la situación de discapacidad se
manifiesta en cada oportunidad.
57
Sentencia C-025 de 2021.
58
Ibidem. También pueden revisarse las sentencias C-043 de 2017 y C-329 de 2019.
59
Ibídem.
60
Sentencia C-329 de 2019.
21
permiso de despido, asegurando así que el despido no se funde en razones
discriminatorias y efectivamente responda a una causal objetiva.
Estudio de procedibilidad
22
ahora analizada excede la esfera del debate legal que se dio al interior del
proceso ordinario laboral.
(iii) Que se hayan agotado todos los medios de defensa judicial al alcance
del peticionario. El recurso extraordinario de casación es la última actuación
posible dentro del proceso laboral ordinario, de manera que se agotaron todas
las instancias legalmente instituidas. Si bien fue la empresa empleadora la que
interpuso este recurso, lo relevante en este caso es que se cumplieron las
etapas posibles dentro del proceso ordinario.
56. En el fallo atacado la Sala consideró que “[e]l fuero de estabilidad laboral
reforzada previsto en la Ley 361 de 1997 no se otorga solo porque el
trabajador padezca afecciones en su salud, sino que debe acreditarse la
“limitación” física, psíquica o sensorial, correspondiente a una pérdida de
capacidad laboral con el carácter de moderada, severa o profunda, y que sea
conocida por el empleador” (subrayado propio).
64
Se reitera que este requisito encuentra una excepción cuando “el fallo dictado por esa Corporación (i)
desconoce la cosa juzgada constitucional; o (ii) su interpretación genera un bloqueo institucional
inconstitucional” según ello fue establecido por la sentencia SU-355 de 2020.
23
Igualmente, en este se indicó que “para que el demandante pueda ser
beneficiario de la garantía de estabilidad e igualdad consagrada en el
artículo 26 de la Ley 361 de 1997, es menester que, al 4 de abril de 2011,
fecha de terminación del contrato de trabajo, tuviera una pérdida de
capacidad laboral no inferior al 15%, y que el empleador conociera de ese
estado de salud” (subrayado propio). Finalmente, reiteró estas razones al
indicar que “lo que está demostrado es que el demandante tuvo una pérdida
de capacidad laboral del 29.62% al 16 de noviembre de 2012, sin que de ello
pueda deducirse que, para la fecha de la terminación de la relación laboral,
la disminución de capacidad laboral fuera de, al menos, el 15%, razón
suficiente para concluir que no es posible extenderle la protección reforzada
de estabilidad que prohíja el artículo 26 de la Ley 361 de 1997” (subrayado
propio).
60. Ahora bien, acorde con las reglas expuestas, cuando una autoridad judicial
decida apartarse del precedente de la Corte Constitucional debe cumplir
ciertos presupuestos y, en este caso, ello no ocurrió con la Sala Laboral de la
Corte Suprema de Justicia. En efecto, la providencia judicial cuestionada no
cumplió con las cargas exigidas para separarse de dicho precedente.
24
61. Sobre la carga de transparencia. Según se indicó, el cumplimiento de esta
exigencia impone exponer de manera clara precisa y detallada (a) en qué
consiste el precedente del que se va a separar, (b) las providencias que lo han
desarrollado y (c) el modo en que ha tenido lugar su aplicación. Sin embargo,
la decisión cuestionada no mencionó, identificó ni refirió las sentencias de la
Corte Constitucional sobre estabilidad laboral reforzada de personas en
debilidad manifiesta. En la decisión que se acusa de desconocimiento del
precedente, la Corte Suprema se limitó a citar su propio precedente de las
sentencias del 7 de febrero de 2006 rad. 25130 y SL2841-2020.
62. Es importante señalar que estas reglas, junto con los múltiples precedentes
reseñados en los fundamentos 37 a 42 de esta providencia, sí eran conocidas
por la Corte Suprema de Justicia pues se trata de un precedente reiterado. Así,
las cosas, era posible cumplir con la carga de transparencia. Además, la
decisión de segunda instancia dentro del proceso laboral ordinario se
fundamentó en el precedente constitucional, por lo que estas decisiones no
eran ajenas al proceso y debían ser consideradas y valoradas adecuadamente
por la autoridad judicial accionada.
63. Sobre la carga argumentativa. La Sala Laboral no presentó las razones por
las cuales se apartó del precedente. La decisión se limitó a argumentar por qué
es pertinente exigir la calificación de PCL superior al 15%. No obstante, dado
que no identificó el precedente de la Corte Constitucional, mucho menos
precisó los motivos de su apartamiento con base en alguna de las causales
descritas en las consideraciones de este fallo.
66. Este proceso fue tramitado por el Juzgado Décimo Laboral del Circuito de
Medellín y, en segunda instancia, por la Sala Laboral del Tribunal Superior de
25
la misma ciudad. En las dos instancias los jueces accedieron a las
pretensiones de la demanda. Para ello, el Tribunal indicó que “la
jurisprudencia constitucional ha desarrollado el tema de la protección
laboral reforzada a favor de los trabajadores discapacitados calificados,
concluyendo que el beneficio no solo aplica para quienes tienen determinado
rango de porcentaje de PCL sino que se extiende a aquellos cuya salud se
deteriora durante el desempeño de sus funciones y no pueden realizar sus
labores en condiciones regulares sin que sea necesaria la previa calificación
que acredite la condición de discapacidad en un determinado porcentaje”65.
68. La Sala Plena evidencia que, en efecto, el señor Néstor Raúl Álvarez fue
despedido en una condición de debilidad manifiesta sin autorización de la
autoridad laboral competente.
69. Según las pruebas que reposan en el expediente la Sala Plena encuentra
que:
ii) El accionante afirmó que sus dolencias comenzaron desde el año 200668.
iv) El 20 de octubre de 201069 fue incapacitado por tres días por enfermedad
general.
26
viii) El 20 de enero de 2011 el médico Pedro Rojas Cortes expidió una
recomendación laboral. En esta indicó: “evite agacharse sin flexionar rodillas,
no levante objetos pesados, use cinturón de seguridad si su actividad lo
requiere, duerma en colchón duro, acuéstese de lado con las rodillas
flexionadas, aplíquese calor húmedo local, tenga reposo, vigile signos de
alerta”73.
70. Estos son indicios importantes que indican que (i) después de 16 años de
laborar para la empresa, el accionante comenzó con dolencias que generaron
una disminución en su estado de salud y que impactaron en sus funciones
laborales al punto de ser incapacitado en varias oportunidades y reubicado del
cargo para el cual fue inicialmente contratado. Además, (ii) está demostrado
que el empleador conocía plenamente las incapacidades y recomendaciones
laborales76.
71. Respecto del tercer requisito la Sala evidencia que (iii) el empleador no
aportó razones para justificar que el despido obedecía a una causa objetiva. Al
respecto, en la contestación a la demanda el empleador solamente indicó que
“el vínculo contractual terminó obedeciendo a una justa causa legal”
indicando “que para ese momento el demandante era una persona apta para
laborar, a la luz de la Ley 361 de 1997, como de la reiterada jurisprudencia
al respecto, por la potísima razón que no se encontraba incapacitado, como
tampoco existencia restricciones (sic), ni recomendaciones médicas
vigentes”77. Esta afirmación no es suficiente ni concluyente sobre la causal
objetiva para el despido. Además, si bien se indicó que el accionante
incumplía órdenes en el lugar de trabajo, lo cierto es que estás circunstancias
no fueron probadas78.
72. Por último, cabe resaltar que el estado de debilidad manifiesta del actor no
le impedía al empleador despedir al trabajador. En efecto, la empresa debió
seguir la ruta dispuesta por la misma ley, consistente en pedir a la autoridad
73
Folio 29 cuaderno del proceso laboral ordinario.
74
Folio 32 cuaderno del proceso laboral ordinario.
75
Folio 63 cuaderno del proceso laboral ordinario.
76
Todas estas incapacidades y recomendaciones se configuraron en días laborales y durante la vigencia de la
relación laboral.
77
Folio 77 cuaderno del proceso laboral ordinario.
78
Audiencia de primera instancia, minuto 1:059:50.
27
laboral permiso para ello. Dicho requisito, como se dejó establecido en las
consideraciones, no resulta desproporcionado.
76. Por su parte, la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Medellín indicó que “la jurisprudencia constitucional ha desarrollado el tema
de la protección laboral reforzada a favor de los trabajadores discapacitados
calificados, concluyendo que el beneficio no solo aplica para quienes tienen
determinado rango de porcentaje de PCL sino que se extiende a aquellos
cuya salud se deteriora durante el desempeño de sus funciones y no pueden
realizar sus labores en condiciones regulares sin que sea necesaria la previa
calificación que acredite la condición de discapacidad en un determinado
porcentaje”80. Al respecto, citó las sentencias T-597 del 2014, T-351 del 2015,
T-149 del 2016 y SU-049 del 2017 para fundamentar su decisión.
28
principios de celeridad y economía procesal y para garantizar los derechos
fundamentales del señor Néstor Raúl Álvarez82 por su estado de debilidad
manifiesta83.
Síntesis de la decisión
79. Néstor Raúl Álvarez presentó demanda ordinaria laboral con el fin de que
se le reintegrara al cargo que desempeñaba en la empresa Aire Ambiente S.A.
Tanto el Juzgado Décimo Laboral del Circuito de Medellín como la Sala
Laboral del Tribunal Superior de la misma ciudad accedieron a las
pretensiones. No obstante, la Corte Suprema sostuvo que para el momento del
despido el accionante no contaba con una calificación de pérdida de capacidad
laboral de al menos el 15% y, en consecuencia, declaró como válido el
despido.
80. Néstor Raúl Álvarez presentó una acción de tutela en contra de la Sala de
Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia, consideró que en la
sentencia SL3937-2020 del 14 de octubre de 2020 se configuró un
desconocimiento del precedente y una violación directa de la Constitución, lo
cual generó la vulneración de su derecho al debido proceso.
29
desarrollado y (c) el modo en que ha tenido lugar su aplicación. (2) La carga
de argumentación, que le impone el deber de exponer las razones por las
cuales se aparta del precedente.
RESUELVE:
30
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín en el proceso
ordinario laboral con radicado 05001-31-05-010-2013-01537-01, en la cual se
accedió a las pretensiones del accionante Néstor Raúl Álvarez.
Comuníquese y cúmplase.
31
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
Magistrado
32
ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
A LA SENTENCIA SU.087/22
Referencia: Expediente T-8.334.269
33
laboral”. Respecto de cada una, a su vez, la providencia deriva otra serie de
subreglas que las particularizan.
34
Segundo evento: “b) Existe incapacidad médica de varios días vigente al
momento de la terminación de la relación laboral”. En relación con este
supuesto es preciso indicar que, si bien el trabajador incapacitado no puede ser
desvinculado, la sentencia ha debido determinar el estándar de protección
aplicable. En este evento, al igual que lo hizo la Corte Constitucional en las
sentencias SU-070 de 2013 y SU-075 de 2018, era necesario prever las
consecuencias de la protección en los supuestos en que el trabajador se
encontrare incapacitado y que esta situación aconteciera dentro del plazo fijo
pactado para la terminación del contrato, dada la tensión entre la facultad del
empleador para terminar el contrato con fundamento en una causal objetiva y
la garantía de estabilidad laboral.
86
Artículo 4º de la Ley 1562 de 2012: “Es enfermedad laboral la contraída como resultado de la exposición
a factores de riesgo inherentes a la actividad laboral o del medio en el que el trabajador se ha visto obligado
a trabajar. El Gobierno Nacional, determinará, en forma periódica, las enfermedades que se consideran
como laborales y en los casos en que una enfermedad no figure en la tabla de enfermedades laborales, pero
se demuestre la relación de causalidad con los factores de riesgo ocupacional será reconocida como
enfermedad laboral, conforme lo establecido en las normas legales vigentes”.
87
Artículo 3º de la Ley 1562 de 2012: “Es accidente de trabajo todo suceso repentino que sobrevenga por
causa o con ocasión del trabajo, y que produzca en el trabajador una lesión orgánica, una perturbación
funcional o psiquiátrica, una invalidez o la muerte […]”.
35
medio probatorio idóneo para demostrar que, en efecto, el padecimiento que lo
aqueja reviste un alto grado de seriedad, ya que no cualquier afectación
psicológica que se alegue es susceptible de justificar un supuesto de
estabilidad laboral reforzada.
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a la determinación de ese grado; por su parte, el porcentaje entre el 5% y el
49.99% da lugar a la indemnización por pérdida de capacidad laboral
permanente parcial88, sin que ello signifique, prima facie, que la persona tenga
una condición de salud que le impida sustancialmente desarrollar la labor
contratada, en especial si se tiene en cuenta que el porcentaje puede ser
derivado de un padecimiento distinto, y el porcentaje de 50% o más implica la
declaratoria de invalidez. Sobre este último aspecto, aún, es importante
precisar que no toda condición de invalidez impide al trabajador desempeñarse
en el mercado laboral, pues una persona en condición de invalidez podría
laborar en un oficio distinto de aquel que dio lugar a la declaratoria de pérdida
de capacidad laboral; esto, dado que la sumatoria de deficiencia, discapacidad
y minusvalía atiende a distintos factores y existen eventos en que la persona
cuenta con capacidad laboral residual, como lo ha reconocido la
jurisprudencia constitucional.
37
realizó teniendo en cuenta y por razón de esta condición89. Lo contrario genera
un evidente desincentivo a la contratación de personas en situación de
discapacidad, lo que pone en una situación de mayor desventaja comparativa a
este grupo poblacional.
89
“Así, como en el caso concreto de la señora Leyton la contratación se realizó con conocimiento de su
discapacidad y en virtud de la misma, bajo una política específica de inclusión de personas con
discapacidad, esta situación marca una diferencia estructural con los supuestos analizados por la
jurisprudencia y tenidos en cuenta por el legislador al establecer la prohibición de discriminación a las
personas trabajadoras en situación de discapacidad, en los cuales se entiende que la discapacidad
sobreviniente del trabajador puede ser vista como un obstáculo para la continuidad de la relación laboral o
donde la discapacidad anterior a la vinculación no fue la causa de esa contratación. […] Bajo ese contexto,
en este tipo de vinculaciones que se surten en el marco de una política pública específica de inclusión social
y en consecuencia, su causa se fundamenta en la situación de discapacidad de la persona, no se constata
discriminación en la desvinculación por vencimiento del plazo, es decir, no se observa un componente de
discriminación negativa en el desarrollo o terminación de la relación laboral. Por el contrario, en estos
eventos las contrataciones obedecen a acciones afirmativas por parte de las administraciones locales, que
persiguen asegurar el disfrute de sus derechos fundamentales en condiciones dignas”. Sentencia SU-040 de
2018.
90
Según los antecedentes expuestos en la Sentencia SU-075 de 2018, el cambio de precedente de la Corte
Constitucional en materia de protección a la estabilidad laboral de mujeres en embarazo o lactancia se dio al
evidenciar que “el precedente vigente hasta este momento ha desdibujado el fundamento de las acciones
afirmativas previstas para las mujeres en el espacio laboral, ya que parte de supuestos en los cuales no existe
discriminación fundada en el ejercicio de su rol reproductivo. De esta manera, desplaza una protección que,
de conformidad con el artículo 43 de la Constitución se encuentra a cargo del Estado, para imponer dicha
carga económica al empleador y, por consiguiente, generar una mayor discriminación para las mujeres en el
ámbito del trabajo, dado que se incrementan los eventuales costos que se derivan de la contratación de las
mujeres”.
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