Groupos Pequenos 101
Groupos Pequenos 101
Groupos Pequenos 101
Arquidiócesis de Washington
ORACIÓN
Señor,
Padre Amado, a cada uno nos concedes dones para que sirvamos
a nuestra familia de fe.
Mientras actuamos como moderadores de grupos pequeños,
ayúdanos a crecer en las aptitudes necesarias para llevar a otros
a una relación más profunda con tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
CONTENIDO
ORACIÓN INICIAL
FUNDAMENTOS
¿Qué son los grupos pequeños? Los grupos pequeños son muy variados y de
reducido tamaño, de 5 a 10 personas, y pueden formarse para estudio bíblico,
lectura de libros, ejercicios físicos, etc. Cada grupo pequeño comprende elementos
de hospitalidad, oración y conversación, con el fin de que los participantes entablen
amistades, se formen como discípulos y logren resultados positivos.
¿Cuándo se reúnen los grupos pequeños y por cuánto tiempo? Por lo general, tienen
reuniones de 60 a 90 minutos una vez a la semana, cada dos semanas o una vez al
mes, según sea necesario. Su grupo pequeño puede reunirse en cualquier lugar y
tener de 5 a 10 sesiones consecutivas.
¿Dónde se reúnen los grupos pequeños? Los grupos pueden reunirse en cualquier
lugar que sea cómodo y conveniente: un hogar, la iglesia, un mesón de café, etc. Hay
que ser creativos, pero conviene escoger espacios o entornos que sean propicios para
fomentar la comunidad, la confidencialidad, el compartir y el contacto personal.
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¿Ha sido usted parte de un grupo pequeño? ¿Cómo estaba estructurado? ¿Dio buenos
resultados y qué podría haberse mejorado?
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OBJETIVOS DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS
Hacer amistades: Fuimos creados para el contacto y la amistad. Los grupos pequeños
se reúnen periódicamente y fomentan la amistad mediante reuniones de estudio
bíblico, club de lectura, ejercicios de gimnasia, u otros intereses.
Formar discípulos: Sea cual sea el tipo de grupo, su propósito es que los integrantes
se animen mutuamente en su caminar hacia la santidad. Los grupos pequeños crean
condiciones propicias para el crecimiento en la fe y la imitación de Cristo.
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POR QUÉ FORMAR UN GRUPO PEQUEÑO
Porque Cristo nos pidió que los hiciéramos: “¡Vayan y hagan discípulos!” (v. Mateo
28, 19). Jesús no vino simplemente a morir por nosotros, sino a mostrarnos cómo se
ha de vivir. Él formó una pequeña comunidad de discípulos o grupo pequeño, por lo
que debe ser algo bueno (Lucas 6, 13).
Porque así se crean amistades buenas y duraderas: Una amistad auténtica es algo
que todos queremos. Las amistades basadas en la fe son esenciales para la vida
cristiana. “Las personas llegan por curiosidad, pero solo se quedan si hacen amistad
con alguien.” John Wimber
Para fortalecer la fe: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos” (Mateo 18, 20). Cuando nos reunimos como comunidad en un grupo
pequeño para orar y reflexionar, nos hacemos más sensibles a la presencia de Dios y a
su obra en nuestra vida.
Para ser las manos y los pies de Cristo: “Amémonos unos a otros, porque el amor es
de Dios” (1 Juan 4, 7). Cristo formó una comunidad con sus discípulos. Una manera
de imitar a Jesús es formar una comunidad centrada en su Persona, en la que cada
integrante se sienta amado y apoyado. El grupo pequeño es un lugar propicio para
llevar una vida diferente, en la que todos juntos busquen la santidad.
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EL GRUPO PEQUEÑO Y LA EVANGELIZACIÓN
Encuentro
La finalidad de la evangelización es llevar a las personas a un encuentro personal con
Jesucristo, nuestro Señor, y establecer una relación profunda con él. Esto no sucede
de un día para otro; se requiere toda una vida de encuentros transformadores con
Cristo en la familia, la Iglesia y otros entornos.
Acompañamiento
El crecimiento en santidad requiere que haya quienes sean modelos de vida cristiana
en el contexto de relaciones personales libres de crítica. Una de las funciones
principales de los grupos pequeños es ofrecer apoyo mutuo en la vida cristiana. Una
actividad de acompañamiento será provechosa si se toman medidas deliberadas para
fomentar:
El acompañamiento:
• Incluya oraciones de intercesión.
• Requiera una adecuada confidencialidad en el grupo.
• Dé ejemplos de testimonio kerigmático.
• Fomente el acompañamiento de mentores o guías.
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La comunidad
La evangelización nos lleva a una relación personal con Jesucristo y también nos
incorpora a la familia de Cristo, donde recibimos el amor y la gracia de Dios en
la tierra. El grupo pequeño es el espacio en el que vivimos y experimentamos la
comunidad. Cuando un grupo pequeño es fructífero, también forma a sus integrantes
para ser mejores miembros de sus respectivas parroquias y comunidades domésticas.
La misión
“Nos convertimos en discípulos misioneros cuando llevamos nuestro encuentro con
Jesucristo al mundo” (VDM, 18). La formación recibida en el grupo pequeño tiene la
finalidad no solo de beneficiarnos a nosotros mismos, sino también de equiparnos
para llevar el Evangelio de Jesucristo al mundo. Un grupo fructífero es el que lleva a
sus integrantes a discernir y vivir en la práctica el plan de Dios para su vida.
¿Qué etapa de la evangelización suele descuidarse más en los grupos pequeños? ¿Por
qué? ¿Qué estrategias podría usted añadir para fomentar el crecimiento en cada etapa de
la evangelización?
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FUNCIONES DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS
Moderador (y co-moderador)
Anfitrión
“Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversos ministerios, pero el
Señor es el mismo. Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos”
9 (1 Corintios 12, 4-6).
PLANIFICACIÓN DEL GRUPO PEQUEÑO
Conviene comenzar con un equipo de servicio comprometido y un proceso de
planificación basado en la oración, para que todo resulte bien y ayude a los integrantes a
sentirse cómodos.
PREPARACIÓN
• ¿Le pidió su párroco que comenzara este grupo? En caso afirmativo, ¿cuáles son
las expectativas y objetivos que él tiene?
• ¿Quiénes desempeñarán las funciones descritas en la página anterior?
• ¿Cuándo comenzará el pequeño grupo? ¿Cuánto tiempo va a durar? ¿Cuántas
serán las reuniones? ¿Se reunirá cada semana, cada dos semanas, una vez al mes?
• ¿A qué se dedicará el grupo? ¿A estudio de la Biblia, diversas actividades (p. ej.,
Atletas Cristianos), grupo de afinidad (adultos jóvenes, madres solteras, etc.) u otro
objetivo?
• ¿Dónde se reunirá el grupo?
• ¿Qué recursos o materiales se usarán?
• ¿Hay preguntas para discusión ya formuladas o tiene usted que escribirlas?
• A la hora de rezar, ¿leerá plegarias ya escritas o le pedirá a otro que lidere la
oración?
Considere las siguientes sugerencias para reunir a los integrantes del grupo:
Forme un equipo de servicio
• ¿Quiénes están ya en el equipo de servicio? ¿Qué funciones cumplirán?
• Piense en invitar a los miembros ya existentes para que ayuden a conducirlo.
• Seleccione a un co-moderador e invítelo.
• Reúnase con el equipo de servicio para dialogar sobre los objetivos y el formato
de las reuniones.
Tenga en cuenta los siguientes elementos (y las secciones siguientes) cuando planee
recibir al grupo:
• ¿Está todo el equipo de servicio de acuerdo en cómo se ofrecerá la hospitalidad
para preparar el entorno e interactuar con los integrantes del grupo? (Consulte la
próxima sección).
• ¿Han orado por el éxito del grupo?
• ¿Han preparado bien las preguntas para discusión y oración y otros materiales?
SEGUIMIENTO
Use este plan general para planificar las reuniones con su párroco y el equipo de servicio.
Asigne funciones y tareas y prepare un cronograma de actividades para no omitir nada ni que
nadie quede fuera.
Recuerde también hacer oración en las reuniones de planificación. El servicio como moderador
o anfitrión u otra función de liderazgo puede ser muy gratificante y es una oportunidad para
crecer espiritualmente.
Forme el equipo de servicio y haga preguntas importantes, como “¿A quiénes queremos llegar
y qué queremos que obtengan de esta experiencia de grupo pequeño? Dejar establecida esta
“misión” servirá para no desviarse de rumbo al seleccionar los materiales y planificar la logística.
INVITACIÓN
Prepare una buena lista de contactos, redacte las invitaciones en forma personal y haga que la
comunicación sea clara. La experiencia del grupo pequeño comienza en realidad con ese primer
contacto con quien vaya a moderar las reuniones, ¡así que haga que su invitación sea eficaz!
Hay mucho que hacer, así que trate de delegar responsabilidades. Pídale a una
persona que se preocupe del entorno y la bienvenida inicial, y a otra que anime al
grupo en la oración y el compartir.
SEGUIMIENTO
El objetivo del grupo pequeño es lograr que las personas tengan una experiencia
de comunidad cristiana, pero tal experiencia no debería terminar con el grupo,
por lo cual es conveniente cerciorarse de que todos los integrantes sean invitados
personalmente a participar más profundamente en la vida parroquial.
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RECIBIMIENTO DEL GRUPO PEQUEÑO
“Recordemos cómo Jesús invitaba a sus discípulos a prestar atención a los detalles. El
pequeño detalle de que se estaba acabando el vino en una fiesta. El pequeño detalle de
que faltaba una oveja. El pequeño detalle de la viuda que ofreció sus dos moneditas. El
pequeño detalle de tener aceite de repuesto para las lámparas por si el novio se demora.
El pequeño detalle de pedir a sus discípulos que vieran cuántos panes tenían. El pequeño
detalle de tener un fueguito preparado y un pescado en la parrilla mientras esperaba a los
discípulos de madrugada.
“La comunidad que preserva los pequeños detalles del amor, donde los miembros se cuidan
unos a otros y constituyen un espacio abierto y evangelizador, es lugar de la presencia del
Resucitado que la va santificando según el proyecto del Padre.” (GE 144-145)
Los detalles pequeños son importantes El Papa Francisco menciona los “pequeños
detalles de amor”. Si los invitados ven pequeños “toques” de adorno o consideración,
se sentirán bien atendidos y apreciados. Piense, por ejemplo, en tener flores de costo
razonable para decorar el espacio u ofrecer agua fresca con rodajas de cítricos o
pepino. Los participantes agradecerán su preocupación.
Haga que se sientan como en casa: Sea generoso Siempre es un tanto incómodo
llegar a un lugar nuevo, especialmente con gente desconocida.
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Si la reunión se realiza en un espacio abierto, como un salón parroquial, añada ciertos
toques de calidez, como poner un mantel y flores, y trate de escoger una sala no muy
grande ni muy pequeña. Haga que los invitados se sientan parte de una comunidad. Si
alguien comete alguna torpeza, tranquilice a los demás desestimando las situaciones
vergonzosas. Si alguien trae niños, ofrézcale un lugar para cambiar pañales o un
espacio seguro para jugar.
“En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de
estos mis hermanos, me lo hicieron a mí” (Mateo 25, 40). Esto plantea la pregunta de
que, si hemos invitado a Cristo a nuestro corazón, ¿no deberíamos invitar también
amablemente a otros a ser parte de nuestra vida? La hospitalidad no se reduce solo a
ofrecer un refresco y galletitas… ¡debe marcar todas nuestras relaciones!
Su propia actitud Ya sea que usted reciba invitados en su hogar, en una función
parroquial o evangelice en la vía pública, su actitud y su comportamiento son
decisivos para que alguien se sienta aceptado y cómodo. Piense en su expresión
corporal. La Madre Teresa siempre enfatizaba la importancia de sonreír. ¿Hace usted
buen contacto visual? ¿Suele usted cruzar los brazos o expresar un lenguaje corporal
más abierto?
Demuestre interés A todos les gusta ser conocidos y se sentirán más bienvenidos
si usted demuestra interés en conocerlos. En la conversación, no mencione temas
controvertidos. Más bien, interésese por ellos mismos, su trabajo, su familia y sus
pasatiempos favoritos. Trate de conocerlos y escucharles con atención cuando hablen
de cosas que les agradan o les interesan. Tal vez más tarde no recuerden lo que usted
les haya dicho, pero recordarán cómo se sintieron al hablar con usted.
Naturalmente, esta no es una lista exhaustiva. ¡La única forma de aprender a ser
hospitalario es decidirse a serlo!
Describa una experiencia de hospitalidad que usted tuvo en la comunidad cristiana y que
le llegó al corazón.
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CUALIDADES DEL MODERADOR
Sea dócil al Espíritu Santo: El Espíritu Santo nos guía a todos en nuestra
peregrinación hacia el cielo. Los buenos moderadores de grupos pequeños se
preocupan de que el Espíritu Santo sea quien guíe el grupo en la oración, la
preparación y el compartir, y le ofrecen a Dios el éxito del grupo.
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Demuestre alegría: La experiencia de un grupo pequeño ha de ser informal, relajada
y divertida. El grupo pequeño es una experiencia de comunidad cristiana, ¡no una
reunión empresarial!
Evite los casos de evidente gravedad y recuerde que la reunión del grupo no es de
terapia. Si hay algún caso grave que empieza a desviar al grupo, considere en hacer
un alto y diga: “Bueno, oremos por eso ahora mismo.” Terminada la oración, regrese
al tema del pequeño grupo. Recuerde que la risa es un componente clave de una
buena experiencia de grupo. Si bien usted desea alentar a todos los participantes a
profundizar su relación con Cristo, dé lugar al buen humor para que todos disfruten
de una travesía de fe alegre y entretenida.
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CONDUCCIÓN DEL GRUPO
Como sucede con muchos otros aspectos del liderazgo cristiano, para dirigir
un grupo pequeño se requiere una habilidad (o conjunto de habilidades) que es
posible desarrollar. Las siguientes categorías pueden ayudarle a reflexionar sobre
las diferentes facetas de la conducción de un grupo pequeño que le servirán para
desarrollar o pulir sus habilidades.
ORACIÓN
• Reúnase con el equipo de servicio antes de que lleguen los demás (unos 15
minutos) para planificar y rezar.
• Comprométase a orar semanalmente por cada invitado.
• Anime al equipo de servicio a orar por los integrantes entre una y otra reunión.
• Al comenzar la reunión, pídale a alguien diferente que haga las oraciones inicial y
de cierre.
La oración en el grupo
Conforme su grupo se sienta más cómodo, proponga rezar en voz alta por las
intenciones personales que haya. Si es posible, proponga delicadamente a los
presentes que compartan más sobre una situación cuando sea necesario; por ejemplo:
“Claro, rezaremos por tu tío Alberto, y ¿quieres que oremos por ti también para que
sepas lidiar con esa situación?” Es mucho más fácil orar por otros, pero la belleza de
un grupo pequeño es que uno puede sentirse capaz de pedir oración por uno mismo.
Junto con alentar al grupo a crecer en la oración, se pueden hacer las siguientes
sugerencias:
• Pregúntele a cada persona si hay algo por lo que quisiera que se orara.
• Conviene que el anfitrión comience con una oración muy breve; las oraciones
largas y elocuentes pueden ser impresionantes, pero desalientan a los demás.
• Haga, por ejemplo, una oración simple como: “Gracias, Señor, por reunirnos hoy.
17 Te pedimos que respondas a las oraciones que ahora te presentamos... Amén.”
PREGUNTAS
Si decide redactar sus propias preguntas, las sugerencias que figuran a continuación
pueden ser útiles:
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ESCUCHA
Los moderadores de los grupos pequeños deben poner oído atento a las alegrías y las
dificultades de los participantes, sin criticarlos, y ofrecerles oración, apoyo y aliento
cuando sea necesario.
Las siguientes sugerencias pueden fomentar un ambiente donde los miembros sientan
que se les escucha y puedan acercarse entre sí y a Cristo:
¿Qué otras estrategias podrían usarse para que los integrantes del grupo se sientan
tomados en cuenta y apreciados? Piense en alguna experiencia en la que usted se haya
sentido escuchado y que haya sido positiva para usted.
COMPARTIR
Reglas básicas: Describa brevemente las reglas del grupo y lo que se espera de sus
integrantes, alentando a las personas a escuchar con atención, compartir libremente y
respetar a los demás sin juzgarlos. Las “reglas básicas” podrían ser como las siguientes:
Cumpla lo prometido: Si dice que más tarde se hablará de algo, no deje de hacerlo.
Algunas cosas son de menor importancia, pero crean confianza.
No tema el silencio: Deje tiempo para que las personas respondan. Si tienen
expresión de perplejidad, repita la pregunta con otras palabras (no la responda usted
mismo).
Utilice el humor: La risa relaja a las personas y facilita la confianza. Después de la risa
suele haber una conversación significativa.
Mantenga la perspectiva: Tenga en cuenta el nivel hasta el cual las personas pueden
divulgar circunstancias personales en el grupo. El objetivo del grupo pequeño no es hacer
llorar a las personas, sino encontrarse con Cristo en una reflexión honesta y mediante
la oración. Si alguien comparte información íntima, recuerde a los presentes que todo lo
conversado se ha de mantener en forma confidencial, a menos que se vea que alguien
esté en peligro de lastimarse a sí mismo o a otra persona, en cuyo caso se ha de informar 20
a la autoridad competente.
TIPOS DE PERSONALIDAD
Una clave de éxito para un grupo pequeño saludable y feliz es que todos los
participantes tengan la misma oportunidad de compartir, y no hay nada que
obstaculice más una buena conversación que las intervenciones de un sabelotodo
o de una persona cuyas necesidades sean extremas. No hay manera de evitar los
conflictos y las distracciones en un grupo, por lo cual conviene que el moderador se
capacite para saber detectar y manejar estos varios tipos de personalidad. Si lo hace,
la reunión fluirá mejor y logrará su objetivo supremo, que es acercar a las personas a
Cristo Jesús y entre sí.
Los que monopolizan la conversación, y tienen una respuesta para cada pregunta
y sus respuestas parece ser interminables; son personas muy conocedoras y bien
intencionadas, pero por lo general carecen de las aptitudes sociales necesarias para
no dominar la conversación. El moderador debe tener el coraje de llevar a tales
personas a terminar sus intervenciones. Uno de los mejores métodos es simplemente
terminar la idea del que habla y luego ceder rápidamente la palabra a otra persona.
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Los retraídos suelen pasar desapercibidos porque nunca molestan a los demás
miembros del grupo, y de hecho son expertos en guardar silencio y no ser tomados en
cuenta. Es preciso acompañar suavemente a estas personas y estimularles para que
se dejen conocer por los demás.
Los criticones son lo que más pueden arruinar la reunión de un grupo pequeño. Las
expresiones irónicas o burlonas son contagiosas y pueden paralizar a un moderador
inexperto, pero hay que tener presente que, si hay burlones, el “ladrido” siempre es
peor que el “mordisco”. Sus quejas suelen revelar más de sus propias percepciones y
heridas internas que los hechos que critican. No deje nunca que un criticón descarrile
una actividad, y nunca tome sus quejas en forma personal.
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TIPOS DE PERSONALIDAD
Los que revelan demasiado parecen no saber hasta qué punto es prudente compartir
sus circunstancias personales, y a veces aportan pormenores que incomodan a los
presentes o les hacen sentirse inseguros de cómo han de reaccionar.
Los que “resuelven problemas” tienen dificultades para darse cuenta de que hay
otros que sienten dolor o confusión. Aunque tiene buenas intenciones, el que
resuelve problemas trata de “componer” la situación de otros miembros del grupo, a
menudo ofreciendo respuestas y soluciones puntuales. Pero cabe recordarles a ellos
que todos se encuentran en proceso de aprendizaje y crecimiento y que cada uno
necesita tiempo para discernir por sí mismos cuál es el llamado de Dios.
¿Qué experiencias ha tenido usted con personalidades difíciles como estas? ¿Cómo
manejó usted estas situaciones o cómo lo hizo otro moderador?
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SEGUIMIENTO Y ACOMPAÑAMIENTO
Un proceso de acompañamiento que logre llevar a los integrantes del grupo a una
mayor participación en la comunidad cristiana y a una mejor relación con Cristo
requiere que los moderadores hablen personalmente con las personas antes de la
reunión del grupo, se comuniquen con ellas entre las sesiones y les ofrezcan el apoyo
necesario después de terminadas las reuniones.
Las siguientes sugerencias pueden ser útiles para acompañar a los miembros del
grupo fuera de la reunión y después de que estas hayan terminado.
Escriba un breve modelo de correo electrónico para responder en los tres casos siguientes:
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3. Llega la última reunión del grupo y usted ha logrado hacer seguimiento con todos los
integrantes, pero hay uno que en realidad parece no “caerles bien” a los demás, aparte
de que al parecer no participa en otras actividades de la parroquia. En esos casos,
puede enviarle un mensaje personal para ver cómo está y ofrecerle apoyo.
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CUALIDADES DEL MODERADOR
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cuando corresponda y fomentando un ambiente propicio para que todos se sientan
acogidos y conocidos.
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• Dé ejemplo de como escuchar sin prejuicios y con atención.
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salud emocional, mental y espiritual y así podrá tomar decisiones más deliberadas y
guiar a otros hacia Cristo.
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reunión empresarial!
Evite los casos de evidente gravedad y recuerde que la reunión del grupo no es de
terapia. Si hay algún caso grave que empieza a desviar al grupo, considere en hacer
m-Ѵ|o7b]-Ĺľ;moķou;lovrou;vo-_ou-lbvloĺĿ$;ulbm-7-Ѵ-ou-1bॕmķu;]u;v;
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profundizar su relación con Cristo, dé lugar al buen humor para que todos disfruten
de una travesía de fe alegre y entretenida.
28
REFERENCIAS
Consulte las siguientes fuentes de información sobre los temas del Ministerio de
Grupos Pequeños mencionados en este manual.
Notas finales
1 Adaptado de Rich Cleveland, A Facilitator’s Guide (Colorado Springs: Emmaus Journey, 2007)
2 Este método proviene del Proyecto La Verdad de Enfoque a la Familia.
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Arquidiócesis de Washington