El documento discute el creciente interés en la evaluación de sistemas educativos. Explica que la evaluación ha evolucionado de enfocarse en mediciones cuantitativas a también considerar métodos cualitativos. Argumenta que la evaluación puede contribuir a mejorar los sistemas educativos al realizar diagnósticos, conducir procesos de cambio, valorar resultados educativos, y mejorar la organización de escuelas. Propone un modelo de "pilotaje" que tome decisiones a nivel macro y micro para conducir los sistemas educativos de man
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El documento discute el creciente interés en la evaluación de sistemas educativos. Explica que la evaluación ha evolucionado de enfocarse en mediciones cuantitativas a también considerar métodos cualitativos. Argumenta que la evaluación puede contribuir a mejorar los sistemas educativos al realizar diagnósticos, conducir procesos de cambio, valorar resultados educativos, y mejorar la organización de escuelas. Propone un modelo de "pilotaje" que tome decisiones a nivel macro y micro para conducir los sistemas educativos de man
Título original
Evaluación y Cambio de los Sistemas Educativos.pdf
El documento discute el creciente interés en la evaluación de sistemas educativos. Explica que la evaluación ha evolucionado de enfocarse en mediciones cuantitativas a también considerar métodos cualitativos. Argumenta que la evaluación puede contribuir a mejorar los sistemas educativos al realizar diagnósticos, conducir procesos de cambio, valorar resultados educativos, y mejorar la organización de escuelas. Propone un modelo de "pilotaje" que tome decisiones a nivel macro y micro para conducir los sistemas educativos de man
El documento discute el creciente interés en la evaluación de sistemas educativos. Explica que la evaluación ha evolucionado de enfocarse en mediciones cuantitativas a también considerar métodos cualitativos. Argumenta que la evaluación puede contribuir a mejorar los sistemas educativos al realizar diagnósticos, conducir procesos de cambio, valorar resultados educativos, y mejorar la organización de escuelas. Propone un modelo de "pilotaje" que tome decisiones a nivel macro y micro para conducir los sistemas educativos de man
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Evaluación y Cambio de los Sistemas Educativos
El presente reporte de lectura corresponde al texto “Evaluación y Cambio de
los Sistemas Educativos la Interacción que hace falta”, del autor Alejandro Tiana Ferrer.
De inicio, dicho texto menciona que en la actualidad es de lo más común
escuchar el concepto "evaluación" en cualquier discurso educativo. Sin embargo, el interés por la evaluación no es nuevo, sino que es algo que se ha observado desde los años sesenta, cuando en los Estados Unidos de América surge la necesidad de obtener respuestas objetivas y fiables en su sistema educativo, logrando la canalización de recursos económicos hacia el rubro de la evaluación educativo, misma que vio un desarrollo considerable hacia finales de la década antes mencionada.
Por otra parte, se destaca el interés de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (O.C.D.E.), la cual agrupa a los países con economías más desarrolladas y cuenta con amplia experiencia en la construcción de indicadores internacionales de la Educación, aunque vale destacar que su camino no ha sido fácil, pues su proyecto inicial fue un fracaso en virtual de que, según cita el texto, tuvo un carácter prematuro (NATTALL, 1992), situación que dio un giro afortunado a finales de los años ochenta, cuando echa a andar el proyecto denominado INES, de indicadores internacionales de la Educación, que hasta la fecha ha resultado particularmente exitoso.
Con el tiempo, el interés por los procesos evaluativos ha evolucionado y se
ha expandido de forma tal que ha generado la participación de diversos países a lo largo del mundo, lo cual ha implicado una serie de transformaciones en la concepción y práctica de la evaluación. Dichas transformaciones van desde cambios conceptuales, cambios metodológicos que integran métodos cualitativos y cuantitativos, hasta los cambios en cuanto a la utilización de la evaluación, así como los cambios estructurales "caracterizados por una creciente inclusión de la evaluación entre los mecanismos de gestión de los sistemas educativos, una ampliación de sus ámbitos de cobertura y una mayor interdisciplinaridad (HOUSE, 1993)".
Lo anterior da lugar a nuevo fenómeno que muestra el interés creciente de
los sistemas educativos hacia la evaluación, otorgándole un alto nivel de cientificidad, asumiéndola como una práctica profesional.
De acuerdo con el autor, existe tal variedad de motivos para justificar el
interés por la evaluación que no se ha llegado a un acuerdo absoluto, sin embargo, queda claro que para comprender el fenómeno se requiere hacer un análisis profundo y respetuoso, para lo cual propone observar dos conjuntos argumentales relacionados con los cambios ocurridos en los sistemas educativos actuales, el primero es relativo a los procesos de cambio en las formas de administración y control de los sistemas educativos, en tanto que el segundo a las transformaciones que exigen las sociedades en lo relativo a la flexibilidad que requieren dichos sistemas para poder avanzar.
En cuanto al primer fenómeno, se menciona que en una época como la
actual, con un ritmo tan acelerado que exige transformación constante, la rigidez en un sistema educativo representa un gran obstáculo para el progreso, por lo que prima la necesidad de flexibilizarlo, con el fin de que pueda adaptarse y responder a las demandas de las sociedades y del entorno, lo que implica que goce de cierto nivel de autonomía y libertad, acordes a las características del contexto.
Así mismo, mencionan dos tipos de sistemas de administración y control de
los sistemas educativos. Por una parte, están los sistemas tradicionales y descentralizados, cuyos mecanismos de administración y control se basan en la elaboración de la normativa y en el control del cumplimiento de las normas a través de servicios jerárquicos de supervisión en inspección. En cuanto al segundo modelo, se fundamenta en la valoración de resultados obtenidos a través de procesos de evaluación, el uso de la autonomía y la rendición de cuentas. Por lo anterior, este modelo deriva en una organización productiva.
Respecto al segundo fenómeno, hace referencia a que la realidad actual en
el tema educativo debe ir de la mano con la rendición de cuentas y responder a las demandas sociales, pues conocer el nivel de logro de los objetivos compete a todos los que conforman una sociedad, ya que de ahí se parte para determinar el uso óptimo de los recursos y para la toma de decisiones adecuadas, sobre todo teniendo en cuenta que existe un vínculo entre educación y desarrollo. Es decir, brindar oportunidades de educación a los jóvenes poniendo a su servicio una buena oferta educativa, contribuye a la obtención de buenos resultados y al desarrollo de un sistema educativo de excelencia.
Aunado a lo anterior se señala que, dada la naturaleza global de las
relaciones económicas, existe una competencia entre los diversos países que abarca el plano socio-cultural, así como económico y político, lo cual redunda en la preocupación por la calidad educativa de las escuelas, pues es un hecho que la crisis económica que afecta a muchos países provoca la reducción de presupuesto en las políticas públicas, entre las que se encuentran los sistemas de educación.
Como consecuencia de los fenómenos antes mencionados, se propone un
nuevo modelo de conducción de los modelos educativos denominado pilotaje o steering, que, según cita el texto, Gilbert de Landsheere define como “la toma de decisiones al nivel macroscópico (es decir, de un sistema o subsistema educativo) o microscópico (es decir de un establecimiento o incluso una clase).
Existen diferentes posturas en cuanto las aportaciones de la evaluación para
la mejora de los sistemas educativos y se otorga especial relevancia a cuatro, mencionando como el primero de ellos el diagnóstico, pues al realizar un primer análisis basado en datos fiables se puede tener una idea precisa sobre la situación real del sistema educativo y, por ende, posibilita la satisfacción de la demanda social y la toma de decisiones adecuadas.
La primera de las aportaciones antes mencionadas resalta la importancia de
hacer un diagnóstico adecuado, para lo cual habrán de tomarse en cuenta los factores contextuales, la práctica profesional y la formación de los docentes, el currículo, la administración educativa. Dicho de otro modo, deberán considerarse todos los componentes que conforman el sistema educativo.
En segundo término, se habla de la conducción de los procesos de cambio,
definiendo conducción como “un proceso de recogida sistemática de información con carácter previo a la toma de decisiones”. En tal sentido, se postula la evaluación como una estrategia que procura la conducción de los procesos de cambio o, en su caso, reformas, tanto de la gestión como de la administración del sistema educativo.
La tercera aportación de la evaluación para la mejora de los sistemas
educativos hace referencia a la valoración de los resultados de la educación. Al respecto, Tiana menciona que existen algunas dificultades para entender los resultados de la evaluación y recurre a Thélot (1993) para distinguir tres grandes grupos de objetivos de la educación.
− El primero de estos grupos de objetivos se ocupa de transmitir
conocimientos, habilidades y cultura a los ciudadanos jóvenes. A partir de eso puede establecerse parámetros respecto de los aprendizajes logrados por los estudiantes durante distintas etapas, ciclos y grados del proceso educativo, así como medir los niveles de logro obtenidos en diversos ámbitos del currículo. − El segundo grupo habla de preparar a los estudiantes para su inserción en la vida profesional, es decir, se establece una conexión entre la educación y la adquisición de competencias para la vida laboral. − Finalmente, el tercer grupo de objetivos se enfoca en la formación de ciudadanos y entre los resultados a evaluar se encuentra la adquisición de una educación cívica, el desarrollo de actitudes democráticas y tolerantes que contribuyan a la formación de personas activas, participativas, que contribuyan y se integren en la sociedad asumiendo la responsabilidad de sus acciones.
Una vez realizado un diagnóstico adecuado, evaluado los procesos de
cambio y valorados los resultados, llegamos al tema de la mejora de la organización y funcionamiento de los centros educativos. En este sentido, la evaluación contribuye de manera importante debido a que permite conocer la realidad educativa, considerando los aspectos cualitativos tanto como las condiciones y variables que los determinan, sin dejar de lado el conocimiento de la organización y funcionamiento del centro.
De igual forma, al permitir la detección de debilidades y fortalezas en el
funcionamiento de la organización desde su propia realidad, la evaluación se convierte en una base sólida para la propuesta de programas individualizados de mejora, dejando claro que es un instrumento muy valioso que contribuye al conocimiento y mejora de la educación.