Trabajo Final - Pedagogía M Sanchez

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Trabajo Final Integrador

Materia:
PEDAGOGÍA

Docente: Prof. Gisella García

Alumna: María Soledad Sánchez

MARZO 2023

“RE PENSANDO las transformaciones de LA ESCUELA, DESDE LA VISIÓN Y LOS


APORTES DE LA PEDAGOGÍA”

Todo ha cambiado. Se ha caído el sistema. La escuela. La frontera que la separaba (en


parte) del mundo. El aula. La mirada. Todo se ha derrumbado de repente y no sabemos
por cuánto tiempo más. La aparición del COVID 19 trajo la cuarentena y puso un
paréntesis en la larga historia de la escolarización. Desde entonces, vivimos la era de la
excepción.

Axel Rivas

Trabajo Práctico de acreditación final – Ariel N. Puracchio


Trabajo Práctico de acreditación final – Ariel N. Puracchio
Actualmente nos resulta poco beneficioso pensar una pedagogía sin la escuela, pero
durante mucho tiempo las mismas eran consideraciones de como un pedagogo tenía
que educar a los niños de las clases privilegiadas y en esas tareas se confundían el
ciudadano, la enseñanza, los modales y la indumentaria.

En la actualidad, las pedagogías se han concentrado, acertadamente, en la escuela.


Según Mariano Narodowski, pedagogo, explica la génesis de la pedagogía moderna con
el concepto de que el niño debe ser educado, mediante reglas precisa, estructuradas
dentro de la escuela, creando un ámbito propicio de cuidado e indicando lo que deberían
hacer.

Otras posturas como la de Caruso y Dussel, consideran que la pedagogía puede ser una
“ciencia”, como una forma de conocimiento probatorio y por otro lado puede ser como un
“arte”, cuando aludiendo a las decisiones de las prácticas, métodos e instrumentos
aplicados por el maestro.

La pedagogía nace en un contexto de pensamiento y análisis que la condiciona. Es


decir, el contexto histórico social le proporcionó características específicas que se
propagaron a la práctica educativa. En este sentido, la pedagogía es un discurso político
que legitima o cuestiona el orden social y politiza el trabajo en las aulas.

Johan Comenius, considerado el “Padre de la Pedagogía” en el siglo XVII hablaba de


“enseñar todo a todos”, fue el pionero en tener en cuenta al alumnado y sus
necesidades, donde cada uno es diferente y no debería hacerse distinción social ni de
género. Desde su discurso, la relación docente/alumno, la inclusión y la democratización
del saber, eran pilares fundamentales para la educación.
Para este Pedagogo la escuela es el vínculo por excelencia que está en condiciones
históricas y tecnológicas de transmitir el saber, observando los postulados del mismo en
la actualidad a través de la simultaneidad, la universalidad de la educación y la alianza
escuela – familia.

Durante la transición al siglo XX se produjo un profundo cambio socio-pedagógico, la


escuela se extendió como la forma educativa predominante a nivel mundial y la mayoría
de las naciones legisló su educación básica convirtiéndola en obligatoria. Este proceso
de escolarización tiene su correlato con otros procesos sociales y culturales y con
fenómenos extra escolares, volviéndose la escuela consecuencia de esas causas
externas, como el capitalismo y la alfabetización entre otros, como bien lo señala Pablo
Pineau.

Kant considera la educación como una institución propia y característica de la especie


humana; observa así que “el hombre la única criatura que debe ser educada”. Reflexiona
respecto a la educación, la cual no solo debe ser concebida como aquella que permite
diferenciar al hombre respecto de otros seres vivos sino que la caracteriza como una
instancia decisiva para la adquisición y desarrollo de las capacidades y facultades
humanas. La condición de hombre, no se entiende como cuestión meramente dada, sino
como un estatuto que ha de ser adquirido a través de un proceso pedagógico.
Dicho proceso incluye aspectos tales como los cuidados, la disciplina, la instrucción y la
formación. Mientras que los tres primeros aspectos se hayan vinculados al desarrollo de
las capacidades humanas, orientadas a la satisfacción de las necesidades básicas del
individuo, la formación se haya esencialmente ligada a la educación moral y cívica, y es
considerada por Kant como la meta fundamental del proceso educativo.

Durkheim, deja de lado la noción de educación esencialmente humana de Kant, y la


plantea como un fenómeno esencialmente social; la concibe como un proceso de
transición cultural de una generación a la otra, de las adultas a las jóvenes, un proceso
social tanto por sus orígenes como por sus funciones, plasmando para el concepto las
ecuaciones educación = escuela y sociedad = estado.
La educación es una función social y por esto el Estado no puede desinteresarse de ella.

Trabajo Práctico de acreditación final – Ariel N. Puracchio


Debe estar sometida en su totalidad a los intereses del Estado, es éste quien da lugar a
los principios esenciales como el respeto a la razón, a la ciencia, a las ideas y a los
sentimientos que están en la base de la moral democrática.

Una mirada interesante expuesta por las Licenciadas Czerlowski y Viamonte Leme,
proponen reflexionar sobre los cambios introducidos en la construcción de la
subjetividad. A partir de la instauración del neoliberalismo como proyecto político
hegemónico, el consumidor y los medios masivos de comunicación son los principales
referentes de la época actual y constituyen nuevas subjetividades.
La influencia de las nuevas tecnologías de información dieron lugar a un nuevo tipo de
alumno, docente y ser humano en general y por ello, hay que pensar que tipo de escuela
se está ofreciendo y que estrategias de inclusión/exclusión se están empleando.

Los educadores en un contexto social y cultural como el actual no pueden dejar de lado
estas herramientas que atraviesan en las prácticas cotidianas. Incorporarlas también
dependerá de las estrategias y recursos que tengan para llevarlas a cabo. Los
educadores deben ser estratégicos en la incorporación de las nuevas tecnologías y a su
vez, propiciar en su utilización el pensamiento reflexivo, creativo e inclusivo,
fortaleciendo la cooperación y la humanización en cada práctica. De esta forma, se
incorpora el interés de estas nuevas subjetividades en el desarrollo pedagógico de cada
alumno.
Si concebimos a la escuela como agente de transmisión de cultura, que otorga
pensamientos de transformación social, debemos pensarla más democrática e inclusiva;
que incluya no solo conocimientos específicos, sino también que incorpore esos “otros
saberes” que tiene cada alumno, saberes relacionados con su cotidiano, con su contexto
e historia y de ahí que el aporte de una pedagogía critica y reflexiva en la práctica
cotidiana deben ser incorporadas en esos escenarios, con nuevas escenas que se
despliegan.
Se deben incorporar prácticas y saberes actuales que aporten a la construcción de
aprendizajes en nuevos contextos y nuevos sujetos sociales.

Por consiguiente asimilar a la educación como practica social e histórica nos hace
reflexionar sobre ha cambiado la escuela y su rol en el tiempo.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX la obligatoriedad escolar y la alfabetización


universal expresan la doctrina de la política educativa de la mayoría de los Estados
nacionales modernos.

El periodo de Organización Nacional (1853-1880) con las Presidencias de Mitre,


Sarmiento y Avellaneda, fueron fundamental para confirmar una educación sistemática
con la ejecución de programas educacionales, dando lugar a la escuela de nivel medio a
partir de la creación del Colegio Nacional de Buenos Aires, tal como expone Domenicone
y otros.
En 1884 con la sanción de la primera ley de Educación común, fue la expansión del
sistema educativo argentino universal, obligatorio, integral, gradual, laico y gratuito.
Para Dussel (1997) la escuela secundaria que se incorpora, toma como modelo al
prusiano y al francés con una función propedéutica. Además, es el cruce de dos
tendencias frente a la expansión: la continuidad del modelo tradicional y la expulsión.
Estas escuelas, como el Colegio Nacional de Buenos Aires (1863) eran las instituciones
encargadas de formar las clases dirigentes y para la Universidad. En ese mismo periodo
se crearon las escuelas normales que formaban para el ejercicio de la docencia.
Más adelante, en el periodo nefasto de 1976-1983, durante un proceso de
desindustrialización del país y de restricción del ingreso a la universidad se dio un fuerte
crecimiento de los bachilleratos frente a las modalidades técnicas y comerciales.
Con la llegada de la Democracia, en el año 1983, la matrícula de nivel medio tuvo un
aumento pronunciado, debido a medidas tomadas desde el Estado. Aunque también
crece la fragmentación entre la escuela privada dedicada a sectores medios y altos y la
escuela pública que queda para sostener la demanda de los sectores populares.

Trabajo Práctico de acreditación final – Ariel N. Puracchio


Todo esto nos lleva a pensar, que la escuela de ayer ese proyecto nacional, dista mucho
de incluir y ser democrática en los saberes que deben circular por ella. El curriculum
humanista tradicional y en consonancia con Dussel (1996), fue base de muchas
exclusiones que reprodujeron por mucho tiempo una jerarquía cultural que legitimaba
desigualdades sociales y regionales muy agudas. Como resultante de esto, se originó la
incomprensión por parte de los alumnos de la problemática nacional por el proceso de
transformación que estaban viviendo.
Finalmente, llegamos a nuestros días con la esperanza de que la escuela resuelva los
problemas que la sociedad y las familias, no pueden resolver. Depositamos en ella
expectativas la exceden y la promesa de igualdad de oportunidades donde el éxito
escolar conduciría al éxito social, no ha llegado.
Está situación generó una crisis del sistema educativo, los saberes no son hegemonía de
la escuela, se rompió la alianza entre familia/escuela, se diluyó la figura y el rol del
docente como autoridad y entro en crisis la estatalización.
Las postales de las nuevas escuelas muestran las nuevas tecnologías en las aulas; que
según Balardini, están viviendo una cultura tecnológica donde se socializan, se
relacionan, se comunican y viven a través de este tipo de tecnologías. Pero también se
puede observar que, con esta nueva incorporación, existe una alteración del orden
escolar tradicional, donde los saberes ya no los tiene exclusivamente el docente, por lo
tanto la autoridad tampoco y el alumno comienza a ocupar otro lugar.

Es importante que los docentes se permitan escuchar lo que los alumnos traen consigo,
reconocer su palabra, sus pensamientos generando nuevas conclusiones o
problemáticas entre todos. Se trata de entender que estamos ante otra realidad. 
En un contexto como el actual, la adaptación de la mirada pedagógica será sumamente
importante, cambiando la didáctica, los métodos, proponiendo un curriculum basado en
prioridades, reinventando la enseñanza, menos estructurado, tratando de encontrar el
interés en los alumnos presenciales o del otro lado de una pantalla, pero tratando de
cumplir con el fin de enseñar. En tal sentido pensar en el curriculum, como una “matriz
abierta”, que no se defina como pura determinación ni pura inestabilidad, sino creando
un nuevo diseño didáctico. 
Sin duda, debemos debatir en la sociedad las mejores formas de reencausar el viejo
anhelo de Comenius de “enseñar todo a todos” al mismo tiempo.

Trabajo Práctico de acreditación final – Ariel N. Puracchio

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