Facultad de Psicología
Facultad de Psicología
Facultad de Psicología
Lima, 2018
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Agradecimientos
A Adriana, cuyas recurrentes palabras de ánimo y muestras de apoyo con este proyecto,
significaron una motivación constante en este camino.
A Leslie y Andrea, con quienes conocí, hace algunos años, esta maravillosa organización.
Resumen
Abstract
The objective of this research was to describe and analyze the elements involved in the
organizational culture of a small family business in Lima, taking as a theoretical and
comprehensive model the levels of organizational culture proposed by Schein (2004). An
ethnographic approach design was proposed that allowed us to obtain a first
approximation to the culture of the organization through observations of common
practices in the collaborators that were expressed in field notes. Two main categories
were found with which the organization's culture can be analyzed: "Order" and
"Interactions", which, in turn, were subdivided into more concrete and observable aspects
to account for the artifacts and later for the values organizational. The results show
contradictions between the discourse of what the collaborators understand of their own
organizational culture and what the practice shows, allowing to reflect on the level of the
basic budget, proposed by the Schein theory that guides the theoretical reflection of the
study.
Key words: Organizational culture, small family business, ethnographic approach.
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Tabla de Contenidos
Introducción 5
Cultura y Cultura Organizacional 5
Cultura organizacional en micro y pequeñas empresas (MYPES) 13
Método 17
Participantes 17
Técnicas de recolección de la información 19
Procedimiento 21
Análisis de la información 23
Resultados y Discusión 25
Artefactos asociados al Orden. 27
Artefactos asociados a las Interacciones 31
Referencias Bibliográficas 39
APÉNDICE A 47
APÉNDICE B 48
APÉNDICE C 49
APÉNDICE D 50
5
Introducción
de ellos hace referencia a las narrativas sobre los eventos que han hecho posible la
creación de la organización. Generalmente, las historias se cuentan a partir de los dueños
hacia los colaboradores, quienes muchas veces las comparten con sus clientes. Por otro
lado, los rituales se entienden como la secuencia de actos que caracterizan el ser y el
actuar de una organización. Como consecuencia, los rituales pueden significar también
un modo de generar mayor certidumbre y confianza en los colaboradores. El lenguaje, en
esta misma línea, es entendido como la serie de códigos lingüísticos compartidos para
afianzar la pertenencia. Por último, los símbolos materiales son reconocidos como objetos
que transmiten cuáles son los elementos importantes para una organización (Gutiérrez,
2007; Pucheu, 2014; Robbins & Judge, 2013; Schneider & Ehrhart, 2012).
A su vez, las culturas organizacionales, según la intensidad de los valores
nucleares, son consideradas como fuertes o débiles (Robbins & Judge, 2013; Smart &
John, 1996). Las primeras se usan para referirse a aquellas organizaciones cuyos valores
se comparten de manera muy homogénea entre los colaboradores, asociado a un mejor
clima percibido y una menor rotación (Andrews, Basler & Collar, 2002). Por otro lado,
las culturas organizacionales débiles caracterizan a aquellas entidades que no logran
ejercer una fuerte influencia en sus miembros por la diversidad de valores que estos
interiorizan (Andrews, Basler & Collar, 2002). Es así que otra de las funciones de la
cultura organizacional es tratar de generar un impacto que trascienda a los mismos
colaboradores para lograr un reconocimiento más amplio en el entorno social y laboral
(García, 2006).
El que una organización posea una cultura fuerte o débil no significa que sea buena
o mala. No obstante, ambas nociones cuentan con algunos peligros que se deben tomar
en cuenta. Mientras que poseer una cultura muy fuerte puede equivaler a tener
colaboradores poco flexibles, una cultura débil puede desembocar en personas que, al
buscar resolver alguna incertidumbre, se vean obligadas a interiorizar valores de otros
lugares (Andrews, Basler & Collar, 2002).
Otro tema de interés en el estudio de la cultura organizacional, es el de la
existencia de las llamadas subculturas al interior de la misma. Aquellas son entendidas
como los grupos que se forman dentro de una organización, los cuales manifiestan otros
valores y normas alternas a los de la cultura dominante (Robbins & Judge, 2013). Así,
éstas pueden existir de manera momentánea en una organización, como también pueden
9
cuestionarlos. De esta manera, aquellos que no los acepten, corren el riesgo de ser
retirados de la organización.
Por último, en el nivel más profundo de la cultura, se encontrarían las
Presunciones básicas subyacentes, las cuales se conocen como las representaciones de
los valores y de las creencias, aquellas que nadie cuestiona por el grado de inserción que
tienen en sus mentes. Este nivel, por tanto, representa el modo más complejo de
funcionamiento de una cultura, pues existe tal grado de acuerdo en sus bases, que
cambiarla es un hecho extremadamente difícil. Schein reconoce que, para cambiar las
bases de las Presunciones básicas subyacentes, es necesario modificar los otros dos
niveles y la estructura cognitiva con la que se entiende el mundo (Schein, 1988; Schein
citado en Pedraza et al, 2013; Kong, 2003; Rappaport, 2013)
En cuanto a la manera en que se aplican investigaciones académicas sobre cultura
organizacional, resulta relevante señalar que existen numerosos estudios con diferentes
orientaciones teóricas y enfoques metodológicos que analizan el constructo en diversos
contextos organizacionales.
Por ejemplo, a nivel cuantitativo, se ha buscado medir el constructo con la
intención de darle una mirada más objetiva y experimental, permitiendo también
correlacionarlo con otras variables organizacionales que arrojen una comprensión y
predicción de ciertos fenómenos asociados al desempeño. Existen instrumentos que
miden la cultura organizacional de manera cuantitativa. Dos de los modelos más
populares en este campo son el de Denison (1997) y el de Cameron y Quinn (2006).
El primero destaca cuatro elementos de la cultura de las organizaciones:
Involucramiento, Consistencia, Adaptabilidad y Misión. Se entiende el involucramiento
como la capacidad del colaborador de sentirse comprometido como respuesta a un
ambiente que genere autonomía para las labores. La consistencia, por otro lado, se refiere
al poder del consenso en las normas y valores, lo que conlleva a tener una cultura fuerte.
La adaptabilidad, en tercer lugar, responde a la capacidad que tiene la cultura de cambiar
y reinterpretarse a partir de las señales que se reciben del ambiente. Por último, la misión
apunta hacia las metas de la organización, en concordancia con los valores (Denison,
1997).
En el caso del modelo de Cameron y Quinn (2006), se proponen 4 tipos de cultura:
Por un lado, la de tipo clan, caracteriza a las empresas que se conciben como una familia
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que comparte valores y costumbres. La de tipo adhocrática, por otro lado, concibe a la
innovación y creatividad como dos de sus rasgos más importantes, los cuales caminan de
la mano con el dinamismo y la rápida acción de sus colaboradores. En tercer lugar, la
cultura tipo jerárquica define a las organizaciones que se encuentran bastante arraigadas
bajo normas y valores de carácter burocrático, en donde las funciones se encuentran
estrictamente definidas. Por último, la cultura de tipo mercado, engloba a aquellas
organizaciones que se encuentran constantemente orientadas a los resultados.
Numerosos estudios de cultura organizacional se han llevado a cabo con estos
modelos. El constructo frecuentemente ligado o correlacionado con estos, es el de
efectividad y desempeño. Por ejemplo, en relación con el modelo de Cameron y Quinn
(2006), Martinez, Vera y Vera (2014); Smarth y Hamm (1993); Smarth y John (1996)
Salvador y Franco (2012) demostraron en estudios en diferentes organizaciones, que los
tipos de cultura organizacional que generan un mayor impacto en la eficiencia de una
empresa son las adhocráticas y las jerarquizadoras.
En cuanto al modelo de Denison, estudios como el de Herzka & Tturákova (2014)
y Ehtesham, Muhammad y Muhammad (2011), demuestran que la adaptabilidad y
consistencia son los elementos de la cultura que tienen mayor correlación con el
desempeño organizacional. A nivel latinoamericano, una investigación en Colombia
(Martinez, 2010), discute que el modelo en cuestión, si bien predice de manera general
factores de productividad y rendimiento, particularmente significativos en el caso de la
misión, no logra captar las sutiles particularidades del contexto de una organización,
siendo este un aspecto muy importante para el estudio de cultura.
Los estudios cuantitativos de cultura organizacional permiten abordajes
interesantes para articular diferentes constructos y variables que predicen efectos en el
desempeño organizacional. Sin embargo, dado que el concepto de cultura en sí mismo,
como se ha señalado antes, es complejo y tiene una alta carga simbólica e interactiva,
resulta entonces importante rescatar el carácter cualitativo del mismo y reconocer que
su estudio debería buscar entender e interpretar los sucesos y prácticas dentro de la
organización, las formas de vida e interacción y la estructura social del grupo que se
desea estudiar, todos estos aspectos que difícilmente pueden ser medidos de manera
cuantitativa (Gutiérrez, 2007; Herrera, 2008).
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Murillo & Garrillo Martínez, 2010). En palabras sencillas, la etnografía es una práctica
de conocimiento que tiene como fin conocer el mundo y los fenómenos sociales desde la
perspectiva de sus propios miembros (Guber, 2001; Restrepo, 2016). Esta, implica la
participación activa del observador en el contexto que desea estudiar, cuyo fin es “conocer
lo desconocido” mediante el trabajo de campo, estando dispuesto a analizar una realidad,
mediante la reflexión teórica (Rockwell, 2009). Hacer etnografía, a su vez, implica que
se desarrolle con el tiempo, una óptica reflexiva sobre un escenario, donde los
comportamientos o sucesos observados en el trabajo de campo cobran sentido en el
contexto donde se realizan (Murillo & Garrillo Martínez, 2010).
Vargas, 2014). En el Perú, el 99.4 % de las empresas conforman este grupo (emprende.pe,
2013) empleando a más del 80% de la población (Sánchez, 2006).
Muchas de estas empresas son de tipo familiar. De manera más específica, el 90%
de las empresas que conforman el Perú, tienen este origen (La República, 2013). Se
conoce como empresas familiares a aquellas organizaciones que se crean desde los
miembros de este núcleo y que buscan sobrevivir por varias generaciones (Lansberg &
Gersick, 2006; Miller & Le-Breton-Miller, 2007). Mucci (2008) distingue varias
características de las empresas familiares, entre las que se encuentran una gran
identificación por los valores familiares, una fuerte resistencia al cambio y la ocupación
de los miembros de la familia en los principales cargos directivos, haciendo que esta
última genere, muchas veces, una rigidez en la figura de liderazgo, impidiendo que otras
personas fuera de la familia puedan llegar a tener un cargo directivo.
Estudiar la cultura organizacional en las micro y pequeñas empresas adquiere una
enorme importancia cuando se trae a colación su gran presencia en los países de
Latinoamérica (Hernández & Saavedra, 2008) y con ello, el vasto porcentaje de la
población que éstas emplean. A nivel latinoamericano, por otro lado, existen varios
estudios sobre el tema de cultura organizacional en este tipo de empresas.
Hernández y Mendoza (2002) realizaron un estudio en micro y pequeñas empresas
en México, en donde propusieron un modelo de fortalecimiento de cultura, con la
finalidad de que se tenga un entendimiento más consensuado acerca de lo que se espera
en un futuro. También en México, Vivanco (2014) demostró que las culturas de este tipo
de organizaciones orientadas a los objetivos, se encuentran más relacionadas con el
rendimiento. Por otro lado, Gálvez y García (2011) demostraron que las culturas
organizacionales de las MYPES colombianas que eran muy jerárquicas, tenían un menor
impacto en el rendimiento que aquellas que se orientaban a tener colaboradores más
innovadores.
A nivel peruano, Reynoso, Sigfredo y Velasco (2011) realizaron un estudio de
cultura organizacional en una pequeña empresa familiar y analizaron, cómo ésta, en algún
momento, podría ser fuente de un estancamiento en la visión de crecimiento por lo difícil
que resulta mezclar temas de negocios y de familia, pues en muchos casos, estos últimos
suelen anteponer los valores y normas de comportamiento hacia la organización. Sin
embargo, es sabido que las empresas familiares son percibidas por sus integrantes como
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organizacional planteados por Schein (2004). Para el logro del objetivo de investigación,
se recurrirá a un estudio de caso con un diseño de enfoque etnográfico (Álvarez - Gayou,
2005; Griaule, 1969; Guber, 2001; Camic, Causey & Simonds, 2012, Velasco, 1999) que
buscará, a través de la observación participante y entrevistas a profundidad, registrar las
prácticas e intercambios que se dan entre los miembros de la organización estudiada, con
el fin de obtener un mirada comprensiva y compleja de los procesos que configuran su
cultura organizacional.
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Método
Participantes
La presente investigación estudió el caso de una pequeña empresa familiar de
Lima perteneciente al rubro de panadería y pastelería. Dado que es en esta empresa en
específico donde se estudió su cultura organizacional, resulta relevante hacer una
contextualización de la misma, a continuación.
La empresa en cuestión, a quien se le llamará Venecia, tiene una antigüedad de
25 años y actualmente cuenta con 22 colaboradores. Según las palabras de la propia
administradora, en los inicios de Venecia, esta funcionaba como una “taberna”; es decir,
se dedicaban a una atención poco elaborada de sus productos e imagen. Por lo mismo,
inició solo con la producción de pasteles para un público objetivo que la administradora
posicionó como pertenecientes a los niveles C, D, en donde la principal preocupación de
los dueños era tener muchas ventas. Sin embargo, hace 4 años se tomó la decisión de
cambiar el servicio por uno que tenga como público objetivo los niveles socioeconómicos
A y B, esto último desde las mimas palabras de la administradora, quien usó el término
para referir a un público con mayores ingresos. De esta manera, se transformó el servicio
por uno más enfocado en el detalle de productos y la buena atención. Hubo una
redefinición de negocio, en donde se optó por la contratación de colaboradores jóvenes,
quienes estuvieran a cargo de la atención al público en planta y en barra. Los trabajadores
antiguos; por otro lado, se encuentran actualmente en la zona destinada a la producción y
a la atención de la caja.
La microempresa seleccionada tiene la característica de encontrarse en un intento
de transformación su cultura después de más de 20 años de funcionamiento bajo el mando
de la misma dueña y a cargo de los mismos colaboradores, redefiniendo su razón de ser,
sus valores y su modo de acercarse al público, por lo que resulta relevante estudiar en qué
medida estos cambios han influido en la mirada, comportamientos e interacciones de las
personas que forman parte de ese entorno. Todos los colaboradores de la organización se
encuentran distribuidos en las zonas de la cocina, producción y planta, a excepción de dos
de los hijos administradores que solo visitan el local para reuniones programadas
semanalmente.
Se contó con la participación libre y voluntaria de todos los colaboradores de la
empresa durante el proceso de trabajo de campo.
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Sobre el tema ético, cabe resaltar que la presente investigación se realizó bajo el
consentimiento de cada uno de los participantes del proceso: Desde la dueña,
administradores y colaboradores, garantizando, de esta manera, la total confidencialidad
de los datos recolectados, los mismos que han sido usados sólo para fines académicos.
Cabe resaltar que, si bien la dueña autorizó que su organización forme parte de esta
investigación, ella no accedió a dar ningún tipo de comentarios. Adicionalmente, se
informaron los objetivos y propósitos de la investigación a los participantes, a fin de
garantizar un responsable uso de la información. Por último, se llevó a cabo una sesión
de devolución de la información, oral y escrita a la administradora y colaboradores,
detallando los principales hallazgos, a modo de retroalimentación, de los resultados de la
investigación y de validación del proceso de análisis.
A continuación, se presenta una tabla con los datos generales de los participantes.
El nombre de la empresa y de los participantes han sido cambiados para garantizar la
confidencialidad:
Tabla 1
ÁREA DE TIEMPO DE
NOMBRE EDAD CARGO
TRABAJO SERVICIO
Administrador
Diego 48 Transversal 10 años
(Hijo de la dueña)
Administrador
Jorge 39 Transversal 10 años
(Hijo de la dueña)
Administradora
Fiorella 37 Transversal (Nuera de la 4 años
dueña)
Ayudante de
Oscar* 43 Cocina 1 año
cocina
19
Encargado de
Popeye 45 Producción 20 años
producción
Ayudante de
Popeyito 21 Producción 10 meses
producción
Ayudante de
Harry 52 Producción 4 años
producción
Preparador de
Narciso 58 Producción 18 años
masas
Notas (*): Para el momento de la finalización de la presente investigación, Oscar había renunciado.
Procedimiento
La presente investigación se plantea desde un diseño de enfoque etnográfico a
través de un estudio de caso que buscó describir y analizar la cultura organizacional de la
microempresa seleccionada. El estudio de caso es entendido como aquel método de
investigación que se centra en estudiar un fenómeno dentro de un contexto particular
(Yin, 1989). De este modo, el estudio de caso implica el uso de una profunda indagación
sobre el acontecimiento que se quiere estudiar, ya que el caso, corresponde a la cuestión
o a la entidad que merece todo el interés del investigador (Bisquerra, 1993). En esta
oportunidad, el caso está dado por la microempresa familiar. Este método adquiere
importancia cuando se recuerda que el objetivo de la investigación es responder a
preguntas de “cómo” y “por qué” (Muñoz, 2006), pues lo que se busca conocer es la
manera en la que los componentes de la cultura organizacional, desde la teoría de Schein
(2004) se desarrollan e interrelacionan y cómo adquieren sentido en este contexto
particular.
Dado que el estudio de caso implica conocer en profundidad un fenómeno
estudiado, y dada la complejidad del constructo a analizar: la cultura organizacional, se
requirió de un diseño que permita cubrir todo el nivel de involucramiento que este
necesita, por lo que, para los fines de este estudio, se vio más propicio el enfoque
etnográfico. Se destaca el carácter del término “enfoque” ya que no se llevó a cabo una
etnografía como tal (Simonds, Camic & Causey, 2012), pues ésta requiere de una gran
cantidad de tiempo en contacto directo con el fenómeno estudiado (Guber, 2001; Yin,
1989). Se buscó, entonces, disponer de la cantidad necesaria de visitas a la organización
hasta que se produjera una saturación de la información encontrada (Serbia, 2007). Este
último aspecto se consideró como práctica necesaria, ya que la etnografía, como técnica
cualitativa, es susceptible de ser comprendida a partir de la saturación de prácticas y
comportamientos observados a fin de hacer descripciones más elaboradas del fenómeno
estudiado (Serbia, 2007).
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Análisis de la información
Los diarios de campo y el material de las entrevistas se contrastaron con la teoría
de cultura organizacional, teniendo como principal base los supuestos de la teoría de
Schein (2004). En cuanto al análisis de estos, se identificaron patrones similares de toda
la información recopilada en los registros de campo y las entrevistas, para establecer
categorías conceptuales que permitieron la comprensión de la cultura (Álvarez-Gayou,
2005; Bernard & Ryan, 2000).
En la práctica, se buscó patrones repetidos de interacción entre los colaboradores
a fin de construir categorías comunes. De esta manera, se llegó a formar dos grandes
categorías que se subdividieron, a su vez, en aspectos más concretos y observables, hasta
llegar al nivel más elemental de la teoría de Schein (2004).
Se pudo analizar el nivel de Artefactos desde fenómenos observables, en donde se
identificaron dos categorías principales: Artefactos asociados al Orden y Artefactos
asociados a las Interacciones. Ambas han tratado de contener toda la información de las
sesiones de observación en aspectos concretos, como comportamientos, discursos,
relaciones y prácticas para luego ser analizadas desde el nivel de los Valores. Este nivel
tuvo como fin conocer las normas legitimadas y que se vieron reflejadas en el
comportamiento de los colaboradores de Venecia. Por último, se analizó el nivel de las
Presunciones básicas subyacentes como el resultado del análisis de los dos niveles
anteriores.
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Resultados y Discusión
“Este local hace años era más que todo una cantina donde hasta te vendían cerveza. Tú
veías a la gente venir y más que todo eran borrachitos que luego de pedir algo rápido y
poco elaborado para comer como un pan, pedían su cerveza” (Fiorella, administradora)
“Los más muchachos no duran acá, la verdad no sé si es porque no les gusta o quizá
porque seguro no tienen mucha responsabilidad, porque tú los ves y notas que se estresan
muy rápido, se aburren, vienen tarde o hasta faltan, aunque también puede ser porque
ellos acá no están asegurados” (Diego, administrador)
Hoy en día, Venecia cuenta con 22 colaboradores, 8 de los cuales son jóvenes
entre 21 y 28 años de edad, mientras que los demás, oscilan entre los 37 y 76 años y son
los que tienen más antigüedad, varios de los cuales llegaron a trabajar contratados por la
dueña en los inicios de la empresa. En cuanto a los servicios que ofrece, la panadería
ahora presenta sus postres de una manera visualmente más atractiva, donde hay solo
jóvenes que atienden en la zona de planta, mientras que los trabajadores antiguos, quienes
siguen y seguirán en la panadería por encargo de la dueña, se encargan de las tareas más
operarias, como el trabajo en caja y en zona de producción.
Dadas las circunstancias de cambio, la organización viene atravesando un intento
de cambio de cultura, por lo que resulta pertinente darle una mirada desde el proceso del
cambio organizacional y lo que este implica para los individuos pertenecientes a un
entorno particular y para la organización como tal. Este proceso ha sido definido como la
acción de evaluar el presente de una organización con el fin de determinar un futuro que
satisfaga los objetivos planteados (Castañeda, 2011).
La cultura organizacional en Venecia, analizada desde la teoría de Schein (2004),
se caracteriza por dos grandes categorías, denominadas por un lado Artefactos asociados
al Orden y por el otro lado, Artefactos asociados a las Interacciones, los cuales que se
analizarán desde su nivel más observable y tangible, que corresponde a los Artefactos de
los niveles de Schein (2004), hasta llegar a su base más profunda y menos cuestionada
como lo son las Presunciones básicas subyacentes, pasando antes por el nivel de los
Valores. En primer lugar, la categoría de Artefactos asociados al Orden se ha subdividido
en dos dimensiones: Estado de los materiales e Higiene y asepsia. En segundo lugar, la
categoría de Artefactos asociados a las Interacciones fue dividida en las dimensiones de
Interacciones entre los colaboradores y en Interacciones con el público.
A continuación, se describen los dos apartados por medio de los cuales es posible
caracterizar la cultura organizacional de Venecia, y se discuten a la luz del marco teórico
revisado.
Valores
Los valores que, en este caso salen a relucir tras la identificación de artefactos
asociados a la indumentaria y los procesos de asepsia, son paradójicos, pues si bien, en el
discurso y las prácticas más inmediatas los participantes dan gran importancia a la higiene
y el orden, en la cotidianidad se observa la falta de cuidado y la desidia tanto en procesos
productivos como de atención al público. Es así, que los valores explícitos o declarados
que se asociarían a la rigurosidad, orden y cumplimiento y que son confirmados por los
participantes durante el trabajo de campo, son por otra parte contrarrestados por actitudes
observadas de desinterés, poco aseo y poco cuidado por la producción y el servicio. Por
este motivo, se recalca que para el cumplimiento de las metas institucionales, es necesario
que los valores declarados a nivel verbal sean también llevados a la práctica, de lo
contrario, es probable que la organización no tenga un éxito asegurado (Guaita et al,
2012). Este contraste de valores permitiría suponer que existe una paradoja entre el orden
oficialmente establecido y las malas prácticas de desidia, sostenidas tras bambalinas en
la empresa.
Presupuestos básicos
Teniendo en consideración que los valores del poco aseo y cuidado en el servicio y la
producción son los que han recalcado en los apartados anteriores, puede resultar
pertinente concluir que el principal supuesto básico subyacente de estos Artefactos
asociados al Orden, es que no se encuentra la buena presentación de productos o la
limpieza de sus materiales como punto esencial en la atención, y esto puede deberse a
que, antiguamente, estas prácticas no se encontraban valoradas para la idea de atención
que se tenía en Venecia.
La paradoja encontrada entre el discurso y la práctica en la organización se podría
describir como una prevalencia de la desidia, lo que puede explicarse en el
reconocimiento de la misma historia de Venecia y sus inicios como taberna: Un espacio
que no consideraba el cuidado ni el detalle con las personas como parte importante de su
desarrollo. Una de las características de la cultura organizacional es la existencia de
pautas de comportamiento y costumbres que sobreviven a lo largo del tiempo (Barrera,
2013; Guerra, 2002; Grimson, 2008). Este último aspecto puede ser clave si se piensa que
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Venecia tiene una historia cuyos valores antiguos siguen arraigados en la práctica de los
colaboradores. Por otro lado, Venecia, en palabras de su administradora, aún se encuentra
luchando por el cambio de cultura organizacional, ya que, tanto para la dueña como para
los trabajadores antiguos, es difícil dejar de lado ciertos valores y adherirse a unos nuevos.
Es importante, en este punto, recalcar que la organización atraviesa un proceso de
cambio, y resulta pertinente entender este concepto como un proceso de nuevas
posibilidades de acción, que puede implicar nuevos productos, comportamiento, etc.
(Castañeda, 2011). Este cambio, puede ocurrir de manera bastante eficiente y sin
problemas si es que todos los miembros de la organización se enfocan hacia un solo
objetivo. Sin embargo, esto no ha sucedido en Venecia, ya que parece haber cierta
resistencia a que el proceso sea llevado de manera más eficiente, y esta resistencia puede
explicar de algún modo las dificultades de adaptación ante nuevas situaciones y
comportamientos que se desean inculcar al personal (Castañeda, 2011).
La resistencia al cambio es una de las características de las empresas familiares
(Mucci, 2008), y en esta panadería, se observa una barrera a la nueva imagen que se desea
proyectar. Esta resistencia puede tener un origen interno o externo, dependiendo de si el
cambio tiene su origen por agentes dentro de la organización o fuera de ella (Pezo, 2002).
En el caso específico de esta empresa, parece deberse a un origen interno, vale decir, a la
costumbre, ya que el cambio de estructura y de personal son vistos como una amenaza a
la continuidad que Venecia ha llevado por más de 20 años de funcionamiento, por lo que
no sorprende que, en el intento de cambio de cultura organizacional, hacia una
organización más preocupada por la limpieza de sus instrumentos y a la imagen de buena
higiene y atención de sus colaboradores, haya prevalecido una resistencia al cambio desde
sus aspectos más observables y a una dificultad de darle un giro a sus valores nucleares
(Barrera, 2013: Grimson, 2008;Guerra, 2002; Mucci, 2008; Pezo, 2002).
La identidad de la cultura organizacional se ratifica también en la diferencia
respecto a las organizaciones que comparten un mismo rubro (Pucheu, 2014). La
identidad que Venecia desea forjar se diferencia de la que tenía hace 20 años. Hoy, la
pequeña empresa se orienta de acuerdo a los valores que se quieren resaltar, como lo son
la atención al detalle y la buena presentación de sus productos, de manera que logren
gestar una identidad diferenciada de su competencia (Ashforth, Corley & Rogers, 2011).
En las observaciones, los trabajadores de producción coincidían en señalar que la
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presentación de los platos y una buena imagen serían vitales para la atracción del público:
“tú tienes que decir qué lleva este ingrediente al público y tienes que saber venderlo,
tienes que hacer que suene apetitoso y sofisticado, porque al público le gusta eso”
(Popeye, trabajador de zona de producción). Es decir, se tiene claridad en presentar una
imagen lo más parecida a un ideal de rigor y limpieza, pero esto solo a un nivel superficial,
porque, Venecia aún sigue aferrada a procedimientos poco rigurosos e informales en sus
medios de producción y de servicio.
A este nivel de los Presupuestos Básicos, se evidencia aquella información no
consciente y sólidamente arraigada en los colaboradores que permanece por encima de
los cambios o apuestas de cambio superficiales (Schein, 2004). En efecto, es como si se
tratase de dos empresas: la cara moderna y reluciente al público, pero en la que menos se
llegan a adaptar los colaboradores, teniendo un alto nivel de rotación, y la cara antigua,
informal, pero altamente cohesionada del funcionamiento de los colaboradores antiguos
a cargo de la producción. La pregunta que surge aquí es si estas dos manifestaciones y
estas dos condiciones paradójicas respecto al orden en la empresa, además de dar cuenta
de valores en contradicción, y evidenciar las presunciones que subyacen al ideal de orden
y modernización de la empresa, afectan de alguna manera el funcionamiento de la misma
y sus interacciones internas y con el público objetivo. Esto será analizado en la siguiente
categoría.
Uno de los aspectos más resaltantes en cuanto al vínculo que tienen los
colaboradores, es el uso de la música de manera diferenciada en los ambientes de servicio
y de producción de la empresa. En el área de servicio había un televisor que, a lo largo de
todas las sesiones de observación, sólo reprodujo un canal de música pop anglo a alto
volumen. Por su parte, en la zona de producción se distinguió todo el tiempo, música de
radio a todo volumen, pero de diferentes géneros, especialmente más locales. Las
diferencias en el artefacto de música en los dos ambientes, da cuenta de dos climas y
entornos de trabajo separados para los colaboradores de cada área, desde lo cual se podría
hipotetizar sobre la existencia de dos subculturas condicionadas al área de trabajo y el
ambiente diferenciado que se vive en estas dos instancias de la organización.
La teoría da cuenta de la existencia de subculturas en las organizaciones, las cuales
atienden a comportamientos distintos de la cultura dominante (Robbins & Judge, 2013).
De esta manera, se evidenció que la música juega un papel diferenciador de dos áreas:
Mientras que, en la zona de planta, la música se usa con la finalidad de tener la atención
de un público más joven; en la zona de producción, esta funciona como una fuente de
diversión, integración y relajo para los pasteleros, que trabaja como un nexo para la buena
relación que tienen los colaboradores en ese lugar.
Un punto interesante de la existencia de estas dos subculturas radica en el espacio
geográfico que las distingue: Es probable que la música en la zona de producción adquiera
un significado totalmente distinto que el que tiene en la zona de planta, justamente porque
en la primera, los trabajadores no se adhieren a ninguna regla estricta de servicio, como
sí sucede en la zona de planta, por lo que tienen más libertad y mucho más espacio para
disfrutar de su trabajo, ya que no están siendo observados por el cliente; mientras que en
la última, se notó que casi ninguno de los colaboradores siquiera prestaba atención a la
música que en ese momento se encontraba reproduciendo.
El espacio geográfico, entonces, muchas veces hace posible la existencia de
comportamientos y valores alternos dentro de un mismo espacio organizacional
(Gutiérrez, 2007). El hecho de que Venecia quiera, por distintos medios, conectar con un
público objetivo distinto, responde al carácter adaptativo de la cultura organizacional, ya
que, como todas las demás culturas, esta tiene la facultad de ser susceptible de cambios
que se desean incorporar a través del tiempo (Contreras, López & Ruiz, 2011; Gutiérrez,
2007). Más allá de la música como apropiación del espacio, estos dos grupos se
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Valores
Se ha desarrollado el apartado anterior considerando a las subculturas como fondo
de explicación de los artefactos de las interacciones. Las subculturas en Venecia,
funcionan como articuladores de identidades dentro de la misma empresa, entendiendo
que los colaboradores de la zona de producción y de la planta, utilizan la música, y el
espacio en general, para fines muy distintos, logrando que la cultura organizacional forme
parte de un proceso mucho más amplio, en donde cada espacio adquiera una
identificación y valores propios. Por un lado, los valores que resaltan en la zona de
Producción son: compañerismo, complicidad y ayuda, y se observó que justamente la
música funciona como un instrumento de disfrute del trabajo y de las actividades que se
realizan. Quizá también el hecho de estar prácticamente en un sótano pueda verse como
un factor de menor estrés que para los colaboradores que trabajan en planta, pues se
cuenta con más libertad de expresión. En esta última zona, por el contrario, se mencionó
que la música tiene el fin de atraer a un público más joven, y cabe señalar que, a diferencia
de la zona de producción, a ellos no se les permite cambiar de canal a menos que haya
una petición específica de algún cliente. El comportamiento de los más jóvenes, a su vez,
puede que se encuentre más observado, lo que lo hace menos natural que el de los demás.
Estos jóvenes, cuyos valores centrales explícitos deberían ser el servicio, la amabilidad y
el orden, como se explicó más atrás, se encontrarían en contradicción con la presencia de
antivalores como la mala atención al público y desidia, los mismos que pueden también
relacionarse a la gran rotación que hay en este grupo particular de trabajadores.
Entonces, los valores que se encontraban legitimados en los colaboradores eran el
de compañerismo y simpatía dentro del grupo. Esto resultaba, sobre todo, especialmente
claro de observar en el grupo que constituye la subcultura del área de producción,
mencionada en el apartado de Artefactos asociados al Orden. Por otro lado, según Schein
(2004) los valores legitimados dentro de una organización tienen la finalidad de evitar y
resolver posibles conflictos en caso de que surjan situaciones de crisis. En Venecia,
ningún colaborador cuestiona las malas prácticas de atención al público, sino que es una
práctica aceptada y repetida, lo que hace suponer que son también comportamientos
arraigados a la cultura organizacional. Existe, a su vez, una identificación positiva con las
buenas relaciones laborales, cuyos valores, aunque no se encuentren explícitos, se
35
Presupuestos básicos
Schein (2004) afirma que las Presunciones básicas subyacentes se entienden
como una realidad gradualmente instalada en un contexto. Venecia cuenta con un pasado
casi inmediato de cultura poco o nada orientada al público y al buen servicio que quedó
evidenciado en muchas de las observaciones de campo. El presupuesto más evidente en
este apartado es, quizá, la inconsciente falta de preocupación por el público y la atención
que se le brinda. En ese sentido, es probable que una de las dificultades que tiene la
organización para instaurar un cambio real de cultura, sea que este cambio aún se
encuentra presente solo en el nivel verbal de sus representantes, más que en la misma
práctica. No se puede negar que existe un discurso que intenta cubrir las expectativas de
cualquier cliente a nivel de servicio y atención, pero a nivel de práctica, todavía se
observan algunas incongruencias. La principal tarea que conlleva al cambio de las
Presunciones básicas subyacentes, según Schein (2004) radica en tomarse el tiempo de
reflexionar y evaluar las premisas inconscientes del comportamiento arraigado de una
cultura, y poder darse la oportunidad de motivar un aprendizaje de cambio. Quizá lo que
a Venecia y a sus colaboradores les hace falta, es justamente reflexionar cómo su cultura
pasada puede significar un conjunto de aprendizajes para que ellos continúen creciendo.
Lo primero que lleva a pensar lo expuesto, en cuanto a la cultura organizacional,
es que no se ha logrado ejercer una fuerte influencia en los colaboradores de salón en
cuanto a las prácticas que Venecia quiere presentar respecto a una cultura de servicio, esto
quizá porque la cultura de la organización, desde los inicios, no fue una que tenga como
punto fundamental la buena atención al público, lo que ha generado que el día de hoy, se
tenga una cultura de servicio débil (Robbins & Judge, 2013; Smart & Jhon, 1996).
La calidad del servicio en las organizaciones abarca más que una buena atención
al público. Este, también, es resultado de una buena identificación de los colaboradores
con la institución (Reyes, 2013). Este último aspecto es discutible en Venecia, ya que se
sabe que existe una alta rotación de personal joven, justamente de los que tienen más
contacto con el público. Es probable que no exista una identificación fuerte por parte de
los colaboradores más jóvenes justamente porque Venecia no tiene, explícitamente, una
misión y visión claramente definidos, lo que genera un tipo de peligro si es que se tiene
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“La visión que seguramente la dueña tiene es tener otras tiendas, pero mi visión personal
con este negocio es que la gente se sienta bien atendida y pueda pasar un momento
agradable, pero sí pues, no tenemos establecida la misión ni visión por ningún lado
(Fiorella, administradora)
Por otro lado, se tuvo un consenso al afirmar que la atención al público era el
punto débil, ya que no solo existía mucha rotación en los puestos de los meseros, sino que
también existían quejas por parte del público. Irónicamente es este sentido donde la
empresa decide hacer un giro para sofisticar sus productos, pero ante todo modernizar su
atención al público.
37
Conclusiones
contexto en la que tiene parte (Grimson, 2008). Los resultados descritos son interesantes
en cuanto han permitido identificar algunas barreras que Venecia quizá aún tiene para
llegar al cambio por el que se encuentran trabajando, y que tal vez hacen más difícil su
proceso. Por otro lado, la presente investigación ha sido una herramienta para entender
desde las dinámicas de los propios colaboradores, el uso de las normas y valores que
guían su funcionamiento y ha ayudado a tener un panorama más claro acerca de las
motivaciones que se encuentran detrás de la razón de ser de la organización. Sin embargo,
este trabajo no terminaría de tener sentido si es que no se hubiera llevado a cabo la
devolución de resultados, puesto que esto último, ayudó a generar todo un proceso de
reflexión de la administradora y colaboradores acerca de cómo se encuentran
sobrellevando la transformación de la cultura organizacional.
Los hallazgos antes expuestos deben considerarse como una primera
aproximación a la cultura de Venecia, en donde las situaciones descritas no deben
considerarse como fenómenos negativos, sino, por el contrario, enriquecedores de una
realidad particular, que cobra sentido en la misma práctica. Uno de los puntos positivos
que se encontraron fue la constante determinación de Fiorella por creer en un cambio de
cultura enfocado en la calidad del servicio, lo que valida, una vez más, el carácter
dinámico y cambiante de la cultura (Herrero, 2002).
En cuanto a las limitaciones del presente estudio, se encuentra, en primer lugar, el
tiempo que se usó para el trabajo de campo. Si bien se especificó que las técnicas se
realizaron hasta la saturación de información, es preciso acotar que un mayor tiempo
estudiando la organización, hubiera facilitado, quizá, información adicional a la que se
encontró, enriqueciendo de esta manera los hallazgos.
Finalmente, como sugerencia para futuras investigaciones, se puede tener en
consideración pasar un tiempo mayor de observación en el contexto que se quiera trabajar,
ya que un tiempo más prolongado puede facilitar el entendimiento más crítico de la
cultura, que es finalmente el objetivo de la investigación con enfoque etnográfico.
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la teoría de Edgar Schein: Estudio fenomenológico. Revista Clío América, 9(17),
17-25.
44
APÉNDICE A
Consentimiento informado:
La presente investigación se encuentra realizada por la alumna Andrea Muñoz
Marcos-Sánchez de la facultad de Psicología de la Pontificia Universidad Católica del
Perú y tiene como objetivo conocer la cultura organizacional de la microempresa por
medio de su manifestación desde la experiencia, vivencia y relaciones de sus propios
colaboradores. La evaluación se realizará como parte del curso de Seminario Preliminar
de Tesis y Seminario de Tesis de su formación académica y se encuentra bajo la
supervisión de la docente Ángela Vera.
Esta investigación implicará el consentimiento de ser observados en el momento
de la realización de sus labores, sin ningún tipo de interrupción. Estas observaciones,
tendrán una frecuencia de dos veces por semana por dos horas y culminará después de
dos meses. La alumna asegura la confidencialidad de los datos, empleándose los mismos
únicamente con fines académicos, pudiendo publicarse los resultados, pero no su
identidad. Asimismo, en caso desee retirarse del proceso en cualquier momento de la
investigación, podrá realizarlo.
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APÉNDICE B
Ficha sociodemográfica:
● Edad:
● Genero:
● Tiempo de servicio en la microempresa:
● Cargo que ocupa en la microempresa:
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APÉNDICE C
Guía de entrevista:
- Queríamos saber un poco acerca de la historia de la empresa y en principio la
historia de cómo se inició.
- ¿En qué condiciones económicas se encontraban al momento de empezar?
- ¿Qué fue lo más difícil y lo más fácil en el momento de empezar?
- ¿Cómo eran los clientes al principio?
- ¿Cuál considera usted que es la razón de existir de esta empresa?
- En todo el tiempo que usted viene manejando en negocio. ¿Cómo cree que ha
avanzado desde que inició?
- ¿Cómo decidieron los valores de la Microempresa?
- Y en lo que mencionaba a los valores que mencionaba anteriormente, ¿cómo es
que lo pone en práctica o lo instruye?
- ¿Cuáles son las fortalezas que usted ve en el negocio?
- ¿Cuáles son sus perspectivas a futuro?
- ¿Cuáles son los riesgos que ve en esta empresa?
- ¿Qué le gustaría implementar?
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APÉNDICE D
Guía de observación
Elementos a observar:
- Observar la arquitectura.
- Observar la distribución del espacio.
- Observar los productos que se sirven.
- Horarios
- Distribución de tareas
- Jerarquías y áreas de trabajo.
- Los procesos para lograr los productos.
- Conductas de servicio.
- Observar la decoración del lugar.
- Observar si existe algún tipo de ritual.
- Observar el lenguaje (verbal y no verbal) entre los colaboradores (entre áreas
y entre jerarquías)
- Observar el lenguaje (verbal y no verbal) de los colaboradores hacia el
público.
- Cuáles son los patrones de comportamiento comunes en los miembros de la
organización
- Cuáles son los patrones de comportamiento poco comunes en los miembros
de la organización.
REGISTRO DE VISITA