Ecografía
Ecografía
Ecografía
Pablo Rodríguez
Ernesto Pastor
Mari Carmen Martínez
E
l uso de la ecografía en anestesiología ha experimentado un crecimiento exponencial
en los últimos años, sobretodo gracias a su empleo en el campo de la anestesia
regional. Esto ha motivado que la mayor parte de anestesiólogos estén familiarizados
con el uso de los ultrasonidos y los equipos disponibles en la mayoría de servicios de nuestro
entorno.
Sin embargo, la exploración ecográfica de las cavidades con aire puede ser muy compleja. La
diferente velocidad de propagación de los ultrasonidos entre el aire y los tejidos hace que se
produzca una gran reflexión con dispersión en distintas direcciones, generando una gran
cantidad de artefactos y dificultando la evaluación ecográfica de los tejidos subyacentes.
Estos artefactos han sido el gran inconveniente de la ecografía en vía aérea y el motivo por el
cual su desarrollo ha sido tardío.
En los últimos años, a pesar de los inconvenientes técnicos, el desarrollo de la ecografía
pulmonar y su aplicación en las unidades de cuidados críticos ha permitido adquirir la
experiencia necesaria en el manejo de los artefactos aéreos. De este modo, su uso se ha
extendido a la vía aérea superior y ha permitido su aplicación en la traqueotomía percutánea
y en la cricotirotomía.
En este tema, se revisarán las bases físicas de la ecografía, la sonoanatomía de la vía aérea
superior y su aplicación en la cricotirotomía.
GENERALIDADES DEL EMPLEO DE ULTRASONIDOS
Bases físicas de la ecografía
La ecografía se basa en la emisión y recepción de ultrasonidos, que son aquellas ondas
de sonido cuya frecuencia es superior a la audible por el oído humano, es decir, por encima
de los 20.000 Hz.
La frecuencia es el número de ciclos por unidad de tiempo (segundos) y se mide en
Hertz (Hz). La longitud de onda (λ) es la distancia que recorre la onda durante un ciclo y se
mide en milímetros (mm). La amplitud es la cantidad de energía de la onda y se mide en
decibelios (dB) y la velocidad de propagación de la onda (ν) es el desplazamiento de ésta por
unidad de tiempo y se mide en metros por segundo (m/seg).
El sonido se genera en el transductor del ecógrafo gracias a la existencia de los cristales
piezoeléctricos (que permiten generar ondas mediante un estímulo eléctrico). El transductor
o sonda ecográfica actúa tanto de emisor como de receptor de las ondas. La recepción del
sonido corresponde al eco producido por la reflexión que se produce cuando el sonido
atraviesa una interfase (límite entre dos tejidos con diferente resistencia al paso del sonido-
impedancia acústica). El ecógrafo convierte la información sonora que recibe en la imagen
ecográfica.
Imagen 1. A: Punción en plano; B: Punción fuera de plano.
Imagen 2. Imagen ecográfica y sonoanatomía anotada de la laringe, a nivel del cartílago tiroides (corte
transversal). CT: Cartílago tiroides; CV: Cuerda vocal; EH: Músculo Esternohioideo; PL: Músculo Platisma;
TH: Músculo Tirohioideo.
Las cuerdas vocales verdaderas (pliegues vocales inferiores) presentan una imagen
hipoecoica por la mayor parte de tejido muscular por la que están compuestas. Aparecen
como dos estructuras triangulares hipoecoicas (músculo vocal) delimitados medialmente por
Imagen 3. Imagen ecográfica y sonoanatomía anotada de la laringe, a nivel del cartílago tiroides (corte
transversal). CC: Cartílago cricoides; EH: Ms Esternohioideo; PL: Ms Platisma; T: Tráquea; Tir: Glándula
tiroides.
Membrana cricotiroidea
La membrana cricotiroidea se extiende desde el borde caudal del cartílago tiroides
hasta insertarse en el borde craneal del cartílago cricoides. Para localizarla buscaremos en
primer lugar los cartílagos tiroides y cricoides en visión transversal, una vez localizados
rotaremos la sonda 90° para visualizar la laringe en sentido longitudinal. En la visión
longitudinal, se observa la membrana como una banda hiperecoica que une los cartílagos
tiroides y cricoides (imágenes hipoecoicas). Como referencia en el corte longitudinal podemos
tomar la interfase tejido-aire, que aparece como una línea hiperecoica bien definida, por
encima de esta línea están los tejidos (cartílagos, membrana…) y por debajo el aire de la vía
aérea.
Aunque la técnica ecográfica habitual de localización de la membrana es mediante la
visión longitudinal de la laringe, también puede realizarse una localización en el plano
transversal, posicionando la sonda entre el cartílago tiroides y el cricoides. Debido a la escasa
distancia entre el cartílago tiroides y el cricoides (altura media de la membrana cricotiroidea
en torno a 10 mm) puede ser difícil encontrar una imagen de calidad de la membrana en el
este plano.
Imagen 4. Imagen ecográfica y sonoanatomía anotada de la laringe (corte longitudinal). AT: Anillos
traqueales; CC: Cartílago cricoides; CT: Cartílago tiroides; Mb: Membrana cricotiroidea; TCS: Tejido
celular subcutáneo. Línea amarilla: Interfase tejido-aire.
Imagen 5. Imagen ecográfica y sonoanatomía anotada de la laringe, a nivel de la membrana cricotiroidea
(corte transversal). CT: Músculo Cricotiroideo; EH: Músculo Esternohioideo; Mb: Membrana cricotiroidea.
Tráquea
Para localizar los anillos transversales en sentido transversal, conviene iniciar la
exploración en el cartílago cricoides para después descender. Los anillos traqueales aparecen
también como estructuras hipoecoicas redondeadas (en forma de “U” invertida), siendo de
menor tamaño y más profundas que el cartílago cricoides. En la exploración longitudinal, los
anillos traqueales se disponen en imagen de “collar de cuentas”, a continuación del cartílago
cricoides.
Habitualmente, en un cuello en extensión es posible objetivar los seis primeros anillos
traqueales, siendo casi siempre visibles los primeros dos o tres anillos. A partir del segundo o
tercer anillo traqueal, la tráquea aparece rodeada por el istmo de la glándula tiroides.
Imagen 6. Imagen ecográfica y sonoanatomía anotada de la laringe, a nivel de la tráquea (corte
transversal). AT: Anillo traqueal; EH: Músculo Esternohioideo; ET: Músculo Esternotiroideo; T: Tráquea;
Tir: Glándula tiroides.
LOCALIZACIÓN DE LA MEMBRANA CRICOTIROIDEA
El estudio NAP4 (4th National Audit Project sobre complicaciones mayores en el
manejo de la vía aérea) reveló que el 52% de intentos de cricotirotomía fueron fallidos, y
teniendo en cuenta los intentos realizados exclusivamente por anestesiólogos, solo fueron
exitosas el 36% de las cricotirotomías. La malposición del dispositivo es el error más común
en las cricotirotomías fallidas.
En cuanto a las complicaciones derivadas de la técnica, la incidencia fue del 9-40%.
Entre las complicaciones mayores, se han descrito casos de perforación esofágica, enfisema
subcutáneo y hemorragia. La mayoría de las complicaciones se deben a una inserción
incorrecta del dispositivo, por tanto, la localización adecuada de la membrana cricotiroidea
es fundamental para la reducción de estas complicaciones.
Elliott et al. demostró que solo el 30% de las palpaciones digitales realizadas por
anestesiólogos identificaron correctamente la membrana cricotiroidea de pacientes con
diversos IMC, aunque el estudio de Aslani et al. destacó mayor dificultad en la identificación
de la membrana en pacientes obesos (14 identificaciones erróneas de 15).
En este sentido, las guías de la ASA de 2013 incluyen en sus algoritmos de manejo de
la vía aérea a los pacientes con posible dificultad en el acceso quirúrgico a la vía aérea,
destacando la importancia de preparar el escenario de la cricotirotomía en los pacientes con
vía aérea difícil. En estas guías no se identifican con claridad las características de dichos
pacientes pero se consideran factores de riesgo para la dificultad de identificación de la
membrana cricotiroidea el IMC elevado, la radioterapia o la cirugía cervical previa y la
existencia de tumores de cuello.
Imagen 7. Extraída de Oh H, Yoon S, Seo M. Utility of the laryngeal handshake method for identifying the
cricothyroid membrane. Acta Anaesthesiol Scand. 2018 Jun 21.
Por otra parte, parece lógico pensar que la localización ecoguiada conlleva un mayor
tiempo que la localización manual y así lo demuestran los estudios al respecto, aunque en
ambos casos los tiempos son inferiores a los 4 minutos. En el estudio de Siddiqui et al. el
tiempo medio de inserción en el grupo de ultrasonidos (fue significativamente mayor que en
el grupo de palpación digital (196.1 seg [60.6] vs 110.5 seg [46.9]). A pesar de ello, en manos
experimentadas, el tiempo de localización ecográfica de la membrana cricotiroidea es inferior
a 30 segundos, como demuestran los estudios de Nicholls et al. y de Kristensen et al.
-Kristensen MS, Teoh WH, Rudolph SS. A randomised cross-over comparison of the transverse and
longitudinal techniques for ultrasound-guided identification of the cricothyroid membrane in morbidly
obese subjects. Anaesthesia. 2016 Jun;71(6): 675-83.
-Okano H, Uzawa K, Watanabe K. Ultrasound-guided identification of the cricothyroid membrane in a
patient with a difficult airway: a case report. BMC Emerg Med. 2018 Feb 8;18(1): 5.
-Apfelbaum JL, Hagberg CA, Caplan RA. American Society of Anesthesiologists Task Force on Management
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the American Society of Anesthesiologists Task Force on Management of the Difficult Airway.
Anesthesiology 2013; 118:251–70.
-Frerk C, Mitchell VS, McNarry AF. Difficult Airway Society 2015 guidelines for management of
unanticipated difficult intubation in adults. Br J Anaesth 2015 Dec;115(6):827-48.
-Elliott DS, Baker PA, Scott MR. Accuracy of surface landmark identi cation for cannula cri- cothyroidotomy.
Anaesthesia 2010; 65:889–94.
-Aslani A, Ng SC, Hurley M. Accuracy of identication of the cricothyroid membrane in female subjects using
palpation: An observa- tional study. Anesth Analg 2012; 114:987–92.
-Nicholls SE, Sweeney TW. Bedside sonography by emergency physicians for the rapid identication of
landmarks relevant to cricothyrotomy. Am J Emerg Med 2008; 26:852–6.
-Oh H, Yoon S, Seo M. Utility of the laryngeal handshake method for identifying the cricothyroid membrane.
Acta Anaesthesiol Scand. 2018 Jun 21.
-Kristensen MS. Ultrasonography in the management of the airway. Acta Anaesthesiol Scand. 2011
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