Universidad Autónoma de Santo Domingo Facultad de Humanidades Escuela de Psicología Sustentado Por
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Sustentado por:
Maestro:
Julio canario
Sección:
01
Materia:
Seminario de tesis
Métodos anticonceptivos
MARCO TEÓRICO
Métodos Anticonceptivos
Desde el uso de partes de animales hasta las actuales pastillas, les contamos una parte
de la evolución que han tenido los anticonceptivos que, en 1965, solo el 20% de mujeres
usaba, y que en el 2015, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, 80% de
las mujeres emplea en Colombia.
“Los métodos eran muy precarios en tiempos de nuestras primeras heroínas que
iniciaron el tema de planificación, era muy artesanal, muy casero, pues no había sistemas
científicos, entonces era de introducirse distintas sustancias, o lavados para evitar que
el semen fertilizara el ovulo. Con el paso del tiempo estos han mejorado pensando en el
bienestar y el beneficio, que aporte al organismo que haga uso de ellos”, señala Martha
Mejía, sexóloga y directora del Centro de Terapias Integrales.
Métodos anticonceptivos
A principios del siglo XII, la médica italiana Trota de Salerno, mejor reconocida como
Trotula, que intervino en la creación de varios tratados médicos de gran influencia,
recomendaba usar los testículos de las comadrejas y envolverlos en piel de ganso, como
un amuleto para evitar el embarazo.
Según relata el medio National Geographic en uno de sus artículos de historia, el bidé, o
bidet, además de su función higiénica para lavar las partes íntimas, era usado como
método anticonceptivo para limpiarse después de tener relaciones sexuales, esperando
evitar embarazos y enfermedades venéreas.
En 1955, los científicos John Rock y Gregory Pincus lograron desarrollar una pastilla que
evitaba la ovulación, usando hormonas sintéticas, gracias al avance del científico
mexicano Luis Miramontes, que junto con dos colegas lograron crear en 1951 una
progesterona sintética.
Para que Rock y Pincus consiguieran el permiso de la agencia de los Estados Unidos
responsable de la regulación de medicamentos, alimentos, cosméticos, aparatos
médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos (FDA, Food and Drug
Administration), debían realizar ensayos masivos en humanos, pero en Boston no
tuvieron éxito reclutando voluntarias, y muchas mujeres no continuaban por los efectos
secundarios que les producían dolor, coágulos de sangre, hemorragias y náuseas.
Fue así como los médicos recurrieron a prácticas poco éticas para realizar las pruebas,
haciendo ensayos en mujeres con enfermedades mentales, y después trasladándose al
barrio Río Piedras en la ciudad de San Juan, Puerto Rico, reclutando mujeres de bajos
recursos, ya que su legislación permitía el uso de anticonceptivos para frenar el
crecimiento poblacional.
Se estima que a lo largo de varios años participaron en las pruebas cerca de 1.500
mujeres que no fueron informadas sobre los efectos secundarios y riesgos del
medicamento, a causa de esto, la FDA instauró nuevas reglas sobre la información que
se ofrece a los participantes respecto estos ensayos clínicos.
Tras concluir los ensayos clínicos y con la aprobación del anticonceptivo, nombrado
comercialmente Enovid, los médicos abandonaron la isla caribeña y nunca
recompensaron a sus pacientes, ni les brindaron el medicamento que les ayudaron a
probar.
hormonal prologada; sin embrago, hay que dejar descansar y desintoxicar el organismo
indistinto del método, porque por su uso prolongado se pierde efectividad”, aclara Mejía.
Por su parte, Ángela Mateus, coordinadora de la Mesa por la Vida y la Salud de las
Mujeres, expone: “Los derechos sexuales tienen que ver con la autoridad autónoma de
decidir si queremos tener o no relaciones sexuales y con quien, además de eliminar todo
tipo de discriminación, violencia física, agresión, esclavitud sexual y violencia sexual.
Mientras que los derechos reproductivos nos otorgan la facultad de adoptar decisiones
libres e informadas sobre la posibilidad de tener hijos o no, cuándo, y con quien.
Relacionado con servicios de salud reproductiva, donde el Estado tiene una obligación
para garantizar estos servicios”.
Los métodos anticonceptivos, son una pieza fundamental para la salud pública. Son
sustancias, objetos o procedimientos que evitan embarazos o infecciones de transmisión
sexual. Esto ayuda a que las parejas puedan decidir si desean o no tener hijos y en qué
momento tenerlos. También previenen el contagio de enfermedades de transmisión
sexual, reduciendo las complicaciones y muertes que algunas de estas llegan a provocar.
Características
Hay muchos tipos de métodos anticonceptivos. Cada uno tiene ventajas y desventajas.
Aprender acerca de todos los métodos la ayudará a encontrar uno que sea adecuado
para usted.
Reversibilidad
Fuma.
Está o pudiera estar embarazada.
Está amamantando.
Métodos anticonceptivos
El mejor método anticonceptivo es el que la protege cada vez que tiene relaciones
sexuales. Y con muchos tipos de métodos anticonceptivos, depende de lo bien que los
use. Para encontrar un método que funcione para usted cada vez, algunas cosas a
considerar incluyen:
1. Una condición para la que no hay restricción para el uso del método anticonceptivo.
Métodos anticonceptivos
2. Una condición donde las ventajas del uso del método generalmente superan los
riesgos teóricos o probados.
3. Una condición donde los riesgos teóricos o probados generalmente superan las
ventajas del uso del método.
En Estados Unidos las ITS se han convertido en una epidemia de notable magnitud, de
hecho, la clamidiosis y la gonorrea, dos ITS, son, respectivamente, la primera y la
segunda enfermedad de notificación obligatoria más reportadas en este país, y ellas
solas representaron más del 80 % de los casos de todas las enfermedades notificadas y
reportadas al Centro de Control y Prevención de Enfermedades de ese país en el año
2000. En los países en vía de desarrollo se producen alrededor del 90 % del total de
todas las ITS que se reportan anualmente, dado que factores como el sobre crecimiento
de la población (con un predominio en la composición etaria de los individuos jóvenes),
las migraciones desde las áreas rurales a las urbanas, las guerras y la pobreza, conllevan
a que exista una vulnerabilidad excepcional de los individuos a las enfermedades
asociadas con las conductas sexuales de riesgo.3
Las ITS han pasado, sin duda alguna, por épocas muy distintas, y han tenido a lo largo
de la historia de la humanidad momentos más o menos álgidos. Antes del descubrimiento
de la penicilina, por ejemplo, la sífilis era una enfermedad mortal y la cura de la gonorrea
era un martirio, y al final casi la totalidad de los hombres y las mujeres que se infectaban
con el gonococo quedaban estériles. Por la década de los años 80 del siglo XX, se pensó
que dejarían de ser una preocupación, y surgió casi de la nada, el VIH, que ha llegado
para quedarse y se ha erigido en el mayor azote de la humanidad, en cuanto a
enfermedad infecciosa, en general, se refiere. Así, también se están produciendo
Métodos anticonceptivos
El impacto de las ITS en la salud pública, está dado por las secuelas y complicaciones
que las acompañan, y que son la causa directa o indirecta de un número elevado de
casos de esterilidad, muerte pre y perinatal, aborto, ceguera, lesión cerebral,
desfiguración, cáncer, e incluso, defunción.4 Si se le quiere poner coto a toda esta gran
carga de morbilidad, en la vanguardia de la lucha ha de estar la prevención, y en esta
juegan un papel fundamental algunos métodos anticonceptivos, cuyo uso, a la vez,
también ofrece protección contra las ITS. Ya que la anticoncepción, la programación de
los embarazos y la prevención de las ITS, pueden considerarse partes componentes del
todo que representa la Planificación Familiar, no puede admitirse que una de las partes
interfiera en el logro adecuado de la otra, por lo cual no puede aceptarse que algún
método anticonceptivo predisponga categóricamente a padecer alguna ITS, cuando a lo
que se debe aspirar es a lo contrario. Estamos seguros de que no es así, y este artículo
constituye una defensa que se le hace a los anticonceptivos, con los cuales, en
ocasiones, se ha sido injusto, en relación con este tema.
pero parcialmente de la causada por el virus del herpes simple y el del papiloma humano,
y de otras ITS que pueden producir úlceras en los genitales.7
La protección contra las ITS que proporcionan los anticonceptivos de barrera femeninos,
es más modesta, cuando se compara con la brindada por el condón masculino.8 Desde
el punto de vista teórico, el diafragma debería brindar protección al conducto
endocervical contra la infección por los microorganismos causantes de ITS que se
instalan en esta zona del aparato genital o en otras superiores, con lo que disminuiría
también el riesgo de sufrir una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI); sin embargo,
estudios cuidadosos de Masters y Johnson indican que el diafragma generalmente se
desplaza durante el coito, y esto ocasiona que pierda parcialmente su capacidad
protectora contra estas infecciones.9
No obstante, ya se han acumulado pruebas del potencial del diafragma para proteger de
determinados tipos de ITS, sobre todo, las que afectan al cuello uterino, como la
clamidiosis y la gonorrea, e indirectamente protegería también del VIH, puesto que la
infección por este virus se propicia con la presencia de otras ITS. Además, se ha dicho
que la mayoría de las infecciones por el VIH ocurren probablemente en el interior del
cuello uterino, el cual es más vulnerable que la vagina, dado que el recubrimiento
endocervical es más delgado y más frágil que el epitelio exocervical y el vaginal; pero
más aún, en las adolescentes, que son un grupo de riesgo de ITS, es frecuente la ectopia
cervical, lo que todavía hace más débil esta zona del aparato genital ante las infecciones
por microorganismos patógenos.10
El condón femenino de poliuretano puede proteger, también en teoría, de las ITS, incluido
el VIH. En un análisis acerca de la seguridad, eficacia y aceptabilidad del condón
femenino, la OMS estimó que el uso correcto de este método podría reducir la
transmisión del VIH en un 93 %; no obstante, se necesitan más investigaciones para
asegurar su verdadera eficacia, en relación con este último aspecto.6,7,10 Esta sí ha
sido probada en la prevención de la trichomoniasis vaginal.7,10-12 Otros métodos de
barrera como el capuchón cervical, la esponja y los espermicidas solos, son menos
eficaces en este sentido.6
La protección que ofrecen todos los métodos de barrera contra las infecciones por
gérmenes que producen ITS puede incrementarse si se usan en combinación con
sustancias expermicidas-microbicidas como el cloruro de benzalconio o el nonoxinol-9,
entre otras. Este último está disponible como anticonceptivo desde hace ya varios años
(se ha ofrecido en forma de gel, espuma, crema, supositorio, tableta espumante, lámina,
etc.) y ha demostrado ser un microbicida eficaz contra bacterias y virus.13, 14 No
obstante, últimamente se ha cuestionado su eficacia para proteger de la infección por el
VIH, pues estudios recientes llevados a cabo por la OMS en varios países, no han podido
probar este beneficio.15,16
en el producto, y según cálculos de expertos, los que tengan una eficacia de incluso un
60 % contra el VIH, podrían prevenir por lo menos aproximadamente 2,5 millones de
infecciones por este virus en un período de 3 años. Estos microbicidas actuarían a través
de 3 mecanismos fundamentales: inactivación y destrucción de los agentes patógenos
productores de ITS, inhibición de la entrada de estos microorganismos en las células
vaginales o cervicouterinas, o prevención de la multiplicación de estos gérmenes cuando
han penetrado en el organismo.14, 17
En este debate que se viene presentando desde hace ya algún tiempo, están implicados,
sobre todo, los anticonceptivos hormonales orales combinados (AHOC). En el extremo
están los estudios, que lejos de hablar de protección, han evidenciado que estos
aumentan el riesgo de padecer algunas ITS y una EPI.9,14,15 En teoría, los AHOC
tendrían el potencial de aumentar el riesgo de contraer una ITS de varias maneras,
puesto que tanto el estrógeno como la progestina que contienen ejercen varios efectos
sobre el aparato genital femenino.15
Los AHOC pueden producir ectopia cervical, y al exteriorizar el endocérvix, lo hacen más
susceptible a la infección por gérmenes patógenos de transmisión sexual, ya que este,
al no estar queratinizado, es menos resistente que el exocérvix a las infecciones.
Asimismo, el uso de progestinas solas adelgaza el revestimiento vaginal, y lo deja más
propenso a desgarros o abrasiones a través de los cuales los gérmenes patógenos
causantes de ITS podrían penetrar en el organismo; además, su uso sin el estrógeno
provoca disminución de la acidez vaginal, lo cual también facilita la adquisición de las
infecciones a este nivel.9, 18,19
Sin embargo, otros investigadores han afirmado que el uso de AHOC no incrementa el
riesgo de contraer una ITS,8,10,11 mientras que otros, por el contrario, comparten
opiniones ubicadas en el otro extremo de la controversia, refiriendo, incluso, que este
tipo de anticoncepción ofrece protección contra estas infecciones. Así, argumentan que
los AHOC protegen, sobre todo, de las infecciones genitales bacterianas, y que su uso
por más de 1 año está asociado con un descenso de un 50 % de la incidencia de
salpingitis aguda.20,21 Esta protección, según los expertos, la ofrecerían a través del
espesamiento del moco cervical, la disminución de la dilatación cervical, del flujo
menstrual, que puede servir como “caldo de cultivo” para los gérmenes, y del espesor
endometrial, evitando la menstruación retrógrada, y frenando las contracciones uterinas.
Además, refieren también que las salpingitis que ocurren en las usuarias habituales de
AHOC, son menos severas, ya que estos evitan, en cierta forma, que los ovarios se
involucren tempranamente en la reacción inflamatoria peritoneal al mantenerlos
“silenciados”.20,21
En relación con las píldoras de solo progestina, algunos investigadores refieren que
debido a los efectos directos sobre el moco cervical (espesamiento) y el epitelio
endometrial (adelgazamiento, e incluso, atrofia) estas pueden proteger de la EPI al
Métodos anticonceptivos
dificultar o bloquear el ascenso bacteriano por el aparato genital femenino; sin embargo,
aclaran que estas no pueden impedir que se produzcan infecciones del tracto reproductor
bajo y que no pueden proteger del VIH.22 Los datos de estudios relativos a los
inyectables de solo progestina y el riesgo de contraer una ITS y una infección por el VIH,
son contradictorios, y no se dispone de estudios publicados sobre los efectos del
norplant, implante de solo progestina, en relación con la transmisión del VIH.19,23
Finalmente, consideramos necesario decir que, según los criterios médicos de la OMS
de elegibilidad para el uso de anticonceptivos, no existe ninguna restricción para la
utilización de algún método hormonal de anticoncepción para las personas que
presenten en un momento dado una ITS, para las que tienen un mayor riesgo de contraer
una de estas enfermedades, incluido una infección por el VIH, para las que son VIH-
positivas o para las que tienen SIDA.18
Recomendaciones bibliográficas
5. Cabeza C E herrera A.V, ortega proceso de obstetricia ginecología familiar editorial ciencias
médicas 2002
7. Elena García-Vega, Elena Menéndez Robledo, Paula Fernández García, Marcelino Cuesta
Izquierdo
2008
10. Ignacio González Labrador, Emilia Miyar Pieiga-Revista Cubana de Medicina General Integral
17 (4), 367-378, 2001
13. Norma Isaura Doblado Donis, Idania De la Rosa Batista, Ana Junco Manrique
14. Mirabal Martínez repercusión biológica, psíquica y social del embarazo en a adolecentes
enfermería 2007
15. Ramón Fernández, Luis López, Hercilia Martínez, Diego Kopecky, Gabriel Uzcátegui, Marilyn
Muñoz-Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela 69 (1), 28-34, 2009
Métodos anticonceptivos
17. Rubio Moreno, Cristina Ortiz Valle, Francisco Escobar Rabadán-Revista española de salud
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Revista chilena
Rev 2003