Discapacidad Intelectual

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DISCAPACIDAD INTELECTUAL

DOCENTE: RUIZ ANTONELLA

EJES TEMATICOS:
- DEFINICION
- CLASIFICACION
- CAUSAS
- APOYO
- SINTOMAS
- DIAGNOSTICO
- TRATAMIENTO
DEFINICION
• Es una alteración en el desarrollo del ser humano caracterizada por
limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como
en las conductas adaptativas y que se evidencia antes de los 18 años de
edad. Afecta alrededor del 2% de la población general.

• La discapacidad intelectual se ha definido cuantitativamente como un


valor de cociente intelectual (CI) menor a 70. Sin embargo, este criterio
no es suficiente para determinar la discapacidad.

• Genera anomalías en el proceso de aprendizaje entendidas como la


adquisición lenta e incompleta de las habilidades cognitivas durante el
desarrollo humano que conduce finalmente a limitaciones sustanciales
en el desarrollo corriente. Se caracteriza por un funcionamiento
intelectual muy variable que tiene lugar junto a circunstancias asociadas
en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas:
comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales,
utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad,
habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo.
CLASIFICACION: Discapacidad
intelectual leve CI 50-55 a 70.
• Se denomina así a las personas que transitan la «etapa
educable». Son alrededor del 85% de las personas afectadas
por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de
comunicación durante los años preescolares (0-5 años de
edad), tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensorio
motoras y con frecuencia no se diferencian de otros niños sin
discapacidad cognitiva hasta edades posteriores. Adquieren
habilidades sociales y laborales adecuadas para una
autonomía mínima, pero pueden necesitar supervisión,
orientación y asistencia, especialmente en situaciones de
estrés social o económico desusado. Contando con apoyos
adecuados, los sujetos con discapacidad cognitiva leve viven
sin inconvenientes en la comunidad, sea
independientemente, sea en establecimientos supervisados.
Discapacidad intelectual moderada CI
35-40 a 50-55.
• La discapacidad cognitiva moderada equivale aproximadamente a la
categoría pedagógica de «adiestrable». Este grupo constituye
alrededor del 10 % de toda la población con discapacidad cognitiva.
Adquieren habilidades de comunicación durante los primeros años de
la niñez. Adquieren una formación laboral y, con supervisión
moderada, pueden adquirir destrezas para su propio cuidado
personal. También pueden beneficiarse de adiestramiento en
habilidades sociales y laborales, pero es improbable que progresen
más allá de un segundo nivel en materias escolares. Pueden aprender
a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares.
En su mayoría son capaces de realizar trabajos no cualificados o
semicualificados, siempre con supervisión, en talleres protegidos o en
el mercado general del trabajo. Se adaptan bien a la vida en
comunidad, usualmente en instituciones con supervisión
Discapacidad intelectual grave CI 20-25
a 35-40.
• Incluye el 3-4 % de los individuos con discapacidad cognitiva.
Durante los primeros años de la niñez la adquisición de un
lenguaje comunicativo es escasa o nula. Durante la edad
escolar pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en
habilidades elementales de cuidado personal. Se benefician
solo limitadamente de la enseñanza de materias pre
académicas como la familiaridad con el alfabeto y el cálculo
simple, pero pueden dominar ciertas habilidades como el
aprendizaje de la lectura global de algunas palabras
imprescindibles para su autonomía e independencia. Los
adultos pueden ser capaces de realizar tareas simples
estrechamente supervisadas en instituciones. En su mayoría
se adaptan bien a la vida en la comunidad a no ser que sufran
alguna discapacidad asociada que requiera cuidados
especializados o cualquier otro tipo de asistencia.
Discapacidad intelectual profunda CI
20-25.
• Incluye aproximadamente en el 1%-2% de las personas
con discapacidad cognitiva. La mayoría de los individuos
con este diagnóstico presentan una enfermedad
neurológica identificada que explica su discapacidad
intelectual. Durante los primeros años desarrollan
considerables alteraciones del funcionamiento sensorio
motor. Puede predecirse un desarrollo óptimo en un
ambiente altamente estructurado con ayudas y
supervisión constantes, así como con una relación
individualizada con el educador. El desarrollo motor y las
habilidades para la comunicación y el cuidado personal
pueden mejorar si se les somete a un adiestramiento
adecuado. Algunos de ellos llegan a realizar tareas
simples en instituciones protegidas y estrechamente
supervisados.
CAUSAS GENETICAS
• A su vez las causas genéticas pueden dividirse en
sindrómicas y no sindrómicas, en cuanto se presenten o no
otras alteraciones clínicas aparte de la discapacidad
propiamente tal.

• Las causas genéticas representan entre un 30 a un 50% de


las causas, e incluyen anormalidades cromosómicas (como
el síndrome de Down), características genéticas heredadas
(como el síndrome X frágil) y alteraciones genéticas simples
(como el síndrome de Prader-Willi).

• Gracias a la medicina y a las novedosas pruebas genéticas


prácticamente cada día se conocen nuevos genes implicados
en la discapacidad intelectual, estas pruebas ya en el 2011
están al alcance de todos
FACTORES AMBIENTALES
• Infecciones: Tanto en la madre durante el embarazo(rubeola,
sarampión, toxoplasmosis...) como en el niñ@ ( meningitis o
encefalitis). Aún hoy una de las principales causas de
discapacidad intelectual en el tercer mundo es la malaria.
• Daños cerebrales el cerebro ante impactos: puede verse
dañado y según el lugar del daño puede provocar discapacidad
cognitiva, existen muchos motivos por los que el cerebro puede
tener un daño cerebral, entre otros: accidentes de tráfico,
daños provocados en el parto (falta de oxígeno, fórceps, etc.).
Infartos cerebrales, derrame cerebral, etc.
• Tóxicos: la exposición del feto a drogas aumenta las
posibilidades de problemas posteriores, es conocido el efecto
del alcohol y el efecto que muchas otras drogas pueden tener
en el desarrollo posterior del bebé. Igualmente en personas
sanas existen muchas drogas que pueden provocar lesiones
cerebrales y discapacidad cognitiva, el alcoholismo por ejemplo
puede llevar a distintos tipos de síndromes, por ejemplo el
Síndrome de Korsakov.
APOYO
• Las personas afectadas tienen un funcionamiento intelectual significativamente bajo, lo que
suficientemente grave para limitar su capacidad para afrontar una o más actividades de la vida diaria
(habilidades adaptativas) de tal manera que requieren ayuda permanente. Las habilidades adaptativas se
pueden clasificar en varias áreas

• Área conceptual: competencia en la memoria, la lectura, la escritura y las matemáticas


• Área social: conciencia de los pensamientos de los demás y de sus sentimientos, habilidades
interpersonales y sentido de la realidad social
• Área práctica: cuidado personal, organización de tareas (para el trabajo o la escuela), administración del
dinero, y salud y seguridad
• Las personas con discapacidad intelectual presentan diferentes grados de deterioro que pueden ir desde
de leves a profundos. Aunque el deterioro está causado fundamentalmente por el funcionamiento
intelectual disminuido (que habitualmente se mide por medio de pruebas estandarizadas de inteligencia),
el impacto sobre la vida de la persona depende más de la cantidad de apoyo que la persona requiere. Por
ejemplo, una persona que solo presenta un leve deterioro según una prueba de inteligencia puede tener
tan pocas habilidades de adaptación que requiera un amplio apoyo.

• El Apoyo se clasifica como

• Intermitente: se necesita apoyo ocasional


• Limitado: apoyo como, por ejemplo, un programa diario en un taller supervisado
• Importante: apoyo continuo diario
• Profundo: un alto nivel de apoyo para todas las actividades diarias, lo cual incluye la posibilidad de un
cuidados especializados exhaustivos
SINTOMAS
• Algunos niños con discapacidad intelectual pueden presentar anomalías evidentes al nacer o poco después.
Dichas anomalías pueden ser físicas o neurológicas, e incluyen características faciales inhabituales, tamaño de
la cabeza muy grande o muy pequeño, malformaciones en las manos o en los pies y otras anomalías diversas. A
veces estos niños tienen un aspecto normal pero presentan otros signos de enfermedad grave, como
convulsiones, letargo, vómitos, olor anómalo de la orina y trastornos en la alimentación y en el crecimiento
normal. Durante su primer año de vida, muchos niños con discapacidad intelectual más grave tienen un
desarrollo motor tardío y son lentos para rodar sobre sí mismos, sentarse y levantarse.

• Sin embargo, la mayoría de los niños con discapacidad intelectual (DI) no presentan síntomas perceptibles
hasta el periodo preescolar. Los síntomas se manifiestan a edad temprana en los más gravemente afectados.
Por lo general, el primer problema que notan los padres es un retraso en el desarrollo del lenguaje. Los niños
con discapacidad intelectual son lentos para usar palabras, unir palabras y hablar con frases completas. Su
desarrollo social es a veces lento debido al deterioro cognitivo y a las deficiencias del lenguaje. Los niños con
discapacidad intelectual pueden ser lentos para aprender a vestirse y a alimentarse por sí mismos. Algunos
padres no consideran la posibilidad de una deficiencia cognitiva hasta que el niño está en la escuela o en un
centro preescolar y se demuestra una incapacidad para mantener las expectativas normales para su edad.

• Los niños con discapacidad intelectual son más propensos que otros a tener problemas de comportamiento,
como crisis explosivas, rabietas y comportamiento físicamente agresivo o autolesivo. Estas conductas se
relacionan frecuentemente con situaciones frustrantes específicas, desencadenadas por la incapacidad de
comunicarse y de controlar los impulsos. Los niños mayores, que suelen ser ingenuos y crédulos para su edad,
son fácilmente víctimas de otros que se aprovechan de ellos o se dejan llevar a comportamientos y conductas
improcedentes.

• Entre el 20 y el 35% de las personas con deficiencia intelectual (DI) también presentan trastornos de la salud
mental. Son frecuentes sobre todo la ansiedad y la depresión, especialmente en los niños que son conscientes
de ser distintos de sus compañeros o que son acosados y maltratados debido a su discapacidad.
DIAGNOSTICO
• Detección prenatal
• Pruebas de cribado del desarrollo
• Pruebas formales intelectuales y de habilidades
• Pruebas de diagnóstico por la imagen
• Pruebas genéticas y de laboratorio
• Se pueden realizar pruebas de cribado antes del nacimiento (cribado prenatal) para determinar si el feto
presenta ciertas anomalías, incluyendo ciertos trastornos genéticos, que pueden causar discapacidad
intelectual.

• Desde el nacimiento, el crecimiento y desarrollo, incluyendo la capacidad cognitiva, se evalúan de forma


rutinaria en las visitas de niño sano.

• Cuando los médicos sospechan una discapacidad intelectual, los niños son evaluados por equipos de
profesionales, incluyendo personal de intervención temprana o personal escolar, un médico de atención
primaria, un neurólogo pediátrico o un pediatra del desarrollo, un psicólogo, un logopeda, un terapeuta
ocupacional o un fisioterapeuta, un educador especial, un trabajador social o un profesional de la enfermería.
Cuando existe sospecha de discapacidad intelectual, estos profesionales evalúan al niño mediante pruebas de
funcionamiento intelectual y búsqueda de una causa.

• Aunque la causa de la deficiencia intelectual del niño sea irreversible, la identificación del trastorno causante
permite predecir la futura evolución del niño, evitar otras pérdidas de habilidades, planificar cualquier
intervención que pueda aumentar el nivel de funcionamiento y asesorar a los padres por si existe riesgo de
tener otro hijo con el mismo trastorno
TRATAMIENTO
• Apoyo multidisciplinario
• La mejor atención para un niño con discapacidad intelectual es la que proporciona un equipo multidisciplinario compuesto por:

• El médico de atención primaria


• Trabajadores sociales
• Logopedas
• Audiólogos
• Terapeutas ocupacionales
• Fisioterapeutas
• Neurólogos o pediatras del desarrollo
• Psicólogos
• Nutricionistas
• Profesores
• Traumatólogos
• A.T
• Otros profesionales también pueden formar parte del equipo si es necesario. Junto con la familia, estas personas desarrollan un
programa amplio e individualizado para el niño, que debe comenzar tan pronto como se sospeche el diagnóstico de
discapacidad intelectual. Los padres y los hermanos del niño también necesitan apoyo emocional y, en ocasiones, orientación.
Toda la familia debe ser una parte íntegra del programa.

• Hay que tener en consideración el conjunto global de aspectos débiles y fuertes de la persona para determinar el tipo de apoyo
necesario. Deben tenerse en cuenta todos los factores relativos a la discapacidad física, problemas de personalidad,
enfermedad mental y habilidades interpersonales. Los personas con discapacidad intelectual y afectadas por problemas de
salud mental concomitantes, como depresión, han de recibir medicación apropiada en dosis similares a las administradas a
personas sin discapacidad intelectual. De todos modos, administrar medicamentos a estos niños sin proporcionarles terapia
conductual y sin realizar cambios en su entorno no suele ser eficaz.

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