Actividades Actitudinales
Actividades Actitudinales
Actividades Actitudinales
Las 20 actitudes principales que pueden presentar las personas son las siguientes:
Actitud pesimista. Este tipo de actitud se relaciona generalmente con un alto nivel de
tolerancia o flexibilidad, siendo benevolente comienza a valorar y permitir transgresiones de
las propias valoraciones.
Actitud sumisa. En este tipo de actitud las personas se postulan como objetos permitiendo así
que los demás sean los sujetos responsables y dueños de sus decisiones. Funciona como
mecanismo de supervivencia al permitirse seguridad a través del cuidado y la sensibilidad de
los demás.
Actitud agresiva.En este tipo de actitud se suele pasar en cuestión de segundos a la acción y
figura un acto impulsivo que persigue la consecución del significado de justicia ignorando el de
los demás. Conoce las características de una persona agresiva.
Actitud pasiva. Este tipo de actitud se caracteriza por la poca o nula acción.
Actitud colaboradora. Este tipo de actitud posibilita o requiere un contacto frecuente con los
demás. Tiene como objetivo lograr ayudar que los demás logren sus propósitos.
Actitud altruista. Las personas que manifiestan la actitud altruista realizan acciones con
objetivos que proporciones beneficios o provecho a otra persona a un incluso cuando pueda
generar pérdidas o no tenga ningún beneficio para sí mismo.
Actitud emocional. Este tipo de actitud se observa de manera frecuente en personas que
cimientan sus relaciones en calidad de su afecto y el de los demás. Este tipo de actitud se
caracteriza también por el valor o la prioridad que se le da al área emocional llevándolos así a
vivir con más intensidad cada una de sus emociones.
Actitud neutra. Este tipo de actitud es de las que se presentan con poca frecuencia y se
caracteriza por no estar contorneado por afectividad o racionalidades (ni pesimistas y tampoco
positivas) suelen ser objetivos con sus decisiones.
Actitud racional/analítica. Este tipo de actitud genera en las personas un uso del juicio o la
lógica al momento de estimar o evaluar las situaciones. Con frecuencia este tipo de actitud
lleva a que se intenten ocultar o ignorar las emociones bajo justificaciones racionales
(cognitivas). Sin embargo, manejar positivamente las emociones implica aprender a sentirlas y
expresarlas.
Actitud de confianza. Este tipo de actitud se observan en las personas que manifiestan una
aceptación de las propias características. Generalmente esta actitud permite percibir los
estímulos de placer o de dolor como una intención pedagógica. La confianza se puede trabajar
y mejorar. Prueba los siguientes consejos para ganar confianza en uno mismo.
Actitud flexible. Las personas con una actitud flexible manifiestan la aceptación de las
cualidades o criterios ajenos sin llegar a deshacerse de los propios. Esta actitud facilita la
conciencia del principio de realidad; las personas reconocen que la vida puede tomar un curso
muy diferente al que se planeaba y actúan a favor de sí mismos y de su exterior. Permite la
rápida adaptación a los cambios.
Actitud empática. Esta actitud de empatía se caracteriza por personas que son conscientes de
la existencia del otro y por tanto comprenden gracias a su propia autoevaluación o
introspección que las conductas de los demás también tienen un origen. Permiten escuchar y
facilitar el dialogo a las demás personas por su comprensión, entre muchos otros beneficios de
desarrollar una actitud empática.
Actitud suspicaz. Este tipo de actitud se caracteriza por una desconfianza excesiva ante
cualquier tipo de estímulos, generalmente estas personas están alerta ante cualquier tipo de
agravio o intento de perjurio.
Actitud sardónica. La actitud sardónica se caracteriza por un contacto mordaz e incisivo hacia
los demás. Llenan de sarcasmos o ironías las conversaciones que mantienen con los demás.
Actitud moralista/prejuiciosa. Este tipo de actitud se caracteriza por la preocupación del peso
ético de las propias acciones y de los demás. Generalmente la persona con una actitud
moralista se dedica a vigilar las acciones de los demás para que no incurran a la falta de los
principios o preceptos que el maneja.
Actitud nihilista. En este tipo de actitud se rechazan todos los principios morales o estructuras
sociales, manteniendo la creencia de que la existencia misma y del todo carece de sentido o
propósito intrínseco.