Guia de Estudio Riesgos Geológicos 2022 2023
Guia de Estudio Riesgos Geológicos 2022 2023
Guia de Estudio Riesgos Geológicos 2022 2023
2022-2023
RIESGOS GEOLÓGICOS
GRADO EN CIENCIAS AMBIENTALES
Presentación
Esta Guía de estudio le orientará sobre cómo aproximarse eficazmente a los contenidos de la asignatura. Tras
una explicación del plan de trabajo propuesto, se desarrollarán las orientaciones para el estudio de los
contenidos de los temas presentes en el programa.
En cualquier caso, esta Guía se completa con el Curso Virtual, que deberá consultar con regularidad durante
todo el Curso. En el mismo estará disponible información y material necesario para el seguimiento de la
asignatura. Tanto las pruebas de auto-evaluación, como la Prueba de Evaluación a Distancia, los Guiones de
Prácticas u otro material complementario de apoyo a la asignatura se irán colgando paulatinamente en el
mismo. Les recordamos también que es en el Curso Virtual donde podrá plantear sus dudas sobre los
contenidos de la asignatura, que serán atendidas por el Equipo Docente.
Antes de enfrentarse al estudio de cada uno de los temas que constituyen el programa de esta asignatura le
recomendamos el siguiente plan de trabajo:
1) Realice una lectura rápida de las orientaciones generales de estudio contenidas en la guía e
intente asumir la mayor parte de ellas.
2) Siga las orientaciones generales para el estudio de cada tema. Esto le permitirá hacerse una idea
general de cada tema, conocer cuáles son los puntos más importantes (objetivos), saber cuál va a ser
la bibliografía o materiales complementarios que puede utilizar como ayuda, etc.
3) Introdúzcase en el estudio del tema en el texto base siguiendo los consejos aportados en las
orientaciones generales de estudio. Cuando se encuentre con algún problema, no desespere a la
primera, consulte el material complementario intentando resolverlo; si no lo resuelve o no tiene acceso
a dicho material, consúltelo con sus compañeros, con su Profesor-Tutor o consulte al Profesor de la
Sede Central.
Cuando se encuentre con algún problema, consulte el texto base o complementarios y ejercítese hasta
encontrar la respuesta correcta. Los ejercicios de autoevaluación le ayudarán a valorar el progreso de
su aprendizaje. No dude en plantear cualquier consulta a sus profesores.
5) Realice la Prueba de Evaluación Continua (PEC) cuando haya avanzado en el estudio del bloque
de temas correspondientes a la misma. Esta Prueba de Evaluación Continua consistirá en una
selección de cuestiones de los contenidos de la asignatura. Las Pruebas de Evaluación Continua
6) Realice los ejercicios prácticos voluntarios. Durante el curso se publicarán ejercicios prácticos de
temas aplicados del temario. Aunque no llevan ninguna nota asociada, es interesante realizarlos para
poder adiestrarse en este tipo de problemas. Estos ejercicios son aplicaciones de las materias tratadas
en el temario y, por tanto, son materia de estudio y pueden ser evaluadas en la prueba final.
7) Prepare la prueba final. La calificación de cada alumno se realizará a través de un examen final
obligatorio. La prueba se convocará para ser realizada durante la primera y segunda semana de
exámenes de la convocatoria de junio (consulte el calendario de exámenes en la Web de la UNED).
Esta prueba planteará cuestiones de tipo teórico y práctico correspondientes al contenido completo
de la asignatura (incluyendo las prácticas). La corrección y evaluación de la prueba dará lugar a una
calificación comprendida entre 0 y 10 puntos, siendo necesario obtener una puntuación mínima de 5
para aprobar la asignatura.
La distribución orientativa de tiempos para cada tarea en esta asignatura de 5 créditos ECTS (125 h.) es la
siguiente:
Trabajo personal 15
Trabajo autónomo 70
Una propuesta de plan de trabajo con un cronograma de actividades a desarrollar, para un estudio continuado
de la materia que constituye el temario (que es la mejor manera de optimizar el aprendizaje de la asignatura)
es la siguiente:
Las sugerencias que se proponen serán provechosas no sólo para este curso sino para toda su vida
universitaria. Es importante adquirir buenos hábitos de estudio desde primer curso del Grado, adaptarlos a su
propio ritmo de estudio, y comprender que el proceso de aprendizaje continúa durante toda la vida.
En este capítulo no pretendemos decirle cómo tiene que estudiar, ya que esto es algo particular de cada
persona, sin embargo, sí nos gustaría darle unos consejos y orientaciones que pueden serle de utilidad. Como
ya se ha dicho anteriormente es posible el estudio de esta asignatura haciendo uso únicamente del libro
recomendado como texto base y de esta guía; sin embargo, para que el aprendizaje sea realmente correcto
es necesario que el estudio cumpla unas características:
Antes de comenzar el estudio de un tema determinado examine el esquema planteado en esta guía
didáctica e introdúzcase en el estudio mediante la lectura cuidadosa de estas sugerencias.
Pase posteriormente al libro de texto y examine el esquema del capítulo cuyas páginas le han sido
indicadas en esta guía. Visualice el contenido y observe cómo fluye de un tema a otro, observando el
capítulo completo antes de empezar a leer a fondo.
Preste particular atención a las tablas, gráficos y figuras ya que contienen una gran cantidad de
información de forma abreviada, e ilustran conceptos e ideas importantes.
A medida que lea su libro de texto señale los conceptos clave, o confecciónese unos apuntes con
ellos. Debe consultar los conceptos dudosos y ampliar o señalar su resolución en los apuntes.
No sea exclusivamente memorístico. Está claro que al final la memoria es necesaria para retener
ciertos conocimientos que son meramente descriptivos, pero no hay que retener sin comprender.
Seguramente cuando usted lee un artículo de un periódico o de una revista de su interés no está
intentando «aprender de memoria» lo que dice, y sin embargo cuando ha terminado de leerlo puede
decir de qué trata e incluso muchas veces dar ciertos detalles. Se trata, por tanto, de que lea los temas
con el interés suficiente como para ser capaz después de decir de qué tratan con sus propias palabras.
No hay que pretender repetir al pie de la letra lo que dice el libro porque eso es indicativo de que
probablemente no ha entendido, sólo ha retenido algo que no comprende.
Si tiene problemas con la materia, pida ayuda tan pronto como advierta la dificultad. No conviene
esperar al último momento ya que el avance en el aprendizaje es progresivo y requiere de la
adquisición progresiva de conocimientos y terminología.
A la hora de realizar el examen es esencial estar calmado. Revise el examen someramente para ver
su formato y seleccione las preguntas por las que desea comenzar. Si le sirve, anote rápidamente
cualquier información que tema que podría olvidar o que quiera recordar de modo particular para una
pregunta. A continuación, lea la pregunta cuidadosamente y conteste a lo que se pregunta. Controle
el tiempo de que dispone para cada pregunta y deje algunos minutos para revisar su prueba y
asegurarse de que la respondió adecuadamente.
El estudio continuado de la materia que constituye el temario es la mejor manera de optimizar el aprendizaje
de la asignatura. Los motivos fundamentales que lo justifican son:
Las dudas surgen conforme se avanza en el proceso de estudio y es preferible hacer uso continuado
de las consultas al profesor en horario de guardia o de atención al alumno, de las tutorías impartidas
en los Centros Asociados, de consultas en la biblioteca o en Internet, que hacerlo en las semanas
previas al examen.
El contenido de esta asignatura esta ordenado en tres Unidades Didácticas principales, que constan de varios
temas cada una, según la siguiente estructura:
Tema 7. Tsunamis.
Tema 9. Subsidencia.
Dentro de cada tema se han incluido casos prácticos y aplicaciones, que el alumno puede realizar como
práctica voluntaria, que le permite asimilar y aplicar conceptos vistos en el tema. Dado que la estructura de
tercer curso de la UNED no permite tener prácticas presenciales en asignaturas con pocos alumnos
El libro base de la asignatura es “Introducción a los Riesgos Geológicos”, editado por la UNED y escrito por
especialistas de diversos centros académicos y de investigación del estado, estando coordinado por Javier
Lario y Teresa Bardají (Lario, J.; Bardají, T., Coord. (2016). Introducción a los riesgos geológicos. Editorial
UNED, 313 pp. ISBN: 978-84-362-7014-3). Existe una segunda reimpresión realizada en 2017 con algunas
correcciones. Se podrán usar ambas impresiones.
Resumen: Los procesos geológicos que poco a poco han ido configurando la superficie de la Tierra, a menudo
suponen peligroso amenazas para el ser humano, pudiendo llegar a causar importantes pérdidas económicas
y de vidas, pasando a ser riesgos, desastres y/o catástrofes, en función de sus dimensiones. La evaluación de
los riesgos geológicos debe realizarse por tanto en función de las características del fenómeno natural
causante de daño (peligrosidad), la fragilidad del medio medida según la cantidad de daños esperable
(vulnerabilidad) y de la cantidad de bienes materiales y humanos expuestos. La defensa frente a estos
fenómenos incluye la predicción, previsión y prevención de fenómenos de riesgo. Dentro de estas últimas se
consideran todas aquellas medidas modificadoras de alguno de los factores de riego (peligrosidad, exposición
y vulnerabilidad) que a su vez son función del tipo de riesgo al que nos enfrentemos. La cartografía de riesgos
constituye una de las herramientas básicas para la correcta planificación del territorio como principal medida
de defensa ante los riesgos geológicos y/o naturales. Todas las medidas que se apliquen para dicha defensa
están encaminadas a reducir las pérdidas económicas causadas por estos fenómenos, que entre 1987 y 2013
han causado pérdidas económicas de más de 6.000 millones de euros.
Conceptos de estudio: Importancia del estudio de los riesgos naturales para el hombre. Riesgos y catástrofes
naturales: conceptos básicos. ¿Cómo se estudia el riesgo de los procesos naturales? La cartografía de
riesgos: una herramienta para la planificación. ¿Cómo se mitigan los riesgos?: La gestión del riesgo. El coste
de los riesgos geológicos.
Objetivos de Aprendizaje: La Tierra es un sistema dinámico en el que actúan multitud de procesos ligados
tanto a la geodinámica interna como a la externa. Estos procesos suponen una amenaza para el ser humano,
pudiendo llegar a causar importantes pérdidas tanto económicas como de vidas, momento en el cual pasamos
a considerarlos riesgos geológicos o naturales. A través de este tema de Introducción se pretende que el
alumno sea capaz de:
Resumen: Las erupciones volcánicas, consideradas a escala de todo el planeta, ocurren con menor frecuencia
y suponen menor peligro para la población que otros riesgos naturales como son las inundaciones o los
terremotos. Además, la gran mayoría de las erupciones no causan víctimas mortales ni grandes daños a
La tectónica de placas condiciona, no sólo la localización de la gran mayoría de los volcanes (más del 88% en
los bordes de placas) sino sus mecanismos eruptivos, ya que condiciona las propiedades fisicoquímicas de
los magmas desde su generación. Estas propiedades, significativamente la viscosidad y contenido en vapor
de agua, ambas directamente proporcionales a la cantidad de SiO2 en el magma, van a determinar que una
erupción desarrolle mecanismos efusivos o explosivos, siendo los últimos potencialmente más peligrosos.
Otro factor que determina la mayor o menor peligrosidad de una erupción volcánica es su magnitud, es decir,
la cantidad de volumen de magma que arroja a la superficie, especialmente en forma de depósitos
piroclásticos. El Índice de Explosividad Volcánica (IEV), con valores que oscilan entre 0 y 8 de modo que cada
número superior re- presenta un aumento de diez veces la explosividad volcánica respecto al inmediato
inferior, determina la magnitud de las erupciones. En su confección se tienen en cuenta diversos parámetros
como son la altura alcanzada por la columna eruptiva, el volumen de piroclastos expulsado, duración de la
erupción, etc. Solo las erupciones volcánicas que involucran mecanismos eruptivos muy explosivos y que
arrojan grandes volúmenes de piroclastos (conocidas como Plinianas a Ultra-Plinianas) pueden alcanzar
valores altos del IEV. En cambio, las erupciones con mecanismos de baja explosividad (conocidas como
Hawaianas y Estrombolianas), formando principalmente flujos de lava, sólo alcanzan valores inferiores a 3 del
IEV. Las primeras son típicas de bordes de placa destructivos (subducción en arco-islas y en márgenes
continentales activos), mientras que las segunda lo son de bordes de placa constructivos (dorsales, tanto
centro-oceánicas como en cuencas tras-arco).
Así pues, los depósitos piroclásticos son los productos de la actividad volcánica que mayor peligrosidad
entrañan. Entre ellos, los flujos piroclásticos son los causantes del mayor número de víctimas humanas
directas a lo largo de una erupción. En cambio, los depósitos piroclásticos de caída no causan una gran
mortalidad de forma directa, pero si suponen también una gran peligrosidad asociada a colapsos de edificios,
problemas respiratorios, contaminación de suelos y aguas, graves trastornos en el tráfico aéreo, etc. Oros
productos relacionados con la actividad volcánica potencialmente muy peligrosos son los lahares, flujos
acuosos hiperconcentrados en sedimentos (partículas piro- clásticas) que se desplazan por las laderas de los
edificios volcánicos a grandes velocidades.
La predicción de los peligros volcánicos reside en un amplio conocimiento del comportamiento pasado de un
área volcánica y en una vigilancia efectiva si esa área se encuentra activa. Los sistemas de vigilancia utilizan
diversas técnicas que suelen agruparse en tres categorías: geofísicas, geodésicas y geoquímicas. Para una
correcta mitigación de los riesgos volcánicos, además del conocimiento detallado del área volcánica y un
adecuado sistema de vigilancia de la misma, es necesaria la participación activa de los agentes sociales que
consigan una apropiada ordenación del territorio (basada en los mapas de peligrosidad volcánica) y una
permanente educación de la población, y los medios de comunicación, sobre el territorio volcánico que habita.
Objetivos de aprendizaje: En este tema se estudian diversos aspectos relacionados con la dinámica volcánica
para, de esta forma, comprender adecuadamente los peligros volcánicos. Al final del mismo añadiremos una
breve discusión sobre la situación de los peligros volcánicos en Canarias, territorio del estado español donde
son más importantes y único dónde han tenido lugar varias erupciones históricas. Así pues, los objetivos de
aprendizaje son:
Resumen: Los terremotos constituyen uno de los procesos geológicos internos que mayor peligrosidad
presentan a nivel global. La mayor parte de los terremotos (98%) se producen en los límites de las placas
tectónicas en que se encuentra subdividida la litosfera terrestre, en respuesta a los desplazamientos
horizontales relativos entre ellas y a la consiguiente acumulación de esfuerzos tectónicos en esos límites.
Aunque en todos los tipos de límites de placa la sismicidad es elevada, los mayores terremotos se producen
en zonas de subducción (Japón, Chile), Cadenas montañosas (Himalayas) y zonas de cizalla transcurrentes
(falla de San Andrés, falla de Lorca-Alhama de Murcia).
La lectura de las diferentes fases de las ondas sísmicas en los sismogramas proporciona la información
instrumental para poder proceder a la determinación de los parámetros de localización (coordenadas, hora
origen, profundidad) y tamaño (magnitud) de un terremoto. La magnitud es una medida cuantitativa de la
energía liberada por un terremoto basada en la máxima amplitud de las ondas sísmicas registrada en un
sismograma. La escala de magnitud Richter es de carácter logarítmico, lo que implica que un salto unitario en
la escala (M5 a M6) equivale a un desplazamiento del terreno diez veces mayor. Otro parámetro de tamaño
de los terremotos es la Intensidad sísmica. Esta mide la fuerza con la que es sentido un terremoto en base a
como estos a afectan a las personas, las edificaciones y el terreno, y es el único parámetro de tamaño que se
posee para terremotos históricos (en España terremotos anteriores al siglo XX). Las escalas macrosísmicas
(MM, MCS, MSK, EMS, ESI) se dividen en doce grados de intensidad (I–XII), basándose en la primera
desarrollada por Mercalli. La escala ambiental de los terremotos ESI-07 cuantifica los efectos sobre el terreno
de los terremotos (rupturas de falla, deslizamientos, licuefacción, tsunamis, etc.) pudiéndose usar de forma
combinada con las escalas macrosísmicas tradicionales. En definitiva, un terremoto posee un único valor de
magnitud, pero puede sentirse con diferente intensidad (fuerza) en diferentes localidades, en función de
complejos factores de amplificación de las ondas sísmicas (geológicos y topográficos), de la profundidad del
foco sísmico y de la distancia al mismo.
Los terremotos generan una gran variedad de efectos sobre el terreno que reciben el nombre genérico de
desplazamientos superficiales cosísmicos o efectos geológicos de los terremotos (EEEs). Se clasifican en dos
categorías: efectos primarios (rupturas cosísmicas y elevación tectónica) y efectos secundarios. Los efectos
secundarios más importantes corresponden a procesos de agrietamiento, deslizamiento, hundimiento y
licuefacción del terreno. Todos ellos (primarios y secundarios) quedan recogidos, clasificados y cuantificados
en la Escala ESI-07 y son de especial interés en análisis paleosismológicos ya que pueden quedar incluidos
en el registro geológico (p.ej. sismitas) evidenciando terremotos pasados (normalmente prehistóricos).
Conceptos de estudio: Geografía sísmica y distribución global de los terremotos. Origen, elementos y
parámetros focales de los terremotos. El tamaño de los terremotos: Escalas de magnitudes e Intensidades. El
movimiento del terreno durante los terremotos. Efectos de los terremotos. Paleosismología y
Arqueosismología. Sismicidad inducida. Predicción, prevención, mitigación y adaptación al riesgo sísmico.
Sismicidad y riesgo sísmico en España.
Objetivos de aprendizaje: A escala global, los terremotos constituyen uno de los procesos geológicos internos
de mayor peligrosidad y riesgo. Se producen alrededor de unos 150 terremotos fuertes (> 6.0 Mw) al año,
dando lugar a miles de víctimas y miles de millones de euros de pérdidas. El fenómeno sísmico también afecta
a la Península Ibérica registrándose un total de unos 4.000 terremotos al año, de los cuales tan solo unos 140
son sentidos por la población (> 4.0 Mw). Terremotos destructivos (5.0 – 6.0 Mw) se producen cada 25-30
años y aquellos de características devastadoras (> 7.0 Mw) cada 150-175 años.
El último terremoto de estas características se produjo hace unos 130 años, el 24 de diciembre de 1884, en
Arenas del Rey (Granada) con una magnitud estimada de 6.7–7.0 Mw. Los objetivos básicos del presente
capítulo se estructuran en la comprensión global del fenómeno sísmico, su impacto sobre la sociedad, así
como los diferentes métodos de análisis sismológicos, geológicos y arqueológicos que en la actualidad se
aplican en los estudios de peligrosidad y riesgo sísmico.
• Dónde, cómo y por qué se producen los terremotos, tanto a nivel global como en el entorno de la Península
Ibérica.
• Familiarizarse con los procesos y conceptos relativos al fenómeno sísmico, como placas y esfuerzos
tectónicos, fallas activas, procesos de ruptura y ondas sísmicas.
• Comprender como se miden los terremotos y cuáles son los parámetros de tamaño que habitualmente se
usan (magnitud e intensidad) y en qué se diferencian los mismos.
Resumen: Las inundaciones pueden considerarse como uno de los desastres naturales con mayor repercusión
socioeconómica, tanto a escala mundial como en nuestro país. Pueden ocurrir en áreas geográficas,
climáticas, geológicas y geomorfológicas con características muy diferentes, y pueden tener lugar en
prácticamente en cualquier lugar del planeta. Históricamente han ocasionado pérdidas económicas
millonarias, así como miles de muertes de personas en todo el mundo. Sólo en España, las pérdidas
económicas directas por inundaciones durante el periodo 1987-2002 ascendieron a casi 12.000 millones de
euros, con más de 260 víctimas mortales.
La nueva Directiva Europea de Inundaciones (2007/60/EC) define inundación como el «anegamiento temporal
de terrenos que no están normalmente cubiertos por agua». Las inundaciones naturales pueden ser terrestres
o litorales-costeras. Normalmente las inundaciones terrestres se caracterizan por grandes superficies de
territorio anega- dos por aguas dulces en el interior de los continentes. Suelen tener relación con el
desbordamiento de corrientes fluviales, precipitaciones extraordinariamente intensas, topografía, tamaño y la
forma de la cuenca hidrográfica o tipo de suelo y vegetación que condiciona la velocidad del proceso de
escorrentía. En las inundaciones litorales o costeras las aguas marinas o lacustres-palustres invaden los
sectores limítrofes con el dominio terrestre. Las causas de estas inundaciones se relacionan con aumentos
del nivel del agua de los mares y lagos durante tormentas y temporales.
Todavía, en pleno siglo XXI no hay un acuerdo generalizado y aceptado por la comunidad científico-técnica
internacional, acerca de lo que se puede considerar como «peligrosidad por inundaciones». No obstante, la
mayor parte de los tratados consideran que el concepto de peligrosidad debe contemplar tres conjuntos de
parámetros o variables: a) Severidad, intensidad o capacidad intrínseca del fenómeno natural para producir
daño, b) dimensión espaciotemporal y c) frecuencia o probabilidad de ocurrencia.
El análisis de la peligrosidad de inundaciones se realiza de forma combinada con una serie de técnicas que a
grandes rasgos pueden agruparse en cuatro grupos: a) métodos hidrológicos e hidráulicos, b) métodos
históricos, c) métodos geomorfológicos y d) métodos paleohidrológicos. Los métodos hidrológicos e hidráulicos
persiguen, respectivamente, la estimación de los caudales generados en una cuenca o corriente y el cálculo
de las velocidades del agua que circulará por un determinado tramo fluvial. En su análisis resulta básica la
caracterización temporal de esos caudales y la definición del hidrograma de crecida correspondiente a dicho
evento. Los métodos históricos se basan en el estudio de marcas sobre elementos artificiales, así como el
El concepto de riesgo de inundación hace referencia a la situación potencial de pérdida o daño a personas,
bienes materiales o servicios, como consecuencia del anegamiento de sectores normalmente secos por
inundaciones y por tanto, la exposición ante el riesgo de inundaciones debe evaluarse tanto en su aspecto
social, como económico. En el mismo sentido, la vulnerabilidad ante el riesgo de inundaciones, entendida
como la fragilidad o susceptibilidad a la pérdida de valor de los bienes expuestos, puede igualmente evaluarse
desde una óptica social y económica.
En este contexto del análisis del riesgo y sus componentes, la cartografía de peligrosidad es un elemento
básico en los estudios de análisis del riesgo de inundación, ya que permite representar eficazmente la
distribución espacial de los diferentes parámetros del fenómeno de la inundación.
Las medidas para la mitigación del riesgo por inundaciones pueden agruparse en tres tipos: predictivas,
preventivas y correctoras. Las medidas predictivas pretenden determinar con antelación dónde y cuándo se
va producir la inundación. Las medidas preventivas, si bien no saben exactamente cuándo ocurrirá la
inundación, sí parten del conocimiento de dónde suelen producirse estos eventos con diferente frecuencia y
magnitud, para adoptar medidas precisamente en esas zonas o en otras próximas para disminuir en ellas la
peligrosidad, exposición o vulnerabilidad.
Por último, las medidas correctoras actúan una vez que ha ocurrido o mientras está ocurriendo la inundación.
Objetivos de aprendizaje: Las inundaciones representan uno de los fenómenos naturales más frecuentes a
nivel mundial y son las responsables de grandes pérdidas económicas y vidas humanas. Su importancia
estriba en que pueden ocurrir en áreas geográficas, climáticas y geomorfológicas de características muy
diferentes y pueden tener lugar prácticamente en cualquier lugar del planeta. En los apartados 1 y 2 se
introduce la problemática y tipologías de las inundaciones. El epígrafe 3 ofrece unas nociones básicas de
hidrología de superficie, con objeto de ayudar al lector a comprender cómo se produce el proceso de
escorrentía superficial en relación con la formación de avenidas en zonas continentales. Los apartados 4, 5 y
6 presentan los métodos más frecuentes utilizados en el análisis de peligrosidad para la evaluación de los
riesgos asociados a inundaciones, incluyendo las medidas que pueden emplearse para la mitigación del riesgo
por avenidas.
Resumen: Los movimientos de ladera normalmente no son tan espectaculares como los terremotos,
inundaciones u otras catástrofes naturales. Sin embargo, están mucho más extendidos de forma puntual y
aislada y, a lo largo del tiempo, pueden causar unas pérdidas económicas mayores que cualquier otro tipo de
riesgo natural. Además, hay que tener en cuenta que muchas veces estos procesos gravitacionales ocurren
como efectos secundarios de terremotos, precipitaciones torrenciales extremas y actividad volcánica,
causando la mayor parte del daño y las víctimas de estos eventos.
Entre las causas de los movimientos de ladera están, por una parte, los factores condicionantes o pasivos,
referidos a las características intrínsecas del terreno que influyen en la distribución de los esfuerzos y
resistencia de los materiales y, en consecuencia, en su estabilidad, controlando la presencia o ausencia de
movimientos de ladera, la disposición de las superficies de rotura o los tipos de movimientos. Por otra parte,
están los factores desencadenantes o activos que son los que, una vez se cumplen una serie de factores
condicionantes, modifican el estado de esfuerzos, la geometría del relieve o la resistencia de los materiales en
el terreno, provocando movimientos de ladera. Estas modificaciones pueden ser rápidas, originadas por
procesos sísmicos, volcánicos, meteorológicos (precipitaciones) o antrópicos, o lentas, originadas por
procesos de origen tectónico o por procesos graduales de meteorización, erosión o sedimentación. Los
factores desencadenantes controlan, por lo general, la magnitud y la velocidad de los movimientos en las
laderas.
La velocidad de los movimientos de ladera es muy variable, pudiendo ser desde extremadamente lentos
(menos de 0,6 metros por año) a extraordinariamente rápidos (más de 3 metros por segundo). Esta variabilidad
va a condicionar necesariamente la previsibilidad, sin embargo, es muy difícil predecir la ocurrencia de un
movimiento de ladera, aunque situaciones de alto riesgo combinando predicciones meteorológicas o de
actividad sísmica con susceptibilidad del terreno a los movimientos gravitacionales, pueden llegar a facilitar la
estimación de un encuadre temporal y de posibles consecuencias. No hay que olvidar que los movimientos de
ladera ocurren como resultado de cambios, tanto repentinos como graduales, en la composición, estructura,
condiciones hidrológicas o vegetación de una ladera. Estos cambios pueden ser debidos a vibraciones por
terremotos, explosiones, maquinaria, tráfico y trueno, cambios en el contenido en agua provocados por lluvias
torrenciales y elevaciones del nivel freático, removilización de materiales del soporte lateral de laderas por
erosión, movimientos de ladera previos, construcciones, excavaciones, deforestación, pérdida de vegetación
estabilizadora, carga por sobrepeso de lluvia, granizo, nieve, acumulación de materiales volcánicos,
almacenamiento de rocas en proximidades de canteras, escombreras, y peso de edificaciones y vegetación.
Todos estos cambios constituyen alteraciones y acciones físicas y químicas que pueden reducir la consistencia
de rocas y suelos con el tiempo.
La interacción entre los distintos tipos de movimientos de ladera con las actividades y asentamientos humanos
provoca una serie de daños que exigen una respuesta por parte de las administraciones públicas para
satisfacer a la población afectada. Los daños causados por los movimientos de ladera (de origen natural o
Los movimientos gravitacionales son procesos naturales en la evolución de las laderas y, en principio,
inevitables, sin embargo, ciertas medidas y estudios pueden disminuir fuertemente el riesgo asociado a ellos.
El primer paso ha de ser el estudio de la susceptibilidad definiendo las áreas potencialmente más peligrosas,
en función principalmente de factores geológicos, geomorfológicos, hidrológicos y de relieve. Una vez definida
la susceptibilidad (si es posible se determinaría la peligrosidad) se puede abordar la disminución de la
vulnerabilidad aplicando medidas de planificación territorial y legislación, planes de evacuación y alerta y, en
algunos casos, mediante medidas estructurales u obras de ingeniería.
En muchas regiones de montaña los aludes suponen un agente importante de riesgo. La localización de estas
regiones depende, por un lado, de factores geográficos de escala global, ya que la combinación de latitud y
altitud controla la intensidad de las precipitaciones en forma de nieve y, por otro, de factores de escala regional
como el relieve y clima local. Muchas regiones, especialmente en el hemisferio norte, sufren periódicamente
pérdidas económicas y en algunos casos humanas por aludes, afectando a vías de comunicación, algunas
áreas pobladas y, cada vez más, a infraestructuras y zonas relacionadas con actividades invernales de
montaña. Reducir el riesgo pasa por un buen conocimiento de los procesos que generan aludes y también del
territorio en el que pueden estar presentes, delimitando aquellas zonas potencialmente más peligrosas y
llevando a cabo obras de mitigación del riesgo cuando sea necesario.
Conceptos de estudio: ¿Qué es un movimiento de ladera? Mecánica de los movimientos de ladera. Factores
condicionantes de los movimientos de ladera. Factores desencadenantes de los movimientos de ladera.
Clasificación de los movimientos de ladera. Tipos de movimientos de ladera. Prevención y mitigación.
Cartografías de riesgos de movimientos de ladera. Aludes.
Objetivos de aprendizaje: En este tema se desarrollarán los contenidos relacionados con los riesgos ligados a
fenómenos gravitacionales, como los movimientos de ladera y los aludes. Se tratarán sus mecanismos,
factores que los condicionan y desencadenan, tipologías, efectos adversos y medidas de reducción y
preparación.
La complejidad de los movimientos gravitacionales, como parte del medio geológico y en continua evolución,
junto con las considerables pérdidas de vidas y daños a la propiedad hacen necesario el estudio del territorio
en su conjunto. Estos procesos afectan a los materiales rocosos, a los suelos o al manto nivoso,
interaccionando con las infraestructuras, asentamientos y actividades humanas (conducciones de agua, gas,
etc.; obras públicas como vías de comunicación, viviendas, actividad agrícola, explotación de recursos, etc.).
En consecuencia, el estudio de estos procesos tiene una importante utilidad y aplicación en los trabajos de
planificación territorial, concretamente en el diseño correcto de obras y asentamientos.
Los estudios de estos procesos deben de tener en cuenta los siguientes aspectos:
Resumen: El litoral es un medio extremadamente vulnerable donde cualquier actividad puede romper el crítico
equilibrio sedimentario que presenta. Además, cualquier posible cambio del nivel del mar en un futuro más o
menos cercano podría afectar a las zonas costeras más bajas. El enorme atractivo que tiene para el ser
humano, hace que su ocupación se haya extralimitado presentando un exceso de población, que se encuentra
en posición de riesgo ante cualquier cambio que se produzca en la línea de costa. Las principales amenazas
a las que se ve expuesta esta población están relacionadas precisamente con estos cambios y pueden ser de
dos tipos: retroceso por erosión como consecuencia de la ruptura del balance sedimentario o inundación de
las zonas costeras bajas como consecuencia de una posible subida del nivel del mar. El ser humano que
habita en el litoral ha adaptado su modo de vida a un rango de variabilidad de la posición de la línea de costa,
determinado por las mareas o por las tormentas ordinarias, es lo que denominamos nivel de tolerancia. Este
nivel de tolerancia puede cambiar por diferentes motivos, por un cambio en la peligrosidad o por un aumento
en la exposición. Sea por la causa que sea, cuando nuestro nivel de tolerancia cambia, es cuando hablamos
de riesgo costero, y es necesario tomar las medidas adecuadas para intentar adaptarnos a una nueva posición
de la línea de costa.
La erosión siempre está ligada a la ruptura del balance sedimentario, es decir, al cierre de alguna de las
entradas de sedimentos, como por ejemplo los que proceden de los ríos (en su mayoría regularizados) o los
que provienen de la erosión de acantilados (muchos estabilizados). Es necesario, por tanto, un estudio
detallado acerca de la situación concreta de ese balance en la zona sometida a erosión, con el fin de tomar
las medidas de mitigación oportunas.
Los cambios del nivel del mar están a su vez ligados a múltiples causas, y poseen diferentes rangos espaciales
y temporales de cambio, por lo que también es necesario el estudio concreto de cada sector sometido a riesgo,
que incluya un análisis de los indicadores de cambios del nivel del mar que hayan ocurrido en un pasado
reciente, con el fin de conocer cuáles son las tendencias naturales en cada lugar.
Los métodos de estudio de ambos tipos de peligros son muy diferentes, así como las estrategias de mitigación
y defensa, por lo que es necesario conocer cuál es la situación concreta que afecta a cada sector litoral para
poder aplicar las medidas oportunas en cada sector, ya que los riesgos costeros no pueden considerarse a
escala global ni siquiera regional, sino puramente local.
Las medidas de prevención que se aplican a estos riesgos son muy variadas abarcando desde medidas de
mitigación, cuando el riesgo es activo, o de planificación, cuando todavía no se ha producido, pero podría tener
lugar. Las estrategias de mitigación y defensa son fundamentalmente medidas estructurales que implican la
construcción de obras de ingeniería civil, que en muchos casos cumplen su papel de protección de la zona
sometida a riesgo, pero derivan el problema a otra zona. Otro tipo de medidas, no siempre posibles de llevar
a cabo, implican la adaptación a las nuevas condiciones, a través de la reubicación y nuevo diseño de las
actividades que emprendan en el litoral.
La mejor medida para la prevención de riesgos costeros es una correcta planificación de los usos del suelo
para lo cual es necesario establecer una cartografía de riesgos costeros apropiada, a la escala adecuada, en
la que se obtenga una visión no solo espacial, sino también temporal, de los factores o elementos de riesgo
que operan en el sector analizado. Estos factores incluyen todos los datos posibles referentes al peligro natural,
así como los elementos que influyen en la vulnerabilidad de cada sector, y, por supuesto, la exposición.
Objetivos de aprendizaje: En este tema se abordará el estudio de los riesgos que afectan a uno de los
ambientes terrestres con un equilibrio dinámico más crítico: el litoral. Las costas son lugares muy atractivos, y
por lo tanto muy vulnerables ante la especulación urbanística. La mayor parte de las playas en todo el mundo
se encuentran en franco retroceso debido al serio desajuste en el balance sedimentario producido por
numerosos factores. La retención de sedimentos en embalses y presas para la regulación/almacenamiento del
caudal fluvial, la urbanización cerca de la línea de costa, con la consiguiente desaparición en muchos casos
de los sistemas dunares asociados, la construcción de puertos y obras de defensa costera que retienen
sedimentos arrastrados por la deriva litoral, etc., son todos procesos que han hecho disminuir dramáticamente
la cantidad de sedimentos en el litoral, desencadenándose procesos de erosión y retroceso de la línea de
costa. A este hecho, hay que sumar una posible subida del nivel del mar en un futuro no muy lejano, que
afectará sobre todo a las zonas subsidentes o zonas costeras bajas, siendo necesario distinguir entre ambos
efectos para establecer un diagnóstico correcto y unas medidas de defensa adecuadas.
Para entender bien el funcionamiento de este complejo sistema nos planteamos los siguientes objetivos de
aprendizaje:
Tema 7. Tsunamis.
Resumen: Los tsunamis son ondas de gravedad con una gran longitud de onda y periodo que se desplazan a
gran velocidad a través del océano. Este tipo de ondas puede dar lugar a grandes olas que llegan a ser muy
destructivas al alcanzar el litoral.
La mayoría de los tsunamis se producen como consecuencia de un movimiento sísmico con epicentro oceánico
que desplaza parte de la superficie del fondo marino, En general están asociados a terremotos Mw>6.5 y
profundidades del foco entre 20 y 40 km. Otras causas, menos frecuentes, son las erupciones volcánicas, los
deslizamientos de grandes masas de sedimentos o rocas en taludes submarinos y los impactos meteorititos
en áreas oceánicas.
Durante los últimos años, y en respuesta a los graves daños causados principalmente por el tsunami de
Indonesia de 2004, se han desarrollado sistemas de alerta de tsunamis intergubernamentales al comprender
que los sistemas de control y vigilancia que permitan alertar a tiempo a la población son la mejor medida de
protección ante estos eventos. El fin de estos sistemas es poder evaluar, a partir de un terremoto localizado y
de una magnitud determinada, si se generará un tsunami y, en su caso, establecer la altura de la ola y hora
Objetivos de aprendizaje:
• Conocer los mecanismos de generación de tsunamis, su comportamiento una vez generados y sus efectos
en las costas.
• Saber cuantificar las dimensiones del mismo con los parámetros medidos en el litoral.
• Valorar la fuerza de un tsunami y los daños causados, así como su posible relación con el evento sísmico
que los genera.
• Conocer los sistemas de alarma, como medida principal de protección, así como otras medidas de
prevención y protección.
• Valorar el riesgo de ocurrencia de tsunami en la Península Ibérica a partir del registro instrumental,
histórico y geológico de eventos ocurridos.
Resumen: Las zonas kársticas, que ocupan aproximadamente un 20% de la superficie continental, se
caracterizan por presentar un modelado y un funcionamiento hidrológico condicionados por la presencia de
rocas solubles. Son frecuentes las depresiones cerradas (dolinas y poljes) y el predominio de un drenaje
subterráneo a través de acuíferos altamente permeables con sistemas cavidades.
Los procesos de karstificación pueden actuar tanto sobre rocas carbonatas como evaporíticas, alcanzando
velocidades muy elevadas en estas últimas debido a su mayor solubilidad. Las dolinas de subsidencia
constituyen el riesgo geológico más importante en las zonas kársticas. El desarrollo de estas depresiones está
relacionado con la actuación de dos procesos; la disolución subsuperfical de materiales solubles y el
hundimiento de los materiales suprayacentes. Los distintos tipos de dolinas de subsidencia pueden clasificarse
atendiendo a los mecanismos de subsidencia (colapso, sufusión y flexión) y a los materiales afectados por el
proceso de hundimiento (cobertera, sustrato soluble y sustrato insoluble).
La deformación que experimenta el terreno durante el desarrollo de las dolinas de subsidencia puede causar
daños a todo tipo de estructuras. Por otra parte, las dolinas de colapso, que habitualmente se generan de
forma súbita, pueden poner en peligro la vida de las personas. Existe un amplio número de factores, tanto
naturales con artifíciales, que pueden favorecer o desencadenar el desarrollo de dolinas. Una proporción muy
significativa de los casos en los que se producen daños por subsidencia en terrenos kársticos están
relacionados con la generación o reactivación de dolinas inducidas por actividades humanas. Para una
adecuada gestión del riesgo, resulta esencial disponer de inventarios de dolinas de calidad y evaluaciones de
susceptibilidad o peligrosidad con una fiabilidad contrastada.
Conviene evitar la construcción en las dolinas y su entorno, así como en las zonas más susceptibles a verse
afectadas por este tipo de fenómenos (planificación preventiva). En los casos en los que se opte por ocupar
Conceptos de estudio: Las dolinas: Procesos genéticos y características. Factores de control e influencia de
la actividad humana. Cartografía y caracterización de dolinas. Evaluaciones de peligrosidad y riesgo de
dolinas. La mitigación del riesgo de dolinas.
Objetivos de aprendizaje:
• Conocer las características de los distintos tipos de dolinas y los procesos que intervienen en su génesis.
• Conocer los factores, tanto naturales como antrópicos, que pueden favorecer o desencadenar el desarrollo
de dolinas de subsidencia.
• Conocer la secuencia de trabajo y los procedimientos habitualmente empleados para la elaboración de
inventarios de dolinas y el desarrollo de evaluaciones de peligrosidad y riesgo de dolinas.
• Familiarizarse con las estrategias de mitigación del riesgo de dolinas, tanto de carácter preventivo como
correctivo.
Resumen: Este tema se centra en la subsidencia del terreno, que es el descenso, hundimiento o asentamiento
de la superficie terrestre debido a varios factores que pueden ser naturales o antrópicos. Algunas de estas
causas son las actividades extractivas de mineral en galerías subterráneas, la construcción de túneles, la
extracción de fluidos acumulados en reservorios subterráneos, el descenso de nivel freático por estiajes
prolongados, la disolución natural del terreno, los procesos morfo-tectónicos y de sedimentación o los procesos
de consolidación de suelos blandos u orgánicos.
Para caracterizar este fenómeno de la subsidencia y analizar las causas que la originan se utilizan distintas
técnicas de medida de las deformaciones de la superficie terrestre. Dichos métodos sirven para estimar
distintos aspectos de la subsidencia estudiada, como desplazamientos relativos entre dos cuerpos,
movimientos absolutos, inclinaciones, desplazamientos en una dirección, movimientos en profundidad, etc.; y
se pueden agrupar en cinco métodos: instrumentales, topográficos, geodésicos, fotogramétricos y de
teledetección. Los efectos de la subsidencia sobre el territorio suponen sobre todo pérdidas económicas al
producirse de manera directa daños en edificios e infraestructuras urbanas. Aunque procesos de subsidencia
local, tales como los colapsos por disolución o por excavación pueden resultar catastróficos, rara vez ocasiona
pérdidas de vidas humanas de forma directa. Sin embargo, la subsidencia regional puede agravar el riesgo de
inundación o incluso ocasionar la inundación permanente de amplias zonas, especialmente en zonas costeras
o fluviales que suelen estar densamente pobladas. Estas zonas, generalmente constituidas por sedimentos
jóvenes sin consolidar, suelen presentar altas densidades de población debido a la riqueza de sus tierras y la
abundancia de agua. Es más, este fenómeno va en aumento cada año debido al incremento demográfico y su
concentración en grandes ciudades, que requiere un mayor aprovechamiento del agua subterránea.
En zonas urbanas, con el fin de delimitar la extensión de la zona afectada por los movimientos del subsuelo,
es importante realizar una cartografía de grietas analizando todas las estructuras e infraestructuras urbanas
ubicadas en la zona afectada. Para ello es conveniente tomar de manera sistemática datos relativos a la
situación geográfica detallada y a las grietas o daños que presente cada edificio. Dichas grietas o daños
producidos en los distintos elementos urbanos (p. ej. edificios, puentes, canales, etc.) pueden ocasionar la
pérdida de funcionalidad de los propios elementos o incluso su fallo. Para que los asientos produzcan daños,
su magnitud ha de superar ciertos umbrales preestablecidos.
Conceptos de estudio: Tipos y mecanismo. Control y monitorización de la subsidencia del terreno. Efectos de
la subsidencia. Gestión de riesgo por subsidencia.
• Aprender a reconocer e identificar las diferentes tipologías de subsidencia y los efectos que
desencadenan.
• Conocer la instrumentación básica y los métodos más utilizados para medir la subsidencia.
• Exponer los fundamentos básicos que se emplean para calcular el impacto que la subsidencia produce en
estructuras e infraestructuras urbanas.
• Proporcionar algunos ejemplos prácticos de los mecanismos y procesos que controlan la subsidencia.
• Familiarizar al lector con la terminología empleada en el análisis de la subsidencia.
El texto base incluye en cada capítulo unos objetivos de aprendizaje de cada uno de ellos. También se
presenta, al final de cada tema, un resumen, unas preguntas fundamentales y una terminología
fundamental. Lea cuidadosamente el resumen del capítulo, le servirá como ayuda para fijar los conceptos
más importantes, y asegúrese de entender la terminología, imperativo fundamental para proseguir con el
estudio.
El resumen le va a guiar sobre los apartados más importantes de cada tema y los conceptos básicos que hay
que dominar para comprender lo expuesto en el mismo. En un buen ejercicio revisar dicho resumen y, en su
caso, ampliarlo o completarlo con nuestras aportaciones o figuras que consideremos representativas.
Recuerde que no se debe estudiar solo con este resumen y que el texto presenta numerosas figuras que son
fundamentales para comprender los procesos descritos.
La terminología fundamental presenta, a modo de glosario, los términos más importantes usados en cada
tema, y que se deben conocer para poder entender lo desarrollado en el mismo. Esos términos propuestos
están definidos en el Glosario que aparece al final del texto recomendado, al que se deberá acudir con