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Aproximación indirecta:

Lo imaginario en la perspectiva de Jacques Le Goff

Jorge Belinsky

Resumen ya que se trata de una entidad vaporosa (floue) que,


con frecuencia, se confunde con territorios vecinos.
El artículo que el lector tiene en sus manos es Por eso Le Goff, en su introducción a
parte de un libro —Lo imaginario: un estudio— de L’imaginaire medieval, va explorando lo imaginario
próxima aparición en la colección Claves, dirigida en sucesivos niveles de aproximación. En un primer
por Hugo Vezzetti, de la editorial Nueva Visión paso lo sitúa en relación con tres campos: el de las
(Buenos Aires, Argentina). El propósito del libro es representaciones que, a través de un proceso de
explorar el concepto de lo imaginario a partir del abstracción, reflejan y traducen lo real; el de los
surgimiento del estructuralismo, sobre la hipótesis sistemas simbólicos sociales; y el de las ideologías.
de que éste constituye el horizonte desde el cual Después define dos rasgos de lo imaginario. Ante
piensan las diversas disciplinas del ámbito de las todo algo obvio, pero no por ello desdeñable, es que
ciencias humanas. En este sentido, es notorio que lo imaginario supone un elemento visual: la imagen;
con el estructuralismo, el concepto de imaginario a lo que se añade que su campo privilegiado de
se carga de connotaciones claramente negativas: expresión es el de las producciones literarias y
punto ciego del sujeto, sede del desconocimiento, artísticas.
etc. Desde mediados de los setenta surgen voces Por último, ya dentro de su específico ámbito de
críticas con respecto a ese modo de considerar lo investigación, Le Goff esboza una suerte de
imaginario, tanto en el campo de la filosofía ordenación de lo imaginario en función de los
(Cornelius Castoriadis) como de la historia diversos lugares donde se expresa en la Edad Media,
(Jacques Le Goff). Nuestra perspectiva es que esas tal como él la entiende: extendida desde el siglo III
críticas son correctas y exigen una reevalución de lo hasta mediados del siglo XIX y abarcando, en ese
imaginario, pero que ésta sólo puede hacerse en el dilatado espacio, tres períodos: la antigüedad
seno mismo del pensamiento estructuralista, en declinante (del siglo tercero al décimo), el medioevo
especial el representado por Claude Lévi-Strauss y propiamente dicho (del año mil hasta mediados del
Jacques Lacan, a fin de buscar en sus respectivas 1400), y la Edad Media tardía, que concluye con la
concepciones la posibilidad de pensar lo imaginario Revolución Industrial en el siglo XIX.
de otro modo. El capítulo que he escogido para Dentro de esta perspectiva, lo imaginario, tal
presentar un avance de este libro es el dedicado al como hemos señalado, es una dimensión fluyente y
pensamiento de Jacques Le Goff, conocido vaporosa, inserta en el seno de los procesos
medievalista y uno de los máximos representantes históricos, en relación con los cuales varía, y
en el campo de los estudios históricos. vinculada a representaciones y a sistemas
simbólicos e ideológicos. Al mismo tiempo, esa
dimensión se expresa, de modo privilegiado, en
1 ciertos documentos literarios y artísticos.
Más adelante habrá que considerar los dominios
Todas las grandes batallas de la historia se han del pensamiento medieval que Le Goff privilegia;
ganado por estrategias de aproximación indirecta, pero ahora hay que detenerse en las relaciones de lo
dice el historiador Liddle Hart. Jacques Le Goff, el imaginario con lo real, lo simbólico y lo ideológico.
gran medievalista, apela a este tipo de operación en
su abordaje de lo imaginario. Y sus conclusiones
son muy claras: lo imaginario no sólo está vinculado 2
con otros dominios, sino que literalmente se
interpenetra con ellos, lo que se refleja en la En el centro de lo real está el concepto de
dificultad de dar una definición precisa del mismo, representación. Para Le Goff, las representaciones

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son la traducción mental de una realidad percibida. de lo imaginario, su capacidad de forjar algo nuevo,
Esa traducción implica siempre un proceso de está estrechamente vinculada al fantasear.
abstracción que es, igualmente, un proceso Si es difícil trazar límites precisos entre lo
creativo. De este modo, la representación de algo ideológico y lo imaginario, también lo es cuando se
se transforma en la idea que tenemos acerca de ese trata de las relaciones entre éste y lo simbólico.
algo. En cuanto a la imagen, forma parte de la Según Le Goff, sólo se puede hablar de orden
representación, donde ocupa un lugar especial. simbólico cuando el objeto considerado remite a un
Así, dentro del proceso de traducción hay que sistema de valores subyacente, sea éste histórico o
distinguir entre la simple transposición de lo real ideal. Ese sistema de valores se aproxima a la idea
en el espíritu y la parte creadora, poética, en el de estructura, común a las diversas disciplinas que
sentido etimológico del término. El lugar especial recibieron el doble impacto de los desarrollos de la
de la imagen se enlaza con este último aspecto de lingüística y de su aplicación a la antropología en
la traducción de lo real. En este sentido, la década de los sesenta, como se ha mencionado
lo imaginario forma parte del campo de la en capítulos anteriores.
representación y corresponde a esa parte creadora El resultado es una verdadera interpenetración
del espíritu. entre lo imaginario y lo simbólico, que puede
El ejemplo que Le Goff escoge para ilustrar su captarse muy bien en un fragmento de El jorobado
punto de vista es la representación de una catedral. de Notre Dame de Víctor Hugo: «La catedral no era
Esta representación implica la idea de catedral, que solamente la sociedad, sino incluso el universo y la
es la reproducción de la realidad y también su naturaleza entera […] toda la iglesia adquiría algo
abstracción. Pero evocar una catedral implica de fantástico, de sobrenatural, de horrible; ojos y
igualmente la entrada en juego de lo imaginario, bocas se abrían acá y allá». Al principio de la frase,
ligado a lo artístico que gobierna o gobernó su Quasimodo crea una catedral simbólica en la que se
concepción y su existencia. Lo imaginario y lo reflejan los tres mundos medievales; en la segunda
artístico comparten así un espacio que es común a parte, en cambio, lo que surge es una catedral
cualquier representación y que, al mismo tiempo, imaginaria elevada sobre un molde corporal. Este
la desborda al hacer entrar en juego la fantasía ejemplo muestra perfectamente la interpenetración
en el sentido psicoanalítico del término. entre la estructura simbólica, como sistema de
Esa entrada en juego de la fantasía le confiere a valores subyacente, y la producción imaginaria: la
lo imaginario una fuerza y un contenido propios, catedral como un enorme rostro fantástico dotado de
más allá de la mera representación intelectual. múltiples ojos y bocas. A esa interpenetración puede
Así, cuando se evoca una catedral imaginaria, añadirse lo ideológico de los tres mundos como
es preciso recurrir a la literatura o al arte, a la Notre- concepción impuesta por el poder del estamento
Dame de Paris de Victor Hugo, a los cuadros dominante, para decirlo en términos tradicionales,
de la Cathédrale de Rouen de Claude Monet o a y lo real de los tres órdenes efectivos de las fuerzas
la Cathédrale engloutie de Claude Debussy. de producción de la sociedad medieval. Ante esta
Lo imaginario, entonces, desborda la representación diversidad, ¿cómo distinguir lo propio de lo
meramente reproductora y, a través de la fantasía, imaginario frente a los restantes dominios?
ejerce su actividad creadora (poiésis).
Si se sigue esta línea, se plantea el problema de
distinguir lo imaginario de lo ideológico en sentido 3
clásico. De hecho, Le Goff admite las dificultades
que existen para trazar una frontera entre ambos. En este punto, el ensayo avanza hacia un
Sin embargo sostendrá que, a pesar de su cercanía, segundo estrato, en el que intentará superar las
son ámbitos diferentes. A tenor de su definición de dificultades emanadas de la operación de cerco y
lo ideológico, es evidente que esa diferencia rodeo de los diferentes registros, operación que
se piensa en términos de libertad creadora. En efecto, dejaba flotar vastas zonas de indefinición entre
para nuestro autor lo ideológico está investido ellos. Ese segundo estrato es el de los documentos.
por una concepción del mundo que tiende a imponer Le Goff plantea que todo documento comporta o
un significación fija a la representación, y esa encierra una parte de imaginario; pero la historia
significación impuesta pervierte tanto el orden de lo imaginario, añade, tiene sus documentos
de lo real material como el de la realidad de lo privilegiados: las obras literarias y artísticas, en la
imaginario. Al usar aquí el término «perversión», medida en que ellas constituyen, precisamente,
Le Goff mantiene su idea de que la fuerza creadora producciones de lo imaginario.

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Se trata de objetos de muy difícil manejo, es esencial— la cuestión de la alteridad: ¿qué
ya que exigen que las fronteras entre los diferentes llegaremos a ser, en qué nos transformaremos?;
campos del saber sean permeables en grado sumo. ¿quién o quiénes nos han hecho así? Esto significa
El punto es muy importante por dos razones. que es sólo a partir de lo imaginario de las otras
Por una parte, porque apela a la interacción entre culturas como podremos captar nuestras propias
diversas disciplinas, pero no en el sentido clásico construcciones. De ahí la importancia de la
de que cada disciplina diga lo que sabe y deje paso antropología y de la etnología junto al psicoanálisis,
a la siguiente, sino en el de que cada una de ellas ya que en las tres disciplinas la cuestión de la
explore en el espacio que las otras le ofrecen alteridad desempeña un papel privilegiado.
sus propias zonas oscuras que son, precisamente, Ninguna de las preguntas señaladas se formula
los sitios de frontera, los sitios transicionales. explícitamente. Lo que aparece son respuestas
De ahí que en este sentido, el término correcto concretas en forma de narraciones y de mitos que
no sea el de interdisciplinariedad, sino el alimentan y dan forma a la imagen de sí que toda
de transdisciplinariedad. cultura tiene. De ahí que las expresiones artísticas
Este enfoque abandona la idea de un imaginario sean las que mejor representen lo imaginario tal
acotado y ya constituido, para deslizarse hacia sus como Le Goff lo aborda, ya que puede decirse, en
formas de producción: hacia lo imaginario cierto sentido, que esas expresiones, con
constituyente. Dicho de otra manera: cuando independencia de sus formas singulares, son las que
Le Goff, a partir del manejo de los documentos mejor dan cuenta de lo Otro que es siempre
literarios y artísticos, avanza como tesis que en fundamento de lo propio, sea a escala individual o
lo imaginario hay siempre imágenes (afirmación colectiva.
presente también en Castoriadis), no se limita Desde esta perspectiva, lo imaginario puede
meramente a afirmar su existencia, sino que les definirse como conjunto de representaciones y
confiere un carácter dinámico: llegaron allí referencias —en gran medida inconscientes— a
—al documento— por medio de elaboraciones y través de las cuales una colectividad (una sociedad,
movimientos que exigen pasar del examen de sus una cultura) se percibe, se piensa e incluso se sueña,
posibles combinatorias al de su proceso de y obtiene de este modo una imagen de sí misma que
producción. Y esto supone entrar en la cuestión da cuenta de su coherencia y hace posible su
de lo transicional, por la sencilla razón de que lo funcionamiento.
imaginario es, desde esta perspectiva, ámbito En este punto aparece, y no por casualidad, una
intermedio. diferencia de gran alcance: la que existe entre las
Por eso es tan importante no dar una definición respuestas propiamente dichas y el espacio donde
única y cerrada de lo imaginario. Esa indefinición los interrogantes se formulan. Las primeras
traduce especularmente lo indefinido del dominio, corresponden a lo que Castoriadis llamaría
su carácter transicional. En este sentido, la imaginario constituido, en tanto que el espacio de
introducción a L’imaginaire medieval tiene un las interrogaciones coincide, a grandes líneas, con lo
carácter metadiscursivo. constituyente, entendido aquí como zona intermedia
entre los datos de la realidad y las operaciones del
pensamiento
4 ¿En qué tipo de categorías, conceptos o
figuraciones piensa Le Goff al afirmar la
Teniendo en cuenta la interpenetración de lo importancia de esa zona intermedia entre lo real en
imaginario con los demás ámbitos (sistemas bruto y los encadenamientos lógico-deductivos?
simbólicos, configuraciones ideológicas y Las áreas cuyo estudio propone en L’imaginaire
representaciones de lo real) y su expresión medieval permiten comprenderlo, ya que
privilegiada en el campo de la literatura y el arte, constituyen, en realidad, espacios transicionales:
puede decirse que lo imaginario expresa ciertos el concepto de lo maravilloso, que es un aspecto de
interrogantes que toda sociedad se plantea y las lo sobrenatural neutro, entre lo milagroso (que
respuestas que frente a ellos se da.1 depende de Dios) y lo mágico (que remite a Satán);
En efecto, toda cultura tiene que plantearse, en las coordenadas espaciotemporales con las cuales
algún momento, dos cuestiones decisivas: ¿quiénes el medioevo piensa y construye la historia; el cuerpo
somos? ¿qué deseamos ser? Estos interrogantes no considerado en sus múltiples dimensiones como
pueden responderse sin embargo directamente, sino campo de cruce entre lo imaginario, lo real y lo
que remiten a su vez a otros que introducen —y esto simbólico; los sueños, explorados desde diferentes

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ángulos: literatura, arte, religión, psicología y recién se completa entre los siglos XI y XIII
psicopatología; por último, las liturgias políticas y encuentra su expresión teológico-artística más
consideradas en una perspectiva a la vez histórica y elevada en La Divina Comedia.
antropológica. El Purgatorio es un lugar de tránsito en el doble
Un repertorio algo diferente y complementario al sentido de que ocupa un espacio intermedio entre el
de Le Goff fue formulado por una de sus discípulas, Infierno y el Paraíso y de que por allí pasan las
Evelyn Patlagean. Para esta autora, esa zona almas en su proceso de purificación; proceso que es
intermedia de lo imaginario se refiere sobre todo al siempre transitorio. El caso de los Limbos es
indagar por los orígenes de hombres y pueblos; a las diferente: aunque también ellos ocupan un espacio
angustias que despiertan las incógnitas del porvenir; fronterizo entre Infierno y Paraíso, sus moradores
a las relaciones siempre problemáticas entre la están allí de manera permanente. Como se sabe,
conciencia del cuerpo vivido y los movimientos existen dos Limbos: el de los patriarcas y el de los
involuntarios del alma: figuras del sueño, registros niños. Lo señalado sólo se aplica al segundo, ya que
del deseo y modalidades de la represión; por último, el primero está vacío; Cristo, en su descenso a los
está esa región inquietante por excelencia donde se infiernos, rescató a los patriarcas para la luz eterna y
sitúan las móviles fronteras entre el mundo de los la visión de Dios, de las que están privados los
vivos y el reino de los muertos. moradores del segundo Limbo: los niños que
murieron antes de ser purificados del pecado
original por el sacramento bautismal.
5 Algo similar ocurre, creemos, en el ámbito del
estructuralismo con lo paternal y con la infancia. Lo
Como se ve, tanto en los ejemplos de Le Goff paternal se enlaza con lo paradisíaco. Ya Lévi-Strauss
como en los de Patlagean, lo imaginario se distingue reduce el intercambio al objeto femenino; desde su
de lo real, de lo simbólico y de lo ideológico, no perspectiva, el intercambio de hombres no es
tanto por sus contenidos como por su misma índole imposible, pero resulta impensable. Lacan, con sus
fronteriza; estos definen claramente una tópica, teorizaciones acerca del Nombre del Padre y de la
aquél, en cambio, se presenta como una energética metáfora paterna dio otro paso en la misma dirección.
en la que domina la idea de tránsito. En efecto, aún No es fácil resumir en pocas palabras lo que Lacan
con ciertos recaudos, lo específico de lo imaginario entiende por metáfora paterna y por Nombre del
es su carácter de ámbito intermedio y el potencial Padre, ya que estos conceptos ocupan un lugar
que posee para conducir a nuevos espacios partir de central, tanto en la constitución del sujeto como en la
los intersticios donde su actividad se despliega. articulación de las tres instancias (real-simbólico-
Puede que lo anterior no sea demasiado evidente imaginario) de su tópica. Entre el niño y la madre se
si nos limitamos a la «Introducción» a L’imaginaire establece un espacio imaginario donde el primero
medieval. Sí lo es, en cambio, si se toman en cuenta está cautivado, no por la madre como objeto, sino por
los estudios que Le Goff consagró al Purgatorio y a ser el objeto del deseo de su madre, por ocupar ese
los Limbos. A partir de esos estudios, cabe problemático lugar del significante fálico. Para poder
establecer una diferenciación, de capital salir de ese espacio y acceder a lo simbólico, es
importancia, que concierne a las relaciones entre lo menester que intervenga un tercer término que opere
transitorio y lo permanente. una sustitución: el nombre del padre, como puro
Las producciones de lo imaginario son, significante, se sustituye al significante fálico, y se
esencialmente, formas de tránsito, sea que se las constituye así la metáfora paterna que regulará el
considere en el plano de lo individual como en el de acceso del sujeto al lenguaje y la cultura.
lo colectivo. Sin embargo, esto no significa que lo Lo imaginario queda subordinado a lo simbólico, en
permanente esté excluido: el tránsito y lo transitorio tanto que lo no simbolizado, la madre como
no son sinónimos. Los estudios sobre el Purgatorio significante del objeto primordial, es excluido a lo
y los Limbos ilustran este aspecto. real. Así, los «patriarcas» son enviados al paraíso de
En sus orígenes, la teología cristiana sólo los símbolos, mientras las madres quedan confinadas
admite la existencia del Paraíso y del Infierno. en el infierno de lo real. En cuanto a la infancia, tanto
El Purgatorio y los Limbos sólo aparecen en Lévi-Strauss como en Lacan, tiene un mismo
tardíamente y de un modo paulatino como resultado destino: ser el lugar de paso de cada generación a la
de complicadas «negociaciones» acerca de los siguiente y, al mismo tiempo, el cruce entre espacio
vínculos y las relaciones entre la vida terrena y el de experiencia y horizonte de expectativa, para
más allá. La geografía definitiva de lo ultraterreno decirlo en los términos de Reinhart Koselleck.

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Así pues, se trate de la teología, de la ámbitos (real, simbólico e imaginario), como es el
antropología o del psicoanálisis, el único limbo caso del estructuralismo, propone cuatro, ya que
verdadero es el de los niños. Sólo allí se da añade el de lo ideológico. En ciertos aspectos, éste
verdaderamente la conjunción de lo permanente y puede considerarse equivalente a lo imaginario de
de lo transitorio, una cuestión que conviene la tópica lacaniana y a lo imaginario segundo o
desarrollar ahora en detalle. derivado de Castoriadis. En este sentido,
lo imaginario se desdobla, entre su coalescencia
con lo ideológico y su operar independiente como
6 imaginario constituyente, con su potencial creador y
su situación liminar en relación con las restantes
Como demuestra Le Goff en sus estudios sobre dimensiones. Pero hay algo más: frente a las tres
el Purgatorio y los Limbos, la aparición de estos entidades sólidas de la tópica estructuralista, lo
términos, junto a la construcción de lugares imaginario strictu sensu, en la perspectiva de
correspondientes que designan, es casi simultánea y Le Goff, representa una masa vaporosa que se
corresponde a una reorganización a fondo de la desliza en los intersticios de aquellas entidades.
geografía del más allá. Esa reorganización, fijada Así aparece, junto a la idea de lo transaccional,
por la escolástica en el siglo XIII, ordena el más allá la perspectiva de representar no tanto un cuarto
en cinco lugares: Paraíso, Infierno, Purgatorio, espacio como el lugar de tránsito hacia la
Limbo de los patriarcas y Limbo de los niños. cuaternidad, sobre todo si se considera que lo
En conjunto, este sistema corresponde a imaginario desempeña un papel muy importante
estrucutras espacio-temporales de gran complejidad. en la producción de los discursos individuales y
En efecto, de esos cinco lugares, tres son de espera: colectivos y en los procesos de transformación
el Purgatorio y los dos Limbos. Sin embargo, desde de lo social.
otro punto de vista, la situación es diferente:
dos de esos lugares son de naturaleza transitoria
—el Limbo de los patriarcas y el Purgatorio— y tres Jorge Belinsky
de permanencia eterna: el Infierno, el Paraíso Ronda General Mitre, 148, entlo. 2ª
y el Limbo de los niños. Además, de los dos lugares Tel.: 93 202 08 40
transitorios, el Limbo de los patriarcas pertenece al [email protected]
pasado y está vacío, ya que Cristo descendió allí,
liberó a sus moradores y lo selló para siempre.
Por consiguiente, ese lugar desaparecerá con el Nota
Juicio final, como desaparecerá, con ese juicio,
1. Este apartado sigue, en lo esencial, una propuesta de
el Purgatorio. Al contrario, el Limbo de los niños es
Castoriadis y el comentario que de ella hicimos en un trabajo
y será un lugar de espera (en el sentido del francés
anterior: Bombones envenenados y otros ensayos (Ediciones del
attente) eterna. Serbal, Barcelona, 2000).
De este modo, los dos Limbos del cristianismo
trazan, en el marco de los espacio-tiempos de la
humanidad y alrededor de la idea de comienzo y de Bibliografía
fin, dos modalidades del esperar expectante y
BELINSKY, JORGE (2000). Bombones envenenados y otros
ansioso (así conviene traducir el término francés
ensayos. Barcelona: Ediciones del Serbal.
attendre). Por un lado, una espera finita, nacida con
KOSELLECK, REINHART (1993). Futuro pasado 1979, Barcelona:
la creación y abolida por el acontecimiento de la Paidós. (Versión castellana de Norberto Smilg)
Encarnación de Cristo; es decir, una espera devenida LE GOFF, JACQUES (1999). «Les limbes», en Un autre Moyen
historia. Por el otro, una espera llevada al límite, una Âge. París: Gallimard.
espera sin esperanzas, extendiéndose hacia la — (1981). El nacimiento del Purgatorio. Madrid: Taurus,
eternidad. 1981versión castellana de Francisco Pérez Gutiérrez.
— (1985). L’imaginaire medieval. París: Gallimard.
LIDDELL HART B. H. (1929). Estrategia: la aproximación
7 indirecta, Madrid: Ministerio de defensa, 1989.
PATLAGEAN, EVELYNE (1988). «L’histoire de l’imaginaire», en
Las propuestas de Le Goff son muy interesantes La nouvelle histoire, sous la direction de Jacques Le Goff.
Bruselas: Editions Complexe.
por las matizaciones que introduce con la
construcción de su tópica: en lugar de plantear tres

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