RESUMEN Las Palabras y Las Cosas
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RESUMEN Las Palabras y Las Cosas
cuadro, a ese polo que es el representado ms alto: el de una profundidad de reflejo en el huevo
de una profundidad del cuadro.
II.
El denominar algo visible con una palabra es un artificio, es necesario borrar los nombres propios y
mantenerse en lo infinito de la tarea. Por eso Foucault decide no trabajar con los nombres propios
de los personajes representados en 'las meninas' (aunque s los menciona).
Ser necesario pretender que no sabemos quin se refleja en el fondo del espejo e interrogar este
reflejo en el nivel mismo de su existencia.
Adems de las existencias ya mencionadas, aparece un personaje ms. Un hombre, en la
profundidad del cuadro, se asoma y observa la escena que todos parecen estar mirando. Pasa
inadvertido, ve sin ser visto, al igual que el espejo. La diferencia radica en que l est all en carne
y hueso, surge de fuera, en el umbral del aire representado: no es un reflejo probable sino una
irrupcin. El espejo, al hacer ver ms all de los muros del estudio, lo que sucede ante el cuadro,
hace oscilar en su dimensin sagital, el interior y el exterior. El cuerpo de este hombre entra y sale
a la vez.
El pintor constituye una especie de centro desplazado. Se ofrece todo el ciclo de representacin: la
mirada, la paleta y el pincel, la tela limpia de seales, los cuadros, los reflejos, el hombre real;
despus la representacin se anula: no se ve ms que los cuadros y esta luz que los baa desde el
exterior y que stos, a su vez, deberan reconstituir en su especie propia como si viniera de otra
parte atravesando sus marcos de madera oscura. Y, en efecto, se ve esta luz sobre el cuadro que
parece surgir en el intersticio del marco; y de all alcanza la frente, las mejillas, los ojos, la mirada
del pintor que tiene en una mano la paleta y en la otra el extremo del pincel... De esta manera se
cierra la voluta o, mejor dicho, por obra de esta luz, se abre.
Foucault menciona dos centros que pueden organizar el cuadro, segn la atencin del espectador
revolotee y se detenga en uno o en el otro.
1. el espejo: la lnea que nace all atraviesa todo el espesor representado
2. la infanta: slo atraviesa el primer plano.
Estas dos lneas son convergentes, de acuerdo con un ngulo muy agudo, y su punto de encuentro,
saliendo de la tela, se dija ante el cuadro, ms o menos en el lugar en el que nosotros lo vemos.
La invisibilidad que reside fuera del cuadro ordena toda la representacin, es el verdadero centro
de composicin. All coinciden las tres miradas a partir de las cuales nace la representacin: la
mirada del modelo en el momento en que se la pinta, la del espectador que contempla la escena y
la del pintor en el momento en que compone su cuadro.
El reflejo del espejo muestra lo que le falta a cada una de esas tres miradas: a la del pintor, el
modelo que recopia all abajo sobre el cuadro su doble representado, a la del rey (modelo), su
retrato que se realiza sobre el anverso de la tela y que l no puede percibir desde su lugar, a la del
espectador, el centro real de la escena, cuyo lugar ha tomado como por fractura. La funcin de
este reflejo es atraer al interior del cuadro lo que le es ntimamente extrao: la mirada que lo ha
ordenado y aquella para la cual se despliega.
Comentarios de Sandra:
Foucault se ocupa del problema de la crtica y le da soporte epistemolgico. La figura del crtico es
la de aquel que debela lo que queda fuera de la lengua (la lengua es un no-lugar).
Todas las interpretaciones tienen que ser ticas: tiene que ver con el cuidado de s, el sujeto como
un lmite, y de comprender al otro como un 'yo'. No somos la realidad, ni nosotros mismos ni los
otros. El cuidado de s es el trabajo sobre m mismo como un otro, y el trato al otro como a un 'yo'
cuando me desconozco (tiene que ver con la parte de uno que no puede manejar: el inconsciente,
lo dionisaco, la superestructura, la lengua, etc).
Para tenr esa poltica tica hay que construir una postura crtica con respecto a uno mismo y con
respecto al otro. No existe la realidad sino solamente interpretaciones, nadie es poseedor de la
verdad.
La idea de intrprete en el sentido comn excluye la autora. Con Foucault se reivindica el
intrprete. Pone en duda la nocin de un autor, entonces deja a todo el mundo en el lugar de
intrprete (creador).
Quien habla lo hace a partir de las reglas y las convenciones. Desde el lugar que se para
(acadmico, poltico, amoroso, etc). En el discurso hay poder que se hace visible cuando el sujeto
elige dnde se para. El orden del discurso generalmente es aceptado o denegado, pero la
subjetividad se encuentra en el medio. El intrprete no es A o B, no est a favor ni en contra,
genera un nuevo discurso. Es necesario conocer el orden pero tambin resistirlo construyendo
subjetividad, crtica, interpretacin.
Cuando no se puede asumir el orden se trata de la crtica: resistencia al orden de las cosas pero
que a su vez plantea un nuevo orden. El intrprete es aquel que configura su propio discurso.
Prefacio:
El texto de Borges muestra el lmite de lo nuestro, ausencia de una lgica. El principio de
organizacin est en la diferencia.
Las meninas:
El gesto de que inicie el libro con esta crtica se da porque inquieta, porque no te permite
acomodarte en el esquema perceptivo de la historia. Habla de una forma de representar que
organiza una forma de ver.
Foucault no habla solamente del cuadro, arroja una interpretacin: imposibilidad de representar.