Analisis LOAFSP
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ANALISIS
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Resumen:
La Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público (LOAF), aprobada en septiembre
del 2000, incorpora un conjunto de innovaciones orientadas hacia la disminución de la
discrecionalidad y la volatilidad de la gestión fiscal. Destacan las disposiciones sobre reglas de
equilibrio fiscal plurianual, de estabilización y coordinación macroeconómicas, y de ahorro
intergeneracional; así como también nuevas disposiciones sobre la administración financiera del
sector público en las áreas de presupuesto, crédito público, tesorería, contabilidad y control de
gestión. Aunque en la LOAF se perciben avances importantes respecto a la modernización de la
legislación fiscal, se constata la existencia de inconsistencias que hacen perder efectividad a dicho
documento.
La necesidad de controlar los sesgos deficitarios de las cuentas públicas, determinados en buena
medida por la falta de una planificación presupuestaria fundamentada en las necesidades
financieras determinadas por programas de desarrollo que, por su naturaleza, trascienden
generalmente el corto plazo, ha resaltado la importancia de la estimación plurianual en la
elaboración de los presupuestos fiscales. En la actualidad, su uso se observa por igual en países
desarrollados y en desarrollo, aunque adopta diversas modalidades en términos de su duración,
del detalle de los ítems presupuestarios, de su rango legal, de la metodología usada en las
proyecciones, de la consideración sobre la participación de instituciones colegiadas etc. Los
resultados de la experiencia en esa materia muestran que el marco plurianual del presupuesto ha
sido una herramienta fundamental de la transparencia de los procesos fiscales y, como
consecuencia, de disciplina fiscal.
La LOAF asigna la rectoría de la elaboración del marco plurianual del presupuesto al Ministerio de
Finanzas (MF), la cual debe llevarse a cabo en coordinación con el Ministerio de Planificación y
Desarrollo (MPD) y el Banco Central de Venezuela (BCV). El proyecto de ley del marco plurianual
del presupuesto debe, de acuerdo con la LOAF, especificar los objetivos de la política económica y
de la política fiscal, las estimaciones de los límites máximos de gasto y endeudamiento, y la cuenta
ahorro-inversión-financiamiento, y los indicadores y las reglas de disciplina fiscal que aseguren la
solvencia, sostenibilidad y el equilibrio fiscal en el período del marco (Arts. 25 y 26 LOAF). Su
duración se fija en tres años, su presentación al legislativo antes del quince de julio del primero y
cuarto año del período constitucional de la Presidencia de la República, y su aprobación antes del
15 de agosto del mismo año de su presentación a la Asamblea Nacional.
La LOAF establece una cláusula de escape a las m etas fiscales de la ley del marco plurianual. Una
vez sancionada ésta por la Asamblea Nacional, las modificaciones a los límites de gasto y
endeudamiento y los resultados financieros allí estipulados, sólo procederán en situaciones de
excepción decretados de conformidad con la ley “ ...o variaciones que afecten significativamente
el servicio de la deuda pública..." (Art. 29 L O A F )12.
La rendición de cuentas del Ejecutivo en lo referente al m arco plurianual del presupuesto, exige
una presentación anual a la AN, antes del 15 de julio de cada año, de informes con la evaluación
de la ejecución de las leyes presupuestarias anuales con indicación de las desviaciones y de sus
causas, de las propuestas que contendrá el proyecto de presupuesto del año siguiente y la cuenta
ahorro inversión financiamiento estimada para los dos años siguientes. La AN deberá reportar el
resultado de sus deliberaciones al Ejecutivo Nacional antes del 15 de agosto de cada año.
La LOAF establece que el incumplimiento de las metas del marco plurianual dará lugar a sanciones
de remoción a los ministros responsables del área en que se produzca ese incumplimiento.
La coordinación macroeconómica, al igual que el m arco plurianual del presupuesto, pasa a ser m
andato constitucional a partir de 1999. Este último, con el fin de atender al principio de la
estabilidad económica, establece la actuación coordinada del Ejecutivo y el BCV la cual deberá
reflejarse en un acuerdo anual suscrito por ambas instituciones. Dicho acuerdo, que se presentará
a la AN junto con la ley de presupuesto anual, deberá especificar las m etas macroeconómicas
anuales esperadas, su impacto social y las políticas e instrumentos que se utilizarán para alcanzar
esas metas, las responsabilidades de ambas instituciones y las interrelaciones que se establecerán
entre la gestión fiscal a cargo del Ejecutivo y la gestión monetaria y cambiaría a cargo del BCV. La
Constitución hace explícito el planteamiento de que dicho acuerdo no podrá comprometer la
independencia del BCV (Art. 320). Se dejan para el desarrollo posterior de la norma constitucional
la definición de las características del acuerdo y las normas de rendición de cuentas (Art. 320).
No se percibe un desarrollo más detallado de las características del acuerdo en la LOAF, más allá
de lo planteado en la propia Constitución. Si se incorpora, sin embargo, la norma sobre rendición
de cuentas, mediante la cual se exige el reporte trimestral sobre la ejecución de las políticas y de
los mecanismos correctivos de las desviaciones que se presenten ante la AN en la oportunidad de
presentación del acuerdo del siguiente ejercicio.
La LOAF, atendiendo a mandato constitucional, establece la provisión para la creación del Fondo
de Estabilización Macroeconómica (FEM). Este fondo tiene sus antecedentes en la Ley que crea el
Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM) aprobada en 1998. Se
introducen tres cambios en los lineamientos normativos con respecto a los que rigen el FIEM, sin
argumentación explícita que justifique dichos cambios. El primero es el relajamiento del
parámetro de las regla de retiro que, de un tope máximo de 1/3 en la normativa vigente, aumenta
a 50% del saldo del fondo para el cierre del ejercicio presupuestario inmediatamente anterior. El
segundo cambio se refiere a la disminución del tope de acumulación y de uso de los recursos
excedentes del fondo que baja de 80% del promedio de las exportaciones petroleras de los
últimos cinco años en la ley actual, a 70% del promedio de las exportaciones petroleras de los
últimos tres años. Finalmente, se establece que parte de los excedentes del fondo podrían ser
utilizados en operaciones de compra o refinanciamiento de deuda pública externa e interna, o
alimentar el fondo de ahorro intergeneracional. Se deja para la ley especial del FEM el desarrollo
de estos criterios.
El FAI se define en la LOAF como un mecanismo de ahorro a largo plazo, que tiene por objetivo la
sostenibilidad intergeneracional de las políticas públicas de desarrollo. Los mecanismos de ahorro
se dejan para la ley que lo rija, pero establece un período de acumulación no menor de veinte
años contados a partir de la fecha de su creación, aunque se establece una cláusula de escape para
los rendimientos de los fondos. En todo caso, el uso tanto de los fondos como de sus rendimientos
está previamente establecido a fines de inversión reproductiva y servicios básicos. Se prohíbe en la
LOAF la inversión de esos recursos en instrumentos de deuda pública.
La responsabilidad fiscal
El tratamiento normativo del tema de la responsabilidad fiscal está entre las innovaciones más
importantes de la LOAF. Constituye en realidad un subtema, ya que una buena parte de la
normativa se refiere al tema de la responsabilidad en general. Los cambios más importantes se
detectan en la distinción entre gestión pública y administración de esa gestión; y en la distinción
entre responsabilidad administrativo-legal y responsabilidad de gestión.
Las normas se establecen en términos de sanción, es decir, se definen bajo la previsión de fallas en
el cumplimiento de las responsabilidades. Respecto a la gerencia pública o administración de la
gestión fiscal, se establecen la sanción de remoción a los Ministros responsables del área en que
ocurrió el incumplimiento de las reglas y metas definidas en el marco plurianual del presupuesto
(Art. 163), la sanción que corresponda de acuerdo a la LOCGR por la inexistencia de registro de
información sobre la ejecución de los presupuestos y de sus resultados (Art. 164), la sanción que
corresponda de acuerdo a la LOCGR por el incumplimiento injustificado de las metas y objetivos de
los programas públicos (Art. 165) y la sanción de inhabilitación para el ejercicio de la función
pública o destitución a funcionarios con capacidad para garantizar el cumplimiento de las normas
sobre operaciones de crédito público (Art. 166).
La LOAF introduce otros cambios en la normativa fiscal que tienen implicaciones importantes para
la gestión fiscal del país. Tales cambios se refieren, de una parte, a la organización de la
administración financiera del sector público en sistemas, lo cual permite integrar en una sola ley la
normativa sobre el proceso presupuestario, el crédito público, la tesorería, la contabilidad fiscal y
el control interno. Al mismo tiempo, se introducen cambios puntuales pero importantes en la
normativa sobre esos procesos como el establecimiento del criterio del gasto causado para la
liquidación del presupuesto, la mayor concentración de la responsabilidad del Ejecutivo en las
operaciones de crédito público, el reporte de los riesgos de '¡as estimaciones y las variables
fiscales, y la mayor cobertura institucional del proceso presupuestario.
Sistema presupuestario
Riesgos fiscales
El costo total de estas transacciones deberá, de acuerdo con el artículo 12 de la LOAF, explicitarse
en un estado de cuenta anexo al proyecto de ley de presupuesto para evaluar el impacto
económico de dichas actividades. Se introduce en el mismo artículo una cláusula de escape para la
consideración de situ acciones de confidencialidad y/o ausencia de la información requerida para
la elaboración de dicho estado de cuenta.
Cobertura institucional
La LOAF establece en su artículo 7 que las regulaciones contenidas en la misma son aplicables a los
entes u organismos que conforman el sector público 20, no de forma indiscriminada, sino de
acuerdo a las especificidades que en ella se establezcan. Esto im plica que no todos los aspectos de
la normativa de la administración financiera del sector público se aplicarán por Igual a los entes
que lo conforman.
Se diferencian las reglas que regirán para el Gobierno Central República y sus agencias institutos
autónomos, personas jurídicas estatales de derecho público, fundaciones, asociaciones civiles y
dem ás entidades constituidas con fondos públicos), las que regirán para el poder local (estados, m
unicipios y distritos), y las aplicables a las sociedades mercantiles en las cuales la República o
entidades públicas tengan participación igual o mayor al cincuenta por ciento del capital social. En
el caso del poder local se establece que si bien el proceso presupuestario de las entidades
correspondientes se rige por la Ley Orgánica de Régimen Municipal, las leyes estadales y las
ordenanzas respectivas, el mismo deberá ajustarse en la m edida del posible a las disposiciones
técnicas que establezca la OCEPRE (Art. 62). La futura Ley de Hacienda Pública Regional deberá
contemplar esta disposición, a los fines de que los procesos de formulación, ejecución y evaluación
de los presupuestos estatales y municipales se armonicen con los de la República.
Las principales modificaciones de la legislación en esta área tienen que ver con la ampliación de los
objetivos de las operaciones de crédito público, las exigencias que se derivan de la nueva
normativa en materia presupuestaria y con el intento de simplificación de los procedimientos que
envuelven las operaciones de crédito público. Esto último lleva a una eliminación sustancial de la
participación del BCV y parcial del parlam ento en el proceso de aprobación de esas operaciones y
conlleva una m ayor responsabilidad del E jecutivo en los procesos de endeudamiento público.
Con relación a la ampliación de objetivos, además del arbitrio de recursos para inversiones
reproductivas, el financiamiento de las necesidades transitorias, de tesorería y la atención
a .situaciones de evidente necesidad, se añaden las operaciones de mercado abierto (Art. 78), las
cuales no eran contempladas en la LOCP. Conceptualmente, contemplar las operaciones de
mercado abierto como parte de los objetivos de las operaciones de crédito público atiende a la
necesidad de que la autoridad monetaria del país cuente con suficientes instrumentos de política
monetaria y, por tanto, con mecanismos que ayudan de una manera más eficiente en el proceso
de coordinación de las políticas fiscal y monetaria.
Las normas sobre el sistema de crédito público cubren las transacciones que en esta materia
realiza la República (léase Gobierno Central) y las sociedades mercantiles. Están exceptuadas de
estas normas las instituciones financieras públicas (BCV, FIV, sociedades mercantiles dedicadas a la
intermediación de crédito) y las empresas creadas de conformidad con la Ley Orgánica que
Reserva al Estado la Industria y el Comercio de Hidrocarburos, siempre que se certifique su
solvencia (Art. 89). Los institutos autónomos dedicados a la actividad financiera también están
exceptuados de dichas normas, pero requieren la autorización del Presidente de la República en
Consejo de Ministros (Art. 90). Se prohíbe la realización de operaciones de crédito público a los
institutos autónomos y demás personas jurídicas descentralizadas funcionalmente que no tengan
el carácter de sociedades mercantiles, y a las fundaciones, asociaciones y demás instituciones
constituidas con fondos públicos (Art. 91). A los estados, los distritos y los municipios, por su parte,
se les prohíbe la contratación de deuda externa (Art. 95).
La obligatoriedad de las opiniones del BCV en lo relacionado con la ejecución de las operaciones
de crédito público y sobre el otorgamiento de garantías, previstas en los Arts. 29 y 30 de la vieja
LOCP fue eliminada en la LOAF. Esto estaría asociado al objetivo de simplificación de los
procedimientos de esas operaciones y de eliminación de elementos de coadministración implícitas
en las actividades de control del Poder Legislativo sobre el proceso de endeudamiento. Se e n
tiende, además, que con ello se incrementa considerablemente la responsabilidad del Ejecutivo en
esta materia, mientras que la del BCV se reduce en la misma medida. Esto últim o se expresa
claramente con la eliminación del A rt. 5 de la LOCP que establece la colocación de los títulos de la
deuda pública emitidos al portador por parte del BCV; de otras disposiciones sobre tareas que
corresponderá reglamentara la Oficina Nacional de Crédito Público, como las referidas en los Arts.
9, 12, 14, y 15 de la LOC P; y de la opinión vin cu la n te del BCV. En este último respecto, se señala
expresamente que aunque el B C V será consultado sobre el impacto monetario y las condiciones
financieras de cada operación de crédito público, su opinión no es de carácter vinculan te (Art. 86).
La participación del Poder Legislativo en la gestión del crédito público se establece en los Arts. 79,
que señala que los entes que se rigen por la LOAF no podrán celebrar ninguna operación de
crédito público sin la aprobación de la Asamblea Nacional en ley especial; 80 en donde se estipula
la presentación de esa ley especial a la Asamblea Nacional junto con el proyecto de ley de pre su
puesto para su sanción; 81, que establece la provisión para operaciones de crédito público no
contem pladas en la ley especial por razones de emergencias
También, quizás con base en el objetivo de la simplificación de los procesos que envuelven las
operaciones de crédito público, se elimina la normativa contenida en los artículos 16, 45, 47, 48, y
52 de la LO C P sobre la participación del Legislativo en lo correspondiente a la solicitud de opinión
de la comisión permanente de finanzas; a la información al parlamento de una exposición
razonada de la solicitud de autorización de la opinión razonada del B C V y de los resultados a los
treinta días siguientes de la celebración de operaciones dirigidas al refinanciamiento o
reestructuración de la deuda pública; y a la potestad del parlamento de disponer de información
de la contabilidad de la deuda pública cuando lo requiera y de la información semestral sobre la
situación de la deuda pública.
La omisión de estas normas se compensaría en la LOAF con las mayores exigencias en términos de
rendición de cuentas en materia de endeudamiento al órgano rector encargado de las operaciones
de crédito público. El artículo 96 de la LOAF establece, en este sentido, la obligatoriedad de la
Oficina Nacional de Crédito Público de mantener y administrar un sistema de información sobre el
mercado de capitales que sirva para el apoyo y orientación a las negociaciones que se realicen
para emitir empréstitos o contratar préstamos, así como para intervenir en las mismas.
Tesorería
Contabilidad fiscal
En relación con los cambios institucionales, está la creación de la Oficina Nacional de Contabilidad
Pública (ONCP) que pasa a ser el órgano rector del sistema (Art. 126) como dependencia
especializada del Ministerio de Finanzas.
A demás de las funciones de registro contable de las operaciones de los entes públicos afectados
por la LO A F y de su consolidación en los estados financieros correspondientes, a la ONCP le
corresponde diseñar y evaluar la metodología de los sistemas contables a ser empleados en el
registro de las operaciones de la República y los entes descentralizados sin fines empresariales; o
pinar y asesorar sobre los sistemas contables de las sociedades del Estado; dictar normas e
instrucciones técnicas para la organización y archivo de la documentación financiera de la
Administración Nacional; y elaborar la Cuenta General de Hacienda, la cual deberá presentarse
anualmente (30 de ju n io ) a la Asamblea Nacional (Art. 127).
Se requiere la elaboración del reglamento que indicará las pautas metodológicas no sólo en lo
referente a los procedimientos confiables, sino también en lo relacionado con el intercambio
interinstitucional de la información respectiva.
Control interno
Se infiere, en ausencia de una disposición explícita, que la normativa del control interno también
es aplicable a todos los entes de la administración centralizada y descentralizada, incluyendo los
del poder regional y local. El tema del control interno del sector público se introduce en el artículo
5 de la LO A F. Las disposiciones sobre el control interno, al igual que las del sistema de
contabilidad, se desarrollan a partir de mandato de la actual LOGR, en este caso en su Art. 70.
Tienen sus antecedentes en el control previo de la ejecución presupuestaria, el cual pasó a ser
actividad de los órganos de la Administración Central a partir de la reforma de la LO C G R que se
concretó en 1995. Se justifica como actividad especializada de los órganos de la administración
centralizada en el entendido de que los administradores de recursos deben asumir una mayor
responsabilidad en el control de su propia gestión y de que esto conllevará una mejor gestión de
control externo. En este sentido, se entiende la previsión de la LOAF en su Art. 133 de ambos
niveles de control.
IMPLICACIONES DE LA LOAF
Reglas excesivamente rígidas introducen inflexibilidad en la gestión pre su p u estaria, lo que limita
la capacidad de los gobiernos para responder ante las fluctuaciones del ciclo económico y/o en
contextos de incertidumbre; por ello, tienden a generar incentivos para eludirlas a través de
distintas formas de contabilidad “creativa y, consecuentemente, a anular su efectividad. Por su
parte, reglas demasiado flexibles aunque permiten enfrentar mejor el impacto del ciclo, tienden a
generar menos credibilidad en las políticas fiscales debido al mayor grado de discrecionalidad que
poseen.
La idea de la regla de equilibrio fiscal en los términos propuestos en la LOAF, supera el enfoque de
la vieja normativa que sólo hacía referencia al equilibrio fiscal contable (ingresos totales = gasto
total, incluidos los ingresos extraordinarios). Esta regla es precisa en lo que se refiere a la
cobertura institucional (Gobierno Central y Entes Descentralizados sin fines empresariales), y al
período para él cual se requiere su cumplimiento (tres años). No lo es, en cambio, en lo que se
refiere a las posibilidades de uso de contabilidad creativa a los fines del cumplimiento de la
condición de igualdad entre ingreso y gasto ordinario. Al no establecerse en la ley las partidas que
componen el gasto y el ingreso ordinario, con la identificación de su código contable respectivo, el
legislador da lugar a la posibilidad de que el Ejecutivo altere el valor contable de ambas variables a
los fines de mostrar el cumplimiento de la regla.
La regla de equilibrio fiscal tiene, y esto en sí mismo debe considerarse un rasgo positivo de la
norma, una cláusula de escape. No obstante, su contenido adolece hasta cierto punto de falta de
rigurosidad en lo concerniente al tema de la responsabilidad fiscal. En ella se establece que los
límites de gasto y endeudamiento establecidos en el marco plurianual sólo podrán modificarse en
casos de estados de excepción decretados de conformidad con la ley, o de variaciones que afecten
significativamente el servicio de la deuda pública. Los parámetros de los estados de excepción son
los que establece la Constitución y los que deberá establecer la ley orgánica sobre estados de
excepción. Los relacionados con los cambios en el valor del servicio de la deuda pública, sin
embargo, no se explicitan ni se refieren a otra ley o reglamento derivados, hecho que abre un
espacio para la desviación en el cumplimiento de la regla.
S obre la coordinación macroeconómica, entendida como una regla formal que deriva de la
condición de independencia del banco central, no hay experiencia en Venezuela. Sin embargo, se
cuenta con abundante reflexión sobre el tema, de la cual algunas consideraciones deberían
tenerse en cuenta. Una observación común se refiere a que, en su objetivo de quebrar la
validación monetaria de políticas fiscales excesivamente expansivas, la separación de las políticas
monetarias y fiscales puede dar lugar a resultados m uy negativos del desempeño
macroeconómico. De hecho, en ausencia de cooperación, la única solución de equilibrio es la
combinación de políticas fiscales expansivas y políticas monetarias restrictivas, que usualmente
desembocan en altos déficits fiscales y tasas de interés, con respecto a situaciones en que
solamente existe una única autoridad. De allí la idea de la coordinación de las políticas
macroeconómicas, la que, en realidad, es básicamente requerida en situaciones de falta de
credibilidad de las autoridades fiscales.
La disposición sobre la rendición de cuentas sobre el marco plurianual del presupuesto admite la
posibilidad de desviaciones respecto a lo establecido en la ley, el que sólo puede modificarse en
caso de estados de excepción decretados por ley o en casos en que los cambios en el servicio de la
deuda pública así lo ameriten. Mientras que los parámetros normativos sobre los estados de
excepción se establecen en la Constitución y en la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, queda
todavía pendiente, tal y como se señaló en la sección 5.1, el tema de los límites a las desviaciones
que podría experimentar el marco plurianual en razón de las variaciones en el monto del servicio
de la deuda pública.
Esta omisión tiene importantes consecuencias por su impacto en la conducta fiscal, sobre todo si
se tiene en cuenta la mayor responsabilidad que la LOAF le confiere al Ejecutivo en el proceso de
endeudamiento.
Por otra parte, aunque en la LOAF se establece la aplicación de sanciones por incumplimiento de
las metas del marco plurianual, la norma pierde efectividad por la falta de una clara identificación
de las condiciones que podrían dar origen a su aplicación. Por ejemplo, se establece la remoción
de los ministros del área en que ocurra el incumplimiento de las metas del marco plurianual, pero
no se exige que en la ley del marco se incorpore una distribución institucional del máximo nivel de
gasto allí establecido, así como de los programas y las instituciones responsables a través de los
cuales se ejecutaría dicho gasto. Solamente de esta manera sería posible identificar las fuentes de
las desviaciones del cumplimiento de las metas del marco plurianual, así como también separar las
ocurridas por fallas en la coordinación de la programación del mismo a cargo del Ministro de
Finanzas, de las ocurridas en el área específica de las políticas públicas. Sin esa información se
debilita la norma y la posibilidad de que efectivamente pueda ser aplicada.
Sobre la consistencia de las reglas macro fiscales con el resto de la normativa fiscal
La eficiencia de las reglas macro fiscales también depende de cuán consistentes sean con el resto
del m arco regulatorio fiscal y económico. En el caso de Venezuela, existen un conjunto de normas
a las que debe prestarse atención en la evaluación de la efectividad de las reglas macro-fiscales.
El tema del control del gasto es clave para el logro de los objetivos de disciplina fiscal. A
continuación se destacan los m ás relevantes:
Lo mismo pasa con la disposición relacionada con la liquidación del pre supuesto que establece
que los gastos causados y no pagados al 31 de diciembre de cada año se pagarán durante el año
siguiente con cargo a las disponibilidades en caja y banco existentes a la fecha señalada, al partir
del supuesto de que esos recursos han sido previamente recaudados, y que son suficientes para
cubrir esos pagos y no especificarse la form a en que se resolvería la situación de déficit en el
evento en que el monto de esas disponibilidades fuese menor que el monto adeudado. La norma
tampoco señala explícitamente que las disponibilidades en caja y banco existentes a la fecha seña
lada deberían, además, contemplar los recursos para financiar las letras del tesoro pendientes de
rescate.
El Art. 52 de la LO A F establece la norma que regirá para la modificación del monto total del
presupuesto de gastos de la República, facultad que es exclusivamente competencia de la
Asamblea Nacional. Aunque dicha norma incorpora la restricción de que las modificaciones no
deberían alterar la estructura del presupuesto en detrimento del gasto de capital y del servicio de
deuda pública, la cual no existe en la vieja normativa, se deja por fuera una práctica que es ya
tradicional en el proceso presupuestario del país, pero que es m uy nociva. Se trata de la
aprobación de gasto recurrente, generalmente corriente, con ingresos extraordinarios en un
determinado ejercicio fiscal, sin que se garantice en el futuro el incremento correspondiente del
ingreso ordinario que deberá financiar dicho gasto adicional. Debería establecerse una disposición
de que todo gasto recurrente adicional, no considerado en la ley del m arco plurianual del
presupuesto, sólo podrá ser aprobado cuando el Ejecutivo demuestre la existencia de los ingresos
ordinarios adicionales para su financiamiento.
Establecer que la obligación del suministro de la información de los riesgos fiscales provenientes
de las obligaciones contingentes del fisco, de los gastos tributarios y de las actividades cuasi
fiscales en el proyecto de ley de presupuesto anual no sería exigible cuando la m ism a no fuese
cuantificable, debilita la norma de manera inconveniente. Como excepción a la divulgación de esa
información la norma establece el caso de imposibilidad de cuantificación de la misma. Planteada
de esta forma tan genérica, se abre la compuerta para la omisión de información que es siempre
necesaria y conveniente a los fines de la de terminación del impacto de la gestión fiscal. Es el caso
del riesgo asociado a las estimaciones presupuestarias que dependen del cum plim iento de
determinados supuestos, a los pasivos contingentes y a gastos cuya estim ación envuelva algún
tipo de incertidumbre.
En Venezuela, el monto de los costos fiscales relacionados con estos procesos ha sido y sigue
siendo significativo. Ejemplo de ello lo tenemos en la gestión deficitaria del IVSS, el fracaso de los
subsidios a actividades productivas, las distorsiones que los gastos tributarios han causado en el
sistema impositivo, la acumulación de pasivos laborales y la desviación de las metas fiscales.
Para evitar el incumplimiento discrecional de dicha norma, sería conveniente dejar la provisión en
la ley para que se definiera en el reglamento de la ley los casos de imposibilidad de cuantificación
de los costos fiscales.
Los lapsos establecidos para las distintas etapas del proceso presupuestario (elaboración,
ejecución, liquidación y evaluación) no garantizan la cobertura institucional requerida para el logro
de un control efectivo sobre la restricción presupuestaria fiscal. Es muy corto el lapso de tiempo
que se da a la Oficina Nacional de Presupuesto (ONP) para incorporar y evaluar apropiadamente
los proyectos de presupuesto de las sociedades mercantiles del sector públicos, los cuales tienen
como fecha límite el 30 de septiembre del año anterior al de vigencia del presupuesto (Art. 66 de
la LOAF), mientras que la fecha de presentación del Proyecto de Ley de Presupuesto a la Asamblea
Nacional es el 15 de octubre.
La fecha límite para la entrega a la ONP de los proyectos de presupuesto de estados, distritos y
municipios, debería establecerse tanto en la LOAF como en las leyes presupuestarias de esas
instancias del poder públicos; y fijarse con suficiente anterioridad para dar tiempo a la ONP para
su debido procesamiento.
En general, con la LO AF se observa una intención de delimitar en forma más clara las
responsabilidades del Ejecutivo en las distintas áreas de la administración financiera del sector
público. Ello es particularmente cierto en el caso de las operaciones de crédito público, en el que,
com o se advirtió anteriormente, se eliminan algunos pasos de la vieja normativa en los que se
involucraba tanto al parlamento como al banco central.
Si bien la orientación de la nueva normativa fiscal hacia el logro de los objetivos de disciplina fiscal
y estabilidad económica es conveniente, el análisis de las implicaciones de la nueva normativa
muestra que la misma presenta un conjunto de inconsistencias y omisiones importantes que la
debilitan. De especial
importancia son el sesgo hacia la indisciplina fiscal que ocasiona la falta de rigurosidad en el
régimen de responsabilidad fiscal y en el proceso de endeudamiento. Se anticipa que de no ser
corregidas, esas inconsistencias harán de la LOAF, un documento legal sin importancia,
postergándose una vez más la oportunidad de que los principales problemas estructurales que
caracterizan a las finanzas públicas venezolanas puedan corregirse de manera permanente.