Untitled

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 75

J

-1-
J

-2-
{colección autores puntaltenses}
Punto Alto
poetas rosaleñas
antología

una pálida idea

editorial artesanal
Primera edición, 2020

Scarpaci, Pablo S. (comp.); García Peyrott, Abigail (ilustración); Acevedo, María del
Rosario; Acha, María Emma; Altamirano, Annie; Ardisone, Irina ; Arias, Leonor;
Ávalos, Luján; Barrionuevo, Carmen; Becker, Zulema; Blanco Rodríguez, Jose na;
Caldeney, Mara; Castro, Marta Victoria; Coldeira, María Rosa; Depetris, Melisa;
Díaz, Roxana E.; Di Paolo, Mirta Susana; Fernández, Camila del Milagro; Ferrer,
Beatriz; Ferreyra, Milagros; Figueroa, Melissa; Yésica Freespirit; García, Belén;
González, Ariana; González, Fabiana; Gorla, Graciela B.; Gorosito, Ivana; Grigera
Moreno, Ángela; Gutierrez Rubio, Adela; Horni, María Teresa; Lazarte, Floren-
cia; Marconetto, Analía V.; Marconi, Leticia; Mayer, María Luisa; Monje, Belén;
Montero, Marta; Mosqueira, Melanie Ailín; Navarro, Rocío; Navarro, Sol; Ojeda,
Martina; Orlandini, Claudia B.; Peters, Liliana; Rivera, Vio; Rodríguez, María José;
Rojo, Gloria; San Martín, Claudia; Suárez, Vanina; Tomassini, Eliana; Torres Bri-
zuela, Evelyn; Yampa, Yamila; Zurdo, Silvia B.
P A . Poetas rosaleñas. Antología — Punta Alta: Una pálida idea,
2020. 72 pp.; 14,8 x 21 cm.

Edición y corrección: Pablo S. Scarpaci


Diseño editorial: Manuel del Rosario
Ilustraciones: Abbei High Art

Libro electrónico de distribución gratuita

Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)

una pálida idea x editorial artesanal


Publicamos ideas
1123200204
@unapalidaidea
unapalidaidea
[email protected]
Índice de autoras

y
Annie Altamirano, 10 María L. Mayer, 41
María del R. Acevedo, 11 Luján Ávalos, 42
Yami Yampa, 12 Susana Di Paolo, 43
Eliana Tomassini, 13 Leonor Arias, 44
Betty Ferrer, 14 J. Blanco Rodríguez, 45
Melisa Depetris, 15 Ariana González, 46
Katuka, 16 Gloria Rojo, 48
María R. Coldeira, 18 María T. Horni, 49
Marta Montero, 20 Leticia Marconi, 50
Claudia Orlandini, 21 Roxana Díaz, 51
Silvia Zurdo, 22 Claudia San Martín, 52
Analía Marconetto, 23 Belén García, 53
Belén Monje, 24 Vio Rivera, 54
Ivana Gorosito, 25 Marta Castro, 55
Sol Navarro, 27 Graciela Gorla, 56
Carmen Barrionuevo, 29 Fabiana González, 57
Martina Ojeda, 31 Florencia Lazarte, 58
Milagros Ferreyra, 32 Melissa Figueroa, 59
María J. Rodríguez, 33 Mel Lies, 60
Mara Caldentey, 34 Ángela G. Moreno, 61
María E. Acha, 35 Liliana Peters, 62
Vanina Suárez, 36 Evelyn T. Brizuela, 63
Zulema Becquer, 38 Rocío Navarro, 65
Yésica Freespirit, 39 Irina Ardisone, 66
Adela Gutierrez Rubio, 40 Biografías, 68
Para Carina M.;
porque cada vez que atravieso el
parque, aquello que cantaba Billie
de «blood on the leaves and blood
at the root» se hace carne.
Tu cuadro no tiene senos de mujer
tiene tan solo manos
manos que señalan o que rechazan o que lastiman
también hay una mano que comprende
Elvira Amado
Punta Alta, 1922 - Buenos Aires, 2001
En mayo de 1961 se lanzaba el primer número de El esca-
rabajo de oro1; luego de Sur, tal vez sea la revista literaria más
reconocida del género. En la cuarta página aparece el poema
Abstracto, de Elvira Amado. Nacida y criada en Punta Alta, el
suceso casi no ha trascendido a nivel local. La mayoría recuer-
da a su hijo, el mundialmente reconocido coreógrafo Oscar
Araiz.
Cuando me preguntan el porqué de una antología de poe-
tas rosaleñas, pienso en ella y en algunas de las autoras más
jóvenes que han enviado sus escritos.
La cultura gestiona el pasado y sus logros sin perder de
vista la idea de que eso implica proyectar hacia dónde vamos.
Con este trabajo, espero abrir un sendero hacia un futuro que
contemple una integridad de voces, en colaboración, bajo for-
matos acordes con un nuevo paradigma, en épocas de tecno-
logías numéricas.
El libro digital nos brinda la posibilidad de difundir una
obra de manera gratuita, y en su diseño podemos incluir pro-
ducciones de todos los talleres y talleristas, a escritoras de en-
tre 9 y 92 años, y tanto a autoras con varios libros publicados
como a otras que lo hacen por primera vez, en un orden alea-
torio —y no alfabético— que me parece de lo más ecuánime.
Espero que esta publicación obtenga la repercusión que
merece. Porque cuando las poetas agradecen a la editorial el
haberlas convocado, les contestamos que, en realidad, el méri-
to es suyo por haber enviado sus producciones. Está cumplido
el objetivo de listar un corpus de escritoras locales, para que
no se nos pase de largo otra Elvira Amado.
P S. S

1
https://www.ahira.com.ar/wp-content/uploads/2018/07/escarabajo01.pdf
|Annie Altamirano|

A veces escribo como si trazase un boceto.


Remedios Varo

Envuelta en la penumbra, 
devana el frágil hilo de los sueños. 
La sombra de la pesadilla y los despojos
uye 
desde el túnel 
donde la eternidad toma un nombre. 
Recala
su álgebra inútil
que se hunde  en el silencio
sin encontrar el rastro
fugitivo de quien fuera. 

J
El vuelo sosegado de la brisa
no concede tregua
a los instantes que recuerda, 
a los nombres que la rondan 
desprovistos de materia. 
Lo que amó es cosa del pasado, 
vigilia o sueño
o memoria en ruinas,
ausencia viscosa
que busca un consuelo extraño
mas allá 
de la puerta de Tannhaüser. 

(Inspirado en Feuilles mortes, de Remedios Varo)

-10-
|María del Rosario Acevedo|

Reflejo

El canto al otro lado del espejo


predice con dulzura lo que jamás seremos.
Es ingenua la voluntad que lucha
por taparse los oídos;
después de todo, este espectral sonido
muta y se vuelve frágil y loso
como el cristal que separa
la inocencia de la gracia.

-11-
|Yamila Yampa|

Renací

río colorado estaría orgulloso de mí, si pudiera estarlo.


Lo conocí en verano, cuando me rompieron el corazón.
Soy una drama queen, así que creí que no iba a amar a
nadie más.
Que no iba a poder olvidar.
Que nada me iba a doler más que eso.
Y me consoló, con sus calles chiquitas y sus almacenes
de barrio.
Pero, aun así, quise morirme y me lastimé.
Porque a veces parece que solo servía para eso.
Para decirme lo gorda que estaba.
O lo fea que era.

J
O lo olvidable que me encontraba.
Servía para poner una bomba de tiempo en mi pecho.
tictactictactictac
Hasta que en julio pasó lo que tenía que pasar. Ya saben.
Eso. Lo que a la gente le incómoda decir o pensar.
En julio me violaron.
Y ahí entendí que sí iba a sufrir más.
Que sí iba a querer morirme de verdad.
Que ahí sí que no iba a olvidar. 
Su peso oscuro y su aroma a tabaco. Sus palabras y sus
anteojos. Su blablabla sobre el feminismo.
Esta vez no estaba el río ancho ni los árboles atrapados
por la corriente para consolarme.
Pero de alguna manera acomode mi útero de vuelta,
lo mimé, lo acobijé, le dije cosas lindas y las terminé
creyendo.
Esta vez me miraba al espejo y me veía bonita.
Así que acá estoy. No me lastimé. Me reconstruí, me
armé de vuelta y me encontré.

Así que en julio me violaron. Pero en noviembre renací.

-12-
|Eliana Tomassini|

Telarañas

Se peina
con el cepillo de trazo grueso.
Entre los dientes nota
líneas de pelo
con nudos
sin desenredar.

No le importa.

Hace rato sabe,


lo inconcluso
solo es

J
otra forma.

-13-
|Betty Ferrer|

Cobardía

Sacarme el corazón
tirárselo a los perros
hacerme un tajo en el pecho
 y sacármelo
chorreante, latiente,
hirviendo, pegajoso.
Sacarme los ojos
enterrarlos en el barro
clavar mis uñas en las cuencas
y sacármelos
asombrados, llorosos,
temblando, ciegos.

J
Sacarme la lengua
arrancarla de cuajo
arrojarla al fuego
tierna, jugosa,
pecadora, muda.
¿Y qué hacer con mis manos
izquierdas, las dos?
¿Con qué tapar mis pechos
avergonzados?
Mi reloj adelanta medio siglo
y late más que mi corazón.
Mis ojos saben
Lo que mi lengua calla
Y mis izquierdas manos
siguen cobardes.

-14-
|Melisa Depetris|

¿cuánto tiempo más vas a detenerte


en ese mismo punto infinito
que te refleja
marchito el corazón
en la oscuridad?

El lenguaje me rebalsa me excede me ablanda 


el lenguaje me supura me enciende me abraza
sigo una corriente: pasa el amor
somos la fuente
fondo y super cie 
se pierde el nombre 
somos unamismacosa
abierto el pecho con las uñas siente el viento 

J
lleva a otrx en el cuerpo 
la boca llena de
los gritos de la música 
en el suelo tus pasos
lejos de mis versos lejos de mí
solx nadie en el mundo hay: 
el amor todo lo llena está
entre los yuyos
vuelve en la noche 
desciende de los hombros
aceptá la luz: aceptá cómo esa luz  / 
pasa el canal / trasluce desde el cuerpo
entre ores azules 
un pájaro 
entre nubes 
ramas sobre los ojos
las noches te rodean y giran
el n del mundo las manos sostenidas:
el movimiento de
unamontaña 
adentro.

-15-
|Katuka|

Disolverse

Cuando se me explota
el alma por dentro
Cuando el último trago de birra
no es el ultimo
Cuando cargo la panza
de pensamientos
Me hincha pensar
lo que soy desde afuera,
desde la mirada de un ojo externo
que me quiere patear la cabeza

J
[Algo tenso se cae]

Revuelvo piedritas, agarro algunas


Y las vuelvo a soltar
Todo a mi alrededor grita:
¡Qué me importa
tener que complacerte!

Mi propósito de estar acá,


hoy, a las 8.55 de la mañana
contemplando un mándala
de montañas y agua clara

[Lo caído se disuelve]

El aire viaja profundo,


lleno de ancestros olvidados
El agua re eja una verdad,
me muestra la otra cara
Con dinero han tapado lo sagrado
Han envenenado sus mentes,
pero aún se creen fuertes

-16-
Inquietante
re ejo
sobre
el que
danzan
los patos
De a cuatro forman
una geometría especial
Cada pato es la esquina
de un rombo invisible
pero real

[Lo disuelto se hace viento]

Mi propósito de estar acá


es más inmenso de lo que
hasta ahora hice consciente

J
Es más hermoso que mirar
solamente con las pupilas
de mis ojos

Son los colores penetrando


en las pupilas de la piel
Son los sonidos cargados de vida
y movimiento
Son los aromas del tiempo
in nito
Es el sol haciendo brillar
las aguas de mi mente
Es el fuego quemando
la leña de mis sombras
Es la tierra jugando
en la planta de mis pies.

-17-
|María Rosa Coldeira|

La noticia dice 
que 
en la Argentina 
hubo 32 femicidios
en cuarentena 
El covid-19 no las mató
¿Quién cuida de nosotras en casa?

¿Las asesinó el patriarcado?


¿El mal amor?
¿El odio?
¿La sociedad indiferente?

J
32 femicidios en cuarentena obligatoria
32 entre marzo y abril
32 sin salir a la calle
No las mató el covid-19
¿Quién cuida de nosotras en casa?

32 en este otoño
Ya no hay abrigo
Afuera hace dos días que llueve
Quedate en casa
En la calle el miedo al contagio 
el barbijo
el distanciamiento
el portador asintomático puede ser cualquiera
el rechazo social al que sale
El cemento huele a sangre seca
Adentro 
las gotas se deslizan por el vidrio de la ventana
el peligro  no es el covid-19
¿Quién cuida de nosotras en casa?

-18-
Quedate en casa
escucho en la tv
en la radio
una voz en un parlante aconseja
Evitá el contagio
Lavandina
alcohol al 70 por ciento
Lavate las manos
No salgas
cociná
leé
aprendé cosas nuevas
jugá con tus hijos
Seamos solidarios
cuidate
cuidanos
Ellas obedecieron

J
No las mató el Covid-19
¿Quién cuida  de nosotras en casa?

Quedate en casa 
Afuera sigue lloviendo
Adentro sigue el espanto

-19-
|Marta Montero|

La poesía
de estos tiempos
consiste en volver a mirar

en quedarme quieta
mientras el aire

llena y vacía
los lugares de siempre

y advierto lo nueva
que puedo ser

J
para mí

Ahora
sonrío y me levanto con amor
de las vueltas de mi mente
suelto las huellas y las fechas
bailo en el viento - sigo - me deshago

Soy este punto movedizo del todo


que desea habitar y amar en

la posible poesía de estos tiempos

que consiste en volver a mirar.

-20-
|Claudia Bernabella Orlandini|

Lucía

vuela esta canción


para la niña que dibujaba monigotes en mi espalda
y también 
para la muchacha que un día decidió
que la libertad
era llevar el pelo hasta las orejas

—te odio—
dispara en tiempos 
de abstinencia de pantallas
y sin embargo 
soy como el agua

J
que muere 
                   paciente
                                   en la espera

contra todo pronóstico


sus manos me llevan en las líneas
                                                de su memoria
cruzamos las escarchadas galerías
con las narices rojas 
y las risas envueltas en aire blanco
aterrizamos en la cocina
con una melodía en la garganta
que trae de vuelta a Elvis

mientras el mate
           mientras la tarde 
                      mientras la vida

-21-
|Silvia B. Zurdo|

Tankas espontáneos

Tan paradójicos
pensamientos alados
me han enjaulado
entre dos horizontes
perfumados de azahar.

La palidez
del silencio otoñal
es sólo gris
cuando la soledad
imagina veranos.

Nubes livianas
insisten en poblar
mi pensamiento
J
con cientos de palabras
capaces de volar.

La sombra fresca
perfumada de frutos
es todo el aire
necesario para mí
en una tarde de sol.

-22-
|Analía Marconetto|

Cuando seamos otros

Cuando, en el ocaso
de las tempestades,
la mirada se pierda
entre la gente
sea, casi seguro, la hora
de entregarnos a los ruegos
para poder seguir viviendo.
Al encuentro tardío,
a los soñados abrazos,
cuando la peste quiera arrasar
con la vida
y sea tiempo de recuperar

J
alguna esperanza
o el peor lamento sea
no vernos a los ojos,
ni poder, como hermanos, sentir
desde el deseoso abrazo  o 
el pensamiento cruzado.

cuando en el ocaso 
de las tempestades,
la mirada se encuentre
y seamos otros.

-23-
|Belén Monje|

Identidad
¡Qué difícil explicar qué o quiénes somos!
No somos números,
ni estadísticas.
Somos lejanos y extraños.
No elegimos este camino,
pero lo transitamos.
¡Qué difícil explicar qué o quiénes somos!
No somos amenaza,
ni sinónimo de desgracia.
Somos olvidados e ignorados.
No nos gusta la guerra,
pero la experimentamos.

¡Qué difícil explicar qué o quiénes somos!


No somos cosas,
ni abstractos.
Somos historias y verdades.
J
No promovemos el odio.
Pero lo cargamos.

¡Qué difícil explicar qué o quiénes somos!


No somos anónimos,
ni irreales.
Somos hijos y padres.
No queremos escapar,
pero nos ahuyentamos.

¡Qué difícil explicar qué o quiénes somos!


No somos novedad,
ni exclusividad europea.
Somos copia en muchos lados.
No nos gusta este nombre,
pero dejamos que se diga:
 .

-24-
|Ivana Gorosito|

Ella y el espejo

Pasaba frente a él y solo se atrevía a mirarlo de reojo; 


ya no era la misma, no se reconocía; quería buscarse en
el frío re ejo pero el miedo era más fuerte, más grande,
profundo
insondable.

Lo había intentado un par de veces y siempre el mismo


resultado; huía presurosa 
hacia el otro lado.

Quería ver su cuerpo mutilado


pero con otros ojos.

J
Unos que la encontraran a ella,
a quien fue en el pasado.

Mas allá de las cicatrices


mas allá de lo que advertía en 
su cuerpo incompleto.

Necesitaba ser ella frente al espejo


y al mundo; necesitaba ser ella frente
al espejo y al amante.

Necesitaba ser ella frente al espejo,


tapada hasta el cuello
o vestida de encaje.

Necesitaba ser ella frente al espejo


cubierta solo de gotas de agua
y aroma de azahares.

Necesitaba ser ella, sin vanidades; 


se había perdido hace tiempo
y no lograba encontrarse.

-25-
Necesitaba ser ella
y el espejo no estaba dispuesto a ceder.
Una pulseada sin n 
cada mañana

Ella no aceptaba
él no mentía

-26-
|Sol Navarro|

Nominal

Solo existe de nombre


no es lo que designa
a rman los manuales
señalan, cual consigna.
Nominal es concepto,
realidades construye
de acuerdo a cómo miren,
valor se le atribuye.
Puta, desaparecida,
idiota, golpeada,
hablan de miserias,
violencia autorizada.

J
Costumbres y cultura
normalizan basura
que a cientos de mujeres
llevan a sepultura.
Víctima, callada,
sometimiento muestran
esclavitud del habla
que en la acción penetran.
Ningún término enunciado
inocente es
todos van delatando
el mundo del revés.
Detrás de las sentencias
se esconde la injusticia,
decir «buena conducta»
es actuar con malicia.
Con el tiempo las causas
forman un libro errante
que une a olvidadas
en espacios vacantes.

-27-
Todas dejaron huella
de un pasado oscuro
que entre propias mujeres
han levantado muros.
El patriarcado, cruel,
de hombre se fabrica;
pero muchas mujeres,
en hábitos, practican.
Por eso la palabra,
la nómina, el concepto,
más que una abstracción,
es sentir, es precepto.
Tiempo de romper
las cadenas del yugo,
criar a nuestras hijas
sin miedo a los verdugos.
Decir es importante,
callar nunca es la opción,

J
del sustantivo al verbo,
ponernos en acción.

-28-
|María del Carmen Barrionuevo|

Semillas y pasiones

Esta ciudad
de corazones divididos,
de escondido mar
y esposados barcos.

Me acuna desde el origen,


me abraza en la mañana
con la calidez del sol;
en las tardes me dispersa,
cuando el viento crepuscular
compite
con el bullicio de los loros.

Esta ciudad
cobijó a mi abuelo siciliano,
a mi madre —siempreviva
en la memoria de sus afectos—,
J
a mi padre,
que vino por siemprejamás
desde su barranco cordobés.

Esta ciudad
de sentimientos desarraigados,
en la diversidad
de sus hijos adoptivos
y en el interrogante
de sus propios hijos.   

Esta ciudad
con el alma de este lado,
mirándose en el espejo
del otro lado del muro.

-29-
Esta ciudad…
esta ciudad…
¡es la mía!
Me di cuenta
en el momento de la partida.
Por eso una y otra vez
vuelvo
vuelvo
para quedarme inmersa
en las contradicciones
del amorodio que genera.
Porque es mi lugar
—mi pequeño mundo—
que me alienta
a volar en libertad 

J
cuando me siento as xiada.
Cuando regreso
y desciendo lentamente,
veo su sonrisa   
de madretierra nostalgiosa,
que a veces sepulta
a sus hijos en el mar
y esparce ores
en la playa de los mates
y de las letanías.
Esta ciudad
—principio y n de mi sendero—
insiste en orecer en la oscuridad;
ella,
que siempre
recibió semillas 
y despidió pasiones.
Esta ciudad…
esta ciudad…
¡es la mía!

-30-
|Martina Ojeda|

Tus ojos

Tus ojos me dicen que


aprendiste a callar.
Chica lista,
porque has aprendido
con los años
que duelen más
las respuestas
que algunas preguntas.

-31-
|Milagros Ferreyra|

Libertad en cuarentena

Acurrucada en mi almohada
abro los ojos suavemente.
Me asomo a la ventana;
el sol está brillando,
ilumina toda la ciudad
y los pájaros cantan a su alrededor.

Me levanto con mucha energía,


me siento en la mesa,
unto el pan y le quito la cáscara a mi banana.
Me levanto despacito,
me coloco el barbijo,

J
abro la puerta
y soy libre.

-32-
|María José Rodríguez|

Cegueras

En aquella otra vida yo andaba leyendo.


Eran unos viajes privilegiados y, por lo tanto, carísimos.
Vagaba en las galerías in nitas del signo.
No abracé a los que amaba.
No encontré la salida.
Y a mis ojos los guardé para siempre
como a esas cosas que todos guardamos
para una ocasión especial.

-33-
|Mara Caldentey|

Cristales

Una ventana, entre miles que se abren. Entre bisagras de


aceite gastado. Entre celosías curiosas de amantes furti-
vos. Entre el voile del perfume enmascarado. Una ven-
tana. Sombras. Y aquel tango lejano, que abre todas sus
ventanas con el recuerdo del  mayor. Que pende de
su dedo menique. De su labio mordido. De su garganta
agónica, afónica, quebrada. Y el ladrido de un perro fa-
mélico en el umbral. Y el sol. Y la or que, cual pelvis,
se abre a la espera del líquido que la reviva. Y de nue-
vo la luna. Y ellos. Y las sábanas impregnadas del olor
después de la batalla. Y él, desertor predecible. Y ella,
resurgiendo de entre esquirlas de amores impuros. De

J
cadáveres ganados. 

-34-
|María Emma Acha|

Arenas Movedizas
para Andrea Esnaola

El mundo está poblado 


de arenas movedizas
que tragan mujeres.
Arenas por las que los hombres
caminan sin problemas.
Malditas arenas aliadas
del patriarcado.
¿Dónde están
ellas, aquellas, las otras, todas?
Deambulamos tomadas 
de las manos, buscándolas.

J
Las arenas cobardes no atacan
cuando reina la sororidad 
y estamos unidas. 
Ellas…
¿dónde están los encargados de buscarlas?
¿dónde están los encargados de encontrarlas?
¿dónde están los que debieran protegerlas?
¿dónde están los que deberían impartir justicia?
¿dónde están los responsables?
El mundo gira sobre su eje y
luego gira alrededor del sol.
Todo gira en torno a ellas.
Tanto gira que marea los sentidos,
muchos pierden el objetivo y
se vuelven desidia…
continúan con sus vidas
mientras las impunes arenas movedizas
nos siguen devorando.
Ellas, nosotras, todas…

-35-
|Vanina Suárez|

Yo tengo hijos que despeinan


el plan de cualquier tarde
            y me traen insomnios
            para atardecer las lagañas.
Tengo hijos que de vez en cuando,
            me arrancan a jirones la tristeza
            para sembrarme a jirones la esperanza.
Se funden en mi abuela
          cuando me abrazan a la siesta
          como si fuese la última tarde.

J
Y me frenan en el abismo,
me llevan a dar vueltas por la plaza,
me anidan en la infancia
para no regresarme
          a la lluvia de este cuerpoalma.
Tengo hijos
que en el mientras tanto del mate cocido
          (y la torta de las cinco de la tarde)
preguntan por el pez que vuela
          o el pájaro que nada.
Y entre que mis palabras acampan
ellos se sublevan (para volar hacia otras almohadas).
Tengo hijos de pieles erosionadas
que no miran para otro lado
        cuando la injusticia gana las calles,
se visten de superhéroes
        y salen a cazar al villano.

-36-
Yo tengo hijos
furiaandante de esta madre,
y son ellos lo que me enseñan
el por qué
quiero
levantarme
mañana.

-37-
|Zulema Becker|

Déjame soñar

Déjame elevarme en mi nube rosa


hacia mi inviolable país siempre azul
poblado de ensueños, de dulces quimeras,
de ilusión y versos bordados en tul.
Déjame así, libre,
si los bellos días de la primavera
reclaman tu luz.
Si libando el néctar de todas las ores,
si cubren de estrellas el negro capuz.
Déjame creerme de alguna novela
gentil heroína, torturado ser…
De mí no te burles si estoy convencida

J
que yo he reencarnado a Margot Gauthier.
Si a veces me encierro en hondo mutismo
y sola en penumbras me ves meditar,
no te extrañes mucho, de recuerdos vivos
y al pasado, a veces, quiero retornar…

-38-
|Yésica Freespirit|

Big Bang

Te conozco la respiración inquieta y la mirada


translúcida encendida, que contempla mi sombra
superponiéndose a la tuya.
Cuando recorro los pasillos de tu cuerpo me vuelvo un
poco más presente, hasta llegar a este estado cúlmine don-
de nos sacamos los egos por una milésima de segundo.
Nos fundimos con el todo, desaparece la barrera de la
piel y esta jaula corpórea. El universo que hay en nosotros
vibra con nuestra transpiración.
Nos derretimos con el calor de las estrellas que nos co-
nocen antes de nacer. Somos el fuego de ese Big Bang ex-
plotando antes de que todo existiera, concentrado en un

J
punto de placer extremo.
Nuestras heridas, al juntarse, forman constelaciones.
Vivimos muchas vidas, morimos muchas veces en esas
cuatro paredes.
Reencarnamos en este presente y en estas sábanas de
seda, nos abrazamos a este ahora que es lo único que te-
nemos y nos llena los ojos.

Partimos de a ratos hacia otros horizontes que poco tie-


nen que ver con el tiempo lineal, sino más bien con espi-
rales que nos empujan hacia el centro.
Los cuerpos son jaulas para el alma pero son el vehícu-
lo para que podamos experimentar la magia de nuestra
energía creativa.

-39-
|Adela Gutierrez Rubio|

Vuelo

Me gustan los aviones cuando llegan


y las caras buscando otras caras.
Ver maletas repletas de secretos,
los cafés enfriándose entre charlas.
 
Me atrapa el aeropuerto y su locura,
los besos, los abrazos, las miradas.
La pizarra cambiando los carteles
si el vuelo que esperamos se atrasa.
 
Imagino historias de viajeros
trasnochados al llegar de madrugada,

J
cuando oyen que el vuelo ya ha partido
llevando en su vientre a sus amadas.
 
Y, a la noche, todo queda muy callado.
Las luces se atenúan  y descansan.
Hay silencio y tal vez, en los hangares,
roncan aviones que saldrán mañana.

-40-
|María Luisa Mayer|

Jilgueros

Y cayó para renacer;


para reinventarse,
para ya no ceder.
Cayó para ascender.

Y calló para divertirse,


no para conceder;
para burlar al destino.
Calló para engañar a quienes la controlan.

Y rió para perdonar;


para amigarse consigo misma,

J
para hermanarse con su historia.
Río para bendecir su futuro.

Y lloró para curar;


como las lágrimas del ave fénix,
para recuperar fuerzas.
Lloró para poder volar.

Y cantó para aprender a levantarse;


Para no atragantarse con lo que callaba,
para entender su llanto.
Cantó para abrir sus alas.

-41-
|Luján Ávalos|

Mi mano, mis dedos, se acercan a la super cie etérea de


tu piel.
Es miel, es arena blanca, es espuma de mar, es tibieza
y me fundo en ella.
En ella, soy.
En ella, puedo ser.

El tiempo se detiene, ¿o se acelera?  Y no anhelo más


que ese instante,
ese ín mo y secreto espacio, imperceptible, en que dos
dejan de ser 
porque en él somos

J
porque en él podemos ser.

-42-
|Susana Di Paolo|

Plegarias

Aún siento en mi espalda


la brisa de tus manos
hecha alas
y en el silencio inmortal
donde faltan las palabras
resuena en un silbo
tu voz acompasada.
En el delirio de las noches
mis ansias
se vuelven plegarias.

-43-
|Leonor Arias|

Noche
Fría, helada, oscura.
Solo las estrellas
con su parpadeo
dan cuenta de que existe.

No hay nadie en las calles.


Los pájaros duermen
y toda la gente
metida en sus casas
a puertas cerradas.

Mientras, la helada
que cae

J
formando la escarcha
lo devora todo.

Los cables, los techos


y, mientras se escurre
por las canaletas, 
llega a la vereda
y arregla con vidrio
la baldosa hueca.

-44-
|Jose na Blanco Rodríguez|

Desolación

La plaza vacía,
sin trinos, sin colores.
Árboles despojados,
¡soledad!
El huracán arrasó la ciudad.
La garganta de la tierra
ávida, famélica se alimentó.
Las almas no lloran, no aman.
Son brisas energéticas que
se encuentran.
Huele la sangre derramada.
Ciega de vida.

J
Todo es sombrío, negruzco,
sin esperanza.

-45-
|Ariana González|

No hay tiempo

Las horas vuelan como el viento;


no las puedo alcanzar, se van perdiendo.
Aunque corra, desaparecen entre los dedos
como arena. Siento que mi tiempo se va diluyendo.

No puedo retener los fugaces minutos,


hacen que me maree con el péndulo.
Solo consigo que se agoten los esfuerzos
y no me concentro en hacer algo fructífero.

Los segundos pasan en este tempo;


no hay manera ni formas de detenerlo.

J
Solo uyo con él sin arrepentirme por ello,
porque he sabido aprovecharlo al máximo.

Otra vez veo el amanecer en un parpadeo,


un ciclo que gira sin poder capturarlo.
lo demás que he conseguido ya no es necesario;
solo quiero llevarme los tesoros que me he ganado.

Solo me falta vivir un poco más de tiempo.


Cada campanada es sentirme hundida en una noche oscura
que me desvela para no quedarme dormida. Vivo con insomnio:
la alarma me alerta que el plazo se va acabando.

Por eso no esperes a quedarte sin tiempo,


a sufrir por no poder congelar tu línea de estación,
por no poder revertir el pasado sin solución
ni el futuro, como si tuviéramos el control.

Aunque el tiempo solo exista en este plano,


está pasando ante nuestros ojos y no lo apreciamos.
Del presente es de quien en verdad debemos preocuparnos,
y de encontrar en la vida el paraíso que merezcamos.

-46-
Por eso, no hay tiempo.
No depende de nosotros lograr extenderlo;
por eso, que no nos falten los días para cumplir los sueños
ni para dejar huellas de cada uno de los pasos,
derrochando ocasiones al preocuparnos por despropósitos.

No hay tiempo.
Ya no nos espera más este reloj,
aunque sintamos que una temporada nos faltó,
y quisiéramos hacer más por este mundo.
No esperemos a que la hora vaya llegando
y solo nos resten los últimos segundos.

No hay tiempo.
No esperemos hasta el nal del trecho
para preguntarnos que hemos hecho,
si hemos disfrutado con intensidad cada minuto,

J
si hemos descubierto cuál fue nuestra misión,
y si de nuestra existencia encontramos la razón.

Ya no hay tiempo.
Por eso, vivamos cada segundo como si fuera el último.
Valoremos a cada ser que pasó por nuestro camino
como una oportunidad que no tendrá repetición.
Para que luego no tengamos que lamentarnos
ni decirnos que nos quedamos cortos con el tiempo.

-47-
|Gloria Rojo|

Mamá, ¿por qué llorás?


Andá a jugar, pequeña.

Mamá, ¡no quiero verte así!


Andá a jugar, pequeña,
son cosas de adultos.

Mamá, no estés triste.


Andá a jugar, mi cielo,
ya va a pasar.

Mamá, ¡vamos a pasear!

J
Yo te maquillo para que
no se vean las marcas.

Mamá, cuando yo
sea grande, ¿también
tendré esos golpes?

Mamá…
¿Por qué llorás?

-48-
|María Teresa Horni|

Por los buenos amigos

Transitando la vida, corazón redimido,


liberada mi alma de mil sueños cticios,
quiero darte las gracias; tú que marchas conmigo.
 
Atesora mi mente, impalpables, furtivos,
esos buenos momentos que no saben de olvidos,
que me traen la nostalgia de pasajes ya idos.
 
¡Cuán veloz que se avanza y se apura el camino!
¡Qué intrincada madeja la que teje el destino,
Lleno va de utopías su fugaz recorrido!
 

J
En la hoguera del tiempo, cual madero encendido,
brilla ardiente la imagen de los buenos amigos
y me digo, anhelante; ¡la amistad no es olvido! 

¡Que aunque el tiempo sea cruel y avasalle sentidos!


¡Que aunque todo lo anule con desprecio el maligno!
Él jamás logrará destruir a un amigo.

Hoy rehaciendo la senda de los años vividos,


yo te invito, Señor, a que brindes conmigo
por la dicha y la paz, por los sueños cumplidos,
pero en modo especial; ¡por los buenos amigos!

-49-
|Leticia Marconi|

Retorno a mí

Esta ruta pasible de in nitudes...


¿va o viene?
¿Hacia dónde? 
¿Desde qué lugar?
El camino zigzaguea melancólico 
entre líneas blancas y amarillas.
Ríe.
Llora.
Calla.
Devuelve paisajes
que transforman el cielo en memoria 
y el campo en recuerdos.

J
De a ratos 
la nostalgia (pasajera eterna con atajos propios) 
rueda en espejismos charqueados
y me dejo uir en su enigma
pincelado de rocío… a veces.
Entonces
allí 
donde las paralelas fagocitan soles,
donde el per l mutable de la tierra
recorta el horizonte
y lo empuja más, 
                    y más…
                                    ¡y más!
intento reencontrarme con mi yo
a solas 
antes de sucumbir a mi noche.

-50-
|Roxana Díaz|

A mi abuelo
Mi abuelo que me llama con su voz calma,
que me hace tocar el techo cuando tan solo me levanta 
es mi mejor compañero cuando entramos  a la cancha;
es de esos que te alientan, poniéndole toda la garra.

Cuando estoy con él, el tiempo no pasa


si mirás sus ojos podés ver hasta su alma.
Tiene muchas arrugas que dibujan un mapa
de historias nobles y grandes batallas.

Sus manos amarillas y resecas por el tabaco


son el pañuelo que secan mis mejillas si estoy llorando.
No conoce de facebook ni de coreanos,

J
él solo sabe tararear algún viejo tango.

En su bicicleta recorremos las calles del barrio


esquivando charcos, balanceándonos de lado a lado,
con las piernas abiertas evitando los rayos
de la cleta con porta equipaje color gris oxidado.

En los bolsillos siempre algo va ocultando,


¿tal vez una golosina para este niño mimado?
Que se detenga el tiempo, quiero seguir jugando
a encontrar la moneda en tu puño cerrado.

-51-
|Claudia San Martín|

Abuelo

Dieciocho años revoltosos;


escasos para irse,
muchos para quedarse.
La decisión repentina,
dejar su Italia.
¡Y la aventura!
Su madre y dos corazones
que brincan en un solo pecho;
como siempre,
como nunca.
En el vapor que los  precede,
los amigos.

J
Los detectives de precipicios.
Los que corren con alas y con el viento.
Los de la primera mujer.
¡Y de pronto la mar!
La mar inmensa.
Los chicos que corren con alas no llegan.
La ilusión trunca.
Dolor, alegría, expectativa, desazón.
El llanto con oxímoron.
El Princesa Mafalda zozobró.
Los dieciocho años son pocos,
ya no son revoltosos.
                                 Maduraron.

-52-
|Belén García|

Abuelo veterano 

Abuelo querido, abuelo añorado 


qué joven eras cuando fuiste reclutado 
entre balas y fotos 
nuestra bandera has plantado. 
Abuelo querido, abuelo añorado 
junto a todos tus hermanos 
de frente has luchado. 
Cuando las balas picaban fuerte 
y la vida se te iba de las manos 
eras presa del temor como gorrión enjaulado;
pero la valentía tocó tu corazón 
y un gran guerrero te volvió. 

J
Abuelo querido, abuelo añorado 
audaz joven de ojos aniñados
que a su tierra recuperada ha fotogra ado:
hoy quiero decirte gracias, abuelo veterano. 

-53-
|Vio Rivera|

De condición, humilde

Bajo la tarde de soles vacilantes


que se disuelve en cerrazones grises
y desde aquel ideal espacio de la infancia
me llega el áspero grito
del salitroso yuyal bajo mis pasos;
y siento aquel olor acre en el clima
del horno de ladrillos ardientes
como un fuego piadoso
abrazando los sueños de la noche.

¿En qué obstinación del aire


se contienen esos días humildes que están siempre regresando?

J
Vuelven
a reconciliarse con aquel simple acto
de llevar un cesto circular,
juntador de huevos y originales amaneceres,
y con el amasijo del oloroso afrechillo
que dejaba caer
como algo milagroso para las aves de corral..

Vuelven
como alas de pájaro que me ungen
y con campanadas silenciosas me recuerdan
mi condición.

-54-
|Marta Victoria Castro|

Pasos

Vagando, en la tarde
caldeada de abril.
Bajar sin prisa,
la loma empinada,
mirar a lo lejos
el horizonte irregular
de montes y cerros,
re ejos de luz
en el inmenso páramo.
Sonreír, al pasar
a la gente común
que mira extrañada

J
pensando…
¿Quién eres?
¿Adónde vas?
Seguir sin apuro,
contando los pasos que van
mientras se escapa
de los labios
un tarareo ocasional.

-55-
|Graciela Beatriz Gorla|

A mi mar

Horizonte manso de agua bañado,


dorado intenso bronceado de sol,
vuelvo a tu arena que entierra mis piernas
dejando la huella que otro destruirá.

El vuelo imponente de una gaviota


recorre tu mapa rociado de sal.
Huelo el aroma, ese tuyo y mío,
tiemblo y sonrío porque sé que estás.

Y si un día dejara de verte


la tristeza hiriente me vendrá a buscar;

J
sos la lejanía que recibe siempre
mis ansias frecuentes de probar tu mar.

-56-
|Fabiana González|

Vivir la noche

Noche para dormir, dice la abuela a sus nietos.


Noche para bailar, y la adolescente escucha música en su
cama.
Noche colmada de estrellas y ese amor que asoma.
Noche larga de sombras, lágrimas y temor.
Noche durmiendo en casa, serenidad en el alma.
Noche estudiando esa materia difícil.
Noche creando artesanías nuevas.
Noche en la ventana, mirando las luces de la avenida.
Noche tranquila, esperando un nuevo sol.
Noche leyendo, viviendo otras vidas.
Noche de proyectos, dando forma a los anhelos.

J
Noche, esta de gala, música, gente.
Noche de guardia, cuidando a los más débiles.
Noche en la ruta, acortando distancias.
Noche en vela, charla con vino y amigos.
Noche de sueños, despierto.
Noche de sueños, dormido.
Nochebuena, noche de paz, noche de amor, de descanso,
de sueños, de sombras, de proyectos, de esta, de crea-
ción, de lectura, de alegría, de trabajo, de reunión…
¡Noche! ¡Cuánta vida hay en tus horas!

-57-
|Florencia Lazarte|

Soledad
El mundo está parado pero mi mente no, al igual que
mis sentimientos que siguen uyendo pero...
todo se cruza.
Mi soledad y mis pensamientos, 
que a veces no se llevan tan bien y me terminan hundien-
do las más miserable de las tristezas o en una felicidad
vacía. 
Tal vez sea el encierro, este aislamiento que me aleja de
las cosas que necesito y deseo,
que abre una brecha entre el rechazo y la soledad, por-
que rechazó lo que sucede para aplacar a la misma pero
no es su ciente.
Ya creo que nada es su ciente.

J
Tal vez hay algo malo en mí que no encaja dentro de los
paradigmas actuales; pero al carajo, no voy a gastar un
segundo más en querer buscarle un sentido a mi existen-
cia y a mi soledad. 
Tal vez sea hora de abrazarla,
saber que jamás me va a soltar y tendremos que convivir,
juntas, en este envase.
Hasta el n de los tiempos.

-58-
|Melissa Figueroa|

Pedacito de cielo

Hoy ya no estás en cuerpo, solo en alma


Tu alma habita en mi hogar
en mi cuerpo y en mi soledad.

Como sombra me seguís


Yendo y viniendo, sin parar.
A donde vaya sé que también estás.
No necesito a nadie,
solo vos me haces brillar.

Sos mi pedacito de cielo y siempre lo serás.


Pase lo que pase, acá estarás;

J
en mi cuerpo y en mi alma no morirás.

No morirás, jamás.

-59-
|Mel Lies|

Son tus ojos


Son tus ojos.
Me iluminan,
tienen brillo propio
y a los míos dan vida.

Son tus ojos


estrellas titilantes,
¿acaso ves el universo
en tu mirada brillante?

Son tus ojos


las puertas a tu alma;
una imagen invisible 

J
que me llena de calma.

¡El cielo está llorando! 


Sus lamentos como eléctricos rayos
asustan relinchantes caballos
y dejan sus ojos goteando.

Relámpagos y truenos,
¡luces que al cielo dan vida!
Como puedo ver en tus ojos
cada halo que brilla.

Diferentes colores irreales


atraviesan cualquier máscara 
para exponer tu personalidad.

¿Es que acaso no lo ves?


¿Es lo que ocultas con agresividad?
Tu mirada acompaña tu sonrisa
y ahora mostrás toda tu verdad.

-60-
|Ángela Grigera Moreno|

Sin brújula ni sextante

Tus velas se hinchan tras los vientos


que soplan de mis labios entre besos,
la aurora de mi cuerpo es el puerto
donde en la tu nave de regreso.
  
Muelle de sal y aguas transparentes
esperan el drizar de tu velamen,
mientras sueltas tu ancla suavemente
en la voluptuosidad de mis profundidades.
  
Sirena que cantándote al oído
enciende los caudales de tu sangre,

J
en las islas de mi pecho estás perdido
sin brújula que te guíe ni sextante.
  
Suelta amarras en el ocaso de mi vientre
que mis ojos sean estrellas tutelares,
y emprende con pasión la travesía
buscando los misterios de mis mares.
  
Marinero, en mi mar de perlas y corales
te condeno a navegar sin otro rumbo
que buscar en mi cuerpo los puntos cardinales
y la Atlántida, en los límites de mis muslos.

-61-
|Liliana Elisa Peters|

El agua estalla en invisible rada

Te observo cada día. 


Veo cómo luchas con tu frágil nave
en el mar bravío de la vida.
Olas de angustias te cubren.
Te sientes vencido, a punto de naufragar.
Pareciera que las aguas in nitas y feroces
fueran a tragarte.
¡Pero eso no sucederá!
¡No estás solo!
Siempre sale el sol luego de la tormenta.
¿Acaso no apareció el arco iris
después del diluvio?

J
¡Anímate! 
Aunque en tu desesperanza no la veas, 
aunque tus ojos tal vez no la divisen,
mi rada te espera. 
Echa tu ancla en mi bahía.
Fondea tu barco en ella, aunque el agua estalle. 
Conoces el camino a mi ensenada.
Puedes abrigarte del cruel viento que te azota.
Y aquí, yo estaré presta a recibirte.
A abrazarte.
A consolarte. 
Y, si es necesario, a acunarte.
Como cuando eras niño.

-62-
|Evelyn Torres Brizuela|

Deseo

Deseo dejar de sentir esa presión sobre el pecho que no


me deja respirar
Deseo sonreír y reír libremente sin pensar demasiado
Deseo que mi corazón deje de sangrar y se rompa en mil
pedazos
Deseo estar radiante y brillar como el sol en la tempora-
da de primavera
Un día más que no puedo reír
un día más recordando el dolor
solo desearía no sentir que mi vida se va
como la vela que se apaga

J
Deseo no perder mi luz
poder mover mis manos libremente sobre el agua
El miedo está invadiendo mi cabeza
Lo siento por las cosas que estoy dejando pasar por mi
tristeza
Ojalá pudiera ser una mejor persona para el futuro que
se avecina...
pero mis lágrimas no paran
y mi juventud se va a un lugar lejano
veo el viento soplar
las hojas caer
y sé que el tiempo se está yendo
sin que nadie pueda detenerlo…
me siento sola
y si solo pudiera mostrarle a las personas
que con el amor
podríamos ser felices todos en el mundo
lo haría
porque solo necesitamos amor…
amor detiene el odio que hay en este mundo
solo deseo tener mi mente en paz

-63-
porque soy una chica llena de sueños y
solo soy un pedazo de chica perdida
Desearía poder cambiar
pero solo hay una razón, simple;
No puedo.

-64-
|Rocío Navarro|

Porque yo sé
Sé que esta vez estás haciendo lo correcto.
Sé que te estás esforzando.
Sé que ahora, a pesar de que las condiciones
no son las mejores, estás siendo fuerte.
Sé que ahora podes saborear, en tu alma,
lo exquisito de una mente tranquila.
Lo sabés. Algo en lo recóndito de tu ser
te lo anuncia:
algo cambió, para siempre.
Estás simplemente siendo, y serás recompensado por eso.
Sé que me sentís.

J
Sé que sentís la protección
de algo que está más allá
de tu ser
de tu sentir
de tu voz.
Tus ojos brillan de otro modo;
más puro, más genuino.
Y en el espiral in nito de la vida
nos volveremos a encontrar.
¡Claro que sí!
Y esa vez será diferente
porque algo cambió
para siempre,
una vez más,
por toda la eternidad.
Mientras tanto,
nos conectamos a través de señales.
Señales que brillan en la oscuridad
más profunda.
Porque la almas trascienden
cualquier ecuación
espacio-tiempo.

-65-
|María Irina Ardisone|

Blanca 

Te vi por primera vez;


tus ojos iluminaron hasta mi alma.
Eras fuego y quemabas a la distancia.
Eran tu mirada y tus ganas de amar.
Sentí tu calor a lo lejos.
Inalcanzable, me conformé con esperar volver a verte
en algún otro anochecer. 

Me seguiste
con tus débiles re ejos
como la luna en mi recorrido a casa.
Tu brillo no era el de antes.

J
Ya no eras ese fuego que me quemaba y procuraba amar-
me.
Ibas volviéndote pequeña
y no podías abrazarme. 

Tu brillo se apagaba
mientras yo te pedía que resplandecieras aún más.
Tenía frío, la luna ya no me seguía y nadie me esperaba.
Hiciste lo tuyo para abrigar mi soledad.
Simulaste ser la única entre las masas.
Me diste el calor que aquella noche me faltaba
y me iluminaste hasta donde quisiste. 

Había tantas como vos bajo esa luz azul;


sin embargo, siempre busco las mismas estrellas.
Todas me dejan sin su brillo y el mío titila cuando hace
fuerza.
Todas fueron rojas antes de ser frías,
todas llenas de pasión y amor.
¿Quién las habrá convertido en frías y pálidas? 

-66-
Me dejaste al terminar la noche bajo el rojo sol.
Rojo, caliente, brillante como ninguno.
Juro que así eras vos.
Así, como yo.
No me quiero convertir como vos.
De rojo a blanco,
o de calor a frío,
de tanto buscar donde no me pueden amar. 

Tengo mi propio brillo


y ese sol que me da calor y está siempre dispuesto a alum-
brar. 
Lo voy a cuidar,
no vaya a ser que, cansado, deje de ser rojo,
se vuelva frío
y pierda su inmenso brillo. 

Fría y perdiendo tu brillo;


tal vez fuiste el Sol
de alguien que no te cuidó ni amó. 
María del Rosario Acevedo tiene 21 años. Es bibliotecó-
loga. Durante los próximos meses, lanzará su primer libro de
relatos para Una Pálida Idea.

María Emma Acha nació en Punta Alta, pero se crio en


Bajo Hondo. Participó en la peña de escritores rosaleños 13 de
Junio, y presidió el Círculo Literario de Punta Alta (CILPA).
Publicó Todo es poesía (2017, Lágrimas de Circe).

Annie Altamirano es una rosaleña que reside en Salamanca,


España. Además de poeta y narradora, es reconocida a nivel
internacional por ser autora de libros de enseñanza del idioma
inglés tales como la línea Super Minds, Global English y Guess
What!, de Cambridge University Press.

Irina Ardisone nació en Puerto Belgrano en 1997. Es téc-


nica química y, actualmente, estudia medicina en la UNS.
Comparte sus escritos en la cuenta de instagram @entrema-
tesypoemas

Leonor Arias ha publicado en antologías de talleres litera-


rios. Colaboró en las últimas formaciones del CILPA.

Luján Ávalos es docente de literatura en niveles secundario


y superior. Fue jurado en concursos y expuso en el Congreso
Internacional de la Promoción del Libro y la Lectura, en la
FILBA y en Jornadas de Promoción, Investigación y Debate
del Universo del Martín Fierro en Ayacucho. Ha publicado en
revistas culturales y antologías.

Carmen Barrionuevo, además de narradora y poeta —edi-


tó El silencio es azul en 2019—, es una de las creadoras del
evento literario mensual Dislaterario. Durante la pandemia,
difundió oralmente y en vivo textos de autores locales a través
de sus redes sociales.

Zulema Becker cumple 93 años en diciembre. En 2019 fue


distinguida como vecina ilustre de Punta Alta. Publicó, en
2004, el poemario De mi sentir y, en 2006, Recuerdos, sueños
y realidades.
Jose na Blanco Rodríguez nació en España, pero se crio
en Punta Alta. Participó de varios talleres literarios de la ciu-
dad. En 2015 publicó el libro de cuentos infantiles Las tres
llaves del cofre (Salto de Canguro Ediciones) en conjunto con
Leticia Marconi

Mara Caldentey es Licenciada en Comunicación Social y


docente. Ha publicado cuentos en editorial Dunken y en la
editorial de la UNLP.

Marta V. Castro es presidenta en funciones del Círculo Li-


terario de Punta Alta (CILPA). En 2015 editó el poemario
Sentires de victoria.

María Rosa Coldeira, docente de filosofía, fue secretaria


de la ONG Olivillo, y es la representante de Villa del Mar en
la antología. Aprovecha la cuarentena para escribir un libro de
relatos infantiles para Una Pálida Idea.

Melisa Depetris es docente de literatura. Coordina talleres


y eventos literarios. Cercana en su modo de hacer poesía a la
performance, Villa Mora Editorial le reeditó Vayonesa, escrito
en 2011. Actualmente reside en Bahía Blanca.

Roxana E. Díaz es estudiante de Comunicación Social para


el Desarrollo en el ISFD N° 79 de Punta Alta. Asistió al se-
minario virtual de escritura creativa realizado por Una Pálida
Idea durante el primer mes de la cuarentena.
Mirta Susana Di Paolo nació en Cnel. Dorrego, pero resi-
de en Punta Alta. Publicó sus textos en la revista Locos en su
tinta, del CILPA —entidad que también presidió—. En 1998
fue reconocida por el municipio local debido a su intensa ac-
tividad cultural.

Beatriz Ferrer, reconocida actriz y escritora, es una de las


madres —junto con Carmen Barrionuevo— y la conductora
del evento Dislaterario, donde los autores rosaleños se juntan
mensualmente a leer y compartir sus escritos.
Milagros Ferreyra es la autora más joven del plantel, con
tan solo nueve años de edad. En febrero de 2020, participó en
la antología Voces del Futuro por la Paz.

Melissa Figueroa es bibliotecóloga, tiene 23 años, y esta es


su primera publicación.

Yésica Freespirit es diseñadora de indumentaria. Participó


del seminario de escritura creativa que Una Pálida Idea trans-
mitió por redes sociales entre marzo y abril de 2020.

Belén García es estudiante del Profesorado de Lengua y


Literatura en el ISFD N°79 de Punta Alta. El poema inclui-
do en esta antología se lo escribió a su abuelo cuando tenía
quince años.

Ariana González editó, durante el último año, la trilogía


Susurros desde el alma, Inspiración del alma y Resplandor del
alma, maquetados y encuadernados por Una Pálida Idea.

Fabiana González es docente jubilada y asiste al taller lite-


rario Punto Seguido.

Graciela Beatriz Gorla es médica, y dice escribir «con el


corazón». Ese placer se trasluce en sus esporádicos escritos.

Ivana Gorosito ha tenido gran repercusión con su testimo-


nio Huésped, 213 días con cáncer de mama, publicado por
Una Pálida Idea. Entre diciembre de 2019 y marzo de 2020
agotó tres ediciones del libro.

Angela Grigera Moreno administra dos blogs de poesía.


Su lírica está cargada de erotismo y amor romántico. Además,
ha participado en foros y antologías.

Adela Gutierrez Rubio es nacida y criada en Punta Alta.


Reconocida docente de la ciudad, en 2018 publicó el libro de
relatos y pomeas Dos Adelas, y en 2019 el poemario Poemar
(Una Pálida Idea).
María Teresa Horni es nativa de Coronel Pringles, pero se
define puntaltense «por adopción». Es profesora de francés y,
desde 1980, integra diversos grupos literarios. Algunas de sus
publicaciones han sido Nobleza de Roble, El Mundo de Juan,
y La Risa es Salud.

Katuka es Camila del Milagro Fernández. Tiene 23 años,


es bailarina y estudiante de Filosofía. De niña, su gusto por la
letra la impulsó a trasmutar su nombre e identidad, dejando
nacer a Katuka.

Florencia Lazarte, Flora, escribe desde hace años pero,


alentada por sus amigos, hace poco se animó a mostrar su arte
en @flor.lazarte.

Mel Lies es Melanie Ailin Mosqueira. Enfermera profesio-


nal y fotógrafa, nació en Buenos Aires pero al año ya vivía
en Punta Alta. Se inspira en letras de canciones, y escribe en
español e inglés.

Analía V. Marconetto es profesora de Nivel Inicial, espe-


cializada en Jardín Maternal. Publicó Con el perdón de las
palabras (Lágrimas de Circe, 2017), y Animalizados (casi hu-
manizados) (Lágrimas de Circe, 2018)

Leticia Marconi coordina los talleres literarios de la Biblio-


teca Popular y Centro Cultural Juan B. Alberdi. Ha publicado
Fotos viejas, poemas nuevos (o viceversa) (2008, poemas),
Amor en catorce versos (2008, tríptico), Nube de pasiones
(2012, novela colectiva) y Las tres llaves del cofre (2014, díp-
tico).

María Luisa Mayer retomó la escritura en verso luego de


mucho tiempo. Docente rosaleña, ha tomado como seudónimo
el nombre de su bisabuela.

Belén Monje es voluntaria en campos de refugiados. En


2018 publicó el libro Amando sin fronteras (Cedro del Lí-
bano), que cuenta su experiencia en un campo de refugiados
afganos.
Marta Montero es referente para artistas y artesanos de la
ciudad de Punta Alta. Además de desarrollar las artes del fue-
go, organiza ferias y eventos culturales únicos en la zona.

Rocío Navarro nació en Punta Alta en 1995. Es budista


practicante y estudia el Profesorado en Educación Inicial. En
2018 publicó un poema en la revista bahiense Le Berretin.

Sol Navarro vive en La Plata. Es periodista e investiga-


dora; además, es docente desde hace más de una década en la
UNLP. En 2018, publicó Elijo vivir. Elisa Forti, la non-
na que corre, reconocido por la Cámara de Diputados de la
provincia de Bs. As. En tiempos de pandemia, desarrolló sus
primeros audiolibros infantiles.

Martina Ojeda tiene 16 años y ya ha publicado. Cárceles


imaginarias (2019, Una Pálida Idea) es un libro de cartas y
poemas con ilustraciones propias.

Claudia B. Orlandini es docente de inglés. Participó de los


encuentros literarios La Poesía y el Mar, en Monte Hermoso,
y la Marathonica de Poesía y Narrativa, en Mar de Ajó. Ac-
tualmente, trabaja en su ópera prima.

Liliana E. Peters asiste al taller literario Punto Seguido. El


poema seleccionado es resultado de un ejercicio planteado allí.

Vio Rivera vive desde los 4 años en Punta Alta. Artista


plástica, sus obras decoran casi todos los edificios públicos de
la ciudad. Como escritora, ha participado en comisiones de
peñas y círculos literarios durante décadas. En 2003 publicó
el poemario Desde este lugar.

María José Rodríguez es profesora de Lengua y Literatura


y de Inglés desde hace 23 años. Publicó Poesías incompletas
(2014, De la Estación).

Gloria Rojo nació en Buenos Aires pero vivió desde niña


en Punta Alta. Docente jubilada y dirigente scout publicó, en
2019, el primer volumen de la trilogía Poco que dice mucho,
100 microcuentos (Una Pálida Idea)
Claudia San Martín es docente de Lengua y Literatura.
Coordina los talleres literarios municipales en el Centro Cul-
tural Alte. Solier de Punta Alta.

Vanina Suárez es correctora de textos y estudiante de la


carrera Emprendimientos Audiovisuales en la UPSO. Es la
madre de Milagros Ferreya, quien también publica en esta an-
tología.

Eliana Tomassini es puntaltense, pero actualmente vive en


Buenos Aires. El poema que aparece en esta antología forma
parte del libro Algún recuerdo de intimidad (2019, Alción
Editora)

Evelyn Torres Brizuela cursa el Profesorado de Lengua y


Literatura en el ISFD N° 79 de Punta Alta. El texto que apa-
rece en este volumen es fragmento de un escrito inédito.

Yamila Yampa tiene 25 años. Escribe desde los 8, alentada


por su tío Nene e inspirada por su nono, Roberto Mallea —
reconocido escritor rosaleño—. Estudia Profesorado de His-
toria en la UNS. Se reconoce feminista y militante, ante todo.
Es, además, una de las jóvenes promesas de la literatura local.

Silvia B. Zurdo es una de las escritoras rosaleñas más prolífi-


cas. Es Profesora para la Enseñanza Primaria, Profesora espe-
cializada en Educación Preescolar, Maestra especializada en
Educación de Adultos y Licenciada en Creatividad Educativa.
Es reconocida por escribir literatura infanto-juvenil, pero ha
publicado haikus, tankas y demás especies del género lírico.
Actualmente reside en la ciudad de Neuquén.
Este libro digital, de distribución gratuita, se terminó de editar en
Punta Alta en junio de 2020.
J

-75-

También podría gustarte