Conducta Antisocial DSMV
Conducta Antisocial DSMV
Conducta Antisocial DSMV
Los individuos con TP antisocial (TPA) ignoran y violan en forma crónica los derechos de otras
personas; no pueden adaptarse a las normas de la sociedad o deciden no hacerlo. Dicho esto,
existen distintas alternativas por las que es posible que se manifieste el TPA. Algunos son
emprendedores y artífices de la estafa; otros, con franqueza, son rufianes sin gracia. Las mujeres (y
algunos hombres) con el trastorno pueden involucrarse en la prostitución. En otros individuos, los
aspectos antisociales más tradicionales pudieran encontrarse opacados por el consumo intenso (y,
con frecuencia, la distribución) de drogas ilícitas.
Aunque algunos de estos individuos pueden parecer encantadores en la superficie, muchos son
agresivos y tienden a la irritabilidad. Sus comportamientos irresponsables afectan casi todas sus
áreas de vida. Además del consumo de sustancias, pueden incurrir en peleas, mentiras y conducta
criminal de todo tipo concebible: robo, violencia, argucias, y maltrato de hijos y cónyuge.
Pueden referir sentimientos de culpa, pero no parecen sentir remordimiento genuino por su
comportamiento. No obstante pudieran referir problemas somáticos múltiples y en ocasiones
tienen intentos suicidas, sus interacciones manipuladoras con otras personas hacen difícil
determinar si sus malestares son genuinos.
Los criterios del DSM-5 para el TPA especifican que, desde antes de los 15 años, el paciente debe
tener antecedentes que respaldan el diagnóstico de un trastorno de la conducta (p. 381); este
comportamiento debe haber persistido e incluso aumentado durante la edad adulta, con por lo
menos cuatro síntomas de TPA.
Hasta 3% de los varones, pero sólo cerca de 1% de las mujeres, padece este trastorno; se identifica
en alrededor de tres cuartas partes de los prisioneros recluidos en cárceles. Es más frecuente que
en poblaciones de condición socioeconómica más baja y tiene distribución familiar; es probable
que tenga tanto una base genética como ambiental. Los parientes varones padecen TPA y
trastornos relacionados con sustancias; las parientes mujeres padecen trastorno de síntomas
somáticos y otros relacionados con sustancias. El trastorno por déficit de atención/hiperactividad
es un precursor común en la niñez, y el trastorno de la conducta de la niñez se considera un
requisito (vea antes). Si bien el tratamiento parece modificar poco las cosas en pacientes con TPA,
existe cierta evidencia de que el trastorno se limita al avanzar la edad al tiempo que estas
personas se apaciguan, para convertirse en “sólo” consumidores de sustancias. La muerte por
suicidio u homicidio es la suerte de otros.
Si bien estos pacientes con frecuencia tienen una niñez marcada por la incorregibilidad, la
delincuencia y los problemas escolares, como el ausentismo, menos de la mitad de los niños con
estos antecedentes desarrolla de manera eventual un síndrome completo en el adulto. Por ende,
nunca debe establecerse este diagnóstico antes de los 18 años.
Por último, el TPA es un trastorno grave, para el cual no existe tratamiento efectivo conocido. Así,
se trata de un diagnóstico de último recurso. Antes de establecerlo, deben redoblarse los
esfuerzos para descartar otros trastornos mentales mayores y TP.
(Morrison, 2014, pág. 542)
Estos individuos tienen antecedente a los 15 años de destrucción de la propiedad, violación grave
de reglas o agresión contra personas o animales (esto es, cumplen los criterios para un trastorno
de la conducta, p. 381). A partir de entonces, en muchas situaciones mienten, estafan o utilizan un
alias al participar en conductas que ameritan un arresto (ya sea que se les detenga o no). Tienden
a pelear o atacar a otros, y por lo general, no planean sus actividades, para depender en vez de
esto la inspiración del impulso. No muestran remordimiento por alguna de estas conductas,
excepto por lamentarse en caso de ser atrapados. Se rehúsan a pagar sus deudas o mantener un
empleo constante. Pueden ponerse o poner a otras personas de manera irresponsable en peligro.
A. Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce
desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los hechos siguientes:
2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o
placer personal.
Referencias
APA. (2014). Guia de Consulta de los Criterios Diagnisticos del DSM-5. Arlington: American
Psychiatric Publishing.
Morrison, J. (2014). DSM-5: Guia para el Diagnostico Clinico. Mexico D.F.: Manual Moderno .