DERECHO ROMANO La Persona1
DERECHO ROMANO La Persona1
DERECHO ROMANO La Persona1
1. Origen de la palabra:
Desde el punto de vista Etimológico: Persona etimológicamente viene del Latín Pers -
Sonare la proposición Pers en Latín expresa contundencia y Sonare en la misma
lengua significa hacer ruido, sonar, por lo que pers sonare significa resonar, retumbar
con ruido. 1.2. Desde el punto de vista Cultural: La etimología influye en el ámbito
cultural. Se habla desde el punto de vista cultural por la connotación que tuvo el
término persona en la literatura y en el teatro.
- Persona como sinónimo de máscara: La palabra persona al decir de Aulo Gelio era
la mascarilla del actor con la que este se cubría la cabeza y mediante la cual
aumentaba y hacía más clara su voz; por la cara anterior imitaba un rostro humano y
por la posterior era una peluca. - Persona como papel atribuido a esa máscara:
Terencio habla en una de sus comedias de persona parasitaria, que significa hacer el
papel de parásito. Fedro habla de persona trágica, aquella que representa un papel
trágico y en su Fábula "Vulpes ad Personam Tragicam" (La zorra y la máscara trágica),
nos la refleja de la siguiente manera: "Una zorra vio por azar una máscara trágica y
exclamaba ¡oh bella máscara, pero ella no respondía porque no tenía cerebro". Este
nombre se aplica a los hombres a quienes la fortuna ha donado en parte honores y
grandeza, negándoles el sentido común. El que se cubría la con la máscara se llamaba
Personatus, al igual que todos aquellos que representaban papeles principales a
quienes se les denominaba Dramatis personas, para diferenciarlos de los actores
secundarios a quienes se les llamaba Personas mutae. Al decir de la tradición romana
los actores utilizaban esas máscaras, trasmitida por los Autores clásicos, además de
proyectar su voz a todo el público asistente a los Teatros, que apoyándonos en la
Arqueología como ciencia auxiliar del Derecho Romano, podemos conocer de la
grandeza y esplendor de los mismos, V .g., el Teatro Marcelo, Las Termas de
Caracalla, el Teatro Agrigento, les permitía disimular el rostro con lo cual
corroboramos que la profesión de actor no era del agrado a la Sociedad Romana. - En
tercer lugar puede tener el sentido de parte, rol, función, cualidad. Así se habla de
persona sustinere (Que sustenta), persona militis (Que cumple rol de soldado),
persona suscipece habere (Que representa a otro), persona gerere (Que administra),
tal como se evidencia de Ulpiano 13.41.1.34; en Constituciones de Constantino del
año 326 d.c., C.8.5.1 y del año 319 d.c. (Código Justineaneo 6.60.1.1). - Punto
Interesante: Hermogeniano en Digesto 1.5.2 señalaba: "Todo el Derecho ha sido
constituido por causa de los hombres" (Hominum causa omne ius constitutum sit),
vale decir, que el derecho es creado por el hombre y para regular al hombre mismo,
ya que el hombre es el recipendiario del Derecho. El Derecho necesita un sujeto, que
es el hombre para aquello que tenga trascendencia socio jurídico. Le pertenece al
hombre como actor de la vida jurídica, según el papel que represente en las
relaciones sociales, como padre de familia, tutor, propietario, etc. En el teatro, se
usaba una máscara por los actores para representar un papel y además le
proporcionaba más sentido y vigor a sus frases y personaje representado. Es por ello
que pudiéramos presumir, que los romanos observando a ese actor que en el teatro
representaba uno de los papeles principales a quien se le denominaba Personatus
(Fábula de Fedro), hayan denominado como PERSONA al hombre observando el rol o
papel que cumple dentro de la sociedad y como recipendiario del derecho. 1.3.
Desde el punto de vista Jurídico-Social: Este término persona pronto va a tener
connotación jurídica y social, venida a través del Derecho Natural, como afirmaba
Cicerón en la Filosofía Estoica, así se puede hablar:
En el Derecho Romano existían dos clases de personas: las físicas y las jurídicas o
morales. En el lenguaje jurídico, persona connota dos sentidos:
Persona física. Persona es todo ser real considerado como capaz de ser el sujeto
activo o pasivo de un derecho y será capaz de tener derechos y obligaciones;
denominándosele también “singulares personae, certi homines o singuli”. En el
derecho romano, la persona física es el individuo de la especie humana que se encuentra
vivo y que posee capacidad jurídica.
Esta capacidad puede verse mejorada, disminuida o alterada conforme varios criterios,
como su libertad, su ciudadanía, sus relaciones familiares, su edad, su estatus social o
su sexo. En el derecho romano persona era sinónimo de capacidad jurídica, Para el
derecho romano, la personalidad civil no es sinónimo de la condición humana, sino de
un grado de protección y reconocimiento social y jurídico de las personas. Ésta doctrina
se mantiene hasta el día de hoy, con la diferencia de que actualmente se confirió dicho
grado de protección a todos los individuos mediante mecanismos como los derechos
humanos.
Los esclavos no se cuentan dentro de las personas, el derecho los cataloga dentro
de las cosas “mancipi”.
Es la aptitud legal que tiene una persona para ejercitar los derechos cuyo disfrute
le competen. Existe la capacidad de goce y la de ejercicio de los derechos, si no se
tiene la primera, no se es persona; la de ejercicio no es capital; los menores y los
locos son personas no obstante que no ejercitan sus derechos, sino a través de sus
tutores o curadores. La capacidad es la regla general, la incapacidad es la
excepción. En Roma pocas personas tenían plena capacidad de goce.
La más grande división de las personas es que todos los hombres o son libres o son
esclavos. Esta división tiene como base la posesión o pérdida de la libertad. La
esclavitud es un derecho de propiedad que la ley reconoce a un hombre sobre otro
hombre, por lo que la libertad consiste en no ser propiedad de nadie. La libertad es
la facultad natural de hacer todo aquello que queramos, salvo los obstáculos de la
fuerza o de la ley.
Los romanos desde los tiempos remotos, formularon sociedades privadas como
agrupaciones de un número fijo de personas, como los coherederos, que para no
sufrir una desclasificación en el censo, mantenían los bienes de la herencia paterna
como fondo social. De esta antigua sociedad familiar se pasó posteriormente a
aceptar las sociedades constituidas por los ciudadanos con fines privados, hasta
llegar a las grandes sociedades de interés privado y público, en la época del
Imperio. Para que la persona jurídica pueda manifestar su existencia le hace falta
el concurso de una o varias personas físicas encargadas de velar por sus intereses;
las corporaciones tienen un “syndicus”, otras sociedades tienen un “magíster”, las
ciudades son administradas por los decuriones y más especialmente por los
“duumviri”.
Las corporaciones o asociaciones son las únicas personas morales que ocupan un
lugar considerable en el derecho clásico. Los derechos activos y pasivos de la
asociación no se confunden con los de los individuos que la componen; pueden
perder a algunos de sus miembros o adquirir nuevos o cambiar todo su personal
sin que ella cambie, por lo que su existencia es limitada. Lo que es debido a la
corporación, no debe ser considerado como debido por parte a cada uno de sus
miembros.
7. Las Fundaciones.
El jurisconsulto Paulo señalaba que hay tres clases de “capitis diminutio” (cambio
del anterior estado): la máxima, la media y la mínima, ya que son tres los
elementos que nos constituyen: libertad, ciudadanía y familia.
Los tres elementos que forman el “caput” o registro del ciudadano romano son: la
libertad, los derechos inherentes a la ciudadanía y los derechos familiares. La
libertad era una condición fundamental para los otros dos; los esclavos están
desprovistos de “caput”, lo que significa que no tienen personalidad jurídica.
a) La “capitis diminutio máxima”, que afecta a toda persona libre que cae en
esclavitud “iure civili”; abate completamente la personalidad jurídica, el hombre
cae al rango de cosa, no tiene ya “status”, le es quitada su fama, o sea, su situación
de diganidad ilesa, su buen nombre.
b) La “media o minor” que es sufrida por toda persona que. Permaneciendo libre,
pierde su derecho de ciudadanía y por consecuencia los de familia. No abate nunca
la personalidad jurídica, porque supone la conservación de la libertad.
9. La Infamia.