El Saber Filosofico

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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE
HUMANIDADES

I. EL SENTIDO DE LAS COSAS.


Decía Fiedrich Nietzsche, un filósofo alemán del siglo XIX que "El ser humano es un animal enfermo"
porque no le basta con procurarse la solución a sus necesidades vitales inmediatas sino que además se
pregunta por las cosas intentando buscar sentido a su vida como a las cosas mismas.

Ese deseo de saber, la necesidad de atribuir un sentido a las cosas y a la propia vida que en un principio
aparecen indefinidas, posee tres rasgos característicos:
a. Parece carecer de todo valor vital. Es en cierto sentido un "lujo de la naturaleza". No sabemos
que ningún otro animal lo haga como nosotros.
b. Es algo problemático. A menudo nos encontramos en una situación de angustia al no hallar
respuestas que nos satisfagan o descubrir que las respuestas que tenemos son erróneas. No
sabemos siquiera si existe una única y verdadera respuesta.
c. Es algo inevitable. Lo comporta la propia naturaleza humana tal como ahora está constituida. El
ser humano no puede dejar de pensar volviendo a una pura animalidad. Es una ficción, una
quimera creer que algo así pueda suceder.
Decía Jean Paul Sartre, filósofo francés del siglo XX, que "estamos condenados a ser libres" a elegir una
propuesta de sentido para nuestra vida y las cosas. Nuestra elección puede consistir en delegar en una
propuesta ajena, la que nos ha trasmitido nuestros padres, la escuela, la sociedad, etc. pero deberíamos
intentar construir por nosotros mismos observando todas esas propuestas la nuestra propia: el sentido
que nosotros le vamos a dar a nuestra vida y a las cosas.

La filosofía es un tipo de saber que pretende responder esta pregunta aunque no es el único, también lo
es el mito, la religión o la ciencia. Pero será más adelante donde diferenciaremos estos distintos tipos de
saber y sus respectivas maneras de responder esta pregunta.

II. BASES ANTROPOLÓGICAS QUE NOS DIFERENCIA DE OTROS ANIMALES.


Hay un fundamento biológico, evolutivo, en esta actitud humana que le lleva a intentar conocer y
explicarse aquello que le rodea.

La base se halla en la capacidad que posee el ser humano para modificar el entorno, capacidad que
comparte con los vertebrados superiores pero que difiere de grado en ambos.
A. Los animales no especializados construyen su mundo en un diálogo activo con el medio
intentando adaptarse a las nuevas condiciones que van surgiendo. Viven una realidad
meramente biológica determinada por sus necesidades vitales de cada momento. ¿Cómo lo
hacen? De acuerdo con las siguientes características:
a. Los animales modifican de alguna manera el entorno construyendo nidos, marcando
territorios, etc.; pero, por lo que sabemos, no han creado una cultura.
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b. Tienen una relación de inmediatez con su entorno, solucionan los problemas dependiendo
de los elementos de presentes en ese entorno, de los objetos naturales, aunque a veces
éstos adquieran la categoría de instrumentos.
c. Sus formas de vida se mantienen prácticamente invariables desde hace cientos, miles de
años. Lo que pueda aprender un individuo muere con él pues carecen de medios de
transmisión de lo aprendido.
B. El ser humano, en cambio, además es capaz de crear una cultura. Más allá de la mera realidad
biológica construye su mundo a partir de su capacidad de pensar abstractamente y el desarrollo
del lenguaje. Los rasgos que en este aspecto le diferencian del resto de los animales son:
a. No se limita al mero uso de objetos naturales sino que ha aprendido a fabricar instrumentos
artificiales (modificación de los objetos naturales con vistas a una finalidad preestablecida) y
a perfeccionarlos.
b. El desarrollo del lenguaje y el pensamiento conceptual le ha permitido transmitir sus
conocimientos a otros miembros de la especie.
c. La creación de cultura que, en un primer momento, tuvo como objetivo el dominio del
entorno y la resolución de problemas acuciantes (cobijarse en una cueva, hacer fuego,
preparar trampas, fabricar herramientas, etc.) resueltas las necesidades más urgentes abrió
un nuevo horizonte. Pasó a interesarse por las cosas no ya como una respuesta a sus
necesidades sino como el conjunto de cosas donde se desarrolla su vida. Así surgió la
necesidad de encontrar una explicación a los fenómenos naturales que le sorprenden, que
se le plantean como un enigma, explicar lo desconocido: ¿Qué es la lluvia?, ¿Qué es ese
disco luminoso que cruza el cielo que ilumina y da calor?, ¿Qué hay detrás de la muerte?,
etc.
d. De esta manera se produjo un cambio cualitativo, el proceso acumulativo de la cultura causó
un paso de las preguntas motivadas por la urgente necesidad de producir algo útil al puro
ejercicio de la curiosidad, de la pregunta por la pregunta: es el paso al porqué de las cosas, a
su naturaleza y a su sentido.

III. EL ORIGEN Y EL SENTIDO DE LA ADMIRACIÓN Y EL RECONOCIMIENTO DE LA PROPIA


IGNORANCIA.
Los seres humanos se hacen estas preguntas movidos por la admiración y reconociendo su propia
ignorancia. Lo hacen para huir de ésta y no por utilidad alguna. Veámoslo a través de las citas de dos de
los filósofos más importantes de la antigüedad:
"Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración: al
principio, admirados por los fenómenos sorprendentes más comunes: luego, avanzando poco a
poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la Luna y los relativos al Sol y a las
estrellas, y la generación del Universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce
su ignorancia. (Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se
compone de elementos maravillosos.) De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es
claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por utilidad alguna. Y así lo atestigua
lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas
necesarias y relativas al descanso y al ornato de la vida" Aristóteles:
Metafísica, 982 G 10-25
Estas preguntas se formularon por primera vez cuando ya existía casi todo lo necesario para la vida. De
la contemplación y admiración que producen las cosas inmediatas se pasó a cosas cada vez más
alejadas: de las aguas de la Tierra a las lluvias y tormentas, de la Tierra al cielo, a las estrellas y al Sol y,
de aquí, a las preguntas sobre la composición de las cosas o sobre el origen del Universo. Las preguntas
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nacidas de la admiración son cada vez más complejas y alcanzan ámbitos más alejados de lo inmediato y
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más amplios.
Las preguntas no están ya dirigidas a resolver las necesidades sino a explicar y calmar la admiración, la
perplejidad que nos produce lo que nos rodea. De modo que es el reconocimiento de la propia
ignorancia el motor de nuestro pensamiento, lo que le lleva a tratar de conocer, a intentar encontrar la
sabiduría.
"Pues he aquí lo que sucede: ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es,
ni filosofa todo aquel que sea sabio. Pero a su vez los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse
sabios, pues en esto estriba el mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni bueno, ni sabio y tener la
ilusión de serlo en grado suficiente. Así, el que no cree estar falto de nada no siente deseo de lo que
no cree necesitar" Platón: Banquete
Así el reconocimiento de la propia ignorancia está unido al deseo de saber. Es una ignorancia que se
pretende superar, abandonar y, en este sentido, se presenta como una posibilidad de conocimiento
para toda persona que sea capaz de sorprenderse por lo que le rodea.

IV. LOS DISCURSOS INTERPRETATIVOS DE LA REALIDAD.


Para responder estas preguntas el ser humano ha elaborado distintos tipos de discursos interpretativos
de la realidad que tienen en común intentar explicar lo que existe, lo que ha existido o existirá con la
intención de hallarle un sentido. De esta manera buscan ser una descripción y dar una explicación de la
realidad con finalidades varias como poder hacer predicciones sobre ella o bien indicar cuál es el
comportamiento correcto.
Los principales discursos interpretativos de la realidad que se han dado a lo largo de la historia son los
discursos míticos, que incluyen el mito y la religión, y los discursos racionales, que incluyen la filosofía y
la ciencia.

Discursos El Mito
Discursos míticos
interpretativos
de la realidad
Discursos
racionales

A. EL DISCURSO MÍTICO: EL MITO Y LA RELIGIÓN.


Durante la mayor parte de la historia de la especie humana las explicaciones sobre la naturaleza y la
sociedad tuvieron un carácter mítico y aún hoy pervive en muchas culturas este tipo de explicación.
También los movimientos religiosos son de carácter fundamentalmente mítico.

a. El mito.
El mito es un conjunto de narraciones que intentan explicar la realidad partiendo de la idea que en
los orígenes, las relaciones y las finalidades de todo lo que pasa han intervenido o intervienen seres
sobrenaturales, ya sean dioses, espíritus, demonios o hadas.
Cuando se trata de explicar los orígenes, son relatos de actuaciones de los dioses o seres sobrenaturales
que intervinieron en hechos extraordinarios acontecidos en un tiempo indeterminado, en el principio
del tiempo, externo al tiempo histórico humano.

Características. Las enumeramos a continuación:


 Protagonismo de lo sobrenatural. En el mito las fuerzas naturales (el fuego, el viento, etc.) son
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personificadas y divinizadas: se trata de dioses personales cuya presencia y actuación como tales se
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deja sentir continuamente en el curso de los acontecimientos.


 Modelo antropomórfico. Proyecta sobre el mundo (el conjunto de todos los fenómenos) y los
dioses las motivaciones y experiencias personales de los humanos. Es decir, los dioses tienen,
como los humanos, una personalidad o manera de ser y una voluntad libre, es decir, unos
deseos, intereses y necesidades parecidas a los humanos. Todo cuanto sucede en el mundo se
puede entender como el resultado de la personalidad y la voluntad de las divinidades (o fuerzas
cósmicas) implicadas.
 Modelo mágico. El futuro del mundo y de la humanidad está determinado por los deseos de los
dioses, que son las fuerzas determinantes del universo. Para prever y conocer el futuro
habremos de anticipar cuáles son sus intenciones. Eso es posible gracias a diversas técnicas de
adivinación que pretenden conocer la voluntad de los dioses, bien preguntándoles a ellos
directamente (por ejemplo, a través de un Oráculo) o bien analizando procesos azarosos que los
dioses pueden modificar a su gusto (por ejemplo, lanzando dados o cartas) o bien mediante la
búsqueda de signos o portentos especiales (por ejemplo, el vuelo de las aves, la interpretación
de los sueños, el análisis de las vísceras de los animales sacrificados, hechos maravillosos, etc.) El
interés por influir en la voluntad de los dioses genera un conjunto de cultos, rituales, ofrendas,
plegarias, etc. en los que la magia se convierte en un instrumento que permite ejercer un poder
sobre la naturaleza y las personas.
 Es un tipo de discurso:
 Revelado. El mito es una historia sagrada que en muchos casos ha sido revelada, inspirada
o dictada por la misma divinidad.
 Dogmático. Se presenta sin ninguna posibilidad de duda, como una historia absolutamente
verdadera. A los ojos del creyente el mito es indiscutible.
 Irracional y aceptado por fe. El discurso mítico demanda una fe ciega. En él la creencia, la
fe, es esencial.
 Incontrastable. La veracidad de sus explicaciones sobre los hechos es imposible de
comprobar.
 Simplista. El discurso mítico tiene un nivel de explicación muy sencillo, ya que la narración
acostumbra a ser poco detallada e imprecisa. Esto lo hace especialmente atractivo para
mentalidades que quieren respuestas sencillas.
Mito de la sucesión (Mitología griega)
Urano (el cielo) odia a los hijos que tiene con su madre Gea (la tierra) y los esconde en los abismos
de ésta. La madre prepara una emboscada contra Urano y sólo el hijo menor, Cronos (el tiempo),
decide enfrentarse a su padre. Gea le entrega una hoz dentada y cuando Urano se une a Gea en
amoroso abrazo, Cronos corta los genitales de su padre y los arroja al mar.
La castración de Urano produce gotas de sangre que al caer a tierra originan las Erinias, los
Gigantes y las Ninfas Melias. Las Erinias son las diosas encargadas de castigar a los parricidas, su
aspecto es horrible (cabellos de serpientes y en sus manos serpientes que son látigos) y son tres:
Alecto, Tisífone y Meguera. Los Gigantes son seres colosales, con poder semejante a los dioses,
pero mortales. De las Ninfas Melias no conservamos sus nombres.
Al caer los genitales al mar, producen una espuma de la que surge la diosa del amor, la belleza y la
pasión, Afrodita (Venus).
Cronos ocupa el poder y se casa con su hermana Rea. Tiene seis hijos (Hestia, Deméter, Hera,
Hades, Poseidón y Zeus). Pero por una predicción de Gea, Cronos se entera que también él será
destronado por uno de sus hijos. Para evitarlo, según nacían los iba devorando. Este proceder no
gustó a Rea y decidió dar a luz a su último hijo (Zeus) lejos de su padre (en el monte Licto, Creta).
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En lugar de a Zeus, Rea le dio a engullir a Cronos una piedra envuelta en pañales.
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Zeus crece en Creta amamantado por la ninfa Amaltea con leche de cabra. Al crecer Zeus,
consigue que su padre vomite a sus hermanos y con ellos la piedra que se tragó engañado, piedra
que Zeus llevó a lo que hoy día es el santuario de Delfos, donde aún hoy puede visitarse (aunque es
copia de época romana). Después libera a los Cíclopes (seres monstruosos de un solo ojo en la
frente) y a los Hecatonquires (seres de cien brazos).
Zeus, ayudado por sus hermanos y algunos titanes, se rebeló contra su padre, ayudado éste último
por el resto de titanes. Tras diez años de lucha, Cronos y los titanes que le ayudaron fueron
encadenados en el Tártaro bajo la vigilancia de los Hecatonquires. Los vencedores se repartieron el
poder: Poseidón el dominio del mar, Hades el mundo subterráneo y Zeus el cielo, siendo éste
último considerado a partir de entonces el dios supremo y padre de todos los dioses y hombres.
Zeus ocupa el Olimpo, monte donde se decía que se encontraba la morada de los dioses.
Así es como acaba el mito de la sucesión.

b. La religión.
El discurso religioso se constituye en un agregado de mitos, ritos, prescripciones y prohibiciones
morales.
El discurso religioso igual que el discurso mítico:
 Trata de entender el mundo como resultado de la voluntad de uno o varios dioses.
 Afirma que nuestro destino dependerá de nuestra relación con los dioses.
 Posee un carácter dogmático, revelado, irracional (aceptado por fe) e incontrastable.

B. EL DISCURSO RACIONAL: LA FILOSOFÍA Y LA CIENCIA.


Los primeros en elaborar discursos racionales sobre la realidad fueron los primeros filósofos. La filosofía
en sus inicios aparece como una nueva visión global del mundo contrapuesta al discurso mítico. El
discurso filosófico y el científico, filosofía y ciencia nacen juntas e indiferenciadas y se mantienen así
hasta la revolución científica de los siglos XVI-XVII.
En el discurso racional a diferencia del discurso mítico:
 Abandona el intento de explicar las cosas y los hechos por la acción de seres divinos o
sobrenaturales.
 Busca explicaciones naturales a los fenómenos de la naturaleza y lo hace mediante teorías que
interrelacionan conceptos. Por lo tanto,
 No es resultado de la revelación o la inspiración divina sino de la indagación racional.
 Busca justificar sus afirmaciones a través de argumentaciones o razonamientos (frente a la fe o
la creencia)
 No es un discurso dogmático sino crítico, que se caracteriza por revisar y contrastar
constantemente sus teorías.

a. La ciencia.
"La ciencia es una compleja actividad social, que se lleva a cabo por parte de las comunidades
científicas establecidas en las universidades y centros de investigación, los resultados de la cual
se presentan en congresos, revistas especializadas y libros de texto. Estos resultados son, por un
lado, descripciones o historias detalladas de ciertas áreas de la realidad observadas con
minuciosidad o provocadas en los laboratorios, y, por otra, teorías abstractas que pueden ser
utilizadas como instrumentos intelectuales en la explicación de los datos registrados en las
historias o en la predicción de futuras observaciones o de los resultados de futuros
experimentos o en el diseño de nuevas tecnologías o aparatos. Los resultados expuestos por los
científicos son públicos y están sometidos al análisis, la crítica y el control de todo el mundo y en
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especial de los colegas, deseosos de refutar los resultados de sus compañeros para aumentar,
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de esta manera, su propio prestigio dentro de la comunidad científica"


Jesús Mosterín: Grandes temas de la filosofía actual
En este tipo de discurso racional se destacamos las siguientes características:
 Cada ciencia se especializa en describir una parcela de la realidad con el mayor rigor y precisión.
 Se caracteriza por hacer sobre ella posibles explicaciones y predicciones exactas basadas en
teorías abstractas.
 Se caracteriza por el afán de comprobación experimental de sus afirmaciones siendo además un
tipo de discurso intersubjetivo. Esto quiere decir que cualquier persona convenientemente
preparada entiende su formulación de la misma manera que cualquier otra, en el sentido que
queda igualmente informada sobre los procedimientos que permitan comprobar (demostrar la
verdad o falsedad) esta formulación. Esto hace que sea comunicable y sus afirmaciones puedan
ser comprobadas y debatidas por todos.
 Sus afirmaciones sirven de base para el desarrollo de las tecnologías.

b. El saber filosófico.
Siendo ambos un tipo de discurso racional: ¿Cuáles son las diferencias entre la ciencia y la filosofía?,
¿Cuál es la especificidad del saber filosófico? :
a) En vez de centrarse en un área de la realidad busca dar una explicación de la realidad en su
totalidad.
b) A diferencia con lo que pasa con cualquier especialidad científica la filosofía no tiene ningún
conjunto de verdades más o menos universalmente admitidas que se puedan presentar y enseñar.
Es una actividad de análisis conceptual, de clarificación de nuestros conceptos e ideas, y de reflexión
crítica aplicable a cualquier saber teórico, práctico o productivo. Al plantear reflexiones críticas
sobre otros discursos, especialmente sobre el discurso científico, pero también del discurso mítico,
religioso, ideológico, político, moral, etc. la filosofía adquiere la categoría de metadiscurso.
c) El hecho de filosofar nos ha de enseñar a dar respuestas racionales y críticas (por tanto, siempre
provisionales y abiertas) a aquellas cuestiones que, pese a ser irresolubles científicamente son
inevitables: se han presentado, y se presentarán siempre, a la mente humana.
Otras diferencias son:
 Actitud. Al científico le preocupan los fenómenos que se pueden observar y medir; al filósofo le
interesa conocer la totalidad de lo que existe, lo que son en realidad el mundo y el ser humano.
 Interés. El científico pretende sobretodo conocer la realidad para predecir acontecimientos
futuros y poder intervenir. El filósofo se mueve por el deseo de saber y de encontrar la felicidad:
la búsqueda del sentido.
 Objeto. La ciencia estudia objetos ya dados en el ámbito físico, químico, biológico, etc. La
filosofía, en cambio, ha de determinar desde qué perspectiva se ocupará de la realidad, ya que
su objeto es la totalidad de lo que existe. Cada teoría filosófica es una manera de ver el mundo,
de darle sentido.
 Método. Los científicos se basan en la utilización del método hipotético-deductivo en el que
tiene un gran peso la necesidad de poder contrastar empíricamente sus enunciados. Los
filósofos han desarrollado pluralidad de métodos pero sus enunciados más que contrastación
empírica exigen argumentación y capacidad explicativa, de dar sentido a las cosas o la vida
humana.

V. SENTIDO Y NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA.

A. LA NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA.
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Aristóteles filósofo griego del siglo IV a. C. afirmaba que "Todos los seres humanos desean saber por
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naturaleza".
Evidentemente necesitamos saber muchas cosas, se trata de conocimientos prácticos y útiles que nos
hacen más fácil y cómoda nuestra existencia. Actualmente, una gran parte de este saber proviene de la
ciencia. La investigación científica hace que aumente el conocimiento general sobre el mundo y sobre
nosotros mismos y, también, da lugar a la tecnología, que crea una gran diversidad de artefactos que
nos sirven para vivir mejor. Ahora bien, ¿Se acaba aquí todo?, ¿Esto es todo lo que necesitamos saber?
El saber práctico y de utilidad inmediata no basta.
Si reflexionamos sobre lo que nos preocupa nos daremos cuenta que además hay otro tipo de preguntas
más generales que también nos inquietan profundamente y para las que no hay respuesta científica,
preguntas como ¿Quiénes somos?, ¿Qué hacemos en esta vida?, ¿Hay otra vida más allá de ésta?, En mi
relación con los demás ¿Todo vale?, etc.
Por lo tanto, el discurso filosófico responde a la necesidad humana de preguntarse sobre una serie de
cuestiones básicas y buscar una respuesta racional e ellas.
“Se trata, en primer lugar, de la cuestión de la apreciación justa de todo afán filosófico en el
transcurso de la historia. Con demasiada frecuencia se suele menospreciar su alcance: la
filosofía, se afirma, no es más que un conglomerado de especulaciones abstractas sin
significación alguna para la vida; lo que hace falta es estudiar las ciencias prácticas que nos
suministran la base de la técnica en todos los campos (no sólo la técnica del ingeniero, sino la
del pedagogo y la del psicólogo), también en la ciencia social, la economía y la política. Porque
“Primum vivere, deinde philosophari” y el “philosophari” no tiene importancia mayor para la
vida. Otros consideran en cambio que esta idea, hoy tan extendida, es fundamentalmente falsa
y que, además, representa un error espiritual peligroso. Y defienden que si se pretende limitar el
saber y el conocimiento a su aspecto técnico-práctico, entonces bastará con saber cada vez
cómo hay que hacer esto o aquello. Pero con anterioridad a la cuestión del “cómo”, se plantea
la cuestión del “Porqué”. Ahora bien, la respuesta al último porqué sólo la religión y la filosofía
nos la pueden ofrecer. Como ya sabemos ambos son saberes muy distintos, el primero nos da
una respuesta irracional mientras que el segundo nos da una respuesta racional. El hombre
siempre utilizará su razón y, cuando no lo hace de forma consciente y filosófica, lo hace, sin
duda, en forma inconsciente y con diletantismo. Esto se aplica también, sin excepción, a todos
los que se creen emancipados de cualquier filosofía. La filosofía es un saber inevitable y
necesario; las cuestiones filosóficas están muy ligadas a la existencia y a la vida del hombre.”
L. Kolakovski: El hombre sin alternativa

a. ¿Somos todos filósofos?


Las preguntas filosóficas aparecen de forma más o menos natural cuando nuestra inteligencia se ha
desarrollado adecuadamente y ha alcanzado un cierto grado de madurez.
"Alrededor de los catorce años mucha gente comienza a pensar por su cuenta en problemas
filosóficos: sobre aquello que realmente existe, si podemos saber algo, si una cosa es realmente
buena o mala, si la vida tiene algún significado, si la muerte es el final. Se ha escrito mucho
sobre estos temas durante miles de años, pero la materia prima filosófica proviene
directamente del mundo y de la relación que tenemos con él, no de los escritos del pasado. Esta
es la razón de que estos problemas se los planteen aquellos que nunca han leído nada"
Thomas Ángel: ¿Qué significa todo esto?
Así pues, en cierto sentido de la palabra todos los seres humanos somos filósofos, porque todos nos
quedamos perplejos ante el gran interrogante que es nuestra vida. El filósofo inglés contemporáneo
Stephen Toulmin afirma:
"De mal o buen grado, todos hemos nacidos filósofos, igual que hemos nacido críticos, morales,
pensadores políticos e incluso científicos"
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Podemos filosofar porque la llama de la filosofía está viva en nosotros, como seres capaces de pensar
libre y racionalmente.
Claro está, además existen los filósofos en el sentido académico del término, personas que han
estudiado la filosofía que se enseña en la universidad. Ello implica el aprendizaje de una serie de
conceptos y de métodos, así como el estudio de las ideas más importantes de la historia de la filosofía.

b. Paso del saber común acrítico a la filosofía.


"Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permitirnos decir, si ellos no son
conscientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La
mayor parte de estos prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas, o que han
absorbido de su ambiente intelectual o de la tradición.
Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen prejuicios en el
sentido de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que puedan ser de gran
importancia para las acciones prácticas de la gente y para su vida entera.
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los
hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías.
Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y toda filosofía. Toda filosofía debe partir
de las dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su objetivo es
el sentido crítico e ilustrado: una concepción más próxima a la verdad y con una influencia
menos perniciosa sobre la vida humana.
[…] Todos los seres humanos son filósofos porque, de una manera u otra, todos adoptan una
actitud ante la vida y la muerte"
Karl R. Popper. Como veo la Filosofía

Todo el mundo participa, como punto de partida, de las interpretaciones existentes en su sociedad que
toma acríticamente como verdaderas es lo que se denomina prejuicios o saber común.
En la medida en que somos conscientes de nuestra propia ignorancia las ponemos en tela de juicio
sometiéndolos a la crítica desde la razón. Cuestionar lo que tenemos delante, nosotros mismos, nuestra
propia vida parece remover los cimientos sobre los que ésta se asienta y pone de manifiesto la
necesidad de construir un nuevo fundamento, una nueva comprensión que permita llevar un nuevo
modo de existencia justificado y crítico.
Las nuevas ideas a las que lleguemos no se pueden sustraer a la crítica, convertirse en dogma o
ideología, perder su espíritu filosófico. Se ha de aceptar su provisionalidad y su constante revisión según
vayamos avanzando en nuestra experiencia y nuestros conocimientos. Este es el reto que la filosofía nos
propone: una forma diferente de mirar el mundo y nuestra propia vida.
Así, el discurso filosófico nos puede ayudar a vivir intelectual y moralmente sin una concepción cerrada y
dogmática del mundo. Esto se debe a que aquello que es característico de la filosofía es la forma de
hacer las preguntas y la manera de contestarlas. Siempre que nos encontramos ante un discurso
filosófico hallaremos una argumentación lógica, la defensa razonada de determinados puntos de vista y
no la simple afirmación de una creencia, sin ningún tipo de fundamento. Cuando alguien filosofa da
razones, más o menos plausibles, a favor o en contra de una cierta opinión. Y en cualquier caso, esta
persona está dispuesta a escuchar las razones del contrario y rectificar, si es necesario, su opinión inicial .
Se trata de reflexionar con profundidad sobre algunas cuestiones atendiendo y sopesando las razones
de unos y otros.

B. EL SENTIDO DE LA FILOSOFÍA.
La etimología de la palabra filosofía nos da una pista sobre su sentido y función. Esta palabra proviene
del griego philosophía, que significa aproximadamente, "amor a la sabiduría", "tendencia al
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conocimiento". Ante aquel que dice de sí mismo que es sabio o experto o dominador de una materia, el
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filósofo es tan sólo aquel que anhela el saber, el que, aceptando que no sabe nada con seguridad, se
esfuerza por adquirir más sabiduría o conocimiento teórico y práctico a la vez.
"La palabra griega filósofo (philosophos) se formó en oposición a sophos. Es decir, amante del
conocimiento, a diferencia de quien, en posesión del conocimiento, se denominaba sabio. Este
sentido de la palabra perdura hasta hoy: la búsqueda de la verdad -no la posesión de la verdad-
es la esencia de la filosofía […] Filosofía quiere decir hacer camino. Sus preguntas son más
esenciales que sus respuestas, y cada respuesta se convierte en una nueva pregunta"
Karl Jaspers: Introducción a la filosofía
Esta idea de la importancia de la capacidad de formular preguntas que tiene la filosofía también aparece
destacada en el siguiente texto del filósofo y matemático inglés Bertrand Russell:
“De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El
hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del
sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en
su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo
tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no suscitan problema alguno, y las
posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a
filosofar, hallamos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los
objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy
incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las
dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos
liberan de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las
cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo
algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz
nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar”
B. Russell: Los problemas de la filosofía
En la Historia de la Humanidad, los problemas se han centrado en tres grandes focos:
El Mundo (Ser, Cosmos, Naturaleza, Estado, Política, Sociedad).
El Hombre (antropología, conocimiento, ética, política, Psicología).
Dios (lo sagrado, el sentido de la existencia, la justificación de la fe...).
Así, en la ANTIGÜEDAD, el mundo se reduce a cosmología; el hombre, a una antropología elemental, un
principio de ética; Dios es simplemente un principio metafísico para hacer coherentes las explicaciones. El
mundo resulta más importante que Dios para pensadores como Aristóteles.
En la EDAD MEDIA, el mundo se reduce a sociedad política, y ésta a Imperio; el hombre no se valora
como ser independiente, sino como parte de la naturaleza; Dios es un poder sobrenatural que todo lo
domina e invade, concretado en la religión como preocupación fundamental y la Iglesia como institución
omnipresente/poderosa. Dios prevalece sobre el mundo y sobre el hombre, p. ej. en Santo Tomás.
Durante la EDAD MODERNA, el Estado surge como algo independiente de la Teología; al hombre se le
reconoce el valor de su razón y se inicia un proceso de secularización que va quitando preeminencia a lo
religioso. El hombre aparece en primer plano, ocultando en parte a Dios y al mundo (Descartes).
En la EDAD CONTEMPORÁNEA, se establece definitivamente la autonomía y valor propio del mundo y de
la ciencia como modelo de conocimiento; al hombre se le reconocen unos derechos inalienables sobre los
que se fundamenta su valor e igualdad fundamental con sus semejantes, y la Iglesia se independiza
definitivamente del Estado en los países occidentales. Parece que esta vez es la ciencia la que predomina
sobre el hombre, y serían muchos los autores.
C. CARACTERISTICAS DE LA FILOSOFIA.
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Es el tipo de pensamiento que tiene las siguientes características:


a) Universalidad o suma generalización
En primer lugar, debe mencionarse que las ideas filosóficas pretenden ser válidas en todo momento y
lugar, de allí su universalidad. El ejemplo típico de esta forma de reflexión se encuentra en el nacimiento
mismo de la filosofía ocurrido en Grecia. Tales de Mileto es considerado como el primer filósofo, trató
de explicar la naturaleza o la esencia primordial de la realidad; teniendo en cuenta sus observaciones,
llegó a la conclusión de que era el agua el fundamento de todo lo existente, es decir, no solamente de
aquello que podía experimentar a través de sus sentidos. Este afán universalizador es el que caracteriza
a la filosofía.
En tal sentido, el filósofo trata de encontrar los principios explicativos que subyacen a todas las cosas sin
excepción, los elementos comunes a los hombres, a los animales y a las piedras, el origen y el destino de
todos ellos, las condiciones de todo conocimiento, las reglas más generales del actuar humano.
b) Profundidad
Tanto la ciencia como la filosofía tratan de explicar los fenómenos más allá de lo que se presenta a la
experiencia sensible. Pero mientras la ciencia busca las causas inmediatas, la filosofía trata de encontrar
las causas mediatas. Por ejemplo, la ciencia busca la explicación de la dilatación de los cuerpos por
causas como el calor o el movimiento de otro cuerpo, mientras que la filosofía trata de ir más allá,
preguntándose por la naturaleza del calor o los principios generales que lo rigen.
La filosofía es definida en los manuales escolásticos usuales como el conocimiento de las cosas en
general por sus últimas causas, en la medida en que la razón natural puede alcanzar tal conocimiento.
Esto significa que la filosofía debe orientarse hacia una explicación completa del universo, no a una
descripción de sus detalles; y así, sucede que una visión de cualquier cosa es denominada filosófica
justamente en la medida en que es amplia y conexa con otras visiones, y cuando se sirve de principios
no próximos, mediatos, sino últimos y omniabarcantes.
c) Unicidad o totalidad
Tanto la reflexión científica como la filosófica se ocupan de la realidad, pero mientras que la primera lo
hace desde un punto de vista específico o fragmentario, la filosofía lo hace buscando la integridad. Así,
por ejemplo, el hombre puede ser estudiado científicamente desde el punto de vista físico, biológico,
psicológico o social mientras que la filosofía reflexiona sobre él tratando de explicarlo como totalidad o
unidad.
Ya que la ciencia estudia un fenómeno desde perspectivas particulares, genera saberes parciales; en
cambio, la filosofía lo que busca es un conocimiento unitario y totalizador de la realidad. La filosofía
tiende a llegar, tras la pluralidad y diversidad de los fenómenos, a darnos una concepción unitaria del
mundo, de la vida y del hombre. Para la filosofía el "todo" es importante, para las ciencias, "la parte".
Pero la filosofía no es una ciencia entre otras ciencias, sean éstas humanas o exactas, tampoco una
síntesis de ciencias especializadas (es más que la mera adición de las distintas partes de la realidad que
constituyen el objeto de las ciencias particulares), o la ciencia reina de los principios, sino una
clarificación reflexiva y examinadora de las ciencias y del mundo.
d) Criticidad
Este rasgo consiste en poner a prueba y discusión las doctrinas tanto filosóficas como no filosóficas. Su
elemento propio es la negatividad, tratando de cumplir un papel correctivo o liberador. A través de ella
se combate contra el dogma y el prejuicio. La filosofía indaga sobre la naturaleza de los principios
científicos, busca sus contradicciones, sus fundamentos, su origen y los acepta cuando después de ese
análisis crítico no encuentra razones para rechazarlos. La metáfora que se puede utilizar para
representarla es la demolición o perforación.
Sócrates ya llamó la atención de la filosofía como crítica de las opiniones de los otros, los analistas
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lógicos también ven la filosofía como un medio que proporciona orden lógico a lo que la ciencia nos dice
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del mundo.
Esta crítica en algunos casos está dirigida contra los errores del lenguaje, de una ideología y también
contra el método de las ciencias o, más aún, contra el sistema social. Los filósofos que pueden
mencionarse como representantes de esta función son Schopenahuer, Marx y Nietzsche.
e) Sistematicidad o constructividad
El sistema se entiende como un conjunto de elementos relacionados entre sí e interdependientes. Las
proposiciones filosóficas generalmente tratan de presentarse de un modo coherente y organizado para
explicar la realidad. En los sistemas se trata de abarcar la totalidad del conocimiento y además con
coherencia interna.
El pensar sistemático asume un propósito afirmativo y constructivo. No solamente desarrolla una crítica
severa contra el conocimiento logrado sino que también establece afirmaciones, tesis, doctrinas
positivas. Estas afirmaciones se presentan de un modo coherente haciendo que las diferentes ideas se
sustenten mutuamente constituyendo al final lo que se puede denominar un edificio doctrinal. Así como
la labor crítica se presentaba bajo la metáfora de la perforación, su función constructiva se presenta
bajo la metáfora arquitectónica. Los filósofos que representan esta característica son Kant y Hegel.
Debe tenerse presente que el sistema no es definitivo, sino que puede modificarse de acuerdo a las
condiciones cambiantes de la realidad.
f) Vitalidad
La filosofía no solamente es una elaboración de carácter conceptual sobre la realidad que estudia sino
que constituye también una forma de vida que le permite entender y conducirse en el mundo de
determinada manera y de acuerdo a determinados principios.
Esta característica estuvo presente en los filósofos de la antigüedad, la reflexión filosófica se ordenaba a
saber vivir como hombres dignos en medio de los demás hombres. La función de conferir sentido a la
vida y a la acción humana, de coordinar los valores, de situación del ser humano dentro del marco del
universo. La filosofía constituía una concepción del mundo y un conjunto de imperativos y
recomendaciones sobre cómo vivir.
Jaspers expresó esto señalando que "filosofar significa...no ya limitarse a elaborar conceptos o a idear
sistemas, sino elegir, decidir, comprometerse, apasionarse: vivir auténticamente y ser auténticamente sí
mismo" (La filosofía desde el punto de vista de la existencia). Sócrates consideraba que el cumplimiento
de las leyes por los ciudadanos no podía evadirse y aceptó la condena a muerte.
“Sánchez-Gey, por su parte advierte que “una filosofía que no sirve para resolver los problemas de la
vida cotidiana, para curar las heridas del alma, no interesa”. ¿Cómo se pondría en práctica esta
declaración de intenciones? “Sencillamente, opinando de todo –señala (Javier) Sadaba-. Si Sócrates
levantara la cabeza y viera a filósofos que se niegan a opinar del terrorismo, de la clonación…se volvería
a morir”. Y es que la filosofía está íntimamente emparentada con los dilemas de la vida: deshace la
ambigüedad de los problemas y ayuda a tomar decisiones; analiza y aclara las ideas complejas de la
ética, la política, la ciencia, etcétera; se dedica a buscar posibles explicaciones de cuestiones abstractas
como lo válido y no válido, lo justo y lo injusto, lo cierto y lo falso, y finalmente plantea preguntas que
han sido olvidadas por la sociedad y son útiles para su desarrollo”

Después de haber leído en grupo o individualmente el contenido del presente documento y de una
profunda reflexión, explícalo utilizando un organizador grafico.
1. Explica las bases antropológicas que diferencia al hombre de otros animales.
2. Que preguntas se formulan los seres humanos movidos por la admiración y reconociendo su propia
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ignorancia
3. Explica los principales discursos interpretativos de la realidad que se han dado a lo largo de la
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historia.
4. Cómo el hombre busca responder a las preguntas sobre el sentido y necesidad de la filosofía.
5. ¿Cómo defines a la filosofía?. Es realmente “amor a la sabiduría”
6. En la Historia de la Humanidad, los problemas se han centrado en tres grandes focos: El Mundo, El
Hombre y Dios. Que otros grandes problemas podemos ahora considerar como responsabilidad
filosófica.
7. Analiza cada una de las características enunciadas en el texto, explícalas con ejemplos, asumiendo
siempre una postura filosófica.

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