Don Aníbal, de 80 años, vive en la reserva Pacaya-Samiria y se dedica a la recolección de aguaje, un fruto que cree esconde el "fruto de la vida" por sus propiedades y por la buena salud que le brinda. Su nieto Jacinto, un joven agrónomo, lo visita y le enseña una técnica más sustentable para recolectar el aguaje trepando a los árboles en vez de talarlos. Juntos recolectan aguaje que Jacinto promete vender para ayudar a
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Don Aníbal, de 80 años, vive en la reserva Pacaya-Samiria y se dedica a la recolección de aguaje, un fruto que cree esconde el "fruto de la vida" por sus propiedades y por la buena salud que le brinda. Su nieto Jacinto, un joven agrónomo, lo visita y le enseña una técnica más sustentable para recolectar el aguaje trepando a los árboles en vez de talarlos. Juntos recolectan aguaje que Jacinto promete vender para ayudar a
Don Aníbal, de 80 años, vive en la reserva Pacaya-Samiria y se dedica a la recolección de aguaje, un fruto que cree esconde el "fruto de la vida" por sus propiedades y por la buena salud que le brinda. Su nieto Jacinto, un joven agrónomo, lo visita y le enseña una técnica más sustentable para recolectar el aguaje trepando a los árboles en vez de talarlos. Juntos recolectan aguaje que Jacinto promete vender para ayudar a
Don Aníbal, de 80 años, vive en la reserva Pacaya-Samiria y se dedica a la recolección de aguaje, un fruto que cree esconde el "fruto de la vida" por sus propiedades y por la buena salud que le brinda. Su nieto Jacinto, un joven agrónomo, lo visita y le enseña una técnica más sustentable para recolectar el aguaje trepando a los árboles en vez de talarlos. Juntos recolectan aguaje que Jacinto promete vender para ayudar a
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TÍTULO:
“EL FRUTO DE LA VIDA”
SEUDÓNIMO: TAURO EL FRUTO DE LA VIDA Autor: Tauro ¡La selva tiene magia que te pueden cautivar o volverte loco, ten mucho cuidado hijito! ¿por qué no vas primero a visitar a tu abuelito Aníbal?, le dijo don Rogelio papá de Jacinto, por lo que el joven Agrónomo decidió ir a Buenos Aires, pueblito ubicado en la reserva Pacaya- Samiria, allí vivía su abuelito Aníbal de 80 años, se dedicaba a la recolección de Aguaje toda su vida, por ello en su mesa no faltaban los aguajes Shambo y su chapo de Ungurahui; la gente del pueblo creía que don Aníbal escondía el fruto de la vida en su chacra, pues, nunca tuvo enfermedades cancerígenas, se mantenía fuerte virilmente y tenía como conviviente a Aurora una hermosa loretana de 27 años con seis meses de embarazo, vivían en una inmensa casa de emponado de ambiente limpio y fresco, estaba rodeado de árboles de frutos comestibles que caían por la ráfaga del viento, estos frutos servían de alimento a las aves de corral, paujiles y hasta motelos, él decía que todo ser vivo tiene derecho a vivir honorablemente. Don Aníbal, como toda mañana se alistaba para ir a cosechar los frutos de Aguaje, de pronto se percata que una lancha atracaba en su puerto, vio que un joven alto y robusto desembarcaba y caminaba con dirección a su casa, cargaba una pesada mochila y una colchoneta en la espalda, - ¡Abuelitoooo Aníbal buenos días! _ le dio un fuerte abrazo, don Aníbal se quedó estupefacto, y se preguntó entre sí, quien será este joven. -Mi papá se llama Rogelio tu hermano, yo fui a Iquitos de cinco años_ lo recalca Jacinto. Por lo que don Aníbal, dio un grito jubilosamente, acarició a su nieto, e inmediato llamó gritando a Aurora y lo presento al recién llegado. Poco después los dos decidieron ir en busca del fruto de esta palmera, recorrieron casi todo el medio día para llegar a un aguajal, cansados y sedientos por la caminata. Jacinto recordó, quince años atrás los troncos de Aguaje estaban cerca a la casa, mientras tomaban su chapo de Ungurahui. Cerca de él, su abuelito ya estaba listo para dar sus primeros hachazos al primer tronco cargadísimo de aguaje, por lo que su nieto dio un grito. - ¡Nooo, abuelito! Hoy en día ya no se tumban los troncos de aguaje, se emplea la técnica del Maquisapa para subir y desgajar las macetas de aguajes__le dijo con voz desesperada a su abuelito, mientras sacaba de la mochila los rollos de soga y su arnés que había llevado oportunamente y armó inmediatamente. -Queee? De donde se me traes semejante palabra, ja, ja, ja, no soy mono, soy ser humano con muchas necesidades__dijo con voz cachacienta a su nieto. Jacinto con mucha rapidez subió el tronco de aguaje y al poco rato ya había en el suelo macetas de aguaje en mayor cantidad de lo esperado. Ya de regreso con los sacos de aguaje, Jacinto prometió a su abuelito que lo ayudaría vender los sacos de aguajes en Iquitos a un buen precio y aprovechó para decirle que el aguaje previene enfermedades del corazón, es un fruto anti envejecimiento por su alto contenido de vitaminas A, está comprobado científicamente. FIN