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Proyecto CIPMA-FMAM
“Ecorregión Valdiviana: Mecanismos Público-Privados
para la Conservación de la Biodiversidad en la Décima Región”
Presentación
Durante cientos de miles de años en Chile han evolucionado formas de vida que son únicas: el
Alerce, el segundo árbol más longevo del planeta; el monito de monte, el marsupial más antiguo; y
el pudú, el ciervo más pequeño, por nombrar algunas.
El Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), la principal herramienta
para proteger la biodiversidad del país, presenta limitaciones –de representatividad ecológica, de
conectividad y de presupuesto, entre otras– para cumplir con su objetivo en el largo plazo.
El presente documento ha sido preparado para servir de apoyo a las experiencias de creación y
manejo de Áreas Protegidas Privadas emprendidas por quienes participan en el “Programa de
Fomento para Proyectos de Conservación en Tierras Privadas de la Décima Región”. Este Programa
está destinado a apoyar a 150 gestores de iniciativas privadas de conservación, a través de cinco
incentivos no monetarios (capacitación, entrenamiento, asistencia técnica y legal, acceso a
información y reconocimiento social) con el fin de promover la creación de nuevas Áreas
Protegidas Privadas en sitios de alto valor ecológico de la Décima Región, y mejorar la gestión de
las actualmente existentes.
Esperamos que el contenido de este documento contribuya a que sus destinatarios se familiaricen,
en un nivel introductorio, con enfoques, conceptos y técnicas que nos parecen fundamentales para
que sus iniciativas se acerquen cada vez más al objetivo de conservación de la naturaleza que
persiguen. Buscamos entregar información simple, directa y práctica, que sea útil para que los
gestores de Áreas Protegidas Privadas mejoren sus capacidades para proteger aquellos lugares a los
que han destinado tanta dedicación, cariño y esfuerzo. Los temas seleccionados responden a
necesidades e intereses recogidos en las distintas actividades de capacitación y entrenamiento en
terreno desarrolladas, durante los últimos 18 meses, en distintos lugares de la Décima Región.
Estamos concientes que este es un primer paso en un sendero de largo recorrido donde todos
estamos aprendiendo. Así como las iniciativas de conservación en tierras privadas irán madurando y
evolucionando, fortaleciéndose en sus aspectos técnicos y estratégicos, nuestra capacidad de
entregar apoyo especializado, orientación y experiencia práctica irá a su vez enriqueciéndose.
Tenemos la convicción de que las Áreas Protegidas Privadas de nuestra región, independientemente
de su tamaño, grado de desarrollo o preparación técnica de sus gestores, tienen una función de
primera importancia que cumplir en la tarea nacional de conservar nuestra única biodiversidad.
Esperamos que el presente documento sirva de apoyo para el logro de esta misión.
Valdivia, enero de 2003.
3
INDICE
1. Ecología y paisaje 4
Con los pies sobre la tierra 4
Factores ambientales 6
Especies, comunidades, Ecosistemas 7
Recuadro 1: Descripción general de la ecorregión de los bosques 10
valdivianos y su importancia para la conservación (1 página)
4. Conservación de la Biodiversidad 26
Diversidad genética 27
Diversidad de especies 27
Diversidad de ecosistemas y paisajes 28
Los corredores biológicos 30
Tabla N° 1 31
Recuadro 4: Sitios prioritarios para la conservación en la X región 36
5. Glosario 39
6. Bibliografía recomendada 41
4
1. ECOLOGÍA Y PAISAJE
del clima corresponden a una interacción entre el clima natural de la región (factor
abiótico), con la sombra y la evaporación de agua de las hojas del árbol (factores bióticos).
A diferencia de los factores abióticos, los factores bióticos son generados por los propios
seres vivos, por lo que son muchos y muy complejos. Incluyen tanto las condiciones
creadas en la relación de cada una de las distintas formas de vida con su medio, como de
las relaciones positivas o negativas que establecen distintos seres vivos entre sí. El conjunto
de condiciones creadas por la interacción entre las diferentes formas de vida y su entorno,
y que a su vez condicionan el desarrollo de cualquier otro ser vivo recibe el nombre de
factores ambientales. El conjunto de los factores ambientales y la estructura física que debe
tener un determinado lugar para que un determinado ser vivo pueda desarrollarse constituye
su hábitat .
Siguiendo con el ejemplo anterior, al efecto directo de protección del sol que produce un
árbol, y la evaporación del agua por sus hojas, hay que sumar otros factores como la posible
estacionalidad de la caída de las hojas, la textura o composición química de la hojarasca
acumulada bajo el árbol, la capacidad de las raíces del árbol para bombear agua desde el
suelo, o la competencia por la luz solar entre las especies que se desarrollan bajo el árbol.
La conjugación de estos y otros factores es lo que explica por qué las plantas que viven
bajo la sombra de un maitén (Maytenus boaria) son muy diferentes a las que crecen bajo el
roble (Nothofagus oblicua), o que bajo la sombra del pino (Pinus radiata) muy pocas
plantas pueden sobrevivir. Cada una de estas situaciones constituyen el hábitat adecuado
para diferentes tipos de plantas y animales.
6
FACTORES AMBIENTALES
FACTORES
ABIOTICOS
• Geología
• Clima
• Relieve
• Exposición
• Geología
• Sombra
• Clima
• Evapotrasnpiración
• Relieve
• Materia orgánica
• Exposición
• Refugio
• Microtopografía
• Alimento
• Competencia
7
Al igual que nosotros, una infinidad de plantas, hongos, insectos y otros invertebrados
buscan la sombra de determinados árboles y dependen de su permanencia para sobrevivir.
Cada uno de estos organismos, que presentan características físicas similares y que se
reproducen entre sí para perpetuarse en el tiempo, recibe el nombre de especie.
Al conjunto de todos los individuos de una misma especie que coexisten e interactúan en un
lugar, y que por lo tanto están en condiciones de reproducirse entre sí, se les llama
población. Se define población como un grupo de individuos de una misma especie que
viven en un espacio geográfico suficientemente restringido para que cualquier miembro de
la población potencialmente se pueda aparear con cualquier otro miembro del sexo opuesto
(Noss, 1999).
Todas las especies de fauna y flora requieren la combinación de ciertos factores
ambientales que respondan a sus requerimientos de hábitat, es decir, a las condiciones
concretas en las que pueden nacer, crecer y reproducirse de manera óptima. A veces es
difícil determinar cual es el hábitat de una especie, sobretodo cuando se trata de animales
que se desplazan entre distintos ambientes para resolver distintas necesidades, tales como la
alimentación, la reproducción o la crianza. Para ellos se ha creado el concepto del ámbito
de hogar, el que corresponde a un territorio más amplio que contiene el conjunto de
hábitats que estas especies requieren.
Al conjunto de diferentes especies, que coexisten y se interrelacionan en un mismo tipo de
hábitat, se le conoce como una comunidad biológica, la que está en permanente cambio
producto de los procesos naturales o artificiales que influyen en el ambiente. Dada la
riqueza y variedad de especies presentes en cualquier lugar, por lo general es preciso acotar
a qué tipo de comunidad nos referimos, tratándose de manera diferenciada a las
comunidades de microorganismos, de insectos, de plantas, de aves, o de mamíferos, entre
otras muchas posibilidades de clasificación de seres vivos.
Cualquier población de cualquier especie en particular tiene dos requerimientos básicos
para poder mantenerse en el largo plazo: disponer de suficiente espacio para satisfacer las
necesidades vitales de sus individuos, y mantener cierto equilibrio en el número de los
individuos que la componen. Para ello es clave la capacidad de intercambio con otras
8
• A otra escala temporal, numerosos estudios sobre los cambios climáticos ocurridos
desde la última era glacial demuestran desplazamientos importantes de las
distribuciones de comunidades enteras tanto en sentido norte-sur como a lo largo de un
gradiente altitudinal en zonas de montaña por cambios en la temperatura media anual,
en la temperatura mínima y máxima absolutas y/o en el promedio anual de
precipitación.
Volviendo al ejemplo inicial, el tipo de ambiente que existe bajo la copa de los árboles es
utilizado por comunidades de especies de plantas con requerimientos de hábitat muy
estrictos. Este tipo de hábitat, conocido en la jerga científica como ambiente nemoral, se
caracteriza por tener unas condiciones muy estables de luz, temperatura y humedad
ambiental como resultado de la protección que brinda la copa de los árboles, así como una
gran cantidad de materia orgánica en descomposición. Ello hace posible el desarrollo de
especies muy sensibles a las alteraciones naturales o humanas, como la orquídea palomita o
chequen lahuen (Codonorchis lessonii) o la flor de la araña (Arachnittis uniflora), una
planta sin clorofila que se alimenta de la hojarasca en descomposición.
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La Ecorregión de los bosques valdivianos de Chile y Argentina es una de los siete ecorregiones de bosques
Templado Lluviosos del mundo y representa el segundo más grande del planeta de este tipo. De
aproximadamente 1.600 kilómetros de largo se encuentra desde Curicó (VII Región) hasta Cochrane (XI
Región), ocupando también una estrecha faja de la cordillera de los Andes en el sur argentino.
Este bosque pluvial exuberante, con árboles de hasta 50 metros de altura, mantiene todavía algunas muestras
intactas de los ecosistemas forestales antiguos, en grandes superficies continuas a lo largo de un gradiente
altitudinal y latitudinal. Rodeado por el océano, la cordillera y el desierto, su situación de aislamiento por
millones de años lo ha convertido en una isla biogeográfica.
Con un medio abiótico caracterizado por un clima de tipo oceánico, con una alta pluviometría, veranos suaves
e inviernos no demasiado rigurosos muy favorables para el crecimiento de la vegetación, el desarrollo de los
bosques alcanza valores de biomasa y productividad sumamente elevados, similar al de las selvas tropicales,
por lo que también es conocido como selva fría valdiviana.
No obstante, la Ecorregión Valdiviana posee diferentes tipos de bosque, producidos por las diferencias
climáticas y por las condiciones de suelo que ocurren a lo largo de su área de distribución, desde las cumbres
de la Cordillera de los Andes a la Cordillera de la Costa, pasando por el valle central que las separa. El área,
además, posee el segundo más alto nivel de vulcanismo a escala global. El fuego, las coladas de lava y las
avalanchas o lahares son perturbaciones naturales que cumplen un papel determinante en la distribución y
variabilidad de las comunidades vegetales, influyendo en la regeneración de especies de gran longevidad y
lento crecimiento como la araucaria y el alerce, y en la mantención de ciertos tipos de matorral natural de
altura.
Esta situación, junto al largo aislamiento anteriormente mencionado, ha dado lugar a un extraordinario nivel
de endemismo, es decir, especies de flora y fauna que sólo viven en estos bosques y que no se pueden
encontrar en ninguna otra parte del planeta. Asimismo, muchas comunidades animales y vegetales han estado
presentes en este territorio desde tiempos de Gondwana, el supercontinente desde el cual se desprendió
América del Sur y otros actuales continentes hace más de 150 millones de años, por lo que su origen es muy
antiguo. A modo de ejemplo, un tercio de los 82 géneros de plantas leñosas presentes en la ecorregión son lo
suficientemente antiguos para tener los parientes más próximos en Australia y Nueva Zelanda, territorios que
junto a la antártida tienen un origen gondwánico. Como en el caso de otros hábitats aislados, la importancia
de la Ecorregión Valdiviana reside principalmente en su singularidad, al mantener especies, comunidades y
ecosistemas irremplazables que, como el olivillo (Aetoxicom punctatum) o el monito del monte (Dromiciops
gliroides), son los únicos representantes de sus familias en todo el planeta. De manera similar a estas especies,
un 76% de los anfibios, 50% de peces de agua dulce, 36% de mamíferos y 30% de aves son endémicos de
estos bosque templados del sur del continente. Por ello, muchos científicos e instituciones internacionales
relacionados con la conservación, consideran que la biodiversidad de la Ecorregión Valdiviana posee un alto
valor a nivel mundial, el que actualmente se encuentra en un gran riesgo de desaparecer.
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Secuencia en cadena
Uno de los principales procesos ecológicos observables a simple vista tras una perturbación
natural o humana es la sucesión, es decir, el cambio desde una comunidad de especies hacia
otra distinta debido a los cambios que los propios seres vivos producen en el ambiente.
A modo de ejemplo, en bosques que fueron intensamente perturbados por deslizamientos
de tierra en el terremoto de 1960 ocurrido en el sur de Chile, las condiciones de luz,
temperatura y estructura del suelo hicieron posible la colonización de especies nativas
como el notro (Embothrium coccineum), el ulmo (Eucriphia cordifolia) o el coigüe
(Nothofagus dombeyi), cuyas semillas se dispersan con el viento y cuyo rápido crecimiento
limita la instalación de otras plantas más exigentes . A su vez, estas especies, luego de
formar un denso bosque, generaron nuevos cambios en las condiciones del medio (sombra,
humedad, materia orgánica en el suelo) que permitieron el establecimento de otras especies
que toleran la sombra como el laurel (Laurelia semprevirens), o el mañio hembra
(Saxegothaea conspicua), junto con otras plantas menores que necesitan la protección de
árboles para sobrevivir, como algunas orquídeas y enredaderas. Estas modificaciones en el
hábitat no sólo afectaron a la flora del lugar sino también a parte importante de la fauna que
debió migrar en busca de nuevos hábitats para resolver sus requerimientos alimenticios y de
refugio apropiados para su subsistencia. De no ocurrir nuevas alteraciones, las especies
tolerantes a la sombra acabarán por dominar el bosque, dado que las semillas de coigüe y
de las otras especies que se instalaron inicialmente no toleran las condiciones de sombra
creadas por sus progenitores.
Este proceso natural de sucesión no es rígido, y se verá altamente influenciado por una serie
de condiciones que no son predecibles. Por ejemplo, un año de buena semillación de raulí
(Nothofagus alpina), o la cercanía de un árbol semillero de lingue (Persea lingue),
determinará qué tipo de especie logre colonizar con mayor rapidez un terreno deforestado,
lo que definirá a futuro el tipo de bosque que encontraremos. Asimismo, la presencia de
quila (Chusquea quila), especie colonizadora en los bosques del sur de Chile, condiciona en
gran medida la sucesión tras la caída de un grupo de árboles, dado que crece rápidamente
invadiendo el espacio y evitando durante muchos años el establecimiento de árboles, que en
ausencia de ésta podrían reconstituir el bosque en pocos años.
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Golpe a golpe
Los cambios en las condiciones ambientales causadas por la actividad humana son
consideradas perturbaciones artificiales. Al igual que las de origen natural, las
perturbaciones artificiales pueden ser de mayor o menor intensidad, extensión territorial,
duración o frecuencia, aunque por lo general en nuestros días lamentablemente
predominan las perturbaciones de alta intensidad, extensión y frecuencia como incendios
provocados, tala rasas o movimientos de tierras, entre muchas otras.
Unido a ello, las perturbaciones de origen humano son más complejas y su efecto es aún
más prolongado e impredecible. A diferencia de la evolución natural tras un deslizamiento
de tierra, la tala del bosque suele ir acompañada en muchos casos del ramoneo del ganado.
Este modifica en el largo plazo el proceso de colonización, desplazando a coigües y ulmos
que eliminados por el ganado y favoreciendo la aparición de arbustos espinosos como el
calafate (Berberis buxifolia) y el espino negro (Rhaphitamnus spinosus), venenosos como
el pillo-pillo (Ovidia pillo-pillo) o de mal sabor como el canelo (Drymis winteri), los que
resisten mejor la presencia del ganado. No obstante, estas plantas, además de mejorar las
características del suelo, ofrecen sombra y refugio a algunas especies tolerantes a la sombra
como el arrayán (Luma apiculata) que pueden llegar a dominar el bosque en el futuro.
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constante destrucción de su hábitat. Entre las aves de la Selva Valdiviana está el pájaro carpintero
(Campephilus magellanicus), que se alimenta de larvas e insectos que viven en los troncos podridos de
árboles muertos que quedan en pie. Esta especie es la más grande del Cono Sur, pero con la extinción de un
pájaro carpintero de Norteamérica ha pasado a ser el más grande del mundo. También es común encontrar en
estos bosques al Chucao (Scelorchilus rubecula), un ave que restringida a vivir únicamente al interior del
bosque, lo que la vuelve especialmente sensible a la fragmentación. Otras aves características de estos
bosques son los loros, torcazas, colibríes y el concon (Strix rufipes), una especie de lechuza que también vive
sólo al interior de los bosques, principalmente de bosques intactos.
En el caso de los invertebrados, entre los más conocidos está el ciervo volante (Hiasognatus granti), la madre
de la culebra (Ancestrotes cumingu) o la sanguijuela más grande del mundo, el liguay (Americobdela
valdiviensis), invertebrados que poseen largos ciclos de vida antes de alcanzar la madurez.
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Como todo ser vivo, el ser humano ha utilizado los recursos ofrecidos por la naturaleza para
satisfacer sus necesidades de sobrevivencia. Con ello ha generado cambios en los factores
ambientales que hacen posible el desarrollo de otras formas de vida, favoreciendo a algunas
en detrimento de otras.
El aumento explosivo de la población humana y nuestra gran capacidad de obtener y
transformar energía del ambiente, ha influido dramáticamente en el balance ecológico del
planeta. Actividades como la sobreexplotación de los recursos (agua, suelo, flora y fauna),
la construcción de represas y la sustitución de los ecosistemas por sistemas artificiales
(bosques por ciudades, cultivos, praderas o plantaciones), han afectado la disponibilidad de
hábitats para las demás especies y, con ello, la capacidad de los ecosistemas de recuperase
y responder a los cambios en forma efectiva. Estos grandes desequilibrios se expresan tanto
en los ámbitos naturales como en la dimensión económica y social de la propia especie
humana.
Los servicios ambientales son beneficios que recibimos de manera permanente y que están
asociados a la existencia de los ecosistemas. Por ejemplo, gracias a los bosques que
almacenan agua, ésta está disponible para consumo humano o usos productivos durante
todo el año y no sólo en las estaciones lluviosas. Otro ejemplo es la capacidad de los
bosques, y de los vegetales en general, de fijar el carbono del aire y emitir grandes
cantidades de oxígeno a la atmósfera, permitiendo la supervivencia de todas las especies
animales en el planeta, entre ellas la nuestra..
La calidad escénica del paisaje es otro servicio ambiental, asociado a la actividad turística.
La Región de Los Lagos, o Lake District como lo conocen mucho turistas extranjeros, se ha
logrado posicionar en una situación ventajosa respecto de otras regiones en lo que a turismo
se refiere. La belleza de sus lagos y volcanes no es el único atractivo de la región, los
bosques tienen una importancia fundamental en el mantenimiento de un ambiente agradable
y saludable que motiva a miles de turistas nacionales y extranjeros a ocupar hoteles y
restaurantes, cabañas y otros servicios turísticos de los que viven muchas familias.
De manera semejante, la industria de la salmonicultura depende del mantenimiento de
cuencas productoras de aguas limpias y oxigenadas, en tanto la agricultura y ganadería de
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la estabilidad climática que evite sequías e inundaciones. Todos ellos son servicios
ambientales prestados por los ecosistemas forestales a sectores económicos que generan
empleo y riqueza en nuestra región. La destrucción de los bosques implica por lo tanto un
grave riesgo para nuestra calidad de vida.
en el largo plazo de muchas de las especies del planeta. Por otra parte, la fragmentación
afecta dramáticamente el funcionamiento de interacciones ecológicas tales como
mutualismos de polinización y la dispersión de semillas, disminuyendo así la regeneración
de las especies vegetales.
El picaflor y el quintral
Un ejemplo de mutualismo de polinización es el que ocurre entre el quintral (Tristerix
corymbosus), el picaflor (Sephanoides galeritus) y el monito del monte (Dromiciops
gliroides). El quintral sólo crece sobre determinados árboles nativos, como el roble, el
arrayán macho y el maqui, y en su floración invernal necesita de los picaflores para que
ocurra la polinización de sus flores y puedan formarse los frutos. A su vez, el picaflor
necesita el azúcar del néctar de estas flores para sobrevivir a las bajas temperaturas
invernales. Mientras que, el monito del monte se alimenta de los frutos del quintral,
diseminando sus semillas por los alrededores. La destrucción y fragmentación de los
bosques provoca el distanciamiento de los árboles con quintral, por lo que los picaflores
solamente polinizarán aquellos quintrales que se encuentren a una distancia apropiada y los
monitos del monte solamente podrán aprovechar los quintrales presentes en el pequeño
fragmento de bosque que ocupe. Ello afecta a la vez a la supervivencia de las poblaciones
de las tres especies el picaflor que no encuentran alimento disponible en el invierno, el
monito del monte que no puede acceder a los frutos del quintral de otros fragmentos de
bosque y el quintral, que disminuye su producción y dispersión de semillas fértiles.
Una manera de disminuir los efectos de la fragmentación es creando corredores biológicos
que conecten entre sí los parches de vegetación nativa que aún existen, a fin de facilitar la
migración de distintas especies que necesitan de estos hábitats.
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Otras plantas introducidas logran alterar y cambiar ecosistemas completos, como es el caso
del Luchecillo (Egeria densa), que actualmente crece a orillas del río Calle-Calle y en el
Santuario de la Naturaleza Río Cruces. Esta especie de origen brasileño fue utilizada en un
principio como planta de acuario, pero casual o deliberadamente llegó a los ríos y lagos del
país. Sus efectos son claramente observables, pues crece formando manchones densos que
impiden el movimiento del agua, atrapan el sedimento y en ocasiones dificultan la
navegación, la pesca y la natación. Si bien el Luchecillo ha invadido amplios sectores del
Río Cruces, desplazando a otras especies nativas, en la actualidad es la principal fuente de
alimentación para el Cisne de Cuello Negro, beneficiando a esta especie y modificando la
composición de la comunidad de especies de aves.
Para evitar los peligros asociados a las especies introducidas es fundamental respetar las
normas sobre traslado de material biológico entre países que es regulado en Chile por el
Servicio Agrícola y Ganadero, controlar el acceso de los animales domésticos al bosque y
utilizar especies nativas en el ajardinamiento de nuestras casas de campo.
Pérdida de suelos
El suelo es la base en la que animales y plantas se apoyan para subsistir. La materia
orgánica (humus) que contiene el recurso suelo constituye el primer paso en el ciclo de los
sistemas naturales, pues las plantas obtienen de él los nutrientes necesarios para realizar la
fotosíntesis. Por esta razón, el suelo no debe verse como una unidad independiente, sino
como parte de la cadena que constituyen suelo-flora-fauna, la base del sistema natural.
El suelo del que hoy disponen nuestros bosques es el capital acumulado por la naturaleza
durante miles de años. Por ello, y dada la lentitud de su desarrollo, su pérdida podría
considerarse un proceso irreversible en la escala de tiempo humana.
La pérdida de suelos tiene variadas causas, aunque la principal de ellas es la erosión o
arrastre del material por el agua o el viento para acabar siendo depositado en el fondo de
ríos, lagos y mares. Los procesos de erosión del suelo se desencadenan cuando se rompe el
equilibrio entre el clima, el relieve y la vegetación. En climas lluviosos como el nuestro, los
terrenos con pendiente deben estar protegidos permanentemente por una cubierta de árboles
o arbustos, de lo contrario el agua se llevará poco a poco nuestro suelo. Algunas prácticas
forestales como la tala rasa de bosques o plantaciones, los incendios provocados, la
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4. CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
Una cualidad crítica en todos los ecosistemas y en todas las escalas de tiempo y espacio es
la biodiversidad. Pese a ser un concepto evasivo, difícil de capturar en una definición, la
más sencilla podría ser "la variabilidad de la vida y sus procesos". La diversidad biológica o
biodiversidad involucra la riqueza de organismos, su variabilidad genética y la de los
ecosistemas a los cuales pertenecen. La biodiversidad actual es el producto final de
procesos y eventos que han ocurrido en forma natural durante miles de millones de años.
Desafortunadamente, muchos de estos procesos han sido interrumpidos y fuertemente
alterados por el ser humano, causando la reducción de la biodiversidad en el planeta.
La biodiversidad es de gran importancia para la humanidad, ya sea desde el punto de vista
económico, cultural, educativo, genético o ecológico. Por ejemplo, la pérdida de
biodiversidad puede limitar la disponibilidad y explotación de especies de importancia
alimenticia o medicinal, o bien afectar procesos a mayor escala como la estabilidad
climática o la calidad del agua. Así, los objetivos que persigue la conservación de la
biodiversidad pueden explicarse con tres principios:
a) la mantención del cambio evolutivo. La evolución ofrece una perspectiva histórica que
permite explicar la biodiversidad actual. El objetivo es entonces asegurar que las poblaciones
respondan naturalmente a los cambios del ambiente.
b) la mantención de la dinámica ecológica. Los cambios son constantes en el ambiente, las
perturbaciones son un componente universal de las comunidades ecológicas. Resulta necesario
entonces la conservación de esos procesos dinámicos y su relación con grandes ecosistemas.
c) la consideración de la presencia humana. La sociedad humana siempre ha tenido impactos
sobre las comunidades ecológicas. La conservación debe incorporarnos para comprender los
procesos naturales y diseñar e implementar soluciones.
La biodiversidad existe en varios niveles de la organización biológica y en cada uno de
estos niveles puede verse amenazada por las actividades humanas. Por ello la biodiversidad
es un concepto central en la conservación moderna.
Diversidad genética
Los biodiversidad incluye toda la variabilidad genética dentro de cada una y entre las
diferentes poblaciones de las especies. Las poblaciones animales y vegetales difieren unas
de otras, y los individuos dentro de estas poblaciones varían, en gran medida, porque
poseen combinaciones únicas de genes adaptados a las condiciones específicas del
ambiente. Sin variabilidad genética, las poblaciones son menos adaptables y su extinción es
más probable. Pequeñas poblaciones, aisladas de otras de la misma especie por la
fragmentación del hábitat, son más susceptibles de cruzamiento entre parientes cercanos, lo
que limita sus diversidad genética y sus posibilidades de adaptación a circunstancias
ambientales cambiantes. La diversidad genética es fundamental para que se mantengan los
procesos evolutivos. Las grandes plantaciones de álamos, pinos o eucaliptos que
encontramos hoy en día en la X Región proceden, en la mayor parte de los casos, de las
semillas de unos pocos individuos importados de sus respectivos países de origen e incluso
pueden llegar a ser idénticos, al proceder de un mismo ejemplar clonado “in vitro” o
propagados por estaca o patilla. Estos bosques, que pueden ser sumamente productivos bajo
las actuales condiciones ambientales, son en cambio muy pobres genéticamente y por lo
tanto muy sensibles a cualquier pequeño cambio en el medio, tanto de origen climático
como debido a la llegada de nuevas plagas y enfermedades.
Diversidad de especies
rangos de variación. Cabe destacar que, aunque existen especies emblemáticas, como la
guiña o el alerce, la conservación del la biodiversidad de nuestros bosques debe ser
abordada desde un enfoque ecosistémico, asumiendo la importancia de todos los seres
vivos, grandes y pequeños que se desarrollan en él. Las especies herbáceas y arbustivas,
como el maqui (Aristotelia maqui) o la murta (Ugni molinae) que protegen el suelo de la
erosión en las primeras etapas tras una perturbación natural o humana; los pequeños
insectos polinizadores como el moscardón (Bombus sp.), que posibilitan la producción de
grandes cantidades de frutos silvestres; las numerosas especies de pequeñas aves y
micromamíferos, como el fio-fio (Elaenia albiceps) o el ratón de darwin (Phyllotis
darwinii) que dispersan las semillas; los hongos y la microfauna del suelo que permiten el
reciclaje de los nutrientes. La conservación del ecosistema forestal requiere el
mantenimiento de toda esta multitud de pequeñas especies, poco llamativas pero muy
sensibles a las modificaciones en el entorno. Algunas de estas especies juegan un rol
fundamental al ser piezas clave sobre quienes recae en gran parte la estabilidad del
ecosistema. No obstante, debemos tener en cuenta que la mayor parte de estas especies son
muy poco conocidas. Cientos de especies de invertebrados y quizás miles de diferentes
especies de hongos y bacterias pueden encontrarse en un metro cuadrado de nuestros
bosques, y probablemente todavía muchos de estos organismos esperan ser descubiertos,
por lo que es preciso aplicar un principio de precaución a la hora de diseñar estrategias de
conservación de la biodiversidad.
por los procesos de perturbación y sucesión ecológica que tienen lugar en ellos. Mantener
el equilibrio entre estos microambientes es crucial para mantener el dinamismo del
ecosistema.
Por ejemplo, muchas especies animales usan más de un tipo de hábitat para satisfacer sus
necesidades a lo largo de sus vidas. Aunque la guiña (Oncifelis huigna) utilice los bosques
adultos con grandes árboles para reproducirse o guarecerse, también desarrolla parte de su
actividad en renovales, matorrales e incluso plantaciones forestales. Para la mayor parte de
las especies, la funcionalidad de un determinado hábitat depende en gran medida de la
presencia de otros colindantes, por lo que el ecosistema no puede ser protegido
adecuadamente a través del la conservación de muestras aisladas de los diversos hábitats.
La discontinuidad estructural del paisaje ofrece oportunidades para muchos organismos, a
la vez que puede asimismo frenar el avance de incendios, plagas y enfermedades que
pongan en riesgo la estabilidad del ecosistema. Un paisaje de gran diversidad estructural
será aquel que contenga muchos tipos de ambientes diferentes, en los cuales se desarrollen
procesos ecológicos tales como intercambio de genes o el flujo de nutrientes y de energía,
a través de la dinámica de cuencas o de las distintas etapas en los procesos vitales de los
seres vivos.
compuesto por muchos hábitats diferentes, variando desde verdaderos bosques maduros
hasta praderas y parcelas de matorral o renoval en diferentes etapas de colonización.
Pérez Rosales- formando una gran unidad de conservación de más de 360 mil ha. El resto
de las áreas protegidas de la Décima Región muestran un alto grado de aislamiento.
Particularmente grave es la situación de las áreas protegidas de menor tamaño, como la
R.N. Valdivia, el M.N. Alerce Costero y la R.N. Mocho-Choshuenco, todas con superficies
inferiores a 10.000 hectáreas y sometidas a una fuerte presión en su entorno inmediato.
Algunos estudios sugieren que este es un tamaño insuficiente para garantizar la
supervivencia en el largo plazo de las especies que contienen, en especial de los mamíferos
de mayor tamaño, los que necesitan áreas extensas para sostener poblaciones viables.
En la Décima Región existen al menos 33 especies de mamíferos terrestres, de los cuales 17
presentan problemas de conservación. La siguiente tabla muestra los resultados para la
Décima Región de un estudio que evaluó la capacidad de las actuales unidades del
SNASPE para contener poblaciones de tamaños mínimos viables de las principales especies
de mamíferos grandes:
Tabla N° 1: Densidades poblacionales, áreas mínimas viables y unidades del SNASPE con tamaños
adecuados para cinco especies de mamíferos grandes de la Décima Región
Especies Nombre científico Densidad (ind/km2) Área viable (km2) * Nº unidades
del SNASPE
Mínima Máxima Mínima Máxima con tamaño
adecuado
Pudú Pudu pudu 3,85 6,25 80 130 7
Huemul Hippocamelus bisulcus 0,02 1,8 278 25000 0
Chingue Conepatus humboldtii 6,25 10,3 48 80 10
Como vemos, el reducido tamaño de las áreas protegidas, y la inexistencia de zonas que las
conecten entre sí, aumenta los riesgos de extinción de la fauna local. El establecimiento de
corredores ecológicos y zonas de amortiguamiento, diseñados y gestionados activamente,
pueden contribuir a superar los efectos de la fragmentación al favorecer estructuras de
hábitat adecuadas para especies o procesos propios de los ecosistemas a resguardar y que
32
La funcionalidad del corredor se basa por tanto en su capacidad de soporte para permitir el
establecimiento de poblaciones residentes (en el caso de especies con un pequeño radio de
dispersión) o de ofrecer temporalmente refugio y/o alimentación a un pequeño número de
individuos procedentes de poblaciones aledañas. A modo de ejemplo, muchas especies
diferentes utilizan las riberas de los ríos para desplazarse. Por lo tanto, el establecimiento de
un corredor ecológico fluvial en una zona de ribera ofrecerá una buena oportunidad para
proteger su función de conexión.
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Corredor local: conecta fragmentos de hábitat próximos entre sí, como parches de
bosque, usando franjas de hábitat adecuado como cortinas de árboles o arbustos y riberas
de esteros y arroyos, para permitir desplazamientos de pequeños vertebrados e
invertebrados y ser una fuente de semillas de especies vegetales nativas. Estos
corredores se pueden implementar con medidas sencillas en cualquier predio
comprometido con la conservación.
Corredor zonal: funcionan a escala del mosaico de paisaje para desplazamientos diarios,
estacionales y/o permanentes de las especies. Este tipo de corredor incluye anchas
franjas de bosque, áreas de protección de ríos o manchones de bosque continuo que
siguen gradientes topográficos dentro de un mosaico de ambientes naturales
intervenidos.
1
Noss, R. (1991), Landscape connectivity: Different functios at different scales. En: Landscape
linkages and Biodiversity, pp 27-39. W.E, ed. Island Press, Washington, D.C.),.
34
La segunda propuesta corresponde a los sitios identificados por el análisis ecorregional desarrollado por
WWF a partir de 1999, de la que se desprende la siguiente lista de áreas prioritarias en la Décima Región:
HABITAT A
NOMBRE DEL SITIO PROTEGER PROPONENTES
H A F V
Mehuín X C. Smith
Río Lingue X X X G. Medina
Ampliación Río Cruces X X X X A.Lara, G. Medina, R.Schlatter
Curiñanco X X X C. Smith, R. Schlatter
Llancahue X X X A. Lara, C. LeQuesne
Corral X C. LeQuesne
Neltume X X X G. Medina
Chaihuín X X C. LeQuesne, A. Lara
Pirehueico X X CONAF(2)
Ampliación R.N. Mocho-Choshuenco A. Lara, R. Schlatter, G. Medina
Huequi X X CONAF
Cordillera Pelada X X CONAF
Fundo La Barra X CONAF, X Región
Llancacura X A Lara
Cudico X CONAF
Rio Bueno X D. Soto, C. Smith
Licán X X A. Lara, R. Schlatter
Cordillera de la Costa de Osorno X X X C. Smith, A. Lara, C. Le-Quesne
Rupanco X X X A. Lara, R. Schlatter
Llico Norte X A. Lara
Llico Sur X X X A. Lara
Petrohue X X X G. Medina, D. Soto,
Río Llanquihue X R. Schlatter
Maullín X X X R. Schlatter
Monte verde X CONAF
Puelo X X D. Soto, G. Medina
Ampliación P.N. Hornopirén 1 X X CONAF
Ampliación P.N. Hornopirén 2 X X X A Lara
Caulín X R. Schlatter
Chepu X X X R. Schlatter
Ampliación P.N. Chiloé X X X J. Armesto, C. Smith, R. Schlatter y
Butachauque X X A.Lara
Quenac X A. Lara
Talcan X X A. Lara
Corcovado X X X A. Lara
Chaiguata X X X X A. Lara
Archipiélago Guaipiquilán X X X G. Medina
Isla Guafo X X CONAF
Tic – Toc X X CONAF
Calle-calle – San Pedro X X X F. Jara
A. Lara, G. Medina
(1) HUMEDAL ; A: ACUATICO ; F: FAUNA ; V: VEGETACIÓN
(2) CONAF. Áreas incluidas en el Libro rojo de los Sitios Prioritarios para la conservación a nivel nacional
CONAF (1996).
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GLOSARIO
Factores Abióticos (no vivos): Corresponden a las condiciones que impone el medio en el
desarrollo de las distintas especies de plantas y animales que viven en un territorio. Estos
pueden agruparse en factores climáticos, factores geológicos o factores hidrológicos, entre
otros.
Factores Bióticos: Son aquellas condiciones generadas por la actividad de los seres vivos y
que afectan al desarrollo de otros seres vivos diferentes. Incluyen tanto las nuevas
condiciones creadas en su medio (como la sombra, la materia orgánica o humedad del aire
ligadas a la presencia de un árbol), como de las relaciones positivas o negativas que
establecen distintos seres vivos entre sí. Algunos ejemplos de estos últimos factores son la
competencia, la depredación, el parasitismo o la simbiosis, entre otros.
Especie: Son cada uno de los linajes de organismos que, bajo condiciones naturales,
presentan características físicas similares y pueden reproducirse entre sí para producir
descendientes fértiles.
Población: Equivale al conjunto de todos los individuos de una misma especie que
coexisten e interactúan en un lugar, y que por lo tanto están en condiciones de reproducirse
entre sí.
por lo que sus límites están definido por una determinada estructura (medio físico,
comunidad de especies, poblaciones, hábitats, etc.) y una función (factores ambientales,
relaciones entre especies, ciclos de materia y energía, etc.) que establece el investigador.
Ecorregión: Es un espacio territorial amplio, con límites bien definidos, donde coinciden
determinadas condiciones ambientales (clima, relieve, perturbaciones) y un conjunto de
comunidades de seres vivos características, que dan lugar a unidades de paisaje que
representan de alguna manera una región natural.
Dinámica natural del bosque: Respuesta natural de una comunidad de plantas a los
cambios en el medio, debido tanto a las modificaciones causadas por una perturbación
natural o humana, como a los cambios originados por la presencia de determinadas especies
que modifican las condiciones ambientales.
Especies generalistas: Son aquellas capaces de adaptarse a ambientes muy diferentes, que
colonizan rápidamente los lugares perturbados y se mantienen durante largos periodos de
tiempo.
Especies especialistas: Son aquellas que sobreviven en un solo tipo de ambiente y que por
lo tanto se adaptan muy mal a las alteraciones, quedando restringidas a los sectores más
estables.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
RECURSOS EN INTERNET
Http://www.cipma.cl/gef
Http://www.hayek.cl/ecolyma
Http://www.mnhn.cl
Http://www.sustentable.cl