Democracias, Dictaduras y Participacion Social - em 2018
Democracias, Dictaduras y Participacion Social - em 2018
Democracias, Dictaduras y Participacion Social - em 2018
Ideas básicas
La vida política de la República Argentina y de otros países de América se caracterizó
durante el siglo XX por la oscilación entre gobiernos democráticos y dictaduras, opo-
niéndose estos últimos a la legalidad constitucional.
Alcances de contenidos
- Identificación de ideales transformadores de la sociedad en los jóvenes, de su par-
ticipación política y de nuevas formas culturales de expresión (reacciones frente a la
guerra, movimientos estudiantiles, rock and roll, nuevas formas de vestir).
- Indagación sobre las actividades de represión, control o censura hacia la cultura y su
repercusión en la vida de las personas en alguno de los gobiernos dictatoriales.
- Selección de evidencias obtenidas de revistas, diarios y documentales de la época;
análisis de testimonios orales; elaboración y realización de entrevistas.
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CIENCIAS
SOCIALES
1
Para las memorias que circulan dentro de la escuela acerca del pasado reciente, es útil: Kriger (2011).
2
Véase Di Meglio, (2015).
3
“Efímero” y “Efemérides” tienen un origen común, del griego: ephémeros que significa pasajero, de escasa dura-
ción, que dura solamente un día.
4
Por ejemplo, elegimos conceptualizar la dictadura como cívico-militar para evidenciar los apoyos de diversos
actores sociales que tuvo dicho gobierno, así como la participación directa de civiles en diversas instancias y niveles
gubernamentales. No obstante, la categoría de dictadura cívico-militar es aún discutida por el campo historiográ-
fico: hay autores que prefieren seguir hablando de dictadura militar. Para esto, véase: Ministerio de Educación de la
Nación (2010) y Franco (2012). Para los cambios que se fueron sucediendo en torno a la memoria sobre la dictadura,
es útil Lvovich y Bisquert (2008).
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Reiteramos que la tarea es ardua: es muy difícil explicar la dictadura. Tal como sostie-
nen los historiadores Burucúa y Kwiatkowski:
Nos parece potente esta idea de inocencia radical de las víctimas. En otras palabras,
lo que destacamos es la importancia de explicar más que juzgar. O sea, por un lado
importa reconstruir la trayectoria de vida de estas personas para tratar de entender
por qué fueron desaparecidos, pero absolutamente nada lo justifica. Para ello propo-
nemos otorgar una importancia central a utilizar en esta secuencia el principio expli-
cativo de la contextualización.
Primer momento:
la “puerta de entrada” de la secuencia
5
Gustavo Germano (1964) es un fotógrafo argentino. Su hermano fue desaparecido por la dictadura. En 2007 expuso
por primera vez su serie Ausencias en Barcelona. Actualmente se encuentra ampliando el recorrido de imágenes a
otros países latinoamericanos que experimentaron dictaduras militares. Véase la página y el blog del autor: http://
ausencias-gustavogermano.blogspot.com.ar/ y http://www.gustavogermano.com/
Para un análisis de esta y otras muestra fotográficas vinculadas a lo privado/público véase: Durán (2013).
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CIENCIAS
SOCIALES
Un posible modo de abrir el tema con sus alumnos podría ser el siguiente:
Seguramente escucharon hablar de los desaparecidos. Recordarán que, por ejemplo,
en el acto del 24 de Marzo hablamos de ellos. Ahora vamos a estudiar con mayor
profundidad este período. Para ello vamos a trabajar, tratando de responder, clase
a clase, dos preguntas: ¿Quiénes eran los desaparecidos? ¿Por qué fueron desapa-
recidos? Y para empezar, les propongo que miremos un video subido a Youtube. Se
trata de la serie Ausencias del fotógrafo Gustavo Germano. Miramos el video y nos
preguntamos: ¿De qué trata la muestra fotográfica? ¿Qué quiso hacer fotógrafo? ¿Por
qué? ¿Qué sensaciones les transmitió el video? ¿Por qué?
Se espera que entre la interacción del visionado, las voces de los niños y las interven-
ciones docentes se reconozcan aspectos tales como:
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de los libros escolares de uso habitual. En este caso seleccionamos Ciencias Socia-
les 7. Serie Confluencias.
El siguiente relato reproduce el modo en que un docente presenta dicha lectura a
los alumnos, la selección de los textos, los propósitos y las intervenciones en los
distintos momentos del abordaje de los textos; así como las consignas que pueden
plantearse a los alumnos.
En segundo lugar, propongo ofrecer a los niños y niñas unas consignas analíti-
cas, es decir, referidas a una información puntual del texto, como una especifi-
cación de la consigna global, del siguiente modo:
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SOCIALES
¿Por qué los autores caracterizan al accionar del gobierno militar como terroris-
mo de Estado? ¿Qué significa que el Estado siembre el terror? ¿Quiénes fueron
sus víctimas? ¿Por qué a una gran parte de ellas se los llamó desaparecidos?
Por último, una consigna que abre a las preguntas de los niños, que simula uno
de los pasos del proceso de los investigadores:
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Segundo momento
Para el/la docente
Con el objeto de reconstruir la diversidad de víctimas del terrorismo de Estado, pro-
ponemos leer trayectorias de vida de hombres y mujeres que representan a distin-
tos actores sociales. Continuando la forma de trabajo, vamos a indagar sobre la vida
de estas personas a través de distintas perspectivas y múltiples lenguajes. En este
sentido Si contamos con ellos, muestro los libros de los cuales están extraídos los
fragmentos, los hago circular entre los pupitres, como un modo de reconstruir y ex-
plicitar las fuentes en la enseñanza del área. Escribimos en el pizarrón las preguntas
que siguen a continuación, la cuales orientan este momento de la secuencia y actúan
como propósito lector.
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6.58 a 7.20 Historia militante de Nano, vínculo con Ligas Agrarias. Trabaja con el
padre en la Federación Agraria, las cooperativas que estaban nucleadas en FACA
(Federación Argentina de Cooperativas Agrarias)
8.15 a 7.20 Discusiones con Diego Frondizi / Discípulo de Paulo Freire.
https://www.youtube.com/watch?v=iXTH6Elcml4
1.47 a 3.50 (cuenta su trabajo en el programa de alfabetización de adultos, CREAR,
asociado al Obispo De Nevares)
https://www.youtube.com/watch?v=IUkpBkd8QHU
0.33 a 1.05 (qué era la militancia en aquella época)
4.11 a 4.33 (su detención, sin entrar en detalles)
Se puede reemplazar esta historia de vida de un maestro por otra similar, tal como
la de algún docente desaparecido.
Tercer momento
Para el docente
Proponemos la sistematización de las historias de vida vistas y leídas en el siguiente
cuadro. Esta escritura intermedia permite guardar memoria de lo aprendido en las
clases, considerando a la carpeta como material de estudio y a los niños y niñas como
los propios autores del mismo, al tiempo que servirá de insumo para alimentar la es-
critura final de la secuencia.
Luego de completar el cuadro y proponer una lectura “horizontal” (de cada actor so-
cial) y una “vertical” (de los distintos actores sociales), puede proponer a los chicos
establecer, a partir de la información obtenida, las semejanzas y diferencias entre las
distintas trayectorias de vida de víctimas del terrorismo de Estado. Luego, se escriben
las conclusiones a las que llegaron entre todos en el pizarrón.
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Cuarto momento
Para el/la docente:
Seguimos profundizando sobre la pri-
mera pregunta que organiza la secuen-
cia, ¿Quiénes eran los desaparecidos?
La lectura de distintas trayectorias de
vida nos permitió conocer historias par-
ticulares. Ahora nos queda pendiente
saber en qué medida estas historias
individuales representan a la totalidad
de desaparecidos. Con este propósi- Portada del libro Pensar la dictadura: terrorismo de Es-
to lector, proponemos la lectura de la tado en Argentina. Preguntas, respuestas y propuestas
para su enseñanza.
página 47 del libro Pensar la dictadu-
ra. Terrorismo de Estado en la Argentina, editado por el Ministerio de Educación
de la Nación en 2010, que incluye algunas estadísticas del Nunca Más. Pueden en-
contrarlo en la web http://educacionymemoria.educ.ar/secundaria/wp-content/
uploads/2011/01/pensar_la_dictadura.pdf [consultado: 12 de diciembre de 2017]10
Aclaramos a los chicos que los datos que analizaremos están extraídos del libro Nunca
Más de la CONADEP, explicando lo siguiente: en 1983, ya en democracia, el presidente
Alfonsín conformó la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (CONADEP)
con el fin de investigar las violaciones a los Derechos Humanos. Esta comisión cons-
tató la existencia de 340 centros clandestinos de detención y recibió denuncias por
8960 desaparecidos. Sin embargo, los organismos de derechos humanos estiman
que la cantidad es mayor ya que, por temor, los sobrevivientes no siempre denuncia-
ron la desaparición de sus familiares y amigos. Es por ello que se calcula el número
de 30.000 desaparecidos. También es fundamental señalar que la propia dictadura
destruyó documentación que podría brindar mayor información, como por ejemplo
listados de personas que fueron secuestradas. Aún hoy, a más de cuarenta años del
golpe, se continúa investigando y recibiendo nuevas denuncias.11
10
Este material está organizado en cuatro capítulos: “El terrorismo de Estado”, “Dictadura y sociedad”, “La dictadura
en el mundo” y “El pasado en el presente”. Cada uno de ellos, a su vez, está subdividido en un conjunto de pregun-
tas y respuestas que orientan la lectura (o permiten un acercamiento de acuerdo a los intereses de cada lector), así
como diversas fuentes para su análisis y para el trabajo en la escuela.
11
Por ejemplo, el Centro de Estudios sobre Genocidio, dependiente de la Universidad Nacional de Tres de Febrero,
está investigando sobre desapariciones que no habían sido denunciadas hasta el presente. El Dr. Daniel Feierstein,
director de dicho Centro e investigador del CONICET, adelantó algunas conclusiones en un artículo periodístico.
Véase: Feierstein, Daniel: “Los números del genocidio argentino”, en Pagina/12, 11 de octubre de 2016. Tomando el
caso de la provincia de Tucumán, este sociólogo explica las transformaciones en la curva de denuncias o cantidad
de casos denunciados, desde las iniciales producidas ante la CONADEP hasta la actualidad. Entre otros argumentos,
sostiene que dicha curva fue aumentando a partir de la reapertura de los juicios y condenas por violaciones a los
derechos humanos cometidos durante la última dictadura, incluyendo un importante número de víctimas sobrevi-
vientes. Se trató de personas que habiendo sido secuestradas por períodos breves, por miedo, tardaron entre veinte
o treinta años en denunciar su desaparición.
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Vamos a profundizar sobre la primera pregunta que nos propusimos responder so-
bre el tema, ¿Quiénes eran los desaparecidos? Pero ¿cómo conocemos estos datos
en la actualidad si la detención y desaparición de personas era clandestina y casi
no existen documentos escritos que hablen del tema?
Quinto momento
Para los/las alumnos/as
Hasta ahora estuvimos analizando las diferentes historias de algunos desapare-
cidos y aquellas cuestiones que permiten identificar algunas de sus características
comunes. Ahora nos haremos otras preguntas: mientras la dictadura cívico-militar
secuestraba y desaparecía a diferentes personas ¿Qué pasaba con el resto de la
población?12 ¿Nadie sabía lo que sucedía?
Para responder estas preguntas nos proponemos trabajar con algunas imágenes:
a) La primera pertenece al archivo del diario Clarín. Fue tomada el 17 de septiembre
de 1976, por un fotógrafo cuyo nombre no ha quedado registrado.13 Les propon-
12
El sociólogo Sebastián Carassai (2013) ha reconstruido la vida durante esos años de “la gente común”, es decir, los
sectores medios que ni se involucraron políticamente, ni formaron parte de grupos de poder.
13
Véase Cerolin: (2006).
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nuca del mismo; la otra, en la mano derecha del hombre con camisa blanca y chaleco
sin mangas, y de la cual apenas se ve el cañón).
A continuación lean el testimonio de Amdan (el fotógrafo que tomó esta imagen),
recopilado en un libro de 2006:
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15
La fotografía en la Historia Argentina, Clarín, Tomo IV, p. 447.
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¿Cuáles son tus nuevas ideas a partir de la lectura del epígrafe? Podés escribir-
lo del siguiente modo: “Al principio pensaba que… pero con el epígrafe me doy
cuenta que…
Por otro lado, el análisis de las fotografías, si bien posee un momento de intercambio
oral, también permite escrituras para uso personal, esto es, una toma de notas de lo
que los estudiantes van observando. Estos apuntes, además, se pueden enriquecer
con el intercambio (por ejemplo, alguien de la clase puede percatarse de un detalle
que otro no) y servir como insumo para la escritura final de esta secuencia.
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Sexto momento
Si bien la mayoría de la gente no estaba al tanto de lo que ocurría, algunas perso-
nas habían visto, escuchado, les habían contado sobre la desaparición de perso-
nas, o eran familiares, amigos, conocidos de desaparecidos y estaban al tanto de
la situación.
Con el propósito de conocer estas perspectivas, les proponemos leer el cuento “La
composición” de Silvia Schujer. Este cuento fue publicado originalmente en Nuevos
cuentos argentinos. Antología para gente joven (2001), Buenos Aires, Aguilar, Al-
tea, Taurus, Alfaguara Infantil. Pueden compartir este cuento publicado en la colec-
ción Memoria de la Palabra del Plan Nacional de Lectura en 2012 http://planlectura.
educ.ar/memoria/pdfs/10+SCHUJER+web.pdf Consideren que su epígrafe ya ubica
a los niños en el tema.
Las que siguen son algunas propuestas de actividades para hablar sobre lo que leí-
mos: ¿Cuál es el tema del cuento? Reconstruí su argumento. ¿En qué momento
transcurre la historia? ¿qué indicios lo evidencian?
¿Qué aspectos de la dictadura aparecen representados en este relato? Busquemos
en el cuento esas partes.
¿Quién es el narrador? ¿un niño, un adolescente, un adulto? ¿cuántos años tenía
cuando sucedieron los hechos que está narrando? ¿cuál es su punto de vista sobre
lo sucedido?
¿Cuál fue el destino de los padres de Inés? ¿qué indicios aparecen en el cuento al
respecto?
¿Cuál les parece que podría haber sido la actividad de los padres? ¿Por qué habrán
sido secuestrados?
¿Por qué les parece que la abuela calla el tema y obliga al silencio a su nieta?
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La composición
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no era feo, el mío por lo menos. Ahora todo es horrible. Mi hermanita y yo nos
vestimos. Yo la ayudé un poco, pobre. No me animaba a salir sola de la pieza.
No sé por qué. Así le dábamos juntas la sorpresa a mamá. Blanquita no hablaba
porque estaba medio dormida. Cuando preguntó por mamá le dije que íbamos
a ir juntas a despertarla. Que seguro se había quedado dormida. Nuestra pieza
da al comedor. Y en frente, del otro lado del comedor, está la pieza de mis pa-
dres. Salimos en puntas de pie. Mi hermanita venía atrás mío.
¡Yo me quedé!...
♦
Blanquita también se dio cuenta de que algo había pasado porque en el co-
medor había un desbarajuste bárbaro. Los libros estaban en el suelo y algunos
rotos. Las sillas, cambiadas de lugar. Y bueno, para qué le voy a seguir contando.
Usted no vaya a decir nada, seño, pero yo tuve miedo. Llegamos a la pieza de
ellos: la cama estaba vacía y deshecha, pero no como cuando se iban apura-
dos. Deshecha del todo, hasta un poco corrida de lugar. Ahora no sé si había
llegado ese día: que si pasaba algo y las nenas. Hablaban tanto... Papá siempre
me abrazaba y me decía que yo iba a ser libre y Blanquita también. Como un
pájaro. Que iba a ser amiga de muchos chicos y en el colegio para el día del niño
todos iban a tener un juguete y que eso era la libertad por la que ellos peleaban.
¿Dónde?, me pregunto. Porque entre ellos no peleaban nunca. No, casi nunca. Y
menos por la libertad, que también es eso de los juguetes ¿no? No estaba nin-
guno de los dos en toda la casa. Blanquita lloraba más fuerte que yo. Entonces
la abracé y le di un beso. Nos sentamos en el piso del comedor en el medio de
todos los libros. Yo empecé a ponerlos en orden, los que estaban rotos los dejé
para arreglarlos. Pensé que a lo mejor mamá había salido a comprar la leche y
le dábamos la sorpresa. Lo que más nerviosa me ponía era cómo lloraba Blan-
quita, dale y dale. Capaz que tenía hambre, así que fui a la cocina que también
era un bochinche. Iba a sacar unos panes de la bolsa y justo sonó el teléfono.
¡Ah! Me había olvidado de decirle que cuando entramos al comedor para ir a la
pieza de mis padres, el teléfono estaba descolgado y yo lo puse bien. Entonces
atendió Blanquita y yo enseguida le saqué el tubo de la mano. Era mi abuela con
la que estamos ahora. Y cuando le conté lo que pasaba, en vez de decir que ay
esta madre que tienen, dio un grito y dijo no se muevan, esperen ahí.
Me asusté mucho y yo también grité. Con Blanquita nos quedamos en un rincón.
La llamábamos a mi mamá porque mi papá siempre salía temprano así que sa-
bíamos que no podía estar. Después me sentí un poco mal, porque el más gran-
de tiene que ayudar al más chico, y en ese momento yo no la estaba ayudando
nada a Blanquita. Ni siquiera la soltaba porque me sentía mejor agarrada a ella.
Prométame señorita que usted no va a contar nada de lo que le digo. Mi abuela
dice que es peligroso y no quiere. Usted cree que vivo con ella porque no tengo
mamá, porque se fue de viaje o algo así –como dice mi abuela cuando alguien
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SOCIALES
Un efecto interesante que genera el uso del punto de vista restringido, o visión res-
tringida, –en este caso por la edad del que habla– es que el lector hace más que el
narrador con la información que este brinda; el que lee se da cuenta de cosas que
Inés no termina de comprender. Considerando esta cuestión, propuesta la lectura
de este cuento en este momento de la secuencia didáctica, los niños y niñas como
lectores pueden ‘hacer más’ que otros lectores que desconocieran los rasgos más
importantes del Terrorismo de Estado.
Otro rasgo del cuento son sus elipsis, las cosas que no dice, los sucesos que calla.
Por ejemplo, la narradora dice que sus padres siempre estaban preocupados pero no
indica por qué causa. Ella no lo sabe, lo intuye apenas, pero el lector atento y conoce-
dor de esa etapa de la historia argentina puede reponer los datos que faltan. O puede
suponer diversas alternativas: los padres eran militantes de izquierda, los padres eran
políticos del gobierno constitucional anterior, los padres eran periodistas disidentes
de la dictadura, entre otras posibilidades, y estaban siendo perseguidos.
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A través de lo que dice Inés, pueden percibirse muchas de las cuestiones que marca-
ron la vida de tantos chicos durante la dictadura:
- La necesidad de guardar silencio, el temor de los grandes a que los niños contaran
las situaciones que atravesaban. La sensación de que la única manera de protegerse
era callando porque no se sabía bien quién era el vecino, el compañero, el maestro.
Este rasgo que caracteriza al Terrorismo de Estado aparece en el texto de Schujer en
la voz de Inés cuando le pide a su maestra “prométame que no le va a contar a nadie
¿eh?”. Este pedido es, a la vez, un indicador temporal: evidentemente la dictadura
todavía no concluyó porque sus víctimas continúan con todas las precauciones para
la supervivencia.
- La soledad: la confesión que Inés hace a su maestra sería vista como un riesgo
para su abuela, pero la niña parece necesitar la confianza de su maestra y, a su
vez, parece confiar en ella: “Y menos a mi abuela porque ella tiene mucho miedo
y no quiere que hablemos”.
- La dificultad para comprender el horror, la imposibilidad de ponerlo en palabras,
de darle nombre: Inés no ha podido contar su dolor a nadie, el relato de la situación
a ‘la señorita’ es su primer intento. Sin embargo –y en esto se percibe de qué manera
estos tres temas aparecen profundamente imbricados, porque esta es también una
cuestión de inmensa soledad– ella necesita, todavía, encubrirlo ante sus compañe-
ras: “Pero yo a usted se lo tengo que decir porque después me va a preguntar y si yo
lloro ¿qué les digo a las chicas?”.
El cuento está dividido en partes, en conjuntos de párrafos unidos por algún elemen-
to temático común que se llaman parágrafos. El primero sirve como introducción al
monólogo, casi diríamos es la excusa a partir de la cual se acerca Inés a hablar con la
maestra. El indicio fuerte allí, es el pedido de silencio.
El segundo, narra el despertar de Inés y el llamado a su hermana: ella no comprende
todo lo que está pasando, a pesar de que lo intuye. Podemos suponer que, en su
interior se debaten diferentes sentimientos: la suposición de que su madre no pudo
haberse quedado dormida, el deseo de que así sea, el repentino miedo cuando no
logra despertar a su hermana:
Esta imposibilidad de explicar el miedo se devela, sin embargo, dos líneas más ade-
lante cuando la protagonista dice:
“Tuve miedo porque un día escuché que mamá le decía a papá que si a ella le pa-
saba algo… que siempre nos hiciera acordar a nosotras… de un mundo mejor, […]”
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CIENCIAS
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Y la breve alusión se constituye en indicio de la lucha de los padres. Ese ‘mundo me-
jor’ era el objetivo por cuya construcción militaron tantos hombres y mujeres en la
década del 70.
Inés sigue diciendo cosas que resultan reveladoras para el lector alerta, pero que dan
cuenta de lo poco que entendía en ese momento, a pesar de lo cual, su instinto le
susurraba que la situación era tenebrosa:
“Lo que más nerviosa me ponía era cómo lloraba Blanquita, dale y dale.”
Séptimo momento
En esta etapa vamos a responder a la segunda gran pregunta que organiza la se-
cuencia, ¿por qué fueron desaparecidos? Para ello, en un primer momento, vamos a
proponer a los niños generar hipótesis, a través de la siguiente consigna, recuperando
lo trabajado hasta el momento:
16
Sarchione, A. y Massone, M. (2009) “Análisis de “La composición” de Silvia Schujer”. Mimeo.
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Hasta ahora hemos trabajado sobre qué son los desaparecidos, hemos leído dis-
tintas trayectorias de vida de desaparecidos, presos sin proceso y exiliados. Hemos
organizado y comparado la información que nos han brindado esas historias de
vida a partir de un cuadro comparativo. También hemos analizado información
estadística sobre los desaparecidos y fotos sobre cómo vivía el resto de la sociedad
en la época. Si tuvieran que generar hipótesis (es decir, respuestas provisorias a esa
pregunta, suposiciones que sirvan de base a un argumento), ¿qué dirían? Es decir,
¿por qué les parece la dictadura produjo la desaparición de personas?
Octavo momento
Considerando que “un paseo pedagógico es un viaje hacia un lugar elegido, en un
determinado tiempo, que posee claros objetivos pedagógicos. Implica un traslado.
Comienza en la escuela y puede finalizar también allí” 17, proponemos la visita al Par-
que de la Memoria, particularmente el itinerario destinado a la escuela primaria en
http://parquedelamemoria.org.ar/wp-content/uploads/2017/01/ItinerariosPri-
mariaWeb3.pdf. El recorrido está claramente asociado al tema de esta secuencia.
En el momento de la caminata por el “Monumento a las Víctimas del Terrorismo de
Estado” resulta importante poder acompañar a los chicos conversando alrededor de
preguntas como las que siguen:
17
Massone, M. y Guijarrubia, M. (2017) “Paseos pedagógicos: de parques, memorias y aprendizajes”. Novedades
Educativas Nro. 319.
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SOCIALES
Captura de pantalla de la página web del Parque de la Memoria. Disponible en: http://parquedelamemoria.org.ar/
sobre-el-monumento-a-las-victimas-del-terrorismo-de-estado/ [consultado: 15 de diciembre de 2017].
“¿Qué forma dibujan las estelas de hormigón que lo componen? ¿Qué dimensiones?
¿Qué materiales se han utilizado para su construcción? ¿Por qué les parece está
elevado? ¿Cómo está organizado? ¿Desde qué año? ¿Hasta qué año? ¿Por qué?
¿Qué datos incluye? ¿En qué datos y/o fuentes se basaron para construirlo? ¿Qué
otros elementos encuentran? ¿En qué sentido podría decirse que es un monumen-
to en permanente construcción y/o revisión? ¿Les parece este monumento tiene un
valor histórico? ¿y un valor artístico? ¿Otros valores? ¿Por qué?”18
Noveno momento
Con el propósito de dar cierre a la secuencia proponemos la elaboración de una es-
critura, considerado a esta última como un camino para producir pensamiento.
Para poder concretar esta escritura se requiere unos pasos previos, unas escrituras
intermedias como las propuestas en diversos momentos de la secuencia (por ejem-
18
Massone, M. y Guijarrubias, P., op. cit
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plo, en el armado del cuadro del tercer momento o el análisis de las fotografías en el
quinto) Así, esas escrituras van a alimentar esta producción de cierre de la secuencia
que puede proponerse también como actividad de evaluación.
19
Aisenberg, B, & Lerner, D. (2008). “Escribir para aprender historia”. En Lectura y Vida, 29-3. (pp. 24-43).
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Un afiche que incorpore información a partir de un código QR, esto es, un código que
puede ser leído con un dispositivo móvil. Esto permite “expandir” la información del
afiche e incorporar nuevas prácticas de lectura y de gestualidad del lector (alguien
tiene que sacar su celular para leer el código QR).20
Proponemos la utilización del ya clásico procesador de texto del programa Word por-
que permite exteriorizar y agilizar las diversas operaciones propias de los escritores
maduros, por ejemplo en relación con la revisión de textos.
20
Para acceder a un breve tutorial sobre los usos de los códigos QR, ver esta presentación preparada por la especia-
lista en TICs Vera Rex: https://www.slideshare.net/verarex/intervenir-un-libro-usando-cdigos-qr [consultado: 15
de diciembre de 2017].
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Bibliografía consultada
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Recomendaciones bibliográficas
para trabajar el tema en el Nivel Inicial y Primario
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