Tema 5. La Personalidad Y La Identidad

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TEMA 5.

LA PERSONALIDAD Y LA IDENTIDAD

ÍNDICE

1.¿QUÉ ES LA PERSONALIDAD?

2. ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO PERSONA

3. TEMPERAMENTO, CARÁCTER Y PERSONALIDAD

4. EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD

5. TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

HISTRIÓNICO

LIMÍTROFE (Borderline)

NARCISISTA

PARANOIDE

TRASTORNO POR EVITACIÓN

6. TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD

EL PSICOANÁLISIS DE FREUD

LA TEORÍA DE LA IDENTIDAD PERSONAL DE ERIK ERIKSON

TEORÍA DE LOS RASGOS Y LOS TIPOS DE HANS J. EYSENCK

LA TEORÍA HUMANISTA DE ROGERS

LA TEORÍA DEL APRENDIZAJE SOCIAL DE BANDURA


1. ¿QUÉ ES LA PERSONALIDAD?
v

¿Cómo eres tú como persona? ¿Y conoces a ti mismo? ¿aspectos de personalidad


inconscientes? ¿Son hereditarios los rasgos de la personalidad?
Los psicólogos aseguran que los genes, la educación recibida, y la realidad social y
cultural influyen en la configuración de nuestra personalidad.
Los psicólogos de la personalidad pretenden explicar por qué las personas se
comportan como lo hacen por otra parte, ¿Existen trastornos de la personalidad?

2. ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO PERSONA


El término personalidad procede del vocablo latino persona, que deriva del griego
Prosopon, cuyo significado es máscara, aquella que utilizaban los actores en el teatro
clásico. El término persona sugería una pretensión de apariencia. La máscara del teatro
clásico, sin embargo, no fue inventada para ocultar sino para soñar “per sonare” es decir
para dejarse escuchar.

3. TEMPERAMENTO, CARÁCTER Y PERSONALIDAD


La personalidad puede definirse como el modo característico y habitual en que cada
persona piensa, siente y se comporta. Comienza a formarse en la infancia y se desarrolla
poco a poco, hasta lograr que nuestra conducta sea estable y consciente. Con frecuencia
se confunde con otros términos como temperamento y carácter.
m

- TEMPERAMENTO
Consiste en nuestra herencia biológica, representa a la influencia de la naturaleza física
codificada y por tanto difícil de cambiar o modificar.
- CARÁCTER
Es el conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido
durante la vida.
- PERSONALIDAD
Es la conjunción del temperamento y el carácter en una única estructura. Se produce
por la interacción de la herencia genética y el ambiente del individuo.

4. EVALUACIÓN DE LA PERSONALIDAD

La valuación de la personalidad consiste en estimar qué tipo de características, rasgos o


formas de ser posee un individuo, valorar si esos bajos uno para realizar ciertos trabajos
o hacer un diagnóstico, también conocer a la persona obsesiva o narcisista.

Los procedimientos más extendidos son las pruebas verbales, las entrevistas, los
cuestionarios o las escalas. Tradicionalmente los psicólogos de la personalidad han
seguido a los enfoques.

- El enfoque clínico es cualitativo utiliza pruebas sobre la estructura de los


procesos de la personalidad no deben ser utilizado para la selección de
personal.

- El enfoque psicométrico es cuantitativo utilizar cuestionarios y mide las


dimensiones de la personalidad con más objetividad y establece las
diferencias individuales en un determinado grupo.
Los psicólogos disponen de diversos métodos de evaluación de la personalidad.

1. Observación directa: consiste en recoger información de forma sistemática


de las conductas espontáneas de algunas personas.

2. Entrevista clínica: son entrevistas estructuradas con un guión previo y no


estructuradas.

3. Cuestionarios de personalidad: la persona contesta a múltiples Items. Entre


los cuestionarios destacan.

4. Cuestionario de personalidad de Cattell. Son 185 ítems que miden los 16


rasgos primarios de la personalidad, se emplea en la orientación personal.

Inventario de personalidad NEO PI-R revisado. Es un cuestionario muy representativo


que evalúa los cinco grandes rasgos de la personalidad consta de 240 elementos.
Consta de 240 elementos a los que se responde en una escala Likert de cinco opciones
y permite la evaluación de cinco factores principales: Neuroticismo, Extraversión,
Apertura, Amabilidad y Responsabilidad.

4. Test proyectivos.

Las técnicas proyectivas son unos instrumentos considerados como especialmente


sensibles para revelar aspectos inconscientes de la conducta ya que permiten provocar
una amplia variedad de respuestas subjetivas
Es una prueba de carácter abierto, a partir de dibujos, manchas de tinta, palabras y
objetos. En esta prueba no hay significados preestablecidos se supone que cada uno
proyecta sus necesidades. En el caso en el que el paciente haga un dibujo se analizan
diferentes aspectos, desde el tamaño, la presión, la calidad de la línea, el
emplazamiento, la exactitud, simetría, perspectiva, proporciones, sombreado,
reforzamiento, borrado…

Ej. Los psicópatas, los casos orgánicos, epilépticos y encefalíticos se caracterizan por
ejercer una fuerte presión en los dibujos. Las personas que dibujan líneas suaves y
débiles sufren de depresión o se sienten desubicadas.

Ej. Los niños que utilizan trazos rectos tienden a ser más auto afirmativos, los que
realizan trazos circulares tienden a ser más dependientes y emotivos, las líneas
redondeadas se asocian con la feminidad, y las rectas con los estados de ánimo
agresivos.

Destacan:
Test de Rorschach
Esta prueba ocupa desde hace muchos años un lugar destacado entre los tests
proyectivos. La constituyen diez láminas con manchas de tinta inestructuradas,
susceptibles de diversas interpretaciones. Su aplicación e interpretación requieren
conocimientos psicológicos y una amplia experiencia práctica. Se utiliza en orientación,
selección de personal y clínica y ha dado lugar a infinidad de estudios y publicaciones.
Test de Apercepción Temática.(T.A.T)
Desarrollado por Murray se compone de 20 tarjetas. El objetivo del Test de Apercepción
Temática es Explorar los Factores esenciales en la dinámica de la personalidad infantil.
Su uso permite conocer y obtener una información muy rica respecto a la Estructura de
personalidad del niño, acerca de las características de la vida familiar que lo rodea, en
cuanto a su dinámica, asimismo permite explorar la actitud y comportamiento del
infante frente a los problemas de crecimiento, la sexualidad, la socialización, que
forman parte de su vida en estos primeros años.

Test del árbol


El test del árbol es un test proyectivo de la personalidad profunda a través de sus
distintos contenidos iremos explorando áreas de la personalidad. Es una técnica muy
utilizada tanto en la práctica clínica como en la práctica laboral.
Los contenidos que se analizan en el test son los siguientes: el tronco, la copa, las
ramas, el suelo y otros elementos accesorios que a veces aparecen.

- Tamaño. Un dibujo diminuto es síntoma de retraimiento e incluso fragilidad


emocional. Si ocupa toda la hoja: extraversión, alegría. Excesivamente grande:
excentricidad, baja aceptación de las normas y agresividad.
- Un árbol pequeño. Denota precaución, modestia. Alto: inquietud por crecer,
ambición e idealismo. Con ancho proporcionado: equilibrio, templanza.
- Raíces. Si se dibujan muchas, denota apego positivo a la madre y/o familia.
Representan también los cimientos para una personalidad afectivamente sana. Si el
tamaño es desproporcionado: búsqueda angustiosa de estabilidad emocional. Su
ausencia sugiere inseguridad emocional.
- Suelo. Suele omitirse hasta los nueve o diez años. A partir de esta edad, expresa el
modo de afrontar la vida. Firme y bien trazado: claridad de ideas, voluntad de
crecer. Ondulado: sensibilidad y tendencia a evitar enfrentamientos. En zigzag:
entusiasmo y cierta agresividad. Ausencia: fragilidad y desesperanza.
- Tronco. Recto: rigidez, disciplina. Con líneas onduladas: flexibilidad, sociabilidad.
Líneas muy retorcidas: sufrimiento emocional, sentimientos de culpabilidad.   Muy
delgado. Revela inestabilidad, poca iniciativa, debilidad. Un tronco grueso es señal
de firmeza, autoridad, energía. Pero si ese grosor es excesivo, revela exaltación del
yo, terquedad, autoritarismo.
- Ramas. Hacia arriba: optimismo, extraversión. Acabadas en punta: impulsividad,
agresividad, necesidad de defensa. Hacia abajo: pesimismo, decaimiento,
desasosiego. Con refinamiento: sensibilidad, con tendencia a la tristeza. Ramas
ascendentes y descendentes: falta de criterio, inestabilidad, sumisión, presencia
simultánea de euforia y desaliento.
- Copa. Pequeña: Introversión, miedo y timidez. Grande: imaginación, idealismo,
extraversión. Excesivamente grande: exhibicionismo, vanidad, falta de control de la
fantasía. Proporcionada: equilibrio, realismo, reflexión.
- Hojas cayendo del árbol. Señal de timidez, melancolía, susceptibilidad.
- Presencia de frutos. Significa generosidad, capacidad de trabajo, sociabilidad. Si
están en el suelo: decepción, inquietud, agitación emocional.
5 . TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Los trastornos de la personalidad aparecen al final de la adolescencia o comienzo de la


vida adulta. Millón define un trastorno en función de la presencia o ausencia de un
grupo de rasgos que producen una conducta anormal.

HISTRIÓNICO

Una máscara de por vida. En perpetuo estado de histeria. Así puede resumirse el
carácter de un histriónico. Su patrón de comportamiento se caracteriza por poseer una
emotividad excesiva y por demandar continuamente la atención de los demás. Cuando
no lo consiguen, se sienten incómodos y despreciados. Esta actitud provoca un
exacerbado narcisismo que se traduce en un obsesivo cuidado por su apariencia y una
desmesurada ausencia de rigurosidad a la hora de evaluar las acciones de los que les
rodean. Hacen amistades fácilmente, pero se convierten en posesivos y exigentes. Se
presenta con mayor frecuencia en mujeres que en hombres y quienes lo padecen
generalmente son exitosos tanto social como laboralmente. Es posible que acudan en
búsqueda de tratamiento para la depresión cuando sus relaciones románticas finalizan.
La persona con este trastorno tiende a ver las cosas en términos extremos: o todo es
muy bueno o todo es muy malo. Se cree víctima de las circunstancias

LIMÍTROFE (Borderline)

Las personas que tienen este trastorno presentan inestabilidad en la percepción de sí


mismas y tienen dificultad para mantener relaciones estables. Los estados de ánimo
jamás son neutros, y su sentido de la realidad siempre se percibe en "blanco y negro".
Las personas que tienen personalidad limítrofe a menudo creen que los cuidados que
recibieron durante la infancia fueron insuficientes y, por consiguiente, buscan
incesantemente más atención de los demás en su etapa adulta. Esto lo pueden lograr
manipulando a los demás, lo cual a menudo los puede llevar a un comportamiento
desesperado e impulsivo.

NARCISISTA

El centro del universo. Aunque a primera vista puede despistar, se diferencia del
histriónico en la medida que no busca la atención de los demás, sino la admiración de
los que le rodean. Tienen un concepto sobrevalorado de sí mismo. Poseen fantasías de
"talentos", de cualidades y de éxito, y el empeño de que los demás las acepten como
reales. Su autoestima está tan por encima del bien y del mal, que las personas que
padecen este trastorno acaban siendo rechazadas por su círculo de amistades más
cercano, lo que potencia más, si cabe, su elevado concepto de sí mismo.
Frecuentemente, ellos se sienten con derecho a recibir un tratamiento especial por
parte de otros y pueden tornarse exigentes, irritados y fácilmente ofendidos.
PARANOIDE

Desconfiados natos. Este trastorno, que afecta al 0,5% de la población, mantiene en


perpetua actitud de defensa a las personas que lo padecen. Los rasgos más
significativos son la desconfianza, no aceptan las críticas, creen tener siempre la razón y
que la culpa es de los demás y experimentan una tendencia a los celos patológicos. Son
personas orgullosas, frías y que manifiestan escasas muestras de ternura.

TRASTORNO POR EVITACIÓN

Sensibilidad a flor de piel. El principal problema de las personas que padecen este
trastorno es una "actitud hipersensitiva" que les hace sufrir con cualquier crítica,
rechazo o ridículo, y que les impide, por ejemplo, hablar en público, bailar o iniciar
amistades. Son muy autocríticos y se ven a sí mismos como socialmente ineptos, lo que
les genera inseguridad a la hora de entablar relaciones sociales. Antes de llevar a cabo
cualquier acción o decisión ya prevén su desenlace negativo, un sentimiento que les
genera una importante carga de angustia.

6. TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD

Las teorías de la personalidad se diferencian porque parten de supuestos filosóficos


diferentes, y explican, desde una posición metodológica distinta, el origen, evolución y
los cambios de la personalidad.

Los psicólogos y científicos, tratan de desarrollar hipótesis que nos ayudan a entender la
conducta humana; como filósofos, buscan explorar lo que significa ser persona. A lo
largo de la historia el estudio de la personalidad se basado en distintas teorías, veamos
algunas.

EL PSICOANÁLISIS DE FREUD

El psicoanálisis es un método de explicación de la conducta humana y una psicoterapia


a través de la interpretación de los sueños, las asociaciones libres, y los actos fallidos,
etc.
Los postulados básicos del psicoanálisis sobre la personalidad son:

- La personalidad es como un iceberg, con una pequeña parte visible encima de la


superficie. La parte que sobresale es el consciente, y la sumergida, el
inconsciente. El inconsciente ejerce presiones, influencias sobre lo que una
persona piensa y hace.
- El impulso sexual o libido desempeña un papel relevante en la organización y
desarrollo de la persona.
- La infancia es un periodo muy significativo en el desarrollo de la persona. Freud
estableció varias etapas: oral, anal, fálica en las que diferentes zonas erógenas
son las fuentes del placer.
- La terapia consiste en dejar al paciente que exprese lo primero que acuda a su
mente y así pueda recuperar y liberarse de recuerdos y experiencias dolorosas
originadas en la infancia.
Según Freud dentro de la personalidad tiene mucha importancia la conciencia de la que
establece distintos niveles:

- Nivel consciente: Está formado por los pensamientos y recuerdos de los que
somos conscientes todo momento.
- Nivel preconsciente: Está constituido por pensamientos, recuerdos y
aprendizajes no conscientes a los que podemos acceder con facilidad.
- El inconsciente: Está compuesto de experiencias desagradables y peligrosas que
han sido reprimidas, rara vez accede a la conciencia y cuando lo hacen es de
forma encubierta o simbólica. Para Freud esta censura sólo se relaja durante el
sueño.

TEORÍA DE LA IDENTIDAD PERSONAL DE ERIK ERIKSON (1902-1994)

Erikson afirmó que el desarrollo no se detiene hacia la década de los 20 años, sino que
dura desde la infancia hasta la vejez. En cada etapa de la vida el individuo se enfrenta
una tarea, y el resultado es un logro o fracaso.

El yo surge del contexto genético sociocultural e histórico de cada individuo. El


desarrollo del yo, con su capacidad adaptativa para resolver conflictos vitales,
recuperarse, da lugar a ocho etapas que no ocurren dentro de un marco cronológico
estricto.
Cada etapa psicosocial de la vida incluye su propia crisis vital. Por ejemplo durante la
adolescencia buscar la identidad personal es el problema clave de esta etapa vital.
Durante esta etapa, los jóvenes deben aceptar el propio cuerpo, tener buenas
relaciones con los compañeros, alcanzar un rol masculino o femenino, lograr la
independencia emocional de los padres, prepararse para el trabajo y la vida en pareja,
poseen unos valores éticos y ser responsables de la vida social.

TEORÍA DE LOS RASGOS Y LOS TIPOS. HANS J. EYSENCK (1916-1997)

Esta teoría se basa en la existencia de los rasgos. Lo seres humanos utilizamos los
rasgos para describir a otras personas por ejemplo, cuando decimos: mi amigo Jesús es
amable, inteligente y sociable.

Un rasgo es una forma específica de comportamiento; así, podemos describir una


persona como mentirosa, deshonesta o valiente. Un rasgo implica una disposición
estable comportarse de manera parecida en varias circunstancias. Esto nos permiten
hacer predicciones sobre nuestra conducta y la de los otros.

Un conjunto de rasgos estables da lugar a un tipo. Pero tipo no significa individuo,


como cuando decimos «este tipo es tonto», sino que hace referencia a un conjunto de
individuos con rasgos comunes. Con todo, los tipos no existen en realidad, sólo son
modelos de comportamiento. A pesar de que cada persona se puede incluir dentro
de un tipo, nunca coincide plenamente.

La primera tipología conocida fue elaborada por Hipócrates (460-357 a.C.) en la


Antigüedad. Considerado el padre de la Medicina, defendió que las enfermedades no
eran causadas por maldición divina, sino por un defecto cerebral. Estableció que un
desequilibrio de los humores (fluidos corporales) era la causa del estado del cerebro.
Los humores eran la sangre, la bilis amarilla, la flema y la bilis negra. Un predominio de
la sangre producía un temperamento sanguíneo (alegre y esperanzado); el exceso de
bilis amarilla llevaba a un comportamiento irascible y colérico; el aumento de las flemas
causaba la apatía y la pereza del flemático, y un exceso de bilis negra era el origen del
comportamiento melancólico.

Durante el siglo pasado se realizaron varios intentos de reducir los rasgos individuales
de la personalidad a un número limitado de categorías o tipos.

A pesar de esta multiplicidad de tipologías hay cinco rasgos principales que


posiblemente abarquen la mayoría de los rasgos generales atribuibles a los diferentes
tipos de personalidad. Por esta razón cada vez son más los investigadores que
coinciden en lo que se dio en llamar “los cinco grandes”.
Cada rasgo estaría presente en cada persona en una medida continua que va desde su
afirmación plena en un extremo hasta su término opuesto en el otro. Estos cinco
factores son los siguientes, con sus respectivas gradaciones:
TEORÍA HUMANISTA DE CARL ROGERS (1902-1987)

La psicología humanista sostiene que la vida es un proceso dinámico y que cada


persona puede desarrollar sus competencias personales e interpersonales. Rogers
reconoció que la conducta de la persona está condicionada por su constitución
biológica, las fuerzas sociales y las experiencias pasadas, pero además defendió la
libertad personal: “Yo soy el único responsable de mis propias acciones y sus
consecuencias”. La tarea fundamental del ser humano es por lo tanto la
“autorealización del yo”.

Y Rogers consideró que la diferencia entre la persona sana y la desadaptada se debe a


la congruencia o incongruencia entre el yo y la experiencia.
Para corregir esta situación desarrolló la “Psicoterapia centrada en el cliente”. Las tres
actitudes básicas de un terapeuta serán la empatía, la autenticidad y la aceptación del
cliente. El cliente por su parte, al verse afectado, verbaliza sus sentimientos y lleva a
cabo el cambio personal.

LA TEORÍA DEL APRENDIZAJE SOCIAL. ALBERT BANDURA Y JULIAN ROTTER


En occidente, lo habitual era considerar al hombre como el único motor de su proceso
de aprendizaje. Luego, llegaron los psicólogos conductistas y revolucionaron el
panorama: el ser humano pasaba de ser el único responsable de su propio desarrollo
personal para pasar a ser un trozo de carne esclavo de las presiones externas y los
procesos de condicionamiento.
Entre estos dos polos opuestos apareció un psicólogo canadiense que hablaría del
aprendizaje en términos más moderados: Albert Bandura

Los teóricos del aprendizaje social consideran que el individuo y el ambiente se influyen
mutuamente. Cada persona es un agente activo, capaz de conocerse asimismo, regular
su conducta y afrontar los problemas de la vida cotidiana. Las situaciones sociales se
diferencian por su poder para producir determinadas conductas.
La situación psicológica depende de cómo cada persona percibe e interpreta la etapa
que vive. La importancia de la situación queda plasmada por la capacidad del individuo
para adaptarse a los cambios ambientales, discriminar unas circunstancias de otras y
evaluar las consecuencias de sus actos.
LA IDENTIDAD

1. IDENTIDAD Y AUTOESTIMA

A. IDENTIDAD CONCEPTO

B. FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD

C. AUTOESTIMA

2. PSICOPATOLOGÍA
3. LA AFECTIVIDAD

3.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES.

3.2. EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y PASIONES.

A. Emoción

B. Sentimiento
C. Pasiones.

3. 3. TRASTORNOS DE LA AFECTIVIDAD.

3. 4.- EMOCIONES E INTELIGENCIA.

4. LA SEXUALIDAD como motivación y como conducta.

4.1. MOTIVACIÓN SEXUAL.


4.2. TRASTORNOS PSICO-SEXUALES.

4.3. LA IDENTIDAD SEXUAL

4.4. DIFERENCIAS SEXUALES EN EL CEREBRO.


1. IDENTIDAD Y AUTOESTIMA

A. IDENTIDAD CONCEPTO

La identidad es un conjunto de elementos que definen a un individuo. Es lo que te


identifica ya sea tu personalidad, carácter, forma de ser, forma de pensar, forma de
vestir, etc. todas tenemos nuestra propia esencia. ¿Quién soy? ¿Qué hago en la vida?
¿Hacia dónde voy ? ¿Qué es lo que me hace diferente?

B. FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD

Es un proceso complejo que se realiza en la interacción con otros. La persona se juzga a


sí mismo a la luz de lo que los otros observan de él y en relación con aquellas personas
que son importantes para él. • “Este proceso es, en su mayor parte, inconsciente…”. Así
se forma la identidad desde las primeras etapas de la vida.

INFANCIA-NIÑEZ-ADOLESCENCIA
Entre los factores que influyen en la construcción de la identidad y la autoestima,
destacan los valores, Los medios de comunicación social, La sociedad,…

C. AUTOESTIMA

Es quererse a uno mismo y querer a los demás. Significa saber que eres una persona
valiosa, digna, que vales la pena y que eres capaz de afirmarlo. Implica respetarte a ti
mismo. Reconocer tus cualidades aceptarte tal como eres. Cuidar de ti mismo y atender
a tus necesidades

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DE BAJA AUTOESTIMA


* Mentir
* Llegar tarde
* Actuar con indiferencia
* Creerse superior o necesitar destacar.
* Negarse a ver otros puntos de vista.
* Seguir la moda y sufrir si no estamos "al día"
* Asumir como estados habituales la tristeza, el miedo, la rabia ,quejarse y la culpa.
* Vivir de manera desenfrenada y tener cualquier adicción (Cigarrillo, licor, comida,
sexo, etc.)

2. PSICOPATOLOGÍA

Se conoce como psicopatología a la disciplina que analiza las motivaciones y las


particularidades de las enfermedades de carácter mental. Este estudio puede
llevarse a cabo con varios enfoques o modelos, entre los cuales pueden citarse al
biomédico, el psicodinámico,…

Según el modelo psicodinámico, por citar un ejemplo, los procesos psicológicos son la
principal causa de los desórdenes mentales.
La perspectiva biomédica aborda los trastornos mentales como cualquier otra clase de
enfermedad, al considerar que las alteraciones psicopatológicas son generadas por
anormalidades biológicas (genéticas, bioquímicas o neurológicas). Por lo tanto, el
tratamiento debe estar enfocado a la corrección de dichas anormalidades de raíz
orgánica.
En este sentido, puede decirse que un comportamiento anormal es una enfermedad
surgida por el mal funcionamiento de alguna parte del organismo. Estos se hallan
relacionados con alteraciones en la porción cerebral, las cuales pueden ser anatómicas
(el tamaño o la forma de ciertas regiones cerebrales no están dentro de los cánones
normales) o bioquímicas (cuando los elementos bioquímicos que contribuyen al
funcionamiento neuronal poseen su función alterada).

En el caso de las psicopatologías que se desarrollan durante la infancia, niñez o


adolescencia de un individuo podemos establecer que existen varias tipologías entre las
que se encuentra el retraso mental, los trastornos de la comunicación (fonológicos,
tartamudeo…), los trastornos del desarrollo, trastornos del aprendizaje, trastornos por tics
o trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria.

En el caso de los trastornos del desarrollo destaca, por ejemplo, el trastorno autista que
comienza en la infancia y que se traduce en una serie de incapacidades en lo que es el
área psicológica y también en el conductual. Los cinco sentidos se ven afectados por
anomalías en las personas autistas que además se caracterizan por ser callados, apenas
ríen, tienen limitaciones en materia de lenguaje y comunicación y a nivel físico cuentan
con una serie de deficiencias en coordinación de movimientos.

3. LA AFECTIVIDAD

3.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES.

La vida psíquica de los individuos incluye numerosas funciones que se distinguen de las
puramente intelectuales. De hecho, las últimas investigaciones neurológicas han
descubierto vínculos entre ciertas facultades intelectuales y emotivas.

El conjunto de funciones psíquicas que el lenguaje coloquial asocia al corazón es el


responsable de la llamada vida afectiva.

Se expresa con el término genérico de afectividad al conjunto de emociones, sentimientos


y pasiones que los sujetos experimentan interiormente ante los sucesos o pensamientos
que acaecen durante la vida.

Los afectos se caracterizan por una serie de rasgos generales comunes (4):

•Son de naturaleza subjetiva, puesto que se viven personal e intransferiblemente.


Por ese motivo resulta difícil comunicarlos a los demás. Todos poseemos la
experiencia de lo complicado que resulta, a veces, expresar verbalmente las
emociones, siendo más fácil su transmisión gestual (llanto, risa, contactos
corporales, etc.).

Los afectos oscilan generalmente entre dos polos opuestos. Según su naturaleza,
pueden moverse entre la alegría y la pena, la atracción y el rechazo, o el placer y el
displacer.
•Su manifestación externa se plasma en el estado de ánimo de un individuo. Así,
por ejemplo, si en un momento concreto de su vida el afecto dominante en un sujeto
es el amor, su estado de ánimo refleja alegría, optimismo y entusiasmo. Si, al
contrario, el amor no es correspondido, mostrará decaimiento, pesimismo y
melancolía.

•A diferencia de otras funciones psíquicas que son vividas menos personalmente, los
afectos suelen dejar profundas huellas en el psiquismo. Así se explica que los
afectos positivos perduren en la memoria, siendo difícil su olvido. En cambio, los que
provocaron frustración en su origen tienden a relegarse al inconsciente o sufrir
grandes modificaciones por la acción de los mecanismos de defensa.

En suma, y en palabras del psiquiatra J. M. Uncal, el afecto determina la actitud general;


ya sea de rechazo; de aceptación; de huida; de lucha o de indiferencia ante una
persona; un acontecimiento o una idea. En los seres humanos, pues, los afectos
condicionan sus relaciones interpersonales, ya que siguiendo su dictado establecemos
relaciones de amistad, simpatía, desapego u hostilidad con las personas que nos
rodean.

3.2. EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y PASIONES.

Según Bleuler, hay que distinguir en el acontecer afectivo tres reacciones posibles:
emoción, sentimiento y pasión.

A. Emoción

La palabra emoción proviene del vocablo latino movere; que significa "sacudir" o
"agitar". Designa un estado afectivo que se caracteriza por ir acompañado de ciertas
alteraciones corporales. Así, la agitación emotiva se sigue de numerosas
manifestaciones físicas que comunican a los demás el estado afectivo del sujeto. Por
ejemplo, ante la emoción de vergüenza, el organismo reacciona con el rubor; ante la
desconfianza, fruncimos el ceño; etc.

Los psicólogos suelen hablar de 6 emociones primarias de todos los seres humanos.
Cada una de ellas iría acompañada de un movimiento característico con respecto al
objeto de la emoción:

LOS GESTOS EMOTIVOS. Casi todas las emociones se acompañan de gestos que las
delatan: fruncimos la frente cuando nos enfadamos, por ejemplo. Para comprobar si
estos gestos obedecían a aprendizajes sociales, se hicieron pruebas con niños ciegos y
sordos. Se comprobó que gesticulaban de manera similar a otros niños con sus
sistemas perceptivos completos. Así mismo, los antropólogos han puesto de relieve
que en todas las culturas se repiten los mismos gestos emotivos, independientemente
de sus tradiciones y de su desarrollo técnico.
B. Sentimiento

La emoción se distingue del sentimiento en que la primera es una reacción afectiva


breve e intensa, mientras que el sentimiento se caracteriza por perdurar mayormente
en el tiempo, con lo cual su intensidad es menor aunque más prolongada. A diferencia
de la emoción, el sentimiento no se acompaña de cambios corporales tan acusados.
Resulta muy difícil proporcionar una definición de sentimiento aceptada por todos los
autores. Algunos, incluso, han llegado a decir que el sentimiento no puede definirse,
sino tan sólo experimentarse y, a lo sumo, describirse. En general, el término
sentimiento designa una tendencia afectiva hacia objetos o personas del mundo
exterior (aunque también existen sentimientos sobre uno mismo, como el amor propio)
que oscila entre reacciones de placer o displacer.

Lersch distingue tres tipos diferentes de sentimientos:


A)Vitales: placer, dolor, alegría, tristeza, aburrimiento, admiración, etc.
B)Individuales o del yo: egoísmo, altruismo, supervivencia... venganza, etc.
C)Transitivos o sociales: éticos, espirituales, etc.

Wundt elabora también una clasificación tripartita, considerando a los sentimientos


como estados que se mueven entre tres pares de fuerzas:

A) Placer- Displacer.
B) Excitación-Tranquilidad.
C)Tensión-Relajación.

C. Pasiones.

Las pasiones se diferencian de los dos estados anteriores por su grado de intensidad.
Son tendencias afectivas que se viven desgarradoramente, de tal manera que el
individuo se siente arrastrado por ellas aunque pretenda impedir sus efectos. Por
tanto, poseen tan alta intensidad que no pueden ser controladas racionalmente. En
cierta medida, el sujeto que sufre una pasión pierde parte de su libertad individual,
puesto que la voluntad apenas puede modificar los comportamientos apasionados.
Así, por ejemplo, un amor o un odio desmedido terminan por convertirse en pasiones si
la voluntad no consigue imponer un cierto control racional sobre esas conductas
afectivas.

A veces, producen alteraciones psicológicas importantes, ya que el individuo tiende a


percibir la realidad según la pasión que experimenta. De esa forma, se produce una
deformación ideológica, ya que todo aquello relacionado con el objeto pasional se
sobrevalora, mientras que lo está en contra se vive con rechazo o desinteresadamente.
En casos graves, las pasiones no controladas pueden originar importantes trastornos
de conducta. La literatura y el arte han retratado admirablemente las pasiones, tanto
aquellas que pueden considerarse nobles como aquellas otras que se viven
dramáticamente y que muchas veces conducen al desequilibrio psíquico.
Como hemos visto, pues, no resulta sencillo establecer los límites precisos que separan
unos estados afectivos de otros. Por ejemplo, el vocablo amor puede estar referido a
vivencias apasionadas, emotivas o sentimentales según la intensidad, duración y grado
de control racional que sobre ella ejerza nuestro cerebro.

LAS PASIONES Y LAS LEYES. Un sujeto apasionado es incapaz de controlar, en


numerosas ocasiones, sus propios actos puesto que la pasión nubla su mente, como
suele decirse en lenguaje coloquial. Esa imposibilidad de racionalizar su conducta ante
la presencia del objeto que provoca en él la pasión es contemplada en los códigos
penales. Por ejemplo, si se comete un asesinato con premeditación y a sangre fría, la
pena carcelaria será mayor que si es ejecutado bajo los efectos del apasionamiento. Se
reconoce así la alteración de la realidad y la incapacidad de control que sufre un
individuo cuando se halla bajo los efectos de una pasión intensa.

3. 3. TRASTORNOS DE LA AFECTIVIDAD.

En la exteriorización de emociones y sentimientos influyen factores de variada índole.


De manera global, los podemos dividir en tres grandes clases: genéticas, educativas y
culturales.

Desde el punto de vista hereditario, conviene distinguir entre aquellos que son
comunes a la especie humana y aquellos otros que son exclusivos de un individuo. Así,
cuando estamos irritados en grado sumo, fruncimos el ceño y apretamos los dientes;
cuando sentimos un miedo intenso, se nos eriza el vello, etc. Lo mismo sucede con la
risa, el llanto, las manifestaciones de euforia, etc. Estos tipos de conducta son, pues,
reflejos. Su origen debe buscarse en el desarrollo evolutivo del ser humano.

Ahora bien, las características hereditarias de cada individuo concreto también influyen
en su afectividad. Según sean aquellas, tenderá cada uno a emocionarse con mayor o
menor facilidad y a decantarse hacia unos u otros comportamientos afectivos. Sin
embargo, la carga genética nada podría sin la influencia del medio ambiente. En ese
sentido, la educación recibida juega un importante papel. Según se hayan reforzado
unas u otras conductas, aumentará o disminuirá su repetición en el futuro.
Así, en nuestra sociedad se educa (o se educaba) a los hombres para que no
expresaran sus sentimientos. Frases como "los hombres no lloran" han sido habituales
hasta nuestros días. En cambio, la mujer podía explayar libremente sus sentimientos,
puesto que esa conducta era considerada muy femenina.

Así mismo, la cultura y la historia de cada sociedad condicionan mayoritariamente la


expresión de nuestros sentimientos. Resulta tópico, pero también estadísticamente
cierto, que los pueblos del sur de Europa viven la emotividad de una manera más
intensa, mientras que los del norte tienden a ser menos expresivos con sus afectos. En
algunas tribus africanas parecen no existir las relaciones amorosas, ya que se vive la
sexualidad exclusivamente como deseo momentáneo sin que nadie muestre voluntad
de posesión amorosa. En cambio, en casi todas las sociedades, el amor de la pareja
representa la más alta idealización de la vida afectiva.
Todos sabemos por experiencia propia que no resulta fácil el control de las emociones.
Las causas por las que ciertas personas u objetos nos producen atracción o repulsión
obedecen a factores tanto genéticos como ambientales. Así, cierto sentimiento de
miedo puede ser provocado por una causa innata relacionada con el instinto de
supervivencia o, al contrario, por una experiencia personal que nos dejó profunda
huella y que condiciona nuestras respuestas temerosas cuando aparece de nuevo el
estímulo que las desencadenó en su origen.

El PSICÓPATA INDIFERENTE.

La psiquiatra María Dueñas describe así la indiferencia emotiva del psicópata: Es el


prototipo de la personalidad sin afectos y entra dentro del campo de la patología
psiquiátrica. K. Schneider los define como personas que sufren y que hacen sufrir,
aunque actualmente se admite más que hacen sufrir sin inmutarse por las
consecuencias de su conducta. Presentan una pobreza general de reacciones afectivas;
los actos que comenten no les producen nerviosismo, ansiedad, pena, vergüenza,
culpabilidad ni ningún otro tipo de sentimiento que la persona normal experimentaría
en las mismas circunstancias. Presentan una carencia de emociones, no están ansiosos
ni tristes, no lloran ni demuestran alegría ni tampoco sufren los correlatos somáticos de
esas emociones, como la palidez, el rubor, el temblor, el sudor...

Numerosos trastornos conductuales y psíquicos tienen su causa en una inapropiada


vivencia de los afectos. Entendemos por estabilidad afectiva el equilibrio que muestra
un sujeto entre su disposición psíquica y su conducta afectiva externa sin que se
produzcan disfunciones entre ellas. Muchos trastornos conductuales se hallan
relacionados con la vida afectiva.

Algunos de los más importantes son (4):

•Indiferencia emocional: cuando se producen respuestas débiles ante estímulos


emotivos, ya sean circunstancias dolorosas o placenteras de las personas que les
rodean. En casos extremos, como en ciertos tipos de psicosis, el sujeto es incapaz de
emocionarse ante actos terribles o cargados de afectividad, por ejemplo una masacre.
Este estado se define por una inhibición de los afectos. Muchos de ellos circunscriben
su vida afectiva al ámbito exclusivo del amor propio. En general, muestran actitudes de
desprecio y rechazo social. Algunos psiquiatras han señalado que la indiferencia
emocional puede desembocar en conductas sexuales sádicas.

•Dependencia afectiva: se produce cuando una persona muestra ansias


incontrolables por querer y ser querido. Estas personas se sienten inseguras, sufren
crisis de angustia y miedo irracional ante el temor (muchas veces puramente
fantasioso) de perder el afecto de las personas que la rodean. Los celos o la obsesión
por acaparar todos los efectos de la pareja son reacciones típicas de los dependientes
afectivos. Este estado puede alcanzar cotas patológicas si escapa a un control racional.

•Trastornos maníaco-depresivos: se caracterizan por una alternancia cíclica entre


fases de hiperactividad mental y periodos depresivos. Los individuos que los
padecen pasan de un estado afectivo a su contrario en cortos espacios de tiempo.
•Descontrol emotivo: caracterizado por una desproporción entre la respuesta emotiva
del sujeto y el estímulo causante de la misma. Puede manifestarse bajo dos formas: o
bien se da una respuesta intensa ante un estímulo insignificante, o, por el contrario,
apenas se reacciona afectivamente ante hechos trascendentales. En el primer caso,
estarían las personas que se emocionan fácilmente, no pudiendo evitar las crisis de
llanto o de alegría. Los efectos de algunas drogas (el alcohol, sobre todo), la excesiva
sensiblería potencian reacciones de este tipo. En el segundo caso, nos hallaríamos ante
personas cercanas a la indiferencia emocional.

Los IK. A. Montagu, en su libro La naturaleza de la agresividad humana, describe un


caso peculiar de alteración afectiva: el de la tribu de los ik, en Uganda. Desde tiempos
inmemoriales habían sido cazadores, pero el gobierno declaró sus tierras reserva de
caza y los obligó a convertirse en agricultores. Ese cambio de vida modificó todas las
costumbres ik, pro
provocando de paso una alteración en sus relaciones sociales y en sus vínculos
afectivos. Se volvieron agresivos, peleándose continuamente entre ellos; disolvieron
las familias comenzando a vivir individualmente; el amor dejó de ser algo apreciable
y hasta se rompieron los vínculos afectivos entre las madres y los hijos. Éstos
últimos, al igual que los ancianos, fueron considerados como apéndices inútiles al no
poder cuidar de sí mismos.

Si conductas de este tipo se suceden cotidianamente, pueden desembocar en graves


trastornos de conducta. Si, en cambio, ocurren en raras ocasiones, pueden ser
debidas a causas puramente circunstanciales.

3.4.- EMOCIONES E INTELIGENCIA.

En los últimos años, se han publicado en EEUU varios libros sobre los nexos entre la
inteligencia y la emoción. Tales textos mantienen que la emoción es uno de los
componentes esenciales de la inteligencia humana.

Diversos experimentos psicológicos, llevados a cabo recientemente, han puesto de


relieve que la inteligencia humana es algo más complejo que aquello que miden los
tests. Así, individuos que habían obtenido grandes éxitos en sus vidas profesionales y
en sus relaciones afectivas, alcanzaban pobres resultados en la cuantificación de su Cl.
Las pruebas a las que fueron sometidos estos individuos, revelaron que estos
individuos mostraban grandes capacidades para la adaptación individual y social,
llevando a cabo un adecuado control de situaciones difíciles donde había que tomar
decisiones importantes en un plazo limitado de tiempo, además de improvisar
estrategias apropiadas para la tarea profesional encomendada.
Por contra, otros individuos con mejor Cl. fracasaban (o, cuanto menos, obtenían
peores puntuaciones) en este tipo de pruebas.

Los psicólogos comprobaron que los primeros poseían una inteligencia más intuitiva,
estrechamente vinculada con reacciones emotivas, mientras que los segundos tendían
a reprimir sus propias emociones y sentimientos en favor de un análisis exclusivamente
racional de la situación.
Las conclusiones de los estudios afirmaron la importancia de la Inteligencia emocional
(término acuñado, en 1990, por P. Salovey y J. Mayer,).

El neurólogo A.R. Damasio cree que el olvido de la emoción en el estudio de la


inteligencia es achacable al pensamiento filosófico. Ya desde Platón, la metafísica
separó la racionalidad del sentimiento. Pero sería Descartes el verdadero artífice de la
escisión, al desvincular la conciencia del cuerpo, es decir, de sus mecanismos
fisiológicos. Ese error, según Damasio, ha pervivido en las investigaciones psicológicas
sobre la inteligencia hasta nuestros días.

Este autor argumenta que individuos que sufrieron lesiones en ciertas zonas cerebrales
no sólo perdieron la capacidad de razonar, sino también la de sentir normalmente la
emoción. Según él, mientras que estos individuos pueden adquirir nuevos aprendizajes
para interpretar lógicamente el mundo, no sucede lo mismo con sus facultades
emotivas.

Tal vez, el ejemplo más dramático sea el de ciertos psicóticos que han ejecutado actos
horribles (crímenes, violaciones, etc.), sin que pueda decirse que hayan perdido la
lucidez lógica y racional. En cambio, sus reacciones emotivas han desaparecido por
completo: ante la visión de sus actos son incapaces de sentir emoción alguna. Según
Damasio, lo que sucede es que los mecanismos emotivos no actúan sobre los procesos
intelectuales como sucede con el resto de las personas. Concluye afirmando que, sin el
soporte de la emoción, la inteligencia racional es incapaz de funcionar correctamente.

4. LA SEXUALIDAD como motivación y como conducta.

4.1. MOTIVACIÓN SEXUAL.


Desde un punto de vista evolutivo, la sexualidad es el mecanismo por el que se asegura
la perpetuación de los genes individuales y de la propia especie. Por eso, el impulso
sexual es instintivo o, cuanto menos, de carácter innato y reflejo. Mientras que casi
todas las especies animales ejecutan automáticamente la conducta sexual, y se
aparean siempre que aparece el impulso si no existen condiciones adversas que lo
impidan, el ser humano, debido a que se halla sometido actualmente a una selección
cultural y no puramente natural, puede controlar y reprimir la satisfacción del instinto
sexual.

En nuestra especie, la sexualidad juega un papel preponderante dentro del


comportamiento biológico y psíquico. Algunos autores, como Freud por ejemplo,
interpretaron los actos humanos desde un pansexualismo. Para el psicoanálisis, el
deseo sexual (ya sea satisfecho o reprimido) se constituye como el principio motivador
más importante de nuestra conducta. Aunque las demás Escuelas psicológicas
limitaron la influencia de la sexualidad en nuestros actos, todas ellas la siguen
considerando primordial para explicar y comprender la vida psíquica.
4.2. TRASTORNOS PSICO-SEXUALES.
¿Qué es normal y anormal en la sexualidad? En las personas la conducta sexual está
condicionada por factores genéticos, hormonales, culturales, éticos, geográficos,
religiosos, educativos, temperamentales, etc. En este terreno es muy difícil establecer
una frontera objetiva entre la normalidad y la anormalidad. En lo que respecta a
conductas sexuales hay diferentes valoraciones: a nivel sociológico son anormales
aquellas conductas que difieren de las conductas aceptadas socialmente; a nivel
médico son anormales las conductas poco naturales e insanas. La psicología
sexológica considera sexualmente anormal todo lo que atenta contra la libertad de las
personas exigiendo el sometimiento del otro, o lo que al individuo le produce sensación
de culpa, angustia o depresión.

En el desarrollo sexual de una persona tenemos que analizar: la identidad sexual, que
es la conciencia que cada ser tiene de ser hombre o mujer, el papel sexual, que es la
forma de comportarse ante los demás como hombre o mujer, y la orientación sexual,
que es el objeto que nos provoca el deseo sexual (hombres, mujeres, niños, etc.).

La falta de educación sexual adecuada origina creencias falsas y conflictos internos, que
alimentan una mitología sexual que nos empobrece como personas.

- El hombre siempre quiere y debe estar preparado para la relación sexual.


- El hombre es quien debe tomar la iniciativa sexual, si lo hace la mujer, es
inmoral o prostituta.
- Hablar de los problemas sexuales quita espontaneidad al sexo.
- Cuando hay amor no hay problemas sexuales.
- No hay impotencia ante una mujer atractiva.
- La carencia de atractivo físico anula la sexualidad.

4.3. LA IDENTIDAD SEXUAL

El transexualismo. En este trastorno de la identidad sexual se da una identificación con'


el sexo opuesto, acompañada de malestar con el sexo anatómico propio y deseos de
someterse a tratamientos quirúrgicos y hormonales para parecerse al sexo deseado. Un
hombre transexual no sería homosexual, ya que si le atraen otros hombres es porque se
considera mujer.

Orientación sexual. Tal y como se indica en el CIE-10 (Clasificación internacional de


enfermedades, décima versión), la orientación sexual en sí misma (heterosexualidad,
homosexualidad y bisexualidad) no se considera un trastorno.

4.4. DIFERENCIAS SEXUALES EN EL CEREBRO.


Probablemente las investigaciones psicológicas que más han trascendido al gran público
durante los últimos años han sido las relacionadas con la diversidad fisiológica en los
cerebros de hombres y mujeres.

Lo cierto es que varios equipos de investigadores (entre los que destacan el de Gorski y
Allen, por un lado, y el de Simon Le Vay, por otro), tras realizar cientos de autopsias a
cerebros, pudieron constatar importantes variaciones estadísticas entre ciertas zonas
cerebrales de hombres y mujeres. Algunas de estas diferencias juegan un importante
papel en muchos comportamientos sexuales.

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