T8 Mio
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1. INTRODUCCION
Para ello debemos conocer las bases anatómicas, fisiológicas y neurológicas que
son necesarias para el lenguaje y que sustentan los procesos de codificación y
decodificación que hacen posible la comprensión y expresión.
Más allá del conocimiento formal de los componentes, debemos analizarlos desde
la perspectiva educacional y cómo podemos trabajar sobre ellos como maestros de
audición y lenguaje.
La fonología nos presenta diferentes clasificaciones de los fonemas, en función de
diversos criterios. Si atendemos al punto de articulación, nos encontramos con labiales,
alveolares, velares, interdentales, labiodentales, palatales y dentales. Según el modo de
articulación, distinguimos oclusivos, fricativos, africados, laterales y vibrantes. Si
atendemos al movimiento de las cuerdas vocales, tenemos fonemas sonoros o sordos. Y
según el canal por el que se produce la emisión del sonido, podrán ser orales o nasales.
Si nos paramos ahora en los componentes gramaticales (morfología y
sintaxis) ,permiten la organización del lenguaje a todos los niveles, desde las unidades
más simples a las oraciones más complejas. El proceso de gramaticalización en la
adquisición del lenguaje comienza en el momento que el niño comienza a relacionar dos o
tres palabras, hasta que a partir de los 3 años, generalmente, ya tiene una competencia
lingüística similar a la de los adultos. En este proceso, podremos decir que adquiere la
competencia total del lenguaje cuando asuma su convencionalidad, entendiendo las
normas establecidas para una mayor estructuración del propio lenguaje.
Lo que primero conoce el niño/a de las palabras son los lexemas y luego, interioriza
los morfemas. Primero adquiere el de género y después el de número. Los morfemas de
tiempo y de persona de los verbos son los más complejos. En los inicios de su
aprendizaje el alumno suele cometer errores que se conocen con el nombre de
hiperregulaciones, consistentes en someter todas las palabras sin excepción alguna a las
reglas gramaticales que va aprendiendo.
En cuanto a la sintaxis, es decir, a la construcción de frases, decir que alrededor de
los 18 y hasta los 24 meses, van a formular frases de una sola palabra, denominada
holofrase. Paulatinamente, irán conjugando dos palabras, generalmente de contenido
(nombres, verbos o adjetivos), llegando a la formación de frases de dos palabras. Esta
etapa se viene a dar entre los 24 meses y hasta los 30-36 meses y se conoce con el
nombre de habla telegráfica. A partir de esta edad se producirán las expansiones, que
aumentarán el número de elementos que componen las frases y las proposiciones irán
creciendo en longitud.
En cuanto al componente semántico, podemos afirmar que está muy vinculado a
los sistemas de la memoria, formando parte de ella en función de la propia estructuración
del lenguaje, atendiendo a su significado, a su sonoridad o visualidad y a su plano
sintáctico. El proceso de adquisición del léxico, se comienza con la adquisición de
nombres, los más abundantes y perceptibles. Luego, se pasará al aprendizaje de
acciones, por su carácter experimental y funcional. Es importante no trabajar desde el
infinitivo (presente, pretérito imperfecto e imperativo; 1ª y 3ª persona), ya que así
introducimos el concepto de flexión verbal tanto temporal como numéricamente. Para
aumentar la calidad comunicativa se continúa con el aprendizaje de cualidades y palabras
invariables.
La explosión léxica se produce cuando el niño ha elaborado de manera lenta una
serie de palabras y las constituye como referentes, lo que provoca que la adquisición de
las posteriores sea más rápida. A partir de los 2 años, de manera general, el desarrollo
lexical es mayor, debido a la mejora fonética y la velocidad de articulación e inserción de
las palabras
Durante los primeros años de adquisición del léxico, son comunes los siguientes
fenómenos:
-Sobreextensión, que consiste en usar un significante ampliando el significado que
le corresponde (perro = todos los animales). Se usa la misma palabra para designar
diferentes referentes.
-Infraextensión de significado, que sería todo lo contrario, restringir el significado
(nene = solo su hermano). Se usa una palabra para un referente muy específico.
Por último, en el componente pragmático se aglutinan conocimientos y
habilidades de tipo cognitivo y lingüístico que facilitan el uso de la lengua en un contexto
específico. En relación a este conjunto, podemos señalar que la pragmática total llega
cuando le niño es capaz de abandonar el lenguaje oral y valerse de otros instrumentos
para conseguir lo que quiere, como por ejemplo la expresión facial.
Este se ocupa de normas de uso y de las funciones del lenguaje (estudiadas por
Halliday). Para que la comunicación sea posible, el hablante debe tener en cuenta las
normas que rigen el diálogo y la conversación, respetando los turnos de palabra.
Para poseer además una buena competencia comunicativa, los elementos más
importantes en cuanto a la pragmática son la cohesión y la coherencia. La cohesión se da
en aquellos discursos en los que se sigue un hilo conductor, relacionando todas las partes
que lo forman entre sí. La coherencia se aprecia en las narraciones en las que no hay
lugar a contradicciones.
El conocimiento pormenorizado de estos componentes y su relación con los
sistemas anatómicos, biológicos y neuronales, nos permite diseñar intervenciones que se
ajusten a la realidad específica del alumnado al que van dirigidas. Así siempre deberemos
tener en cuenta la globalidad de los sistemas que intervienen en el lenguaje y la
necesidad de trabajar sobre todos ellos para una comunicación efectiva socialmente.
5. CONCLUSIÓN