Capacitación Docente-Lnj-2023
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Capacitación Docente-Lnj-2023
Pero los maestros sabios, que enseñaron a muchos a andar por el buen camino,
brillarán para siempre como las estrellas del cielo. Daniel 12:3 TLA
Reteniendo la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz
también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen. Tito 1:9
CAPACITACIÓ MAESTROS
N CRISTIANOS
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CAPACITACIÓN DOCENTE
TEMA 1
Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros. (2a. Timoteo 2:2) RVR1960
Enseñar consiste en inspirar a otros con el ejemplo, llevándolos a alcanzar su más alto
potencial, para que los alumnos hagan lo mismo en otros.
Esto incluye moldear el carácter, descubrir talentos que tal vez estén ocultos y sanar la
autoestima de muchos que, por diferentes circunstancias, piensan que no están
calificados para servir a Dios.
Por eso un verdadero Maestro, discípulo de Jesús siempre hace la obra con alegría, valor y
es "diligente al preparar y desarrollar su clase" porque es el fruto del amor y no de la
presión. Si recuerdas, la mayoría de los 12 de Jesús ofrendaron con alegría su propia vida
para engrandecer la obra.
1. Del Maestro,
2. Del material pedagógico,
3. Del lugar donde se realizará la clase.
UN BUEN MAESTRO DE ESCUELA DOMINICAL SABE QUE LOS ALUMNOS VALORAN ESTAS 5
CARACTERÍSTICAS DE SU PROFESOR:
La primera tarea que se describe aquí no es cuatro cosas, sino una tarea multidimensional.
Esta tarea también se puede describir como una tarea de estudiante. La comisión de los
estudiantes de ser miembros de Dios es responsabilidad de cada congregación. Todos los
ministerios, incluidos los ministerios de educación y formación cristiana, deben ponerse
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de acuerdo sobre lo que significa para su congregación formar estudiantes en su tiempo y
contexto. Cada área, clase y grupo del ministerio está involucrado en el aprendizaje de los
estudiantes. ayudar a toda la congregación a comprender el valor del ministerio de la
enseñanza.
Existe una metodologia denominada "Destino", es muy simple y podría ser utilizada para
las clases de Escuela Dominical. Más adelante, en la segunda parte de esta Capacitación
veremos otros métodos y técnicas contemporáneas para llevar a cabo enseñanzas y
aprendizajes efectivos.
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1. Estudio Bíblico Personal
Todo Maestro de la biblia o líder que desee tener éxito como Servidor del Señor en la
iglesia local debe permanecer en contacto diario con la Palabra de Dios por medio de un
estudio disciplinado de las escrituras.
A través del estudio privado y devocional que El Señor nos habla y puede dirigirnos para
que tomemos decisiones correctas en todo el trabajo del Servicio al Señor.
La imagen que nos brinda el salmista es el ideal de toda congregación, dar fruto a su
tiempo, que nadie se vaya de la iglesia y que cada área de la visión prospere. Pero solo
será posible en la medida que como Maestros y líderes permanezcamos conectados a la
Palabra de Dios.
“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no
sea que nos deslicemos”
La palabra clave para mantener ese contacto con la Palabra de Dios a través de las
enseñanzas de Jesús, es: diligencia.
Cada Mestro o líder debe actuar de manera más constante en el estudio de la Palabra,
entregarse a profundizar en la enseñanza divina, y lo manifiesta agregando “no sea que
nos deslicemos”.
Estamos viviendo los días finales, horas muy difíciles cuando cualquiera puede deslizarse
rápidamente.
La persona que atienda con diligencia las enseñanzas divinas no caerá jamás, porque Dios
le sostiene, el Espíritu Santo se encarga de fortalecerle espiritualmente para que no se
aparte de la gracia divina.
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“¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual,
habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que
oyeron”. (Hebreos 2:3) RVR1960
El Dr. Derek Prince dijo: “O la Palabra de Dios te alejará del pecado, o el pecado te alejará
de la Palabra de Dios.”
2. Vida de oración
Es un error pensar que el método o las estrategias funcionan por sí mismas. Debemos
entender que la fuerza espiritual detrás de toda la obra del Señor es la dependencia del
Señor y eso se demuestra en la cantidad de tiempo que pasemos delante del Señor.
Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice:
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
(Zacarías 4:6) RVR1960.
Al establecer la docencia o el liderazgo no podemos depender de ella, por sí sola, para que
los resultados se den, no podemos depender de nuestra fuerza o nuestro poder, sino de la
influencia del Espíritu Santo en todos y cada uno de los procesos.
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Lo mismo le sucedió a Zorobabel quien deseaba construir el templo y había calculado y
dependido de sus propias fuerzas. La Palabra del Señor para Él fue clara, debía depender
del poder del Espíritu Santo para que la obra llegara a feliz término.
El caballo se alista para el día de la batalla; Más Jehová es el que da la victoria. (Proverbios
21:31) RVR1960.
¿Por qué debo tener comunión con el Espíritu Santo para que mi ministerio fructifique?
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva". (Juan
7:38) RVR1960
La gente tiene una gran confusión en lo concerniente a creer en Jesús; algunos lo hacen
por aquietar su conciencia, porque están bajo el yugo de una tradición, porque saben que
existe un ser superior y quieren intentar una relación superficial con Él; hay quienes
forman parte de alguna comunidad cristiana, pero viven un cristianismo a su manera.
Jesús mismo nos da verdadera dirección para que podamos disfrutar de una buena
relación con Él, y el secreto radica en saber qué es lo que la Biblia dice de Jesús para poder
relacionarnos con Él.
David alcanzó una profunda comprensión acerca de quién era el Espíritu de Dios;
posiblemente trató de medir a Dios, pero llegó a la conclusión de que Él es tan grande que
Él lo llena todo y está en todo lugar.
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“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la
tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de
hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios
poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”. (Hechos 17:24, 25,28) RVR1960
Siendo Dios tan majestuoso, grande y poderoso aceptó hacer del corazón del creyente Su
propia morada prefirió habitar dentro nuestro a vivir en un hermoso y lujoso santuario.
2: El Espíritu Santo es una persona: Cuando decimos que Él es una persona, nos
referimos a que tiene las mismas características que una persona, es decir, que
ama, siente, se entristece, se conduele y tiene las mismas sensaciones de un ser
humano.
Algunas personas piensan que a Dios no le importa lo que ellas viven, que tampoco
le interesan sus problemas, pero están equivocados, porque el mismo Jesús dijo
que así como el padre se compadece de los hijos, el Señor se compadece de los
que le temen y ese mismo corazón de compasión tiene Dios.
El Apóstol lo expresó diciendo: “Amado, yo deseo que tú prosperes en todas las cosas y
que tengas salud así como prospera tu alma”. (3a. Juan 1:2) RVR1960
Juan habla específicamente del deseo del corazón de Dios y que al ser una persona, desea
bendecir su vida con paz, con prosperidad, con crecimiento espiritual, con armonía
familiar, etc. ¡Desea su bien porque le ama!
3. Dependiendo de él: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús
de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con él”. (Hechos 10:38) RVR1960.
Dios llenó a Jesús con el Espíritu Santo y por esa unción que fue depositada en Él es que el
Señor fue movido a hacer bien, a sanar la gente y a liberar a los oprimidos por el diablo.
Algo poderoso que debes saber es que el mismo Espíritu que fue dado a Cristo también
nos ha sido dado a nosotros, esto sucedió en el día del Pentecostés cuando el Espíritu
Santo vino sobre todos los creyentes. Ese día, el Espíritu le estaba diciendo a la iglesia que
ya no estaría más sola porque a partir de ese momento Él caminaría con ella.
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El representante legal de Dios en esta tierra es el Espíritu Santo y lo puede ser porque Él
es una persona. La iglesia primitiva ante el primer concilio en Jerusalén envía una carta,
como lo relata el libro de Hechos:
“¿O pensáis que la Escritura dice en vano:El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros
nos anhela celosamente?”. (Santiago 4:5) RVR1960
El Espíritu Santo anhela ser parte de tu vida, Él desea morar en ti, pero no quiere solo una
parte de tu ser, Él anhela el control total.
Si le permitimos dirigir nuestras vidas, no nos equivocaremos en ningún paso que demos,
dado que para el Espíritu es tan claro el presente como el futuro. Aunque no entendamos
muchas cosas, si igual las hacemos en obediencia a Él, luego veremos los resultados
efectivos de nuestras decisiones. Llevo más de treinta años sirviendo al Espíritu Santo y
puedo decir que no hay otro como Él.
Lo que más busca Satanás es que los pastores y líderes se descuiden en la vida de oración
y en el estudio de la Palabra. Aprovechando este descuido, viene a bombardearlos con
toda clase de pensamientos negativos, tratando de llevarlos al desaliento y a la pereza; les
presiona con diferentes problemas, ocupaciones, y se enredan en muchas cosas que los
pueden asfixiar.
La prioridad de cada uno de ustedes es ser fiel en el ministerio del Maestro. Tienen que
tener esa fuerza interna para correr a una gran velocidad; ustedes no están en este
mundo por casualidad, están dentro del propósito divino; Dios ha creído en cada uno de
ustedes; no le fallen a Dios, antes deben poner de su parte para tratar de hacer lo mejor
para Él.
Siempre el enemigo tratará de que tú lleves a cabo lo opuesto a lo que Dios quiere que
haga; por lo cual, debes mirar en qué áreas eres débil, y entender que lo opuesto a ello, es
en lo que Dios te quiere usar. Tu mayor fortaleza viene a ser aquello que antes era tu más
grande debilidad.
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SEGUNDA PARTE
TEMA 2: METODOLOGÍA EDUCATIVA
La mayéutica es el método aplicado por el Señor Jesucristo en el relato bíblico “El camino
a Emanús” Lucas 24:13-35. A través de este método el maestro hace que el alumno, por
medio de preguntas, descubra conocimientos.
El formular preguntas eficaces es una de las habilidades más importantes que puede
desarrollar un maestro. Las preguntas pueden involucrar a los alumnos en el proceso de
entender las Escrituras y ayudarles a identificar y comprender las verdades importantes de
la Biblia. Las preguntas pueden ayudar a los alumnos a reflexionar sobre cómo la Biblia ha
influido en sus vidas y a considerar cómo pueden aplicar los principios de la Palabra de
Dios ahora y en el futuro. El formular preguntas eficaces puede alentar a los alumnos a
invitar al Espíritu Santo en su experiencia de aprendizaje, por el ejercicio de su albedrío y
por desempeñar su función en el proceso de aprendizaje.
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ejemplo, un maestro puede desear que los alumnos adquieran información sobre un
pasaje de las Escrituras, o que piensen en el significado del pasaje o que compartan
testimonio de la veracidad de un principio). Con ese propósito en mente, el maestro debe
entonces esmerarse en diseñar la pregunta. Unas pocas palabras, cuidadosamente
escogidas, pueden causar una gran diferencia en el hecho de si una pregunta obtendrá los
resultados deseados, o no.
Los maestros deben procurar preparar y hacer preguntas que estimulen a pensar y sentir.
Por lo general, deben evitar preguntas que puedan contestarse con un simple “sí” o “no”,
o donde la respuesta sea tan obvia que no motive a los alumnos a pensar.
Al hacer las preguntas en clase, es importante que los maestros concedan tiempo a los
alumnos para pensar su respuestas. Algunas veces, los maestros formulan una pregunta,
esperan uno o dos segundos, y si nadie responde inmediatamente, entran en pánico y dan
la respuesta ellos mismos. Las preguntas eficaces, sin embargo, exigen pensar y
reflexionar y los alumnos necesitan tiempo para hallar la respuesta en las Escrituras o para
concebir una respuesta significativa. En ocasiones, puede resultar útil dar tiempo a los
alumnos para escribir sus respuestas antes de responder.
Aunque existe una gran variedad de preguntas que un maestro puede hacer, hay cuatro
tipos generales de preguntas que son de particular importancia en la enseñanza y el
aprendizaje de la Biblia:
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buscar información dentro de un texto de las Escrituras, es útil que se hagan tales
preguntas antes de leer los versículos donde se hallan las respuestas. Esto centra la
atención de los alumnos y les permite descubrir las respuestas dentro del relato de las
Escrituras.
Las preguntas de escudriñar comúnmente incluyen palabras tales como quién, qué,
cuándo, cómo, dónde, y por qué. Algunos ejemplos de preguntas que invitan a los
alumnos a escudriñar buscando información son las siguientes:
De acuerdo con Mateo 19:22, ¿por qué el joven rico se fue triste?
En 1 Samuel 17:24, ¿cómo reaccionaron los hombres de Israel al ver a Goliat?
Cómo reaccionó David en el versículo 26?
Las respuestas a las preguntas de escudriñar deben establecer la fundación sobre la cual
puedan edificar los otros tipos de preguntas para propiciar un mayor conocimiento y
aplicación. La pregunta del Salvador: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
Hombre?” (Mateo 16:13) produjo una información de base. Las respuestas que dieron Sus
discípulos los prepararon para la pregunta más profunda y conmovedora: “Y vosotros,
¿quién decís que soy yo?” (Mateo 16:15).
Las preguntas para analizar se formulan usualmente después de que los alumnos se han
familiarizado con los versículos que están estudiando. Estas preguntas pueden invitar a los
alumnos a procurar una comprensión más amplia y profunda de las Escrituras.
Las preguntas para analizar sirven por lo general a uno de tres propósitos. Pueden ayudar
a los alumnos a:
Las preguntas para analizar pueden ayudar a los alumnos a expandir su comprensión del
texto y de los acontecimientos de las Escrituras y ayudarles a examinar los pasajes en el
contexto de sus antecedentes históricos y culturales, o a la luz de otros pasajes de las
Escrituras. Tales preguntas pueden ayudar a los alumnos a clarificar el significado de
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palabras y frases, así como ayudarles a analizar los detalles del relato para obtener mayor
significado. Este proceso prepara a los alumnos para estar en capacidad de identificar los
principios y las doctrinas.
Ayudar a los alumnos a identificar principios y doctrinas de la Biblia. A medida que los
alumnos comprenden el contexto y el contenido de las Escrituras, están en mejor
condición de identificar los principios y las doctrinas que contienen. Las preguntas para
analizar permiten a los alumnos llegar a conclusiones y articular claramente los principios
y las doctrinas hallados en el bloque de las Escrituras.
¿Qué lección podemos aprender del esfuerzo hecho por la mujer que padecía de
flujo de sangre para llegar hasta el Salvador, y de Su reacción a ella en
consecuencia? (véase Marcos 5:24–34).
¿Qué doctrinas relativas a la naturaleza de Dios podemos aprender del evangelio
según San Juan 4:24.
Algunas preguntas ayudan a los alumnos a pensar sobre los principios y las doctrinas de la
Biblia y a entenderlos, mientras que otras pueden hacer que reflexionen en experiencias
espirituales y llevar a los alumnos a sentir más profundamente la veracidad e importancia
de un principio o doctrina de la Palabra de Dios en su vida. Muchas veces, estos
sentimientos engendran un deseo más fuerte en el corazón de los alumnos de vivir un
principio Bíblico Evangelio más fielmente.
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Estas preguntas ayudan a llevar la Biblia desde las mentes de los alumnos a sus corazones.
Y cuando ellos sienten en sus corazones la veracidad y la importancia de una doctrina o un
principio de la Biblia, estarán más inclinados a aplicarlo en sus vidas.
Una palabra de advertencia: Las respuestas a preguntas de esta naturaleza pueden ser
particularmente personales y de carácter confidencial. Los maestros deben asegurarse de
que los alumnos nunca se sientan forzados a contestar una pregunta, compartir sus
sentimientos o experiencias o a dar testimonio. Además, los maestros deben ayudar a los
alumnos a entender la naturaleza sagrada de las experiencias espirituales personales y
alentarles a compartir esas experiencias apropiadamente.
A continuación se dan algunos ejemplos de preguntas que pueden ayudar a los alumnos a
pensar específicamente sobre maneras en las que pueden aplicar los principios y las
doctrinas en sus propias vidas:
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¿Qué cambios necesitarían hacer para vivir según el propósito de Dios? (véase
Romanos 12).
¿Qué sería algo que el profeta haya aconsejado, que ustedes deben seguir con
mayor exactitud? (Miqueas Cap. 6).
El principio que dice: Si buscamos primeramente el reino de Dios, seremos
bendecidos en otras áreas de nuestra vida, ¿cómo puede ayudarles a priorizar sus
metas y actividades de los próximos dos o tres años? (véase Mateo 6:33).
Un análisis en clase se logra cuando el maestro intercambia ideas con los alumnos,
y éstos entre sí, en una forma que estimule el aprendizaje.
Un buen análisis puede ayudar a los alumnos a aprender la importancia de buscar
respuestas a las preguntas relevantes y lo valioso de escuchar y aprender de los
comentarios, ideas y experiencias de los demás.
También puede ayudar a los alumnos a mantener un nivel de concentración y
participación en la clase, que a menudo redunda en una comprensión más
profunda de las doctrinas y los principios del Evangelio que se analizan, así como
en un deseo más genuino en sus corazones de aplicar las cosas que aprenden y
sienten.
Se presentan a continuación algunas ideas para ayudar a los maestros a dirigir análisis en
clase inspiradores y participativos:
Planear el análisis. Al igual que otros métodos de enseñanza, un análisis debe ser
preparado cuidadosamente y luego dirigido bajo la influencia del Espíritu. El
maestro necesita pensar cómo el análisis ayudará a los alumnos a entender lo que
ellos deben aprender, qué series de preguntas conducirán hacia ese propósito,
cómo formular esas preguntas de la forma más eficaz, y cómo reaccionar ante una
respuesta de un alumno que desvíe el análisis en una dirección no anticipada.
Evitar demasiados comentarios por parte del maestro. Los maestros que hacen
demasiados comentarios sobre un tema a analizar pueden desalentar a los
alumnos de hacer el esfuerzo de participar, porque ellos habrán aprendido que su
maestro usualmente está ansioso por dar la respuesta. Los comentarios excesivos
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por parte del maestro pueden hacer sentir a los alumnos que sus contribuciones
son menos valoradas, causando que éstos pierdan interés.
Invitar a todos los alumnos a participar. Los maestros deben procurar hallar
maneras apropiadas de invitar a todos los alumnos a participar en análisis
significativos, aun aquellos que por diversas razones no se deciden a participar. Los
maestros deben cuidarse de no avergonzar a los alumnos, pidiéndoles que
respondan algo cuando saben que no están preparados para responder.
o En ocasiones, un alumno o un pequeño número de alumnos tienden a
dominar el análisis en clase. Puede ser necesario que los maestros
conversen en privado con estas personas, les agradezcan su deseo de
participar, les expresen lo importante que es animar a todos los de la clase
a participar, y les expliquen por qué no siempre se les dará la palabra cada
vez que ellos se ofrezcan para responder.
Llamar a los alumnos por su nombre. Llamar a los alumnos por su nombre para
responder a una pregunta o para hacer un comentario fomenta un ambiente de
aprendizaje de amor y respeto.
No tener temor al silencio. A veces, al hacer una pregunta, puede que los alumnos
no respondan inmediatamente. Este silencio no debe preocupar al maestro, si no
dura demasiado. Hay veces en que los alumnos necesitan una oportunidad para
reflexionar sobre lo que se les ha preguntado y cómo pudieran ellos responder.
Esta reflexión puede facilitar la instrucción del Espíritu Santo.
Reformular la pregunta. En ocasiones, los alumnos pueden tener dificultad para
responder la pregunta, porque ésta no es clara. El maestro puede necesitar
reformular la pregunta o preguntar a los alumnos si comprenden la pregunta. Los
maestros deben evitar formular una serie de preguntas en sucesión, sin permitir a
los alumnos el debido tiempo para pensar sus respuestas en profundidad.
Escuchar atentamente y hacer preguntas de seguimiento. Algunas veces, los
maestros están tan preocupados por lo siguiente que les toca decir o hacer, que no
prestan atención a lo que dicen los alumnos. Al observar y escuchar atentamente a
los alumnos, los maestros pueden discernir sus necesidades y conducir el análisis
bajo la dirección del Espíritu Santo.
Los maestros pueden verificar que están entendiendo las respuestas de los
alumnos con preguntas del tipo: “¿Me puedes ayudar a entender lo que quieres
decir con eso?” o “¿Me puedes dar un ejemplo de lo que tú dices?”.
El hacer estas preguntas de seguimiento invitará con frecuencia al alumno a
compartir más de lo que está pensando y sintiendo, y muchas veces invitará a un
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espíritu de testimonio en la respuesta. Los maestros deben recordar a los alumnos
el escucharse unos a otros y no conversar mientras alguien esté hablando.
Volver a dirigir los comentarios o las preguntas de los alumnos. Muchas veces, los
análisis en clase siguen un modelo donde el maestro formula una pregunta, un
alumno responde y luego el maestro agrega sus reflexiones a la respuesta del
alumno antes de proseguir con la siguiente pregunta. Los análisis pueden llegar a
ser mucho más significativos, vivaces y eficaces cuando un maestro vuelve a dirigir
una respuesta o un comentario de un alumno a otros alumnos.
Pida a los alumnos que lean en voz alta, bien sea uno por uno o al unísono.
Haga que se lean unos a otros.
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Pida que lean un pasaje en silencio.
Asigne a varios alumnos para que lean las palabras que hablan los diversos
personajes de un relato.
Lea en voz alta a los alumnos, mientras ellos lo siguen en sus Escrituras.
Cuando se trabaja con los alumnos de dos en dos o en grupos pequeños, puede ser útil
tener presente lo siguiente:
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Cuando las actividades en grupo se emplean en exceso, éstas se vuelven menos
eficaces.
El maestro puede hacer en la pizarra una reseña de los puntos principales o de los
principios de la lección, elaborar un esquema de una doctrina o un acontecimiento, trazar
mapas, dibujar diagramas, mostrar o dibujar figuras de cosas de las Escrituras, crear
gráficas de acontecimientos históricos, anotar aspectos relacionados con las Escrituras a
medida que los alumnos los vayan hallando, o realizar un sinfín de otras actividades que
fomenten el aprendizaje.
Los objetos y las láminas se pueden utilizar con el fin de ayudar a los alumnos a visualizar
la forma de las personas, los lugares, los acontecimientos, los objetos y los símbolos
mencionados en las Escrituras.
Los objetos y las láminas, incluyendo los mapas y diagramas, pueden ser de gran ayuda
para ayudar a los alumnos a visualizar, analizar y entender las Escrituras, en especial
cuando se utilizan para fomentar un análisis. El exhibir un objeto o una lámina mientras
los alumnos entran al salón de clase puede realzar el clima de aprendizaje e incentivar un
espíritu de investigación entre los alumnos.
Se deben considerar dos advertencias en cuanto al uso de los objetos y las láminas:
Primero, éstos deben servir para reforzar el propósito de la lección y no distraer del
mismo. Segundo, el texto de las Escrituras debe ser la fuente para el análisis en clase del
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contexto y los detalles de un acontecimiento, en vez de la interpretación de un artista
sobre dicho acontecimiento o relato.
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Empleo de la fuerza física. Los maestros nunca deben emplear su fuerza física, ni
su estatura para intimidar ni obligar a un alumno a comportarse. Incluso los
intercambios físicos en forma de juego pueden ser malinterpretados o convertirse
en algo más serio. Los maestros sólo deben involucrarse físicamente con un
alumno cuando es necesario proteger a otro alumno.
El género que se utiliza en el lenguaje de las Escrituras. Los maestros deben estar
alerta y ser sensibles al género que se utiliza en el lenguaje de las Escrituras.
Algunos pasajes de las Escrituras están escritos en género masculino debido a los
idiomas de los cuales derivan. Los maestros deben indicar a los alumnos que
algunos términos masculinos se refieren tanto a hombres como a mujeres.
Al concluir la clase, usted -Maestro- podría apartar un momento para orar a fin de ver con
claridad lo que sucedió en la clase y en la vida de los alumnos. Puede hacerlo a su manera,
pero la forma en que me gusta hacerlo a mí es preguntando: ‘¿Hubo algo que hice o dije,
o que ellos dijeron o hicieron, que los elevó?
Si lo pregunta en oración, con humildad y con fe, algunas veces, quizás a menudo, le
vendrán a la memoria momentos de la clase como la mirada de un alumno, o el sonido de
la voz de otro, o incluso la manera en que un alumno se sentó y se inclinó hacia adelante
en algún momento de la lección, que le confirmará que ellos fueron elevados.
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