Introducción A Las Ciencias
Introducción A Las Ciencias
Introducción A Las Ciencias
En su asombro por la enorme y rápida capacidad de aprendizaje de los niños en sus primeros
años de vida, María Montessori describe la “mente absorbente” y la alegría del aprendizaje
espontáneo: sin esfuerzo, sin voluntad, simplemente viviendo el niño integra todo en forma
completa y correcta. En esta etapa será fundamental la relación que cada niño o niña tenga
con la realidad y su capacidad personal de vincularse con ella. A las vivencias de la realidad,
podemos añadir como complemento nuestras presentaciones, que lo ayudarán a nombrar,
clasificar y ordenar. El sistematizar ayuda a captar el orden y a no perderse en la variedad.
“No es la acumulación de conocimientos directos de las cosas lo que hace al sabio, al letrado,
al hombre inteligente, sino el orden creado en la mente que los capta.”
(M. Montessori, del libro: “La Autoeducación en la Escuela Elemental”)
Aquí cobra especial importancia el ambiente preparado, que integre espacios abiertos de la
naturaleza, diversos y ricos en expresiones de vida, donde los pequeños puedan explorar en
forma segura y autónoma, con áreas de cultivo que ellos pueden cuidar, flora nativa, plantas
medicinales y aromáticas, recovecos en que puedan vivir pequeños invertebrados y áreas
donde lleguen aves libres. Todo irá acompañado de los respectivos ejercicios de Vida
Práctica, desarrollando una actitud de respeto y protección hacia la vida. Relacionado y
conectado, al interior prepararemos un área de ciencias caracterizado por el orden y la
dosificación. En la sala, las plantas no deben considerarse como adornos, además de su
belleza, podemos apreciar sus distintas formas, aprender sus nombres y respetar su vida.
Cada niño y niña gozará de libertad y mediante la observación podrán descubrir y luego
expresar sus dudas, reflexiones y manifestaciones artísticas. Los adultos acompañan este
proceso, ofreciendo algunas claves que abren puertas, sin presionar, compartiendo el gozo al
percibir la verdad y al descubrir la belleza.
No podemos considerar a las Ciencias de la Naturaleza como el conocimiento de sus
fenómenos, sino como una relación íntima con ella. “Vivir con la Naturaleza y no sólo
conocerla. Lo esencial es liberar al niño de las amarras que lo mantienen aislado en la vida
artificial de las ciudades.” (Pedagogía Científica). El niño debe estar en contacto con la tierra,
el agua, la lluvia, ver salir el sol, contemplar las nubes y sentir el viento en su cara. La vida en
contacto con la naturaleza, el cuidado de las plantas y de los animales, son las condiciones
previas para un conocimiento significativo de las Ciencias Naturales. Se trata de experimentar
la Naturaleza y el Cosmos.
En Montessori, ofreceremos al niño una visión de la totalidad, por lo que iniciaremos cada
nuevo tema con una visión global que abarque en forma simple y sintética, el todo. De este
amplio abanico, estaremos atentos a pesquisar los intereses particulares, por donde
seguiremos acompañando, sin imponer, pero alertas y abiertas al asombro. Como sería
imposible darle todas las cosas que existen, hay que desatacar el objeto presente en sus
relaciones con la totalidad. “El mundo se conquista psicológicamente por medio de la
imaginación”, o sea, se enfocará una visión de la totalidad, ofreciéndole el detalle como
medio. El guía debe haberse percatado de la grandeza de esta totalidad para poderla
transmitir al niño.
Aprovecharemos el intenso interés por el lenguaje en esta etapa de la vida, dándole a los
niños y niñas palabras exactas, términos científicos, y, quien sabe, algunas raíces
etimológicas de las palabras que les den mayor sentido.
Nuestro propósito será el darle una idea de todas las ciencias, no en su detalle y precisión,
sino en una impresión. Se trata de sembrar las semillas de las Ciencias. Vamos a ayudar a que
el niño desarrolle una secuencia de acciones, un cilio de actividad, centrado en los procesos y
enriqueciendo el vocabulario. Luego, en la edad de 6 a 12 años, será ampliado por un
período sensible a la imaginación. Una vez que la idea de totalidad ha sido presentada,
podemos mostrar como de cada rama surge una ciencia: la mineralogía, la biología, la
botánica, la química, y como hemos visto, el examen del detalle desencadena el estudio del
todo. Las diferentes áreas de geografía, biología, historia, arte, no serán más que una
sistematización que lo ayudará a organizar y perfeccionar su visión de la totalidad.