Sobre Tanatologia Boulogne PDF
Sobre Tanatologia Boulogne PDF
Sobre Tanatologia Boulogne PDF
INTRODUCCIÓN
especiales”, en este trabajo nos centraremos en el duelo que sucede a la muerte de un hijo.
A partir del tratamiento de 12 pacientes, en tal circunstancia vital, nos surgieron algunos
-¿Es elaborable la pérdida de un hijo? ¿Es pasible de un trabajo de duelo normal? ¿Tendrán
estos duelos características peculiares, más allá de su singularidad, sabiendo, desde ya, que la
Hay palabras como “viudo” o “viuda” que designan a aquel que sobrevive a un cónyuge; o
alguna para quien ha sobrevivido a un hijo. Algo del enorme sufrimiento que esa situación
conlleva, tenga, quizá, que ver con ello. Sólo en el idioma hebreo, existe una palabra “shjol”, que
designa a la persona que ha perdido un hijo. La literatura acude también en nuestro auxilio; la
escritora colombiana Bella Ventura describe con un término inventado por ella la condición
humana de un ser que pierde a su hijo, “Alma mocha”.19 Pensamos que se trata de un tema tabú,
valor mágico convocante de las palabras, es decir que no tiene que ser nombrado evitando así que
suceda lo temido.
1
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
Por otro lado, Freud al final de su trabajo “De guerra y muerte. Temas de actualidad”, sugiere
modificar el viejo apotegma “Si vis pacem, para bellum” (Si quieres conservar la paz, prepárate
para la guerra) por “Si vis vitam, para mortem” (Si quieres soportar la vida, prepárate para la
muerte). 6
Entonces, nos preguntamos: ¿es posible prepararse para la muerte de un hijo? ¿es posible
prepararse para contradecir la ley natural según la cual un hijo entierra a su padre, pero no un
padre a su hijo?
Así como la propia muerte resulta inconcebible y es pospuesta hasta un futuro indefinido,
tanto más se refuerza en el caso de la muerte de un hijo. A pesar de lo dicho por Freud: “on
meurt a tout âge”6 (se muere a cualquier edad), la muerte de un hijo produce una abrupta ruptura
Se desgarra la vida porque se coló definitivamente la muerte. No se puede aceptar haber sido
padre como algo efímero; es decir, asumir la destitución de ser padre de ese hijo. En estas
El valor identificante de ser padre está dado por la vida de un hijo, que es quien le da sentido a
temporal. Un paciente decía: “no me reconozco viviendo sin él, no soy yo”. Hay muertes que
2
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
una paciente decía: “la muerte de mi padre fue muy dolorosa, pero la de mi hijo marcó un antes y
un después”.
Ch. Bollas, en su libro La sombra del objeto, definió como objeto transformacional aquel que
en el vínculo con un sujeto produce una modificación de su estado afectivo.4 Los hijos producen
un cambio profundo en el psiquismo de sus padres, activando sus funciones parentales; la pérdida
deja un vacío enorme en ellos. De allí la añoranza de un estado afectivo que existía gracias a la
presencia del hijo; recuerdos, palabras, modos de ser con él, goces comunes, etc. Las fiestas y los
aniversarios implican presencias y ausencias: hijos que están e hijos que ya no están. En este
sentimiento de culpa que despierta. J. Lubchansky plantea que, contrariamente a lo que Freud
sostenía, la relación de una madre con su hijo tampoco está exenta de ambivalencia. Al margen
de los aspectos positivos del amor de objeto éste pudo haber sido también una fuente de
dirigían a antiguos objetos y fueron transferidos sobre el actual. De todas maneras, la muerte del
objeto es vivida como un abandono, y por eso después de su desaparición será a la vez amado y
odiado.15. .La autora recuerda que Rilke hablaba sobre el “trabajo del amor”, el cual permite al
Otra manifestación de los sentimientos de culpa es la sensación de haber fallado a los hijos,
haberlos desamparado, haber fracasado como padres. Haber sobrevivido a un hijo es sentido, a
veces, como falta de amor parental; dejar de penar, es sentido como falta de lealtad, traición o
3
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
abandono al hijo muerto. La fidelidad al hijo actúa como un mandato superyoico que obliga a
mantener el contacto con él, a no dejar de extrañarlo, sin posibilidad de desligarse del objeto
intento terapéutico de disminuir su dolor y tristeza, ya que cree que son testimonio del amor y la
bondad parentales.
Según nuestra experiencia, estos duelos suelen ser más prolongados en función de la relación
directa que pensamos que existe entre la extensión del proceso y el componente estructural
narcisista que representa un hijo. Como Freud dice: “El punto más espinoso del sistema
narcisista, esa inmortalidad del yo que la fuerza de la realidad asedia duramente, ha ganado
otra cosa que el narcisismo redivivo de los padres, que en su transmutación al amor del objeto
Más allá de lo singular que marcará las diferencias en el proceso y la elaboración de un duelo,
cuando se trata de la muerte de un hijo siempre está puesto en juego el narcisismo, ya que “como
carne de mi carne”, “sangre de mi sangre”, “portador del nombre” (Green), el duelo será más
El dolor
Según nuestra experiencia, en el caso de la muerte de un hijo hay diferencias con respecto al
dolor en relación con otros duelos. Si bien no impide vivir ni es constante y su intensidad
4
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
disminuye con el tiempo tiene una particularidad: cuando aparece el recuerdo, éste se vuelve
doloroso muy rápidamente. Se trata de un “dolor puntual”, que con estas características persiste a
lo largo del tiempo y que se alterna con otros tipos de recuerdos menos dolorosos o más gratos.
Tenemos que diferenciar los momentos de “dolor puntual”, que mencionamos anteriormente,
de las “posiciones nostálgicas”. Coincidimos con Paul Denis que la “nostalgia” –recuerdo
precioso y deseo de reencuentro con el objeto perdido– se sitúa entre el duelo y la depresión, y
constituye una alternativa tanto a uno como a la otra. Se invisten particularmente los recuerdos y
las emociones sentidas antes de la desaparición del objeto perdido. No se trata de una situación
puntual, sino de una posición permanente, creando así un “objeto nostálgico”que, de persistir, no
Lo insustituible
Freud, en la carta a Binswanger escrita a raíz de la muerte de un hijo de éste, dice: “Sabemos
que el agudo dolor que sentimos después de una pérdida semejante llegará a su fin, pero
plantea que el duelo no terminará por encontrar un reemplazo, reconoce que la pérdida es
insustituible. Había dicho previamente “Sabemos que el duelo, por doloroso que pueda ser,
expira de manera espontánea... entonces nuestra libido queda de nuevo libre para... sustituirnos
los objetos perdidos por otros nuevos que sean en lo posible, tanto o más apreciables”.8 Estas dos
visiones sobre la posible sustitución o no del objeto una vez finalizado el duelo muestran una
contradicción en Freud.
5
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
posibilidad de investir nuevos objetos, sólo será posible después de aceptar que el que se ha
por ejemplo, si se intenta reemplazar un hijo por otro o por un nieto – estamos en presencia de un
J. Allouch plantea que el paradigma del duelo ya no es el del padre tal como lo formulara
Freud, diciendo que “era la pérdida más terrible en la vida de un hombre”, sino que el paradigma
del duelo es el de la muerte de un hijo. Este desplazamiento del paradigma es una de las
características principales de la versión del duelo que desarrolla Allouch. “El padre es alguien
que ha dejado huellas, e incluso alguien que en el momento de su muerte ha dejado de producir
noticias, como si su cuenta estuviera completa”. Entonces, a partir de esas huellas, el trabajo de
duelo se podría realizar. “Con un hijo, la pérdida es más radical, se pierde no sólo un ser amado,
o un pasado en común, sino lo que potencialmente un hijo hubiera podido brindar de haber
vivido. La medida del horror de quien está de duelo; es función de la medida de la no realización
Podríamos pensar en algunos indicadores de distinto valor que harán del devenir del trabajo de
duelo un proceso diferenciado de acuerdo con el grado de estructuración del yo, la prevalencia de
pérdida que condicionará una relación más narcisista o más objetal con el mismo, las
experiencias previas y los duelos anteriores. Otros indicadores son: el lugar de ese hijo en la
constelación edípica familiar, hijos adolescentes, hijos únicos, primeros hijos, hijos varones, hijas
6
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
mujeres; ser madre o ser padre como sujeto que padece la pérdida. También son importantes las
circunstancias que rodearon la muerte, una muerte esperable que ocasiona un dolor que trastoca
la vida de un sujeto, pero que puede no ser traumática, o una muerte inesperada (por ejemplo, por
Tomaremos la cuestión del trauma como “un acontecimiento que irrumpe en la vida de un
sujeto y no logra inscribirse; no cualquier acontecimiento por muy intenso que fuera consigue ser
traumático, ya que según se relacione con otros factores preexistentes resultará traumático o se
irá elaborando, pues si se logra una respuesta subjetiva, aunque queden marcas dolorosas, será
penoso pero no traumático”16 (por ejemplo una larga enfermedad que permite darle un tiempo al
configura múltiples escenarios en los cuales estas variables adquieren un valor particular para el
Cuando hablamos de elaboración creemos que es importante sustraernos de una normativa que
fue un ideal que imperó durante mucho tiempo en la clínica psicoanalítica es decir ,la elaboración
Creeemos en ese sentido que hay un resto no elaborable que no pertenece necesariamente al
regisreo del odio sino que también pertenece al orden de lo intransmisible como dolor
personal20.
Louis Vincent Thomas dice que la muerte de un hijo es experimentada de manera diferente
por el padre y por la madre: de acuerdo con el sexo, la edad, el sistema cultural al que pertenecen
7
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
sistemas negro-africanos e islámicos, donde la muerte del hijo es vivida más dramáticamente por
el padre, mientras que la de la hija casi no cuenta y la pérdida del bebé pasa desapercibida, salvo
para la madre.
Entre nosotros, según distintos relatos, durante el proceso militar, también hemos podido
observar diferencias. Muchos de los hombres que perdieron a sus hijos hace ya veinticinco años
eran los sostenedores de la familia, y en ese sentido pensaron que la vida del hijo era su
responsabilidad, por lo tanto sufrieron una profunda injuria narcisista y como dijo uno de ellos:
“¿Cómo yo, que pude arreglar tantas cosas, no pude salvar a mi hijo?”. En general no salieron a
la calle, permaneciendo más silenciosos y guardando sus sentimientos. Esta diferencia –las
mujeres con más necesidad de hablar de lo sucedido, y los hombres más reservados con su dolor–
es atribuida a diferencias de género. Las mujeres salieron a la calle, estableciendo primero una
muerto convoca el duelo del cuerpo que lo contuvo”.10 Nicole Louraux, en su libro Madres en
duelo plantea cómo de Atenas a Roma y de Shakespeare a Freud el exceso de dolor de una madre
atemoriza, porque pide justicia, porque reclama explicaciones y también puede clamar
venganza13.
Las madres de los desaparecidos fueron nombradas “las locas de Plaza de Mayo”, y tal vez es
el nombre que ofrece el testimonio acerca del carácter insustituible del objeto, que ya
mencionamos.
8
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
Tanto Sigmund Freud como Melanie Klein sufrieron la pérdida de un hijo. Evidentemente, las
colaborado en la posible tramitación del duelo. Estos años eran época de guerra, y Freud estaba
preocupado por sus hijos varones, pero pocos años después, en 1920, muere Sophie, su hija
preferida, de una epidemia de gripe asiática. Freud era muy apegado a ella.
Sus biógrafos, plantean que la muerte de su hija debe haber influido en el desarrollo de los
temas sobre la agresión y la muerte. Freud respondió que lo probable no siempre era verdad y que
Más allá del principio del placer lo escribió en 1919, cuando su hija era joven y sana.
Sin embargo, a pesar de esta respuesta de Freud, sus biógrafos dicen que la expresión “pulsión
En el caso de Melanie Klein, su biógrafa P. Grosskurth sostiene que hubo muchas muertes en
su vida: su hermana Sidonie a los 8 años, su hermano Emanuel a los 25. Luego, en 1934, muere
Hans, su hijo menor, quien tenía 27 años. Durante el embarazo y los primeros años del niño, M.
Klein estuvo muy deprimida y llegó a estar internada en Suiza por un lapso de dos meses, antes
Su hermana Melitta dijo que se trató de un suicidio, aunque haya versiones contradictorias
sobre su muerte. Para Melanie Klein, esta muerte fue motivo de pesar durante toda su vida.
Del mismo modo que en el caso de Freud, la muerte de su hijo parece haber influido en sus
escritos posteriores, ya que a partir de ese momento escribió acerca de la pérdida, la aflicción y la
soledad. En agosto de 1934, pocos meses después de la muerte de Hans, presentó la “Psicología
9
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
Habíamos dicho, al comenzar este apartado, que las posibilidades sublimatorias de Freud y
Melanie Klein, expresadas a través de sus escritos, deben de haber colaborado en la difícil
tramitación del duelo por sus hijos. En relación con esto Jesper Svenbro relata tomándolo de
Anécdota Graeccae, la historia del rey ateniense Acteón. El rey pierde a su hija Foiniké cuando
ésta todavía era doncella. Foiniké es el nombre, en griego, dado a la escritura, o más
precisamente a las letras, por lo tanto, mientras los hombres escriban, le rendirán culto a Foiniké;
entonces la escritura programará de esta manera un duelo interminable, realizado por un número
infinito de lectores. 17
Si hablamos de conmemoración, si de eso se trata, Freud y Melanie Klein han tenido y tienen
un número infinito de lectores que no sólo pueden compartir sus sentimientos sino también seguir
MATERIAL CLINICO
El material clínico corresponde a uno de nuestros pacientes a quien llamaremos Hugo. Luego
de cinco años de tratamiento de tres veces por semana, su hijo muere como consecuencia de la
ruptura de un aneurisma..
Presentaremos extractos de las sesiones en diversos momentos del duelo, lo cual permitirá
ilustrar la evolución del proceso de acuerdo con algunas ideas que desarrollamos en el trabajo.
P:_A veces la realidad me entra con todo, quisiera que Diego estuviese conmigo, quiero eso
con todas mis fuerzas y empiezo a caerme. Por más que recuerde los momentos felices, quiero
que esté, quiero verlo y frente a eso no hay salida, es muy raro, son cosas vividas tan trágicas,
estoy influido por la fecha (es el primer fin de año sin su hijo).
10
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
explicaciones, palabras, es extraño, el golpe fue tan fuerte que me modificó, siento distinto,
pienso distinto.
Hay deterioros que no son gratis para nadie. La madre y yo estamos más envejecidos. A veces
pienso no soy yo, esto no puede haberme pasado a mí. Alguna vez pensé a raíz de la muerte de un
hijo de un conocido, si esto me pasara a mí no podría seguir viviendo, y sigo viviendo, se rompió
Me pasan cosas distintas en la vida diaria, cerramos el contrato con los americanos ,es socio de
una consultora, no fue con las condiciones que nosotros hubiéramos querido, mis socios
T: _En este momento, cosas que antes le producían enojos, pasaron a segundo plano. En primer
plano hay cuestiones que tienen que ver con su hijo y cómo lo extraña. Calentarse con otros, es
P: _Ahora engrano mucho menos. Mis socios me desconocen. Es difícil aceptarlo pero por la
Usted me creería que me caliento menos por cosas que antes no toleraba. Quizá no me importan
más las cosas de la vida, como vimos en algún momento. Quizás en otra etapa tenga que
reconocerme con un gran cambio. Reconocer a mi hija, a mi mujer es todo un trabajo. Verla
llorar a Lucrecia porque le falta su hermano, es suficiente para mí. Voy a sentarme y charlar con
ella donde necesita sustento. Aceptar su propio dolor y al mismo tiempo llorar un hijo no es nada
fácil.
11
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
P:_ Mañana cumpliría 24 años. No hay palabras para entender, me la paso llorando casi
desconsoladamente y es uno de los pocos momentos de descarga que aparecen en forma natural.
Lloré por mí, lloré por él, lloro por Beatriz (su mujer), lloro por mi hija, por su sufrimiento.
Usted me había dicho que no tengo por qué esforzarme. Una de las pocas tareas de esfuerzo que
Mi hija tiene miedo que nada vuelva a ser como antes. Usted me había dicho que mi gran temor
era que nunca dejaríamos de estar tristes. Parece que es así nomás. Si lo pensamos nosotros,
Constantemente camino sobre un terreno fangoso; los golpes que recibí me hacen pensar que
nadie es eterno, que nada es duradero, es algo cercano a la idea de lo efímero. No importa qué tan
violento o imposible sea un evento fortuito. Todo tiene un principio y un fin, pero eso sí, el
tiempo nadie lo puede determinar. Tengo buenos motivos para pensar así, pero me hace sentir
muy vulnerable.
A veces, ante tanto dolor, tanta incertidumbre, tengo deseos de estar muerto. El vacío es
desgarrador. No me puedo olvidar de él, todas las semanas, todos los días, todas las horas, su
T: _Lo extraña tanto que piensa que morirse es una manera de reunirse con él, y de atenuar
tanto dolor.
P: _Fui a ver actuar a mi hija al teatro, me encontré aplaudiendo. No pensé en él, pero hubo un
rato en que lloré solo, esa emoción va a estar dentro mío permanentemente.
12
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
En el primer período luego de su muerte todo era dolor, cuando empecé a vivir más lo cotidiano
es cuando me apareció la culpa. Recojo el barrilete y vuelvo a un estado de no querer vivir. Esta
lucha recién empieza a aparecer ahora, cuando tengo períodos en que no lo tengo presente. Es
P: _No parece que fue hace cuatro años, parece que fue hace una eternidad. Se desdibuja su
Esto de no tener un hijo, uno no se acostumbra del todo. A veces, a la hora de comer, cuando
estamos juntos me acuerdo de él. Mi mujer va al cementerio todos los meses, yo voy a ir para el
aniversario de los cuatro años, sus compañeros de Facultad le organizaron una misa es como si
ella me lo recriminara, como si lo recordara más que yo. Voy a ir el domingo y voy a estar más
tranquilo.
Tuve una ruptura fuerte con la religión no sé si con la religión, o con Dios. A mi hija le pasó al
revés, desde la muerte de su hermano se volvió más religiosa, ella tiene sus necesidades o una
fuerza interior que le pide eso. Me cuesta entender que estoy hablando de mi dolor, de mi proceso
por la muerte de mi hijo; mi mujer y mi hija, cada una, tuvo su tiempo y su camino particular.
Seguimos funcionando, como una familia de tres; no de cuatro. Ésa es una barrera que se va
desdibujando. Fue alguien a quien quise enormemente. No me puedo bancar no acordarme de él.
Con Usted hablábamos del “tiempo necesario”, yo no podía entender el significado del concepto
tiempo, de lo que produce el paso del tiempo. Poder tener momentos de felicidad sin la existencia
de Diego.
13
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
Existió, vivió, hay recuerdos, el proceso sigue, pero a veces cuesta seguir adelante. ¿Por qué
salió hoy todo esto? Ah, porque se acerca la fecha del aniversario.
Que no esté constantemente presente sin tener que pagar con alguna culpa.
P: _Lo que me cuesta es no tener la sensación de culpa que tengo en ciertos momentos. Es
cierto que me voy acostumbrando a que el proceso siga, antes no me permitía no pensar en
Diego, ni una sola hora, ni un solo día, la vida misma me fue llevando a que pasen días sin
de Diego, me imponía el tema todo el tiempo y paradojalmente se fue diluyendo dentro mío, pero
acerca de él. Me cuesta decirle que a pesar de todo podemos estar bien.
T: _ La vida se va imponiendo y a Diego hay que enterrarlo, a la vez que se lo recuerda vivo en
P: _Uno de mis ex socios reapareció a reclamarme regalías por algunos asesoramientos que ya
habíamos negociado. Me alegro de haber roto esa sociedad. Quiero olvidar el pasado. Para él
todo sigue igual. Me parece que no anda bien. Tengo que enterrar todo eso y seguir mi camino.
Fueron muchos años de sociedad, me cuesta poner la tapa y no seguir más enganchado. Quiere
charlar conmigo, reclamarme cosas. Le pedí que me llamara la semana que viene para seguir
situaciones de culpa.
T: _Como con su hijo, por un lado quiere olvidar y seguir adelante y por otro se lo reprocha.
P: _Tengo que poder convencerme que no tengo que pagar una hipoteca toda mi vida.
14
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
Evidentemente me cuesta mucho romper con eso. Hace años que hablamos de esto. Hay un gran
P: _Sí, es verdad.
Resumen
Los autores plantean las características peculiares de estos duelos. Consideran que es una muerte
concepto de “objeto transformacional” (CH. Bollas) para explicar la modificación que ocurre en
los padres, a través del vínculo con el hijo. En cuanto a la duración del proceso plantean que
suele ser más prolongado, según modalidades personales, haciéndolo depender del narcisismo
constitutivo.
Diferencian lo insustituible del objeto en estos duelos, de la fijación al objeto que lo hace
muerte de un hijo. Muestran las diferentes reacciones del padre y de la madre frente a la pérdida
proceso de duelo.
Presentan un material clínico que ejemplifica algunos puntos desarrollados en este trabajo.
15
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
BIBLIOGRAFIA
1 ALLOUCH, J: Erótica del duelo en el tiempo de la muerte seca, 1996, Buenos Aires, Eldep,.
2 ALLOUCH J: “Ajó”, nº 17, 1996, Córdoba, Revista Litoral, EDELP, pág. 30.
3 BINSWANGER, L.: Sigmund Freud: Reminiscences of a friendship, 1957, Nueva York, Grune
and Straton, pág. 106.
4 BOLLAS, CH.: La sombra del objeto. Psicoanálisis de lo sabido no pensado, 1987, Buenos
16
Fepal - XXIV Congreso Latinoamericano de Psicoanálisis - Montevideo, Uruguay
“Permanencias y cambios en la experiencia psicoanalítica" – Setiembre 2002
17