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El Paisaje y el Indio, en la

Literatura Peruana

N ADIE puede negar la importancia espiritual que tiene el medio en


el proceso cultural del Pert. La geografia ha divido profunda-
mente el pasado de nuestro pais, fomentando esa vida localista, sin
lazos de uni6n, sin nexo espiritual, y por esto un estudio de nuestra
literatura nos indica c6mo el paisaje y el indio dejan su garra en la
emoci6n artistica.
Luis Alberto Sanchez dice que en el Peru se puede hablar de
tres regiones con contenido ideol6gico distinto: el Sur, regi6n de'vol-
canes, con cordilleras bravas, es tambien el pais de las revoluciones
y de los hombres viriles como Vigil, Luna Pizarro o Urquieta. El
Centro es la regi6n del remanso, y de fuga, donde surge el humor
como en Ricardo Palma o la critica constructiva de GonzAlez Prada.
El Norte es sereno y filos6fico: en e1 surge la poesia honda de Va-
llejo, o el sentido filos6fico de Antenor Orrego y Mariano Ib&rico
Rodriguez.
Uriel Garcia dice que nuestro paisaje abarca hist6ricamente
cuatro regiones distintas: El Anti es el alma elemental, primaria, la
fuerza de la selva; el Cunti es la tradici6n, la Sierra; el Colla es
la regi6n de las llanuras donde el hombre es un conquistador; el
Chincha, la regi6n de la costa, propia del alma de inmigrante, que es
inestable como el mar.
Pero literariamente se puede hablar de dos regiones opuestas:
la costa y la sierra. Hasta hace poco s61o se ha oido la voz de la costa,
,donde domin6 fuertemente la colonia y se ha producido la litera-
tura del perricholismo, segfin apunta Luis Alberto Sanchez. Como
-medio urbano, por su cultura y por su progreso, domina econ6mica
92 REVISTA IBEROAMERICANA

y literariamente, pero los nuevos conceptos mundiales hacen que se


vincule a la sierra, y que ista, como expresi6n literaria, comience
tambien a surgir como una antitesis a la literatura colonial. La sie-
rra, por su belleza magnifica, millonaria en sugestiones, y por su mis-
terioso pasado, en el que habla la voz de viejas generaciones, por su'
problema indigena y por su incorporaci6n a la nacionalidad y por tan-
to a la literatura, ofrece pues una promesa digna de una gran floraci6n
literaria que hard al Peri un pais con una cultura propia en la que
se refleje esa alma que recien va amaneciendo a la vida espiritual.
La montafia propiamente carece aun de significado literario; es
la regi6n del porvenir y cuando el hombre civilizado la conquiste,
tambien darn su contribuci6n a la emoci6n literaria; lo que se ha
escrito hasta ahora no se puede apuntar auin como literatura de esa
regi6n, sino m;is bien como literatura sobre la montafia.

El personaje histdrico y su importancia literaria

Asi como hay la dualidad geogr.fica, existe tambien en el Peril


la dualidad racial y cultural. La cultura indigena que floreci6 dirigi-
da por el Imperio Incaico, fur repentinamente supeditada con la lle-
gada del invasor espaiol. De modo que nuestra literatura toma en
mayor o menor porci6n ambos elementos y cuando el proceso de uni-
dad sea una realidad, por lo menos en el terreno espiritual, se notar.
con mayor exactitud el enlace en una sola alma de las dos corrientes,
espirituales: indigena y espaiiola, matizadas por la influencia del
negro y los elementos cosmopolitas que estimulan nuestro ambiente
espiritual.
El indio, como cualidades intelectuales, tiene el sentido de pro-
funda nostalgia que viene desde la epoca incaica, lirismo de ausencia
definitiva; tiene sentido panteista, amor por las cosas, y como tal
florece su literatura de fibulas.
El espaiol del siglo xvi llega leno de soberbia, "religiosidad
carnicera", dinamismo sin limites, pasi6n sin critica, actitud individua-
lista. El negro tiene como elementos espirituales, amor a lo misterio-
so, sentido por lo musical y violento, falta de espiritu critico.
EsTTUDIOS 93

Lo aborigen y lo exdtico en el proceso cultural del Peril

En el estudio de la literatura peruana tenemos que diferenciar


dos modos distintos de expresi6n intelectual y emocional: la litera-
tura aborigen que se expresa valindose del idioma quechua y la
literatura que usa como vehiculo el espaiol. Dentro de este sistema
caben, pues, dos distintos periodos .: literatura en quechua y literatura
en castellano.
La literatura en quechua comprende a su vez dos grandes divi-
siones.

Pirimer periodo. Literatura incaica

La literatura incaica fur indudablenente floreciente y estuvo en


relaci6n con el desarrollo alcanzado por la organizaci6n politica de
un Imperio que realiz6 grandes obras artisticas en su arquitectura,
escultura, mtisica, indumentaria, etc., de modo que negar valor lite-
rario a esta epoca es sencillamente infantil.
En el estudio de la literatura incaica apuntaremos, ante todo,
las siguientes conclusiones:
I. Hubo una literatura privada intima, que fur eminentemente
lirica, y hubo una literatura oficial esencialmente pica.
II. La literatura incaica oficial fur, como su politica, una obra
colectiva, an6nima, trabajo de todos los elementos sociales.
III. La literatura incaica tuvo sentido panteista.
IV. La literatura incaica tuvo por vehiculo de expresi6n el que-
chua y como medio de retenci6n al Quipucamayoc o narrador oficial,
y seguramente tambien elementos de escritura mas o menos primiti-
va, siendo la mas popular y accesible la de los quipus.
V. El testimonio de los cronistas y la supervivencia de algunas
obras de la epoca incaica nos indican que serian mis topiosas las
fuentes de referencia y el conocimiento de estas obras, de no haber
sido destruidas por los elementos oficiales de Espafia.

I. El Imperio incaico tenia un grupo selecto de sabios que


conocian toda la ciencia oficial de su epoca y al mismo tiempo ponian
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su inteligencia al servicio del gobierno, componiendo la historia poli-


tica del pais, en la cual enaltecian las hazafias de sus dioses; esta
obra de los amautas -que eran sabios, fil6sofos y creadores- era
aprendida de memoria, recitada y cantada por los quipucamayoc, en
las grandes fiestas religiosas, en los taquis solemnes, en los desfiles
militares, en las fiestas agricolas, etc. Parece que la misica y el verso
eran elementos indispensables para las faenas religiosas, guerreras y
agrarias. Esta literatura oficial era abundante en metiforas y grandi-
locuente, alegre y triunfal, como para enardecer el sentido de la poli-
tica imperialista. Asi, en su mfisica, la Huanca tiene el sentido de
un llamado a las fuerzas creadoras, como el Jarahua es la misica
de los ritos sagrados y el Huaino es la exaltaci6n de la alegria.
La literatura intima o privada produjo al poeta o Jarahui. Es
una literatura er6tica, producto del rnitimae, o del trasplantado, que
deja su terrufio al que esti ligado por su sangre y su historia y es
llevado a otras regiones recien conquistadas para aglutinar politica-
mente el Imperio; el mnitimae resulta un descontento que expresa este
sentimiento mediante la f bula que le sirve de vehiculo para la critica
y es un nostilgico que se vale de la canci6n para recordar y poetizar,
surgiendo ese profundo sentimiento de nostalgia.
II. La literatura incaica fur una obra, habiamos dicho, colec-
tiva, como la construcci6n de palacios y templos, de fortalezas y an-
denes, de caminos y acueductos; apenas si se conoce un cantar atri-
buido al Inca Pachacutec como tnica expresi6n individualista en
medio de este oceano de labor en comin. Dicho cantar dice asi:
"Naci como lirio en el jardin, y asi fui criado, y como vivo mi edad,
envejeci, y como habia de morir, asi me seque y mori"; fuera de
este cantar del ya citado Inca, segfin el cronista Garcilaso Inca de la
Vega, tambien se conocia de el una serie de miximas que eran trans-
mitidas de viva voz, como por ejemplo: "El que procura contar las
estrellas no sabiendo afin contar los tantos y fiudos de las cuentas,
digno es de risa."
Todas las otras obras literarias de la expresada 6poca son obras
anonimas.
III. La literatura incaica tuvo sentido panteista; para Luis E.
Valcarcel, "como el Nilo ha creado el Egipto, la cordillera andina
ha creado la cultura incaica"; el indio vinculado profundamente con
la tierra, tiene por ista verdadero sentimiento materno.
ESTUDIOS 95

IV. Seguramente que la literatura tuvo fuera de los quipus


otros elementos que sirvieron de escritura, pues se ha encontrado en
distintas regiones del pais una serie de pictografias y petrografias
que van indicando la existencia de una escritura mas avanzada que la
de los quipus; asi, por ejemplo, cerca del Cuzco, en el camino a
Abancay, existe la famosa piedra que se llama de Saiviti; en Inca
el doctor Riva Agiiero descubri6 las inscripciones de Huaitari, llenas
de dibujos, con llamas, pajaros, serpientes y signos seguramente je-
roglificos. En Yucai y Vilcabamba existen tambien pictografias.
V. Los cronistas se hallan acordes en indicar que existia en
la epoca incaica una abundante literatura oficial que no se habia
quedado en la poesia lirica, como creen algunos de los criticos, sino
que habia llegado hasta el teatro, lo que significa ya una modalidad
compleja y elevada, tal como se puede demostrar estudiando la his-
toria del teatro griego que surge en el siglo v, o en la epoca de oro
de la civilizaci6n griega. Los cronistas nos hablan de la existencia de
cuatro generos teatrales distintos, a saber: La comedia se llamaba
Anai-sauca. La farsa recibia el nombre de Llama-llamas y de Haya-
chucas. La tragedia se llamaba Hanamsi. Cieza de Le6n nos habla
de las fiestas, en las cuales los hombres cantaban en voz alta villan-
cicos y romances, y nos entera tambien de las representaciones tea-
trales, de las que textualmente dice: "En mitad de la plaza pitblica
tenian puesto, a lo que dicen, un teatro grande con sus gradas muy
adornadas, con paios de plumas llenos de chaqueria de oro y mantas
grandes, riquisimas de su tan fina lana, sembrados de argenteria de
oro y pedreria. En lo alto de este trono ponian la figura de su Tici-
viracocha, grande y rica... bajo de este trono se tenia la figura
del sol..."
Fu la obra de limpieza realizada por los religiosos espafioles la
que quem6 quipus, destruy6 instrumentos musicales, incendi6 tem-
plos y quem6 todos los objetos litfirgicos, so color de herejia, des-
truyendo asi el testimonio intelectual del incario.
Poco nos ha quedado, y ese poco se refiere a cuentos, poesias
y teatros.

EL CUENTO INCAICO.-Uno de los mis notables es el del puma y


el zorro, asi como la ficci6n sucedida a un pastor llamado Acoyanapa.
Las f bulas mas hermosas son aquellas que se refieren a los
gorriones, el puma y el zorro, el zorro y el sapo.
96 REVISTA IBEROAMERICANA

Las canciones estan Ilenas de un hondo sentido lirico, tal como


se puede observar en la siguiente:
Chanca voy ganando
Aya voy ganando,
Yo no se d6nde voy alcanzando
La de la manta de costal:
Yo no se c6mo voy a ganar
La de la gran trasera.
Aya, voy ganando Chanca, voy ganando,
Yo no se c6mo voy a alcanzar
La de la envejecida:
Yo no se c6mo voy a guiar
La de la cola postiza.

Pero lo mis importante que poseemos de la literatura incaica


esta contenido en el drama Ollantay.

TEATRO QUECHUA.-El Ollantay. Mucho se ha discutido sobre


la autenticidad incaica de este drama. Nosotros defendemos que es
incaico, basindonos en las siguientes razones:
Es un drama incaico porque se han encontrado de el varios c6-
dices o copias, como la del cura Valdes, la del cura Justiniani, la
copia del Convento de Santo Domingo y la versi6n oral del indio
Fabian Tito, asi como la inclusi6n de su argumento en obras de la
epoca del virreinato, como el poema "Armas antirticas" de Mira-
montes y Zuazola; todo ello va indicando que estos distintos c6dices
eran tomados de diversas versiones orales, conocidas por destacados
elementos de la nobleza indigena.
Es un drama incaico por el idioma que usa, que es un quechua
rudo, primitivo y de poca flexibilidad, comparado con el quechua de
dramas escritos en plena epoca colonial o republicana; tal diferencia
en el idioma indica diferencia de epocas.
Es drama incaico por su misma falta de trabaz6n, pues parece
que esta falta en algunos actos que fueron seguramente olvidados
por los narradores, o acaso "censurados" por el criterio religioso o
politico de los hombres de la colonia.
Es drama incaico porque se nutre de elementos hist6ricos, como
el rebelde Ollanta que se sublev6 en la hoy llamada Fortaleza de
Ollantaytambo, y la tradici6n habla incluso de una inscripci6n o in-
capinta, en las afueras de Ollantaytambo, como un testimonio de la
derrota de los rebeldes.
ESTUDIOS 97

C6DICES.-Del Ollantay hay distintos c6dices o versiones: 1)


el c6dice del cura Valdes, quien hizo representar el drama en 1780
con motivo de la sublevaci6n de Tupac Amaru. 2) El c6dice del Con-
vento de Santo Domingo. 3) El c6dice del cura Justiniani. 4) El
c6dice publicado por Jose Palacios en el peri6dico Museo Erudito
en 1837. 5) El c6dice pasefio.
Las opiniones mas notables sobre el drama y las versiones mis
en boga son, ante todo, la del doctor Bernardino Pacheco, traductor
de la obra al castellano. Tambien existe la traducci6n de Barranca, asi
como la de Pacheco Zegarra, a la que se refiere la critica publicada
en 1890 por Midendorf. A todo esto habria que agregar una restaura-
ci6n de la leyenda de Ollantay que ha servido al escritor Ricardo Rojas
para publicar su tragedia, que podemos decir resulta asi una nueva
versi6n de la pieza.

Argumento.-El drama esta dividido en tres actos y los suce-


sos relatados se realizan en la ciudad de Cuzco y en Ollantaytambo.
El personaje principal es Ollantay, bravo capitin que pide al Inca
Pachacutec la mano de la princesa Cusi Kcoillor; ste le rechaza
porque la ley impide el matrimonio con personas que no pertenezcan
a la nobleza. Ollantay, resentido, se despide del Cuzco con esta tre-
menda imprecaci6n

iAy, Cuzco!, ciudad hermosa,


de hoy para mucho tiempo
tu verdugo he de ser, he de ser tu verdugo
desgarrando fieramente tu pecho;
dare de comer tu coraz6n
a los c6ndores;
tengo aiin brios para arrojar fuera
a ese verdugo, a ese tu Inca.

Ollantay parte a la regi6n de los antis y subleva a sus soldados


mientras Cusi Kcoillor es encerrada dentro del Claustro de las Acllas,
donde Ilega a tener a su hija que se llama Imasumad, quien llega
a sentir profunda impresi6n por los desgarradores lamentos que lanza
su madre prisionera, hasta que se le descubre en una escena terni-
sima el secreto de su vida. Mientras tanto, Ollantay se ha sublevado
y sus tropas han derrotado a las de Rumifiahui. Pasa el tiempo y sube
al gobierno Tupac Yupanqui; entonces Rumifiahui se desquita de
su derrota traidoramente. Ingresa en Ollantaytambo, apresa a los
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rebeldes y se dirige al Cuzco. El Inca por consejo del sumo Sacerdote


los perdona, Ollantay se casa con Cusi-Kcoillor y se queda como
lugarteniente del Imperio. En la versi6n de Ricardo Rojas, Cusi-Kcoi-
llor es desterrada y se dirige a la pampa argentina, de donde vuelve
el hijo de la tierra y del cielo, en la figura del libertador San Martin.
En cuanto al nombre, hay las siguientes opiniones: 1) De don
Vicente Fidel L6pez, para quien la palabra Ollantay viene de Huilla-
Anta, que significa leyenda de los Andes. 2) Para Fernandez Noval
viene de Ullu-Anta, que quiere decir el poder del sexo. 3) Para
Ricardo Rojas significaria el Titan de los Andes.
El hijo prddigo. Este es un drama de la epoca colonial escrito
en quechua con fines netamente religiosos; una versi6n de dicha
pieza figura en la biblioteca de Cultura Peruana, editada en 1938;
el drama se imputa al doctor Juan de Espinoza Medrano. Verdad
que en el titulo de la obra aparece con este nombre: Juan de Espino-
za Medrano de los Monteros. Parece que un Medrano de los Monte-
ros, cura de Huamanga, fue tambien autor de un drama liamado
Aprendiz de rico.
El hijo pr6digo se ocupa de la vida de un padre de familia que
tiene dos hijos, el menor de los cuales se halla ansioso por conocer
las inquietudes de la vida y parte, a pesar de las amonestaciones
de su padre, llevindose una bolsa bien repleta y un diligente sirviente
llamado Uku; el Mundo le sale al encuentro a deslumbrarlo y 1o
adormece y seduce mediante aquellas mujeres del gozo en beber, co-
mer y jugar, y cuando todo lo ha jugado, incluso su vestido, lo des-
pojan de el y lo arrojan y lo desprecian porque ya no tiene riquezas;
entonces, desesperado, se va como pastor de unos tremendos cerdos,
se arrepiente ante la persona de la Palabra de Dios, y vuelve a la
casa de su padre donde es recibido amorosamente por este.
Uska-paukar. Es otro drama de la epoca colonial, escrito tam-
bien con fines eminentemente religiosos, y con el fin de enaltecer a
la Virgen de Copacabana y recordar su culto.
Entre los personajes mis importantes se destacan el principe
Paukar, su sirviente Kespillo, el demonio o Yuncanina, el anciano
Choqqueapu, Koritica, la hija de este y los cuatro espiritus, o sea
los sirvientes del demonio.
El drama tiene 1778 versos y su argumento es el siguiente:
Es TUDIOS 99

El principe Paukar, pobre y triste, deja el Cuzco, su ciudad


nativa, donde sus mayores gozaron de esplendor; va acompafiado de
su sirviente Kespillo y en la noche se guarecen en una cueva don-
de se le aparece el demonio o Yuncanina, quien le hace firmar con su
sangre el derecho de pertenecerle su alma, en cambio de toda clase
de beneficios materiales. Rico y poderoso, se dirige a casa de Choq-
que-Apu, donde es magnificamente alojado; alli se enamora de la
bella Koritica; ella lo rechaza, pero la influencia del demonio hace
que despues lo ame apasionadamente; viven felices, pero llegando
el plazo Yuncanina viene para apoderarse del alma de Paukar, mas
una procesi6n de la Virgen dispersa al demonio y sus sirvientes y
asi el principe y la bella Koritica siguen sus amores sin temor al
Rey del Infierno.
Otro drama de tema incaico, sumamente interesante, es aquel
que se refiere a la ciudad de Piquillacta, donde tuvo lugar el drama
de Uksa-maita, quien al igual que Uksa Paukar se enamora de Ima-
sumac, y el padre de esta decide preferir al que haga Ilegar primero
el agua a dicha regi6n. Esta obra fu terminada por Maita.
Hay otra serie de dramas de tema indigena y de caricter his-
t6rico, escritos en nuestros dias por el sefior Nicanor Jara, por el
can6nigo Mariano Rodriguez y el cura Zifiiga Cazorla, Alfredo Ma-
cedo Arguedas y Andres Alencastre.

ORACIONES.-Se conservan algunas oraciones religiosas de la epo-


ca incaica, que indican el alto adelanto de sentido. Se dice que "com-
prendian el significado del Sefior indefinido y que la interpretaci6n
de la voz Pachacutec es tan amplia que' va mis a la del espacio y
el tiempo infinitos".
Copiamos la parte de una oraci6n:

iOh Huiracocha, sefior del Universo!


ya seas var6n,
ya seas hembra,
sefior de la reproducci6n,
ya seas lo que fueses,
oh sefior de la adivinaci6n,
-en d6nde estis?
Ya estis debajo,
o acaso en derredor
de tu esplendido trono y cetro,
joh, escichame!
100 REVISTA IBEROAM ERICANA

en el cielo Alto
en donde tal vez moras,
en el hondo mar donde tal vez residas,
creador del mundo,
hacedor del ginero humano,
seiior de sefiores,
mis ojos son debiles
para mi ansia de verte,
para el s61o deseo de conocerte.

Otras oraciones encierran ademis un sentido de caricter poli-


tico, como la oraci6n a Huiracocha que dice asi:

Oh, piadoso creador, toi que ordenas y dispones que exista


un sefior, el Inca, haz que 6ste, sus servidores y vasallos per-
manezcan en paz, que alcancen la victoria sobre sus enemigos y
sean siempre vencedores. No abrevies los dias del Inca, ni de
sus hijos, y dales paz, oh, creador.

Literatura indigena actual. Segundo periodo

Los indios, a travs de 400 afios de vida acorralada dentro de


las quiebras andinas, desvinculados de la cultura occidental y usan-
do como vehiculo de expresi6n el quechua, tienen naturalmente una
expresi6n literaria que es pobre, pero que indica con profunda verdad
la dolorosa situaci6n de la raza indigena. Esta literatura se halla
basada en el cuento, la fabula y la canci6n, elementos todos de ca-
racter eminentemente colectivo.
Se han ocupado de tal literatura indigena, entre otras personas:
Luis Alberto Sanchez; Julio Delgado, en su libro Folklore y apuntes
para la sociologia indigena; Hildebrando Castro Pozo, en su libro
Nuestra comunidad indigena; Jose Maria Arguedas, en Canto Ke-
chua, y finalmente Jorge Basadre, en Literatura Inca.

CUENTOS.-E cuento indigena es supersticioso; generalmente se


basa en los aparecidos, duendes o almas en pena; dicho genero li-
terario cultiva, pues, el argumento de lo extraterrenal, sale de la
6rbita de lo cotidiano y busca lo irreal; por este lado abunda en fanta-
sia, pero para mi, es consecuencia de un complejo de inferioridad
y de miedo el argumento terrorifico donde el hombre nada vale ante
ESTUDIOS 101

las fuerzas sobrehumanas de los personajes en pugna. Otras veces


el cuento indigena esta lleno de sarcasmo y de burla, pero ello en
menor escala; ademis, algunos cuentos se confunden con las tradi-
ciones incaicas o coloniales.
El cuento del Puma y del Zorro, por ejemplo, indica con mucho
humor la enemistad entre ambos, por la cual el grillo, en lucha con
los zorros, los deshizo con sus ejercitos, y entonces el zorro le in-
vent6 al le6n una ficticia victoria; ste y sus compafieros fueron
atacados por los grillos y quedaron tan mal heridos que desde enton-
ces son tremendos enemigos.
Un cuento relatado en Huancayo a Castro Pozo, habla de c6mo
un indio Tomis vino a convertirse en sirviente del diablo y lo sirvi6,
sin saber, en un tremendo horno donde se veia danzar a una serie
de personas, hasta que por fin habl6 una de tales almas y pudo
escapar de ese infierno.
Otro cuento indigena bastante conocido es aquel que se refiere
a las brujas, o sea el Human-Taccta, y cuenta c6mo las mujeres a
media noche vuelan por el aire con s61o su cabeza,4que se desprende
del cuerpo, y despuis de haber realizado sus maldades vuelve y se
acopla a su antiguo cuerpo. Otros cuentos nos hablan de c6mo un
perro o cualquier otro animal se convierte en persona y despues se
metamorfosea, a voluntad, nuevamente en perro. Y asi podriamos ir
enumerando una larga lista de cuentos de indigenas que nos estin
indicando el sentido de inferioridad en que se colocan, y ponen la
fantasia al servicio de lo tenebroso, en manos de lo ultraterreno.

FABULAs.-El indio se ha valido de fabulas para burlarse de


sus opresores; generalmente cada fabula encierra una sentencia. Asi,
por ejemplo, la fibula del Puma y el Zorro tiene la siguiente
sentencia: "El jactancioso hablador por su boca se condena." La fa-
bula dice que un puma se comi6 a una gorda llama y enterr6 el resto
para el dia siguiente, pero cuando regres6 no encontr6 nada; re-
sulta que un zorro se habia comido el resto; el puma se fur en busca
del ladr6n y encontr6 a un zorro dormido, al que quiso despertar
para preguntarle, haciendole cosquillas con un manojo de paja; en-
tonces el zorro, creyendo que eran moscas, dijo: "Afuera, moscas,
que acabo de arrebatar su presa al puma."
Otra fabula nos habla de la Huachua y la Zorra y por ella se
saca esta sentencia: "Debe uno estar satisfecho con aquello que la
102 RE VIS TA I B EROAM ERICAN A

naturaleza le otorga"; la Zorra le pregunta al ave c6mo tienen sus


hijos las patitas rojas, y el ave le contesta que tostandolas sobre
brasas.

CANCIONES.-En la canci6n triste es donde se interpreta verda-


deramente el alma indigena; hay canciones en quechua y otras bilin-
giies en quechua y castellano; acaso este bilingiiismo, que nos recuer-
da la sintaxis de algunos cronistas de la conquista, pueda ser el
amanecer de un idioma nuevo. Las canciones rebosan, como dice
Luis Alberto S6nchez, de nostalgia, ironia y ternura. Van como ejem-
plo estas dos canciones:

Mafiana cuando me vaya


icon que coraz6n me ire?
Cada paso que yo diere
por tu ausencia llorard.
Cuando nos vimos y amamos
tenias ti una ligllita,
y yo s61o mi ponchito:
recordando aquellos dias
mi coraz6n ilora sangre.

Arguedas traduce composiciones como sta:

Picaflor siwa,
el que vuela mas alto,
el de las plumas doradas.
Picaflor siwa,
que brilla en el sol,
que tiembla en el aire ...

La poesia del indigena se halla intimamente vinculada con el


medio natural en que este vive, y a su hora, cuando se culturice, tal
literatura alcanzara mayores contornos.

LITERATURA INDIGENA INDIVIDUAL.-En medio de esta literatura


an6nima, obra colectiva de los campesinos peruanos, aparecen ciertos
testimonios que indican las posibilidades de una futura literatura in-
digena. Me refiero a un poeta y un dramaturgo.
El poeta se llama Eustaquio R. Aweranka, nacido en Puno; co-
labor6 en Boletin Titicaca y escribi6 en 1939 unos versos con motivo
de la muerte de Mariategui:
ESTU DI OS 103

Nuestro joven Jose Mariategui


para siempre, para siempre se ha perdido;
dentro de su coraz6n de oro
se ha Ilevado nuestro carifio.
En la Laguna del Inca
el Sol nuestro padre esti llorando;
nuestra madre Luna,
ilora junto con l.
El amauta con los colonos
para siempre, para siempre
se ha perdido;
en su triste desconsuelo
las palomas lloran
y los j6venes junto con ellas tambien.

Los originales estin escritos en quechua.


El poeta dramitico se llama Inocencio Mamani y tambien es
oriundo de Puno; su obra ha sido comentada en la Revista Anmauta,
por la pluma del escritor cuzquefio doctor Jose Gabriel Cosio y tam-
bien por Gabriel Collazos.
Gabriel Collazos dice, que hay en esta obra "cuadros enmarcados
en una peculiaridad y colorido emocionales". La tendencia de la obra
es aleccionar al indio, demostrando las perjudiciales consecuencias
de la coca y del alcohol.
El doctor Jose Gabriel Cosio, en un articulo publicado en la
misma revista opina: "Tucuypa munascaan es, en verdad, un drama
muy sencillo. Lo que en el valen son los dilogos, los apotegmas y
las consejas. El estilo, en fin. Para interesar escenicamente le falta-
rian mas movimiento, ms vida, mais personajes. Parece mis bien
un romance pastoril y no una obra teatral." El argumento se refiere
a una india guapa que se ha casado con un indio calavera. Ella se
llama Pitita y 1l Melchor. Este es aficionado a cortejar y se va al
pueblo como manadero o comprador de ganado. Pitita lo espera teme-
rosa, y con el tiempo la enamora un tal Silico, pero ella esti decidida a
no engafiar a su marido. En el segundo acto llega Melchor, que ha-
bia sido apaleado y amarrado consiguiendo finalmente fugarse. El
drama tiene tendencia evidentemente moral, ataca los efectos del
alcohol y de la coca y los perjuicios que causa en las personas que
abusan de tales t6xicos.
Esta es a grandes rasgos la literatura indigena, que naturalmen-
te se halla intimamente vinculada con la literatura mestiza hecha
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por mestizos, como en los casos de Julio Ruviros y de Kilko Waraca,
que interpretan en sus dramas escenas de vivo sentido campesino
e indio donde saben interpretar el alma de los hombres del Ande.

ALFREDO YfPEZ MIRANDA,


Cuzco, Peru.

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