TA 1 - D. Procesal Constitucional

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

Tarea Académica 1

DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

Principios constitucionales

Integrantes:
Ethan Fernández Gamarra…………….U20225298
Erik David Ponce Miranda……………U20226732
Max Hardy Quiro Tacca………………U20225409
Cristian Salas Ortega………………….U21201989
Valery Gabriela Chota Chipana………U19205284
Camila Úrsula Charrez Mercado……..U18212791
Kevin Josué Parque Pari……………...U20245926
Joel Ángel Cruz Soto…………………U20227258

Arequipa, 08 de mayo de 2022

Perú
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3

II. PRINCIPIOS PROCESALES ............................................................................... 4

A. EL PRINCIPIO DE DIRECCIÓN JUDICIAL...................................................... 4

B. PRINCIPIO DE GRATUIDAD ............................................................................ 5

C. PRINCIPIO DE ECONOMÍA ............................................................................... 6

D. PRINCIPIO CELERIDAD PROCESAL............................................................... 9

E. PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN ....................................................................... 10

F. EL PRINCIPIO DE SOCIALIZACIÓN ............................................................. 11

G. PRINCIPIO DE IMPULSO DE OFICIO ........................................................ 12

H. PRINCIPIO DE ELASTICIDAD .................................................................... 13

I. PRINCIPIO PRO ACTIONE .............................................................................. 14

J. PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA .................................................................... 15

K. PRINCIPIO DE QUEJA DEFICIENTE .......................................................... 17

L. PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME A LA NORMA


INTERNACIONAL SOBRE DERECHOS HUMANOS. .......................................... 19

III. CONCLUSIONES ............................................................................................... 20

IV. BIBLIOGRAFIA ................................................................................................. 22


I. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo su principal objetivo es aumentar los conocimientos acerca de los


principios procesales, en forma general descrito como directrices a las normas jurídicas,
dan las ideas fundamentales al derecho y además el legislador los incorpora para suplir
las lagunas del ordenamiento jurídico. Es por esto que los principios, aunque si bien es
cierto no son abarcados en su totalidad en un proceso, se encuentran presentes en toda
función jurisdiccional, ya sea de una materia u otra.

Los principios de dirección judicial, gratuidad, economía y celeridad procesal,


inmediación, socialización, impulso de oficio, elasticidad, pro actione, iura novit curia,
de queja deficiente y principio de interpretación conforme a la norma internacional sobre
los derechos humanos. Son los temas desarrollados con los objetivos de comprender la
definición, que constituyen el origen y la naturaleza jurídica de todo sistema procesal, a
la vez que actúan como directrices que orientan a las normas jurídicas para que logre la
finalidad que medio su creación.

Estos principios podemos encontrarlos en la constitución, en la legación ordinaria y en la


jurisprudencia. Su valor como fuente del derecho es vital a la hora de interpretar las
normas escritas pues incluso el artículo quinto de la ley orgánica del poder judicial les da
carácter de una ausencia norma y establece la obligatoriedad de los jueces de aplicarlas e
integrarlas al ordenamiento escrito.

Es por esto que los principios procesales, tienen la función de suplir algunas lagunas o
ambigüedades que pueden darse en el derecho procesal y se consideran normas jurídico
as semejantes a las normas que integran el ordenamiento, llegando a constituir el vértice
o columna vertebral de una estructura procesal.
II. PRINCIPIOS PROCESALES
A. EL PRINCIPIO DE DIRECCIÓN JUDICIAL

El principio de dirección judicial se encuentra reconocido en el artículo II del Título


preliminar del Código procesal civil, ya que esto hace involucrar el tránsito del juez,
espectador al juez y director. Por esto, se indica el convencimiento de que el juez no puede
conservar la actitud pasiva que tuvo en el proceso anterior y el estado debe está interesado
dentro del proceso y exista la justicia en todos los pleitos que se llegue a realizar e
solucionar lo más rápidamente y lo mejor posible ante el proceso establecido de tales
persona.

Lo jueces disponen de una variedad de medios y herramientas para lograr los fines
esenciales de los procesos constitucionales, asegurando la supremacía de la Constitución
y garantizar la vigencia efectiva de los derechos fundamentales. Por esta razón, es que no
sólo se utilizarán esos canales, ni se utilizarán las herramientas adecuadas, sino que se
perderán las consecuencias de los propios fines si no se reconoce a la corte constitucional
como partícipe, responsable de la adecuada y oportuna progresión del proceso. Por esta
razón que el Tribunal Constitucional ha señalado que el principio de dirección judicial
del proceso está encarnado en la figura del juez constitucional, el poder y deber de
controlar racionalmente la actividad de las partes, para sí evitar la obstrucción procesal,
y promoviendo la ejecución eficiente y oportuna de las metas del proceso. Por eso, es que
en este sentido corresponde al juez constitucional detectar y desvirtuar cualquier conducta
procesal que con o sin intención pretenda convertir el proceso en un ritualismo de formas
más que en una efectiva salvaguarda de los derechos fundamentales y del respeto por la
supremacía normativa de la Constitución. (Castillo, 2002, p. 4)

Manuel Gonzalo, Lupa Yucra nos indica que:

“En virtud de este principio el juez constitucional debe desempeñar un rol activo
con el propósito de que el proceso sea idóneo y eficaz en la protección de derechos
fundamentales. Implica evitar transcurrir en formalismos innecesarios;
asimismo, disponer de las herramientas procesales a fin de lograr un proceso
expeditivo.” (p.4)

En el Expediente Exp. N.O 0005-2005-CC/TC- Lima-Banco Central de Reserva del Perú.


En el caso propuesto se observa que se encuentra en conflicto competencial el Banco
Central de Reserva del Perú demandado a la Superintendencia de Banca, seguros y
Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones para la anulación de dicha resolución
y de recibir opinión previa BCR en los procedimientos de autorización de transformación
de la sucursal de una empresa del sistema financiero del exterior. Por esto que el juez
constitucional no es absolutamente un pacificador de contenidos y fines subjetivos, sino
de todo el orden constitucional establecido, así que en términos de la Constitución y la
jurisdicción judicial constitucional no actúa, ni puede actuar como un órgano neutral, sino
como su principal promotor en despectivo caso y por lo que en consecuencia , el papel
activo del juez constitucional le faculta conducir este proceso hasta su culminación de
acuerdo con los fines que se persigue de la exigencias de dicha organización y reglas de
dicha institución y se puede observar que el juez genera de forma razonable la
consecución en este proceso de una manera eficaz y pronta en este conflicto
competencial.

B. PRINCIPIO DE GRATUIDAD

El inicio de gratuidad en la actuación del demandante supone que no debería ser oneroso
ni una actuación procesal para el que se cuenta agraviado en su derecho constitucional o
para el que se comenta afectado por una regla inconstitucional, ilegal o sencillamente por
la renuencia de un funcionario a obedecer una regla o llevar a cabo con un acto
administrativo firme. No es el Código Procesal Constitucional, la primera o exclusiva
regla que recoge este inicio. Está por igual recogido en el Código Procesal Civil y en la
regla constitucional al instante en que se dispone que es un inicio de la gestión de justicia,
el inicio de la gratuidad de la gestión de justicia y de la custodia gratuita para los
individuos de escasos recursos; y para todos, en los casos que la ley muestra (artículo
139.16 CP). Comentando este dispositivo dijo el Tribunal Constitucional que “en el
entorno judicial aquel precepto se traduce en afirmar, a los individuos de escasos
recursos, la entrada, el planteamiento y la obtención de un fallo judicial que resuelva sus
diferencias en un proceso judicial gratuito” (Córdova, 2005)

El primordial efecto de este inicio es el no pago de las tasas para entrar al artefacto
judicial, o sea, de las costas que se logren entablar por las posiciones administrativas del
Poder Judicial. De otra forma se estarían alentando situaciones de verdadera injusticia y
diferencia material. No obstante, y en una suerte de matización del inicio, está establecido
en la parte final del artículo III CPC, que este comienzo de gratuidad no obsta el
cumplimiento de la resolución judicial firme que disponga la condena de costas y precios
según los supuestos que prevea el Código Procesal Constitucional para el demandante
(artículos 16, 56 y 97) (Valenzuela, 2018). Este inicio está plenamente justificado en el
hecho de que es fundamental que no exista ningún tipo de componente que obstruya la
entrada a los medios de salvación de los derechos constitucionales o de los medios que
tienden a hacer realmente vigente el orden constitucional. Y es que, dicho inicio tiene, un
precepto constitucional que pide la remoción de los obstáculos que impidan el ejercicio
pleno de los derechos primordiales.

La gratuidad representa un elemento fundamental para lograr el ejercicio del derecho de


educación. Sin el elemento de gratuidad no sería asequible para ninguna persona acceder
a una institución educativa, en suma, sin la gratuidad no puede haber educación y sin la
educación no hay cultura, desarrollo ni democracia. (Rosales, 2019)

Fundamento destacado: 5.- El inciso 16 del artículo 139° de la Constitución establece


que uno de los principios que informa el ejercicio de la función jurisdiccional es «El
principio de la gratuidad de la administración de justicia y de la defensa gratuita para
las personas de escasos recursos; y, para todos, en los casos que la ley señala».

La gratuidad en la administración de justicia, en los términos constitucionalmente


establecidos, ha sido desarrollada por el artículo 24° de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, modificado por la Ley N.o 26846, según el cual, se encuentran exonerados del
pago de las tasas judiciales, entre otros, los litigantes a los cuales se les ha concedido
auxilio judicial, institución que, por otro lado, está regulada por el artículo 173 ° y
siguientes del Código Procesal Civil

C. PRINCIPIO DE ECONOMÍA

Tribunal constitucional pleno jurisdiccional 00034-2004-PIITC

El fundamento Jurídico 23 de la Sentencia del Tribunal Constitucional emitida en el


expediente 008-2003-AI/TC plantea lo siguiente:

“Contrariamente a la Constitución de 1979, que no preveía explícitamente la


subsidiariedad de la intervención de los poderes públicos en la economía, la
Constitución vigente en el Art. 60 establece explícitamente que (…) El Estado
podrá, en forma dependiente, contratar en la actividad económica, directa o
indirectamente, en el interés público sustancial o interés nacional demostrable
(...)."
Así, se refuerza el “principio de subsidio” de la acción estatal en la economía, y se
propone el reconocimiento de la existencia de una función adicional del Estado frente a
la imperfección o inactividad de las entidades económicas, para el bien común.

En este orden, las ideas sobre la acción estatal deben estar asociadas a fomentar, motivar,
coordinar, complementar, integrar o sustituir, una imagen adicional, complementaria o
alternativa de una iniciativa privada liberal. Las subvenciones se manifiestan como un
efecto secundario o justificación en materia económica, justificadas por la falta de acción
o la negativa de la iniciativa privada.

Cabe recalcar que “la intervención de los organismos estatales en el campo económico,
por amplia y profunda que sea, no sólo no limita la autonomía y autonomía de los
individuos, sino por el contrario, es necesaria para asegurar la extensión de esta libertad.
iniciativa." iniciativa y derechos humanos fundamentales. Entre ellos debemos incluir el
derecho y el deber -de cada individuo- de asumir, por regla general, la responsabilidad
primaria del mantenimiento de sí mismo y de su familia, es decir, sistemas económicos
que permitan y faciliten el uso libre y provechoso de la actividad productiva de todos.
(Mensaje Mater et Magistra. Tengo 55)».

Por tanto, es necesario explicar el papel del estado en la economía y el papel del estado
en las actividades empresariales, porque no son sinónimos. Si bien la propuesta se refiere
al rol dependiente del Estado en la economía, en la práctica debe entenderse en términos
del rol dependiente del Estado en la actividad económica mencionado en este artículo. 60
de la Constitución. El concepto y alcance del principio de subvención debe limitarse a las
empresas del Estado, no a todas las actividades económicas, de conformidad con lo
dispuesto en este artículo. 60 de la Constitución: “(…) por ley, el Estado puede directa o
indirectamente realizar actividades económicas en aras de representar un alto interés
público o un claro interés nacional (…)”.

Por tanto, el Estado participa en actividades de carácter económico, pero no de carácter


empresarial. Un asunto relacionado o directamente relacionado puede referirse a los
impuestos exigidos por el Estado según lo previsto en el artículo. 74 de la Constitución.

Asimismo, el Estado sólo realiza actividades relacionadas con la estabilidad monetaria.


Basado en el arte. 84 de la Constitución, el Banco Central de Reserva tiene encomendadas
las funciones de regular el sistema monetario y financiero, administrar las reservas
internacionales de su competencia y las demás que determine la legislación de su
organismo.
Sentencia de Corte Suprema de Justicia - Sala Civil Permanente de 19 de mayo de 2016
(Expediente: 004538-2015)

Según lo establecido en el artículo 384 del Código Procesal Civil modificado por el
artículo 1 de la Ley 29364, el recurso de casación tiene por fines esenciales la adecuada
aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la jurisprudencia
nacional por la Corte Suprema de Justicia (finalidad nomofiláctica y uniformizadora,
respectivamente); finalidad que se ha precisado en la Casación N° 4197-2007/La Libertad
y la Casación N° 615-2008 /Arequipa. Por tanto, este Tribunal Supremo sin constituirse
en una tercera instancia procesal, debe cumplir su deber de pronunciarse acerca de los
fundamentos del recurso, por las causales declaradas procedentes.

Por las razones expuestas, si bien cuando se trata de una causal de infracción normativa
de naturaleza procesal, al declararse fundado el recurso debe reenviarse el proceso a la
Sala de origen a fin que se emita nuevo pronunciamiento conforme a lo preceptuado por
el artículo 396 inciso 1) del Código Procesal Civil; sin embargo, en aplicación de los
principios de economía y celeridad procesal contemplados en el artículo V del Título
Preliminar del texto legal acotado, es menester resolver en sede de instancia la presente
controversia a efecto de poner fin a la litis.

En este sentido, el papel del Estado en la economía es más amplio y no se limita a la


actividad empresarial. En efecto, no se puede considerar que el Estado no juegue un papel
central en la economía, porque es el Estado quien dirige y decide la política
macroeconómica y la gestión microeconómica del Estado. Sin embargo, el hecho de que
la Constitución de 1993 garantice el principio de subsidio no debe interpretarse de manera
que se equipare con la desregulación económica o la privatización del Estado, ya que los
subsidios no se ajustan a la lógica de un mercado ilimitado; más bien define qué sectores
y en qué medida, cuándo, por qué y para qué debe intervenir el Estado. (Etcheverry, 1999)

Por otra parte, una de las cuestiones que hay que abordar en relación con el artículo 23 de
la sentencia 0008-2003-AI/TC es cómo define el subsidio, pues no parece haber
establecido una jerarquía de aplicación y más bien, muestra en general cómo debería
funcionar.
D. PRINCIPIO CELERIDAD PROCESAL

Según Resolución: N.º 6712-2005- PHC / TC

La Corte Constitucional señaló que, si bien el principio de celeridad es fundamental en


los procesos judiciales, especialmente en los procesos penales, no puede entenderse que
este principio deba ser interpretado con prescindencia del principio de dignidad de las
personas. Basado en el art. 11 del preámbulo del CPC, los procesos constitucionales
tienen por objeto el ejercicio efectivo de los derechos fundamentales de la persona. Por
lo tanto, estos procesos deben desarrollarse sobre la base del principio de rapidez
mencionado en los Términos. 111 del mismo organismo regulador. Con base en esto, se
debe proteger los intereses de todos de manera oportuna. En un análisis objetivo de esta
declaración, está claro que las acciones de procedimiento no se pueden resolver, que todo
lo que buscan es, y no protege los derechos para crear suposiciones imprudentes que se
prescriben. En ilegal y valiente, solo el propósito de la aplicación para la solicitud de
posponer el proceso de solicitud final. Como guardia, analizando casos como este, deben
esperar una respuesta más lenta de la que pueden tomarse si no permiten acciones, ya que
las acciones se han tomado. En este sentido, según el art. 56 del Código de Procedimiento
Penal, se puede reembolsar a los demandantes las costas y honorarios judiciales si
cometen un delito por negligencia aparente. Si bien este principio se refiere al proceso de
amparo, la Corte considera pertinente aplicarlo en este caso porque una interpretación
amplia ayudaría a lograr los objetivos de la adjudicación constitucional (prohibición del
juicio no acelerado). El equipo de investigación también cree que, para garantizar una
defensa verdaderamente objetiva y en caso de necesidad, se debe imponer una multa no
solo al demandado sino también al demandante que no es de fiar.

Finalmente, para agilizar el proceso de hábeas corpus, se establece expresamente que los
jueces constitucionales no deben negarse a ejercer sus funciones jurisdiccionales. Por lo
tanto, en el presente caso, es improcedente aplicar el Código Procesal Civil con orden de
destitución del juez -o, pido disculpas, para usar los términos del Código Procesal
Constitucional- para revisar maletas consistentes, inconsistentes. Por lo tanto, la decisión
del juez al respecto es importante. No está permitido aplicar las reglas especificadas en
su propuesta. Los recursos explícitos se utilizan en el juicio de amparo o en el juicio civil,
lo cual es inadmisible por el habeas colectivo, como proceso constitucional y por su
carácter de tutela de extrema urgencia, tiene disposiciones especiales específicas y plazos
muy breves. claramente definida por el legislador. En consecuencia, la solicitud de
garantía debe ser declarada inaceptable. (Cosculluela Montaner, 2011)

CAS. Nº 8798-2013 MOQUEGUA, se trata del recurso de casación interpuesto por el


Sindicato Unificado de Trabajadores Cuajone en representación de su afiliado don
Eduardo Torres Cabrera, de fecha veintiocho de mayo de dos mil trece, obrante de fojas
cien a ciento siete, contra el auto de vista de fecha catorce de mayo de dos mil trece,
corriente de fojas noventa y uno a noventa y seis, que confirma el auto apelado, de fecha
diez de enero de dos mil trece, corriente de fojas sesenta y cinco, que resuelve rechazar
la demanda; en los seguidos contra Southern Perú Copper Corporation Sucursal Perú,
sobre reposición e indemnización por daños y perjuicios.

En dicho sentido, atendiendo que la parte recurrente, denuncia la infracción normativa


del derecho a un debido proceso, este Tribunal Supremo procederá prima facie con el
análisis de la precitada infracción, a efectos de determinar si la sentencia emitida por el
Colegiado Superior cumple con los estándares mínimos exigibles de respecto a los
elementos del derecho al debido proceso, o si por el contrario la misma presenta defectos
insubsanables que motiven la nulidad del fallo emitido, correspondiendo ordenar la
renovación del citado acto procesal, o de ser el caso, la nulidad de todo lo actuado hasta
la etapa en que se cometió la infracción; ello conforme a lo previsto en el segundo párrafo
del artículo 39° de la Ley N° 29497.

Finalmente, cabe resaltar que este Tribunal Supremo evidencia que se ha transgredido el
principio de celeridad procesal, por cuanto lo que se busca en el nuevo proceso laboral es
la protección de los derechos laborales, en el menor tiempo posible, lo cual ha sido
minimizado por los Jueces en sede de instancia. Más aún cuando se ha invocado la
vulneración al derecho al trabajo del actor, fuente de sustento personal y de su familia.
Además, como ha precisado este Colegiado Supremo, en reiterada jurisprudencia, la
celeridad procesal está muy ligada a la realización de la justicia, resaltándose una vez más
que la dilación de un proceso laboral acentúa la desigualdad entre el trabajador y
empleador.

E. PRINCIPIO DE INMEDIACIÓN

Por este principio, se exige que haya una relación directa entre las partes y el juzgador,
es decir, que entre ellos exista una interacción personal e inmediata, en donde el juez
reciba directamente la actuación de las pruebas aportadas por las partes, por los terceros
u ordenadas de oficio, en su calidad de director del proceso. Así, las audiencias y la
actuación de medios probatorios se realizan ante el juez, siendo indelegables bajo sanción
de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales por comisión.

Para el CPC: En virtud de este principio se exige que haya una relación directa entre las
partes y el juzgador, es decir, que entre ellos exista una interacción personal e inmediata,
en donde el juez reciba di rectamente la actuación de las pruebas aportadas por 1as partes,
por los terceros u ordenadas de oficio, en su calidad de director del proceso. Este principio
consiste en que el juez dirige todos los actos del proceso, tratando de eliminar la
delegación de actos procesales en auxiliares, cuyo resultado es de mucha importancia,
con la precisión de que si no cumpliese producirá la nulidad insalvable.

Las audiencias y la actuación de medios probatorios se realizan ante el juez, siendo


indelegables bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales por
comisión. El principio opuesto al analizado es el principio de mediación, en virtud del
cual el organismo jurisdiccional personificado por el juez mantiene una relación
impersonal y un comportamiento objetivo respecto de las partes y demás sujetos
procesales interesados (partes y terceros legitimados).

F. EL PRINCIPIO DE SOCIALIZACIÓN

Este principio está vinculado con el principio derecho de igualdad, en el sentido en que
el juez constitucional, en el marco de los procesos constitucionales, no debe dejar que
ninguna de las diferencias materiales de las partes impida el desarrollo del proceso. De
este modo se hace efectiva la igualdad de las partes, a fin de que las diferencias
económicas y de poder entre el demandante y el demandado no determinan el sentido de
la decisión judicial. De ahí que este principio exige que se diseñen los mecanismos
procesales idóneos para hacer realidad la igualdad de las partes del proceso; por ejemplo,
en el caso de los amparos difusos o medioambientales, colectivos, laborales.

Lo que el principio de socialización le exige al juez es el deber de evitar que las


desigualdades con las que los sujetos llegan a su despacho sean las que definan el
resultado del proceso. Como se advierte, en este caso el deber procesal del juez es
conforme con su función y lo que es más importante, plenamente realizable. Así, afirma
que para procurar la igualdad real el juez debe privilegiar el fondo sobre la forma.
Sospechamos que lo que el legislador ha querido decir es que el juez debe darle más
importancia a la decisión de mérito sobre el aspecto procedimental que, por cierto, es muy
distinto a decir “forma” y “fondo” en tanto uno y otro ámbito corresponden tanto al tema
de mérito como al tema procesal.

Principios Generales del Derecho, comúnmente suele considerársele como a los pilares
básicos sobre los cuales se asienta una determinada concepción del Derecho; por otro
lado, los Principios Procesales no son otra cosa que la especie que conforman los
Principios Generales del Derecho, y sirven para poner de manifiesto el sistema procesal
por el cual el legislador ha optado; y es por ella la razón por la que se encuentran
consignadas en un Título Preliminar.

En palabras de Víctor Ticona Postigo, jurista peruano:

“El proceso civil se rige estrictamente por el principio de igualdad procesa de las
partes, que exige que las partes tengan dentro del proceso el mismo trato
encontrándose en la misma situación procesal. Es decir, en igual situación, igual
derecho u obligación. Este principio deriva de un principio más genérico: el
principio de la igualdad jurídica ante la Ley.” (Paredes, A.)

Es importante y trascendente este criterio del Juez para la aplicación de los principios del
proceso, ya que ayudara que el proceso siga en su curso sin impedimentos. Este criterio
convierte de la igualdad ante la ley en la igualdad de las partes en el proceso.

G. PRINCIPIO DE IMPULSO DE OFICIO

Villalobos afirma que el principio de oficio representa uno de los sujetos (las partes y los
tercios incorporados) del impulso procesal. Precisamente, este principio actúa sin
intervención de las partes, sino es iniciativa propia del órgano judicial quien dicta
resoluciones judiciales precisas para que el proceso continúe.

Este principio obliga a los jueces a impulsar los procesos cuando la norma lo establece.
Ya que no se puede abandonar un proceso constitucional. Así lo especifica el Expediente
162-97, lima.

En palabras de Juan Monroy Gálvez, este principio representa “la manifestación concreta
del principio de dirección, y por tanto de la orientación publicista” (1993, Pág. 38).
Monroy sostiene que este principio está referido específicamente a la aptitud que tiene el
juez para conducir autónomamente el proceso a la consecución de sus fines sin la
intervención de las partes.
Cabe mencionar que el deber de impulsar el oficio, por parte del juez, se agota en la
imposibilidad de aplicarse, cuando la actuación procesal dependa exclusivamente de la o
las partes. Como menciona Saúl Coca Guzmán En caso el proceso este paralizado por
algún error de la parte demandante, operaria el supuesto de abandono pasado el plazo
legal de 4 meses, puesto que el deber de la actuación procesal dependía del
diligenciamiento de la parte actora.

Es necesario especificar que el juez no puede impulsar el oficio si las partes no muestran
interés en el proceso e incurren a la audiencia de prueba lo que generara la conclusión del
proceso sin un pronunciamiento de fondo según la Casación 1196-2010, Lima.

“La declaración de conclusión del proceso en el presente caso resulta ajustada a


derecho, pues sí bien el juez es el director del proceso y como tal tiene el deber
de disponer de todas las medidas que resulten necesarias para la efectiva solución
del conflicto intersubjetivo de intereses; no es menos cierto que la disposición
prevista en el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Civil, no
autoriza al Órgano Jurisdiccional a disponer la continuación de la litis aun
cuando las partes no muestren interés por continuarla; antes bien, debe tenerse
en cuenta que en el proceso civil la iniciativa procesal corresponde básicamente
a los justiciables, de tal modo que si las partes no demuestran interés en
sustanciar la litis o inasisten a las audiencias programadas, no hay razón alguna
para que la autoridad jurisdiccional de motu proprio realice nuevas
convocatorias o prescinda de la Audiencia de Pruebas ya convocada, por ende,
constituyendo la asistencia a la audiencia de pruebas un deber procesal de las
partes. La inasistencia a la misma acarrea la declaración de conclusión del
proceso sin pronunciamiento sobre el fondo del asunto.” (Coca, S. 2021)

H. PRINCIPIO DE ELASTICIDAD

EL principio de elasticidad, según nuestro Articulo III del CPC (Código Procesal
Constitucional), nos indica que: “Asimismo, el Juez y el Tribunal Constitucional deben
adecuar la exigencia de las formalidades previstas en este Código al logro de los fines
de los procesos constitucionales.”
Quiere decir que, los jueces exigir la adecuación de las formalidades y esto es para poder
asegurar la supremacía de la constitución y de los derechos constitucionales vigentes.

Roel Álvaro, Luis (2011) Indica que:

“Debemos tomar en cuenta que el principio del formalismo requiere que la forma
de todo acto procesal se determine a priori y por ello se excluya el arbitrio de los
sujetos procesales, en la elección del orden de los actos procesales, el tiempo en
que deben realizarse, los medios a usarse, para manifestar el pensamiento y
voluntad de los sujetos particulares, así como el objeto sobre el cual deben
pronunciarse.” (pág. 124)

En el “EXP. N.º 01901-2019-PA/TC- AYACUCHO-JAIME LOPEZ SOTE”, el cual en


el auto del tribunal constitucional se solicita intervenir como litisconsorte pasivo, por lo
que hace mención al principio de elasticidad. “(…). En la medida en que, en aplicación
del principio de elasticidad consagrado en el artículo III del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional. deben adecuarse las formalidades eventualmente existentes a
los fines de los procesos constitucionales.”

Por lo que, es que en dicho caso podemos apreciar la exigencia a los jueces de la
adecuación de la formalidad por lo que se le aprobó esta intervención pasiva, siendo que
ello no impide que dicha regla procesal sea aplicable al caso, pero con base a este
principio es que se incorporó en sede del tribunal constitucional.

Asimismo, también en el caso “EXP. N.º 02773-2015-PA/TC-LIMA-GIOVANNI


MARIO PAREDES RUIZ”, es que se busca la intervención litisconsorcial, al ser un
tercero que tiene interés jurídicamente puede solicitar esta intervención por lo tanto este
principio de elasticidad apoya el artículo que se está aplicando el cual es el artículo 54 de
CPC es que se permite su incorporación en proceso que se dicta el caso

I. PRINCIPIO PRO ACTIONE

El principio pro actione, está relacionado con el derecho a la tutela judicial efectiva, el
cual exige que el poder judicial excluya ciertas aplicaciones o interpretaciones de
supuestos procesales que eliminan o impiden injustificadamente el derecho de un litigante
a que el poder judicial tiene comprenda y resuelva las demandas presentadas en su contra.

Por otro lado, este principio opera bajo el supuesto de acceso al proceso judicial
establecido por la ley y evita que ciertas interpretaciones y aplicaciones del mismo
eliminen u obstaculicen injustificadamente el derecho del acusado a ser informado por el
poder judicial y a resolver las demandas en su contra de conformidad con la ley, ya que
somete, pero no implica que, deba elegirse la interpretación más favorable de la admisión
entre todas las normas posibles que la regulan, pues este requisito llevaría a la Corte
Constitucional a entrar en cuestiones de legalidad procesal, que corresponden a tribunal
ordinario

PRINCIPIO PRO ACTIONE COMO CRITERIO DE INTERPRETACION

Según Edwin Alvarenga, el principio pro actione exige que se empleen favorablemente
que se interpreten los requisitos procesales de forma legal, ya que se debe evitar que los
formalismos y entendimientos no razonables, afecten el enjuiciamiento del asunto. Por
ello, el criterio de interpretación del principio pro actione, obliga a los jueces a deformar
los requisitos del proceso. Debido a ello, la Sala Primera del Tribunal Constitucional
menciona que:

“El derecho a la jurisdicción no consiente interpretaciones y aplicaciones de los


requisitos legales caracterizadas por el rigorismo, el formalismo o la
desproporción entre los fines que preservan y la consecuencia del cierre del
proceso que conllevan, con la eliminación u obstaculización injustificada del
derecho a que un órgano judicial resuelva sobre el fondo de la pretensión a él
sometida”. (Vulneración del derecho a la tutela judicial sin indefensión, 2012)

Tomando en cuenta este criterio de interpretación, al referirnos sobre emplear los


requisitos procesales, nos referimos a que se pueda generar una admisibilidad entre las
demandas y peticiones, que puedan ser interpretadas favorablemente para efectivizar la
tutela, y así evitar los efectos de los formalismos de la ley procesal.

J. PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA

El reconocimiento y aplicación de este principio procesal se justifica solo en la medida


que se emplea para alcanzar los fines del proceso constitucional como la supremacía de
la constitución y la plena vigencia de los derechos reconocidos y garantizados en la
misma. A pesar que este principio no se encuentra expresamente en nuestro Código
Constitucional, es fundamental para el desarrollo jurídico de cualquier campo o área del
derecho.
Al respecto, El expediente 4080-2004-AC/TC, Ica. Establece en los puntos 7 y 8
desarrolla algunos alcances referidos a la aplicación del presente principio en el proceso
constitucional. “El principio iura novit curia que recoge el Código Procesal
Constitucional en su artículo VIII, a la luz de la situación mencionada, debe ser entendido
como un atributo del Juez constitucional destinado a lograr una relación armónica entre
los derechos cuya tutela le encomienda la Constitución a través del Derecho Procesal
Constitucional y los propios valores que consagra la Carta Fundamental. [...]”

Específicamente, este principio está referido a que el juez debe conocer el derecho para
poder aplicarlo, por lo que su deber es aplicar la norma jurídica que corresponde a la
situación concreta. Tal como menciona Luis castillo Córdova (2005):

“A decir del Tribunal Constitucional, “el juez tiene el poder–deber de identificar


el derecho comprometido en la causa, aun cuando no se encuentre expresamente
invocado en la demanda. De este modo el juez, como director del proceso, dice el
derecho antes de emitir sentencia (...), lo que no implica, en ningún caso, la
modificación del objeto de la pretensión o de los términos de la demanda; es decir,
que ello no puede suponer fundar su decisión en hechos diversos de los que han
sido alegados por las partes” (Castillo, L. 2005)

Castillo Córdova expone que el juez, mediante la aplicación de este principio, está
obligado a aplicar correctamente el derecho objetivo e involucrar, simultáneamente, el
derecho subjetivo no reconocido. Ya que, los derechos subjetivos constitucionales están
reconocidos por dispociones constitucionales, por lo que, a pesar de no estar invocados o
identificados correctamente, le corresponde decidir al juez de la constitucionalidad. Sin
embargo, “el juez constitucional puede amparar la pretensión sobre la base de un
fundamento jurídico distinto al alegado. El límite al que se encuentra sujeta la aplicación
de dicha institución procesal son los hechos alegados por las partes y el petitorio, los
cuales no pueden ser modificados” (Castillo, L. 2005).

El expediente 01966-2005-PH/TC, Madre de dios. Detalla con mayor claridad el presente


principio en el fundamento N° 7, en el cual explican y despeja las dudas referidas al
reconocimiento y actuación sobre el derecho subjetivo en un proceso:

“ 7. -El iura novit curia constitucional, contemplado en el artículo VIII del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional, establece que «(…) el órgano
jurisdiccional competente debe aplicar el derecho que corresponda al proceso,
aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente».
Respecto a dicho principio y a sus relaciones con el principio de congruencia de
las sentencias o, a su tumo, con la necesidad de que se respete el contradictorio,
este Colegiado, en el fundamento N°4 de la STC N° 905-2001-ANTC, aplicable
mutatis mutandis al caso de autos, ha establecido que no considera que estos
resulten «( … ) afectados por el hecho de que el juez constitucional se pronuncie
por un derecho subjetivo no alegado por la demandante, pues una de las
particularidades de la aplicación del principio iura novit curia en el proceso
constitucional es que la obligación del juzgador de aplicar correctamente el
derecho objetivo involucra, simultáneamente, la correcta adecuación del derecho
subjetivo reconocido en aquel. Y ello es así, pues sucede que el derecho subjetivo
constitucional está, a su vez, reconocido en una norma constitucional, norma ésta,
como la del inciso 7) del artículo 2° de la Constitución, que es indisponible para
el Juez Constitucional y que, en consecuencia, aunque no haya sido invocada,
debe aplicarse. Además, no puede olvidarse que el contradictorio en el amparo,
por lo general, no se expresa de manera similar a lo que sucede en cualquier otro
ámbito del derecho procesal, en particular, si se tiene en cuenta la posición y el
significado de la participación de las partes (sobre todo, la demandada) en el
presente proceso; de manera que la comprensión y respeto del contradictorio en
el amparo ha de entenderse, no conforme a lo que se entiende por él en cualquier
otro proceso, sino en función de las características muy particulares del proceso
constitucional».”

K. PRINCIPIO DE QUEJA DEFICIENTE

En diversos países se ha incorporado dentro de la jurisdicción constitucional el presente


instituto al hilo del influjo mexicano, cuna de creación del juicio de amparo y forjador de
diversas instituciones procesales que lo rodean, entre las que se encuentra la llamada
suplencia de la queja deficiente. Diversos autores han definido a la suplencia de la queja
deficiente, tal es el caso de Burgoa, quien define este principio de la siguiente forma "...
suplir la deficiencia de la queja implica no ceñirse a los conceptos de violación expuestos
en la demanda de amparo, sino que, para conceder al quejoso la protección federal, el
órgano de control puede hacer valer oficiosamente cualquier aspecto inconstitucional de
los actos reclamados...”. (Burgoa, I. 1968)
Por su parte, Fix Zamudio, al hablar de la suplencia de la queja, afirma " ...que consiste
en la corrección por el juez del amparo, de las omisiones, errores o defeccionas en que
hubiese incurrido el promovente al formular su demanda, protegiendo a la parte débil en
el proceso y evitando la aplicación de leyes inconstitucionales...". (Zamudio, F. 1963)

Santos Ayala precisa que:

"...la suplencia de la queja es una figura procesal del juicio de amparo, con
fundamento en la Constitución; que asume un carácter proteccionista, anti
formalista y discrecional; que debe estimarse como excepcionalmente
obligatoria, g que faculta a los tribunales de amparo para integrar las omisiones
totales o parciales de los conceptos de violación o de los agravios y para subsanar
los errores en que incurría el quejoso al expresarlos, así como de aquellos actos
procesales que la ley permite, siempre a favor y nunca en perjuicio del propio
quejoso, en la forma g términos que señala la ley de la materia...". (Santos, G.
1970)

Es pertinente precisar que la suplencia de la queja deficiente analizada en el primer


fundamento de esta sentencia, no ha alterado la esencia del contradictorio planteado
durante el discurrir del proceso, toda vez que la ONP ha aceptado que no cumple con el
pago de la renta vitalicia del recurrente, alegando, erróneamente, que dicho al IPSS
corresponde realizarlo.

En aplicación de los alcances del artículo 7 de la Ley 23506, el Tribunal Constitucional


es cuidadoso de no comprometer el principio de congruencia de las sentencias. En vista
de ello, únicamente podrá desvincularse de lo planteado en la demanda a fin de otorgar
una protección eficaz, a los derechos constitucionales lesionados, cuando ello devenga de
una voluntad implícita del recurrente a pesar de no haberla planteado correctamente en la
demanda, conforme se advierte en el presente caso. (STC Exp. N'0569-2003-AC/TC, F.J.
7-8).

Respecto de dicho supuesto, el mismo que no ha sido cuestionado de manera explícita


por el recurrente, aunque si de manera implícita, este Tribunal Constitucional considera
que deber ser analizado de acuerdo con la suplencia de queja deficiente. Y es que el hecho
de que en la demanda no se alegue la afectación de un determinado derecho, y que, por
lo mismo, el contradictorio constitucional no gire en torno a él, no es óbice para que este
Colegiado no pueda pronunciarse sobre ese u otros derechos eventualmente lesionados;
pues es facultad del juez constitucional el adecuar la pretensión a fin de otorgar protección
constitucional al quejoso en aquellos casos en los que se advierta un error o una omisión
en el petitorio. A diferencia de los jueces ordinarios, quienes en la mayoría de los casos
mantienen una vinculación rígida con la ley, a los jueces constitucionales les es exigible
suplir los actos procesales defectuosos, precisamente debido al deber especial de
protección de los derechos fundamentales.

L. PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN CONFORME A LA NORMA


INTERNACIONAL SOBRE DERECHOS HUMANOS.

Como cada principio estos están reconocidos en el CPC (Código Procesal


Constitucional). Por lo que, el principio a hablar está dispuesto en el Articulo V del Título
Preliminar del CPConst., lo cual nos indica que:

“El contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los


procesos regulados en el presente Código deben interpretarse de conformidad
con la Declaración Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre derechos
humanos, así como de las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales
sobre derechos humanos constituidos según tratados de los que el Perú es parte”.

Quiere decir que, cuando el contenido y alcances de los derechos constitucionales


protegidos, se debe tener en consideración la interpretación de acuerdo con las normas
internacionales en las que el Perú es parte.

Luis, Castillo Córdova (2011), dicta lo siguiente:

“(…), los derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución, “deben


ser obligatoriamente interpretados de conformidad con los tratados y los
convenios internacionales sobre derechos humanos ratificados por el Perú y en
concordancia con las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales
sobre derechos humanos constituidos según tratados de los que el Perú es parte.”
(pág. 18)

En el “EXP. N.O 00027-2006-PI- ICA-COLEGIO DE ABOGADOS DE ICA”, el cual


nos indica que se interpone una demanda contra el artículo 7°, numeral 7.2, literales a, b
y c del Título 111 de la Ley N.º 27360, lo cual muestra que va en contra del principio de
igualdad y no discriminación.

Por lo que quiere decir que, se debe realizar el análisis del contenido de los derechos que
se están viendo afectados como indica este principio saber interpretar conforme a las
normas internacional de los Derechos Humanos.
III. CONCLUSIONES

Se da entender que se busca un juez comprometido con la vigencia de la supremacía de


la Constitución. Por esta razón, es que el juez constitucional tiene un rol activo en las
partes del proceso como la de controlar la actuación procesal de las partes para evitar
conductas obstruccionistas y promoviendo la consecución de los fines del proceso de
manera eficaz y pronta durante el proceso.

El inicio de gratuidad se basa en facilitar a toda la gente la entrada a los Tribunales en


procura de la satisfacción de sus propias aspiraciones, sin que las condiciones
individuales de índole económica logren coartar tal derecho.

El principio de celeridad, es la expresión concreta de la economía por razón de tiempo.


Los plazos, normas expeditas y sancionadoras de la dilación innecesaria. Una justicia
tardía no es justicia.

Tras el análisis podemos deducir que el principio de inmediación implica la constante


comunicación del juez con las partes correspondientes del procesa, para así esta pueda ser
llegada a una íntima compenetración de los intereses a través del proceso.

Este principio ayuda a las partes que exista igualdad en el proceso, así descartando todo
tipo para llevar un proceso justo, este principio puede ser llevado como por ejemplo los
amparos difusos o medioambientales, colectivos, laborales, etc.

El principio de impulso del oficio obliga al juez a direccionar el proceso por el camino
determinado legalmente, sin embargo, este acto procedimental tiene su limite cuando la
acción procesal es exclusiva de la parte demandante.

La principal función del principio de elasticidad es que ayudan al mejoramiento y la


efectividad de las disputas que se presentan día a día, para conseguir una mejor formalidad
en los casos.

El principio pro actione ha sido una norma útil para el Tribunal Constitucional, debido a
que se necesitaba fundamentar un plazo razonable para subsanar las deficiencias en que
ha incurrido el demandante al presentar la demanda. Por lo tanto, fue creado con el fin de
favorecer en el debido proceso judicial.
El principio Iura Novit Curia obliga al juez a actuar y aplicar el derecho en base a sus
conocimientos de forma correcta en las situaciones que lo ameriten. Así mismo, el juez
debe tutelar el derecho objetivo y subjetivo del proceso.

En otras palabras, lo que este principio importa es que, el juez debe calificarlos hechos
expuestos por las partes y la relación sustancial, prescindiendo de la calificación efectuada
por los litigantes. Debe determinar la causa pretendí y siempre que no se aparte de los
hechos afirmados ni modifique su objeto, puede otorgarlo pedido sobre la base de una
califican de la causa distinta a la que hicieron las partes.

Por último, el principio de interpretación conforme a la norma internacional sobre


derechos humanos, tiene gran importancia al dar una protección a los derechos humanos
universales, acuerdo con los derechos constitucionales, para que dichos derechos puedan
ser interpretados de la forma correcta como indica las normas internacionales en el que el
Perú es parte.
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