A#7 JNCB
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Ensayo.
Utilización clínica del
índice glucémico en
el manejo de la
diabetes mellitus
Nombre: Joselynne Noemí Chí Borges
Matrícula: 620180334
Materia: Nutrición y metabolismo
Profesor: Diana Isis Rodríguez Téllez
Campus: Villahermosa
Fecha de entrega: 18/08/22
Utilización clínica del índice glucémico en el manejo de la Diabetes Mellitus.
El índice glucémico (IG) es aquel que cuantifica el aumento de la glucemia producida
posteriormente a la ingesta de un alimento, en relación con la ingesta de glucosa. Este, por lo
tanto, se considera que su uso clínico como indicador es prematuro debido a su falta de
estandarización a su alta variabilidad y a su baja reproducibilidad, por lo cual, se analizan las
causales de su variabilidad”.
En su gran variabilidad del control del índice glucémico se juega un gran papel en el factor de
desarrollo de ciertas enfermedades, tales como la diabetes mellitus, colesterol, obesidad,
sobrepeso, hipertensión. Por lo tanto, el control y mantenimiento constante de una adecuada,
saludable, equilibrada, variada e inocua alimentación es fundamental para el correcto
funcionamiento del organismo. Es por ello el análisis de las causas de la variabilidad del índice
glucémico, así como su relación en enfermedades haciendo énfasis en la diabetes mellitus, su
papel en el control y prevención de enfermedades crónicas no trasmitibles; así como las
principales sugerencias y recomendaciones para una dieta correcta con el debido índice
glucémico.
Los alimentos son de gran aporte nutricional, por su parte los hidratos de carbono constituyen la
fuente principal de energía en la dite humana, pero, al ser analizados se descubrió que estos
inducían un incremento de la glicemia más rápido y mayor que los complejos.(Arteaga, 2006)
Aunque existe un debate en donde se pone en tela de juico al IG como un arma de doble filo, por
un lado, sirve para controlar la glicemia y prevenir las enfermedades crónica no transmisibles; y,
por otro lado, que señalan problemas metodológicos relacionados con los indicadores para
evaluarlo y evidencias insuficientes para afirmar los beneficios de su aplicación sobre la salud a
largo plazo.
Lo que tenemos claro, es que el IG categoriza a los alimentos que contienen hidratos de carbono
en relación a su capacidad de incrementar los niveles de glicemia (velocidad y magnitud), entonces
se mide comparando el incremento de la glicemia inducido por un alimento aislado, en
condiciones isoglucídicas (50 g hidratos de carbono), con el inducido por un alimento de
referencia, siendo los más utilizados una solución de glucosa pura o el pan blanco.
La comparación de las sumatorias de los valores de glicemia o el área bajo la curva en las dos
horas siguientes a la ingesta del alimento estudiado con los cambios observados con el alimento
elegido como referencia, define el IG. (Arteaga, 2006) En cuanto a los alimentos con un índice
glucémico (IG) alto se puede dificultar el control de la diabetes, por lo tanto, se recomienda
alimentos como aceites, grasas y carnes que no tienen un IG, ya que únicamente los carbohidratos
tienen un IG.
La Asociación de Diabetes Americana (ADA) en sus recomendaciones para el año 2005 señala
textualmente: “La cantidad total de hidratos de carbono consumidos constituye el mejor predictor
de la respuesta glicémica, y se mantiene como una estrategia clave para el manejo dietético de los
pacientes con DM, sin embargo, un meta-análisis reciente de trabajos casos-controles,
aleatorizados, muestra que el IG puede aportar beneficios adicionales al control de la DM”.
En el caso de los pacientes de edad avanzada con diabetes se ha notado de manera local que el
control del índice calórica, evitando los carbohidratos se ha logrado mantener su cuerpo evitando
la propagación de dicho padecimiento.
Se señala que, en el manejo clínico dietético de la diabetes mellitus (DM), la reducción del aporte
global de hidratos de carbono sigue siendo la estrategia fundamental aceptándose que la
utilización del concepto de IG de los alimentos o de la dieta puede entregar un beneficio adicional.
(Arteaga, 2006)
Pese a la tendencia de culpar al IG de la dieta por nuestro sobrepeso, no existen dudas que
factores genéticos, de estilo de vida, de hábitos de alimentación y psicológicos, impactan la
regulación del peso corporal y por el momento, si es que tiene alguna influencia, el IG de la dieta
sería un factor más en la etiopatogenia multifactorial de la obesidad (Arteaga, 2006); la cual
también obedece las patologías circulatorias. Se ha sugerido que las dietas con GI alto inducen una
mayor respuesta insulínica, lo que contribuiría a mantener niveles altos de insulina circulante y de
factores de crecimiento análogos a la insulina (IGF), los que a su vez podrían incrementar el riesgo
de ciertos cánceres como de mama y colon. Y son hechos de gran consideración para el
diagnóstico y prevención de las enfermedades, uno mismo puede empezarse a cuidarse al saber
que es potencialmente candidato para la enfermedad si alguno de sus familiares padece la
enfermedad, e indagando en los antecedentes patológicos familiares.
A pesar de que el IG tiene la potencialidad de poder llegar a ser útil como una herramienta clínica,
se requiere más investigación para justificar su uso. Para poder aclarar la controversia actual, se
requieren más estudios clínicos de larga duración. “Por el momento se estima que, debido a la
insuficiencia de las evidencias de su eficacia clínica y poblacional, y de problemas metodológicos
en su determinación, se recomienda al equipo de salud no hacer cambios en la dieta basados
exclusivamente en este interesante concepto”. (American Institute for Cancer Research (AICR)
2004.) Es por ello acudir con un nutricionista para que de acuerdo a tanto los antecedentes
personales patológicos y no patológicos; así como el estado actual del paciente se pueda
dictaminar la dieta correcta.
Si bien es necesario considerar que en el control glucémico debemos seguir el plato del buen
comer, aprovechando los nutrientes que se necesita y en cantidades adecuadas, evitando los
excesos, así como la escasez de estos aportes nutricionales. Recordando que cada platillo debe
contener las porciones adecuadas de una correcta dieta.
Acude con tu nutricionista para que formule el programa más adecuado a tu organismo.
Consumiendo tanto verduras y frutas variadas, cereales y leguminosas; y de igual modo alimentos
de origen animal.
En conclusión, debemos recordar que el cuidado que se le otorgue a nuestro cuerpo será el
servicio que brindará. Acudamos al nutricionista y sigamos las indicaciones, tomemos consciencia
de nuestros antecedentes personales patológicos y no patológicos para prevenir cualquier tipo de
padecimiento que puede estar latente en nuestro organismo.
Aún si nosotros no somos los agraviados, cuidemos de nuestros familiares, hijos, padres,
hermanos, si alguno padece alguno de estos padecimientos y aún si no tomemos precauciones en
velar con anticipación por el cuidado de nuestros seres amados antes de llegar hasta hospitales
para cambiar el estilo de vida. Adoptemos estilos de vida saludables que incluyan una dieta
correcta, ejercicio, agua, luz solar, descanso y aire puro.
El índice glucémico sirve como control del crecimiento del padecimiento, por lo cual,
informémonos de la forma correcta; con tu médico, nutriólogo, departamento de salud antes de
que sea tarde.
Referencias:
Franco- Mijares, A., Cardona-Pimentel, G., Villegas-Canchola, K., Vázquez-Flores, A., Jáuregui-Vega,
P., Jaramillo-Barrón, E. y Nava, A. (2013). Sobre el índice glucémico y el ejercicio físico en la
nutrición humana. El residente, 8 (3). Recuperado de
http://www.medigraphic.com/pdfs/residente/rr-2013/rr133b.pdf
Arteaga, A. (2006). El índice glicémico. Una controversia actual. Nutrición Hospitalaria, 21 (2).
Recuperado de http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v21s2/original5.pdf
Blake, J. (2016). Nutrition & you [La nutrición y usted] (edición adaptada por Laureate). Hoboken,
NJ: Pearson.