Tabla Del Matrimonio 2

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TABLA DEL MATRIMONIO

El vínculo que más perfectamente une a los corazones es la lealtad.


Los verdaderos amantes ya unidos, deben mostrarse la más completa
fidelidad.

Deben dedicar su sabiduría, su talento, su fortuna, sus títulos, su


cuerpo y su espíritu a Dios, a la Gloria de Dios y uno a otro.

Dejad que vuestros corazones sean amplios, tan amplios como el


universo de Dios

No dejéis que ninguna señal de celos cruce entre vosotros, porque los
celos son como un veneno: corrompen la esencia misma del amor.

No permitáis que los efímeros incidentes y contratiempos de esta vida


cambiante ocasionen discordias entre vosotros. Cuando se presenten
diferencias, consultad juntos y en secreto, no sea que otros aumenten
un grano de polvo hasta convertirlo en una montaña.

No guardéis en vuestros corazones ningún resentimiento, más bien,


explicad el asunto uno al otro con tal franqueza y comprensión que
toda desavenencia se esfume sin dejar ningún recuerdo. Escoged la
camaradería y la armonía, alejáos de los celos y la hipocresía.

Vuestros pensamientos deben ser elevados, vuestros ideales


luminosos, vuestras mentes espirituales, para que vuestras almas
sean como la aurora para el Sol de la Realidad. Dejad que vuestros
corazones sean como dos espejos puros, que reflejan las estrellas del
cielo del amor y la belleza.

Hablad el uno con el otro de nobles aspiraciones y conceptos


celestiales. No guardéis secretos el uno al otro.
Haced de vuestro hogar un amparo de descanso y paz. Sed
hospitalarios. Abrid las puertas de vuestra casa a los amigos y
extraños. Dad la bienvenida a cada huésped con gracia irradiante y
haced que cada uno se sienta como en su propia casa.

Ningún mortal podrá concebir la unión y armonía que Dios ha


designado para esposo y esposa.

Nutrid continuamente el árbol de vuestra unión con amor y afecto,


para que quede siempre fresco y frondoso en todas las estaciones y
produzca frutos sabrosos para la curación de las naciones.

¡Oh bienamados de Dios! Que vuestro hogar sea la visión del Paraíso
Divino, para que cualquiera que entrare en él pueda sentir la esencia
de la pureza y armonía y exclamar desde el fondo del corazón,

“ Aquí esta el hogar del amor!,Aquí esta el palacio del amor, Aquí está
el nido del amor, Aquí está el del jardín del amor”.

Sed como dos pájaros canoros posados en las ramas más altas del
árbol de la vida, llenando la atmósfera con canciones de amor y
éxtasis.

Poned la base de vuestro afecto en el centro mismo de vuestro ser


espiritual en el mismo corazón de vuestra conciencia, para que
inalterable, resista los vientos adversos.

Y cuando Dios os conceda niños dulces y bellos, consagráos a su


educación y guiadlos para que se conviertan en flores perdurables del
rosedal divino, ruiseñores del Paraíso ideal, servidores de la
humanidad y frutos del árbol de vuestra vida.

Vivid en tal armonía que otros puedan tomar vuestra vida como
ejemplo y decirse uno al otro:
“Mirad como viven, así como dos palomas en un nido, en perfecto
amor, afinidad y unión. Es como si Dios, desde toda la eternidad,
hubiera unido la esencia misma de sus seres para el amor del uno al
otro”.

Alcanzad el amor ideal que Dios ha destinado para vosotros, y así


podréis compartir ya de la vida eterna. Bebed intensamente de la
fuente de la verdad y vivid todos los días de vuestra vida en un
paraíso de gloria, recogiendo flores inmortales del jardín de los
misterios divinos.

Sed el uno para el otro como palomas celestiales y amados divinos,


que viven en un paraíso de amor. Construid vuestro nido en las
frondosas ramas del árbol del amor. Remontaos en la atmósfera pura
del amor. Navegad sobre el mar ilimitado del amor. Caminad en el
eterno jardín de rosas del amor. Bañaos en los rayos brillantes del sol
del amor, Sed firmes y constantes en el sendero del amor. Perfumad
vuestras narices con la fragancia de las flores del amor.

Afinad vuestros oídos a las melodías arrebatadoras del amor. Dejad


que vuestros propósitos sean tan generosos como los banquetes de
amor, vuestras palabras como un collar de perlas blancas del océano
del amor. Tomad profundamente del elixir del amor, para que viváis
continuamente en la realidad del Amor Divino.

Abdu’l-Bahá

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