DoctrinaEEUU-Sobre Internet-Menores de Edad
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TEXTO COMPLETO
CONTENIDO :
Dos disposiciones de la Communications Decency Act (Ley de Decencia en las
Comunicaciones) de 1996 (CDA o Ley) en
busca de proteger a los menores del material nocivo que se transmite a través de la
Internet, una red internacional de
computadoras interconectadas que permite a millones de personas comunicarse
entre si en el “ciberespacio” y acceder a
un gran volumen de información proveniente de todas partes del mundo. Título 47
U.S.A. A. @ 223 (a)(1)(B)(ii) (Supp. 1997)
penaliza la transmisión “consciente” de mensajes “obscenos o indecentes” a todo
receptor menor de 18 años. El artículo
223(d) prohibe enviar o emitir “conscientemente” todo mensaje a personas menores
de 18 años “que dentro del contexto,
detalle o describa, en términos evidentemente ofensivos según se los califique en
base a los estándares de la comunidad
contemporánea [*2], actividades u órganos sexuales o excretores”. Se brinda
defensas afirmativas a aquellas personas que
efectúan “actos de buena fe, ... efectivos” para restringir el acceso por parte de
menores a las comunicaciones prohibidas,
@223(e)(5)(A), y a aquellos que restringen dicho acceso por medio de la solicitud
de cierta prueba de la edad, como puede
ser una tarjeta de crédito verificada o un número de identificación de adulto,
@223(e)(5)(B). Un número de demandas se
presentaron contra la constitucionalidad de @@223(a)(1) y de 223(d). Luego de
numerosas determinaciones de cuestiones
de hecho, un Tribunal de Primera Instancia colegiado (conformado por tres jueces)
acordó de conformidad con la Ley
aprobar una orden judicial preliminar contra la aplicación de ambas disposiciones
cuestionadas. El fallo del tribunal prohibe
al Gobierno aplicar las prohibiciones @223(a)(1)(B) en tanto las mismas se
relacionen con comunicaciones “indecentes”
aunque expresamente preserva el derecho del gobierno a investigar y entablar
acciones judiciales contra las actividades de
obscenidad o de pornografía de menores prohibidas en la misma. La orden judicial
contra la aplicación de @223(d) es
concluyente ya que el mencionado artículo no contiene ninguna referencia separada
con respecto a obscenidad y
pornografía de menores. El gobierno apeló ante este Tribunal conforme las
disposiciones de revisión especiales de la Ley,
argumentando [*3] que el Tribunal de Primera Instancia erró al sostener que la
CDA violó tanto la Primer Enmienda por
infringir los derechos protegidos por la misma, como la Quinta Enmienda por ser
ambigua.
Sin cuestionar si la CDA es tan ambigua como para violar la Primer Enmienda,
las numerosas ambigüedades que se
observan con respecto al alcance de su cobertura la vuelven problemática a los
fines de la Primer Enmienda. Por
ejemplo, su empleo de los términos “indecente” y “evidentemente ofensivos” no
definidos provocarán dudas entre los
difusores respecto de cómo ambos estándares se relacionan entre si y cuál es su
significado. La inexactitud de dicha
regulación basada en el contenido - ver, Gentile c/ State Bar of Nec/, 501 U.S.
1030 - junto con su creciente efecto
disuasivo como estatuto penal - ver Dombrowski c/ Pfister, 380 U.S. 479 -
generan especial preocupación respecto de la
Primera Enmienda debido a su evidente efecto desalentador sobre la libertad de
expresión. Contraria con la posición del
Gobierno, la CDA no se ve exenta de ambigüedad por el hecho de que su estándar
“evidentemente ofensivo” repite el
segundo de los tres postulados de la prueba de obscenidad planteada en el caso
Miller c/ California, 413 U.S. 15,25. El
segundo postulado de Miller reduce la ambigüedad inherente de su propio término
“evidentemente ofensivo” al requerir
que el material proscrito sea “definido específicamente por la ley aplicable del
estado”. Asimismo, la CDA se aplica [*6]
sólo a la “conducta sexual”, en tanto que la prohibición de la CDA se extiende
también a “actividades excretoras” y
“órganos” tanto de naturaleza sexual como excretora. Cada uno de los otros dos
postulados de Miller también limita
estrictamente el dudoso alcance de la definición de obscenidad. Simplemente si
bien una definición que incluye tres
limitaciones no es ambigua ello no implica que una de dichas limitaciones, en si
misma, no lo sea. La ambigüedad de la
CDA socava la probabilidad de que la misma haya sido minuciosamente
desarrollada con el objetivo del Congreso de
proteger a los menores de materiales potencialmente nocivos. Pp. 24-28.
Se rechazan los tres argumentos adicionales del Gobierno para sostener las
prohibiciones afirmativas de la CDA. En
primer lugar, la aseveración de que la Ley es constitucional debido a que deja
abierto amplios “canales alternativos” de
comunicación no es persuasiva ya que la CDA regula [*8] la expresión sobre la
base de su contenido, de modo tal que
un análisis del “tiempo, lugar y modo” no es aplicable. Ver, por ej. Consolidated
Edison Co. de N.Y contra Public Serc/
Comm ‘n de N.Y., 447 U.S. 530, 536. En segundo lugar, la afirmación de que los
requisitos de “conocimiento” y “persona
específica” planteados por la CDA restringen de manera significativa su
aplicación permisible a las comunicaciones
enviadas a personas cuya condición de menores de 18 años es conocida por quien
las envía, es insostenible, dado que
muchos forums de Internet están abiertos a todo el mundo y que incluso la
interpretación más enérgica del requisito de
“persona específica” conferiría amplios poderes de censura, que podrían tomar
forma de un “veto provocador a quien los
expone” por parte de cualquier opositor al discurso indecente. Por último, no
existe ningún apoyo textual para la
aseveración de que material con un valor científico, educativo u otro valor social
compensatorio necesariamente no esté
contemplado por las prohibiciones de la CDA. Pp 33-35.
El argumento del Gobierno que sostiene que este Tribunal debería preservar la
constitucionalidad de la CDA al honrar su
cláusula de divisibilidad de ley, por la cual se pueden mantener vigentes el resto
de las disposiciones de la misma,
@608, y al interpretar las pautas no divisibles en forma estricta, es aceptable sólo
en un aspecto. Debido a que la
expresión obscena puede ser prohibida en su totalidad - ver Miller, supra, en 18- y
la restricción de material “obsceno”
@223(a) goza de una manifestación textual independiente de la de material
“indecente”, la Corte puede separar el
término “o indecente” del estatuto dejando el resto de la disposición @223 (a)
vigente. Pp. 37-39.
Internet
Las personas pueden acceder a Internet desde diferentes fuentes, por lo general a
través de los mismos hosts, ó a través
de entidades con una afiliación al host. La mayoría de las academias terciarias o
universidades proveen acceso para sus
estudiantes y profesores ; muchas empresas ofrecen a sus empleados el acceso a
través de la red de la oficina ; muchas
comunidades y bibliotecas locales brindan acceso gratuito ; y un creciente número
de “confiterías computarizadas” brindan
acceso cobrando un pequeño arancel por hora. Muchos de los “servicios online”
como America Online, CompuServe, el
Microsoft Network y Prodigy ofrecen acceso a sus propias y extensas redes al igual
que un vía con los más amplios
recursos de la Internet. Estos servicios comerciales online tenían casi 12 millones
de suscriptores individuales en el
momento de efectuarse el proceso judicial.
Todo el mundo con acceso a Internet puede tomar ventaja de una gran variedad de
métodos para comunicarse y obtener
información. Estos métodos evolucionan constantemente y son difíciles de ser
categorizados en forma precisa. [*14] Pero,
egún su conformación actual, los más importantes en este caso son el correo
electrónico (e-mail), los servicios de listas de
correo automáticas (“mail exploders”, algunas veces llamados “listservs”),
“newsgroups”, “chat rooms” (áreas con
conversación) y la “World Wide Web”. Todos estos métodos pueden ser empleados
para transmitir textos, la mayoría
pueden transmitir sonidos, representaciones e imágenes de vídeo. Todas juntas,
estas herramientas constituyen un único
medio – conocido para los usuarios como el “ciberespacio” – el cual no se
encuentra ubicado en una zona geográfica en
particular aunque está a disposición de todo el mundo, en todas partes, que tenga
acceso a la Internet.
Desde el punto de vista de los editores, esta constituye una vasta plataforma a partir
de la cual se puede acceder y
escuchar a una audiencia mundial de millones de lectores, espectadores,
investigadores y compradores. Toda persona u
organización con una computadora conectada a la Internet puede “publicar”
información. Los editores incluyen agencias
gubernamentales, instituciones educativas, entidades comerciales, grupos de
defensa e individuos. n9 Los editores pueden
poner su material a disposición de todo el “pool” de usuarios de Internet, o
restringir el acceso a un grupo selectivo como
ser aquellos que desean pagar por [*18] el privilegio. “Ninguna organización
controla la membrecía en la Web como tampoco
existe un punto centralizado a partir del cual específicos sites o servicios de la Web
pueden ser bloqueados desde la Web”.
n10
Se han desarrollado sistemas para ayudar a los padres a controlar el material que
puede estar disponible a través de una
computadora instalada en el hogar con acceso a Internet. Un sistema puede limitar
el acceso de una computadora a una
lista autorizada de fuentes que ha sido identificada como portadora de material no
exclusivo para adultos, puede bloquear
sites designados como inadecuados , o puede intentar bloquear mensajes que
contengan aspectos identificables como
objetables. “Aunque el software diseñado para el control por parte de los padres en
la actualidad puede buscar ciertas
palabras sugestivas o sites conocidos como sexualmente explícitos, por ahora no
puede buscar imágenes sexualmente
explícitas . n18 Sin embargo, la evidencia señala que pronto estará a disposición un
“método razonablemente efectivo por
medio del cual los padres pueden evitar que sus hijos accedan a material
sexualmente explícito u a otro material que los
mismos consideren inadecuado para sus hijos”. n19
Verificación de la Edad
La Corte determinó :
II
....
“será multado conforme con el Título 18, o será recluido en prisión por un periodo
que no excederá los dos años o ambos.”
“ (d) Quien –
“(B) emplee algún servicio de computadoras interactivo para desplegar de forma tal
que encuentre a disposición de personas
menores de 18 años de edad,
III
La Jueza Sloviter dudó acerca de la fortaleza del interés del Gobierno en regular “la
amplia variedad del material online [*23]
cubierto o potencialmente cubierto por la CDA”, pero reconoció que el interés era
“apremiante” respecto de algunas partes
de dicho material. 928 F.Supp., en 853. La misma concluyó, sin embargo,
afirmando que el estatuto “abarca en una forma
más amplia que la necesaria y que por lo tanto desalienta la expresión de los
adultos” y que los términos “evidentemente
ofensivo” e “indecente” era “inherentemente imprecisos”. Id., en 854. Asimismo, la
jueza determinó que
-----------------------------------------**** * las defensas afirmativas no eran
“tecnológicamente o económicamente factibles para la
mayoría de los proveedores, “específicamente considerando y rechazando un
alegato respecto de que los proveedores
podrían evitar la responsabilidad “identificando” su material de modo tal que
pudiese permitir a lectores potenciales
seleccionar transmisiones no deseadas. Id., en 856. La Jueza Sloviter también
rechazó la sugerencia por parte del Gobierno
de que el alcance del estatuto se podría ver reducido al interpretarlo como aplicable
sólo a los proveedores comerciantes de
pornografía . Id., a 854-855.
IV.
En cuanto a la parte de la opinión dominante que no fuera sostenida por los jueces
Powell y Blackmun, la pluralidad sostuvo
que la Primer Enmienda no prohibe [*40] todas las regulaciones gubernamentales
que dependen del contenido de la
expresión. Id., en 742-743. Consecuentemente, la disponibilidad de protección
constitucional para un monólogo vulgar y
ofensivo dependía del contexto de la transmisión. Id., en 744-748. En base a la
premisa que sostiene que “de todas las
formas de comunicación” la radiodifusión había recibido la protección de la Primer
Enmienda más restringida, id., en
748-749, la Corte arribó a la conclusión de que la facilidad con la que los niños
pueden acceder a las transmisiones “unidas
a las preocupaciones reconocidas en Ginsberg”, justificó el tratamiento de
radiodifusión indecente. Id., en 749-750.
V.
En el caso de Southeastern Promotions, Ltd. [*43] c/ Conrad, 420 U.S. 546, 557
(1975) se observó que “cada medio de
expresión . . . puede presentar sus propios problemas”. Así, algunos de nuestros
casos han reconocido justificaciones
especiales para la regulación de los medios de radiodifusión que no se aplican a
otras personas que transmiten de
información - ver Red Lino Broadcasting Co. c/ FCC, 395 U.S. 367 (1969) ; FCC c/
Pacifica Foundation 438 U.S. 726 (1978).
En estos casos, la Corte se basó en la historia de la extensa regulación
gubernamental aplicada al medio de radiodifusión -
ver, por ej. Red Lion, 395 U.S., en 399-400 - la escasez de frecuencias disponibles
en sus comienzos - ver, por ej., Turner
Broadcasting System, Inc. c/ FCC, 512 U.S. 622, 637-638 (1994)- y su naturaleza
“invasiva” - ver Sable Communications of
Cal., Inc. c/ FCC, 492 U.S. 115, 128 (1989).
Se ha distinguido el caso Pacifica, en Sable, 492 U.S., en 128, sólo en cuanto a este
fundamento. En Sable, una empresa
dedicada a ofrecer mensajes telefónicos grabados con orientación sexual
(popularmente conocidos como “dial-a-porn”)
cuestionó la constitucionalidad de una enmienda a la Ley de Comunicaciones que
imponía una prohibición genérica sobre
mensajes telefónicos obscenos con fines comerciales que se transmitían a nivel
interestatal. Se sostuvo que la legislación
era constitucional en tanto y en cuanto la misma se aplicaba a mensajes obscenos,
sin embargo la misma era inválida
cuando se la aplicaba a mensajes indecentes. Al intentar justificar la prohibición
absoluta y la criminalización de los
mensajes telefónicos indecentes con fines comerciales, el Gobierno se basó en el
caso Pacifica arguyendo que la
prohibición era necesaria para prevenir el acceso de los menores a dichos mensajes.
Se acordó que “existe un interés
perentorio en proteger el bienestar físico y sicológico de los menores” que se
extendió a protegerlos de mensajes
indecentes que no son obscenos para los estándares de los adultos, 492, U.S., en
126, pero se distinguió la “ratificación
enfáticamente ajustada”, en Pacífica porque la misma no involucraba una
prohibición absoluta e implicaba un medio
diferente de comunicación, id., en 127. Se explicó [*46] que “el sistema de ‘disque
ya’ exige que el oyente actúe
afirmativamente para recibir la comunicación :. Id., en 127-128. “Efectuar una
llamada telefónica”, continuamos, “no es lo
mismo que encender una radio y ser tomado por sorpresa por un mensaje
indecente”. Id., en 128.
VI
Sin tener en cuenta si la CDA es tan ambigua que viola los preceptos de la Quinta
Enmienda, la numerosas ambigüedades
relacionadas con el alcance de su cobertura la vuelven problemática a los fines de la
Primer Enmienda. Por ejemplo, cada
una de las dos partes de la CDA emplea una forma lingüística diferente. La primera
emplea la palabra “indecente’, 47
U.S.C.A. @223(a) (Supp. 1997), en tanto que la segunda se refiere al material que
“en el contexto, detalla o describe, en
términos evidentemente ofensivos - según se los califique en base a los estándares
de la comunidad contemporánea -
actividades u órganos sexuales o excretores”, @223(d). Dada la ausencia de una
definición para cada uno de los términos,
n35 esta diferencia en el lenguaje provocará dudas entre los encargados de
emplearlas respecto de cómo los dos
estándares se relacionan [*48] entre si n36 y cuál es exactamente su significado.
n37 ¿Podría un orador asumir con
confianza que un debate serio acerca de las prácticas del control de la natalidad, la
homosexualidad, los aspectos de la
Primer Enmienda planteados en el Apéndice con respecto a nuestra opinión en el
caso Pacífica o las consecuencias de las
violaciones en prisión no violarán las disposiciones de la CDA ? Esa duda socava la
hipótesis de que la CDA ha sido
desarrollada con esmero con el objetivo por parte del Congreso de proteger a los
menores de materiales potencialmente
nocivos.
La afirmación por parte del Gobierno es incorrecta como una cuestión de hecho
[*51]. El segundo postulado de la prueba de
Miller - el supuesto estándar análogo – incluye un requisito clave que se omite en la
CDA : que el material proscrito sea
“definido específicamente por la ley estatal vigente”. Este requisito reduce la
ambigüedad inherente de la expresión abierta
“evidentemente ofensivo” según se emplea en la CDA. Incluso, la definición Miller
se limita a la “conducta sexual”, en tanto
que la CDA la extiende también para incluir (1) “actividades de excreción” al igual
que (2) “órganos” tanto de naturaleza
sexual como excretora.
A diferencia del caso Miller y de los demás casos anteriores, la CDA representa una
mayor amenaza de censura sobre la
libre expresión que, de hecho, supera los alcances de la ley. Dados los límites
imprecisos de cobertura de la ley, la misma
sin lugar a dudas silencia a algunos de los ciudadanos cuyos mensajes tendrían
derecho a estar protegidos
constitucionalmente. Dicho peligro provee más motivos para insistir que la ley no
sea demasiado amplia. La carga de la
CDA sobre la expresión protegida no puede justificarse si la misma pudiera evitarse
por medio de una ley redactada con
más esmero.
VII
Es cierto que en repetidas ocasiones hemos reconocido el interés por parte del
gobierno de proteger a los niños contra el
material nocivo. Ver Ginsberg, 390 U.S., en 639 ; Pacifica, 438 U.S., en 49. Pero
dicho interés no justifica una extensa e
innecesaria eliminación de las expresiones dirigidas a los adultos. Como se ha
explicado, el Gobierno puede “no limitar la
población adulta . . . a . . . sólo lo que es apto para los niños”. Denver, 518 U.S., en
(slip op., en 29) (se omiten las comillas
internas) (se cita Sable, 492 U.S., en 128). n40 “A pesar del fuerte interés
gubernamental” por la protección de los niños, “el
nivel de las expresiones enviadas a una casilla de correo no puede simplemente
limitarse a aquellas adecuadas para un
arenero”. Bolger [*55] c/ Youngs Drug Products Corp., 463 U.S. 60, 74-75 (1983).
VIII
En un intento por reducir los aspectos de la CDA que violan los derechos
constituciones de libre expresión, el Gobierno
adelanta tres argumentos adicionales para sostener las prohibiciones afirmativas de
la Ley : (a) que la CDA es
constitucional porque deja abiertos amplios “canales alternativos” de
comunicación ; (2) que el simple significado de los
requisitos de “conocimiento” y “persona específica” restringe de manera
significativa sus legítimas aplicaciones ; y (3) que
las prohibiciones de la Ley “casi siempre” se limitan a material que carece de un
valor social compensatorio.
Por último, no hallamos un fundamento textual para la aceptación del Gobierno que
sostiene que el material con valor
científico, educativo u otro valor social compensatorio necesariamente quedará
fuera de las prohibiciones “evidentemente
ofensivas” e “indecentes” de la CDA. Ver también n.37, supra.
IX
Los tres argumentos restantes del Gobierno [*65] se centran en las defensas
previstas en @ 223 (e) (5). n46 En primer
lugar, al fundamentarse en la disposición que sostiene “acciones adecuadas,
efectivas, razonables y de buena fe”, el
Gobierno sugiere que la implementación de “identificación” provee una defensa
que salva la constitucionalidad de la Ley. La
sugerencia asume que los transmisores pueden codificar sus comunicaciones
indecentes de alguna forma como para
advertir acerca de su contenido y así permitir a los receptores bloquear la recepción
desde sus computadoras empleando el
software adecuado. El requisito de la efectiva presencia de un acto de buena fe es lo
que convierte esta defensa en algo
ilusorio. El Gobierno reconoce que el software de “screening” (calificador de
categorías de información) e identificación
propuesto no existe en la actualidad. Incluso cuando existiese, no habría modo de
saber si el receptor potencial bloquearía
en realidad el material codificado. Como es imposible saber si todos los tutores de
menores en los Estados Unidos se
encargan de buscar la “identificación”, quien transmite estas comunicaciones no
podría de un modo razonable confiar en
que el tutor “efectivamente” así lo haga.
En cuanto al segundo y tercer argumento relativos a las defensas – la cuales
consideramos en conjunto – el Gobierno
confía en la última mitad de @ 223(e)(5), la cual se aplica cuando quien transmite
ha restringido acceso al solicitar el uso
de una tarjeta de crédito verificada o de identificación de adulto. Dicha verificación
no sólo está tecnológicamente disponible
sino que en realidad es empleada por los proveedores comerciales de material
sexualmente explícito. Estos proveedores,
por lo tanto, estarían protegidos por la defensa. Sin embargo, según hallazgos del
Tribunal de Primera Instancia, no es
económicamente posible para la mayoría de los difusores no comerciales emplear
dicha verificación. En consecuencia, esta
defensa no reduciría significativamente la carga de la legislación sobre las
expresiones no comerciales. Incluso con relación
a los profesionales dedicados a la pornografía comercial que estarían protegidos por
la defensa, el Gobierno no logró aducir
ninguna prueba de que estas técnicas de verificación en realidad evitan que los
menores puedan pasar por adultos. n47
Dado que el riesgo de sanciones penales “se bate sobre cada proveedor de material
con contenido, como la proverbial
espada de Damocles”, n48 el Tribunal de Primera Instancia correctamente rechazó
confiar en tecnologías futuras que no
pueden ser verificadas con el fin de salvar la ley. Así, el Gobierno no pudo probar
que la defensa presentada [*67] reduciría
significativamente la pesada carga sobre la expresión adulta que genera la
prohibición sobre las exhibiciones ofensivas.
En el caso Sable 492 U.S., en 127, subrayamos que la restricción sobre la expresión
en cuestión implicaba tomar una
decisión exagerada en relación con tema. La CDA, al ensombrecer aún más la
libertad de expresión, amenaza con socavar
rofundamente los derechos de gran segmento de la comunidad de la Internet.
X
En el debate oral, el Gobierno se basó firmemente en su posición alternativa : si
esta Corte debería concluir que [*68] la
CDA no está lo suficientemente adaptada, exhortó a que deberíamos salvar la
constitucionalidad de la ley honrando la
cláusula de divisibilidad de la ley, ver 47 U.S.C. @608, e interpretar los términos
que se mantengan dentro de la misma en
forma estricta. Sólo en un aspecto es este argumento aceptable.
Por lo tanto, este caso es distinto de aquellos en los que hemos interpretado una ley
en forma estricta porque el texto u
otra intención del Congreso identificaba una clara línea que este Tribunal podía
demarcar. Cf., por ej., Brockett, 472 U.S., en
504-505 (invalidando un estatuto sobre obscenidad en la medida en que la palabra
“lascivia” fuese realmente o en forma
efectiva apartada de la ley) ; United States c/ Grace, 461 U.S. 171, 180-183 (1983)
(invalidaba la ley federal que prohibe la
exhibición expresiva sólo en tanto y en cuanto se extienda a las aceras públicas
[*71] cuando se puede delimitar
claramente las aceras y otras zonas que concordaban con el fin del Congreso de
proteger el edificio, los jardines y la gente
que lo habitaba). Sin embargo, es aplicable nuestro fallo en United States c/
Treasure Employees, 513 U.S. 454, 479, n. 26
(1995). En dicho caso, declinamos “demarcar una o más líneas entre categorías de
expresión protegidas por una ley
extremadamente amplia, cuando el Congreso ha enviado señales confusas respecto
de dónde debería marcarse la nueva
línea o líneas” porque el hacerlo “ involucraría una invasión de hecho más grave
sobre el dominio legislativo”. n49 Esta Corte
“no volverá a redactar . . . una ley para adaptarla a los requisitos constitucionales”.
American Booksellers, 484 U.S., en 397.
n50
XI
Nuestros casos ponen en claro que una ley de “zonificación” es válida sólo si los
adultos aún pueden tener acceso a las
expresiones sujetas a regulación. Si no lo pueden hacer, la ley hace algo más que
simplemente mantener a los menores
alejados de las expresiones a las que no tienen derecho de acceder – interfiere con
los derechos de los adultos de obtener
expresiones constitucionalmente protegidas y efectivamente “limita a la población
adulta . . . a leer sólo lo que es apto para
los menores”. Butler c/Michigan, 352 U.S. 380, 383 (1957). La Primer Enmienda
no tolera dicha interferencia. Ver id., en
383 (anulación de una ley penal de Michigan que prohibía la venta de libros – a
menores o adultos – que incluyesen
palabras o imágenes que “tendían a . . . . corromper la moral de la juventud”) ;
Sable Communications supra (invalidar una
ley federal que convertía en delito la transmisión de mensajes telefónicos
comerciales indecentes, pero no obscenos, a
menores y adultos) ; Bolger c/ Youngs Drug Products Corrp., 463 U.S. 60, 74
(1983) (anulación de una ley federal que
prohibía el envío por correo de publicidades no solicitadas de anticonceptivos). Sin
embargo, si la ley no restringe en forma
indebida el acceso por parte de adultos a expresiones constitucionalmente
protegidas, esta podrá ser válida. En Ginsberg c/
Nueva York [*78], 390 U.S. 629, 634 (1968), por ejemplo, la Corte sostuvo que
una ley de Nueva York que prohibía a los
propietarios de tiendas vender revistas pornográficas a menores en parte porque los
adultos aún podían comprar esas
revistas.
La Corte, en el caso Ginsberg, concluyó que la ley de Nueva York creaba una zona
de adultos constitucionalmente
adecuada simplemente porque, a simple vista, prohibía sólo el acceso de menores.
La Corte no cuestionó – y por lo tanto
necesariamente asumió – que una zona de adultos, una vez creada, sería efectiva
para preservar el acceso de adultos a las
expresiones sujetas a regulación, en tanto que negaba el de menores. Hasta la fecha
no había ningún motivo para
cuestionar este criterio, ya que la Corte había considerado previamente sólo leyes
que operaban en el mundo físico, un
mundo que tiene dos características que hacen posible crear “zonas de adultos :
geografía e identidad. Ver Lessig, Leer la
Constitución en el Ciberespacio, 45 Emorey L.J. 869, 86 (1996). Un menor puede
ver un espectáculo de baile de adultos
sólo si ingresa en un establecimiento que ofrece dicho espectáculo. Y si intentase
ingresar, el menor no podría ocultar
completamente su identidad ( o por consiguiente su edad). Así, las características
idénticas de geografía e identidad
permiten [*79] al propietario del establecimiento evitar el ingreso de menores y sin
embargo permitir el de adultos.
El mundo electrónico es fundamentalmente diferente. Debido a que el mismo sólo
consiste en la interconexión del vías
electrónicas, el ciberespacio permite a quienes transmiten información y a los
receptores de la misma ocultar sus
identidades. Indudablemente, el ciberespacio refleja cierta forma de geografía : chat
rooms y Web sites, por ejemplo existen
en “localidades” fijas en la Internet. Los usuarios pueden transmitir y recibir
mensajes en la Internet sin revelar nada acerca
de su identidad o edad, ver Lessig, supra, en 901, sin embargo no es posible en la
actualidad prohibir a personas el acceso
a ciertos mensajes por razón de su identidad.
La analogía con Ginsberg no se sostiene, sin embargo, cuando hay más de un adulto
en la conversación. Si un menor
ingresa en un chat room que está ocupado por adultos, la CDA efectivamente exige
que los adultos en el room dejen de
emplear expresiones indecentes. Si no lo hacen podrían estar sujetos a acción legal
de conformidad con las disposiciones
[*85] de “transmisión de indecencia” y “ persona específica” por toda declaración
indecente que efectúen al grupo ya que los
mismos estarían transmitiendo un mensaje indecente a personas específicas una de
las cuales sería un menor. Acuerdo
ante, en 30. La CDA es por lo tanto semejante a una ley que califica de delito a la
venta de revistas pornográficas por parte
del propietario de una librería a cualquier persona una vez que un menor ingresa en
su tienda. Incluso al asumir que dicha
ley podría ser constitucional en el mundo físico como una alternativa razonable de
excluir a los menores completamente de
la tienda, ante la ausencia de cualquier medio de excluir menores de chat rooms en
el ciberespacio entonces restringe los
derechos de los adultos a participar en una conversación indecente en dichos
espacios. Las dos disposiciones de
“transmisión de indecencia” y “persona específica” comparten esta falencia.
Pero estas dos disposiciones no infringen la expresión de los adultos en todas las
situaciones. Y según se debate a
continuación, en mi opinión no creo que las disposiciones sean capaces de ser
aplicadas para castigar a la gente por
expresiones constitucionalmente protegidas en el sentido de que las mismas
restringen el acceso de menores a una
cantidad sustancial de expresiones que los menores tienen derecho a leer y ver.
Consecuentemente, la CDA puede
aplicarse constitucionalmente en algunas situaciones. Normalmente, este hecho
requeriría que la Corte rechazara una
impugnación prima facie directa. [*86] United States c/ Slaerno, 481 U.S. 739, 745
(1987) (“Una impugnación prima facie a
una Ley legislativa (sólo tiene éxito si) quien la impugna . . . establece que no
existen circunstancias bajo las cuales la Ley
sería válida”). Sin embargo, la demanda de las partes contra quienes se presenta la
apelación surge de conformidad con la
Primer Enmienda, y ellos argumentan que la CDA es prima facie inválida porque
“substancialmente es susceptible de ser
aplicada para castigar a personas por expresiones protegidas por la Constitución”,
Forsyth County c/ Nationalist Movement,
505 U.S. 123, 130 (1992). Ver Sumario para Appellees American Library
Association et al. 48 ; Sumario para Appellees
American Civil Liberties Union et al 39-41. Convengo con la Corte que las
disposiciones son lo suficientemente factibles de
ser aplicadas para castigar a personas por expresiones protegidas por la
Constitución ya que las mismas cubren todas y
cada una de las comunicaciones entre adultos y menores sin considerar cuántos
adultos podrían ser parte de la audiencia
en la comunicación.
Sin embargo esta conclusión no da por terminado el tema. En cuanto, como en este
caso “las partes que impugnan la ley
son aquellas que desean participar en expresiones protegidas que la ley aparenta
castigar . . . la ley puede ser declarada
sin dilación inválida en la medida en que se extienda demasiado [*87], pero de otro
modo será dejada intacta”. Brockett c/
Spokane Arcades, Inlc, 472 U.S. 491, 504 (1985). No hay dudas de que el Congreso
intentó prohibir ciertas comunicaciones
entre un adulto y uno o más menores. Ver 47 U.S.C. A. @223 (a)(1)(B) (Mayo
1996 Supp.) (castigar “a quienquiera . . . que
inicia la transmisión de [cualquier comunicación indecente ] con conocimiento de
que el receptor de la comunicación es
menor de 18 años”) ; @223(d)(1)(A) (castigar “a quienquiera . . . que envía a una
persona específica o a personas menores
de 18 años [un mensaje evidentemente ofensivo]”) . Asimismo, sin lugar a dudas, el
Congreso hubiera promulgado una
versión más estricta de estas disposiciones si hubiera sabido que una versión más
amplia sería declarada inconstitucional.
47 U.S.C. @ 608 (“Si . . . la aplicación [de alguna de las disposiciones de la CDA]
a una persona o circunstancia es
sancionada como inválida, . . . la aplicación de dicha disposición a otras personas o
circunstancias no se verá afectada por
la misma”). Por lo tanto hago lugar a las disposiciones de “transmisión de
indecencia” y de “persona específica” en la
medida en que se apliquen a la transmisión de comunicaciones de Internet en donde
la parte que inicia la comunicación
sabe que [*88] todos los receptores son menores.
II
No niego esta posibilidad, pero para tener prioridad en una impugnación “prima
facie”, no es suficiente que una parte actora
demuestre “cierta” violación a los derechos a la libre expresión garantizados por la
Constitución. Nuestros casos exigen una
prueba “real” y “substancial” de violación a los derechos a la libre expresión
garantizados por la Constitución, Broadrick c/
Ockalhoma, 413 U.S. 601, 615 (1973), y las partes a quienes se dirige la apelación
no han asumido su responsabilidad en
ste caso [*90]. En mi opinión, el universo de la expresión constitucionalmente
protegida para los menores pero prohibida por
la CDA – es decir, el universo de material que es “evidentemente ofensivo” pero
que sin embargo posee cierto valor
compensador para los menores o que no apela a su interés libidinoso – es muy
pequeño. Las partes a quienes se dirige la
apelación no citan ejemplos de expresiones que quepan dentro de este universo y no
intentan explicar porqué dicho
universo es substancial “en relación con el evidente y legítimo alcance de la ley”.
Ibid. Que la CDA pueda negar a menores
el derecho a obtener material que tiene algún “valor”, ver ante, en 32-33, en gran
parte no viene al caso. Aún cuando los
debates acerca de la violación en prisión o el desnudo en el arte, ver ibid., puedan
tener algún valor educativo compensante
para los adultos, ellos no necesariamente tienen que tener esos valores para los
menores, y de acuerdo con el caso
Ginsberg, los menores sólo gozan el derecho, bajo la Primer Enmienda, a obtener
material evidentemente ofensivo que
posea “una importancia social compensante para los menores”, 390 U.S., en 633 (se
agregó énfasis). Tampoco existen
pruebas en autos para defender la afirmación de que “muchas transmisiones vía
correo [electrónico] de un adulto a u n
menor son conversaciones entre miembros de una familia”, [*91] ante, en 18, n. 32,
y no se sustenta la proposición legal de
que dicha expresión es absolutamente inmune a la regulación. Consecuentemente,
en mi opinión la CDA no cubre un
número substancial de expresiones contra las cuales los menores están
constitucionalmente protegidos.
n2- El Tribunal efectuó 410 hallazgos, entre los que se incluyen 356 párrafos de las
estipulaciones de las partes y 54
hallazgos basados en las pruebas recibidas en el tribunal abierto. Ver 929 F. Supp.
A 830, n. 9, 842, n.15.
N9- ”La publicación en la Web es suficientemente simple como para que miles de
usuarios y pequeñas organizaciones
comunitarias la utilicen para publicar sus propias “home pages” personales ; el
equivalente a notas individualizadas sobre
dicha persona u organización, disponible para cualquiera conectado a la Web.” Id.,
en 837 (hallazgo 42).
“Al menos algunas, aunque no todas, las organizaciones no comerciales, tales como
la ACLU, Stop Prisioner Rape o
Critical Path AIDS Project, consideran que cobrar a los receptores de mensajes por
tener acceso a su información va en
contra de su objetivo de lograr que ese material esté a disposición de un público
muy vasto sin cargo alguno. “Existen
pruebas que sugieren que los usuarios adultos, y en particular los que “pasean” por
la Web, se sentirían desalentados al
recabar información que exigiera la utilización de una tarjeta de crédito o una
palabra clave. Andrew Anker declaró como
testigo que HotWired había recibido muchas quejas de sus miembros a causa del
sistema de registro de HotWired, que lo
único que exigía era que un miembro suministrara un nombre, un domicilio de e-
mail y una palabra clave que él mismo
hubiera creado. Los proveedores de información comercial están preocupados por
la posibilidad de que las exigencias de
verificación de edad disminuyan la publicidad y la recaudación, puesto que las
personas que hacen publicidad necesitan
constatar que los sites están disponibles para una gran cantidad de personas y que se
los visita con frecuencia.”
N24- Ver Enmienda Exon Número 1268, 141 Cong. Rec. S8120 (9 de junio de
1995). También ver id., en S8087. Esta
enmienda, una vez revisada, se convirtió en @ 502 de la Ley de Comunicaciones de
1996, 110 Stat. 133, 47 U.S.C.A. @@
(a)-(e) (Sup. 1997). Algunos miembros de la Cámara de Representantes se
opusieron a la Enmienda Exon puesto que
consideraban que “con los productos disponibles en el sector privado ahora los
padres podrían armar las computadoras
familiares a prueba de niños”. Asimismo, consideraron que el modo de encarar el
tema por parte del Senado “implicaría el
gasto de importantes sumas de dinero por parte del Gobierno Federal para tratar de
definir términos elusivos que
conducirán a una inundación de recusaciones legales mientras que nuestros niños
quedan desprotegidos.” Dichos
miembros ofrecieron una enmienda para substituir la Enmienda Exon, pero en
cambio se la sancionó como un artículo
adicional de la ley titulado “Online Family Empowerment”. No se celebraron
sesiones en relación con las disposiciones que
se convirtieron en ley. Ver. S. Rp. Número 104-23 (1995), p. 9. No obstante, luego
de que el Senado adoptara la enmienda
Exon, la Comisión Judicial celebró una audiencia de un día de duración sobre
“Cyberporn and Children” (La ciberpornografía
y los niños). En su presentación preliminar en dicha audiencia, el Senador Leahy
observó lo siguiente :
“ (5)Es una defensa frente a la acusación conforme al inciso (a)(1)(B) o (d) de este
artículo, o conforme al inciso (a)(2) de
este artículo en relación con el uso de una instalación para alguna actividad
contemplada en el inciso (a)(1)(B) de este
artículo que una persona...
“(A) haya actuado de buena fe, en forma efectiva, razonable y apropiada bajo las
circunstancias para restringir o evitar el
acceso por parte de menores a una comunicación especificada en dichos incisos,
que pueden involucrar una medida
apropiada para restringir el acceso de menores a dichas comunicaciones, incluyendo
cualquier método viable en virtud de la
tecnología existente ; o
N27 American Civil Liberties Union ; Human Rights Watch ; Electronic Privacy
Information Center ; Electronic Frontier
Foundation ; Journalism Education Association ; Computer Profesionals for Social
Responsibility, National Writers Union ;
Clarinet Communications Corp. ; Institute for Global Communications ; Stop
Prisioner Rape ; AIDS Education Global
Information System ; Bibliobytes ; Queer Resources Directory ; Critical Path AIDS
Project, Inc. ; Wildcat Press, Inc. ;
Declan McCullagh dba Justice on Campus ; Brock Meeks dba Cyberwire Dispatch ;
John Troyer dba The Safer Sex Page ;
Jonathan Wallace dba The Ethical Spectacle ; y Planned Parenthood Dederation of
America, Inc. (31)
N30- Ver también 929 F. Sup. En 877 : “Cuatro características relacionadas de las
comunicaciones por Internet revisten
una importancia trascendental para nuestra postura coincidente respecto de que la
CDE es inconstitucional a simple vista.
Explicamos estas características en nuestros Hallazgos de hechos antes
mencionados, y aquí sólo me referiré a ellos
sucintamente. En primer lugar, Internet presenta muy pocas barreras para el
ingreso. En segundo lugar, estas barreras al
ingreso son idénticas tanto para el que transmite el mensaje como para aquel que lo
recibe. En tercer lugar, como resultado
de estas mínimas barreras, en Internet puede obtenerse una diversidad asombrosa de
material. En cuarto lugar, Internet
proporciona un acceso significativo a todos los que desean expresarse a través de
ese medio, y hasta crea una paridad
relativa entre aquellos que transmiten mensajes”. Según el Juez Dalzell, estas
características sumadas a los hallazgos del
Tribunal de Primera Instancia “llevan a la conclusión de que el Congreso no puede
regular en absoluto la indecencia en
Internet”. Ibid. Puesto que la parte a la que se le dirige la apelación no plantea este
argumento ante este Tribunal, el mismo
no se pone a consideración. La parte a la cual se le dirige la apelación no niega que,
por lo general, el Gobierno tiene un
gran interés en proteger a los menores de los discursos “indecentes” y “obviamente
ofensivos”.
N31- 390 U.S. en 639. Citamos de Prince c/Massachusetts, 321 U.S. 158, 166
(1944) : “Es de vital importancia que la
custodia, el cuidado y la nutrición del niño esté en manos de los padres, cuya
libertad y función principal incluyen la
preparación para asumir obligaciones que el estado no puede proveer ni evitar.”
N32- Puesto que es muy probable que la mayoría de las transmisiones por e-mail
que se establecen entre un adulto y un
menor son conversaciones entre miembros de una familia, sería incorrecto por parte
de la oposición sugerir que las
disposiciones de la CDA, incluso en su sentido más restringido, “no difieren de la
ley ratificada en Ginsberg.” Post, en 8.
N36- Ver Gozlon-Peretz c/ Estados Unidos, 498 U.S. 395, 404 (1991) (“Cuando el
Congreso incluye un lenguaje particular
en un artículo de una ley pero lo omite en otro artículo de esa misma ley, por lo
general se presume que el Congreso actúa
de forma intencional e intencionada en la inclusión y la exclusión”) (se omiten los
signos internos que identifican las citas”.
N38- Si bien la palabra “trunk”, fuera de contexto, puede referirse a una pieza de
equipaje, a un traje de baño, a la base de
un árbol o a la nariz larga de un animal, su significado es claro cuando se refiere a
un postulado de una descripción
tripartita de una especie animal.
N40- Accord, Butler c/ Michigan, 352 U.S. 380, 383 (1957) (la prohibición de
venta a adultos de libros presumiblemente
dañinos para los niños es inconstitucional). Sable Communications of Cal., Inc. C/
FCC, 492 U.S. 115, 128 (1989) (la
prohibición de los mensajes “dial-a-porn” es inconstitucional) ; Bolger v. Youngs
Drug Products Corp., 463 U.S. 60, 73
(1983) (la prohibición de enviar material de publicidad no solicitado sobre anti-
conceptivos es inconstitucional).
N41- La falta de atención legislativa respecto de la ley en tratamiento en Sable
sugiera otra paralela con este caso.
Comparar 492 U.S., en 1129-130 ("Fuera de las conclusiones durante el debate
entre los que propusieron el Proyecto de
Ley, al igual que aseveraciones similares en audiencias respecto de un proyecto de
ley substancialmente idéntico el año
anterior...el registro del congreso presentado no contiene pruebas respecto de la
efectividad o inefectividad de las
regulaciones más recientes de la FCC...Ningún miembro del Congreso ni ningún
Senador intentó presentar un juicio
sopesado respecto de la frecuencia o la medida en que los menores pueden o
podrían evitar las normas y tener acceso a
los mensajes de “dial-a-porn”. Con n.24, supra.
N45- Cita de Church of Lukumi Babalu Aye, Inc. c/ Hialeah, 508 U.S. 520 (1993),
entre otros casos, la parte apelante
ofrece una razón adicional por la cual, según su punto de vista, la CDA carece de
escrutinio estricto. Puesto que la
información con contenido de sexo explícito se origina en el exterior, ellos
argumentan que la CDA no puede ser “efectiva”.
Brief for Appellees American Library Association et al. 33-34. Esta postura origina
temas difíciles en relación con el alcance
buscado y permitido de la aplicación extraterritorial de la CDA. Consideramos
innecesario abordar esos temas en relación
con este caso.
N49- En este Tribunal se explicó lo siguiente hace tiempo, “Sería sin duda
peligroso si la Legislatura pudiera instalar una
red lo suficientemente grande como para poder atrapara a todos los posibles
transgresores y permitir que los tribunales
dieran un paso al costado y decidir quién podría quedar legalmente detenido y quién
no. En alguna medida, ello substituiría
al poder judicial por el poder legislativo del gobierno.” Estados Unidos c/ Reese, 92
U.S. 214, 221 (1876). En parte en virtud
de esta separación de poderes hemos sostenido que la cláusula de divisibilidad
“constituye simplemente una ayuda y no
una orden inexorable”. Dorchy c/ Kansas, 264 U.S. 286, 290 (1924). (72) n50 ver
también Osborne c/ Ohio, 495 U.S. 103,
121 (1990) (la reformulación judicial de las leyes derogaría el “incentivo del
Congreso de diseñar una ley a medida en primer
lugar”.)
n1- Ver. Ej. Alaska Stat. Ann ¶ 11.66.300 (1996) (no se admiten menores en
lugares de “entretenimiento para adultos”) ;
Ariz. Rev. Stat. Ann ¶ 13-3556 (1989) (no se admiten menores en los lugares donde
los adultos se exhiben) ; Ark. Code
Ann. @@ 5-27-223, 5-27-224 (1993) (no se admiten menores en bares ni en
pools) ; Colo. Rev. Stat. @ 18-7-502(2) (1986)
(no se admiten menores en lugares en los que se exhiban películas o espectáculos
que sean “dañinos para los niños” ; Del.
Code Ann., Titl, 11, @ 1365 (i)(2) (1995) (igual) ; D.C.Code Ann. @ 22-2001 (b)
(1)(B) (1996) (igual) ; Fla Stat. ¶ 847.013(2)
(1994) (igual) ; Ga. Code Ann. @16-12-103(b) (1996) (igual) ; Haw. Rev. Stat @
712-1215(1)(b) (1995) (no se admiten
menores en lugares en los que se exhiban películas o espectáculos que sean
“dañinos para los niños”) ; La. Rev. Stat.
Ann.@ 14 :91.11(B) (West 1986) (no se admiten menores en los lugares en los que
se exhiben películas que describen
actos sexuales o que apelan a los intereses lascivos de los menores) ; Md. Ann.
Code, Art. 27, ¶ 416E (1996) (no se
permiten menores en lugares donde se realizan o se exhiben ciertos actos
enumerados) ; Mich. Comp. Laws ¶ 750.141
(1991) (no se permiten menores sin la presencia de un adulto en lugares donde se
vende alcohol) ; Minn. Stat ¶ 617.294
(1987 y Supp. 1997) (no se admiten menores en lugares en los que se exhiban
películas o espectáculos que sean “dañinos
para los niños”) ; Nev. Rev. Stat. @ 201.265(3) (1997) (igual) ; N.H.Rev. Stat.
Ann. ¶ 571-B :2(II) (1986) (igual) ;N.M.Stat
Ann. @ 30-37-3 (1989) (igual) ; N.Y. Penal Law ¶ 235.21(2) (McKinney 1989)
(igual) ; N.D.Cent. Code ¶ 12.1-27.1-03 (1985 y
Suupp. 1995) (igual) ; 18 Pa. Cons. Stat. ¶ 5903 (a) (Sup. 1997) (igual) ; S.D.
Comp. Laws Ann. ¶ 22-24-30 (1988) (igual) ;
Tenn. Code Ann. ¶ 39-17-911(b) (1991) (igual) ; Vt. Stat. Ann., Tit. 13, ¶ 2802(b)
(1974) (igual) ; Va. Code Ann. @18.2-391
(1996) (igual). (76).
N2 Ver ej. Ala. Code ¶ 13A-12-200.5 (1994) ; Ariz. Rev. Stat. Ann. ¶ 13-3506
(1989) ; Ark. Codoe Ann. 5-68-502 (1993) ;
Cal. Penal Code Ann. ¶ 313.1 (West Supp. 1997) ; Colo. Rev. Stat. ¶ 18-7-502(1)
(1986) ; Conn. Gen. Stat. ¶ 53a-196
(1994) ; Del. Code ann., Titl. 11, @ 1365(i)(1) (1995) ; D.C. Code Ann. @ 22-
2001(b)(1)(A) (1996) ; Fla.Stat. ¶847.012
(1994) ; Ga.Code Ann. @ 16-12-103(a) (1996) ; Haw. Rev. Stat. ¶ 712-1215(1)
(1994) ; Idaho Code @ 18-1515(1) (1987) ; Ill.
Comp. Stat. Ch. 720, ¶ 5/11-21 (1993) ; Ind. Code @ 35-49-3-3(1) (Sup. 1996) ;
Iowa Code @728.2 (1993) ; Kan. Stat. Ann.
@ 21-4301c(a)(2) (1988) ; La. Rev. Stat. Ann.@ 14 :91.11(B) (West 1986) ; Md.
Ann. Code, Art. 27, ¶ 416B (1996) ; Mass.
Gen. Laws, ch. 272, @ 28 (1992) ;Min Stat. @ 617.293 (1987 y sup. 1997) ; Miss.
Code Ann. ¶ 97-5-11 (1994) ; Mo. Rev.
Stat. @ 573.040 (1995) ; Mont. Code Ann ¶ 45-8-206 (1995) ; Neb. Rev. Stat. ¶ 28-
208 (1995) ; Nev. Rev. Stat ¶¶
201.265(1), (2), (1997) ; N.H.Rev.Stat. Ann. @ 571-B :2(1) (1986) ; N.M.Stat.
Ann. @ 14-190.15(a) (1993) ; N.D.Cent. Code
@ 12.1-27.1-03 (1985 y Supp. 1995) ; Ohio Rev. Code Ann. @ 2907.31(A)(1)
(Supp. 1997) ; Okla Stat., Tit. 21, @
1040.76(2) (Sup. 1997) ; 18 Pa. Cons. Stat. @ 5903(c) (Sup. 1997) ; R.I.Gen. Laws
¶ 11-31-10(a) (1996) ; S.C.Code Ann. @
16-15-385(A) (Sup. 1996) ; S.D.Comp. Laws Ann. @ 22-24-28 (1988) ; Tenn.
Code Ann. @ 39-17-911(a) (1991) ; Tex Penal
Code Ann. @¶ 43.24(b) (1994) ; Utah Code Ann. @ 76-10-1206(2) (1995) ; Vt.
Stat. Ann., Tit. 13, ¶ 2802(a) (1974) ; Va.
Code ann. @ 18.2-391 (1996) ; Wash. Rev.Code @¶ 9.68.060. (1988 y Supp. 1997)
; Wis. Stat. @ 948.11(2) (Supp. 1995).
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