La Libertad de Elegir
La Libertad de Elegir
La Libertad de Elegir
Te convoco a salir del refugio emocional donde te escondes de la vida, para conectarte con tus propias
respuestas, superando los desacuerdos en nuevos acuerdos conducentes, para un viaje a la Libertad.
“Como pienses la vida, la vida será”
Comencé a pensar en este taller hace meses. Empecé entusiasmada, compartí algunas ideas, me alentaron a seguir y
sin embargo, por algún motivo, me volví a paralizar y lo abandoné.
Me sentía miserable. Tenía todos los recursos y no disponía de ninguno.
Hoy te lo comparto, en construcción constante, llorado y reído. Vivido en cada palabra. Te lo comparto con el
propósito de acercarte mi experiencia para que te animes a conocer tu miedo y lo trasciendas y así puedas elegir vivir
tu vida en Libertad.
Mientras escribía este taller surgieron muchas preguntas, y dos de ellas, ineludibles que te comparto para que te
animes a recorrer:
¿Cuál es mi miedo?
¿Qué es la libertad para mí?
A los 14 mi mamá me enseñó a manejar. Cuando me subí por primera vez al asiento del conductor de la Peugeot
roja, recuerdo que me dijo varias cosas, no las retuve, excepto una: cuando estamos al volante solemos tener un
punto ciego. Este se encuentra habitualmente a la derecha y atrás. Cuando otro auto se coloca a esa altura,
posiblemente no lo veamos y se suelen producir accidentes.
Me llevó a pensar que con nosotros pasa lo mismo. Tenemos nuestros puntos ciegos, por llamarlo de alguna manera.
Esas zonas internas que no podemos ver y que nos llevan a tener resultados que no queremos (como los accidentes).
Entonces, el primer paso, para enfocarte en la transformación de tu realidad, es identificar esos puntos ciegos, esos
aspectos internos que necesitas transmutar para que tu realidad se transforme.
Si no estamos al tanto de qué tenemos que cambiar en nosotros mismos, y cuál es el miedo del que huimos, ya
perdimos la batalla.
Así que si hay algo que me sirvió de todo lo que aprendí hasta acá, es que nada sirve si no se a donde usarlo. Y sólo la
autoindagación, la asistencia correcta y la acción sirvieron como rieles para que prospere.
Esta es una condición para que el cambio se produzca. Ésta, y estar 100% comprometida, porque tus cambios,
nadie los puede hacer por vos.
“Como pienses la vida, la vida será”
No hay dudas. Todos los que estamos acá estamos viviendo una experiencia en la tierra .
Y no hay dudas tampoco de que no todos vivimos la experiencia de la misma manera.
Se debe a que somos seres interpretativos, con programas propios que filtran la experiencia.
La realidad, como tal, no existe, sino que existe aquella versión de mi interpretación del hecho puntual,
experimentada a través de mis programas condicionantes, que utilizan mis sentidos como filtro de la experiencia
Pongámoslo a prueba:
Les voy a pedir que tengan a mano hoja y lápiz.
Les voy a contar la siguiente historia y mientras la escuchan les voy a pedir que cierren los ojos…
… (historia)
Por favor, le voy a pedir a cada uno, que en la hoja que tienen delante, con un dibujo simple me cuenten la historia.
(compartimos interpretaciones)
25`
“No es lo que nos sucede lo que nos atormenta, sino lo que pensamos acerca de lo que nos sucede”.
HECHO INTERPRETACIÓN
Tenés el poder de cambiar el significado que le diste a cada una de tus experiencias pasadas.
“Como pienses la vida, la vida será”
Programación:
¿Estas pensando tus propios pensamientos o estas repitiendo los pensamiento aprendidos?
Desde que nacemos, a cada bebé se le enseña como pensar acerca de la vida y cómo actuar en relación a ella,
mediante programas mentales.
Estos programas, funcionan a modo de mapa de la realidad, nos dicen, desde su diseño, a donde es seguro ir, y a
donde no.
Al igual que ningún mapa es el territorio en sí, la información de estos programas, bajo ningún punto es la realidad.
Nuestro mapa es una versión “dibujada” por otros, desactualizada, y sesgada, de cómo vivir nuestra vida.
Vamos a suponer que nos vamos de vacaciones. Voy a elegir un destino que me gusta: Bariloche.
Supongamos que queremos llegar a un lugar específico, el Cerro Otto a comernos un delicioso “ciervo a la
cazadora”. Lo recuerdo de mi último viaje y se me hace agua la boca.
Lauti apenas tenía dos años, así que después de 14 años, claramente no recuerdo donde queda, por lo que necesito
un plano de la ciudad. Pero supongamos también que en el centro de turismo nos dan el mapa equivocado. Por un
error de imprenta el mapa que dice Bariloche, tiene el plano de Mendoza. Imaginate la frustración y lo ineficiente
que nos sería ese mapa tratando de orientarnos.
Al desconocer esto, podríamos enfocarme en nuestra conducta: poner más empeño, ser más pacientes, tratar de
ubicar las calles, etc. Pero nuestros esfuerzos serían en vano.
Podriamos trabajar sobre nuestra actitud: por ejemplo pensar más positivamente acerca de lo que sucede. Pero de
este modo tampoco se llegaría al lugar correcto. Nos sentiríamos mas positivos u optimistas, pero no en destino.
El problema fundamental no tiene nada que ver con la actitud o la conducta. Está totalmente relacionado con el
hecho de que nuestro mapa es el equivocado para llegar a donde queremos.
Si tuviéramos el mapa correcto, podríamos ubicar a dónde estamos y por ende, que recorrido hacer para llagar a
destino. La actitud y la conducta siguen siendo dos recursos maravillosos, y funcionales pero no alcanzarían si
seguiríamos con el mapa equivocado.
Lo mismo nos pasa con los proyectos de la vida.
Hay varias teorías, que de forma independiente o en combinación, pretenden explicar nuestros programas y
resultados. Algunas de ellas son:
* El determinismo genético: Dice básicamente estamos programados por el ADN. La “culpa” de tus resultados es, al
menos, heredada de los abuelos. Ésa es la razón de que tengas mal carácter, por ejemplo. El ADN pasa de generación
en generación y vos sólo lo heredaste.
* El determinismo psíquico dice que tu programación es resultado de tus padres. Sos el producto del
condicionamiento sociocultural de tus padres y cuidadores de autoridad.
* El determinismo ambiental dice que tu programación está afectada por el ambiente. Acá la “culpa” de tus
resultados es del jefe (o de tu esposa/o, hijo adolescente, situación económica o la política nacional, el clima, etc).
Alguien o algo de su ambiente es responsable de tu situación y eso hace que vos te repitas sin cesar, sin
responsabilidad alguna.
*El determinismo sistémico: dice básicamente que somos el resultado de los asuntos no resueltos de nuestros
ancestros. Tu mala economía, tu falta de salud, tu pareja o tus proyectos son el programa de alguien más.
“Como pienses la vida, la vida será”
Y sí, somos seres complejos y nuestra configuración es desconocida en gran medida por la mayoría de nosotros, por
lo que todas estas teorías posiblemente hagan su aporte, y son condicionantes de nuestra información inconsciente.
Pero lo que quiero que te lleves hoy, es que bajo ningún punto determinan nuestros resultados.
Todos esos programas, si los tomamos como deterministas, nos llevan a colocarnos en un rol de víctima, donde
carecemos de la posibilidad de darnos respuestas para hacernos cargo de nuestro proceso.
Van a actuar con todo su peso mientras permanezcas en automático, hasta que tomes consciencia de que vos
siempre vas a ser la solución, dejando de hacer igual lo que querés hacer diferente. Dejando de cederle el control
a tu programación, creyendo que estas determinado y comenzando a administrar tu personalidad para transmutar
la información en tu interior de manera funcional, permitiéndote así realizar nuevos acuerdos, transformando tu
realidad.
“Como pienses la vida, la vida será”
Ésto lo había escuchado de mil formas, pero no lo hice propio hasta que me lo explicaron con este ejemplo que te
voy a compartir, y que no tardé en comprobar con mi hijo en una práctica de básquet en el patio de casa.
La pelota se repite para que el jugador no se repitas
Practicábamos con Lauti tiros al aro. Le erré unas 25 veces. En mi cabeza convivía una voz que me decía “que chota”
que va a pensar tu hijo, 25 vecesss le erraste… y otra voz que me decía “vos podés, dale, hacelo, lo vas a lograr”.
Como el tiqui-taca. Pendulando. Y haciendo lo mismo una y otra vez.
Lo extraño es que el aro siempre estaba en el mismo lugar. Y la pelota, sólo giraba.
Y me cayó la ficha.
Simple, tenía que dejar de repetirme. Dejar de hacer igual. Cambié la distancia, y traje una silla.
Sí, se que no estaría permitido en un partido oficial. Pero en las reglas de mi patio sirvió. Dejé de hacer igual. Y
encesté.
Y ahí empecé a comprender que a veces la vida nos deja que acerquemos la silla y somos nosotros los que nos
peleamos con la idea de las reglas del juego.
Queremos creer que todos los partidos tienen las mismas reglas, y sabes qué, los mejores partidos que jugué, fueron
el patio de casa, acercando la silla.
“Como pienses la vida, la vida será”
Imagina que tenemos un proyector de cine y tenemos una pantalla. El proyector proyecta la luz y la pantalla es el
obstáculo sobre el cual la luz se expresa. Lo que haya en el proyector, se reflejarán en la pantalla, del mismo modo
que lo que hay en tu mente, tus programas, se reflejarán en tu vida.
Cualquier situación que experimento, es una oportunidad para identificar mis programas, para conocerme, para
hacer conciente mis repeticiones.
Cuando eso sucede, y me animo a realizar un cambio en mi mente y en mis emociones, puedo transformar lo que
sucede afuera. Sosteniendo este nuevo paradigma en repetición, puedo reforzar la ruta neuronal que lo habilitará
con mayor frecuencia, hasta que se instale.
Para eso necesitas tiempo, un recurso invaluable. Conciencia. Espacio. Reconciliación. Paciencia. Creatividad. Labor
interna. Y Sobre todo una muy buena historia para contarte.
1) Qué estoy pensando acerca de lo que sucede? “Otra vez se me repite esta situación? O me repito de nuevo
ante esta situación?” ¿Qué harías para dejar de hacer lo mismo?
2) De quién aprendí este comportamiento? ¿Qué escuche, vi, aprendí de mamá, papá o cuidadores cercanos de
éste tema? Lo repito? Lo apruebo? Lo cuestiono?
3) Quien siento, de mi clan, que vivió una experiencia similar de forma estresante que me “invita” a resolver?
4) Qué es lo que no estoy aceptando de esta situación que sería favorable aceptar?
5) Qué podría pensar para hacerme responsable de mí en esta situación (darme las respuestas) y dejar de
sentirme una víctima del hecho?
6) Para que vivo esta experiencia? Qué partes mías me muestra? Que puedo aprender? Que puedo perdonar?
7) Qué siento al revivir en mi mente esta experiencia? Qué hago con lo que siento?
PRESENTE
PASADO FUTURO
“Como pienses la vida, la vida será”
Básicamente porque así sobreviviste. Tu inconsciente lee como segura la información que le permitió a tu sistema (y
a tus ancestros) sobrevivir, sin importarle demasiado si fueron o si sos feliz, si vivís en una sociedad nueva, si tu
trabajo o tus experiencias son diferentes, si te gustan o no. Dice, sobreviviste así, ¿para qué cambiar?
Además cambiar se lee como una posibilidad de ponerte en peligro y demanda un gasto energético que tu cerebro
no está dispuesto a realizar a no ser que realmente se justifique.
El miedo es uno de los primeros programas que se instala junto a la ira en nuestra mente, justamente para
asegurarse la supervivencia. Acá entran los miedos lógicos que nos alejarían del peligro.
Pero la gran mayoría de nuestros miedos, no son racionales o lógicos, sino más bien ilógicos.
Se dice que el 90% de las cosas a las que le tenemos miedo no ocurren como tales.
Se acuerdan que les hablé acerca de que todos tenemos nuestros puntos ciegos, esas zonas internas que no
podemos ver y que nos llevan a tener resultados que no queremos. Cuando se trata de vencer al miedo, es lo mismo.
Quien no conoce su miedo, va a dejar que éste gane el partido.
Las dos fuerzas que más motivan al ser humano son el Placer y el Dolor. De las dos, la más poderosa es el Dolor.
Y cuando hablo de dolor, no me refiero solamente al dolor físico, sino también al mental y emocional. A esa idea del
dolor o la perdida, que nos resulta insoportable.
Los seres humanos somos capaces de hacer lo que sea para no experimentar dolor. Y de eso estoy segura.
Si por algún motivo, tu inconsciente guardó alguna experiencia como dolorosa (dinero, pareja, independencia, viajes,
disfrute) intentará mantenerte “a salvo” de ella.
El miedo está siempre relacionado con el dolor, es por eso que suele ganar.
Cuando vencemos nuestros miedos, lo que experimentamos es placer, alegría, euforia, entusiasmo y, podríamos
pensar que así se iría el miedo. Recuerdo que luego de mi primer taller estaba feliz, pero al poco tiempo, cuando
quise dictarlo de nuevo, ahí estaba el sujeto, firme, plantándome bandera. Ni un cm me movía. Ni un renglón podía
escribir. Ni una idea. Ni siquiera, podía repetirlo.
Entendí ahí que el placer de haber conseguido algo no era suficiente para ganarle al miedo y motivarme a hacerlo de
nuevo. Pero se trataba sólo de esto? O me faltaba un detalle? Claramente me faltaba un detalle:
Conocer, cara a cara, al miedo.
Esa es la única manera de no caer en su trampa.
“Como pienses la vida, la vida será”
Cuando no lo conocemos, nuestro cerebro dice: “Si sale mal, muero. Si sale bien, me da placer”. Claramente, el
placer no es opción para sobrevivir. La relación riesgo/beneficio no justifica tomar acción. Hay mucho que perder y
muy poco que ganar.
El problema, como ya vimos, es que la mayoría de nuestras neuro-asociaciones limitativas, generalmente se basan
en fundamentos irreales. Son miedos ilógicos. No me iba a morir si daba un taller, o si vos te subís al colectivo, o si
imaginas que te echan del trabajo. Pero para la mente sí.
El miedo, a nivel de la mente, es un pensamiento, que está condicionado por un pasado traumático, acerca de un
futuro que juzgo como amenazante. Cuando este pensamiento empieza a moverse en nuestra mente, a nivel de las
emociones se produce un estado de inseguridad. Cuando me siento insegura/o lo primero que hago es intentar
ponerme a salvo. Voy en búsqueda de seguridad y siempre, va a ser a costa de mi LIBERTAD.
Te suena la historia del control. Para que intentamos controlar algunas situaciones? Y lo ridículo de tratar de
controlar a otro ser, como si se tratase de una maquina? Vamos buscando sentirnos “seguros” de una manera un
tanto patológica.
Imaginemos que vamos a un parque de diversiones y nos paramos literalmente frente a una montaña Rusa. Ella, lista
para que subamos, y nosotros empezamos a pensar en todos los posibles escenarios amenazantes si nos subimos:
descarrilamiento, que no funcione la traba de seguridad, salir despedido, etc.
Nada de eso está ocurriendo realmente, pero ahí está nuestra mente diseñando cada pensamiento.
Un holograma perfecto de la catástrofe. Nuestro cuerpo responde fisiológicamente a la experiencia. Y no tardan en
aparecer el cambio de respiración, la sudoración, las palpitaciones, etc.
La ansiedad empieza a crecer como energía en nuestro interior para poder huir o defendernos de esto que nuestro
inconsciente lee como peligro (que no está ocurriendo).
Entonces, decidimos no subirnos a la montaña rusa.
Pasado un tiempo, el pensamiento ya no está vigente, el peligro de la montaña rusa dejó de ser una ilusión, pero la
energía generada por el estado de ansiedad no pudo ser encausada, por lo que muere dentro mío, dando lugar a la
angustia.
La idea empaquetada por el miedo gira sin parar en nuestra mente, el resentimiento toma cuerpo y se instala el
rencor, esa forma de comportarnos nos conecta con la culpa. Nos culpamos a nosotros mismos, o culpamos a otros
de los resultados que tenemos.
“Para que acepté venir, siempre lo mismo”.
“Para que me invita si sabe que me hace mal”
“Que desconsiderada” “No es capaz de darse cuenta” etc
Cuando me hago responsable, recién ahí puedo DARME respuestas, pero cuando el miedo toma el control, me
bloqueo cognitivamente, no puedo ser responsable y hago cargo al otro de mi falta de respuestas.
En este estado, no podes usar el conocimiento que tenés para discernir, para elegir que pensar y no podés recibir
nuevo conocimiento.
Una cosa que te puedo contar de mi propia experiencia, vivida en su máxima expresión, es que cada vez que nos
acercamos al borde de nuestra zona de confort empezamos a experimentar miedo. Y mientras más
cerca estamos de romper ese borde, mayor es la intensidad del miedo. Más paralizada y aturdida me sentí. Pero
ya sabía contra quien jugaba.
PRESENTE
PASADO FUTURO
Qué los hacía diferentes? Qué hicieron ellos con la adversidad? Cuál era el contexto? Son una excepción en el
mundo? O esto es una opción para cada uno en el mundo? Qué hace el ser humano frente a la adversidad? ¿Estamos
preparados para vivir con ella? Eso está a la vista.
Configuración biológica. Adaptación. Supervivencia. Instinto. Evolución.
Pero esto iba más allá, era una actitud de vida interna. Conectada al deseo de Libertad.
Libertad.
Soy libre? La libertad la siento? La pienso? Cómo me siento cuándo soy libre? Soy libre? Qué siento? Cuándo la
siento? Que pienso cuando soy libre? La libertad es un sentimiento? Es externa? Interna? Que espacio ocupa? A
dónde? Puedo dar libertad? Puedo recibir la libertad? Cuando me sentí libre por ultima vez? Puedo recordar la
primera vez que me sentí libre? Que ocurre cuando ejerzo la libertad? Entonces la libertad es un ejercicio? Es una
necesidad? Es un deseo?
Empiezo a descubrir que nunca me había detenido acá. Me dispongo a darle aire a mis ideas.
Entonces busqué posibles respuestas que tuvieran un significado propio de LIBERTAD después de todo lo que había
aprendido estos años. Necesitaba descontaminarme de opiniones.
La libertad es un deseo.
Agostina