Guia Debriefing Postincidente 1

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Guía

de Debriefing
Post-incidente

Para profesionales de
apoyo a personas con
discapacidad intelectual
o del desarrrollo
Contenidos

1. Guía de Debriefing post-incidente ............................. 3


¿De qué se trata esta guía? ...................................................... 3
¿Por qué son importantes los ajustes razonables? ................. 4
¿Cómo puedo hacer ajustes razonables en mi día a día? ........ 5

2.
Guía de Buenas Prácticas
de Debriefing post-incidente ......................................... 8
1. Apoyo post-incidente............................................................ 9
2. Aprendizaje post-incidente .................................................. 10

Referencias ............................................................................ 22

3.
Herramientas y recursos visuales ........................ 23
Cuando esta angustiado ........................................................... 24
Mi plan de seguridad................................................................. 25
¿Dónde siento mis emociones? ............................................... 26
Termómetro de mis sentimientos ............................................ 27
Tarjeta de alerta......................................................................... 28
Estrategias amables de comunicación.................................. 29
Recursos de imágenes ............................................................ 30
1. Guía de Debriefing
Post-incidente

¿De qué trata esta guía?


El debriefing, proceso que desarrollamos posterior a un incidente es una práctica
aprobada (Departamento de Salud de Reino Unido, 2014) que ayuda a las personas que
reciben apoyos en los centros de atención socio-sanitaria (y al personal que las apoya)
a recuperarse y aprender de una crisis o incidente, ayudando a reducir las prácticas
restrictivas. El debriefing posteriores a los incidentes que se realiza con buena calidad
ayuda a reparar, construir y mantener las relaciones, permitiendo que las personas se
sientan seguras y protegidas. Ayuda a las personas a comprenderse mejor a sí mismas,
les da más control y les ayuda a comunicar sus necesidades de forma más eficaz.
Esto conduce a mejores resultados para las personas, las familias y el personal.

Esta guía se ha redactado específicamente para apoyar a las


personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, ya
que pueden tener diferencias en su forma de procesar,
comprender y utilizar el lenguaje.

Las orientaciones y los recursos que se ofrecen te


ayudarán a adaptar tu enfoque para que el apoyo
que prestes sea lo más accesible, útil y eficaz
posible. Su objetivo es permitirte a ti y a la
persona a la que apoyas trabajar juntos para
aprender de una crisis o incidente, sobre
los desencadenantes y las soluciones,
y mejorar los apoyos que reciben.

3
¿Porqué son importantes los
ajustes razonables?
En virtud de la Ley de Igualdad aprobada en Reino Unido en 2010, los servicios, las
organizaciones y los equipos profesionales que trabajan en entornos socio-sanitarios deben
realizar cambios para intentar eliminar las barreras que las personas puedan encontrar
derivadas de su discapacidad. Se trata de garantizar que una persona tenga el mismo
acceso a los servicios y ayudas, en la medida de lo posible, independientemente de sus
características personales. Estos cambios se denominan “ajustes razonables”. Por ejemplo,
una persona con autismo puede tener dificultades para procesar información verbal. En
este caso, un “ajuste razonable” podría ser ofrecer información con apoyo visual. Una
buena comunicación es la base de una buena atención. Realizar ajustes razonables para las
personas que se comunican de forma diferente es un paso esencial para ofrecer un buen
apoyo, evitar la angustia y reducir las prácticas restrictivas.
Tipos de comunicación

“Realizar ajustes razonables


para las personas que se
comunican de forma diferente
es un paso esencial para
ofrecer un buen apoyo, evitar
la angustia y reducir las
prácticas restrictivas”
Email
Mensajes
Instrucciones

Cara a cara
Telefónico
A través de Skype o Zoom
Chatear con su familia o amigos y amigas

Contacto visual
Expresión corporal
Expresión facial
Tono de voz
Gestos

Imágenes
Infografías
Videos

4
¿Cómo puedo hacer ajustes
razonables en mi día a día?
1. Lee el pasaporte de comunicación de la persona.
No hay dos personas que tengan los mismos puntos fuertes, necesidades,
diferencias y preferencias, sea cual sea su diagnóstico. Es importante
no hacer suposiciones. Por ejemplo, muchas personas con autismo
encuentran útil la información visual, pero no es el caso de todas. Es
una buena práctica que las personas con necesidades de apoyo a la
comunicación tengan un pasaporte de comunicación, especialmente
cuando reciben apoyo en espacios residenciales u socio-sanitarios. Se trata
de un documento en el que se registran los puntos fuertes y las diferencias
de la persona, las cosas que le resultan útiles y las que son importantes
para ella. Normalmente lo rellenan la persona y las personas que la
conocen bien (por ejemplo, la familia, el personal de atención directa
o el/la logopeda).

2. Lee el perfil sensorial de la persona.


Muchas personas con autimo tienen diferencias en el procesamiento
sensorial que pueden afectar a la forma en que dan sentido y se sienten
en el mundo (National Autistic Society, 2020). Estas diferencias pueden
tener un profundo impacto en el bienestar de la persona y en como se
desenvuelve en el día a día. Los sentidos pueden ser hipersensibles,
hiposensibles o ambos, en diferentes momentos y por diferentes
razones. El perfil sensorial de una persona suele ser completado
por un/a terapeuta ocupacional, junto con la persona, su familia y
el personal de apoyo directo que la conoce bien. En él se enumeran
las necesidades, diferencias y preferencias de la persona, y se indica
cómo realizar los ajustes razonables correspondientes. Por ejemplo, en el caso de una persona
hipersensible a determinados sonidos (por ejemplo, la alarma de incendios), el personal podría
avisar con antelación (por ejemplo, si se trata de una prueba programada) y pedirle que utilice su
protección auditiva.

3. Usa estrategias de comunicación amables.


Como se ha explicado anteriormente, cada persona tiene un perfil único de puntos fuertes,
necesidades y preferencias. Sin embargo, hay algunas estrategias de buenas prácticas que
probablemente sean útiles para la mayoría de las personas, independientemente de su
diagnóstico. Estas estrategias se describen a continuación:

Dale a la persona el tiempo que necesite para procesar la información. Algunas


personas con discapacidad intelectual o del desarrollo procesan lo que oyen de forma
diferente. La persona puede tardar más en entender lo que has dicho y en dar una
respuesta. Es posible que tengas que esperar más tiempo del que te parece cómodo
(por ejemplo, 10 segundos o más) antes de que la persona pueda procesar lo que estás
diciendo, pensar en lo que quiere decir y dar una respuesta.Intenta evitar repetir lo
que has dicho, para que la persona no tenga que procesarlo todo de nuevo. Sólo vuelve
a decírselo (utilizando un lenguaje más sencillo y claro) si estás seguro de que no ha
entendido lo que has dicho.

5
Usa un lenguaje sencillo y breve. Intenta decir lo menos posible, sobre todo si
la persona se siente sobrecargada o estresada. Evita utilizar frases largas con
conjunciones (por ejemplo, “y”, “pero” y “porque”). En su lugar, intenta utilizar frases
cortas y limitarte a la información esencial. Por ejemplo, en lugar de decir: “Cuando
estabas en la tienda, de repente se apagaron las luces de la tienda y luego sonó
la alarma de incendios. Creo que te asustaste mucho porque te alteraste mucho y
empezaste a gritar”, sería más claro decir: “Primero sonó la alarma. Luego, empezaste
a gritar”.

Di exactamente lo que quieres decir: intenta evitar las frases hechas o los conceptos
abstractos. Por ejemplo, es más claro decir: “Intenta ser paciente” en lugar de
“Aguanta”, o “Intenta mantener la calma” en lugar de “Contrólate”. Este tipo de
expresiones pueden ser realmente confusas, ya que una persona con necesidades de
apoyo en la comunicación podría entenderlas literalmente. Del mismo modo, intenta
evitar el uso de instrucciones negativas como “No grites”, ya que la persona podría no
darse cuenta de que lo que realmente quieres decir es “Habla en voz baja”.

Hazlo visual. Intenta mostrar más y decir menos. El apoyo visual refuerza la
información verbal porque no “desaparece” rápidamente como el lenguaje oral, lo
que permite a la persona tener más tiempo para procesarla. Utiliza objetos, imágenes
y recursos impresos (por ejemplo, los de esta guía) para ayudar a la persona a
comprender y para estimular las respuestas. Incluso hacer un dibujo o escribir viñetas
en un papel puede suponer una gran diferencia. Esto es especialmente importante
cuando se habla de una larga lista de acontecimientos (por ejemplo, el período previo
a un incidente angustioso). Puede ser útil escribir una lista con la información clave
o hacer dibujos, para ayudar a la persona a seguir lo que se está diciendo y recordar
los acontecimientos desde su perspectiva. Puedes ayudar a la persona a utilizar el
documento “Cuando estaba angustiado” de la página 24.

Utiliza gestos. Los gestos (movimientos de la mano y la cabeza) pueden ayudar a la


persona a comprender y mostrarle que le estás escuchando, sin necesidad de decir
nada. Esto ayuda a la persona a centrarse en lo importante porque no tiene que
procesar información no esencial. Los gestos también pueden ayudar a que la persona
responda. Por ejemplo, puedes preguntar: “¿Qué pasó después?” mientras señalas una
parte de la imagen en la que tuvo lugar el siguiente acontecimiento.

También puede ser útil aprender los signos de Makaton para reforzar lo que se dice. Se
trata de un programa lingüístico que utiliza símbolos, signos y el habla para apoyar la
comunicación de las personas. Si quieres conocer recursos en Español: App signary,
Spreathesing, Asociación alanda, Centro iria.

Utiliza el “relleno de huecos”. Esto significa decir la mayor parte de una frase para que
la persona sólo tenga que decir la información clave. Por ejemplo, puedes decir: “Me
siento tranquilo cuando...” y la persona podría responder “...veo la televisión”.

6
Utiliza “opciones guiadas”. Esto significa dar a la gente dos opciones a las que
responder. Por ejemplo, puedes decir, “Me siento tranquilo cuando... ¿veo la televisión
o escucho música?” La persona podría responder: “Escuchar música”.

Si utilizas esta estrategia, es importante mezclar el orden en el que ofreces las


opciones para que la persona haga una elección real y no responda a la primera opción
automáticamente. También puedes apoyar visualmente las opciones extendiendo la
mano izquierda para una opción y la derecha para la otra. Si la persona no es capaz de
verbalizar su elección, puede tocar tu “mano de elección” para mostrar su preferencia.
En la página 30 encontrarás recursos visuales e imágenes.

Las personas con autismo (tengan o


no discapacidad intectual o usen el
lenguaje verbal) pueden procesar y
utilizar el lenguaje de forma diferente,
especialmente en momentos de estrés
o si están sobrecargadas por su entorno
sensorial

7
2 Guía de Buenas
Prácticas de debriefing
post-incidente
El debriefing posterior al incidente tiene dos
enfoques, propósitos y resultados diferentes.
etapas, con

Debriefing
posterior
al incidente

1
Apoyo
2
Aprendizaje
post-incidente post-incidente

8
1
Apoyo
post-incidente

El apoyo posterior al incidente tiene que ver con el bienestar físico y emocional inmediato de
todas las personas implicadas en el episodio de angustia. El objetivo principal es comprobar que
las personas están seguras y pueden recuperarse, especialmente la persona con discapacidad.
No se trata de hacer preguntas.

1. Comprueba que la persona con dispacidad (y el personal implicado) están seguros y gestiona
cualquier aspecto práctico (por ejemplo, si hay lesiones).

2. Utiliza estrategias que faciliten la comunicación (por ejemplo, en el pasaporte de comunicación


de la persona o en las estrategias generales indicadas anteriormente). Esto es especialmente
importante en momentos de mucho estrés (por ejemplo, después de un incidente), ya que esto
puede afectar a la capacidad de la persona para procesar lo que le estás diciendo.

3. Dí lo menos posible. Intenta evitar sobrecargar más a la persona reduciendo tu lenguaje al


mínimo. Mantén la voz lo más calmada y suave posible.

4. Tranquiliza a la persona, mostrándole atención de forma directa (por ejemplo, ofreciéndole una
bebida) o una actividad que sepas que le tranquiliza (por ejemplo, dándole un su objeto sensorial
preferido o permitiéndole caminar). El documento “Mi plan de seguridad” de la persona (véase la
página 25) os ayudará a ti y a la persona a identificar lo que más le puede ayudar.

5. Evitar hacer preguntas. Esta no es la prioridad ahora (véase “Aprendizaje posterior al incidente”
más adelante).

6. Comprueba el entorno de la persona. Trata de alejarla del lugar en el que experimentó la


angustia y de los estímulos sensoriales (p. ej., luces brillantes, sala común muy concurrida,
televisión a todo volumen) que probablemente le resulten difíciles. Esta información debe figurar
en el “perfil sensorial” de la persona.

7. Intenta restablecer las rutinas y hacer las cosas lo más claras y predecibles posible. Esto
ayudará a crear sentimientos de seguridad y promoverá la recuperación.

9
2
Aprendizaje
post-incidente

El aprendizaje posterior al incidente se refiere al propio evento y a cómo puede evitarse en el


futuro. El aprendizaje posterior al incidente NO debe hacerse de inmediato. Es muy importante
que todas las personas implicadas dispongan de tiempo suficiente para “enfriarse”, de modo que
las emociones puedan asentarse y las personas estén en mejores condiciones para reflexionar.
El aprendizaje posterior al incidente debe ser llevado a cabo por un facilitador o facilitadora
cualificado.

1. Pregúntate si eres la persona más adecuada para guiar el aprendizaje posterior al incidente.
La mejor persona para hacer el aprendizaje posterior al incidente lo es un miembro del personal
que conozca bien a la persona y que no haya participado directamente en el episodio de angustia.

2. Elimina cualquier distracción o desencadenante sensorial para ayudar a la persona a


concentrarse en lo que es importante. Deja que se siente donde esté más cómoda (por ejemplo,
en un saco de judías, en el suelo, en su cama, en una mesa) y utiliza cualquier equipo sensorial
o reconfortante que necesite. Esta información puede encontrarse en el “perfil sensorial” de la
persona, si ésta no puede explicarlo.

3. Pregunta si la persona desea tener una sesión más larga o varias más cortas. Ten en cuenta
que hablar del incidente en una sola sesión puede ser demasiado abrumador para la persona.
Es posible que necesite que dividas el aprendizaje posterior al incidente en varias sesiones más
cortas en diferentes momentos.

4. Evita juzgar a la persona. Cíñete a los hechos de lo ocurrido y a las respuestas y sentimientos
de la persona. Evita hacer preguntas sobre por qué la persona se comportó así.

5. Utiliza las estrategias de comunicación del pasaporte de comunicación de la persona y/o las
estrategias generales de esta guía en la página 5. Esto es especialmente importante, ya que es
probable que a la persona le resulte difícil recordar y hablar sobre el acontecimiento angustioso.

6. Intenta ayudar a la persona a entender la secuencia de acontecimientos que condujeron al


incidente. Utiliza el menor número de palabras posible (p. ej., “Estabas viendo la televisión. La
alarma de incendios se disparó”). Anima a la persona a reflexionar sobre lo sucedido utilizando el
recurso “Cuando estaba angustiado” de la página 24. Si lo prefieres, puedes anotar la información
clave o hacer dibujos para ayudar a la persona a recordar los acontecimientos desde su
perspectiva.

10
7. Apoyo a la persona para que piense en lo que le causó la angustia. Es útil pensar en lo
siguiente:
I ¿Hubo algo en el entorno (por ejemplo, ruidos, iluminación, gente demasiado cercana)
que le causó malestar?
II ¿Qué estaba haciendo justo antes de sentirse angustiada?
III ¿Hubo algún cambio inesperado?
IV ¿La tarea/actividad en la que estaba participando estaba adaptada a sus necesidades?
¿Implicaba algo que le resultaba incómodo o angustioso?
V ¿Los/as profesionales involucrados/as eran personas que conocían bien a la persona?
¿Se siente la persona cómoda con ellos/as?
VI ¿Tenía la persona hambre o sed?
VII ¿Reconoce y/o comunica la persona que tiene dolor (por ejemplo, dolor de cabeza, de
oídos, estreñimiento, problemas dentales)? ¿Se somete a controles periódicos de salud
física? ¿Cuándo fue la última vez?

Intenta ayudar a la persona a identificar sus desencadenantes y a registrarlos. Esto os ayudará a


ambos a saber qué hay que ajustar o prevenir en el futuro.

8. Describa las emociones de la persona y su impacto sin juzgarla. Por ejemplo: “Estabas
molesto. Empujaste la mesa”.

9. Ajusta tus preguntas. Como ya se ha mencionado, es probable que la persona sienta estrés
y ansiedad cuando hable del incidente de angustia. Esto puede dificultar el procesamiento de lo
que se le está diciendo y pensar en qué responder. Es importante ajustar las preguntas para que
estén en el nivel adecuado para que la persona las entienda y responda. Puedes encontrar más
información sobre cómo hacerlo en “Cómo ajustar las preguntas” en la página 13.

10. Apoya a la persona para que explore lo que podría hacer de forma diferente la próxima vez.
Anima a la persona a utilizar el recurso “Cuando estaba angustiado”
de la página 24. Anotar cualquier estrategia útil en su
“Mi plan de seguridad” (véase la página 25).
Los recursos de la página 23 pueden hacer que
“Mi plan de seguridad” sea accesible y esté
personalizado.

11. Termina la sesión describiendo lo que


el personal hará para apoyar a la persona
utilizando frases cortas y sencillas.

Recuerda que el objetivo de la


sesión informativa posterior al
incidente es aprender qué causó
la angustia y cómo prevenirla en el
futuro. Evita pedir a la persona que
justifique su comportamiento. No le
preguntes por qué hizo X o Y.
11
Ejemplo de recurso. Página 24
Cuando estaba angustiado/a
Intenta pensar en lo que ocurrió justo antes de que te angustiaras. Dibuja o escribe lo que ha
pasado. Empieza por dónde estabas y qué estabas haciendo.
A continuación, piensa en lo que ha cambiado. Después, piensa en lo que ha pasado. ¿Qué has
hecho tú? ¿Qué hicieron los demás?

Si lo prefieres, puedes pedir a otra persona que dibuje o escriba esto para ti.

Cuando estaba angustiado/a...


Primero... Siguiente... Después de eso...
D
de olor u ir
oid H
os
m a
A lar

Estoy angustiado/a. Mi cuerpo siente...


Primero... Siguiente... Después de eso...

Estoy angustiado/a. Yo quiero...


Primero... Siguiente... Después de eso...

12
Como ajustar las preguntas
Empieza con las preguntas más fáciles de responder.
Las preguntas más sencillas se refieren a cosas concretas: personas, lugares y acontecimientos
(Blank, Rose y Berlin, 1978) y suelen comenzar con “Quién”, “Dónde” o “Qué”. Intenta construir
una imagen completa del acontecimiento, formulando preguntas cortas, de una en una. Las
preguntas podrían incluir:

I ¿Qué estabas haciendo?


II ¿Quién estaba cerca?
III ¿Qué hacían los demás?
IV ¿Qué ocurrió después?

Si la persona lo lleva bien, puedes probar con preguntas más complejas. Estas preguntas suelen
empezar con “cuándo”, “cómo” y “por qué”, y tratan de conceptos o ideas más abstractas (por
ejemplo, tiempo e intención). Hay que tener en cuenta que estas preguntas pueden ser demasiado
exigentes, ya que la persona tendrá que reflexionar sobre su experiencia pasada, averiguar cuál
fue el problema y qué podría haberlo evitado. Las preguntas de nivel más difícil pueden ser:

I ¿Cómo te sentías antes de estar triste?


II ¿Cuándo hiciste X?
III ¿Porqué querías Y?
IV ¿Cómo te hizo sentir Z?
V ¿Qué podemos hacer para que te sientas mejor?
VI ¿Qué ocurrió cuando te pusiste triste?
VII ¿Qué le dijiste a tu persona de apoyo?
VIII ¿Qué te dijo a ti esa persona de apoyo?

Las preguntas más complejas implican palabras más complicadas, conceptos abstractos,
razonamiento, inferencia, predicción y resolución de problemas (Blank, Rose y Berlin, 1978). Como
se ha comentado anteriormente, las preguntas complejas pueden resultar demasiado recargadas
para la persona y puede ser necesario dividirlas en partes. Estas preguntas suelen empezar con
un “por qué”. Algunos ejemplos pueden ser:

IX ¿Que habría pasado si hubieses hecho X? (Predecir)


X ¿Por qué te sientes X? (Conocer la causa del malestar)
XI ¿Qué podríamos hacer diferente en el futuro? (Solución o medidas
preventivas que la persona podría tomar para evitar el malestar)
XII ¿Te ayudaría hacer X e Y? (Explicar como regularse mejor)
XIII ¿Porqué no hacemos X? (Explicar las dificultades para la
regulación)

13
Prevenir el malestar
Las conductas comunican algo. La conductas que nos preocupan son una señal de que la persona
está angustiada. Si se elimina la causa de la angustia, o se evita que se produzca, es evidente que
el bienestar y los apoyos a la persona mejorarán enormemente. Desde un punto de vista práctico,
la prevención de las fuentes de angustia le ayudará a centrarse en los apoyos necesarios para la
persona, en lugar de reaccionar a situaciones que son angustiosas para todos los implicados.

Prevenir la angustia y ayudar a la persona a desarrollar habilidades de afrontamiento es una


de las mejores cosas que puede hacer, ya que esto evita que la angustia aumente y reduce las
intervenciones restrictivas. Los recursos de esta sección han sido diseñados para ayudar a la
persona a conocerse a sí misma y a desarrollar un mayor control. Es importante completarlos con
regularidad y actualizarlos, para garantizar que la persona empiece a establecer conexiones entre
lo que siente y cómo responde.

Al igual que con cualquier


aprendizaje posterior a un
incidente, sólo se debe trabajar
con una persona utilizando estos
recursos cuando se sienta tranquila
y relajada. Nunca debe hacerse
durante o inmediatamente después
de un episodio de angustia

Descubriendo cómo las emociones afectan al cuerpo.


El recurso “Dónde siento las cosas en mi cuerpo” de la página 26 puede ayudar a identificar
dónde se siente la emoción (por ejemplo, frustración o ansiedad) en su cuerpo. Esto les ayudará
a empezar a reconocer cuándo empiezan a sentirse abrumados/as y a tomar el control. Algunas
personas pueden no darse cuenta de que están angustiadas hasta después del suceso. Esto
ocurre especialmente en el caso de las personas con autismo. Utiliza el recurso para ayudar
a las personas a explorar cómo se sienten las diferentes zonas de su cuerpo y lo que esto
puede significar. El objetivo es ayudar a las personas a reconocer cuándo empiezan a sentirse
angustiadas y a utilizar proactivamente una habilidad de afrontamiento antes de que las cosas se
vuelvan demasiado abrumadoras.

Pueden ser necesarias varias


sesiones y mucho tiempo para que
la persona empiece a reconocer las
señales. Cuanto más se apoye a la
persona y se utilice el recurso, más
se familiarizará con las señales de
que se está angustiando. De este
modo, podrá empezar a explorar las
habilidades de afrontamiento

14
Ejemplo de recurso. Página 26
¿Dónde siento las emociones en mi cuerpo?
A veces, es posible que no sepas que estás sintiendo emociones fuertes, como la ira o el miedo.
Los cambios en tu cuerpo pueden ayudarte a notar cómo te sientes.
Colorea los lugares en los que sientas emociones fuertes.

La cabeza
Enfado parece que me
va a estallar

to
Aprie ientes
los d

Mi cora
late mu zón
rápido y

Cierro los puños


y aprieto

Me sud
manos an las

rrer
Quiero co das
o dar pata

15
Ayudar a la persona a reconocer que se está angustiando
El recurso “Termómetro de mis sentimientos” pretende ayudar a desarrollar la comprensión
emocional de las personas y el lenguaje que pueden utilizar para describir cómo se sienten.
También puede ayudarles a relacionar sus sentimientos con sus habilidades de afrontamiento.

1. Explica el recurso.
Muestra y explica a la persona las tres secciones del termómetro. Son las siguientes:

Azul indica la zona de calma. Se trata de un lugar en el que la persona podría utilizar las
estrategias tranquilizadoras que le resulten útiles.

Ámbar ilustra el periodo en el que una persona se siente ligeramente desregulada. La


persona puede utilizar estrategias para calmarse y trabajar con los/as profesionales de
forma eficaz.

Morado ilustra la zona de apoyo en la que los/as profesionales podrían tener que sugerir
una actividad tranquilizadora.

2. Preguntále a la persona como es cada sección para él/ella.


Puedes hacer las siguientes preguntas:

¿Qué pasa cuando estás calmado/a? Sección azul.

¿Qué pasa cuando te sientes inquierto/a. Sección ámbar.


¿Resoplas, caminas, gruñes, etc?

¿Qué pasa cuando necesitas un poco de apoyo para calmarte? Sección morada.
¿Subes la voz, quieres correr, etc?

Si a la persona le resulta difícil identificar los cambios


en sus sentimientos y en su cuerpo, intenta decirle lo
que has notado y pídele que te dé su opinión.
Por ejemplo, puedes decir:

- “Había mucha gente en el salón. Me he dado


cuenta de que has empezado a caminar de un
lado a otro. ¿Tú también lo has notado?”.

También puedes preguntarle comentando lo que hace


mucha gente. Por ejemplo, puedes decir:

- “Cuando algunas personas se enfadan, gritan.
¿Es algo que tú haces?”.

16
Ejemplo de recurso. Página 27
Termómetro de mis sentimientos

¿Qué me pasa? ¿Qué puedo


hacer?

nervioso/a
Estoy muy

Grito
Correr
Hacer ejercicio

Pego
Me pongo mas
nervioso/a

Tomarse un
Tiro cosas descanso
Empiezo a sentirme

Aprieto los puños


inquieto/a

Charlar con
alguien

Me balanceo
Me siento bien

Sala
Multisensorial

17
Diseñar un plan
El documento “Mi plan de seguridad” de la página 25 es una herramienta visual que puede ayudar
a la persona (y a los/as profesionales que trabajan con ella) a explorar y utilizar las estrategias
de afrontamiento que la persona encuentra útiles (por ejemplo, actividades, experiencias
sensoriales). El objetivo principal es dar la posibilidad de elegir y controlar a la persona. Trabajar
juntos para decidir el mejor “plan” de actividades que les ayude a mantenerse regulados. Estas
se recogen en la columna “Lo que pienso hacer”. A medida que se completan, la persona puede
moverlas a la columna “Hecho”.

La persona y los/as profesionales pueden seleccionar las actividades de las imágenes


proporcionadas o dibujar/escribir en la plantilla en blanco.

Asegúrate de evaluar y actualizar


el “plan de seguridad” después
de cualquier incidente para que
las estrategias sigan siendo
pertinentes y eficaces

18
Ejemplo de recurso. Página 25
Mi plan de seguridad

Para calmarme cuando siento emociones


intensas, necesito...

r Que Aparetar
C o r r e respeten un ohada
mi espacio alm
personal

Luego puedo...

char
Escsuic
mú a

E o
ennvm Noetener
man ilverme quplicarme
ta ex

Esto me ayudará a estar tranquilo/a

19
Ayudar a la persona a expresar que se está sintiendo sobrepasada
Cuando una persona se encuentra en un estado de angustia, su cerebro está en modo “lucha,
huida y evitación”. Esto puede significar que la persona es incapaz de comunicar su angustia,
incluso si normalmente es capaz de comunicarse con palabras. El uso de la “tarjeta de alerta”
de la página 28 puede ayudar a la persona a comunicar que se siente abrumada, alertando al
personal de que necesita apoyo. Por ejemplo, un/a profesional puede colocar la tarjeta en una
mesa cerca de la persona durante una sesión de aprendizaje posterior al incidente. A medida que
avanza la sesión, el/la profesional puede “apoyar a controlarse” a la persona utilizando la tarjeta.
La persona puede sentirse demasiado abrumada para poder expresarlo verbalmente, pero señalar
o mostrar la tarjeta puede ser una forma más accesible e inmediata de comunicar que necesita
apoyo.

20
Ejemplo de recurso. Página 28
Tarjeta de alerta

Necesito Necesito
un un
descanso descanso

Necesito Necesito
un un
descanso descanso

Necesito Necesito
un un
descanso descanso

21
Referencias
Blank, M, Rose, S A and Berlin, L J (1978)
The Language of Learning: the preschool years.
Orlando: Grune and Stratton, Inc

Department of Health (2014)


Positive and Proactive Care: reducing the need for restrictive interventions.
Disponible aquí: assets.publishing.service.gov.uk/ government/uploads/system/uploads/
attachment_data/file/300293/JRA_DoH_Guidance_on_RP_web_ accessible.pdf

The Equality Act (2010)


Disponible aqui

National Autistic Society (2020)


Sensory Differences: a guide for all audiences.

22
3 Herramientas y
recursos visuales

23
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Cuando estaba angustiado/a

Cuando estaba angustiado/a...


Primero... Siguiente... Después de eso...

Estoy angustiado/a. Mi cuerpo siente...


Primero... Siguiente... Después de eso...

Estoy angustiado/a. Yo quiero...


Primero... Siguiente... Después de eso...

24
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Mi plan de seguridad

Para calmarme cuando siento emociones


intensas, necesito...

Luego puedo...

Esto me ayudará a estar tranquilo/a

25
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

¿Dónde siento las emociones en mi cuerpo?


A veces, es posible que no sepas que estás sintiendo emociones fuertes, como la ira o el miedo.
Los cambios en tu cuerpo pueden ayudarte a notar cómo te sientes.
Colorea los lugares en los que sientas emociones fuertes.

26
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Termómetro de mis sentimientos

¿Qué me pasa? ¿Qué puedo


hacer?
nervioso/a
Estoy muy
Me pongo mas
nervioso/a
Empiezo a sentirme
inquieto/a
Me siento bien

27
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Tarjeta de alerta

Necesito Necesito
un un
descanso descanso

Necesito Necesito
un un
descanso descanso

Necesito Necesito
un un
descanso descanso

28
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Estrategias amables con la comunicación



Permitir tiempo Utiliza un lenguaje

adicional para pensar simple y breve Rellena huecos


Di lo que quieres Ofrece opciones
decir
donde elegir Utiliza gestos


Hazlo visual

29
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Recurso de imágenes

30
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Recurso de imágenes

31
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Recurso de imágenes

32
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Recurso de imágenes

33
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Recurso de imágenes

34
Guía Debriefing post-incidente. Herramientas

Recurso de imágenes

35
Diseño y maquetación: Bárbara López de Toledo

www.plenainclusion.org
General Perón, 32 - 1ºB
28020 Madrid

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