Cuento. La Sachavaca y Anghelo-2022
Cuento. La Sachavaca y Anghelo-2022
Cuento. La Sachavaca y Anghelo-2022
Una tarde estaba un humilde campesino cosechando maíz hasta que ya no pudo
más con el cansancio y decidió ir a su pequeño tambo, en donde vivía con su hijo
Anghelo, un adolescente de 14 años, que no hacía nada más que jugar todo el día.
Un día, el padre cansado de no contar con la ayuda de su hijo en el campo
decidió darle una tarea, que consistía en ir a la quebrada a traer agua. El
adolescente no quiso aceptar, debido a que la quebrada estaba en medio del monte
alto y temía que algo malo le pasara, sin embargo, el padre logró convencerlo. El
chico aceptó de mala gana. Empezó su caminata y de pronto vio que algo se movía
en medio del follaje. El muchacho sintió temor porque estaba solo. Después de unos
minutos se armó de valor y se acercó sigilosamente hacia el lugar donde había
observado que las hojas se habían movido y de la nada salió una pequeña
sachavaca. El joven se sintió muy sorprendido, ya que por esas zonas del monte no
aparecían casi animales y un poco confundido se preguntó:
- ¿Qué hace por acá esta sachavaca? Mi padre estará orgulloso de mí cuando
vuelva con algo para comer.
Con un machete que traía en la mano trató de acercarse para matar al animal, y de
pronto le escuchó decir:
- ¡Anghelo! ¡Anghelo! ¡Anghelo!
Al escuchar su nombre el adolescente quedó sorprendido, era una voz parecida a
la de su mamá. Él respondió con un poco de temor:
- ¿Qui…, qui…, ¿quién eres?
Hubo un silencio, hizo que el muchacho se pusiera más nervioso.
Luego la sachavaca dijo:
- ¡Soy el animalito a quién quieres matar, tengo el poder de leer la mente de las
personas y ver lo más profundo de sus almas! Te quería preguntar ¿Hace cuánto
que no ves a tu mamá?
Con más confianza él respondió:
- Mi madre murió cuando yo tenía 3 meses de nacido, mi padre cuenta que la
camioneta en donde íbamos con mi madre sufrió un asalto narcoterrorista, que por
error dispararon pensando que había policías dentro del vehículo. La camioneta se
despistó y solo sobrevivimos 4 personas, dentro de ellas estuve yo.
- Perdóname si provoqué que recordaras un hecho triste en tu vida, los humanos
son grandes personas, pero cuando ignoran algunas cosas comenten muchos
errores. Si me matas ahora, no podré regresar a darle leche a mis hijos y cuidarlos
porque aún son pequeños. Si me matas no podré poblar de más animales como yo
a este bosque y desapareceremos de la faz de la tierra. Si me matas no podré
cumplir la función que cumplimos en la naturaleza y hacer que este bosque crezca
más –dijo la sachavaca.
El jovencito, con los ojos brillosos aún sentido por el dolor de no tener una madre y
meditando lo que le dijo la Sachavaca, frunció los ceños y respondió:
- Pero, me gustaría llevar algo para comer con mi padre.
El animal acercándose mucho más al adolescente, colocando fijamente sus ojos
sobre él le dijo:
- Entiendo tus necesidades. ¡Te propongo algo, quiero que seas el protector del
bosque y a cambio de ello te enseñaré las técnicas para criar animales domésticos
comestibles y siembra de legumbres que te ayudarán a alimentarte sin tener que
matar animales silvestres! ¿Aceptas?
En silencio, Anghelo se preguntó: ¿Cómo este animalito me va a enseñar esas
técnicas? Luego de pensarlo respondió:
- ¡Está bien, seré el protector! Pero, ¿cómo me enseñarás esas técnicas?
La sachavaca se alejó por un momento y a los cinco minutos regresó. Tenía algo
entre los dientes.
- ¡Toma!, esto era de nuestro anterior protector, era un científico quien cuidaba de
la fauna y flora de este lugar. Él se alimentaba de lo que criaba y sembraba. Hay
varios libros dentro de esta talega (bolsa de tela). Ahora ve a casa y haz como si no
hubiera pasado nada.
Anghelo, después de darle las gracias al animal regresó a su tambo muy
contento con su porongo con agua. El padre viendo que su hijo había tardado le
preguntó:
- ¿No te encontraste con algún animal por el monte?
A lo que Anghelo respondió.
-No. Ningún animal es capaz de vivir en este monte, ya que los seres humanos no
dejan prosperar la vida como se debe.
Entonces el padre le preguntó:
- ¿Y tú qué harías para que la vida prospere en este monte?
-Pues, sembrar árboles para que las aves puedan vivir en ellos, limpiar las
quebradas y los ríos para que tengamos peces y tratar de evitar la caza de animales
y así la vida en estos montes prosperaría.
El padre, contento con la respuesta que le dio su hijo, le dijo:
-Entonces, ¡manos a la obra! Es hora de hacer algo en bien de la naturaleza.
Huayrurito.