Hernias Discales

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Hernias Discales

Introducción

Una hernia de disco es la protrusión o salida del contenido discal dentro del canal
raquídeo o del agujero de conjunción. Su aparición es consecuencia de la pérdida de la
elasticidad que caracteriza al disco intervertebral. Diversas patologías o traumatismos, o
incluso, el propio envejecimiento hacen que los discos pierdan elasticidad, pudiendo
fragmentarse; el disco afectado se desplaza de su ubicación habitual, pudiendo
comprimir estructuras nerviosas y generar sintomatología.

El dolor de espalda es un problema importante tanto para los pacientes que lo sufren, en
primer lugar, como para los profesionales de la salud y para la sociedad en general. Su
origen puede ser diverso, al igual que su localización, que puede ser cervical, dorsal,
lumbar, etc. La hernia de disco es una de las causas potenciales de este dolor y a su
revisión se dedica el presente artículo.

La edad media en la que suele presentarse dolor neuropático en la pierna (ciática) como
resultado de una hernia discal, suele ser entre los 35 y 45 años. Parece que la frecuencia
disminuye en gente de edad más avanzada.

Las actividades sedentarias hacen que exista un mayor riesgo que los trabajos que
implican una actividad física intensa. El tabaquismo, la obesidad mórbida y la falta de
ejercicio son también factores que contribuyen a la aparición de hernias discales.

En algunos estudios se muestra que más del 50% del promedio de la población padece
una hernia discal asintomática. Se desconocen los motivos por los que una hernia discal
pasa a ser sintomática. En la mayoría de casos, un tratamiento conservador puede aliviar
los síntomas de una hernia discal y la protrusión suele reabsorberse en unos seis meses.

Solo una pequeña proporción de pacientes (menos del 5%) que padecen dolor en el
brazo o la pierna debido a la hernia discal puede que necesiten tratamiento quirúrgico.
Hernia Discal
La hernia discal o hernia de disco es una patología degenerativa de la columna vertebral
que, en la mayoría de los casos, se produce a causa de la edad. Otros factores causantes
son los golpes o traumas y la osteoporosis.
La columna vertebral está compuesta por vértebras que van desde la zona cervical hasta
la zona lumbar; entre cada una de las vértebras se ubican una especie de almohadillas
denominadas discos, formados por un anillo fibroso y su núcleo pulposo. El anillo
fibroso forma la parte externa del disco, es duro pero flexible y rodea el núcleo pulposo,
manteniéndolo y evitando que se desplace. Mientras que el núcleo pulposo, la parte
interna del disco, es gelatinoso y se encarga de amortiguar el peso.
Cuando el anillo fibroso se rompe o fracciona, el contenido del núcleo pulposo se sale.
La salida de ese tejido es lo que se conoce como hernia discal, técnicamente es la
herniación del núcleo pulposo. En el momento en el que el núcleo pulposo deja de
ocupar su lugar natural e invade otras zonas es cuando se da la hernia, que puede causar
daños en las raíces de los nervios o incluso a la médula. Y está compresión de las raíces
es la que produce el dolor.

Hernias Discales más frecuentes


El Servicio de Neurocirugía de Hospital Clínica Benidorm trata todo tipo de hernias
discales: Cervicales, Lumbares y Dorsales aunque, debido al movimiento, los discos
que más sufren son los de la región cervical (predominio vértebras C5-6) y los de la
región lumbar (predomino vértebras L4 -5).
En el caso de una hernia discal cervical, la salida del núcleo pulposo hacia el exterior
puede causar la compresión de raíces nerviosas o, en el peor de los casos, puede
producir una compresión medular. La médula es la encargada de transportar la
información motora al cerebro y de controlar los impulsos nerviosos de manera que, si
se comprime su función, puede quedar limitada y causar daños en extremidades y
esfínteres y, en extremis, producir una tetraparálisis.
En la zona lumbar, la salida de núcleo pulposo causa la compresión de terminaciones
nerviosas, pudiendo producir dolor, correspondiendo a las raíces y su anatomía, hasta
una parálisis parcial de las piernas o, en el peor de los casos, producir una pérdida de la
función de los esfínteres con retención de orina.

Etiología
Un disco herniado es con mayor frecuencia el resultado de un desgaste natural gradual y
relacionado con el envejecimiento llamado degeneración discal. A medida que las
personas envejecen, los discos se vuelven menos flexibles y más propensos a
desgarrarse o romperse, incluso con una tensión o torsión menor.
La mayoría de las personas no pueden precisar la causa de su hernia de disco. Algunas
veces, el uso de los músculos de la espalda en lugar de los de las piernas y los muslos
para levantar objetos pesados puede generar una hernia de disco, al igual que torcerse y
girar mientras levantas objetos. En raras ocasiones, un evento traumático como una
caída o un golpe en la espalda es la causa.

Aunque se ha aceptado que los traumatismos constituyen la principal causa de hernia


discal, no son la única etiología; parece existir también una predisposición genética. Los
traumatismos pueden agravar esta propensión y, finalmente, causar la rotura. En el
síndrome más completo, es posible que existan múltiples niveles de degeneración discal
grave en áreas diferentes

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una hernia de disco son, entre
otros:

• El peso. El exceso de peso corporal causa estrés adicional en los discos de


la región lumbar.
• El trabajo. Las personas con trabajos físicamente exigentes tienen un
mayor riesgo de padecer problemas de espalda. Los movimientos
repetitivos que implican levantar, halar o empujar objetos, inclinarse de
costado o girar el cuerpo también pueden aumentar el riesgo de sufrir una
hernia de disco.
• La genética. Algunas personas heredan la predisposición a tener una
hernia de disco.
• Fumar. Se cree que fumar disminuye el suministro de oxígeno a los discos
y hace que se deterioren más rápidamente.
• La conducción frecuente. Estar sentado durante largos períodos, sumado
a la vibración del motor del vehículo puede ejercer presión sobre la
columna vertebral.
• Ser sedentario. El ejercicio regular puede ayudar a prevenir una hernia de
disco.

Síntomas

La mayoría de las hernias de disco ocurren en la región lumbar, aunque también pueden
ocurrir en el cuello. Los signos y síntomas dependen de la ubicación del disco y de si el
disco presiona un nervio. Por lo general, las hernias de disco afectan un lado del cuerpo.

Dolor en brazos o piernas. Si tu hernia de disco se encuentra en la región lumbar,


además del dolor en esta zona, normalmente sentirás dolor en los glúteos, el muslo y la
pantorrilla. También podrías tener dolor en parte del pie.
Si tu hernia de disco está en el cuello, normalmente sentirás más dolor en el hombro y el
brazo. Este dolor puede aparecer en el brazo o la pierna cuando toses, estornudas o te
mueves a ciertas posiciones. El dolor se describe a menudo como agudo o ardiente.

Entumecimiento u hormigueo. Las personas que tienen una hernia de disco a menudo
presentan entumecimiento u hormigueo que se irradia en la parte del cuerpo a la que se
conectan los nervios afectados.

Debilidad. Los músculos a los que se conectan los nervios afectados tienden a
debilitarse. Esto puede hacer que tropieces o que tu capacidad para levantar o sostener
objetos se vea afectada.
Puedes tener una hernia de disco sin síntomas. Es posible que no sepas que la tienes a
menos que aparezca en una imagen de la columna vertebral.

Los signos y síntomas de las hernias discales no sólo se relacionan con el tamaño y la
localización estratégica de los fragmentos discales, sino también con el tamaño y la
configuración del conducto.

Complicaciones

La médula espinal termina justo por encima de la cintura. Lo que continúa a través del
canal medular es un grupo de raíces nerviosas largas que se asemejan a la cola de un
caballo (cauda equina). En pocas ocasiones, el disco herniado puede comprimir todo el
canal medular, incluidos todos los nervios de la cauda equina. Pocas veces, puede ser
necesaria una cirugía de urgencia para evitar la debilidad o parálisis permanente.

Busca atención médica de emergencia si presentas:

Empeoramiento de los síntomas. El dolor, el entumecimiento o la debilidad pueden


aumentar hasta el punto de dificultar tus actividades diarias.

Disfunción de la vejiga o de los intestinos. El síndrome de cauda equina puede causar


incontinencia o dificultad para orinar, incluso con la vejiga llena.

Anestesia en silla de montar. Esta pérdida progresiva de la sensibilidad afecta a las


áreas que estarían en contacto con una silla de montar: la parte interna de los muslos, la
parte posterior de las piernas y el área alrededor del recto.

Prevención

Para ayudar a prevenir una hernia de disco, haz lo siguiente:

Haz ejercicio. El fortalecimiento de los músculos del tronco estabiliza y sostiene la


espina dorsal.
Mantén una buena postura. Esto reduce la presión sobre la espina dorsal y los discos.
Mantén la espalda recta y alineada, en especial, cuando estés sentado durante periodos
prolongados. Levanta objetos pesados apropiadamente, haciendo que tus piernas (no tu
espalda) hagan la mayor parte del trabajo.

Mantén un peso saludable. El exceso de peso ejerce más presión sobre la espina dorsal
y los discos, haciéndolos más susceptibles a la hernia.

Deja de fumar. Evita el consumo de cualquier producto de tabaco.

Diagnóstico

Durante el examen físico, el médico te revisará la espalda para detectar sensibilidad. Es


posible que te pida que te acuestes y que muevas las piernas en varias posiciones para
determinar la causa del dolor.

El médico también puede realizar un examen neurológico para evaluar lo siguiente:

• Reflejos
• Fuerza muscular
• Capacidad para caminar
• Capacidad para sentir toques ligeros, pinchazos o vibraciones
En la mayoría de los casos de hernia de disco, un examen físico y los antecedentes
médicos son todo lo que se necesita para un diagnóstico. Si el médico sospecha de otra
afección o necesita ver qué nervios están afectados, puede ordenar uno o más de los
siguientes exámenes.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Radiografías. Las radiografías simples no detectan las hernias de disco, pero pueden
descartar otras causas del dolor de espalda, como una infección, un tumor, problemas de
alineación de la columna vertebral o un hueso roto.

Tomografía computarizada. Un escáner de tomografía computarizada toma una serie


de radiografías desde diferentes direcciones y luego las combina para crear imágenes
transversales de la columna vertebral y de las estructuras que la rodean.

Resonancia magnética. Se utilizan ondas de radio y un campo magnético fuerte para


crear imágenes de las estructuras internas del cuerpo. Este examen se puede utilizar para
confirmar la ubicación de la hernia de disco y para ver qué nervios están afectados.
Mielografía. Se inyecta una sustancia de contraste en el líquido cefalorraquídeo antes
de hacer una tomografía computarizada. Este examen puede detectar presión en la
médula espinal o en los nervios debido a múltiples hernias de disco u otras afecciones.

Pruebas neurológicas

Las electromiografías y los estudios de conducción nerviosa evalúan el movimiento de


los impulsos eléctricos a lo largo del tejido nervioso. Esto puede ayudar a determinar la
ubicación del daño nervioso.

Estudio de conducción nerviosa. Este examen mide los impulsos nerviosos eléctricos
y el funcionamiento de los músculos y nervios mediante electrodos que se colocan en la
piel. El estudio mide los impulsos eléctricos en las señales nerviosas cuando una
pequeña corriente atraviesa el nervio.

Electromiografía. Durante una electromiografía, el médico inserta un electrodo de


aguja a través de la piel en varios músculos. La prueba evalúa la actividad eléctrica de
los músculos cuando se contraen y cuando están en reposo

El tratamiento conservador (principalmente modificar las actividades para evitar el


movimiento que causa dolor y tomar medicamentos para el dolor) alivia los síntomas en
la mayoría de las personas en unos pocos días o semanas.

Medicamentos

Analgésicos no recetados. Si el dolor es de leve a moderado, tu médico puede


recomendarte analgésicos de venta libre, como acetaminofén (Tylenol, otros),
ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) o naproxeno sódico (Aleve).

Medicamentos neuropáticos. Estos medicamentos afectan los impulsos nerviosos para


disminuir el dolor. Estos incluyen gabapentina (Gralise, Horizant, Neurontin),
pregabalina (Lyrica), duloxetina (Cymbalta, Drizalma Sprinkle) y venlafaxina (Effexor
XR).

Relajantes musculares. Es posible que te receten relajantes musculares si tienes


espasmos musculares. La sedación y los mareos son efectos secundarios comunes.

Opioides. Debido a los efectos secundarios de los opioides y a la posibilidad de


volverse adicto a ellos, muchos médicos dudan en recetarlos para la protusión discal. Si
otros medicamentos no alivian tu dolor, tu médico podría considerar el uso a corto plazo
de opioides, como codeína o una combinación de oxicodona y acetaminofén (Percocet,
Oxycet). La sedación, las náuseas, la confusión y el estreñimiento son posibles efectos
secundarios de estos medicamentos.
Inyecciones de cortisona. Si el dolor no mejora con medicamentos orales, tu médico
puede recomendarte un corticoide que se puede inyectar en el área alrededor de los
nervios raquídeos. Las pruebas de diagnóstico por imágenes de la columna vertebral
pueden ayudar a guiar la aguja.

Terapia

El médico podría sugerirte fisioterapia para aliviar el dolor. Los fisioterapeutas pueden
mostrarte posiciones y ejercicios diseñados para minimizar el dolor de una hernia de
disco.

Cirugía

Discectomía

Pocas personas con hernias de disco necesitan cirugía. El médico podría sugerirte una
cirugía si los tratamientos más invasivos no logran mejorar tus síntomas después de
seis semanas, especialmente si continúas teniendo lo siguiente:

• Dolor mal controlado


• Entumecimiento o debilidad
• Dificultad para pararte o caminar
• Pérdida del control de la vejiga o de los intestinos
En casi todos los casos, los cirujanos pueden extirpar solo la parte sobresaliente del
disco. En raras ocasiones, el disco entero debe ser extirpado. En estos casos, es posible
que sea necesario fusionar las vértebras con un injerto de hueso.

Para permitir el proceso de fusión de hueso, el cual toma meses, se colocan piezas
metálicas en la columna vertebral para proporcionar estabilidad espinal. En pocos casos,
el cirujano podría sugerir la implantación de un disco artificial.

Estilo de vida y remedios caseros

Además de tomar los analgésicos que tu médico te recomienda, intenta:

Aplicar calor o frío. Inicialmente, las compresas frías se pueden utilizar para aliviar el
dolor y la inflamación. Después de unos días, podrías cambiar a un calor suave para dar
alivio y comodidad.
Evitar demasiado reposo en cama. Permanecer en la cama puede provocar rigidez
articular y debilidad muscular, lo que puede complicar su recuperación. En su lugar,
descansa en una posición cómoda durante 30 minutos y luego sal a caminar un rato o
haz algo de trabajo. Intenta evitar actividades que empeoren tu dolor.

Reanudar la actividad lentamente. Deja que tu dolor te guíe en la reanudación de tus


actividades. Asegúrate de que tus movimientos sean lentos y controlados, especialmente
al inclinarte hacia adelante y levantar objetos.

Medicina Alternativa

Algunos tratamientos de medicina complementaria y alternativa podrían ayudar a aliviar


el dolor de espalda crónico. Entre ellos se incluyen los siguientes:

Quiropraxia. Se ha demostrado que la manipulación espinal es moderadamente eficaz


para la lumbalgia que ha durado por lo menos un mes. En raras ocasiones, el tratamiento
quiropráctico del cuello puede causar ciertos tipos de accidentes cerebrovasculares.

Acupuntura. Aunque los resultados suelen ser modestos, la acupuntura parece aliviar el
dolor crónico de espalda y cuello.

Masajes. Esta terapia práctica puede proporcionar alivio a corto plazo a las personas
que sufren lumbalgia crónica.
Conclusión
La hernia de disco cervical es una patología que pueden ser evitada a tiempo siguiendo
los consejos médicos y fisioterapéuticos evitando los malos hábitos, que son
perjudiciales y causantes de esta enfermedad.
Una hernia de disco como enfermedad profesional, hace referencia a un problema con
una de las almohadillas suaves (disco) que se encuentran entre los huesos individuales
(vértebras) que se amplían y conforman la columna vertebral.
Una hernia de disco es un disco que se rompe. Cuando esto sucede, la sustancia
gelatinosa se escapa e irrita los nervios cercanos y causar dolor, e entumecimiento o
debilidad en los en los hombros y brazos si se produce en el cuello (columna cervical) y
en las piernas si se produce en la parte baja de la espalda (columna lumbar),
independientemente el lugar esto enfermedad puede causar ciática o un gran dolor
irreversible en la espalda si no es tratada.
Por eso mismo se recomienda tener un control tanto en las actividades que se necesite
cargar un peso proporcionalmente pesado y en cuidar nuestra salud, ya sea teniendo una
faja lumbar para las actividades que requieran nuestra fuerza física, tener buenos hábitos
como hacer ejercicio, tener una buena postura y hacernos chequeos cada tanto de
nuestra columna o cuerpo.
Bibliografía

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