La Tragedia Del Chapecoense
La Tragedia Del Chapecoense
La Tragedia Del Chapecoense
ASIGNATURA: METEOROLOGIA.
FECHA: 11/02/2023
Vuelos previos:
De acuerdo a las autoridades bolivianas, la aerolínea realizó
otros cinco viajes internacionales previos volando al límite
de la capacidad de combustible.
La compañía ya había transportado otros equipos que
debían jugar en competiciones de la CONMEBOL, así como
a la selección de fútbol de Argentina, que había volado en la
misma aeronave siniestrada solo 18 días antes del accidente.
En esa ocasión, el plan de vuelo entre Buenos Aires y Belo
Horizonte solo incluía 15 minutos más del combustible
necesario para completar el viaje, incumpliendo las reglas
de las autoridades aéreas argentinas, según las cuales el
combustible de un avión debe alcanzar para volar al menos
45 minutos más que el tiempo previsto de ruta. El vuelo salió
con una hora de retraso aunque nunca se explicaron las
causas. Además, un vocero de la AFA dijo «El piloto del
avión tiene más marketing que cursos realizados. Antes de
abordar dio un discurso diciendo que era la empresa
transportadora oficial de la Conmebol».
El 1 de noviembre, cuando el Atlético Nacional volvía de
jugar ante Cerro Porteño en Asunción, Ricardo Albacete,
uno de los dueños del avión, «se negó a hacer el depósito
para pagar esa compra de combustible, por lo cual los
mismos jugadores del equipo colombiano a bordo
efectuaron una colecta para recaudar los 3.000 dólares que
era el precio de ese combustible adicional».
De acuerdo al semanario Sol de Pando, «Albacete
"presionaba permanentemente a los pilotos bolivianos para
volar con el tanque a límite de su capacidad y sin
posibilidades de reabastecimiento de combustible, ya que el
empresario venezolano, como único dueño oficial del avión,
era el responsable de cubrir ese costo y se negaba a
pagarlo"».
El vuelo:
Ruta de vuelo del LaMia 2933. La línea azul indica la ruta
original, la línea roja la ruta seguida.
El avión realizaba un vuelo desde Santa Cruz de la Sierra
(Bolivia) hasta Medellín (Colombia), con nueve tripulantes y
68 pasajeros,34 la mayoría de ellos miembros titulares del
equipo brasileño de fútbol Chapecoense, que debían jugar
su partido de ida de la final de la Copa Sudamericana 2016,
en Medellín. La Autoridad Aeronáutica Civil brasileña
(ANAC) había negado la petición del Chapecoense de volar
en un chárter directamente entre São Paulo y Medellín, ya
que según el código brasileño de aeronáutica y el convenio
de Chicago, únicamente podía realizar un vuelo chárter
entre Brasil y Colombia una aeronave perteneciente a
alguno de esos dos países. No obstante el club optó por
seguir con LaMia, que ya había transportado a otros clubes
de fútbol, y para evadir dicha exigencia realizó una inusual
escala y cambio de aviones en Santa Cruz de la Sierra. Así,
los pasajeros salieron del Aeropuerto Internacional de
Guarulhos el 28 de noviembre en el vuelo OB 739 de
Boliviana de Aviación, que partió a las 14:22 y llegó a su
destino en el aeropuerto de Viru Viru en Santa Cruz de la
Sierra a las 16:50 (hora local; UTC−04:00). Allí cambiaron
al avión de LaMia, para continuar el viaje.
El peso de despegue fue estimado por la tripulación en
41.610 kg, por debajo del peso máximo al despegue de
41.800 kg. Los investigadores creen que el peso del equipaje
se subestimó y que el peso real del despegue fue 42.148 kg.
La distancia del vuelo previsto de Santa Cruz hasta Medellín
era de 2 983 kilómetros. El plan de vuelo de LMI2933
indicaba un tiempo estimado de vuelo de 4 h y 22 min, y una
autonomía de combustible de idéntica duración, lo que fue
cuestionado antes del despegue pero finalmente se le
autorizó a despegar, lo que se hizo efectivo a las 22:18 UTC.
Cronología del accidente
Altitud y velocidad a partir de los datos de vigilancia
dependiente automática. Las señales se perdieron a las
2:55:48 UTC.
Últimos 15 minutos del trayecto del vuelo (2: 41: 01-2: 55:
41 UTC). La estrella naranja indica la ubicación donde se
perdió la señal ADS-B. La explosión roja indica el lugar del
accidente.
A las 02:36 UTC, cuando el avión estaba descendiendo a
FL250 (25 000 pies / 7600 m) sonó una alarma en la cabina
de vuelo, notificando a los pilotos que tenían un máximo de
20 minutos de vuelo con el combustible disponible en los
tanques.
A las 02:42 el controlador de Medellín autorizó el vuelo a
continuar el descenso hasta FL210 y dirigirse al GEMLI
RNAV (área de espera), que se encuentra a unos 30 km del
umbral de la pista 01 del Aeropuerto Medellín.
En ese momento, un A320 de VivaColombia (FC8170 de
Bogotá a San Andrés) solicitó prioridad de aterrizaje en
Medellín, por una fuga de combustible. Otros tres aviones
estaban en espera a FL190, FL180 y FL170. A las 02:43:52
UTC, LMI2933 niveló a FL210, ajustó flaps a 18° y redujo
velocidad a 180 kt, informando a la controladora aérea de
Medellín, a las 02:45:03, que había entrado al circuito de
espera en FL210. A las 02:52:04 el piloto de LaMia solicita
"vectores para acercamiento", se le responde que "tiene
otro vuelo aproximando" (el LAN3020) y que estaban
revisando la pista, por lo que se solicita al LMI2933 informe
"qué tiempo tiene para permanecer en espera". Este
responde que tiene una "emergencia de combustible", por lo
cual se cancela la autorización al LAN3020, y se le indica al
LMI2933 que efectúe un "viraje por derecha" advirtiéndole
que "tiene los tránsitos a una milla debajo". A las 02:53:45
el motor #3 comenzó a apagarse, apagándose el motor #4
solo 13 segundos después, ninguna de estas dos situaciones
fueron informadas a la controladora, que aún sin saber este
dato, instruyó a los demás vuelos en el área para que le
despejen el camino al LMI2933. Mientras eso sucedía,
LMI2933 cruzó, sin autorización, la trayectoria de las demás
aeronaves sostenidas por debajo de él.
A las 02:54:47 los registros del FDR indican alarma
"master warning" y una reducción de potencia en el motor
#1 del 39,5% al 29%. A las 02:55:04 se apaga el motor #2 y
a las 02:55:41 se apaga el motor #1. A las 02:57:10 el piloto
del LMI2933 informa "falla total, sin combustible" y a las
02:58:42 se escucha la última comunicación del piloto
solicitando "vectores", no respondiendo el piloto a los
subsecuentes llamados del ATC Medellín.
El avión se estrelló en Cerro Gordo, una colina ubicada en
La Unión, a 5 minutos de la pista de aterrizaje del
aeropuerto José María Córdova y a una altitud de 3300 m.
Primero colisionó la parte posterior del avión, por lo que la
cola quedó sobre la cima de la montaña mientras que el
fuselaje y la cabina quedaron cuesta abajo.
Según algunos medios que pudieron entrevistarse con el
técnico de vuelo Erwin Tumiri, él habría indicado que
sobrevivió porque siguió los protocolos d emergencia,
poniendo su equipaje entre sus piernas y sentándose en
posición fetal; además habría mencionado que varios de los
pasajeros estaban de pie cuando ocurrió el accidente. Esta
información fue desmentida por el mismo Tumiri en
entrevistas posteriores a su regreso a Bolivia: «Nadie sabía
lo que estaba pasando en ese momento, todos creíamos que
íbamos a aterrizar normalmente, nos habían avisado que
nos abrocháramos los cinturones porque estábamos a poco
de aterrizar [...] Nadie se lo esperaba, por eso nadie gritó».
Esa información fue respaldada por otros supervivientes.
«Todo fue muy rápido, de un momento a otro vibró el avión,
se apagaron las luces y se prendieron las de emergencia»,
relató Tumiri al llegar a Bolivia. Suárez le dijo que «algo
está pasando» y «luego se apagó toda la luz y en cuestión de
minutos comenzó a vibrar (el avión) y pasó directamente el
impacto. Sentí como una hojalata doblándose, sentí el golpe
y ya desperté boca abajo en una pendiente». Tumiri ayudó a
la azafata a salir, ya que había quedado atrapada por el
arnés y cubierta por plásticos y estaba muy adolorida.
También la ayudó a subir por el terreno cubierto de lodo, en
total oscuridad. «Cuando descansábamos ya sentí recién
como pesadez en mi cuerpo, no podía mover mis brazos.
Ximena se estaba resbalando y me decía ayúdame, ayúdame,
y yo le decía ya no puedo Ximena, no puedo, porque mi
cuerpo ya no reaccionaba, ya me empezó a doler mi
columna, mis brazos, todo». Ambos viajaban en la parte
trasera del avión, pero separados.
Aproximadamente media hora después del impacto llegaron
los primeros rescatistas. Inicialmente algunos helicópteros
de la Fuerza Aérea Colombiana fueron incapaces de llegar
al sitio debido a la espesa niebla en la zona. El grueso de
rescatistas llegaron dos horas después del accidente y
encontraron los restos del avión esparcidos a través de un
área de cerca de 100 metros de diámetro. No fue hasta las
2:00 de la mañana del 29 de noviembre que el primer
superviviente llegó al hospital de La Ceja: Alan Ruschel,
uno de los jugadores de Chapecoense. En un principio,
fueron rescatadas seis personas con vida, pero una de ellas
moriría horas más tarde en el hospital. Horas más tarde, se
encontró al último superviviente del accidente, el futbolista
Neto, rescatado a las 05:40 hora local.48 De los 77
ocupantes, 71 murieron en el desastre; al principio se pensó
que eran 75 los fallecidos, pero más tarde se reveló que 4
pasajeros no abordaron el vuelo. De ellos, tres no lo hicieron
por problemas de agenda: el alcalde de Chapecó Luciano
Buligon, el presidente del consejo de esa ciudad Plinio Nes
Filho y Gelson Merisio, diputado de Santa Catarina. El
periodista y conductor radial Iván Carlos Agnoletto no
abordó el avión porque, al tener un documento de identidad
vencido, podía tener problemas al hacer migración en
Colombia.
Sobrevivientes:
Los futbolistas sobrevivientes fueron Alan Ruschel, el
arquero de reserva Jakson Follmann y Neto. Los otros
sobrevivientes fueron un periodista, Rafael Henzel de Rádio
Oeste, y dos miembros de la tripulación de vuelo: Ximena
Suárez, una sobrecargo, y Erwin Tumiri, un técnico de
vuelo, ambos de nacionalidad boliviana.
Follman recibió una cirugía de amputación de pierna
derecha y estuvo en unidad de cuidado intensivo, mientras
que Ruschel fue hospitalizado alrededor de las 3:00 AM con
«una compresión en la tibia, abdominal y la vértebra 10
fracturada». Por estas lesiones recibió cirugía de urgencia.
El 3 de diciembre le retiraron la respiración asistida y cuatro
días más tarde ya podía hablar y caminar, aunque con
ayuda.
Neto sufrió fracturas expuestas y requirió asistencia
ventilatoria mecánica. Fue operado varias veces por
«lesiones en las extremidades inferiores y heridas abiertas.
Lo más importante es que la parte neurovascular está muy
bien y ahora esperaremos las 48 horas que requieren el
proceso de mejoría del índice de oxigenación muscular»,
según dijo el médico Juan Antonio Rodríguez, que lo
atendió en la Clínica San Juan de Dios de La Ceja, donde
estuvo internado el jugador en cuidados intensivos, donde
fue mantenido con sedación profunda.
Henzel fue intervenido por una hemorragia pulmonar y
fractura de varias costillas, y también permaneció con apoyo
de ventilación mecánica. También fue tratado por una
neumonía. Sin embargo Henzel falleció a los 45 años
producto de un infarto fulminante mientras jugaba fútbol
con unos amigos el 26 de marzo de 2019.62
Tanto el técnico de vuelo, Erwin Tumiri, como la auxiliar de
vuelo Ximena Suárez, tuvieron heridas de menor
consideración respecto a los otros supervivientes y sus vidas
no estaban en riesgo. Ambos recibieron apoyo psicológico.
El 3 de diciembre, Tumiri fue el primero de los seis en ser
dado de alta, si bien seguía utilizando un collarín cervical,
por precaución. Volvió a Bolivia acompañado de un equipo
de médicos de aquel país y fue internado por 48 horas en
observación, a pesar de tener «ligeros datos de edema
cerebral por las contusiones de los golpes que ha tenido y
algunas heridas que ha sido tratadas en el lugar de origen».
Paulatinamente fueron dados de alta Follman, Ruschel,
Henzel y Neto, que volvieron a Brasil para seguir bajo
cuidado médico.
La última sobreviviente en abandonar Colombia fue Ximena
Suárez, quien fue atendida por una fractura en la mano
derecha, múltiples heridas en el cuerpo, así como en el
tobillo. Se le recomendó utilizar un corsé ortopédico.