Enteroparasitosis
Enteroparasitosis
Enteroparasitosis
• Enteroparasitosis por pluricelulares- Son parasitosis intestinales producidas por los gusanos
(helmintos), que se clasifican en gusanos de sección redondeada (nematodos) y de sección
aplanada (cestodos).
NEMATODES
• Ascaris lumbricoides.
• Si bien su frecuencia ha disminuido considerablemente en la Región Metropolitana, mantiene una
endemia de importancia progresiva hacia el sur del país, con frecuencias del orden de 20% en
diversos estudios en las zonas lacustres. Su impacto clínico se correlaciona con el número de
parásitos, duración y repetitividad de la infección, así como con la edad y el estado nutricional del
paciente, pero puede bastar un solo parásito para dañar gravemente e incluso llegar a
repercusiones fatales.
Estrongyloides estercoralis.
La estrongiloidiasis es una infección por Strongyloides stercoralis. Esta enfermedad produce
exantema y síntomas pulmonares (tos y sibilancias), eosinofilia y dolor abdominal con diarrea. El
diagnóstico se basa en el hallazgo de larvas en heces, contenidos del intestino delgado o, en
ocasiones, esputo, o a través de la detección de anticuerpos en la sangre
• Trichuris trichura.
• Su epidemiología ha seguido un curso similar a Ascaris disminuyendo dramáticamente en zonas
urbanas, pero persistiendo en las rurales, especialmente en ambientes temperados y húmedos.
• Enterobius vermicularis.
• A diferencia de los anteriores, por sus características de transmisión, este no depende de las
condiciones ambientales, por lo que mantiene una alta prevalencia en todas las áreas geográficas y
en todos los estratos socioeconómicos. Afecta a todo el grupo familiar o institucional, lo que debe
ser considerado en su tratamiento, además de las medidas complementarias para eliminar o
disminuir los huevos del
ambiente domiciliario.
CESTODES
• Hymenolepis nana.
• Es el cestode humano más pequeño (aproximadamente 5 mm) y más frecuente en nuestro país. Su
infección es múltiple y afecta principalmente la edad pediátrica. Puede alterar la absorción
intestinal en infecciones masivas. Su frecuencia ha disminuido gradualmente, pero persiste
especialmente en relación a condiciones sanitarias y ambientales deficitarias.
• Taenia saginata.
• Mayormente prevalente en adultos por su mecanismo de infección (ingestión de carne de vacuno
cruda o mal cocida). Más frecuente que T. solium, pero también su frecuencia ha disminuido,
especialmente en zonas urbanas.
• Taenia solium.
• También con más prevalencia en adultos. Se adquiere por ingestión de carne de cerdo cruda o mal
cocida. Su mayor impacto en la edad pediátrica es el de sus huevos, inmediatamente infectantes,
que producen cisticercosis humana, siendo las localizaciones cerebrales y oculares las de real
trascendencia médica.
• Diphyllobothrium latum.
• Al igual que las dos anteriores, también es más frecuente en adultos, ya que se adquiere por la
ingesta de peces crudos o mal cocidos.
• Hymenolepis diminuta.
• Cestode de 20 a 30 cm, propio del ratón, pero que por los hábitos de la edad pediátrica puede
ocasionalmente infectar al niño.
• Diphilidum caninum.
• Cestode propio del perro (proglótidas con forma de pepas de melón). Al igual que H. diminuta,
produce infecciones muy esporádicas en la edad pediátrica.
• Fasciola hepática:
• Si bien es un gusano plano, no es cestode, sino que trematode (cuerpo no segmentado en
proglótidas). Tampoco está en el tubo digestivo como los anteriores, sino que en la vía biliar. Se
adquiere por la ingestión de berros y su impacto clínico dependerá fundamentalmente de la carga
parasitaria, presentándose en diversas formas: dolor abdominal, síndrome febril, eosinofilia severa
y/o ictericia obstructiva. La educación de la población y el cultivo "higiénico" de los berros han
contribuido al control gradual de este problema.
PROTOZOOS
• Giardia intestinalis.
• De gran importancia en la edad pediátrica, con frecuencias habituales entre el 20 y 30% o
superiores en diversos estudios de jardines infantiles y niños de edad preescolar y escolar. Si bien
frecuentemente evoluciona en forma asintomática u oligosintomática, en el contexto de la diarrea
crónica y el síndrome de malabsorción, es lejos la etiología más prevalente. Aun en ausencia de
síntomas debe ser tratado.
• Entamoeba histolytica.
• Pese a su mecanismo de transmisión, en nuestro país afecta
preferentemente al adulto. En el lactante se presenta más como una
rectocolitis con deshidratación que como síndrome disentérico.
• Blastocystis hominis.
• Considerado por muchos años como un comensal, actualmente se le
atribuye un rol patogénico, asociándose a sintomatología digestiva en
numerosas comunicaciones, por lo que se recomienda que sea incluido en
los informes parasitológicos y su eventual tratamiento dependerá del
criterio clínico.
• Entamoeba coli.
• Es una ameba mayormente no patógena del género Entamoeba que es de
importancia clínica. Primero, porque a una persona sana no le causará daño o malestar, pero si las
defensas naturales corporales están bajas o en casos de mala nutrición, sí causará daño. Segundo,
es importante en medicina, porque a menudo es confundida
durante el examen microscópico de heces, con la especie
patogénica Entamoeba histolytica. Aunque esta última
diferenciación entre las dos especies es típicamente hecha por
examen visual de los quistes del parásito con el microscopio de luz,
se han desarrollado nuevos métodos y técnicas para facilitar la
distinción.
• Cryptosporidium parvum.
• Descrito en niños solo desde mediados de la década de los ’80, se ha constituido como la primera
causa parasitaria de diarrea aguda en pediatría. Si bien puede afectar en todas las edades, tiene
especial predilección por los lactantes y preescolares, provocando diarreas agudas y/o prolongadas.
En el inmunocomprometido, especialmente en el SIDA, constituye una
temible complicación, ya que se presenta con severidad y refractariedad
al manejo, no existiendo a la fecha ningún tratamiento específico
probadamente efectivo. En el contexto de todas las etiologías de diarrea
aguda en pediatría y en numerosos estudios ocupa el cuarto lugar
después de Rotavirus, E. coli y Campylobacter.
• Isospora belli.
• Mayor frecuencia en adultos, pero también afecta las edades pediátricas
presentándose clínicamente similar a Cryptosporidium, pero posee la
característica de ser el único protozoo intestinal que se asocia a eosinofilia
elevada.
• Sarcocystis hominis.
• Se adquiere por ingerir carne de cerdo o vacuno cruda o mal cocida, con
quistes tisulares. Por este mecanismo es de mayor frecuencia en la edad
adulta y causal de diarreas autolimitadas.
• Ciclospora cayetanensis.
• De muy reciente descubrimiento, es muy similar a Cryptosporidium. Ha
sido responsable de brotes epidémicos de diarrea en diversos países. Aún
no conocemos su real importancia epidemiológica en nuestro país
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
• Los dolores son los síntomas más frecuentes. Se localizan en el abdomen y
se presentan como dolores erráticos, tipo cólico, casi siempre en relación
con el marco colónico y en especial en los flancos.
• Suele acompañarse con estado nauseoso y sensación de opresión en epigastrio.
• Alteración del ritmo defecatorio existiendo más comúnmente diarreas que constipación.
• Pérdida del apetito.
• Decaimiento. Intolerancia, que antes no existía, a ciertos alimentos (quesos, verduras, embutidos).
• Prurito anal y nasal (especialmente nocturnos). Palidez de piel y mucosas. Trastornos de conducta
y nerviosismo.
• Trastornos en la absorción intestinal.
• A veces Tos.
• La influencia nociva de ésta patología es variable y va desde levísimas perturbaciones al estado
ostensible de enfermedad, dentro de las cuales se puede aceptar que un paciente se encuentra en
situación de enfermedad subclínica, o de enfermedad sintomática, leve moderada o grave, pero el
criterio a no dejar de considerar, es que en todos los casos estamos en presencia de un enfermo
parasitado.
• Los pacientes infestados pero asintomáticos son los llamados “portadores aparentemente sanos”, a
quienes se debe identificar y prescribir tratamiento, para evitar la “diseminación” parasitaria.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
• EOSINÓFILOS
• Se habla de eosinofilia cuando existe una cantidad igual o mayor a 400 eosinófilos circulantes. En la
vida neonatal y fetal pueden ser producidos en sitios extramedulares (hígado, bazo, timo, nódulos
linfáticos), pero en el adulto son elaborados exclusivamente por la médula ósea; constituyen el 2 a
5% de los leucocitos periféricos, son esféricos y miden 10-15 µ de diámetro, con un núcleo con dos
lóbulos unidos por un puente de cromatina.
• La función y características del eosinófilo en infecciones parasitarias se ha esclarecido
recientemente. Se ha visto que estas células en presencia de antígenos parasitarios poseen un
tiempo de generación medular menor y emergen desde la médula en 18 horas. Además se ha
comprobado que expresan un mayor número de receptores Fc para IgE, IgG y complemento (C3b,
C4), lo cual sería una evidencia de que el parásito influye en la maduración celular.
• Acerca de su función, hay evidencias que indican su tendencia a la destrucción y/o al daño de los
parásitos
• ALBÚMINA
• Es un indicador de pronóstico general de fácil determinación y asociada a déficit nutricional. En
clínica es el más utilizado y si está disminuida (valor normal mayor a 3.2 gr%) en ausencia de estrés
permanece reducida por más de siete días por déficit nutricional. Es excretada por el hígado con
una vida media de 15 - 20 días.
• Valor Normal= >3.2
• Desnutrición I Leve= 2.8-3.2 gr/100ml
• II Moderada=2.1-2.7 gr/100ml
• III Severa=<2.1 gr/100ml (11)
• EXAMEN COPROPARASITOLÓGICO
• Esta prueba permite identificar los parásitos presentes en el tracto gastrointestinal.
• Existe una gran diversidad morfológica en los organismos estudiados por la parasitología, ya que se
incluyen tanto unicelulares (protozoos) como los gusanos (helmintos), que se clasifican en gusanos
de sección redondeada (nematodos) y de sección aplanada (cestodos).
TRATAMIENTO
• PARA PLURICELULARES
Albendazole
Adultos: Tabletas de 400 mg.
1tab. 400 mg al día en dosis única, durante tres días consecutivos.
1tab. 200 mg cada 12 horas, durante tres días consecutivos
Niños: Albendazol 20 mg/ml, Frasco de 20 ml.
100 mg/12h.
Mebendazol
Adultos: Tabletas de 100 mg.
200 mg cada 12 horas, durante tres días consecutivos.
Niños: Cada 5 mL de suspensión contienen: Mebendazol 100 mg.
100 mg cada 12 horas, durante tres días consecutivos.
PARA UNICELULARES
Tinidazol
Adultos: Tabletas de 500 mg.
2 tabletas cada 12 horas durante tres días consecutivos.
Niños: SUSPENSIÓN ORAL 100 mg/ml.
Una dosis única de 50 a 60 mg/kg de peso corporal por día durante 5 días sucesivos.
PARA PLURICELULARES Y UNICELULARES
Nitazoxanida:
Niños: Frasco con polvo para 30 o 60 ml. Una vez hecha la mezcla cada 5 ml contienen 100
mg de nitazoxanida.