Tema 5 Austrias
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Tema 5 Austrias
Los Austrias
1. La época de Carlos V
Carlos de Habsburgo fue proclamado rey en el año 1516. El hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca
recibió de sus padres una gran herencia territorial:
• De sus abuelos maternos, los Reyes Católicos, recibió Navarra y las Coronas de Castilla y
Aragón, incluidos los territorios conquistados en América y las posesiones italianas.
• De sus abuelos paternos, Maximiliano de Austria y María de Borgoña, heredó las posesiones
alemanas de la Casa de Austria, los Países Bajos, el Franco Condado y Luxemburgo. Además, en el año
1519 recibió el título de emperador alemán, por lo que se convirtió en Carlos I de España y V de
Alemania.
♦ Las Comunidades. Se inició en el año 1520 en Toledo, Burgos y Segovia. Los comuneros
reconocieron como reina a Juana, madre de Carlos, y organizaron un ejército, pero las tropas reales les
derrotaron en el año 1521 en la batalla de Villalar. Sus principales líderes, Padilla, Bravo y Maldonado,
fueron ajusticiados, y la autoridad del monarca fue restablecida en Castilla.
♦ Las Germanías. Tuvieron lugar en Mallorca y Valencia entre los años 1521 y 1523, aunque las
tropas de Carlos, terminaron derrotando a los agermanados.
★ Conflicto con Francia. La rivalidad contra el rey francés Francisco I estuvo motivada por el control
del ducado de Milán. Carlos I salió victorioso en la batalla de Pavía en el año 1525, lo que le permitió
mantener su dominio sobre ese territorio italiano.
★ Conflicto con los turcos. La expansión otomana amenazaba la estabilidad en el Mediterráneo. Los
turcos, comandados por Suleiman I, llegaron a sitiar Viena, pero Carlos V logró frenar su avance.
★ Conflicto con los protestantes. Carlos V trató de defender el catolicismo en el Imperio, pero sin
enfrentarse directamente con los príncipes alemanes. Las negociaciones fracasaron y Carlos inició una
guerra contra a los protestantes. Finalmente, la Paz de Augsburgo (1555) reconoció la libertad religiosa
en el Imperio.
Al año siguiente, enfermo y agotado, Carlos abdicó y repartió sus posesiones. A su hermano Fernando le
entregó el título imperial; a su hijo Felipe le correspondió el resto de las posesiones. El emperador se retiró
al monasterio de Yuste (Cáceres), donde falleció en 1558.
Las constantes guerras mantenidas por Carlos V para defender sus intereses suponían un enorme
desembolso económico. Para sufragar estos gastos, el rey incrementó la presión fiscal sobre sus súbditos
con crecientes impuestos.
A ellos se sumaban las remesas de oro y plata que empezaban a llegar de América y que suponían una
importante fuente de ingresos para la Corona.
Aun así, los gastos seguían siendo superiores a los ingresos, por lo que Carlos recurrió a préstamos con
banqueros alemanes e italianos. Ello aumentó el endeudamiento de la Hacienda Pública y fue el origen de
serios problemas económicos.
2. El reinado de Felipe II
Aunque nunca ostentó el título de emperador, Felipe II heredó de su padre un verdadero imperio. A
diferencia de este, apenas salió de España y convirtió Madrid en su capital. En sus proximidades, levantó
el monasterio y residencia real de El Escorial, desde donde gobernó su inmenso imperio.
Felipe II acentuó el carácter autoritario de la monarquía creada por los Reyes Católicos. Las Cortes
fueron convocadas en pocas ocasiones, y el monarca dirigió personalmente las tareas de gobierno
apoyado en una extensa burocracia. Así, el Estado logró una dimensión que implicaba cuantiosos gastos.
En el exterior, Felipe II pretendió conservar y ampliar sus dominios y defender el catolicismo frente a los
otomanos y los protestantes. Para ello, tuvo que atender numerosos frentes:
★ Francia. Tras derrotar a los franceses en la batalla de San Quintín (1557) y obligarles a firmar la
Paz de Cateau-Cambresis, la rivalidad renació a finales de su reinado.
★ Imperio turco. Felipe II formó con Venecia, Génova y el papado la Liga Santa, que derrotó a los
turcos en la batalla de Lepanto (1571).
★ Portugal. Tras la muerte del rey portugués, Felipe II planteó sus derechos sucesorios como hijo de
la infanta Isabel de Portugal. Los portugueses se negaron, pero la victoria española en la batalla de
Alcántara (1581) les obligó a reconocer a Felipe II como rey. Con las posesiones portuguesas, Felipe II
reunía bajo su Corona un amplio imperio alrededor del mundo
★ Países Bajos. El calvinismo se había extendido por Holanda, donde se produjo revuelta de tintes
independentistas. En 1556, las provincias del Norte se declararon independientes bajo el nombre de
Provincias Unidas. Durante años, se intentó sofocar la revuelta sin éxito, por lo que el problema fue
heredado por los sucesores del monarca.
★ Inglaterra. La reina Isabel I había consolidado el anglicanismo. Además, apoyaba a los corsarios
que atacaban los buques españoles y a los rebeldes de los Países Bajos.
Por ello, Felipe II armó una gran escuadra contra Inglaterra, denominada la Armada Invencible, que fue
derrotada con estrépito en el año 1588.
Los gastos provocados por las constantes guerras y por el complejo aparato administrativo consumieron
enormes recursos. Además, las deudas contraídas acuciaban al monarca, que veía cómo se devaluaba el
precio de los metales traídos de América.
Por ello, durante el reinado de Felipe II, la Monarquía Hispánica sufrió tres bancarrotas (1557, 1575 y
1596), en las que el país no pudo hacer frente a los pagos que tenía que realizar. Ello obligó a aumentar los
tributos y a recurrir a nuevos préstamos, que situaron a la Hacienda Pública en una coyuntura muy
desfavorable
3. La crisis de la Monarquía Hispánica
■ La crisis económica
A lo largo del siglo XVII, la economía española experimentó una grave depresión que afectó
principalmente a Castilla, que soportaba la mayor parte de los gastos de la política de la
monarquía.
● La agricultura vivió un período de crisis. La despoblación del campo se produjo por las
constantes epidemias, las levas para la guerra y el traslado de los campesinos a las
ciudades, huyendo de los fuertes tributos. Ello provocó un descenso de la producción.
● La industria artesanal experimentó un gran deterioro debido a la competencia de
productos europeos más baratos y a la reducción del consumo. Como resultado, muchas
ciudades, especialmente las de la Corona de Castilla, vieron reducidas sus actividades y
su población.
● El comercio sufrió una notable disminución. La crisis generalizada provocó la decadencia
de las ferias castellanas y del comercio con América.
● La Hacienda Real también entró en crisis, debido al aumento de los gastos de la corte, las
continuas guerras y la disminución del oro y la plata procedentes de América.
La monarquía intentó salir de esta situación con subidas de impuestos y con la venta de
títulos nobiliarios y cargos públicos a particulares, pero estas medidas tuvieron poco éxito.
■ La crisis demográfica
La población española había crecido de forma continuada durante el siglo XVI; sin embargo, en el
siglo XVII sufrió un profundo estancamiento, e incluso el centro y sur peninsulares experimentaron
una importante disminución.
Se estima que la población, que en 1600 era de 8,2 millones de habitantes, quedó reducida a 7
millones al final de la centuria.
Las causas principales fueron las epidemias de peste que causaron miles de fallecidos; la
emigración al Nuevo Mundo; la expulsión de los moriscos; y las permanentes guerras.
■ La crisis social
Todos estos factores explican la escasa importancia que tuvo en España la burguesía, la clase
dedicada a los negocios y las finanzas.
El enorme imperio de Felipe II fue heredado por su hijo Felipe III, un rey de carácter débil y
escasas dotes políticas, que delegó los asuntos de gobierno en un ministro, denominado favorito
o valido.
El valido de Felipe III fue el duque de Lerma, preocupado más por sus intereses que por los
asuntos de gobierno, y que fue sustituido en 1618 por su hijo, el duque de Uceda.
Durante este reinado siguieron agravándose los problemas económicos. Por ello, en 1607 se
produjo una nueva bancarrota.
Una de las medidas adoptadas en el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos en el
año 1609, decisión que tuvo unos efectos demográficos y económicos desastrosos.
El agotamiento tras las guerras del siglo anterior y la mala situación económica llevaron a la firma
de la paz con Inglaterra (1604) y a la Tregua de los Doce Años con los rebeldes holandeses de
las Provincias Unidas (1609).
■ El reinado de Felipe IV
Felipe IV delegó los asuntos de gobierno en un nuevo valido, el conde-duque de Olivares, cuyo
objetivo prioritario fue mantener la hegemonía en Europa.
Olivares aumentó los impuestos, trató de recortar la autonomía de los diversos reinos de la
monarquía e intentó repartir los gastos militares entre todos los territorios.
Estas medidas provocaron la sublevación de Cataluña (1640), que pidió ayuda a Francia.
Además, en Portugal el duque de Braganza se proclamó rey.
Ello obligó a largas guerras que lograron recuperar Cataluña (1652), pero no así Portugal, que se
separó definitivamente de la monarquía española en el año 1668.
En el exterior, la Guerra de los Treinta Años evolucionaba negativamente y las tropas españolas
fueron derrotadas en Rocroi (1643). Felipe IV tuvo que firmar la Paz de Westfalia (1648) (mapa
304). por la que España perdía la hegemonía europea y reconocía la independencia de las
Provincias Unidas. Aun así, prosiguió la guerra contra los franceses hasta la Paz de los Pirineos
(1659). Página 302 y 303
■ El reinado de Carlos II
Carlos II sucedió a Felipe IV con tan solo cuatro años de edad, por lo que su madre, Mariana de
Austria, gobernó como regente hasta la mayoría de edad del monarca. Carlos II era un rey débil y
enfermizo, incapaz de ejercer las labores de gobierno.
El principal problema de su reinado fue la cuestión sucesoria, dada la incapacidad del rey para
tener hijos. Las monarquías europeas comenzaron a intrigar para lograr los territorios del Imperio
español.
Carlos II falleció en 1700 habiendo nombrado heredero a Felipe de Anjou, perteneciente a la
dinastía francesa de los Borbones. Ello provocó el estallido de la Guerra de Sucesión, en la que
Francia se enfrentó a Holanda, Inglaterra y Austria, que apoyaban al otro candidato al trono, el
archiduque Carlos de Austria.