7 de Enero
7 de Enero
7 de Enero
LA ENFERMERA REACIA
Christine
La familia de Christine era tan pobre, que la envia- encontrado una oportunidad de trabajo extraordina-
ron a un internado de Uganda para que la criaran unos ria. Luego de que la recogieron, se sorprendió al ver
sacerdotes. Uno de los sacerdotes se convirtió en un que el automóvil entró a la sede del Centro M édico
padre para ella. Siempre se preocupó de su bienestar e, Adventista. Ella no quería trabajar en un área rural, sin
incluso después de que ella se fuera del internado y se embargo, no tenía otra opción. Así que aceptó a rega-
graduara de enfermera, él le siguó ofreciendo su ayuda. ñadientes y se mudó a una vivienda local.
Christine estaba buscando trabajo como enfermera Los cambios que Christine experimentó en su nue-
y el sacerdote le aconsejó que no se quedara a trabajar vo trabajo no fueron fáciles. Primero, se sentía como
en la ciudad. “Terminarán atrapándote las tentaciones prisionera por vivir en el campo. En segundo lugar,
de la vida en la ciudad”, le dijo. se asombró al ver a la gente adorando en sábado. No
Christine siempre había confiado en lo que el sacer- podía imaginar que Dios estuviera presente en una
dote le aconsejaba, pero no estaba segura de querer comunidad así. Sin embargo, resultó que la iglesia más
vivir en el campo. Pensaba que la vida sería mucho cercana de su denominación se encontraba demasiado
más cómoda en la ciudad. lejos para asistir los domingos.
Un día, mientras buscaba trabajo, en un anuncio vio ¿Qué puedo hacer además de sentarme aquí en
que se necesitaban enfermeras en un centro médico soledad?, pensaba.
adventista del séptimo día. Dudó en postularse para el Constantemente, muchos adventistas llegaban
trabajo porque sabía que el centro médico pertenecía donde Christine para visitarla y orar con ella. Todos los
a la Iglesia Adventista. Además, se dio cuenta de que sábados cantaban, oraban y estudiaban la Biblia con
el centro médico estaba en el campo y realmente no ella. El corazón de Christine se conmovió por su ama-
quería irse de la ciudad. Así que sacó esa oportunidad bilidad. Le gustaba cantar con ellos. Su corazón se fue
de trabajo de su mente. Pero el sacerdote la llamó por abriendo lentamente al estilo de adoración diferente
teléfono: para ella de los adventistas, aunque le preocupaba lo
-Prepárate -le dijo-. Estoy enviando a alguien a bus- que diría el sacerdote si se enteraba.
carte para que te lleve a tu nuevo lugar de trabajo. Los miembros de la iglesia continuaron visitándola,
-¿Dónde voy a trabajar? -le preguntó ella. pero ella ignoraba persistentemente sus llamados
-Solo date prisa y prepárate - le dijo el sacerdote-. para unirse a la Iglesia Adventista. Después de tres
La oferta de trabajo se cerrará pronto. años, dejaron de pedírselo. Durante ese tiempo, Chris-
Christine se imaginó que el sacerdote le había tine reflexionó sobre esos llamados y sobre lo que
había aprendido durante los estudios bíblicos. Incluso
convenció a su propia hermana para que se uniera a CÁPSULA INFORMATIVA
la Iglesia Advent ist a. “Enseñan la verdad “, le dijo a su
hermana. El primer adventista que llegó a Uganda fue
Christine dejó de ir a su iglesia, pero seguía indeci- E. C. Enns, un misionero alemán que traba-
sa sobre si unirse o no a la Iglesia Adventista. jaba en Suji, en la región Pare de Tanzania
Un sábado en la mañana, un miembro de la iglesia (para ese entonces Tanganica) y que ingresó
la invitó a asistir a un campestre. La invitación sonó al país desde el sur de Nyanza, Kenia, en
como música a sus oídos. ¡Hoyes el día!, pensó Christi- 1906. Sin embargo, la obra no comenzó en
ne. Uganda hasta más de veinte años después,
en 1927. Esta larga demora probablemente
En secreto, se llevó una muda de ropa con ella. Ha-
se debió a los conflictos pol íticos y religio-
bía visto muchos bautismos en los últimos tres años y sos que azotaban la región.
sabía qué hacer. Cuando el pastor hizo el llamado, ella
caminó hacia el frente para el bautismo. Todos los que Los misioneros adventistas que llegaron a
la conocían se sorprendieron, ya que ella no le había Uganda notaron que el país estaba dividido
contado a nadie su deseo. Christine salió de las aguas en zonas entre los misioneros protestantes
del bautismo llena de alegría. anglicanos, los misioneros católicos y los
Hoy, Christine le da el crédito a Dios por haberla musulmanes. En consecuencia, fueron en-
llevado al centro médico adventista, cuyo nombre viados a Nchwanga, donde se esperaba que
completo es Dispensario Adventista del Séptimo Día fracasaran, ya que se trataba de una zona en
de Nchwanga: “Fui a regañadientes a Nchwanga, pero conflicto en la que la gente des- confiaba de
Dios fue bueno y misericordioso conmigo en este lugar cualquier cosa que viniera de Kampala y de
—dice ella— Mi experiencia en Nchwanga fue el punto Buganda. Gracias a la Providencia, los ad-
ventistas pudieron establecer una estación
de inflexión en mi vida”.
Parte de la ofrenda del decimotercer sábado de misionera en NchwanGa en el año 1927.
este trimestre ayudará a abrir un centro de capacita-
ción agrícola para jóvenes en Nchwanga, Uganda.
“Estimado oyente —dice Christine—, por favor apoya
el establecimiento de este centro de capacitación
que también ayudará a transformar muchas vidas en
Uganda”.