Su098-18
Su098-18
Su098-18
En principio, las normas sobre cesantías que establece la Ley 50 de 1990 sólo
eran aplicables a los trabajadores que se vinculaban mediante contrato de
trabajo y que se regían por las normas del Código Sustantivo del Trabajo. No
obstante, con la expedición de la Ley 344 de 1996, (artículo 13, reglamentado
por el Decreto 1582 de 1998), el régimen anualizado de cesantías se extendió a
todas las personas que se vincularan con los órganos y entidades del Estado a
partir del 31 de diciembre de 1996. En particular, consagró que el régimen de
liquidación y pago del auxilio de cesantías de los servidores públicos del orden
territorial sería el previsto, entre otros, en el artículo 99 de la Ley 50 de 1990
que consagra la sanción por el no pago de las cesantías en los términos allí
previstos.
SANCION MORATORIA POR PAGO TARDIO DE LAS
CESANTIAS-Régimen aplicable a los servidores públicos también lo es
para los docentes oficiales
PAGO DE SANCION MORATORIA DE LAS CESANTIAS A
DOCENTES OFICIALES-Jurisprudencia del Consejo de Estado
la jurisprudencia del Consejo de Estado: (i) ha reconocido el pago de la sanción
moratoria por no consignación de las cesantías en tiempo, de conformidad con
lo estipulado en el numeral 3° del artículo 99 de la Ley 50 de 1990 a servidores
públicos y no admite que el empleador se sustraiga de consignar las cesantías
anualizadas aún en supuestos de procesos de reestructuración, en razón a que
las acreencias laborales tienen una especial protección en el ordenamiento
jurídico colombiano; (ii) ha sostenido que el Legislador no limitó la sanción
moratoria que contempla la Ley 244 de 1995 modificada por la Ley 1071 de
2006 a determinados servidores públicos, de modo que no puede inferirse la
exclusión de regímenes especiales como el de los docentes; (iii) en lo que
concierne al reconocimiento y pago de la sanción moratoria que establece la
Ley 50 de 1990 no ha accedido a dicha solicitud. El Consejo de Estado aduce
que dicha normativa sólo cobija a los servidores públicos del orden territorial
que se encuentren afiliados a un fondo privado de cesantías. Este mismo órgano
judicial aclaró que en caso de que los docentes se hubiesen vinculado a partir de
1990 los ampara el régimen prestacional de los empleados del orden nacional y
se encuentran afiliados al FOMAG, razón por la que no tienen derecho a ese
pago. Por otra parte, (iv) existe un precedente constitucional en el que se
accedió al reconocimiento y pago de la sanción moratoria establecida en la Ley
50 de 1990 a un docente porque el ente territorial omitió afiliarlo al FOMAG y
no le consignó las cesantías, aproximadamente, durante dos periodos
consecutivos.
PRINCIPIO DE FAVORABILIDAD LABORAL-
Aplicación/PRINCIPIO DE FAVORABILIDAD LABORAL-
Obligatoriedad
El principio de favorabilidad fue consagrado por el Constituyente y por el
Legislador como uno de los dispositivos de solución de conflictos surgidos con
ocasión del choque o concurrencia de normas o interpretaciones vigentes y
aplicables simultáneamente a un caso determinado. Así mismo, se desprende que
3
Expediente T-6.736.200
Magistrada Ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
4
Expediente T-6.736.200
SENTENCIA
El asunto llegó a esta Corporación por remisión que efectuó la Secretaría General
de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, según lo
ordenado por el artículo 32 del Decreto 2591 de 1991. El 21 de mayo de 2018, la
Sala de Selección Número Cinco de Tutelas1 de la Corte lo escogió para revisión.
El día dieciocho (18) de julio de 2018, la Sala Plena de esta Corporación decidió
avocar el estudio del presente caso.
I. ANTECEDENTES
A. Hechos y pretensiones
1
La Sala de Selección estuvo conformada por los Magistrados Diana Fajardo Rivera y Alberto Rojas Ríos.
5
Expediente T-6.736.200
2
“Por el cual se expide el Estatuto de Profesionalización Docente”.
3
En los periodos correspondientes al año 2004, 2005, 2006 por 360 días cada uno y el año 2007 por 270 días.
4
El actor refirió que desde que tomó posesión del cargo diligenció los formularios de afiliación e inscripción a la
EPS y al Fondo de Pensiones y Cesantías y que el plazo que señala la ley para realizar dicha consignación es a
más tardar el 14 de febrero de cada año.
5
Sentencia de primera instancia en la acción del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho.
Cuaderno principal, folios 37-48.
6
Expediente T-6.736.200
Por último, expuso que, aun cuando en un caso similar el mismo Tribunal
Contencioso Administrativo del Valle del Cauca accedió a las pretensiones de la
demanda, el criterio para adoptar dicha decisión varió y ahora se aplica el
acogido a partir de la Sentencia N° 134 del 22 de noviembre de 2012, con
ponencia del magistrado Carlos Eduardo Sevilla Cadavid. La decisión del
Tribunal fue apelada por el demandante.
8. Por lo anterior, indicó que las entidades accionadas vulneraron sus derechos
fundamentales al debido proceso por desconocimiento del precedente aplicable a
su caso y violación de sus derechos a la igualdad, dignidad humana y el
principio constitucional de favorabilidad.
6
Sentencia de segunda instancia en ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho.
Cuaderno principal, folios 12-36.
7
“(…) por la cual se dictan normas tendientes a la racionalización del gasto público, se conceden unas
facultades extraordinarias y se expiden otras disposiciones”.
7
Expediente T-6.736.200
b) Les serán aplicables las demás normas legales vigentes sobre cesantías,
correspondientes al órgano o entidad al cual se vinculen que no sean
contrarias a lo dispuesto en el literal a) del presente artículo (…)”.
B. Trámite procesal
8
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
9
M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub
10
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
11
Folio 52, Cuaderno principal
8
Expediente T-6.736.200
De otro lado, sostuvo que las reglas expuestas en la Sentencia SU-336 de 201714
no son aplicables al caso del actor15: “(…) Lo anterior, se diferencia del régimen
anualizado de liquidación de la aludida prestación social previsto en las leyes
50 de 199016 y 344 de 199617, ésta última, reglamentada por el Decreto 1582 de
199818, la cual estableció como destinatarios a los servidores públicos del nivel
12
M.P. Humberto Antonio Sierra Porto
13
Folios 60-61 (Reverso) del cuaderno principal
14
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
15
En dicha intervención se resalta, acerca del contenido de la sentencia de unificación, lo siguiente: “(…) la
Corte Constitucional unificó su postura para señalar que a los docentes oficiales les es aplicable el régimen
general en lo no estipulado en el régimen especial, en lo que tiene que ver con el reconocimiento de la sanción
moratoria por el pago tardío de las cesantías establecida en la Ley 244 de 1995 (…) modificada por la Ley 1071
de 2006 (…) previo cumplimiento de los requisitos legales y según se evalúe en cada caso concreto (…) en el
evento en que llegare a quedar cesante, con la finalidad de que atienda sus necesidades básicas (cesantías
definitivas); o durante la vigencia del vínculo laboral (cesantías parciales), siempre que se cumplan
determinados requisitos para su reconocimiento relacionados con educación, mejoramiento o compra de
vivienda”.
16
“Por la cual se introducen reformas al Código Sustantivo del Trabajo y se dictan otras disposiciones (…)”
17
“Por la cual se dictan normas tendientes a la racionalización del gasto público, se conceden unas facultades
extraordinarias y se expiden otras disposiciones”.
18
“Por el cual se reglamenta parcialmente los artículos 13 de la ley 344 de 1996 y 5 de la Ley 432 de 1998, en
relación con los servidores públicos del nivel territorial y se adoptan otras disposiciones en esta materia”.
9
Expediente T-6.736.200
Así las cosas, concluyó que la postura acogida en el proceso ordinario se aleja de
la interpretación que mejor realiza los postulados constitucionales por las
siguientes razones:
Dicha duda se origina, entre otras razones, porque los docentes oficiales tienen
un régimen especial, dentro del cual no existe una norma expresa sobre la
sanción moratoria, mientras que en el régimen general de servidores públicos
existe un reconocimiento normativo. En razón a ello, una de las interpretaciones
existentes consiste en reconocer que comoquiera que en el régimen especial de
docentes no hay una disposición expresa que regule la sanción moratoria, este
conjunto de normas debe aplicarse como un todo sin acudir a lo dispuesto en el
régimen general para servidores públicos.
Sumado a lo anterior, citó la Sentencia SU-336 de 201723 que señaló que “(…)
aquellas personas que se desempeñan como docentes al servicio del Estado
tienen derecho, previo cumplimiento de los requisitos legales y según se evalúe
en cada caso concreto, al reconocimiento de la sanción moratoria por el pago
tardío de las cesantías”.
21
M.P. Nilson Pinilla Pinilla
22
M.P. María Victoria Calle Correa
23
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
11
Expediente T-6.736.200
Por último, precisó que si bien las decisiones de las autoridades no son
caprichosas ni arbitrarias, pues se fundamentaron en argumentos razonables que
se sustentan en una lectura sistemática de las normas que regulan el régimen
especial de los docentes oficiales, la Sala privilegiaría la interpretación que
considera más favorable al actor y que es la que ha expuesto el órgano de cierre
de la jurisdicción constitucional.
Impugnación
En este orden de ideas, sostuvo que el régimen especial de los docentes que
contempla la Ley 91 de 1989 respecto a la prestación social de las cesantías, es
diferente al anualizado previsto en la Leyes 50 de 1990 y 344 de 1996, que
previeron como destinatarios del régimen de liquidación anualizado de cesantías
a los servidores públicos que se vincularon a partir del 31 de diciembre de 1996
y que se afiliaron a fondos privados de cesantías “(…) sin perjuicio de lo
establecido en el régimen prestacional especial de los afiliados al FOMAG, que
contempla en materia de cesantías, pensiones y salud, un sistema que debe ser
entendido como un todo, sin que sea dable equiparar la manera como se
24
Folios 76-83, Cuaderno principal
25
M.P. Álvaro Tafur Galvis
26
M.P. Humberto Antonio Sierra Porto
12
Expediente T-6.736.200
Adujo que la Ley 244 de 1995 contempló los términos para la liquidación,
reconocimiento y pago de las cesantías definitivas de los servidores públicos y
que, en caso de incumplimiento, la entidad obligada debía pagar al titular un día
de salario por cada día de retardo hasta su pago efectivo. Esta disposición fue
modificada por la Ley 1071 de 2006, cuyo objeto fue la reglamentación del
reconocimiento de cesantías definitivas o parciales de los trabajadores y
servidores del Estado. Tal normativa no especificó si los docentes afiliados al
FOMAG se encontraban incluidos como destinatarios de las reglas que allí se
establecieron acerca del pago de las cesantías a los servidores públicos.
27
Folio 81 (Reverso), Cuaderno principal
28
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
13
Expediente T-6.736.200
Señaló que el a-quo accedió al amparo con sustento en lo dispuesto en las Leyes
244 de 1995 y 1071 de 2006 que contemplan una indemnización moratoria
cuando la entidad a quien le corresponde el pago deja vencer el término máximo
de 45 días hábiles una vez queda en firme el acto administrativo de liquidación
de las cesantías. Sin embargo, no tuvo en cuenta que la solicitud del actor está
encaminada a que se le reconozca el pago de la sanción moratoria con base en lo
dispuesto en el artículo 99 de la Ley 50 de 1990, en la Ley 344 de 1996 y en los
Decretos 1582 de 1998 y 1252 de 2000, que contemplan dicha sanción cuando
no se consignan oportunamente las cesantías, a más tardar el 15 de febrero de la
anualidad siguiente a la que se causaron y liquidaron, en el respectivo fondo.
La Sala encontró que para sustentar la decisión, la Sección Quinta del Consejo
de Estado puso de presente la Sentencia SU-336 de 201730, en la que se
analizaron varios casos de docentes del sector oficial afiliados al Fondo de
Prestaciones Sociales del Magisterio que solicitaron el pago de las cesantías
parciales que se pagaron en un término superior a los 65 días hábiles que
establece la Ley 1071 de 2006. Es decir, en este pronunciamiento no se analizó
ninguna controversia relacionada con la sanción prevista en el numeral 3° del
artículo 99 de la Ley 50 de 1990, cuya hipótesis es la que reclama el actor en su
caso particular y que originó el ejercicio del medio de control de nulidad y
restablecimiento del derecho.
En ambos casos, el Legislador prevé una sanción por el no pago o el pago tardío
de las mismas “(…) sin embargo, difieren de la causa generadora y tiene un
29
Folios 104-114, Cuaderno principal
30
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
14
Expediente T-6.736.200
Competencia
33
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo.
34
Ibídem
35
Folio 7, Cuaderno principal
16
Expediente T-6.736.200
Debido a que el presente asunto versa sobre una acción de tutela contra
providencias judiciales, la Sala deberá establecer si los supuestos yerros en que
incurrieron los despachos judiciales, se enmarcan en las causales específicas de
procedibilidad de tutela contra sentencias judiciales. Para tales efectos, la Sala
(i) reiterará la doctrina en torno a los requisitos generales y a las causales para la
procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales. A
continuación, se referirá sobre el (ii) alcance y contenido del auxilio de cesantías
y la sanción moratoria en la jurisprudencia constitucional –reiteración de
jurisprudencia-; (iii) régimen legal y jurisprudencial sobre el reconocimiento de
la sanción moratoria por la no consignación de cesantías en el caso de los
docentes oficiales y; (iv) alcance y contenido del principio de favorabilidad –
Reiteración de jurisprudencia- Con base en dichos presupuestos, se solucionará
el problema jurídico planteado y se resolverá el caso concreto.
36
Consideraciones que se toman con base en lo expuesto en la Sentencia T-198 de 2018, M.P. Gloria Stella Ortiz
Delgado.
37
Corte Constitucional, M. P. José Gregorio Hernández Galindo
38
Al respecto ver, entre otras, las sentencias de la Corte Constitucional SU-159 de 2002 y T-522 de 2001, en
ambas M. P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-462 de 2003 y T-1031 de 2001, en ambas M. P. Eduardo
Montealegre Lynett y T-1625 de 2000, M. P. Martha Victoria Sáchica Méndez.
17
Expediente T-6.736.200
Tales condiciones son: (i) que la cuestión sea de relevancia constitucional; (ii)
que se hayan agotado todos los medios de defensa judicial al alcance; (iii) que se
cumpla el principio de inmediatez; (iv) si se trata de una irregularidad procesal,
que la misma sea decisiva en el proceso; (v) que se identifiquen, de manera
razonable, los hechos que generaron la vulneración de derechos fundamentales y
(vi) que no se trate de una tutela contra otra tutela.
39
M. P. Jaime Córdoba Triviño. En este fallo se declaró inexequible una expresión del artículo 185 de la Ley 906
de 2004, que impedía el ejercicio de cualquier acción, incluida la tutela, contra las sentencias proferidas por la
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.
40
Ibídem
18
Expediente T-6.736.200
7.4. Así mismo, cuando se trate de una irregularidad procesal, ésta debe
haber sido decisiva o determinante en la sentencia que se impugna y debe
afectar los derechos fundamentales del peticionario. Este requisito busca que
sólo las irregularidades verdaderamente violatorias de garantías fundamentales
tengan corrección por vía de acción de tutela, de manera que, se excluyan todas
aquellas que pudieron subsanarse durante el trámite, o que no se alegaron en el
proceso.
41
Ibídem
19
Expediente T-6.736.200
42
“Artículo 250. Causales de revisión. Sin perjuicio de lo previsto en el artículo 20 de la Ley 797 de 2003, son
causales de revisión: 1. Haberse encontrado o recobrado después de dictada la sentencia documentos decisivos,
con los cuales se hubiera podido proferir una decisión diferente y que el recurrente no pudo aportarlos al
proceso por fuerza mayor o caso fortuito o por obra de la parte contraria. // 2. Haberse dictado la sentencia con
fundamento en documentos falsos o adulterados. // 3. Haberse dictado la sentencia con base en dictamen de
peritos condenados penalmente por ilícitos cometidos en su expedición. 4. Haberse dictado sentencia penal que
declare que hubo violencia o cohecho en el pronunciamiento de la sentencia. // 5. Existir nulidad originada en la
sentencia que puso fin al proceso y contra la que no procede recurso de apelación. // 6. Aparecer, después de
dictada la sentencia a favor de una persona, otra con mejor derecho para reclamar.// 7. No tener la persona en
cuyo favor se decretó una prestación periódica, al tiempo del reconocimiento, la aptitud legal necesaria o perder
esa aptitud con posterioridad a la sentencia o sobrevenir alguna de las causales legales para su pérdida. // 8. Ser
la sentencia contraria a otra anterior que constituya cosa juzgada entre las partes del proceso en que aquella fue
dictada. Sin embargo, no habrá lugar a revisión si en el segundo proceso se propuso la excepción de cosa
juzgada y fue rechazada.”
20
Expediente T-6.736.200
defectos de las decisiones judiciales, para con ello determinar si hay o no lugar a
la protección, excepcional y restrictiva, de los derechos fundamentales por vía de
la acción de tutela45.
Así las cosas, la jurisprudencia entendía que existían básicamente tres defectos,
el sustantivo, el procedimental y el fáctico; sin embargo, producto de una labor
de sistematización sobre la materia, en la Sentencia C-590 de 200546 se indicó
que puede configurarse una vía de hecho cuando se presenta alguna de las
siguientes causales:
45
Corte Constitucional, T-419 de 2011, M. P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; T-1257 de 2008, M. P. Nilson
Pinilla Pinilla.
46
M.P. Jaime Córdoba Triviño
47
T-551 de 2010, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
22
Expediente T-6.736.200
48
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio
49
Sentencias SU-159 de 2002, T-295 de 2005 y T-743 de 2008 todas con ponencia del Dr. Manuel José Cepeda
Espinosa; T-043 de 2005 y T-657 de 2006 ambas con ponencia del Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra; T-686 de
2007 M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-033 de 2010 y T-792 de 2010 ambas con ponencia del Dr. Jorge Iván
Palacio Palacio.
50
Sentencia T-189 de 2005, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
51
Sentencia T-205 de 2004, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
52
Sentencia T-800 de 2006, M.P. Jaime Araujo Rentería.
53
Sentencia T-522 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
54
Sentencia SU-159 de 2002, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
55
Sentencias T-051 de 2009, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y T-1101 de 2005, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
56
Sentencias T-462 de 2003, M.P. Eduardo Montealegre Lynett; T-842 de 2001, M.P. Álvaro Tafur Galvis, y T-
814 de 1999, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
57
Sentencia T-018 de 2008, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
58
Sentencia T-086 de 2007, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
59
Sentencia T-231 de 1994, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
23
Expediente T-6.736.200
60
Sentencia T-807 de 2004, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
61
Sentencias SU-195 de 2012, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-086 de 2007, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa; T-1285 de 2005, M.P. Clara Inés Vargas Hernández y T-114 de 2002, M.P. Eduardo Montealegre
Lynett.
62
Corte Constitucional, sentencia T-967 de 2014. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
63
Caso en el cual también se incurriría en la causal por desconocimiento del precedente. Al respecto ver, entre
muchas otras, las sentencias T-292 de 2006, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa, SU-047 de 1999 y C-104 de
1993, en ambas M. P. Alejandro Martínez Caballero.
64
Sentencia T-704 de 2012, M. P. Luis Ernesto Vargas Silva. También ver, las sentencia T-199 de 2005, M. P.
Marco Gerardo Monroy Cabra; T-590 de 2009, M. P. Luis Ernesto Vargas Silva y T-809 de 2010, M. P. Juan
Carlos Henao Pérez.
65
Ver entre otras, T-522 de 2001, Manuel José Cepeda Espinosa y T-685 de 2005, M. P. Clara Inés Vargas
Hernández.
24
Expediente T-6.736.200
14. Así pues, en virtud del valor normativo superior de los preceptos
constitucionales, los jueces deben aplicar las disposiciones consagradas en la
Constitución y su desarrollo jurisprudencial en todo momento, incluso si el
problema jurídico del caso parece ser únicamente de índole legal, pues de no
hacerlo de conformidad con la Carta o de la manera que más se ajuste a los
principios o derechos amparados en la Constitución, se configura una causal de
procedencia de la acción de tutela contra la decisión judicial adoptada.
16. Esta Corporación fijó los parámetros que permiten determinar si en un caso
es aplicable o no un precedente. Así la Sentencia T-292 de 200670, estableció
que deben verificarse los siguientes criterios: (i) que en la ratio decidendi de la
sentencia anterior se encuentre una regla jurisprudencial aplicable al caso a
resolver; (ii) que esta ratio resuelva un problema jurídico semejante al propuesto
en el nuevo caso y (iii) que los hechos del caso sean equiparables a los resueltos
anteriormente.
66
Corte Constitucional, sentencia SU-918 de 2013, M. P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
67
En este punto, se reiterarán las consideraciones contenidas en la sentencia SU- 498 de 2016, M.P. Gloria Stella
Ortiz Delgado, en relación con el defecto por desconocimiento del precedente.
68
Cfr. Sobre la definición de precedente, las sentencias T-292 de 2006, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa, SU-
047 de 1999 y C-104 de 1993, en ambas M. P. Alejandro Martínez Caballero.
69
C-634 de 2011, M. P. Luis Ernesto Vargas Silva.
70
Reiterada en muchas oportunidades. Cfr., T-794 de 2011, M. P. Jorge Iván Palacio Palacio, T-1033 de 2012,
M. P. Mauricio González Cuervo y T-285 de 2013, M. P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, entre otras.
25
Expediente T-6.736.200
17. De otro modo, cuando los funcionarios judiciales encuentran cumplidos los
tres criterios mencionados, tienen la posibilidad de apartarse de la jurisprudencia
en vigor, siempre y cuando: (i) refieran el precedente que no van a aplicar; y (ii)
ofrezcan una justificación razonable, seria, suficiente y proporcionada, que dé
cuenta del por qué se apartan de la regla jurisprudencial previa 71. Así se protege
el carácter dinámico del derecho y la autonomía e independencia de que gozan
los jueces.
Ahora bien, como se explicó líneas atrás, cuando el precedente emana de los
altos tribunales de justicia en el país (Corte Constitucional, Corte Suprema de
Justicia y Consejo de Estado), adquiere un carácter ordenador y unificador que
busca realizar los principios de primacía de la Constitución, igualdad, confianza
legítima y debido proceso. Adicionalmente, se considera indispensable como
técnica judicial para mantener la coherencia del sistema72.
71
Cfr., T-082 de 2011, M. P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, T-794 de 2011, M. P. Jorge Iván Palacio Palacio y C-
634 de 2011, M. P. Luis Ernesto Vargas Silva. En esta última, dicho en otras palabras se explica: “La Corte
también refirió al grado de vinculación para las autoridades judiciales del precedente jurisprudencial emitido
por las altas cortes. Resulta válido que dichas autoridades, merced de la autonomía que les reconoce la Carta
Política, puedan en eventos concretos apartarse del precedente, pero en cualquier caso esa opción
argumentativa está sometida a estrictos requisitos, entre otros (i) hacer explícitas las razones por las cuales se
aparte de la jurisprudencia en vigor sobre la materia objeto de escrutinio judicial; y (ii) demostrar
suficientemente que la interpretación alternativa que se ofrece desarrolla de mejor manera los derechos,
principios y valores constitucionales. Esta opción, aceptada por la jurisprudencia de este Tribunal, está
sustentada en reconocer que el sistema jurídico colombiano responde a una tradición de derecho legislado, la
cual matiza, aunque no elimina, el carácter vinculante del precedente, lo que no sucede con otros modelos
propios del derecho consuetudinario, donde el precedente es obligatorio, basado en el principio del stare
decisis.”
72
Cfr. T-292 de 2006, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa: “En este sentido, la vinculación de los jueces a los
precedentes constitucionales resulta especialmente relevante para la unidad y armonía del ordenamiento como
26
Expediente T-6.736.200
conjunto, precisamente porque al ser las normas de la Carta de textura abierta, acoger la interpretación
autorizada del Tribunal constituye una exigencia inevitable.”
73
MP Mauricio González Cuervo. Cfr. 5.4.2. Fuerza vinculante de la jurisprudencia de los órganos judiciales de
cierre de las jurisdicciones -jurisprudencia constitucional-.
27
Expediente T-6.736.200
22. El auxilio de cesantías como una prestación social y una forma de protección
del trabajador cesante y la familia tiene fundamento constitucional en los
artículos 42 y 48. Por su parte, la Ley 50 de 1990 que regula hoy en día este
auxilio para los trabajadores del sector privado señala que está sometido a tres
sistemas de liquidación diferentes: (i) el sistema tradicional contemplado en el
Código Sustantivo del Trabajo (Artículos 249 y siguientes), el cual se aplica a
todos aquellos trabajadores vinculados por contrato de trabajo antes del 1° de
enero de 1991; (ii) el sistema de liquidación definitiva anual y manejo e
inversión a través de los llamados fondos de cesantías, creados por esta ley, el
cual se aplica exclusivamente a los trabajadores vinculados por contrato de
trabajo a partir del 1° de enero de 1991 y a los trabajadores antiguos que se
acojan al nuevo sistema; y (iii) el sistema de salario integral el cual se aplica a
todos aquellos trabajadores antiguos y nuevos que devenguen más de 10 salarios
mínimos mensuales, y pacten con su empleador el pago de un salario integral
que contenga además de la retribución ordinaria de servicios, el pago periódico
de otros factores salariales y prestacionales, incluida la cesantía a que tenga
derecho el trabajador.
23. La Sentencia T-661 de 199774 explicó que esta prestación social se articula
como una obligación a cargo del empleador y a favor del trabajador y que
originariamente se consagró como eventual remedio frente a la pérdida del
empleo, dijo:
“Se trata sin duda, de una figura jurídica que responde a una clara orientación
social en el desarrollo de las relaciones entre empleador y trabajador,
estableciéndose un mecanismo que busca, por un lado, contribuir a la mengua de
las cargas económicas que deben enfrentar los asalariados ante el cese de la
actividad productiva, y por otro -en el caso del pago parcial de cesantías-, permitir
al trabajador satisfacer sus necesidades de capacitación y vivienda. La clara
relación que existe entre la estructura formal y la función social que cumplen las
cesantías no aminora su naturaleza obligatoria. Tratamos, pues, con verdaderas
obligaciones de derecho que tienen una vocación solidaria que fortalece el vínculo
jurídico existente entre dos partes y que refuerza su necesidad de cumplimiento”.
24. En consonancia, la jurisprudencia en diversas providencias ha precisado
sobre este auxilio que:
74
M.P. Carlos Gaviria Díaz
75
La Sentencia T-008 de 2015 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio enfatizó en que el régimen laboral
colombiano consagra unas garantías y beneficios de contenido económico a favor del trabajador
vinculado mediante contrato laboral llamadas prestaciones sociales, las cuales si bien no constituyen
salario porque no corresponden técnicamente a una remuneración por su trabajo, lo complementan y se
refieren a una contraprestación que debe asumir el empleador con la finalidad de cubrir los riesgos a
28
Expediente T-6.736.200
los que está expuesto el trabajador. Dentro de las mencionadas prestaciones se encuentra el auxilio de
cesantía que constituye uno de los fundamentos más importantes que garantizan el bienestar de los
trabajadores y su grupo familiarSentencia C-823 de 2006 M.P. Jaime Córdoba Triviño
76
Sentencia C-310 de 2007 M.P. Nilson Pinilla Pinilla
77
Sentencia T-053 de 2014 M.P. Alberto Rojas Ríos; Sentencia C-310 de 2007 M.P. Nilson Pinilla
Pinilla
78
Sentencia T-008 de 2015 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. “Todo empleador está en la obligación de consignar
el valor de esta prestación social dentro de los términos legalmente establecidos, so pena de incurrir en una
sanción moratoria, por desestabilizar las relaciones laborales y consecuentemente desconocer una de las
prerrogativas fundamentales que rigen este tipo de vínculo jurídico”.
79
M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub
29
Expediente T-6.736.200
Su vocación solidaria fortalece el vínculo jurídico existente entre las dos partes
de la relación laboral, refuerza su necesidad de cumplimiento y la convierte en
una verdadera prestación social. Por su propia naturaleza jurídica, la tardanza o
falta de pago de las cesantías genera una afectación para el trabajador que
desconoce a su vez otras garantías fundamentales y desdibuja el propósito mismo
por el cual fueron establecidas a su favor.
Al ser una de las prestaciones sociales más importantes para los trabajadores y
para su núcleo familiar, por tratarse de un respaldo económico para el acceso a
bienes y servicios, o como único sustento en caso de quedar cesante, la mora en
el pago de la misma desestabiliza el bienestar social del trabajador y transgrede
la finalidad por la cual fue instituida.
28. En suma, el auxilio de cesantías: (i) es una prestación social que encuentra
respaldo constitucional en los artículos 42 y 48 Superiores; (ii) es irrenunciable;
(iii) su fin es que el trabajador pueda atender sus necesidades mientras
permanece cesante y además que, en caso de requerirlo, acceda a vivienda y
educación; y (iv) es una de las prestaciones más importante para el trabajador y
su núcleo familiar83.
desdibuja cuando a pesar de reconocer que un trabajador, cualquiera sea su naturaleza, tiene derecho al pago
de sus cesantías, el Estado o el empleador demora su pago durante un término indefinido.
(ii) Aunque los docentes oficiales no hacen parte de la categoría de servidores públicos, su situación,
características y funciones se asemejan a la de estos últimos y, por lo tanto, les es aplicable el régimen general
en lo no regulado en el régimen especial de la Ley 91 de 1989 82.
(iii) Desde la exposición de motivos de esta normatividad, la intención del Legislador fue fijar su ámbito de
aplicación a todos los funcionarios públicos y servidores estatales, es decir, involucra a todo el aparato del
Estado, no solo a nivel nacional sino también territorial.
(iv) Aplicar este régimen garantiza en mayor medida el derecho a la seguridad social de los docentes oficiales,
en condiciones de igualdad con los demás servidores públicos a quienes de manera directa se les garantiza el
reconocimiento pronto y oportuno de sus prestaciones sociales.
(v) Si bien los operadores judiciales son autónomos e independientes en el ejercicio de sus funciones, mantener
dos posturas contrarias sobre el asunto objeto de estudio por la Jurisdicción Contencioso Administrativa genera
como consecuencia la vulneración del derecho a la igualdad de quienes se encuentran en la misma situación
fáctica y desconoce el principio de seguridad jurídica que irradia las actuaciones de las autoridades judiciales.
(vi) Aplicar el régimen general de los servidores públicos a los docentes oficiales en materia de sanción
moratoria resulta ser la condición más beneficiosa y, en esa medida, la que se adecúa mayormente y de mejor
manera a los principios, valores, derechos y mandatos constitucionales, particularmente, al principio de
favorabilidad consagrado en el artículo 53 de la Constitución.
(vii) Si bien para el momento en que se produjeron las sentencias en sede de nulidad y restablecimiento del
derecho aún no había sido proferido el fallo en el que esta Corporación abordó de manera definitiva el asunto,
ya existía al menos un precedente sobre la materia que aproximaba a un entendimiento distinto al que se llegó en
dichas providencias en sede contenciosa (sentencia C-741 de 2012)”.
83
Sentencia T-008 de 2015 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
31
Expediente T-6.736.200
“1. Personal nacional. Son los docentes vinculados por nombramiento del
Gobierno Nacional.
84
Artículo 2º.- De acuerdo con lo dispuesto por la Ley 43 de 1975, la Nación y las entidades territoriales, según
el caso, asumirán sus obligaciones prestacionales con el personal docente, de la siguiente manera: 1.- Las
prestaciones sociales del personal nacional, causadas hasta la fecha de promulgación de la presente Ley, así como
los reajustes y la sustitución de pensiones son de cargo de la Caja Nacional de Previsión Social y el Fondo
Nacional del Ahorro y en consecuencia seguirán siendo pagadas por dichas entidades, o las que hicieren sus
veces; 2.- Las prestaciones sociales del personal nacionalizado causadas hasta el 31 de diciembre de 1975, así
como los reajustes y la sustitución de pensiones, son de cargo de las respectivas entidades territoriales o las cajas
de previsión, o las entidades que hicieren sus veces, a las cuales venía vinculado este personal y, en consecuencia,
seguirán siendo pagadas por dichas entidades; 3.- Las prestaciones sociales del personal nacionalizado, causadas
en el período correspondiente al proceso de nacionalización (1 de enero de 1976 a 31 de diciembre de 1980), así
como los reajustes y la sustitución de pensiones, son de cargo de la Nación o de las respectivas entidades
territoriales o de las cajas de previsión, o de las entidades que hicieren sus veces. La Nación pagará, pero estas
entidades contribuirán, por este período, con los aportes de ley, para la cancelación de las prestaciones sociales en
los mismos porcentajes definidos en el artículo 3 de la Ley 43 de 1975; 4.- Las prestaciones sociales del personal
nacionalizado, causadas y no pagadas en el período comprendido entre el 1 de enero de 1981 y la fecha de
promulgación de la presente Ley, serán reconocidas y pagadas por las respectivas entidades territoriales o las
cajas de previsión social, o las entidades que hicieren sus veces, a las cuales estaba vinculado dicho personal.
Pero para atender los respectivos pagos, la Nación tendrá que hacer los aportes correspondientes, tomando en
consideración el valor total de la deuda que se liquide a su favor, con fundamento en los convenios que para el
efecto haya suscrito o suscriba ésta con las entidades territoriales y las cajas de previsión social o las entidades
que hicieren sus veces; 5.- Las prestaciones sociales del personal nacional y nacionalizado que se causen a partir
del momento de la promulgación de la presente Ley, son de cargo de la Nación y serán pagadas por el Fondo
Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio; pero las entidades territoriales, la Caja Nacional de Previsión
Social, el Fondo Nacional de Ahorro o las entidades que hicieren sus veces, pagarán al Fondo las sumas que
resulten adeudar hasta la fecha de promulgación de la presente Ley a dicho personal, por concepto de las
prestaciones sociales no causadas o no exigibles.
32
Expediente T-6.736.200
reconocer las prestaciones sociales que soliciten sus afiliados y ésta puede ser
delegada a los entes territoriales. No obstante, el artículo 56 de la Ley 962 de
2005, estableció que el reconocimiento y pago de las prestaciones sociales de los
afiliados al FOMAG dependería de la aprobación del proyecto de resolución
elaborado por el correspondiente Secretario de Educación de la Entidad
Territorial certificada, por parte del administrador del Fondo.
Por una parte, determina que el FOMAG debe pagar a los docentes
nacionalizados vinculados hasta el 31 de diciembre de 1989 un auxilio
equivalente a un mes de salario por cada año de servicio o proporcionalmente
por fracción de año laborado, sobre el último salario devengado, si este no ha
sido modificado en los últimos tres meses o, en caso contrario, sobre el salario
promedio del último año85.
Por otra parte, para los docentes que se vinculen a partir del 1º de enero de 1990
y para los docentes nacionales vinculados con anterioridad a dicha fecha, pero
sólo con respecto a las cesantías generadas a partir del 1º de enero de 1990, el
FOMAG debe reconocer y pagar un interés anual sobre el saldo de estas
cesantías existentes al 31 de diciembre de cada año, liquidadas anualmente y sin
retroactividad, equivalente a la suma que resulte de aplicar la tasa de interés
certificada por la Superintendencia Financiera86.
34. Ahora bien, respecto de la sanción moratoria, la Ley 91 de 1989 no dijo nada
acerca del derecho de los docentes al reconocimiento y pago de esta prestación.
85
Ley 91 de 1989. Artículo 15, numeral 3, literal A.
86
Ibíd. Literal B.
33
Expediente T-6.736.200
b) Les serán aplicables las demás normas legales vigentes sobre cesantías,
correspondientes al órgano o entidad al cual se vinculen que no sean contrarias a lo
dispuesto en el literal a) del presente artículo;
“Artículo 1°. Los empleados públicos, los trabajadores oficiales y los miembros de
la fuerza pública, que se vinculen al servicio del Estado a partir de la vigencia del
34
Expediente T-6.736.200
39. Por su parte, el Decreto 3752 de 2003 que reglamenta, entre otras
disposiciones la Ley 91 de 1989 establece en el artículo 1° y su parágrafo que:
“(…) Los docentes del servicio público educativo que estén vinculados a las
plantas de personal de los entes territoriales deberán ser afiliados al Fondo
Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio” y que “(…) La falta de
afiliación del personal docente al Fondo Nacional de Prestaciones Sociales
del Magisterio implicará la responsabilidad de la entidad territorial
nominadora por la totalidad de las prestaciones sociales que correspondan
(…)” (Subraya fuera de texto)
87
SU-336 de 2017
35
Expediente T-6.736.200
88
Consejera Ponente, Bertha Lucía Ramírez de Páez. Expediente 0672-07.
89
Consejero Ponente, Gerardo Arenas Monsalve. Expediente 1872-12.
90
Consejero Ponente, Gustavo Eduardo Gómez Aranguren. Expediente 4400-13.
91
Consejera Ponente, Sandra Lisset Ibarra Vélez. Expediente 0271-14.
92
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección segunda, subsección B. Consejera ponente:
Sandra Lisset Ibarra Vélez
36
Expediente T-6.736.200
93
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección segunda, subsección “A”. Consejero
ponente: Alfonso Vargas Rincón
37
Expediente T-6.736.200
El Consejo de Estado explicó que por remisión legal era aplicable el régimen de
cesantías anualizado que consagra la Ley 50 de 1990 al sector público, el cual
cobija a docentes de universidades públicas por ser servidores públicos.
Igualmente, aclaró que existe una diferencia entre la indemnización derivada de
la falta de consignación antes del 15 de febrero de cada año en un fondo, reglada
en la Ley 50 de 1990 y la que surge en la falta de pago de dicha prestación al
momento del retiro del servicio, prevista en la Ley 244 de 1995.
94
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección segunda, subsección “B”. Consejera
ponente, Sandra Lisset Ibarra Vélez
38
Expediente T-6.736.200
95
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección segunda, subsección “A”. Consejero
ponente, William Hernández Gómez
96
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección segunda, subsección “B”. Consejera
ponente, Sandra Lisset Ibarra Vélez
39
Expediente T-6.736.200
En tal sentido, consideró que las nuevas vinculaciones de los docentes con el
Estado a partir del 1° de enero de 1990, conllevan a que por disposición legal
sean beneficiarios del régimen prestacional vigente para los empleados públicos
del orden nacional, aun cuando el nombramiento sea efectuado por la máxima
autoridad administrativa de la correspondiente entidad territorial, como
consecuencia del proceso de descentralización de la educación.
45. De otra parte, la Sentencia T-008 de 201598 conoció de un caso en que por
negligencia del empleador no se afilió al Fondo de Prestaciones Sociales del
Magisterio a un docente que reclamaba el pago de su auxilio de cesantías,
intereses y sanción moratoria.
97
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección segunda, subsección “B”. Consejera
ponente, Sandra Lisset Ibarra Vélez.
98
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
40
Expediente T-6.736.200
pagar una sanción moratoria consistente en un día de salario por cada día de
retardo, hasta tanto se haga efectivo el pago.
Por lo anterior, los trabajadores, para este caso los docentes tenían el derecho a
ser afiliados al Fondo de Prestaciones Sociales respectivo, recibir oportunamente
la liquidación de sus cesantías e intereses de las mismas y que en caso de que
esta situación no se cumpliera, se generara una sanción a cargo del empleador y a
favor del trabajador, a fin de resarcir los daños que se pudieran causar con dicho
incumplimiento.
Principio de favorabilidad99
“En este sentido, puede afirmarse que el Estatuto Superior se ha preocupado por
garantizar un mínimo de derechos a los trabajadores, los cuales no pueden ser
ignorados, disminuidos o transgredidos por las autoridades públicas y, en
100
M. P. Rodrigo Escobar Gil.
42
Expediente T-6.736.200
Allí la autonomía judicial para interpretar los mandatos legales pasa a ser muy
relativa: el juez puede interpretar la ley que aplica, pero no le es dable hacerlo en
contra del trabajador, esto es, seleccionando entre dos o más entendimientos
posibles aquel que ostensiblemente lo desfavorece o perjudica”.
101
M. P. José Gregorio Hernández Galindo.
102
T-290 de 2005 M. P. Marco Gerardo Monroy Cabra. Ver también: SU-1185 de 2001 M. P. Rodrigo Escobar
Gil; T-1268 de 2005 M. P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-783 de 2014 M. P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; T-
608 de 2016 M. P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
103
M.P Carlos Gaviria Díaz.
43
Expediente T-6.736.200
que no le está permitido al juez elegir de cada norma lo más ventajoso y crear
una tercera, pues se estaría convirtiendo en legislador” 104.
51. Ahora bien, cuando una norma admite varias interpretaciones esta Corte ha
expuesto que para la aplicación de la favorabilidad deben presentarse, además,
dos elementos, a saber:
(i) La duda seria y objetiva ante la necesidad de elegir entre dos o más
interpretaciones, ello, en función de la razonabilidad argumentativa y
solidez jurídica de una u otra interpretación.
104
“En similar sentido, cfr., entre otras, las sentencias SU-1185 de 2001, M.P. Rodrigo Escobar Gil; T-832A de
2013, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; y T-350 de 2012, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub”.
105
M.P Fabio Morón Díaz
106
M.P Alejandro Linares Cantillo
44
Expediente T-6.736.200
“Sobre el punto, la Corte considera en primer lugar que, la llamada ‘duda’, debe
revestir un carácter de seriedad y de objetividad. No podría admitirse, por ejemplo,
que a partir de una eventualidad relativa a la aplicabilidad o no de una
interpretación, el juez o la administración deban en consecuencia desechar una
interpretación sólida y acoger una interpretación débilmente emergente, que para el
caso resulte más favorable para el trabajador.
(…)
107
Cfr. T-545 de 2004 M. P. Eduardo Montealegre Lynett; T-248 de 2008 M. P. Rodrigo Escobar Gil; T-090 de
2009 M. P. Humberto Antonio Sierra Porto; T-334 de 2011 M. P. Nilson Pinilla Pinilla, entre otras.
108
M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz
45
Expediente T-6.736.200
(…)
109
Esta postura se reitera en la Sentencia C-665 de 1996, M.P. Hernando Herrera Vergara.
46
Expediente T-6.736.200
Por tanto, no es que en ese fallo la Corte hubiese prohibido que se efectúen
remisiones al régimen general cuando una persona se encuentre amparada
por un régimen especial, sino que tan solo se limitó a decir que la
existencia de regímenes especiales no puede considerarse discriminatorio
per se sin analizar previamente las particularidades de cada caso en
concreto.
113
M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
114
Ibídem
115
M.P. Juan Carlos Henao Pérez
116
Ver Sentencia T-547 de 2012. M.P. Nilson Pinilla Pinilla, Sentencia T-121 de 2014. M.P.María Victoria Calle
Correa, Sentencia T-278 de 2016. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, Sentencia T-076 de 2018. M.P.Luis
Guillermo Guerrero Pérez.
117
M.P. Nilson Pinilla Pinilla
118
“Existen importantes semejanzas, incluso identidades, entre las características usualmente atribuidas a la
figura de los empleados públicos y las que son propias del trabajo de los docentes oficiales, entre ellas el hecho
de cumplir tareas propias y típicas de entidades administrativas y la circunstancia de ser empleados de carrera,
que se vinculan previo concurso, a través de un acto administrativo de nombramiento, siendo ese tipo de
servidores, uno de las que conforman el subgrupo de los empleados públicos. Además de esto, el carácter
residual que tiene esta categoría frente a las demás especies de servidores públicos, permite también considerar
que en tanto los docentes oficiales no han sido ni podrían ser ubicados como parte de ninguna de esas otras
especies, han de ser considerados empleados públicos a los efectos de que su régimen salarial y prestacional sea
fijado mediante decretos expedidos a partir de leyes marco”.
119
M.P: Luis Ernesto Vargas Silva
120
En tales eventos, “los cánones protectores de los derechos del trabajador y la seguridad social ordenan la
elección de la disposición jurídica que mayor provecho otorgue al trabajador, o al afiliado o beneficiario del
sistema de seguridad social”, respetando el principio de inescindibilidad de la norma, esto es, la aplicación de
manera íntegra en relación con la totalidad del cuerpo normativo al que pertenece.
En esas circunstancias, se debe optar por la disposición que permita mejores beneficios al operario del sistema,
bajo la condición de que se respete el principio de “inescindibilidad” (aplicación íntegra del cuerpo normativo
donde se encuentra la norma más favorable), desarrollado con fundamento en los artículos 20 y 21 del Código
Sustantivo del Trabajo.
El artículo 21 del Código Sustantivo del Trabajo consagra el postulado de favorabilidad y lo supedita al principio
de inescindibilidad o conglobamento, al establecer que la norma escogida debe aplicarse íntegramente, esto es,
48
Expediente T-6.736.200
no es posible hacer “escisiones o fragmentaciones tomando lo más favorable de las disposiciones en conflicto,
utilizando disposiciones jurídicas contenidas en un régimen normativo distinto al elegido”.
No obstante, esta Corte ha señalado que este postulado no es absoluto, en tanto admite limitaciones, de acuerdo al
caso y atendiendo criterios de razonabilidad y proporcionalidad.
121
M.P. María Victoria Calle Correa.
122
M.P. Nilson Pinilla Pinilla
123
La Corte mencionó que corresponde al FOMAG reconocer y pagar las prestaciones sociales y la asistencia en
salud, y que, en lo que tiene que ver con el pago de las cesantías, era preciso aclarar que el artículo 279 de la Ley
100 de 1993, exceptuó de la aplicación del Sistema Integral de Seguridad Social, entre otros, a los afiliados al
Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio.
Es por ello que el pago de las cesantías del personal docente causadas desde la promulgación de la Ley 91 de
1989 sigue la normatividad aplicable a los empleados del sector público del nivel nacional, pero como dicha
disposición nada indica sobre el reconocimiento de la sanción por la mora en el pago tardío de dicha prestación,
debe entenderse que debe aplicarse lo dispuesto en la Ley 244 de 1995, modificada por la Ley 1071 de 2006,
sobre el pago de cesantías definitivas o parciales a los servidores públicos.
124
M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez
125
La Sala señaló que en el Sistema General de Seguridad Social en Salud se produjo un cambio trascendental
con la expedición de la Ley 1753 de 2015, pues los nietos que tradicionalmente eran vinculados al sistema a
través de la figura del cotizante dependiente ahora son expresamente reconocidos como beneficiarios. Esta regla
de cobertura no aparece ni en la Ley 352 de 1997, ni en el Decreto 1795 de 2000, por lo que los afiliados
cotizantes a dicho régimen exceptuado no pueden incluir dentro de sus beneficiarios, como sí ocurre en el
Sistema General de Salud, a los nietos de sus hijos menores de edad.
La sentencia sostuvo que la ausencia de este beneficio en el régimen exceptuado de la Policía Nacional se
traduce, por una parte, en un desconocimiento del principio de igualdad, por cuanto el mandato de especialidad
que rige a los sistemas excluidos de la Ley 100 de 1993, impide que se introduzcan desmejoras en su cobertura,
que sean contrarias al principio de razonabilidad; y por la otra, porque la restricción previamente mencionada
resultaba incompatible con los principios de universalidad e integralidad, al desconocer la necesidad de ampliar la
cobertura del sistema a favor de los niños recién nacidos, cuyos padres todavía tienen la condición de
beneficiarios (v.gr. los hijos menores de edad), como ocurría en el caso concreto.
En cuanto a la razonabilidad de la medida, se advirtió que si bien es válido que el Legislador establezca
diferencias entre los regímenes exceptuados y el Sistema General de Salud, incluso disminuya algunos amparos
del primero, siempre que en términos generales la cobertura que se ofreciera sea más favorable al afiliado. Por
ello, concluyó que en cuanto a la protección que se otorga al núcleo familiar, la exclusión dispuesta respecto a los
nietos en el Subsistema de la Policía Nacional, no resultaba necesaria, ni proporcional.
126
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
49
Expediente T-6.736.200
127
Explicó que los docentes afiliados al Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio (en adelante FOMAG) se
encuentran cobijados por un régimen especial contenido en el artículo 15 de la Ley 91 de 1989, en la cual se
regula lo concerniente al pago de las cesantías pero nada establece sobre la sanción por la mora en la cancelación
de dicha prestación social. Al no contemplar ese régimen especial disposición alguna que indique si los docentes
del FOMAG son acreedores del pago de la sanción moratoria, surge el interrogante acerca de si tienen derecho a
reclamar esa prestación y, de serlo, con sustento en qué normatividad.
Expresó que la Ley 244 de 1995, al establecer un término perentorio para la liquidación de las cesantías
definitivas buscó que la administración expidiera la resolución en forma oportuna. Por su parte, la Ley 1071 de
2006 tuvo en cuenta el principio de igualdad consagrado en el artículo 13 de la Constitución Política, para todos
los trabajadores, sin excepción, lo que significa que la normatividad no puede ser diferente entre el sector público
y el sector privado.
La voluntad del Legislador al implementar el auxilio de cesantía así como la sanción por la mora en el pago de la
misma, fue garantizar los derechos a la seguridad social y al pago oportuno de las prestaciones sociales de todo
trabajador, independientemente de si este pertenece al sector público o al privado. Por esa razón, acoger una
postura en virtud de la cual se acepte que los docentes estatales no son beneficiarios de la sanción moratoria de
las cesantías no solo contraría esa voluntad del Legislativo y las razones por las cuales fue incluida dentro del
ordenamiento jurídico una prestación social de esa naturaleza, sino que transgrede los fundamentos
constitucionales en los cuales se sustentaron los proyectos de ley que ahora regulan la materia.
En virtud del principio de favorabilidad en materia laboral, se debe dar aplicación al criterio de la condición que
resulte más beneficiosa al trabajador o beneficiario de la seguridad social. Expuso que la creación de regímenes
especiales para ciertos sectores tiende a otorgar mayores beneficios y ser más favorables que los establecidos en
el régimen general. Sin embargo, la Ley 91 de 1989 no pareciera ser más garantista en lo que concierne al pago
de la sanción moratoria.
Al evidenciar esta circunstancia, la Sala reafirmó que por tratarse de un derecho del cual es sujeto todo trabajador
sin distinción alguna, con base en la voluntad misma del Legislador, a los docentes oficiales les es aplicable el
régimen general contenido en la Ley 244 de 1995, modificado por la Ley 1071 de 2006, que contempla la
posibilidad de reconocer a favor de estos la sanción por el pago tardío de las cesantías previamente reconocidas.
Esta resulta ser la condición más beneficiosa para los trabajadores docentes del sector oficial y, en esa medida, se
adecúa mayormente y de mejor manera a los principios, valores, derechos y mandatos constitucionales, por las
siguientes razones:
(i) El pago oportuno de las cesantías garantiza el reconocimiento efectivo de los derechos al trabajo y a la
seguridad social, y desarrolla la finalidad constitucional por la cual fue establecida esa prestación social bajo el
principio de integralidad.
(ii) En la exposición de motivos de la Ley 1071 de 2006 se señaló que su ámbito de aplicación cubre a todos los
funcionarios públicos y servidores estatales de las tres ramas del poder, así como a las entidades que prestan
servicios públicos y de educación, es decir, involucra a todo el aparato del Estado no solo a nivel nacional sino
territorial.
(iii) Al igual que los demás servidores públicos, los docentes oficiales en calidad de trabajadores tienen derecho a
que se les reconozcan pronta y oportunamente sus prestaciones sociales, por lo que proceder en contrario
significaría desconocer injustificadamente el derecho a la igualdad, respecto de quienes sí les fue reconocida la
sanción por la mora en el pago de las cesantías.
(iv) Existen importantes semejanzas entre las características usualmente atribuidas a la figura de los empleados
públicos y las que son propias del trabajo de los docentes oficiales, a saber: pertenecen a la rama ejecutiva,
cumplen dentro de ella una tarea típicamente misional respecto de la función que compete a las secretarías de
educación de las entidades territoriales y, en su momento, al Ministerio de Educación Nacional, se encuentran
sujetos a un régimen de carrera y su vinculación se produce por efecto de un nombramiento.
(v) En tanto los docentes oficiales no han sido ni podrían ser ubicados como parte de ninguna de las otras
especies de servidores públicos, han de ser considerados como empleados públicos.
(vi) El artículo 279 de la Ley 100 de 1993 exceptuó de la aplicación del Sistema Integral de Seguridad Social a
los afiliados al Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio.
50
Expediente T-6.736.200
En criterio del Tribunal Contencioso Administrativo del Valle del Cauca, Sala
de Descongestión Laboral, aunque en un principio podía considerarse que lo
dispuesto en el Decreto 1252 de 2000 cobija al demandante y, por tanto, le era
exigible al empleador lo dispuesto en el numeral 3° del artículo 99 de la Ley 50
de 1990 “(…) lo cierto es que el precepto establece que el pago del auxilio de
cesantías de servidores públicos se hará conforme a lo establecido en Leyes 50
de 1990, 344 de 1996 o 432 de 1998 (…)”128, en consecuencia, concluyó que en
virtud de la naturaleza del cargo del actor no le era aplicable dicha normativa.
Por otro lado, expuso, que los artículos 99, 102, y 104 de la Ley 50 de 1990 se
aplican a los servidores públicos del nivel territorial que se vincularon a partir
del 31 de diciembre de 1996 porque así lo establece expresamente el artículo 1°
del Decreto 1582 de 1998. Sin embargo, se restringió esa posibilidad a los
servidores públicos del orden territorial que se afilien a fondos privados de
cesantías y, agregó, que el actor no cumplía con esta condición ya que por
disposición legal debe afiliarse al Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del
Magisterio (FOMAG).
128
Folio 46, Cuaderno principal
129
Ibídem
51
Expediente T-6.736.200
Sostuvo que: (i) aunque el ente territorial omitió afiliarlo al FOMAG, este hecho
no es determinante en términos de la liquidación de su prestación social a la luz
de la Ley 344 de 1996 y el Decreto Reglamentario 1582 de 1998, pues estas
normas son aplicables al régimen de cesantías anualizadas de los servidores
públicos territoriales y no a los docentes, quienes están amparados por el
régimen prestacional de la Ley 91 de 1989; (ii) las entidades territoriales
certificadas a cuyas plantas pertenezcan los docentes, no tienen el deber de
consignar el auxilio en el FOMAG como ocurre con los servidores públicos
territoriales en los fondos privados de cesantías y; (iii) ni siquiera es aplicable el
principio de favorabilidad ya que la administración de las cesantías a cargo del
FOMAG es tan distinta al régimen de los servidores públicos territoriales que no
cabe conceder la sanción moratoria por el solo hecho de que el municipio de
Cali omitió vincular al demandante al FOMAG, ya que el artículo 99 de la Ley
50 de 1990 condiciona el pago de la sanción a la omisión de consignar las
cesantías en la oportunidad que la norma señala.
130
Folio 35, Cuaderno principal
52
Expediente T-6.736.200
56. En sede de tutela, la Sección Segunda del Consejo de Estado, amparó los
derechos fundamentales del actor y la Sección Quinta de dicha Corporación, en
segunda instancia, revocó la anterior decisión.
57. Para iniciar, es importante poner de presente que el actor alega que el
Tribunal Contencioso Administrativo del Valle del Cauca, Sala de
Descongestión Laboral, resolvió de manera distinta su caso en relación con otro
que presentaba supuestos fácticos similares en el que accedió a las pretensiones
de la demanda. Ante lo cual, el despacho judicial manifestó, en el fallo objeto de
reproche, que ello obedeció a un cambio reciente de posición de la Sala acerca
del reconocimiento y pago de dicha sanción moratoria.
59. De lo expuesto hasta el momento, se puede concluir que no hay una postura
unificada del Consejo de Estado respecto a la procedencia del reconocimiento de
la sanción moratoria por la no consignación del auxilio de cesantías a los
docentes que contempla el numeral 3° del artículo 99 de la Ley 50 de 1990.
60. Visto esto, la Sala advierte que, aunque el accionante pretende evidenciar el
desconocimiento del Tribunal de su propio precedente, lo cual, desconocería su
derecho a la igualdad, lo cierto es que no obran en el plenario elementos de
juicio adicionales a la afirmación del peticionario sobre un caso del que no se
tienen datos concretos para evidenciar si se estructuró en la sentencia del juez de
primera instancia dicho defecto. Al respecto, solo se encuentra una aclaración de
la Sala del Tribunal en el sentido de que a partir de un pronunciamiento posterior
al que el actor refirió, la postura de la Sala varió. Por tanto, no se tiene certeza
sobre el mencionado defecto por desconocimiento del precedente horizontal.
61. De otro lado, como lo dijo la Sección Segunda del Consejo de Estado, no
existe una posición unificada respecto a la aplicación de la norma de
reconocimiento y pago de la sanción moratoria que contempla el numeral 3° del
artículo 99 de la Ley 50 de 1990 a los docentes. En consecuencia, no es posible
afirmar que se desconoció el precedente de la jurisdicción de lo contencioso
administrativo.
62. Ahora bien, a partir de los antecedentes expuestos se puede inferir que los
despachos accionados aplicaron una interpretación restrictiva en el
entendimiento de las normas que consagran la sanción moratoria por la no
consignación de cesantías.
63. Por ello, en este caso es necesario que la Corte evalúe la posible violación
directa de la Constitución, debido a que la interpretación por la que optaron los
jueces, implica el desconocimiento del artículo 53 de la Carta Política.
64. En el caso objeto de estudio se evidencia que existe una postura más
favorable respecto de los derechos laborales de los docentes oficiales, esto es,
aquella que reconoce que este grupo de trabajadores del Estado tiene derecho a la
sanción por mora en el pago del auxilio de cesantía.
“Artículo 1°. Los empleados públicos, los trabajadores oficiales y los miembros de
la fuerza pública, que se vinculen al servicio del Estado a partir de la vigencia del
presente decreto, tendrán derecho al pago de cesantías en los términos
establecidos en las Leyes 50 de 1990, 344 de 1996 o 432 de 1998, según el caso.
131
Sentencias T-401 de 2015 y T-464 de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
132
“Por el cual se establecen normas sobre el régimen prestacional de los empleados públicos, los trabajadores
oficiales y los miembros de la Fuerza Pública”.
54
Expediente T-6.736.200
Así las cosas, aunque los jueces contencioso administrativos expusieron que la
anterior normativa no era aplicable a los docentes del sector oficial porque se
encuentran cobijados por un régimen especial, y que la norma remite a las Leyes
50 de 1990, 344 de 1996 o 432 de 1998, de lo cual concluyeron que estaban
excluidos, omitieron realizar una lectura de la norma en todo su contexto y a la
luz de la interpretación que estuviera conforme a la Constitución.
66. Bajo esta perspectiva, dichos fallos del Consejo de Estado concluyen que no
es que los docentes estén excluidos de lo dispuesto en la norma, sino que no son
destinatarios de la sanción moratoria que se extendió a los servidores públicos
del orden territorial porque no cumplen los requisitos de: (i) reunir la condición
territorial ni (ii) estar afiliados a un fondo privado administrador de cesantías de
aquéllos creados por la Ley 50 de 1990, pues para eso se creó el FOMAG.
67. Una vez realizada la anterior aclaración, encuentra la Corte que existe una
interpretación favorable al actor que no se tuvo en cuenta por el despacho ni la
Corporación Judicial, y que se encuentra en el mismo contenido de la disposición
en comento, pues allí se establece, en lo pertinente, que los empleados públicos
que se vinculen al servicio del Estado a partir de la vigencia del Decreto 1252 de
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2000 –el actor se vinculó el 31 de marzo de 2003- tienen derecho al pago de las
cesantías en los términos establecidos en la Ley 50 de 1990 y que lo allí
dispuesto se aplica aún en el evento en que el servidor público se rija por un
régimen especial que regule las cesantías.
Además, el parágrafo del artículo 1° del Decreto 1252 de 2000 consagra que los
fondos que administran y pagan las cesantías a los servidores referidos seguirán
haciéndolo, dentro de los cuales está incluido el fondo del FOMAG. Por tanto, la
interpretación que permita concluir que dicha sanción moratoria no es aplicable
al actor bajo el argumento de que no cumple la condición de pertenecer a la
categoría de servidor público territorial ni la de encontrarse afiliado a un fondo
privado, también puede entenderse de manera distinta a la luz de lo dispuesto en
el parágrafo precitado.
En este punto, vale aclarar que la Sección Segunda del Consejo de Estado en el
escrito de impugnación sostuvo que el régimen especial de los docentes que
contempla la Ley 91 de 1989 respecto a la prestación social de las cesantías es
diferente al sistema anualizado previsto en las Leyes 50 de 1990 y 344 de 1996.
Sin embargo, esta misma Corporación en Sentencia del 14 de junio de 2018
aclaró que: “De las normas expuestas en precedencia, se establece que de
conformidad con el artículo 15 de la Ley 91 de 1989 los docentes que se
vinculen a partir de 1990, para efectos de las prestaciones económicas y
sociales se regirán por las normas vigentes aplicables a los empleados públicos
del orden nacional que establece un sistema anualizado, sin retroactividad y
pago de intereses a sus beneficiarios”133 (Subraya fuera de texto).
133
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección “B”, Consejera
Ponente: Sandra Lisset Ibarra Vélez.
134
Ley 50 de 1990. “Artículo 102º.- El trabajador afiliado a un Fondo de Cesantía sólo podrá retirar las sumas
abonadas en su cuenta en los siguientes casos:
1. Cuando termine el contrato de trabajo. En este evento la Sociedad Administradora entregará al
trabajador las sumas a su favor dentro de los cinco (5) días siguientes a la presentación de la solicitud.
56
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2. En los eventos en que la legislación vigente autoriza la liquidación y pago de cesantía durante la
vigencia del contrato de trabajo. El valor de la liquidación respectiva se descontará del saldo del trabajador
desde la fecha de la entrega efectiva.
3. Para financiar los pagos por concepto de matrículas del trabajador, su cónyuge, compañera o
compañero permanente y sus hijos, en entidades de educación superior reconocidas por el Estado. En tal caso el
Fondo girará directamente a la entidad educativa y descontará el anticipo del saldo del trabajador, desde la
fecha de la entrega efectiva.
Parágrafo. El trabajador afiliado a un fondo de cesantías también podrá retirar las sumas abonadas por
concepto de cesantías para destinarlas al pago de educación superior de sus hijos o dependientes, a través de las
figuras de ahorro programado o seguro educativo, según su preferencia y capacidad”.
135
Código Sustantivo del Trabajo. “Artículo 256. Financiación de viviendas. <Artículo modificado por el
artículo 18 del Decreto 2351 de 1965. El nuevo texto es el siguiente:>
1. Los trabajadores individualmente, podrán exigir el pago parcial de su auxilio de cesantía para la adquisición,
construcción, mejora o liberación de bienes raíces destinados a su vivienda, siempre que dicho pago se efectúe
por un valor no mayor del requerido para tales efectos.
2. Los {empleadores} pueden hacer préstamos a sus trabajadores sobre el auxilio de cesantía para los mismos
fines. (…)”.
57
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136
Sentencia C-451 de 2015. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
137
Sentencia C-439 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
138
Ibídem
139
Sentencia T-832A de 2013, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
58
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69. Tampoco puede ser de recibo la interpretación del Tribunal, en el sentido que
como el docente se vinculó en el año 2002, para esa época no existía el deber de
afiliarlo al FOMAG ni tampoco la responsabilidad de consignar cada año el
auxilio de cesantías, a lo cual, agrega, que de esta conducta no se genera ningún
tipo de consecuencia, cuando el accionante prestó sus servicios desde el año
2004 hasta el año 2007. No obstante, como lo dijo la Sección Segunda del
Consejo de Estado, a partir del Decreto 3752 de 2003 los docentes deben estar
afiliados al FOMAG y su incumplimiento genera responsabilidades, aunque
tampoco manifestó cuáles son ante la irregularidad que detectó y que dio por
superada ante su afiliación el 19 de octubre de 2007141.
140
Sentencia SU-1185 de 2001, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
141
Folio 36, Cuaderno principal
59
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142
Consejo de Estado, Sección Segunda, Subsección B, sentencia de 12 de octubre de 2016, Radicación número:
08001-23-31-000-2012-00091-01(1899-14). Consejero Ponente, Sandra Lisset Ibarra Vélez: “La prescripción fue
objeto de estudio por la Sección Segunda para señalar que en los asuntos relativos a sanción moratoria, se debe
aplicar el artículo 151 del Código de Procedimiento Laboral, que prevé que el término de prescripción es de tres
(3) años, y se debe contar a partir de la fecha en que la obligación se hace exigible y su interrupción pero solo
por un lapso igual, el cual tiene lugar con el simple reclamo escrito del interesado y para el caso de los
empleados públicos deberá presentarse ante la autoridad pública competente”.
Sobre este mismo aspecto pueden revisarse los siguientes fallos, entre ellos, una sentencia de unificación.
Consejo de Estado, Sección Segunda, Subsección B, sentencia de 30 de marzo de 2017 Radicación número:
08001-23-33-000-2014-00332-01(3815-15) Consejero ponente: Sandra Lisset Ibarra Vélez. Consejo de Estado,
Sección Segunda. Sentencia de unificación de 25 de agosto de 2016. Rad. 08001 23 31 000 2011 00628-01
(0528-14). Consejero Ponente: Luis Rafael Vergara Quintero.
143
M.P. Iván Humberto Escrucería Mayolo
144
“´por medio de la cual se fijan términos para el pago oportuno de cesantías para los servidores públicos, se
establecen sanciones y se dictan otras disposiciones´ (…) Artículo 1º.- Dentro de los quince (15) días hábiles
siguientes a la presentación de la solicitud de la liquidación de las Cesantías Definitivas, por parte de los
servidores públicos de todos los órdenes, la entidad patronal deberá expedir la Resolución correspondiente, si
reúne todos los requisitos determinados en la Ley”.
145
“´por medio de la cual se adiciona y modifica la Ley 244 de 1995, se regula el pago de las cesantías
definitivas o parciales a los servidores públicos, se establecen sanciones y se fijan términos para su cancelación´
(…)
60
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72. Del análisis del caso planteado, se derivan las siguientes conclusiones:
Artículo 1°. Objeto. La presente ley tiene por objeto reglamentar el reconocimiento de cesantías definitivas o
parciales a los trabajadores y servidores del Estado, así como su oportuna cancelación.
Artículo 2°. Ámbito de aplicación. Son destinatarios de la presente ley los miembros de las Corporaciones
Públicas, empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades descentralizadas territorialmente y por
servicios. Para los mismos efectos se aplicará a los miembros de la fuerza pública, los particulares que ejerzan
funciones públicas en forma permanente o transitoria, los funcionarios y trabajadores del Banco de la República
y trabajadores particulares afiliados al Fondo Nacional de Ahorro”.
61
Expediente T-6.736.200
73. Con fundamento en estas consideraciones, la Sala debe ahora analizar cuáles
son las herramientas que tiene a su alcance el juez de tutela para asegurar la
protección efectiva de los derechos fundamentales cuando se hayan vulnerado
por una autoridad judicial y específicamente en el asunto bajo revisión.
IV. DECISIÓN
RESUELVE
En tal sentido, dado que el legislador no creó una sanción moratoria asociada a la
garantía del pago de las cesantías a favor de docentes oficiales, su aplicación
69
Expediente T-6.736.200
Por su parte, las normas que regulan el régimen especial de cesantías de los
docentes del sector oficial no establecen, de manera expresa, el reconocimiento y
pago de la sanción moratoria por falta de consignación, así:
Atentamente,