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LA CONQUISTA Y LA COLONIZACIÓN

El descubrimiento y la conquista del Nuevo Mundo fue el mayor acontecimiento de la

expansión ultramarina de los europeos, a partir del siglo XV. Ese vínculo con Europa tuvo

como resultado cambios radicales: una catástrofe demográfica (enfermedades y exterminio

de la población nativa) y el sometimiento a la dominación imperial.

Luego se produjo la incorporación de 10 millones de esclavos como mano de obra.

El régimen esclavista profundizó aún más la fractura entre conquistador (y sus

descendientes) y conquistado. El mestizaje también contribuyó a originar un numeroso

abanico étnico. Así, en Centroamérica, gran parte de los nativos fueron eliminados, y en

el resto, asimilados a ese abanico europeo-africano.

Distinto fue el caso de América Anglosajona, donde el nativo fue prácticamente

eliminado a medida que se poblaba o se establecían fuertes en los territorios. Luego

pasaron a ser minorías de la futura sociedad estadounidense. En otros dominios blancos

(Australia, Canadá y Nueva Zelanda) se repitió el mismo esquema británico: sociedades

constituidas por inmigrantes europeos.

En África y Asia fue diferente, ya que los europeos establecieron diferentes sistemas

de dominio, y no alcanzaron a disolver todos los sistemas étnicos.

El impacto de la globalización (siglos XVI a XVIII) fue más profundo en Iberoamérica y

Caribe, y los intereses locales nunca conformaron grupos de poder (por diferencias

políticas) orientados a la inserción en la economía externa, ni la consolidación del

desarrollo interno.
Además, es importante conocer la diferencia entre conquista y colonización.

Conquistar: proceso de ocupación


territorial que consiste
enasentarse en un lugar de forma
transitoria con el objetivo de
Colonizar: proceso de ocupación
extraer del territorio sus r+iquezas
territorrial que consiste en asentarse en
(recursos naturales)
un lugar de forma permanente con la
intensión de poblarlo.
América anglosajona

América anglosajona fue colonizada y luego conquistada. Tuvo una colonización

tardía respecto América Latina, a fines del siglo XVII y principios del XVIII en plena

Revolución Industrial europea. La conquista se produjo a mediados del siglo XIX de Este a

Oeste, la búsqueda de oro en California (se pudo llegar hasta el Oeste gracias al tendido de

las líneas de ferrocarril generan todo el territorio de Costa a Costa)

La ocupación del territorio en la costa Este (1° lugar de asentamiento de los

colonos) fue lenta y continua en una pequeña franja del territorio, que se extendía desde la

costa atlántica hasta los montes Apalaches. Los primeros colonos llegaron con sus familias,

se instalan para poblar el territorio, veían a América como la ´´tierra prometida´´, traían

ideales de progreso y de conformar un nuevo país. Como los primeros ocupantes provenían

de Inglaterra, donde la revolución industrial de estado en auge, trajeron todos los adelantos

tecnológicos de esa época.

Al llegar a América estos colonos consideraron que el territorio estaba vacío, debido

a que no encontraron con civilizaciones indígenas importantes, esto produjo que

exterminaran a las mismas.

Los primeros habitantes se organizaron en 13 colonias, diferenciadas las del Norte

de las del Sur. En el Norte de asentaron Pequeños agricultores cerca de las ciudades,

banqueros, comerciantes (muy relacionados con el comercio con Inglaterra-Metrópolis);

estos últimos muy pronto desarrollaron la industria, ya que contaban con todos los recursos

para impulsarla: puertos naturales, madera de los bosques, carbón de los montes

Apalaches, hierros en el macizo de Canadá y la tecnología de la Revolución Industrial. En el

Sur, en cambio, se asentaron grandes terratenientes dueño de inmensas plantaciones

(algodón, tabaco, cultivos de clima tropical), cerca de los cursos fluviales. Basaron la

explotación en la mano de obra esclava africana (se traían en cautiverio africanos en forma

de esclavos y se vendían a los dueños de las plantaciones). La sociedad que formaban

estos colonos era muy conservadora, tradicionalista y jerarquizada. Entre 1861 y 1865 se
produjo la guerra de sucesión entre los estados del Norte y los del Sur, que tuvo como

motivo principal abolir la esclavitud; los estados del Norte estaban en contra de esta y los

del Sur a favor. Triunfa el Norte y los esclavos, ahora libres, se trasladan hacia el Norte para

trabajar como empleados en los nacientes industrias.

Desde la colonización el crecimiento de las ciudades está relacionado con la

industria (1° con la industria textil, ya que fueron la primera en mecanizarse, luego se fue

diversificando).

A partir de 1914 se dieron una serie de cambios cuándo se desarrolló la industria

Automotriz (la de mayor importancia en el país). Gracias a ella se produjo una fuerte

atracción de población y una gran concentración de industrias en las ciudades. Esto llevo al

crecimiento de las mismas, pero una manera ordenada.

En las últimas décadas comenzó un proceso de desindustrialización hacia nuevas

zonas menos congestionadas o hacia áreas periféricas.


América latina

América Latina primero fue conquistada y luego colonizada. Tuvo una conquista

temprana (en relación con América anglosajona) a fines del siglo XV y principios del XVI,

esta época se conoce como el medioevo tardío, con el descubrimiento de América por

Cristóbal Colón en 1492 comienza el período de la ´´modernidad´´. La colonización se dio

en el siglo XVIII de Oeste a Este, debido a que los conquistadores llegaron a las zonas

montañosas de los Andes donde se hallaban las fuentes de los recursos que buscaban.

La ocupación de territorio fue puntual y selectiva, cerca de los puertos, ya que el

motivo de la conquista no era sentarse en el territorio y poblar lo como en América

anglosajona, sino que la que los conquistadores venían a estas tierras para extraer riquezas

y enviarlas a sus metrópolis (España y Portugal). Los españoles primero estaban

interesados por las especies, luego por el oro y la plata; los portugueses, en cambio,

primero trajeron el palo brasil (es un tipo de árbol), luego la caña de azúcar (en grandes

plantaciones como en América anglosajona) y después del oro (en los siglos XVII y XVIII).

Los conquistadores llegaron solos, sin familia, porque no era su intención

establecerse en estas tierras, por eso se mezclaron con los indígenas, se produjo, como

consecuencia un importante mestizaje.

Al llegar América Latina los españoles encontraron importantes civilizaciones

indígenas (aztecas, incas) cuya población disminuyo considerablemente a causa de las

guerras que enfrentaron con los conquistadores, por enfermedades traídas desde Europa a

las que los cuerpos no tenían defensas, a causa de los trabajos forzados fueron sometidos

o por el desarraigo de su tierra como consecuencia de la ocupación extranjera.

España y Portugal organizaron el espacio de una manera sencilla, se dividieron el

mundo (América Latina) por el tratado de Tordesillas el cual establecía que al Este de la

línea en sentido meridiano de 50° pertenecía a Portugal y al Oeste a España.

La primera ocupación española se produjo, hasta el siglo XVII, en las costas del

Pacífico donde se hallaban las riquezas naturales que se extraían enviaban a la metrópolis,
el resto del espacio permaneció sin ocupación extranjera. A partir del siglo XVIII hasta el

XIX se comienza a poblar el resto del espacio (se crea el virreinato del río de la plata) y

comienzan a cobrar importantes otros recursos, por ejemplo, en Argentina aparece un

nuevo tipo de explotación: las estancias dedicadas a la ganadería.

Antes de la llegada de los conquistadores se fundaron ciudades, las primeras se

fundaron alrededor de los puertos, y fueron sede de funciones comerciales, políticas,

administrativas. Este hecho fue el que generó que estas se transformarán en focos de

atracción de población desde sus orígenes, ya que actuaban no solo como fuentes de

empleo sino por las posibilidades de acceder a mejores condiciones de vida. Pero es recién

a partir de la década de 1950, que aumenta considerablemente su población, como

consecuencia de un importante Éxodo rural. La difícil vida de los trabajadores del campo

con muy bajos recursos comienza a expulsar población, en la cual se desplaza hacia las

ciudades, a este proceso se conoce como ´´Éxodo rural´´. Esto fue la causa del comienzo

de un proceso de urbanización (crecimiento de las ciudades) acelerado, gracias al cual fue

posible el desarrollo industrial, ya que en las ciudades además de la infraestructura

(puertos, ferrocarriles, servicios), contaban con la mano de obra y mercados necesarios

para gestarla.

CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA Y EL INGRESO

América Latina es la región del mundo con la peor distribución del ingreso y la mayor

concentración de la riqueza. Este es un rasgo instalado desde tiempos de la conquista

hasta nuestros días. En la independencia continuó el proceso de concentración de tierras y

recursos. En Argentina, la expulsión del indio y la Conquista del Desierto en la región

pampeana, culminaron con la apropiación de las tierras más ricas del país para pocas

manos. Después de 1945, la etapa de ‘crecimiento hacia adentro’ tampoco solucionó el

problema.

El estudio de los niveles de riqueza y su concentración es complejo ante la inexistencia de

información oficial sobre el tema de la mayor parte de las economías de América Latina. Es
pues urgente que desde la academia y la sociedad civil se presione a los respectivos

gobiernos para que elaboren y transparenten la información sobre la materia.

Por el momento, la alternativa se encuentra en el uso de fuentes independientes, pero con

el problema de que cada una de ellas tiene una metodología particular, mostrando

resultados diferenciados entre sí. Las estimaciones de la riqueza productiva del Banco

Mundial se realizan a partir de los valores contables agregados de la formación bruta de

capital. Estos resultados divergen de los criterios de valorización de acuerdo a mercado de

las fuentes independientes y, por tanto, sujetos a numerosas variables económicas,

financieras, sociales y políticas.

A pesar de las diferencias entre las fuentes de información y las limitadas series

estadísticas se extraen tendencias comunes. En la segunda década del siglo XXI la

concentración de la riqueza tiene una tendencia creciente; lo que va en la misma línea de lo

señalado en diversos estudios internacionales sobre dicha problemática, especialmente en

lo relativo a la concentración de los ingresos.

Sin embargo, la evidencia disponible no permite evaluar lo ocurrido en la región antes y

durante la edad de oro del capitalismo. Los superricos han incrementado su número e

importancia tanto a nivel global como regional en América Latina.

Se tiene una clara tendencia ascendente con relación a sus respectivos PIB en lo que va del

siglo XXI. Tienen mayor presencia absoluta en Brasil, pero relativamente respecto a la

población es mayor en Chile.

Asimismo, las personas que tienen riquezas superiores a US$50 millones, para el conjunto

de economías de la región, se han incrementado significativamente; mientras que los que

tienen entre US$5 y 50 millones mantienen una situación estacionaria y el número de

millonarios entre US$1 y 5 millones se redujo por las caídas de Argentina, Brasil, Colombia
y México. Con la información de Kinich Frank el número de las personas en América Latina

que tienen entre US$1 y 10 millones se redujo entre 2005 y 2016. Sólo Chile y Perú

muestran aumentos en esta categoría de pequeños millonarios.

El 1% de la población más rica de América Latina mantiene 42% de la riqueza con una

mayor participación que en las regiones europeas, Asia Pacífico y ligeramente superior a

América del Norte. Por otra parte, el número de las personas que tienen un patrimonio neto

menor a US$10 000 se incrementó significativamente; mientras que se redujo el relativo a

los que tienen entre US$10 000 y 1 millón por lo que se vislumbra una caída en los

patrimonios de los estratos medios y medios-altos entre 2012 y 2016 con algunas

excepciones.

Los coeficientes Gini de concentración de la riqueza de toda América Latina tienen una

tendencia creciente entre 2010-2016. Al interior de la región Brasil, Argentina, Chile, Perú y

Venezuela tienen la misma trayectoria ascendente. En 2016 Venezuela, Brasil, Perú y Chile

fueron las economías con los mayores niveles de concentración.

El coeficiente Gini del mundo también presenta una tendencia creciente. Con la información

obtenida de Credit Suisse, América Latina tiene una concentración de la riqueza muy alta y

creciente, pero inferior al resto de regiones del mundo.

El hecho de que América Latina no sea la región con los mayores niveles de concentración

de la riqueza del mundo, no significa un gran consuelo, ya que los coeficientes Gini son

extremadamente elevados, mismos que condicionarían una distribución factorial y funcional

del ingreso a favor de las ganancias y una elevada concentración en la distribución personal

del ingreso. A diferencia de las economías más desarrolladas, en la región de América

Latina el rol redistributivo de la política fiscal es menor. Los impuestos a las herencias son

entre inexistentes, muy pequeños o recientes. Por esta razón las posibilidades de que la

distribución personal del ingreso sea más equitativa son reducidas.


LA TERCERA VÍA

Las políticas neoliberales, que prevalecieron en Europa Occidental en las últimas

dos décadas, provocaron la disminución del crecimiento económico, el aumento del

desempleo y la inestabilidad de los mercados financieros y cambiarlos. El triunfo de la

socialdemocracia en la Unión Europea refleja el descontento social provocado por la

estrategia neoliberal.

Las propuestas de la socialdemocracia europea se expresan en la llamada tercera

vía. El término sugiere la búsqueda de un rumbo diferente del seguido, por una parte, en los

tiempos del predominio del estado de bienestar bajo el paradigma keynesiano (Estado

Benefactor) y, por otra, durante la política neoliberal de la actualidad. Pretende realizar

una síntesis que recoja lo mejor de ambas estrategias: el pleno empleo y la equidad

social de la primera; y la eficiencia y el despliegue de las fuerzas del mercado libre que

se atribuyen a la segunda.

Sugiere que ésta es la manera más eficaz de adecuarse a las exigencias

competitivas impuestas por la globalización del orden mundial, resguardando los equilibrios

sociales y la defensa del medio ambiente.

También en América Latina está en crisis el paradigma neoliberal. Desde su

instalación, a partir de la crisis de la deuda externa de la década de 1980, primero declino el

producto y, luego, su tasa de crecimiento alcanzó apenas la mitad de la vigente antes de

la crisis. Se agravó la concentración del ingreso, aumentó la pobreza, creció el

endeudamiento externo y se multiplicaron las condiciones de inseguridad generadas por

el creciente malestar social. A tal punto que en la mayoría de las ciudades latinoamericanas

y en zonas rurales se padecen condiciones de grave inseguridad pública.


Era (durante crecimiento hacia adentro) indispensable en América Latina liberar las

fuerzas creadoras de los mercados y la iniciativa privada, reformar el Estado, poner la casa

en orden y estabilizar los precios. Pero el conjunto de reformas inspiradas en el Consenso

de Washington, de carácter netamente neoliberal, agravaron la crisis.

Entre todas las consecuencias que vimos, es muy probable que se estén

acumulando presiones inflacionarias reprimidas que pueden estallar en cualquier momento.

Es urgente plantear un nuevo rumbo de nuestras economías: ¿Será la solución la Tercera

Vía?

En los últimos meses se ha calmado la discusión sobre la Tercera Vía es

decir en relación a un programa político más allá del neoliberalismo y de la

socialdemocracia tradicional. Las conferencias de Nueva York (1998) y Washington (1999),

en las que los jefes de estado de la centro-izquierda platicaron sobre la Tercera Vía, aún

estuvieron en el centro de atención periodística; en cambio, la conferencia que les siguió, en

Florencia, pasó prácticamente inadvertida, a pesar del alto rango de sus participantes. Esto

podría estar relacionado con la coyuntura política de los países en donde se

estaba llevando a cabo el debate en torno a la Tercera Vía.

Sin embargo, otra razón evidente para el retroceso en la discusión, es que después

de la fanfarria inicial, los protagonistas de la Tercera Vía no han tenido muchas novedades

que aportar. La falta de aportes concretos subyacente a este concepto, probablemente, no

se debe a que nos encontremos en el inicio de una amplia discusión programática. Más bien

parece ser una enfermedad congénita de la Tercera Vía.

La Tercera Vía tuvo una historia tardía y particularmente breve en Alemania. El

slogan de campaña el nuevo centro, con que el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD)

ganó las elecciones parlamentarias en 1998, fue interpretado especialmente por Gran
Bretaña y Estados Unidos como la versión alemana de la Tercera Vía; en cambio en

Alemania, el nuevo centro fue percibido como lo que era: un slogan de campaña electoral.

Se popularizó entre los teóricos y consistió en un intento por superar la relación

opuesta entre los dos modelos económicos que marcaron los años de la Guerra Fría, el

capitalismo y el socialismo. Por Tercera Vía se suele reseñar al modelo que surgió en

Inglaterra. No se refiere al opuesto comunismo-capitalismo, sino a una opción alternativa al

neoliberalismo y la socialdemocracia, al conservadurismo y al liberalismo europeo.

En otras palabras, la Tercera Vía intenta agrupar lo positivo del capitalismo liberal y

el socialismo. Su principal ponente fue el sociólogo británico Anthony Giddens. Sin

embargo, en la política, algunas de esas ideas fueron desarrolladas por el primer ministro

Tony Blair. Para Giddens, (La tercera vía. La renovación de la socialdemocracia) la meta

general de esta opción debe ser la de ayudar a los ciudadanos a guiarse en las grandes

revoluciones de nuestro tiempo: la globalización, las transformaciones de la vida personal y

nuestra relación con la naturaleza.

Propuso, en consecuencia, una serie de valores: igualdad, protección a los

débiles, libertad como autonomía, ningún derecho sin responsabilidad, ninguna autoridad

sin democracia, un pluralismo cosmopolita (que tiene que ver con una consciencia del

riesgo ecológico en el mundo y su relación con el cambio científico y tecnológico) y

conservadurismo filosófico (que tiene relación con el anterior, ya que significa en el ámbito

de la ecología una visión de las consecuencias ambiguas que la ciencia y la tecnología

producen y un respeto al pasado y a la historia).

Democratizar la democracia fue otra de las metas, es decir, la descentralización del

Estado, una mayor transparencia e imparcialidad en sus funciones, una mayor eficiencia

administrativa, la introducción de otros procesos democráticos diferentes al proceso de

votación, una mayor capacidad para afrontar el riesgo (no sólo económico sino también el
provocado por la aplicación científica y tecnológica) y la propia democratización como una

tendencia que no sólo debe tener perspectivas nacionales sino cosmopolitas. Aún más, la

necesidad de un Estado social inversor que minimice las desigualdades, maximice la

inclusión (por ejemplo, del grupo de la tercera edad que la sociedad actual ha desplazado y

que tiene un potencial productivo) y evite el cultivo de la cultura de la dependencia. Un

Estado que apoye iniciativas empresariales, impulse programas educativos que cubran no

sólo las primeras etapas de la vida del individuo sino que se mantengan durante toda la

vida, acreciente la movilidad (por ejemplo mediante educación), promueva asociaciones

para proyectos públicos (donde la iniciativa privada pueda intervenir en proyectos públicos

dirigidos por el Estado), y estimule políticas donde el lugar de trabajo (y los horarios)

puedan hacerse compatibles con el cuidado de la familia.

Igualmente, la Tercera Vía ha de tener en cuenta el papel que debe o puede jugar la

nación (soberana, independiente) en un mundo globalizado, donde las determinaciones de

un país o localidad influyen en el resto del mundo. Es por ello que Giddens habla de una

nación cosmopolita, del desarrollo de un pluralismo cultural (para evitar fundamentalismos),

de una democracia cosmopolita (organizaciones cooperantes a nivel mundial). Por ello

propone una revisión de la Unión Europea (como ejemplo de un organismo internacional

con pretensiones de cooperación económica) y sus limitantes, evalúa la posibilidad de un

gobierno global y habla del fundamentalismo de mercado, que tiene que ver con la

imposibilidad hasta la fecha de regular los mercados financieros (principalmente los

especulativos).

Esta Tercera Vía tuvo éxito en toda Europa y fueron muchos los políticos que se

apuntaron a ella.

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