La Migración A Lo Largo de La Historia
La Migración A Lo Largo de La Historia
La Migración A Lo Largo de La Historia
Esto fue posible porque durante los periodos de glaciación, Siberia y Alaska formaban un
solo territorio emergido por el que se podía pasar andando de un continente a otro (1). Las
otras teorías sobre la penetración humana en América, como la de la travesía del Pacífico
por australianos o polinesios, o la navegación del Atlántico por europeos (2), resultan
menos verosímiles. Más tarde la revolución agrícola del periodo histórico conocido como
Neolítico, permitió que algunas comunidades se hicieran sedentarias en Asia Menor y la
cuenca del Mediterráneo, foco de las primeras civilizaciones, pero el impulso viajero no
Tras el Imperio romano y las invasiones bárbaras, los vikingos tomaron el testigo viajero y
con sus drakkars navegaron mares y ríos en numerosas expediciones de exploración y
conquista. Invadieron Irlanda y Gran Bretaña, arribaron a las costas de Canadá, atacaron
varias localidades gallegas y penetraron por el Guadalquivir hasta Sevilla (5).
A partir del Descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492, comienza una era de grandes
movimientos migratorios. Los avances geográficos y técnicos permitieron el traslado
controlado de personas a las nuevas colonias ultramarinas, bajo la dirección de los
gobiernos o a cargo de compañías mercantiles. Las naciones europeas -España, Portugal,
Francia, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Alemania- se expandieron por África, Asia y, sobre
todo, América (6). Si Europa, por su alta densidad demográfica, ha sido una cantera de
emigrantes, América es la eterna tierra de promisión. La inmensidad de su territorio, repleto
de riquezas naturales, y la bajísima tasa de población, eran un reclamo irresistible para los
colonizadores, que emprendieron una nueva vida lejos de las guerras que sacudían Europa.
Como contrapartida, su llegada fue devastadora para los pueblos de América Central y del
Sur (mayas, aztecas, incas...), cuyas culturas fueron aplastadas y su población mermada
por las enfermedades introducidas por españoles y portugueses. En el Norte la colonización
francesa y anglosajona también fue fatal para los indígenas, que vieron trastocados sus
modos de vida y acabaron exterminados o confinados a reservas.
En todo caso, mientras las colonias se mantuvieron dependientes de las metrópolis, los
traslados presentaron cifras reducidas. Se calcula en 100.000 el número de españoles
inmigrados a la América hispana durante el primer siglo colonial (1492-1600). Sin embargo,
a partir de la emancipación de los Estados americanos a inicios del siglo XIX, hasta la
primera mitad del XX, se produjo el mayor trasvase de población de la Historia.
En esos años se ocuparon casi todas las tierras despobladas del mundo, en un movimiento
Hubo migraciones dentro de Europa, desde el Sur (Italia, España, Grecia) hacia el Norte
(Francia, Reino Unido) y del Este (Rusia, Polonia) hacia el Oeste (Alemania), pero la mayoría
miraba hacia la otra orilla del Atlántico. Se estima que entre 1800 y 1940 cruzaron éste
último océano, 55 millones de europeos, de los que 35 se establecieron de modo definitivo;
entre ellos, 15 millones de británicos (ingleses e irlandeses), 10 de italianos, 6 de españoles
y portugueses, 5 de austriacos, húngaros y checos, 1 de griegos, alemanes, escandinavos…
Pero pocos episodios de traslados forzosos de grandes contingentes humanos ha habido tan
crueles y a la vez tan determinantes para la redistribución del mapa demográfico mundial
como el comercio de esclavos africanos -llamado trata de negros- entre 1500 y 1850,
durante la colonización de América por las naciones europeas. Los descubridores del Nuevo
Mundo intentaron en principio usar a los indígenas para explotar las plantaciones y minas,
pero ante el escaso rendimiento de éstos, que fueron diezmados por las enfermedades,
recurrieron a esclavos negros importados de África.
La primera fase de la trata de los Negreros era la captura de los negros en sus aldeas por
negros de otras tribus o etnias, quienes los encerraban en castillos levantados a lo largo de
la costa, a la espera de que llegaran los traficantes europeos. Éstos adquirían la mercancía
humana, en su mayoría originaria de las zonas costeras situadas entre Senegal y Angola, y
la trasladaban por mar a los mercados de esclavos de América, donde su nuevo dueño los
marcaba con hierro candente (7).
El viaje en los barcos se realizaba en tales condiciones de hacinamiento, hambre, sed y falta
de higiene que el 25 por 100 de los esclavos murieron durante la travesía. El número exacto
de seres humanos arrancados a la fuerza de su tierra es difícil de precisar, pero se calcula
que entre los siglos XVI y XIX unos 12 millones de negros cruzaron el Atlántico. El resultado
fue la devastación de África, despoblada de personas en edad productiva, y la alteración del
Estados Unidos, donde a inicios del siglo XX entraban 1.300.000 extranjeros al año, fue el
primer país en acoger oleadas masivas de inmigrantes, ejemplo que luego seguirían
Australia, Canadá, Argentina, Brasil y Uruguay; estas tres últimas naciones recibieron a 12
millones de personas, sobre todo italianos, españoles y portugueses hasta 1940 (8).
Muchos asiáticos también emigraron a América, especialmente japoneses a Brasil y chinos a
EE UU. Sin embargo, el grueso de la emigración de ese continente se produjo a países
vecinos: unos 14 millones de chinos se marcharon a Indonesia, Tailandia, Malasia o
Vietnam.
La emigración tuvo como objetivo inicial la colonización agraria en los solitarios espacios del
Oeste norteamericano o las llanuras del Chaco, la Pampa y la Patagonia en Argentina y
Chile. También la fiebre del oro llevó a California a partir de 1848 caravanas de buscadores,
Durante el siglo XIX, la población de Irlanda, cuya alimentación dependía casi por completo
de la agricultura, sufrió agudas crisis de subsistencia provocadas por diversas epidemias que
afectaron a la papa. La situación se hizo especialmente crítica en 1845, cuando una
enfermedad vegetal llamada mildiu de la patata arrasó las plantaciones de este tubérculo,
llevando a la muerte por inanición a más de un millón de personas en la isla. El gran hambre
del periodo 1846-1850 provocó, además, que dos millones de irlandeses de un total de siete
millones emigraran a Gran Bretaña o a Estados Unidos, aprovechando las facilidades que
entonces daba el país norteamericano a la inmigración. Otras naciones europeas
dependientes de la patata, como Alemania, Rusia y Polonia, también sufrieron una fuerte
emigración durante la misma época. Actualmente, según la FAO, entre 750 y 800 millones
de personas sufren las consecuencias del hambre, fundamentalmente en el continente
africano, provocando a veces éxodos masivos a los países vecinos o, para los más
afortunados, a la Unión Europea, Australia y América del Norte.
c) ¿Por qué hay algunas teorías son poco verosímiles acerca de los primeros pobladores de
América?
d) Expliquen el siguiente párrafo del texto: “Más tarde la revolución agrícola del periodo
histórico conocido como Neolítico, permitió que algunas comunidades se hicieran
sedentarias en Asia Menor y la cuenca del Mediterráneo, foco de las primeras
civilizaciones, pero el impulso viajero no menguó.”
f) ¿Por qué se dieron las mayores migraciones mundiales durante el siglo XIX y XX?
j) Observen nuevamente esta imagen. ¿Cómo lo describirían? ¿En qué época habrá sido
realizada? ¿En dónde la habrán pintado? ¿Con qué la habrán pintado?
MATERIALES:
Imprimir actividad y mapas (A COLOR).
INDICACIONES GENERALES:
La actividad consta de 2 actividades y se tiene que dividir en 160 minutos
Para resolver la actividad 1 es necesario utilizar los mapas anexos.
Todos los tiempos son aproximados
Apertura de la clase e instrucciones y video → 10 min
Lectura →40 minutos (en dos sesiones)
Trazo de líneas migratorias→40 min
Discusión y resolución de preguntas→ 60 min
Cierre de la sesión → 10 min